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Artículo sobre la temática de la insociable sociabilidad en Kant.
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1
“La insociable sociabilidad y el encause del rumbo de la
historia en Kant”1
María de Los Andes Valenzuela Corales.-
Alumna de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas
Universidad Católica del Maule
Sabemos que la historia se encuentra constituida por un conjunto de acciones
humanas, sin embargo, desde antiguo, el hombre ha intentado responder a la pregunta por
la historia. En un nivel básico y netamente lingüístico, ya el sólo concepto tiene un
significado profuso y no es tan sencillo establecer un consenso en cuanto a qué entendemos
por historia. En la generalidad de los casos, asociamos el concepto al estudio de la misma,
entendiendo por tal la “disciplina que estudia y narra el conjunto de los sucesos o hechos
políticos, sociales, económicos, culturales de un pueblo o de una nación”2 o asimismo,
como “la ciencia que estudia el pasado de las sociedades humanas”3. Sin embargo, más
allá de definirla como concepto en un mero interés descriptivo, la pregunta por el sentido de
la historia, desborda complejidad. Es pues, el mismo hombre quien se sitúa frente a ésta, e
intenta establecer no sólo una categorización dentro de la multiplicidad de fenómenos
humanos, sino que además se pregunta su sentido e intenta responder ésta pregunta
esclareciendo la posibilidad que concierne al significado de la historia humana, si es que lo
tiene; pues la cuestión en este punto es más o menos clara: o la historia puede encausarse
dentro de un fin o proyecto superlativo que la contenga o es simplemente un flujo constante
y desbocado de acontecimiento inconexos; o dicho de otro modo ¿es posible un fin
teleológico de su desarrollo? ¿Hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el
proceso de la historia humana?
1 En adelante se citará la obra de Kant según la traducción Akademie Ausgabe (Ak.)
2 Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española, en: http://lema.rae.es/drae/?val=historia
[visitado 03.07.2014]. 3 BLOGSFARM, Mª Ángeles. “¿Qué es la Historia?”, Sobre Historia, enero 2014, en:
http://sobrehistoria.com/que-es-la-historia/ [visitado 03.07.2014].
2
En ningún momento con tanta fuerza como en la Ilustración, se formuló pues, esta
pregunta. La Ilustración, periodo de la histórica y movimiento cultural e intelectual europeo
que se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa,
prolongándose en algunos países hasta los primeros años del siglo XIX, fue denominado así
por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la
razón. No sin motivo, el siglo XVIII, es conocido como el Siglo de las Luces. Es pues en
dicho periodo ilustrado en donde se acuña con fuerza una concepción lineal e irreversible
de la historia, y más aún, se concibe a la especie humana como perfectible entendiendo que
la naturaleza humana puede ser desarrollada indefinidamente mediante una correcta
pedagogía. Así las cosas, Immanuel Kant, en Qué es Ilustración (1784)4, define ésta como
“la liberación del hombre de su culpable incapacidad (minoría de edad)”, incapacidad que
significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro, pero además,
nos enmarca en un contexto dentro del cual él mismo, intenta dar respuesta a la pregunta
por el sentido de la historia entendiendo que el progreso se encuentra inscrito en el esquema
de la historia, y que la liberación y el desenvolvimiento de esa naturaleza perfectible del ser
humano, es sólo alcanzable a través de un gesto singular, designado como lema de la
ilustración5 ¡Sapere Aude!, o atrévete a saber.
Ahora bien, a Kant le preocupa la pregunta por el sentido de la historia humana, y
aunque no elabora una teoría sobre ella, en escritos como Ideas para una historia universal
enclave cosmopolita (1784), postula que el curso de la misma es teleológico, es decir, que
la historia como conjunto de acontecimientos, se dirige hacia un fin. El progreso humano es
constatable en la medida en que del estadio primitivo se avanza hacia el estadio de
“humanidad”. Esto supone al mismo tiempo un progreso moral, que no se da sólo a nivel de
individuos sino de especie. Es la misma naturaleza, entendida en un sentido de
“providencia”, la que busca que cada ser llegue a su pleno desarrollo y para ello Kant se
sirve del concepto de intención de la naturaleza, según el cual los antagonismos entre los
4 KANT, Immanuel. ¿Qué es la Ilustración?, en “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita y
otros escritos sobre Filosofía de la Historia”. Estudio preliminar de RODRÍGUEZ ARAMAYO, Roberto;
Traducción de ROLDAN PANADERO, Concha y RODRÍGUEZ ARAMAYO, Roberto, Editorial Tecnos,
Madrid, España, 2° edición, 1994. 5 KANT. ¿Qué es?, cit. nota n° 4, p. 287, <Ak. VIII, 35>
3
seres humanos se convierten en causa del orden. Así pues, dado que el hombre es para
Kant, una insociable sociabilidad, se dan en él inclinaciones opuestas a entrar en sociedad y
oponer resistencia a los demás; pero todo ello sucede como si la naturaleza se las ingeniase
para aprovechar todos los esfuerzos que los hombres hacen para resistirse al dominio de los
otros, hacia el logro de una convivencia cada vez más racional y pacífica.
