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La importancia de ser – “humano” María José Corayl, Psicología, Jornada Vespertina, Universidad Miguel de Cervantes. Siempre el ser humano ha utilizado la auto-comprensión para entender a su mundo interno y externo, adquiriendo el carácter de pleno en cuanto logra esta comunión. Podemos convenir entonces, que la razón para el ser humano es una búsqueda de sentido, la búsqueda a través de distintos principios que den respuesta a un suceso o fenómeno. Dicha búsqueda de sentido puede darse tanto en un ámbito teórico como práctico. Es así cómo, cuándo utilizamos la razón para conocer acerca de la realidad, estamos en presencia de un hecho teórico, el cual puede generar juicios. En cambio, cuando utilizamos la razón de manera práctica, esta constituye el “deber ser”, generador de imperativos o mandatos, concretos. Aquella concreta Razón es la que nos permite construir argumentativamente realidades, aquella que a través de nuestra Sensibilidad y Entendimiento, es la que configura nuestro actuar.

La Importancia de Ser HUMANISMO SOCIAL

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La importancia de ser humano

Mara Jos Corayl,Psicologa, Jornada Vespertina,Universidad Miguel de Cervantes.

Siempre el ser humano ha utilizado la auto-comprensin para entender a su mundo interno y externo, adquiriendo el carcter de pleno en cuanto logra esta comunin. Podemos convenir entonces, que la razn para el ser humano es una bsqueda de sentido, la bsqueda a travs de distintos principios que den respuesta a un suceso o fenmeno. Dicha bsqueda de sentido puede darse tanto en un mbito terico como prctico.

Es as cmo, cundo utilizamos la razn para conocer acerca de la realidad, estamos en presencia de un hecho terico, el cual puede generar juicios. En cambio, cuando utilizamos la razn de manera prctica, esta constituye el deber ser, generador de imperativos o mandatos, concretos.

Aquella concreta Razn es la que nos permite construir argumentativamente realidades, aquella que a travs de nuestra Sensibilidad y Entendimiento, es la que configura nuestro actuar.

Lo concerniente al mbito del deber ser conforma lo que conocemos como Moral, el cmo enfrentamos nuestro diario vivir a travs de nuestros roles y status sociales configurados a travs de principios, criterios, normas y valores, los cuales han sido heredados de generacin en generacin. Conjuntamente con la herencia, tambin se heredan los cambios sociales atingentes a cada poca. Ejerce una influencia desde lo externo al interior del ser humano.Es coloquialmente confundido con la tica, etimolgicamente similar, pero diferente en mbitos. La tica es la reflexin terica sobre la moral; discute y fundamenta todos los conceptos morales que el ser humano porta consigo, puede estudiarse desde mbitos filosficos y cientficos. A diferencia de la moral, su origen radica en lo interno, personal y autnomo del ser, pudiendo incluso no coincidir con la moral adquirida.Hoy en da nos vemos bombardeados por informacin. Con la excusa de la globalizacin, en un segundo un hecho ocurrido en un lugar tan lejano como frica, es conocido en todos los lugares del mundo. Sea realidad o no, este hecho es comunicado, analizado y colocado de manera estratgica en la vitrina del mundo, dnde quin es ms avezado saca el mejor provecho de la situacin, sea un canal de noticias que vende publicidad, un comprador de tierras, un pas que necesita territorio productivo o un comerciante de armas.

Como todo tiene un opuesto, existen quines ven que lo material es slo lo de afuera y la felicidad es lo de adentro, lo que emana de aquella fuerza motora de vida conocida como Amor. Aquellos que se organizan, regalando tiempo y dinero, sin esperar nada a cambio, otorgndole a otro posibilidades, que solo no hubiese sido capaz de conseguir. Capaces de mirar la vida desde un nosotros, talvez no etiquetando en buenos o malos, sino en hermanos, felices permanentemente, en la medida de lo posible.

