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La idea de “paidea” en el contexto de las Minervalias del gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) Dra. Beatriz García Lira Universidad Mariano Gálvez, Guatemala Santo Domingo, 2010 En 1934 Aldous Huxley 1 se desvió de un crucero por el Caribe para visitar Guatemala. Abordó un tren en Puerto Barrios, la cabecera departamental de Izabal, que atravesaba las plantaciones de banano que, en ese entonces, prácticamente bordeaban toda la trayectoria del ferrocarril hasta la capital guatemalteca. En el camino observó varias construcciones extrañas; no eran ruinas de la civilización maya, como podía esperarse, sino edificaciones que comparó con la estructura de un templo griego, que lo desconcertaron y que describió como burdas imitaciones de los originales. En especial se mofó de una de la estructura que se erguía en la yerma ciudad de El Progreso. Lo que Huxley vio eran los restos de lo que alguna vez fuera el centro de la vida social de cada ciudad importante de la República y que cobijaban las fiestas anuales que culminaban, con discursos y procesiones, hasta el templo edificado en honor a Minerva, la diosa de la sabiduría. ¿Qué hacían esas construcciones pseudo clásicas en la América tropical? Probablemente, Huxley nunca averiguó la respuesta pero, de haberlo hecho, se habría sorprendido. La idea había sido concebida treinta y cinco años antes, en 1899, por Rafael Spínola, asesor del nuevo presidente de la República de Guatemala, Manuel Estrada Cabrera. 2 1 Un mundo feliz es la novela más famosa del escritor británico Aldous Huxley, publicada por primera vez en 1932. El título tiene origen en una obra del autor William Shakespeare, La Tempestad, en el acto V, cuando Miranda pronuncia su discurso. 2 http://www.accessmylibrary.com/article-1G1-89858663/templos-de- tributo-e.html

La Idea de Paidea en Las Minervalias

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La idea de “paidea” en el contexto de las Minervalias del gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920)

Dra. Beatriz García LiraUniversidad Mariano Gálvez, Guatemala

Santo Domingo, 2010En 1934 Aldous Huxley1 se desvió de un crucero por el Caribe para visitar Guatemala. Abordó un tren en Puerto Barrios, la cabecera departamental de Izabal, que atravesaba las plantaciones de banano que, en ese entonces, prácticamente bordeaban toda la trayectoria del ferrocarril hasta la capital guatemalteca. En el camino observó varias construcciones extrañas; no eran ruinas de la civilización maya, como podía esperarse, sino edificaciones que comparó con la estructura de un templo griego, que lo desconcertaron y que describió como burdas imitaciones de los originales. En especial se mofó de una de la estructura que se erguía en la yerma ciudad de El Progreso. Lo que Huxley vio eran los restos de lo que alguna vez fuera el centro de la vida social de cada ciudad importante de la República y que cobijaban las fiestas anuales que culminaban, con discursos y procesiones, hasta el templo edificado en honor a Minerva, la diosa de la sabiduría.

¿Qué hacían esas construcciones pseudo clásicas en la América tropical? Probablemente, Huxley nunca averiguó la respuesta pero, de haberlo hecho, se habría sorprendido. La idea había sido concebida treinta y cinco años antes, en 1899, por Rafael Spínola, asesor del nuevo presidente de la República de Guatemala, Manuel Estrada Cabrera.2

En las últimas décadas del siglo XIX la ciudad de Guatemala era una ciudad tranquila. Su ritmo de negocios solo era interrumpido, en intervalos regulares, por el bullicio de las fiestas nacionales y religiosas aunque, ocasionalmente, también por terremotos y golpes de Estado.3

El poeta peruano José Santos Chocano, testigo de aquella época, describe lo siguiente:

“(…) una ciudad de Castilla la Vieja, colocada entre barrancos abismados y crestas sorprendidas. Hay en toda esta ciudad un ambiente solemne, místico, nobiliario. Los templos de pesada arquitectura, las casas de aspecto solariego, los portales vetustos, los balcones arcaicos, los aleros, las gaolas, los santos empotrados en las esquinas, todos los detalles de esta ciudad de hijosdalgo, la reviste de un carácter anacrónico y, por lo mismo, sugestivo e interesante para mi espíritu de poeta.