Lo anterior sienta las bases para la creación de la sociedad civil; pero una vez creada
la sociedad, los antagonismos entre individuos se trasladan a los Estados y entonces, surge
la guerra a nivel interestatal. También aquí Kant se muestra optimista sobre la posibilidad
de que la razón llegue a imperar en la relaciones entre Estados, de modo que éstos lleguen a
constituir una gran confederación de naciones que tengan por objetivo el logro de una
sociedad civil justa, administrada según derecho y que culmine en la perfecta armonía entre
todos los pueblos, lo que conocemos como “La paz perpetua”.
No obstante lo anterior, el presente ensayo se encuentra delimitado al estudio del
texto Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, en complemento con ¿Qué es
la Ilustración? teniendo por objetivo, establecer a partir de dichos textos, especialmente el
primero de ellos, la relación existente entre el concepto de “insociable sociabilidad”
kantiana y el encause del rumbo de la historia de acuerdo al principio teleológico. Así las
cosas, en las páginas que siguen, se desarrollará primeramente y en un apartado breve, una
revisión de antecedentes biográficos y de contexto de Immanuel Kant, para a continuación
intentar, en los apartados siguientes, delimitar el sentido y alcance de la expresión
insociable sociabilidad, revisando primero y en términos generales, los principios rectores
de la historia de acuerdo a Kant y propuestos en Ideas para una historia universal en clave
cosmopolita, para luego, centrarnos específicamente en la revisión de aquellos principios
vinculados directamente a la idea de insociable sociabilidad. Todo lo anterior, en vista de
probar o desechar nuestra hipótesis de trabajo, a saber: “que la idea de insociable
sociabilidad y la explicación del encause del rumbo de la historia propuestas por Kant, se
enmarcan dentro de la idea general de progreso del proyecto de la Ilustración”, pudiendo
finalmente formular conclusiones en cuanto a la confirmación o rechazo de la hipótesis
propuesta.
4
I.- Breve contextualización biográfica: Immanuel Kant, nació en Königsberg,
Prusia, el 22 de abril de 1724; fue un filósofo prusiano del periodo de la Ilustración. En
1740 ingresó en la Universidad de Königsberg como estudiante de teología y fue alumno de
Martin Knutzen, quien lo introdujo en la filosofía racionalista de Leibniz y Wolff, y le
imbuyó así mismo el interés por la ciencia natural, en particular, por la mecánica de
Newton6.En los años que siguieron, impartió enseñanza y se formó como profesor
particular para niños de hasta 12 años. En 1755 se licenció en Königsberg, y ese mismo año
opositó a la docencia con un trabajo sobre "Una nueva aclaración de los principios del
conocimiento metafísico". En su calidad de profesor privado, se interesó por Newton,
Hume y, sobre todo, por Rousseau, a quien atribuye el haberle "enderezado" e iniciado en
una "revolución en cuanto al estilo de pensar"7.
La carrera docente de Kant le llevó a la cima de la lengua intelectual alemana. A lo
largo de su intensa vida de erudito (fue también rector de la Universidad entre 1768 y 1788)
redactó las obras filosóficas que marcarían la pauta de su tiempo. Entre ellas cabe destacar:
en 1781, Crítica de la Razón Pura (segunda edición de 1787); en 1783, Prolegómenos a
toda metafísica futura; en 1785, Fundamentación de la metafísica de las costumbres; en
1788, Crítica de la razón práctica; en 1790, Critica del juicio; en 1793, La religión dentro
de los límites de la mera razón; en 1795, La paz eterna; en 1797, Metafísica de las
costumbres; en 1798, El conflicto de las facultades; y, en 1798, Antropología desde un
punto de vista pragmático. En discusión con los intelectuales más relevantes de la escena
cultural europea de la época redactó, en 1784, además de otras muchas contribuciones
menores, la famosa Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? En 1796 impartió su
última clase. Falleció en Königsberg, el 12 de febrero de 1804.
a.- La Ilustración y la idea de progreso: La Ilustración, podemos identificarla como
categoría histórica y cultural, pues define un periodo de la historia, pero al mismo tiempo
una orientación de pensamiento con características claramente identificables. Frente a la
6 KANZ, Heinrich. “Immanuel Kant”, Perspectivas: revista trimestral de educación comparada, París.
UNESCO: Oficina Internacional de Educación, vol. XXIII, n° 3/4, 1993, págs. 837-854, p.1, en:
http://www.ibe.unesco.org/publications/ThinkersPdf/kants.pdf [visitado 03.07.2014]. 7 KANZ. “Immanuel”, cit. nota n° 6, p. 2.
