LA HISPANIDAD Y SU PROYECCIÓN POLITICO CULTURAL.rtf

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LA HISPANIDAD Y SU PROYECCIN POLTICO CULTURAL(Escrito por Carlos E. Ortiz Montes y ledo por Jos Manuel Pereda Crespo en el Congreso de Hispanidad, en Crdoba Argentina 1989)

Pocos aos antes de que se cumpla medio milenio de existencia de la que se ha llamado Amrica Espaola, y que ahora se reconoce como el Continente de la Esperanza, nos reunimos para reflexionar sobre nuestra Identidad, que no es otra cosa sino la fidelidad a la vocacin Ms para lograr la fidelidad en la vocacin de Hispanoamrica, y por tanto su proyeccin en el presente y en el futuro, es menester recordar y vivir nuestra esencia, condicin necesaria para reconocernos a nosotros mismos en !o que somos y en lo que debemos hacer Decan los antiguos que la Historia es "Maestra de la Vida" y Cervantes la llam: "testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y advertencia del porvenir", y nosotros queremos recordar adems de estas sabias enseanzas, otras no menos sabias que nos da la filosofa de la historia Todo esto nos permitir introducirnos y desarrollar con ms facilidad el tema que se nos ha encomendado. PARTE I La Historia, fundamento de toda proyeccin en los pueblos. El cristiano se ocupa del pasado histrico en la medida en que sus hechos no son totalmente pasados. sino que de algn modo perviven en el presente Por tanto, no es un conocimiento intil, como aquellas palabras de las cuales nos han de tomar, cuentas en la otra vida. Sabemos que en cada hecho histrico gravitan todos los anteriores y por eso, todo pasado que no penetra y se acumula en el presente, no es un pasado histrico sino un puro pasado. As pues, en la presencia del presente hay una persistencia os lo histrico, y como una instancia hacia el futuro. A lo primero corresponde estricta y formalmente, la actualidad, a lo ltimo, en cambio, la posibilidad real. Cada presente no se limita a venir despus de su pasado inmediato, sino que, en algn modo, lo contiene, lo implica, lo supone; y l mismo pasa

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luego a gravitar sobre el presente que lo sustituye, condicionndolo en su estructura De este modo lo pasado se encuentra en el presente no de un modo formal sino de una manera virtual, por sus secuencias y repercusiones Cada hecho histrico es a la vez un todo y una parte Es un todo en la medida en que se acumulan en l las virtualidades de la historia precedente, de ah la complejidad formal de toda situacin histrica; es una parte en la medida en que se encuentra virtualmente recogido en los presentes ulteriores Por esta razn, la conciencia que el hombre tiene de la historia coincide en su surgimiento con la sospecha de que el presente no se basta a s mismo, sino que es radicalmente beneficiario de la virtualidad del pasado y, por otro lado, que en todo presente existe una tensin hacia el futuro En el presente hay, entonces, la proyeccin virtual del pasado, y en el futuro, merced al acto de proyectar, hacemos presente, por modo de una especial anticipacin, cierta presencia intencional. El futuro es as objeto de un proyecto, por cuanto es atendido como posible, y lo posible es un modo de lo real. Mas es necesario recordar que el futuro, por tener una presencia intencional, no envuelve en su misma esencia la necesidad de existir, pues slo puede constituirse formalmente en un ser futuro, por encontrarse determinado como tal, en una causa libre. Aqu la libertad se hace presente al elegir entre los posibles los que han de venir a la realidad, los cuales adquieren la ndole de futuros, en la medida en que esto es realmente asequible a la capacidad de nuestro ser. En suma, para poder discernir lo que somos en el presente, miremos el pasado glorioso que se encuentra virtualmente en nuestro ser hispanoamericano, no vaya a ser que creamos que las conquistas que tenemos son fruto de las migajas que los revolucionarios tienen de bien y que nosotros hemos recogido, cuando en realidad son estos "hijos de las tinieblas" los que nos han despojado y pervertido, hasta hacernos creer que lo que tienen de bien les pertenece. Miremos nuestro pasado, para que en esta clarificacin de nuestro verdadero ser podamos fundar, real y verdaderamente, el crecimiento y maduracin de nuestra Civilizacin, y as realizar lo que la Divina Providencia nos ha destinado. PARTE II: Desarrollo Histrico de Hispanoamrica

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Ahora bien, para poder realizar esta vasta ambicin en pocas palabras, nos proponemos exponer brevemente la historia, valindonos de una analoga desarrollada mediante varias tesis y explicitndola con una breve noticia histrica. Para esto, nos ha parecido que la aparicin y desenvolvimiento de los pueblos catlicos de Hispanoamrica es analgico al origen y desarrollo de un ser humano, y en este sentido desarrollamos la parte histrica.

TESIS 1: Hispanoamrica ha nacido a partir de espaoles y aborgenes americanos.

As como la gestacin de un nuevo ser humano se realiza a partir de dos elementos genticos, que son sus componentes materiales, as, en la gestacin de los pueblos hispanoamericanos, dos son los elementos tnicos y culturales que concurren Los pueblos iberoamericanos son fruto de otros dos que no tienen la pureza tnica de la que otros presumen. En efecto, les pueblos de la Pennsula Ibrica no son de una raza homognea, confluyen ah godos, visigodos, celtas, beros, romanos, cartagineses, rabes, etc. Los pueblos antiguos de Amrica tampoco eran una raza homognea, encontramos diferencias tnicas notables entre nahuas, mayas, chibchas, incas, guaranes, etc. En Espaa no fue posible la unidad racial, pero sus pueblos teman caractersticas comunes que proporcionaron la unidad nacional Tampoco en Amrica poda darse la unidad racial, la unidad dependi, en el orden natural, de ciertas caractersticas comunes a sus pueblos Queda fuera de toda duda el espritu religioso de los pueblos aborgenes de Amrica y sto an en los culturalmente ms pobres Las grandes ciudades no son primeramente centros de convivencia social, ni de comercio, ni centros militares, aunque sto se da en ellos Ante todo, son centros ceremoniales, as lo atestiguan Tajn, Teotihuacan, Tenochtitln, Uxmal, Machu Pichu, entre otros Ciertamente estos pueblos religiosos creen en Dios, aunque no lo alcancen a vislumbrar claramente, y estn contaminados de politesmo, idolatra y hasta se descubra frecuentemente una rie las ms grandes perversiones la de los sacrificios humanos rituales y la adoracin al mismo Demonio, muchas veces representado por la infernal serpiente.

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Adems son muy sensibles a las elevantes manifestaciones del espritu, ejemplo de esto son la multitud de descubrimientos que ahora se han obtenido, y la manera en que estos pueblos fueron evangelizados por los misioneros; a lo largo de todo el Continente, el Catecismo se ense precisamente a travs de la poesa, del canto, de la pintura, de la escultura y de la misma arquitectura r n ellos descubre un profundo respeto a Lis autoridades y a las tradiciones, gozando los mayores en edad y saber de una gran estimacin y respeto. Aunque la mayora de stos son de estatura baja y cuerpo delgado, siempre se distinguieron por ser pueblos guerreros, que se preparaban toda la vida para esta misin y por tanto tambin para la muerte Los grandes guerreros, an los enemigos, fueron siempre respetados por su valenta y arrojo, que en algunas ocasiones llegaba a la temeridad. En este contexto la guerra forma parte de su cultura, no es algo que exista por s misma y a la que irresistiblemente est condenada la humanidad Est caracterizada por las notas propias de la sociedad a la que pertenece; la guerra es considerada como la continuacin de la poltica y de la religin. As, la finalidad de la guerra no est en ella misma, an los pueblos ms belicosos tratan de conseguir con sta mejores posiciones que les permitan asegurar la paz en todo sentidos. Por ejemplo, el pueblo mexica, que viva prcticamente preparndose para la contienda, pretenda que el individuo alcanzase en este mundo y en el otro un lugar preferente, que haba ganado al cumplir la misin sagrada de su pueblo que no era sino alimentar con sangre humana al dios Sol. Pero, junto a las grandezas se presentaron las miserias, corno hemos visto, y as se explica cmo, despus de la Conquistaba obediencia cay en ocasiones en servilismo y sumisin, la valenta en temeridad y crueldad, su espritu abierto a la sociabilidad por la religin en introversin, que a veces culmina en el mismo apartamiento de la sociedad Hemos visto que estos pueblos de Hispanoamrica descienden de los aborgenes americanos que tenan ciertos valores naturales y por tanto cierta nobleza, y de los pueblos ibricos que se encontraban en su esplendor que ms adelante veremos con amplitud y por eso nos atrevemos a decir que as como la nobleza de los padres, en el orden natural, condiciona la nobleza de los hijos, estas virtudes naturales se encuentran de modo real y virtual a lo largo de estas tierras, pero no olvidemos tambin que as como los defectos en el orden natural son heredados muchas veces por los

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hijos, as se encuentran presentes tambin, de un modo virtual y actual, muchos de los vicios que es necesario superar. Por tanto, los pases de latinoamrica son inmensamente ricos porque tienen bienes por ambos lados, pero tambin son doblemente pobres cuando esta riqueza falta.TESIS 2. La Virgen Marta da origen a la nacin hispanoamericana.

As como los dos elementos genticos son unificados por un alma espiritual creada directa e inmediatamente por Dios. Nuestro Seor, as fueron unificados estos pueblos por un alma nacional infundida por Dios Nuestro Seor a travs de nuestra Madre la Virgen Mara. La Santsima Virgen Mara ha estado presente en los pases iberoamericanos desde el surgimiento de ellos, y as hoy observamos que cada pas venera en forma singular a Nuestra Seora bajo diversas advocaciones, no hay pas iberoamericano que no tenga la presencia de la Virgen en su nacin obsequindole con un Santuario. Es as como encontramos a Nuestra Seora de Alta Gracia en Santo Domingo, a Nuestra Sra. del Cobre, en Cuba, a Ntra. Sra. de Lujan, en Argentina, Ntra. Sra. de Coromoto en Venezuela; Ntra. Sra. de Chiquinquir. en Colombia; Ntra. Sra. de Guadalupe, en Mxico... Pero la devocin mariana no se reduce a estas advocaciones: cada ciudad, cada provincia y hasta cada poblacin, tiene su propia advocacin a Nuestra Seora La multiplicacin de las devociones maanas en Ibero Amrica, no es acaso un prueba irrefutable de que estos pueblos son hijos de la Reina del Cielo? He aqu el fundamento de la unidad de este mosaico tnico y cultural que no puede tener ms principio homogenizador que una fe por la cual somos real y verdaderamente hijos del mismo Padre, hijos de la misma Madre, y hermanos de Jesucristo, Nuestro Seor. Esta fe la trajeron los conquistadores espirituales y materiales, los misioneros y los sbditos de los reyes de la Catlica Espaa, que vinieron a sembrar la semilla del Evangelio, no slo con la palabra sino tambin con las obras.