1 Un mundo feliz es la novela más famosa del escritor británico Aldous Huxley, publicada por primera vez en 1932. El título tiene origen en una obra del autor William Shakespeare, La Tempestad, en el acto V, cuando Miranda pronuncia su discurso.2 http://www.accessmylibrary.com/article-1G1-89858663/templos-de-tributo-e.html3 Rendón, Catherine. Minerva y la Palma, el enigma de Don Manuel. Editorial Artemis & Edinter, Guatemala:2000

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Los exponentes máximos de tal ciudad extática y suntuosa son, en 1900, el reposo pétreo de su florida catedral y la lentitud parsimoniosa de sus grandes carruajes de paseo. El alma de la ciudad está hecha para la oración profunda y para el paseo grave. Las damas llevan el devocionario en las manos y los caballeros visten levita y chistera. Guatemala, cuando la conozco sigue sintiéndose un poco Capitanía General (…)”4

“Pan y Circo”

Las Fiestas de Minerva

En el año 1899 se concibió la idea de que los alumnos y maestros debían ser colectivamente reconocidos y honrados al final de cada año académico. Esta celebración tendría lugar en los portales de un templo griego que honraría a Minerva, la diosa de la sabiduría, del conocimiento y también de la guerra. Así comenzaron las fiestas de Minerva o Minervalias.

Como liberal, Estrada Cabrera fue impulsor de la educación y ésta se constituyó, a nivel propagandístico, en una de sus principales políticas de gobierno. De hecho, por situaciones económicas las escuelas se habían cerrado en tiempos del presidente Reyna Barrios. Estrada Cabrera reabrió las escuelas y se convierte, más que todo por la propaganda política, en el Protector de la Juventud Estudiosa.5

La educación pública tomó un fuerte impulso; se fomentó la preparación académica de los estudiantes y se trató, por todos los medios, que los docentes fueran especializados; algunos de ellos incluso fueron a estudiar a Estados Unidos y a Francia. Así también se invitaron a maestros europeos para que ejercieran la docencia en los institutos del país. Ernesto Viteri narra lo siguiente:

“No creo que haya un gobierno que haya impulsado la educación pública como Estrada Cabrera; trajo del exterior un número considerable de pedagogos importantes, como un director que se llamó León Culnerox, a su hermano para director de la Escuela Normal, a un maestro inglés que se llamaba Mr. Borman. Trajo a un maestro de Taquigrafía que se llamaba Renato Tix de Sobdevilla”6

4 J.S. Chocano, Obras Completas. s.e. México: 19545 Carrera Mejía, Mynor “Las Fiestas de Minerva en Guatemala, 1899-1919: El ansia de progreso y de civilización de los liberales”6 Pinto Aguilar Rodolfo. La época de Manuel Estrada Cabrera a través de testimonios inéditos orales. Tesis Universidad Francisco Marroquín, Guatemala (1982)

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En el año 1901, don Manuel ordenó una enorme construcción estilo griego: el Templo de Minerva. Esta construcción, y otras parecidas, sirvieron de escenario para ceremonias que honraban a estudiantes y maestros durante cada mes de octubre y a veces hasta noviembre, aunque en todas las épocas del año eran lugares populares para reuniones y paseos.

La primera fiesta de Minerva tuvo lugar el día que Estrada Cabrera cumplió 42 años, el 21 de noviembre de 1899. A partir de ese momento las Minervalias se celebraron cada fin de año académico, usualmente a partir del último domingo de octubre.