5
autoridad de la tradición y a la aparente inamovilidad de lo presente, el espíritu ilustrado
introdujo la reflexión acerca de la legitimidad de las prácticas y las creencias, los
fundamentos del Estado o la legitimidad de las leyes de la vida social, entre otros. En este
contexto, surgen las primeras propuestas de la filosofía de la historia en las que ocupa un
lugar central la idea de progreso.8 La filosofía ilustrada de finales del siglo XVIII ofrece así,
importantes matizaciones a la concepción de la historia, pero es relevante que estas siempre
tienen como telón de fondo las ideas de la teleología y el progreso, ideas que como
veremos, no son ajenas a los postulados de Kant, en sus escritos sobre filosofía de la
historia, en los que se plasma en forma bastante evidente la noción de progreso, surgida en
la filosofía ilustrada de la historia.
Así las cosas, Falgueras9 en “Ideas filosóficas de la Ilustración”, reconoce que el
concepto de progreso, es uno de los que se consideran como absolutamente característicos
de la Ilustración. No obstante lo anterior, la noción de progreso no es nueva, pero es en el
periodo ilustrado en donde se acuña una concepción lineal y optimista de un progreso
indefinido. La fe en el progreso que es atribuida de modo común a la Ilustración, consiste
pues, en la convicción de que el futuro se reduce a la serie infinita de lo presente o también,
de que todo es posible para algún presente, siempre que ese presente sea progresivo10. La
expresión de esta fe admite distintas versiones, como por ejemplo la convicción de que el
mero progreso técnico-científico trae aparejado el progreso moral e intelectual de la
humanidad, o la de que el desarrollo de las capacidades y disposiciones generales y
naturales comporta necesariamente una mejora moral y cultural del género humano, idea
que como veremos, es ampliamente desarrollada en la filosofía de la historia de Kant.
b.- Kant y el contexto ilustrado: Con todo, como se señalara inicialmente, un
aspecto de suma relevancia que determinará en gran medida el pensamiento kantiano, se
8 PARELLADA, Ricardo. “Ilustración, progreso y desarrollo”, Universidad Complutense de Madrid,
ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política N.º 40, enero-junio, 2009, 17-28, p. 19, en:
http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/viewFile/643/644 [visitado 07.07.2014]. 9 FALGUERAS, Ignacio. “Ideas filosóficas de la Ilustración”. Universidad de Málaga, Málaga 3/ III/ 1988,
p.10, en: http://webpersonal.uma.es/~JIFALGUERAS/Historia/Historia/Kant-a_files/Ilustracion.pdf [visitado
07.07.2014]. 10
FALGUERAS. “Ideas”, cit. nota n° 9, p. 10.
6
relaciona con el contexto ilustrado por el cual estuvo insoslayablemente influenciado el
autor, ya evidente en su respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?. Como una de las
figuras decisivas de este movimiento, Kant expresó de forma rotunda y normativa el
impulso ilustrado en favor de la lucha contra la intolerancia, el adoctrinamiento, la cobardía
y la pereza; impulso que sería potencialmente útil para la construcción de una sociedad
mundial estructurada de manera positiva, conforme a derecho y que Kant entendería como
la superación de un estado de naturaleza que llevaría al hombre a configurarse en sociedad
desplegándose todas sus disposiciones naturales hasta aquel grado de desarrollo que
resultara plenamente adecuado a su naturaleza. Así las cosas, Kant utiliza términos propios
del contractualismo, entendido como aquella corriente moderna de filosofía política y del
derecho, que piensa el origen de la sociedad y del Estado como un contrato original entre
humanos, por el cual se acepta una limitación de las libertades a cambio de leyes que
garanticen la perpetuación y ciertas ventajas del cuerpo social. Son justamente las ideas de
la Ilustración, entre varios otros factores, las que ven emerger las primeras teorías del
contractualismo clásico, en un contexto de agrietamiento de la unidad religiosa, que sirviera
de elemento integrador del mundo medieval, y en donde se destruirían también las bases
teóricas que permitían una justificación teológica del orden social y político11
, propiciando
justamente el surgimiento de las teorías contractualistas y cuya terminología es
profusamente utilizada por Kant, en la formulación de los nueve principios que de acuerdo
a Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, ayudarían a “descubrir en el
absurdo decurso de las cosas humanas una intención de la naturaleza”12
o un hilo
conductor de la historia humana, como veremos a continuación.
