La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    1/21

    1

    XXI JORNADAS DE HISTORIA ECONOMICA

    ASOCIACION ARGENTINA DE HISTORIA ECONOMICA

    UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO

    Caseros (Buenos Aires), 23 al 26 de septiembre de 2008

    Mesa sugerida: número 3 “Industria y servicios”

    Autora: Valeria Laura IANNI

    Institución: CONICET - Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio

    Ravignani, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

    Dirección postal: Av. Olivera 630, 3º18, CP (1407), Ciudad Autónoma de Buenos

    Aires.

    Dirección electrónica: [email protected]

    La industria automotriz en los años de instalación masiva de empresas terminales

    1959 - 1963

    Resumen

    El despliegue de la rama automotriz a partir de la instalación masiva de

    empresas terminales constituye un aspecto decisivo de las transformaciones en la

    estructura económica de la Argentina durante las décadas de 1950 y 1960.

    Retrospectivamente, aparece como símbolo de la industrialización en su fase más

    exitosa debido al peso que adquirió la rama en la economía local, a los eslabonamientos

    productivos que creó y a la demanda de fuerza de trabajo que indujo.

    En este trabajo, buscaremos mostrar que su dinámica real, particularmente en los

    años que van de 1959 a 1963, permite relativizar el papel de esta rama como medio para

    el “despegue” de una economía industrial de desarrollo autosostenido: las empresas

    transnacionales no introdujeron innovaciones de punta, la mayoría de los proyectos de

    fabricación resultó inviable y la competencia entre las empresas terminales no produjo

    un abaratamiento significativo de los automóviles.

    La mayor parte de los estudios sobre el tema adjudica esta distancia entre los

    propósitos del programa desarrollista y la realidad del sector a la debilidad, incoherencia

    Una versión más resumida de este trabajo está en prensa para ser publicada en la revista Estudos Ibero-Americanos.

    mailto:[email protected]:[email protected]

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    2/21

    2

    o falta de claridad de las políticas estatales. Aquí intentaremos proponer una visión

    diferente centrada en la lógica de movimiento del capital.

    Introducción

    La instalación y desarrollo de las empresas terminales transnacionales que

    protagonizaron la fuerte expansión de la rama automotriz en Argentina, con peculiar

    ímpetu desde fines de la década de 1950 y los comienzos de la siguiente, fue uno de los

    aspectos más salientes de la “fase difícil” de la denominada “industrialización por

    sustitución de importaciones” (ISI).

    A pesar de la rapidez con que esta rama se consolidó dentro de la estructura

    industrial, de su innegable efecto multiplicador sobre otros sectores y subsectores, y de

    su contribución a la transformación de la capacidad tecnológica de la sociedad en su

    conjunto, muy tempranamente se revelaron con nitidez las limitaciones que enfrentaba

    esa industria en el país.

    El presente trabajo se inserta dentro de un conjunto de investigaciones que a lo

    largo de varias décadas se han preguntado acerca de las razones que explican esta

    particularidad del desarrollo de la industria automotriz que a nivel mundial fue el

    símbolo del éxito capitalista de la segunda posguerra. La hipótesis que buscaremos

    demostrar es que esta especificidad obedeció fundamentalmente al carácter

    contradictorio de la expansión de la acumulación de capital que, por un lado, extendió a

    países como Argentina la producción de “bienes de consumo durable”, pero que, al

    hacerlo, reprodujo el desarrollo desigual en lugar de producir una inmediata

    homogeneización de las condiciones de producción.

    Iniciamos el trabajo con un esbozo de los rasgos centrales de la fuerte expansión

    de las empresas terminales a partir de 1959-60 que han llevado a clasificar a la

    automotriz entre las ramas dinámicas. Luego revisamos críticamente las principaleshipótesis que los investigadores han planteado para explicar las fuertes limitaciones que

    tuvo ese “dinamismo”. Nos abocamos después al (re)planteo que proponemos del

    problema, indagando en distintas manifestaciones de ese carácter contradictorio para

    llegar a una explicación alternativa del proceso.

    Rasgos generales del desarrollo de la industria automotriz en Argentina

    La preocupación acerca de las condiciones en las que se expandió la producciónautomotriz en Argentina dio lugar a una serie de trabajos específicos. Asimismo, los

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    3/21

    3

    estudios que se centran en la historia económica e industrial han dedicado importantes

    fragmentos a esta industria 1 . En ambos casos, se destaca el movimiento contradictorio

    de esta rama. Por un lado, la industria local pudo “quemar” ciertas etapas que ya había

    atravesado en los países más industrializados y significó un salto en el nivel local de las

    fuerzas productivas. Pero por otro, reprodujo todas las limitaciones ligadas a la pequeña

    escala de la producción local 2 sin alcanzar la madurez que esta misma industria tiene en

    los países más industrializados.

    Resulta indudable que la rama creció rápidamente desde 1959-60 y que adquirió

    una gran importancia en el conjunto de la industria y de la economía del país.

    De acuerdo a datos del Censo Nacional Económico de 1964, la división 38301

    (Fabricación y armado de vehículos automóviles completos: automóviles, camiones,

    camionetas, y demás vehículos análogos) con un total de 17 establecimientos ocupaba a

    24.470 personas de las cuales 17.643 eran obreros, cifra que representaría

    aproximadamente el 2% del total de ocupación para el país, calculada generosamente en

    1.370.486 personas 3 . Sin embargo, hay que tomar en cuenta el importante efecto que

    tuvo la instalación de terminales automotrices en la activación de un conjunto

    sumamente variado de ramas y subramas proveedoras de materias primas, de partes y

    conjuntos de partes, además de la gran cantidad de personas empleadas en tareas de

    reparación. Sourrouille (1980, cuadro 6) calcula que la incidencia de todo el complejo

    automotor en la ocupación rondaba el 10%. De una mirada diacrónica, surge que la

    cantidad de obreros ocupados en la rama, entre 1959 y 1965, se multiplicó casi por

    1 La presentación más completa continúa siendo la de Sourrouille (1980). El libro de Baranson (1971)cuenta con una investigación de campo sobre Argentina. En Brennan (1996) hay un profundo análisis delas empresas automotrices instaladas en Córdoba. A pesar de centrarse en períodos disímiles, tantoSchvarzer (1995) como Belini (2006) contribuyen a una visión más global de la rama. Por su parte,Catalan (2007) ha presentado un trabajo comparativo entre esa industria en Argentina, Corea y España.

