LA JUSTICIA EN LA REPUBLICA DE PLATON

O LA OPCION A SER LIBRE

Emilio Soriano Ruá

Este trabajo tiene un carácter informativo y fragmentario,es decir provisorio.Pretende señalar los distintos horizontes en losque el pensamiento se desenvuelve,en la búsqueda de una nocióntan cara para el hombre como es la justicia. El esfuerzose circuns-cribea los dosprimeroslibrosde la Repúblicade Platón. .

Orden fáctico y justicia

El tema de la justicia se introduce en la República con laopinión que sustenta Céfalo y que es originaria de Simónides,deque "la justicia consiste en decir la verdad y en devolvera cadauno 10 suyo".l La verificación fáctica de esta proposición tienepor base una pregunta del mismo carácter: ¿es verdad 10 dichopor Simónides? En este nivel Sócrates comprueba que "no siem-pre es así sino que según las circunstancias mentir y no devolveralgo puede ser justo".2 Y pone el ejemplo del loco que pide susarmas. En este estadio, el de la comprobación fáctica de una pro-posición que parece ser fáctica, se llega con una respuesta equí-voca. El "no siempre"-menta.la significaciónequívoca que tienela proposición y hace imposible que en ella quede delimitada lanoción de justicia. Es decir que no obraría justamente quien de-volviese las armas al loco, ni quien contradictoriamente creyesejusto a un homicida sólo por decir la verdad acerca de su crimen.La justicia es trascendente a la verdady falsedadfácticas, o dichode otra forma, que puede dar 10mismo que algo sea verdadero ofalso frente al orden del sentido, donde parece ser que la justiciaanida. Tampoco nos ha parecido el simple devolveruna máxima

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a la que hemos de atenemos para obrar justamente.Cuando todo hace indicar que la tesis de Simónidesha si-

do refutada surge Polemarco, quién nos hace pensar que 10dichopor Simónides no ha sido debidamente interpretado ya que élse presenta como defensor de su posición. De esta forma se anun-cia un nuevo estadio donde es necesariosuperarel carácterpro-posicional de lo dicho por Simónides. El que se sigasustentandoesta tesis significa que en un primer momento se tomó la proposi-ción en un sentido literal y ahora -la intervención de Polemarcoparece indicarlo- se hace necesario preguntar por el sentido de lamisma. Es decir que hay que descubrir otra significaciónal con-cepto "devolver", ya que el solo devolver algo puede ser injustocomo justo. Por 10tanto Simónidesha querido decir algo diferen-te. "Porque no da 10 debido al que devuelveun dinero si la devo-lución resulta perjudicial para el amigo".3 Aquí el devolverya notiene la significaciónoriginaria transitiva a la que Sócrates habíadirigido su objeción. De allí que lo "justo consiste en dar a cadauno 10que le convieney esto es lo debido".4

Podemos determinar más esta proposición si logramosdesarrollar la frase "a cada uno lo que le conviene". A los hom-bres los podemos agrupar en los que son nuestros amigos o losque son nuestros enemigos. ¿Qué será 10que convienedar en cadacaso? ¿Qué será 10 debido? Lo debido es hacer el bien a los ami-gos y el mal a los enemigos.5 Para una mejor comprensión de estahipótesis la desdoblaremos en dos: "10 debido es hacer el bien alos amigos" y "10 debido es hacer el mal a los enemigos".Consi-deraremos la primera. Vamosa comprobar fácticamentesiesta pro-posición es verdadera o falsa. De esta manera Sócratesse proponeencontrar-'dequé forma un hombre justo hace el bien.a sus_ami.-..gos. Halla que para toda actividad -el construir una casa, hacerunos zapatos, invertir un dinero- es más útil el que conoce cadauno de estos oficios que el justo y que éste sólo será útil cuandose trate de conservar o guardar cada una de las cosas que produ-cen estos oficios. A este nivel -el fáctico- el de producir cosas, lajusticia es inútil. Si la justicia tiene una utilidad ésta se ha de mos-trar a posteriori a la elaboración de la cosa, ya que no la produce.Es decir que aquí se hace necesariodiscernirsi la justicia es útil

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para hacer (técne) algo o si por el contrario su-poneya ese algo.Nuevamentese nos muestra la justicia como trascendente al ordenfáctico (óntico).