11
FERNÁNDEZ, Eusebio. “El contractualismo clásico (XVII-XVIII) y los derechos naturales”, Anuario de
Derechos Humanos, págs. 60-100, p. 64, en:
http://orff.uc3m.es/bitstream/handle/10016/8229/contractualismo_fernandez_ADH_1983.pdf?sequence=1
[visitado 03.07.2014]. 12
KANT, Immanuel. “Ideas para una historia universal en clave cosmopolita y otros escritos sobre Filosofía
de la Historia”. Estudio preliminar de RODRÍGUEZ ARAMAYO, Roberto; Traducción de ROLDAN
PANADERO, Concha y RODRÍGUEZ ARAMAYO, Roberto, Editorial Tecnos, Madrid, España, 2° edición,
1994, p. 98. <AK. VIII 17>.
7
II.- Ideas para una historia universal en clave cosmopolita: siguiendo a
Rodríguez Aramayo13
, se puede sostener que Kant nunca elaboró nada parecido a una
Crítica de la razón histórica. Muy al contrario, sus escritos en torno a la Filosofía de la
Historia fueron ocasionales, breves y poco numerosos y a esta exigua producción pertenece
el texto en comento. No obstante lo anterior, señala Rodríguez Aramayo que los escritos de
Kant sobre filosofía de la historia no pueden ser considerados como una especie de
paréntesis dentro del sistema crítico; “no es posible soslayar el hecho de que Ideas para
una historia universal en clave cosmopolita hayan visto la luz a finales de 1784, es decir,
justo entremedio de la publicación de la Crítica de la razón pura (1781) y de la Crítica de la
razón práctica (1788). Es más, este precioso ensayo anticipa de alguna manera la
problemática que aborda la segunda parte de la Crítica del Juicio. Allí se sostendrá que nos
es imprescindible atribuir una intención a la Naturaleza, si queremos investigarla en sus
productos organizados mediante una observación continuada, siendo este concepto una
máxima absolutamente necesaria para el uso de la experiencia por parte de la razón. Seis
años antes el mismo hilo conductor ha sido aplicado por Kant, al estudio de la historia
realizado desde una perspectiva filosófica. El plan oculto de la Naturaleza cumple idénticas
funciones a las que serán asignadas más tarde al juicio reflexionante; supone una fértil
hipótesis de trabajo para el filósofo de la historia, pues se trata de un concepto heurístico
que nos permite creer en el progreso de la especie humana e interpretar el decurso histórico
como si hubiera sido escrito en una clave cosmopolita, esto es, persiguiendo el designio de
un feliz desenlace para la trama de las relaciones interestatales”14
.
Con todo, en Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, Kant parte de
un postulado básico: que las acciones humanas o fenómenos, se hallan determinadas como
cualquier otro suceso natural por leyes universales de la naturaleza. La historia narra tales
fenómenos y nos hace “abrigar la esperanza” de encontrar sus causas y descubrir su curso
regular como si el conjunto de la especie estuviera en una continua evolución progresiva de
sus disposiciones originarias. El rol que el filósofo juega en tal sentido, es intentar dilucidar
en el absurdo decurso de las cosas humanas una intención de la Naturaleza o hilo conductor
13
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 4. 14
KANT. “Ideas”, cit. nota n° 12, p. 5.
8
de la historia a través de los principios propuestos por Kant y que a continuación solo serán
enunciados de un modo general:
PRIMER PRINCIPIO Todas las disposiciones naturales de una criatura están destinadas a
desarrollarse alguna vez completamente y con arreglo a un fin.
SEGUNDO PRINCIPIO En el hombre (como única criatura racional sobre la tierra)
aquellas disposiciones naturales que tienden al uso de su razón sólo deben desarrollarse por
completo en la especie, mas no en el individuo
TERCER PRINCIPIO La Naturaleza ha querido que el hombre extraiga por completo de sí
mismo todo aquello que sobrepasa la estructuración mecánica de su existencia animal y que
no participe de otra felicidad o perfección que la que él mismo, libre del instinto, se haya
procurado por medio de la propia razón.
CUARTO PRINCIPIO El medio del que se sirve la Naturaleza para llevar a cabo el
desarrollo de todas sus disposiciones es el antagonismo de las mismas dentro de la
sociedad, en la medida en que ese antagonismo acaba por convertirse en la causa de un
orden legal de aquellas disposiciones.
QUINTO PRINCIPIO El mayor problema para la especie humana, a cuya solución le
fuerza la Naturaleza, es la instauración de una sociedad civil que administre universalmente
el derecho.
SEXTO PRINCIPIO Este problema es al mismo tiempo el más difícil y el que más
tardíamente será resuelto por la especie humana.