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Pero, al parecer, no quiso arriesgar la Providencia el destino de estos pueblos usando slo de los medios ordinarios para la edificacin de la Ciudad de Dios, y dispuso esta Sabidura de DIOS el envo del mejor predicador, la que es precisamente la Reina de los Apstoles, y as vemos corno a lo largo de todo el Nuevo Continente, la manifestaciones de su presencia de un modo milagroso se multiplican, y son muchos los prodigios y las apariciones de Nuestra Seora. Hay ocasiones en las cuales las carretas, que transportan las veneradas imgenes, no pueden moverse de ciertos lugares, a pesar de la fortaleza fsica de los animales que las tiran, hay otras ocasiones en que por /ares de la Providencia los misioneros llevan imgenes de Nuestra SeAora a donde ellos no tenan planeado conducir-1,-is, hay otros ms donde aparecen milagrosamente, sin causa prxima e inmediata, imgenes de Nuestra Seora, y as otros tipos de acontecimientos extraordinarios Pero el ms extraordinario, sin lugar a dudas, es el caso de Nuestra Seora de Guadalupe en 1531; que aparece en la regin de Hispanoamrica donde haba habitado el pueblo ms sanguinario y diablico, donde el odio al espaol y a la religin era fruto del imperio de Satans que no soportaba la Cruz, donde ese orgulloso pueblo, ya vencido por las armas, no haba cedido a la evangelizacin Fue necesaria la presencia personal de la Madre de Dios en el Tepeyac que dej, como perenne testimonio de su visita, es lampada su imagen en el ayate del indio Juan Diego, para que a partir de ese momento los indomables aztecas se bautizaran todos en el lapso de un ao Coincidi con esas fechas 1531 la extensin de la fe en las tierras descubiertas Pocos aos antes, en 1525. Fray Toms Ortiz, Obispo de Santa Mara, afirmaba que los chibchas, que eran excelentes artistas no eran capaces de doctrina pues olvidaban fcilmente la fe que aprendan, y volvan a sus dioses, adems de no ver casi en ellos valor moral alguno (Cfr Valleio Gustavo, "El Hombre Colombiano", Rev. "De Vida Espiritual", nn. 39 al 42, diciembre 1970, p 142). Asimismo, el padre Motolina, antes de 1531 dice que "pensaban los frailes que con estar quitada la idolatra de los templo* del demonio y venir a la doctrina cristiana y al bautismo era todo hecho, hallaron lo ms dificultoso y que ms tiempo fue menester para destruir, y fue que de noche se pintaban y Mamaban y hacan fiestas al demonio con muchos y diversos ritos que tenan antiguo" (citado por P Bernardo Berguen SI, "La Nacionalidad mexicana y la Virgen de Guadalupe").

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Y coincidiendo con la fecha de la milagrosa aparicin en el Tepeyac, la opinin de los misioneros cambia en todo el Continente en general, y se habla de la docilidad con que los naturales aceptan la nueva fe. Por eso es que en el pueblo de Mxico se canta: "De la Santa Montaa en la cumbre apareci como un astro Mara, ahuyentando con plcida lumbre las tinieblas de la idolatra". Pero nos queda una pregunta: Qu hace que estos pueblos tengan una fisonoma comn? Es acaso que son hijos de Mara?, Es acaso que fueron conquistados por pueblos ibricos? Indudablemente son las dos Primera: todos los pueblos cristianos son hijos de Mara y as encontramos, por ejemplo, en Italia, que cada provincia y cada poblado venera a Nuestra Seora, y diremos por esto que se trata de pueblos hispnicos? No, sino pueblos cristianos, porque ser hijos de Mara no es exclusivo ni de Espaa ni de Amrica Espaola, sino del catolicismo. Segunda: En otros lugares hubo dominios espaoles y todos ellos indudablemente recibieron el influjo de la Hispanidad, pero no parece que tengan la fisonoma comn de la Amrica Espaola. Y entonces, cmo se funda la fisonoma de estos pueblos? Nos parece que la solucin se encuentra: Primero: en que todos estos pueblos pertenecen al mismo Continente. Segundo: en que todos estos pueblos fueron conquistados por Espaa. Tercero: que en ellos es inseparable lo cristiano y lo patriticoTESIS 3: La Nacin Hispanoamericana tiene un destino histrico desde su nacimiento.

As como desde antes de la formacin del ser humano Dios Nuestro Seor da la vocacin, segn aquello que dice el profeta "antes de que te formara en el vientre de tu madre, te conoc y te destin " (Jer I, 5), as, nuestra Nacin, nacida en Mara Virgen, recibe una vocacin en los designios eternos de Dios. Lo que hemos visto hasta aqu no resuelve, a nuestra manera de ver, la razn ms profunda de la unidad de Hispanoamrica, de su vocacin y de su misin, aunque es indudable que la herencia cultural que nos legara

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Espaa, la grandeza de la fe catlica, y hasta las condiciones materiales, tienen que ver con la unidad. En los entes morales, esta unidad se logra por una doble razn: intrnsecamente por la causa formal y extrnsecamente por la causa final. Ahora bien, en cuanto que sta ltima es la causa de las causas, es la que forja la unidad De este modo aparece claro cmo la unidad hispanoamericana ha de fundarse primeramente en la profunda vivencia de la vocacin comn, que exige la realizacin conjunta de la misin comn. Vocacin y misin son dos aspectos que muchas veces se podran confundir, pero que de ningn modo se han de separar. La primera evoca el llamado, la segunda la realizacin de la obra, y ambas a la operacin especfica, a la manera peculiar de la accin que como sabemos, toma fundamento en la esencia, en el modo se ser. As pues, segn es la esencia, es la naturaleza, segn es el ser, es el modo de su operar. Pues bien, es necesario mostrar en primer lugar cul es el fin que nos ha destinado !a Providencia. Es cierto que durante mucho tiempo se presentaba de un modo confuso, pero no falso, y como intuitivo en las gentes de estas tierras, mas ahora, para los que vivimos en estos das, nos aparece ms preciso. En esta clarificacin, a nuestro entender, muchos han sido los hechos que lo han precisado De modo indirecto primero: la proclamacin universal de Cristo Rey y Seor, en la Encclica Quas Primas, que nos ensea que Cristo es Rey no slo de las conciencias, sino de todas las instituciones y de las mismas naciones Por tanto, todo debe estar bajo su ley, y en cuanto se cumple esta ley reina Cristo, y en cuanto El es el Rey, se constituye su Reino que es Reino de Paz, de Justicia, de Amor y de Verdad Segundo: El Concilio Vaticano II que es ante todo pastoral, es decir, guiador pero guiador de qu? a realizar el fin que se propuso en la Quas Primas, el Reinado Universal de Cristo, la reedificacin de su Reino, de la Civilizacin Cristiana, de la Ciudad Catlica As pues, nos parece que el Concilio Vaticano II es en realidad el camino para realizar este proyecto; y es cierto, podr presentar dificultades en su interpretacin, pero aqul que sea fiel a la doctrina catlica, obediente a la legtima autoridad, no le faltarn recursos que le permitan usar de las riquezas contenidas en este extraordinario documento, que fue escrito para toda la cristiandad, pero que parece escrito de una manera muy especial a Latinoamrica, que es el joven Continente Catlico, pues ah mismo se ha dicho "Para vosotros, los jvenes, sobre todo para vosotros, la Iglesia acaba de avivar en su Concilio una luz, que alumbrara el porvenir" (Mensaje a los jvenes).

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De modo directo ha sido precisado en varias ocasiones: En los discursos del Episcopado Latinoamericano, en ocasin del 50 Aniversario de la Coronacin de la Imagen de la Virgen de Guadalupe en el "Tepeyac, donde tal vez, la mayor claridad se encuentra en el discurso de un ilustrsimo Prelado mexicano que dijo: "La Amrica Latina no ha sido destinada por la Providencia para levantar glandes ejrcitos y dominar el mundo por medio de la fuerza Ni an siquiera para sealarse entre los dems pueblos por la pujanza de su progreso material, sino para conservar y promover el orden social cristiano. Para hacer la buena levadura en el consorcio de las naciones, y para dar la nota de espiritualidad en medio de un mundo devorado por el materialismo. Lo que fue Grecia en la antigedad con su arte y con sus letras, sto debe ser Latinoamrica en los tiempos presentes con su espritu cristiano y sus valores inmateriales". (Mons Manrquez y Zarate, 12 de Oct. de 1945). En las constantes reiteraciones de la misin de Latinoamrica por parte del Magisterio de la Iglesia: Po XII llega a decir en 1955 "Nos, confiando en la proteccin de Dios y en el patrocinio de la Virgen Santsima, Reina de la Amrica Latina, no compartimos los tristes presentimientos que a algunos inspira semejante condicin de cosas; es ms, en Nuestro Corazn alimentamos la esperanza de que dentro de no mucho tiempo la Amrica Latina pueda hallarse en condiciones de responder, con vigoroso empeo, a la vocacin apostlica que la Divina Providencia parece haber asignado a este gran Continente, o sea, ocupar un lugar preeminente en la nobilsima misin de comunicar tambin a los dems pueblos, para lo futuro, los deseados dones de la salvacin y de la paz" (Po XII, Ad Eccclesiam Christi, AAS, 1955, 541). Paulo VI ha dicho: "Este es tu momento, Amrica Latina, un nuevo da ilumina tu historia, tuyo es el continente, el mundo entero aguarda tu testimonio de energa, de sabidura, de renovacin social, de concordia y de paz, novsimo testimonio de Civilizacin Cristiana" (Paulo VI, 3 de agosto de 1966). Pero desde este gran Pontfice el nombre que se ha dado Hispanoamrica es el de "Continente de la esperanza", no slo para la Iglesia sino para el mundo todo, y as lo han reiterado los Papas Juan Pablo I y Juan Pablo II. Este ltimo en la oracin que compuso con ocasin de su visita a Mxico en 1979 dice: "Virgen de Guadalupe, Madre de las Amricas".

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Decamos en una ponencia presentada en I Congreso Mundial de Filosofa Cristiana que conocer el fin no es suficiente para lgralo... se exige proveerse de los medios convenientes y adecuados para alcanzar tal fin En la realizacin de una vocacin especfica se requiere como medio el vivir segn un estilo apropiado, segn un modo de concebir la vida para actuar. Este es el estilo hispnico" "Lo constitutivo de este estilo es la inquebrantable conviccin de que Dios es el Creador y nosotros sus criaturas, por un lado; y por otro, que slo se sirve a este Seor en una vida de virtud; pero lo especfico de este estilo es el conjuntar como principios de vida el servicio, la jerarqua y la hermandad Servicio, porque el lema de toda alma distinguida es 'sirve el que reina y reina el que sirve' como bellamente lo recuerda a los cristianos SS. Juan Pablo II en su primera Encclica". "Jerarqua porque entre los hombres, nadie es ms que nadie, y slo Dios est sobre nosotros, la aceptamos no slo como condicin de eficacia, sino ante todo como obediencia a Dios en los hombres. La jerarqua legtima es la que se funda en el servicio y se opone a! concepto de igualdad amorfa y despersonalizante" "Hermandad, porque entendemos que todos los hombres, ricos y pobres, sabios e ignorantes, fuertes y dbiles, son hijos de Dios, que es nuestro Padre y el cual nos ha dado un destino trascendente" (Misin de Iberoamrica) Ahora s vemos cmo la misin de Hispanoamrica es la Civilizacin del Amor, la Ciudad Catlica, la reconstruccin del Reinado Social de Cristo en estas tierras, para despus irradiarlo al resto del mundo. El modo de llevar sto a cabo es el Estilo hispnico y la manera peculiar del trabajo: evangelizar civilizando y civilizar evangelizando. SS. Po XII en 1945 deca: "Pero a vosotros toca, a vosotros y todos los catlicos americanos seguir firmes en vuestros puestos, concientes de vuestros derechos, con la frente siempre alta ante el enemigo de hoy, de siempre, los que no quieren a Mara, porque no quieren a Jess, los que querran arrinconar o ignorar a Jess arrebatando as a Mara, el ms preciado de sus ttulos. Frente a su rebelin, vuestra fidelidad. Que la morenita del Tepeyac, que la Emperatriz de Amrica y Reina de Mxico no tenga que llorar decepciones. Que como lo estuvo ayer, pueda estar maana orgullosa de sus hijos" (Po XII, 12 de octubre de 1945).