Vayamos ahora a la segunda parte en que habíamos divi-dido la proposición original, "lo debido es hacer el mal a los ene-migos". Aquí Sócrates llama la atención sobre la contradicción decómo la ausenciade maldad Gusto) puede provocar el mal aunquesea en un enemigo. Es decir, "¿es posible que sea propio de unhombre justo hacer mal a nadie?".6 Esta interrogaciónintroduceuna diferencia cualitativa, no se desenvuelve en el mismo nivelque las anteriores (óntico) sino que menta otro estadio, el delsentido: "los hombres a quienes se daña se toman peores en loque respecta a la perfección humana" .7

En este segundo estadio, al trascender el enunciado prepo-sicionalhacia su sentido, se hace explícito para Sócratesque lano-ción de justicia alcanzay compromete al hombre como totalidad.

"Por consiguientesi alguiendice que la justicia consiste endar a cada criallo que le corresponde, y entiende por ello que elhombre justo no debe sino mal a sus enemigosy bien a sus ami-gos, no dice la verdad, ya que hacer mal a alguienno nos ha pare-cido justo" .8

Orden histórico y justicia

En la hipótesis de Simónides la justicia es tratada en rela-ción con las cosas. Es una relación hombre-cosa,una relación pro-piamente de técne y no de justicia. Es con la intervención de Tra-símaco donde aparece por primer~vez la relación específicahom-bre-hombre. Con él asomamosal campo de la "justicia".

Para Trasímaco "la justicia no es otra cosa que 10que con-viene al más fuerte". 9 Y 10más conveniente es la injusticiaya que"10 injusto es lo más provechosoy convenientepara uno mismo".

En esta posición nos encontramos con aquellos hombresempeñados, no tanto de hacerde la naturalezaun instrumento, si-no al hombre mismo, a los otros. En este estadio 10"justo" seríauna forma de obrar que el más fuerte impondría a los otros para

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su provecho personal, "Los gobernates establecen leyes que aellos les convienen y que demuestran que son justas para los go-bernados" .10 Es decir que "lo justo" es que todo se integre, pasea formar parte (se instrumentalice) de mi proyecto. Todas las de-más voluntades han de subordinarse a mi voluntad. Para lograrello dispongo de la fuerza y de "razones". Ellasme proporcionanun buen vivir,aun cuando seaa costa delosdemás,y a esto Trasíma-co llama "justicia" porque es el mayor bien que le puede ocurrir.

Pero para obrar de este modo no es suficiente la fuerza, esnecesario qu~ esta fuerza sea inteligente, de lo contrario no se po-dría actuar en "beneficio propio". Si cada uno impone su fuerzaparticular no se podrían llevar a cabo obras comunesporque la in-justicia "provocaría entre ellos disensiones,odios y luchas, mien-tras que la justicia..engendra,concordiay amistad oo.La injusticia,,al engendrar odios, dividey vuelveimpotentes a los hombres pararealizar ninguna obra en común" .11 Se da una situación paradóji-ca: para ser injusto hace falta un cierto grado de justicia. Y estoocurre no sólo a nivelgrupal sino también en el individual,ya queun alma dividida tampoco permite actuar a un hombre. De estemodo Sócrates llega a la conclusión de que el justo tendrá un mo-do de vivirmejor que el del injusto. Aun cuando a nuestro juiciosólo se ha demostrado que la vida del totalmente injusto no es fe-liz, pero ¿es feliz el totalmente justo? Este mismo tema persisteen la tesis de Glaucón y allí lo retornaremos.

Orden racional y justicia

.ConGlaucón ya se su-pone que la justicia es un bien..Todoel segundo libro se desenvolveráen averiguarqué tipo de bien eslajusticia. Y constituye un intento de fundar lajusticia en larazón.

De los tres tipos de bienes:- bienes que perseguimospor el goce mismo que

nos brindan;- bienes en sí mismos y por sus consecuencias;- bienes que sólo se buscan por las ventajas que

de ellos provienen,

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Glaucón y Adimanto defenderán la posición de que es un bienpor las consecuencias(recompensas)pero no en sí mismo (ya quese realizaen contra de la propia voluntad del sujeto). De allí el ca-rácter de ob-ligatoriedadde la ley. Si la justicia fuese un bien en símismo la ley no tendría ese carácter de forzosidad. "Nadie haconsiderado jamás cómo obran una y otra [justicia-injusticia]enel alma de los hombres, ni ha demostrado de una manera satisfac-toria que la injusticia es el mayor mal del alma, y la justicia el ma-yor de sus bienes. Si desde el principio nos hubieran hablado enese sentido y nos hubieran inculcado esa noción desde la infancia,no tendríamos que guardamos unos de otros para no cometer in-justicias, sino que cada cual sería el guarda de sí mismo, temiendoque la injusticia entrase en su alma como se teme al mayor de losmales".12

Convencido Platón de que la única forma de que los hom-bres obren justamente es por convencimiento propio y no porcoacción (externa), ha intentado encontrar un fundamento que lahiciese por sí un bien en sí misma.

