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La imagen del “Otro” vos en indicadores”, y “Evaluación diagnóstica: cómo detectar necesida- des”. En el de Investigación de Pro- blemas Sociales se trata de los pro- blemas prácticos de la investigación, cuyo objetivo es establecer políticas sociales, en especial cómo ajustar el trabajo investigador a las demandas realizadas en función de intervencio- nes sociales concretas. El taller de Servicios sociosanitarios para per- sonas ancianas como factores de integración/segregación, se centra en tres reflexiones básicas: en rela- ción con la familia, con la asistencia sanitaria, y la descoordinación de las intervenciones sociales y sanitarias. NO; T ¿“¿su BAZO Profesora de Socioioqia de a UO,vors,daddel País Vasco /UPV) La Imagen del “Otro” Del 29 al 31 de marzo de este año 93, ha tenido lugar en F-iamamet (Túnez) un Encuentro Internacional de Sociología en torno del tema “La ima- gen del “Otro”, organizado por la Aso- ciación Arabe de Sociología que agru- pa a científicos sociales y profesiona- les de 18 países árabes. Al encuentro asistieron unas 150 personas y se es- cucharon o reseñaron 125 ponencias o comunicaciones. Todo fue relativamente importan- te, si bien el hecho mayor estuvo en que El Otro, La Otra, Lo Otro, Lo Aje- rio, extraño o extranjero... fuese el centro de la convocatoria, de la aten- ción y del estudio —si bien fue inevita- ble que, para alguien, lo eternamente importante volviese a ser lo uno, los mío, su yo. - -, y reiteradamente se oye- se el “discurso intelectual” sobre mismo, que aún mantienen con estéril vanidad ciertos personajes de la inteli- gencia (?); y asi, aunque pueda pare- cer contradictorio —iy lo es!—, mu- chas de las comunicaciones —más bien soliloquios— fueron para hablar de “sí mismo”, fuese cual fuese el mo- tivo que existía para poder escuchar- le.. - También volvió a ser excesiva la ostensible presencia del “pondus de Occidente”, por unos y “otros” recono- cida como imagen “del uno que se arroga el derecho a hablar de todos los demás como otros... sin recono- cerlos como iguales o posibles..” (iTriste manía!). Sin embargo, más allá del anec- dotario o con él incluido, el Encuentro cumplió con el objetivo de poner la preocupación por el otro y las imáge- nes que produce, que se emiten, que se captan, que se tienen, que se fra- guan, que se inventan, que se este- reotipan.. como problemas clave para la “inteligencia” común: Y “otros” a en- trar en el corro fueron lo árabe y lo is- raelí, el Norte y Sur, el Este —sus ex- tintos y secuelas—, el emigrante, el negro, el pobre por serlo, las mujeres y la mujer, el “americano” y el irakí, el islam y el cristianismo, los africanos y Africa entera —y Asia y los asiáticos, 3 de cada 5 de los actuales que habi- tamos esto del planeta—, los palesti- nos —‘erradicados de la tierra, arran- cados de sus raíces—; otros “otros”, los contrarios, adversarios, los enemi- gos —en nombre de lo que sea, nun- Cuadernos de Trabajo Social 235

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La imagen del “Otro”

vos en indicadores”, y “Evaluacióndiagnóstica: cómo detectar necesida-des”. En el de Investigación de Pro-blemas Sociales se trata de los pro-blemas prácticos de la investigación,cuyo objetivo es establecer políticassociales, en especial cómo ajustar eltrabajo investigador a las demandasrealizadas en función de intervencio-nes sociales concretas. El taller deServicios sociosanitarios para per-sonas ancianas como factores deintegración/segregación, se centraen tres reflexiones básicas: en rela-ción con la familia, con la asistenciasanitaria, y la descoordinación de lasintervenciones sociales y sanitarias.

