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10 SIGLO.21 Magacín DOMINGO 23 DE OCTUBRE DE 2011 Florencia Goldsman explora los orígenes y el futuro de la región tzu- tujil con sólo observar una pared. La historia contada con pinceles y acrílico vieron tratando de dispararles hasta el mediodía; todos lloran- do sin poder hacer nada. Des- pués, se fueron todos los mili- tares enojados y mandaron a la gente a sus casas. Hubo una in- tervención divina ahí”, asegura René, ahora integrante del co- lectivo Canal Cultural. En ese mismo parque se em- plaza hoy uno de los murales más grandes de la región. Un tríptico en acrílico sobre pared de 6 x 18 metros, que cuenta la historia de la nación tzutujil. Esta historia pintada, que lleva por título Ru Kamal Tz’uli Ju- yu Tz’utujil’, es universal según René y su compañero en el co- lectivo, José Chabajay. Ambos, autores del mural. A su parecer, la obra repre- senta a “muchas naciones que están en todo el territorio meso- americano. Es memoria históri- ca general: la conquista, el con- flicto armado, la supuesta inde- pendencia. Eso es lo que repre- sentamos para enmarcar ciertas épocas muy significativas”. Esa enorme pared fue posible gra- cias a un proceso de entrevistas con pobladores de Santa María y fue traducido en imágenes du- rante noches desveladas entre proyectores, pinceles y tarros de pintura por tres meses. Los cuatro jóvenes integrantes de es- te colectivo tienen entre 20 y 40 años. Coordinan, además, un ta- ller de artes plásticas con niños en San Pedro La Laguna. En tres estampas El mural sorprende por su tama- ño, su precisión y calidad gráfi- ca. Con detalles casi fotográfi- cos relata la historia de los pue- Un militar desafía con una ame- tralladora a mujeres, hombres y algunos niños que hace más de una hora están hincados de frente al terror. Todos tiemblan, los hombres susurran y las mu- jeres rezan, mientras el unifor- mado los vigila desde el techo del salón parroquial. El militar que los apunta se dispone sin más a apagar en segundos sus sueños. Pero cuando jala el ga- tillo para que el arma escupa la ira, el techo del salón parroquial se desmorona. El teniente, eno- jado, regaña a sus cómplices y entonces reubican la ametralla- dora encima de unas piedras, bajo la sombra de un ciprés. -–Apunten, disparen, ¡fuego!–- ruge el general como un bull- dog. Pero el arma una vez más se rebela y suelta, terca, una so- sa humareda. La escena anterior ocurrió en el año 1981 en Santa María Vi- sitación (Atitlán) y uno de los sobrevivientes, René Dionisio, tenía tres años esa mañana. Se había escapado tras la huella de sus padres, quienes habían ido al parque central, bajo estrictas órdenes de los matones. “Estu- blos de la cuenca de Atitlán pre- via a la conquista, cuando este enorme lago era un punto geo- gráfico apetecido por los kichés, kakchiqueles y tzutujiles. Un hi- lo temporal nos transporta en imágenes que encadenan la no- che con la madrugada y el ama- necer (o el futuro). Así también, enlaza la evolución de la fotogra- fía monocromática, la imagen a color y el despertar de las nue- vas tecnologías. Intentando recuperar reta- zos de la historia con abuelos y abuelas de Santiago Atitlán, los jóvenes pintaron en la pri- mera parte del tríptico la ciudad primigenia: Chuitinamit. En la imagen, un hombre con cabe- za de pájaro vigila una próspera

La historia en pinceles y acrílico

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Nota sobre mural Tzutujil en Guatemala

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10 SIGLO.21Magacín DOMINGO 23 DE OCTUBRE DE 2011

Florencia Goldsman explora los orígenes y el futuro de la región tzu-tujil con sólo observar una pared.

La historia contada con pinceles y acrílico

vieron tratando de dispararles hasta el mediodía; todos lloran-do sin poder hacer nada. Des-pués, se fueron todos los mili-tares enojados y mandaron a la gente a sus casas. Hubo una in-tervención divina ahí”, asegura René, ahora integrante del co-lectivo Canal Cultural.

En ese mismo parque se em-plaza hoy uno de los murales más grandes de la región. Un tríptico en acrílico sobre pared de 6 x 18 metros, que cuenta la historia de la nación tzutujil. Esta historia pintada, que lleva por título Ru Kamal Tz’uli Ju-yu Tz’utujil’, es universal según René y su compañero en el co-lectivo, José Chabajay. Ambos, autores del mural.

