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La guerra contra los zombis terminó, aunque las secuelas ......—¡No me lo puedo creer! —exclamó Tony—. Árboles, palmeras y un poco de sombra… Estaba a punto de sufrir una

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Laguerracontraloszombisterminó,aunquelassecuelasaúncontinúan.UninmensomuroseparaahoraÁfricadel restodelmundo,abandonandoasusuerteamillonesdepersonas.

Es a ese continente donde son exiliados Marc y Tony como castigo porinmiscuirseen losplanesexperimentalesdelgobierno,ydondepodránver,con sus propios ojos, en qué estado se encuentran los supervivientes trasvariasdécadasconviviendoyluchandocontrahordasdezombis.

Desiertosconflotasdebarcosdeguerraabandonadossobresusarenas,lamurallaconloszombiesasuspies,ciudadeshabitadasconzombiesdesdehacedécadas,supervivientesquehanenloquecido,unasociedadpuestaalbordeyallímite…

Ysobretodo,elorigendelaplagaqueconllevaráelsituaralahumanidadalborde de su extinción con una nueva guerra mucho más voraz en elhorizonte.

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VicenteGarcía

MisiónÁfricaApocalipsisIslandIII

ePubr1.0Banshee22.01.14

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Títulooriginal:ApocalipsisIsland3.MisiónÁfricaVicenteGarcía,2011Diseñodeportada:AlejandroColucci

Editordigital:BansheeePubbaser1.0

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LaNaturalezanoreconocelobuenoylomalo.LaNaturalezasoloreconoceelequilibrioyeldesequilibrio.Yointentorecuperarelequilibrioennuestromundo

alprecioqueseanecesario.

Walternate

Fringe,TemporadaIII,episodio5

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Prólogo

Marc y Tony llevaban corriendo más tiempo del que podían recordar. Desde quepisaronelcontinenteafricanosuvidahabíasidouninfiernoporelquenopasabaotroser humano que no fueran ellos. Eso sí, se veían zombis por todos lados, sinexcepción.

Los habían dejado en libertad hacía unos seis días en algún lugar de la costamarroquí, después de un penoso viaje en barca que les hizo pensar que estaban abordodeunapateraenlugardeenunbarcodelasfuerzasdeseguridaddelEstado.

Trasllegaraunaplayadekilómetrosdearenayserabandonadosenellaprovistosúnicamentededosmochilas,tuvieronqueconformarseconescucharcomodespedidaunjocoso:«Suerte,entrometidos,prontodisfrutaréisdebuenacompañía».

Aquellas fueron las últimas palabras provenientes de un ser humano queescucharonentodoesetiempo.Apartirdeentoncestuvieronqueconformarseconelmolestoruidoguturalde loszombis,quenotardaronenaparecerenlaplayadesdedetrásdelosarbustosdeunaduna.

Ahí comenzó la persecución. Por suerte para ellos, la arena no es el mejorelemento por el que se desplaza un zombi así que, de vez en cuando, podíanpermitirse el lujo de parar e incluso de dormir un rato hasta sentir de nuevo lapresenciadelgrupo.Pordesgracia,esteseibahaciendocadavezmásnumeroso.

No tenían ni idea de dónde salían, sin embargo en unosminutos la docena dezombisinicialseconvirtióenungrupodedoscientosotrescientosmuertosvivientes.Cadavezquesegirabanlosveíanallí,alolejos,tropezando,cayendo,rodandodunaabajo,perosiemprelevantándosefielesasuobjetivo.

Losmilitaresquelesdieronlapatadaenelculofueroninusualmentegenerosos.Lossurtieronconunpardecantimplorasyunasinsípidasgalletas,elúnicoalimentoque se habían podido llevar a la boca. ¿Habría sido por compasión o se tratabasimplementedeun ejerciciode sadismoenposde alargar su agonía?La respuestanuncalasabrían.

Porloquepudieronver,quizáselloseranlosúnicostrozosdecarneconvidadetodo aquel jodido continente; por eso no era de extrañar que tuvieran tras de sí aaquelenjambredepersistenteszombis.

—¿Sabes que estamos jodidos, verdad,Marc?—preguntó Tony—.No importacuánto corramos ni hacia dónde huyamos, esos van a estar siempre ahí,persiguiéndonos,aumentandoennúmero.

—Loimportanteesseguirconvida,yadaremosconalgunasolución—respondióMarc,cansado.

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Capítulo1

Eldesembarco

Hacíaalrededordetreshorasquehabíaanochecidoydenuevoelfríoseapoderabadeldesierto.Tonydormíatodoloplácidamentequelepermitíanlasinclemenciasdeltiempo, que no eran pocas: viento, humedad, frío…Sin embargo, lo peor eran laspesadillas, en especial una que le asediaba desde que había puesto el pie en aquelcontinente;ensussueñossedespertabasobresaltadoyalabrirlosojosseencontrabacon lamirada fríayperdidadeMarcque, convertido en zombi, lo agarrabapor elcuelloycomenzadaadevorarlovivosinpoderhacernadaporevitarlo.

El miedo era una sensación relativamente nueva para él, pero la inseguridadconstanteenquevivíaleestabahaciendodudarsobresilograríamantenersucorduradurantemuchomás tiempo.Únicamente podía hablar con un humano, su amigo ycasihermanoMarc,quienpodríaconvertirseencualquiermomentoenunodeesosseresquelosperseguíansindescanso.

Yesaeraotra, lassanguijuelasque loshostigabannocheydía,multiplicándosesindescanso.Arrastrándose,caminando,rodando,intentandodarlescazadetodaslasformasposibles.

Hacía tiempoquecorríasinesperanza.Él,quesiemprehabíasidoelparadigmadeloptimismo,seacababadeconvertirenunhumanocasisinalma.MenudaparejahacíaconMarc,dudabainclusoqueentrelosdossumaranunoenlascircunstanciasactuales.

Comosolíaserhabitual,Marclodespertócuandotodavíaeranochecerrada.—Vamos,yaestáncerca—lesusurróMarcaloído.¿Cómoharíaparasentirlos?Él,desdedondeseencontraban,nolograbaapreciar

elmásmínimosonido,almenos inicialmente,yaque luego,cuandocomenzabanacorrerygiraba lacabeza,muya lo lejosveía la sombradeaquellaparticular santacompaña.

—¿Nohasdormido?—preguntóTony,mirandoasuamigo.—Unpoco,perodormirycomernoesunaactividadqueactualmentemeocupe

mucho tiempo —respondió Marc de forma impersonal y fría—. Desde que mesucedió lo deMallorca no he sentido la necesidad ni de descansar ni de tener quealimentarme.

—¿Quieres decir que podrías estar corriendo eternamente sin cansarte, comotodosesoszombisquenospersiguen?

—No lo sé, aunque preferiría no hacer experimentos ahora—respondióMarcmolestoporelcomentario,mostrandounaactitudquenoeraprecisamentehabitualenélyquecausóciertainquietudenTony.

Ydiciendoestocomenzaronacorrerdenuevosinrumbofijo,bajolaluzdelas

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estrellasyendirecciónalinamovibleeinalterablehorizonte.Al cabodecuatrohoras, conel sol en loaltodel cielo, lograrondivisar loque

parecíaserunoasis.—¡Nome lopuedocreer!—exclamóTony—.Árboles, palmerasyunpocode

sombra…Estabaapuntodesufrirunainsolación.—Notequejes,menosmalqueconlaropaquellevamospodemosprotegernosde

estecondenadosol.—Condenadoono,a tiparecenoafectarte…Pornohablardelcalorquetengo

contodoestopuesto—replicóTony.—¿Estáscelosodeminuevacondicióndezombi?—apuntóMarc,acelerandoel

paso—.Siquierestemuerdoyteunesalclub.Tonyoptópornoresponder,prefiriónoplantearsesisetratabadeuncomentario

jocosoosisuamigoibaenserio.Trascorrerduranteunosminutosmás,escucharonelinconfundiblesonidodeun

disparoprovenientedeloasis.—¡Mierda!—protestóTony—.Comienzoaestarcansadodequetodoelqueme

ve,medispare.Inmediatamentedetuvieronsucarreray levantaron lasmanos,dudandodesi se

tratabadeundisparodeadvertenciaodelafaltadepunteríadeltirador.—¡Eh, losdeloasis,venimosen sondepaz!—gritóTony tanaltocomopudo,

aunquenologróevitarquesuspalabrassonaranalgoestúpidas.Durante unminuto el silencio reinó en el desierto. Finalmente, cuando ambos

comenzaronadudarsiobtendríanalgunarespuesta,vieronsaliraungrupodecuatropersonasvestidasconlargastúnicasnegrasqueparecíanprotegerlesdelsol.

Lacomitiva,conlascarascompletamentecubiertas,seaproximóhastasituarseaapenasunosmetrosdeMarcyTony.

—¿Quiénessonustedesyquédemonioshacenaquí?—dijoconvozgraveyenperfectoespañolunodeloscuatrohombresquesehabíanaproximadohastaellos.

—Nos hemos perdido —dijo Tony, sintiéndose, esta vez sí, completamenteestúpidoaldejarescaparsemejantefrase.

Loscuatrohombressemiraronyrieronacarcajadalimpia.Sinembargo,Marcnodejódeobservarlosenningúnmomentoysediocuentadequeestabanperfectamentedispuestospararesponderantecualquiertipodeataque.Eranprofesionales,deesonocabíalamenorduda,mercenariososoldados.

—Hemos naufragado cerca de aquí y no tenemos ni idea de dónde estamos nisabemosquéhacer—dijoMarcunaveznotóquelasrisasseibanatenuando.

—Vaya, vaya, conque dos corderitos extraviados… —comentó uno de loshombres con suspicacia—. Está bien, lo dejaremos así; una de nuestras normas esmantener la discreción y no hacer muchas preguntas, ya que tampoco nos gusta

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responderlas.»Me presentaré, me llaman Marca y mis compañeros son Mikra, Manta y

Stalingrado,creoqueesruso,perohablapoco.Podéisacompañarnoshastaeloasis.Únicamente os pediría que si lleváis armas las dejarais antes de entrar. No osregistraremos, pero si por cualquier circunstancia diéramos con alguna, el castigoseríalamuerte.

Marcnopudoevitarsobresaltarsealescucharaquellasúltimaspalabrasquecontantanaturalidadacabadepronunciarel talMarca.El tonodivertidonoobviaba laseriedad del gesto; estaba claro: acababan de ser informados de que en su justiciaparticularnoadmitíanmedias tintas.Esosí,muycortésmente.Entiemposdifíciles,medidasdrásticas.

No tardaronen llegaraloasis.Enélhabíaunaespeciedefortíncompuestoporunagruesamuralladeapenas tresmetrosdealto,unpequeñobarracónyuna torredondeondeabalabanderafrancesa.

—Era la única que teníamos—dijoMarca al ver la expresióndeMarc—.Nosrecordabaalasviejaspelículasdeaventuras.

Sinmediarpalabra,Marcacomenzóacaminarhaciaelbarracón,cogiendoporelcamino un cubo que estaba junto a un pozo situado en el centro mismo delemplazamiento.Unavezdentro,losinvitóasentarseylesofrecióagua.

Marc bebió varios vasos; los rellenaba una y otra vez en el cubo mientrascontemplaba la habitación. Había una mesa tosca con dos sillas desgastadas demaderayotraqueparecíaunpocomáscómodaenlaqueyasehabíasentadoMarca;algunaestanteríaconlibroscubiertosdepolvo,unaviejaestaciónderadiosobreunamesa,enunaesquinadelahabitación,yalgunascajascondocumentos.

—Bien, no estaría de más que nos contarais algo sobre el mundo exterior—comenzó diciendoMarcamientras encendía un puro que no entendían cómo habíallegado hasta su mano—. No sabemos nada desde hace bastante tiempo, cuandopasaronporaquíuncurayunachicamuyguapa,aunqueunpocoagresivaparamigusto.

—¿Noticias?¿Quéclasedenoticias?—preguntóTony.—Vaya,tuamigoesdeesosquerespondensiempreconpreguntas…—comentó

Marca, dejando escapar pacientemente una bocanada de humo—. Está bien, loaceptaréporqueestoydebuenhumoryhacesemanasquenoveoaunputozombienlosalrededores.

»Llevamosenestejodidocontinentevariosaños,sobreviviendocomopodemos,alimentándonosdecualquierbichoconelquenosencontramos.Estábamosllevandoacabounamisiónsecreta,aunquepocoimportayaenestosmomentos;lacosa,comosiempre que hay zombis por medio, se complicó y la fastidiamos, por lo que enapenasunossegundospasamosdeserpartedelEjércitodeÉlitedelEstadoespañola

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proscritos prescindibles y perseguidos. Tuvimos que desaparecer literalmente delmapa. Por el camino nos encontramos con un par de soldados de otros países encircunstanciassimilares.

—¿Ycómoacabasteisaquí?—preguntóMarc.—Nos cansamos de vagabundear matando zombis, de atravesar este jodido

continentemuertoviendocómonuestroejércitosereducíapocoapoco.Encontramosestepequeñooasisydecidimosdejarpasar losdías, lassemanas, losmeses…Estefortínestabaabandonadoycumplíaconlosrequisitosmínimosparaserocupado:unpozoconaguadulce,unamurallayunaradioconsugeneradorquedevezencuandonospermiteescucharalgoycontactarconelexterior.

—¿Ydequéosalimentáis?—preguntóTony,invadidoporlacuriosidad.—De cualquier bicho que pase por debajo de nuestras murallas, incluso

porqueríasnocomestibles.Laverdadesquehemoshechocosasquejamáscreímosqueunhombrepudierallevaracabo.Demodoquesinoquieressaberdequéteestoyhablando, será mejor que no preguntes tanto y procures ofrecernos un poco deconversación,preferiblementeinformativa.

—Las cosas se están poniendo feas ahí fuera—comenzó titubeanteMarc, sintenermuyclarodequéhablar—.Losriesgosylasposibilidadesdecontagiovanenaumento y no todo el mundo está por la labor de facilitar las cosas, más bien locontrario.

—Bonitaformadenocontarnada—interrumpióMarca.—Odedecirlotodo—añadióTony.—Lasociedadparecenohaberaprendidolalección—continuóMarc,obviando

las interrupciones—. Como si no nos bastara con tener que preocuparnos de losvivos, ahora debemos hacer lo propio con los muertos, los no-muertos, los semi-muertos…SoloDiossabequémásestáporvenir…

—Casiserámejorquelodejes—dijoMarca,rendidoalaevidenciadequeibaanecesitarunintérpreteparaentenderaaquelreciénllegado—.EsperabaalgomásenplanquiénhaganadoelúltimoMundial,lasúltimaselecciones…Perodeaquíaquelleguemosaesomehabráscontadoanteslahistoriadelacreacióndeluniverso.

—Sí,esmuypropiodeMarc—dijoTonysonriendo—.Porcierto,¿cómoestánlascosasporaquíabajo?Hacetiempoquenomefíodelosmediosdecomunicación.¿Vatodotanmalcomolopintan?

—Peor, mucho peor —dijo lacónicamente Marca—. Es probable que los queestamosaquíseamoslasúnicaspersonasvivasentodoelcontinente.Loabandonaronalaaniquilacióntotal;denadasirvieronlasquejasdelosdefensoresdelosderechoshumanosni las de las grandes empresas que explotaban lasminas de diamantes nisiquieralasdelaindustriafarmacéutica.Noescucharonanadie.Alfinalsecerrólamurallaymaricaelúltimo.

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—Pero ¿qué pasó con la gente? —preguntó Marc, alarmado—. En teoría lastropasdelaONUseencargarondecrearpuntossegurosalolargodelcontinenteparaagruparalossupervivientes…Sedecíaqueelabandonohabíasidorelativo.

—Si prefieres creértelo y te sientesmejor, adelante, pero lo cierto es que hacedécadasqueelúltimosoldadodelaONUpisóestastierras—dijocontonoabatidoMarca—.Áfricahasidoarrasada.Nopodréisnuncaimaginarloqueesunaauténticaturba de zombis si no visteis las mareas de no-muertos que paseaban por África.Millonesdecuerpossinalma,viajandocomounenjambredeun ladoaotro,comouna plaga de langostas, arrasándolo todo a su paso, destruyendo completamentealdeas,pueblos,ciudades…

Guardaronsilencio.MarcyTonyintentabanasimilarloquedebíasignificarveratodosaquellosmuertospasearporlasabana,cubriendoelhorizonte.

—¿MeestásdiciendoquehayenÁfricamildoscientosmillonesdezombis?—preguntóincréduloMarc.

—Unoscuantosmenos—sonrióMarca—.Nosotroshemosaniquiladoaungrannúmerodeellos,yEstadosUnidosyRusiatambiénhancolaborado.Sedecidieronacomenzarconbombardeosindiscriminadossobreelcontinente,primerovaciandosuarsenal de misiles y después con armas atómicas. Pero aun así, mil doscientosmillones de zombis son muchos zombis. Además, tuvieron que dejar de usar elarmamento nuclear porque hubo algunos incidentes desagradables con los vientoscontinentales; las nubes tóxicas acabaron con las poblaciones supervivientes enMadagascar y en el Yemen, e incluso Israel estuvo a punto de verse seriamenteafectado.

—Teveo demasiado informado—dijo recelosoTony—. ¿Cómo es posible quesepas todo eso? En ningún momento se comentó nada en los medios decomunicación.

—Enel fondono creoque llegados a estepunto sea relevanteguardar silenciosobre nuestro cometido aquí. Nuestra unidad de mercenarios fue reclutada yentrenadaporlaUniónEuropeaparaasistiralosEstadosUnidosyaRusiaenlaideade llevar a cabo la eliminación sistemática de zombis enÁfrica; nos dedicábamosbásicamente a recorrer el continente y a situar los objetivos de esas armasnucleares…Hastaquelacagamosalograndeyporunestúpidoerrordecálculolasnubecitas tóxicas arrasaron las poblaciones de Antananarivo, Morondava, Ta’izz,AmanatAlAsimahyHadramaut.PorunladollenamosdezombisMadagascary,porotro,casiabocamosalSudoestedeAsiaalaextinción.

»Nonosloperdonaronydecidieronacabarconnosotros.Yenelloestabanhastaquenosabandonaronanuestrasuerteparaquenospudriéramosrodeadosdezombis.Nopodemossalirdelcontinente,enelmomentoenquelohagamosseremoshombresmuertos.

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—Pueslotenemosclaro…—suspiróMarc.—Serámejor que descanséis, en estas tierras uno nunca sabe cómo será el día

siguiente—vaticinóMarca.

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Capítulo2

Deusexmachina

Marc sedespertócon lasprimeras lucesdel alba.Subióhasta loaltode lamurallanorteeintentóotearelhorizonteenbuscadelrastrodealgúnzombi.Novioninguno,sinembargo,ensuinteriorsentíaquenoestabanmuylejos.

Enaquellugarserespirabaunatranquilidadinquietante,comosieluniversolesestuvieraregalandouninstantedepazenmediodeaquellalocura.

BajóadesayunaraunodelosbarraconesyalcabodemediahoraseleunióTony.Elcomedorestabavacío.

—¿Haspodidodormir?—preguntóMarc.—Comollevabasinhacerlodesdehaceunaeternidad.—Esoestábien,quiénsabecuándovolveremosadescansar—comentóMarc—.

Dateprisaporquepronto tendremosqueponernosenmarcha,nopodemospermitirquelaturbaquenospersiguenosatrapeenunlugarcerrado.

—¿Nopodríamosescondernosaquíyesperaraquepasen?—Nocreo,enciertomodoparececomosipudieransentirnos…—Querrásdecir«sentirte»—apuntillóTony—,porquenocreoquetenganningún

tipoderastreadorconelquesaberdóndeestoy,encambiotúdebesdevibrarensumismafrecuencia.

—Unateoríabastanteingeniosaperoquepordesgraciacarecedeevidenciasquelasoporten—sonrióMarc.

—Cómo se nota quién es el científico de la familia. ¿Vamos a avisar a estospobresdesgraciadosdelaqueselesvieneencima?

—No—respondiótajanteMarc—.Sehanportadobastantebienconnosotros,note lo discutiré, pero no sabemos cómo responderían si supieran la verdad, que enresumidascuentasesquepornuestraculpaselesvieneencimaunahordadezombis.

—Note imaginabatanpragmáticamentefríoparaeste tipodedecisiones—dijoTony—,tunuevo«ser»teestáafectando.

—Hayqueserrealistas,seguramente,connosotrosfuera,lamarchazombipasaráde largoy los ignorará.Sino son tontos sabránpermanecerocultosyno llamar laatención.

—¿Ysiloson?—preguntóTony.—Entoncesdescubriremos si están tan interesadosennosotroscomoparadejar

pasar la oportunidad de intentar merendarse a estos duros mercenarios. Y no teengañes por las apariencias, son asesinos a sueldo; no sientas lástima por ellos,porquesifueranecesarioacabaríancontigosinpestañear.

Alcabodeunosminutos,Marcasesentóconellosenlamesa.—Esperoque hayáis podidodescansar tranquilamente, nuestras camas sonmás

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cómodasquelaarenadeldesierto—bromeó.—Cierto,peroaunasímetemoqueprontotendremosquedejaros—dijoMarc—.

Imaginoquenoestaréisprecisamentesobradosdevíveresynosotrostenemoscosasquehacerahífuera.

—Salir de aquí me parece un suicidio —dijo Marca, sorprendido por elcomentario—, pero os daremos todo lo que necesitéis para vuestra travesía por elinfierno.

Treshorasmástarde,debajodelgruesoportónsituadoenlamurallanorte,MarcasedespedíadeTonyydeMarc.

—Espero que nuestros caminos se junten de nuevo muy pronto. Nosotrosseguiremosaquí, almenoshastaquenos leamos todos los librosde labibliotecaydecidamos buscar un nuevo emplazamiento. En realidad no esmuy recomendablequepermanezcamosmucho tiempoenunmismo lugar, llamaríamos la atencióndelosvivosytambiéndelosno-muertos—dijoMarca,ofreciendosumanoaMarc—.Oye,¿teencuentrasbien?Estáshelado…

—Sí, sí… estoy un poco acatarrado —respondió Marc sin querer entrar endetalles y deseandomarcharse cuanto antes para evitar tener que responder amáspreguntasincómodasquepudieranponerenpeligrosuidentidad.

—Siqueréisquedarosunpardedíasmás…—dijoMarca,receloso.—Mi amigo siempre ha sido un témpano de hielo—intentó decir jocosamente

Tony—.Probablementeyoseaelúnicoqueleaguanta.Ydiciendoesto,sealejarondeallísintiendocómolamiradadeMarcaseclavaba

ensusespaldas.Porsuerte,ungritoprovenientedelotroladodelamurallahizoqueseolvidaraprontodeaquelincidente.

—¡Zombis,señor,cientosdeellos!¡Puedequemiles!Tony se giró levemente para ver si Marca los relacionaba con lo que estaba

sucediendo, pero afortunadamente todo parecía indicar que no era así y que habíadecididoconcentrarseenelinminentepeligroquesecerníasobreellos.

—Yaestánaquíesosmalditos—dijoTony—.Convendríaquenosdiéramosprisaparaponersuficientedistanciaconloszombisypoderdescansaralgoestanoche.

Sinmediarapalabracomenzaronacaminaracelerandoelpaso,mirandodevezencuando hacia atrás para comprobar qué sucedía en la fortaleza que estabanabandonando.Mantuvieroneloídoalerta.Nosabíansilosmercenariosibanadecidirenfrentarse a los zombis o pasar desapercibidos, aunque todo parecía indicar quehabíanoptadoporlosegundo,yaquenosonóniunsolodisparo.

Al cabo de una semana de su encuentro con los mercenarios, Marc y Tonyestabanrealmenteagotados.Suaprovisionamientodeaguasehabíaterminadohacíados días, el sol quemaba cada vez con más intensidad y las fuerzas les ibanabandonandopocoapoco.

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—¿Eresconscientedeque tenemos losdías contados?—dijoTony, arrastrandosuspiernas.

—Siempre tan positivo… —comentó Marc sin dejar de caminar, mirando elsuelo.

—Bueno, creo que ahora somos tan zombis como esos que nos persiguen—añadióTonyconlamiradagacha,puestatambiénenlaarena—.Fueunasuertequehaceunosdíaspudiéramosbeberalgodeaguadeaquelcactus,porqueahoramismonomeveoconfuerzasparavolveraabrirninguno.

—Te está bien empleado por acusarme de zombi todo este tiempo, con tuspreguntas sobre si me cansaba o si tenía hambre—dijo sarcásticoMarc mientrasllegaban a la parte inferior de una duna que llevaban descendiendo durante variosminutos.

—Preguntasalasquenuncarespondiste.—Encualquiercaso,estonosigualabastante…-Marcnopudoacabarlafrase.

Enloaltodeladunaqueacababandedejaratráspudoveraunzombiasomandolacabeza.

—¡Mierda,yaestánaquí!—exclamóTony.—Sí,seguroquehemosidomásdespaciodeloquecreíamos.Yparecequeestos

averiguaroncómoavanzarmásrápidamentequenosotros—comentóMarcalveralzombi tropezarycaer rodandodunaabajohastasituarseaapenascuatrometrosdeellos.

—¡Estamos jodidos y bien jodidos!—gritó Tony cuando vio asomarse a diezzombismás.

—Yaestántodosaquí—dijoMarcalverlaescena—.Estaesunadeesasvecesenlasquemepreguntosinoseríamássencilloapretarelgatilloyacabarcontododeunavez.

Tonynosuposidebíahaceralgúncomentario sobreaquellaspalabras.Levantóentonceslacabezaporprimeravezenmuchotiempoy,mirandohaciaelhorizonte,acertóaveralolejosloqueparecíanserpalmeras.

—Oye,¿hasvistoaquello?—dijo,frotándoselosojos—.Allíseguramentehabráaguay algopara comer.Debemos reponer fuerzas si queremos continuar almenosduranteunpardedíasmás.

—Venga,démonosprisa—comentóMarcalveralzarsealzombiquehabíacaídoaunosmetros—.Convieneganaralgodetiempo.

Sinmediarpalabra,aceleraronelpaso.Estabanrealmenteagotados.—Marc,damospena,creoquehastaloszombiscorrenmásquenosotros.FueenesemomentocuandoMarc sediocuentadeque loqueenunprincipio

habíasidounabromafrutodeladesesperación,seestabaconvirtiendoenunacruelrealidad. Justo detrás, a apenas treinta metros de distancia, estaba la avanzadilla

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zombi compuesta por unos treinta caminantes, seguidos no muy de lejos por uncentenarmás.

Según iban avanzando, la ventaja se reducía.Marc y Tony estaban derrotados,caíanalsueloyvolvíanalevantarse.Veíanaloszombiscadavezmáscerca.Aunqueloquepeorllevabaneraaquelronroneoinsistente.

—Hijosdeputa,medalasensacióndequehanaumentadoelritmo—dijoTonyexhaustomientrasalcanzabalaprimeradelaspalmerasquecomponíanaquelnuevoyreconfortantepaisaje.

—Estoyagotado,aunquealcancemoseloasisnopodremos reponer fuerzas, lostenemos ya encima, si al menos pudiera beber algo de agua… —exhaló Marc,levantando la cabeza para comprobar que esta vez no había ninguna fortificacióncerca.

—Dudoque tengamos tiempodebebersiquieraunsorbo—dijoTony,mientrasdejabaatráslaarenayponíalospiesenunsuelomásfirme.

—Esextraño…nopareceunoasis,parecemásbien…—Marccallósindejardeavanzar,conloszombisaapenasunosmetrosdedistancia,lanzandovariasmiradasasu alrededor—. ¡Tony, estamos en las orillas de un río! ¡Corre, arrástrate si esnecesario,peroavancemostodoloquepodamos!

—Pero ¿cómo lo sabes? —preguntó Tony, intentando distinguir algo entre lamaleza.

—Nomepreguntesycorre,debedeteneralgoqueverconestanuevacondiciónsemi-zombi,quéséyosihabrápotenciadoalgúnsentido.

De repente, como por arte de magia, se vieron rodeados de vegetación, conárbolesypalmeraspor todos lados.Nomuylejosparecíaoírseelcaudaldeunrío,aunquebienpudierahabersidofrutodesudesesperadaimaginación.Aquelsonido,realono,dioalasa losdosamigos,y justoenelmomentoenqueTonyempezóasentirlaamenazadeunodesusperseguidores,hizounúltimoesfuerzoparaevitarloquehastahacíaunosminutosparecíainevitable.

Depronto,aescasoscincuentametrosdeellos,aparecióuninmensoríodeunostrescientosmetrosdeanchoqueseperdíatantohaciaelnortecomohaciaelsur.

—NosabíaquehubieraríosasíenestazonadeÁfrica—dijoignoranteTony,sindejardeavanzar.

—Puesdagraciasalcielodequenoslohayamosencontradoodelocontrarioyaestaríamossiendopastodeesasalimañasdeahíatrás.

EnesemomentoMarcgiró la cabezayel corazón lediounvuelco; tenía aungrupoenormedezombisaapenastresmetrosdedistancia,ylopeoreraqueestabasufriendounoscalambresquecasileinmovilizabanlaspiernas.

«Unúltimoesfuerzo,unúltimoesfuerzo…»,se repetíaunayotravez,notandoqueladistanciaeracadavezmáscorta.

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Porfin,cuandotodoparecíaperdido,alcanzaronlaorilladelríoysezambulleronenélsintenermuyclarosiibanasercapacesdecubriranadoeltrechoqueteníanfrenteaellos.

Afortunadamente lograron tomar impulso y alejarse lo suficiente de la orillaporquelaacumulacióndezombiscomenzabayaaserconsiderable.

Unavezestuvieronaunadistanciaprudencial,decidierontumbarsebocaarribaydejarsellevarporlacorriente.Delejos,observaronelgestodeloszombis.

Depronto, algunos comenzaron a avanzar hacia el río, quedando sumergidos ydesapareciendobajosusaguas,locualdisparólasalarmasdelosdosamigos.

—Oye,Marc,comoexpertoenzombisycasifamiliardeellos,dimequenisabennadar,nipuedencaminarbajoelagua—dijoTony,maldiciendoparasusadentrosnodisponernideunmíserosegundodetranquilidad.

—Sesuponequeno,peroporloquepuedasuceder,mejornosalejamosdeaquí,novayaaserqueelingeniosoyretorcidoazarhagadelassuyasyaparezcaflotandojuntoanosotrosunadeesasbestias.

Se dejaron llevar por la corriente, que los dirigió hacia la orilla mientras laconcentracióndezombisalotroladodelríoibacreciendo.

—¿Hemossobrevivido?—preguntóMarcsinacabardecreérseloyrecordandolocercaquehabíanllegadoaestardeloszombis.

—Sí,esoparece.—Deus ex machina, deus ex machina —repitió Marc, evocando la expresión

asignada a la grúa que en el teatro griego salvaba a los actores de situacionescomplicadas simulando ser un dios—. Ten por seguro que en estos momentosestamosviviendomásalládeloquenoscorresponde.

—Túinclusopuedequevariasveces—resoplóTonymientrasintentabarecuperarelalientoysentíacómosuspiernasyanoerancapacesdesoportarelpesodelcuerpo.

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Capítulo3

Ríoarriba

Tony durmió plácidamente al abrigo de unos matorrales y, aunque a veces sedespertaba por alguna horrible pesadilla, lograba retomar el sueño con rapidez.Estabacasiencoma,totalmentederrotadoysinfuerza.

Marc también pudo cerrar los ojos, sin embargo, al cabo de cinco horas sedespertóincapazderetomarelsueño.AlfinallabromadeTonycomenzabaahacerserealidad: sentía que no necesitaba ni la mitad de tiempo que su compañero pararecuperar fuerzas, no sentía apenas frío y el hambre no era sino una inoportunamolestiaensuestómago.

Caminó tranquilamente hacia la orilla del río al amparo de la oscuridad de lanochesoloparacomprobarquetodoseguíabajocontrol.Miróalotroladodelaorillay, en efecto, ahí estaba su cada vez más numeroso público de no-muertoscongregados avarios cientosdemetros, pacientes, observándolos impertérritos.Devezencuandoseoíaunchapoteoprovocadoporlacaídadealgunodeloszombisqueeraarrastradoríoabajo.¿Cuálseríaeldestinodetodosellos,incapacescomoerandeahogarse? ¿Estarían acaso condenados a vagar eternamente por las profundidadesmarinasadondesindudaeranconducidosporaquellosconductosfluviales?

Estuvo pensando durante algunas horas, sentado en la orilla del río, mientrasaguardabaaqueTonydespertase,locualhizoalpocodeamanecer.

—Espero que me hayas preparado un delicioso y suculento desayuno —dijoTony,acercándoseasucompañero.

—Yoestabaesperandoaquemidesayunosedespertara…—respondióconvoztenebrosasintenermuyclarolooportunodelcomentarioporlareacciónquevioenelrostrodesuamigo.

—Muygracioso—dijoTony—.Serámejorquenospongamosenmarcha,nomeapetece tener tan cerca a tu familia política.A ver si logramos dar con algún sitiodondehayaalgodecomida;tengounhambreatrozylaspiernasmepesancomosifuerandosmartillos.

Marcrecogiósumochila.Nohabíadadotrespasoscuandoescuchóunodeesossonidos que llevaban acompañándolo en el recuerdo durantemuchosmeses. En laotraorillaloszombissepusieronenmarchaalmismotiempoqueelloscomenzaronacaminar. Era como ver una de esas coreografías de las inauguraciones de lasOlimpiadasodelosMundialesdefútbol,enlasquecientosdepersonasllevanacaboun mismo ejercicio, coordinadas por horas y horas de entrenamiento; solo queaquellosmilesdezombisquesehabíanidoagrupandoalo largodelanochenoseconocíandenadayteníanunacoordinacióncomparablealadeunniñodedosaños.Y, sin embargo, todos, sin falta, se habían girado en dirección norte como ellos, y

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habíanempezadoacaminarigualqueloszombisdelvideoclipdeMichaelJackson.Aquelmovimientosobrelaarenaylaquietudsilenciosadeldesiertohabíaprovocadounsonidoartificialquelessobresaltó.

—Joder,Marc,meproducenescalofríos.—Sí—dijoMarc, intentandoocultarsupreocupación—.Nomepreguntesnada

sobreloqueacabadeocurrir,debendetenerunaconcienciacolectivasemejantealade las abejas…Desconocía que existiera algo así y te puedo garantizar que tengomuchainformaciónsobreesosapestosos.

Tonyaceleróelpaso,mirandodereojolaotraorilla,comprobandoqué,enefecto,latétricacomparsaacelerabaelpaso.

—Estoespatético,solonospodíapasaranosotros…—suspiróTony.—Menosmalquenosabennadar—dijoaliviadoMarc.TonysedetuvouninstantemientrasMarcseguíasumarchayderepentevioque

todalacomitivafrenabadegolpe.—Perfecto,cojonudo…Comosospechaba,pasancompletamentedeti—maldijo

Tony—.Noesquemeimporte,peromesientorodeado.Marc no daba crédito; no había día en que no descubriera algo nuevo que le

sorprendieradeaquellosseres,yesoquellevababastantesañosestudiándolos.—Menos mal que no tienen un puente por el que cruzar y convertirte en su

merienda.«Mierda»,pensaronlosdosalavezcuandosepercatarondequeeracuestiónde

tiempoelquedieranconuno.—Vamosaexperimentarunpoco—dijoMarc—.Aléjateendirecciónaldesierto

a ver qué sucede, camina alrededor de un kilómetro. Luego continúa en direcciónnorteyregresaalaorilla,nosreuniremosunpocomásarriba.

—Perfecto,ahorametocaserconejillodeindias.Tonysiguiólasinstruccionesdesucompañeroysealejóendirecciónaldesierto,

dejandoatráselverdemantoqueacompañabaalríoenambasorillas.Los zombis permanecieron inmóviles durante un buen rato para a continuación

empezaracaminarrumboalnorte,obviandoporcompletolapresenciadeMarc.«Increíble, Tony debe de haber empezado a ir hacia el norte y ellos de algún

modolohannotado»,pensóMarc,maravillado,tantoquecasiseavergonzó.¿Estabaacaso desarrollando alguna empatía antinatural por aquellos seres conforme se ibatransformando en uno de ellos? Sea como fuere, no debía comentárselo a Tony,preferíanoinquietarlemás.

Alcabodeunbuenratolosdosvolvieronareunirse.—Veoquesiguenahí—dijoTonyalverasuscompañerosdeviajealotroladode

laorilla.—Sí,parecendecididosaqueseassumerienda,ycasiapostaríaaquehaymás

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zombisqueestamañana.De nuevo caminaron cerca de la orilla del río, al cobijo de la sombra de las

palmeras, descansando e intentando alimentarse de cuanto encontraban por elcamino,yafuerandátilesocualquierfrutoqueparecieramedianamentecomestible.

—Podríamosrepetirelexperimento,peroestavezcalculandounoscuatroocincokilómetros —dijo Marc, aburrido de caminar y de ver todo el rato a los zombisacechandoalotroladodelaorilla.

—Tu espíritu científico acaba resultando desquiciante —dijo Tony—. ¿Cómovamos a calcular la distancia en la inmensidad del desierto? Un kilómetro más omenostedejaunmargendemaniobrayerror,peromásalládeesopodemosacabarperdiéndonos.

—Tienes razón, nos guiaremos por los relojes y quedaremos en el borde de laorilladentrodetreshoras,avanzandoalmismoritmoqueahora—respondióMarc.

—Vale,desdeluegoserámásentretenidoqueesto,aunquepreferiríaquefuerastúquiensealejaradelresguardodelasombradelaspalmeras.

—Elexperimentosebasaenquetealejes tú,amíparecennoprestarmelamásmínima atención —replicó Marc sonriendo—. Ya ves, mi familia política no mequiere. ¿Teparecequenosveamos ríoarribadentrodeunahoraymedia?Calculoqueesoseránunossieteuochokilómetros.

Sin decir nada, Tony comenzó a alejarse de nuevo en dirección al desierto,resignadoaformarpartedelosexperimentosdesuamigo,aunqueparasusadentrostenía que reconocer que en el fondo sentía curiosidad por saber si aquellos seresseguiríanallícuandoregresaraoseacabaríandesperdigando.

Marctambiéncomenzóaalejarsedeloszombisríoarribasinperderlosdevista,comprobandounavezmásquepermanecíaninmóviles,sinprestarlelamásmínimaatención.

Alosdiezminutosfuecuandocomenzaronacaminarríoarriba.—Vaya,supongoqueesosignificaqueTonyyaestádirigiéndosehaciaelnorte

—pensó Marc—. Increíble. De alguna forma, una vez establecido el contacto, lodetectanenla inmensidaddeldesierto;debedeseralgunaespeciederadar interno.En cuanto se detengan, tendré el punto de reunión con Tony, si es que siguen ahídentrodeunahoraymedia.

Marccontinuócaminandosinprestaratenciónaloszombis,subiendoríoarriba,no siendo consciente del desastre que estaban a punto de organizar con suimprovisadoexperimento.

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Capítulo4

Muerteydestrucción

Marc se encontraba completamente absorto en sus pensamientos, caminando a lolargodelaorilladelrío,intentandosacaralgunaconclusióndeaquelexperimentoyaveriguar si los zombis habían desarrollado un radar que era poco efectivo en lasciudadesalestarobstaculizadoporlosmuros,osisetratabadealgointernoquelosconectabaconsuspresas,detectándolaspormediodeunsentidoquesuplíaaotrosinexistentesunavezseconvertíanenno-muertos.

Desde luego en aquellosmomentos parecía algo obvio, ¿acaso era normal quevieran u oyeran teniendo en cuenta en muchos casos que sus órganos estabandefectuosos?Era lógico, al fin y al cabo.La sustancia infecciosa descubierta en elinterior de los zombis—y que en cierto modo sustituía a la sangre y recorría suinterior—podíanocumplirunamisiónsimplementetransportadoracomoenelcasode la sangre. Sea como fuere, en esosmomentosMarc distabamucho de tener elinstrumentalnecesarioparapodersacaralgunaconclusiónalrespecto.

Fueentonces cuando levantó la cabezaporprimeravezenunbuen rato,y traslograraclararlavistaporelgolpedelsol,sediocuentadeloqueteníafrenteaélenlaotraorilla.

«Nopuedeser»,pensósinacabardecreerseloqueestabacontemplando,«cómohemospodidosertannecios».

Frenteaél,enlaotraorillayacasiunkilómetrodedistanciaríoarribahabíaunapequeña ciudad semifortificada rodeada por una trinchera. Hacia ella se estabadirigiendoaquellamanadadezombiscomounenjambredeabejasalpanal.

Marcnoteníamuyclaroquéhacer.SiTonyseguíacaminandohaciaelnorteerainevitablequeloszombisacabarancayendocomochacalessobrelaciudadenpocotiempo,asíquedebíaintentarcomunicarsecomofueraconsucompañero.

—¡Tony! ¡Tony! —gritó inútilmente una y otra vez mientras los zombiscaminabanríoarribasinperderelrumbo,siguiendoelrastrodesuamigo.

Inicialmente pensó en correr desierto adentro para encontrarse con él y ponerrumboalsur,alejándolosasídel lugar,peronotardóendarsecuentadequeyaerademasiado tarde.Apenashabíanpasadodosminutos cuantonotóque el ritmoy lacadenciaenelcaminardeloszombishabíancambiado,yanoibansiguiendoelpasode Tony, ahora parecían imbuidos por algún tipo de fuerza impulsora ajena a suamigoque les empujabahacia la ciudad.Nocabíaduda, en aquellosmomentosyaeranconscientesdesuexistenciay,loqueeraaunpeor,porelcomportamientodeloszombispodíacasiasegurarqueestabahabitada.

Marcaceleróelpaso,intentandoacercarsealaciudadyadvertirasushabitantes,peroerademasiadotarde.Sinoestabanyapreparadosparasostenerunainvasiónde

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esecalibre,sehallaríanirremediablementecondenadosalexterminio.Fueentoncescuandoescuchóunprimerdisparoqueproveníadelaciudadyun

segundoyuntercero…Marcsuspiróaliviado,aunquenotardóendarsecuentadesuinocencia;resultabaimposibledetenerconbalasaaquellajauríadeno-muertos;erandemasiadosypormuchosdisparosqueefectuaran,nopodríanacabarcontodos.

Sin embargo, lo peor vino a continuación, cuandoMarc se dio cuenta de otropequeñodetalle:losdisparosnoparecíanafectarenmodoalgunoaloszombis.Desdela distancia no terminaba de comprender qué estaba pasando. Sí, efectivamentedisparabanyalgunoszombiscaíanalsuelo,peroeranlosmenos;engenerallasbalasno parecían causarles el más mínimo daño. O aquellos tipos eran muy torpesdisparando,oloszombissehabíanvuelto…inmunesporcompletoalasbalas…

«No, es absurdo», rezó para sus adentros Marc. Aquel tipo de evolución eraimposibleenlosseresvivosono-muertos,losórganosvitales,ocomoquieraquesedefinieran las partes que regulan las acciones de los zombis, no podían mutar nihacerseinmunes.Allíestabapasandoalgoqueseescapabaasuentendimiento.

Corrió tan rápido como pudo, al tiempo que veía llegar un pocomás arriba lafiguradeTony.Menudasorpresacuando lepusieraal tantodecuantohabíaestadosucediendo y menudo cabreo cuando viera en lo que estaba apunto de derivar elexperimento.

—¡Unaciudad!—exclamóingenuamenteTonyalmirarhaciaelnorte,aunquesualegríanodurónidossegundos—.Pe…pero…¡Noesposible!

Tonynodabacréditoalaescena:unalegióndezombisestabacayendosobreellugar.

—No sé qué decir, los hemos condenado—dijoMarc apesadumbrado—.Y lopeoresquepareceninmunesalasbalas…

—¿Inmunes?Marc,porfavor,¿notehasdadocuenta?Estándisparandosintonnison.Nolesestánapuntandoalacabeza,estándisparandoaleatoriamente.

—Pero¿cómoesesoposible?—preguntóMarc,contemplandolaescenaconlainformaciónqueacababaderecibiryverificandoque,enefecto,Tonyteníarazón—.¿Porquénolesdisparanenlacabeza?

—Creoquelarespuestaessencilla,desconocenlaformaadecuadadeacabarconesosseres,debendehabervividoaisladosdesdelaprimeraplaga,comoelrestodelcontinente,yhastaelmomentonosehabíanenfrentadoaningúnataquemasivo.Ymeimaginoquecuandoaparecíandosotreszombisperdidoslosacribillabanylisto.

—Meresultacomplicadodeimaginar,aunqueÁfricaesbastantegrandeyalestarrodeadosdearena…—reflexionóMarc—.Quién les ibaadecirquedospringadoscomonosotroslesllevaríamoslamuertehastalapuertadesucasa.

MarcguardósilencioduranteunosminutoshastaquecomenzóaquitarselaropayadárselaaTony.

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—Toma,hedeintentarhaceralgo,advertirles,decirlescómomatarlos…algo.—¿Estás loco?—preguntó Tony al ver la actitud de su compañero—. ¡Es un

suicidio!Nopuedeshacernadaporellos,inclusoaunquesupierancómoacabarconlos zombis, están condenados… ¡¿Has visto cuántos son?! No creo ni que tenganbalassuficientes.

PeroMarc ya no le estaba escuchando. Se quitó los zapatos y se lanzó al río.Estuvonadandodurantebastante tiempo;aquellacondenadacharcaeramuchomásgrandedeloqueparecíaynadarnuncahabíasidolosuyo.Unavezmássepreguntóde dónde había salido ese río y cuál debía ser su verdadero origen, no sabía si enMarruecos o Túnez, la zona por donde los habían exiliado condenándolosprácticamenteamuerte,habíaunríoasí,aunque,claro,tampocoesquehubieravistomuchos enMallorca ni que supieramuy bien distinguirlos de un afluente o de untorrente.

Por fin llegó hasta la otra orilla, donde pudo apreciar conmás detenimiento laescena.Laciudaderagrande,sibienlasedificacionesparecíanpequeñas,yseveíaque hacía tiempo que estaba abandonada a su suerte sin ningún tipo demantenimiento.Enunadelasentradasprincipaleshabíaalgunospostesdealrededordeveintemetrosdealturadelosquecolgabanvarioszombis;unodeellos, todavíaconvida,dabapatadasalaire.Elrestodeloszombiscolgados,confirmandolateoríadeTony,estabanliteralmentemasacrados,reventadosabasedebalazosfortuitos.

Aquella avenidadepostes que conducía hasta la entradaprincipal de la ciudadestabaahora invadidapor los zombis recién llegadosque intentabancolarsedentromientraslasbalassilbabanasualrededor.Ynoesquelesimportarademasiado.

Seveíaquesehabíanhechointentosporamurallarlaciudadensuparteexterior,peroaunasísepodíapensarquelagranextensióndelamisma,asícomolafaltaderecursosydeprevisiónanteunainvasióndeaqueltipohabíanhechoquelaobranosecompletaraenlosúltimosveinticincoaños,algoqueahorapodíacostarcaroasushabitantes.

Marcintentósituarse,pasójuntoauncartelqueparecíaindicarelnombredelaciudad,peroqueestabalosuficientementegastadocomoparaquenosepudieraleerbien. «Abu Raguan», creyó ver, aunque estaba más preocupado en pasardesapercibidoantehumanosyzombisqueenquererinformarsedellugarenelqueseencontraba.Trasunosminutosobservando,decidióque lomejorera intentarentrarporlazonanortedelaciudad,laopuestaadondeestabalaconcentracióndezombis.

Sinintentarperderdetalledecuantolorodeaba,optóporcaminarcercadelrío,oculto por la maleza. No importaba el ruido que hiciera al avanzar ya que elestruendodelasbalasylosgritosdelagentecubríancualquiertipodesonidoqueélpudieraprovocar.

Al fin, tras cinco minutos caminando, llegó hasta un lugar por el que podía

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internarsefácilmenteenlaciudad.Sedetuvounossegundos.Debíaasegurarsedequenohubieranadieenlasinmediaciones,yaquenoqueríaserconfundidoconunzombiymoriracribilladodelamaneramásestúpida.Elmuroquerodeabalaciudadengranparte de su perímetro era casi inexistente en aquella zona; apenas vio algunosmontones de arena que no supo determinar si habían sido plantados allí por el serhumanooporlanaturalezaalolargodelosaños.