Además, el día del cumpleaños del mandatario “se celebraba en Catedral una misa cantada y quema de pólvora en su honor, en donde se rogaba por su salud y bienestar. Luego se acostumbraba la entrega de obsequios, cartas adulatorias y el llamado --besa manos-- en la silla presidencial.” Había también recepciones con los comerciantes y finqueros y con el cuerpo diplomático, y en una de las tardes de su semana de festejos un grupo de señoras de sociedad organizaba la llamada velada artística, donde se realizaban piezas de baile de ballet en la casa presidencial. 7

Con todo detalle, Alfonso Fahsen Vives narra:

“En la Octava Calle y Quinta Avenida me acuerdo que le celebraban su cumpleaños. Primero los profesionales le daban una serenata con la mejor orquesta de Guatemala (…) Los ministros le daban una serenata a todo vapor, después cada departamento (…); eran 23 noches de serenatas; no siendo suficiente, una noche de tantas después de 23 noches daban un conjunto todos los departamentos. Era un mes completo. ¿Quién le puede decir mejor que yo que vivía en la vecindad (…)?8

A lo largo de sus veintidós años en el poder, Estrada Cabrera instituyó las fiestas de Minerva, que le dieron a él y al país la reputación de cultos, algo poco usual para esa época. Durante sus dos décadas en el poder, los templos se volvieron el centro de muchas actividades sociales. Así como en la época colonial los pueblos y aldeas tenían su iglesia y Santo Patrón, ahora cada lugar tenía su templo de Minerva.

Durante los primeros años que se celebraron estas fiestas, Estrada Cabrera las presidió. Desde la madrugada comenzaban las actividades con desayunos para los niños, antes de que desfilaran hacia el “gran templo en el barrio de Jocotenango. El itinerario era inamovible: Los desfiles se iniciaban en el Callejón del Conejo, cerca del Parque Central. De ahí para Jocotenango o Hipódromo del Norte. Al llegar al Templo de Minerva se detenían los estudiantes para dar paso al poder Legislativo y Consular, y a la comitiva del Presidente. En el Templo de Minerva se efectuaban las premiaciones.

7 http://www.elperiodico.com.gt/es/20071117/12/45778/8 Pinto Aguilar Rodolfo. La época de Manuel Estrada Cabrera a través de testimonios inéditos orales. Tesis Universidad Francisco Marroquín, Guatemala (1982)

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Había desfiles de las escuelas, que danzaban al compás de la banda marcial y trenzaban el asta con listones de colores diversos.”9

Miguel Ydígoras Fuentes, quien fuera presidente de Guatemala en el período del 2 de marzo de 1958 al 31 de marzo de 1963, narra su experiencia en el desfile:

“Teníamos que marchar con fusil y desde allí partíamos hasta el templo de Minerva. No podíamos movernos, rascarnos, ni nada, solo marchar, y había miles de muchachos. Al llegar al templo se premiaba a los mejores profesores y a los mejores alumnos. Pronunciaban discursos. Después llegaba nada menos que el poeta Chocano, hacia un poema o declamaba… Después repartían comida… La fiesta era para los niños y, al terminar, regresaba el desfile. Por la tarde había carreras de caballos en el Hipódromo del Norte. Llegaba don Manuel en su coche… me regalaron un diccionario copiado de los franceses, llamado Larousse Ilustrado (…) Regalaban lapiceros, cuadernos, de todo, pero por lista; y estaban o están las estampas de las señoritas de Belem uniformadas, y de las profesoras con enormes sombreros de plumas de aquel tiempo, plumas de avestruz…”10

En las Fiestas de Minerva, no sólo atraían a los estudiantes, sino también a escultores, pintores y escritores de renombre. Ernesto Chinchilla Aguilar describe así las fiestas Minervalias:

“La intelectualidad de Guatemala sucumbió ante el atractivo de las fiestas a la diosa sabiduría y era frecuente la participación en ellas de renombrados escritores como J. Joaquín Méndez, Francisco Castañeda, José Flamenco, José Rodríguez Cerna, Pio M. Riepele, Salvador Falla, Valero Pujol, Natalia Gorriz V. de Morales, Virgilio Rodríguez Beteta y lo más granado de la sociedad de entonces. El Presidente hacía gala de su mecenazgo de las letras, así como de la educación; y en su tiempo vivieron en Guatemala ilustres escritores americanos como Rubén Darío, Porfirio Jacob, José Santos Chocano y otros”11

