58
1 LA LIBERTAD ABSOLUTA JOHN H. WYNDHAM Misticismo Hispano [email protected] Literatura Gratuita para ser Distribuida Vía Internet LA LIBERTAD ABSOLUTA Por JOHN H. WYNDHAM

La Libertad Absoluta

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La Libertad Absoluta

1

LA LIBERTAD ABSOLUTA

JOHN H. WYNDHAM

Misticismo Hispano [email protected]

Literatura Gratuita para ser Distribuida Vía Internet

LA

LIBERTAD ABSOLUTA

Por

JOHN H. WYNDHAM

Page 2: La Libertad Absoluta

ÍNDICE

Prefacio

Primera parte -Se encuentra libertad en cautividad Capítulo Uno ¡La captura! El verdadero pensar Se supera el temor Un incidente humorístico Influencias mentales Capítulo Dos Navidad en el campamento Hermandad universal Día del ANZAC Capítulo Tres La lucha de una nación Segunda parte -Liberación del cautiverio en libertad Capítulo Cuatro La cuestión del empleo Capítulo Cinco El día de pago y la ética La belleza y los negocios Capítulo Seis Una nueva aventura espiritual Instrucción espiritual Una curación física La economía de la gratitud Capítulo Siete Las Naciones Unidas Epílogo

Page 3: La Libertad Absoluta

3

LA LIBERTAD ABSOLUTA

JOHN H. WYNDHAM

Misticismo Hispano [email protected]

Literatura Gratuita para ser Distribuida Vía Internet

PREFACIO

A lo largo de los años muchas personas han preguntado acerca del libro que John H. Wyndham estaba escribiendo antes de su fallecimiento en 1979. Aunque no lo terminó en el estricto sentido de la palabra, este pequeño libro está completo y tiene una configuración interesante. Ante todo, el autor cuenta su propia experiencia, después la amplía para hablar acerca de aquellos que lo rodean, y finalmente se refiere a temas nacionales e internacionales. Esta configuración es evidente tanto en la Primera como en la Segunda parte. El lector realmente disfrutará al observar el efecto que una vida puede producir en los demás.

Tal vez los temas que trata este libro sean de mayor importancia hoy que cuando se escribió, ya que la libertad, la economía y la espiritualidad ocupan la atención pública en todo el mundo como nunca antes.

El hecho de que este escrito no incluya la vida posterior del autor probablemente no tenga ninguna importancia, puesto que John Wyndham no tenía la intención de escribir una autobiografía. El libro comienza con la experiencia que él tuvo durante la guerra, cuando el autor ya está en sus treinta años y tiene esposa y dos hijos pequeños. No, John Wyndham no tuvo la intención de que éste fuera el relato de su vida, sino de las posibilidades de la vida. Él probó que hay una Ciencia de la Vida que es una ciencia espiritual y no física, y que podemos vivir y aprender esta Ciencia. Su propósito era ayudar a otros a vivir esta aventura divina y espiritual. Es con este propósito que se publica este libro.

El lector encontrará útiles algunos hechos biográficos. John Wyndham nació en Holanda, y cuando era todavía adolescente se fue a vivir con unos parientes a los Estados Unidos de América. Pocos años después formó un nuevo hogar en Australia. A principios de la Segunda Guerra Mundial, se alistó en la Real Fuerza Aérea Australiana donde, debido a que su lengua materna era el holandés, le dieron el cargo de oficial de enlace y lo enviaron a Indonesia, a la isla de Java, antes de que cayera

Page 4: La Libertad Absoluta

en manos de los japoneses. Cuando éstos se apoderaron de la isla, él y muchos otros se refugiaron en hogares privados, y es allí donde comienza su relato. El autor hace referencia, aquí y allá, a la gente javanesa (no se confunda con los japoneses que tomaron la isla).

Antes que el lector se una a John Wyndham en Java, tiene que conocer un hecho más que le permitirá comprender mejor al autor. Siempre que relataba a su familia cualquiera de las experiencias que había tenido durante la guerra (y no lo hacía con mucha frecuencia), comenzaba sus comentarios diciendo con bondad: “Cuando fui huésped de los japoneses”. Yo soy su hija, y ver-daderamente puedo decir que él no sentía ningún resentimiento ni decía que había tenido que tratar con un enemigo. Él trató con un mundo de pensamientos y una dimensión espiritual para vivir.

AURIEL WYNDHAM LIVEZEY

Page 5: La Libertad Absoluta

5

PRIMERA PARTE

SE ENCUENTRA LIBERTAD EN CAUTIVIDAD

CAPÍTULO UNO

¡LA CAPTURA!

Anochecía cuando me capturaron. Desde el cuarto de huéspedes que estaba detrás de la casa en la que me había escondido durante los últimos meses, observé como el gran sedán negro se detenía y un japonés entraba por el portón. Mi única vía de escape era saltar por encima de una pared que se encontraba al final del patio. En el momento que salté y me aferré a la parte de arriba de la pared e intenté subir, escuché un disparo. De pronto, no tenía escape.

Al pasar por las calles llenas de gente en el sedán, sentí algo de nostalgia por la vida suburbana de Bandung, sus líneas de puestos de comida con sus aromas exóticos de comida oriental, y la procesión interminable de gente javanesa con sus coloridos vestidos, llevando bultos sobre sus cabezas o agachados alrededor de trémulas luces de aceite para comer y charlar. En pocos minutos llegamos a la prisión, y la sólida puerta de la celda se cerró detrás de mí.

A través de una ventana con barrotes, que tenía a unos dos metros una pared lisa, entraban los últimos rayos de luz. La celda estaba vacía, excepto por una mesa de madera. Mi primera reacción fue de alivio, porque la tensión que había sentido durante los meses en que estuve oculto, había desaparecido. Me acurruqué sobre la mesa de madera, y dormí profundamente esa noche.

Cuando llegó la luz del día también comprendí que estaba en una situación donde no podía esperar ninguna ayuda externa y parecía no tener ningún medio para ayudarme a mí mismo. Muy pronto me sacaron de la celda para interrogarme. Habían encontrado mi pasaporte (con la foto de militar) y algunas de mis otras pertenencias. El interrogatorio fue duro y en él tuve que

Page 6: La Libertad Absoluta

admitir que yo era el oficial que aparecía en la fotografía del pasaporte, y que un reloj y otras cosas me pertenecían. A los pocos minutos, me encontraba de vuelta en mi celda.

Luego pasaron días y semanas durante los cuales me dejaron solo, excepto en los momentos que me daban de comer. Como usted comprenderá, querido lector, en esta situación, temiendo que me trataran como espía y fuera ejecutado, recurrí a mi única fuente en busca de ayuda: Dios. A lo largo de los años me había familiarizado mucho con el concepto de que Dios ama a Sus hijos, al leer con cierta regularidad las Escrituras junto con un librito que acompaña a la Biblia y que da el significado espiritual de los dichos y sucesos de las Escrituras. ¡Qué valioso resulta conocer aun en poca medida a un Dios amoroso y siempre presente cuando uno atraviesa por momentos tan difíciles! Es que, además de no ver a otras personas ni hablar con nadie, no me permitían leer. Yo pedí que me dieran una Biblia y me la negaron.