Se arrastró por el suelo y subió a uno de losmontículos. Fue entonces cuandopudo ver el panorama: había gente corriendo de un lado a otro, aunque todosdenotaban una falta de alimentación e higiene notables, seguramente fruto delaislamiento en que habían estado inmersos durantemás de dos décadas. Las casaseran bajas, de uno o dos pisos por lo general; había alguna de tres o cuatro,sobresaliendo envariospuntosde la ciudad.Fue en aquelmomento cuando sediocuenta de que en la zona central de la ciudad había un recinto rodeado por unamurallamuchomásfirmequeaquellaqueacababadeatravesar.

Sindudarlodosvecesseinternóenunadelascallejuelas,intentandolocalizaraalgunapersonaconaspectodeautoridad,alaquepoderabordaryhacerpartícipedelo que en aquellosmomentos era de vital importancia para la supervivencia de laciudad:elmododemataraloszombis.

Pero enmedio de aquel caos que le ayudaba a pasar desapercibido no parecíahabernadieconesascaracterísticas,porloquedecidiódirigirsehaciaelsur,dondeseestaballevandoacabolabatallaprincipalcontralosengendroscaminantes.Notardómuchoenllegar.Conformeseacercaba,lascallesseibandespejandoysimplementese desplazaban por ellas algunas personas armadas decididas a hacer frente a loszombisenlamuralla.

Unavezallíseencaramósinmuchasdificultadesycontemplóelpanorama.Eradesolador.Bajosuspies,aunoodosmetros,habíaunaauténticamareadezombis,eraninclusomuchosmásdelosquehabíacalculadodesdelaotraorilladelrío,habíamiles,salidosdeDiossabíadónde.Dealgunamanera,consuestúpidojuegohabíancongregadoaaquellaauténticamanifestacióninfectademuerte.

A su lado, a algunos metros de distancia, había varias decenas de defensoresintentandofrenarelavancedeloszombis,aunqueestosúltimos,porloquepodíaver,se acababan colando por cualquier lado, aprovechando las rendijas que ofrecía ladesvencijadamuralla.

FueentoncescuandoMarcseacercóaunode losgruposde tiradorese intentóconvencerlosdequedispararandirectamentealacabeza.

—¡A lacabeza! ¡Disparada lacabeza!—gritóenvano,dándosecuentadequenadieentendíasuidioma—.Tothehead,tothehead!—repitióeninglésyluegoenfrancés—.Alatête,disparezalatête!

Yrecogiendounrifledelsueloapuntóduranteunossegundosaunzombi,disparó

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ylereventólacabeza.Fueentoncescuandolaluzdealgunodelosqueestabanasualrededorparecióencenderse;hastaesemomentolohabíanestadoobservandocomoquienmiraaunloco,intentandoaveriguarquiéneraaqueltaradodetezblanca,perofinalmenteparecieronentenderloqueelextranjeroestabaintentandodecirles.

TímidamenteymirandodereojoaMarc,unodelosquelohabíaobservadocargósurifle,apuntóalacabezadeunzombiydisparó,reventándoselacomounmelón.Elzombicayóinertealsueloytodos,alborozados,comenzarontambiénaapuntaralacabeza de los zombis que asomaban sus manos por encima del muro, intentandoaferrar las piernas de los defensores.Alguno de los hombres que estaban cerca deMarcseacercóparadarlelasgracias,golpeándolelevementeelhombro.

Loszombiscomenzaronacaerconmayorrapidez.Inclusoasí, labatallaestabaperdida de antemano y apenas diezminutosmás tarde los defensores tuvieron queretirarse. Los zombis acumulados frente a algunas zonas de la muralla estabansirviendoderampaparalosqueveníandetrás.

Marcfue invitadoaseguira losdefensores,aunqueno logródeterminarenquéidioma le estaban hablando. ¿No deberían hablar en francés? En realidad le dabaigual,el lenguajecorporalcumplíasufunciónperfectamenteysabíaque leestabanindicandoquelossiguierahaciaalgúnpunto.

Comenzóa caminardetrásde ellos, dándose cuentadequemarchabanhacia lapartecentraldelaciudadqueestabarodeadaporaquellasegundamurallaquehabíavistopocoantes,aparentementemásaltaysólidaquelainicial.

Enmediodelasestrechascallejuelasquecomponíanaquellaciudad,Marcllegóalaconclusióndequesumisiónallíhabíasidocumplidaconéxito,porloquedecidióretirarse y desaparecer rápidamente antes de que las cosas se pusieran más feas.Comenzóacorrerhaciaelexteriorconelfindellegarconelríoycruzardenuevohastalaotraorilla.Entoncessediocuentadequenoteníamuyclaroenquézonadelaciudadseencontraba:sehabíaperdido.Desorientado,intentóubicarsemejor,perojusto en ese momento, tras girar en una esquina, se dio de bruces con unamanifestaciónzombientodaregla.Debíadehaberuncentenardeelloscubriendolacalle,aapenasmediometrodeél.Sisusteoríasnoeranciertasestabacondenadoamorir.

Marcpermanecióinmóvil,petrificadoporelmiedodeteneranteélytancercaaaquelnumerosogrupodezombisqueavanzabanhaciaelinteriordelaciudadconelúnicofindetomarlaeintentarlocalizaralgúnserhumanoquellevarsealaboca.Loszombisqueteníafrenteaélerandelomásvariado:algúnqueotroblancoperdido,negros,árabes…Estabaclaroqueallíestabarepresentadolomejordelcontinente.

Los nervios y la presión hicieron que por primera vez enmucho tiempo fueraincapazdereaccionar.Biensabíaeldestinoqueélyahabíatenidoladesgraciadeveranumerososzombisdecercadelolargodesuvida,peroaquellopodíadesbordarlos

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nervios del hombremás seguro de laTierra. Por suerte, en apenas unos segundos,aquellos zombis ratificaron la teoría que veníamanteniendo conTony desde hacíasemanas: ahora él era uno de ellos. Los zombis pasaron a su lado como si noexistiera,recibiendoúnicamentealgúntorpeempujón.

«Nome lopuedocreer»,pensóMarcanteaquellasituación.«Nomeprestan lamás mínima atención, es como si no existiera, como si me consideraran uno deellos».

Estar rodeadode todosesoszombis leprovocabaunasensación tremendamentedesagradable. El nauseabundo hedor que emanaban, la visión de sus cuerposmutilados—unbrazodislocadoporaquí,unabocadesgarradaporallá—,sugrotescasonrisa, con aquellos dientes rotos y sucios, le hicieron vomitar en un par deocasiones.Sinembargo,nofueconsideradoporaquellamasacomoalgomásqueunsimpleobjetodedecoración.

Aprovechandoesaventajadecidióalejarseantesderecibiralgúndisparoodequealguno de aquellos apestosos caminantes se lo pensara dos veces. A empujones,comenzóamoverseapartandoa loszombisqueahora lo rodeabane ignoraban.Alprincipio,comenzódesplazándoloscontímidoyrespetuosocomedimiento,comosipensara que en cualquier momento aquel halo de inmunidad que parecía rodearlefuera a desaparecer; posteriormente, viendo que el tiempo acuciaba, lo hizo aempujónpuroyduro.

Estarrodeadodezombisypoderobservarlostandecercaeraalgoconloquenohubierasoñadoenlavida.Envariasocasionessintiólatentacióndequedarseallíenmedio, observando, dejándose llevar por la marabunta, lo cual le hizo pensarse siaquello era debido a su curiosidad científica, a una extraña reminiscencia delsíndromedeEstocolmooaunpasomásensuprocesodetransformación.Dehecho,de haber tenido un móvil y haber podido comunicarse con Tony, seguramente sehabríaplanteadomuchomásenseriolasituación.

De todas formas, tiempo tendría seguramente en el futuro de poder repetir laexperienciayestudiarmásdecercaa todosaquellosseres,peroahora, laprioridaderaalejarsedeallíydeterminarjuntoaTonycuálseríaelsiguientepaso.

Para cuandoMarc logró reunirse conTony, la luna hacía ya algunas horas queasomabaentrelasnubes,iluminandolasahorafríasarenasdeldesierto.DequeTonyqueríaaMarccasicomoaunhermanonohabíaduda,aunqueenocasionessufeenlaamistadtuvieraquepasarporalgunaqueotraprueba.

—¡Nome lopuedocreer!—exclamóMarcal llegarhasta lapalmeraen laqueTonyestabarecostadodurmiendoapiernasuelta—.¡Yo,rodeadodeputoszombis,ytúaquí,durmiendotranquilamente!

—Reflexionabaconlosojoscerrados—sedisculpóTonysinpoderesconderunbostezo—.Nomecabíalamenordudadequevolveríassanoysalvo.

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Marcnodijonadamás,seacostóeintentódescansar.

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Capítulo5

Ubicaciónincorrecta

Unavezmás,elsueñodeMarcestuvoplagadodepesadillas,todasrelacionadasconmuertos y no-muertos.Aun así, no se despertó ni una sola vez y conforme fueronavanzandolosminutossefueolvidandodelosdetalles.

Tonyyasehabíadespertadoynotardóensaludarle.—Buenos días, compañero —dijo en el tono más cordial que fue capaz de

entonar,intentandoquesuamigoleperdonaraporlacabezaditadeldíaanterior—.Esunapenaquenopudierasconseguiralgodecaféentuexpediciónnocturna…

—Es lo que tiene intentar salvar el pellejomientras tu amigo duerme a piernasuelta. De todas formas, puedes ir túmismo y traerlo. Te informo de que nuestroexperimento ha hecho que aquella pobre ciudad esté ahora rodeada de miles dezombis,posiblementehastaelfindesusdías,yaquenologroadivinarcómopodrándeshacersedeellosenlascondicionesenqueviven.

—Tampoco es cuestión de fustigarnos mucho, no creo que nuestras espaldaspuedansoportarunacargamássobreellas—replicóTony—.Tardeo temprano lesibaapasar:esaplagadelangostasmuertasteníaqueacabarllegandoaalgúnsitio.

—Terecuerdoquelaplagalaformamosnosotrosconnuestrojueguecito.—Juegoono,elcasoesquepocopodíamoshacerparaevitarlo.Detodosmodos,

convendría sermásoptimistaso,por lomenos, intentardecidirquéhacemosahoraqueparecequenoshemoslibradodeesostipejos.

Marceraconscientedequeladesesperacióncomenzabaacebarsesobreellosyquesicontinuabanasísoloeracuestióndetiempoquelesllegarasufin.

—Seguiremos río abajo, hacia su desembocadura —dijo Marc, intentandoimprimiralgodeoptimismoalafrase—.Veremoshastadóndenosllevaysiporelcamino damos con alguna otra ciudad… Puedes ahorrarte cualquier tipo decomentariojocosoalrespecto,porquelamarabuntapareceentretenidaconlaqueyaencontramos.

Una vezmás, amparados por la ocasional sombra de las palmeras, iniciaron lapesadamarchaporlariberadeaquelenormerío,esperandoquelescondujeraaalgúnsitio.

Pasaronlosdías lentamenteyunavezmáselabatimientohizopresadeMarcyTony. Estaban agotados y hambrientos. Además, durante el camino no se habíanencontradoni conhumanosni conzombiscon losconversarobatirseamuerte, locualhacíatodavíamástediosaelcamino.

Fue al cabo de pocomás de una semana cuando comenzaron a notar que algocambiabaenelpaisaje.Primerofueeldescubrimientodelosrestosdeunacarreteraqueaflorabaentre la arena, conclaros signosde llevar abandonadabastantes años.

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Había carrocerías desvencijadas por todas partes; estaba claro que fue una vía deescape por la que muchos habían intentado huir del horror zombi cuando esteaparecióporprimeravezenelcontinentenegro.

Másadelante,fueelríoelquecomenzóadarmuestrasdediversidadenformadegrandesbarcosembarrancadososemihundidos,porlogeneralenbastantemalestado.Setratabaensumayoríadecrucerosfluvialesturísticosquehabíanencontradoallísufin,bienchocandoentreellos,biencontraalgúngrupoderocaso inclusocontra laorilla.Porsi fuerapoco, laescenase ibarematandoconlapresenciadenumerososrestosóseosdesperdigados.

Aquello no tenía buena pinta y no auguraba que fueran a encontrarseprecisamente con un ser vivo a lo largo de las siguientes horas,más bien todo locontrario.

—Estome damala espina—dijoTony sin perder de vista ni los barcos ni loscoches,nofueraquedealgunodeellossurgieraalgunasorpresa.

—EsevidentequeesteeselescenarioquenosesperaentodaÁfrica—dijoMarc,contemplandoaquelladestrucción—.Metemoquesiseguimoscaminando,laescenaconlaquedaremosnoserámásagradable.

Faltosdealternativasysinmediarpalabra, reanudaron lamarcha.Alrededordecuatroocincohorasmástardealcanzaronlacimadeunpequeñomontículodesdeelque pudieron observar una escena tétrica como pocas: debajo de ellos, a varioscientosdemetrosdedistancia, se extendíauna ciudadhastamás alládedonde lesalcanzabalavista;unaciudad,además,llenadevida,omásbiendeno-vida,yaquehabía zombis por todas partes, algunos caminando, la mayoría parados, en unaespeciedeestadodevegetación,deletargo,alparecerperenne.

Perolopeordeaquellaescenaeranlostresmonumentosquesealzabanenmediode todoaquello, tres inmensosobjetos triangularesconstruidoshacíaalgunosmilesdeañosatrás,laslongevaspirámidesdeGuiza.

—¿Cómohemospodidosertanestúpidos?—semartirizabaMarc,contemplandola escena—. Los muy bastardos nos soltaron bastante más al este de lo que nosdijeron,enEgiptoynoenMarruecos.

—Elcuriososentidodelhumormercenario—comentóTony—,carenteporotroladodesentido,yaquenoleveounarazónlógica.

—¿Cómononoshemosdadocuentaantes?—dijoMarc, incapazdeocultar suincredulidad.

—NohaberestadonuncaenEgiptoayuda—contestóTony—.Yyotampocosoymuybuenoidentificandodesiertos.Paramítodossoniguales.

—Bueno,hemos llegadohastanuestroparticularDorado, ¿quéhacemos ahora?—preguntó Marc, incapaz de tomar una decisión y con la esperanza de que sucompañeropudieratrazarporsímismounplan.

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—Va siendo hora de tomar la iniciativa, esto de que las circunstancias nossuperenconstantementeempiezaaresultarmolesto.

—Sonlaspalabrasperfectasparaunepitafiooparaunapelículadeacción,esperoquetuideanosealadeentrarconuntanqueenElCairoylibrarladeloszombis—dijoMarc,algoasustadoporeltonotemerariodesuamigo.

—No,pordesgraciavamásencaminadaasalvarnuestroculo—contestóTony,observandolasituación—.Creoquenohabíavistotantoszombisjuntosenmivida,debedehabercientosdemilesallíabajo.

—Esperoqueno lesdéporhacerunamarchazombi sobreEuropa…—suspiróMarc.

—Da igual, no podrían atravesar elmuro que construyeron cerca delCanal deSuez. A menos que esos bichos hayan aprendido a trepar, porque al ritmo quevamos…Entodocaso,miideaesintentarescapardeestelugaryregresaraEuropa.Tenemosquellegarhastaalgunazonacosteraeintentarhacernosconunabarcaoconcualquiercosaquefloteynossaquedeaquí.

—Puesmetemoqueestamosalgolejosdelacosta,calculoqueaunosdoscientoskilómetros.Asíque,sinomeequivoco,enlamejordelascircunstanciasnosllevaríacincuentahorasdecamino—comentócontonoapesadumbradoMarc.

—Esomepreocupapoco—dijoTony—,debemosdellevarcaminadoyamuchomásqueeso.Loquemepreocupaesquealsalirdeaquínosencontremosconzombisa cada paso, y no nos podemos permitir el lujo de tener detrás de nosotros a unalegióndeno-muertosalaquedifícilmentedaríamosesquinazo.

—Prefieronoimaginármelo.¿Algunasugerencia?—preguntóMarc.—Necesitamosunvehículoquenosmantengaalejadosde losapestadoscuando

nosencontremosconellosyqueademáslohagaaunavelocidadlosuficientementerápida como para alejarnos de su jodido radar o de lo que sea que utilicen paradetectarnos.

—Pues me temo que tendremos que buscarlo por ahí abajo —dijo Marc,señalandohaciaelCairo—.Puedoiryoyversisigosiendoinmunealasmiradasno-muertas.

—Descartado. Yo no me quedo solo de nuevo. Hace unos días, gracias a tuingeniosa y brillante idea improvisamos una recreación del sitio de Numancia ydejamos a esos pobres desgraciados rodeados de zombis para el resto de suseguramentecortaexistencia.

—Pues lo tenemos complicado, porque no creo que podamos atravesar esamarabuntaasícomoasí.Encuantohuelantucarnefresca…

—Vale,puespodemosusarunadeesasbarcazaeirríoabajo—dijoTony.—Un plan elaborado y sin fugas —dijo sarcásticamente Marc—. Aunque, en

realidad,nomeparecetanmalaidea.Noséadóndeconduceelrío,mearrepientode

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no haber estudiado más Geografía… Pero, desde luego, desemboca en elMediterráneo.Talveztengamossuertedespuésdetodo.

MarcyTonycomenzaronacaminarendireccióna lazonadelríopróximaa laciudaddondeyasedistinguíannumerosasembarcaciones.Demomento,parecíanohaber zombis en las proximidades, aunque eran conscientes de que comenzaban aentraren«territoriocomanche»yqueencualquiermomentopodríanencontrarsedenuevoconunodeaquellosdepredadores.

Conformeibanaproximándoseasuobjetivo,podíancontemplarmásdecercaelestadodelasembarcaciones,quenoeranpocas,yqueconformabanunauténticomardelosSargazos.

—Meparecequeestonovaasertansencillocomopreveíamos—dijoTony.—Haycientosdebarcosdetodotipo…Debiódeformarseunverdaderoatasco

cuandotodoelmundotuvolagenialideadeabandonarlaciudadutilizandoelrío.—Tuvoqueserunaverdaderamasacre—selamentóTony—.Estamoshablando

dedecenasdemillonesdepersonasabandonadasasusuerte.—Mal momento para pensar en ello, amigo, el momento fue hace veinticinco

años…Notemartirices,túnotomasteesadecisión.Tepuedogarantizarque,porloque he leído, a nadie le tembló el pulso cuando firmaron el cierre de las fronterasafricanas. Yo casi no lo recuerdo y es muy poca la información que se puedeencontrarenInternet,perosoloalgunosintegrantesdelosVerdesprotestarony¿quélespasó?Quefueronapaleados.

—Unadecisiónbastantecobarde,noentiendoporquéfueaprobadapormayoría.—Siesquefueaprobada.Terecuerdoquenodebescreertodoloqueleasenlos

libros deHistoria—matizóMarc—.Eran otros tiempos, tiempos de desesperaciónsin duda: la supervivencia de la raza humana estaba en una balanza. Eran ellos onosotros.Yaquí,enÁfrica,tepuedogarantizarquehabíamuchosde«ellos».

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Capítulo6

OperaciónÁfrica

WashingtonD.C.,23añosantes.

—No sabes lo que odio todas estasmedidas de seguridad—dijo el general Priestmientras le extraían una muestra de sangre que era mezclada al instante con unextrañolíquidodecolorazul—.Eslaterceravezquemepinchanenloquevadedía.TantaprotecciónparaqueluegopasecomoenelSenado,¿recuerdas?,aquelsenadorquesetransformóyacabómordiendoacuatrodesuscompañeros.

—Sitetengoquedecirlaverdad,yoprefieroquemepinchendiezvecesalfinaldeldíayestarsegurodequenoestoycaminandojuntoaalguieninfectado—contestóel almirante Layton—. En estos tiempos que corren no podemos estar seguros denada,pormuchoquequeramosnegarlo,larealidadesquehayunnuevoordenylascosasjamásvolveránasercomoantes.

El general Priest y el almirante Layton habían formado parte de la últimaOperaciónLimpiezaencaminadaadesinfectardezombislacapitaldelEstado.Habíasidounatareaarduaenlaqueseperdieronmuchoshombres,peroconellasepudogarantizaralnoventaycincoporcientolaausenciadezombisenlaciudad.Todavíaeraprontoparaerradicarporcompletoaquellaplagaenlasgrandesciudades,dondehabíamilesdelugaresenlosquelosapestadospodíanesconderse:pozos,trasteros,zanjas,ruinasdeedificios…Cualquieragujeroerasusceptibledeestarocupadoporunodeesosindeseables.Porsuerteparaellos,aquellosanimalesnopodíanresistirsealapresenciadeunbuenhumanovivitoycoleante,porloque,sinduda,empezaríanaaparecerunotrasotro,facilitandosutotaleliminación.Soloeracuestióndeesperar.Sin lugar a dudas, la humanidad estaba destinada a sobrevivir y a hacerlo comoespeciepredominante.

ÁfricaySudamérica,sinembargo,constituíanunestrepitosodesastreparatodos.EnelcasodelgeneralPriestyelalmiranteLayton,supreocupaciónprincipaleraelcontinente negro, ya que estaban encargados de solventar a cualquier precio elpequeño«problema»querepresentaba.

Aquellaeralasextareuniónqueteníanenloqueibadesemana.Prácticamentenohabíahabidoavances.LosdatossobreÁfricaeraninsuficientesylascomunicacionesanivelglobalaúnseestabanreestableciendo,porloquenisiquierapodíancontarconlossatélites.

CuandoPriestyLaytonentraronenlasala,elrestodesuscompañerosestabanyasentados con un puro en la mano y con las pantallas proyectando todo tipo deimágenesydatossobreÁfrica.

—Esperoqueanadie lemolesteelhumo—dijoelgeneralPriest retóricamente

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mientrasentrabayestrechabalamanodeunodesuscompañeros—.Llegaráeldíaenquelosprogresistasprohíbanfumarenespacioscerrados.

—Preséntameaunizquierdistadeesosyleapagarémiputopuroensuasquerosoculorojo—fanfarroneoelgeneralLogan.

—¿Algún avance? —preguntó el almirante Layton, a pesar de conocer larespuesta.

—Pocos. Estamos recabando datos para poder determinar el alcance de lasituación —contestó el general Logan—. Nuestros aliados soviéticos estándesembarcandoenestosmomentossustropasenlaPenínsuladelSinaíconlaideadedesplegarlas en elCanal deSuez.Necesitamos establecer unpunto de observaciónavanzando.

—Han tenido que rodear lo que queda de Israel porque les negaron el paso—añadióelgeneralRichards—.Perdieronunpocodetiempo,peroalfinalllegaron.

—Nosotros estamos intentando desplegar en la desembocadura delNilo lo quenos queda de la Sexta Flota—añadió el almirante Layton—. En breve tendremosinformacióndeprimeramanoypodremossaberconcertezaquéestásucediendo.Noes normal que no tengamos ningún tipo de comunicación desde aquella zona.Imaginoquelossistemashabráncaído,peroaunasí…

Enesepreciso instante,uncaboentróen la salaabriendo laspuertasdeparenpar. Respiraba entrecortadamente. Cuando levantó la cabeza y sintió la mirada deaquelladocenadealtosmandosdelejércitosecuadrósinpensarlo,encomendándoseatodoslossantosparanopasarelrestodeloquequedabadeañoenelcalabozo.

—Lo…losiento,señor…señores—dijo,mástiesoqueelpalodelabanderadebarrasyestrellasqueondeabasobreeledificio.

—Algrano, joven,algrano,notenemostiempoparaperderenformalidades—dijo el general Xavier, el más antiguo y demayor rango de los presentes, con suhabitualsemblanteserio.

—Señor,hemosperdidoelcontactoconlosrusos—dijonervioso—.Estabanenmedio de una comunicación cuando, de repente, dejaron de transmitir. Hemosintentadovariasvecesretomarelcontactoperohasidoinútil.

—¿Que han perdido el contacto? ¡Qué demonios quiere decir con «perder» elcontacto!—preguntóindignadoelgeneralLogan—.¡Puesretómenlo,malditasea!

—Se… señor, llevamos más de cinco horas intentándolo y no hay forma —contestóelcaboSpencer—.DoscazasFightingFalconF-16salieronhacepocodelUSSDwightD.Eisenhoweryenbrevenosenviaránporfaxalgunasfotosaéreasdelazonaalaesperadepoderobteneralgunainformaciónvíasatélite.

Eneseinstante,elintercomunicadordelcaboSpenceremitióunbrevesonido.—Meavisandequedeberíanestar entrandopor fax las fotosobtenidaspor los

cazasyenviadasdesdeelUSSMountWhitney—dijoelcaboSpenceraltiempoque,

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enefecto,comenzabaaponerseenmarchaelfax.ElgeneralLoganseacercóimpacientealaparato.Habíacomenzadoaescupirla

primeradelaspáginas.—¡Demonios,noesposible!—exclamóelgeneralLoganalverlafotografía—.

¡Estonopuedeestarocurriendo!El general, visiblemente alterado, soltó la foto sobre la mesa. Todos pudieron

verla. La imagen no dejaba lugar a dudas, los soldados rusos estaban siendomasacradosporunariadadezombiscomonosehabíavistohastaelmomento.Lassiguientesfotografíasconfirmabanlaprimera:milesdezombiscaíanenmasasobrelossoldadossoviéticos,incapacesdedetenerelavance.

—¿Cómo es posible? —preguntó completamente pálido el general Priest—.¿Acasonodisponendelamejortecnologíaparadetenerlos?

—Deben de haberles cogido por sorpresa…—elucubró el almirante Layton—.Nohayotraexplicación.

—Sílahay,pordesgracia—dijoelgeneralXavier,apoyandosusmanossobrelamesadereuniones—.Nohayquebuscarmásexplicacionesquelasquemuestranlasfotos, esos hombres han sido sobrepasados en número; se enfrentan a un enemigomuysuperioraloqueesperaban,unenemigoimplacablequenotemeaningunaarmaqueelserhumanohayapodidoopuedaconstruir.Parece,además,quelossoldadosrusos no han sabido sobreponerse a la fantasmal visión de un ejército demuertoscomonohahabidoenlahistoria,yahoraloestánpagandocaro.

—Señor,meinformanquetenemoscomunicaciónconunodelosF-16queestánsobrevolando lazonaenestosmomentos—dijoelcaboSpenceral tiempoqueporlosaltavocessituadossobrelamesacomenzabaaoírseunsonidoestáticoqueavisabadelainmediatezdelacomunicación.

—Estamos sobrevolando la zona ocupada por los soviéticos y la situación esmucho peor de lo informado en el reporte inicial —comentaba un piloto—. Elescenario es crítico. Está teniendo lugar una verdadera masacre, los red estánhuyendo en desbandada… Es… es espantoso… Miles, millones de zombis estánaniquilándolos sin piedad…Muchos están petrificados, no reaccionan… los estándevorando…Escomounamarabuntaarrasándolotodoasupaso.

Denuevosehizoelsilencio.Enlasaladereunionessepodíapalparlatensión.—Hay zombis hasta dondeme alcanza la vista—dijo por fin el piloto—, son

demasiados,nohabíavistonuncanadaigual.—¿Dedóndedemonioshansalido?—preguntóunodelosgeneralespresentesen

lasala.ElalmiranteLaytonsuspiróydijo,respondiendoasucompañerodemesa:—Creoqueesobvio.Hemosestadoluchadotodosestosañosporsobrevivirypor

defendernuestrasciudades,peronosolvidamosdeÁfricaysusmilypicomillones

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dehabitantes.Eslógicoqueahora,convertidosenzombis,intentenencontrarcomidacomosea.Y,claro,lossovietsaparecenagitandosusarmasyllamandolaatención,yse convierten en la única fuente de carne fresca a su alcance enmiles ymiles dekilómetros…Ha sido tan estúpidocomomenear el culo enunapiscinaplagadadepirañashambrientas.

—Y lo peor es que les hemos enseñado el camino. Tenemos que encontrar unmododedetenerlosodentrodepocoarrasarántambiénelcontinenteasiático…SoncapacesdeatravesarAlaskaparavenirapornosotros.

—¿Quésolucióntenemos?—preguntóelgeneralRichards—.Estamoshablandodeunacantidadingentedezombis,deunamareano-humanaquedesconoceelmiedoyquenosecansanidesfallece.Vanaavanzarsinmás.

—¿Bombas atómicas?—preguntó unode los generales—.Podemos fumigar elcontinentedearribaaabajo.

El generalXavier suspiró, en ocasiones odiaba tener que compartir sala con eltípico general sureño que todo lo solucionaba del mismo modo y que suplíaignoranciaconfuerza.Almenosestaveznohabíahechoningúntipodecomentariosobreelgrantamañodesuspelotas.

—Por supuesto, buena opción, estamos hablando simplemente de ocho milkilómetroscuadrados—respondióelgeneralXavier,resignadoaquesucompañeroseguramente fuera incapaz de captar el sarcasmo—. Un acto heroico que seríarecordadoenloslibrosdeHistoriadurantesiglos.

La sala permaneció en silencio durante unos minutos. Entonces, de nuevo, seescuchólavozdelpiloto:

—Lasituaciónabajoseestácomplicadotodavíamás.Enestosmomentoshayunadesbandadageneral, los rusos abandonan lasposiciones enmasa.Estándejando suarsenalyhaynumerososvehículosquechocanentresí,provocandoexplosiones…

»Un misil lanzado por uno de los vehículos de artillería ha estado apunto dealcanzarme…¡Dios,handadoaRoger-03!¡Repito,handadoaRoger-03!

Tras unos segundos de silencio el piloto retomó el relato de cuanto ibaobservando:

—Hanlogradosaltardelaviónaccionandolasillapropulsora,creoquelospilotoshansalidoconvida…

»¡Mierda,no!—gritóelpiloto,dándosecuentadeloqueacababadesuceder—.Estáncayendosobre lazona infectada,no tienenescapatoria…Unodeellosnohaconseguido desengancharse de la silla y lo están destrozando, no puedo ver losdetallesdesdeaquíarriba,peronopodemoshacernada.Nuestrofuegodecoberturaapenaslograacabarconvarioscientosyyahayotrostantostomandoelrelevo…Sucompañero está disparando… Intenta abrirse hueco, pero solo retrasa algunossegundosmássumuerte.Halanzadounabengalacontravariosyhancomenzadoa

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incendiarse…Creoqueacabadedispararseenlabocaconsuarma…—¡Joder!Creíaqueestodeloszombisyaestabacontrolado,peroesosmalditos

bastardos hijos de puta parecen empeñados en darnos por culo a todos—dijo elgeneralLogan.

—Sí,parecequenadieleshaexplicadoquehanperdidolaguerra…—suspiróelgeneralXavier.

—MerecuerdanaesoscondenadosjaposquenoseenterarondequelaSegundaGuerraMundialhabíaterminado—apostillóelgeneralLogan.

—Bien, no saldremos de aquí hasta que este asunto esté solucionado—afirmócon tonosolemneelgeneralXavier—.Quieroa todas las fuerzasmovilizadasyenalertadesdeahorayhastaqueestanuevacrisisestécompletamentesolucionada.

»Se levanta la sesión hasta dentro de una hora y para entonces quiero ideas ysoluciones,yelprimeroquenombrenuestroarsenalnuclearobtendráunconsejodeguerracomorecompensaasubrillanteyagudoingenio.

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Capítulo7

Lasoluciónfinal

HabíanpasadodosdíasdesdelosterriblessucesosdelnorestedeÁfricayningunodelos miembros del AltoMando había logrado dar aún con una solución aceptable.Todas,sinexcepción,requeríanalgúntipodesacrificioquenoestabanmuysegurosdepoderllevaracabo.Paraterminardeempeorarlascosas,lasituaciónpolíticaenlosEstadosUnidosnomejorabaelpanoramageneral,yaqueahora,conelEstadodeEmergencia a punto de desaparecer, los dos partidos, demócratas y republicanos,comenzaban a asomar las orejas para recuperar el terreno perdido frente al podermilitar.

Desde el inicio de los incidentes, la estabilidad del Gobierno se viocomprometida.Conlascomunicacionesarrasadasyelterrorinstauradoenlascalles,resultó imposible gobernar el país y mucho menos controlarlo. Incluso el podermilitar estuvo perdido durante meses y necesitó bastante tiempo para poderorganizarse en torno a alguien capaz de reconducir la situación. Ese alguien debíallevaracabolaReconquista,laoperacióngraciasalacuallahumanidadpereceríaosaldríaporfindelatolladeroenqueellasolasehabíametido.

Esa figura fue el general Xavier, una persona coherente y leal al pueblonorteamericanoquereorganizóalejércitoparaformaruncuerpocapazdeenfrentarsea los zombis y derrotarlos con base en la información que sobre los no-muertoshabían ido recogiendo. Tras numerosas bajas y muchos sacrificios, la OperaciónReconquista funcionó y ahora estaba en manos del general Xavier el devolver elpoder al pueblo, aunque era consciente de que no todos sus compañeros opinabancomoélyqueeranmásproclivesamantenerelstatusquoestablecidoalaesperadeverquésucedía.«Elpueblonohasidocapazdegobernarseentiemposdecrisis,porelloahoranoesmerecedordehacerlodenuevoydefracasar».Esteeraelargumentoesgrimido por generales como Logan y Richards, así que el general Xavier debíatenercuidadoalahoradetomardecisionessinoqueríaverserelegadoaunsegundoplano o eliminado simplemente de la ecuación gracias a la manida y recurrenteexcusa del «bien mayor». Era mejor estar dentro de aquella semi-conspiración ydirigirlaqueobservarladesdefuerasinpoderhacernada.

Asíqueahoraseveíaobligadoa tomarunadecisióncomplicadayahacerlodemanerarápida,pueslasituaciónempeorabapormomentos.Lassolucionesqueteníafrenteaéleranrealmentepésimasyningunadeellashubierasidojamásaprobadaporlos gobernantes de ningún estado de derecho, si es que quedaba alguno en piedespuésdelaPlaga.

Demomento,sehabíaactivadolaCuartaFlotaquejuntoalaSegundadesdeelAtlánticomarchabayaparaapoyaralaSexta,situadaenlasproximidadesdeEgipto

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yalaQuinta,quedesdeelGolfodeAdénseacercabaporelMarRojo.Eralamayorcongregaciónarmamentísticareunidaporunimperioalolargodetodalahistoriadela humanidad, con la paradoja de que se debían enfrentar a un ejército cuyosmiembrosnoeranhumanos.

Lasdiscusionesalolargodelosdosúltimosdíashabíantranscurridoentornoalmododedispersaraquellamultituddezombisqueavanzabaganandoterrenoyqueamenazabaconinternarsepocoapoco,primeroenelcontinenteasiáticoy,mástarde,enEuropa.

—¡NoentiendocómonariceshanlogradoatravesarelmalditoCanaldeSuez!—exclamóelgeneralRichards—.Es imposible,esosanimalescarentesdecerebronopuedennadar,almenosquesesepa…

—Estáclaroquelosrusostampocoseloesperabanyleshacostadocaralabroma—indicóelgeneralPriest—.Peroesoahoraimportapoco,elcasoesquehancruzadoyavanzanporlaPenínsuladelSinaí.

Eneseprecisoinstante,elgeneralLoganentróenlasalaconunmanojodefaxesenlamano.

—Han atravesado el condenado Canal por la zona de Al Qanjarach —dijomientras se sentaba, arrojando sobre la mesa las fotografías del área que habíanrecibido—.Esos egipcios en sumaldita huida de la quema atascaron elCanal contodotipodepuentesporunadesuszonasmásestrechasyahoraesosanimalesestánpasandoporahíasusanchas.

—¿Qué garantías tenemos de que sea el único punto de fuga? —preguntó elgeneralXavier.

—Ninguna, de hecho es más que posible que a lo largo de los kilómetros ykilómetros del Canal hayamás puntos como ese—respondió el general Logan—.Esas alimañas, en su intento de abandonar la ratonera, nos han podido condenar atodos.

—La cuestión va más allá de eso —comentó pensativo el general Xavier—.Ahoraquedealgunaformahaniniciadosumarcha,serácomplicadodetenerlos,ynoestamos hablando de unos cuantosmiles. De alguna forma nos presienten, es casicomo si nospercibieran…Sabenque estamos aquí y vienen a por nosotros, y concanalesono,vendrányvendrányvendrán…

—Esunapesadilla…—apuntóalteradoelorondogeneralPollack,quenohabíahabladohastaelmomento—.Nosexterminaránatodos.

—Tranquilos,convienenodejarnosllevarporelpánicoolanaciónyelmundoenteroestaráncondenados—dijoel almiranteLayton—.Estáclaro loquehayquehacer.PorsuertepodemosdejardeladolasmedidasquetanpocagracialehacíanalgeneralXavier.

—¿Qué…quéestátanclaro?—preguntótodavíanerviosoelgeneralPollack.

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—Nuestras unidades estarán en breve en la zona, todas ellas —contestó elalmirante Layton—. La mayor fuerza militar jamás reunida por el hombre contraseressinmente.Nosgananennúmero,peronoencerebronienpotencia.Ymedaigualqueseanunmillónoveinte,notienennadaquehacer.

—Perfecto,sitodosestamosdeacuerdo,mañanaalas06:30,cuandolaflotahayadesembarcadoanuestroshombres,seiniciarálaOperaciónEspadadeFuego—dijoelgeneralLogan,quienrealmenteestabaensusalsa.Mientras,elgeneralXaviersepreguntaba por qué tenían que poner a todas las operaciones nombres tanpretenciosos.

Alas06:30,niunminutoantesniunminutodespués,ydeformasimultánea,lastropas norteamericanas desembarcaban en diversas áreas del sur y del norte de laPenínsuladelSinaí.LosprincipalespuntosescogidosparatalefectofueronPortSaidyAl-Arish al norte,Sharmel-Sheikh al sur y, cómono, unapequeña zona alejadaalgunoskilómetrosdelapropiaciudaddeSuez.

Una hora más tarde, con las tropas ya desplegadas y sin avistar todavía suobjetivo,lasbateríasartillerasdelaSextaFlotadesdeelnortedelMediterráneoydelaQuintadesdeSuez,juntoatodaladotacióndecazasdisponibles,lanzabantodosuarsenalsobrelazona.

La idea estaba clara: evitar el contacto directo con cualquier tipo de infectadoparaeliminarlamásmínimaposibilidaddecontagio.Loscientíficoshabíanhechoyapúblicaslascondicionesenqueesteseproducía,aunqueconveníanoconfiarse.

Apartirdeahí,losmisilesdelTíoSamharíaneltrabajosucio.Ahoraquesabíanque los focos de infección estaban en los improvisados puentes sobre la zona delCanal, lo primero sería acabar con ellos para después eliminar cualquier rastro dezombis.Teníanmuchosmisilesyeraelmomentodeusarlos.

A las 17:00 se pudo concluir que la operación había sido un éxito y que lamayoría de los zombis habían sido barridos delmapa.Era elmomento de atar loscabossueltosydequelostanques,seguidosporlainfantería,entraranenacción.

Poco a poco, sin tomar excesivos riesgos, las tropas norteamericanas llegaronhasta el Canal de Suez y comenzaron a levantar el campamento, sabiendo que elperímetroestabaprotegidoylaseguridadnacional,garantizada.

Les había llevado casi una semana efectuar la maniobra, pero había valido lapena.Era elmomentode la entradaen juegode los ingenieros:debían levantarunmuroqueconsolidaradeformadefinitivalaseguridadqueacababandeganarseporlafuerza.

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Capítulo8

Tendiendopuentes

LacalmareinantesobreelCanaldeSuezhabíadadopasoaunaligeratormentasobreloscampamentosnorteamericanos,desplegadosporlazonalimítrofealconductodeaguaque sesgabade formaartificial los continentesdeÁfricayAsia, yquedesdehacíaunassemanasparecíaarrastrarcualquiercosamenosagua.

Un fuerteviento comenzóa levantar la arena,provocandociertomalestar entrelas tropas recién asentadas en el lugar.La arena y el viento no eran del agrado deninguno de los soldados, como tampoco lo era tener tan cerca a los zombis, pormuchoquecontaranconunavíaartificialdenavegaciónentreunosyotros.

Habíanpasadodosdíasdesdelaaplastantevictoriasobreloszombisy,aunquelazonayaparecíasegura,alotroladodelcanalalgunosseacercabandenuevoantelainquietamiradadelossoldadosquemontabanguardia.

Enpocosdíasempezaríaa levantarseelmuroqueprotegeríadefinitivamente lazona,dejandoatrapadosa todosaquellos indeseables.Uncontinentecompletoparaellos,¿quémáspodíanpedir?Lasnumerosasexcavadorasygrúasyahabíanllegado,asícomoalgunosrefuerzosparacubrirelamplioperímetrodelCanal.

Con las primeras estrellas el viento comenzó a arreciar. Su molesto silbidotaladrabalosoídosdelossoldados,quemaldecíancomonuncaelhabersealistadoyestarahoratanlejosdesushogaresytancercadeaquellosapestososseres.

—Malditalahoraenquevinimosaquí—dijoelsoldadoMooreasucompañeroCannon.

—Solo falta que nos hagan participar en la construcción del muro ese de loscojones—añadióCannon.

—Esperoquemañanalleguenporfinlosnativos—dijoJiménez,eltercerodelossoldados apostados en la zona de las grúas—, si no, me temo que acabaremosconvirtiéndonosenvulgarmanodeobrabarata.

—Baratossomos—añadióMoore—,bastaconver loquenospaganyadondenos traen, como si nos tuviera que importar una mierda lo que les pase a estosmalditoseuropeos,siempreteniéndolesquesalvarelculo.

—CreoqueestamosenÁfrica—apuntóCannon.—Bueno, que no hay para tanto—sentenció Jiménez—. Al fin y al cabo nos

dejan probar lo último en tecnología, como estos hermosos subfusiles o estasmaravillosascámarasdevisiónnocturnaTIR.

—Yamedirásdequénossirvenconestatormentadearena—dijoMoore.—Sesuponequeconellas,hayaonotormenta,podemosvermuchomejorenla

oscuridad —respondió Jiménez, activando las suyas—. Yo te veo con bastanteclaridad…

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Enaquelmomentocomenzóaoírseunlevechirridometálicoqueinterrumpiólacadavezmásanimadaconversación.

—¿Lohabéisoído?—preguntóCannonasuscompañeros, intentandodescubrirelorigendelruido,cadavezmásintenso.

Apenas hubo acabado la frase cuando un enorme estruendo sacudió elcampamento de arriba abajo. Una de las grúas se había precipitado al vacío,empujadaporelviento.

Varias explosionespusierona todoelmundoenpie.Lagrúahabíacaído sobrealgunostanquesreventandolasantabárbaradeunodeellosy llevándosepormedioalgunasdelastiendasmontadasalolargodeldía.

Todo el mundo corría de un lado para otro mientras los puestos de controlrecibían órdenes estrictas de mantener la posición para evitar cualquier tipo deincursiónzombi.Eramejorprevenirquecurar,sobretodoconaquellosseres,dotadosdeunsentidoespecialparadetectarladebilidadhumanayliberarsuinstintocaníbal.

Conformeavanzabalanoche,latormentafueintensificándose,haciendocadavezmás complicadas las tareas de los que trabajaban sofocando los incendios y de losqueayudabanconlosheridos.Nohabíamaneradequeregresaralacalma.

—¡Esto esde locos!—exclamóMooredesde supuestode control—.Nosotrosaquísinhacernadamientraselrestodenuestroscompañerosestásalvandovidas.Avecesmedalaimpresióndequenuestrosmandossetomanalgocadamañana,antesdeponerseeluniforme.

—Noséquédecirte—añadióJiménez—,casiprefieronoestarahí,¿teimaginasque alguno de esos muertos se levantase? No quiero ni imaginar el lío que seorganizaría.

—Vesdemasiadaspelículas—sentencióCannon—.Nocreoquealguienquehamuertoaplastadoporunagrúaseacapazdelevantarseparaincordiar.Además,yaoshedichoquelazombificaciónnofuncionaporosmosisniporcontagioespontáneo,serequierenfactorescomouncontactodirectocontusfluid…

El pobre Cannon no pudo acabar la frase. Años y años de esfuerzo y trabajotiradosporlaborda.Porsuertenodejaríaunafamilia,simplementeunospadresquehacíatiempolodieronporperdidoalconsiderarleerróneamentegayyalgúnamigoquenunca logróentenderle.Ya todoellodiríaadiósporculpadeunmordisco,unmordisco directo a la yugular, un mordisco provocado por un zombi que leconvertiría en la primera víctima de la larga lista que se iría formando conformeavanzaselanoche.

—¡¿Qué cojones está pasando?!—gritóMoore, que apenas lograba ver con latormentadearena—.Cannon,¿estásbien?

Moore no veía con claridad lo que estaba sucediendo. Podía observar el rostrodesencajado de su compañero, pero poco más, hasta que notó que unos dientes

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afiladoslemordíanlamanoycomenzabanamascarsusdedoscomosidemazorcasdemaízsetratara.Susgritoshabríansidoescuchadosavarioskilómetrosdedistanciaenunanochenormal,pero,pordesgracia,aquellano loera.La tormentayel jaleoprovocadoporelderrumbedelagrúaapagabancualquiergrito.

—Estonopuedeestarpasando,estonopuedeestarpasando…—sedecíaunayotra vez Moore mientras notaba cómo empezaba a marearse—. Nuestras gafasdeberíandehabernosalertadodelapresenciadeestehijodelagranputa.

Un nuevo mordisco, esta vez en el antebrazo, hizo que sus tendones saltarancomolascuerdasdeunaguitarrarota.Estabamuerto,aunqueparaasegurarsedecidiósacarsupistolaylevantarselatapadelossesos.Nuncahabíasidomuyvalienteylosabía,peroahora,asustreintaycincoaños,yaerademasiadotardeparacambiar.

Jiménezescuchóclaramente loschillidosdeMoore,pues lo teníaaunospocosmetrosdedistancia.Agarróconfuerzasusubfusilyavanzólentamenteconlosojosbien abiertos. Estaba dispuesto a disparar a cualquier cosa que se pusiera en sucamino. Entonces vio lamacabra escena: un zombi, con el que a punto estuvo dechocar,seencontrabaarrodilladodevorandolasentrañasdeMoore.Apenastardóendarsecuentadeloquehabíasucedido;aquellasmalditasgafasdeúltimageneración,inventadas por algún científico espabilado, se guiaban por el calor corporal que,obviamente,nodesprendíanloszombis,yahoraaquelmiserableseestabadandounbanqueteacostadesucompañero.

Aquellaeralaprimeravezqueveíaaunzombitandecerca.Loteníaaapenasunmetrodedistanciaynoqueríafallar.Sinembargo,elzombilanzósumanohacialabocadelcañóny tiródeél, arrastrandoconsigoa Jiménez.¿Cómoeraposiblequeaquellasmasas de carne podrida pudieran conservar cualquier resquicio de fuerza?Esaexcesivaconfianzaeraunerrorcomúnenloshumanosyenmuchasocasionesleshabía costado la vida. Moore tuvo que reaccionar con rapidez y, ya en el suelo,desenfundarsupistola;segundoerror,apesardehaberloestudiadounaymilveces.Cuando tuvo al zombi encima no pudo evitar dispararle en el pecho, una reacciónautomática que hizo que siguiera como si nada y acercara sus dientes hasta sudesprotegidocuello.Porsuerte,conelsegundodisparonofalló.Dirigiórápidamentela boca de la pistola a la cabeza del zombi y vació el cargador, reventándosela yesparciendorestosdemateriagrisportodaspartes.

Era asqueroso, pero estaba vivo. ¿Se habría contagiado? Alguna vez pensó envolarse élmismo la cabeza y poner fin a todo aquello, aunque finalmente decidióprobar suerte y seguir viviendo. Por desgracia, parecía que el destino no habíadeterminadoqueaquelfuerasudía,ycuandoencendiósulinternaloprimeroqueviofue un segundo zombi y un tercero y un cuarto…Estaba completamente rodeado.Aquelmalditonoestabasolo,habíavenidoacompañadode todauna legióndeno-muertoscomoél.

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No sabía qué hacer. Mirase donde mirase había zombis, decenas, cientos,seguramentemiles.Estabaclaroquehabíanlogradoatravesarelríoenelpeordelosmomentos,justocuandoelcampamentoestabaenplenacrisis.