NO; tú T ¿“¿su BAZOProfesora de Socioioqia de a

UO,vors,daddel País Vasco /UPV)

La Imagen del “Otro”

Del 29 al 31 de marzo de esteaño 93, ha tenido lugar en F-iamamet(Túnez) un Encuentro Internacional deSociología en torno del tema “La ima-gen del “Otro”, organizado por la Aso-ciación Arabe de Sociología que agru-pa a científicos sociales y profesiona-les de 18 países árabes. Al encuentroasistieron unas 150 personas y se es-cucharon o reseñaron 125 ponenciaso comunicaciones.

Todo fue relativamente importan-te, si bien el hecho mayor estuvo enque El Otro, La Otra, Lo Otro, Lo Aje-rio, extraño o extranjero... fuese elcentro de la convocatoria, de la aten-ción y del estudio —si bien fue inevita-

ble que, para alguien, lo eternamenteimportante volviese a ser lo uno, losmío, su yo. - -, y reiteradamente se oye-se el “discurso intelectual” sobre símismo, que aún mantienen con estérilvanidad ciertos personajes de la inteli-gencia (?); y asi, aunque pueda pare-cer contradictorio —iy lo es!—, mu-chas de las comunicaciones —másbien soliloquios— fueron para hablarde “sí mismo”, fuese cual fuese el mo-tivo que existía para poder escuchar-le.. - También volvió a ser excesiva laostensible presencia del “pondus deOccidente”, por unos y “otros” recono-cida como imagen “del uno que searroga el derecho a hablar de todoslos demás como otros... sin recono-cerlos como iguales o posibles..”(iTriste manía!).

Sin embargo, más allá del anec-dotario o con él incluido, el Encuentrocumplió con el objetivo de poner lapreocupación por el otro y las imáge-nes que produce, que se emiten, quese captan, que se tienen, que se fra-guan, que se inventan, que se este-reotipan.. como problemas clave parala “inteligencia” común: Y “otros” a en-trar en el corro fueron lo árabe y lo is-raelí, el Norte y Sur, el Este —sus ex-tintos y secuelas—, el emigrante, elnegro, el pobre por serlo, las mujeresy la mujer, el “americano” y el irakí, elislam y el cristianismo, los africanos yAfrica entera —y Asia y los asiáticos,3 de cada 5 de los actuales que habi-tamos esto del planeta—, los palesti-nos —‘erradicados de la tierra, arran-cados de sus raíces—; otros “otros”,los contrarios, adversarios, los enemi-gos —en nombre de lo que sea, nun-

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ca tan importante como ellos mis-mos—, el “yo”. el “mi”, el “si”, con susestructuras objetivas o subjetivas, co-mo generadores de ajenidad, enaje-nantes, con sus tipos variopintos: losnacionalismos, racismos, nazismos,xenofobismos, las “élites”, los selec-tos, las cúpulas, el poder y sus apara-tos..., y también las tribus y las etniasy las razas.,. y los estados.

Corno horizonte: ¿Qué hacercon, sobre, para —y demás preposi-ciones— el “otro”?; qué con la alteri-dad, la alienación, la enejenación ycuantas formas construimos para des-conocer, ignorar, apartar, extrañar, ex-cluir a los otros que nos rodean. Buenpunto de partida fue el silogismo: Yosoy “otro” para los demás: todos losdemás son “otros” para mí; luego, elmayor valor en términos absolutos (y¿por qué no, relativos?> es “otro, losotros y lo otro” para todos. Ellos son elfin objetivo de la Relación y de su Eti-ca (por otra parte ya inventada...) delValor: la única, sin axiologías, quepuede mover un cambio desde la pro-fundidades al sistema o sistemas queintegran el actual desorden mundial; elreferente para revisar los “conjuntos”más o menos coherentes y sistemáti-cos de sentido que se ofrecen por ahícomo si fuesen absolutos; la únicaque puede “encarnar” la voluntad su-prema y la “sobrenatural” de los distin-tos “dioses”.