Entonces un día un japonés civil vino a la puerta de mi celda y me mostró un diario en el que yo había escrito algunos pensamientos filosóficos sobre el futuro de la guerra, prediciendo que los japoneses serían vencidos. Este hombre me dio a entender que mi situación era realmente muy seria, tal y como me lo temía.

Caí de rodillas y oré a Dios para que no me ejecutaran, prometiéndole que dedicaría mi vida a servirle. La oración me brindó una inmediata y clara dirección, y sentí esperanza y la presencia de Dios. Como si alguien hubiera dicho las palabras, vino el mandato: “¡SEÑOREA TU PENSAMIENTO!”

Yo no tenía ninguna duda de que esta instrucción había venido de Dios. Este mensaje estaba totalmente de acuerdo con la enseñanza de Jesús: "... CUANDO ORES, ENTRA EN TU APOSENTO, Y

CERRADA LA PUERTA, ORA A TU PADRE QUE ESTÁ EN SECRETO; Y TU PADRE QUE

VE EN LO SECRETO TE RECOMPENSARÁ EN PÚBLICO” (MATEO 6:6). Asimismo, de mi libro que acompaña la Biblia había

aprendido que debemos cerrar la puerta de nuestra conciencia a las sugestiones malévolas a fin de que esté abierta a la palabra de Dios. En resumen, me di cuenta de que “señorear mis pensamientos significaba orar”. Pero una oración que no era simplemente pedirle a Dios que hiciera algo por mí, sino una oración que significaba PENSAR verdadera, profunda y espiri-tualmente. Desde ese momento, toda sugestión de temor, toda

Page 7: La Libertad Absoluta

7

sugestión de resentimiento, toda sugestión de odio, tuvieron prohibida la entrada en mi conciencia. Cuando venían, y venían a diario, a toda hora, y a veces, de manera constante, me negué rotundamente a dejarlas entrar. A medida que impedía que entraran esas sugestiones mentales, los pensamientos divinos comenzaron a fluir dentro de mi conciencia. Con un viejo clavo oxidado, escribí las letras “S.P.” en la pared de la celda, como un constante recordatorio de que debía “SEÑOREAR MI PENSAMIENTO”.

Esta verdadera manera de pensar tuvo un efecto inmediato en mí, tanto física como mentalmente. Mi cuerpo sintió muy poca incomodidad aunque sólo estaba el piso de piedra y la mesa de madera para dormir o sentarme en ella, y la temperatura variaba del extremo calor durante el día, al frío que uno experimenta en las regiones montañosas tropicales durante la noche.

En ese momento lo que más me maravillaba era pensar cómo era posible que Dios me ayudara, puesto que yo me consideraba un pecador. Aunque había aceptado que Dios es amoroso, todavía no había comprendido el significado de lo que dice San Juan de que “DIOS ES AMOR”. Sin embargo, a través de la nueva forma de pensar que había encontrado, yo estaba empezando a percibir un sentido de vida más espiritual. La lucha ya no era con la gente y las circunstancias, sino con el pensamiento falso que debía corregir y vencer constantemente remplazándolo por el pensamiento correcto. Desapareció el sentido del tiempo. Ya no eran largos días que pasaban lentamente en una incertidumbre y tristeza sin fin, sino más bien períodos llenos de nuevas percepciones espirituales de lo que la vida realmente es; que la Vida es Dios y que el hombre expresa individualmente esta Vida divina.

¡Oh, sí!, mis luchas mentales eran a veces muy intensas, especialmente cuando permitía que el aspecto siniestro de mi celda vacía, la ventana con barrotes, y los ocasionales gemidos, me impresionaran. No obstante, cada día que pasaba era para mí más obvio que mi vida verdadera no estaba en el cuerpo físico, ni dependía de él, ni tampoco estaba a merced de las circunstancias adversas o crueles. Vi que esta vida no podía ser destruida. Percibí la verdad en la declaración bíblica: “EN ÉL [es decir, en Dios] VIVIMOS, Y NOS MOVEMOS, Y SOMOS” (HECHOS 17:28).

Poco a poco un profundo sentido de paz y calmada certeza me embargó. Recordé otras consoladoras declaraciones de la Biblia, tal como la de ISAÍAS (26:3): “TÚ GUARDARÁS EN COMPLETA PAZ A

Page 8: La Libertad Absoluta

AQUEL CUYO PENSAMIENTO EN TI PERSEVERA...” ¿Acaso no consistía en esto señorear el pensamiento y mantener fuera los pensamientos falsos, es decir, hacer que nuestro pensamiento perseverara en Dios? Entonces recordé partes de ese hermoso SALMO 23, que afirma la confianza en la providencia de Dios. ¡Cuántas personas al estar en tribulaciones han reflexionado sobre estas palabras!

JEHOVÁ ES MI PASTOR; NADA ME FALTA. EN LUGARES DE DELICADOS PASTOS ME HACE DESCANSAR; JUNTO A AGUAS DE REPOSO ME PASTOREA; CONFORTA MI ALMA; ME GUÍA POR SENDAS DE JUSTICIA POR AMOR DE SU NOMBRE. AUNQUE ANDE EN VALLE DE SOMBRA DE MUERTE, NO TEMO MAL ALGUNO, PORQUE TÚ ESTÁS CONMIGO; TU VARA Y TU CAYADO ME INFUNDEN ALIENTO. ADEREZAS MESA DELANTE DE MÍ EN PRESENCIA DE MIS

ANGUSTIADORES; UNGES MI CABEZA CON ACEITE; MI COPA ESTÁ REBOSANDO. CIERTAMENTE EL BIEN Y LA MISERICORDIA ME SIGUEN TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA, Y EN LA CASA DE JEHOVÁ MORO POR LARGOS DÍAS. El librito que acompaña mi Biblia ha interpretado muy

bellamente este Salmo al sustituir el sentido más corpóreo de Dios como “SEÑOR”, por el sentido espiritual o incorpóreo de la Deidad:

[EL AMOR DIVINO] ES MI PASTOR; NADA ME FALTA. EN LUGARES DE DELICADOS PASTOS [EL AMOR] ME HACE DESCANSAR; JUNTO A AGUAS DE REPOSO ME PASTOREA. [EL AMOR] CONFORTA MI ALMA (SENTIDO ESPIRITUAL]; [EL AMOR] ME GUÍA POR SENDAS DE JUSTICIA POR AMOR DE SU

NOMBRE. AUNQUE ANDE EN VALLE DE SOMBRA DE MUERTE, NO TEMO MAL

ALGUNO, PORQUE [EL AMOR] ESTÁ CONMIGO; LA VARA [DEL AMOR] Y EL CAYADO [DEL AMOR] ME INFUNDEN ALIENTO. [EL AMOR] ADEREZA MESA DELANTE DE MÍ EN PRESENCIA DE MIS

ANGUSTIADORES; [EL AMOR] UNGE MI CABEZA CON ACEITE; MI COPA ESTÁ REBOSANDO. CIERTAMENTE EL BIEN Y LA MISERICORDIA ME SIGUEN TODOS LOS DÍAS

DE MI VIDA, Y EN LA CASA [LA CONCIENCIA] DEL [AMOR] MORO POR LARGOS DÍAS.