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Y ms adelante agrega para que no haya ninguna duda: "Salve, Virgen de Guadalupe... colocamos hoy de nuevo sobre tus sienes la corona que pone para siempre bajo tu poderoso patrocinio la pureza y la integridad de la santa fe en Mxico y en todo el continente americano, porque estamos ciertos que, mientras T seas reconocida como Reina y como Madre, Amrica y Mxico se han salvado" (dem). Y con sto creemos entender la importancia de Mara en nuestro continente, y con ello su advocacin de Guadalupe, que se presenta ante nosotros justamente como el smbolo de la hispanidad en estas tierras, as como Nuestra Seora del Pilar se ha mostrado smbolo de la hispanidad en la Madre PatriaTESIS 4 Espaa, la nacin madura cristiana en la cual se desarrolla Hispanoamrica.

As como el hombre embrionario requiere para su desarrollo Crecimiento y diferenciacin de las partes, por las operaciones que va a desarrollar segn su naturaleza de un medio propicio, en este caso el vientre de una madre, as el desarrollo de la nueva nacin hispanoamericana requiri de un medio en el cual formara su nueva fisonoma: en la poca de los virreyes, madura, cultural, religiosa y militarmente La conquista de Amrica se realiza durante el llamado siglo de oro espaol, de donde con mayor claridad se manifiesta la adultez de esta catlica nacin, y, por ende, el inicio del cumplimiento de su vocacin especfica, que no era otra sino la de engendrar un gran continente catlico. El nacimiento de esta gran nacin tambin comenz con la Virgen Mara, quien, segn la tradicin, viva an en la tierra y se apareci al Apstol Santiago a orillas del Ebro, para alentarle en su predicacin, y dejar como seal ce proteccin el Pilar. Espaa es as hija de Mara, pueblo de Mara Slo as podernos explicarnos toda su vida y todos los favores que ha recibido de la Reina del Cielo. En el siglo V, sus tierras fueron invadidas por los terribles visigodos arranos, al mando de Atalfo. Despus, el rey Leovigildo, que tanto odio tena al catolicismo, religin de los pueblos de la Pennsula, no dud en mandar degollar a su propio hijo Hermenegildo por el delito de ser catlico.

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Pero la sangre de este santo y, sobre todo, la proteccin de la Reina Celestial permitieron que Recaredo, hijo del cruel monarca y hermano del mrtir, le sucediera en la Corona, abjurase de la hereja y fuera bautizado l y toda su corte Desde entonces, todo verdadero esparto! es catlico. Esto lo recuerda muy bien el pueblo y sus poetas a plasmarlo en versos como ste: Desde que los espaoles a Cristo conocieron. Desde que en su ley bautismo recibieron. Nunca en otra ley tornarse quisieron. Ms por guardar sto muchos males sufrieron. (Poema de Fernn Gonzles, est 10). Poco despus, a principios del siglo VIII es invadida Espaa por los mahometanos Esta es la poca en que la joven nacin vivir su adolescencia y llegar a su madure/, fortificndose en la lucha contra los invasores y en la fidelidad a la-Santa Fe Catlica A esto dice Garca Morente: "Los siglos de reconquista han impregnado de religiosidad hasta el tutano el alma del caballero cristiano; infundindole adems la conviccin de que la vida es, en efecto, lucha, la lucha por imponer a la realidad circundante una forma nueva, una manera de ser excelente, que por s misma la realidad no tendra El caballero cristiano es, pues, esencialmente un paladn defensor de la causa, deshacedor de entuertos e injusticias, que va por el mundo sometiendo toda la realidad al imperativo de unos valores supremos, absolutos, condicionados". (Idea de la Hispanidad, p. 58). Ahora bien, podemos considerar la madure/ de esta nacin coincidiendo con el remado de los Reyes Catlicos, la expulsin de los mahometanos, la unificacin de Espaa y el descubrimiento del Nuevo Mundo, sin por ello minusvalorar los grandes avances y mritos anteriores que dan vislumbres de verdadera madurez. Muerto Fernando el Catlico, rige el Cardenal Cisneros, hombre de extraordinaria virtud y dotes de gobierno, mientras es apto para gobernar Carlos I de Espaa. Llegado ste al trono, se inaugura la dinasta de los Austria, en la catlica Espaa, que no obstante ser en parte una dinasta extranjera, pronto se asimila al espritu hispnico, y as inicia la poca ms grande y gloriosa de la Madre Patria. Es esta la poca en la que ms claramente se aprecia que no slo son los gobernantes brillantes, sino todo el pueblo participa de un estilo comn, por

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eso justamente se dir que era un pueblo de telogo: porque en su enseanza popular se hablaba de asuntos propios de la ms alta sabidura, con una profundidad y claridad que pocos pueblos han conocido. En esta poca de las grandes proezas de Espaa y de la Cristiandad, se realiza la conquista de Amrica, se efecta el Concilio de Trento, se derrota al enemigo turco en Lepanto: tres hechos que modifican radicalmente el rumbo de la historia. Y si para alguien esto no dijera mucho, la demostracin ms aplastante de la grandeza de Espaa en el siglo XVI es la gran cantidad de santos y de hombres virtuosos que la iglesia dio entonces en esta nacin, como por ejemplo: Santa Teresa de vila y San Juan de la Cruz, iniciadores de la reforma en el Carmelo, San Pedro de Alcntara, San Juan de Dios, San Luis Beltrn, Santo Toms de Villanueva, San Ignacio de Loyola, fundador de la Compaa de Jess, con una plyade de santos, entre ellos San Francisco Javier y San Francisco de Borja... y tantsimos misioneros que en estas tierras quisieron sembrar con su vida el Evangelio, y que a pesar de haber quedado oculto su nombre, su obra se muestra como obra de gigantes. A estos hay que agregar otros muchos grandes que con sus obras civiles y militares engrandecieron el nombre cristiano: un Juan de Austria, un Gonzalo de Crdoba, un Antonio de Mendoza, un Hernn Corts, un Francisco Pizarro y tantos otros preclaros varones que no tuvieron otro empeo que extender y defender la Santa Fe catlica. Cmo no recordar en este aspecto a Carlos I y Felipe II, a Lope de Vega y a Tirso de Molina, a Cervantes, a Francisco de Vitoria, a Melchor Cano... Y como si todo esto fuera poco, el mismo espritu se plasm en lo material, podemos an hoy admirar el Escorial de Herrera, las obrar, del Greco, y de todas las dems artes, para que as cuando los hombres callen el nombre de Dios, las mismas piedras lo glorifiquen y transmitan su mensaje con gritos ensordecedores que llegarn a ensear an a los que no saben leer. Pero entre las obras y los hombres mediaron las instituciones que constituan esta madura nacin. Estaba la nobleza que en realidad fue una autntica aristocracia; estaba el ejrcito que era la espada que defenda la Cruz, estaba la Iglesia que era el verdadero fermento con su doctrina y disciplina Y, como fruta natural de tan riqusimas fuentes, encontramos a la Santa Inquisicin que velaba por la pureza de !a fe; las Universidades en que se investigaba, se defenda y se difunda la Verdad; las leyes de Indias, monumento de derecho internacional, las instituciones de beneficencia

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Esta era Espaa cuando conquist Amrica vertiendo en ella lo mejor que tena. Esta es la Espaa, de la que Menendez y Pelayo afirma: "Joya fue la virtud pura y ardiente, puede decirse, de aquella poca, como de ninguna, mal que pese a los que rebuscan para infamarla en los lodazales de la historia.TESIS 5 El malestar poltico, cultural y religioso de Espaa afect a la nueva nacin.

As como el ser humano durante el perodo de desarrollo en el vientre materno, guarda una estrechsima relacin con la vida de la madre, a tal grado que si sta es sana el feto es sano, y si sta es dbil, enferma o sufre accidentes, el nuevo ser se ve afectado, as los pueblos hispanoamericanos ... guardaron una estrechsima relacin con Espaa, que fue fuerte y sana, y despus se debilit (afrancesamiento moral y espiritual), enferm (con el virus del liberalismo, el laicismo, la masonera, judera) y sufri accidentes (invasin napolenica), resultando seriamente daados. La Espaa de los conquistadores es entonces civilizada y civilizadora, ya hemos recordado a qu alturas de civilizacin haba llegado, es civilizadora en cuanto que civiliza pero la manera de llevar a cabo esta obra es justamente por la evangelizacin, as pues, evangeliza civilizando y civiliza evangelizando, y de este modo imprime un orden perfectamente jerarquizado donde los derechos de Dios ocupan el primer lugar y en seguida los derechos de la monarqua, de la sociedad y de las personas mismas. Por eso no mandaba a las tierras acabadas de conquistar un gobernador militar a que hiciese ms odiosa la dominacin, sino a hombres de gran prudencia y virtud y entre ellos hubo nobilsimos militares gobernadores, para que rigiesen con las leyes lo que se haba ganado con la espada, a estos gobernantes se les llam virreyes, porque representaban a la misma persona real, y as escriba Carlos I que "todos los cuerpos y personas deban obedecerle y respetarle, acatando sus rdenes sin excusas ni interpretacin y sin consultar a S.M., como si estas rdenes fuesen firmadas de su real mano, en cambio S.M promete que cuanto el virrey haga en su nombre, poder y facultad, lo tendr por firme, estable y valedero" Y a estos

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les mandaba que a estas tierras "las gobernase y proveyese de todas las cosas convenientes al servicio de Dios, aumento de la Santa Fe Catlica, y a la instruccin y conversin de los indios, y as mismo, todo lo que conviene a la sustentacin, poblacin y perpetuidad de dichos reinos". De esta manera comienza la vida de estos nuevos pueblos que1 antes de termina el siglo XVI, ya tienen una definida fisonoma en las instituciones sociales que son el fruto del orden impreso por las leyes de Indias en estas tierras, y que Se lleva a cabo por medio de tres elementos dinmicos de la adulta Espaa: la aristocracia, que ante todo es espiritual, el ejrcito que es el efectivo auxiliar en la aplicacin del orden, y la Iglesia que es ante todo, misionera. El virrey, con estos elementos, procuraba no slo atender a lo externo de la vida de estas tierras, sino adems que las acciones de los ciudadanos fuesen conforme a la moral catlica Por lo mismo deba castigar severamente a los blasfemos e irreligiosos y no haba de permitir clrigos licenciosos, ni frailes que hubiesen dejado el hbito, a stos deba mandarlos a Espaa. En este clima cristiano y de altsima humanidad florecieron muchas instituciones sociales propias de los pueblos de mayor avance como son las universidades, los grandes hospitales de beneficencia, el desarrollo de la agricultura y la ganadera y la proliferacin de las artes y oficios. Estas tierras no fueron nunca consideradas como las colonias inglesas de norteamrica, transplantes del viejo mundo, por el contrario se les deca los nuevos reinos o provincias o se les denominaba virreinatos y a todos sus habitantes se les consideraba hijos de Dios, ciudadanos, sbditos del Rey de Espaa. Por tanto, en estas tierras se da una verdadera asimilacin de Espaa, v no una mera imitacin Sus hombres llegan a brillar como los ms grandes del mundo, ah tenemos a nombres como Francisco de Tenazas, Sor Juana Ins de la Cruz, Alonso de Ercilla, Diego Meja, Juan de Castellanos, Garcilazo el Inca, Antonio Valeriano (llamado el nuevo Cicern). Pero no slo hay una asimilacin cultural, tambin la hay tnica, para lo cual slo queremos citar dos ejemplos: La discriminacin del indio y del mestizo no existe por parte de Espaa, (Cmo no recordar en este aspecto rasgos como aquel de Martn Corts, hijo de Hernn Corts y de la india dona Marina, que fuera armado