Disparóvariasvecesliquidandoaalgunos,perodenadalesirvió.Unocaíaydieztomabansupuesto.Antesdequepudierahaceralgoparaevitarlosintióunmordiscoen su muñeca y otro en un muslo, provocados por un zombi que debía de haberllegado arrastrándose. Estaba condenado y lo sabía. Agarró con fuerza la pistola,apretólosdientesydisparo.

«Moore,hoynoes tudía»,pensó,mientras recibíadosmordiscosmásy sentíacómo se desgarraban algunas partes de su cuerpo. Estaba muerto, como sucompañero,yprontodejaríadesentirdolor.

El caos asolaba el campamentoprincipal de las tropasdestinadas a pacificar lazona de zombis y a llevar a cabo la construcción de la muralla que confinaría aaquellosseresenÁfricahastaelfindesusdías.Latormentanohabíacesado,aunquehabíanpodidocontrolarlosincendiosocasionadosporlacaídadelagrúayretomarlascomunicacionesconlosdistintospuestosdealertasituadosalolargodeaquellapenínsula.Apesarde todo,habíacuatrodeellosquenocontestabana las llamadasdelpuestodecontrolcentral.Seacomo fuere, aquelloeraunproblemaque tendríaque ser resueltomás tarde, ya que lo prioritario ahora era restaurar el orden en elcampamentoantesdequelacosapudierairapeor.

Conformeavanzaba lanoche, la tormenta ibaamainandoy todoparecía indicarquelascosasvolveríanasucurso.Fueentoncescuandouncaboqueestabasobreunodelospuestosdecontroldivisóunassombrasaalgunosmetrosdedistancia.Sefrotólosojos.Nosabíamuybienloqueestabacontemplando;parecíaunamasadegenteavanzandorápidamente.Nopodíaverlaescenaconclaridad,perohabríajuradoqueestabancaminandohaciaellos.

—Señor,¿puedeacercarse?—preguntóelcaboalmandoqueteníamáscerca—.Noestoymuyseguro,perocreoquehayalgoquesedirigehacianosotrosdesdeeloeste.

Elcoronel,queestabaacabandodedarlaordenderetirarlagrúaycomprobarsisepodíahaceralgoconellamásalládemandarlaaldesguace,seacercóbostezandocon el único deseo de poner fin a aquel desastre para poder irse tranquilamente adormir.

—Señor,¿querríaecharunvistazoenladirecciónoestepunto4espacio23?Miindicadorópticonodetectanada,perosindudahayungruponumerosodepersonasacercándosehacianuestraposición.

El rostro del coronel palideció al escuchar las palabras de su subordinado. Notuvo ni que mirar hacia el negro horizonte con sus prismáticos para saber lo queestaba sucediendo, y a punto estuvo de estrangular a aquel condenado cabo que,

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ademásdeparecerquenoteníasangreenlavenas,eralomásimbécilquesehabíaechadoalacaraenmeses.

—Blancoyenbotella…—murmuróelcoronelmientrasconmanostemblorosascogíalosprismáticosymirabahacialaposiciónquelehabíaindicadoelcabo.Unaráfaga de viento arranco algunas nubes, haciendo que lamedia luna reinante en elcieloiluminaraeldesiertoyrevelandosuoscuroymacabrosecreto;elcoronelestuvoapuntodesufrirunparocardiacocuandoobservólaescenaconmásclaridaddelaquehubieradeseado.

Se tratabadecientosdemilesdezombisnegros,unacongregacióncomonosehabíavistonuncaantes.Nosabíaquéhacer,todoaquellolesuperaba,demodoquecogióalcaboporelhombroyleordenó:

—Tocazafarranchodecombate,aversierescapazdehaceralgobien,pedazodeinútil—ydiciendoesto,seechóacorrerenbuscadelgeneraldeDivisiónalcargodelcampamento.

—Señor, unamasa incalculable de zombis avanzahacia nosotros.Enbreve lostendremosencima—dijoelcoronelcasisinaliento—.Debendesercientosdemiles,millones…nuncahabíavistotantosjuntos.

—¿Estáseguro?—preguntóelgeneralretóricamentemientrasescuchabaeltoquedetrompetadelcabo.

—Sí, señor,dealgúnmodohan logradoatravesarelcondenadoCanalysortearloscontroles.

—Quiero informes de los puestos de observación a lo largo del perímetro.Necesitosaberquéhasucedidoconexactitud.¡Ahoramismo!

—Ala orden, mi general —dijo el coronel. Y, disimuladamente, cogió untodoterrenoysealejódellugarsinquerersabernadamásdecuantosucedieraapartirdeaquelmismo instante.Sobrevivieranono,quedarseeraun riesgoquenoestabadispuestoacorrer;preferíamilvecesunposibleconsejodeguerraquemorirporlosmordiscosdeaquellashorriblescriaturas.

Apartirdeahí,traslafugadelcoronel,seorganizóladefensadelcampamento.Oalmenosseintentó.

Los tanquesestablecieronunaprimera líneadedefensamientrasel restode lossoldados se situaron detrás con las armas preparadas para abrir fuego en cuantorecibieranlaorden.Enbrevelesllegaríaapoyoaéreo,aunquedepocoibaaservirlessi no se daban prisa. Si los zombis caían sobre ellos iba a ser imposiblebombardearles.

Los tanques fueron los primeros en iniciar la carnicería. Resultaba imposiblefallarunsolodisparoyaque,conformeelsolibaascendiendoporencimadelalíneadelhorizonte,quedabaclaroquenohabíaniunsolometroquenoestuvieraocupadoporunzombi.

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Apesardeello,lamarchacontinuaba:porcadazombiquecaía,otroocupabasulugar.

Almismotiempoque la infanteríaabría fuego,elgeneral ibasiendo informadosobreloquesucedíaapocoskilómetrosdeallíporunodeloscazasqueseacercabahastaellos.

—Señor,deberíaveresto,escomounamareanegra—dijounodelospilotosconvoz incrédula—. Han aprovechado lo estrecho del Canal y su escaso caudal paraformar una montonera a modo de puente por el que caminan sin ningún tipo demiramientos.

—¡¿Y a qué esperan para bombardearlo?!—gritó el general, cansado de tantacháchara—.Acabenconelmalditopuenteyasegúrensedequedejandevenirmásalimañashastaaquí.

—Así loharemos, señor,pero le confirmoquehastadondemealcanza lavistahaymileszombiscaminandohastasuposición.

Elgeneralnoselopodíacreer.Lamagnituddelasituaciónlesobrepasaba.Alzólacabezayvioasushombresdisparandosincuartelcontraloszombis,reventándolosunotrasotro,peroresultabadesconcertantecomprobarelescasoefectoquelasbalasteníansobreaquellamasadecarnesinvidaysincerebro.

Notardaronenalcanzarlostanques,cayendosobrelaprimeralíneadesoldadosquepocopudieronhacer,salvoiniciarladesbandada.Tocabaromperfilasapesardelas órdenes de los mandos, que no cesaban de gritar para que mantuvieran laposición.

Todofueinútil.Laretiradaeratotal.El general observaba impotente cómo los tanques no podían avanzar, pues los

zombis iban embarrancándolos involuntariamente y cegando su línea de visión altrepar por ellos. De uno de los tanques salió un soldado histérico que, nada másasomarlacabeza,sintióqueunamanohuesudaloatrapabaporelcabelloytirabadeél con fuerza, extrayéndolo como fuera el corcho de una botella. No tardaron enrepartirseelbotín.Enunossegundosdespedazaronalpobredesgraciado.Mientras,algunos zombis se lanzaron por la escotilla, dando buena cuenta del resto de losocupantesdelvehículo.

Perolopeorvinocuandounodelostanquescomenzóamoversetorpementeconlavisióncompletamenteobstaculizadaporloszombis.Elconductoribaconduciendoporelcampamentoaciegas,hastaquefinalmentedioconlazonadelarsenaldondeseguardabaelarmamentonuclear.

Las consecuencias del accidente fueron nefastas. Una tremenda sucesión deexplosionescreóvarioscráteresdecienmetrosdeprofundidadytrescientosnoventametros de ancho cada uno, con un total de docemillones de toneladas de tierra yarenadesplazadas.

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Lazonaquedótotalmentedevastada.Nadielogrósobreviviraldesastre.El ladopositivo de la noticia fue que la amenaza zombi se detuvo. Al menosmomentáneamente.

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Capítulo9

WashingtonD.C.

—¿Númerodebajas?—preguntóelgeneralPollack.—Imposible de determinar de momento —respondió el general Priest—. Las

comunicacionescon lazonaprácticamentesehanperdido.Muchome temoquenoserá posible dar con muchos supervivientes, aquello es ahora mismo un infiernoradioactivosinparangónynocreoquepodamosacercarnosdurantealgúntiempo.

—¡Esto es un desastre! ¡¿Cómo demonios ha podido suceder?! —exclamó elgeneral Logan—. ¿Es que ya nadie utiliza la cabeza? Por Dios, nos estamosenfrentando a criaturas que tienen menos cerebro que mi perro Fox. Esto es undespropósito, hemos hecho el ridículo…Y, además, en el peor de los momentos.Necesitamos ofrecer una imagen de tranquilidad al mundo y, en lugar de eso,hacemosdetonarvariasbombasatómicasensueloextranjero.

ElgeneralLoganestabacompletamentefueradesí.—¿Dequiénfuelabrillanteideadellevararmasnucleares?—preguntóelgeneral

Xavier—.¿Quésentidoteníansupresenciaenlazona?—Eran parte del trato con los israelíes —respondió el almirante Layton—.

Permitían la intervencióny la creacióndeunabase si asegurábamosunapresencianuclearquegarantizaralaseguridadenlazonaencasodequefueranecesariotomarmedidasextremas.Desdeluegonadiepodíacalcularesteimprevisto.

—¿Imprevisto?¿Esquenadie tienecerebroenesta sala?—preguntóelgeneralXavier,cansadode todaaquellapalabrería—.¿Cuálera la idea,bombardearÁfricadeprincipioafin?¿Lanzarnuestrasquinientascabezasnuclearessobreelcontinentey de paso cambiar el eje de la Tierra o más bien crear una nube tóxica que nosextinguiese?Parecequenosedanporvencidospormuchoqueselesexplique.Ydengracias a las cabezas detonadas no eran de las más poderosas, porque el desastrehabríasidomuchopeoraún.

Uncaboentróeneseprecisoinstanteenlasala.—Señores,disculpen,perotenemoscomunicaciónconelPrimerMinistroisraelí.

La cosa no mejoró precisamente a partir de aquel momento. Las conversacionesposteriores no fueron del gusto del AltoMando norteamericano ya que el PrimerMinistro Isaac Shamir estaba realmente molesto por lo que acababa de suceder yexigiólacompletaretiradadelastropasnorteamericanasdelazona.

—Conmidebidorespeto,PrimerMinistro,loqueestásugiriendonoesviable—dijotodolocortésmentequepudoelgeneralXavier—.Laoperaciónderescatenohacomenzadosiquiera.

—¿Rescate? ¿Qué rescate? ¿Prefieren ignorar los efectos perniciosos de sus

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propias armas sobre nuestras tierras? —dijo el mandatario israelí—. Y no memalinterprete, no es una sugerencia, en todo caso pueden tomárselo como unaadvertenciapreviaaunaamenazaquepodríaenturbiarlaamistadentrenuestrosdospaíses.

—¿Unaamenaza?—gruñoindignadoelgeneralLogan—.Lesugieroquemodereeltonodesuspalabrassinoquierevercomprometidaslasrelacionesentrenuestrospaíses y que reorientemos nuestros objetivos militares. Le recuerdo que varias denuestras flotas estánpróximasa supaísyqueuna soladeellas tienepodermilitarsuficientecomoparaacabarpor sí solaconcualquierade lospaísesdelplaneta, elsuyo incluido.Ynomemalinterprete tampoco, no es una amenaza, únicamente esinformación.

LareaccióninicialdelgeneralXavierfuereprenderlosmodosdesucompañero,perofinalmentesealegródequealguienfueracapazdedecirloqueelrestoestabapensando.

—Yahaoídoamicompañero—recalcóelgeneralXavier—,nosgustaacabarloqueempezamos.

—Yaveo…—comenzódiciendoelPrimerMinistroisraelí,al tiempoquehacíaunapausaprolongadaparapensarbienlarespuesta—.Recuerdoamenazassimilaresen el pasadoy todas acabarondelmismomodo.Si esa es su última respuesta,megustaríapoderdirigirmealPresidentedesunación,queesperoestémásdispuestoacolaborarqueustedes.

—¿A qué presidente se refiere, PrimerMinistro?—preguntó el general Logancontonodesafiante—.¿Alquereemplazamoselañopasado,alquepusimosesteoalquepensamosnombrarenbreve?

—Creoque loquemicamarada le está intentandodecir esqueconvendríaquemeditaraunpocomássuspalabras—matizóelgeneralXavier—.Loquenosgustaríaenestosmomentosespoderacabar loquecomenzamos.Tenemosunprestigioquemantenerysesustentaenaccionescomolaqueestamosdispuestosallevaracabo.

En ese momento, el general Logan agarró al general Xavier por el brazo, altiempoquedesconectabamomentáneamenteeldispositivodecomunicación.

—¿Noseríamejordejarlosconsuguerraparticular?¿Quésenoshaperdidoenese puñetero continente? Que se entiendan con los europeos. Protejamos nuestrasfronterasyqueel resto se lasarreglecomopueda.Yanosomos los salvadoresdelmundo; esos desgraciados no han llorado nunca lamuerte de ninguno de nuestrossoldados…Consuspalabrasnohacensinomancillarelhonordeloscaídos.

XavierreflexionóduranteunossegundosmientrascomprobabaenlapantallaqueelPrimerMinistroisraelícomenzabaaimpacientarse.

—Estábien,abandonaremoslazona—dijoelgeneralXavier.—¿Inmediatamente?—dijocontonodeincredulidadelIsaacShamir.

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—Inmediatamente, a lo largo del día de hoy tendrá noticias nuestras,mientrastanto,lerecomiendoquenovuelvaamolestarnos—dijoelgeneralXavier,dandofinalaconversación.

—Ya hemos perdido demasiados hombres con este asunto—afirmó tajante elgeneralLogan.

—Quieroquehastaelúltimobarcodetodasycadaunadenuestrasflotasregreseacasa.¡Enestemismoinstante!—ordenóelgeneralXavier—.Yavasiendohoradehacerunalimpiezaafondodenuestropropioarmarioydedejardepreocuparnosporeldelosdemás.

—¿Alguien se ha planteado que lo mismo que está sucediendo en África contodos esos zombis pueda estar ocurriendo en Sudamérica?—cuestionó el orondogeneralPollack.

—Joder,¡¿cómopodemossertancortosdemiras?!—exclamóelgeneralXavier—.QuierolossatélitesenfocadosdesdeyaenMéxico,yalejércitoechandolecheshaciaelsurdenuestrasfronteras.

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Capítulo10

Fuegopurificante

Al cabo de unos minutos, Marc y Tony alcanzaron la zona donde estabanconcentrados los barcos formando un auténtico cementerio fluvial. Había de todotipo,desdecrucerosquedebierondenavegarporelríoenépocaestivalapequeñasbarquitas que seguramente chocaron contra aquella montonera que atascabainmisericordeelcursodelagua.

MarcyTonyseacercarona laorilla.Noparecíahaberelmenorrastrodeseresvivosodezombis,yaque todoestabaenelmásabsolutode los silencios.Solo seescuchabaelgolpeteoconstantedelaguacontralalíneadeflotacióndelosbarcos.

—Túprimero—dijoTony,invitandoaMarcasubirabordodeunodelosbarcos—.Afindecuentasatinoteharánnada,sesupone.

Marc saltó hasta la cubierta del crucero más próximo sin mediar palabra. PormuchoquefueraconscientedelociertasqueeranlaspalabrasdeTony,nolehacíaningunagraciatenerqueirelprimero.Nuncasesabíaquésepodríanencontrar,nisiaquella«relación»conloszombisduraríaparasiempre.

Marcasomólacabezaintentandoveralgo.Todoparecíaestarencalma,asíquedio un pequeño salto que le situó en la cubierta del crucero. Toda la embarcacióncrujió como si nadie hubiera pisado el lugar en años.Cada paso que daba parecíaresonarenkilómetrosalaredonda.

—Adelante,valiente—dijoMarc—.Parecequenohaymorosenlacosta.Tonydudó,perofinalmentedecidióqueelpapeldecobardenoibaconélysaltó

con energía sobre la cubierta del barco; con tanta energía que se reventó y seprecipitóhaciaelpisoinferior.

—¡Mierda,mierda,mierda!—gritóMarctrasasomarsealagujeroabiertoporsuamigoynovernada.Enmediodelamáscompletaoscuridad,comenzóabuscarunasescalerasquelecondujeranhastalaparteinferiordelcrucero.

Todas las ventanas parecían estar cerradas. Además, conforme corría, ibatropezando con todo tipo de muebles. Tony, por su parte, estaba intentandovislumbrar algo enmedio de toda aquella oscuridad; se había hecho daño al caer,peroafortunadamentenoparecíahaberserotonada.Alolejoscreyóoírasuamigocorriendo hacia él, así que decidió tomárselo con calma y esperar a que llegara.Mientras lo hacía tanteó su bolsillo en busca delmechero que solía llevar siempreconsigo,aunquejamáshabíafumado.Lollevabaencimaporsiseleacercabaalgunabellezaparapedirlefuego,claroquehacíaañosqueesonosucedía.

Enapenasunossegundosdioconelmecheroyloprendió.Hubiesepreferidonohacerlo, porque vio que se encontraba completamente rodeado de cadáveres. Porsuerte, parecían estarmuertosybienmuertos, o cuandomenos en cierto estadode

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letargo,inclusoapesardesuespectacularentrada.Pocoapoco,suspupilasseadaptaronalaoscuridad, lograndoadivinaralgunos

aspectos del lugar donde se encontraba. Era una salamuy grande, de unos cuatrometrosdealtura,yhabía tenido lasuertedecaerbienyaquepodríahabersehechobastantedaño;porloquepudoiradivinandosetratabadelcomedorparalosturistas,repletoahorademuertosquepermanecíansentados,apoyadosenlapared.

Conformeibasituándosementalmentesefuedandocuentadeque,talycomosetemía, aquellos seres únicamente podían ser zombis, de lo contrario se hubieraencontrado solo con un puñado de huesos gracias al paso del tiempo. Y aunquetambién había restos de esqueletos, seguramente de los pobres desgraciados quefuerondevoradossinpiedadporaquellosmonstruos,lamayoríaeranzombisqueporalgunaextrañarazónseencontrabanenunaespeciedeletargo.

Tonyselevantótansigilosamentecomopudoymiróasualrededorbuscandoenmediodelapenumbraalgúnlugarporelquesalirdeltétricocomedorsindespertaraaquellosanimales.Por fin,al fondo,aunos treintametrosviounapuerta,demodoqueselevantóycomenzóacaminarlentamente.Unfríoreguerodesudorlerecorríalanuca.

Lehubierasido imposiblecalcularel tiempoque tardóen recorrer losprimeroscincometros.Seismetros…sietemetros…ochometros…Fueentoncescuandoalolejos escuchó un sonido extraño. Se detuvo para intentar identificarlo; no tardó endescubrirquesetratabadepasosyqueproveníandelazonahacialaquesedirigía.¿Sería,acaso,algunodeloszombisqueestabansituadosfrenteaél?Enelfondolesonabanbastante lejos,aunquecon laescasezde luzyelcorazón latiéndolea todavelocidad,sussentidosseencontrabanbastantelimitados.

Caminódosmetrosmásantesdedetenersedenuevo.Eneseprecisomomentolapuertaseabriódeparenpar,dejandoquelaluzinvadieraellugarparcialmente.

—¡Aaaaahhhhh!—gritóTonysinsabermuybienquéestabapasando,mientraselportazoretumbabaentodalasala.

—¡Hombre,yaerahora!—dijolaúnicavozfamiliarquehubierapodidoescucharenaquellugar—.¡Porfinteencuentro!

TraselportazoyelgritodeTonyyanohubomarchaatrás.Unodespuésdeotro,loszombissefuerondespertandoyenapenasunossegundosyasehabíanlevantadotodos.Observabanaaquellosdostrozosdecarnesituadosaapenasunosmetros.

—¡Joder,Tony,pudistehaberavisado!—exclamóMarccuandoescuchóelruidodeloszombisallevantarse,idénticoaldeunascortinasviejasqueseabrendespuésdepermanecercerradasduranteaños.

—¡Perosinomehasdadolamásmínimaoportunidad!—sequejóamargamentealcomprobarqueestabanrodeados—.¡Volvemosaestarbienjodidos!

Marcsedetuvounsegundo.Necesitabapensar,aunqueeraconscientedequeno

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podríanesperarmuchotiemposiqueríansalirbienparadosdeaquellasituación.—¡Sígueme!Esperoalmenosquecontinúenconsiderándomedelafamiliayme

respeten llegado elmomento—dijoMarcmientras corría en dirección a la puerta,empujando a los zombis que se interponían en su camino y a los que estabanbloqueándola.

Familia de aquellos seres o no, se llevó dos agarrones sin tener muy claro siqueríanatraparleaéloaltrozodecarnequerepresentaba.

—¡Corre, corre, siguen ahí! —chilló Tony tras cruzar la puerta y girarse—.Vienenapornosotros.

Enapenasunossegundossubieronlasescalerasqueconducíanhasta lacubiertadelbarcoypudieroncomprobarqueendiversoslugaresdelbarcolosmuertos,unavezmás,comenzabanalevantarse.

—Creo que no vamos a tener un día de respiro mientras sigamos en estecontinente…—suspiróMarc,mirandosusheridas.

—Pues tendremos que salir de él y regresar a la civilización —añadió Tonymientrasseasomabaporlabordaenbuscadealgunaembarcaciónsobrelaquesaltar.

Por desgracia, el panorama comenzaba a ser realmente desolador.De lamayorparte de los barcos que les rodeaban salían zombis que seguramente habíanpermanecido aletargados y que ahora, ya fuera por el ruido o por algún tipo deinstintogregario,habíandescubiertolapresenciadedoshumanosalosquedevorarouniralafamiliaamordiscos.

—Intentábamosno llamar la atención…—dijoTony,mirando a su alrededorycomprobando que de momento no había ningún zombi en la cubierta del barco,aunquepodíaescucharlossubiendoporlasescaleras.

—Un elefante en una cacharrería no lo hubiera hecho mejor—bromeóMarc,viendo el panorama de lo que se les venía encima—. ¿Qué hacemos, saltamos alagua?

—No,estoycansadodeacabar siempremojadopor culpadeestospodridos—contestóTonyconcaradedesearcogerunaametralladoraydescargarlasobretodosaquelloszombis.

Tonymiroasualrededorintentandoencontrarelementosconquetrazarunplan.—Mira allí, creo que aquella barca es perfecta —dijo Tony, señalando una

pequeñaembarcaciónsituadaaunoscienmetrosyembarrancadacontraunode loscruceros.

—¿Ese es tu fabulosoplan?Creíaquedespuésdeunpar deminutospensandodaríasconalgunaalternativa.

—Túpuedesquedartecontufamiliapolítica—dijoTonyaltiempoquecaminabahastalaproadelbarco—,aunqueporsuscarasnotelorecomiendoenabsoluto.

Ydiciendoestoaceleróelpaso.Marcleseguíasinsabermuybienadónde.No

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tardó en llegar hasta varias puertas sin candado que conducían a unas pequeñashabitacionesquesesituabanenlacubierta:ladelostrastos,lademantenimiento,ladelimpieza…

—Perfecto, esto nos bastará —comentó Tony mientras rebuscaba en lasestanterías—. Rápido, intenta localizar cualquier cosa que pueda servirnos paramandarestelugaralinfierno.

—¿Pe… perdón? —dijo Marc sin tener muy claro en qué estaba a punto departicipar.

—Vamosaencenderunahogueracontodosesosdentro.—Muypráctico,¿ysepuedesaberquéganamosconesto?—Meparecemuyrománticoesesentimientoancestralquemanifiestashacialos

tuyos, pero por lo que amí respecta, piensomandar de vuelta al infierno a todoscuantospueda.Mepuedesayudaroesperarmesentaditoenaquelbote.

Marcsuspiródenuevo.Tonyestabafueradesí,ayudadosindudaporelsustodehabersevisto rodeadodezombisy creerse apuntodemorir amordiscos.No teníademasiadasopciones.Pormuchoquenoencontrarasentidoaterminarcontrescientosomásno-muertosdeaquellamanera,seríamásrápidohacerloqueconvencerlodelocontrario.Asíqueentróenunadelashabitacionesyempezóabuscar.

—Latasdepintura—dijoMarcemocionado—.Estoesinflamable…Marc abrió una de las latas, pero un gesto de decepción apareció en su rostro

cuando comprobó que estaba seca.Buscó de nuevo y encontró otra de unos cincokilosqueparecíanohabersidoabiertanunca.

—Bien,podemoscomenzarporaquí—dijoMarcmientrasTonyrociabacontodotipodeproductosquímicos lacubiertadelbarco.Loszombisyaestabanasomandosuscabezasporlasescaleras.

TonyencendióelmecheroeinicióloqueélmismodenominólaOperaciónFénixFallero.La cubierta demadera comenzó a arder, pero con poca intensidad para sugusto,demodoqueseinternóenlahabitacióndondeestabaMarcyprendiótodoloquepudo:traposdelimpieza,escobas,cajasdecartón,elbotedepintura…Enapenasunminutoaquelloya teníamejorpinta.Las llamasseextendieron rápidamenteporlasparedesyeltecho.Algunoszombisatravesaronlacortinadefuegoquesehabíaexpandido por la cubierta y estaban ardiendo como teas, lo cual hacía que sepropagaranaunmáslasllamas.

—¡Estoesotracosa!—exclamóTonyentusiasmado.—Perfecto,puessielniñoyaestácontento,creoquevasiendohoradequenos

larguemosdeaquí—apuntóMarc,cansadodelasituaciónytemiendoquepudieranacabarachicharradosporelcaprichodesuamigo.

Tonyparecía, en efecto, satisfecho.Comenzóa avanzar endireccióna estribor,atandounacuerdaquellevabaencimaalabarandilla.

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—Vamos,nohaytiempoqueperder—dijomientrasdescendía.Marc prefirió ahorrarse el comentario sarcástico con respecto a lo de perder

tiempoysiguióaTonyhastalapequeñaembarcaciónsituadajuntoalcrucero.Deahífueron a una chalupa, pasaron por otro crucero, sortearon a varios zombis que seinterpusieron en su camino y en unos minutos llegaron hasta el pequeño barcoescogidoporTonyparacontinuarelviaje.

—¿Sabrásponerestoenmarcha?—preguntóMarc.—Me da igual, nosotros nos vamos de aquí aunque sea remando—respondió,

señalandolosremosqueestabanenuncostadodelaembarcación.—Pues conviene que nos demos prisa —añadió—. Tu capricho crece por

momentosynocreoquetardemuchoenalcanzarnos.Tony intentófuriosamentearrancarelmotor.Laembarcación teníaescasamente

sietemetrosdelargo,unapequeñacubiertayunavelacentralbastantedesgastada.Alcabodeunosminutosyasehabíaarrepentidodehaberprovocadoelincendio,puesahora, por culpa del viento, se estaba propagando aun con más fuerza. Así quedecidiócogerunodelosremosysepararlachalupadelrestodelasembarcaciones.Desdealgunodelosbarcosseveíacaerzombisabrasados,altiempoqueunainmensahumaredanegraseelevabaconfuerzahaciaelcielo,cubriendolosyadébilesrayosdelsol.

—Ayúdame—pidióTonyalverquesucompañeroselimitabaaobservarcuantosucedía,absortoenelfuegoyenelextrañocomportamientodeloszombis.

Marc cogió el otro remo y comenzó a empujar, logrando por fin, tras unosminutos,desengancharlachalupayqueestasedeslizaragraciosamenteporelrío.

—Estoy reventado —dijo por fin Tony cuando estuvieron a unos cincuentametros de aquel cementerio debarcos—.No salimosdeunayyanosmetemos enotra.

Marcestabaapuntoderespondercuandoeldestinoquisoconfirmarlaspalabrasde Tony. Un sonido lastimero surgió a sus espaldas, como de maderosresquebrajándose, acompañado de un chirriar bastante molesto. Cuando se giraronpara mirar, la escena no podía ser más apocalíptica; el cementerio se estabadeshaciendo por momentos y ahora las embarcaciones se separaban en medio delincendio convirtiéndose en improvisadas fallas, algunas de ellas se aproximabanhaciaellosamenazandoconcolisionar.

—Nosestábienempleadoporimbéciles—sentencióMarc—.Atiporinstigadorypropiciador,yamíporcompincheaquiescente.

—Guarda tus reproches o en breve no tendrás a quien hacérselos—dijo Tonyentresatisfechoyacongojadoporloqueselesveíaencima—.Pongamosaguadepormediocuantoantes.

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Capítulo11

Lacapital

Tony no había vuelto a intentar arrancar el motor de la chalupa. Su inventoincendiario les podía costar caro, sobre todo ahora que les perseguía río abajo enforma de falla ambulante. Estaban cada vezmás fatigados y aquello tenía pinta seseguirardiendoduranteunbuenrato.

—Estopintamuymal—dijoTony,intentandoromperelsilencio.—Muy perspicaz. Cuando no nos persiguen los zombis lo hacen algunas

toneladas de barcos ardiendo. Tal y como lo veo tenemos tres opciones: morirabrasados,serdevoradosporloszombisoacabarenelestómagodeloscocodrilos.

—¿Cocodrilos?Nomefastidies,sientounodioprofundohaciaesoscondenadosbichos,nomegustaríamorirnimordidoporunodeesoszombisnienlasfaucesdeuno de esos animales —comentó Tony, que ya estaba perdiendo su optimismohabitual.

—Escurioso,nohemosvistoningunodesdequedivisamoselNiloysesuponequedeberíahaberbastantesenelnortedeÁfrica—comentóMarc,dejandoque lacuriosidadlehicieraolvidarsumalhumor—.Segúnrecuerdo,estosríossolíanestarrepletosdecaimanes.

—Menudo consuelo, espero que no estén todos río abajo.Cuento con saltar alaguaencualquiermomentoparanomorirabrasadosi«eso»nosalcanza.

—Puesconvienequenoretrasesesemomento,dosdeloscrucerosincendiadossenos están acercando demasiado y ya tenemos El Cairo a la vista —dijo Marc,señalandolainconfundiblevisióndelastrespirámidesmilenarias.

En apenas unos minutos tuvieron a la vista las afueras de aquella enormemetrópoli que pudieron observar con detenimiento en cuanto el curso del río lesintrodujoenlamisma.

TantoMarccomoTonybajaronel ritmoalcomprobarelsilenciodesoladorquereinaba en la ciudad. Resultaba realmente escalofriante en un lugar como aquel,escuchar únicamente el sonido del chapoteo del agua provocado con los remos.También les llamó la atención la presencia de numerosos zombis por las calles,caminando con su cansino y monótono ritmo, deteniéndose a veces al paso de lachalupaparaobservaraaquellosdoshumanos,sindudafaltosdecordura.

—Zombisycaminando…—reflexionóTony.—Noestánaletargadosnidurmiendo—aprecióMarc—,locualpodríaindicarla

presenciadehumanosalosquedevorarenlasinmediaciones.—¿Realmente lo crees, después de tanto tiempo? —preguntó extrañado Tony

mientraspasabanpordebajodeunpuentesemiderruido—.¿Hayalgunaposibilidaddequetrastreintaañosquedeaquíalgúnhumanoconvida?

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—Siempre hablan de las cucarachas y las ratas como supervivientes natos,aunque yo siempre he creído que nosotros, que el ser humano, es el supervivientedefinitivo. Pero no cantemos victoria porque, aunque los haya, nuestro objetivo esatravesar esta ciudad y llegar hasta el Mediterráneo, y una vez allí encontrar lamaneradealcanzarelcontinentehabitado…

Enesemismomomento,Marcfueinterrumpidoporunterribleestruendoquelesprovocóunvuelcoalcorazón.Otromás.Cuandosegiraronpudieronverlaescenaentoda su magnitud; de los tres cruceros en llamas que les perseguían, uno habíaterminado hundiéndose a unos trescientos metros, el segundo continuabapersiguiéndolos y el tercero había chocado con los restos del puente bajo el queacababandepasar,provocandosuderrumbamientoyladestruccióndelbarco.

—AestepasonoscargamosloquequedadeÁfrica—dijoMarc,comprobandoelnuevodesastrequeacababandeprovocar—.Nosterminaránechandodetodossitios.

Tony estaba a punto de abrir la boca para responder sarcásticamente alcomentariodesuamigocuandonotóquenohacíafalta;efectivamente,lacosapodíairapeor.Losrestoshumeantesdelcrucero,quesesuponíaquenodebíanbajartanalsurdelNilo,habíaniniciadopequeñosincendiosenlaorilla.

—Metemoquepodríaexpandirse—acabódiciendoTony.—¿Lotemes?Porsinotehasdadocuenta,yahaydoscasasquehancomenzado

aincendiarse—respondióMarcentonorecriminatorio—.Estotienemuymalapinta,desdeluego,ynosemeocurrenadaquepodamoshacer.

—Yosí,alejarnoscuantoantes—respondióTonyanteloqueselesveníaencima—.Menudarachallevamos,parecemosunaplaga,allápordondevamos…

Marccomenzóaremarconmásfuerza,intentandoalejarselomáximoposibledelincendio,queestabapropagándoseferozmenteporlazona.

El viento del sur no ayudaba tampoco a contener las llamas. A pesar de ladistancia a la que estaban, al cabo de quince minutos pudieron ver una nueva einmensahumaredanegraelevándosehaciaelcieloegipcio.

«Por suerte anochece y pronto dejaremos atrás ese otro desastre que hemosprovocado», pensabaMarc, aunque conforme la luz iba desapareciendo descubrióqueenmediodelainmensaoscuridad,alolejos,sepodíavislumbrarperfectamenteelincendio,queresplandecíaconfuerzaysereflejabaentrelascasas.

—Dejademiraratrás—dijoTony,adivinandolospensamientosdesuamigo—.Lohecho,hechoestá.Sientohaberprovocado todoesto,peroahorapocopodemoshacerparadetenerlo.

—Mepreocupamáslanoche,nohemospensadomuybienenelloyahoraapenaspodemoshaceralgopararemediarlo—meditóMarc.

—Sí, en apenas unos minutos estaremos en la más absoluta oscuridad y noconvendrá entonces acercarnos mucho a la orilla, está plagada de caminantes

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hambrientos.—Al fondo se ven los restos de un embarcadero —señaló Marc—. Podemos

amarrarlachalupaypasarlanochetranquilamente;hastaeselugaresimposiblequelleguenloszombis,nosoncapacesdesaltaryelembarcaderoestáhechoundesastre.

Justocuandolosúltimosresquiciosdeluzseescapabanentrelasnubes,lograronllegar hasta el embarcadero y amarrar la chalupa. Efectivamente, tal y comoMarchabíaapreciadodesdelejos,estabaenruinasylapasarelaqueconducíahastaellos,destrozada.

—Bueno,amenosquehayanaprendidotambiénavolar,aquíestaremosasalvo—sentenció erróneamente Tony, olvidando un pequeño pero importante detalle enaquellateoría.

Las horas fueron pasando e igual que casi todas las noches desde que llegaron aÁfrica,losdosdurmieronplácidamentefrutodelcansancioacumuladoydelestrésdetodoeldía.Labarca,acunadaesporádicamentepor lasaguasdelNilo,mecíaasusdos pasajeros, ajenos a la presencia de varios personajes que con intencionessiniestrasselesaproximabanlentamente.

Justo cuando el sol comenzaba a iluminar de nuevoElCairo con sus primerosrayos, dos pares de manos agarraron a Marc, sacándolo precipitadamente de laembarcación. Justo en el momento de abrir los ojos, y temiéndose el ataque porsorpresa de unos zombis, se dio cuenta de que la acción había sido llevada porhumanos.

—¡¿Sepuedesaberquénarices…?!-FueloúnicoquealcanzóadecirMarcantesdequesubocafueratapadarápidamenteporunamano.

LavozdeMarcyelbamboleobruscodelabarcahicieronqueTonydespertarasúbitamente,advertidoporalgunapresenciaextraña.Cuandomoviólacabezalogróesquivarunpuñetazoqueibadirectohaciasurostro.

No dijo nada y en unos segundos pudo hacerse una idea de lo que estabasucediendo. Había un grupo de hombres que metía a Marc en el interior de undesvencijadocamiónmientrasotro intentabaapresarloaél.Humanos,cómono;nocontagiaban laplagaperoeran tanmortalescomo loszombis,yal igualqueestos,podíanacabarcontuvida.

Su instinto lo empujó a golpear con todas sus fuerzas a su atacante sinmediarpalabra, a la vez que veía que desde el embarcadero una segunda figura seguíaatentamente la escena con una pistola en la mano. Tony no tenía claro qué podíahacer.La situaciónno invitabaenabsolutoaentablarningún tipodeconversación,mientrasqueporotroladotampocoseveíaenposiciónde,paravariar,ganaraquellabatalla,demodoqueoptóporlaterceravía:saltaralaguarezandoateamenteparanoser alcanzadoporningúndisparoyparaquenohubieraningún caimán cerca.Dosproyectilessalierondisparadosdelapistoladelobservadorqueestabaenelmuelle,

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aunquenollegaronaimpactargraciasalaoscuridadreinante.Unavezenelagualasposibilidades de ser acertado disminuían considerablemente, reduciéndose al puroazar.

Apesardeello,Tonyescuchópasarcercadeélalgunasbalas.Porellodecidiónohacerseelhéroeycontinuarsumergidohastaquesuspulmonesestuvieronapuntodereventar. Nadó en dirección a la orilla, justo hasta donde comenzaba el pequeñoembarcaderoenelqueenmalmomentohabíandecididoatracarlachalupa.

«¿De dónde habrán salido esos tipejos?», pensó Tony mientras salía a lasuperficieatomaralgodeaire,protegidoporlastablasdelembarcadero.Aescasosveintemetrospodíaescucharel revueloquesuescapadahabíaprovocadoentre losraptoresnocturnos.Volvióasumergirseyaalejarseunosmetros.

Varias ráfagas de linterna pasaron cerca de él. Los secuestradores parecían nodarseporvencidos,aunquedespuésdeunosminutosungritodealarmaaumentósunerviosismoycorrieron raudoshacia el camión.LoúnicoqueTonypudoentenderfuelainconfundiblepalabra«zombi»,untérminointernacional,sepronunciaraconelacentoquesepronunciara.

En apenas unos segundos, la pandilla al completo había desaparecido ante lamiradaatónitadeTony.NicamiónniraptoresniMarc.Enunaplanificadaoperaciónsalidaquedebíandehaber efectuadoyaennumerosasocasionesyque teníanbienentrenada,elgrupodesapareciócomoporartedemagiaydejóaTonyenelagua,enmediodelaoscuridadyconlacercanapresenciadesusamigosloszombis.

Tony permaneció un par de minutos más sumergido en las frías aguas del Nilo,temerosodequeencualquiermomentouncocodriloaparecieradelanadaypusierafinasuexistencia,yesperandohastaestarsegurodequenohabíanadieafuera,nivivonino-muerto.Finalmentesaliópocoapoco,notandocómocomenzabaatiritarpor el frío que le provocaban las esporádicas rachas de viento provenientes deldesierto.Loszombisquehabíanespantadoaloscaptoreshabíaniniciadosumarcharumboallugarpordondesehabíamarchadoelcamión.Todoparecíaestardespejado.Fueentoncescuandolevinoalacabezalagranpregunta:¿yahora,qué?Comenzóacaminarendirecciónalachalupaenbuscadelabrigoquepodíaofrecerlecuandosepercatódequeelincendioseguíafuriosotodavíamuylejosajuzgarporlaintensidaddelhumoyelesporádicoolorquelellegabaconelviento.

Dudó si duraría mucho en aquel estado, hambriento, empapado y sin la máspuñeteraideadequéhacer,cuandoescuchóelmotordeuncamiónaproximándose.Una vez más sintió aquella desagradable sensación que jamás había notado hastahacíaunassemanas:miedo.Alparecer,aquelloscabroneshabíandecididovolverapor su presa y, encima, con refuerzos, ya que desde la esquina situada a cuarentametrosaparecíandoscamiones,nouno.

Antesdequesedieracuentateníayacuatroescopetasapuntándoledesdeloalto

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delcamión,empuñadasporgentequellevabalacaracubiertaconpañuelos.—¡Alto,stop, arrêtez vous!—comenzóagritarTony en todos los idiomasque

conocía, temiendoqueaquello fuera a ser su finyverse acribilladoencuestióndesegundosporlosdisparosdelossecuestradores.

Los camionesno frenaronhasta estar situados a apenasunmetrode él.En esemomentocomenzaronadescendersusocupantes,armadoshastalosdientes.

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Capítulo12

Preguntasyrespuestas

De no ser por la templanza que había ido adquiriendo a lo largo de las últimassemanas,seguramenteTonysehabríaorinadoenlospantalones.Estabarodeadoporun grupo de tipos armados hasta los dientes, vestidos con andrajos y hablando unidiomaquedesconocíaydelquenoentendíaniunasolapalabra.Ylopeordetodoeraqueunavezmásestabaamerceddelascircunstanciasypocopodíahacerparadecidir el destino de su vida, más allá de rezar, lo cual, si hubiera sido creyente,hubiesesidounabuenaopción.

Asualrededorhabíadocepersonasqueleobservabanconespecialcuriosidaddearriba abajo y que no dejaban de apuntarle con sus armas. Todos estabancompletamente desaliñados, despeinados, y por si fuera poco, al cabo de unossegundosdescubrióqueentreaquelladocenadedesarrapadoshabíadosmujeres,porllamarlasde alguna forma, yaque la únicadiferencia con el restodel grupo era elligerovolumendelospechosyunpeloalgomáslargo.Porlodemás,apestabantantocomoelrestodelgrupo.

Unavezmáscreyóserinterrogado.Pero,pordesgracia,estabalejosdeentender

cualquier palabra en aquel idioma que no fuera «zombi».repetíanunayotravez.

De vez en cuando notaba que dirigían la mirada de forma rápida hacia otrospuntosdelacalle,comotemiendolallegadadeloszombis.

—Notengoniideadeloquemedecís,Ihavenofuckingideaaboutwhatyousay—repitióvariasvecesTony,desesperadoantelacompletafaltadecomunicación.

—¿Hablasinglés?—preguntóunadelaschicas,dandounospasoshaciaélenuninglésmacarrónicoquepudoentenderalaperfecciónaltiempoqueunasensacióndealiviorecorríasucuerpo.

—Sí,sí…bastantebien—respondióTonyaceleradamente.—Entoncessubeconnosotrosaloscamionesyyahablaremoscuandoestemosa

salvo—ledijolachicamientrashacíaunmovimientoconlamanoindicandoasuscompañerosquesesubieranalcamión.

—¿To…todoshabláisinglés?—preguntó,sintiéndosealgoestúpidoporelmododeformularlapregunta.

—Comotodoelmundoporaquí.Hemostenidotiempodeaprendermuchascosasdurantenuestroconfinamientoforzadoenestosterritorios.Devoramoscualquierlibroque cae en nuestrasmanos y aprendemos cuanto podemos.Además, nos convieneaprenderidiomassiqueremoshablarconlagentequepasaporaquí.

—¿Gente? ¿Suele pasar gente? —preguntó con el camión ya en marcha y

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sintiéndosedenuevoincómodoporloestúpidasqueparecíansuspreguntasunavezsalíandesuboca.

—Hayvecesenquenovemosanadieenmesesyotrasenquelacosaestámásconcurrida—respondiólachica,queapenasdebíadetenerveinticincoaños.

Tony,meditandolasiguientepregunta,observabalacallealpasodelcamión.Senotaba que el conductor sabía perfectamente lo que hacía ya que parecía evitarsistemáticamentelascallesdondehabíamászombisycochesamontonados.Aunasí,Tonynopodíadejardesentirsesobrepasadoporlascircunstancias.Ibaenuncamiónmilitardestartaladoporunlugarqueenotrotiempodebiódeserunaanchacalzadayqueahoraapenaseraunpatatalconarena,polvoysocavones,rodeadoporungrupoparamilitaryzombispordoquier.

LerecordabaenciertaformalainvasióndelaplagadePalmadeMallorcadelaquehabíanescapadoporlospelos,peroaunaescalamuchomayor.Aquelloerasinduda lo que le deparaba el destino a la humanidad si los zombis conquistaban elmundo,vivirenlamiseria,soportandopenalidadesqueibandesdeelhambrealfrío,temiendoperder lavidaencualquier instante.Desdeluego,nodistabamuchodelarealidad habitual paramuchas de las personas que habitaban elmundo antes de laplaga, pero sin duda Occidente no estaba todavía preparado para algo así. ¿Seencontrabantancercadelaextincióncomoparecíaopodríanadaptarsecomoaquellagentealaesperadeunaoportunidadpararecuperarelterritorioperdido?

Absortoensuspensamientosibamirandoloqueantesfueunaorgullosaciudadmilenaria,capitaldelmundoyenvidiadecivilizacionesvecinas,pobladaahoraporunpuñadodehumanos tozudosante ladesapariciónymiles,millonesde…¿cómoloshabíallamadoaquellachica…rommers?

—Sí, tienenbastantesnombres,walkers,zombis,non-dead…puedesescogerelquemás te guste—respondió a su pregunta—.Y sí, hemos ido quitando nosotrosmismos todos los coches que ves ahora apartados de la carretera —continuó,anticipandolasiguientepregunta—.Fueuntrabajoduroysobretodomuypeligrosoenelquemuchosdelosnuestrosperdieronlavida.

Apenasdiezminutosmás tarde llegaronhastaun inmensoportón.Elcamiónsedetuvo.Alinstanteseabrieronlaspuertasyseinternaronporunanchopasillo.

—Se tratadeunpasillode seguridad—comentó lachica—.Todas lasmedidassonpocas.

Unnuevoportónsesituabafrenteaellos,guardadopordoshombresconarmasy,por fin, loqueparecíasersudestinofinal,un inmensopatio rodeadoporpequeñascasas.

—Porcierto,mellamoAnuada—dijolajovenmientrasbajabadelcamiónyletendíalamano.

—YosoyTony,vengodeMallorca,unaislamediterránea.

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—Ya, una isla situada en las Baleares… No somos imbéciles, ya te dije queleíamosmucho—añadió, indicándoleque lasiguierahastael interiordeunade lascasas—. Las fotos son la única forma que tenemos de conocer el mundo exteriordesdequesucedióelApocalipsis,ynuestrasexcursionesfueradenuestrasmurallassonprincipalmenteparabuscar comidayparavisitar lasbibliotecas con la ideaderecogerlibros.

»Losmayoresintentantransmitirloquepuedenconayudadeloslibros,aunquees complicado, sobre todoporquenuestroprincipal reto es sobrevivir y enmuchasocasioneslaculturasevuelvealgosecundario,unlujoquenoestásiempreanuestroalcance.

—Puesestánhaciendounagranlabor,dadaslascircunstancias.Hablasuninglésmejorqueelmío.Además,habéis logradoloimposible,sobrevivirdurantedécadasenunescenarioimposible.¿Cuántosquedáis?

—Enesteasentamiento,unostrescientos…Laciudadhapasadodetenermásdecincomillonesdehabitantesaapenasmil—respondióapesadumbrada.

—¿Quieresdecirquehaymásasentamientos?—Sí,dosalmenos,situadosenotrospuntosdelaciudad,aunquepordesgracia

unodeellosnohalogradomantenerdeltodolacordura.Sonlosquesellevaronatucompañero.

¡Marc!Contodoaqueltrajínsehabíaolvidadoporcompletodeél.—¿Entonces lo raptasteis vosotros? —preguntó Tony, alarmado por la

informaciónqueacababaderecibir.—No, claro que no, ¿por qué clase de salvajes nos has tomado? Fueron los

seguidores de Zóser, que supongo llevan el nombre en honor a un antiguo faraónegipcio cuyo nombre al empezar por z… Su líder actual es un tal Wikala yaprovechan la presencia de cualquier desgraciado para llevarse un trozo de carnefrescaalaboca.