A su parecer, la obra repre-senta a “muchas naciones que están en todo el territorio meso-americano. Es memoria históri-ca general: la conquista, el con-flicto armado, la supuesta inde-

pendencia. Eso es lo que repre-sentamos para enmarcar ciertas épocas muy significativas”. Esa enorme pared fue posible gra-cias a un proceso de entrevistas con pobladores de Santa María y fue traducido en imágenes du-rante noches desveladas entre proyectores, pinceles y tarros de pintura por tres meses. Los cuatro jóvenes integrantes de es-te colectivo tienen entre 20 y 40 años. Coordinan, además, un ta-ller de artes plásticas con niños en San Pedro La Laguna.

En tres estampasEl mural sorprende por su tama-ño, su precisión y calidad gráfi-ca. Con detalles casi fotográfi-cos relata la historia de los pue-

Un militar desafía con una ame-tralladora a mujeres, hombres y algunos niños que hace más de una hora están hincados de frente al terror. Todos tiemblan, los hombres susurran y las mu-jeres rezan, mientras el unifor-mado los vigila desde el techo del salón parroquial. El militar que los apunta se dispone sin más a apagar en segundos sus sueños. Pero cuando jala el ga-tillo para que el arma escupa la ira, el techo del salón parroquial se desmorona. El teniente, eno-jado, regaña a sus cómplices y entonces reubican la ametralla-dora encima de unas piedras, bajo la sombra de un ciprés. -–Apunten, disparen, ¡fuego!–- ruge el general como un bull-dog. Pero el arma una vez más se rebela y suelta, terca, una so-sa humareda.

La escena anterior ocurrió en el año 1981 en Santa María Vi-sitación (Atitlán) y uno de los sobrevivientes, René Dionisio, tenía tres años esa mañana. Se había escapado tras la huella de sus padres, quienes habían ido al parque central, bajo estrictas órdenes de los matones. “Estu-

blos de la cuenca de Atitlán pre-via a la conquista, cuando este enorme lago era un punto geo-gráfico apetecido por los kichés, kakchiqueles y tzutujiles. Un hi-lo temporal nos transporta en imágenes que encadenan la no-che con la madrugada y el ama-necer (o el futuro). Así también, enlaza la evolución de la fotogra-fía monocromática, la imagen a color y el despertar de las nue-vas tecnologías.

Intentando recuperar reta-zos de la historia con abuelos y abuelas de Santiago Atitlán, los jóvenes pintaron en la pri-mera parte del tríptico la ciudad primigenia: Chuitinamit. En la imagen, un hombre con cabe-za de pájaro vigila una próspera

11domingo 23 de octubre de 2011 SIGLO.21 Magacín

T y F. Florencia Goldsman [email protected]

ciudad especializada en el co-nocimiento de las aves, bellas construcciones, el lugar sagrado para el juego de pelota y enor-mes cayucos que movilizaban la economía del lago. Momen-tos en que la geografía política del lago se disputaba entre los pueblos indígenas al tiempo que la cultura de estos pueblos se encontraba en ebullición. Basta afilar la mirada para encontrar-se con símbolos de estas cultu-ras: una tortuga representa el cinturón de Orión y las tres se-millas sobre el caparazón hacen referencia a las tres piedras de la creación, base de los hogares en donde apoyan el caldero para alimentar a la familia.

En la segunda parte represen-tan la Conquista; aparece la co-

lonia española y los pobladores entregando sus riquezas al visi-tante. “Hay una gran batalla en el Cerro de Oro y los guerreros salen a la defensa. Ellos ya te-nían ganada la batalla, pero los españoles habían escondido a los arcabuceros que tenían los rifles. ¡Lastimosamente les salie-ron con todo eso! Tenían la ven-taja de la pólvora. Ahí juntaron a todos los pueblos. Los tzutujiles eran superfuertes en la resisten-cia, pero poco a poco los colo-nizadores fueron acercando la religión a través de la cofradía. Fue más de lo mismo: recaudar fondos para la iglesia”, explican los autores.

En la imagen central, una mu-jer vigila la escena con su güipil y el cabello recogido. “La mujer

representó la máxima protecto-ra de la biodiversidad, de nues-tra cultura. Por eso está en el centro, porque es un tributo a la mujer. Fue ella quien resistió y protegió prácticamente todo: nuestra comida, nuestro traje, nuestro idioma. Lo que repre-sentamos ahí con tres semillas: el ayote, el frijol y el maíz son las tres hermanas”, narra José.