    Desde la producción de organismos estatales se destacan para el período bajo análisis CONADE (1966) yCoscia (1980). En cuanto a la extensa historiografía de la industria que se dedica al sector automotriz,remitimos centralmente a Altimir et al, 1966/67; Dorfman, 1983, Katz – Kosacoff, 1989 y Schvarzer,1987 y 2000.2 “el sector de capital extranjero se caracteriza: a) porque en comparación con las firmas competidoras decapital nacional, son mayores sus tamaños de planta, la productividad de su mano de obra, suscoeficientes de importación y su dotación de capital por hombre empleado; b) porque su comportamientotecnológico se basa en la incorporación de tecnologías que, a pesar de no ser de frontera a escalainternacional, sin duda son novedosas en el mercado local ” (Katz – Kosacoff, 1989, p.29, destacadonuestro).3 Hay que destacar ciertos problemas que presenta esta fuente. La cantidad de establecimientos, relevadael 30 de mayo de 1964, no se corresponde con la que se recaba en la bibliografía. El criterio empleadofue sumamente amplio “El censo manufacturero tomó todos los establecimientos que a la fecha del

    relevamiento estaban activos o no, sin distinción de magnitud o importancia de los mismos ” (INDEC,1965, p.5, destacado nuestro). Si agregamos a esto el hiato entre lo declarado y lo real, concluimos que lascifras no son una evidencia irrefutable sino un índice de tendencias generales (Schvarzer, 1977).

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    4/21

    4

    cuatro (de 8.127 a 23.961), destacándose que la proporción de operarios calificados

    supera a la de peones (CONADE, 1966, p.34 y cuadro 23).

    En relación con el total nacional del valor agregado industrial, sólo el subgrupo

    de fabricación y armado de la industria automotriz aportaba el 4,5% (Sourrouille, 1980,

    cuadro 6). Por otra parte, la rama fue uno de los destinos principales de las inversiones

    extranjeras, recibiendo casi la cuarta parte del total de las autorizaciones para radicación

    en el período 1959 – 1962 (Schvarzer, 1987, p.34). La tasa media anual de inversiones

    en el sector fue entre 1960 y 1964 casi diez veces superior a la del período 1956 – 1959

    (Baranson, 1971, p.57). Por otra parte, entre 1958 y 1965 la industria automotriz, con

    32,3% del total, fue el sector con mayor participación en el aumento del producto

    industrial (Heymann citado en Jerez, 2007, p.35). La tasa anual acumulativa de

    crecimiento del sector automotriz fue en ese mismo lapso de tiempo, de 11,16 %

    (Coscia, 1980, II 3).

    Como consecuencia de estas transformaciones, no resulta llamativo que la

    relación entre población total y automóviles no comerciales se redujera a la mitad. En

    1959 este índice era de 47,8 habitantes por automóvil y seis años después era de 23,7

    (Coscia, 1980, cuadro II. 2).

    Pero así como no se puede negar el efecto multiplicador de esta rama “dinámica”

    tampoco hay dudas sobre el carácter limitado de dicho dinamismo. Las empresas

    automotrices instaladas localmente no emplearon la tecnología que imperaba en la

    frontera internacional, tampoco contribuyeron a la conformación de un sistema nacional

    de innovación. Por el contrario, la rama operó con un alto grado de obsolescencia.

    Tampoco se concretó el alivio en el balance de pagos que se suponía vendría de la mano

    del avance en la sustitución de importaciones.

    La historiografía sobre el problemaEn líneas generales, los autores han destacado el marco institucional en el que se

    produjo (y fomentó) la expansión de la rama como la clave decisiva para entender este

    desarrollo particular 4. El decreto 3693/59, que estableció el régimen de promoción

    sectorial (ALA, 1959, tomo XIX A, p.617-619), habilitaba la autorización de todas las

    empresas que demostraran cierta capacidad técnica y financiera, la progresiva

    4 Belini (2006) ha criticado el consenso historiográfico que relega a las experiencias previas a 1959 al

    papel de “antecedente”. A pesar de las dificultades que implica cortar un proceso de desarrollo global,creemos necesario poder encontrar los momentos en que un salto cualitativo modifica el proceso. En estesentido, resulta indudable que el año 1959 marca el inicio de una nueva fase para el sector.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    5/21

    5

    integración nacional del producto para reducir importaciones, además de la presentación

    de planes de producción de 5 años 5 . En relación con las empresas extranjeras que

    quisieran radicarse en el sector, la ley consideraba que el aporte de capital podía

    realizarse “en divisas, en máquinas, equipos e instalaciones, repuestos, materias primas

    y otras formas” (Ley 14.780). Para proteger el desarrollo de esta industria, el estado

    elevaba a niveles prohibitivos la importación de automóviles terminados (Altimir et al,

    1966, p.101).

    Las investigaciones coinciden en criticar fuertemente ese modelo de promoción

    por su laxitud en la aprobación de inversiones que condujo a una expansión del número

    de empresas completamente desmedido respecto del tamaño del mercado local y a altos

    niveles de ineficiencia 6; y por la amplitud de los criterios para definir a una empresa

    como capaz de producir automotores y su puesta en práctica ya que no se rechazó

    ninguna propuesta presentada. Adicionalmente, la falta de definición del significado

    preciso de las “otras formas” en que podía radicarse capital agravó aún más la falta de

    control real sobre el tipo de maquinaria introducida y de la valuación real del capital

    declarado (Schvarzer, 1987, 28).

    Como no podía ser de otro modo, muchas de las empresas que habían presentado

    sus planes de producción desaparecieron del mercado a los pocos años, mientras que

    algunas ni siquiera llegaron a iniciar la producción.

    La industria automotriz en el marco del programa desarrollista

    En tanto el conjunto de leyes, decretos y disposiciones que regularon la actividad

    de este sector específico estuvo inserto en proyecto económico, político y social más

    amplio, resulta difícil evaluar su racionalidad sin restituir la relación entre las medidas

    concretas adoptadas para promocionar la producción de automotores y el programa

    encabezado por Arturo Frondizi 7 .El desarrollismo se proponía superar los problemas que, según el diagnóstico

    realizado, obturaban un desarrollo autosostenido del país. En este planteo había una

    noción de que el problema central del subdesarrollo consistía en una diferencia técnica y

    cuantitativa. Técnica tanto por el tipo de procesos y maquinarias, como por la falta de

    5 El primer quinquenio era en la práctica más extenso ya que en el decreto estableció que “se considerarácomo fecha de vencimiento del primer año de los planes de fabricación el 31 de diciembre de 1960”.6 Con matices, esta lectura se encuentra en: CONADE, 1963, aut1; CONADE, 1965, p.56; Katz –

    Kosacoff, 1989, p. 55-56; Schvarzer: 2000, p.226; Dorfman, 1983, p.196; Belini, 2006, p.130; Baranson,1971, p.64;Sourrouille: 1980, p.22.7 Hemos desarrollado este problema en Ianni (2007).