Page 9: La Libertad Absoluta

9

Hace más de cien años, Mary Baker Eddy, la mujer

inspirada por Dios que descubrió la Ciencia que hay detrás del método sanador que usó Jesús (y que ella denominó Christian Science o “Ciencia Cristiana” en español), escribió esta interpretación del Salmo 23 en la página 578 de su libro Ciencia y Salud con Clave para las Escrituras. Ella, al igual que San Juan, debe de haber percibido claramente esa conciencia del Amor, y ahora, en cierta medida, yo estaba empezando a experimentar eso también, a pesar del corrosivo sentimiento de que yo no merecía la bondad y la gracia de Dios. ¿Pero no es acaso ésta la increíble gracia de que tanto se canta? Al rescate, durante ese momento de desafío, también me vino un pensamiento sanador, recordé esta declaración de la Sra. Eddy: “RECUERDA, NO PUEDES ESTAR EN

NINGUNA SITUACIÓN, POR MÁS SEVERA QUE SEA, DONDE EL AMOR NO HAYA

ESTADO ANTES QUE TÚ, Y DONDE SU TIERNA LECCIÓN NO TE ESTÉ ESPERANDO. POR LO TANTO, NO DESESPERES NI MURMURES, PORQUE AQUELLO QUE BUSCA

BRINDAR SALVACIÓN, CURACIÓN Y LIBERACIÓN, TE GUIARÁ, SI BUSCAS ESA

GUÍA” (MISCELLANY, PÁG. 149). Comencé a ver cada vez más cómo el pensamiento

dedicado a Dios, el Bien, brinda esa maravillosa sensación de que uno está protegido por un poder más elevado y grande que ningún poder humano sobre la tierra. En la cruz Jesús reveló y probó que este poder era el Amor divino con el cual él superó el odio de sus enemigos. Lo levantó de la tumba para damos la certeza de la vida eterna. Ciencia y Salud, el libro que acompaña mi Biblia, y que yo había llevado conmigo durante los primeros meses de la guerra, me había explicado todo esto de un modo muy bello. Cuando fui capturado, dejé este libro junto con otros libros en la casa donde me había escondido. Poco sabía yo que también lo habían encontrado y que jugaría un importante papel en mantenerme a salvo.

Para sentirme animado, cantaba himnos. Uno que recordaba muy bien era en realidad un poema escrito por la autora del libro de texto de la Ciencia Cristiana. Se encuentra en su libro ESCRITOS MISCELÁNEOS (PÁG. 389), y comienza así:

“GENTIL PRESENCIA, GOZO, PAZ, PODER;

DIVINA VIDA, TUYO TODO ES. AMOR QUE AL AVE TU CUIDADO DAS,

CONSERVA DE MI NIÑO EL PROGRESAR”.

Page 10: La Libertad Absoluta

Estas palabras nunca dejaban de darme tranquilidad. La certeza de que Dios me abriría una puerta, aumentaba diariamente. Hasta comencé a ver las cosas desde un punto de vista imparcial.

Durante esta época, dormí bien excepto una noche. Esa noche en particular me desperté con la sensación de que trataban de manipularme mentalmente, que algo o alguien estaban tratando de influenciar mi conciencia. (Yo no había estado el tiempo suficiente en el Oriente como para conocer la práctica común de la manipulación mental.) Sí, algo estaba sucediendo que era, de hecho, una intrusión mental. Instintivamente sentí que debía permanecer despierto y defenderme espiritualmente. Hice esto mediante la oración, llenando mi conciencia con pensamientos que venían de Dios. Después de algún tiempo, la sensación inesperadamente cesó, como si hubieran cerrado un grifo. Me había olvidado de este incidente hasta que tres años después, cuando estaba por terminar la guerra, este misterio se aclaró. (Me referiré a esto más adelante.)

A medida que pasaban los días y las semanas, mi comprensión de que la vida del hombre en Dios es indestructible e inmortal, se hizo cada vez más clara. Mi pensamiento comenzó a comprender pasajes de las Escrituras, en particular el capítulo del Apocalipsis donde San Juan dice que en la ciudad santa: "... YA NO

HABRÁ MUERTE, NI HABRÁ MÁS LLANTO, NI CLAMOR, NI DOLOR...” (APOC. 21:4). Entonces un día percibí lo que yo consideré como un signo

de que Dios también estaba teniendo un efecto en el pensamiento y vida de mis captores. Una vez más me sacaron de la celda para interrogarme, y en esta ocasión pasamos por una habitación donde vi a un japonés traduciendo un libro. Había un montón de papeles tirados en el suelo, y cuando pasamos muy cerca, vi que el libro que este hombre estaba traduciendo era mi compañero de la Biblia, Ciencia y Salud. ¡No había duda al respecto! Allí estaba mi libro, con sus bien leídas páginas que yo conocía tan bien. Me embargó un sentimiento de confianza y certeza. Ya no pensé que estaba rodeado de enemigos, sino que empecé a ver que todo estaba, en realidad, bajo el control de Dios. En otra oportunidad, volví a ver a este hombre traduciendo mi libro.

Finalmente, llegó el día en que, después de un período de preguntas a cargo del oficial japonés que parecía estar al mando de la prisión, me preguntaron a través de una mujer intérprete: —

Page 11: La Libertad Absoluta

11

¿Qué pensaría si tuviera que morir ahora? Durante estos meses yo había alcanzado tal inspiración, me

sentía tan elevado espiritualmente, debido a la oración y al control que ejercía sobre mi pensamiento, que fue como si las palabras de mi respuesta alguien las hubiera puesto en mi boca: —Usted no podría matarme, porque Dios, el Espíritu, me creó espiritualmente; lo único que podría hacer sería destruir un sueño sobre mí. Y si yo estuviera en su lugar, y usted en el mío, yo tampoco podría matarla; porque el mismo Dios que me creó espiritualmente a mí, la creó a usted espiritualmente; y lo único que yo podría hacer sería terminar con un sueño acerca de usted.

Entonces me hicieron la última pregunta: — ¿Tiene algún deseo? Nuevamente, como si alguien dijera las palabras por mí, respondí: —Sí. Deseo entender todo respecto a la Vida—. Luego me regresaron a mi celda.