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caballero de Santiago por el mismo Carlos I y que estuviera en lugar de honor en el ejrcito espaol que luch en Argel y Alemania. O como don Diego Luis Ihuatemotzin Moctezuma, hombre de raza pura mexica, nieto del rey Moctezuma, se cas en Espaa con la espaola Francisca de la Cueva, y cmo esta familia fue una de las de ms noble estirpe en la misma Espaa, una de sus descendientes fue casada con don Jos Sarmiento de Vallares, virrey de Mxico. Mas como hemos dicho, los problemas de Espaa despus afectan a este nuevo mundo; despus de Felipe II, su descendencia se muestra incapaz de gobernar y con una cierta imitacin exterior a la pompa de la corte francesa. El espritu catlico es arraigado y se salva este perodo de debilitamiento con la aristocracia espaola que cuenta con hombres de gran valer y virtud. As se llega al ltimo de los Austria, Carlos II "el hechizado' , del cual ha dicho Snchez Casado que "no hizo ms que agonizar en el trono, mientras agonizaba la monarqua", que muere sin descendencia que gobierne y que da paso a la casa de Borbn: "An caliente el-cadver de Carlos III, refiere el P Mariano Cuevas, Luis XIV alias el rey sol, sin perder su majestad teatral, pero sin perder tampoco un momento de tiempo, en pleno saln de Versalles, se presenta con su nieto Felipe y dice: "Seores, he aqu a! rey de Espaa, su nacimiento le ha llamado a esa corona, la nacin espaola lo ha deseado y se lo pidi con anhelo. Yo, prosigui Luis XIV, se lo permito con placer, acatando los decretos de la Providencia", y luego dijo a Felipe 'Sed un buen espaol pero acordaos que habis nacido francs". Con este hecho comenz para la historia y para la vida de Amrica una nueva era, porque no slo hubo cambio de dinasta, sino porque el fundamento del gobierno catlico se transform en el de lucro y frrea administracin a favor de la nueva Corte espaola. Es Felipe V, el primer monarca Borbn, el que hace un tratado con los ingleses para que ellos sean los monopolistas en la introduccin de negros en la Amrica espaola. La primera accin que propicia la poltica borbona es la destruccin de la armada de la Nueva Espaa que movan a Europa para defender los intereses de Versalles, y para que llevase los ocho primeros millones de pesos para sostener el orgullo y vanidades de la corte. La flota es emboscada y destruida por los ingleses el 22 de septiembre de 1702 y el dinero que llevaba se qued con los vencedores.

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En cuanto a los virreyes, sus dotes para gobernar no se manifestarn ni por el empuje de la conquista, ni por la fundacin de grandes instituciones, ni mucho menos por el bienestar de los indios; sino por la cantidad de recursos que los virreyes podan enviar a la Corona Espaola. Es aqu donde comienza la autntica decadencia por el afrancesamiento absolutista. Recordemos tan slo el tipo de los primeros virreyes borbones. En la Nueva Espaa, hoy Mxico, llega don Fernando de Aleneastre Noroa y Silva, e inaugura una nueva manera de vestir con sus tacones rojos de dos pulgadas, su corbatn femenino, sus encajes y esas pelucas o zaleas, estilo Luis XIV, se denominaba a s mismo "melanclico profeta". No sabe ni hablar con propiedad el espaol y lo nico que !e preocupa son las rentas para el reino. En Nueva Castilla, hoy Per, llega "un personaje simblico, Don Manuel Oms de Santa Paus, marques de Castell dos Rius, exembajador de Espaa en Francia, pobre de solemnidad, poeta detestable, afrancesado sin talento, parsito de una rapacidad indecorosa, que llev, segn se dice, como divisa, el consejo que le haba dado Luis XIV: emplear toda su energa para enriquecerse" (Carlos Pereyra, Breve historia de Amrica: Empresa editora Zig-Zag, Santiago de Chile, 1946, p. 229). Como podemos ver, desde este momento las empresas catlicas de evangelizacin y civilizacin no tienen ms el apoyo del gobierno y las que se hacen, se realizan desde el pueblo. Es en esta poca en la que las maniobras de la masonera empiezan a tener mayor magnitud e importancia. En primer lugar se inicia la infiltracin ideolgica de la ilustracin, la proliferacin de las logias masnicas en Francia e Inglaterra, que urden un plan para el dominio del mundo y que tienen como objetivos el ganarse y depravar con sus malsanas ideas y acciones precisamente a la aristocracia, al ejrcito y a la Iglesia. Espaa no es difcil que sea penetrada porque se ha creado ya el clima de imitacin y admiracin por lo extranjero, y se ha cristalizado ahora en afrancesamiento ilustrado, que se manifestar tal cual es, despus de la revolucin francesa. Antes de esto, era preciso neutralizar los obstculos y el ms fuerte, como es lgico, eran: por un lado, los jesutas que formaban a la aristocracia peninsular y a las altas clases sociales del gran imperio espaol, y que tenan una gran influencia en toda Europa; y por otro lado el ejrcito y el clero. El primero slo se poda neutralizar destruyndolo, lo segundo infiltrando.

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En Portugal (1759), el marqus Pombal, que en realidad gobernaba el pas en nombre del indolente Jos I, logra la expulsin de los jesuitas; en Francia (1764) es la marquesa de Pompadour, amante de Lus XV, la que desencadena una poltica antirreligiosa que culmina con la expulsin de los jesuitas; en Espaa (1767) Carlos III expulsa a los jesuitas de todos sus reinos. Esta poca tiene tristes manifestaciones en la Amrica espaola, por un lado todo el pueblo est en una mayor inconformidad por la manera en que la Corona trata a estos reinos. Ya no es la madre que cuida y ayuda, ahora es el tirano que exprime la presa para sacarle hasta la ultima gota de sanare. Los que han nacido en estas tierras (indios, mestizos y criollos), no son tratados de igual manera que los europeos. Algunos oficiales del ejrcito y algunos intelectuales, si no pertenecen a las logias, por lo menos estn infeccionados de ilustracin, en los mismos seminarios se ensean estas exticas ideas. En esta catica situacin descubrimos como factores del debilitamiento, en primer lugar el afrancesamiento de las costumbres y la cultura, la admiracin por lo extranjero, la disminucin del espritu catlico, el enciclopedismo galopante entre la nobleza y los ms letrados, la consideracin prctica de que lo religioso es secundario, el formalismo religioso, la proliferacin de la secta satnica en Espaa, la infiltracin a la Inquisicin, la proliferacin de la propaganda de la ilustracin mediante los comerciantes ingleses y franceses que llegan a las costas de Amrica, etc.. En este clima se dan naturalmente los deseos de independencia en ciertas clases sociales y esto por varias razones: Para unos es la necesidad de sacudirse del yugo explotador de Espaa, que adems ha expulsado a los jesuitas. Para otros, la exigencia de que los criollos participen en el gobierno. Para algunos otros, porque las ideas enciclopedistas han puesto como modelo de pas a los Estados Unidos. Y en fin, porque las sectas masnicas quieren desmembrar a Amrica y a Espaa, pues no la pueden controlar mientras estn las leyes de Indias. El pueblo en cambio no participa en general de esta inquietud aunque tiene el natural descontento de la situacin a que est sometido. Ahora bien, habr un hecho que permitir que el pueblo participe ms de esta idea y es

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la invasin de Espaa por Napolen y el remado de Jos Bonaparte. Entonces se agrega una razn ms como Espaa est dominada por una potencia extranjera, depender de Espaa es en realidad, depender de esa otra nacin Luego conviene la independencia, no porque se deteste a Espaa, sino porque no se puede aceptar ese gobierno usurpador. Esta s es una razn ms popular.TESIS 6: Nacimiento prematuro de Hispanoamrica, exigencia de salud?

El nio que ama la vida sale del vientre de su madre. As como el nacimiento prematuro del nio puede ser resultado de una madre que no puede ya tener al hijo, y el hijo que ya no puede vivir en ese medio, as, La Independencia de los pueblos hispanoamericanos parece un nacimiento prematuro por los problemas que sufre Espaa. La situacin de Hispanoamrica acusa sntomas de debilidad moral por el afrancesamiento en la cultura y en las costumbres Adems, desde finales del siglo XVII se ha detenido prcticamente la labor evangelizadora y cultural y son una verdadera excepcin los jesutas que continan hasta ms de la mitad del siglo XVIII con su influencia en zonas notables de Sudamrica y del noreste de la Nueva Espaa As pues, podemos considerar, que el potente desarrollo que se haba manifestado en el primer siglo de la conquista se haba detenido y por tanto haba quedado trunco el deseo de los grandes reyes de Espaa, de ver el esplendor y perpetuidad de estos remos Nos parece que desde el punto de vista del tejido social, cultural, religioso y del mismo proceso de mestizacin, la gran nacin hispanoamericana no haba completado su desarrollo, por haberse detenido, y si Espaa fuera la que en otros tiempos, todava se poda hacer mucho bien a estas tierras Mas los problema: que hemos visto haban provocado la necesidad de la Independencia, y aunque no todas las razones son buenas, es incuestionable que por un lado Espaa ya no poda sostener esta gran obra, por su interna divisin y debilidad, y por otro, estos jvenes pueblos tenan la necesidad de seguir viviendo segn su peculiar naturaleza y la dependencia de Espaa los afectaba profundamente As las cosas hemos visto que una razn ms para procurar la independencia fue la regencia de Jos Bonaparte en Espaa desde 1808.