Desde esa perspectiva el En-cuentro de Sociología lanzó un granreto a las otras esferas del saber, odel poder, o del deber, también a lasdel querer; aunque no creemos quehaya sido aceptado el desafío.

A nuestra medida y en estas lati-tudes, con todos los embates lanza-dos contra las finalidades y valoresprofundos de esta sociedad mediocreen la que hemos deslizado, levantar laimagen del otro como único referenteético o político o social (por no meter-nos en otros campos de los que po-drían excluirlos sus “propietarios”),más allá de que sea una necesidadurgente para algunos de nosotros, decara a la salvación posible de la mara-ña entrampada en la que estamos, pa-ra la mayoria y quizá para las mayorí-as, por desgracia, aparece como unatrasnochada e inviable utopía en elmercado de ideas, cotizaciones de va-lor/precio, carta de ideales o aspiracio-nes, modelos de sociedad, programasde fuerzas sociales o políticas e inclu-so en declaraciones o manifiestos de“principios” o de derechos.

Desde las perspectivas de lospueblos y hombres del Tercer Mundoy del horizonte futuro que tienen plan-teado bajo el imperio de las fuerzas yleyes vigentes, a niveles locales, na-cionales o internacionales..., nos te-memos que, o El Otro se va convir-tiendo en el punto supremo de refe-rencia para medir cuanto está en jue-go, cuanto se hace, se ofrece, se coo-pera, se compra y se vende. - -‘ y cuan-tos peligros y amenazas se ciernen“contra el Norte desarrollado”— movi-mientos migratorios de trabajadoresextranjeros y las xenofobias con laque se les acoge, sidas, endemias,pandemias y otros catastrofismos,droga, delincuencia y criminalidad, ex-plosión demográfica, inseguridad e in-tranquilidades. incluso guerras y de-

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sestabilizaciones, por no fijarnos enimpagos de deuda, insolvencia en los“negocios”, etc. (Es curioso el movi-miento creciente que en los países “ci-vilizados” del Norte se está dando conrespecto al “miedo” al Sur; recuerdaun poco al gran argumento utilizadopor cierta potencia hegemónica en losmomentos previos a sus intervencio-nes militares contra algún paisito desu patio trasero o de otra parte delmundo de sus intereses; siempre seoía decir: “tal país amenaza la seguri-dad interna de nuestro país...”; y esojustificaba la violenta intervención, res-pondiese ésta a la estrategia militar oa la nueva estrategia humanitaria, <le-gitimada a partir de la llamada guerradel golfo), o la realidad concreta deuna inmensa mayoria de los pueblos yhombres —4/5 partes; 8/10 ó 10/11,según los tiempos, año 2000, 2020,2040— que componen esto que se lla-ma humanidad y que han de compartirla tierra y el siglo que vienen, va a de-gradarse hasta el infinito eso de lo quepresumimos sobre la condición huma-na. Dicho en otro lenguaje: lo que estáen cuestión es:

o el Otro —Tercer Mundo— seanal/za, se concibe, se proyecta y pía-aif/ca como algo Central para los otrosdel Norte, o en muy poco tiempo foque se pone en juego es fa condiciónhumana y su autoproclamada digni-dad (cosa que, excepto con fa amena-za nuclear, nunca había formado partedel proyecto de miedo total hacia el fu-turo, que el grupo zoológico humanoha venido manejando desde que sedespidió y distancié de sus ancestras,los simios).

Esta elementalidad tan sencillano suele ser admitida por los deciso-res de nuestra sociedad y sus orácu-los, por eso se la niega o se la aplazao, a lo sumo, se la reduce a un mitoapocalítico. Sin embargo los meros ín-dices de tendencia extraidos de lasmás rigurosas estadisticas demográfi-ca, o sobre crecimiento y renta globalo per capita, o las sectoriales de sa-lud, educación, producción, tecnolo-gía, comunicaciones, urbanismo y losmil aspectos más de la realidad. TO-DAS confirman que no se trata de una“posible” amenaza, sino de una ciertae implacable realidad.,, si es que lasfuerzas y leyes dominantes no dan ungiro copernicano —que ninguna ten-dencia indica que están dispuestas adar—.