—¿Soncaníbales?—Sí, es una práctica bastante extendida enÁfrica desde elApocalipsis. Si los

muertospueden, ¿porquénovanahacerlo losvivos?Claroquepodríahaber sidopeor,podríahaberacabadoenmanosdelosadoradoresdeOsiris,encuyocasohabríasido sacrificado al amanecer. Al menos ahora, seguramente estará esperando sudestinoenunadespensa.

—¿Yvosotrossois…?—preguntóTonybastantepreocupadoporloqueacabadeescucharysorprendidoporlafrialdadconqueAnuadaacababadeexpresarse.

—LoshabitantessupervivientesdeElCairo,¿creesquetenemosacasotiempodepensarentonteríascomobuscarnosunestúpidonombregregario?Nosdedicamosadefendernosdelosmuertosydelosvivosquepretendensacrificarnos,devorarnososecuestrarnosparaDiossabráqué.

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—¿Secuestraros?—Sí,lagentedelexteriornosolonosabandonóanuestrasuertesinoqueahora

nosencuentraninteresantesydignosdeestudio;lohemosdescubiertograciasaalgúnque otro mercenario capturado. Aparte de eso, nos tienen abandonados como sifuéramosperros.

—Nunca habría imaginado semejante infamia, en vez de rescataros os dejanabandonadosamerceddeloszombisydecientíficosdesalmados.

—Tambiénpasanbuscadoresdefortuna,observadoresinternacionales…Esossonsolounosmiserables,lospeoressonlosmercenarios,aunqueenocasionesllegagentequeestádepaso.

—¿Depaso?¿Quiéndemoniosvieneaquídepaso?Lajovenlomirósonriente.—Ya,yomismo—respondióTony,sintiéndosedenuevoestúpido.Sepreguntaba

enquiénseestaría transformando.Sentirseestúpidoy tenermiedonoeraalgoa loqueestuvierahabituado,másbientodolocontrario,siemprehabíasidounbravucónimprudente.Puedequeal final, loqueno lograron todas lasmujeresdesuvida, loestabanconsiguiendoloszombis:porfinestabamadurando.

—Sí,yenocasionesesgentede lomás interesante,comoaquella joven,Mara,quevinoconuncurayundoctormuysimpáticoque llegópocodespués.Tambiénvienen de safari; son inconscientes en busca de emociones fuertes y que por logeneralacabanconvertidosenzombisyrecorriendoÁfricahastaelrestodesus«no-días».

—Ytú…supongoquenacisteaquí.—Sí,yesloúnicoqueheconocidoalolargodetodamivida.Comoelrestode

jóvenesdemenosdetreintaycincoañosnoséloqueesvivirsinlapresenciadeloszombis.Conel tiempo,haycosasquesehanconvertidocasienunmito,comolosaparatosesos,lostelevisoresolosteléfonos…VivimosdelaguadenuestrospozosydelNilo,ycomemosdeloqueplantamos,delosanimalesquecriamosydeloquecazamosypescamoscuandopodemos.

—¿Cazar?—Sí, enocasionesnos aventuramos lejosde laproteccióndenuestrasmurallas

usando las canalizaciones inferiores de la ciudad o viajando río abajo.Mandamosexpediciones para cazar y recabar de paso algo de información sobre el exterior,aunquemetemoquetardaremosunpocoenvolverahacerlo.

—¿Porqué?—Algún cabrón le ha pegado fuego a la zona sur de la ciudady está ardiendo

comounatea.Nosabemosnieltiempoqueseguiráasínipordóndesepropagará,ynosconvieneteneraquía todos losefectivosposiblespor loquepuedasuceder.Almenos,algunosmilesdezombishabránmuertoenelincendio.

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Tonyguardósilencio.—¿Ynohabéisintentadonuncahuirdeaquí,llegaraEuropa?—Europa, nuestro Dorado particular… No hay día en que alguien no lo

mencione,niañoenquealgunaexpedicióndeilusospartadeterminadaallegarhastaun lugar sin zombis, pero al final la marea los acaba devolviendo a las orillasnorteafricanas.¿Quiénvaaestarinteresadoenacogeraunospobresdesgraciadosquepueden acabar siendo un problema por su conocimiento de cuanto sucede aquí o,cuandomenos,unaespinaenlaconcienciaacomodadadelosquesobrevivenacostadeloquenossucedióalabandonarnos?

»Bueno,creoqueyahemoshabladobastantedemomento—concluyóAnuada—.Descansatodoloquepuedasmientrasdecidesquéquiereshacerapartirdeahora.

TonyhizocasoaAnuadaysesentóapensarquéhacer.¿SeríaverdadquesuamigoMarc estaba ya muerto y había sido devorado por otros seres humanos?Verdaderamente,aquellosquecomparabanalosmuertosconloszombisnoibanmuydesencaminados,nilainteligencianilossentimientosparecíanserdeterminantesenla conducta de los humanos, vivos o no-muertos, sobre todo cuando surgía gentecomolosseguidoresdeZóser,quesededicabaadevorarconplenoconocimientodecausaaseresdesupropiaespecie.

Alcabodemediahorasaliódelaviviendadondelehabíanacomodadoycaminóhasta llegar a lamuralla, desde la cual pudo divisar lamagnitud del incendio quehabían provocado.Decidió que eramejormirar dentro de lasmurallas, comprobarcómoera aquellapequeñacomunidadde supervivientes confinadaenesa suertedeprisión, lo único que la mayoría había conocido en toda su vida. Lo primero quesaltabaalavistaerasuprecariedad.Habíacasasdeunoodospisosenbastantemalestado, arenaypolvopordoquier,diversasplantacionesenelnorteyunapequeñazonadepastoconalgunosanimales enel sur.Seguramente sualimentaciónnoeratodo lo completa que debería, pero aquel sistema almenos les había servido parasobrevivirysaliradelanteenunascondicionesrealmenteextremas,conelfantasmadeladepresiónpormedio.

Tony comprobó también que el estado de lamuralla no era demasiado bueno,seguramente porque no había recursos para llevar a cabo una obra con unascondicionesmejores.

—La vamos arreglando, no te preocupes—le dijo una voz, adivinando en quéteníapuestossuspensamientos—.Sevaampliandoconformeanuestrasnecesidadesexpansivas,porloquetampocovalemucholapenareforzarla.Contraloszombisnosbasta y nos sobra, es por nuestros congéneres humanos vivos por lo que está algoreforzada,noqueremostenerdenuevoproblemasconlosseguidoresdeZóseroconlos adoradores deOsiris, aunque dudo que vuelvan a aparecer por aquí enmuchotiempo,sobretododespuésdehaberlespateadoelculocomolohicimos.

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—¿Y tú te llamas?—preguntó Tony a aquel personaje que había aparecido derepenteycuyorostroledesconcertaba.

—Tutankamón, yerno y sucesor de Akhetaton, representación de Atón en laTierra…—eljoven,deapenastreintaaños,tezmorenayconuncortedepelocasialceroobservólareaccióndeTonyydecidiócambiareltonoserioinicial—.Tranquilo,notepreocupes,mellamoSemerjet,essolopartedeloquequedadelhumoregipcio;es importante ser capaces de reírnos si queremos sobrevivir cuerdos enmedio delApocalipsis.

Tony suspiró tras creer durante unos segundos que estaba en presencia de unchiflado.

—Aprecioelesfuerzo,peropordesgraciahacetiempoquenomeríoysospechoquetardaréenvolverahacerlo—comentóTony.

—Perfecto, dejaremos las bromas para tiemposmejores—dijo Semerjet—. EncuantoAnuadamehablódeti,decidíbuscarteantesdequetefueras,porquesiempreosacabáisyendo,todos.Ysiempreesagradableescucharunavoznuevayaprendercosasdel exterior,meconviene siquiero llevar a losmíosa lavictoria, aunqueenestosmomentosestapasesimplementeporsobrevivirdíaadía.

—¿Quieresdecirquetúeresellíder?—Sí,esodecidieronlosdioses.—¿Pe…peronoeresunpocojoven?—Enrealidadgobiernanlosancianos,quetampocosonmuchomayoresqueyo.

Comopodrásimaginar, latasademortalidadporaquíesrelativamentealta,aunquetodavíaquedanalgunossupervivientesdelApocalipsisinicial.

—Peroaunasí,¿cómohacéisparaelegiraljefe?—preguntóextrañadoTony.—Losancianosdecidieronhacetiempounsistemabasadoenunaespeciedetest

psicotécnicoquesecoordinabaconalgunaspruebasfísicas—respondióSemerjet—.Sesuponequedeesaformaseescogealmejor,peroestáclaroqueelsistemanodebefuncionarmuybiencuandolaúltimavezmeescogieronamí.Seacomofuere,cadaañosesometealconsejoeltrabajodelMagnusysedecidesicontinúaosiseeligeaotro. Yo fui elegido por primera vez hace tres años y de momento parecen estarcontentos.

—Vaya,supongoquedebofelicitarte…—Me conviene hacer bien mi trabajo, de lo contrario, la primera tarea de mi

sucesor será cortarme la cabeza y beber mi sangre como símbolo de continuidadespiritualaceptada…

SemerjethizounapautamientrasobservabadenuevoelrostrodeTony.—Bien,veoquecomienzasacaptarelhumoregipcio.—Y yo veo que esas pruebas en vez de escoger al más apto escogen al más

payaso—sonrióligeramenteTony.

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—Almenoshelogradoanimarteunpoco.Deseoquetuamigoestébien,perometemo que será complicado, a estas alturas seguramente esté ya más allá del dolorterrenal.

—No pierdo la esperanza, de peores hemos salido últimamente —dijo Tony,rascándoselanuca.

—Megustaríapoderayudarte,aunqueahora loquemenosnosconvieneesunaluchafrontalcontranuestrosenemigos,porquenosaniquilarían.Enestosmomentos,todosnuestrosesfuerzosestáncentradosenafianzarloslímites,intentandoconseguirla mayor parte de los recursos que tuvimos de antes del Apocalipsis medianteexpedicionesalexterior.

—Ya. Imagino que una ciudad comoElCairo está llena de posibilidades en elinteriordesusedificaciones.

—Cada vez resulta más complicado conseguir algo en condiciones. Los añospasanytodosevadesgastando,peroaunasísiempreacabasdescubriendoalgo.Porsuerte,últimamenteparecehabermenoszombisenlascallesdelaciudad.

—¿Cómoesposible?—preguntóTony.—Notengoni idea,puedequeseesténmuriendo…deformadefinitiva,quiero

decir.Hasta donde sé, pormuchos zombis quematemosno logramos reducirlos losuficiente como para obtener unos resultados tangibles. Son simplementedemasiados.Y,desde luego,ni los seguidoresdeZóserni los adoradoresdeOsirissondegranayuda,obsesionadoscomoestánconelcultoadiosesquenoexistenoconlabúsquedadeplaceresmundanossalvajescomolasorgíasdesangre.

—Seguramenteeldatodeldescensoenelnúmerodezombisesalgoenloquemiamigoestaríaespecialmenteinteresado,ypuedequeinclusoencontrasealgúntipodeexplicaciónlógicaalrespecto.Detodosmodos,quehayamenoszombisenlascallesmeayudaráadarconél.

—Sitanlocoestáscomoparaintentarloteindicaréenunmapadóndetienensubase los seguidores deZóser.Están en la parte este de la ciudad en la zona deLaCiudadela,ellugarquedurantesetecientosañosfueusadopornuestrosgobernantescomoresidencia.Esunazonaamuralladaencuyointeriorhaynumerosasmezquitasyrecintos militares, y tiene unas vistas sin igual sobre toda la ciudad; el centro demando se ubica en la Mezquita de Mohamed Ah. No debería resultarte muycomplicadoentrar,yaqueestánbastanteconfiadosensupodermilitar,porloquenotemen las incursiones del exterior. Eso sí, se encuentran fuertemente armados yentrenadosparalalucha.

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Capítulo13

Rescatafrustradoycarniceríainesperada

Tony descansó el resto del día esperando que anocheciera para, amparado por laoscuridad, intentar llegar a la Ciudadela mencionada por Semerjet donde serefugiaban los seguidores de Zóser. Un grupo de seis hombres armados lo iban aacompañar hasta las inmediaciones de la Mezquita del sultán Hassan, donde loabandonaríanasusuerte.

—Muchas gracias por todo, Semerjet—dijo Tony, de nuevo, en lo alto de lamuralla,mientrascontemplabancómolosúltimosrayosdesolseapagaban,dejandolaciudadaoscuras, iluminadaúnicamentepor los restosdel incendio—.Denoserportiestaríamuerto.

—Soyyoquientedalasgracias,siempreesagradabletenernoticiasdelexterior,aunque lamento lo queme has contado sobre lo sucedido en tu isla. Imagino quesabesquepretendesllevaracabounamisiónsuicidayquetuamigomurióhaceunasveinticuatrohoras,devoradoporesosmalnacidosseguidoresdeZóser.

—¡Zombis!—chillóunavozdesdeotropuntode lamuralla—.¡Nosatacan loszombis!

48horasantes.

Marc estaba recuperando poco a poco el conocimiento, aunque llevaba los ojosvendados y no podía ver absolutamente nada. Iba en un vehículo en compañía deotras personas y sentía un fuerte olor a quemado, provocado seguramente por elincendiodeldíaanterior.

Tardó unos minutos en situarse y recordar lo que había sucedido en elembarcadero del Nilo. Permaneció en silencio para escuchar algo de lo que susraptoresdecían,peronopudoentenderabsolutamentenada,solopercibióquehabíabuenambienteyunclimade relativaalegría.Puedequeaquellos tipos tuvieranenmente contar con sus servicios médicos o científicos y estuvieran celebrándolo,aunque de ser así no hubiera hecho falta tanta agresividad, pues él habría idoencantado.

Alcabodeunratodebierondellegarasudestino,yaqueelcamión,queduranteel trayecto había chocado con algún que otro zombi, fue frenando poco a poco lamarcha.Escuchóunpesadoportalónabrirsey,finalmente,elvehículoaparcó.

Alguienloagarróporlaespaldaylopusoenpie,arrojándolofuera.Mientraslequitabanel sacoque le tapaba lacabezapudoescucharvariasvocesasualrededordiscutiendo.

Tardóunossegundosenpoderveralgo.Estabaenuninmensorecintoamurallado

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queparecíanotenerfin,conuncamiónnegrofuertementereforzadocontodotipoderemachesypinchosenloscostadosyenelfrontal.Alrededordeélhabíavariostiposquecasinoleprestabanatenciónyquediscutíansincesar,arrojandoalsueloloqueparecíaserunbillete.

—Están apostandopor tu nacionalidad—dijo unavoz en inglésmacarrónico asusespaldas—.Mástevaleseritalianoomeharásperderbastantespiastras.

—Lolamento,soyespañol…—respondióMarc,intentandotodavíasituarse.Sucontertuliodejódeprestarleatencióninmediatamenteyseunióalaalgarabía,

arrojandomásdineroal suelo.Estabaclara la jugadadeaquel tahúrqueenapenasunosminutoslograríahacersecontodoeldineroenjuego.Unsegundoegipcio,enuningléstodavíapeor,seleacercóapreguntarleporsunacionalidadconlaintencióndedarporconcluidoeljuego.

Casitodosmaldijeronensuidiomayúnicamentedoselloscomenzaronarecogerel dinero desperdigado por el suelo.Mientras,Marc elevó la mirada para intentarsacarmás informaciónsobreel lugardondeseencontraba.Tenía frenteaél loquedebiódeserhacíatiempoungranjardínbotánicoyqueahoraestabacompletamenteabandonado, aunquealgunasplantas tercas continuabanagarradas a lavida apesardelpococuidadoquehabíanrecibidoalolargodelosúltimosaños.Altasmezquitasygrandesminaretessepodíanveralolargodetodoelrecinto;tambiénobservógentecuidandoalgunasplantacionesdepequeñotamaño.

Pero loque le llamómás laatenciónfueque losaltosmurosdeornamentaciónárabeestabandecoradosyrecubiertosporhuesosque,sinduda,eranhumanos.¿Sededicabanacazarzombisyacolgarluegosusrestoscomotrofeos?Tibias,peronés,rotulas, fémures…habíade todo tipoycolocadosde formaanárquica.Además,enalgunospuntosdestacabanalgunosmontonesdecráneosapilados,estossídeformametódica,formandomacabraspirámides.

—Losenemigosdel estado—dijoelpersonajealque sunacionalidadespañolaacabadehacerleganarbastantedinero—.Unaformaderecordarlosunavezmuertoscuandoyanosirvenniparahaceruncaldo.

—Yaveo…—dijoMarcen inglés,no teniendomuyclaroqué seesperabaquedebíadecirantesemejantecomentario—.MellamoMarc…

—Amíme conocen comoGawhara, segundo deWikala. Pasa, te llevaré a tudestinojuntoconelrestodetuscompañeros.

Marc seguía sin saber qué pintaba en medio de aquel lugar, pero decidió nocontradeciral talGawhara,yaque tanto suaspectocomoelde suscompañerosnoinspirabanprecisamenteconfianza.Apenasteníandientes,olíanpeorquelasratasyvestíanropas llenasde jironessuciosygrasientosde losquecolgaban todo tipoderestosdecomida.Desdeluego,lahigienebrillabaporsuausenciaenaquellugar.

—Estás en La Ciudadela —le confirmó Gawhara—. Es un recinto de varios

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kilómetroscuadradosquenuestrosantepasadosconstruyeronen1176yquesirvióporsietesiglos,igualqueahora,comomoradadenuestrossoberanos.Comoverás,estáfuertementeamurallado,porloquenosvinocomoanilloaldedocuandocomenzólarebelióndelosmuertos.Aquínosrefugiamosyaquípurgamosnuestrospecadosalaesperadelallegadadenuestrosdioses.

»Dictamos nuestras leyes, impartimos el orden de forma estricta y repartimosjusticia,dentroyfueradenuestrasmurallas.Delocontrario,elcaosylaanarquíasehabríanimpuestohaceañosennuestraciudadyenelrestodelcontinenteporculpadeelExtranjeroquehabitalaislaolosvisitantesycuriososcomotú.

—Noacabodevermuyclaranilajusticianielordenquecitas—remarcóMarc—.Suenamásadictaduraqueagobiernodemocrático;sospechoque las libertadesdesaparecieronenEgiptoeldíaenquelosmuertosselevantarondesustumbas.

—Supongo que te refieres al día en que tu querido Occidente abandonó a susuerte a los moritos y a los negros—dijo despectivo Gawhara, con un tono queciertamente preocupó aMarc—.Demodo que no te creasmoralmente digno parajuzgarnosotumuerteseráinclusomáslentaydolorosa.

«Definitivamente, esto pintamal,muymal», pensóMarc sin querer ejercer deadivinomientrasveíaelpanoramatornarsedeoscuroanegro.

—Una generalización un tanto… amplia—matizóMarc, intentando romper unpocoeldiscursodeGawhara.

—Ahora me dirás que Occidente se preocupa todavía de nosotros —añadiósarcásticamenteGawhara—oquehas dedicadounamilésimaparte de tu tiempo aintentarhaceralgoparaquelasituaciónenÁfricamejore.

Marc pensó en mentir, pero era consciente de que resultaría imposible sonarconvincenteenaquellascircunstancias:surostrodeculpabilidadledelatabaylopeoresquenoeracapazsiquieradeencontrarunaexcusarazonable.

—Vale,lohecaptadosinnecesidaddeinsistirenlosdetalles,¿ycuáleselplan,llegados a este punto?—preguntóMarc,molesto con aquel extraño que pretendíaacusarledecrímenescontralahumanidadquejamáshabíacometido.

—No tepreocupes, nos encargaremosde sobrellevar tuspenas, las asumiremoscomopropiasyquedarásexculpadodetodasellas.

Aquello no había sonado precisamente bien, por lo que dedujo que fuera cualfueraeseperdónolamaneradellevarloacabo,noleibaagustarenabsoluto.

—Bien,creoqueprefieroarrastrarmispecadosyexpiarlospormímismo—dijoMarc mientras caminaba—. Consideremos el golpe que me disteis en la cabezacomo…

—…unanticipo—dijounavozprovenientedelaoscuridaddelamezquitaalaquesedirigían—.Notienesdequépreocuparte,durarápoco,relativamentehablando,yharáquenosacompañesporelrestodelaeternidad.

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«Estosuenamuymal»,pensóMarcalversalirdelassombrasauntipovestidoconunaespeciedetúnicatansuciaquenodesentonabaenabsolutoconellugar.

—No hacía falta su presencia, presidente Wikala —dijo Gawhara—, se tratasimplementedeunextranjeromás.

—QueridoGawhara,sifuerasunpocomásobservadortedaríascuentadequenosetratadeunextranjeromás—dijocontonorespetuosoWikala.

—Pe…peroesespañol…nisiquieraesamericano,inglésoalemán…—intentójustificarGawhara.

—Esobvioporelcolordesupiel,lafinuradesunarizylosrasgosdesurostroqueeslatino,perosuformadehablarysuperfectoinglésdelatanquedebajodeesacabezahayalgomásqueunsimplecerebrocastigadoconlaculturaoccidentaldelaautocomplacencia.¿Meequivoco?

—No del todo. He trabajado bastante tiempo en los Estados Unidos comocientífico y sí, suelo leer cuando el tiempo me lo permite —respondió Marc,intentando encontrar una salida que no implicara su muerte a mano de aquellossalvajes.

—¿Científico? Muy interesante. No recuerdo haber visto a ningún científicodesdehacebastantetiempo.Creoqueaqueldoctorobsesoymediolocoquepasóporaquí hace años fue el último —dijo Wikala, girándose con satisfacción haciaGawharacomomuestradequehabíaacertadoconsujuicio—.¿Yaquédedicastusinvestigaciones,sisepuedesaber?

—Precisamentealoszombis,unavezmuertosdefinitivamente—respondióMarc—. Mi grupo intentaba determinar las características de sus cuerpos y sufuncionamiento,asícomoelporquédemisterioshoytodavíasinresolver,comolosmotivos de su lenta degeneración muscular o la razón de que sean capaces desobrevivirsiningerirningúntipodealimento.

—Pero eso no es cierto —comentó Gawhara, intentando salvar un poco sudignidad—. Todos sabemos que después de muertos sobreviven comiéndose a losvivos.

MarcpudoverelrostrodeWikalanomuycontentoporlaorgullosademostracióndeignoranciadelqueseguramenteerasusegundo,peroaunasíleresultóimposiblenocontestar.

—Teniendo en cuenta que existen, según calculo, más de cinco millones dezombisenElCairo,estosprecisaríanotros tantosmillonesdesereshumanosvivosquellevarsealabocasirealmentelosnecesitaranparasobrevivir—dijoMarc—.¿Ycuántos humanos pueden quedar a estas alturas en la ciudad? ¿Varios cientos o,siendogeneroso,miles?

—Está bien, entonces, ¿cuál es el motivo de querer devorar a los vivos? —preguntóGawhara,dejandorealmenteintrigadoaunWikalaquenuncahabíatenido

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tiempodehacerseaquellapregunta.—No se sabe a ciencia cierta, todo lo que hay al respecto son conjeturas.

Suponemosqueexistenvariasrazones,perotodasconvergenenelmismopunto: lasupervivencia de la especie. En el fondo no dejamos de ser una amenaza para suexistencia,yal igualqueelrestodeseresdelplaneta,buscanperpetuarseanuestracosta, expandirse incluso,yaqueenel fondo, todosycadaunodenosotros somoszombisenpotencia.Obviamenteno lo llevanacabode formaconsciente,másquenadaporcarecerdelmásmínimogradodeconciencia,peroparececlaroquegozande un instinto de supervivencia muy arraigado en alguna parte de su maltrechocerebro.

—Muymetafísico—dijoWikalamientrasGawharapermanecíaensilencio,puesnohabíaentendidonilamitaddelaspalabraspronunciadasporMarc—.Aunque,sinduda,hayunpuntodeconsistenciayrealidadenlaexplicaciónquenuncamehabíaparadoaconsiderar.

—Imaginoquehayotrosfactoresquevandesdelagulaalregocijo;elrostrodesatisfacción de un zombi cuando alcanza a una presa humana es casi de éxtasis,inclusosexual—dijoMarc—.Detodasformas,lasinvestigacionesalrespectoestánhoymásenfocadashaciaotro tipodecosas, comoencontrarunavacunacontra loszombis,buscarunmododecomunicaciónconellos…Aunquenohahabidoelmásmínimoavanceentodoestetiempo.Sonunmisterio,unanacronismodesconcertanteenloquealasespeciesdeesteplanetaserefiere.

—Algomásenloquepensardurantelospróximosaños—dijoWikala,haciendoungestoaGawhara—.Bueno,creoquevasiendohoradedejarnuestraconversación.La gente comienza a tener hambre y no conviene retrasarnos en los preparativos.Gawharateacompañaráhastatucelda.Nosveremosestanocheenlacena.

Marcseguíasincomprender,osinquerercomprender,laspalabrasdeWikalay,aunqueintentóobjetaralgoalasmismas,cejóenelempeñoantelosempujonesdelotro.

—Vamos, tenemos unamaravillosa celda con vistas—dijo sonrienteGawhara,quiencondujoaMarchacialapartesurdelrecintoacompañadoportressoldados.

Marc fue observando cuanto pudo, en cierta parte maravillado por lo bienconservadoqueestabatodoallídentro.Lasedificacionesdelexteriorestabanenunestado lamentable: casas a medio construir, carreteras sin pavimentar que dabanpena… Pero aquel lugar se encontraba realmente en buen estado, lo que hacíasuponer que los antepasados egipcios habían sido realmente buenos en lo que aarquitectura se refería; lo demostraba la existencia de aquellas tres pirámides que,situadasenlamesetadeGuiza,sepodíanverdesdeprácticamentecualquierpuntodelaciudad.

—Yahemosllegado—dijoGawhara—.EstamosenlaentradadeBabalGadid;

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teacomodaremosenunadelasceldasquehayjuntoalatorreypasarásallíelrestodeldíahastaquelleguelahoradetudestino.

Aquelcomentariofuelagotaquecolmóelvaso.Nosabíasiloibanasacrificar,atorturarotomardemerienda,deloquesíestabaseguroeradequesudestinoaquellanoche no iba a ser muy halagüeño. Odiaba la violencia, pero era plenamenteconscientedequehabíaocasionesenqueeralaúnicasoluciónyqueaquellodeque«dos no discuten si uno no quiere» estaba totalmente supeditado a cómo fuera ese«uno».

—Estoy cansado de esta situación estúpida—dijoMarc, probando buscar porúltimavezunasoluciónpacíficaydialogadaconaquelloscenutriosquehacíanque,en aquel momento más que nunca, prefiriera convivir con zombis en vez de conhumanos—.Aprovechandoqueestamoscercadelapuertacreoquelomásadecuadoseríairmeporellayolvidarmedetodoestedía.

—Claro,ledijolacomidaalhombre—respondióGawharaenunpatéticointentopor pronunciar una frase mínimamente inteligente, que a pesar de todo pareciódivertirasuscompañeros—.Tecreesqueeresmuylisto,peroenestosmomentosnovalesmásqueunfiletedeternera.¿Notehasdadocuentatodavíadequeestanochenosservirásdecena?

—¡Comida,mehabéisllamadocomida,vosotros,pedazosdecarneconpiernas!—dijo Marc fuera de sí y con los ojos enrojecidos, asustando de repente a suscaptores, que no se esperaban aquella reacción de su prisionero. Su rostro dabamiedo. Estaba completamente desencajado, transformado en una imagen que lesresultabaespecialmentefamiliar.

PeroMarc no pronunció palabra alguna. Saltó sobre el soldado que tenía máscercay, lejosdeintentarhacerseconsuarma,leasióporelcuelloylemordiócontodas sus fuerzas ante lamirada de terror de sus compañeros que no alcanzaban aentenderquéestabasucediendo:eltímidocientíficoeuropeoqueparecíaincapazdematarunamoscaacababadereventarleelcuelloauncompañero.Denuevo,sinquenadiepudierahacernadaporimpedirlo,Marcagarróelbrazodelsiguientesoldadoylomordiósinpiedad,comohubierahechoelpeordeloszombis,peroestaveznoselimitó a que la sangre brotara, mordió una segunda vez y una tercera, comenzó adegustarlostendonesdeaquelpobredesgraciadoquenocesabadechillarcomounniño.

El tercersoldadodesenfundósupistolay ledisparósinpensárseloenelpecho,haciéndolecaeralsuelo.

—¡¿Qué coño está pasando?! —preguntó Gawhara totalmente fuera de sí,histéricoysinsabercómoactuar.

ElsoldadoguardólapistolayseacercóaMarc.—Norespiraseñor,estámuerto…

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Gawhararespiróaliviado,aunquelaalegríaleduróbienpoco.Elmuertoabriólosojosderepentey,agarrandoalsoldadoporlacamisa,loatrajohaciasíycomenzóamorderleenelpechounayotravez.

Marceraincapazdecontrolarse,queríamás.Aquellaorgíadesangrepodíaconély,aunquesentíalasórdenesqueintentabadarsucerebroparadetenerlo,noconseguíareunirlasfuerzasnecesariasparaejecutarlas.

Gawhara saco su arma y disparó de nuevo a Marc, acertándole en el brazo.Aquellahabía sido suprimerayúltimaoportunidaddeacabar con su rival, yaqueantesdepodervolveraapretarelgatilloseencontróconMarcagarrándolopor losbrazos:surostroresultabaesperpéntico,sucabezasemovíaespasmódicamente,casiatrompicones;estababañadocompletamenteensangre,susdientesteníanrestosdecarneysusojoshabíandejadodeserhumanos.

MarcgolpeósucabezacontraladeGawhara,quienlanzóunalaridodedoloralavez que un reguero de sangre surgía de su frente. Sabía perfectamente cuál era sudestino, estaba condenado, y aquello hizo que se orinara en los pantalones.Estabamuerto,oaunpeor,apuntodeconvertirseenalgoquedeploraba.Porprimeravezenmuchotiempo,acertó:Marclegolpeóduramenteconsuspuñosenelrostrohastaquesecansóycomenzóamorderledespiadadamenteysinningúntipodemiramientos,arrancándoleunojoprimeroyuntrozodenarizdespués.Estabafueradesí,enmediodeunalocuraquenopodíacontrolar;soloqueríaacabarconsuenemigoysaciarsuansia, aquel doloroso sentimiento de hambre que le recorría el cuerpo como no lohabía hecho en su vida. Aunque había algo más, un instinto gregario que noalcanzabaadefinir;mirabaaaqueldespojohumanotodavíaconrestosdevidaensuinterioryloveíacomoalpeordesusenemigos,comoaunseralquedestruirparalograrunpropósitomayor,lapreservacióndelossuyos.

Pasados unos minutos y con el cuerpo de Gawhara completamente destruido,Marcnotóqueelritmodesucorazóncomenzabaadisminuir.Habíaestadoapuntodequelereventaraelcorazón.

Cuandorecuperóelplenocontroldesusacciones,Marcestabaarrodilladofrentea la entrada Bab al Gadid, tapándose el rostro con las manos ensangrentadas. Seencontraba rodeado de los cadáveres de varios hombres y, aunque en principio sesintióalgodesorientado,pocoapocofuerecordandopartedeloquehabíasucedido.Leresultabacomplicadodigerirloqueacabadepasar.Habíaperdidoporcompletoelcontrol de su cuerpo y se había dejado llevar por unos impulsos primarios quedesconocía, impropiosdeun serhumano.Eracomodespertardeunapesadilla.Nopodía recordar con exactitud todos los detalles, aunque se esforzaba para lograrlo,pues sabía que en el futuro podrían convertirse en una importante aportacióncientífica.

Intentóver sialgunodeaquellospobresdesgraciadosseguíaconvida,perono,

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estabanmuertosybienmuertos,sobretodoeltalSemerjetqueahoraapenaspasabapor un trozo de carne destrozado del que salían algunas extremidades. Trascontemplar el resultado de su carnicería se giró para ver la inmensa puerta con supesadoygruesorastrillo.Alotroladoestabalacalle.Porelladeambulabanalgunoszombis que se habían ido acercando para contemplar el espectáculo. Sin duda, elgrosorylasolidezdeaquellaverjabastabanparamantenerlosaraya,yaunqueporun instante pensó en abrirla y dejarles entrar, tuvo que desechar la idea cuandoescuchó voces que se acercaban hasta él. Sin duda los disparos y los gritos deaquellospobreshabíanalertadoalrestodesuscompañeros.

Decidióesconderseenunosdelosmúltiplesrecintosabandonadosquerodeabanlaplaza.Queríadejarpasarelpeligroa laesperadequeseretiraransuscaptoresydecidirentonceselplandeactuación.Porsuerte,aquellugareralosuficientementegrandecomoparaquenoloencontraranenmuchotiempo.

Cuando los primeros soldados llegaron, su sorpresa fue enorme. No estabanacostumbrados a recibir aquel tipo de ataques ya que iban con bastante cuidadodurantesusincursionesenlaciudad,ydentrodelafortalezalasmedidasdeseguridaderan extremas y hacía bastante tiempo de la última infiltración. La escena era tanterrible que a pesar de la fiereza de aquellos soldados, alguno tuvoque vomitar alcontemplarla.InclusoWikalamostróciertasorpresaalllegar.¿Quéhabíasucedidoaaquelpobrecientíficodesgraciado?Teníananteellosunmisteriocomopocos,yaquedesdeluegoeranincapacesdeachacaraquellacarniceríaaldesgraciadodeMarc.¿Sehabíainternadoacasounzombienelrecinto?Ydeserasí,¿dóndesehabíametidoycómohabíalogradoevaporarsedellugarentanpocotiempo?

Wikala dio órdenes a sus hombres para que comenzaran a buscar por lasinmediacionesalextranjeroyalposiblezombi,aunqueporsuerteningunoseacercóhastaellugardondeestepermanecíaoculto.

Marcsepusoencuclillasparaescucharmejor los ruidosqueseproducíanasualrededor, a la vez que intentaba pensar en algo que le había venido a la cabezaminutosantes:los«impulsosprimarios».¿Acasopodíanserestoslabasedetodolorelacionado con los zombis? En su mente concibió una teoría que, aunqueinicialmenteleparecióunalocura,nodejabadeserlógica.Talvezfueraposiblequelazombificaciónconsiguieradevolveralserhumanoasuestadomásprimitivo,aesedel que jamás debió salir. Puede incluso que estuviesen siendo testigos del intentodesesperadodelaNaturalezaporrecuperarelcontrolsobresuscriaturas.

Dejódepensar.Estabaagotado.Losucedido lehabíadejadosinfuerzas,por loque poco a poco comenzó a cerrar los ojos. Hasta que se quedó profundamentedormido.

Estabaamaneciendocuandolosdisparoslodespertaron.Asomó la cabeza por la ventaba para observar lo que estaba sucediendo, sin

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embargoúnicamentepudoveraalgunaspersonasgritandoycorriendodeunlugaraotro.Intentóescucharalgo,perodenuevosolologródistinguirlapalabra«zombis».¿Habríanlogradoentrardespuésdetantotiempo?Echódenuevounvistazoafuerayviolarejillacerradadelportón.

Pocoapocofuearmandoelpuzle.Alolargodelosaños,aquellosdesgraciadoshabíandesarrolladouninstintocaníbalqueleshabíaempujadoacomersealosdesupropia especie, emulando voluntaria o involuntariamente a los zombis. Pero sudesesperadoataquehabíalogradosalvarledelaquehubierasidounamuerteatroz.Su«ataque»,claro,eraobvioyaquelloaclarabaunadudaquelehabíaperseguidotodoesetiempo:sumordiscoeraletalyconvertíaaloshumanosenmuertosvivientesdelmismomodoenquelohacíanloszombis.

Ahoradebía asegurarse deque aquellosmiserables no continuaranhaciendodelas suyas tras sumarcha, demodoquecorrióhacia el portónyobservóel sencillomecanismodepoleas que elevaba el rastrillo.Asió entonces con sus dosmanos laruedasituadaenunadelasdostorresqueflanqueabanlapuertayempezóarotarlacon todas sus fuerzas. Inicialmenteno logródesplazarla, sinembargo,al insistir, larueda se movió unos milímetros. Desde luego sus sentidos estaban mucho másdesarrolladosde loque lohabían estado en toda suvida; resultaba agradable tenertodaslasventajasdeloshumanosy,deducía,lasdelosno-muertos.

Pocoapocolaruedacomenzóagirar.Ylohizojustoatiempo,porquealolejosyapodíaveradoshombresaproximándosehaciadondeseencontraba.Porsuertelostiradoresestabandemasiadolejosy,además,lapenumbraloprotegía.

Enelfondo,sealegró.Losdisparoshabíananimadoaloszombisaaproximarse,asíqueyapodíasimplementefijarelrastrilloydejara losmuertosquehiciesensutrabajodelimpieza.LaCiudadelaestabacondenada.

Marccruzópordebajodelapuertaensentidocontrarioaldelrestodeloszombisquepordecenascomenzabanainundarelrecinto.Talycomosucedieraantes,pasócompletamentedesapercibido.

Mientras se alejaba escuchó cada vez más disparos y gritos dentro de LaCiudadela.Enrealidadnoeraalgoquelepreocupara.Aquelnoerasuproblemay,sinduda, había hecho un gran favor a la humanidad favoreciendo el final de aquellosdesgraciados.

Fueentoncescuandosediocuentadequeno teníani lamásremota ideasobrequéibaahaceracontinuación.SeencontrabaperdidoenmediodeElCairo,rodeadodemillonesdezombisysinsabermuybiensisuamigoTonyseguíaaúnconvidaosihabíamuerto,sihabíasidodevoradoporloszombisoatacadoporalgúnotrogrupodeperturbadoscomoeldelosseguidoresdeZóser.

SindejardemiraraloszombisquecaminabanendirecciónaLaCiudadela,tuvouna extraña sensación; no la había sentido nunca antes y no sabíamuybien cómo

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definirla.No era ni hambre ni sed; le provocaba un ligeromareo y lo empujaba acaminar hacia la zona norte de la ciudad. ¿Qué le estaba sucediendo? Conformeandabaen ladirecciónquesu instinto le indicaba, sentía tambiénuncontradictoriodeseogregariodeirhaciaelnoroeste.

ElCairoeraunaciudadmaravillosa.Hubieramatadoporvisitarlatreintaañosatrás,cuandotodavíaestabahabitadaporseresvivosynoporindolentespaseantesqueibande un lugar a otro tropezando entre ellos y en un estado de descomposición que,desde luego, afeaba el paisaje. Las calles, eso sí, estaban limpias; había cochesestrellados por todas partes y arena cubriéndolo prácticamente todo; había tambiénventanasypuertasabiertas,yzombisentrandoysaliendoporellas…Sinembargo,nadahacíasospecharlapresenciasereshumanosvivos.

Siguió entonces su instinto y empezó a caminar por la orilla delNilo, dejandoatrásmezquitasybazares.

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Capítulo14

Desagradablesrevelacionesevolutivas

Durante la última hora, Marc se dio cuenta de que las calles por las que estabacaminandoestabanmáslimpias.Lasmontonerasdecocheshabíansidoapartadasenlasacerasylasmarcasdeneumáticosenlacarreteradelatabanunusoreciente.Sindudasuinstintoleestabaconduciendohastaunrefugio.

Anochecía,perosuspupilascontinuabansiendocapacesdeobservartodocuantosucedía como si simplemente hubiera atardecido, otra ventaja más que añadir alhechodeestartransformándoseenDiossabíaquétipodemuertoviviente.

Fue entonces cuando divisó una muralla. Supo en seguida que era de nuevacreación,yaquenoteníanadaqueverconloquehabíaestadocontemplandohastaaquel momento. Se notaba construida con cierta premura y, sin duda, por manosmenos hábiles que las que habían levantado el resto de las edificaciones. Sobre lairregularmuralla,quecortabadeformaaccidentadalascalles,aunostreintametrosdedistancia,pudoveraunhombreque loobservabacon receloyque,despuésdegritar,comenzósinmásadispararle.

Marcpensóquepodría llegaracostumbrarseaaquello.Nohabíaunsolodíaenquenoledispararanoenelquealguiennointentaramatarlo.Laprimerabalafueadar contra un escaparate, rompiendo algunos cristales, mientras que el segundodisparo lesalpicódesangrey restosdecarne lacabeza.¿Quéhabíasucedido?¿Lehabíanacasoacertadoyaquelloeraelfin?Elcorazónseleaceleró.Completamenteasustado se lanzó al suelo, intentando no perder el control. Necesitaba buscar unasolución lógica a todo aquello. ¿Se habría convertido por fin en un zombi y no sehabíadadocuenta?

Cuandollegóalsuelorodósobresímismobuscandorefugioenunportal,debíaaveriguar si le habían acertado o no, aunque él no notaba absolutamente nada.«¿Sentíanacasoalgoloszombis?»,pensó.

Fue entonces cuando los vio bajo el portal, caminando detrás de él, a escasoscentímetrosdedondeestaba.Habíavarioscientosdezombis,ensilencio,avanzandoa sus espaldas. ¿Cómo no los vio antes? Una de dos: o estaba absorto en suspensamientos,osussentidosnolosdetectaronsimplementepornoconsiderarlosunaamenaza.Desde luegodesconocía la respuesta.Lo importanteesqueestabanahíyque losdefensoresde lamuralla acababande reventar la cabezadel zombi situadojustodetrásdeél.Asíquedecidiócontinuaryacelerarelpaso,levantandolasmanosygritando.

—¡Nomedisparéis!¡Nosoyunodeellos!Desde lo alto de la muralla no acababan de entender muy bien lo que estaba

sucediendo. El tipo que lideraba lamarcha zombi hacia ellos se había arrojado al

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suelo y, tras levantarse, hacía comenzando a correr hacia ellos gritando a plenopulmón.

—¿Mepuededeciralguienloqueestápasando?—dijounodelostiradores.—¿Qué hacemos, seguimos disparando? ¿Nos cargamos a ese?—preguntó un

segundotiradorsinapartarsuarmadelaavanzadilladezombis.—¡Cubridle,joder!—gritóuntercero,acercándosehastaellos—.¡¿Desdecuándo

puedengritarloszombis?!¡¿Nosestamosvolviendoimbéciles?!TrascasiunminutodecarreraMarcalcanzólazonadelamuralladondeparecía

haberunapuerta.Rezóporelcaminoparaquealguien laabriera.Noqueríaseguirrodeadodezombisymuchomenostenerqueexplicarporquénolohabíandevorado.Peroestavezhubosuerte.Encuantoseplantófrentealportón,esteseabrióydesdedentro lo agarraron, arrastrándolo hasta el interior. Sin duda era unamaniobra queestabanacostumbradosallevaracabo.

Sin tiempopararespirar, levantó lacabezacomprobandoqueestabarodeadodenativos,porloquenopudoevitarpreguntarsesilaprácticadelcanibalismosehabríainstaurado enElCairo y, de nuevo, iba a tener que luchar por su vida amordiscolimpio.Peronofueasí.Abriéndosepasoentreaquelgrupoapareciólaúltimapersonadelmundoalaqueesperabaverallí.

—¡Tony! ¡¿Qué demonios haces aquí, cómo has llegado?! —exclamó Marcmientrasdabaunfuerteabrazoasuamigo.

—Nome lo podía creer cuando te vi desde lo alto de lamuralla, justo cuandoestabaapuntodesalirabuscarte—respondióTony—.Segúntodoelmundo,aestashorasdeberíasestarsiendopartedeladigestióndeunostaradossectariospracticantesdelcanibalismo.

—Pocofaltó,porsuertepudeescapar.—Luego te contaré los detalles, pero será mejor que nadie nos pregunte qué

demonioshacíasliderandounamarchazombihaceunosminutos;losteníasapenasaunpalmodeti,caminandoaescasoscentímetrosdetucuello.

—¿Ese tipo es amigo tuyo, Tony? —dijo Semerjet, aproximándose a todavelocidad—. ¿Mepuede alguien explicar cómoes posible que esté vivoy por quétodosesoszombisnoselomerendaronhaceunosminutos?

—Yoga y meditación trascendental—respondió serenamente Marc, intentandoquenosonaraapitorreo—,aunquenocreoqueseacapazdevolverahacerloentodamivida.

—¿Te estás riendo de mí, verdad? —inquirió Semerjet, subiendo el tono altiempoqueTonypensabaquesuamigosehabíavueltolocoyqueacabaría tardeotempranoconunabalaenlacabeza.

—No, no, nadamás lejos de la realidad—negóMarc con rapidez, intentandoexplicarseantesdequeelconflictofueraamayores—.ComosupongoqueTonyles

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habrádichoya,estuveduranteañosestudiandoaesosseresenEstadosUnidos,porloquepudimoscomprobarcómofuncionansussistemasdedetección;cómohacenparadistinguir a un muerto de un vivo o de un no-muerto. Al parecer detectansensaciones,vibraciones…Soncapacesdever,aunquenosabemostodavíaquévennicómopuedenhacerlo,ysoninsensiblesaalgunascosascomoeltacto,queapenastienendesarrollado.Porotrolado,poseenfacultadesdelasquenosotroscarecemos,comouna especiede radar interno, un sentidodel olfatobastante característico, ennadaparecidoaldecualquierotraespeciequeconozcamos,yunexcepcionalinstintogregario. El caso es que a través de ese olfato y esas percepciones se les puedenengañar.Enmicasoredujehastaelmáximomispulsacionesymiritmointernohastaacercarlosalosdeunapersonaencoma…

»Además,lapercepciónolfativapuedeevitarsecomoyomismocabodehacer—añadió Marc, aportando una teoría sobre la que había estado reflexionando esosúltimos días en el desierto—. Embadurnándome de restos humanos y sangre dezombihehechoqueenciertomodomeconsiderencomoaunigual,permitiéndomepasearentreelloseltiemponecesarioparapoderllegaraquí…

Marc decidió añadir un último detalle y evitar así que aquellos pobresdesgraciadosdecidieranponerenprácticasuteoríayacabaraninmolándoseenmasa.

—Detodasformas,noacabadefuncionar—añadió—.Pudeescaparencamiónhastanolejosdeaquí,bajarjustoatiempoparaaderezarme,reducirlaspulsacionesycaminarunostrescientosmetros;haceunosminutos,pocoantesdelosdisparos,notécómomi disfraz comenzaba a fallar.Era cuestión de segundos que todo se vinieraabajo.

Semerjetnoacababade tenermuyclaro todoaquello, almargendequeambosestabanhablandoeninglés,unidiomaquenoeraelsuyo,porloquetampocoesquelacomunicaciónfuera todolofluidaquedebiera;perotampocoquisoquedarcomoun ignorante y decidió afirmar con la cabeza en gesto de aprobación y olvidar elasunto,yaque,porotrolado,¿quéotraexplicaciónpodíahaberatodoaquello?DemodoquedioungolpecontenidoenlaensangrentadaespaldadeMarcyloinvitóaducharseenunadelasviviendas.

TonyacompañóasuamigomientrasrespirabaaliviadoalverquelaexplicacióndeMarchabíaresultadosuficiente.Noobstantesepreguntabacuántohabríadeciertoenella.

Unahoramástardeydelantedeunatazade té,Marcempezóarelatarsuaventuracomo prisionero de los seguidores de Zóser, un grupo del que, según dijo, novolveríanaoírhablarnuncamás.

—Me alegramucho escuchar eso—dijo Semerjet—, bastante tenemos con loszombis,cadavezmásactivos,comoparapreocuparnosademásdelosvivos.

—¿Activos?—preguntóMarc,temiéndoselarespuesta.

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—Sí, para nuestra desgracia parecen estar adaptándose mejor a su entorno ycoordinar susmovimientos.Al principio pensábamos que era nuestra imaginación,pero desgraciadamente hemos podido comprobar cómo los zombis que pueblan laciudad se mueven cada vez mejor, son capaces de escalar pequeños muros odeslizarsedebajodeloscoches.Algoqueeraimpensablehacedécadas,peroqueconelpasodeltiempoparecenhaberaprendidoahacer.

—Melotemía—dijoMarc,lamentándose—.Creíaquepodíatratarsedeunerrorde apreciación, pero algunos de los zombis que he visto por aquí sonmuchomáshábiles que los que estamos habituados a ver. Está claro que, aparte del estadovegetativo en el que quedan sumidos cuando no hay humanos cerca, vanevolucionandopoco a poco.No sé si existe algún tipode regeneración celular, sinembargoelresultadoesquecadavezsonmáshábiles.