La figura de Pedro de Alvara-do aparece más abajo subyugan-do a los indígenas, poniéndolos en esclavitud y en tributo. “Pa-saron más de 200 años de escla-vitud persistente y la población disminuyó. Cada 15 días saca-ban a más de 200 personas para llevarlas a trabajar en las minas de México o en el sur. O saca-ban gente para ir a los pueblos que aún estaban resistiendo por sus tierras y la ponían a pelear en contra. De ahí empieza eso de que nos pusieron a pelear hermanos contra hermanos”, re-marcan los de Canal Cultural.

En el mural de Santa María Vi-sitación se mezclan los símbo-los sagrados con los datos du-ros de la realidad. Hay armas y flores. Glifos y computadoras. Se une la participación de los abuelitos del pueblo con los jó-venes de este colectivo cultural. Así lo resume José: “En los dos primeros murales están el padre y la madre, que son los abuelos. Individualmente tienen su inter-pretación, pero a nivel general los podemos representar como los abuelos. La mujer está repre-sentada ahí como máxima auto-ridad, la madre naturaleza. En el último tríptico, entramos en la época moderna en la que los criollos quieren independizarse de España. Se independizan pe-ro eso no significó nada para el pueblo porque siguió ocurriendo lo mismo: al pueblo no se le de-volvió su tierra sino que se que-daron con más”, cuentan.

En la última parte del mural, además de los niños en primer plano, se puede ver una mujer armada. René señala sobre esta decisión: “Ahí está la guerrilla en la que entraron muchas mujeres. Al final, hay dos ideologías: la iz-quierda y la derecha. Nosotros quedamos en medio, los que no teníamos nada que ver ni con la guerrilla ni con los militares. Nos acosaban por ambos lados:

militares y guerrilleros”. El futuro llegó hace ratoComo resultado del trabajo, además del impecable mural, Canal Cultural armó un docu-mento que resume la investi-gación que realizó uno de sus integrantes a través de fuentes documentales y bibliográficas. Lo llamativo, señalan, es que encontraron más libros en in-glés que en español acerca de la historia de su pueblo.

En el horizonte aparecen las ganas de distribuir ese documen-to, que aún está en proceso, pero que cuenta con material valioso para comenzar. Quieren llenar un hueco que, consideran, ocul-ta parte esencial de la historia. “La iglesia y la escuela esconden mucho de la verdad. Te dan una media idea, pero no definida. So-bre el conflicto armado no se en-seña ni hay un curso de historia para niños y jóvenes”. Por eso, ellos no dudan en afirmar que su sueño es educar a los jóvenes “y también repartir ese documento que armamos para hacer el mu-ral, faltaría ponerle más fechas, nombres para dárselo a los jóve-nes y a los maestros”.

Acerca de los sueños del pue-blo tzutujil, los integrantes del Canal Cultural no se arriesgan a dar una respuesta única. Pero aseveran que en muchos pue-blos y en muchos países se com-parte esta alteración de las raí-ces y de la cultura indígena. “De alguna manera esa cultura per-sistió y sigue floreciendo. En nuestro caso queremos educar a través del arte como una ma-nera de crecer humanamente”, afirman.

Visitar este parque e imagi-nar a sus pobladores a punto de ser asesinados, tal vez sea un ejercicio más difícil ahora. La presencia del mural, sus co-lores y su creatividad tiñen el espacio con energía joven. Re-cordar se vuelve un esfuerzo necesario. “Así como los mayas cayeron, algunas civilizaciones antiguas han caído y nosotros esperamos sobrevivir. Educar a los niños, que conozcan nues-tra verdadera historia: de dónde venimos y hacia dónde vamos... hacia dónde queremos llegar”, concluyen los jóvenes.

¿Qué ES CanaL CuLturaL?

Es un grupo de artistas tz´utujiles y kiche’s que tra-bajan en nuevas propuestas de arte contemporáneo. En el año 2010 se inició un pro-yecto de becas para niños, el que los acerca al arte por medio de talleres de dibujo y pintura. Su meta es trans-mitir el arte a la comunidad y fomentar la cultura a nivel local, nacional e interna-cional. Sus actividades se coordinan con diferentes comunidades de la cuenca del Lago Atitlán, organismos no gubernamentales que los apoyan y el Gobierno local.

Desde Sololá, La Cuchilla y carretera Interamericana: tomar el desvío en el km 148 a 12 kilómetros aden-tro, cerca de Santa Clara La Laguna.

Desde San Pedro La Laguna: son 8 kilómetros de camino por la carretera que desem-boca a la salida del km 148.

¿CómO LLEGar a Santa maría VISItaCIón?