Poco después la puerta de mi celda se abrió un poco, y la mujer intérprete me dijo en voz baja: “Todo va a salir bien”. Aunque mi corazón saltaba de alegría, las pruebas que debía enfrentar todavía no habían terminado. Muy pronto un japonés abrió la puerta, me dio una banana y en una voz que indicaba que algo iba a ocurrir, me dijo: “¡Cómala muy lentamente!” Después pasó una semana durante la cual mi puerta permaneció cerrada y trabada, y estuve sin comida ni agua, excepto una noche en que alguien metió el pico de una tetera a través de los barrotes de mi ventana de la cual bebí agua.

Después de esta semana de ayuno, el oficial a cargo, que antes me había interrogado y amenazado, entró trayendo una bandeja con platos de comida. Durante el interrogatorio había hablado sólo en japonés a través de la intérprete. En esta ocasión, en un inglés perfecto, dijo: “Preparé esto yo mismo. Cómalo despacio y se sentirá muy bien”. El hecho de que en esta ocasión estuviera vestido con un kimono, fue para mí una evidencia de su buena voluntad. Cortésmente, me hizo una reverencia y me dijo que cuidarían de mí, y me ofreció enviar un médico para que me examinara. Pude decir, con toda sinceridad, que me sentía muy bien, que no me había afectado el ayuno.

El ayuno no sólo había sido físico sino también mental y espiritual. EL SEÑOREAR MI PENSAMIENTO, escuchar los pensamientos que venían de Dios, no sólo me había salvado la vida, sino que me había permitido estar bien físicamente.

Page 12: La Libertad Absoluta

Poco después de que el oficial a cargo del campamento de prisioneros, me visitara y me trajera comida, otros vinieron y se mostraron preocupados por mí. Me devolvieron mi reloj y me dieron ropa y mantas; luego me llevaron en un automóvil a un campamento de prisioneros común. Durante los siguientes tres años seguí siendo un prisionero de guerra, viviendo en varios campamentos de prisioneros en la isla de Java.

Page 13: La Libertad Absoluta

13

El Verdadero Pensar Mary Baker Eddy afirma que: “LOS BUENOS PENSAMIENTOS SON

UNA ARMADURA IMPENETRABLE; RODEADOS POR ELLA ESTÁIS TOTALMENTE

PROTEGIDOS DE LOS ATAQUES DEL ERROR DE CUALQUIER CLASE” (MISCELLANY,

PÁG. 210). Ésta ha sido verdaderamente mi experiencia. Querido lector, de la anterior declaración, que yo

comprobé cierta, de que los buenos pensamientos son una armadura que nos protege de toda clase de mal, parece que la urgente pregunta que cada uno de nosotros debe contestar es: “¿Pensamos, o simplemente creemos que pensamos?” Estoy seguro de que usted estará de acuerdo conmigo en que todos nos esforzamos por saber la verdad acerca de las cosas. Y como con-secuencia también nos interesa saber si nuestros pensamientos son verdaderos.

Hoy en día, la noción del pensamiento invade nuestra sociedad. A las organizaciones de investigación a veces se las conoce como “fábricas de pensamientos” o “tanques de pensamientos”. En nuestra vida diaria, se nos insta constante-mente a pensar de una manera en particular. Los fabricantes de muebles imploran: “¡Piense en el color!” Los expertos en belleza gritan: “¡Piense que es joven!” Los promotores de la buena condición física gritan: “¡Piense en estar delgada!” Más significativo es el hecho de que hombres y mujeres famosos hayan reflexionado seriamente acerca de la manera de pensar. Probablemente todos estemos familiarizados con la declaración de Shakespeare: “NO HAY NADA BUENO NI MALO EN EL MUNDO, SINO QUE EL

PENSAMIENTO LO HACE ASÍ”. En la Biblia se encuentran estas palabras atribuidas a Salomón: “...CUAL ES SU PENSAMIENTO EN SU CORAZÓN, TAL

ES ÉL...” (PROV. 23:7). Y en el Prefacio de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras (pág. vii), Mary Baker Eddy incluyó esta alentadora declaración: “HA LLEGADO LA HORA DE LOS PENSADORES”.

¿Acaso no es cierto que todos estamos envueltos en el ‘pensar’? Pero, ¿podemos realmente decir que lo que llamamos ‘pensar’ es siempre verdad u original? ¿Es, mucho de lo que llamamos pensamientos, simplemente nuestra reacción ante las impresiones o sugestiones que recibimos, las suposiciones o la simple reflexión que hacemos sobre los problemas? Hace muchos siglos, el emperador romano y filósofo Marco Aurelio, dijo: “LA

FELICIDAD DE VUESTRA VIDA DEPENDE DE LA CALIDAD DE VUESTROS

PENSAMIENTOS... POR LO TANTO, ¡PROTEGEDLOS!” Esta declaración es

Page 14: La Libertad Absoluta

tan cierta hoy en día como lo era entonces. De modo que la cuestión del pensar es de vital importancia para todos nosotros.

El elegir cuidadosamente nuestros pensamientos nos puede ayudar mucho a mejorar la experiencia de nuestra vida, así como la de nuestro prójimo. A fin de recibir el bien más plenamente, es necesario que diferenciemos con claridad entre el pensamiento real y lo que significa no pensar. Después necesitamos tener el señorío de nuestro pensamiento —impedir la entrada a los pensamientos falsos— y mantenernos ocupados con los pensamientos verdaderos. La Biblia nos dice claramente en qué consiste el verdadero pensar; el Apóstol Pablo escribió:

“... TODO LO QUE ES VERDADERO, TODO LO HONESTO, TODO LO JUSTO, TODO LO PURO, TODO LO AMABLE, TODO LO QUE ES DE BUEN NOMBRE; SI HAY

VIRTUD ALGUNA, SI ALGO DIGNO DE ALABANZA, EN ESTO PENSAD”. (FILIP. 4:8) Si pensar en estas cosas es el VERDADERO PENSAR, entonces el

contemplar el opuesto de lo que Pablo menciona aquí —es decir, la falsedad, la deshonestidad, la injusticia, la impureza, la falta de amor— es pensar en lo falso, o simplemente pensar que estamos pensando, cuando de hecho, ¡ni siquiera estamos ‘pensando’!

De la profundidad de su perspicacia espiritual, Cristo Jesús explicó el asunto del pensar correcto e incorrecto, por medio de una parábola que se encuentra en el cuarto capítulo del Evangelio según Marcos. Él contó de un sembrador que deja caer algunas semillas junto al camino donde la ahogan los espinos. Entonces explicó que la semilla representaba “LA PALABRA DE DIOS”, y los espinos eran las preocupaciones del mundo diario, las esperanzas engañosas que ofrecen las riquezas y la codicia en general. Él afirmó que aquellos que “OYEN LA PALABRA Y LA RECIBEN” tendrán sus frutos, o podríamos decir, tendrán una manera eficaz y útil de ‘pensar’, y obtendrán los buenos resultados de esa manera de ‘pensar’.

