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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=151320329002 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Carlos Alberto Montoya Corrales La inversión extranjera como determinante del desarrollo en América Latina Revista Ciencias Estratégicas, vol. 14, núm. 15, enero-junio, 2006, pp. 21-31, Universidad Pontificia Bolivariana Colombia ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Revista Ciencias Estratégicas, ISSN (Versión impresa): 1794-8347 [email protected] Universidad Pontificia Bolivariana Colombia www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Carlos Alberto Montoya Corrales

La inversión extranjera como determinante del desarrollo en América Latina

Revista Ciencias Estratégicas, vol. 14, núm. 15, enero-junio, 2006, pp. 21-31,

Universidad Pontificia Bolivariana

Colombia

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Revista Ciencias Estratégicas,

ISSN (Versión impresa): 1794-8347

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La inversión extranjera como determinante del desarrollo en américa latina

Eje temático: desarrolloSubtema: inversión extranjera

RESUMEN

No obstante ser considerada como motor detransformación de las economías menosdesarrolladas, la Inversión Extranjera Directa registraefectos diversos que obligan a un estudio máscuidadoso de las causas y consecuencias a ellaasociada. En la actualidad las decisiones de las grandescorporaciones, sin duda, estarían permitiendo aeconomías como las latinoamericanas un mayor accesode capitales, renovando su confianza en estamodalidad de vinculación con los grandes capitalestransnacionales, y aunque las expectativas sonmuchas, su efecto final dependerá del tipo deinversión desarrollada, la estructura de mercado enla cual participan y la continuidad de las mismas.

SUMMARY

In spite of being considered an element oftransformation of the less developed economies,Direct Foreign Investment has different effects thatlead to a more careful study of the causes andconsequences related to it. Currently, decisions inbig corporations would, doubtlessly, allow economiessuch as the Latin American a higher access to capital,renewing its trust on such form of associations tohigh transactional capitals, and even the expectationsare high, its final effect will depend on the type ofinvestment, the market structure in which theyparticipate and their stability as well.

LA INVERSIÓN EXTRANJERA COMODETERMINANTE DEL DESARROLLO ENAMÉRICA LATINA

The foreign investment as a determiner of the development in

Latin America

Carlos Alberto Montoya Corrales

Director de la Faculta de Economía. Universidad

Pontificia Bolivariana. Economista, Sociólogo,

Especialista en Alta Gerencia y Magíster en

Ciencias Económicas.

[email protected]

Artículo recibido el 14 de junio de 2006 y aprobadopara publicar el 3 de julio de 2006

Revista Ciencias Estratégicas Vol. 14 No. 15. Pag 25-35Medellín-Colombia. Ene-Jun de 2006 - ISSN: 1794-8347

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Introducción

Durante los últimos quince años se harecuperado la confianza atribuida en lasdécadas de los cuarenta y cincuenta a la

importancia de la inversión extranjera directa1

(IED) como fuente de capital, modernización de laactividad empresarial2 y cambio tecnológico paralos países latinoamericanos, y en general en elconjunto de los países en desarrollo y de laseconomías en transición. En particular, en AméricaLatina, la recuperación de los flujos de capitalcoincide con la proliferación de diversasestrategias de penetración de los capitales en losmás disímiles sectores de la producción, lo que haalentado a los gobiernos a disponer de unascondiciones adecuadas que les permitan un mayoracceso a los flujos de inversión extranjera; lacoincidencia es aún más grata si se tiene en cuentaque acelerar la movilidad de capitales se haconvertido para los grandes inversionistas ennorma de sobrevivencia de la corporaciones y enuna forma de reducir el riesgo derivado de losefectos de la globalización y su creciente impactosobre la competitividad.

Las dificultades crecientes en materia de accesoa créditos externos, y los efectos probados encuanto a las implicaciones macroeconómicasderivados de su financiamiento han impulsado alas economías de la región a diversificar sus fuentes

de recursos para la inversión. En este contexto seexplica el inusitado interés de los gobernantesregionales por establecer unas políticas públicasque les permitan una mejor adaptación a lascondiciones que exige el mercado internacional decapitales; actitud que se refuerza si se consideraque entre los obstáculos al desarrollo de la regiónse destaca el insuficiente ahorro que limita lasposibilidades de inversión. Esto es evidente si setiene en cuenta que Latinoamérica alcanza nivelespromedio de ahorro interno del 18% del PIB y quedebe invertir por lo menos un 25% si realmentedesea alcanzar el crecimiento sostenido.