Constantementeen estos dos capítulos se ha buscadolanaturaleza de lo justo como algo puramente individual que afectaal alma del hombre llevándolo a su realizaciónplena, pero trasesterecorrido ha quedado inconmovible la tesis de que es más benefi-cioso para el hombre obrar injustamente. El hombre obra de unaforma justa o injusta según el poder de obrar más o menos libre-mente, es decir según las circunstancias, ya que se trata en cadacaso de su realización personal, individual. La justicia de esta ma-nera queda mediatizada, ya que en el orden individual lo esenciales el placer, la felicidad. De esta forma el otro pasa a convertirseen I!ledio 4.e mi_pr()-yectc;>d~ se.r feliz. El individualismo no ve alhombre más que en relación consigomismo. Todo intento de fun-dar la justicia esencialmente en relación con mi propia persona yno en relación con el otro, no puede llevamosa un conocimientode la esenciade lo justo.

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1IIII

Necesidad e insuficiencia de los estadios anteriores para fundarun orden justo

En el primer estadio, representado por Céfalo y Polemar-co, la relación que se establece es entre el hombre y la cosa, esontológica. No existiendo una relación dejusticia sino de técne.

En el segundo estadio, el representado por Trasímaco,Glaucón y Adimanto, la búsqueda de la necesidadde un obrar jus-to se plantea dentro de un marco alternativo pero de degrado: elotro es cosificado, convertido en naturaleza.oEste estadio es porexcelencia el de la injusticia y parece ser que es el que da color anuestra praxis. Los argumentos sostenidosen este horizonte vienena desesperanzar a Sócrates de encontrar un fundamento racionalpara la justicia. Todo este recorrido muestra la imposibilidad defundar 10justo en la razón. Trasímaco con su voluntarismo se le-vanta ante las pretensiones de una justicia que pretende pasar porracional cuando en verdad su construcción es algohistórico. El in-tento de Sócrates que busca una justicia de fundamento racionalfalla ante los argumentos que la muestran, más que construida deacuerdo a un orden racional, como justificación racional de un es-tado de cosas.

Esta distinción entre orden histórico y orden racionalesfundamental a la hora de entender la justicia como algo dinámico.El reconocimiento de lo histórico (los hombres han obrado comodicen Trasímaco~Adimanto oo.) y la distinción entre 10 histórico(voluntarismo) y 10 racional están a la base de la consideraciónentomo a 10 justo. Teniendo en cuenta este horizonte podemosaprender máximas para obrar en el orden histórico existente. Al-canzar la felicidad tiene como ,baseel mismo orde~ hi~t~ricoJserfuerte, engañar), es decir, seguir aquellasmáximas que ya ejecuta-das han permitido a algunos hombres alcanzada, aun cuando conello hayan convertido a sus semejantes en naturaleza. Todo pasosuperior ha de contar con este orden, con su reconocimiento, yaque él es el que debe impulsar al pensamiento a transformado. Elsometimiento al orden que me toca vivir,sin pretensión de mejo-rado; implica una confusión de dos órdenes diversos, el históricoy el racional: hacer de 10histórico un orden racional, algo fijo, de-

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fmitivo, "justo" para siempre.Los estadios iniciales son necesarios aunque el tercero, li-

bertad-libertad,los asume y supera. Al trascender la búsqueda de"lo justo" como realización individual se ha explicitado su carác-ter relacional. Desde la relación hombre-hombre tiene otra signi-ficación que la originalmenteaceptada.

Si consideramos beneficiosa la justicia sólo por sus efec-tos (premios), las razones para obrar justamente serían externasa la justicia misma y ella como interioridad misma no tendríaningún valor formativo. Ya no sería la "norma de conducta a lacual debamos ajustarnos para vivirmás convenientemente nuestravida". No habría una necesidad interna para obrar de una deter-minada manera. Así estaría permitido el engaño, el "fingir" ocualquier otro medio que nos llevase a los premios y a evitar elcastigo. Esto es lo que Sócrates se propone evitar, pero llega a uncallejón sin salida: en buscar un orden racionalque forme justa-mente a un individuo (egotismo) como comprensor de toda larealidad externa a él. Es decir, que mi pro-yecto es el único entorno al cual organizo mis relacionescon los otros hombres. En elprimer horizonte lo "justo" es que todo se integre, pase a formarparte (instrumentación, de-gradación del otro) de mi proyecto.Pero ¿esto ocurre cuando Sócrates analiza la justicia en relacióncon el crecimiento de la ciudad? Es aquí cuando más gana el enfo-que en carácter relacional, aun cuando se pierde en una considera-ción en la que el otro aparece mediatizado. Seguimosdentro delplano onto-lógico. En un mundo en donde al haber sido introyec-tada la alteridad en la Totalidad sólo reina la injusticia, la subordi-nación. .