Cuando tenía doce años, Jesús pudo hablar con los hombres letrados en el templo, quienes se maravillaron de que tuviera tanta sabiduría y conocimiento. Jesús siempre le atribuía todo el poder a Dios; aun su habilidad para pensar, puesto que dijo: "... LO QUE YO HABLO, LO HABLO COMO EL PADRE ME LO HA DICHO” (JUAN 12:50). Obviamente igualó el verdadero pensar con el ‘escuchar la palabra de Dios’, y el no oír con el ‘escuchar las sugestiones del mal’. Jesús rechazó toda sugestión de mal que recibía, con reprensiones tales como: “¡QUÍTATE DE DELANTE DE MÍ, SATANÁS!”

Page 15: La Libertad Absoluta

15

Toda su vida fue una oración, una oración para escuchar. Jesús siempre escuchaba al Padre. Y dijo a los demás: “…LAS

PALABRAS QUE HABÉIS OÍDO, NO SON MÍAS SINO DEL PADRE QUE ME ENVIÓ” (JUAN 14:24). Muchos de los notables hombres y mujeres de la Biblia tenían una extraordinaria habilidad para escuchar los pensamientos que venían de Dios. En el Antiguo Testamento, hombres como Jacob, Moisés y Jeremías escucharon esos mensajes. Ellos describían esas comunicaciones en declaraciones tales como: “ENTONCES VINO A MÍ PALABRA DE JEHOVÁ, DICIENDO...” (JER.

18:5); o simplemente: “Y DIJO DIOS...” (GÉN. 9:12). Estos hombres escuchaban los pensamientos de Dios cuando oraban. Su receptividad les indicaba con claridad la dirección que debían tomar sus acciones humanas, tal como cuando Moisés fue inspirado a ir a Faraón y exigir la liberación de los hijos de Israel que estaban en cautividad.

En el Nuevo Testamento (LUCAS 1:35) leemos cuando María, la futura madre de Jesús, conversa con un ángel que le dice: “EL

ESPÍRITU SANTO VENDRÁ SOBRE TI Y EL PODER DEL ALTÍSIMO TE CUBRIRÁ CON

SU SOMBRA; POR LO CUAL TAMBIÉN EL SANTO SER QUE NACERÁ SERÁ LLAMADO:

HIJO DE DIOS”. De acuerdo con Ciencia y Salud, los ‘ángeles’ son “PENSAMIENTOS DE DIOS QUE VIENEN AL HOMBRE; INTUICIONES ESPIRITUALES, PURAS Y PERFECTAS...” (PÁG. 581). Mateo escribe que el ángel del Señor apareció a José en un sueño, diciendo: “JOSÉ, HIJO DE DAVID, NO TEMAS RECIBIR A MARÍA TU MUJER, PORQUE LO QUE EN ELLA ES

ENGENDRADO, DEL ESPÍRITU SANTO ES. Y DARÁ A LUZ UN HIJO, Y LLAMARÁS

SU NOMBRE JESÚS..." (MATEO 1:20, 21). La Biblia contiene muchísimas pruebas de que los hombres

pueden escuchar y hablar con Dios y pueden recibir instrucciones perfectas para vivir. Esta fue la lección práctica que aprendí durante mi época de desafíos: cuando cerramos nuestros oídos a los pensamientos, dudas y temores del mundo, podemos escuchar la dirección de Dios y recibir Su guía divina.

Shakespeare estaba en lo cierto cuando dijo: “DULCE ES EL

FRUTO DE LA ADVERSIDAD; QUE COMO EL SAPO FEO Y VENENOSO, LLEVA EN LA

FRENTE JOYA DE GRAN VALOR”. Del mismo modo habló con verdad la Descubridora de la Ciencia Cristiana cuando dijo: “LA CIRCUNSTANCIA

MISMA QUE TU SENTIDO SUFRIENTE CONSIDERA ENOJOSA Y AFLICTIVA, PUEDE

CONVERTIRLA EL AMOR EN UN ÁNGEL QUE HOSPEDAS SIN SABERLO” (CIENCIA Y

SALUD, PÁG. 574).

Page 16: La Libertad Absoluta

SE SUPERA EL TEMOR

Puesto que este libro no tiene el propósito de ser un informe de las crueldades de la guerra, sino más bien una demostración de que comprender en cierta medida lo que significa el ‘VERDADERO PENSAR’, trae paz y un sentido de protección y guía, tan sólo comentaré unos pocos incidentes para demostrar este hecho.

Pasé la mayoría de estos años en prisión trabajando en un pedazo de tierra que se encontraba a una hora de marcha del campamento. Me designaron capataz de un grupo de soldados que tenían a su cargo la tarea de convertir el suelo árido en una granja para producir verduras (una enredadera) para nuestra dieta en la prisión. Antes de mi designación, varios oficiales se habían ofrecido para este trabajo, pero muy pronto se habían dado por vencidos debido a las constantes dificultades que había entre los prisioneros y los guardias, lo que resultaba en que tanto soldados como oficiales recibieran una golpiza.

Durante mis tres meses de confinamiento solitario llegue a convencerme de que todos los hombres están en verdad bajo la dirección de Dios. Y esta convicción finalmente me ganó el respeto y la confianza tanto de los guardias como del comandante de la granja. Los prisioneros también manifestaban ese respeto y confianza, porque los incidentes debido a malos entendidos y desobediencia fueron pocos.

Sin embargo, ocurrió un incidente que ahora considero que fue una lección sobre lo que significa comportarse cristianamente. Y esto es lo que fue mi experiencia como prisionero de guerra: aprender a practicar el cristianismo, como ningún otro desafío. Una mañana cuando estaba caminando alrededor de la granja, gritos que provenían de un camino que iba junto a la cerca de alambre de púas llamaron mi atención.

Me apresuré a llegar a donde venían los gritos y me encontré con una escena muy fea. Había un prisionero retorciéndose en el suelo, mientras un guardia de aspecto robusto le daba una lluvia de golpes con la culata de su rifle. El prisionero estaba obviamente en muy mal estado, y el presenciar esto me impulsó a empujar al enfurecido guardia. Entonces me arrodillé para consolar al prisionero y preguntar que había ocurrido. Poco a poco me enteré de lo sucedido. Él se había subido a un árbol al

Page 17: La Libertad Absoluta

17

que estaba unida la cerca de alambre de púas, para cortar algunas ramas para quemarlas, y esto había enfurecido al guardia, un coreano, quien probablemente pensó que estaba tratando de escapar.

Por el rabillo del ojo, pude ver a este guardia correr hasta el cuartel de la guardia para regresar con otros dos guardias. Para mi sorpresa, estos dos, al ver al soldado herido y escuchar mis vehementes protestas de la inocencia del hombre, tomaron al enfurecido coreano y se lo llevaron. Con la ayuda de otro prisionero, llevamos al soldado herido a un refugio donde permaneció el resto del día. Sin embargo, esto no iba a ser el fin del incidente.