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    6/21

    6

    producción local de medios de producción importantes; cuantitativa por la escasez de

    capital o de “ahorro interno” para emprender los grandes proyectos productivos. La

    conclusión necesaria era que esta deficiencia podía resolverse a través de la entrada

    masiva de capitales que por su dimensión y por su tecnología contribuyera a desarrollar

    las fuerzas productivas 8. Así, la Ley 14.780 estableció la igualdad entre capitales

    nacionales y extranjeros (Anales de Legislación Argentina, 1958, tomo XVIIIA, p. 314-

    316). Ante las críticas Frondizi diría que la intransigencia estaba en el objetivo:

    desarrollar al país, mientras que debía regir la máxima flexibilidad en cuanto a los

    medios para lograrlo.

    Por otro lado, la línea desarrollista entendía que era función del estado el

    establecer la protección necesaria que garantizara la instalación y maduración de

    empresas que apuntaran a superar la “estructura agroimportadora”. Pero, esto no

    significaba que el programa se basara en una concepción “estatista”. Por lo contrario, el

    desarrollismo hacía una fuerte defensa ideológica de la libertad de mercado, de la

    propiedad privada y de la iniciativa empresaria 9. La articulación entre proteccionismo

    externo y amplia libertad en el mercado interno fue la norma seguida por este y otros

    gobiernos y sólo desde una mirada poco profunda puede presentarse como un dilema

    real 10 .

    Sin embargo, si las referencias anteriores nos permiten encontrar la lógica

    subyacente a la forma de la promoción, no son suficientes para explicar por qué se

    priorizó un sector como el automotriz desde un programa general que enfatizaba la

    necesidad imperiosa de desarrollar la industria de base. Como ha argumentado Remes

    Lenicov (1974) la industria automotriz no era la única que podía tener un fuerte efecto

    multiplicador sobre el resto de la estructura industrial. Por otra parte, si la avanzada

    obsolescencia de la infraestructura de transportes era un problema real, de eso no se

    8 Es imposible citar todos los discursos y escritos en los que esta argumentación es defendida por Frondiziy Frigerio. Puede consultarse: Frondizi (1963, 1978), Frigerio (1959, 1962) y las entrevistas realizadas

    por Luna (1963) y Amato (1983).9 En el Mensaje de asunción, el 1º de mayo de 1958, Frondizi sostuvo: “En el orden interno, deberágarantizarse la libre competencia como estímulo de progreso, con miras al bien común y facilitarse lafunción creadora de la iniciativa privada. La función del Estado no debe consistir en suplir la acción delos particulares sino donde éstos no puedan desenvolverse eficazmente”. Frigerio (1959, p.30-31) en unBanquete en Nueva York con hombres de negocios afirmaba: “La obra que estamos realizando (...)consiste simplemente en aplicar a la realidad argentina la filosofía de la libre iniciativa y el estímulo a laimaginación creadora del hombre que han hecho la grandeza de vuestro país”. 10 Frondizi lo explicaba de este modo: “Establecido el principio de que el proteccionismo conviene aldesarrollo económico del país, nosotros entendemos también que la libre competencia interna es

    fundamental para la expansión de las fuerzas productivas” (Luna, 1963, p. 79-80). Diamand (1973, p. 307y sigs.) ha caracterizado como “falso dilema” el que se plantea entre libertad de mercado eintervencionismo.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    7/21

    7

    deriva que la opción de desarrollar la producción de automóviles de turismo familiares

    sea la más apropiada para resolver esa restricción.

    Replanteo del problema desde la lógica contradictoria del capital

    Los problemas señalados hasta aquí han sido analizados por la mayoría de los

    autores. Desde la perspectiva teórico – metodológica que adoptamos, compartimos la

    caracterización general de estas limitaciones de la rama y de la política hacia el sector,

    pero discrepamos en la identificación de las causas que condujeron a ese resultado.

    Consideramos que generalmente se ha sobreestimado la capacidad de la política para

    determinar la economía.

    En primer lugar, difícilmente pueda demostrarse que fueron las políticas

    económicas las que tuvieron la iniciativa en el ingreso de capitales bajo la forma de

    empresas transnacionales. En este punto, compartimos la aguda observación de

    Schvarzer: “A pesar del interés de los inversores externos, ese proyecto se presentó

    como ‘nacional’ y se lo caracterizó como industrialización sustitutiva de importaciones;

    se lo podría haber llamado con más precisión, de ‘industrialización por desborde de las

    empresas transnacionales de su mercado local’ . La repetición de los mismos

    fenómenos en todas las grandes naciones de América latina, donde actuaron las mismas

    transnacionales en las mismas ramas, sugiere que las políticas locales apenas tendieron

    a poner un ‘toque’ propio a un proceso global” (2000, p.222, destacado nuestro). Desde

    este punto de vista, la cuestión planteada anteriormente sobre los motivos por los que

    grandes magnitudes de capital se dedicaron a una rama que no era de base queda

    resignificada. La iniciativa en la elección de esto hay que buscarla del lado de las

    empresas.

    Por otro lado, el reconocimiento de que la entrada de capitales no lograra

    alcanzar el objetivo del desarrollo autosostenido no puede explicarse sólo por lasinconsistencias en la puesta en práctica del plan por parte del elenco gobernante. Lo

    que resulta discutible es el supuesto de que la diferencia entre Argentina y otros

    espacios de acumulación fuera una cuestión técnica, cuantitativa.

    Si el capital en su internacionalización homogeneizara de un modo inmediato las

    condiciones de producción, el problema que planteamos -cómo dar cuenta del desarrollo

    de una rama particular, en nuestro caso la automotriz, en una formación social

    determinada como la Argentina- carecería de importancia. Tampoco sería pertinentehablar de “especificidad” si la diferencia existente entre la producción automotriz local

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    8/21

    8

    e internacional obedeciera a meras divergencias cuantitativas originadas en la diferencia

    de estadíos en el despliegue de la rama. En ese caso, sería comprensible que una

    conformación tardía de la industria trajera aparejada una distancia inicial respecto de las

    economías en las que el sector automotriz ya había alcanzado una etapa de madurez.

    Sin embargo, la realidad de la industria automotriz en sus años iniciales muestra

    que existió una relación mucho más compleja y contradictoria. Por un lado, implicó un

    cambio en el desarrollo de las fuerzas productivas locales, pero por otro, reprodujo

    todas las limitaciones ligadas a la pequeña escala de la producción local 11 . Este doble

    aspecto puede ser explicado desde una perspectiva centrada en la lógica contradictoria

    del capital y que analice la forma concreta que adoptaron en la rama a nivel local ciertas

    tendencias generales. Con este propósito, revisaremos ciertos rasgos cruciales de la

    industria automotriz en el momento de su mayor expansión en cuanto a número de

    empresas en 1959 hasta el ajuste violento que se dio con la crisis general de la economía

    argentina en 1962 – 1963, y que en la rama bajo estudio se hizo sentir con fuerza en los

    primeros ocho meses del segundo de esos años (ADEFA, 1964, p.4).