SÉPTIMO PRINCIPIO El problema del establecimiento de una constitución civil perfecta
depende a su vez del problema de una reglamentación de las relaciones interestatales y no
puede ser resuelto sin solucionar previamente esto último.
OCTAVO PRINCIPIO Se puede considerar la historia de la especie humana en su conjunto
como la ejecución de un plan oculto de la Naturaleza para llevar a cabo una constitución
9
interior y a tal fin exteriormente perfecta, como el único estado en el que puede desarrollar
plenamente todas sus disposiciones en la humanidad.
NOVENO PRINCIPIO Un intento filosófico de elaborar la historia universal conforme a un
plan de la Naturaleza que aspire a la perfecta integración civil de la especie humana tiene
que ser considerado como posible y hasta como elemento propiciador de esa intención de la
Naturaleza.
A continuación, se desarrollará con mayor detenimiento, aquellos principios más
estrechamente relacionados a la idea en estudio sobre la insociable sociabilidad y el
encause del rumbo de la historia humana.
III.- La insociable sociabilidad y el rumbo de la historia: Por regla general, no
podríamos sostener novedad alguna en postular la existencia de principios a priori y
principios empíricos (esto ya era parte de la distinción escolástica y de Wolff), pero la
novedad de la teoría Kantiana, está marcada justamente por su creencia en que el centro del
problema de la vida moral se encuentra en una tensión fundamental entre estos dos tipos de
principios. Wood15, en Unsociable Sociability: The Anthropological Basis of Kantian
Ethics, destaca que a menudo, los críticos han cuestionado la profunda desconfianza en la
naturaleza humana en la que Kant pone su acento, fundado en la constante oposición de la
razón a las inclinaciones humanas. Sin embargo, considera que dichas críticas, son
infundadas y miopes si se quiere, pues más allá de hacer referencias sarcásticas a
peculiaridades en la personalidad de Kant o su educación pietista, pasan por alto la estrecha
conexión existente entre las profundas sospechas que Kant tiene de nuestros deseos
naturales y su bien trabajada teoría de la naturaleza humana y su historia que es en general
optimista más que pesimista y potencialmente radical en sus implicaciones sociales.
Ahora bien, a una perspectiva antropológica de la idea de historia, como con todas
las pretensiones del conocimiento, Kant se acerca con precaución y es especialmente
cauteloso. En atención a las tendencias naturales de las personas, que ocultan y disfrazan la
15
WOOD, Allen. “Unsociable Sociability: The Anthropological Basis of Kantian Ethics”, Cornell University,
Philosophical Topics, VOL. 19 NO. I. spring 199,1 págs. 325-351, p.327.
10
verdad sobre sí mismos, Kant estima la observación de la realidad como un “negocio
traicionero”16. Así las cosas, a una escala mayor, la observación de la humanidad es
igualmente difícil de determinar, en parte porque no tenemos otras especies racionales con
los que compararnos y en parte también porque los seres humanos son capaces de crear su
propio carácter, incluso de cambiar y desarrollar su propia naturaleza17. Por esta razón, la
pregunta sobre la naturaleza humana es inevitablemente, igualmente las preguntas sobre la
dirección y el fin de la historia humana. Si bien Kant, niega la posibilidad de tener algún
conocimiento genuino sobre tales aspectos, la preocupación práctica por la historia humana
nos obliga a adoptar opciones al respecto. Wood señala que “As rational beings we must try
to leave the human race better than we found it, and we cannot avoid thinking of the
direction we choose to take humanity as a progressive one”18, lo que lleva a Kant a
formular "una idea de cómo los acontecimientos mundiales deberían desarrollarse
ajustados a ciertos fines”, postulando en definitiva la idea de una historia universal desde
un punto de vista cosmopolita.
Pues bien, a través de los nueve principios postulados en Ideas para una historia
universal en clave cosmopolita, Kant basa su filosofía de la historia en la concepción de un
fin natural que se puede atribuir colectivamente a las acciones humanas y en su intento por
especificar el final, comienza con la hipótesis heurística de que la naturaleza organiza las
cosas para que todas las capacidades naturales de las criaturas, se desarrollen
completamente, entendiendo que el antagonismo o la competencia son el dispositivo del
cual se vale la naturaleza para conseguir ese desarrollo. Así lo expresa Kant en el cuarto
principio: “El medio del que se sirve la Naturaleza para llevar a cabo el desarrollo de
todas sus disposiciones es el antagonismo de las mismas dentro de la sociedad, en la
medida en que ese antagonismo acaba por convertirse en la causa de un orden legal de
aquellas disposiciones”19. Por antagonismo entendemos pues, la insociable-sociabilidad de
los seres humanos, o el que su tendencia a reunirse en sociedad sea inseparable de una
16
WOOD. “Unsociable”, cit. nota n° 15, p.328. 17
WOOD. “Unsociable”, cit. nota n° 15, p.328. 18
WOOD. “Unsociable”, cit. nota n° 15, p.328 19
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 102, <Ak. VIII 20>
11
hostilidad que amenaza constantemente con disolver esa sociedad. Corolario a ello, se
desarrolla el concepto de “amor propio”, impulso inocente, pero a la vez siniestro, de
autobeneficiarse y que según piensa Kant, es la forma inevitable de la autoestima humana,
siempre que la humanidad no haya aprendido aún a disciplinarse conforme a la ley
universal de la razón. Bajo la influencia de esta vanidad, el ser humano se encuentra en
constante rivalidad con los demás, sin verse satisfecho hasta lograr ascender por sobre
ellos. Sin embargo, esta auto vanidad también sirve inconscientemente al propósito de la
naturaleza, contribuyendo al desarrollo de las capacidades de la raza humana en su
conjunto. Así, la desigualdad resultante entre los seres humanos resulta ser una "rica fuente
de muchos males, pero también de todo lo bueno".