Consecuencias de lainversión extranjeradirecta

Si bien no puede enfatizarse en las razonesespecíficas que mueven a cada economía acapturar los capitales internacionales, es evidenteque comparten la necesidad de cerrar la brechaentre el ahorro y la inversión, al igual que el hechode considerar la IED como un instrumentofundamental para la transformación productiva ypara la transferencia de tecnología. De otra parte,este mecanismo de financiación le permite a lospaíses contar con flujos de capital más estables y

1 En este texto se considera como directa una inversión que se realiza para adquirir un interés duradero enuna empresa que opera en una economía distinta de la del inversor, siendo el propósito del inversor eltener una influencia efectiva en la administración de la empresa.

2 Si bien, este aspecto no constituye el eje fundamental de estas notas sobre la Inversión Extranjera Directa(IED), es loable señalar que entre los efectos atribuidos a la inversión extranjera directa se destaca laposible transferencia de recursos, conocimientos y habilidades que fortalecen la capacidad empresarial enlos países receptores. Las transnacionales tienen acceso mundial a individuos con habilidades y conocimientosque pueden ser transferidos a sus filiales en el extranjero, trayendo expertos o implementando unidadesde entrenamiento avanzado. Esas capacidades mejoradas y adaptables, junto con nuevas prácticasorganizacionales y técnicas gerenciales, pueden contribuir a la generación del capital humano que losmercados requieren, a medida que las condiciones económicas y tecnológicas cambian.

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más fáciles de servir que la deuda comercial o lainversión de portafolio.

En la medida en que las empresas transnacionalesinvierten en proyectos de más largo plazo, suefecto sobre la economía se traduce en inversionesproductivas que contribuyen al mejoraprovechamiento de las ventajas absolutas ycomparativas y con ello a un uso más eficiente delos recursos que se dispone en los países. Laborque suele acompañarse de unas expectativasfavorables en lo que a la incorporación detecnología se refiere. Al respecto, es comúnmenteaceptado el efecto de un aumento en la eficienciade aquellas tecnologías que ya se están utilizandoen el país receptor, su contribución con laadaptación de las tecnologías a las condicioneslocales, su impacto en materia de actualización ymejoramiento de las tecnologías a medida que lasinnovaciones surgen y los patrones de consumocambian; lo que en últimas se traduce en latransferencia de modelos de comportamientoproductivo que intensifican la competencia.

De otra parte, la ya larga presencia de losinversionistas extranjeros en la mayoría de laseconomías de la región permite considerar a lainversión extranjera directa como uno de losfactores clave a la hora de generar comerciointernacional y, consecuentemente, de promover

el crecimiento y desarrollo económico3. Ello explicapor qué los esfuerzos realizados por atraerla haciala región y alcanzar los niveles de concentraciónque se evidencian en otras regiones,particularmente en la región asiática4. La tesis quealienta esta postura es simple: la inversiónextranjera incrementa el stock de capital de laregión receptora, produciendo una ampliación dela demanda efectiva que eleva la tasa decrecimiento del producto. Sólo que la acumulaciónde capital físico ocurrirá, siempre y cuando losflujos de inversión no se destinen a la compra deactivos productivos ya existentes. Así mismo, lasrepatriaciones de capital no podrán superar losflujos brutos de inversión, de lo contrario sepresentaría una disminución del capital.

En fin, para los países receptores, los beneficiosque la IED aporta al desarrollo de su economía sonnumerosos pues complementa al ahorro interno,crea nuevos activos, genera transferencia detecnología, incrementa la oferta de productos,tanto para el mercado interno como para laexportación, crea empleos, lo que tiene unainfluencia muy importante en la generación riquezay en el incremento del nivel del vida de la población.Aspectos que se suman a los consabidos efectosen materia de estabilidad en la balanza de pagos yen la mayor disponibilidad de reservasinternacionales.