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La libertad del otro funda la justiciti

Sólo en la consideración meta-física, trans-ontológica, elotro permanece exterior a mi mundo de sentido y tiene libertad.De esta manera el bien del "otro", su pro-yecto adecuado, suser-más está fuera del orden de mi mundo como Totalidad, másallá de 10ontológico, allí se despliegala justicia.

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Esta dialéctica, no explicitada por Platón, se ve bien en losdos tipos de hombres que aparecen en el segundo libro de la Re-pública. El análisis de estos dos modelos de hombres correspondea dos momentos completamente distintos: el de máximajusticia yel de máxima injusticia. El momento de máxima justicia está re-presentado por el hombre que siendo justo no lo parece porque esin-comprensiblepara la Totalidad. El momento de máxima injus-ticia se da en el que siendo injusto no 10parece. Es injusto porquesostiene y defiende la inmoralidad de la Totalidad. Es el Trasíma-co que ha racionalizado su voluntad y ya no la impone sólo por lafuerza, sino también por razones.

A) B)

Qué suerte corresponderá a cada uno de éstos:A) "será azotado, encarcelado, torturado"B) "se adapta al principio de realidad": se pone del lado

del más fuerte, que es la Totalidad. Sacarábeneficios:"tendrá reputación de hombre justo, será favorecidoen los negocios".

El justo no 10parece porque denuncia el "mal" de la Tota-lidad que se ha arrogado para sí toda justicia existente. Y porque"10 mismo", 10interno a la Totalidad (el injusto) defiende su pre-tensión de ser Totalidad, es que el justo instaura la guerra comomodo pennanente contra la sub-versióndel totalitario orden delTodo. Pero la Totalidad busca eliminar al "otro" que defiende suexterioridad. Por eso instala "campos de concentración", "repre-sión contra el negro", o eliminatodo derecho de manifestarse, pe-ro antes ese "otro" debe aparecer ante la opinión pública comoinjusto, como perturbador del orden, la paz o la seguridad.Así esque siendo justo no 10parece y llevauna vida de castigos.En cam-bio, quien actúa como aliado de la Totalidad, quien la ayuda a

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crecer, es defensor de los valores tradicionales y culturales(que aveces ocultan la injusticia), debe ser emulado ya que es "lo mis-mo" que el Todo que es por excelenciala "justicia".

De esta manera al "otro", el exterior (porque no se quie-re someter al orden injusto), le quedan dos opciones: integrarse ala Totalidad como ser convertido en mediación, instrumento, co-mo algo que se manipula, o exponerse a los castigos (cárcel omuerte) que le infligen los defensores de la Totalidad. Es decir,que dentro de un orden injusto (totalitario) sólo existe la rela-ción hombre (representado por todos los que defienden ese or-den) -naturaleza (los que se deben someter a ellos), que es dedominación.

El orden justo sería el que reconocería "el otro" comohombre, como poseedor de un logosal que hay que escuchar y enel que hay que con-fiar. Aquí el diá-logoreemplaza y excluye altotalitario monó-logo.

Platón buscaba instaurar un orden, ya que el estudio de lajusticia es la propuesta de un detenninado orden social,de un de-terminado orden político, dentro del marco en que mi obrar merealiza, lo cual puede ser entendido de dos maneras:

La primera, como un individualismoen que el mundo estáen función de mi proyecto personal (posición necesariamente to-talizadora) y la felicidad se alcanzasolitariamente mediatizando alos demás.

La segunda, en que mi proyecto no esté mediado por elproyecto del "otro" (porque. es libre) y mi felicidad comiencecuando sea nuestra felicidad.

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NOTAS

1 Platón, La República, 331 d.

2ldem, 331 c.3

ldem, 332 b.4

Idem,332 c.

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5Idem, 332 d.

6Idem, 335 b.

7Idem, 335 b.

8Idem, 335 e.

9 Idem, 338 c.10

Idem, 338 e.11

Idem, 351 d.12

Idem, 367 8.