Con todo, la naturaleza no es azarosa al colocarnos en una condición de insociable
sociabilidad, lo hace con el fin de desarrollar al máximo nuestras facultades a través de éste
antagonismo social. Si ello no se diera de tal forma, “todos los talentos humanos,
quedarían eternamente ocultos en su germen en medio de una arcádica vida de pastores
donde reinarían la más perfecta armonía, la frugalidad y el conformismo de suerte que los
hombres serían tan bonachones como las ovejas que pastorean (…) sin llenar así el vacío de
la creación atendiendo a su fin como Naturaleza racional20. Por ello, una vez que hemos
llegado a una condición civilizada, encausados por la Naturaleza, en base a la
incompatibilidad, a la envidiosa vanidad que nos hace rivalizar y el anhelo insaciable de
acaparar o incluso de dominar, el futuro desarrollo de nuestras facultades es a partir de
ahora, el logro del propio propósito de la naturaleza en el desarrollo de éstas y depende, de
acuerdo a Kant, de la medida en que hayamos logrado la paz y la justicia, como corolarios
al propósito original de la naturaleza de lograr el perfeccionamiento de nuestras
disposiciones naturales a través del antagonismo social.
Medina Núñez, en “El ser humano y su insociable sociabilidad”21, destaca
asimismo, que para Kant, la historia de la humanidad tiene un sentido que es conforme al
20
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 104, <Ak. VIII 21> 21
MEDINA NUÑEZ, Ignacio. “El ser humano y su insociable sociabilidad”, Utopía y Praxis
Latinoamericana [online]. 2009, vol.14, n.46 pp. 117-126. en:
12
sentido de la naturaleza en su conjunto, pero en donde ni los seres humanos ni los pueblos
son necesariamente conscientes de él, puesto que cada uno puede seguir su propósito -y a
veces de forma hasta contradictoria-, no obstante la posibilidad de descubrir algún hilo
conductor. “La historia nos hace abrigar la esperanza de que por muy profundamente
ocultas que puedan estar las causas de las acciones humanas, cuando la historia
contempla el juego de la libertad en bloque, acaso pueda descubrir en él un curso regular
(…)”22
Así, como ya se ha señalado, el medio de que se sirve la Naturaleza para lograr el
desarrollo de todas sus disposiciones es el referido antagonismo de las mismas, en la
medida en que ese antagonismo se convierte a la postre en la causa de un orden legal de
aquellas. Es justamente este antagonismo el que entendemos como “insociable
sociabilidad” de los hombres, el que a su vez, va encausando la historia humana desde el
primitivo estadio de “salvaje libertad” hasta el ingreso a un estado de coerción, en una
sociedad regida por una constitución civil perfectamente justa, aun cuando éste sea
denominado por Kant en su quinto principio, como el mayor problema de la especie
humana.
Al respecto, Medina Núñez, destaca que Kant retoma por un lado la tendencia
innata del “ser social” de Aristóteles, pero sin olvidar la versión de Hobbes en el sentido de
que “el hombre es un lobo para el hombre” (Homo homini lupus). Es decir, es inherente a
la naturaleza humana una gran inclinación a formar sociedad pero al mismo tiempo una
tendencia natural a la guerra, que amenaza constantemente el conjunto de la misma
sociedad. Y hay que aceptar que las dos tendencias se encuentran en la naturaleza propia
del ser humano: tendemos a formar sociedad, pero también experimentamos rasgos
antisociales al querer disponer de todo con nuestra libertad y al encontrar oposición en los
otros23. La sociedad y la guerra son entonces, parte inherente, de la cultura humana. Las
tensiones y contradicciones producidas por esta doble tendencia son parte necesaria del
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-
52162009000300009&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1315-521 [visitado 07-07-2014]. 22
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 97, <Ak. VIII 17> 23
MEDINA, “El ser humano”, cit. nota n° 21, p. 122.