—¡Peroesoquedicespodríasignificarelfindenuestraespecie!—exclamóTony,alarmadoanteaquellarevelación.

—Hemos estado jugando con fuego todo este tiempo—dijoMarc—, creyendoque los zombis se regían por unas reglas inamovibles y no es así. Los zombisencerradosenestecontinentehanidoevolucionandopocoapocohastaconvertirseenuna amenaza a la que difícilmente podremos enfrentarnos. Esto es una auténticabombaderelojeríayaquesiseconfirmanlasteoríasexistentesacercadeloszombis,este salto evolutivo podría ser adoptado por el resto de caminantes del planeta,dificultandosuexterminio.

—Laverdadesquetodoestonoshacomplicadobastantelavida—dijoSemerjet—.Cadavezresultamásdifícillucharcontraellosysinayudadelexteriormetemoque estamos condenados. Hace años que pensamos en abandonar El Cairo e ir enbuscadealgunaislasituadaenlazonaestedeÁfrica,perodesdeluegoelviajenoresultaríasencillo…tendríamosqueatravesarmilesdekilómetrosdetierrainhóspita.

—Una isla no sería una mala solución —dijo Marc—. Fácil de defender, deestablecerseydelimpiar.Loqueestaclaroesque,definitivamente,loszombisnosemuerenporsísolos,muchosdeellosdebendellevarveinticincoañosalaintemperieyhandemostradoquepuedenvivirdelairey,siesnecesario,hibernaralaesperadealgúnhumanoquellevarsealabocamientrasterminandeexterminarnos.

—Bueno,creoquetrastantasteoríasyrevelacioneslomejorseráquedescanses—dijo Semerjet,mirando aMarc—. Intuyo que vuestros días entre nosotros estáncontadosyquequerréismarcharospronto.

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Capítulo15

Arribayabajo

—¡Estoesrepugnante!—dijoTony,sinpoderevitarqueaquelpútridoolorpenetraradenuevoporsunariz—.Nocreoquepuedaacostumbrarmejamásaesto.

—Eres un exagerado —respondió Marc, intentando calmarle—, no hay paratanto.Estascloacashacemuchotiempoquenoseutilizan.

—Marc,metemoquetutransformaciónsiguesuproceso,porqueesteolornomelopuedoestarimaginando.Usenonousenlasalcantarillas,estelugarapestaporquedebedeestarrepletoderestosendescomposición.

Marc y Tony llevaban ya dos horas caminando por el subsuelo de El Cairo,siguiendolasindicacionesdeSemerjetparadarconlazonacercanaalNilodesdelaque podrían acercarse a su barcaza y retomar la marcha río abajo hacia sudesembocaduraenelMediterráneo.Leshabíanacompañadoencamiónhastalabocadeunaalcantarillayleshabíanentregadounacopiadelplanoqueutilizabancuandoqueríantrasladarsedeunladoaotrodelaciudaddeunaformasegura.Lesavisaronde que podría aparecer algún zombi perdido, ya que se suelen colar por las zonasabiertas del alcantarillado, aunque, en general, viajar por el subsuelo resultababastanteseguro.

—Puesdebe serqueSemerjety los suyoscadavezquepasanaprovechanparahacersusnecesidades,oquehaytodotipodeanimalesquesehanperdidoaquíabajoyexcretanadiscreción,porquesino,noloentiendo.

—Tú ríete, pero si aparece por aquí un zombi ya me explicarás cómo nosescapamos —dijo Tony—. Esto es demasiado estrecho y tengo las zapatillasempapadasporlosmeadosyporotrosfluidosmalolientesqueprefieronosaberquéson.

—Deberíaspreocupartemásporloquenosdijeronsobreesafaseevolutivadeloszombis que por lo que tu fino olfato porcino detecta.Existe una realidad y es quepodemosestaralbordedenuestraextinciónynonoshemosdadonicuenta;entreloszombisquecorríanenMallorcayestosqueparecentanágilesgraciasaalgúnextrañofactorevolutivo,nopuedodecirsinoqueestamosjodidos.

—Dabagrimaverlos,loreconozco;alprincipionimehabíafijado,perocuandonos lo comentó me di cuenta de que tenía razón —dijo Tony, olvidándosemomentáneamentedeaquelolornauseabundo.

—Hasta ahora éramos nuestro peor enemigo, pero a este paso nos tomarán ladelantera inclusoeneso—dijoMarc,quede repentedecidióbajarel tono—.¿Hasvistoaquello?

MarcyTonysedetuvieronderepenteyaqueaunosescasosmetros,alumbradoporlasteasqueportaban,pudieronverunbultosospechoso.

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—No me jodas, ¿hemos ido a topar con el único zombi andante de lasalcantarillas de El Cairo?—dijo Tony, cansado de no poder dejar atrás ni por unminutoaaquellosseres.

—Nosabríaquédecirte,sealoquesea,estáquieto,aunqueinclusoesohadejadodeserunagarantía.

—Zombisquecorren,zombisalacecho,zombiscomotúquehablan…¿Quéserálopróximo?

MarcdecidiónohacerningúncomentarioyocultarelmalestarquelaspalabrasdeTony lehabíanproducido,yaquedesde la sangrientamasacredeLaCiudadela,aquelerauntemaquenolehacíaningunagracia.

—Creoqueloszombisquepiensanporsísolosexistendesdehacebastantemástiempoquenosotros—dijoMarcconsarcasmo—.Meacercaréyo,alfinyalcabonocreoquevayaamorderme.

Y diciendo esto, comenzó a avanzar poco a poco hacia aquella sombra quepermanecíainmóvil,agazapadaalamparodelaoscuridad.Conlavisiónaúnborrosa,alargólateaparaintentartocarconellaelbulto,preocupadoporquepudieraserunperro rabioso o algún tipo de mutante de las alcantarillas. Empujó una vez, unasegunda y finalmente, con algomás de fuerza, una tercera que hizo que el cuerpocayeraenuncharcoquehabíajustoallado,salpicandoaMarc.

—¡Mierda!—exclamóMarcasqueado—.¡Quéporquería!Setratabadelcuerpodestrozadodeunhumano,quiénsabesimuertoenvidao

posteriormentecomozombi; tenía lacaracompletamentedesfiguradayheridasportodo el cuerpo, y mostraba signos evidentes de pequeños mordiscos en lasextremidades. Resultaba evidente que las ratas habían estado allí no hacía muchodándoseunfestín.

—Esrepugnante—dijoTony,viendoelespectáculo.—Serámejorquenosvayamos,nodebemosdeestarmuyalejadosdelrío.Durante los siguientes quince minutos, los dos permanecieron en silencio,

caminando por las cloacas a la luz de la tea que cargabaMarc y que les permitíaavanzarsintenerqueestartropezandocadadosportres.Entodoesetiempo,Marcsesintióobservado.Estabasegurodequealguien losseguía.Envariasocasionesgirólevementelacabezaintentandodescubriralgo,perolaoscuridadleimpedíavermásalládecuatroocincometros.

Aceleraronentonceselpaso.Unruidobastantedesagradablesonóasusespaldas.—¿Noserán…?—dijoTonysinatreverseaterminarlafrase.—Metemoquesí.Debendeestarbuscandoalgoquellevarsealaboca.-Marcse

giróypudocomprobarelbrilloreflejadodelateaencientosdeojosqueseacercabanaellos.

—Ytodasvienenapormí—maldijoTony—,nocreoquetenganningúninterés

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enunsemi-no-muerto.—Parami desgracia, como evidencia el cadáver que nos encontramos hace un

momento,creoquenohacendistincionesdeningúntipo—replicóMarc—.Metemoqueaquelloeraunzombiyquelasalimañasesassoncapacesdedevorarcualquiercosa.Menudomundo,todosparecenobsesionadosconllevarsealospocoshumanososemi-humanosquequedanalaboca…

Y,diciendoesto,comenzaronacorrer.—Marc,metemoquenosestánganandoterreno.—Lamentomásquenuncatenerquedartelarazón—replicóTony—,comonos

descuidemos,enbrevelastendremosdanzandosobrenosotros.Trasalgunosminutoscorriendopor lasestrechasalcantarillasconlasratascada

vezmáscerca,Marcsedetuvodegolpe.—Tenemos que salir al exterior, no podemos dejar que nos alcancen —dijo,

señalandounasescalerasclavadasaunapared,quesubíanvariosmetros.—¿Estásloco?Notenemosnilamásmínimaideadedóndeestamosnideloque

nosencontraremosahífuera.—Sealoquesea,noserápeorqueloquesenosvieneencima—contestóMarc

mientrasseagarrabaalaprimeradelasabrazaderasycomenzabaaascenderconelchillidodelasratasdefondo.

—Ya, para ti es fácil decirlo, los zombis ya son parte de tu familia—replicóquejándose,pero siguiéndoloalcantarilla arriba—.¿Ysinosquedamos sujetosa laescalerillahastaquepasen?

—Yoquetúmiraríahaciaabajo—dijoMarc,señalandohacialateaquehabíandejadoalpiedelasagarraderasyqueiluminabaalasprimerasratasqueacababandellegaryqueelevandoligeramentesucabezalesolisqueabaninquietaslospies.

—¡Joder!—gruñóTony, aligerando la ascensión—. ¡Esas condenadas criaturassoncomoSpiderman!

—DeberíasvermásdocumentalesdelNationalGeographic.—Dejédeverloscuandoempezaronaemitirlosúnicamentesobrezombis.Marcllegóporfinhastalabocadelaalcantarillaycomenzóaempujarrezando

parapoderabrirlafácilmente.Peronofuncionó.—¡Mierda!Estoestáatascado,seguroquehaceañosquenadie lautiliza—dijo

Marc desesperanzado al tiempo que comenzaba, apoyándose simplemente con lospiesenlaabrazadera,ausarsuotramanoparahaceralgomásdefuerza.

—¡Venga,Marc, date prisa, que están subiendo por la pared!—exclamóTony,escuchandocómotrepabanconsuscortaspatitasalasmásatrevidasdelgrupo.

—Creoquehelogradomoverlaunpoco,puedequetengamossuerte.—Másnosvale…¡Joder, tengoaunodeesoscondenadosyasquerososbichos

subiendopormipantalón!—gritóTonyalnotarunligerocosquilleopordentrodesu

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ropa.Sacudiósupiernaconrabia,lograndoqueelanimalillocayeraalsuelo.—Vale,vale,peroquenotemuerdan,nosabemos…—¡Demasiado tarde,menudomordiscome ha dado la condenada rata esta!—

aullóTony,notandocómodosdeaquellosanimalessubíananimadosporsuspiernas.Duranteunossegundossehizoelsilencio,rotoúnicamenteporelhistéricosilbido

delamontoneraderatasqueseencontrabanagolpadasbajoellosydelasqueestabansubiendorabiosasporlasparedes.

—¡¿Qué?! ¡Venga, mueve esa condenada tapa! —dijo Tony, nervioso—. ¿Sepuedesaberporquétehasparado?

—Porque puede que hayas ingresado enmi familia—dijoMarc, agachando lacabezacongestocompasivo—.Esarataquetehamordidopodríaserportadoradelvirusoloqueseaqueproducelatransformación;encasodequehubieradevoradoaalgúnmuertovivientepodríaestarcontaminada.Aunque,adecirverdad,nosesabesi sepuedecontagiarhabiendounelementoexterno intermedio,comoseríaenestaocasiónlarata.

—¿Quierescallarteyseguir?Creoqueprefieromoriramanosdediezzombisquepor losmordiscosdecienalimañasdeestas.Ynocreoque seaelmejormomentoparaunacharlacientífica.

Marcredoblósuesfuerzoyalinstantenotócómolatapaderacomenzabaacederlentamenteprimeroyconunpocomásdeceleridaddespués.

—Creo que es nuestro día de suerte—dijoMarcmientras veía que la tapa sedesplazabaporfin,permitiéndolecontinuarsuascensión.

—Vamos,Tony,dateprisa,nohaypeligro.TonysubiórápidamenteconlaayudadeMarcyunavezarribasellevóelsusto

de su vida. Alrededor de ellos debía de haber una docena de zombis, atraídosseguramentepor losgolpes en la tapade la alcantarilla.Tony estabanoqueado, nosabíaquésucedíaniporquésusupuestoamigolehabíainstadoasubirindicándolequenohabíapeligro.

—¡¿Sepuedesaberquédemoniostepasa?!—chillóTonymientrasnotabacómotanto los zombis que tenían alrededor como los que estaban un poco más lejoscomenzabanadirigirsusmiradashaciaellos.

—No…no loentiendo,escomosino loshubiesevisto,comosihubieransidounapartemásdelpaisajedelacalle.Enciertomodo…noloshepercibido,noloshenotado.

—No sé a qué te refieres, pero te garantizo que si logro salir de esta con vidatendrásalgomásenloquepensar—sentencióTonyentrefuriosoyaterrado.

Nohabíaacabadodedecirestaspalabrascuandodelaalcantarillacomenzaronasurgirratasentropel,saltandosobretodocuantohabíaasualrededor.PorsuerteparaMarc y Tony, ellos disponían de algo más de movilidad que los zombis que los

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rodeaban.Tony intentópensarenalgomientrasesquivabaaunasyaotros, conscientede

queseencontrabanenunasituaciónlímite,yaqueenaquellasestrechascalles,contratanto zombi y con lamovilidad de estos, no podría iniciar ninguna carrera que lealejaradellugarconéxito;además,niconocíalaciudadnisabíaadóndedirigirse.

Diounoscuantospasosyesquivóacuatroocincozombis,peroenseguidatuvoaotros dos interponiéndose en su camino. De pronto algo lo agarró por el hombro,provocándoledenuevounvuelvoalcorazón.

—Tranquilo,tranquilo,soyyo—dijoMarc.—Me parece que nos toca despedirnos…O aparece la caballería, o hasta aquí

hemosllegado.Marc miró alrededor, intentando también presenciar un milagro, alguien que

acudiera a ayudarles, ya fuera Semerjet o algún grupo de talludos supervivientes.Peronada,niunalmaademásdeellos.

—Estamos rodeados —afirmó Tony, viendo de reojo que a varios metros unnutridogrupoderatasdevorabaavarioszombiscaídosenelsuelo—.Pongámonosespalda con espalda y vendamos caras nuestras vidas… Bueno, la mía al menos,tengo dudas de que a ti te vaya a pasar algo.Creo que a partir de ahora te tocaráaburrirtedelolindo,soloenmediodeestegrancontinente.Solotepidoque,dentrodetusposibilidades,pongasfinamividaantesdequemeacabetransformandoenuncadáverandantecomoesos.

Marcestabaapuntodepronunciarunarespuestacuando,derepente,loszombisque les rodeaban comenzaron a dejar de instigarles, a alejarse y a continuar suerráticopaseoporElCairo.

—Marc, ¿se puede saber qué demonios está pasando? ¿No les gustamos?¿Olemosmaloqué?

FueeneseprecisomomentocuandoaMarclevinounaideaalacabeza.—Puedequevayaporahílarespuesta,porloqueserámejorquenoteseparesde

mí en ningún momento. Creo que la solución a todo este enigma soy yo y mimetamorfosis,yalestarencontactoconmigo,imaginoquedealgunaformaquedascontagiadodeloqueseaquemehaceinvisiblecomohumanoanteellos.

—¿Quieresdecirqueencuantonosseparemosvolveránavermecomoauntrozodecarne?

—No tengoni idea, pero creo que esmejor no averiguarlo e ir cogiditos de lamanoapartirdeahora.

—Es horrible…—dijo Tony mientras caminaba entre los no-muertos como sifueraunomás—.Nosésipodréacostumbrarmeaesto,notoelcorazónfuncionaraunavelocidadpeligrosamenterápida.

En ese preciso instante, un zombi con un ojo colgando se detuvo ante ellos y

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empezóaolisquearaTony.Estabaaescasoscentímetrosde sucara.Se trataba sindudadeunegipciodelgadoydetezmorena,conundesgarroconsiderableenlacarayunolorrealmentenauseabundo,queagitaba ligeramentesunariz, intentandousarunsentidoquesindudallevabadécadasatrofiado.

Tonypermanecióinmóvilsinsabermuybiencómoreaccionar,¿debíaignorarle,gritar, correr…?Marc lomiró y le indicó gestualmente que continuara su caminoignorando al monstruo, aunque este les siguió durante unos metros hasta quealrededordemediominutodespuésparecióperdertodointerésenellosysefue.

—Todoestovaapoderconmigo…—suspiróTonymientrasnotabaqueelritmodesucorazónsedisparaba—.Larguémonoscuantoantesdeestelugar.

Aunque no tenían muy claro dónde se encontraban, siguieron caminando sinrumbo, por callesminadas de zombis y sin encontrar rastro alguno de ser humanoviviente.Estabaclaroque,despuésdealgunasdécadasbajoelcontroldeloszombis,lavida lejosde laspocascomunidadesorganizadasresultaba imposible.Porsuerte,tras algunas horas caminando, dieron con el río y pudieron orientarse fácilmentegraciasalincendioqueseguíaencendidoenlapartesurdelaciudad.Debíandeestarapocomásdeunkilómetrodelazonadondeabandonaronlabarcaza,porloqueenapenasmediahoralograronalcanzarlaysubirseaella.

—¿Yahoraqué?—preguntóTony.—Seguimosnuestrocaminotalycomoplaneamos.Creoqueesvitalabandonar

estecontinenteydarconalguienquieninformardecuantoestásucediendoaquí.Sipor cualquier capricho del destino estos zombis lograran escapar, la humanidadestaríacondenadaaextinguirse:noestamospreparadosparaenfrentarnosaellos.

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Capítulo16

Laislagamada

Loque empezó siendouna lluviamoderada se convirtiódurante losdos siguientesdías en una molesta tormenta. Sin duda toda aquella agua habría apagado ya elincendio que habían provocado en El Cairo y ahora estaba amenazando condesbordarencaudaldelNilo.

—¿Cuál es el plan? —preguntó por enésima vez Tony—. ¿Llegar hasta elMediterráneoyatravesarloconestachalupaparainformaralasautoridadessobreloquesesuponequehemosvisto?

—Nocreoquelográramosdarconningunaautoridadinteresadaenhacerusodeesta información, es de la que prefieren ocultar a la espera de que otro tenga queenfrentarseaellaunavezquenoesténenelcargo.Laverdadesquenotengoniidea,nosésiacudiralosmediosdecomunicaciónosioptarporunretirosilenciosoenlosEstadosUnidosybuscaralgúnsitiodondecontinuarmisinvestigaciones…

MientrasMarchablaba,latormentaseibaintensificandoaunmás,hastaelpuntodeimpedirlesdistinguirelrío.

—Deberíamos detenernos—dijoMarc, viendo la cantidad de agua que estabacayendo.

—¿Paraqué?¿Paranochocarconalgo?Nocreoquecorramospeligroalgunosimoderamosnuestramarcha,estamosenmediodeunamplioycaudalosorí…

Tony no pudo acabar la frase. Habían chocado contra algo, aunqueafortunadamente los daños no debían de ser muy graves porque la embarcaciónseguíaflotando.

—Hemosencallado—dijoMarc—.Pareceunaespeciedeislaenmediodelrío,perodesdeaquíapenassepuedevernada.Debedeestaraunosdoscientosmetrosdelaorilla.

—Telodije,telodije…—repetíaTony,frustradopornohabersidoescuchadoatiempo—.Eraunaverdaderalocura,comoloeselaventurarnossinunplanporestastierras.

—Estábien,esperaremosaquíhastaqueamaine,nopodemosarriesgarnosabajaryencontrarnosrodeadosporunamanadadezombis,esdemasiadopeligroso.

Durantelassiguientesdiezhorasnodejódelloveryningunodelosdosvolvióamediar palabra. Observaron atentamente cualquier atisbo demovimiento alrededordelbarco,intentandoadivinardóndeestabanexactamente,aunquepocopudieronvermás allá de algunas palmeras cercanas. Por suerte, dentro de la embarcación semanteníansecose inclusoMarcencontró tiempopara leeralgunode los librosquellevabaencimaantesdeacostarseycedersuturnodevigilanciaaTony.Zombiono,leconveníadescansar.

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Afortunadamente,alaspocashorasdeamanecerlatormentacesóypudieronporfinobservarel lugardondeestaban.Seencontrabanen loqueparecíaunapequeñaisla rodeada por las aguas del Nilo; había numerosas plantaciones con aspecto dehabersidocultivadasrecientemente.

—Parece que hay más gente viva en este continente de lo que hubiéramosapostado—dijoporfinTony,intentandoromperelsilencio.

—Suelepasarconelserhumano,somosdifícilesdeexterminarinclusorelegadosalúltimoescalafóndelacadenaalimenticia.

Trasobservarlaescenaynoverelmenorrastrodevidacerca,decidieronbajarpara investigare intentarencontraralgúnservivo.Llevabanconsigo lasarmasquelesproporcionóSemerjetantesdepartirdeElCairo.

Aquel lugarnoteníapintadesermuygrande,pocomásdemediokilómetrodeancho,yestaba rodeadoporunoscienodoscientosmetrosdelcaudaldel ríoNilo,aunque loquemás llamaba la atención eraque lasdosorillas estaban atestadasdezombis que, a lo lejos, permanecían inmóviles, como hipnotizados, observándolosconsucaracterísticamiradaperdida.Debíandeseralgunosmiles, situados justoalbordedelrío.Permanecíancasiensilencio,emitiendounlevesonidogutural.

—Mepreguntocuántotardaránenllegarhastaaquí—meditóMarc.—Quéoptimista…—Siemprelohacen,escuestióndetiempo,porloqueestoyviendohubieransido

capacesdeocuparMassadamásrápidamentequelosromanos.—Y si no, siempre estaremos nosotros poniendo nuestro granito de arena para

ayudarles,porquemenudarachallevamos…—bromeóTony.Marc esperaba que aquellas palabras no fueran proféticas, así que observó

cuidadosamente el lugar al que acababan de llegar. Si bien durante los primerosmetrostodoloquehabíaasualrededoreraarenayfango,notardaronenarribarhastaunazonadetierradecultivoqueestabasiendotrabajadaporlamanodelhombre.Nohabíaningunaduda.

—Me temo que tendremos que lidiar de nuevo con egipcios locales. Noschapurrearáneninglésbuscandoinformacióndelexteriory,encuantolosaburramos,tratarándematarnos,devorarnosoDiossabequé—dijoTony,resignado.

—Alomejorno, todoestoestádemasiadoordenadocomoparaser frutodeunparanoico—dijoMarc.

—Vaya, ahora te has sacado el título de psicólogo analista, lástima que no lotuvierascuandotecapturaronenLaCiudadela—sonrióTony.

—Venga,caminemosunpocomásaversiencontramosalgoque llevarnosa laboca.

Alrededor de ellos, conforme iban avanzando, había cultivos de todo tipo,plantacionesdecañadeazúcar,vid,maíz,algodón,arroz,árbolesfrutales…Todoen

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perfectoordenymuybiencuidado.MarcyTonyaprovecharonparacomeralgodefrutafresca,agazapadostrasunos

árboles.Noveíananadieenlosalrededores.—Estocadavezmedamásmalaespina—dijoTony.—Noseascenizoysigamoscaminando—respondióMarcunavezhuboacabado

decomer.Porfin,alcabodediezminutosdeascensoporunpequeñomontículo,pudieron

veralolejosuncomplejodondeseevidenciabalapresenciadesereshumanos.—¿Bajamos?—preguntóTony.—Noveootraformademovernuestraembarcación.Tendremosquejugárnoslay

pedirayuda.Conformeseibanacercandopudieronverqueanteellosseelevabaunamansión

señorialdegrantamañoconunabanderadecolorrojoondeandoenunaespeciedecampanario central, y conun inmenso domo situado en su parte derecha.Además,porfinpudieronverloquesindudaeran,porlamanerademoverse,sereshumanos.

—WennichSiewärenichtmehrzuFuß—dijounavozconacentoteutóndesdedetrásdeunárbol.

Marc y Tony no entendieron muy bien lo que les estaban diciendo, pero pordesgraciaeranperfectosconocedoresdelprotocoloenaquelloscasos,demodoquelevantaroncasialunísonolasmanosenseñalderendición.

—Está bien, está bien… venimos en son de paz—dijoMarc sin poder evitarsonrojarseporlomanidodelafrase—.Losiento,peronoentiendomuchoelalemán.

—Estarbien,perosinoquerertenerproblemas,mantenerlasmanosenarribaycomenzaracaminar—dijoaquel tipodeaspectogermano,hablandodemaneratanantinaturalcomolamáquinaexpendedoradeunagasolinera.

Tanto Marc como Tony iniciaron la marcha, aunque el aspecto de aquel tiporubio,altoygrandecomounarmarioleshizomuypocagracia.Suuniformelehacíaparecer recién salido de una película de la SegundaGuerraMundial. En cuanto lamansiónestuvomáscerca,constataronquelabanderaquehondeabaalvientonoeraotra que la nazi, con una esplendorosa esvástica en un círculo blanco sobre fondorojo.

—Estamos jodidos—murmuró Tony en voz baja—. No hay nadie en su sanojuicioenesteputocontinente.

—Esloquepasadespuésdetreintaañosdedominaciónzombi—contestóMarc—. No quiero saber lo que nos encontraríamos si en vez de hacia el norteestuviéramosviajandohaciaelsur,hacialaÁfricaprofunda.

—¿Acaso te parece esto poco profundo?—preguntóTony—.Por no hablar dequelosnazisyaexistíanantesdequeaparecieraelprimerzombisobrelafazdelatierra.

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Cuantomáscaminabanmásdetallespodíanapreciar.Habíanumerosossoldadosconvenientemente ataviados con uniformesmilitares nazis circulando por el lugar,mientras varios grupos de personas, negras unas y egipcias seguramente otras, sededicaban a cultivar la tierra. Finalmente, se detuvieron a escasos metros de laentradadelamansión.Salióentoncesunapersonavestidacompletamentedeblanco,congafasdesolyunsombreroa juego.Elegante,peroa lavezestrafalariopara lasituación.

—Bienvenidos, mis estimados amigos —dijo aquel personaje en un acentoimpecable que les hizo dudar sobre si sería natural de Londres y no de Berlín,Munichoalgunaotraciudadalemana—.Hacía tiempoquenorecibíamosaningúnvisitante de una calidad humana como la que me aventuraría a decir que poseenustedes.

—Aquítodoelmundoesamableaprimeravista—murmuróTony,recordandoalaspersonasconlasquesehabíanidoencontrandoalolargodelosúltimosdías.

—Muchasgracias—contestóMarc,intentandopermaneceralertayanticiparsealoquepodríaserunpeligroinminenteenelcasodequelaconversacióncirculaseporderroteros equívocos—.Veo que han logrado instalarse y sobrevivir a la amenazausando todos los recursos naturales y humanos que en justicia les pertenecen—sentenció,intentandoserambiguoyofreciendoalavezuncabledelquenosabíasisuinterlocutortiraría.

—Mealegraverquehablamoselmismoidioma—contestóelestrafalarioalemán—,notodoelmundocomulgaconnuestrosidearios,yhubierasidounalástimaensucaso,sobretodoteniendoencuentasuorigen…¿español,deduzcoporsuacento?

—Enefecto,delamediterráneaisladeMallorcaparasermásexactos—añadióMarc ante el silencio inescrutable deTony, que prefería callar y ver qué direccióntomabaeldiálogo.

—¿Mallorca? ¡Qué alegría dar con alguien que es de una tierra tan afín yconocidacomolamadrepatria!,unlandmásdenuestratierradelaqueahorasomosemigrantes…Porcierto,sientomidescortesíaalnohabermepresentado.Me llamoWilhelmCanaris IIy,casualidadono,mipadrefueungranhabitualdesu tierraeíntimo amigo de su generalísimo. Pero pasen, pasen al interior de mi humildemorada.

—DonFranciscoFranco,nuestro líderespiritualdurantedécadas…—confirmóMarc, siguiendoaWilhelmCanaris II al interiorde lamansión.Habíaun inmensorecibidorconnumerosascabezasdeanimalescolgandoensuparedderecha,mientrasque en la izquierda había una gran bandera nazi, un retrato de Hitler y algunoscuadrosquerepresentabandistintasbatallasdelaSegundaGuerraMundial.

—Los mandó pintar mi padre expresamente para él tras su exilio forzoso enÁfrica.Yomismolostrajecuandometrasladéaestepaís—dijoWilhelmCanarisII

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—.Essimplementeunamuestradelasobrasdeartecontenidasenestelugar,enlospabellones contiguos hay todo tipo de trofeos y esculturas de grandes generales ylíderesdelTercerReich.

HerrWilhelm Canaris II dedicó los siguienteminutos amostrarles parte de laplanta baja de la mansión, donde pudieron observar a varios soldados armadospatrullandoy a algunos criados encargadosalparecerdelmantenimientodel lugar.Talycomohabíaanunciadosuanfitrión,esteposeíanumerososobjetosyelementosrelacionadosconlaAlemanianazi.Finalmente,fueronadaraunamplísimocomedorconunainmensamesacentral,unabibliotecaquerodeabagranpartedelahabitación,unventanaldeunoscincometrosdealtoyunarecargadalámparadearaña.

—Pueden sentarse, caballeros, en unos minutos nos traerán un té, una de laspocascosasdestacablesdelabarbariesocialinglesa—apuntoWilhelmCanarisII.

—Reconozcoquetengoespecialcuriosidadporsaberquéhaceunalemáncomousted en un sitio como este—dijoMarc especialmente intrigado por todo cuantoestabaviendo.

—Larespuestanotienemuchomisterio.Seremontaaladécadadeloscuarenta,obviamente,enplenaGuerraMundial.MipadreestuvodestacadoenEgiptoconelobjetivodecompilartodotipodereliquiasyobjetosmísticosparaelReich.ElFürherestabaespecialmenteatraído,obsesionadodijeronalgunosenemigosdelPartido,contodolorelacionadoconelesoterismoylamagia,yaquíenEgiptoencontróunfilónenterradobajolasarenasdeldesierto.

»UnavezsecomenzóaverelcomplicadodesenlacedelaGuerratraslatraiciónde los americanos, mi padre optó por rescatar algunas de las reliquias que habíaencontradoyregresarconellasdesdeBerlínesquivandotodosloscontrolesaliados.SeinstalóprimeroenEgiptoymásadelantetuvoquemoverseporÁfrica,perseguidoporaquellosquedecíanquererimpartirjusticiaalosantiguospartidariosdelReich.Mispadressiempresupieronconseguirbuenoscontactosymantenerlos,porloquesuperiploporestastierrasesquivandoasusenemigosnofuetandifícil.

—Unahistoriafascinantesinduda,HerrWilhelm—dijoTony,interrumpiendoasu interlocutor—. Imaginoquenodebió ser fácil esquivar a esos enemigosquenoteníanotracosaquehacerqueperseguiraunpobreservidordelahumanidad.

—Efectivamente,micalladoydiscretoamigo,mealegraverque tambiénustedcomulga conmis ideas; no se crean que es sencillo dar con gente así—dijoHerrWilhelmsincaptareltonosarcásticodeTony,paraaliviodeMarc,quefulminóconlamiradaasuamigo—.Finalmentedecidieronregresaraestastierraseinstalarseenestapequeña islaapartadadelmundo,perocercanaa lavezaElCairo,aunquemimadremurióaprincipiosdelos80ymipadrenologrósobreviviralApocalipsis.

—¿Aquédistanciaestamosdelacapital?—preguntóMarc.—Calculo que a unos sesenta kilómetros, estamos entreMit Ghamr, conocida

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también como Dakahlia, y Zefta. La relativa proximidad con El Cairo facilitóbastantelaconstruccióndeestelugar, locualfueunabendicióncuandolosjodidosrojos que gobiernan hoy en día nuestros amados países nos abocaron alApocalipsis… Perdonen si me exalto, pero no puedo evitar hacerlo cada vez querecuerdo que nuestra civilización está al borde del abismo por culpa de unoscapitostesquenosabencontrolaralvulgo,porqueleotorgaronunaslibertadesquenimerecennisabencómoutilizar.Eraevidentequealgoasíteníaquesuceder,yafueraporintervencióndivinaohumana.Tenemosalosmuertoscaminandoentrelosvivoseintentandodevorarlos,yeso,amigosmíos,nohasidoculpadelTercerReichnidelosnazis.Puedenestarsegurosdequeconotrotipodegobiernoanivelmundialestonohubierasucedido.

»Manodura,señores,esoes loquehacefaltasinoqueremosqueelpopulachoocupe un puesto para el que no está preparado. Las libertades solo conducen a ladestrucción.

—Pero¿cómosobrevivieronalamasacredelosaños80?—preguntóMarc.—Alprincipiono fue fácil.Hubomomentosmuycomplicados,peropor suerte

mi padre fue siempre unmaniático de la seguridad y contaba con un contingentefuertementearmadodesoldadosfielesybienentrenados.Elhechodeestarrodeadosde agua también ayuda, claro. Hemos tenido más problemas con mercenarios,salteadoresyhumanosextraviadosqueconloszombis.

»ConformelaplagafuedesapareciendodeEuropa,mefuiencargandodeinvertirpartede la inmensafortunafamiliarenreclutarmáshombrescon la ideadecrecer,expandirnosy con el tiempo…Buenoya saben, la reinstauracióndeunReichquealgunosdanporfiniquitado,peroquehadedurarmilaños,hasta2933.Supongoqueen cierta forma tendría que dar las gracias a lo que está sucediendo, ya que de locontrariojamáshubierapodidollevaracabosemejanteobraenestecontinentealquetodoshanabandonado.

—¿Noquerrádecirqueestáformandoun…ejército?—dijoTonyalarmadoporloqueestabaescuchando.

—Algoasí.Quienrecibeelmensajeacudeenperegrinacióndesdetodospuntosdel mundo —explicó Herr Wilhelm Canaris II con aire satisfecho—. Por suertecontamosconlasventajasdelsigloXXIyahorapropagarelmensajeesmuchomássencilloquehace setentay cincoaños, cuandono se contabaconmaravillas comoInternet.Es increíbleque tantos añosdespués, elmensajedelFürher continúey sehayaextendidofueradelasfronterasalemanas.Llegagentedetodoslospuntosdelmundo.Porsupuesto,noaceptamosrazasinferioresnimestizajes, tanhabitualesenestos tiempos, pero me maravilla ver que principalmente vienen de los EstadosUnidos.Nuestromayorenemigopuedeacabarsiendonuestroprincipalaliado.

—Vaya,parecequeestovaenserioyqueporfinalguienhadecididotomarlas

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riendas—dijoMarc, intentando sacar algomás de información y evitar almismotiempo cualquier comentario inconveniente deTony—.Lo que no entiendo es quéhace alguien de su rango aquí perdido enmedio de Egipto y, en cierta forma, tanexpuesto.

—Añoranzadeestastierrassupongo,paséaquígranpartedeminiñez.Porotrolado, qué mejor sitio que este para pasar desapercibido, un país devastado yabandonado a su suerte. Por no hablar de que a nivel de seguridad, soldados almargen,cuentoconuna legióndezombisaparcadosahí fueracomohabránpodidoveralllegar:imaginoqueelsaberqueestamosaquílesalientaaestaralotroladodelríoobservando,paseando inclusounospocos.Devezencuandoalgunonosvisita;siempreestáelquesecaealaguayenvezdeserarrastradohastaelmaresempujadoa nuestras orillas. Claro que para eso tenemos a nuestros hombres patrullando elperímetro; no deja de ser una buena manera para que permanezcan atentos yvigilantes,ysinperderlaconcentración.

—Increíble,nosalgodemiasombro—dijoMarc.—Puesdebería, sobre todo si tenemos en cuenta que cuanto sucede aquí no es

sinolapuntadeliceberg.DeberíanvernuestrasinstalacionesenMadagascar.Aquellosíque impresiona.Duranteun tiempocontamos inclusoconunavanzadocentrodeestudiosobreeldesarrolloy lagenéticazombienelque intentamosdescubriralgoquepudieraayudarnosacontrolarlos;queríamosformarunejércitodeellos.Peronohubosuerte,nologramossiquieraacercarnosalobjetivo.Sonseresextremadamentecomplejos dentro de su simpleza; no dejan de ser unamutación y en ciertomodoconstatamosquesuestructuravamásalládetodalógica.

—Efectivamente, tienen una estructura imposible —dijo Marc, frustrado alrecordarlasvecesquechocóconaquelmisteriodelanaturalezadurantesuestanciaenlosEstadosUnidos—.Noenvejecen,nosevenalteradospornada,nosedestruyeny,además,vanevolucionandocasiporosmosis,entreellos,deformacolectiva.Pornohablardequesealimentandelaire,puessubsistensinningúntipodeenergía…

—Vaya,creoquenodebieronestudiarlosuficiente—dijoconciertoorgulloHerrWilhelm—.¿NomedigaqueenlospoderososEstadosUnidosdeAméricanofueroncapacesdeencontrarunarespuestaocuandomenosimaginarseunpardealternativaslógicas? ¿Acaso creyeron que podía existir alguna especie capaz de sobrevivir sinalimentarse?

—Pensábamos que se trataba de una mutación evolucionada, o involucionada,queporelhechodeestarenuncuerpomuertononecesitaenergíaparamantenerse.

—Ya,señorMarc,peromuertoono-muerto,elcasoesquesemuevenygastanenergía,yesonoesposiblesintenerlayconsumirla.Nomepuedocreerquedespuésdeveinticincoañosnohayansidocapacesdeplantearseunarespuestalógica…sobretodocuandohaestadodelantedesusnarices.

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Capítulo17

Larespuesta

Marcpermanecíaatentoa laspalabrasdeHerrWilhelm, igualqueTony,quienporprimeravezescuchabaauntipoqueparecíatenerlarespuestaaunadelasgrandescuestionesrelacionadasconloszombis.

—Larespuestaesobvia—dijoHerrWilhelm—.Sealimentandelaire…Bueno,másbiendeloqueestetransporta,esdecir,detodotipodemicroorganismos,desdebacteriasavirus.Losabsorbena travésde losporosy,encontactoconsus fluidosinternosysusangre,losmetabolizanylosconviertenenenergía.Peronocreanquela cosa acaba ahí, descubrimos que inicialmente se alimentaban simplemente deenergía solar, hacían una especie de fotosíntesis, pero esa energía desaparecíademasiadoprontoenalgunoscasosyendeterminadasestacionesdelañooenlugaresdel planeta con poca luz eso representaba un problema, por lo que fueronevolucionando hasta ser capaces de sintetizar y devorar los microorganismos,digerirlos y transformarlos en energía del mismo modo en que hacemos nosotroscuandoingerimosalimentos.

Marcnosalíadesuasombro.¿Eraaquelloposible?Noentendíacómonohabíansido capaces de deducirlo por sí solos, era algo que incluso un niño de primariahubierapodidoaveriguar.

—Esincreíble,nosrendimosytuvimoslaevidenciadelantedenosotrosdurantetodoestetiempo—dijoMarc,intentandodigerirlainformación.

—Nosepreocupe,nosotrosdimosconlarespuestacasisinquerer,aunqueviviradiarioconellosayudabastanteaqueeste tipodecosassucedan…Bueno, imaginoque querrán descansar, demodo que Peter les acompañará hasta la planta superiordondeestánhabilitados losdormitorios.Enbreveanochecerá,asíque,si lesparecebien, podemos quedar para cenar dentro de dos horas y continuar con nuestraconversación.

Marc y Tony subieron por las escaleras de madera hasta la segunda plantaacompañados por Peter, un personaje de aspecto siniestro que no abrió la boca enningúnmomentoyqueselimitóaabrirleslapuertadesuhabitaciónyadesaparecerescalerasabajo.

—Estelugaresfascinante—dijoMarccuandoporfinestuvieronsolos.—Noestoysegurosobresi«fascinante»eslapalabraqueyousaríaparadefinirlo

que ha sucedido ahí abajo—comentó Tony—. No sé si debe ser el síndrome deEstocolmootufrikismocientíficoperocasiparecequesimpaticesrealmenteconesecondenadonazicuyoúnicointeréspareceserreinstaurarelTercerReichy,deduzco,volveraponerenmarchaloshornoscrematorios.

—HanresueltounodelosgrandesmisteriosdelsigloXXI:cómosealimentanyse

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mantienenesasbestias.Puedequeapartir de ahí seamoscapacesde avanzar enelestudio de cosas más importantes, como averiguar la manera de eliminarlosmasivamente,encontrarunavacunacontrasusmordiscosounmododeerradicarlacontaminación genética a la que parecen habernos sometido según nos dijeron losmilitaresenlabasedelPuigmajor…

—La ciencia al coste que sea —manifestó Tony con tono entre sarcástico yenfadado—.¿Todovalecontaldequelaverdadsalgaalaluz?

—Creoquenoeselmejormomentoparaundebateéticoquenonosconduciráanada.

Ytrascerraraconciencialapuerta,losdossequedaronprofundamentedormidos.

Tony no bajó a cenar inventándose una excusa de lomás inverosímil.No tenía enmentecompartirmesaconuntipocomoaquelymenosdarlepalique.Marc,porsuparte, disfrutó de lo lindo intentando dejar de lado su conciencia y buscar la parteprácticadetodoaquello.Estabaplenamenteconvencidodequenoserpragmáticonolesconduciríaanada,ymenosenlascondicionesenlasquehabíansidotrasladadoshastaaquelcontinente.Lacenaestuvorealmentebien.SenotabaqueaHerrWilhelmCanarisIIlegustabacuidarasusinvitados;lacomidavalióelesfuerzodeescucharaaquelmegalómano,yaqueestabarealmenteexquisita.

Yaenlahabitación,ytrasintentarconvenceraTonysobreloimportantequeeraaveriguartodoloposiblesobrelosplanesydescubrimientosdeaqueltipo,Marcsalióa la terraza donde decidió sentarse a disfrutar durante un rato de la tranquilidad yquietud del lugar. El cielo estaba despejado y las estrellas brillaban en toda suplenitud.

Esto y la agradable temperatura nocturna hicieron que Marc no tardara endormirse en una de las dos tumbonas de mimbre que había en la terraza. Fueprecisamenteelrepentinofríonocturnoloqueacabódespertándolo,oalmenosesocreyóantesdeescucharaquelsonidotanfamiliar.Cuandoestabaapuntodecerrarlapuertadelaterraza,volvióaoírlo,altoyclaro;entoncesnotuvoningunaduda,habíaunzombicerca.

Marc se asomó por la barandilla e intentó sin suerte ver alguna cosa en laoscuridad.¿CómopodíaserqueunzombihubieraescapadoalaestrechavigilanciadeloshombresdeHerrWilhelmCanarisII?Apenasunossegundosmástardevolvióaescucharaquelruidoasusespaldas.Segirórápidamente,peronovioanadie,asíqueentróaoscurasenlahabitaciónparadeterminarsilaamenazaseencontrabaallí.Encendiótodaslasluces,miródebajodelascamasydenuevo,nadadenada.Estabaclaroquealgonoacabadeencajar.

TonysedespertócuandoMarcentróenlahabitación.Frotándoselosojosdijo:—Vale,teperdonotusoscurosflirteospolíticosconlaextremanacionalsocialista,

pero,porfavor,dejadevengarteypermítemedormirenestamullidacamanazi.

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—¿Noloescuchas?—inquirióMarc,creyendovolverseloco.—¿Qué?—Zombis…ysuodiososonidogutural—respondióMarc.—El único sonido odioso que escucho es el de tu voz —bromeó. Pero unos

segundosdespués le pareciódistinguir un ruido extraño—.Vaya, creoqueheoídoalgo…

MientrasMarcsalíaalaterrazadenuevoainvestigar,Tonysemetióenunodelosarmariosquehabíaenlahabitación;creíahaberescuchadoalgoensuinterior.Elmuebleerainmenso.

Marcregresóalaterrazaylogródetectarelorigendelsonido.Salíadeunaviejayoxidada canaletade apenasquince centímetrosdediámetro.Arrimó laoreja a laboca de la canaleta; lo hizo muy despacio, temiendo que un zombi extendiera sumano y le agarrara la cabeza. Al cabo de unos segundos pudo constatar que, enefecto,alotroextremodeaqueltubodebíadehaberalgunoszombis.

—Marc,ven,teníasrazón—dijoTonydesdeelinteriordelarmario—.Lospuedoescucharaquídentro.

Marcentróen lahabitacióncerrando, lapuerta trasdesíparaevitarqueel fríoinundaraelinteriorycorrióhaciaelarmariosinapartarlamiradadelapared.

—¡Ven, escúchalos! —dijo Tony sin acabar de creérselo—. Suena como siestuvieranporaquícerca.Noentiendocómo,peropuedooírlosdesdeaquí.

—Creo que tengo la solución almisterio—dijoMarc, cualAgathaChristie enMuerteenelNilo—.Ven,serámejorquesalgasdelarmarioparaverlo.

Unavezfuera,Marcseñalólapared.—¿Vesesapequeñazonadehumedadquerecorrelapareddesdeelarmariohasta

el exterior? Se trata de una vieja tubería instalada detrás la pared que da a unacanaleta de la terraza.No sé cuál debía ser su uso antaño, seguramente calentar lacasa, pero está claro que además de calor es capaz de transportar bastante bien elsonidodeunsitioaotro.Poresooímosaesoszombis.Apostaríaquenoestánmuylejosdeaquí.

—¿Pero qué demonios hacen unos zombis en el interior de la en teoría seguramoradadeHerrWilhelmCanarisII?—preguntóTony—.Esmás,¿cómodemonioshas podido escuchar, no, más bien percibir ese puñetero sonido que diría que seacercaaloinaudible?

—Nosabríaqueresponderaambaspreguntas—dijoMarc—.Todoloquepuedohacer es conjeturar al respecto,yno sé si serápeor el remedioque la enfermedad.Como túmismohabrás deducido, en ciertomodoparece quemi relación con esosanimalesvaaumentandoyestonoessinootropasoenuncaminoquenocreoquenadie sobre la faz de la Tierra sea capaz de decirnos dónde termina. ¿Acabaréconvertido en un zombi más, en una nueva especie, o el proceso simplemente

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terminaráenalgúnpuntoysequedaráallí?No losé,perodesde luegoaestepasotendrásunticketdeprimerafila.

—Sí, y espero que no sea una entrada para una función que acabe con misvíscerasentretusdientes—interrumpióTony.

—Ysobrelootro,lodeesoszombisqueparecenimportartemenosquemisalud,locualnosésiagradecerloono…Notengoniidea,perosoloveotresopciones,olepreguntamosaHerrWilhelmCanarisIIoechamosunvistazopornuestracuentaolodejamosestar.

—Puesnoséquéopinarástú—comenzódiciendoTony,metiéndosedenuevoenel armario—, pero bastante tengo ya con dormir en compañía de unmedio-zombicomoparatenerquesoportaraunoscuantosmásrondandoporlacasa.

—Vale,deduzcoquetocaexcursiónnocturna…Pero¿pordóndecomenzamos?—Podemos intentar seguir el curso de la canale… - La voz de Tony fue

interrumpidaporloquesonócomounacaídaestruendosadentrodelarmario.—¿Estásbien?—preguntóMarc,asomandolacabezadentrodelarmario.—Estoyaquí—dijoTonydesdeelsuelo—.Creoqueafuerzadetocarlaparedhe

dadoconalgo,unaespeciederesortequeconduceaunpasadizo…Marccogióuncandilsituadosobrelamesitadenocheparailuminareltúnel.—Esestrechoyfríocomoel interiordeuncongelador—dijoTony,perodesde

aquísepuedeescucharmejorelsonidodeesoszombis.—Vamos, no perdamos tiempo. Vayamos al encuentro de nuestro destino —

propusoemocionadoMarc.—Últimamente te pones bastante cursi y peliculero cuando se trata de reunirte

contufamiliapolítica—comentóTonyconsorna,aunquenoobtuvorespuestadesuamigo.

Pocoapocofueronavanzando.Elestrechopasajeparecíadiscurrirparaleloalazonadelashabitaciones,descendiendopocoapocohastallegaraunasescalerasdepiedranaturalenloquedebíadeserunextremodelacasa.

—Estosevaponiendocadavezmejor—dijoMarc,intentandonoresbalarporloshúmedos escalones esculpidos en la roca—. Parece que tendremos que bajar a lasprofundidadescavernarias.