    Expansión y depuración de capitales

    En el cuadro Nº 1 presentamos la lista completa de las empresas que presentaron

    planes de producción para acogerse a los beneficios del Decreto 3693/59, el año en que

    iniciaron el programa de producción (si es que lo hicieron) y en el que se retiraron de la

    actividad 12 .

    A partir de los datos de ese cuadro, podemos afirmar que el período bajo análisis

    puede dividirse a su vez en dos momentos, ambos muy breves para el tiempo que

    implica una inversión fabril. El primero, de alrededor de dos años, se extiende hasta el

    primer saneamiento de la cantidad de empresas. No hablamos de fábricas sino de

    empresas debido a que muchas de ellas eran simples talleres. Acordamos con Schvarzer(1987; 2000) en que la lógica con que estas empresas invirtieron en la industria

    automotriz estuvo guiada por la posibilidad de obtener parte de la ganancia que el sector

    podía realizar gracias al cierre de la importación de vehículos terminados. Baranson

    11 “el sector de capital extranjero se caracteriza: a) porque en comparación con las firmas competidoras de capital nacional, son mayores sus tamaños de planta, la productividad de su mano de obra, suscoeficientes de importación y su dotación de capital por hombre empleado; b) porque su comportamientotecnológico se basa en la incorporación de tecnologías que, a pesar de no ser de frontera a escalainternacional, sin duda son novedosas en el mercado local ” (Katz – Kosacoff, 1989, p.29, destacado

    nuestro).12 Varias de las empresas que están en el cuadro Nº1 dejaron de existir luego de 1965. No incluimos esosdatos para resaltar los cambios ocurridos bajo el período delimitado.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    9/21

    9

    (1971, p. 30-31) ha observado que muchas empresas automotrices internacionales que

    invertían en países en desarrollo esperaban “obtener rápidos rendimientos durante los

    primeros dos a cuatro años, antes que las exigencias de fabricación local y la

    intensificación de las restricciones en materia de divisas empiecen a mermar los

    beneficios obtenidos en el país”. No casualmente, varios de los proyectos fracasados

    terminaron de ser expulsados del mercado cuando el gobierno exigió el cumplimiento

    de los compromisos de integración de partes locales, más caras que las importadas. Esta

    mayor exigencia hacia el sector quedó plasmada en el Decreto 6567/61 (ALA, tomo

    XXI, p.738), complementario del 3693/59.

    Junto con lo anterior, hay que destacar también el cambio de escenario que

    provocó la entrada de las “Tres Grandes” (Ford, Chrysler y General Motors) al mercado

    de automóviles no comerciales. Indudablemente, la intensificación de la competencia

    que esto trajo consigo y el establecimiento de una media de producción y de

    productividad más alta aceleraron la salida de los emprendimientos menores 13 . Sin

    embargo, hay que destacar el carácter mediado de este impacto ya que esas tres

    empresas se dedicaron a la producción de automóviles grandes, de la que sólo

    participaba en 1959-60 IKA 14 y no se introdujeron en la producción de automóviles

    chicos donde abundaban las empresas más pequeñas.

    Un segundo momento va desde 1961 a la crisis de 1963, cuando se produce una

    nueva ola de depuración del sector. De las 26 empresas originales, cuatro no produjeron

    nunca, cuatro más desaparecieron en los primeros dos años, y otras cinco se retiran o

    dejan de existir como fracción autónoma de capital en torno a la crisis. El resultado es

    elocuente: en cuatro años, la cantidad de empresas se redujo a la mitad.

    Más notoria resulta la tendencia si subdividimos la producción en los distintos

    tipos de automóviles. La mayor parte de las empresas más pequeñas se dedicaron a la

    producción de autos chicos, esto es, de hasta 1000cc de cilindrada 15 . Según RemesLenicov (1974, p. 99), en 1959–60 trece firmas participaban en ese mercado pero las

    cuatro primeras abastecían el 72, 6% del mercado (de autos chicos). El avance en la

    13 Esta entrada afectó al conjunto del sector y no sólo a las empresas más pequeñas. Para ver la reacciónde una empresa de la talla de SIAM ante este hecho, ver Rougier – Schvarzer, 2006, p. 31-32 (en

    particular la nota 14).14 Estrictamente, también Fiat vendió este tipo de vehículos en 1959-60 pero IKA se llevó el 99,7% de esemercado.15 Es notable que White (1972) señala también para Estados Unidos esta orientación de las empresas

    menos grandes (las “Independientes”) hacia el mercado de autos pequeños cuyo desarrollo era incipienteen el mercado norteamericano, y su fracaso por la competencia de autos grandes producidos en el mismo

    país de costo similar y por la importación de autos pequeños europeos.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    10/21

    10

    concentración que tuvo lugar en esos años, se refleja en el siguiente dato: en 1964, las

    primeras cuatro empresas ocupaban el 99,7% de ese mercado. Asimismo, la reducción

    del número total de empresas de trece a cinco da cuenta de la depuración de capitales

    que se había concretado. Otra diferencia importante que se observa entre ambos años es

    que en 1959-60 la única empresa “extranjera” era IKA y se ubicaba en el segundo lugar

    debajo de Metalmecánica S.A., mientras que en 1964 además de IKA (que se ubicaba

    en el primer lugar) estaban Fiat y Citröen 16 . Encontramos las mismas tendencias en el

    mercado de autos medianos (de entre 1000 y 2000cc de cilindrada) pero de un modo

    menos acusado (Remes Lenicov, 1974, p. 100).

    Al igual que en las sociedades capitalistas más industrializadas, la crisis aceleró

    las tendencias propias del movimiento de este modo de producción 17 . Parecería

    confirmarse la efectividad de la política del desarrollismo de combinar un fuerte

    proteccionismo externo con una amplia libertad de mercado interna en pos de que la

    competencia seleccionara a los más aptos. Hasta cierto punto, esto fue así. Las primeras

    seis empresas produjeron cerca del 80% del total de la rama, mientras que ninguna de

    las firmas que se retiraron llegó a aportar siquiera el 1% de ese total. Si consideramos al

    conjunto de las nueve empresas que se vieron obligadas a retirarse resulta que su aporte

    fue de menos del 2,6% durante el período (ver cuadro Nº2).

    Por otra parte, del cruce de datos de ADEFA (1964b) sobre sus empresas

    asociadas 18 con los valores totales recogidos por CONADE (1966) surge que las

    primeras ocuparon entre el 73 y el 85% del total del personal del sector (ver Cuadro Nº

    3) en el período 1959 - 1963.