Alberto Hurtado, un hombre fuera de serie por su consecuencia, santo para la Iglesia catlica pero por sobremanera, hombre y que a pesar de su humanidad y su calidad de ser humano, se preocup de transmitir los aspectos doctrinarios y jerrquicos de la Iglesia con la prctica social. Y dicha prctica fuese en concordancia con los preceptos de justicia social. Y que dicha justicia emanara del espritu de la doctrina en especial aquella que haca referencia a preocuparse de otro. Amarse los unos a los otros, como l nos am, dando la vida por nosotros.

Entre sus escritos y la problemtica que observ, se desprenda sobre la preocupacin de vivir en un mundo dominado por problemas materiales formidables. Y no de pobreza, sino de abundancia, dnde el crecimiento a travs de la F, es desestimado. Dnde la materia no basta, que la civilizacin no llena. Queda demasiado poco y cobra demasiado caro.

El culto a lo material ha ido de mal en peor, y como consecuencia, se percibe cada vez ms. No es que la huella del Padre Hurtado se haya borrado. Es ms, su labor ha sido frugal en cuanto al desarrollo del Sindicalismo en Chile, una lucha en nombre de lo que es justo ms que benvolo. Ante el mal del mundo, el cristiano es un perpetuo y total inconformista, y al mismo tiempo un hombre realista que hace cuanto las circunstancias le permitan, sabiendo que la peor de las cobardas es la evasin de la accin.La palabra trabajo debera sugerirnos a todos, no slo un medio para ganarnos la vida, sino una colaboracin social.La sociedad vive por el trabajo de sus ciudadanos. Sin trabajo no habra riquezas ni sociedad. Esta idea podra ser mejor comprendida si el trabajador, dejando de ser un simple asalariado, participara de la propiedad, y an de la direccin, de la obra en que trabaja.

Como sociedad, creo que nos falta compromiso real con el otro. Vivimos inmersos en la burbuja que nos brindan la seguridad de nuestros bienes, con un sentido mas bien hedonista y sin motivacin alguna. Pero esto no es nuevo, ha ido in crescendo con el mejoramiento de la cadena de produccin.

Volviendo al principio, cada ser humano entonces, es un mundo distinto. Un particular mundo cuya razn, en una primera instancia reacciona a partir de los estmulos y reacciones que recibe. Adquiere saberes y prcticas, les internaliza y ejecuta. Las transmite. Las imita. Al hacerlo, comparte e interacciona con otros, a travs de dichos saberes y prcticas. En estricto rigor, esto no debiera a molestar a nadie. Debera ser un proceso natural entre seres que coexisten. Pero no lo es. Diversos intereses y creencias intervienen en este proceso de respetar la eleccin de otro, de cmo decide ste, ser y vivir. Sucede desde el principio de los tiempos, desde que nos organizamos en asentamientos y comenzamos a regular intuitivamente nuestra convivencia. Conjeturemos. Imaginemos un crculo, donde estoy yo y llevo adosadas a m, mis factores culturales, materiales y no- materiales. Tambin poseo principios, criterios, normas y valores, adquiridos y formulados a travs de mi existencia, los cuales decido ejercer o slo observarlos. Este crculo puedo adscribirlo a cualquier manera de grupo afn dentro del cual pueda considerarme. El tamao de este crculo depende del ego y las convicciones de quin se encuentre dentro de l. El respeto y tolerancia para lograr un equilibrio en la convivencia social depende absolutamente de esto. Siempre est en nuestras manos decidir.

Muchas veces y a travs de las distintas maneras de estudiar a la sociedad, se le mira a sta desde una ptica determinista; cada quin es resultado de la manera en que escoge vivir.

Por lo mismo, somos llamados a no ser personas en serie, a dejar los antiguos conformismos de lado. A no definirnos segn nuestro acceso econmico nos permite. Ni por quienes nos gobiernan. A vivir mis convicciones. Las herramientas estn a la mano. Podemos dejar de sentirnos determinados, en la medida de que dejemos de ser egostas y nos movamos del metro cuadrado. De que elijamos ayudar, de que podamos preservar lo mejor de la especie humana, que es el Amor. Ms que caridad, calidad, una mejora continua en la vida del prjimo. A veces, ni siquiera es necesario un bien material. Sino la dignidad del otro.