Conformeibanandando,notabancómodescendíalatemperatura.Elsonidodeloszombisestabamáspróximo,porloquedisminuyeronelritmotemiendoseratacadosencualquiermomento.Alcabodeunosminutosllegaronhastauncallejónsinsalida.

—¿Y ahora qué? —preguntó Tony, mirando la pared de piedra que teníanenfrente.

—Hay algo que se nos escapa, es imposible que todo este entramado no tengasentido.

Marcmiró detenidamente la pared. Gracias al candil pudo apreciar numerosos

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surcosenella,asícomounestrechoagujeroensuparteinferior.—Creoquenostocaenfrentarnosalaclaustrofobia—bromeóMarc.Tonyseagachórefunfuñando,echóunvistazoenelinteriordeltúnelydeforma

escuetadijo:—Adelante,lasdamasyloszombisprimeros.Marc no dijo nada, aunque comenzaba a cansarse de tener que ir siempre en

cabezaarriesgándolaencadacomentosimplementeporsunuevanaturaleza;demodoquerespiróhondoyseinternóporaquelpasadizodeapenasunmetrodealtoporunmetrodeancho.Conformeavanzaba,arrastrándoseconelcandilpordelante,observóquedebajodelarocahabíatodotipodeengranajes,rielesyruedecillas;parecíaclaroque seencontrabanenmediodealgún tipodeestructuradestinadaaun finqueenaquelmomentoestabanlejosdesabercuálera.

—Estamosdesuerte—dijoMarc—,parecequenoesmuylargo.Veoalgodeluzaunosmetros.

En efecto, cinco metros más adelante el túnel se hacía un poco más ancho yllegabaa su fin.Marcasomó lacabeza.Estabanaunosdosmetrosdealtura sobreuna especie de cueva. Desde allí podían observar con cierta claridad el lugar,iluminado por potentes focos, algo poco frecuente en lamansión deHerrWilhelmCanaris II, que seguramente usaba la energía recolectada por los paneles solaressituadosenelexterior.

Bajoellosydentrodealgunasjaulas,habíavarioszombisquedeambulabandeunsitioparaotrosinordenniconcierto.

—¿Tienes alguna idea de lo que pueden hacer esos zombis aquí? —preguntóTonymientrassesituabaalaalturadeMarc.

—Ni idea, aunque todo parece indicar que se trata de especímenes paraexperimentoscientíficos,laverdadesquenoveonirastrodelequipamientomínimorequeridoparaestoscasos.

—¿Bajamos?Noseveanadiecerca—dijoTony—.Bueno,anadiehumano.Marcdudóduranteunossegundos,perofinalmenteaccedió.Nolescostómucho

deslizarsehastaelsuelodelacuevayacercarsealasjaulasderejillaqueencerrabana los zombis, que enloquecieron al verlos. El lugar parecía casi un trastero, concacharrosportodaspartes,unantiguojeepabandonadoenunaesquina,vasossuciosen las mesas, armarios, maderas amontonadas… Nada que pudiera ayudarles adeterminardóndeseencontraban.

—Esperoquenohayanadiecerca—dijoTony,mirandoaloszombisfuribundos—,losbichosesosnosonprecisamentediscretos.

Marc no respondió, estaba absorto observando las distintas jaulas que lesrodeaban.Debíadehaberalrededordeunaveintena,todasellascondosotreszombisen su interior, enloquecidos y agarrados ahora a las verjas. Fue en ese momento

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cuandooyeronvocesacercarsedesdelejos.Se escondieron detrás del jeep rápidamente. Intentaron escuchar algo de la

conversacióndeaquellosdos,enapariencia,carceleros,peronohubosuerteyaqueambos hablaban en alemán y no lograron entender ni una sola palabra de cuantodecían.

—Tony,dimequenoestánhaciendoloquecreoqueestánhaciendo—murmuróMarcmientrascontemplabanlaescena.

—Pues,miqueridoamigo,creoquetengoqueconfirmartequeestánhaciendoloquecreesqueestánhaciendo—dijoTony,incrédulo.

Losdossoldadosqueacababandellegarestabanempujandounacarretilla llenadetrozosdecarnequearrojabanalinteriordelasjaulas;loszombisseabalanzabansobre ella y comenzaran a mordisquearla arrodillados. Pero lo peor era el certeroorigendetodaaquellacarne,humanasinduda,yaquelosdoscarceleros,tanprontolanzabanunbrazocomounapiernaoinclusoalgunaqueotracabeza.

—¿Quédemoniosestápasandoaquí,Marc?—No tengo ni idea, desde luego lo que estamos viendo no es lógico. Ni los

zombis necesitan alimentarse ni se suelen sentir atraídos por los trozos de carnemuerta.Notieneningúnsentido…—observóMarcsinpoderquitar lavistadeunaparejadezombisquesepeleabanporlacabezadeunamujerquehabíacaídojustodelantedeellos,estirandoconsañadeloslargoscabellos—.DebedeformarpartedelosexperimentosdeHerrWilhelmCanarisII.

—Todo el mundo parece estar desquiciado en este continente —repitió Tony,teniendoundéjàvûdesímismopronunciandoaquellaspalabras.

—Lógico,elserhumanonosuelerebosarcordura,peroimagínatequeencimalodejasabandonadoenunlugarrodeadodezombis,conlamuerteacechandodetrásdecadaesquina,durmiendocontigonochetrasnoche,agazapadaentussueños…bueno,pesadillas,porquenocreoqueaquítenganotracosa.Estosolopuedehaceraflorarlopeordelserhumano.

Pasadosunosminutos,losdossoldadosvolvieronpordondehabíanvenido.MarcyTonysalierondesuescondrijoparaobservarcondetenimientolaescena:todosloszombis, sentados,encuclillasoarrodillados, sededicabanpacientementeadevorarlospedazosdecarne.

—Puedequeelobjetivodeestoseacambiarsupatróndeconducta—dijoMarc—,hacerquedeseenlacarneparaalgomásqueparaexterminaralarazahumana.

—Peronotienesentido,¿quécreesquepuedenlograrconapenasunpuñadodezombisatrapadosenÁfrica?

—Másdeloquecreessinuestrasconjeturassonciertas—dijoMarc—.Losmuycabrones evolucionan lentamente o no lo hacen, pero en el caso de conseguircualquier tipo avance, funcionan como una colmena, todos ellos logran ir

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evolucionandopocoapoco.—Enelfondoescomoelrestodeespecies—dijoTony—.Laevoluciónfunciona

así.—Sí,peroalolargodemilesymilesdeaños,nodedécadas,ynormalmentese

transmitedeformageneracional,noporosmosis—dijoMarc.—Peroellosnosonseresvivos,ellossonno-vivos,no-muertosocomoquieras

llamarlos,demodoquequímicamente,atravésdelaire,porgeneraciónespontáneaoporobradelEspírituSanto,elcasoesquesetransmitenentreelloslasmejoras.

Marcsequedópensativomientrasmirabacondetenimientolaescena,enconcretoadoszombisque,alcontrarioqueelresto,noparecíanperteneceraaquelcontinente.

—¿Tehasfijadoenesosdosdeahí?—dijo,señalándolos—.Notienenpintadeserafricanos.

—No,sonblancos,oalmenosloerancuandoestabanvivos,¿porqué?—Porquecreosaberquiénesson.

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Capítulo18

Arribayabajo,denuevo

Marchabíaqueridoestarseguroantesdemencionarlaquecreíaqueeralaidentidaddeaquellosdospersonajes,yaquesumemoria,aunquebuena,noerainfalible.Perosí,loshabíavistoantesynohacíamucho,apenasunashoras.

—Setratadelasmismaspersonasqueestabanenalgunasdelasfotosquehabíaallíarriba—confesóMarc—.Nomecabelamenorduda,ydiríaconpocomargenderiesgoaequivocarmequedebendesersuspadres.

—¡¿Suspadres?!—exclamóTonysinacabardecreérselo—.Esimposible,¿quélocoharíaalgoasí?

—Hombre,teniendoencuentaquesusideaspolíticasnosonprecisamenteloquedefiniríacomocuerdas…—dijoMarc—.Creoquenohacefaltaque terecuerde lahistoriarecientedelahumanidad.Detodasformas,hayalgoquemepreocupamás:cómolohahecho.

—¿Aquéterefieres?—dijoTony,quiennoacababadeinterpretarlaescenaensutotalidad.

—¿Recuerdas cuándo se supone quemurió sumadre?—dijoMarc, intentandoestructurar una teoría—.En principio, uno o dos años antes del levantamiento, asíque,obienlosprimerosbrotestuvieronlugarenÁfrica,obiennuestroamigocreóunsistemaparaforzarellevantamientodesudifuntamadretraslamuertedeesta.

—¿Peronodeberíaestaryaendescomposicióncuandosucediótodoeso?—Quiénsabesilaguardabaembalsamadaoenalgúntipodecámaracriogénica

delaépoca—reflexionabaMarc.—Vale,peroinsisto,¿quétipodelocoharíaesoyporqué?—Nolosé,quizácomenzóguardandosuscadáverescomorecuerdo,lesdebíade

tener bastante cariño y obviamente le falta un tornillo. Los habrá alimentadocreyendoquenecesitabancomidaydespuésdeaveriguarqueno leshacía falta fueincapaz de dejar de hacerlo, descubriendo de paso que podía entrenarlos ytransmitirlesconocimientos.Veteasabersiesunexperimentofrutodelacasualidado de las ganas de atacar a distancia a sus enemigos; los caminos del destino solorivalizanencomplejidadycaprichoconlosdelserhumano,yeldíaenqueambossecruzaron…

—Estoyporentrarydecapitarlossoloparaverlacaradeeseimbécilcuandolosvea—dijoTony,intentandocalmarelmonumentalenfadoquellevabaencima.

—Serámejorqueregresemosanuestrashabitacionesynoslimitemosapensarsinosescapamosdeaquíointentamosdescubrirmásco…

—Si lo que quieres es descubrir más cosas sobre lo que está sucediendopodríamoscomenzarporveradóndeconduceelpasilloquehaymásalládelasjaulas

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por el que se retiraron aquellos dos —interrumpió Tony ante algo que parecíaevidente y que su amigo ni siquiera había sopesado, abstraído como estaba en suspensamientosaclaratorios.

Marc asintió y comenzaron a caminar entre las jaulas. Los zombis loscontemplaban con el odio de quien ve ante sí lo quemás ansía y no puede darlealcance. A escasos veinte metros la cueva convergía en un estrecho y corto túnelascendente iluminado por antorchas situadas a varios metros las unas de otras.Entoncesescucharonunruido.

Caminabanensilencio,intentandodetectarlapresenciadealgúnsoldado,cuandollegaronhasta el otro extremodel túnel, que daba hasta lo que parecía una ampliazonadeunostrescientosmetroscuadradosbastantedescuidada,conpajaybarroporelsueloypilaresdemaderaquellegabanhastaeltecho,situadoaunostresocuatrometrosdealtura.Además,habíanumerosospasilloseinclusoalgunaqueotraceldaconlapuertaabierta.

—Elruidovienedearriba—apuntóMarc,intentandodeterminardóndeestaban.Por suerte no parecía haber nadie cerca, aunque tuvieron que aumentar las

precaucionesyaquede todasaquellasgaleríasy recovecospodíasalirencualquiermomentoalgunodelossoldadosdeHerrWilhelmCanarisII.Porsifuerapoco,Marcsentíaqueestabansiendoobservados,comosialguientuvieralosojosfijosellos.

Decidieroncaminarjuntoalaparedquedabaaltúnelporelquehabíanllegadoyqueparecíacircunvalarlazonacentralformadaporpasillos.Ademásdelfríoydelaoscuridad,loquepeorllevabaneraaquelrunrúnprovenientedelazonadearriba,quelesimpedíaescucharconclaridadsiseacercabaalguien.

—Noestoysegurodequedebamosseguir—dijoTony.—Tedoytodalarazón—confirmóMarc—,probablementenoeslaopciónmás

sabiadeentretodaslasquetenemos,peroporunavezdesdequellegamosaesteputocontinenteharemosalgoquenoseasimplementeintentarsalvarnuestroculooseguirlosdesigniosprefijadosporelazar.

Tonydecidiónoobjetarnadaantelafirmezaconquesuamigohabíapronunciadoaquellaspalabras,aunquenopudoevitarpensarqueeraciertamentesencillodecirlascuando un disparo no podía acabar con tu vida. Fue entonces cuando sucedió.Derepente, sin previo aviso, tras pasar por delante de varias celdas, algo saltó haciaTony,queibacaminandodetrásdeMarc.

Setratabadeunzombiquellevabauncollarasidoaunacadenaquelepermitíasalir un metro fuera de la celda, lo suficiente como para poder abalanzarsetorpemente sobre cualquier pobre desgraciado incapaz de verlo en medio de laoscuridad.Marchabíapasadopordelantesinpercibiralzombi,quesindudalodebíaconsiderarcomodelafamiliayaquenohizonada.Noobstante,lapresenciadeTonyactivósusnaturalesdeseosdepredadoresquehicieronqueenapenasunossegundos

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se encontrase tumbado sobre sudesgraciadavíctimay con susdientes enbuscadeaquellasuculentayugular.

Tonynopodíareaccionar.Estabaenestadodeshockyconunamasadealrededorde setentakilos encimaque le impedíamoverse.Por suparte, cuandoMarc sediocuentade lasituación fue tarde; reaccionóconrapidez,perono logródarconnadacontundente para asestarle un golpe mortal a aquel engendro, así que decidióemprenderlaapatadas.

Pero,nohabíamaneranidellamarlaatencióndelzombinideprovocarleelmásmínimodaño,ylosdientesdeesteyaestabancasitocandolapieldelindefensoTony,cuyocorazónlatíaaunavelocidaddevértigo.

Cuando Tony ya sentía los dientes del zombi apoyados sobre su garganta ycuando Marc estaba a punto de asestarle una patada en la cabeza en un intentodesesperado por salvar a su amigo, sucedió algo extraño: el zombi se detuvo ylentamenteseapartódesuvíctimasinhacerleelmásmínimodaño.

—¿Qué clase de magia es esta? —dijo Marc ante la escena que estabapresenciado.

—¿Magia?—repitióTony,sintiendotodavíaelhedordelzombiylosrestosdesubabaenlagarganta—.No,másbienlocura,notieneningúnsentidoloqueacabadesuceder,meteníaporcompletoasumerced.

—LoúnicoquesemeocurreesqueseaunexperimentodeHerrWilhelmCanarisIIyque tengaalgún tipodeorden internaque le impidematar, insertadamediantealgunafórmula,mediantehipnosisoconentrenamiento…

—¿YnoseteocurriótocarmesimplementepararepetirelnumeritodeElCairoyqueelzombiesemeconsideraracomopartedevuestrafamilia?—preguntóTonyconlamentemásfría.

—Nisemepasóporlacabeza—confesóMarc—.Losiento,lassolucionesmássencillas no son siempre las primeras que vienen a nuestra mente, sobre todo enmomentos en los que esta no rige por completo nuestros cuerpos, sometidos a losimpulsosyreaccionesfrutodenuestrosinstintos.

—Vale,vale,nohacefaltaqueacabesconmigoabasedefreírmeelcerebroconturetórica—dijoTony,sintiéndosemalporhabercreadoaquellasensacióndeculpaensuamigo.Enelfondoaéltampocoselehabíaocurridoesaideaminutosantes—.Aunque talvez fueeso loquepasó,abasededarlepatadasacabamosentrandoencontactodealgunaformayelzombiseretiropensandoqueyotambiéneraunodelossuyos…

—Convendráquevayamosconcuidado,nosabemossihaymásdeesossueltospor aquí o si los que hay han sufrido algún tipo demutación extraña fruto de losexperimentosdeHerrWilhelm.

Continuaron caminando, alejándose de las puertas de las celdas y asomándose

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ligeramentedesdeladistanciaparacomprobarsiestabanllenasonodezombis.Alcabodeunosminutos,dieronconunospequeñosventanucossituadosaunos

dosmetros de altura por los quepodíanver si se subían a algunade las cajas queestaban tiradas por el suelo. De todas formas, Marc ya tenía claro qué es lo queencontraríanyelorigendeaquelruidoqueseoíacadavezmásfuerte.

—¿Nosasomamos,verdad?—preguntóTony.—Adelante,tengounaideadeloqueveremos,aunquenoacabodecreérmelo—

dijoMarc,subiéndoseenunacajademadera.En efecto, los pequeños ventanucos cuadrados de apenas dos palmos de ancho

daban a la zona del domo, a una especie de arena central donde había en aquelmomento dos zombis despistados. Observándolo todo, se encontraban algunoscientosdepersonasqueeranelorigendelruido.

—¿Uncircoromano?—preguntóTonyincrédulo.—Sí,amigomío,pasan lossiglosy lahumanidadnoavanzaenabsoluto, sigue

confinadayrecluidaenlasmismasmiseriasdesiempre.Almenordescuidodejamosque nuestra naturaleza salvaje florezca y campe a sus anchas. En el fondo, bienpensado,loszombisnosonsinounreflejodenosotrosmismos,peroliberadosysinlasatadurasmoralesquehemosidoconfigurandoalolargodenuestrahistoria.

—¿Noquerrásinsinuarqueenesaarenaenfrentanahumanoscontrazombis?—dijoconsternadoTony.

—Espera unos minutos y los verás aparecer —dijo Marc, sonriendo por esaingenuidadquesuamigohabía idodesarrollandodesdequese inicióaquellanuevaplagazombiyque,enelfondo,relacionabaconunintentodesusubconscienteporprotegerlede la realidadacercade la condiciónhumana.Élyahabíaperdido su feciega en el hombre cuando tuvieron que llevar a cabo algunos experimentos conzombisyunaespeciedecloneshumanoscreadosamododeconejillosdeindias.NoqueríaqueaTonylesucedieralomismo.

Peronohizo faltaquepasaranunosminutosparaque laprediccióndeMarcsecumpliera.Casisinqueesteacabaralafrase,lastrompetastronaronconfuerza.

Marc se percató entonces de la presencia de Herr Wilhelm Canaris II en unaespecie de trono situado en medio del palco presidencial, vestido con un traje demilitarnazidecolornegro—seguramentedelasSS—rodeadodegentebienvestida.LadecoraciónestabainspiradaenlaRomaclásica,enhonoralosteatrosocoliseosque poblaron en mundo durante la época del imperio, con inmensas columnaselevándosehacialacúpulasuperiordeldomocubiertoquecoronabaelrecinto.

También les llamó la atención que las gradas estuvieran abarrotadas. Seencontraban divididas en dos partes completamente diferenciadas. Por un lado sepodíaveraungrannúmerodesoldadosqueeranlosquerealmenteparecíandisfrutarcon toda aquellaparafernalia circense llevada a caboporHerrWilhelmCanaris II;

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porelotro,enlazonamásalejadadelpalco,habíaunlugarocupadoporgentequeteníaaspectodesernativadellugar,tantoporsusvestimentascomoporelcolordelapiel, y que sin duda debían de ser parte de los trabajadores que a diariodesempeñabansustareasparaaquelnaziloco.

—Resultaincreíble.Nologrosalirdemiasombro—dijoTony,contemplandolaescenadesdeaquelventanucosituadoarasdelaarenadelcoliseo—.¿QuiénestodaesagentequerodeaatuamiguitoHerrWilhelmCanarisII?

—Intuyo que líderes locales o posibles fuentes de financiación de su proyectopara conquistar elmundo—respondióMarc sin apartar lamirada del escenario—.Estaessindudaunaformabastanteútildedemostrarsupoder,tantoasuscamaradasnazisdeotrospaísescomoaquienestrabajanparaél,quesabencuáleselcastigoporlatraición,ladesobedienciaoporcometercualquierotroerror.Conelsonidodelastrompetas resonando todavía en el anfiteatro, un portón situado justo enfrente deMarc y Tony se abrió de par en par y de él salió un grupo de diez zombis quecomenzaronacaminarporlaarena,desorientadosporelbullicioorganizadoconsupresencia.

—Meloimaginaba—dijoMarc—.Creoquenohacefaltasaber loquevieneacontinuación.

Noacababadepronunciaraquellaspalabrascuando justodelantedelventanucodesdedondeestabanobservando laescenacayeron trespersonas.Dosdeellas,porsus rasgos, parecían ser egipcias, mientras que la tercera era un gigante negroazabachedeunosdosmetrosdealtura.Justotrascaerenlaarenalesarrojaronunasespadas cortas, sin duda para que se defendieran de los zombis que, tras eldesconciertoinicial,yaestabanavanzandohaciaaquellostresdesgraciados.

Cuando los zombis estuvieron a apenas tres metros de los improvisadosgladiadores,estosreaccionaronporfin,cogiendolasespadasyalejándoseunpocodelosno-muertos,quecaminabanlentamenteensudirección.Sinembargo,unodelosdosegipciossequedócompletamentepetrificado,nosabíacómoreaccionareinclusosellegóaorinarencimaformándoseunpequeñocharcoasuspies.Antelaamenazaque se cernía sobre él, decidió arrodillarse y comenzar a rezar a sus dioses,suplicandoporunasoluciónqueél,atodasluces,eraincapazdeencontrar.Sufinnotardó en llegar. En cuestión de segundos, aquellas dos bestias, como pájaroscarpinteros sobre un árbol, empezaron a picotearle el cuello, destrozándoselo porcompleto.

Lamultitudenloquecióantelaescena.Losotrosdosgladiadores,enplenahuida,acabaronllegandocontralaparedestedelaarena,hacialaquesedirigíayaelrestodeloszombisconpasofirme.Elgigantón,cogiendolaespada,decidióquelamejordefensa era un buen ataque y cargó heroicamente contra los zombis.Logró acabarconlavidadedosdeellosrebanándolelacabezaconlaespadaaunoypartiéndosela

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alotro sincontemplaciones.Peroeso fue todo, sinapenasdarsecuenta, tresde loszombis se agarraron a él, lo inmovilizaron e intentaron derribarlo. Haciendo unesfuerzo, logró zafarse de uno e iniciar una carrera arrastrando consigo a los otrosdos,aferradosasus tobilloscomosi lesfuera lavidaenello.Mirabadereojoasucompañero,buscandoayuda.Peronolatuvo.

El coloso negro llegó hasta apenas un metro de donde estaban Marc y Tonyobservandolaescena,cayendoalsueloporelpesodeloszombisquearrastrabayporel cansancio acumulado. Su rostro quedó a un palmo del ventanuco. De nuevo seescucharonlosvítoresyaplausosdeunpúblicoquesindudaseloestabapasandoengrande. Los zombis no tuvieron piedad de su víctima e iniciaron su desguacemordiscoamordisco,primero losdosqueya estaban sobre él, yposteriormente elresto que fue llegando poco a poco para unirse al festín. Todos menos uno queparecía tener fijada su atención en el tercero de los prisioneros y que avanzaba yahaciaél.Sinembargonotuvolasuertededevorarlovivoyaqueesteencuantolovioacercarsecogió la espaday, lejosdeatacar conella al zombi, se la introdujoen laboca y, apoyándola sobre el suelo, se asestó un golpemortal. Esta vez el público,enfadadoporhabersevistoprivadodeladiversión,comenzóasilbar.

Inclusoacostumbradoscomoestabanacontemplarescenassangrientas,noresultófácilvercómoaquelinmensonegrodedosmetroseradevoradomientraslosmirabafijamentesuplicandoayuda,conlacaradedesesperacióndelquesesabealaspuertasdeunamuertehorrorosay lenta.Aambosse lesrevolvieronlas tripasydecidieronvolverasuhabitaciónlomásrápidoposibleconlaintencióndeolvidartodoaquellocuandoantesytomarunadecisiónconrespectoasufilantrópicoamigoalemán.

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Capítulo19

Reencuentrosconelpasado

Elregresoalahabitaciónfuerelativamentesencillo,aunquenoexentodenervios,yaque temíanque en cualquiermomento fueran a ser sorprendidospor algunode loshombres de Herr Wilhelm Canaris II. Sin embargo, no tardaron en alcanzar suhabitación, dedicandounosminutos a bloquear la puerta y el pasadizo del armarioparanosersorprendidosenmitaddelanocheypoderdormirtranquilos,nosinantesdiscutirdurantelargotiemposieramejorescapardeinmediatorumboaDiossabíadóndeopasarlanocheallíydespertarfingiendoquenohabíapasadonada.

—No sabemos cuándo volveremos a dormir bajo techo y menos, a desayunarcomo señores—sentencióMarc antes de acostarse—. Creo que podemos intentarsonsacaralgomásanuestroamigoeirnossinquemarningunanave.

Tonyaceptóaregañadientesyparasorpresadeambos,notardaronenconciliarelsueño,algoque,aunqueveníasiendohabitual,nodejabadellamarleslaatención.

Debierondepasarunasochoodiezhorasyaque,cuandodespertaronyabrieronel ventanal, el sol estaba bien alto. Tuvieron suerte, pues nada les interrumpió elsueñoyademásparecíaquesuincursiónnocturnanohabíasidodescubierta.

Cuandobajaronadesayunar,lainmensamesadelcomedorestabarepletadetodotipodefrutaypastas.

—Adelante,noseantímidos—lesinvitóHerrWilhelmCanarisII, recostadoenuncómodosillónaescasosmetrosdelamesa,aguantandoconunamanounpuroysosteniendoconlaotraunlibroqueapoyabacontrasupierna—.Imaginoqueestaránhambrientos.

—Pueslaverdadesquesí—dijoMarcmientrassesentabaydudabasobrequécoger para empezar, eligiendo finalmente un crujiente cruasándemantequilla y unzumodenaranjanatural—.Veoquehacebuendía.

—No nos podemos quejar del clima en esta zona de África—respondió HerrWilhelm Canaris II—, otra cosa son sus habitantes, pero todo lleva su tiempo,¿verdad?

Tony no dijo nada y prefirió reponer fuerzas siguiendo los pasos de su amigo,antelaimponentevisiónculinariaquerepresentabaaquellamesa.

—Esimposiblenoveraplenaluzdeldíaeldomoquehayjustoenfrentedeesteventanal—dijoMarcseñalandohaciafuera—.¿Quées?

—Oh,elcirco—dijodistraídoHerrWilhelmCanarisII—.Setratasimplementedeunlugardeentretenimientoqueusamosunosamigosdevezencuandoparapasarelrato.Pocacosa,enserio,aparentamásdeloquees.

»Devezencuandohacemosalgunascosasconzombisquelleganhastanosotrosempujadosporel ríoyquecapturamosa lo largodenuestrasorillas.Recuerdouna

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vez, no hace mucho, que tuvimos un serio problema por culpa de uno de esoscondenadosbichos.Elmuyestúpidocayóal ríoy, comoya lesdijeque sucedeenocasiones, llegó hasta nuestra orilla; lo hizo enmedio de la noche, cuando aún noteníamosinstaladoslosfocosenelperímetro.Fueunverdaderodesastre,dosdemismejoreshombresmurieronantesdequeamaneciera.

—Supongo que no debían de ser tan buenos —masculló casi inaudiblementeToni.

—¿Hadichoqueusaeldomojuntoaalgunosamigos?—dijodeformadistraídaMarc,intentandodesviarlaatencióndesucompañeroenunaespeciededéjàvûdeldíaanterior.

—Sí,hemos logradoirdandoconlíderes localesqueapreciancualquier tipodeayuda. Se trata principalmente de gente de la zona de Egipto ya que lascomunicaciones no son especialmente buenas en estos tiempos, aunque quienmásquienmenoscuentaconsupropiohelicópteroyconlaformadeobtenercombustibleparaponerloenmarchaymaniobrarlo.

»Tampocoesmuycomplicadoconseguirgasolina,sepodríadecirqueesunbienescasamente utilizado en este continente.El caso es que gracias a esas incursioneshemosdadoconpersonasafinesalacausa.

—Supongoqueesas incursionessonunabuenaformadefinanciación—apuntóMarc.

—Niseloimaginan.Enlaactualidadlosdiamantesoelorocarecendevalorporestoslares,encambioconseguirlosyaseaacambiodealgodecomidaosustraerlosdelugaresdondeyanohabitanadieparaacontinuaciónponerlosencirculaciónfueradelcontinenteatravésdeloscanalesoficialesnoesmuycomplicado.Lapenaesqueni disponiendode los recursos actuales hemos logradodar conobjetosmísticos deespecial interés; casi se podría decir que Tizona o el yelmo del Rey Arturo queconsiguió mi padre siguen siendo las joyas de la corona de nuestra particularcolección, aunque el cetro deAmón o los anillos deWangara que encontré yo noestánnadamal…Lástimaquenovenganconinstrucciones.Peronosedistraigandesucomidayconservenlasfuerzas,queestanochelasvananecesitar.

—¿Perdón?—dijoMarc algonerviosopor el tonoque acababade escuchar enHerrWilhelmCanarisII.

—Porsupuestocomprenderánquemantenemosnuestrossistemasdeseguridadaldíayquesupequeñopaseonocturnocomplicabastantelascosas.

—Pe…pero…—dijovacilanteMarc.—Nosepreocupe,lesentiendo,posiblementeyoensusituaciónhabríahecholo

mismo,peroentiendanquenopuedoarriesgarmeaquesevayansabiendotodoloquesaben.

—Peropuedeestarsegurodequenodiremosnada…—dijoMarc—.Nosomos

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héroesenbuscadegloria,nisomosnadieparacriticarloquepuedasucederaquí—argumentóMarc.

—Seguramente, pero no sé si su amigo compartirá su pragmática e ilustradavisióndelavida,¿meequivoco?Nosepreocupen,nosoyunbárbaro,faltaríamás,seránjuzgadosporfuerzasmayoresatodosnosotros.

Diezhorasdespués.

Noesperabanestartanprontoderegresoenaquellaarenasituadaalospiesdeldomo,ymenostodavíaenmediodelamisma.Nocabíadudadequeelsentidodelajusticiade Herr Wilhelm Canaris II resultaba cuando menos macabro. Posiblemente susinvitadoscontinuabandevisitaporellugarynoteníaenmentedejarlosmarcharsinqueasistieranaotrasesióndesuparticularespectáculo.

Demodoqueallíestabanlosdos,espadaenmano,esperandoaverloqueaHerrWilhelm Canaris II se le había ocurrido.Marc no perdió el tiempo y se dedicó aestudiarellugar,intentandodarconalgoquepudieraayudarlesaescapar,aunqueeraplenamenteconscientedequesusposibilidadeseranmínimas.

Aquelsitioparecíagrande,aunquenoalcanzabalasproporcionesdelosenormescircosromanos.Lomásimpresionanteeralacúpulaabiertaqueteníansobreellosyque estaba compuesta por distintos arcos planos y blancos que se cruzaban en elcentro,dándoleelaspectodedomoqueseapreciabadesdefueraydejandopasarlaluzdelsolqueiluminabaperfectamenteellugar.

Llevaban unos cuantosminutos esperando en el centro de la arena cuando lastrompetassonaronanunciandoloquesindudaeraeliniciodelespectáculo.

—Allávamos—dijoresignadoMarc.Trasunossegundosdetensaespera,losportonesseabrieron.Desdelaoscuridad

deltúnelsalieronaplenogalopecincozombisdirectamentehaciaellos;teníanelpelolargoydesaliñadoylatezoscura.

—¿Quéhacemos?—preguntóTonyexpectante.—Permanece junto a mí, llegado el momento trataremos de ver si estos son

tambiénfamiliaresmíosono—contestóMarc,viendocómoloszombisseacercabancadavezmásaellosymanteniendolaesperanzadequeseacabaríanparando—.Delocontrario,veocomplicadoquetengamosalgunaposibilidadcontratodosellos…ycontraelrestodeengendrosquetenganguardadosahídetrás.

Pasaron tres, cuatro, cinco segundosy los zombis continuaron su carga frontal.Marcesperabatensoypreocupadoporqueaquellosseresnosefrenabanensuataquehastaque,finalmente,cuandoelprimeroestabaaapenasunmetro,diounsaltoyseabalanzósobreéltumbándolosobreelsuelo.

—Joder,parecequevamosatenerproblemas—dijoMarc,intentandozafarsedelataquedeaquelanimal—.Nosésiarriesgarmeydejarmeheriryversiinfectándome

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llegoaalgunasimbiosisextrañacomolaqueyamantengoconelrestodezombis…Tonynoesperó,asióconsusdosmanoslaespadaylaclavócontodassusfuerzas

enlacabezadelzombi,destrozándosela.—Ya nos preocuparemos de esomás adelante—afirmóTony—.Demomento,

intentemosacabarconellosantesdequeteunasenparentesco.Marc,apesardenoestaracostumbradoalmanejodelaespada,blandiólasuya

conlasdosmanosyencuantotuvoaunoscentímetrosalsiguientezombilecercenólacabeza…Ocasi,porquelascabezasdeloszombisnoresultansencillasdecortar.Lacabezadeaqueldesgraciadosequedócolgandomientrascaminabaunosmetroscomopatodescabezadohastaacabarcayendo.

Tony mató a un tercero con relativa facilidad mientras Marc, instintivamente,asestabaunespadazoenelpechodelcuartoquecaíamuertoalsueloenuncharcodesangre,saltandoconellotodaslasalarmasensucabeza.

—¡Mierda!Seráhijodeputa…—dijoMarc—.Nosonzombis,elmuycabrónhalanzando hacia nosotros a cinco pobres desgraciados que Dios sabrá de dónde hasacado.

—No…nopuedeser,noshabríamosdadocuenta.—Acabo de matar a uno clavándole el trasto este en el pecho —dijo Marc

desesperado—.Ysiesamultitudcallarapodríasescucharsusgritosdedolor.—¡Bravo,bravísimo!—exclamabaHerrWilhelmCanarisIIdesdesusuntuosoy

recargadopalco,sinpoderevitarsuacentoalpronunciarlaserres—.¡Ole,oleyole!Hacía tiempo que no disfrutaba así, espero que hayan sabido apreciarmi pequeñabroma—añadióalobservarquesusdosprisionerossehabíandadocuentaporfindelengaño—.Peronoospreocupéis,queahoracomienzaladiversión…

Marcsegirórápidamentehaciaelportónyestavezsíaparecieronmediadocenade zombis de verdad. Aguardó unos segundos para comprobar si alguno de elloscorría,suspirandoalverquesemovíanconrelativa lentitud.Eramáshábilesde lohabitual, cierto, pero esperaba que no les causaran mayor problema. Dos de loszombisseencapricharondelpobredesgraciadoqueleshabíaprecedidoporelportónyfueronensubusca,mientrasquelosotrostrescomenzaronacaminarhaciaellugardondeestabanMarcyTony.

—Tengouna idea,unplande losque tegustana ti—dijoMarc,mirandoa suamigo—.Caminajuntoamí,perodespacio…Quieroatraeraloszombis.

—Genial,metocahacerdecebootravez.Estapartedelapelículameprovocaundesagradabledéjàvû.

—Tranquilo,túlimítateaseguirmisinstruccionesypuedequesalgamosdeesta.Con disimulo, los dos improvisados gladiadores fueron retrocediendo hasta

situarsealospiesdelatribunadeunHerrWilhelmCanarisIIquenocabíamásensídegozo.Aquellosdostraidoresibanamorirjustoasuspies.

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Marc,sinembargo,teníaotrosplanes.Esperóunosinstanteshastaqueloszombisestuvieronaapenasunospalmosdeellosy,cuandoyapodíanolerperfectamenteelputrefactohedorquedesprendíanyseencontrabanabriendosusbocasparahincarsusdientes en la carne frescadeTony,Marc agarró lasmanosde su amigo, se agachóobligándoleahacer lopropioyesperandounos segundos fuerade lavistadeHerrWilhelmCanarisIIydelrestodeacompañantesvips.Fueentoncescuandoelprimerzombi,siguiendolainerciadesucaminarpesado,diounpasomáshastadepositarunpiesobreaquellasmanosentrelazadas.

—¡Vamos,ahora!—exclamóMarc—.Con todas tus fuerzas, ¡lancémoslohaciaarriba!

Tony comprendió inmediatamente el plan de su amigo y, como una catapulta,proyectóhacia arriba a aquel zombimenudoque salió despedidounosdosmetros,salvandolaescasaalturadelpalcoycayendoenmediodelosespectadores.

Debíadehaberalrededordeveintepersonasenelpalco, locualayudóaquelaconfusión fuera mayor, especialmente cuando el zombi se incorporó y agarró aldesgraciadoqueteníamáscerca,asestándoleunmordiscocontodassusfuerzas.Lacosafueamáscuandounsegundozombiseplantóentreellos,lanzadotambiéndesdelaarena.

Normalmente,HerrWilhelmCanarisIIsolíaserrápidodereflejosyno tardabaenreaccionarfrentealaadversidad,peroelrestodesusinvitadosnogozabandesushabilidades,yconlosempujonesparaalcanzarlapuertasembraronelmásabsolutocaos.

Unsegundoytercerinvitadofueronmordidosporaquelloszombisquesindudavieron cumplido inesperadamente el que era elmayor de sus deseos en elmundo.Marcnotuvoqueesforzarseporadivinarloqueestabasucediendosobresucabeza,losgritosqueescuchabaneranfielreflejodelaescenaquesevivíaenelpalco.

—Vamos, es ahora o nunca—dijo a Tony, instándole a ponerse enmarcha—.Creoquetienenpreocupacionesmayoresquenosotros.

Ydiciendoestocomenzaronacorrerendirecciónalportónsintenermuyclaroloqueencontraríanallí,yaqueestabasumidoenlamásprofundadelasoscuridades.

—Jaulasconzombis—dijoMarcmientrascaminabaunospasosyveíafrenteaélunascuarentajaulasrepletasdeno-muertos.

—Sí, listos para ser arrojados a nosotros o a cualquier otro pobre desgraciadoabandonadoenesaparodiadecircoromano—dijoTonymientrasescuchabanomuylejosalossoldadosquecorríantrasellos.

—Puescreoquevamosahacerquesevuelvan las tornas.Corre,acércatea lasjaulasyabretodaslasquepuedas,nuestraúnicaesperanzaesusarloscomoescudo.

Sinqueselotuvieranquedecirdosveces,Tonycomenzóaabrirlospestillosdelasjaulastanrápidamentecomopudo,dejandolaspuertasabiertasyalejándoseenel

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acto para evitar ser atrapadopor algunode los prisioneros.Para cuando los cuatrosoldados llegaron, alrededor de una treintena de zombis pululaban ya por la zonaocultando aMarc y a Tony, que decidieron agacharse con la esperanza de que nohubiera ningún héroe entre los soldados que quisiera intentar acabar con todosaquellosno-muertos.Tuvieronsuerteyloúltimoqueescucharondelossoldadosfueelsonidodesusgritosenplenahuidadellugar.

—Bueno, larguémonos de aquí antes de que se reagrupen —dijo Marc,incorporándosesinperderdevistaaloszombisquelosrodeaban.

—¿Adónde nos vamos?—preguntó distraídoTony sin soltarse del brazo de sucompañeroparapoderpasardesapercibidoalosojosy,sobretodo,alasgarrasdeloszombis.

—LomássensatoesintentarregresarporeltúnelqueconocemosyqueconducehastanuestrahabitaciónparaapartirdeahíintentaralcanzarelNilo.Nodebemosdeestarmuylejosdelpasajeporelquevinimosayer.

Trasbrevesminutos intentandosituarse, lograrondarcon lazonadondehabíanestadolanocheanterioryqueahoralesparecíatanlejanaeneltiempo,alcanzandoenunosminutos la parte de las celdas donde estaban los presuntos padres deHerrWilhelmCanarisII.

—¡Maldita sea, se va a enterar ese cabrón!—Tony se dirigió hacia una de lasmesasquehabíaen lacuevayrebuscóensuscajoneshastadarconunapistola;seacercó a continuación hasta las celdas con los zombis—. Hasta la vista, nazismamones.

Y vació el cargador en las cabezas de ambos zombis, disparando una tras otratodaslasbalasdeltambor.

—Me gustaría verle la cara cuando venga por aquí —dijo Tony con ciertosadismo.

Marcnodijonada,preferíanoverlelacaraaHerrWilhelmCanarisIIcuandoesosucedierayestarlejosdeaquellugar.Parecíaquenoquedabanadiecuerdoenaquelcontinente.Elcasoesqueselimitóaapremiarasucompañeroparasalirdeallí.Fueentonces cuando escucharon un ruido muy fuerte que hizo que todo el lugar seestremeciera.¿Había tenido lugarun terremotodeescala reducida?Adecirverdad,noteníanniideayaquenuncahabíanvividouno,peroporsuerteelefectodurópoco.

—Haparecidountemblordetierra—dijoTonycontonopreocupado.—No lo creo, los temblores de tierra no suelen ir acompañados de semejante

estruendo,parecíacomosisehubieravenidoabajolaisla.—Quiénsabe,a lomejorse leshacaídoencimaesaburdaimitacióndecoliseo

queteníanmontadoahíarriba—añadióTony.Marcsequedópensativo,peroprefirióconcentrarsusenergíasenescapardeallí

y continuar avanzando.Al cabo de unosminutos alcanzaron la zona interior de la

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mansióny,aunqueaumentaronsusprecauciones,nollegaronaveraningúnsoldado.—Nosésipreocuparmeoagradecer lasuertequeestamos teniendo—comentó

Tonymientrassalíanalexteriordeledificioycontemplabanelpanorama.Demomento,nadieparecíasalirdeldomoqueteníanaescasosquinientosmetros

por loque todoparecía indicarqueelcaossehabíaadueñadodel lugardespuésdequeloabandonaranminutosantes.Fueentoncescuandonotarondenuevounligerotembloryunruidoprovenientedelazonaoestedelaisla.

—Otravez…aunquebajotierraparecíasentirsemás—dijoMarcaltiempoquesegirabaparaintentarverquéestabasucediendoenlaorilla—.¿Quédemoniosestásucediendoahí?

MarcyTonycomenzaronaavanzarlentamentehacialaorillaoesteenunintentopor situar la escena que tenían ante sí. «ElNilo ha chocado contra la isla», pensóMarc, contemplando el panorama desde un pequeño montículo al que se habíansubido. Aunque les costó un poco descubrir lo que sucedía, no tardaron en darsecuentadequeunavezmás,habíanllevadoconsigoladestrucción.

ElNilohabíaempujadoríoabajolosrestosdelasembarcacionesqueTonyhabíaincendiadodíasatrás,aderezadasahoraconnumerososrestosdelapartedelaciudadquehabíadestruidoelfuego.Ahoratodoaquellobajabaenoleadas,chocandocontrala orilla oeste, amontonándose poco a poco en sus costados y creando unaprolongacióndelapropiaislaformadaportodaaquellamontoneraderestos.

—ElcaucedelríohaaumentadodecaudalydefuerzayestáarrastrandoconsigotodocuantopuedeensufuriosodescensohastaelMediterráneo—dijoMarcantealpanoramaqueemergíaasuspies—.Alparecervariosde loscruceroshanchocadocon fuerza contra la orilla provocando el ligero temblor que hemos sentido. Sucomposicióngeológica,supequeñotamañoylareverberaciónacústicahanhechoelresto.

—Pues espero que no acabe hundiéndose, porque allí viene más porquería—señaló Tony, viendo como las aguas les acercaban un nuevo montón de basuraflotante compuestapor restosdebarcazas, casasde la zona incendiaday troncosyárbolesarañadosdelasorillas.

—Me temo que la fuerza del río está empujando por el subsuelo todo tipo derocasqueseestánamontonandocontralaisla—comentóMarc.

Mientras Marc se limitaba a observar las maravillas de la naturaleza, Tonylevantóunpocomáslacabezaymiróalotroladodelrío.Laimagenquevioledejóperplejo,laconcentracióndezombishabíacrecidonotablementeyahoracomenzabaaavanzarporelagua,caminandosobrelaimprovisadapresaqueelmismoríoestabagenerandoconelmaterialqueeraarrastradopocoapoco.

Algunos de los zombis caían al agua por culpa de su torpeza, pero muchosconseguíancaminaryseguiravanzando,algunospocoapoco,otrosconmássoltura.

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—Creoquetenemosunarazónañadidaparaabandonarcuantoantesellugar—dijo Tony, señalando a la marabunta de zombis que se aproximaba hacia dondeestaban—.Muchometemoqueenpocotiempolaislahabrásidoinvadidaporesascriaturasdeldemonio.

—Esincreíble,nosécómolohacenperonohayfortalezaqueselesresista.Alfinalsiempreconsiguenforzarla—dijoMarcsinacabardecreérselo.

—Si fuese católico pensaría que Dios está de parte de esos seres queaparentemente carecen de cerebro, porque si no, no logro explicarme este tipo decosas—comentóTony.

—Cuando una casualidad se repite comienza a ser momento de convertirla encausalidad,yenestecasopareceobvioqueelpatrónpermanenteesquenohaylugarqueesosseresnologrentomar.

—Son la máquina de asedio definitiva, consiguen aguardar eternamente sumomentosinnecesidaddealimentarse—apuntóTonyantesdeemprenderrumboalazonasurdelaislaparallegarasuembarcación.

Primero con paso acelerado y posteriormente a la carrera, los dos se fueronacercandoalazonadondeseencontrabasubarca,aunquealllegaralpuntodondeladejaronpudieroncomprobarcómoaqueltrastopocolesibaaservir;losrestosdeuncrucerosehabíanestrelladocontrasubarco,destrozándoloporcompleto.

—Justicia divina —indicó Marc al ver la escena—. Me temo que tus ansiasdestructivashanterminadoporalcanzarnosylotendremosquepagarcaro.

Tony se giró viendo que a lo lejos los zombis comenzaban su desplieguesilenciosoycasirutinarioporlaislainvadiéndolotodo.

Unvistazoalotroladodelaorillahizoquepudieratrazarunplandeemergencia.—¿SiguesmanteniendoquenohaycocodrilosenestazonadelNilo?—preguntó

Tony.—Nodeberíahaber,almenossegúnloqueheestudiado,¿porqué?—Miraalotroladodelaorilla,enelembarcadero,creoqueaquelloqueseveson

vehículos;sitenemossuertealomejortodavíafuncionan.Seguramenteseanlosquehanestadousandoestostiposparasusdesplazamientosporelcontinente.

Sin tiempo para pensar en las posibilidades del plan, se lanzaron al agua ynadaron tan rápidamente como pudieron con la esperanza de que, en efecto, nohubieracocodrilosniningúnotroanimalalacecho.

Pordesgracialoqueselesveníaencimaeramuchopeor.

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Capítulo20

Noreste

Eltrayectohacialaorillanoparecíaespecialmentelargo,aunqueningunodelosdosera loque sepodríadenominarunbuennadador, todo locontrario.Sabían flotaryeran capaces de ir de un punto a otro, aunque la corriente que llevaba el río enaquellosmomentosnolesayudabaenabsoluto.

Tanconcentradosestabanennomorirahogadosquenosedieroncuentadequeunmontón de escombros se les estaba acercando peligrosamente. Solo Tony pudoverlosporelrabillodelojo,aunqueloqueenrealidadlosalvódelchoquedirectofueirunoscuantosmetrospordelantedesucompañero.

—¡Marc!—gritó,perofueenvano,porqueapenashubollamadoasuamigo,estedesaparecióbajolassuciasaguasdelNilo.

Hizounamagodeirabuscarlo,peroloúnicoqueconsiguiófuequeunoscuantosrestosdemaderaquemadaestuvieranapuntodegolpearle.Noteníamásremedioquealejarse de allí con la esperanza de que Marc acabara saliendo a la superficie ycontinuarasumarcha.

Apresuróelritmo,girándosevariasvecesobligadomásporsuconcienciaqueporlaesperanzadeverasuamigoemerger,alcanzandoalcabodeunosminutoslaorillaycomprobandoquenohabíaenlosalrededoresdelembarcaderonielmásmínimorastrodepresenciahumana,niamiganienemiga.

—¡Mierda! —exclamó Tony, sintiéndose el peor amigo del mundo yexperimentandounadolorosasensacióndeimpotencia.

Intentóvislumbraralgodesdelaorilla,peroera imposible,soloalcanzabaaverpasardevezencuandoalgunosmaderosflotantes,altiempoqueescuchabacontinuosdisparosenlaisla.«Ladefensadelfuertehacomenzado»,pensó.

Estabatanabsortoensuspensamientosyenotearlasuperficiedelríoquecuandosintióquealgo le agarrabael tobillode supiederecho soltó talgritoquedebiódeahuyentarcualquierpresenciahostilquemerodearaasualrededor.