    El desarrollo de la rama a nivel nacional e internacional

    Sin lugar a dudas, vista desde el rotundo fracaso de los emprendimientos

    menores, las empresas más grandes dentro del país aparecen como exitosas. Pero el panorama cambia radicalmente si la comparación la establecemos con los parámetros

    que regían en las empresas más importantes en el mercado mundial.

    16 No hay que olvidar las grandes dificultades teóricas y empíricas que implica delimitar qué capital esnacional y cuál no lo es. Habría que adoptar como criterio el del control de la propiedad ya que, por lomenos en la industria que estamos analizando, en muchos casos el aporte de capital local a través delcrédito interno fue lo suficientemente importante como para asociar el carácter de “extranjero” al origenmayoritario de ese adelanto.17 “La competencia prolifera aquí en razón directa al número y en razón inversa a la magnitud de los

    capitales rivales. Finaliza siempre con la ruina de muchos capitalistas menores, cuyos capitales en parte pasan a las manos del vencedor, en parte desaparecen”. (Marx, 1995, p.779, nota a 3ª / 4ª ed).18 Las primeras seis del cuadro Nº 2 más Mercedes Benz.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    11/21

    11

    En primer lugar, si al analizar el cuadro Nº2 remarcábamos una diferencia de

    escala notoria entre las primeras y últimas empresas en cuanto a la producción, podemos

    afirmar que la discrepancia entre la escala de la industria automotriz argentina y la

    imperante a nivel internacional es aún mayor. Ante todo, el parque de automóviles

    nacional fue entre 1959 y 1963 en porcentaje del 0,66; 0,68; 0,72; 0,76 y 0,78 del

    parque mundial (Coscia, 1980, cuadro II.5). En el plano productivo, mientras que la

    rama en Argentina durante el período considerado no llegó a superar las 200.000

    unidades anuales divididas en una gran diversidad de modelos 19 , internacionalmente se

    calculaba que el volumen mínimo aceptable era de 250.000 unidades/anuales de un

    mismo modelo durante 6 a 8 años (C.E.E.I.A., 1969, 21). En contraste, las dos

    empresas automotrices más grandes del mundo, General Motors y Ford, ambas

    norteamericanas, produjeron en 1965 más de 8,8 millones de vehículos, cifra que

    representaba el 36,5% de la producción mundial.

    Inevitablemente, esta realidad se reflejaba en los costos de producción. Visto el

    proceso desde el espacio nacional, y tal como lo ha señalado ADEFA, entre 1959 y

    1964 los precios de los automóviles aunque aumentaron en términos nominales debido a

    la dinámica inflacionaria, lo hicieron en un 21,8% por debajo de los precios mayoristas

    del sector no agropecuario lo que resulta en una baja real de los precios del ramo

    (ADEFA, 1964, p.5 cálculo a precios índice 1960). No obstante, ese abaratamiento no

    siguió el ritmo de los vehículos similares fabricados en los países de origen de las

    terminales, razón por la cual el costo local aumentó comparativamente a lo largo del

    tiempo (Coscia, 1980, 4.2). Por ejemplo, en 1967 el costo de un automóvil producido en

    Argentina era más de dos veces superior a uno similar realizado en los Estados Unidos

    (Baranson, 1971, p.53 y 55; C.E.E.I.A., 1969, p.180).

    Esta información permite relativizar el énfasis que varios estudios han puesto en

    la alta concentración de la rama en la Argentina (Abot et al, 1974; Remes Lenicov,1974). Resultaría más acertado reconocer que la tendencia a la centralización y

    depuración de capitales, propia del capitalismo en general, aunque opera localmente, lo

    hace de tal forma que continúa reproduciendo una escala pequeña de acumulación ya

    que aquí, empresas que producen menos de 50 mil unidades / anuales son las de mayor

    peso.

    19 En 1960 se produjeron 50 modelos, considerando a ocho tipos de vehículos fabricados; en 1964 esa

    cantidad aumentó a 57 (Remes Lenicov, 1974, p. 106 y sigs.). Un año después, el total de modelosllegaba a 68 (Baranson, 1971, cuadro 12 anexo).

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    12/21

    12

    En este sentido, es significativo que la fábrica de mayor producción en

    Argentina en el período bajo estudio haya sido IKA, cuando la Kaiser en su país de

    origen no había podido competir por sus costos excesivos, ni siquiera en el nicho del

    mercado de los autos pequeños en el que aún no habían entrado las “Tres Grandes”

    (White, 1972, p. 186). Por otra parte, en la producción de automóviles grandes, a la que

    éstas se abocaron en Argentina, no desplazaron a IKA que en 1964 ocupó el segundo

    lugar de participación en ese mercado. La experiencia argentina de la fabricación de este

    tipo de vehículos parece ir a contramano de la tendencia general a la centralización ya

    que si en 1959-60 sólo una empresa participaba con el 99,7% de la producción, cinco

    años después había cuatro firmas, ninguna de las cuales se llevaba más de un tercio del

    total (Remes Lenicov, 1974, cuadro 16).

    Otra de las expresiones del desarrollo desigual de la rama se encuentra en las

    características del proceso de producción, especialmente en el nivel de predominio del

    factor objetivo sobre el subjetivo en el proceso de trabajo. La diferencia de tamaño -el

    de las plantas en Argentina no superaban el 10 o 15% del considerado normal en los

    países más industrializados (Katz – Kosacoff, 1989, p. 54)- impedía la utilización de

    tecnología de punta lo que hacía que la calidad final dependiera de la fuerza de trabajo

    especializada en lugar de quedar garantizado por el propio proceso automático o

    mecanizado. Por ejemplo, Brennan (1996, p.124-126) indica que en las automotrices

    instaladas en Córdoba la terminación de las matrices se hacía a mano, asimismo, “los

    bloques de motor seguían moviéndose manualmente, en pequeños carretones, más que

    en cintas transportadores o máquinas de transferencia, y los obreros trabajaban en ellos

    utilizando diversas máquinas herramienta de usos múltiples”. En la filial de Fiat no

    contaban con los taladros automáticos que se empleaban Turín y en esta fábrica y en

    IKA el montaje del motor se hacía a mano. Baranson (1971, p.58) refiere que en las

    automotrices en Argentina se usaba “un instrumental de soldadura portátil yremachadores manuales, en lugar del equipo (…) automatizado que se utiliza en las

    cadenas de montaje de Detroit”. Por otra parte, la complejidad de algunos de esos

    procesos obligó a las empresas terminales a operar con un nivel de integración vertical

    superior al que tenían en sus países de origen debido a las dificultades de conseguir esas

    partes en el mercado local.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    13/21

    13

    El desarrollo desigual y combinado de la industria automotriz en la Argentina

    La instalación de las automotrices estuvo por lo tanto lejos de permitir superar la

    restricción externa y la dependencia tecnológica. Por el contrario, impulsó el drenaje de

    divisas no sólo a través de las importaciones sino que las remesas de utilidades y el

    pago de regalías pesaron cada vez más en el balance de pagos (Raddavero, 1972) 20 .