Cuando llegó el momento de alinear a los prisioneros para contarlos, antes de comenzar la marcha de regreso al campamento, el coreano que había golpeado al soldado, apareció llevando un poste de madera. Yo me había acercado al soldado herido y había puesto su brazo alrededor de mi cuello para ayudarlo a acercarse a un carrito de herramientas, que se usaba para llevar palas y otro equipo. Entonces ese guardia vino hacia nosotros con el poste en alto. Yo de ningún modo podía soltar al soldado herido; casi no podía moverse solo, por lo cual continué caminando con él hacia el guardia enfurecido. Para empeorar las cosas, los prisioneros comenzaron a gritar y a insultar, y yo temía que se produjera una revuelta.

Cuando estaba tan solo a unos pocos metros de nosotros, el coreano de pronto arrojó el poste al suelo y desapareció tras la choza del comandante. En ese momento llegué al carrito y puse sobre él al hombre herido. Del grupo de otros guardias que habían estaba observando la escena, dos se acercaron y me ordenaron que llamara a dos prisioneros más para que me ayudaran a empujar el carro, y de ese modo pudimos regresar al campamento en su compañía.

Di vuelta la cabeza varias veces en el camino y pude ver la columna de prisioneros que nos seguían a la distancia. Llevamos al hombre herido al campamento para que recibiera asistencia médica, y eso cerró el incidente.

El guardia que golpeó al soldado no apareció a la mañana siguiente y nunca más nos acompañó a la granja. El superar el temor realmente va de la mano con el crecimiento espiritual; y tal como en este caso, la recompensa fue una verdadera bendición.

Page 18: La Libertad Absoluta

Desde ese momento, el comandante de la granja, que era japonés, y sus guardias, parecieron tener más confianza en mí, y mi confianza en el bien se fortaleció.

Page 19: La Libertad Absoluta

19

UN INCIDENTE HUMORÍSTICO

Afortunadamente, la vida como prisionero de guerra no era

tan tétrica; también hubo momentos alegres. Un prisionero, que se llamaba Norman, y yo nos hicimos buenos amigos. Él era un hombre culto con varios títulos universitarios, quien en su vida privada, ocupaba un puesto alto en el gobierno. Por lo general, comíamos juntos nuestra cena de arroz, salpicada con algunas hierbas, y a veces polvo de pescado. Durante esas veladas discutíamos estimulantemente, puesto que Norman tenía buen conocimiento de la filosofía oriental y europea.

Además de ser un hombre sabio y bondadoso, tenía una figura imponente cuando caminaba por el campamento, fumando un cigarro casero, vestido tan solo con un par de pantalones kakis atados a media asta, y emparchado en muchos lugares con los parches verdes que sacábamos de uniformes holandeses usados. Aparte de un par bastante usado de zapatos viejos, doblados a la altura de los dedos, también llevaba alrededor del cuello un moño negro del que colgaba un monóculo. Su cortesía del viejo mundo brillaba como una piedra preciosa entre los prisioneros y aun entre los japoneses, cuya manera de pensar parecía entender muy bien, y quienes lo trataban con cierta deferencia. Como era arquitecto, entre otras cosas, a menudo lo llamaban para que solucionara problemas de construcción y otros.

Los prisioneros dormían en barracas de bambú largo, en catres de bambú que ocupaban todo el largo de las chozas, cada una de las cuales tenía su propio clamboo (mosquitero) que habían traído los japoneses. En una barraca había de cincuenta a sesenta hombres. El catre de Norman estaba junto al mío y él roncaba muy fuerte. Esto me mantenía a mí y a otros despiertos, particularmente cuando en medio de la noche, emitía unos sonidos pavorosos a intervalos. Entonces los otros hombres protestaban e insultaban… ¡pero Norman seguía durmiendo y roncando! Como me levantaba entre las cuatro y las cinco de la mañana para marchar a la granja, y tenia necesidad de dormir, finalmente comencé a defenderme contra este ronquido y empecé a golpear el bastidor de bambú con el puño, y entonces por un rato todo estaba en silencio.

Una tarde después de regresar al campamento de la

Page 20: La Libertad Absoluta

granja, encontré a Norman muy serio. Me dijo que había estado pensando en algo pero no sabía muy bien cómo decírmelo. Él sentía que sería mejor tener una entrevista conmigo en un par de días; entre tanto, él pensaría cuál sería la mejor forma de hablarme acerca de esta seria situación. Aunque le aseguré que no importaba lo que fuera a decirme, que me lo dijera en ese momento, no lo hice cambiar de idea de tener una entrevista conmigo a cierta hora. Estuve de acuerdo, y durante los días siguientes me la pasé con la duda de qué era lo que preocupaba tanto a mi amigo. ¿Qué estaría provocando que se mostrara tan formal y misterioso?

A la hora acordada nos sentamos, y Norman comenzó a hacer varias reconfortantes declaraciones de que lo que estaba por decirme era por mi propio bien, y que sólo me hablaba debido a nuestra amistad ya que le preocupaba mi bienestar. Después de muchas vueltas me lo dijo. Aparentemente, él había estado muy preocupado acerca de mi salud mental, y su consejo como amigo era que viera a un psiquiatra tan pronto como nos liberaran. Me confió que había notado signos muy preocupantes que lo llevaron a creer que yo no estaba bien mental y emocionalmente.

Me dijo que casi todas las noches, en mi sueño, yo golpeaba violentamente el bastidor de bambú, despertándolo. Él había llegado a la conclusión de que yo estaba al borde de un colapso nervioso terrible causado por nuestro largo período en prisión. Se disculpó diciéndome que lamentaba mucho tener que decirme esto, pero después de haber pensado en ello cuidadosa-mente, había sentido que era su deber decírmelo, a fin de que pudiera sanar mi problema.

Bueno, nunca le dije a Norman lo que realmente había estado ocurriendo, pero el incidente me hizo reír muchas veces, algo que en esa época realmente necesitaba.

Page 21: La Libertad Absoluta

21

INFLUENCIAS MENTALES Sólo una vez durante esos años recibí un golpe, pero hasta

eso fue una lección valiosa: nunca permitir que nada ni nadie lo persuada a uno para actuar en contra de su mejor opinión.

Un soldado en particular, muy obstinado, seguía insistiendo en que él debía ser el capataz adjunto. Yo sentía esta insistencia tanto mental como verbalmente. Por último, cedí a la presión mental que parecía impedirme pensar correctamente, y entonces el hombre dejó en el suelo su pala y comenzó a caminar alrededor como si fuera el capataz. En pocos minutos, un guardia lo vio y lo golpeó. Me lo trajo protestando que yo le había dicho a él que lo hiciera, y fue entonces que recibí un golpe muy fuerte en la cara.

¡Cuántas veces sufrimos dolorosas consecuencias por ceder a las influencias falsas! En esos casos, nuestra protección es reconocer que esas presiones del pensamiento son voluntad humana y errada, ya sea en nosotros o en los demás, y debemos rechazarlas porque son contrarias a la voluntad de Dios, el bien. Después de este incidente, tuve más determinación, para vigilar que ninguna sugestión audible o inaudible irrumpiera en mi pensamiento.