—¿Sepuedesaberquédemonios…?—alcanzóadeciralavezqueagachabalacabezayveíalamanodeMarcasirsutobillo.

Suamigoseencontrabasaliendodedebajodelagua,ciertamentecansado,perovivo, o como demonios se pudiera definir su condición de ni muerto, ni vivo, nizombi.

—¡Deberíasestarahogadoaestasalturas!—exclamóTony—.Llevasdemasiadosminutosbajoelagua.

—Yo también me alegro de verte—dijo Marc con tono sarcástico—. Podríasmostraralmenosalgúntipodealegríadespuésdehabermedejadoahítiradocomoaun perro…Es obvio por esta demostración empírica que como buen no-zombi no

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necesitorespirarbajoelaguaparavivir,oalmenospuedoresistirconmispulmonesmásqueunhumanocorriente,porqueadecirverdadsiguenfuncionandoyrespirandoaire, otra cosa es que tenga alguna funcionalidad, tal vez siguen bombeando porinerciaperonohacennadaconelairequetragan.

Tonynoselopodíacreer,niqueestuvieravivoniquetuvieraaquellasconstantesganasde teorizar acercade todocuanto le rodeaba.Seguramentedebíade ser algoenfermizo e incurable, ya lo era en su condicióndehumanoy ahoraparecíahaberempeorado—pensó,nopudiendoevitarsonreír.

Sin perder un instante, se dedicaron a buscar algún rastro de milicia cerca deaquellugar.Peronohabíarastrodenadie.Seguramentelaguarniciónolapersonadeguardiadebíadeestarenaquellosmomentosenlaisla,bienrealizandoelrelevo,bienasistiendoaladefensadelamismaenplenavoráginezombi.Enelfondo,¿quiénibaacercarsehastaallípara llevarse losvehículosque teníanaparcadosenmediode laarena?Juntoalimprovisadoparkinghabíaunacasetaenlaqueencontraronlasllavesdeloscuatrovehículosquehabíajuntoalembarcadero.

Marcseacercóaunodelos4x4aparcadosy,ayudadoporsuamigo,subióvariosbidones de gasolina y algunas bombonas de agua en la parte trasera. Después,mirandoaTony,dijo:

—Noestámalelcambio,primeroapie,luegoenbarcayahoraencoche.—Sí,perosinotesabemal,conduciréyo—dijoTony,viendolasintencionesde

suamigoqueyasehabíahechoconlasllaves.—Nomefíoenabsolutodetuformadeconducir,acabaremosvolcadosenmedio

deunaduna.Reconócelo,eresdemasiadotemerario.Tonyselimitóacallaryasubirsealvehículo.Esperabaloinevitable:Marcpuso

en marcha el 4x4 y apenas diez metros más adelante el vehículo embarrancóirremisiblementeconlasruedascaladasenlaarenahastalamitad.

—¡Maldición! ¿Se puede saber qué demonios pasa?—exclamó molesto Marcconsigo mismo, con el desierto y con la sonrisa burlona que le estaba dedicandogratuitamenteyensilencioTony.

—Metemoquehastenidoqueaprenderporlasmalasqueconducireneldesiertono es lo mismo que hacerlo por la autopista, querido ratón de ciudad—contestóTony, bajándose del 4x4—. Vamos, no perdamos tiempo y cojamos otro coche,aunquesinoteparecemal,estavezconduciréyo.

—No lo entiendo, no pensé que fuera tan complicado—dijo resignado MarcmientrasTonyponíaenmarchaelsegundo4x4.

—No es sencillo, aunque lo peor es que a estas horas del día la arena no estáespecialmente compactada, ymenos en esta época del año, con tanta humedad.Elmotor hay que llevarlo alto de revoluciones, y si ves que el coche se va parando,bajaslasrevoluciones;hasdereducirloasuvezdeformamuyrápidaparavolvera

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llevarlasaltas.—No sabía que también tuvieras conocimientos automovilísticos—dijoMarc,

comprobandocómosuamigolograbacontrolaraqueltrastoenmediodeldesierto.—Digamosquepaséalgunosfinesdesemanaporlasmontañasyplayasdelaisla

yquealgoheaprendido,aunqueconfiesoqueesteesdelospeoresterrenosenqueheconducido en mi vida —dijo Tony concentrado—. Agárrate fuerte, no sea queacabemosvolcandoenmediodeunaduna.

—¿Haciadóndevamos?—Buenmomentoparahacerplanesdespuésde llevarperdidosporÁfrica tanto

tiempo—bromeóTony—.Creoquelomejorseráirhaciaelnoresteysalirdeaquípormar,ohacerloatravésdelcondenadomuroqueseparaatodosestoszombisdelacivilización.

Sinmediarpalabra,Tonyapretóafondoelgasdel4x4ysealejólomásrápidoquepudodellugar.NotardaronenllegaralasruinasdeunpequeñopobladollamadoMit Ghamr, aunque parecía estar completamente abandonado, tanto por parte dezombis como de humanos. Eso sí, justo en el momento de salir Tony vio unhelicópterosobreunaimprovisadabasedecemento.

—Vaya,lástimaquenosepamospilotarunodeesos—dijoTonynosinintentarrecordar algunas de las partidas de videojuegos en simuladores de aviones yhelicópteros.

Marcestuvoapuntodehablarendosocasiones,aunquefinalmentesecayó.—¿Qué?¿Nomedirásahoraque,milagrosamente,erescapazdeconducirunode

esostrastos?—ironizóTony,recibiendosolosilencioporrespuesta.

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Capítulo21

Agujerosinfernales

Habían perdido por completo la noción del tiempo. Todo lo que veían les parecíaigual;enkilómetrosalaredondasolohabíaarena,arenaymásarena.

Tonyintentabanoperderlosnerviosyseguirconduciendoconlaesperanzallegaralmar,alcondenadomurooaalgúnotrolugardondepudieranencontraragua.

En teoríahabían idoen ladireccióncorrecta,aunqueclaro,esoen lasprecariascondicionesenqueestabanerapresuponerdemasiado.Además,noibanprecisamentesobradosdegasolina,solollevabandosbidonesenlapartetrasera.Quedarsetiradosen mitad del desierto, en medio de la nada, no era precisamente un futuroespecialmentealentador.

Fue poco después del amanecer del segundo o tercer día cuando lo vieron. Setratabadeuninmensocráterdegranprofundidadydiámetroenmediodeldesierto,rodeado de miles de restos humanos; la mayoría debían de estar enterrados en laarena y lo que podían contemplar era lo que el viento exponía aleatoriamentedependiendodeenquédirecciónsoplara.

Unavezmás,yduranteunossegundos,nosupieronquédecir,intentandodigerirmentalmentelaescenaqueteníandelante.

—¿Esloquecreoquees?—inquirióTony.—Sí,otradeesasabsurdasanimaladastanpropiasdeloshumanos.Sindudason

losrestosdeunabombanuclearlanzadasobreterritorioafricanoparafulminaraloszombisqueperegrinabanporestazona.

—Ya, una de esas cosas que se supone que nunca se hicieron y que si acabansaliendoalaluzserádefinidacomo«dañocolateral»—apuntóTony.

—Yo no lo habría explicado mejor. La arena del desierto es magnífica paraprotegertodotipodecosasdelaerosiónpropiadelaire,yporloqueveoentierraydesentierralosrestosdeesaspobrescriaturasaniquiladasporlabombadeturno.Encuantoalcráter…Sienestosmomentosesgigantesco,noquierosabercómofueensudíaantesdecomenzaraserinvadidoporlaarena;calculoquedebíadetenerunaprofundidad de ciento cincuenta metros y un ancho de cuatrocientos, y debió dedesplazarunosquincemillonesdetoneladasdearena.Loscuerposquesucumbieronenlazonacerofuerondesintegradosalinstante,yestoshuesosquevemosaquísonlospertenecientesaloszombisqueestabanmásalejados.

Tonyseacercóalbordedelcráteryseasomó,llevándoseunsustodemuerte.—¡Mira esto! —dijo sin acabar de creerse la escena—. ¿Qué demonios es

aquello?Abajo,apocomásdecienmetros,seveíaalgodemovimiento;aunquelasombra

producidaporelpropiocráterlesimpedíaadivinardequésetrataba,parecíaunnido

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devíboras.—¿Voyabuscarunabengalaal4x4?—preguntóTony.—Nohacefalta,enunosminutoselsolsemoveráypodremosverloquepasaallí

abajo,aunquemetemoquenoseráagradable—afirmóMarc.Enefecto,apenasquinceminutosmástarde,elsolsedesplazólosuficientecomo

para ganarle terreno a la sombra que cubría medio cráter, permitiendo ver conexactitud su fondo. Allí abajo, atrapados por la arena, había cientos de zombisincapacesdecoordinarsuscuerposparaescapardeaquellatrampamortalquedíatrasdías,mestrasmes,ibaarrojandotierrasobreellos.Losmásafortunadoslograbanirtrepandoporencimadelosotros,losmásdébiles,quequedabanatrapadosenlaarenaquiénsabesiparaelrestodelaeternidad,ante la imposibilidadponerfinaaquellaagónicaformadeno-vida.

—¿Quémásnosquedayaporver?—preguntóTony.—Nolosé,ycréemecuando tedigoquemedamiedopensarlo,porqueparece

quecadavezestemosdestinadosaveralgoquesuperaconcrecesloanterior.Conel4x4bordearonelcrátera todavelocidadparaalejarsedelaquel lugarde

pesadillaquesindudaocuparíaapartirdeaquelmomentounpuestodeprivilegioensus sueños, aunque apenas unos minutos más tarde dieron con otros dos cráteresprácticamentejuntos.

—¿Pero cuántas bombas nucleares lanzaron estos desgraciados? —preguntóretóricamenteTony.

Amedidaqueavanzabanpudieronvermáscráteresenladistancia,aunqueloquemáslesllamólaatenciónfueronlosrestosdevehículosmilitaresquecomenzaronaaparecer desperdigados: tanques, camiones, helicópteros e incluso algún que otrocazaestrellado.¿Sehabíalibradoallíalgunaguerradelaquenoteníanconstancia?

Sinacabardesalirdesuasombro,retomaronelcaminobordeandoloscráteresensilencio e intentando en vano descubrir cualquier indicio que les ayudara acomprender la escena. Transcurridos unosminutos, contemplaron varios barcos deguerraquepermanecíansemienterradosenlaarena,algunosdeladoyotroscomosisehubieranidoapique.

—Desde luego, cuando crees que en este continente ya nada será capaz defranquear tu capacidadde asombro, das unpasomásy te encuentras con algoquesuperaconcrecesloanterior—dijoMarc.

—Imaginoqueesosignificaquesiempreparecehaberunasorpresamayor—dijoTony ante aquel nuevo mar de los Sargazos, mientras reducía la velocidad delvehículo.

—Pornohablardeladesinformacióndelaqueobviamentevivimosrodeados—manifestófrustradoMarc—,porquenorecuerdoalusiónalgunaen losnoticiariosoen los libros de Historia a ningún tipo de enfrentamiento en el que se empleara

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armamentonuclear.—Ciertamente, entiendo qué hacen todos estos barcos aquí —dijo Tony,

aminorandolamarchadel4x4alpasarbajolasombradeunodelosinmensosnavíossemienterradosenlaarenadeldesierto.

Fue entonces cuando notó que, a pesar del cuidado con el que conducía, elvehículoembarrancaba.

—¿Sepuedesaberquédemoniossucede?—dijoTonyaldarsecuentadequeelcocheperdíatracciónydejabaderodarporlaarena.

Tras varios intentos, Tony descendió del 4x4 entre maldiciones, notando alinstantequelaarenaestabamenoscompactadelohabitualybastantemáshúmeda.

—Veconcuidado sibajasdel coche—advirtióTony—.Nomegustaríaque tetragaranlasarenasmovedizasytuvierasquepasarteelrestodelaeternidadperdidoenlasprofundidadesdeestedesierto.

Marcnodijonada.Selimitóarozarconsumanoderechalapistolaquellevabaconsigo,confiriéndoleunvalormásalládeldeladefensapersonal.

—¿Se te ocurre algo que pueda justificar esto?—dijoTonymientras avanzabasobrelaarenahúmeda,temiéndosetenerquevolveradesplazarseapiedurantedíasbajoelsoldeldesierto.

Marcpermanecióensilencio,avanzandopocoapocoyobservandoellugar.Fueentoncescuandoalolejosobservóunbrilloqueenunprincipioatribuyóaunposibleespejismo.

—Tony,¿tieneslosprismáticosamano?—preguntóMarc,alargandosumanosinapartarlavistadeaquellejanodestelloalsurdelaposiciónenqueseencontraban—.Nomelopuedocreer…aunqueesnormalsimiscálculosnomeengañan.

—¿Aquéterefieres?—preguntóTony,intrigado.—Aqueyasédóndeestamosyquésucede,miestimadoamigo.Noestábamos

tanperdidoscomocreíamos.BienvenidoalCanaldeSuez.—¿ElCanaldeSuez?—preguntóTonysinacabardecreérselo.—Sí,o loquequedadeél,yaquepareceque,queriendoono,e intuyoque lo

segundo,loborrarondelmapaabasedebombasatómicas,provocandodepasoquetodos esos barcos se convirtieran en involuntarios monumentos a la estupidezhumana.

—¿Perocómoesposible?—preguntóTony,sintiéndosealgoidiotapornoparardeformularpreguntassinllegaraobtenernuncarespuestaaningunadeellas.

—Metemoqueobienselesfuelamanoobienhuboalgúntipodeaccidenteenlazona,elcasoesquelevantaronarenasuficientecomoparadevolveralanaturalezaloqueerasuyo,ayudadosporlachatarraenquedebierondeconvertirtodaslasnavesqueseguramenteestánenterradasbajonosotros.

—Nosésiesaeslateoríamásabsurdajamásformuladaosisetratadelaacción

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másestúpidallevadaacaboporelhombre—señalóTony.—Sí,elusodelaenergíanuclearnoeslomásapropiadoenningunodeloscasos,

nunca sabes cómo puede acabar afectando al entorno, al planeta en general, niconocerlasconsecuencias.Parecequeenestecasoselesfuelamano,yaquenosemeocurreningunarazónporlaqueborrardelmapaelCanaldeSuez.

—¿Yquéhacemosahora?—preguntódenuevoTony—.¿Corremosalgúnriesgodecontaminación?

—Eso ya da igual. Creo que no nos queda más remedio que hacer el caminoandando. Aunque puede que tengamos suerte, no creo que estemosmuy lejos delfamosomurodelavergüenza…Bueno,deunodeellos.

Tonymiróalrededorysuspiróresignadoantelaideademorirenaqueldesiertopordeshidratación,porlaradioactividadoporpurocansancio,demodoqueseacercóal4x4arecogerprovisionesycomenzóacaminarhaciaMarc,quienhacíaunminutoque había iniciado sumarcha, subiendo por una pequeña colina de arena formadasobre labasede loqueensudíadebiódeserunorgullosodestructorde lamarinanorteamericana.

—¡Vamos,Tony!Cuantamás comida cargues,más te pesará esemochilónquellevasacuestas…—dijoMarcmientrascaminabahastaloaltodelacolinayvolvía,unavezmás,aenmudecerporcompleto.

Laescenaque teníadelantedeél superabaacualquieraquehubieravistoenelpasado, a cualquiera que hubiera podido imaginar o a cualquiera que su mentepudieraconstruirenlapeordesuspesadillas.

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Capítulo22

Separación

Tonydedujorápidamentequealgoibamal.AescasosdosmetrosdeMarc,podíaverel rostro de perplejidad de su amigo y cómo permanecía con la boca abierta y lamiradaperdida.

¿Quéestabasucediendo?Trasdudarsobresisoltarallímismolamochilaono,decidiócargarconellaycomenzaracorrercolinaarriba.FueraloquefueraloqueestabacontemplandoMarc,nopodíaserparatanto,¿osí?

Alcabodeunossegundosalcanzólacimay,aligualqueMarc,nosupoquédecir.Debajodeellos,yhastadondealcanzabalavista,habíaunainmensacongregacióndezombisapelotonadosfrenteaunamurallakilométrica.

—Pero¿cómoesposible,cuántospuedehaber?,¿miles?,¿cientosdemiles?—preguntóTonyfinalmente.

—Nolosé,estomesupera.Nopodemoscalcularloquenovemos,ytegarantizoque seguramente se extiendena lo largoy anchode lamuralla.Aunque si de algoestoy seguro es de que no son unos cuantos cientos demiles, sinomillones. Es lamayorcongregaciónzombiformadaenlahistoriadelahumanidad.

—Puestosamatizar,apuntaríaaquenoessololamayorreunióndezombis,dudomuchoquealgunaveznoshayamosjuntadotantoshumanosparaalgo.

Marc se detuvo unos segundos a reflexionar sobre la ocurrencia de su amigomientras intentaba encontrar una explicación racional a lo que tenía frente a él.Planeabaelpróximomovimiento,yaque,zombisalmargen,allíteníanelcaminoquelesharíaabandonaraquelmalditocontinentedeunavezportodas.

—Deben de haber permanecido allí años y años—matizóMarc—. Ese olor apodredumbreprovienedeellos,secosyabrasadosporelsol;noentiendocómonosehandesintegradoentodoestetiempoydesaparecidodeunapuñeteravez.

Lamurallaqueteníanenfrenteseextendíadenorteasurydividíaeldesiertodeformauniforme,consustresmetrosdealturaysustorrescadaquinientosmetros,yconloqueensudíadebiódeserunfosoyqueahoraestabarepletodearena.

—Nohaynadie…vivo,merefiero—dijoTony—.Nienloaltodelamuralla,nienlosbarraconesdemaderaquehaydetrásdeella,nienlastorres…Noseveniunalma.

—Nomeextraña,nadiepuedesoportaresaimagendeahíabajosinvolverseloco.Escomocontemplarlasentrañasdelinfierno;entreelcaloryelcondenadoronroneode esas bestias, yomismo estoy a punto de perder la poca cordura queme quedadesdequepiséestecontinente.

En efecto, el ruido de aquellos seres retumbaba por toda la zona, era comoescucharalasenfurecidasabejasdeunpanaltrasserzarandeadoconfuerza;unruido

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sin interrupción con una intensidad mucho mayor de lo habitual y con unavehemenciacomonohabíanescuchadoantes.

—El ser humano esneciopornaturaleza,Tony, y esoqueves ahí puede ser elfinal de la humanidad. Hemos creado una auténtica espada de Damocles. Si porcualquier motivo ese ejército de no-muertos lograra atravesar la muralla, todo sehabráacabado.

—¿Peroquéhacenahí?¿Cómodemonioshan llegadoyporquénosevan?—dijoTony,formulandosuenésimapregunta.

—A poco que sepas algo sobre psicología zombi, por denominarlo de algunamanera, deberías saber que se sienten atraídos hacia nosotros, como losmosquitospornuestrasangre.Sabenqueestamosalotroladodeesamurallaytienenpaciencia,ydealgúnmodosabentambiénqueacabaranatravesándola,siempre lohanhecho,siempre lo hacen y siempre lo harán; parece que el destino se ría de nosotros yhayamos dejado de contar con él como aliado, tornándose en nuestromás terribleenemigo.

—Esoesoptimismo.Vistoasí,desdeluego,estamosjodidos—agregóTony.—Lo peor es que no hacemos nada por ayudar. Me imagino a los primeros

zombis que llegaron hasta aquí atraídos por los pobladores de la muralla,acumulándosepocoapocoantelamiradadelosvigilantes.Debierondeirllegandounotrasotro,convocadosporesepotenteespíritugregariosinprecedentesenningúnotrodelosanimalesdelacreaciónyquehanidodesarrollandoalolargodelosaños.Esindudablequeevolucionanaunritmomayoralnuestro,aunquetodoseadichodepaso,lahumanidadhaidoaumentandosuritmoevolutivodemaneraextraordinariaymutacionesqueantes tardabanmilenios,ahoraseproducenensiglos,comonuestraalturamedia,ladesaparicióndeelementosdenuestrocuerpocomoeldedomeñiquedel pie… En realidad, a los zombis no les queda otro remedio que evolucionar apasosagigantados;oeso,odesaparecendeloaltodelapirámideevolutiva,yenestosmomentos,ellossonlaúltimaesperanzadelanaturalezaporexpulsarnosdelparaísoquenosofreciómillonesdeañosatrás.

—Yo no lo habría expresado mejor. Resumiendo, que ellos son el laxanteimprovisadodelamadrenaturaleza—dijoTonysinpoderevitarlacomparación.

—Muy metafísico te has puesto hoy. Inicialmente, imagino que los soldadosfueron eliminándolos poco a poco conforme llegaban, hasta darse cuenta de lainutilidaddelactoensí.Puedequeinclusoleslanzaranbombasatómicasopuedequeestasfueranarrojadasenunabatallaprevia,elcasoesquealfinalserindierona laevidencia: resultaba mejor dejarlos ahí abandonados, e imagino que controlados adistanciaporcámaras,satélitesoalgúnotrosistemadevigilancia.

—Demodoque ahora, lo único que tenemosque hacer es bajar, cruzar por enmediodeeseejércitodezombis,subirelmuroyregresarconlosnuestros.

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—Asídesencillo,síseñor—respondióMarc.Tonylevantólacabezaeintentóhacerunacomposicióndellugar.Elmuronoera

excesivamente alto, pero parecía separar el continente africano deAsia y cerrar elpaso a los zombis que se limitaban a observar sus ladrillos como pasmarotes,emitiendoconstantementeaquelodiosogruñido.

¿Quéotracosapodíanhacersinomirar?¿Golpearpacientementeydurantetodalaeternidadelmurohastadestrozarloacostadesusmuñones?Seguramentenoerancapacesdetrazarplanesmáscomplicadosquelosdeperseguir,sintenermuyclaroparaqué,aloshumanos.

Unavezmás,MarcyTony se adentraron en labocadel lobo.Descendieron lapequeñacolinahaciaaquellajauríaquedemomentoparecíaignorarlos.TonyagarróporelbrazoaMarc,deseandocondesesperaciónqueloszombisnosepercatarandesupresencia,comohabíasucedidoenotrasocasionesgraciasa lacondicióndeno-vivodeMarc.

Unavezlostuvieronaapenasunmetro,lesdiolasensacióndeserolisqueados,aunque seguramente se tratara de una mala interpretación gestual producto de suactiva imaginación.Cruzar por enmedio de aquelmar de zombis iba a resultarlesmás complicado de lo inicialmente previsto.En caso de producirse una estampida,algo realmente poco probable por las características físicas de aquellos seres, elresultadopodíaserbastantetrágico.

Ningunodelosdosabriólabocacuandoyaestuvieronaunosdiezmetrosdelosprimeroszombis.Conveníano llamar laatenciónni tentara lasuerte,aunquea losojosde cualquierhumano, el reguerode sudorque caíapor la frentede ambos leshubieradelatadorápidamente.

Poco apoco se fueron abriendopaso entre lamultitud: a empujonesy codazoslanzadosconfuerza,peroalavezcondiscreción,intentandobuscarunequilibrioqueno les delatara en exceso, aunque por sus movimientos resultaba obvio que nopertenecíanaaquellacongregación.

Alprincipio,yapesardelasmuchasvecesenquelosdoshabíanestadocercadeaquellos repugnantes seres a lo largo de los últimosmeses, les resultó complicadomoverse entre los zombis.Tener que rozarlos, empujarlos y sentir su podredumbreeraalgorealmentecomplicado,pornohablardeltemordequeencualquiermomentose rebelaran contra ellos. Tonymaldijo en varias ocasiones llevar una camiseta demanga corta como única vestimenta, ya que el simple roce con aquellos muertosvivientesleproducíaescalofríosyretortijonesenelestómago.

Trasvariosminutosquelesresultaroneternos,lograronavanzarunosmetros.EnesemomentoTonycomenzóadudarsobresisupresuntaparanoianotendríavisosderealidad,puesnotóquealgúnqueotrogruñidoreflejabaodioyrabiahaciaellos.

¿Seríansimplementeimaginacionessuyas?Alfinyalcaboloszombiscarecían

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supuestamentedesentimientos.Tonyintentabanolevantarlavistadelsueloparanotener que cruzar su mirada con ninguno de aquellos seres, siguiendo en todomomento aMarc en su lento caminar a través de aquelmar demuertos.Aun así,sintió en varias ocasiones que lo zarandeaban al pasar, como si lo estuvieranempujandoconsuscuerpos.

EstuvotentandodehablarconMarc,peronosabíasihaciéndoloibaaexponersutapaderadealgúnmodo,porloqueoptóporcallar,hastaquepasadosunosminutoslevantólacabezayvioquesuamigosudabamásdelacuenta.Estabapreocupado.

Trascincoempujonesmás,Tonyoptóporabrirlaboca.—Tú también lo has notado, ¿verdad?—dijo, acercándose al oído deMarc de

formacasiimperceptible.Marcselimitóaasentirconlacabezasingirarse,conlamentepuestaendeducir

qué demonios estaba sucediendo. Cada vez eranmás los zombis que se revolvíanviolentamentecuandopasabanpordelantedeellosyquelosmirabanconciertoodio,por definirlo de alguna manera. Era como si su tapadera se estuviera derritiendocomouncubitodehielobajoaquelasfixiantesoldejusticia.Lopeoreraquenohabíaotraopciónqueseguiravanzando,yaquedetrásdeellosloszombishabíancerradofilas,bloqueandocualquierposiblevíadeescape.

Tres empujonesmásyunnotable incremento en los decibelios de los gruñidoshicieronqueTonyvolvieraapreguntar,estavezenuntonounpocomásalto.

—Estonopintabien,¿quéhacemos?DenuevoMarcguardósilencio.—¿Algunaidea?—insistióTony,cansadodenoobtenerunarespuesta.Depronto,loszombisqueteníanmáspróximosalargaronsusbrazoseintentaron

alcanzaraTony,quesesalvóúnicamenteporlatorpezadeaquellosseresylafaltadeespacio.Sinembargo,tuvoquesoltarsedelbrazodeMarc,quiensintióderepenteunalivioensuextremidad,puesvolvíaacircularlasangre.

—¡Tony! —exclamó Marc al notar cómo perdía el contacto con su amigo ydesaparecíaenmediodeunanubedebrazosquesecerníansobreél,ávidosdecarne.

Durante unos breves segundos, escuchó los gritos de Tony e intentó acudir alrescate, pero era imposible. Todos los zombis parecían haberse puesto en marchahacia el punto donde se encontraba Tony, transitando por espacios imposibles.Después, poco a poco dejó de escucharlo por culpa del murmullo gutural de loszombis.

La escena que vio entonces le heló la sangre. Uno de los zombis levantabatriunfante un brazo humano.Todo parecía indicar que estaban desmembrando a suamigoynohabíanadaquepudierahacerparaevitarlo.

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Capítulo23

Preguntassinrespuesta

Marccreyóestarviviendounapesadilla.«Estonopuedeestarsucediendo»,serepetíaunayotravezmientrasloszombisloempujabandeunladoaotro.

Intentó elevarse un poco poniéndose de puntillas para poder ver la escena quesucedíaaescasosmetrosdedondeestaba.FueentoncescuandooyóungritodeTony.

—¡Corre!Deprisa, avanza hacia lamuralla tan rápido como puedas—escuchódeciraTony.

—¡Notedejaré!—fueloúnicoquelogródecirMarcmientrasseponíalamanosobrelafrenteamododeviseraparataparsedelsoleintentarubicarasuamigo.Fueentoncescuandosefijómejorenlaescenaysediocuentadequeelbrazoquehabíavisto era demasiado oscuro como para ser de Tony y que, seguramente, debía deperteneceraalgúndesgraciadozombi,inclusoalquelosostenía.

Aquelloledesconcertóbastante,aunquenotantocomoverapareceraTonyentrelos zombis, abriéndose paso a empujones, desplazándolos tan rápidamente cómopodía.

—¿Co…cómoesposible?—dijoMarc,incrédulo.—Me alegra que para variar seas tú quién hagas las preguntas —dijo Tony

sonriendo—. No lo tengo claro, lo que parece evidente es que esos zombis estáncabreadosyqueconvienedesaparecercuantoantesolacosairáamayores.

—Pero tendrías que estar destrozado, descuartizado en el estómago o dondequieraquevayanapararlostrozosdecarnequemasticanesosseres…—adujoMarc—.Encambio,notienesnielmásmínimorasguño.

—Puede que el efecto de ir juntitos de la mano dure un tiempo después desoltamos,puedequeelsollesafectéalcerebrooloquequededeél…Seacomosea,pongamospiesenpolvorosaynoabusemosdenuestrasuerte—dijounTonyquesesentíamejorquenunca,comosiacabardenacerhacíaapenasunosinstantes.

El caso es que si había algo queMarc odiaba más que los misterios eran laspreguntas sin responder, si es que no eran lomismo, pensaba en ocasiones. Nadateníalógica,nisiquieraquelaúnicarespuestaconsentidoatodoaquelloprovinieradesuamigo.

Pero si no eran ellos los culpables de aquella agitación, estaba claro que algoestaba alterando más de la cuenta a los zombis. Era obvio que lo mejor seríamarcharsecuantoantes,asíque,haciendocasoalconsejodeTony,comenzaronadarempujonesadiscreciónsinimportarleslareaccióndelosno-muertos.

Quinceminutosmás tarde lograron llegaraunosmetrosde lamuralla.Lazonamáscercanaestabadensamentepobladadezombis,porloquelescostómásavanzar;Tonyaprovechóparacogersumochilaysacardeellaunacuerda.

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—¿Creesquenosservirádealgo?—dijoMarc,observandoasuamigo.—Nosé…noveoningúnsitiodondeatarla,peronuncasesabe.—Elmuronoesmuyalto,entrelosdospodremossubirlositodosestosdeaquí

noseponenmuytontos—apuntóMarcmientrassehacíahuecohastallegarporfinalospiesdelamuralla.

—Subetúprimero—dijoTony—.Unavezarribameayudarásatrepar.Marcprefiriónodiscutir;cuantoantespasaranalotrolado,mejor,yaqueparecía

evidentequeloszombisestabanmásnerviososyagresivosquehacíaunosminutos.Aunqueloquemásmiedoledabaerasumirada.Normalmentenoreflejabanningúntipodeemoción,perodesdehacíayaunashorascreíapercibirciertoodioensusojos,algoqueotorgabaunadimensióncompletamentedistintaaaquellascriaturas.Podíanserimaginacionessuyas,rogabaparaqueasífuera,perodenoserlo,podríasignificarunnuevoypeligrosoavanceevolutivo.

En esos pensamientos estaba cuando logró alcanzar la parte superior delmuro.Justo al agacharse para tender su mano a Tony, notó que los zombis volvían aaproximarse hacia su amigo; no intentaban destriparle, descuartizarle o morderle,simplementeloaplastabancontraelmuroconsuscuerpos.

—¡Mierda!¡Sehanvueltolocos!—chillóTony.—¡Sujétateamimanoysube!—gritóMarcdesdeloaltodelmuro—.¡Deprisa,

cadavezsevuelvenmásviolentos!Tony hacía todo lo posible por apartarse de ellos, aunque por tres veces acabó

empotrándose en el muro, empujado por aquellos asquerosos cuerpos secos queparecíanhaberlecogidoespecialrabia,sobretodounzombisinbrazosqueunayotravez se le aproximaba y lo empujaba con su pecho. Tras varios minutos de caosabsoluto,Tonylogróencontrarunhuecoy,sinpensárselodosveces,agarrólamanodesuamigoytrepóporelmuroenapenasunossegundos.

—Creo que me he vuelto claustrofóbico de golpe—dijo Tony completamentesudorosoyconelcorazónlatiéndoleatodavelocidad.

—Esobvioquealgoestásucediendoallíabajoytengoelpresentimientodequenotienenadaqueverconnosotros.

Marc se asomó para contemplar a la inmensa muchedumbre que seguía sincalmarse.Fueenaquelmomentocuandoelevólosojosypudoverlo:sobreladunaen laquehacíapocohabíanestadoseencontrabaun tipoenactituddesafiante.Nosabía exactamentepor qué, pero tenía la certezadeque era el responsable de todoaquello.

Durante un instante sopesó la posibilidad de intentar adivinar quién era, perofinalmenteprefiriónoperdermáseltiempoyponertierrapormedio.

—Vayámonoscuantoantes—dijofríamenteMarc—.Aquínosenoshaperdidonada.

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—Yaveoquehasvistoanuestroamigo—dijoperspicazTony—.Nocreasquenolohevistoyotambién,igualqueélanosotros,yaunquenoalcanzoadistinguirsurostro,porsuposturadesafiantediríaquenonostieneespecialaprecio.

—¿Novasahacermeningunapregunta?—añadióMarc.—Nocreoqueseascapazdeexplicarmecómoselashaingeniadoparaponera

todosesoszombisennuestracontra,aunquepuedequeseanparanoiasysimplementesetratedeunbeduinoquepasabaporaquíysehaparadoacontemplarelpaisaje.

—Interesanteque,paravariar,desrespuestasynoformulespreguntas.—Nilamitaddeinteresantequeesamalalechedelaquehacesgalacadavezque

noencuentrasrespuestaaalgo—dijoTonysonriendo.—Perdóname,estoyalgo tenso.Loquehemosvistoenestecontinentenohace

sinoconfirmarmispeorespresagios:puedequeestemosalaspuertasdelaextincióndelarazahumana.

—Quién sabe —dijo Tony suspirando—, es posible que si esos de ahí abajosiguenevolucionandoseacabenconvirtiendoenunaespeciemejorquelanuestra.Detodasformas, tranquilo,nocreoque tú teextingas,yanocreoquepertenezcasa larazahumana.

Marcguardósilencio.Prefiriónocomentarlealgoqueseestabatemiendodesdehacía tiempo para no preocuparle, pero las preguntas sin respuesta se estabanacumulando una detrás de otra en su cabeza: ¿por qué no había nadie en aquellamuralla? ¿Quién demonios era aquel tipo que estaba sobre la duna? ¿Cuándo sedetendría la evolución constante a la que parecían sometidos aquellos engendros?¿Porquéestabantannerviososloszombis?YlaquemásafectabaaTony,¿porquédemoniosnolohabíandestrozadominutosantes?

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Capítulo24

Lamuralla:Diariodeguerra

Alan permanecía en lo alto de la muralla con la mirada perdida en el horizonte,intentandonover laanimadacongregaciónque teníabajosuspies,aapenasunoodosmetros,enlabasedelamuralla.

Teníaquevigilarlayescucharconstantementeaqueltediososonidogutural,peronadiepodíacomprobarqueloquerealmenteestabaviendofueranzombis.Devezencuandosegirabaaambosladosycomprobabaqueelperímetroestuvieralibredelapresenciadeno-muertos,perosenegabaainvolucrarsemásalládeeso.

Se arrepentía de haber pedido aquel destino, vaya si se arrepentía. Cuando losolicitó,embriagadoporlasumadedineroqueofrecíanyelascensodeungradoalregreso, poco se podía esperar que fuera a resultar tan complicado. ¿Vigilar a loszombisdesdeunamuralla?Aquellonopodíaserdifícil.Claroquenadielehablódelamonotonía del trabajo, de la soledaddel puestoni de la psicosis que al cabodeunos días te acababa entrando por tener que ver todos los días aquel macabroespectáculo.

Desdeluego,nitodoeldinerodelmundocompensabaeltrabajo.Había intentando ponerse cascos para no escuchar aquel sonido retumbante y

enloquecedor,pero losmandosno tardaronendescubrirley lecayóunasemanadearresto.«¿Quéclasedeguardiademierdasesuponequehaceustedconunoscascosatodovolumenenlosoídos?¿Asípiensaustedescucharalenemigo?».¿Enemigo?¿Qué enemigo, esos asquerosos zombis? ¿Qué pretendían, que no escuchara unainfiltraciónsilenciosaporpartedelosno-muertos?

Un compañero, durante un intercambio de guardia y mientras fumaba uncigarrillo—porquealmenoseso sí lesdejabanhacer, fumar loquequisieran—, ledijounavezquealprincipiodeaquellasguardias,hacíayamuchosaños,losvigíassededicaban agastarmunicióndisparando sobre los zombisyhaciendopuntería; porsupuesto, no lograban que hubiera menos, pero tampoco se dieron cuenta de queestabancreandounaespeciedeefectollamadayquedondeanteshabíamiles,ahorahabía millones. En cierto modo parecían conectados, y ya sabían perfectamentedóndeestabalalibertad,siesqueeranconscientesdeloqueeraeso.Aquelpuntosehabía convertido en una especie de lugar de peregrinación zombi donde se ibanacumulandomilescadadía,llegadosdesdetodoslospuntosdeÁfrica.¿Cómosabíandelaexistenciadeaquellugar?Dabaigual,elcasoesquellegabanalentadosporlapresenciadehumanosenlasmurallas,sobretodocuandoelrestodeseresvivosquehabitaban el continente fueron desapareciendo o siendo lo suficientementeinteligentescomoparapermanecerocultosensusrefugios.

Paracolmodemales,corriólaleyenda—nadiesabíasiciertaono—,dequelos

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zombis habían logrado crear tal montonera de muertos que empezaron a caminarsobreellayainvadirlamuralla.Sedecíaqueaquellaeralaprimeravezquelograbanatravesarla y que, como consecuencia de ello, pudieron acabar con todo elcampamentosobreelquecayeronbienentradalanoche.

Ciertamente, Alan sabía bastante poco sobre la importancia de su misión allí,aunquelaculpaenelfondonoerasuya,sinodequieneslohabíanenviadoaaquellugarparavigilarlo,yaquenollevabanacabountrabajodeselecciónprecisamentelaborioso. Aceptaban a cualquier voluntario sin el más mínimo entrenamientoespecífico.«¿Paraqué?»,pensabanlosmandos,«alfinyalcabonadiesereenganchani repitedestino,ydespuésdeunañoregresanmedio taradosasu lugardeorigen,maldiciendolaquesindudahasidolapeoreleccióndesuvida».

Perolalabordevigilanciaeraimportante.Muyimportante.Eraciertoquepocasvecespasabancosas,perounavezcadadosotresaños,sucedían,yenesemomentoera conveniente que quienes patrullaban en la muralla estuvieran atentos o sunegligenciatendríaseriasconsecuencias.

Unade las veces enque la suerte no acompañó fue en los noventa, cuandounpequeñomovimiento de tierra abrió un hueco en lamuralla por el que penetraronmilesdezombis.Elsoldadodeguardia,aunostrescientosmetrosdellugar,noestuvoatentoypara cuando se quisodar cuenta la brecha era ya tangrandequenopudoacabarcontodosloszombisquehabíanentrando.

Por suerte, contaban con la inestimable ayuda del gobierno de Israel, cuyoejército en aquella ocasión logró frenar la embestida zombi, creando de paso unconflicto político de grandes dimensiones entre los judíos y los defensores de lamuralla.Denuevosepusoenentredichoquiéndebíaestaralcargodelamisma,yaqueIsraelnoveíaconbuenosojosqueaquellaespadadeDamoclestancercanaasusterritoriosnoestuvieracontroladadirectamenteporellos.

Otro de los incidentesmás sonados tuvo lugar en 1995, cuando un tanque conbanderaegipciaapareciódelanadaconlasantabárbarahastalostopes.Elsoldadoqueestabacontrolandolamurallaenesazonatardóenreaccionar,puesnoteníamuyclaroquédebíahacer;sesuponíaqueteníaqueevitarqueloszombispasaran,pero¿yloshumanos?Lospocossupervivientesquehabíanlogradoacercarsealazonaerandevorados sistemáticamente por los zombis, los cuales servían como perfectavanguardia defensora contra cualquier posible intruso vivo. De modo que pocasdecisiones había que tomar en relación a los pobres desdichados que intentabanbuscarsulibertadintentandollegarhastalamuralla.

Pero¿quéhacerconrespectoaun tanque?ElsoldadoRobertdioelaltocon lamano, ya que resultaba imposible que le escucharan desde la distancia a la que seencontraba, y cuando estaba a punto de ponerse en contacto con losmandos paraavisardeloqueestabaviendo,eltanquetopóconlosprimeroszombis,loquehizo

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que Robert aguardara para ver qué sucedía. Inicialmente, el vehículo comenzóaplastandosinconcesionesalosprimeroszombis,peronotardóenencontraralgoderesistenciaenlaszonasdondeestoseranmásnumerosos.Fueentoncescuandoporlainestabilidaddelpropiovehículoal contactoconaquellacompactamasadehuesosvivientesoporalgúnerrorhumanodesusocupantes,eltanquecomenzóainclinarse,perdiendopocoapocosuestabilidad,hastavolcaryquedarsebocaabajo.

Lasuertehabíaresueltosudilema,pensóRobert,yanoseríanecesariomolestaraltenientequeodiabaserdespertadoenmitaddelasiesta.Segundosdespués,Robertvolabaporlosairesyaterrizabaaalgunosmetrosdelamurallaconelcuellopartido.Losocupantesdeltanque,sabedoresdesucondicióndemuertosenvidayatrapadosenaquelvehículo,decidieronvaciar todosuarsenalcontraaquellamalditamuralla,reventandobuenapartedesuperímetro.

Una nueva marcha zombi se puso en movimiento y como consecuencia de lamisma, otro campamento de soldados fue arrasado por los miles de zombis quelograron llegar hasta él. Fue necesaria la intervención inmediata de las nuevasunidades de helicópteros Apache para reducirlos. La Naturaleza también decidiótomarpartidoylanzóunaterribletormentadearenaquederribóatodosycadaunodelosaparatos.Algunosdesusocupantes lograronabandonar loshelicópterosparadarconunamuerteaunmáscruelydolorosaamanosde loszombis,queveían lacarnecaerde loscielosempaquetadaenparacaídas.Enaquelcaso la infantería fuequien acabó de arreglar la situación, evitando un nuevo conflicto diplomático conIsrael.

A lo largo de 1996 y 1999 se llevaron a cabo varios intentos terroristas paraacabar con lamuralla,motivopor el que se dobló la vigilancia y se ampliaron losdestacamentos militares situados más allá de la misma. Solo hubo tres o cuatroincursionesquelograronpenetrarlaycausaralgúnqueotrodañoderelevancia.

Una vez relajado el nivel de incidentes, y tras varias reclamacionesmultimillonarias por parte de militares americanos que volvían a sus casascompletamenteenloquecidosporsuestanciaentierrasafricanas,sedecidióponerenmarcha un sistemade defensa automatizadamediante la ubicación de cámaras quepor control remoto controlaban el perímetro de la muralla. Lógicamente, aquellamedidafueundesastre.

En primer lugar, daba la sensación de que los condenados zombis estabandestinadospornaturalezaainfiltrarsecuandolascosasfallaban.EraunaregladetressindudaanexaalasleyesdeMurphysegúnlacualsihabíaunfallotemporal—porpequeño que fuera— en las instalaciones, los zombis lo emplearían por osmosissimpáticapara iniciar suparticularycaracterísticamarchasobreelcampamentodeturno.

Y si no eran ellos, eran los terroristas que anulaban los sistemas para intentar

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escapar del continente o simplemente para destruir lamuralla.Demodo que entre2000y2003hubounfuerteincrementodeactividadesterroristasquehicieronquesevolvieran a destinar soldados a las murallas, combinados esta vez con distintossistemas de vigilancia como infrarrojos, focos de primera generación, un foso enalgunaszonas,torretasdefensivas,etcétera.

De nuevo todo parecía ir bien hasta que llegó 2005, cuando la Naturaleza denuevodecidióhacer de las suyas iniciandouna tormenta comono recordabanadiehabervistojamásenlazona.Loqueempezósientounfuertevientoaprimerahorade la mañana acabó convirtiéndose en un terrible huracán que puso a prueba laresistenciadelamurallaylamoraldelastropas,quenolograbanverabsolutamentenadanisiquieraempleandosussofisticadosvisoresimplementadoscontodotipodesistemasdevisiónnocturna,adistanciaoinfrarroja.

Lacuestiónesqueencuanto seocultóel sol, enmediodeunanoche sin luna,repleta de nubes y con una visibilidad nula gracias a la arena levantada por latormenta,unapartedelmurocayóderepenteporculpadelafaltademantenimientoydelasembestidasdelviento.Y,cómono,lozombisiniciaronsumarchapenetrandoporelhuecoendirecciónaloscampamentos.

ElCampamentoAcuario fueelprimeroencaer.Enmediodeaquella tormenta,lastropasintentaronevitarquelosbarraconesvolaranporlosaires,seguidosdesusvehículosmásligeros,queeranlanzadosvariosmetroshaciaarribaparaserdevueltoscon fuerza contra los techos de uralita. Un jeep reventó por completo el barracónprincipalmientrasloshelicópteroseranarrastradosporelvientodeunlugaraotrodela pista como si fueran simples juguetes, estrellándose contra la verja exterior yllevándosepartedeellaconsigo.

Yesquelasdefensasexterioresdeloscampamentoshastaaquelentoncesnoeranlo que se dice demasiado firmes. Por un lado, porque se suponía que la murallaevitaba que los zombis pasaran a través de ella, y por otro porque una verjaalambrada precedida de un foso se suponía que podía detenerlos en el peor de loscasoshastaquetodoestuvieraorganizado.

Unavezmás,nadiepodíapreverunatormentadeaquelcalibre.Elcasoesquealcabodeunashoras,cuandoelcansanciohacíamellaentrelos

soldados, la horda hizo acto de presencia. Tardaron bastante tiempo en detectar alprimerzombiyparaentoncesyaerademasiadotarde.

Los campamentos Géminis y Capricornio fueron los siguientes en caer. Porsuerte,losmensajesdelapresenciadezombisenlazonasurhizoquelasangríasedetuvierayenestaocasiónlosestuvieranyaesperando.

Aunquecuandotodoparecíaestarcontrolado,elcampamentoLeofueatacadoderepenteporunasegundahordadezombis.Presumieronquesolohabíaunabrechaenlamurallaytodoslosesfuerzosseconcentraronenlaszonascercanasaella,perola

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tormenta destrozó dos zonasmás situadas al norte y uno de los campamentos, denuevo,seviosorprendidocuandoloszombisaparecierondelanada.

Empezaronasurgirentrelasfuerzasaliadasnumerososdebatesinternossobreloquesedebíahacerconlamuralla.¿QuénecesidadteníanpaísescomoAustralia,GranBretaña,Alemaniay,sobretodo,EstadosUnidos—conunochentaycincoporcientodelastropas—,demanteneresosdestacamentosallí,especialmentecuandolaUniónEuropea era lamás interesada enque aquellos zombis no escaparandel continentenegro,ocuandohabíaunpaíscomoIsraelqueyasehabíapostuladoeninfinidaddeocasionesparaencargarsedellugar?

El caso es que tras media década de negociaciones eternas e infructuosas, lastropasaliadasibanaabandonarellugarsinprevioaviso.Nosehablabadeotracosaen los campamentos aliados asentados a lo largo de la muralla: por fin, trasveinticincoañosdecustodia,lastropasseretiraban.

Alanechóunúltimovistazomásalládelamurallay,disimuladamente,sacóunafoto con su móvil a aquella congregación masiva de zombis. Estaba terminanteprohibido tomar instantáneas,perodesde luegovalía lapena;porun ladono sabíaquéerapeor,sirecordarlooquenolecreyerancuandoregresara,porquedesdeluegoaquellavisiónresultabacomplicadadedescribirymásdifícilaúndecreer.

—¡Alan,dateprisa!—legritósucompañeroalpiedeljeep—.¿Oesquetehasenamoradodealgunodeesosengendrosyteloquieresllevaracasacomorecuerdo?

—Voy,voy…—dijoAlan,escondiendoelteléfono.Las tropas americanas abandonaron la zona tras ser informadas de las

inundacionesenelMediterráneoysereagruparonparamarcharasupaísenlazonasurdelaPenínsuladelSinaí,dondelesesperabalaQuintaFlotaparaembarcar.Losisraelíes tardarían tres días en llegar a lamuralla, es decir, condos días de retrasoparaevitarpoderhaceralgoyprevenireldesastre.

Casideformaconsecutivayenmenosdeunasemana,tuvieronlugardoshechosquecambiaríanporcompletolafazdelaTierra,doshechosqueinclinaríanlabalanzadelladodeloszombisyquiénsabesiparasiempre.