3 Se estima que firmas foráneas pueden facilitar el acceso al comercio internacional del país anfitrión paralos bienes y servicios que ya están siendo producidos, al tiempo que alienta el desarrollo de nuevasactividades que exploten las ventajas comparativas de la economía receptora. Igualmente, el crecimientode exportaciones en sí mismo ofrece beneficios en términos de aprendizaje tecnológico, economías deescala, estímulo a la competitividad e inteligencia de mercados; aspectos considerados determinantes parael desarrollo de las economías que pretenden hacer del comercio internacional un vehículo de desarrolloeconómico y social.

4 La inversión extranjera directa en China ha crecido de forma continua y en 2002 este país se transformó enel primer receptor mundial de capitales, a excepción de los Estados Unidos. En 2002, el 52% de lasexportaciones chinas las realizaron las empresas de capital extranjero. La importancia creciente de lainversión extranjera para el mantenimiento económico, es la principal garantía de que el gobierno de Chinasiga manteniendo y perfeccionando el entorno inversor y mejorando la protección de la inversión extranjeraen China.

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Sin embargo, la IED también tiene algunos efectosnegativos que obligan a que en las políticas degobierno se incorporen los beneficios y costos decorto, mediano y largo plazo de traer IED dediferentes tipos. La experiencia latinoamericanaregistra casos en los cuales la IED limita el procesonacional de industrialización o sustituye el aparatoproductivo local, generando en algunos de ellosdos tipos de economía, si se tiene en cuenta que,en no pocas ocasiones, los sectores que sedesarrollan lo hacen en función de los interesesque establece la empresa o mercado generador dela inversión; en tanto que la incorporación deactivos y los procesos de reestructuración sectorialy empresarial, derivados de la adopción de nuevoscriterios de organización de producción, genera laeliminación de puestos de trabajo.

Situación que explica la presencia de, al menos,dos grandes enfoques asociados a la influencia dela IED en las economías latinoamericanas. Elprimero, que plantea efectos muy positivos; y elsegundo, que establece una relación directa entrela ausencia de una política clara de la IED en defensade los intereses nacionales y efectos problemáticossobre la economía y la sociedad, que en ocasionesse constituyen en categóricamente negativos. Loque obliga a indagar por los contenidos y alcanceque debe revestir la IED en cada uno de los países,para lograr cumplir su función de ser promotorade crecimiento y bienestar, al tiempo que serequiere consultar las necesidades reales del paísy el grupo de transnacionales que puedencomplementar el esfuerzo nacional por impulsar eldesarrollo y la competitividad.

Enfoques sobre llainversión extranjeradirecta

Enfoques favorables a la IED

Las descripciones teóricas referidas a la importanciade la inversión extranjera se circunscriben a la teoríadel crecimiento, y sus contenidos son tan amplioscomo disímiles. La contribución de la IED en el senode la teoría del crecimiento variará dependiendodel tipo del modelo dentro del cual se estudie elproceso. En el caso de los modelos neoclásicos, alestilo de Solow (1956), el impacto de la IED sobre elcrecimiento del producto estará limitado por laexistencia de rendimientos decrecientes del capitalfísico. Por lo tanto, la IED tendría un efecto nivelsobre la renta per capita, lo que se traduce en unnulo efecto de la tasa de crecimiento a largo plazodel producto per capita. Conclusión de la que seseparan otros de los más recientes teóricos delcrecimiento, entre quienes se destacan Paul Romer(1986) y Robert Lucas (1988)5, para quienes la IEDpuede afectar la tasa de crecimiento de un país deforma endógena y elevar el desarrollo a largo plazosi genera rendimientos crecientes en la produccióna través de los efectos difusión (spillover) u otrotipo de externalidades.

Precisamente, en este último enfoque, reposan lasposturas más favorables a la IED como motor decrecimiento de las economías en desarrollo, si setiene en cuenta que la IED provoca, en el país

5 Los nuevos teóricos del crecimiento reavivaron el estudio del crecimiento económico e imprimieron nuevoselementos de análisis que servirían de fundamento para explicar las condiciones sobre las cuales es posiblealcanzar una senda de crecimiento de largo plazo. Sus trabajos se diferencian de los neoclásicos porqueconsiguen que la tasa de crecimiento a largo plazo puede ser positiva sin necesidad de suponer a prioricrecimiento tecnológico exógeno; de ahí que las nuevas teorías se bautizaran como “teorías del crecimientoendógeno

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receptor de la inversión, cambios importantesasociados a la adopción de tecnología innovadora,mejora de la eficiencia productiva y genera otrasexternalidades. En este sentido, la IED se puedeconsiderar el principal vehículo transmisor detecnología en los países en desarrollo (Borensztein,De Gregorio y Lee, 1998).