El gobierno de Estrada Cabrera no escatimaba gastos, especialmente cuando se llegó a exportar el concepto de déspota ilustrado, hecho a través de las publicaciones conocidas como los álbumes de Minerva que conmemoraban las actividades de cada año y estaban llenos de poemas, partituras musicales de compositores locales, además de fotografías de escenas capitalinas, de los desfiles y de las Minervalias y las escenas alegóricas donde aparecían las jóvenes guatemaltecas, muchas de ellas ladinas, vestidas de blanco.

9 Rendón, Catherine. Minerva y la Palma, el enigma de Don Manuel. Editorial Artemis & Edinter, Guatemala:200010 Idígoras. M. “Citando en pinto”11 Pinto Aguilar Rodolfo. La época de Manuel Estrada Cabrera a través de testimonios inéditos orales. Tesis Universidad Francisco Marroquín, Guatemala (1982)

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En 1902 se publicó un álbum especial, escandalosamente lujoso con mensajes de adhesión de Teodoro Roosevelt, Porfirio Díaz, Bartolomé Mitre, Miguel de Unamuno, Pardo Bazán y muchas otras personalidades de renombre internacional. Enrique Gómez Carrillo hablando en La Sorbona, declaró que “sólo Guatemala ha querido que en su fiesta nacional haya el recuerdo de ninguna mancha de sangre…” José Santos Chocano, subido ya en una caravana, escribió un poema Pro Minerva, que empieza: “No quisiste, señor, como Julián/adorar a los dioses, no tu mente/fue poner el laurel sobre la frente/ y el aurea lira en la inspirada mano”12

Por acuerdo del 19 de febrero de 1904 se aumentó a dos centavos y medio por botella el impuesto del aguardiente, destinándose el producto para pagar a los maestros. Mientras más “bebiera la indiada viciosa, mejor pagados serian aquellos”13

Naturalmente los enemigos del presidente se reían continuamente (aunque en secreto) de las pretensiones del “Protector de la Juventud Estudiosa”.

En 1903, Estrada Cabrera asignó varios oficiales militares a puestos importantes dentro del Sistema Educativo. El adiestramiento militar que recibían los alumnos era de muchas maneras un decorado de escaparates que le daba a la República (o hacia pensar que le daba) una fachada de orden y progreso.

El 3 de julio de 1908 murió doña Joaquina Cabrera, la madre del presidente. Se declaró duelo nacional los días comprendidos desde el 3 al 11 de julio. Manuel Valladares se refiere a la muerte de doña Joaquina:

“La farsa oficial fingió también una leyenda de las virtudes domésticas del dictador y proclamó la abnegación de la excelsa patrona que le concibiera (…) se le tributaron honores hasta de bienaventurada, rebautizando antiguas poblaciones con el nombre de “Santa Joaquina” (…) El poeta áulico José Santos Chocano la cantó bajo la advocación irreverente de “Mater Admirabilis” y a Rubén Darío se le sobornó el elogio poético a la memoria de la difunta, canto postrero de cisne inconsciente y moribundo dedicado a la más tierna y digna de las Madres”14

Mater Admirabilis

A Estrada Cabrera

La que llegó, te dijo: Hijo mío, esto es Bien

12 Clary, William “Lecturas del Texto”13 Arévalo Martínez, Rafael. Ecce Pericles. Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), Guatemala (1971)14 Ídem

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Y esto es Mal, señalándote la tiniebla y la luz.

Te señaló la gloria del establo: Belén,

Y te enseñó el objeto de los puros: la Cruz

Más también te mostró a Palas con su lanza,

Cuanto te llevaba ella, con sus siete puñales,

El fiel que te indicaba la celeste balanza,

Es dar al Bien sus bienes; y es dar al Mal sus males.

Que desde la región donde está la Señora,

Mantenga, por tu suerte, una estrella encendida,

Y en el paisaje, pinte una nueva aurora

La cola del Quetzal que impone nueva vida.