13
desarrollo de nuestras sociedades, lo que lleva a Medina a sostener que toda nuestra cultura
contemporánea es fruto de la insociable sociabilidad del ser humano24.
No obstante lo anterior, la gran disyuntiva que emerge para la humanidad radica en
determinar ¿cómo apostar al triunfo de la sociabilidad por sobre la insociabilidad? Para el
referido autor, Kant, a través de la formulación de su quinto principio referente a la
sociedad civil, explicaría su opción por la primacía de la sociabilidad, aun cuando éste se
constituya en el mayor problema para la especie humana, como se señalara previamente.
Así, la concepción kantiana de la sociedad civil se refiere a la apuesta por la derrota
paulatina de la insociabilidad del hombre mediante actos de libertad razonados y empujados
por la voluntad colectiva, conforme a los intereses de la misma colectividad. Por ello, Kant
no se refiere a una tendencia absoluta y sin freno hacia una paz duradera en etapas con
mejores niveles de desarrollo sino a esta “intención” de la naturaleza puesta en la
humanidad pero que en cualquier momento la misma libertad humana podría frustrar y que
de hecho frustra repetidamente en muchos momentos de la historia, al actuar de manera
destructiva y utilizando la misma acumulación de conocimientos25. Así pues, estima Kant,
que si bien el hombre quiere concordia, la Naturaleza sabe mejor lo que es bueno para su
especie y quiere discordia, pues en conclusión se puede establecer que la Naturaleza, como
ese secreto hilo conductor, encausa perfectamente el rumbo de la historia, valiéndose
justamente del antagonismo al cual llamamos insociable sociabilidad.
Qué mejor forma de graficarlo que a través del refrán “Dios escribe derecho sobre
renglones torcidos”.
IV.-A modo de conclusión: Insociable sociabilidad, el encause del rumbo de la historia
y el proyecto ilustrado: Con el objeto de elaborar conclusiones respecto a las ideas
previamente expuestas, es conveniente retomar o recordar la pregunta inicialmente
planteada, respecto a si ¿Hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el
proceso de la historia humana? Al menos a la luz de la doctrina kantiana desarrollada en
Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, todo parece indicarnos que sí,
24
MEDINA, “El ser humano”, cit. nota n° 21, p. 122 25
MEDINA, “El ser humano”, cit. nota n° 21, p. 123
14
efectivamente existe un hilo conductor del proceso de la historia humana, del cual se vale la
Naturaleza a través del mecanismo de la insociable sociabilidad, con el objeto de encausar
o dirigir misteriosamente la historia del hombre. Así las cosas, Kant se muestra convencido
en creer que lo más característico de la especie humana es el hecho de que la Naturaleza ha
implantado en nosotros la semilla de la discordia en conjunto a la natural tendencia a
sociabilizar, llegando a articular en su teoría esta doble dimensión de los humanos a través
de dos conceptos básicos en su filosofía de la historia: la sociabilidad y la insociabilidad
como inherentes a la humanidad y que han sido desarrollados a lo largo del presente
ensayo. La Naturaleza cumpliendo una función netamente heurística, asociada a una idea
teleológica de la historia, nos permite entender a ésta, como si estuviera dirigida a algún fin
y nos ayuda a apreciar con mayor precisión el “secreto mecanismo de su organización”26.
Tal idea, de acuerdo a lo expuesto por Kant, “podría servirnos de hilo conductor
para describir cuando menos en su conjunto como un sistema lo que de otro modo
resultaría un agregado rapsódico de acciones humanas”27
De esta forma, conocer la plenitud de la historia, como conjunto de los
acontecimientos humanos, probablemente sea imposible y tampoco Kant aspira a ello,
tampoco aspira a postular derechamente cuál es el sentido de la historia, pues tal sentido,
podría encontrarse en el orden de aquellas cosas no perceptibles por los sentidos. El
referido autor, se limita a ofrecernos una “clave interpretativa o heurística” que fundada en
el principio teleológico, ayudará a interpretar la historia humana como si ésta estuviera
dirigida a algún fin, siendo la Naturaleza, en un sentido de “providencia” la encargada de
encausarla, valiéndose de mecanismos tales como la insociable sociabilidad, con el objeto
de llevar a la humanidad a un estado superlativo de progreso.