En la misma línea, y caracterizados por ser valiososenfoques que describen con singular claridad laconcepción positiva acerca de la IED, se destacanen la literatura no neoclásica los trabajos deCardoso y Dornbusch (1989) y Obstfeld (1999). Elpunto de partida de esta literatura es que elcrecimiento económico requiere inversión, y si estainversión tiene componente importado, el ahorrodoméstico puede no ser suficiente para garantizarsu financiamiento. A su vez, los autores asocian elpésimo desempeño macroeconómico enLatinoamérica en los ochenta a las salidas de capitalregistradas en esa década. Dancourt, Mendoza yVilcapoma (1997), y Mendoza y Olivares (1999),por su parte, encuentran que el mejor desempeñomacroeconómico de los noventa en los países deAmérica del Sur, se debe en gran medida al ingresode capitales observados en esa década. Lo quesugiere una muy precisa relación entre elcrecimiento económico y el acceso a los flujos decapital externo.

Contrario a lo que parece, en este enfoque el papelde los países receptores no es pasivo, lasinversiones requieren un clima empresarialprevisible, transparente y no discriminatorio. Enparticular, la existencia de una normativa queresponda a las demandas de los inversionistaspermite a las economías incrementar susoportunidades de atraer la inversión y hacer máscreíbles las reformas nacionales6. Ahora, como esobvio que reducir la incertidumbre y los riesgos nogarantiza que un país reciba más inversiónextranjera directa, se requiere contar con unescenario más propicio para la misma, como aquelque se deriva de una adecuadas normas deinversión multilaterales, las cuales muyseguramente incrementarán los flujos mundialesde IED, lo que ayudaría a los países en desarrollo aatraer un porcentaje mayor de la inversiónextranjera directa disponible.

El postulado esencial de este tipo de enfoquepermite afirmar que la IED contribuye a romper elcirculo vicioso del subdesarrollo7, al complementarlos ahorros locales y proporcionar tecnología ytécnicas de administración y de la mercadotecniamás eficaces para mejorar la productividad y, porende, la competitividad sectorial y empresarial.Los beneficios para el país receptor dependeránde la magnitud de los capitales que ingresen a la

6 Esta situación no es exclusiva de los países latinoamericanos. En la actualidad, el contar con una normativaque regule la IED es un reto de la comunidad internacional, si se considera que aún no existe un climamundial estable y transparente para la inversión extranjera directa que resulte favorable a los intereses,tanto de los países desarrollados como de los países en desarrollo. De ahí la importancia de avanzar en lasnegociaciones conducentes a establecer un marco básico de normas multilaterales sobre inversión extranjeradirecta. Al respecto es deseable que la OMC negociase un marco basado en el principio de que laslegislaciones nacionales deben ser no discriminatorias, transparentes y previsibles. El conjunto fragmentarioactual de normas de inversión regionales y bilaterales no es satisfactorio (a finales de 2004 se habíanfirmado 2265 acuerdos bilaterales de inversión). Los acuerdos ineficaces y no transparentes permiten lasdisparidades de tratamiento entre los distintos países e impiden una asignación óptima de la inversiónextranjera directa en las cadenas de producción y suministro mundiales.

7 Se asume que las naciones están hundidas en un desequilibrio que las inclina hacia la pobreza: los bajosniveles de productividad resultan en salarios bajos que, a su vez, producen pequeños índices de ahorro, loscuales ocasionan menores índices de inversión, y así, se perpetúan los bajos niveles de productividad.