R.D.

Cuenta, Manuel Cobos, un empleado de Schlubach que había partido de Guatemala en 1906:

“Cuando volví a Guatemala en 1915, después de cinco años pasados en Hamburgo y cinco en Paris, era un ser libre y no pude entender la tiranía. Encontré que en mi patria se adulaba a don Manuel de toda manera y en todo tiempo. Lo adulaban todas las clases sociales y en especial la más alta. Los hombres habían construido un club que se llamaba “Club de amigos del señor presidente”. Sus esposas pertenecían a otro que se denominaba “Club Joaquina”, sus hijas se habían agrupado bajo el nombre de “Asociación del veintiuno de agosto”, fecha que había nacido doña Joaquina y los hijos ostentaban en sus blusitas el distintivo del “Club de amiguitos del señor presidente”15

Otros aspectos del contexto nacional son importantes de considerar. La presencia de la United Fruit Company (UFCO), una compañía estadounidense que se dedicaba a la producción y venta de banano, que estaba presente en todos los países de Centro América (excepto Panamá) y algunos países del Caribe. Su sede más importante era Guatemala, donde poseía 563,000 acres de tierra, de las cuales solo cultivaba 14,639. Esta compañía tenía mucho control sobre la política guatemalteca; le decían El Pulpo, ya que sus tentáculos llegaban a todos los gobiernos de Centro América. En 1904 Manuel Estrada Cabrera le entregó el ferrocarril, Puerto Barrios y las líneas telefónicas.

15 Arévalo Martínez, Rafael. Ecce Pericles. Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), Guatemala (1971)

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La compañía frutera también tenía el monopolio sobre las vías de transporte del Atlántico al Pacifico. 16

“Hasta 1944 fuimos un Estado dentro de una compañía extranjera. Una banana republic con la libertad de Jonás en el vientre del monstruo” (Luis Cardoza y Aragón)

A manera de reflexión…

El gobierno de Manuel Estrada Cabrera fue la “fata morgana” de la educación, en alusión al hada Morgana (hermanastra del rey Arturo) quien tenía una reputación de cambiante. El efecto “fatamorgana” es la creación de un espejismo, una ilusión.

Las Fiestas de Minerva, con sus fanfarrias y pompas, en el marco de una celebración nada menos que a la diosa Minerva. creaban la imagen de un pueblo convencido de la educación. En la mitología romana, Minerva es la diosa de la sabiduría, las artes, las técnicas de la guerra, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos. Se corresponde con Atenea en la mitología griega.

La educación hoy también ha sucumbido a los espejismo de la realidad virtual: la promesa de cambiar la realidad y las circunstancias del alumno, los rincones de actividades, los temas transversales, el comité de padres que se reúne una vez al mes, la mención de autores o de métodos de nombres difíciles, están siempre en el discurso del nuevo ministro que arreglará la situación.

No obstante, por debajo de la hojarasca, en las escuela públicas y privadas, la pedagogía continúa frecuentemente incuestionada e intocada, anclada en una concepción antigua acerca de los que es enseñar y aprender, en el memorismo y el enciclopedismo, en la repetición sin comprensión, en las planas interminables del cuaderno, en la estrellita que pone el maestro en la frente del niño que “se porta bien en clase”… en una educación de segunda. Cada nivel cuestiona al otro (la culpa es de la falta de aprestamiento en la pre-primaria, la mala educación primaria, la falta de educación de calidad de la secundaria, etc.); menos mal que, en la Educación Superior, le podemos echar la culpa a todos.

La verdadera innovación en educación es la que logra entrar en el cómo se enseña y como se aprende, asumiendo el proceso cognitivo, el aprendizaje y la comprensión como ejes centrales del proceso. Mientras esta ruptura no se dé, todo lo demás forma parte del jolgorio de las fiestas Minervalias.

16http://www.eleutheria.ufm.edu/ArticulosPDF/070918_Feudalismo_de_%20la_United_Fruit_Company.pdf