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Para 1810, la sublevacin y los movimientos de independencia en Hispanoamrica estallan, desde la Nueva Espaa hasta la Tierra del Fuego se ven convulsionados con muy diversos levantamientos que al parecer no tienen otra coincidencia que la cronolgica, por lo menos no se ve que haya conocimiento de lo que sucede en un lugar o en otro por parte de los insurgentes, pero vistos los acontecimientos en su conjunto, y conociendo ahora la intervencin de ciertos masones en la lucha, nos parece descubrir lo que da unidad a estos movimientos armados, y la razn por la que era necesaria esta estrategia. En efecto, parece la masonera la nica capaz de realizar esta coordinacin continental del movimiento, y para sto se ha servido de todos los medios, principalmente de los "hermanos de mandil" y de los agentes que ha fabricado con el liberalismo ilustrado, entre los cuales se encuentran muchos de los que ahora llamaramos "idiotas tiles" y algunos otros que son meros oportunistas Dos sern las razones fundamentales que ocuparn para aliarse del pueblo la injusta situacin que sufren los habitantes de estas tierras por la ambicin y orgullo de la Corona Borbona, y el hecho de la invasin napolenica a la Madre Patria. Con estos datos nos parece importante aclarar la situacin Quin realiz la independencia? Pregunta difcil de contestar que parece tener cuatro posibles traspuestas, y de las cuales es necesario quedarnos con las verdaderas con honradez histrica. Las respuestas pueden ser: La independencia la realizaron los hombres de espritu hispnico la independencia la realizaron los ilustrados y las logias, la independencia la realizaron los de espritu hispnico ayudados por los revolucionarios y la independencia la realizaron los revolucionarios ayudados por los de espritu hispnico. Por lo intrincado de la solucin y por la pobreza de nuestros conocimientos histricos, pedimos a ustedes nos permitan realizar el anlisis en nuestra Patria, sin pretender por ello generalizar el proceso de independencia, y slo con el deseo de sacar experiencia para el futuro de Hispanoamrica. En efecto, aunque diversas son las razones que inclinan a los habitantes de estas tierras a la independencia, podemos considerar que es Don Miguel Hidalgo, cura de Dolores, el que inicia el movimiento, justamente en 1810,

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al parecer el inicio es forzado por las circunstancias y la respuesta es popular pero no generalizada, sino en un sector del pueblo. Este movimiento no arrastra a intelectuales, sino a inconformes que se dan a la contienda de modo desordenado y salvaje. De hecho nos parece que se puede hablar de cierta continuidad de este movimiento pero no tanto por razones doctrinales, sino ms que nada, por resentimientos e inconformidades. En esta primera parte del movimiento se ven alentados por ilustrados y por las logias, y la razn es que a pesar de que Espaa, con el gobierno de Bonaparte, est dominada por ellos, aqu se siguen las leyes de las Indias que son tan contrarias a su sentir, y mientras stas se apliquen y el pueblo espaol est bajo una legislacin catlica, el triunfo es slo momentneo y la dependencia de estas tierras a Espaa obstaculiza su dominio. Pero en 1812, el Rey Fernando VII jura la constitucin liberal de Cdiz y en estos reinos como en Espaa se da una fuerte reaccin de resistencia. Por un lado, muchos son, entonces, los hombres de espritu hispnico que habitan estas tierras que piensan ms en serio la independencia, por otro lado, los librepensadores y las logias que les conviene esa situacin dejan de presionar para la independencia. Los rebeldes que estn luchando con las armas son prcticamente desamparados, y es la poca en que sufren las grandes derrotas por causa de los que antes los haban impulsado, pues en la oficialidad del ejrcito y en el gobierno, ya hay muchos ilustrados y masones. En 1814 Fernando VII abjura la Constitucin de Cdiz, y en la Nueva Espaa se vuelve al uso de las Leyes de Indias. Aqu los hombres de espritu hispnico parece que se tranquilizan y ahora la actuacin es de los revolucionarios que tienen serias dificultades, pues el ejrcito rebelde prcticamente est deshecho. Es necesario que lleguen hombres de fuera para que apoyen a los pocos focos de insurreccin que an existen; es en la poca en que llega de Inglaterra el masn espaol Francisco Javier Mina a organizar la insurreccin armada, pero pronto es vencido, y en general se puede considerar pacfica la Nueva Espaa. Pero en 1820 vuelve Fernando VII a jurar la Constitucin de Cdiz y comienza ms en seno la aplicacin de sus leyes antirreligiosas en Espaa. En la Nueva Espaa se realiza la famosa Junta de la Profesa que pretende impedir que en Mxico se imponga la Constitucin espaola, y hacer que mientras el Rey Fernando VII est oprimido por la revolucin, gobierne el virrey en la Nueva Esparta, con las Leyes de Indias. En este momento ya

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no les conviene a las logias la independencia, pues prcticamente ya tienen el dominio desde Espaa y no se ve necesaria su actuacin. Con este antecedente se decide finalmente don Agustn de Iturbide, quien formula el Plan de Iguala o Plan de las Tres Garantas, que considera que la independencia de esta tierra no depende de que en Espaa haya una u otra Constitucin, sino que ya es hora que el pas viva con vida propia. He aqu algunas de sus partes: "Americanos, bajo cuyo nombre comprando no slo a los nacidos en Amrica sino a los europeos, africanos y asiticos que en ella residen tened la bondad de orme Las naciones que be llaman grandes en la extensin del globo, fueron dominadas por otras, y hasta que sus luces no les permitieron fijar su propia opinin, no se emanciparon. Las europeas que llegaron a la mayor ilustracin fueron esclavas de la romana, y este imperio, el mayor que reconoce la historia, asemej el padre de familia, que en su ancianidad mira separarse de su casa a los hijos y los nietos por estar ya en edad de formar otro, y fijarse por s conservndole todo el respeto, veneracin y amor, como a su primitivo origen. "Trescientos aos hace la Amrica Septentrional de estar bajo la tutela de la nacin ms catlica y piadosa, heroica y magnnima. La Espaa la educ y engrandeci formando esas ciudades opulentas, esos pueblos hermosos... Aumentadas las poblaciones y las luces, conocidos todos los ramos de la natural opulencia del suelo, su riqueza metlica, las ventajas de su situacin topogrfica, los danos que origina la distancia del centro de su unidad, y que ya la rama es igual al tronco, la opinin pblica y la general de todos los pueblos es la independencia absoluta de la Espaa y de toda otra nacin.. " As pues, el plan de las Tres Garantas: Religin, contra las tendencias irreligiosas de la Revolucin Espaola, que era unnimemente reprobada por el pueblo de Mxico. Unin, en favor de los espaoles, que era parte integrante de la sociedad mexicana. Independencia, anhelo de todos y exigencia de los tiempos; es aprobado por todos y es por el genio de su creador por lo que se realiza la Independencia. Aqu el apoyo al Plan de Iguala de las logias es meramente circunstancial y temporal como luego lo demostrarn, pero por lo pronto al ver que se

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encuentran en peligro de quedar "fuera de la jugada" se "van a la cargada" y logran colocarse en lugares principalsimos en el nuevo gobierno. Por estas razones sostenemos que la Independencia de Mxico fue obra de hombres de espritu hispnico, y que los revolucionarios se adhirieron como parsitos a esta noble empresa, y aunque su apoyo en el principio est presente, en la realizacin est al acecho.TESIS 7: En las primeras manifestaciones de la Independencia se ve claramente la influencia de la revolucin.

As como el hijo que nace prematuramente puede estar dbil y enfermo par el mismo virus que su madre, as los jvenes pueblos hispanoamericanos nacan en su vida independiente con debilidad (moral y espiritual) y enfermedad (masonera, liberalismo, etc ). En la primera mitad del siglo XIX Espaa sufre, como hemos visto, una profunda decadencia efecto del afrancesamiento que primero fue la mera imitacin del lujo y ostentacin de Versalles, pero que pronto se transform en afrancesamiento absolutista y ms tarde en afrancesamiento enciclopdico liberal Sobre todo con sto ltimo Hispanoamrica ve la luz de su independencia. A estos males es necesario aadir el virus de las sectas secretas, que trabajan ocultamente para su destruccin Parece ser que los hombres de espritu hispnico que realizaron !a independencia no alcanzaron a descubrir, o por lo menos a valorar, la conjura internacional que se prepar desde las tinieblas, y se dejaron deslumbrar por hechos y acciones exteriores; tal vez por esto mismo buscaron el reconocimiento de los enemigos mortales de la Espaa catlica Tambin nos parece que su principio de interpretacin poltica se redujo a considerar amigos a los que procuraban la independencia, y enemigos a los que se oponan a ella, cuando en realidad en el subsuelo de estas luchas se movan los intereses sectarios de los enemigos de Dios. A pesar de todo, como este pueblo educado por la Espaa catlica se haba desarrollado teniendo a la fe como principio rector de la vida y la cultura, mal terreno hubieron de encontrar las ideas revolucionarias que llegaron tras la defeccin de Espaa.

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Por esta razn, al pueblo sencillo han ofendido siempre tales ideas, de modo que desde principios del siglo XIX encontramos en Amrica una general y espontneo rechazo al liberalismo. Y no ha sido porque nuestra gente entienda con claridad la maldad y falsedad de estas enseanzas y maneras de vivir, ha sido sencillamente porque parece ms cristiana la sobriedad tradicional, que la exuberancia afrancesada; la paz, la obediencia y la sumisin al que gobierna en el nombre de Dios, que la revolucin en favor de igualdades, libertades y fraternidades sangrientas Sin embargo, lleg la osada de los enemigos del catolicismo a cristalizarse en las mismas Constituciones polticas de las naciones, donde el pensamiento liberal llega en algunas, a plasmarse abiertamente antirreligioso, como la de Mxico, o con una tolerancia vergonzosa para la Iglesia, como muchas otras. As se traiciona el ideal ms puro de los hombres de espritu hispnico que realizaron esta emancipacin con el ideal de engrandecer a la santa religin catlica y a estas tierras, y se copian las legislaciones de Estados Unidos y de Francia, que son modelos revolucionarios. El liberalismo, constriendo o engaando a muchos buenos hombres, se hizo jurar en Constituciones. Leyes liberales para un pueblo instintivamente antiliberal. Pero detrs de sto descubrirnos a la "sinagoga de Satans", que antes haba importado la revolucin a estas tierras y que ahora converta estas leyes promulgadas en accin poltica. Hemos dicho que la realizacin de la independencia no se debi a los masones y librepensadores, o al menos no principalmente a ellos. Una vez realizada, habindola o no deseado sus personas buscaron a toda costa, con intrigas, calumnias y asesinatos, quedar en los altos puestos de gobierno y del ejrcito. A pesar de sto no tuvieron de ningn modo el dominio total de la situacin. Resultaban un insuperable estorbo los grandes patriotas caudillos de la Independencia quienes, aunque no exentos en algunos casos de la contaminacin ideolgica y hasta algunos errores de los enemigos de su patria, tenan decididamente la intencin de servirla, an a costa de sus propias vidas. Se encargaron de ellos, pues, los librepensadores organizados casi siempre desde las logias. As, don Simn Bolvar, que haba sido engaado por estos falsos colaboradores, muere de tristeza al descubrir la traicin,

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poco despus de abandonar el gobierno de la gran Colombia. Don Jos de San Martn fue vctima tambin de esa poltica oscura, sin llegar a entendimiento pleno con Bolvar, abandona Sudamrica para ir a morir a un pas extranjero. Ms trgica an fue la suerte del mariscal Sucre. Asesinado en los bosques de Berruecos, testifica con su muerte la maldad de la revolucin que de Europa liberal nos vino. En Mxico, si se nos permite volver a referirnos a nuestra patria, don Agustn de Iturbide sufri anloga traicin de alguno de sus colaboradores. Habindose consumado la independencia contra la voluntad de las logias de origen europeo y basndose en el mencionado Plan de Iguala, con principios plenamente ortodoxos, resultaba Iturbide un elemento no utilizable ni manejable. Por eso, con una sucia poltica de los librepensadores, quienes, a decir de los mismos historiadores masones, discutan en las logias lo que votaran en el Congreso, fue presionado hasta que, para evitar la guerra civil abandon el pas. Y cuando un ao despus, regresaba para servir a la Patria como un simple soldado, fue hecho prisionero y fusilado al tercer da de su arribo por el falso crimen de traicin que el gobierno masn invent, pues la sola presencia del libertador los haca temblar y pona en peligro su usurpacin. Por eso, para todos ser explicable la orientacin que tom la poltica ulterior a la Independencia de estos grandes libertadores, que desemboc en ocasiones, en tristsimos sucesos como los siguientes: En Guatemala, en 1871, se persigui a la Iglesia, y en 1879, se vot una Constitucin netamente anticatlica que, en 1945 fue reafirmada en estas disposiciones En Costa Rica en 1864 y 1883 se llev a cabo una revolucin cultural contra lo cristiano. En Argentina el poder secular atent en el siglo pasado muchas veces contra la Iglesia. En tiempos de Sarmiento (1868-1874) y Nicols Avellaneda (1874-1880) se intensific la campana liberal anticatlica, la campaa culmin en la irrupcin al Palacio Arzobispal por las turbas y el incendio del Colegio de los Jesutas del Salvador. En 1884, se impuso la educacin laica.