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economía, así como de la elasticidad de demandade capital y su impacto sobre el crecimientosectorial. Lo que en última instancia determina elimpacto de la inversión sobre el bienestar de lapoblación8. De otra parte, es evidente que sin laexistencia de este clima propicio la IED puede sercontraproducente; en lugar de estimular elcrecimiento y generar las externalidades antesmencionadas, servirá para impulsar la tasa derepatriación de la inversión por las compañíasextranjeras, ocasionando efectos sociales noapreciables en la economía receptora de lainversión.

Los enfoques críticos frente a

la IED

En el extremo de la crítica se encuentra una visiónnegativa de la IED. Contrario a lo que piensan losteóricos y empiristas defensores de la IED, existeuna larga historia de críticas referidas al papel delas empresas multinacionales en los países endesarrollo, soportadas en la presencia de unarelación desigual que enfrenta a los paísesreceptores y a los grandes inversionistasinternacionales. En esta relación predomina elinterés de los primeros en medio de una necesidadcreciente de los países pobres de contar con nuevosrecursos para aumentar la inversión, propiciar un

mayor uso de los recursos existentes y garantizarun mayor bienestar en las economías. En dudaqueda su impacto sobre el crecimiento de laproducción, la adopción de tecnologías y, engeneral, sobre los determinantes de lacompetitividad del país receptor.

El punto de partida de este tipo de enfoques loconstituye el reconocimiento de una estructura demercados imperfectos en los cuales suelen actuarlas empresas multinacionales (Dunning 1974), ycon la presencia de economías receptoras débilesincapaces de diseñar un política de inversionesque se ajuste a las necesidades reales detransformación productiva que requieren suspaíses. A lo anterior, se suma el afán de laseconomías por disponer de un entorno favorablepara los inversionistas, acudiendo a políticasampliamente liberalizadoras que, al igual queestimulan el ingreso de capitales, se conviertenen el drenaje de utilidades. En consecuencia, y talcomo se infiere de la postura que asume (Moran,2000) al referirse a los efectos netos que arroja elmovimiento de capitales, en lugar de cubrir labrecha entre ahorro e inversión, podrían disminuirambos aspectos internos al sacar utilidades y mudarel capital mediante el acceso preferente al mercadode capital y proveedores de divisa extranjeralocales. En vez de cerrar la brecha entre inversióny moneda extranjera, podrían eliminar a los

8 La década de los 90 marca un pronunciado cambio en la evolución de la IED en la región de América Latinay el Caribe. Según información disponible en el Banco Mundial para el año 2000, ésta pasó de representaren promedio el 0,7% del PIB entre 1975-1989 a 1,9 entre 1990-1998. En algunas economías el comportamientoes aún más notorio, como en el caso de Colombia en donde ésta pasó 0,5% del PIB durante el periodo 1960-1974, al 0,9% entre 1975-1989 y, finalmente el 2,4% entre 1990-1998; comportamiento que la mayoría de losobservadores locales y regionales ha interpretado como una noticia positiva, por considerar que este tipode flujos además de ser más estables vienen acompañados por externalidades importantes en áreas comonuevas tecnologías, acceso a mercados, etc. Sin embargo, este sentimiento no es unánime y han surgidovoces que señalan que la preponderancia creciente de la IED dentro de los flujos de capital sería más bienun síntoma de la debilidad de las instituciones y de las falencias de los mercados financieros, que impidenque estos países puedan acceder a otras fuentes de financiamiento, que son predominantes en países másdesarrollados y estables. Este debate previo, en general, tiene una visión menos optimista respecto de losaportes de la IED al desarrollo.

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productores nacionales del negocio y sustituirinsumos importados; así, la compañíamultinacional, podría volver a invertir en la mismaindustria, o en otra relacionada, en el país receptory, con ello, ampliar su poder de mercado. Larepatriación de capitales drenaría el capital de lanación receptora.

A este respecto, una ligera consideración alParadigma de OLI, desarrollado por Dunning,permite establecer la existencia de un ampliocatalogo de características económicas, socialesy políticas que parecen ejercer una gran influenciaen la elección del lugar de ubicación de lasinversiones directas y, por lo tanto, en lasestrategias de expansión territorial de lasempresas multinacionales. En este contexto, sedestacan variables asociadas a la propiedad(Ownership), la localización (Location), y lainternalización (Internalization), sobre las cualesse suelen definir las ventajas de un país sobreotro, al momento de concentrar los capitales (véaseDunning,1974, 1993 y 2000)9. Sobre ellos se recreandiversas posibilidades asociadas a la reducción decostos, integración horizontal o vertical, aumentosen productividad y eficiencia, aprovechamiento decondiciones institucionales, entre otras estrategiasclaves al momento de aumentar la rentabilidad oganar en competitividad.