    Adicionalmente, la “brecha tecnológica” existente entre los países más industrializados

    y Argentina se amplió. Una de las consecuencias del desarrollo desigual de las fuerzas

    productivas fue la imposibilidad de exportar al mercado mundial los automóviles

    fabricados en este espacio nacional. Por lo tanto, la rama no sólo promovió un aumento

    de las importaciones y de las remesas, sino que no pudo contrapesar esa salida con

    ingresos derivados de la exportación 21 .

    En definitiva, la forma técnica del proceso no hace más que revelar la

    especificidad de la Argentina como espacio de acumulación. Podemos sostener que el

    conjunto de determinaciones que dio forma al proceso en sus inicios se constituyó

    también en un resultado del mismo. Lejos de ser una diferencia meramente cuantitativa

    o técnica, el desarrollo desigual era un fenómeno más complejo 22 . La cuestión más

    difícil consiste en resolver por qué las mismas empresas que se posicionaban en los

    primeros lugares de la producción mundial, con enormes magnitudes de adelanto de

    capital, de innovación tecnológica y de ventas, estuvieron interesadas en instalarse en un

    país como la Argentina.

    Como ya hemos dicho, la iniciativa de las transformaciones que se producen

    localmente se encuentra en las necesidades de las empresas transnacionales. La

    capacidad de estos grandes capitales para modificar las instituciones que ponen

    obstáculos a la internacionalización ha sido remarcada en repetidas ocasiones 23 .

    20 Este tipo de comportamiento caracterizó a todas las empresas, también a las “nacionales” (CONADE,1966, anexo a). Los contratos de patentes, marca y asistencia fomentaban el flujo de importaciones desdela empresa licenciante, aun cuando esto no estuviera estipulado en el acuerdo escrito. (Raddavero, 1972,

    p.383).21 “es inmediato de la observación de los datos –cualquiera sea su calificación- que el saldo directo endivisas de las operaciones del complejo [automotor] ha sido, sobre todo en los años iniciales,sustantivamente negativo.” (Sourrouille, 1980, p.187). “A partir del año 1959 (…) comienzannuevamente a aumentar las importaciones del sector Automotor”; “(…) para el período 1958-64 loremesado en concepto de utilidades fue ya superior a lo realmente invertido” (Remes Lenicov, 1974,

    p.129 y 132).22 A pesar de discrepar con su repuesta a la cuestión, consideramos un verdadero aporte de J. Iñigo

    Carrera (1998) el haber planteado de un modo sistemático el problema teórico de la especificidad de laacumulación en Argentina.23 En Ianni (2008) ofrecemos un ejemplo concreto de esto ligado a las automotrices norteamericanas.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    14/21

    14

    Adicionalmente, la limitación de la mirada a un espacio nacional suele dejar en

    segundo plano lo que hay de general en procesos que son presentados como

    particulares. En este sentido, cabe recordarse que el proceso que llevó a la instalación de

    transnacionales automotrices en la Argentina se extendió a numerosos países. En julio

    de 1966 los países más industrializados (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia,

    Alemania Occidental, Japón, Italia y Suecia) tenían funcionando 387 cadenas de

    montaje en 55 países. (Baranson, 1971, cuadro 6 anexo). La dimensión del proceso

    implica que esta tendencia no se originó en decisiones aisladas de las empresas.

    Sin pretender dar una respuesta acabada a la pregunta de por qué las empresas

    transnacionales se instalaron en Argentina y por qué lo hicieron de ese modo - problema

    que seguimos investigando-, un aspecto fundamental a tomar en consideración es el

    momento que atravesaba el capitalismo, en particular en los países más industrializados.

    Luego de la inmediata posguerra, la recuperación de la producción automovilística

    europea permitió a las empresas de ese origen reposicionarse en el mercado mundial e

    incluso ingresar en el mercado norteamericano ofreciendo autos pequeños (White,

    1972). La creciente competencia impulsó la aceleración de la innovación tecnológica -

    algunos autores la han denominado la “tercera revolución tecnológica”- avanzó en la

    automatización de los procesos productivos. La reducción del precio de los automóviles

    por medio de un impresionante aumento de la productividad, multiplicaba, a su vez, la

    competencia entre los distintos fabricantes que se veían compelidos a introducir

    innovaciones. El resultado fue una aceleración en el tiempo de rotación del capital fijo

    que se tradujo en períodos de amortización acortados y una obsolescencia más rápida

    (Mandel, 1979, cap.VII-VIII). Varias empresas internacionales del ramo se fusionaron

    y/o desparecieron entre la segunda mitad de la década del cincuenta y la siguiente por

    no poder seguir este ritmo 24 . No casualmente, muchas de ellas fueron las licenciantes de

    patentes y marcas con las que firmaron contrato las empresas más chicas de laArgentina 25 .

    Para las empresas más exitosas la dinámica que adquiría el proceso implicaba la

    desvalorización de maquinarias que, en caso de emplearla en el espacio de valor de su

    país de origen, habrían resultado en costos de producción por encima de la media. Las

    24 “En rigor de verdad, una de las principales razones por las que Kaiser había trasladado sus operacionesde los Estados Unidos a la Argentina era que no podía invertir en máquinas automatizadas” (Brennan,1996, p.125).25

    A modo de ejemplo: Borgward (licenciante de Dinborg) fue a la bancarrota en 1961; Goliath Werke, undesprendimiento de Borgward (licenciante de Goliath Hansa) sobrevivió sólo hasta 1963 cuando cerró.Hans Glass (licenciante de Isard) fue comprada por BMW hacia 1960.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    15/21

    15

    economías de los países “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo” ofrecían la

    posibilidad no sólo de valorizar ese capital constante sino de obtener ganancias

    extraordinarias al realizar la producción dentro de los mercados internos de esos países

    gracias a que su nivel tecnológico aunque obsoleto en el país central, estaba por encima

    de la media en el país de destino.

    Conclusión

    La forma específica en que se desarrolló la industria automotriz en la Argentina

    en los años iniciales de su expansión es el resultado de un proceso en el que, citando a

    Schvarzer, “las políticas locales apenas tendieron a poner un ‘toque’ propio a un

    proceso global”. Adicionalmente, este recorrido por los primeros años de fuerte

    expansión de la producción de la rama, permite afirmar que la forma específica que

    adoptó su desarrollo aun cuando contó con el protagonismo de las empresas

    transnacionales no resolvió sino que reprodujo las restricciones principales de la

    industrialización local. Si bien es necesario avanzar en la investigación empírica y

    profundizar en la dimensión teórica del problema, creemos que la perspectiva

    presentada permite explicar múltiples dimensiones de la cuestión.