También aprendí que la gente en el oriente parece haber desarrollado de muchas maneras un agudo sentido para discernir la falta de sinceridad y la deshonestidad, así como el peligro. El siguiente incidente ilustra este punto. Como mencioné, los prisioneros tenían que cavar la tierra seca y dura, y lo hacían bajo un ardiente sol tropical. Sus pensamientos iban de la desesperación tediosa a la revancha violenta. Ese día en particular, uno de los guardias, un coreano bondadoso y bastante callado, que por lo general caminaba sin armas entre los prisioneros, me ordenó que fuera con él a interpretar algo que quería decirle a un prisionero. Cuando llegamos donde estaba el prisionero, quien trabajaba separado de los demás en un lugar aislado, me dijo que le dijera que si persistía en tener malos pensamientos, lo castigarían severamente. El guardia entonces se marchó.

Lleno de curiosidad, le pregunté al prisionero qué significaba todo esto. Él admitió que a menudo había pensado que si alguno de esos guardias en algún momento se acercaba a él solo, le golpearía la cabeza con su pala. La sugestión de odio y

Page 22: La Libertad Absoluta

venganza que había aceptado en su conciencia era tan violenta, que el guardia había percibido los pensamientos e intenciones del prisionero. Si el guardia hubiese sido un hombre menos bondadoso, los pensamientos del prisionero hubieran hecho que éste fuera severamente castigado.

Ciencia y Salud nos dice: “TENÉIS QUE DOMINAR LOS

PENSAMIENTOS MALOS EN LA PRIMERA OCASIÓN, O ELLOS OS DOMINARÁN EN LA

SEGUNDA” (PÁG. 234). En la Biblia, San Pablo hace referencia a los pensamientos malos –como los que aceptó este prisionero — pensamientos que pueden resultar en el asesinato de un hombre — refiriéndose a ellos como ‘mente carnal’: “EL OCUPARSE DE LA

CARNE ES MUERTE; PERO EL OCUPARSE DEL ESPÍRITU ES VIDA Y PAZ. POR

CUANTO LOS DESIGNIOS DE LA CARNE SON ENEMISTAD CONTRA DIOS; PORQUE

NO SE SUJETAN A LA LEY DE DIOS, NI TAMPOCO PUEDEN” (ROMANOS 8:6, 7). Entonces, ¿no es acaso el PENSAR RECTAMENTE una cuestión

de ocuparse del Espíritu a lo que la Biblia considera vida y paz, y mantener alejados pensamientos tales como la venganza, el odio, la malicia, etc.? ¿No nos exhorta la Biblia a que: “HAYA, PUES, EN

VOSOTROS ESTE SENTIR QUE HUBO TAMBIÉN EN CRISTO JESÚS” (FILIP. 2:5)? Jesús es el mejor ejemplo. Su conciencia estaba llena de los pensamientos de Dios. La Ciencia Cristiana aclara cualquier malentendido respecto a Jesús el Cristo (como lo llamaban en griego), y brinda la comprensión adecuada de Cristo Jesús en estas reveladoras declaraciones que se encuentran en Ciencia y Salud (PÁG. 332):

“JESÚS NACIÓ DE MARÍA. EL CRISTO ES LA VERDADERA IDEA QUE

PROCLAMA EL BIEN; EL DIVINO MENSAJE DE DIOS A LOS HOMBRES QUE HABLA A

LA CONCIENCIA HUMANA... COMO DICE PABLO: “HAY UN SOLO DIOS, Y UN

SOLO MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES, JESUCRISTO HOMBRE”. EL

HOMBRE CORPÓREO –JESÚS– ERA HUMANO. “ENTONCES, EL CRISTO NO ES UNA ‘PERSONA HUMANA’ SINO LA

IMAGEN DIVINA O IDEA VERDADERA DE DIOS QUE JESÚS REPRESENTÓ TAN

COMPLETAMENTE. EL CRISTO ESTÁ PRESENTE Y DISPONIBLE PARA SANAR Y

SALVAR EN TODAS LAS ÉPOCAS Y EN TODO LUGAR. ES EL CRISTO LO QUE NOS

PERMITE ESCUCHAR A DIOS Y RECIBIR LA GUÍA DIVINA”.

Page 23: La Libertad Absoluta

23

CAPÍTULO DOS

NAVIDAD EN EL CAMPAMENTO

Podemos tener la esperanza de que sí es posible oír lo que el Cristo tiene que decirnos, y de que otros también escuchen el divino mensaje sin importar su raza, color o credo.

Yo experimenté algo de esto cuando a medida que el tiempo fue pasando, la moral y la salud de muchos de los prisioneros de nuestro campamento fueron empeorando cada vez más. La comida era insuficiente y se carecía de las cosas que se consideran necesarias para tener una dieta adecuada. Ese año, justo antes de Navidad, el médico del campamento, también un prisionero de guerra, me pidió que tratara de persuadir al comandante de la granja a que comprara fruta en los pueblos cercanos. Me dijo que esto podría ayudar a salvar la vida de algunos de los prisioneros que estaban sufriendo de beriberi y otras enfermedades.

Habían juntado dinero para este propósito y me dieron un pequeño rollo de billetes para que pagara la fruta, si es que mi solicitud tenía éxito. Orando para saber cómo plantear el asunto, me dirigí a la choza del comandante. Su expresión, mientras yo permanecía parado frente a su escritorio, me indicó que nunca llegaría a convencerlo. Entonces me vino el pensamiento: “¡HÁBLALE DE LA NAVIDAD!”. En ese momento, este pensamiento me sorprendió mucho porque yo consideraba que este japonés aparentemente era sintoísta y no tenía ni idea de quien era Cristo o la Navidad. Superando mi renuencia, obedecí mi intuición y pasé, en una mezcla de lenguas, a explicarle el significado de la Navidad como yo la entendía en la Ciencia Cristiana. Le hablé de la idea Cristo, de la verdadera hermandad de los hombres y del amor y la buena voluntad de unos con los otros. Entonces le solicité que trajeran mucha fruta de los pueblos para que la Navidad tuviera un verdadero significado para los hombres que estaban enfermos en el campamento.

Todo ese tiempo me enfrenté con un helado silencio. Parecía no haber ni una pizca de comprensión ni de compasión. Como último recurso, repetí algunos de los pensamientos que había tratado de explicar antes y puse el rollo de dinero sobre el escritorio. Bruscamente los arrojó al suelo. Me quedé sin siquiera

Page 24: La Libertad Absoluta

saber si había entendido mi petición. Aun así me negué a sentirme frustrado o resentido. Sabía que yo y todos los hombres, tanto cautivos como captores, en realidad vivíamos, nos movíamos y teníamos nuestro ser en una dimensión espiritual, en un reino señoreado por Dios.