La propuesta de Dunning permite considerarvariables de diversa naturaleza, las cuales suelenejercen una influencia muy variada en cada país yen cada actividad productiva, al tiempo queposibilita comprender la existencia de una ampliagama de criterios corporativistas que inducen las

decisiones de inversión, los mismos que suelendarle un peso muy importante a las necesidades eintereses de los empresarios multinacionales almemento de toma de decisión sobre cómo y cuándorealizar las inversiones. Entre las variables, sedestacan: precio del suelo, trámites legales parala creación o compra de empresas por losinversores extranjeros, grado de apertura,flexibilización y universalización del régimen deinversiones; así como también: las políticasimpositivas, los impuestos sobre los rendimientosdel capital o la regulación sobre la repatriación debeneficios de las empresas participadas por capitalforáneo que influyen en los beneficios, pasandopor todo el sinfín de factores (salarios, regulaciónlaboral, infraestructuras, barreras comerciales,etcétera).

Este tipo de enfoques proporcionan unas líneas deinvestigación sugerentes para el estudio de losdeterminantes, contenido e impacto de la IED enpaíses como los latinoamericanos, para quieneslas expectativas a favor de alcanzar un crecimientosostenido se conjugan con los grandes retos quehan venido asumiendo en los camposmacroeconómicos, políticos e institucionales.Éstos, les permitirían atraer mayores capitales y,de esta forma, poder cerrar la brecha entre losbajos niveles de ahorro interno y la necesidad deaumentar la inversión, que les permita, a su vez,un crecimiento sostenido y un permanente procesode modernización de su actividad productiva.

Ahora, tal como se mencionó anteriormente, estetipo de enfoques críticos acerca del papel de laIED en las economías en desarrollo se fundamenta

9 A pesar de que muchos estudiosos del Modelo OLI han considerado que éste no es más que una buenaherramienta de clasificación de la inversión, soportada en las pautas observadas en las inversiones directas,en este trabajo la propuesta de Dunning representa una referencia obligada al momento de establecer losdeterminantes de la IED y la forma como ésta se encuentra fuertemente influenciada por criteriosempresariales inspirados en la estructura de mercado y en las oportunidades que reviste en el logro de susobjetivos corporativistas.

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en la importancia que cobra la estructura demercados imperfectos en los cuales suelen actuarlas empresas multinacionales y sobre las que serecrean las estrategias de competencia y, por ende,de sobrevivencia en los mercados globalizados. Y,aunque resulte un poco sesgada la interpretación,es evidente que para las empresas multinacionalestomar la decisión de operar fuera de la economíade su propio país, deben poseer una serie deventajas específicas sobre compañías rivales enotros mercados nacionales; ventajas que podríancomprender el control sobre la tecnología, losderechos de propiedad sobre marcas comerciales,las economías de escala realizadas mediante laoperación a lo largo de más de un mercado nacional,la presencia de un mercado cautivo, laxitud yseguridad en materia de legislación, junto conotros activos intangibles asociados a la capacidadde gestión y estilo organizacional que lascaracterice. Aspectos que paradójicamente puedenconstituirse en barreras de entrada parainversionistas nacionales que quieran participaren dichos mercados.

En este sentido, la IED adquiere un carácterestratégico y oportunista, mucho más evidentecuando se hacen explícitos los intereses de losinversionistas de dominar mercados y obtenerbeneficios monopólicos u oligopólicos, y gozan dela favorabilidad de gobiernos dispuestos a capturarrecursos sin medir el impacto sobre dominio yconcentración de los mercados. Esto explica el porqué de la relativa concentración en algunos sectoresde la producción, caracterizados por los grandesvolúmenes de inversión, la presencia de economíasde escala, la alta intensidad publicitaria ytecnológica. Tal como lo afirma Caves (1996),además de suplir deficiencias de mercado quehacen más eficiente mantener el control quecomerciar con empresas del país receptor de lainversión, la IED tiene otras motivaciones como laposesión de activos “únicos”, que la firma no está

dispuesta a compartir, y la dificultad para comerciarinternacionalmente algunos servicios (energíaeléctrica o la provisión de los servicios detelecomunicaciones, por ejemplo). Todo ello en uncontexto en que la diferenciación de productos yla innovación han venido ganando en importanciay donde las grandes corporaciones están adoptandoestrategias en el marco de una competencia globalpor los mercados.