    Julio de 2008

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    16/21

    16

    Cuadros

    Cuadro Nº 1: Empresas autorizadas a producir bajo el Régimen Automotor

    Empresa Año de

    inicio

    Año

    cierre

    Observaciones

    Alcre S.A. 1959 1961 No alcanzó a producir (sólo presentó prototipos)

    Autoar Automotores Argentinos S.A. 1949 1963 En 1964 sólo produjo 10 vehículos.

    Cisitalia Argentina S.A. 1961 1963

    Citröen Argentina S.A. 1960

    Dinámica Argentina Dinarg - - No hay datos de que haya producido.

    Dinborg - Industrias Argentinas

    Automotrices

    1958 1963

    Fábrica de Automotores Utilitarios S.A. 1960 1963Févre y Basset Ltda., S.A. y Chrysler

    Argentina S.A.

    1961 Desde 1960 producía utilitarios, su plan de

    producción de automóviles fue aprobado en 1961

    Fiat Someca Concord S.A. 1960 Desde 1954 producía tractores en el país

    Ford Motor Argentina S.A. 1961 Desde 1959 producía utilitarios, su plan de

    producción de automóviles fue aprobado en 1961

    General Motors Argentina S.A. 1961 Desde 1959 producía utilitarios, su plan de

    producción de automóviles fue aprobado en 1961

    Goliath Hansa Argentina S.A. 1960 1961

    IAFA S.A. (Peugeot) 1960 1964 Se convirtió en SAFRAR a raíz de un problemalegal.

    D.I.N.F.I.A. (ex I.A.M.E.) 1953

    Imena S.A. - - No hay datos de que haya producido

    Industria Automotriz Santa Fe S.A. 1960

    Industrias de Transporte Automotor

    S.A.

    1960 1961

    Industrias Kaiser Argentina S.A. 1956

    Industrias Platenses Automotrices - - No hay datos de que haya producido

    Isard Argentina S.A. 1960

    Los cedros S.A. 1957 1962 En 1963 se fusionó con Isard, adoptando el nombre

    de esta última.

    Mercedes Benz Argentina S.A. 1959 En 1953 había iniciado la fabricación en el país,

    pero fue interdicta por el golpe de 1955.

    Metalmecánica S.A. 1958

    Onofre Marimón y Cía. SRL 1960 1961

    Panambí S.A. 1960 1961

    Siam Di Tella Automotores S.A. 1960

    Fuente: elaboración propia en base a CONADE, 1966, Anexo A, cuadros 31 y 32, y Sourrouille, 1980.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    17/21

    17

    Cuadro Nº 2: Participación porcentual de las empresas en la producción anual,

    1959 – 1964

    Empresa 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1959-

    1964

    Industrias Kaiser Argentina S.A. 73,7 37,3 30,9 30,8 26,4 30,2 33

    Ford Motor Argentina S.A. 2,2 13,2 9,9 9,1 8,6 16,3 11,2

    Fiat Someca Concord S.A. - 4,8 8,3 10,9 17,7 14,2 10,9

    General Motors Argentina S.A. - 12,4 9,9 9,3 8,7 11,6 9,9

    Siam Di Tella Automotores S.A. - 4,6 10,3 5,5 8,1 7,0 6,9

    Févre y Basset Ltda., S.A. y Chrysler

    Argentina S.A.

    - 4,9 5,4 7,7 7,8 6,3 6,1

    IAFA S.A. (Peugeot) - 2,1 3,7 6,8 8,0 1,6 4,1D.I.N.F.I.A. (ex I.A.M.E.) 12,1 4,2 2,4 2,9 4,0 2,3 3,4

    Citröen Argentina S.A. - 1,1 3,1 4,2 3,1 4,2 3,2

    Industria Automotriz Santa Fe S.A. - 1,0 2,2 3,1 3,3 3,6 2,6

    Isard Argentina S.A. 2,8 1,7 2,9 3,5 2,2 1,4 2,4

    Mercedes Benz Argentina S.A. 2,4 2,9 2,7 1,8 1,6 1,3 2

    Metalmecánica S.A. 3,3 3,8 3,3 1,5 0,2 0,09 1,7

    Autoar Automotores Argentinos S.A. 0,7 1,6 1,8 1,3 0,2 - 0,9

    Los cedros S.A. 2,1 2,7 0,9 0,8 - - 0,8

    Dinborg - Industrias Argentinas

    Automotrices

    - 0,7 1,2 0,4 - - 0,4

    Goliath Hansa Argentina S.A. - 0,5 0,8 - - - 0,2

    Cisitalia Argentina S.A. - - 0,2 0,3 - - 0,09

    Fábrica de Automotores Utilitarios

    S.A.

    - 0,2 0,1 0,1 0,1 - 0,08

    Panambí S.A. 0,4 0,3 - - - - 0,06

    Onofre Marimón y Cía. SRL 0,3 0,01 - - - - 0,02

    Industrias de Transporte Automotor

    S.A.

    - 0,01 0,03 - - - 0,007

    Fuente: elaboración propia en base a datos de CONADE, 1966, cuadro 33.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    18/21

    18

    Cuadro Nº 3: Ocupación en la industria automotriz, 1959 – 1963 (números

    absolutos y %)

    Años Personal

    ocupado

    ADEFA

    % Personal

    ocupado por

    el resto

    % Total de

    personal

    ocupado

    %

    1959 8.509 73 3.059 27 11.562 100

    1960 15.096 81 3.524 19 18.620 100

    1961 19.585 83 3.935 17 23.520 100

    1962 20.114 73 7.432 27 27.546 100

    1963 22.872 85 3.840 15 26.712 100

    Fuente: elaboración propia con base en datos de ADEFA, 1964b, p.3 y CONADE, 1966, cuadro Nº 23.

    Referencias bibliográficas

    Abot, Jorge; Abramzón, Mónica; Chorne, Miriam; Fariña, Eduardo; Khavisse, Miguel

    y Torre, Juan Carlos. La concentración en la industria argentina en 1964. En:

    CONADE. El desarrollo industrial de la Argentina: sustitución de importaciones,

    concentración económica y capital extranjero (1950 -1970). Argentina: 1974.

    Altimir, Oscar, Santamaría, Horacio y Sourrouille, Juan. Los instrumentos de la

    promoción industrial en la posguerra. Desarrollo Económico. Buenos Aires: IDES,v.6, n.21, 1966.

    Amato, Alberto. Cuando fuimos gobierno. Conversaciones con Arturo Frondizi y

    Rogelio Frigerio. Buenos Aires: Paidós, 1983.

    Anales de Legislación Argentina: 1958.Buenos Aires: Ediciones La Ley, tomo

    XVIIIA, 1959.