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En Ecuador, en el rgimen de Eloy Alfaro y Lenidas Plaza fue perseguida la Iglesia desde 1896 hasta 1916, con promulgacin de leyes anticatlicas: separacin de Iglesia-Estado, legalizacin del divorcio. En Venezuela, Antonio Guzmn Blanco, jefe del Partido liberal y gran maestre de las logias masnicas, presidente de este pas prcticamente desde 1870 hasta 1888, confisc los bienes de la Iglesia y atac a sus ministros de mil formas. En Colombia, la Iglesia se vio perseguida durante el gobierno de Toms Cipriano Mosquera, que dict leyes de expropiacin de los bienes de la Iglesia y supresin de asociaciones religiosas desde 1861 hasta 1867. En Mxico, donde ha sido constante la separacin de la Iglesia y el Estado desde Jurez (1861) hasta nuestros das, la Iglesia y sus ministros no tienen ningn derecho. En este mismo liberalismo, hacia finales del siglo XIX, se introduce otra corriente revolucionaria que no se opone a l, antes lo hace ms firme en muchas de sus pretensiones Nos referimos al positivismo, que se presenta como otro nuevo afrancesamiento que destruye la esencia de la hispanidad y que se dirige de modo especia! a la educacin del pueblo y de las clases aristcratas. Es entontes la manera ms eficaz de sembrar la antirreligin y el escepticismo, con un pseudos ideal de cultura y ciencia que enfra la conciencia de !os hombres y que niega el derecho de la sana doctrina an a los ms pobres Muchos escritores, an eclesisticos, y muchos hombres verdaderamente notables se ven contaminados por estas malsanas ideas y se llegan a olvidar en todas las instituciones educativas los mismos principios de la sabidura cristiana, y cuando sta se defiende se hace de un modo dogmtico, y a veces puramente emotivo, logrando dar como efecto la consideracin de que en ciencia no valen ios principios de la "filosofa clsica cristiana" ni la fe. Con este panorama, ven la luz del siglo XX los pueblos de Hispanoamrica, que no obstante lo dicho, se Conservan cristianos con el catecismo, quo an se ensea, y por las costumbres de los mayores transmitidas a estas postreras generaciones.TESIS 8 Hispanoamrica, a pesar de las acechanzas de sus enemigos, sigue viviendo.

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As como el nio enfermo que nace, si se desarrolla frente a diversidad de epidemias, se contagia con ellas y slo podra vivir por un milagro especialsimo, tal ve/ pedido por su madre que llora y pide al Todopoderoso por l; as, los pueblos hispanoamericanos crecen en medio de turbulentas revoluciones ideolgicas, polticas y sociales del mundo entero, y logran subsistir por una espacialsima gracia de la Providencia de Dios, pedida por su Madre amorossima, la Virgen Mara. Desde finales del siglo pasado vuelve toda la cristiandad a orientarse rectamente Ya no es tan fcil contaminarse con pensamientos de apariencia cientfica, ya ha vuelto, gracias al gran Pontfice Len XIII, a ponerse en actualidad el pensamiento escolstico, sobre todo el del Santo Tornas de Aquino y el Concilio Vaticano I ha afirmado que no es posible que una autntica verdad se oponga a la fe. Con estos acontecimientos resulta una vigorizacin del pensamiento cristiano que pronto se pondr a prueba en la lucha contra el modernismo de principios de siglo y que unido con el supremo Magisterio, sale vencedor Asimismo, es el tiempo en que los seglares participan en la misin de la Iglesia con ms insistencia Coincidiendo con esta vigorizacin del catolicismo, tambin el pensamiento hispnico, empieza a brillar nuevamente. En Espaa y en Amrica la reforma de los estudios trae como efecto inmediato el replanteamiento de la misin de estos pueblos, pero es necesario esperar hasta la dcada de los treinta en que comienza a cosecharse aquel trabajo, y son muchas las plumas y movimientos de los pases hispnicos que comienzan a brillar con pursima intencin cristiana de reorientar todo el orden existente hacia Dios. Pero hay algunos entre stos que, por un lado, captando lo profundo del pensamiento cristiano, y por otro lado, captando que es imposible la realizacin de una obra sin alguien que la haga, redescubren el potencial de los pueblos hispnicos y con ello la misin comn que no es otra sino la llamada Hispanidad. Es la misma dcada de los treinta en que se multiplican los estudios y los libros precisamente sobre este tema. En estas condiciones el pensamiento cristiano se da perfecta cuenta de la amenaza de la revolucin anticristiana, y ningn catlico duda en condenar a los enemigos de Dios: al comunismo, a la masonera y a todos los

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movimientos revolucionarios ocultos o abiertos que conspiran contra lo cristiano. As pues, el vigor del pensamiento y de la accin parecen imparables, el potencial es enorme y es capaz de hacer esperar que este gran continente haga realidad el tan deseado anhelo de la civilizacin cristiana. Sin embargo, vista la historia nos damos cuenta que el efecto posterior no corresponde a la causa de que hablamos. Qu ha sucedido? Por qu no se ha llegado a donde se deba? Es ms, las cosas no slo no han quedado iguales, el continente se encuentra ahora en muchos lugares amenazado seriamente por los comunistas. Por doquiera descubrimos bardas pintadas con la hoz y el martillo que en la tradicin cristiana se identifican con la muerte y el dolor, y que son vivas huellas del monstruo que devora el continente. Cmo es posible que ahora se tolere y hasta se acepte a los que hace cincuenta aos se repudiaba?. Muchas son las cosas que destruyen el catolicismo, y por tanto la hispanidad, pero nos parece que una de ellas es que algunos hispanistas, de momento, perdieron el rumbo de la misin y slo se ocuparon de hacer obras cristianas sin mucha conexin orgnica Algunos otros evolucionaron hasta tomar posiciones inaceptables tanto en la llamada izquierda, como de la falsa tradicin. Entre estos los que ms destacaron fueron los de tendencia izquierdista, y muchos de ellos tomaron auge a travs del movimiento Social Democristiano Investigando sus fuentes llegamos a encontrar algo que a primera vista no tena importancia, y que despus de torn sorprendente (Todos bebieron de las fuentes Mantenianas en lo poltico-social' No dudamos de los mritos que tuvo este brillante intelectual, sobre todo la gran valenta de introducir el pensamiento escolstico en las universidades, mas reiteramos nuestro juicio en lo poltico-social se equivoc. A Maritam podemos aplicar las clebres palabras de Santo Toms "Muchos, an siendo sabios, se equivocaron". Pues bien, los hispanistas que se cuidaron de no beber de las fuentes de la revolucin, tomaron a ste como maestro cristiano con la docilidad con la que el alumno entrega su inteligencia a su profesor, y as cambiaron su ideal de Hispanidad por el ideal de la Nueva Cristiandad. Pero alguien dir si el ideal de la Nueva Cristiandad es bueno, tommoslo e incorpormoslo al de hispanidad, y sto es imposible porque de hecho este ideal es totalmente contra1 puesto al otro.

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Ahora bien, las notas que se proponen como fundamento de la Nueva Cristiandad sern lo que sostenga todas las acciones e instituciones y de aqullas son en realidad erradas todo lo que se contruya arriba, aunque parezca cristiano, no pasar de ser un mero espejismo que engaar a muchos, an con profundos conocimientos y con buena fe. As pues, pasemos revista a cuatro de las cinco notas que Jacques Maritain propone para su Nueva Cristiandad en su famossimo libro "Humanismo Integral" del cual hace un elogio en su "Campesino de la Garona". I. Tendencia a la unidad por los intereses terrenales Dice Maritain: "La unidad temporal no sera como la unidad sacra de la cristiandad medieval, una unidad mxima; sera, por el contrario, mnima, cuyo centro de formacin y de organizacin estara situado en la vida de la persona y no en el nivel ms elevado de los intereses supra-terrenales de sta, sino a nivel del plano temporal mismo" (Humanismo Integral, j.g 133). Pero SS. Juan XXIII en la Encclica Pacem m Terris afirma: Los principios de la convivencia social (de su unidad) son. Verdad. Justicia, Amor y Libertad. No funda la unidad de la convivencia civil en la persona. Citmoslo: "Por esto, la convivencia civil $olo puede juzgarse ordenada, fructfera y congruente con la dignidad humana si se funda en la verdad debe practicarse segn los preceptos de la justicia, exige ser vivificado y completado por el amor mutuo. Y, por ltimo, respetando ntegramente la libertad, ha de ajustarse a una igualdad cada da ms humana". II. La Autonoma de lo temporal Es una tesis gelatinosa y muchos han querido identificar con la enseanza del Concilio Vaticano II. La Nueva Cristiandad, ensea Maritain, "no es que desconozca en modo alguno la primaca de lo espiritual Lo temporal estar subordinado o sometido a lo espiritual, mas no a ttulo de agente instrumental, como ocurra tan frecuentemente en la Edad Media, sino a ttulo de agente principal menos elevado; y el bien comn terrestre no ser ya tomado como simple medio para la vida eterna, sino como es esencialmente a este respecto, es decir, como fin intermedio o intravalente" (Humanismo Integral, pg 135).