Un enfoque prácticopara elaprovechamiento dela IED

No es difícil comprender que la marcada y crecienteinfluencia en las economías desarrolladas, a travésdel mecanismo de la IED, se haya convertido en unaliciente para los países en desarrollo, quienesdespiertan todo tipo de expectativas en torno alpotencial transformador que éstas generan; sinembargo, los motivos por los cuales losinversionistas buscan asentarse en territoriosdiferentes a los de su país de origen suelen variaren los diferentes países; igual situación acontececon el impacto de las mismas en las economías delos países receptores. De ahí la importancia quereviste el estudio de este fenómeno a partir dealgo más que un enfoque global. En realidad, lainversión directa extranjera es un tipo especialde flujo internacional de capitales que va más alláde la simple movilidad de recursos de países quepresentan excedentes, hacia aquellos cuyo stockde capitales resultan insuficientes; en laactualidad, la inversión extranjera se haconstituido en factor determinante del desempeñode las empresas y vehículo de transformaciónproductiva en las economías.

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En consecuencia, los modelos de comerciointernacional tradicionales resultan bastanteinadecuados para explicar las causas yconsecuencias de la inversión directa internacional.En el mundo de la competencia perfecta, en el cualse soportan los desarrollos teóricosconvencionales, no hay cabida para las empresasmultinacionales, agentes protagonistas de la IED.Tal como se mencionó anteriormente, las empresasmultinacionales sólo se convierten en unaposibilidad lógica cuando se introducenimperfecciones en la estructura de los mercados obien en la organización de la industria. Siguiendola argumentación propuesta por Dunning (1982),la tendencia de un país a la IED depende totalmentedel grado y de la forma de las ventajas de propiedadde sus empresas, así como de hasta qué punto aéstas les resulta más beneficioso explotar estasventajas en un mercado extranjero que en elpropio. La naturaleza y significado de estasventajas difiere según el país, la industria y lascaracterísticas específicas de la empresa.

Aspectos que se traducen en condicionesespecíficas sobre las cuales las empresas tomanlas decisiones de invertir en el exterior. En primerlugar, las empresas realizan inversiones cuandotienen claras ventajas de propiedad respecto a lasempresas de otras nacionalidades al servirmercados concretos. Estas ventajas específicastoman fundamentalmente la forma de posesión deactivos intangibles que, al menos durante unperíodo, se convierten en derechos exclusivos parala empresa que los posee. En segundo lugar, unavez la empresa satisface la anterior condiciónrealizará inversión si le resulta más beneficiosohacer uso de ellas que dejar que las utilicenempresas extranjeras, es decir, internalizar susventajas mediante una extensión de sus propiasactividades antes que externalizarlas a través detransacciones de mercado con empresas

independientes. Finalmente, debe ser beneficiosopara la empresa emplear estas ventajas enconjunción con, al menos, algunos factores deproducción (incluyendo los recursos naturales)fuera de su país de origen; de otro modo, losmercados extranjeros estarían servidosenteramente por las exportaciones y los mercadosnacionales, o por la producción interna. En fin, ladecisión de invertir en un país extranjero requierede ventajas específicas que deberán traducirse enla presencia de ventajas de propiedad,internalización y localización.

En otras palabras, la actuación en mercados decompetencia imperfecta lleva a los grandesinversionistas a medir el impacto que su decisiónrepresenta en materia de eficiencia. Al respecto,la localización en el extranjero para aquellasempresas que buscan mejoras en la eficiencia severá influida por costes sociales y laboralesunitarios favorables, la disponibilidad deinfraestructuras eficientes (transportes,comunicaciones, energía), la presencia deproveedores locales que pueden suministrarfactores de producción a precios competitivos o lanecesidad de responder con mayor rapidez acambios en los gustos de los consumidores locales.En este sentido, la inversión directa se convierteen una adecuada alternativa de movilidad de losfactores.