    Anales de Legislación Argentina: 1959. Buenos Aires: Ediciones La Ley, tomo XIX

    A, 1960. Anales de Legislación Argentina: 1961. Buenos Aires: Ediciones La Ley, tomo

    XXIA, 1962.

    Asociación de Fábricas de Automotores. Informe estadístico nº 133. Buenos Aires:

    1964b.

    Asociación de Fábricas de Automotores. La industria automotriz argentina. Su

    gravitación en el desarrollo del país. Buenos Aires: 1964.

    Baranson, Jack. La industria automotriz en los países en desarrollo. Madrid: EditorialTecnos – Banco Mundial, 1971.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    19/21

    19

    Belini, Claudio. Negocios, poder y política industrial en los orígenes de la industria

    automotriz argentina, 1943 – 1958. Revista de Historia Industrial. Barcelona:

    Publicacions i Edicions Universitat de Barcelona, n. 31, año XV, 2006.

    Brennan, James. El cordobazo; las guerras obreras en Córdoba, 1955-1976. Buenos

    Aires: Editorial Sudamericana, 1996.

    Catalan, Jordi. Protection and national systems of innovation: The take-off of the

    automobile industry in Argentina, Spain and South Korea, 1945-87. En: 1er Congreso

    Latinoamericano de Historia Económica. Montevideo: 5-7 noviembre 2007.

    Comisión de Estudios Económicos de la Industria Automotriz. La industria

    automotriz argentina. Informe económico. Argentina: 1969.

    Consejo Nacional de Desarrollo. Diagnóstico de la Economía Argentina 1953 – 1962.

    Buenos Aires: 1963.

    Consejo Nacional de Desarrollo. La industria automotriz; análisis preliminar. Buenos

    Aires: 1966.

    Consejo Nacional de Desarrollo. Plan de desarrollo 1965 – 1969. Buenos Aires: 1965. Coscia, Santiago. Evolución, dinámica actual y perspectivas de la industria

    automotriz. Argentina: Banco Nacional de Desarrollo, Gerencia de Investigaciones

    Económicas, Departamento de Estudios Económicos Sectoriales, 1980.

    Diamand, Marcelo. Doctrinas económicas, desarrollo e independencia; economía para

    las estructuras productivas desequilibradas: caso argentino. Buenos Aires: Paidós,

    1973.

    Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores. Año 1960. Sesiones ordinarias.

    Buenos Aires: Publicación del Cuerpo de Taquígrafos del Senado de la Nación.

    Dorfman, Adolfo. Cincuenta años de industrialización en la Argentina 1930 – 1980.

    Buenos Aires: Ed. Solar- Hachette, 1983.

    Frigerio, Rogelio. El desarrollo argentino y la comunidad americana, Buenos Aires:

    1959.

    Frigerio, Rogelio. Los cuatro años (1958 – 1962).Buenos Aires: Editorial Concordia,

    1962.

    Frondizi, Arturo. Mensajes presidenciales. Buenos Aires: Ed. Centro de Estudios

    Nacionales, 1978.

    Frondizi, Arturo. Política económica nacional. Buenos Aires: Ediciones Acayú, 1963.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    20/21

    20

    Ianni, Valeria. El problema de la escisión de “lo económico” de la totalidad social:

    conclusiones a partir de la vinculación entre la instalación de terminales automotrices

    en Argentina y el programa del desarrollismo. Ponencia presentada en: II Jornadas de

    Estudios Sociales de la Economía, CESE, IDAES, UNSAM, Buenos Aires, 14 y 15 de

    noviembre de 2007

    Ianni, Valeria. La especificidad del desarrollo de la industria automotriz en la

    Argentina, 1959 – 1963. Estudos Ibero-americanos. Porto Alegre: Pontifícia

    Universidade Católica do Rio Grande do Sul, en prensa.

    Instituto Nacional de Estadística y Censos. Censo Nacional Económico 1963.

    Industria manufacturera: resultados generales relevado el 30 de abril de 1964 Informe

    Serie C.N.E.2. Buenos Aires: INDEC, 1965.

    Iñigo Carrera, Juan. La acumulación de capital en la Argentina. Argentina: Centro

    para la Investigación como Práctica Política, 1998.

    Jerez, Patricia. Treinta años en la evolución de la industria siderúrgica argentina.

    (1946-1976). Una cuestión de oferta y demanda. En: Rougier, Marcelo (dir).Políticas

    de promoción y estrategias empresariales en la industria argentina. 1950 -1980.

    Buenos Aires: Ediciones Cooperativas, 2007.

    Katz, Jorge y Kosacoff, Bernardo. El proceso de industrialización en la Argentina:

    evolución, retroceso y prospectiva. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina –

    CEPAL, 1989.

    Luna, Félix. Diálogos con Frondizi. Buenos Aires: Editorial Desarrollo, 1963. Mandel, Ernest. El Capitalismo Tardío, México: Ediciones Era, 1979. Marx, Karl. El Capital. Crítica de la Economía Política. España – México: Siglo XXI,

    1995, t. 1, v. 3.

    Raddavero, Bruno C. Análisis de la transferencia de la tecnología externa a la

    industria argentina: el caso de la industria automotriz. Económica, La Plata,

    Argentina, año XVIII, n. 3, 1972.

    Remes Lenicov, Jorge L. Algunos resultados de la política desarrollista (1958 –

    1964): el caso de la industria automotriz. En: Consejo Profesional de Ciencias

    Económicas de la Provincia de Buenos Aires, Universidad Nacional de La Plata.

    Facultad de Ciencias Económicas. Problemas económicos argentinos: diagnóstico y

    políticas. Buenos Aires: Ediciones Macchi, 1974.

  • 8/17/2019 La industria automotriz en los años de instalaci¢n masiva de empresas terminales

    21/21

    21

    Rougier, Marcelo y Schvarzer, Jorge. Las grandes empresas no mueren de pie. El

    (o)caso de SIAM. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma, 2006.

    Schvarzer, Jorge. La industria que supimos conseguir. Buenos Aires: Ediciones

    Cooperativas, 2000.

    Schvarzer, Jorge. La reconversión de la industria automotriz argentina: un balance a

    mitad de camino. Ciclos, Buenos Aires, año V, v. V, n. 8, 1995.

    Schvarzer, Jorge. Las empresas industriales más grandes de la Argentina. Una

    evaluación. Desarrollo Económico. Buenos Aires: IDES, v. 17, n.66, 1977

    Schvarzer, Jorge. Promoción industrial en Argentina. Características, evolución y

    resultados. Buenos Aires: CISEA, 1987.

    Sourrouille, Juan Vital. Transnacionales en América Latina. El complejo automotor

    en Argentina. México: ILET – Editorial Nueva Imagen, 1980.

    White, Lawrence. The American automobile industry and the small car, 1945 – 1970.

    The Journal of Industrial Economics. v.20, n. 2, 1972.