El problema del Tercer Mundo,globalmente, está empezando a andarpor la calle en forma de miedos, cul-pas y reacciones emocionales. A elloestán contribuyendo los mercaderesque con el Tercer Mundo tráfican.Existe un gran riesgo de que la ima-gen que se transmite del Sur y sus pe-ligros para el Norte, se conviertan enlegitimadoras de todo tipo de salvajis-mo “civilizado” contra los hombres ypueblos del Sur del Mundo y’ a la con-tra -—desde la exclusión de lo margi-nal-—, como la “razón” para la defensaabsoluta del “Orden” —más o menosnuevo— en el que vivimos.

Creo que ante esas desviacio-nes, los educadores y trabajadoressociales, con todas sus posibilidadesde influir en la conciencia colectiva yde “co-formarla”, tienen un gran deberprofesional que toca a todos los nive-

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les de su capacitación y, más impor-tante aún, de su acción sobre los dis-tintos colectivos de “beneficiarios”. Se-ría muy importante que fuesen elloslos que fomentasen una idea correctade la situación de empobrecimiento ydependencia de las estructuras de po-der que sufren los pueblos del TercerMundo, precisamente tomando comopunto de partida las situaciones demarginalidad o necesidad que pade-cen los colectivos objetos de su traba-jo. Eso conduciría a una revitalizacióndel cometido y profesión de los traba-jadores sociales, tan “despistados”muchas veces en su acción, o tan bu-rocratizados, o tan asimilados conciertos policiajes sobre los mundosdelicuenciales.

En América Latina, el trabajadorsocial es predominantemente un cata-lizador de la conciencia colectiva ypropulsor de la organización socialconsciente. Son muy distintas las pe-culiaridades de América Latina y lasde Europa, pero para los trabajadoressociales, igual que para los educado-res populares, -sigue siendo un conti-riente con mucho que enseñar—siempre que haya voluntad deaprender—.

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Nota sobre Vives y laIntervención Social

“La duda es la hermana bizca dela ciencia”, decía Ortega. Así, la inves-tigación histórica nos ha llevado a mi-rar con un ojo el nacimiento de Juan

Luis Vives en 1493 —según proponeJosé María de Palacio—, en tanto queel otro lo seguimos teniendo puesto enla fecha tradicional de 1492. “No sepreocupen por esto; con Erasmo du-damos en cuatro años”, me consolabael profesor lovaniense lJsewijn. Inclu-so cabe encontrarle un lado bueno ala incertidumbre: disponemos de dosaños para conmemorar los quinientosdel nacimiento —un 6 de marzo, enValencia— de quien sería gran huma-rusia.

La efemérides, como era de es-perar, está siendo ocasión de algunasconmemoraciones. Entre ellas desta-can las promovidas por entidades va-lencianas, Ayuntamiento capitalino,Canal 9, Generalidad y Universidad li-teraria (citadas por orden alfabético)han expresado su identificación conVives mediante exposiciones, libros,reuniones científicas, videoprogramas.Este esfuerzo institucional se estáviendo acompañado por no pocascontribuciones particulares, tales co-mo artículos en la prensa local. Segúnlo que sé, el resto de las evocacionesvivistas de carácter público han sidopoca cosa. En todo caso llaman laatención algunos presuntos olvidos.

Parecen descuidadas las corpo-raciones científicas vinculadas a lasvarias disciplinas cultivadas por Vives(filología latina, filosofía, pedagogía,psicología...>. Cabria pensar que esdeudor de Vives el Ministerio de Cultu-ra, aunque solo fuera porque el valen-ciano, según nos recuerda Ortega,alumbró el término que identifica es-pecificante al mentado departamento.Despistados andan hasta el momento

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