En este orden de cosas, la primera parte de nuestra hipótesis de trabajo, pareciera estar
comprobada, pues efectivamente la idea de insociable sociabilidad permite explicar el
encause del rumbo de la historia en la teoría kantiana. Sin embargo, el desarrollo de los
argumentos expuestos nos hace pensar que subyace a todo esto, la idea de que Kant está
26
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 115, <Ak VIII 29> 27
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 115, <Ak VIII 29>
15
pensando la historia humana como si hubiera una suerte de racionalidad que la dirigiera,
orientándola al progreso, todo lo cual nos hace afirmar que evidentemente, la filosofía de la
historia kantiana se enmarca dentro de la idea general de progreso del proyecto de la
Ilustración. El siglo XVIII, como viéramos, está saturado de la creencia en la unidad e
invariabilidad de la razón. Es la misma para todos los hombres, para todas las naciones,
para todas las épocas y culturas. La razón no es un contenido firme de conocimientos, es un
ejercicio, una acción, una energía que debe desplegarse para generar cambios en la historia.
Ante estas ideas se prepara para la humanidad un nuevo porvenir, que se enmarca en una
idea general y optimista de progreso, pues Ilustración, no es sólo aprender, sino “empuñar
el timón” y llevar la nave del espíritu hacia determinadas metas, teniendo fe en que su
modelo racional traerá la felicidad a todos los hombres. En palabras de Milagros Mier28
“Cuando se leen los artículos escritos en 1784: “¿Qué es la Ilustración?” e “Idea de una
historia universal en sentido cosmopolita”, no se podrá menos de destacar, por encima de
todo, que esta época fue para Kant una defensa de la autonomía de la razón por la que luchó
apasionadamente, haciéndola valer y regir en todos los dominios del ser espiritual”.
En su invariable idea de progreso, Kant impulsa a todas las generaciones a superar a las
anteriores, ninguna puede obligar a la siguiente a una situación tal que le sea imposible
ampliar sus conocimientos, depurarlos de errores y, avanzar en el estado de su ilustración.
Esto significaría para Kant un crimen contra la naturaleza humana, cuyo destino primordial
radica precisamente en este progreso:
“Una época no puede aliarse y conjurarse para dejar a la siguiente en un estado en que no
le haya de ser posible ampliar sus conocimientos (sobre todo los más apremiantes),
rectificar sus errores y en general seguir avanzando hacia la ilustración. Tal cosa
supondría un crimen contra la naturaleza humana, cuyo destino primordial consiste
justamente en ese progresar (…)”29
28
MIER, Milagros. “Kant o la razón Ilustrada”. Departamento Académico de Estudios Generales, ITAM,
febrero 2014, págs. 175-183, p. 178, en: http://biblioteca.itam.mx/estudios/60-
89/71/MilagrosMierKantolarazonilustrada.pdf [visitado 09.07.2014]. 29
KANT. “Ideas”, cit. nota n°12, p. 102, <Ak. VIII 39>
16
Tal postulado, se conjuga con la idea desarrollada por Kant en el segundo principio
postulado en Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, pues Kant, confía en
que en el hombre, como única criatura racional sobre la tierra, aquellas disposiciones
naturales que tiendan al uso de la razón, deben desarrollarse por completo en la especie,
pues la Naturaleza precisa de una serie de generaciones que se transmitan la una a la otra la
ilustración, para terminar por conducir los gérmenes depositados en la especie humana
hasta aquel grado de desarrollo que resulte plenamente adecuado a su intención. Así las
cosas y en conclusión, lo cierto es que Kant enmarca su visión del rumbo de la historia
humana en una idea general de progreso propia del proyecto de la Ilustración, en virtud de
la cual se confía ciegamente en que el ser humano, como único ser racional, logrará
liberarse de la tutela, superar su minoría de edad y así, guiado por la razón, en conspiración
con la intención de la Naturaleza, podrá alcanzar un estado de humanidad superlativo,
desplegando completamente sus potencialidades y habiendo alcanzado el desarrollo
adecuado de todas sus disposiciones naturales.
Estudiante: María de Los Andes Valenzuela Corales
Profesor: Dr. Miguel González Vallejos
Seminario Mundo-Historia
Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas
Universidad Católica del Maule
12 de julio de 2014.-
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Referencias Bibliográficas:
- Obras Completas:
- KANT, Immanuel. ¿Qué es la Ilustración?, en “Ideas para una historia universal
en clave cosmopolita y otros escritos sobre Filosofía de la Historia”. Estudio
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PANADERO, Concha y RODRÍGUEZ ARAMAYO, Roberto, Editorial Tecnos,
Madrid, España, 2° edición, 1994.
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ARAMAYO, Roberto; Traducción de ROLDAN PANADERO, Concha y
RODRÍGUEZ ARAMAYO, Roberto, Editorial Tecnos, Madrid, España, 2° edición,
1994.
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http://orff.uc3m.es/bitstream/handle/10016/8229/contractualismo_fernandez_ADH_
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