De otra parte, la IED, como estrategia deexpansión de las grandes corporaciones se veráalentada en los lugares donde diversos tipos debarreras existentes o esperadas puedan segmentarlos mercados nacionales de factores de produccióny de productos. Naturalmente, esto se encuentrarelacionado con el estado de los factores políticose institucionales, quienes finalmente determinanla viabilidad de la estrategia competitiva queresulta de operar en el mercado en cuestión.

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De lo anterior se infiere el estimulo que representapara el inversionista extranjero el contar con«ventajas de localización». Éstas puedenrelacionarse con el comportamiento estratégico dela empresa multinacional para aumentar o defendersu poder de mercado. Los trabajos de Markusen(1984), Helpman y Krugman (1985), Smith (1987),Graham (1978, 1990), Acocella (1991), continuandouna tradición que se remonta a Hymer (1960), handesarrollado modelos en los que, en lugar deconsideraciones de eficiencia, estrategias talescomo «adelantarse al competidor», «seguir allíder», «intercambio de amenazas», la creaciónde excesos de capacidad productiva y «absorberal competidor» son fundamentales.

Conclusiones

Los enfoques tradicionales referidos a la IED, enla que se le vincula a la libre movilidad de factores,al igual que como ocurre con la concepciónconvencional de comercio internacional de bienes,es evidente que se queda corta para explicar elcreciente auge de las inversiones y la forma comoéstas estarían interesadas en ubicarse en los paísesen vías de desarrollo. La presencia de mercadosimperfectos, la agudización de la competencia yla profundización de la globalización, ubica a lainversión extranjera como un fenómenodeterminante para las grandes corporaciones enel propósito de participación en los mercadosinternacionales.

Esta nueva realidad limita las explicaciones acercade los efectos sobre las economías receptoras deinversión extranjera. A los tradicionalesargumentos de ser este tipo de inversión unafuente de modernización de los mercados, dadosu impacto sobre el stock de capitales, latransferencia de tecnología, la generación deempleo, se antepone la carga de exigencias que

motivan las decisiones de los inversionistas deubicarse en determinado país. Esta situación colocaa los países receptores en entes activos dentrodel fenómeno de la IED y a la inversión en unadecisión que compromete los intereses, tanto dequien la realiza como de quien espera recibirla.

Y aunque son comunes las expresiones en cuantoa los efectos positivos que resulta para laseconomías una vez ingresan los capitales, valgaadvertir, tal como se argumentó a lo largo de estasnotas, que no son pocas las reflexiones teóricas ylas evidencias empíricas que han permitido señalarla existencia de características asociadas a losefectos “malignos” de la IED; situación que conllevaa establecer un marco de referencia en el cual sepuedan despejar las enormes dudas acerca de losriesgos y amenazas, así como los retos yoportunidades derivadas de la presencia deinversionistas extranjeros en países como loslatinoamericanos, para quienes el mayor acceso alos capitales de las grandes corporaciones se hanconstituido en factor clave en la agenda deinternacionalización de las economías, y unarespuesta estratégica de desarrollo en momentosen los cuales se hace necesario avanzar en laconstrucción de nuevas ventajas competitivas quepermitan una inserción eficiente en los mercadosglobalizados.

Finalmente, no se trata de que los gobiernos elijande manera arbitraria entre la aceptación o elrechazo a partir de simples consideracionespositivas o nocivas derivadas de la IED. Éstarepresenta un fenómeno determinante en losvínculos entre los países y, en particular, entre lasempresas, y dada su marcada influencia en laslógicas de funcionamiento de los mercados,corresponde a sus instituciones y a las mismasempresas identificar la forma de acercarse a unmercado que como éste representa singularesoportunidades de financiamiento de inversiones

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Revista Ciencias Estratégicas. Vol 14 - No 15 (2006) • 31

La inversión extranjera como determinante del desarrollo en américa latina

en cantidades y calidades que es evidente que soninsuficientes en los países en desarrollo, máximesi se tiene en cuenta su importancia para ganarseun espacio en los mercados internacionales.

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