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Pero SS Juan XXIII en la Mater et Magistra dice: "No cabe la menor duda de que, si en una nacin cualquiera se desarrollan simultneamente las ciencias, las tcnicas, la economa y la prosperidad de los ciudadanos, se ha prestado con ello una positiva contribucin a la civilizacin y a la cultura humana. Pero cada uno deber abrigar la conviccin de que stos no son bienes supremos, sino slo instrumentos (instrumenta) para llegar a la posicin de esos bienes supremos" (Mater et Magistra, N 175). III. El concepto de autoridad Segn Maritain, "En el orden poltico los rganos gubernativos son mirados por el cristiano como teniendo en Dios la fuente de su autoridad, sin revestirse, no obstante, ni an participativamente de carcter sagrado, una vez designados, recibe en ellos la autoridad, pero en virtud de un cierto consensus, de una libre determinacin vital de la multitud de la que son personificacin y vicario cuando prevalece una concepcin puramente profana y 'homognea' de la autoridad temporal, el jefe es slo un compaero que tiene el derecho de mandar a los dems ..." (Humanismo Integral pg 151) Mas la Iglesia, por su vicario Len XIII, en la Inmortale Dei nos ensea: "El poder pblico en s mismo considerado, no proviene sino de Dios. Slo Dios es el verdadero y supremo Seor de las cosas. Todo lo existente ha de someterse y obedecer necesariamente a Dios Hasta tal punto, que todos los que tienen el derecho de mandar, de ningn otro recibieron este derecho sino es de Dios, Prncipe Supremo de todos". IV. La obra comn es una comunidad fraterna por realizar Sostiene Maritain: "Para tal civilizacin el principio dinmico es la vida comn y la obra comn no sera el ideal medieval de un Imperio de Dios aqu abajo..." "Sera la idea de (a dignidad de la persona humana y de su vocacin espiritual y del amor fraternal que se le debe" (Humanismo Integral, pg 153) Y SS Po XI en la Encclica Quas Primas ensea: "Y hemos dicho adems, dos claras afirmaciones el mundo ha sufrido y sufre este diluvio de males porque la inmensa mayora de la humanidad ha

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rechazado a Jesucristo y su Santsima Ley en la vida privada, en la vida de familia y en la vida pblica del Estado; y es imposible toda esperanza segura de una paz internacional verdadera mientras los individuos y los Estados nieguen obstinadamente el Reinado de Nuestro Salvador. Por esto, advertimos que la paz de Cristo hay que buscarla en el Reino de Cristo, y prometimos adems consagrar a esta labor todas nuestras fuerzas Hemos dicho en el Reino de Jesucristo, porque estbamos y estamos convencidos que el medio ms eficaz para el restablecimiento y la consolidacin de la paz, es la resurreccin del Remado de Jesucristo (Pio XI, Quas Primas N1). Sera interesante llegar a saber a qu se debi la difusin extraordinaria del pensamiento Manteniano en el orden poltico-social en las dcadas subsiguientes, comparativamente a la escasa propagacin de las obras sobre Hispanidad de los grandes maestros Sera interesante saber por qu en los Seminarios que prepararon a nuestros sacerdotes no se conoca "Defensa de la Hispanidad" y circulaba, en cambio, el "Humanismo Integral". El pensamiento Maritemano resulta para la hispanidad Latinoamericana una nueva manera de afrancesamiento, es decir, un modo de destruir nuestra identidad Y a pesar re tantos males que hemos sufrido, la mestiza hija do Espaa, Hispanoamrica, an vive. Vive porque en estas tierras se cree en Jesucristo y se reza en espaol, vive porque en el corazn de sus gentes se anida el amor a todos los hombres que son hijos de Mara Vive porque an resuenan las palabras del Tepeyac: "... es nada lo que te aflige, no se turbe tu corazn, no temas. No estoy yo aqu que soy tu Madre? /No ests bajo mi sombra? No soy yo tu salud? No ests por ventura en mi regazo?" (Nican Mopohua). CONCLUSIN Decamos al principio de la exposicin que en el presente se encuentra una proyeccin virtual de pasado y que recordar nuestra gloriosa historia es redescubrir esta proyeccin que ha tornado existencia en la actualidad Decamos tambin que la proyeccin en el futuro se hace desde el ;,ie>ente. y por tanto desde nuestro pasado histrico Nos parece haber cumplido este propsito y ahora queremos cosechar en lo concreto. Muchas son las recomendaciones que la historia da a esta nacin, como un padre amoroso se las da a su hijo cuando entra en la

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madurez, y esto no porque las ignore o porque no las haya practicado, sino para que no las olvide. Podramos hacer una lista inmensa con las enseanzas como sta: los hombres de los pueblos hispnicos se han debilitado por la admiracin e imitacin de lo extranjero, porque no se han cuidado de que sto sea cristiano, pues slo se han fascinado por ser extranjero. As ha sido el afrancesamiento revolucionario y ahora la imitacin y la sustitucin de lo propio por lo norteamericano o por lo sovitico Por tanto hagamos brillar nuestros valores para vivir intensamente nuestro ser hispanoamericano. Pero queremos por la brevedad del tiempo sintetizar en cuatro conclusiones, que a nuestro parecer engloban el ncleo esencial de las enseanzas de la historia.Primero:

El espritu Hispnico es espritu de fidelidad y amor a la Santa Iglesia Catlica. Jams se ha entendido al Pontificado separado de la persona del Papa, dice Garca Morente, porque nuestro amor y nuestra fidelidad es a algo real, a algo concreto, no a meras entelequias. Y como fruto inmediato surge la intencin renovada, constantemente, de derramar la sangre por la Iglesia y por su Vicario, como lo hicieron en nuestra patria Juan Bosco Rosillo y Csar Fernando Calvilio, jvenes de 21 v 22 aos respectivamente, el da 22 de noviembre de 1975, cincuentenario de la proclamacin universal de Cristo como Rey, al grito de Viva el Papa Paulo VI!. Ellos participaban del mismo espritu que animaba a Carlos I, cuando en artculo de muerte escriba entre los consejos para que Felipe II gobernara cristianamente "Obedecer v respetar siempre a la Santa Sede Apostlica y al Papa tratarlo, no con arreglo a sus actos, sino con el respeto debido a su dignidad" (Wilham Thomas Walsh. Felipe II. Espasa Calpe, pg. 114-1T5).Segundo:

El espritu hispnico es espritu de lucha contra el mal y contra el error que se encarna en personas, instituciones y an en las mismas naciones. As lo atestiguan siete siglos de lucha contra el Is!am, as lo atestigua el Concilio de Trento y la Epopeya de Lepanto. Asi lo atestiguan la lucha contra la idolatra y la supersticin en estas tierras; as lo atestiguan tres siglos contra el liberalismo, cien aos contra el comunismo, veinte aos contra el

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progresismo y otros tantos contra el seudotradicionalismo. Esta fidelidad se ha firmado con la sangre de muchos de los preciaron de sus hijos, entre los que quiero mencionar a los Cristeros de mi patria.Tercero:

El espritu Hispnico entiende que las obras de Dios slo se realizan con la vida austera y de virtud. Entiende, adems, que la autoridad de los gobernantes viene de Dios. Por eso, aunque comprende plenamente su situacin de hijo de Dios, y por tanto, que ningn hombre es superior a El, se somete slo porque ve en el gobernante y sus decisiones al mismo Cristo. Y por eso mismo exige del que manda santidad. Los pueblos hispnicos aoramos la presencia de gobernantes de la talla del Rey David, de San Luis Rey de Francia, de San Fernando de Castilla, de Santa Isabel de Hungra, de San Enrique Rey de Alemania, de Santa Edwiges Reina de Polonia; de Cario Magno, de Isabel la Catlica, de Felipe II, o de Gabriel Garca Moreno, que vivieron la actividad poltica no como una profesin, sino como una vocacin y a ella adecuaron su existencia.Cuarto:

Los hombres de espritu Hispnico sabemos que es imposible edificar la Ciudad sin la Iglesia y reconocemos y amamos la dignidad del sacerdote, al que tambin exigimos la santidad. La conquista espiritual de Amrica espaola la realizaron religiosos y sacerdotes santos y, como es proporcional el efecto a su causa la misin de Hispanoamrica no se podr realizar sin la santidad de los sacerdotes y religiosos Resumiendo: Para que cumpla el Continente de la Esperanza su misin se requiere" fidelidad al espritu hispnico, y para ser fieles al espritu hispnico se necesita: la defensa del Pontificado, el combate a la hereja, la santidad de los polticos y la santidad de los sacerdotes y religiosos. Quiero finalizar esta exposicin con el mismo grito con el que terminaron su vida terrena los cristeros de mi Patria: VIVA CRISTO REY! VIVA SANTA MARA DE GUADALUPE, EMPERATRIZ DE HISPANO AMERICA

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PENSAMIENTO MARITENIANO(Carlos E. Ortiz Montes, enero 1978)INTRODUCCION MARITAIN Y LA IGLESIA VALOR DE MARITAIN EN EL TOMISMO I - DOCTRINA POLITICA DOCTRINA DE LOS DOS REINOS LIBERTAD DOCTRINA DE SANTO TOMAS SOBRE EL ESTADO DOCTRINA DEL CONCILIO Ii - DOCTRINA FILOSOFICA DOCTRINA MORAL DOCTRINA ANTROPOLOGICA DOCTRINA GNOSEOLOGICA

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INTRODUCCIN Parecer extrao que entre las causas de lo que hoy conocemos como teologa de la liberacin, podamos situar al pensamiento mariteniano. Esto requiere de una explicacin antes de tratar el tema, para evitar en lo posible reacciones que impidan ver esta causa, y que incluso lleguen a creer que aqu se hace decir a Maritain cosas que nunca ha dicho o que nunca quiso decir. Mas que sostener que es una causa eficiente como las antes expuestas, lo que tratamos de probar es que es una condicin que propicia, que prepara el terreno, para que acten las otras causas que ya hemos visto en el terreno catlico. Por de pronto, sealaremos algunos puntos que nos han hecho reflexionar sobre el asunto, y que nos parecen importantes para aclarar el tema que nos proponemos. a).- El primer punto es que todo el problema poltico-social mariteniano gira sobre la idea de una supuesta libertad como el primer fundamento de la convivencia social humana. Aqu funda su concepcin de civilizacin, que el llama Nueva Cristiandad, y que trataremos de confrontar, por referirse directamente a su pensamiento, con la Doctrina Catlica sobre estos aspectos. b).- El segundo punto lo constituye el hecho de que, por lo menos en Latinoamrica, la doctrina y accin de los dirigentes e idelogos de la Democracia Cristiana, se fundo fuertemente sobre las concepciones maritenianas. Para probar estas afirmaciones recordemos algunos testimonios y hechos:Que se me permita aadir hoy que hasta el presente la esperanza en el advenimiento de una poltica cristiana ha estado completamente frustrada, no conozco sino una revolucin cristiana autntica: la que el presidente Eduardo Frei intenta en estos momentos en Chile, y no es seguro de que haya de tener xito1.

1 Palabras de Maritain citadas por Julio Meinville, en Presencia de la hora actual, p. 27.

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No es un secreto que entre los libros que se usaron para formar a los dirigentes de la Juventud Demcrata Cristiana en Latinoamrica, destacaban como obras obligadas y principales, Humanismo Integral y Cristianismo y Democracia de Maritain, y para introducirlos al pensamiento mariteniano se usaron obras como: Poltica, de Tristn de Athayde, El pensamiento social de Maritain, de Carlos Naudn de la Sotte, etc. En el libro La Cruz, un ariete subversivo?, de Federico Muggemburg, donde se delata la conspiracin de la Democracia Cristiana en Mxico, con abundantes datos2 y en este libro leemos lo siguiente:El sustento de la Estrategia Democristiana : Abordemos, pues, el tema especfico de este captulo, o sea, el anlisis comparativo de la ideologa sustentada por los tericos del democristianismo y las personas e instituciones que nos ocupan en este trabajo. Por supuesto, no se trata de un estudio exhaustivo que desbordara los lmites y pretensiones de este opsculo. Para los estudiosos de la materia - como el francs Havard de la Montagne, el chileno Jorge Ivan Hubner Gallo y el brasileo Fabio Vidigal Xavier de Silveira entre otros muchos -, es incuestionable la lnea de filiacin doctrinal que va desde Lamenais hasta Veckemans, pasando por Emmanuel Mounier, Romolo Murri, Marc Sangnier, Jacques Maritain y tantos otros. Bastar, para los efectos de este opsculo notar algunos puntos sobresaliente de la teria democristiana, sobre los que se asienta la estrategia poltica contempornea de los partidos latinoamericanos... 3.