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Capítulo25

Atravésdelamuralla

Zafra no podía dar crédito a lo que acaba de ver. Una vez más, sus odiadoscompañeros de viaje se le habían escapado. Llevaba semanas detrás de ellos,persiguiéndolos por todo aquel condenado país, y por fin, cuando creía tenerlosatrapados,lograbanescapardenuevo.

Le había costado mucho dar con ellos, sobre todo al principio, cuando logróescapar por los pelos de la base militar del Puig Major donde su repentinatransformaciónenzombihabíacreadogranrevuelo.Fuegraciasaelloque,unavezlogrócontrolarsusinstintosmásbásicos,pudoretomarelcontroldesumenteyhuiraprovechandolaconfusión,sintenermuyclaroenningúnmomentoquéeraloquelehabíasucedidoniporqué.

Durante la primera semana llevó a cabo varios asesinatos con los que logróaplacarsuansiadedevoraracuantohumanosepusieraensucamino.Aquellaeralaúnicapegadesunuevacondicióndezombi,yaquedesdesupuntodevistaelrestoeranventajas:nonecesitabadormirniingeriralimentosyrespirabaporpurasimpatíaya que descubrió que era algo que tampoco precisaba; era también inmune a lasenfermedades,fueracualfuerasuorigen,nosefatigabaalcorrerynotabaque,porunlado,teníatodaunaseriedesentidosmásdesarrolladosdelohabitual,yporelotroparecíahaberdesarrolladoalgunosnuevos.

Aquelloúltimolellamópoderosamentelaatención.Parecíacapazdesentirciertaconexión empáticamás allá de lo habitual con el resto de los zombis, era como situviera un vínculo invisible con ellos, como si se pudiera comunicar con elpensamientoytransmitirlessusemociones,siesquetodavíalequedabadeeso«otraventajamás»,pensaba.

Teníaunaespeciedesentimientogregariohaciasusnuevoscongéneresmásalládelquenuncahabíapodíatenercomoserhumano,enelfondoporquenuncasintióespecial simpatía por ningún otro humano que no fuera él mismo o por cualquierhembraconlaquedesearatenerrelacionessexuales.Ahorano,ahoraeradiferente;noesquesintieranadaespecialhaciaelrestodezombis,perosísesentíaintegradodentrodeunacomunidadinvisible,conelsentimientocomúndelapreservacióndelaespeciey laaniquilaciónde loshumanos,unaplagaquesehabíaautoerigidoen laespeciedominantedelplaneta,haciaelque,porcierto,tambiénsentíaunaespeciedesimpatíaquenoalcanzabaadefinir.

Además, aunque no podía ver a través de los ojos del resto de zombis, si seesforzaba mucho, podía percibir ciertas cosas a través de ellos, incluso estando akilómetrosdedistancia.Y lomejoresque intuíaqueaquellaespeciede sentidosedesarrollaríaconeltiempoylapráctica.

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Noesquefueraeltuertoenelpaísdelosciegos;estabaenunpaísdeciegosyélteníaprismáticos,microscopiosytelescopios,yporsifuerapoco,podíaverbastantebienenlaoscuridad.

Tampocopudoescaparsede llevaracaboconsigomismo losexperimentosquetodo buen recién llegado hace en este tipo de situaciones:meter la cabeza bajo elagua para determinar si podía permanecer indefinidamente sin respirar, inflingirseheridas… Todo parecía indicar que, efectivamente, era inmortal, a menos que lereventaranlacabeza.

Pero en el otro lado de la balanza estaba la deuda que tenía que pagar por sureciénadquiridacondición:estaramerceddesusinstintos.Elansiaeraunodeellos,perolaseddevenganzaeraotro,ymástodavíasiencimaestaeraparaconuntipo,comoresultabaserMarc,queamenazabalaexistenciadelossuyos.

TuvoquehacerusodelospocoscontactosquelequedabanparadescubrirquéleshabíasucedidoaaquellosdosdesgraciadostrasseparasedeellosenloaltodelPuigMajor.LoshabíanconducidohastaelnortedeÁfricadondehabíansidoabandonadosasusuerteparaqueperecieranbiendesed,bienamanosdelosmillonesdezombisquepoblabanencontinentenegro.

Pero sabía que seguían vivos, lo sentía, podía notarlo, seguramente gracias aalguno de esos nuevos sentidos que ahora poseía. De modo que en él recaía lasagradamisióndeacabarconaquellaamenaza,enespecialconelresabidodeMarc,un tipo que hacía que él no fuera único en su especie y que ponía en peligro suliderazgoentreloszombis.

DemodoquepusorumboaÁfricaenunabarcaza,juntoaunodeesosgruposdericachonesque ibanapasarunoscuantosdíasalcontinenteenbuscadeemocionesfuertes,entreellas,llevaracabounacaceríacuyafinalidadnoseríaotraquecolgarunpardecabezasdezombiscomotrofeoenlapareddesumansión.

Obviamente,solíaniracompañadosporunosescoltasarmadoshastalosdientesyfuertementeentrenadosenlaluchacontrazombis,yquenormalmenteeranlosquesejugabanlavidaenaquellasexpediciones.

Durante todo el viaje estuvo tentado de acabar con aquella pandilla de snobspretenciosos, indignos de seguir respirando un día más. Pero finalmente decidióperdonarles la vida y adentrarse por su cuenta en el desierto rumbo al este, haciadondesentíaqueestabansusamigoszombis.Alprincipiolecostóbastantesentirsupresenciayaqueenaquellugarelnúmerodeno-muertoserainfinitamentemayoralque había en Europa, hasta el punto de que en un par de ocasiones tuvo intensosdoloresdecabeza,comosiestaestuvieraapuntodereventar.

Peropocoapocosefueaclimatandoacuantolorodeabaynotócómosuspoderessensitivosseibanampliandoantelaexistenciadetantoszombiscerca;elsentimientogregarioquelesuníaeraunvínculomuyfuerte,lamayordesusposesiones,yallíera

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extremadamentepotente.Le llamó laatención laevoluciónde todosaquelloszombis.Noeran tan torpes

comosolíansery,enciertomodo,notabacomosituvieranalgúntipodesentimiento,aunqueparecía limitarsea larabia, la irayelodio.Talvezporesoleresultabatansencillo controlarlos, porque era capaz de experimentar aquellos sentimientos yporquepocascosashabíancambiadodentrodeélensutransicióndehumanoaloqueseaquefueraenaquellosmomentos.

Alcabodeunosdías llegóhastaElCairo.Aquella fue lavezenquenotómáscerca a sus dos perseguidos, los sentía a apenas unosmetros, en el río, cuando derepenteelinfiernosobrevino.Noteníamuyclarocómo,perosevioinmersoenmitaddeuntremendoincendioqueamenazabacondevorarlotodo.

A su alrededor, cientos de zombis eran consumidos por las llamasmientras élintentabaescaparcomopodíademorircalcinado.Hastaen tresocasiones tuvoquerevolcarseporlaarenadelascallesparaapagarlasllamasprendidasensusropasqueterminaronpordesfigurarleunode losbrazos.Fueentonces cuandodecidióque lamejordefensa eraunbuenataquey empezóa correrhacia el incendioparade esaformallegarhastaelríoyzambullirseensusaguas.

Necesitóalgunosdíaspararecuperarseporcompletodelasheridas.Esoleayudóacomprobarquetodavíaquedabaunapartedehumanodentrodeél,aunquenosuposiagradecerloono,pueslohacíamásvulnerable.

Ydenuevoacomenzólapersecuciónríoabajo.Tardóuntiempoenllegarhastadondeparecíanemplazadosaquellosdostipejos,

unaislaenmitaddelNilo,aunqueenestaocasiónelproblemafueabrirsepasoentrela marabunta de zombis que bordeaban el río. Permanecían inmóviles comopasmarotes.¿Porquénoselanzabanalaguayhacíanalgo?¿Acasonopermanecíaenlomás hondo de sumente ni elmásmínimo resquicio de inteligencia? ¿Para quequerría la Naturaleza unos soldados exterminadores como aquellos, carentes depensamiento lógico y con menos capacidad de comprensión que una ameba?Seguramenteparaquenorepitieranlosmismoserroresquesuspredecesores,acabódeduciendoZafra.

Cuandoporfinalcanzólaorilla,tuvoeltiempojustoparaevitarelchoqueconlosrestos de un bajel calcinado que provenía del norte del río. ¿Estaba el destinoempeñadoenquenollevaraacabosuvenganza?MiróNiloarribayvioqueaquellohabía sido simplemente la avanzadilla, porque tras los restos iniciales, vinieronmuchosmás; tantos que acabaron por formar una especie de presa que amodo depuente fue utilizado por aquellos desdichados para caminar sobre él. Un poco decompañíanolevendríamal,pensóZaframientrascruzaba.

Perounavezmásllegabatardeysusdospresasjustoarrancabanelmotordeuntodoterreno cuando él todavía tenía una parte del río por cruzar. Desde luego

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resultabanmásescurridizosqueunaserpiente.Finalmente, tuvoquehacervirgueríasparapodermanejarunosdelosvehículos

dejadoatrásporsusdosperseguidos,enloquefueunademostraciónclaraparaéldequepormuchoquenoquisieraaceptarlo,habíaperdidopartedesudestrezahumana,aunquebienpudierasertambiéndebidoalosgolpesyheridasrecibidasalolargodelasúltimassemanas.

Elrastrocadavezparecíamásfrescoyeldestinoparecióaliarseconélcuandovioelvehículoqueconducíansusdosperseguidostiradoenmediodelaarena.Yanopodíanestarmuylejos,aunquedesdehacíabastantetiemposentíaunfuertedolordecabezaquenolograbaidentificarniasociarconnadaexperimentadoenelpasado,yqueleimpedíapensarconclaridad.

Fuealllegaraloaltodeunadunacuandopudoidentificarelorigendesudolor.Estaba siendo asaltado, literalmente, por una sobresaturaciónde ondas fruto de losmillonesdezombisquehabíaunpocomásabajo.Eraunespectáculomaravilloso,yporsifuerapoco,susdosodiadosenemigosestabanporfinasualcance.

Se concentró al máximo para que aquellas hordas de no-muertos apresaran aMarc y a Tony pero falló por dos veces. Pudo alterar la pasividad de los zombisinduciéndoles a atacar, pero una vez más, aquellos dos desgraciados demostrarontenermás vidas que una legión de gatos, porque consiguieron alcanzar lamurallaantesdeserdesmembrados.Fueentoncescuandodesdeladistanciacomprobóquelafigura de Marc se detenía en lo alto de la muralla, dirigía su mirada hacia él ypermanecíainmóvilduranteunossegundos.¿Lehabríareconocido?

Enmediodeunarabiainmensa,arrodilladoygolpeandolaarenaconsuspuños,comenzóamaldeciryproferirtodoslosinsultosquelevinieronalacabeza.Unavezmás, suspresas se alejabande él y eramuyprobableque en aquellaocasión fueraparasiempre.

Al cabo de unos instantes, cuando el sentimiento de rabia comenzó adesvanecerse,conlanochecayendosobreelfríodesierto,Zafrasediocuentadequetodo lo que había estado haciendo a lo largo de las últimas semanas en vez deconducirleacumplirconsuvenganzalehabíallevadohastaunfinmayorqueteníajustoanteél,asuspies.

Selevantóycontemplóelrostrodesuejército,elmayorsindudaqueungeneralhubieratenidoasudisposiciónentodalahistoriadelahumanidad.

Ahíestaban,millonesdemuertoscaminandosinrumboalaesperadequellegaraalguiencomoélquelesguiarahaciaelobjetivofinal:lamuertedetodosycadaunode aquellos condenados humanos, incluyendo aMarc y a Tony. Y solo había unamalditamuralladeapenastresmetrosdealtointerponiéndoseensucamino.

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Capítulo26

Pasadosporagua

MarcyTonyhabíanlogradohacerseconunapequeñaembarcaciónenlazonadeBi’rarRummanah,enellagoBardaweel,enel«áreadenadie»enquesehabíaconvertidolaPenínsuladelSinaídesdelaplagazombide1985.Curiosamente,trasatravesarlamuralla—aparenteymisteriosamenteabandonada—queseparaba lazonaafricana,habíantenidoqueesquivarnumerosaspatrullasdesoldadosisraelíesqueparecíaniratodavelocidadhaciaaquellabarreraartificialdepiedra.

Pero para cuando alcanzaron el lago Bardaweel y lograron hacerse con unaembarcaciónclandestinacon laqueabandonarelnortedeÁfrica rumboaTurquía,Chipreocualquierlugarhabitadoporhumanos,losrumoresqueescucharonerantanexagerados que no pudieron sino dejarlos en cuarentena a la espera de sercontrastadosconalgúntipodeinformaciónfiable.

Tampocoesque suconocimientodel idiomaayudaramucho,pero todoparecíaindicarquealgograndehabíasucedidorelacionadoconloszombis,mientrasquelapalabra«ola»noparabaderepetirse,aunquenoteníanmuyclarosideformafiguradaoliteral.

—¿Estássegurodequeeslamejoropción?—preguntóMarcaTony,viendoasuamigo demasiado animado con la idea de embarcar y alejarse aunque fuera unasmillasdelcontinentenegro—.Eltiemponotienepintademejorar.

Enefecto,debíandeserlastresdelatardeyelcieloestabatanoscuroquedabalasensacióndequeelanochecerestuvieraapuntodecernirsesobreellosconalgunashoras de adelanto. Sin embargo, Tony no vaciló, subió acelerando el paso, comotemiendoque sucompañero searrepintierayprefiriera intentar abandonarÁfricaapie,comosirealmenteaquellofueraunaopción.

Demodoquesubieronypusieronenmarchaelbotequehabíanlogradoadquirirenelmercadonegroacambiodeunosdiamantessustraídosde lamansióndeHerrWilhelmCanarisII.Secomponíadeunmotorligero,unapequeñabodegadecargayuncamarotesuperiorjuntoalacabinademandoconunpardecamasyunescritorio.

Finalmente,echaronunúltimovistazohaciaatrásconciertanostalgia,creyendoabandonaraquellugarparasiempre.

Lo que vino a continuación debió de ser lamadre de todas las tormentas, o así laconsideraron Marc y Tony desde aquella pequeña embarcación, convertida en unenemigoaunmásferozqueloszombis.

Susconocimientosdenavegacióneranmásbienescasos,por loquemanteneraflote aquella lata de conservas estabamás enmanos del destino que en las suyaspropias. No tardaron en perder la orientación, inmersos como estaban en aquel

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terribletemporal.Esprobablequetranscurrieranunpardedíasantesdequelatormentacomenzara

aamainarylaembarcaciónfueraporfinarrojadaatierrafirme.Estaban en lo que parecía el paseomarítimo de alguna ciudad, con numerosos

edificiosderribados.Girándose hacia el mar, pudieron comprobar que un enorme portaviones se

encontrabavolcadoaapenasunosmetrosdelaorilla.—Debeserunabroma—dijoMarcsinacabardecreérselo—.¿Otroportaviones

destruido?—Esnuestrokarma,estamoscondenadosaencontrárnoslosennuestrocamino—

respondióTonytambiénconciertaincredulidad.Trascaminarunospasos,escucharonungritoasusespaldas.Segiraronatraídos

por este y pudieron ver que a lo lejos un grupode zombis atrapaba a una joven ydaban buena cuenta de ella. Parecía que una de las pocas supervivientes de aquellugarhabíadejadodeserlo.

—Estoy cansado de ver ruinas y zombis—dijo hastiado Tony, que se veía denuevo atrapado en aquel lugar—. A este paso nos… me acabaré contagiando yotambién.

Marcnodijonadaycontinuócaminando.Habíaalgoquenoacababadecuadrarlepero no teníamuy claro qué era, por lo que prefirió callar. Había destrucción pordoquier, inclusorastrosdeincendiosrecientes, loquenoencajabaenelperfildeloquehabíanestadoviendohastaaquelmomentoportodaÁfrica.

En aquella ciudad arrasada había zombis por todas partes que, en actitudacechante,losmirabanalpasar.

—Nise teocurrasoltarmelamano,noduraríanidiezsegundoscontodosesoscondenadoszombis…Sinquererofenderte—dijoTony,aludiendoalacondicióndemediozombideMarc,queseguíasinmediarpalabra.

Fueentoncescuandoalgirarunaesquinademolida,traslosescombros,lavieron.Frente a ellos, y destruida en su mayor parte, se erigía a duras penas la SagradaFamilia.

—Nopuedeser…—balbuceóTony—.¿EstamosenEspaña?¿Peroquédemonioshapasadoaquí?

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Interludio

Lahistoriaserepite

La creencia popular de que elMediterráneo estaba libre de sufrir unmaremoto nodejabade ser eso,una falsa creenciapopular.Laprincipal causade losmaremotosreside en los seísmos submarinosy enelMediterráneoexistenprecisamentevariaszonaspotencialmentetsunamigénicasfrutodelascualesfue,porejemplo, laoladecasidosmetrosdealturaquecayósobrelascostasdelasBalearesyhundiómásdesetentabarcosel21demayode2003,consecuenciadeunterremotoqueseregistróen la costa argelina apenas media hora antes. Además, no hacía mucho, el 31 dediciembre de 2002, una ola mucho mayor de diez metros había acabado con losedificiosenprimeralíneadeplayaenlaisladeStromboli,situadaalnortedeSicilia.

Porello,notardaroneniniciarsevariosproyectoscientíficosparapoderdetectarla probabilidad de formación de tsunamis en el Mediterráneo, aunque el bajopresupuestohizoqueapenasseavanzaraenesecampo.Dehaberseguidoenmarchala investigación,posiblemente, lahumanidadnohubiera sufridounataquecomoelquedevinoen2010.

Pero el peligro no tuvo su origen esta vez en alguna de las diversas zonaspotencialmente tsunamigénicas, ni en un corrimiento de tierra submarino, elproblemaestuvooriginadoporelmilenarioehiperactivovolcánEtna,queyahacelafrioleradeochomilañosentróenerupción,causandoeldesprendimientodesuconoyprovocandouncataclismodeenormesproporcionesporculpadelaoladecuarentametrosdealturaquesepropagóporelMediterráneoaunavelocidaddesetecientoskilómetros por hora, llevándose por delante la mayoría de las aldeas neolíticascercanas.

Denuevosepusoenmarchaelvolcányotravezhuboundesprendimiento tangrandequeunainmensaoladealrededordeveintemetrosseerigiócualdiosadelamuertey ladestrucción, llevándosepordelante todocuantoencontróasupaso.LacostaoccidentaldelMediterráneoquedócompletamenteasolada.

Nosepudohacermuchoapesardequealgunaslocalidadescosteraspudieronseravisadasatiempo.CórcegayCerdeñaquedarontotalmenteanegadasyarrasadasporel impacto, mientras que ciudades como Barcelona, Marsella o el principado deMónaco sufrieron el golpe inicial de aquel cataclismoque originaría otro posteriormuchomayorcuando losmuertos, contadospormillones,comenzarona levantarseunotrasotro.EstavezsíeraelApocalipsis.

Barcelona fue una de las ciudades españolas que más sufrió el golpe inicialprovocado por la ola, junto a otras localidades menores cercanas como Sitges,Cornellá,Badalona,MataróoLloretdeMar.

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Laolallegó,arrasómillonesdevidasysefue.LaorografíanaturaldeBarcelonaayudóaevacuarelaguayaquesefueradrenandoengranparteporsísola,aunquecuando los servicios de rescate hicieron acto de presencia, se encontraron con unaviejapesadilladelaquenadieleshabíaadvertido:losmuertosempezabanavolveralavida.

Elcaosinicialfuedesproporcionado.Elpánicocundióentrelapoblación,quenotardóenolvidartodocuantolehabíanenseñadoalolargodelosúltimosveinticincoañossobrecómolucharcontraloszombis.

Frentealusodelarazóncontraaquellosserescarentesdeinteligencia,volvióaimponerseel«sálvesequienpueda»,tanantiguocomolahumanidad.Demodoquepocoapocoelnúmerodeno-muertosaumentólascifrasquesemanejabandesdelaprimera invasión.Ypor si fuerapoco,aquellos seresparecíanmásdiestrosque losquerecordaban,caminabanmásdeprisayparecíaninclusomásferoces.

Desde el gobierno central español y la defensa europea, se barajaron en variasocasioneselusodearmamentonuclearenlasprincipaleszonascosterasafectadasporlaola, parade esa formaaplacar rápidamente lamarea inicialde zombis.Peroporsuerteopordesgracia,paracuandoquisieronreaccionar,loszombisyahabíansalidodelasgrandesciudadesenbuscadenuevospastos.

Deestaforma,unariadadezombissepusoenmarchahaciaelinteriordeEuropadesde laszonascosterasdeTarragonaaRoma,enmarchaszombissinprecedentes,dejandoasupasounreguerodemuerteydestrucción.

LasituaciónportodaEuropaeracaótica.Cadaminutoquepasabaeldestinodetodos los humanos eramás incierto si cabía, ya que los zombis seguían su lenta yfatalpropagaciónhaciaterritoriosmásfértilesenloqueacarnehumanaserefería.

Estavezsísehabíadeclaradolaguerra;yelenemigonohacíaprisioneros,seloscomía,literalmente.

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Capítulo27

Asuntosmilitares

—¡Mepareceunesfuerzocompletamenteinnecesarioeinadecuado!—exclamabaelgeneral López Piqueras—. No estoy dispuesto a arrojar la aerotransportada sobreBarcelonapormuchoquemediganquelapoblacióndemuertosallíhadisminuidolosuficientecomoparapoderlanzarunataqueyromperelcercodenuestroshombres.Sifueratanclaro,habríanlogradoescaparporsucuenta.

—Sabe de sobra que sin ayuda del exterior no lo lograrán—replicó el generalVegas—. Están aislados, escasos demunición y con lamoral por los suelos.Diossabeloquehabrántenidoqueveryvivirestosúltimosdías.

—Me parecemuy bien, pero no somos unaONG de esas—afirmó el generalLópez Piqueras, intentando recordar si seguía existiendo alguna—. Los militaresvolvemosaserloúnicoquelequedaalmundoparalograrescapardelprecipicioalquenosvemosabocadosdenuevopornohaberse tomado lasdecisionesqueveníapregonandodesdehaceaños.¿Dóndeestánahoraesospolíticosquesesuponíanosgobernaban? Ni de la derecha más recalcitrante nos podíamos fiar, y miren losresultados.

—Peroesoahorayadaigual,loquetenemosquehaceresreunificarnosysalvaracuantospodamos—defendióelgeneralPortillo,intentandocalmarasucompañero.

—Perfecto, hagan lo que quieran, pero la acorazada y la aerotransportada sequedan en Madrid —afirmó el general López Piqueras—. Esas tropas fuerondesignadas al centro y en el centro se quedan, y quien quieramoverlas tendrá quehacerloporencimademisantocadáver.

—Perogeneral,elPresidente…—comenzóadecirelgeneralPortillo.—¡El Presidente se puede ir a tomar por el culo!—exclamó el general López

Piqueras—.Ypormípuedendecírseloasímismo,siesquepuedensacarlodedebajode su puñetera cama. ¿Dónde estaba él cuando luchamos contra los bichos esosdurantelaprimeraplagaynosabíamossiquierasipodíanonomorir?¿Norecuerdanacaso lo que dijo elmuy cabrón cuando insistentemente requerí un aumento en elpresupuestodeDefensa?Seríoenmicara,enladetodoslosaquípresentes,ydesdeaqueldíasupequetardeotempranoloshechosmedaríanlarazón…

—Venganza…¿simplementesetratadeeso?—preguntóelgeneralSerrano.—Pregunte al resto de madrileños sobre qué hemos de hacer con las fuerzas

armadasquesesuponedebendefenderlacapital—dijoelgeneralLópezPiqueras—.Si tan listo y tanto interés tiene el presidente por ir a salvar a sus amigos loscatalanes, que coja un casco y una pistola y se tire élmismo en paracaídas sobreBarcelona.¿Aquenotienecojones?

—Seacomosea, algohayquehacer—dijoelgeneralPortillo—.Tenemosuna

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marabunta de zombis expandiéndose y aumentando en número a cadaminuto quepasa,nosabemosmuchodeplazascomoValenciaoAlicante…

—Está claro que tenemos demasiada información que procesar…—suspiró elgeneralSerrano—.Convendríatomardecisionescuantoantessobreladefensadelasgrandesciudadesquenotardaránenrecibirlavisitadeesosdesgraciados.

—Seronoser,esaeslacuestión—comenzódiciendoelgeneralLópezPiquerasentonandosuvoz—.¿Quédebemásdignamenteoptarelalmanobleentre levantarmuros de forma impía o rebelarse y tumbarlos, porque afrontémoslo eso puedesignificar desaparecer con ellos?Morir, dormir, no despertar más nunca, qué másquerer que poder decir que todo acabó y no despertar otra vez. Morir… quedardormidos…Dormir…talveznodespertar.

—¿General?—dijoPortillo,mirandoasustadoalgeneralLópezPiqueras—.¿Seencuentrabien?

—¡Claro que me encuentro bien! No les vendría mal intentar leer un poco yculturizarse de paso… Simplemente digo que ya llegará el iluminado de turnoproponiendorodearMadriddealtosysegurosmuros,sinrecordarloqueesoimplica.

—Deduzcoqueahoraescuandonosdiceustedquéesloqueesoimplica—dijoelgeneralSerranocomosilehubieranreventadoelplan.

—Loque implica,mi querido amigo, es repetir o no los errores del pasado—contestóalgomásserioelgeneralLópezPiqueras—.¿Oacasoolvidanlasratonerasquese levantaronhaceveinticincoañosconlosmalditosmuros?¿Olvidanqueesteenemigo en particular no necesita derribar muros porque antes de que nos demoscuenta ya se ha reproducido dentro de ellos y acaba acorralándonos sin que luegopodamosescapar?¿OlvidanacasolosmalditospuntossegurosdelosquenosesalvóniDios?

—¿Entoncesquéesloqueproponesueminencia?—dijoelgeneralSerranoconciertotonosarcástico,cansadodeescucharlaenprincipiopocoproductivaretóricadesucompañero.

—Pues precisamente todo lo contrario a levantar murallas, crear grandesdescampados dentro de las ciudades que nos permitan verles llegar y poderacribillarlos sin compasión usando todo cuanto tengamos contra ellos. Y el quequiera,queamurallesucondenadacasayseescondadetrásdesumuro,queconunpocodesuerteevitaráquesalgadeellasiacabatransformado.

—De todas formas, de poco iban a servir los muros. Según nuestras últimasnoticiashayalgunodeesosdesgraciadosqueyalosescalan,aunquesoloesunrumor—dijoelgeneralPortillo.

—¡No me joda! —exclamó el general López Piqueras—. ¿Y qué más sabenhacer?

—Inteligenciaestáenello—respondióelgeneralPortillo,mirandoelmontónde

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papelesqueteníasobrelamesa—.Noconvienequenoscojandenuevoporsorpresa.El silencio invadió hasta el último rincón de la concurrida sala de reuniones.

Todos losmiembros delAltoMando reflexionaban ante las nuevas y preocupantesnoticias, barajando qué opción era la mejor para resolver todos los asuntospendientes. Pero el silencio no durómucho, y los intercomunicadores que estabansituados sobre la ampliamesa oval comenzaron a sonar al tiempo que una de lasinmensaspantallasquependíadelaparedseponíaenmarcha.

—¿Hola?¿Mereciben?—dijounsoldadoquehacíatodoloposiblepormantenerlaseñalyquesegirabaparahablarconotrapersona—.Señor,creoquehelogradocontactarconMadrid.

—¿Están ahí?—dijo un capitán,mirando a unaminicámara—.Creí que no lolograríamos o que las transmisiones habrían caído de nuevo como en la primeraplaga…

—No, parece que esta vez las comunicaciones se estánmanteniendo al sesentaporciento—respondióelgeneralPiqueras.

—Menos mal, me temía lo peor, señor—dijo el capitán—. Por aquí estamosmanteniendolaposición,sobretodograciasaquepareceserquegranpartedeesosbastardosestáabandonando laciudad.¿Sabealguienquéha sucedidoyporqué sehanvueltoalevantar?¿Cuándovendránarescatarnosydarnosapoyotáctico?

Losgeneralessemiraronentresíycallaron.—¿Hola,me siguen recibiendo?—dijo el capitán ante la faltade respuestapor

partedesuscompañeros.—Sí, pero todavía estamos intentando determinar cuál será la medida de

actuaciónmásadecuadaparaseguirenlaspróximashoras—dijoelgeneralPortillo—.Necesitaremosuntiempoparapoderorganizarnos.

—Venga,nomejodan—dijoelcapitán,exaltado—.Nomedigaquenosvanadejar aquí pudriéndonos, porque eso es lo queme están dando a entender con supuñeterosilencio.

—Cálmese, cálmese…—dijo el general Portillo mientras intentaba pensar enalgoquedecirasucompañero—.Simplementelecomunicamosquetardaremosunpocomásdeloesperadoenllegar.

—¿Unpocomás?¿Sabeustedloqueesopuedesignificarparanosotros?—dijoelcapitánsinacabardecalmarse—.Estamosacorraladosporloszombis,sinapenasprovisiones, rodeados de agua y edificios que se caen con solo mirarlos, a laintemperie ymuertos de frío… ¿Y ustedme dice queme calmemientras se fumaunospurosanuestrasaludypiensasinosdejanpudrirnosoacudenacumplirconsudeber?

—No se engañe, chaval, que usted hubiera hecho lo mismo—dijo el generalSanz,quehastaelmomentonohabíaabiertolaboca—.Tengaunpocodeiniciativay

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sálveseelculosintenerquepedirnosfavores,siustedesestánasíesporquenofueroncapacesdereaccionara tiempoy lescogieronconelculoalaire.Ymirequese loadvertimos.

El capitán no acababa de creérselo, estaba a punto de reventar y en aquelmomentoagradecióladistanciaqueleseparabadeaqueltipo,yaquedelocontrarioseguramentehubierahechousodelarmadefuegoquellevabaensumano.

—¡¿Cómodemoniossesuponequehubierareaccionadosueminenciaaunaoladeltamañodeunedificioyqueenapenasunosminutosbarriótodocuantosepusoensucamino?!¡¿Cómosesuponequedebíamosreaccionaranteloszombiscontralosquenadienosavisó?!¡Esusteduncínicomalnacidoysoloesperoqueseencuentrealgúndíaennuestrasituación!

—Cuantoantes secansedeecharnos la culpade todoynosdejehacernuestrotrabajo,antesiremosasalvarleselculo—continuóelgeneralSanz—.Ymáslevaleque vaya preparando una buena excusa para explicar su comportamiento cuandovayamossinoquiereencontrarsedelantedeunconsejodeguerra.

—Jodidogeneralgolpista…¡Levoyadecirdóndepuedemetersesucondenadoconsejodeguerra!—exclamó fuera de sí el capitán—.Más le vale quenuncanoslleguemos a ver y que algún zombi acabe con usted antes de que lo encuentre yoprimero,¡porquelejuroqueloencontraré…!

Acontinuacióncomenzaronaescucharsealgunosdisparoscercadelazonadesdedondeestabantrasmitiendoylaimagenseperdióporcompleto.

—Esobvioquenoeraelcapitánquienestabahablando—dijoelgeneralPortillo,intentandoquitarlehierroalasunto—.Latensióndelmomentoyelestrésalqueestánsometidossindudahapodidoconellos.

—Entonces,finalmente,¿quéhacemos?—preguntóelgeneralSanz.—Defender la capital, ¿qué si no?—respondió sin perder el temple el general

López Piqueras—. Por nuestra parte simplemente tenemos que decidir si levantarmurosonoalrededordelaciudadyquémedidasrestrictivastomarconrespectoalapoblación,comenzandoporeltoquedequedadesdeya.

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Capítulo28

Reencuentroseincidentes

ElcapitánNavarroestabafueradesí.Habíansidoabandonadosasusuertecomosideunosmalditosperrosrabiosossetratara.Leshabíandadounapatadaenelculoyloshabíandejadoallícomosifueranleprosos.Claroquealomejoresloqueeran.

Todo tipo de rumores habían surgido sobre lo que estaba pasando después delmaremoto. No era normal lo que sucedía; los zombis caminaban de nuevo a susanchas por las calles y con una destreza hasta el momento inusitada. Por si fuerapoco, estaba el «asuntoMallorca»del que la prensanohabía casi informado, perosobreelqueInternetnotardóenhacerseeco.Y,finalmente,lodelequipodeasaltoamericano infiltrado que había llegado apenas unas horas antes desde el cielobuscando a un fulano que parecía tener información vital para el desarrollo de losacontecimientosqueestabanporvenir.

Todoaquelloleveníagrande,muygrande.Lo único positivo era que los zombis parecían haber abandonado en masa la

ciudad,dejandoapenasaunosmilesdentrodeella.Adóndeyporquéseibaneraunmisterio,aunqueéldeseabacontodasualmaquefueranhaciaaquellosgeneralesdela Edad de Piedra que los habían dejado abandonados a su suerte. ¿Qué se podíaesperar del gobierno central? Estaba claro que no tenían especial aprecio a loscatalanes después de lo sucedido durante la primera plaga, aunque él era dePamplona,¿quéteníaqueverentoncescontodoaquello?

ElcapitánNavarromiroasualrededoryviolosojosdemuchosdesushombresfijossobreél.Nohabíaningúnoficialdemayorgradacióncerca,todoshabíanhuidoalasprimerasdecambiocuandotuvolugarelprimeralzamientotraslaolayahoraéldebíadarlasórdenesaaquelpuñadodehombrestemerosos.

Teníaqueorganizarsuspensamientosybuscarlamaneraderecuperarlaciudadotodoestaríaperdido.Lanocheestabacerca.Debíantenerespecialcuidadosiqueríanamanecerdeunasolapieza.

Lo peor es que se fiabamenos de los vivos que de losmuertos. ¿Quién no leaseguraba que a las primeras de cambio no lanzarían un par de bombas nuclearessobresuscabezasparaeliminardeformadefinitivayradicallaamenaza?Él,enotrascircunstancias,selohabríainclusopensado,porloquenodescartabaqueesamismadecisiónpudieraestarsiendotomadaenaquelprecisoinstante.

Peroalmargendetodo,habíaunaguerraenmarcha,unaguerraquenosabíansipodríanganar,unaguerracontraaquellosseresqueseagarrabanalavida,oloquefuera,contodassusfuerzas.

—¡Cabo!—dijo el capitán Navarro, señalando a uno de sus hombres—. Nosmovemos, hemos de trasladarnos a un lugar más seguro, aquí estamos demasiado

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expuestosaunataquedeesosmalditosbastardos.Reúnaaloshombreseiremosendirecciónaalgunaplazaampliaydespejadadondeubicarnos.

—Sí,señor,¿algunaenespecial?—preguntóelcabo.—Laqueestémáscercaytengaunarutamásdespejada…LaPlazadeEspaña,la

PlazadeCataluña…—Demeunminutoparaverificarlo—respondióel cabomientrasmirabaenun

sofisticadodispositivoelectrónicoenformadetablet—.Porcierto,¿cuándovendránaayudarnos?

El capitán Navarro se limitó a guardar silencio y amirar al frente, intentandopensar en una forma de salir de aquella situación y de determinar cuál sería elsiguientemovimiento.

Alcabodeunascuantashoras,lograronllegarhastalaplazadondeestabaubicadalaSagrada Familia. De sus enormes torres apenas quedaban dos en pie; las demásestabanesparcidasporelsuelo,sobrelosvehículosaparcadosenlasinmediacionesyencima de los cadáveres de los numerosos visitantes que estaban cerca del templocuandoestecomenzóadesplomarse.

—¿Hastaaquíllególaola?—preguntóelcaboGuerrero.—Preocúpese más de despejar el área —respondió el capitán Navarro

malhumorado todavíaporelabandonomanifiestoalquehabíansidosometidosporsusmandos—.Necesitoquecompruebenqueelinteriordelrecintoestálimpio,quenohaynadaquepuedamordernoselculobajoesosescombros,yquese sitúenencadaesquinaorganizandounperímetrodefendible.

—Sí, señor, reuniré un grupo de hombres yme aseguraré de que nada sucedaantesdequelleguenlosrefuerzos.

El joven capitán Navarro gruñó de nuevo al escuchar al cabo, antes deresponderle.

—Asegúresedenohacermuchoruidoparano llamardemasiadolaatencióndeesos malnacidos antes de que hayamos logrado posicionarnos en condiciones. Yquieroaungrupodetiradoresyvigíasenesastorres…Yqueseabriguenbien,queharáfríoencuantocaigalanoche.

El capitán Navarro vio que el cabo partía junto a un grupo de hombres y unsargentocomenzabaaorganizar al equipoque subiríapor las torres.Debíande serunostrescientoshombresentotal,pocosparaintentarhaceralgomásalláquesalvarel pellejo durante los siguientes días.Resultaba impensable recuperar la ciudad enesascondiciones,yaquehabríacientosdezombisocultoshastaenelúltimorincóndetodosaquellosedificios.PormuchoquesedijeraquehabíanabandonadoenmasaBarcelona, seguroque todavíaquedabandecenasdemilespaseandopor sus calles,encerradosenalgunacasaoflotandoenelpuerto.

«Demomento lomásadecuado serápasar eldía adía, conseguir suministrose

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intentarmantenerlamoraldelatropa»,pensóelcapitánNavarrocuandoescuchólavozdeunodesussargentos.

—¡Señor,seacercanporelnorte!—dijoelsargentoconvoztemblorosa—.Conlapocaluzexistentenologramosadivinarcuántosson,peropareceungrupobastantenumeroso.

Bastantenumeroso,pensóelcapitánNavarro;aquellopodíaserelfin,yaquenoestabanpreparadosnimaterialnimentalmentepara sufrir laembestidaciegadeungrupodezombis.

—Señor,avanzan…avanzanapasoligero—añadióelsargento.«Lo que faltaba, ahora sí que estamos perdidos», pensó el capitán Navarro,

recordandolosrumoresquehabíaescuchadoacercadequeseenfrentabanazombiscompletamentedistintosalosquehabíanconocidohastaelmomento.

—Bien,quenadieseponganervioso.Corranosearrastren,nodejandeserunosmalnacidossinarmasdefuego,deesasquellevantodosustedesenlasmanos—dijoelcapitánNavarrointentandodarconfianzaasushombres—.Llegadoelmomento,repliéguensehaciaelinteriordelacatedralybusquenrefugioenella.Y,sobretodo,piensenenelloscomoenperrossalvajes,comoenanimalesconuncerebromenoraldeunmosquito.Nosonpersonas,noestánvivasysonelpeorcáncerquepodíahabersurgido,peorquelasplagasqueasolaronEgiptohacetresmilaños.

DetrásdelasruinasdeunadelastorrescomenzabanaapostarselossoldadosalmandodelcapitánNavarrocuandovariosdisparosimpactaroncercadelgrupo.

—Señor, al parecer… sí disparan…—dijo uno de los soldados sin acabar decreerselaescena.

ElcapitánNavarrocogióelaparatodevisiónnocturnaymiróendirecciónalgrupoqueseacercabaalolejosconlaintencióndedesentramaraquelnuevomisterio.

—¡No respondan al fuego! ¡No respondan al fuego! —exclamó ante lo queacababadeobservarporelvisor.

Nosetratabadezombis.Haciaellosseacercabaunnutridogrupodesoldados,aunqueporelaspectode

susuniformesnoteníanpintadeserespañoles.Parecíaque,enmitaddelanocheyconlosnerviosaflordepiel,ambosbandoshabíanconfundidoalotroconungrupodezombis.

Por suerte, los disparos cesaron al desaparecer la confusión y en apenas unminutolosdosgruposcontactaron.

—Porpoconoprovocamosundesastremás—dijoelcapitánNavarro,intentandoquitar hierro al asunto—. ¿De dónde son y qué narices hacen por aquí?—añadió,dirigiéndosealqueparecíacomandarelgrupo.

—Somosnorteamericanos,soyelcoronelMoore—respondióenbuencastellanoaunque con un marcado acento extranjero—. Pertenecemos al grupo táctico

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desplazadohastaEspañasiguiendolapistadeunmilitarquepodríatenerinformaciónvaliosarelevantealasuntodelosZ.

—¿Un grupo táctico norteamericano aquí, en España?—preguntó incrédulo elcapitánNavarro—.¿Trabajabanentoncesdeformaencubierta?

—Sí y no, algunos de susmandos conocían la idiosincrasia de nuestramisión,aunque no es que trabajásemos precisamente encubiertos, teníamos el portavionesjuntoalrestodelaflotillaqueloacompañabanenmediodesubahía—contestóelcoronel Moore—. No conseguimos mucha información sobre nuestro hombre yestábamos a punto demarcharnos cuando sucedió lo de la ola. Yome encontrabasupervisando el último día de permiso en la ciudad de algunos de mis hombrescuandonosenteramos,forzosamente,deloocurrido.

—Ya,hemostenidoocasióndeversusbarcosenmitaddelabahíayalgunaqueotrafragataarrojadaenmediodelascallescercanasalacostadelaciudad—dijoelcapitánNavarro.

—Puesimaginoqueseharáalaideadeloquehansidoestosdíasparanosotros—dijo el coronelMoore con gesto de no querer recordarlo—. Las primeras horasfueron las más complicadas, tuvimos que limpiar, atrincherarnos en un edificio yresistirlasembestidasdetodosesosdesgraciadosquenodejabandevenirenoleadas,hasta dejarnos casi sin munición. Luego, de repente, como por arte de magia,comenzaronadesvanecerse,adesaparecer,pocoapocoysinrazónaparente.Delacincuentenadehombresquemeacompañabaninicialmente,apenasquedamosveinte.

—Pues han tenido suerte de que los identificáramos a tiempo o en estosmomentos estarían ahí tirados dispuestos a levantarse para vengarse de nuestrosdisparos—dijoelcapitánNavarro.

—Olvidémonosdemomentodeesoycentrémonosahoraenelfuturoylosplanesparasalirdeaquí—dijoelcoronelMoore,intentandopasarpágina—.Loimportanteessabercuándovendránabuscarnos.

El capitán Navarro calló inicialmente. Sentía que las miradas de todos secentrabanenél,esperandoescucharlarespuesta.

—Prontosaldremosdeesta,nosepreocupe—respondió—.Noesunasituaciónsencillaylosaltosmandosestánahoratomandolasdecisionesoportunas.

Nohabíaacabadodepronunciaraquellaspalabrascuandounavezmás,escuchóaunodesushombrespronunciarsucadavezmásrecurrentenombre:

—¡Capitán Navarro, capitán Navarro! La patrulla de reconocimiento está deregresoytraeconsigoadosciviles—dijouncabo—.Alparecersondostiposalosqueandababuscandoelejércitodesdehacíameses.

—Perfecto,ygriteunpocomás,cabo,aversiconunpocodesuerte todos loszombis en varios kilómetros a la redonda se percatan de nuestra presencia en estelugar—dijo el capitánNavarro—.Como si no tuviéramos pocas cosas de las que

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preocuparnos,ahorahemosdecustodiaraesosdosinsurgentesqueDiossabrádequédemoniosselesacusa.

Tras girar la cabeza, el capitán Navarro vio a la patrulla de reconocimientoescoltandoadostiposalosquenohabíavistoensuvida.

—Sonestos,señor,intentaronescapar,perolesreconocíelcaretodeinmediatoylosdetuvimos—dijoelcaboalmandodelapatrulla.

—Estupendo, cabo, no podía hacer la vista gorda por una vez, no, tenía quetraerloshastaaquídonde tendremosunproblemamásdelquepreocuparnos—dijocansadoelcapitánNavarro.

—Pero, señor, están calificados como «peligrosos elementos subversivos» yacusadosde sedicióny alta traiciónpor el altomando—dijo amodode excusa elcabo,molestoporlafaltadereconocimientoasutrabajodelcapitán.

Justo en el momento en que el capitán Navarro se disponía a ordenar que losencerraran y mantuvieran custodiados, el coronel Moore, sin acabar de creérselo,gritó:

—God sake, it is not possible! CoronelMarc, ¡es usted! Llevábamos semanas,meses,buscándolo…DesdequeabandonólosEstadosUnidos.

Marc notó lamirada deTony clavada en su nuca.Era consciente de que no lequedaríamásremedioquecontarlaverdadasuamigo,quienseguramentenoestaríamuycontentoporhabérselaocultadodurantetodoaqueltiempo.

Sin embargo, antes de que pudiera abrir la boca, el coronel Moore empezó ahablardeformaacelerada.

—CoronelMarc, nuestras peores previsiones se han confirmado, al final ustedteníarazónsobreelorigendelaamenaza.

—TeníavariasteoríascuandodejélosEstadosUnidos—comenzódiciendoMarc—, aunque me temo que sé a cuál se refiere concretamente. A lo largo de estassemanashepodido comprobarlopormímismo.Nos estánpurgando, ¿verdad?, loszombissonelbrazoarmadoencargadodeexterminarnosdelafazdelaTierra.

—¿Elbrazoarmadodequién?¿Dequéestáishablando?¿Delosextraterrestres,deDios,delosterroristas…?—preguntóTony.

—Por parte de nuestro creador, en efecto —contestó Marc—. La Naturaleza,conscienteono, sehacansadodenosotrosyhadecidoexterminarnosantenuestroreiteradocomportamientocaprichoso.

—Pero eso es una locura, una necedad —dijo claramente alterado el capitánMoore.

—Suena a ciencia-ficción, lo sé, ¿pero acaso no resulta igual de irreal que losmuertosse levantendesus tumbas?—dijoMarc—.Son lamáquinadedestrucciónperfecta,lospeonesidealesporquecarecendemente,yunavezacabenconnosotrosno podrán repetir nuestros errores porque simplemente no pueden pensar. Poseen

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mejores y más habilidades que muchos de los animales que nos rodean:intercomunicados entre ellos, capaces de evolucionar a un ritmo vertiginoso, sinsentimientos, incansables, sin necesidad de alimentarse subsistiendo de lasminipartículasquelosrodeanyasimilan…

—Puesmenosmalquenotienenlaagilidaddelosfelinosolavelocidaddelasgacelas—suspirótodavíaincréduloelcapitánNavarro.

—Tiempo al tiempo—añadióMarc—.Mejor nodé ideas, porque al ritmoquellevannolodescartaría.Parecenunanuevaespecieenvíasdedesarrollo.

—Enelfondo,esoexplicamuchascosas…—rumióelcapitánNavarro—,comola eterna pregunta de por qué no afecta el virus al resto de animales y solo losconvierteenalgunoscasosenportadores.

—En efecto, lo cierto es que todo encaja —añadió Marc—. Ellos no son elobjetivo, nosotros sí; la idea es exterminarnos, no acabar con el resto de criaturassupuestamenteinocentes.

—Puesesperoquelateoríadequelasvacasestánayudandoaacabarconlacapadeozonoconsusflatulenciasnoseaciertaoloszombispuedenterminaramordiscoscon lospobresanimales—apuntóTony—.De todas formas, todoesomesuenadeunapelículaquevihaceaños,Elincidente,¿estáissegurosdequenotienenadaqueverconestareflexiónvuestra,tanabsurda?

—Comosuelepasar,larealidadsuperaalaficción—sonrióMarc—.EsperemossercapacesdedarconunasoluciónaesteproblemaocuandomenoscongraciarnosconlaNaturalezasinoqueremosdesaparecerparasiempre.Sonellosonosotros.Lacienciaestádenuestrolado,peropordesgracialosrecursosdeplanetalespertenecenyeso,enlaguerratotalqueseavecina,esalgoquedebemostenerencuenta.

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VICENTEGARCÍA(PalmadeMallorca,1971).Llevavinculadoalmundoeditorialdesde hace ya veinte años. Diplomado como Técnico de Empresas y ActividadesTurísticas,notardómuchoendarsecuentadelaindustriadelturismonoeraloquemásleatraíaydecidiócentrarseenelmundodelanarrativavinculándosealcómicylaliteratura.Habitualdeprogramasderadioyfundadordelarevistadeinformaciónsobre cómic Dolmen, ha colaborado para diversas editoriales nacionales einternacionalesyllevaescribiendoyleyendodesdequetieneusoderazón.

Apocalipsis Islandessuaportaciónaungéneroque leapasionayesperapoderescribir algunas secuelas, no cansándose de repetir que dentro del libro está laexplicaciónamezclarunapalabrainglesayotraespañolaeneltítulodelaobra.

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