En la dcada de los cincuentas, cuando se gestan los movimientos socio-polticos de la Democracia Cristiana en Latinoamrica, estos tiene como antecedente el intenso estudio de las obras de Jacques Maritain que buscaban ser aplicadasCONSECUENCIAS DEL HUMANISMO INTEGRAL Cuando el mes de abril del ao pasado varios grupos de catlicos se reunan en Montevideo para lanzar las bases de un movimiento de conjunto en toda Amrica para el estudio y aplicacin de los principios sociales catlicos en la vida poltica, econmica y cultural, por todo el continente aceptse por unaminidad el Humanismo Integral de 2 Este libro el P. Armando Bandera OP, recomienda ampliamente para estudio de otras tendencias en el seno del cristianismo distinto a la teologa de la liberacin, Armando Bandera OP, La Iglesia ante el proceso de liberacin , BAC, n. 373, p. 70, nota 77. 3 Federico Muggemburg, La Cruz, un ariete subversivo?, ed. SER, Mxico 1970, p. 89.

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Maritain como fundamento intelectual de las conclusiones tomadas. As mismo, sobre idntico fundamento filosfico se ha comenzado a agrupar el movimiento Economa y Humanismo, cuyas bases ha lanzado el ao pasado el P. Lebret y que los padres Dominicos del Brasil se han comprometido a propagar4.

Para todos es visible cmo los partidos demo-cristianos en los pases catlicos han permitido en la prctica una aceptacin primero del socialismo y despus incluso del comunismo. Revsense los acontecimientos en estas ltimas pocas de Italia y de muchos pases sudamericanos entre los que destaca el caso de Chile con Salvador Allende El tercer punto, y por cierto el mas delicado, es donde abiertamente se nota como se abri el camino para el comunismo fuera aceptado. Preferimos dejar hablar a otros. Despus de explicar el pensamiento de Maritain y su teora poltico- social, Juan Rosales, conocido marxista sudamericano dice:Todo lo dicho no significa que se deban menospreciar los mritos de Maritain, fue uno de los grandes descongestionadores del catolicismo atascado en los retorcidos vericuetos de la escolstica medievalista, del integrismo clerical, de la cerril oposicin al mundo moderno, de reinvidicacin teocrtica.... Homenaje en el centenario de su nacimiento al hombre que condujo la mas grande revolucin de todos los tiempos y encendi la luz del porvenir de las tinieblas de la esclavitud y de la guerra al llevar a la prctica las previsiones cientficas de los fundadores del socialismo y tomar factibles los mas bellos sueos de los hombres5

Otra referencia interesante es la de P. B: Rosales que nos dice de Maritain:Ferviente catlico sinti el dolor de no descubrir en el catolicismo la fuerza capaz de impulsar en nuestro tiempo el progreso social y lleg a afirmar que El gran pecado de los catlicos en el siglo pasado fue el no haber escrito ellos el CAPITAL6

Para exponer adecuadamente lo que consideramos acerca de que el pensamiento mariteniano es causa de la teologa de la liberacin, en el sentido expuesto arriba, y considerando que puesto que muchos que lean4 Tristn de Athayde, Alceu Amoroso Lima, Rio de Janeiro, marzo de 1948. Jacques Maritain su obra filosfica, p. 37. 5 Juan Rosales, Los Cristianos, los marxistas y la revolucin , ed. Silva, Buenos Aires, 1970. 6 P:B: Nuez, La funcin social de la religin, Combate n.4, Costarrica 1959.

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este trabajo querrn comprender sto lo mas claramente posible, expondremos lo que consideramos significativo del pensamiento mariteniano, del siguiente modo: Primeramente lo que toca al aspecto poltico, despus el fundamente de ste que es el aspecto moral, de ah pasaremos al aspecto antropolgico y al aspecto gnoseolgico que tiene una gran relacin con la moral. Posteriormente veremos algo sobre el filsofo, para situarnos respecto a su persona y respecto a su pensamiento y recapitulando los peligros que a lo largo del trabajo hemos sealado. Por ltimo, se hace necesario aclarar algo del carcter de este trabajo. A primera vista parecer que no guarda unidad , pues los temas que se tratan son tan distintos, y sin embargo,invitamos al lector a que descubra la unidad de fondo, pues suceder como el que despus de armar un rompecabezas encuentra y ve claramente la imagen que se buscaba. Por otro lado, este no es un trabajo se profundizacin sobre la doctrina de Maritain, para ello hay trabajos excelentes segn algunos aspectos y segn algunos temas. Este trabajo pretende sealar los peligros que en varios de los temas fundamentales del pensamiento mariteniano se encierran y que para muchos han pasado desapercibidos. MARITAIN Y LA IGLESIA La figura de Jaques Maritain es sumamente discutida y es necesario que se conozcan sus mritos y desmritos para valorarla justamente, lo cual nos servir para una conclusin mas serena, y no tanto arrastrada por la pasin. Para ello, esta parte la hemos subdividido, con el objeto de mejor ver la razn de la conclusin ltima.MARITAIN Y LA SANTA SEDE.

Es por todos conocido la armoniosa relacin que tuvo el desaparecido filsofo con la Santa Sede, y como los sucesores de Pedro tuvieron palabras alagadores para este hombre, desde Po XI, hasta Paulo VI. Pero es indispensable que con toda precisin se entienda en qu se alaba, y en que se muestra como ejemplo.

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a).- SS Po XII, el 10 de mayo de 1945 dirigi estas palabras de bienvenida al embajador de Francia ante la Santa Sede Jaques Maritain: "Haciendo abiertamente profesin de fe catlica y de su culto por la filosofa del Doctor Comn, est dedicado a poner sus ricas cualidades al servicio de los grandes principios doctrinales y morales que, sobre todo en estos tiempos de universal perturbacin, la Iglesia no cesa de inculcar al mundo"7.

En estas palabras, Su Santidad le reconoce su valenta de reconocerse catlico ante un mundo en el que es una vergenza que un intelectual se reconozca como tal; adems se alaba su culto por la filosofa del Doctor Comn, mas no dice que sea un buen interprete del mismo o algo parecido, ni an que sea un maestro explicando esta filosofa. Le reconoce el Papa la dedicacin a poner sus cualidades al servicio de la investigacin para aclarar problemas que son para la Iglesia una preocupacin permanente, mas no dice que sus soluciones son acordes a la doctrina tomista tradicional. 2.-SS. Paulo VI, el 29 de abril de 1973, habla del filsofo en ocasin de su muerte:"Y la otra vez, que hoy nos llama la atencin y nos atrae, habla as, en un fragmento indito; todo profesor intenta se lo ms exacto posible y estar informado lo mejor posible sobre su propia disciplina particular. Pero est llamado a servir a la verdad en modo mas profundo. El hecho es que se le pide que ame antes que nada a la verdad, como el absoluto al que est dedicado por entero; si es cristiano, es a Dios mismo al que ama. Quien nos habla as?. Es Maritain, que muri ayer en Tolosa. Maritain, un gran pensador de nuestros das, un maestro en el arte del pensar, de vivir y de orar. Muere solo y pobre, asociado a los Hermanitos de Foucauld. Su voz y su figura permanecern en la tradicin del pensamiento filosfico y de la meditacin catlica. No olvidamos su aparicin en esta plaza, en la clausura del Concilio, para saludar a los hombres de la cultura en nombre de Cristo maestro"8.

Y el telegrama que enva al Prior General de los Hermanitos fe Foucauld dice:Profundamente conmovido por la noticia de la llamada de Dios a Jaques Maritain, que seguir siendo para todos un filsofo de alto valor, un cristiano de fe ejemplar, y para todos Nos mismo, un amigo especialmente querido desde los tiempos de su misin ante la Santa Sede; dirigimos a la familia religiosa donde ha querido acabar sus das en la contemplacin y la 7 8 AAS 37(1945)147. LOsservatore Romano, edicin en espaol, 6 de mayo de 1973.

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plegaria, la expresin de nuestra simpata entristecida y el consuelo de nuestra bendicin apostlica9.

En estas palabras SS Paulo VI lo reconoce como un modelo de la actitud de maestro, enamorado de la verdad y responsable con sus pupilos; lo reconoce como un gran pensador, es decir, como un hombre que se esfuerza por el conocimiento de la realidad y que a veces hasta propone soluciones; lo reconoce un hombre de vida ejemplar; lo propone como un hombre que viva en la oracin. Pero es importante sealar que un hombre de oracin, intelectualmente no es infalible, un claro ejemplo lo tenemos en Malebranche. En Ningn momento lo alaba como un maestro del pensamiento, como se reconoce a los Doctores de la Iglesia, sino como un gran pensador y como un maestro en el arte de pensar.MARITAIN CITADO POR EL MAGISTERIO

En el nico Documento pontificio donde se cita a Maritain es en la "Populorum Progressio", donde es importante notar en qu sentido se cita. Habr que ver si se hace referencia a sus obras para decir que ah est la doctrina que se expresa en el documento pontificio, o si se hace referencia para lo que se dice en esa obra se tome como punto de partida para la reflexin, como motivo de profundizacin, en un problema al que se refiere. Creemos que las dos citas usadas se refiere cada una a un modo distinto. Veamos esta:20 Si para llevar a cabo el desarrollo se necesitan tcnicas, cada vez en mayor nmero, para este mismo desarrollo se exige mas todava pensadores de reflexin profunda que busquen un humanismo nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a s mismo, asumido los valores superiores del amor, de la amistad, de la oracin y de la contemplacin, Aqu esta la referencia a la nota 17 que dice "Cfr. J. Maritain, Les conditions spirituelles du progrs el de la paix, en Recontre des cultures lUNESCO sous le signe du Concile oecumenique Vatican II, Pars, Mane, 1966, p. 66.

Esta cita del filsofo francs se refiere, indudablemente a la primera forma, es decir, la confrontacin indica algo que sostiene el Papa.42 Es un humanismo pleno el que hay que promover (44). Qu quiere decir esto sino el desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres? (Haec est humanitatis ratio perfecta, quae promoveatur oportet numquid aliud est quam omnimodo profectui totius hominis et cunctorum hominum 9 LOsservatore Romano, edicin en espaol, 6 de mayo de 1973.

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consulere?). Y la nota 44 dice: Cfr. Humanismo Integral, J. Maritain, sin especificar captulo o pgina.

Esta otra cita parece referirse al segundo modo, es decir, que lo dicho por Maritain ha servido de punto de partida para la reflexin y no que las soluciones propuestas por el autor sean avaladas por la Iglesia. Los seguidores de Maritain han pretendido mostrar su figura como la del intelectual catlico que ve avalado su pensamiento por la doctrina de la Iglesia, principalmente por el Concilio Vaticano II. Para tal objetivo exalta su figura como el intelectual que recibi el mensaje del Concilio para el mundo de los pensadores. Ciertamente as fue, pero conviene decir que no fue el nico intelectual que fue llamado por el Papa Paulo VI para tal fin, sino que fue uno entre varios dentro del los cuales podemos sealar a Jean Guitton.DESACUERDO CON EL MAGISTERIO