Días después, cuando hacía mis rondas por el campo, vi a un guardia que venía hacia mí pedaleando en su bicicleta muy excitado, haciéndome gestos y gritándome que fuera de inmediato. Comenzó a empujarme por la espalda para hacerme correr, gritando en francés: “Coure, coure!” (“¡Corra, corra!”) Al principio pensé que había habido otra golpiza y que requerían de mi presencia. Sin embargo me llevó rápidamente a la choza del comandante y me dijo que entrara. Allí, detrás de su escritorio, estaba el comandante con una amplia sonrisa forzada en su cara; y en el suelo a su alrededor, varios javaneses en cuclillas junto a enormes canastas llenas de fruta. Sorprendido y agradecido, di un paso adelante y puse el rollo de dinero que todavía llevaba conmigo, sobre el escritorio. Una vez más lo arrojó al suelo bruscamente, pero en esta ocasión, yo casi no podía creer lo que veía y oía. Señalándose el pecho, el comandante repitió: “Kismis, Kismis”, y con eso, sacó dinero de su propio bolsillo y pagó la fruta.

Puedo decirles que ese día los hombres entraron con mucha alegría al campamento empujando un carro cargado de fruta. Esa Navidad realmente se sintió el espíritu del Cristo. Hasta los guardias parecieron estar emocionados también. Sí, el espíritu del Cristo había atravesado las barreras de la raza, el odio y la desesperación. Todos los hombres verdaderamente tienen un solo Dios y Padre. Es el Cristo el que une las brechas que los hombres han puesto entre ellos y Dios. Mediante el mensaje del Cristo que yo había percibido y que el comandante japonés también había entendido, el llamado ‘enemigo’ demostró en esa ocasión, que era un amigo generoso.

Page 25: La Libertad Absoluta

25

HERMANDAD UNIVERSAL

Cierto, la acción del Cristo, cuando se mantiene en la conciencia, cumple el mandato de Jesús: “QUE OS AMÉIS UNOS A

OTROS, COMO YO OS HE AMADO” (JUAN 15:12). Ese tipo de ideal cristiano trasciende las creencias religiosas y encuentra una respuesta en los corazones de los hombres en todas partes. Mary Baker Eddy escribe: “JESÚS DEMOSTRÓ AL CRISTO; PROBÓ QUE EL CRISTO ES LA DIVINA

IDEA DE DIOS —EL ESPÍRITU SANTO, O CONSOLADOR, QUE REVELA AL

PRINCIPIO DIVINO, EL AMOR, Y CONDUCE A TODA LA VERDAD” (CIENCIA Y SALUD,

PÁG. 332). También demostramos este Cristo cuando nuestros

pensamientos, y en consecuencia nuestras acciones, son puros; cuando están en armonía con Dios, la Verdad. Así se resuelven nuestros problemas de relación humana. Sí, los conflictos y los odios raciales están destinados a su extinción, porque el Cristo golpea a la puerta de la humanidad insistiendo en su aceptación universal. A través de una comprensión científica del Cristo, los hombres encontrarán una nueva forma de vivir juntos en hermandad universal, viendo a cada uno como realmente son: las ideas espirituales de Dios, los amados del Amor. ¿Acaso no está el mundo hoy realmente pidiendo a gritos una nueva dimensión para vivir, libre de odio, temor y de los otros males que plagan a la humanidad? ¿Y acaso no se debiera alcanzar esto mediante una revolución en el pensamiento individual echando fuera a los enemigos, como el temor, la ignorancia y el pecado?

A lo largo de las épocas, los esfuerzos humanos para traer paz a la humanidad han demostrado ser inadecuados. La espiritualización del pensamiento es el único camino que tiene la humanidad para tener paz. Como Pablo declara: “EL FRUTO DEL

ESPÍRITU ES AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA, BENIGNIDAD, BONDAD, FE, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA; CONTRA TALES COSAS NO HAY LEY” (GAL. 5:22,

23). En verdad que no se necesitarían leyes de castigo si los hombres tuvieran este Espíritu en su pensamiento y en su corazón.

Como puedes ver, querido lector, aun con el pequeño entendimiento que alcancé al obedecer lo mejor que pude la orden de SEÑOREAR LOS PENSAMIENTOS QUE ME VENÍAN, RECHAZANDO LOS PENSA-MIENTOS VILES Y MALVADOS, Y ESCUCHANDO PARA PERCIBIR LA GUÍA Y LA

DIRECCIÓN DE ARRIBA, mi experiencia como prisionero de guerra se había transformado en una aventura, en lugar de una pesadilla.

Page 26: La Libertad Absoluta

Y aunque, debido a la falta de comida, yo era la sombra de lo que había sido, durante esos tres años en el campamento nunca estuve enfermo.

Ocurrió algo más mientras estuve prisionero que también prueba que el Cristo influye en la conciencia humana. (Este es el incidente al que me referí anteriormente cuando dije que ‘mi libro que acompaña la Biblia’, jugaría un papel fundamental en mi protección.) De vez en cuando colocaban una lista con los nombres de los prisioneros que debían ser enviados por barco a los campamentos de prisioneros de guerra en Japón. La idea de estar cautivo en Japón no era de ninguna manera atractiva puesto que había un peligro adicional. Los barcos eran muchas veces torpedeados por los Aliados, de modo que los prisioneros se consideraban afortunados si acaso llegaban a Japón.

Mi nombre de pronto desaparecía de esas listas. Y con este propósito en dos ocasiones fui formado en fila con otros prisioneros a media noche, y en ambas ocasiones me sacaron de la fila y me mandaron a las barracas. No fue sino hasta el final de la guerra cuando conocí al hombre que había estado trabajando en la traducción de Ciencia y Salud, que este misterio se aclaró. En un inglés fluido, me dijo que era miembro de la policía secreta de Japón y que había comenzado a estudiar el libro, y que él era quien me había mantenido a salvo. Una vez más, a través de la influencia del Cristo, un enemigo se había transformado en amigo, aunque yo no estaba consciente de ello en aquel entonces.

Page 27: La Libertad Absoluta

27

DÍA DEL ANZAC

No solo hubo momentos de alegría e hilaridad durante esos difíciles años, sino también momentos de conmovedora belleza y hasta grandeza, cuando el espíritu humano se elevaba a alturas inesperadas y trascendía la fealdad del odio y el temor. Una de esas ocasiones fue un 25 de abril, en el que se celebraba el día del ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps — Día de la Armada Australiana y Neozelandesa).

El grupo de trabajo, que marchaba todos los días a Tanjong Oost, estaba formado en su mayoría por soldados australianos toscos, muchos de los cuales habían llegado de la llanura árida y desértica de Australia, acostumbrados a llevar una vida muy dura. Sin embargo, los casi tres años que habían sufrido de penurias y privaciones hasta ese momento, los había reducido a un montón de hombres en su mayoría desalentados, aferrándose con desesperación a la esperanza de que algún día sus camaradas vendrían y los liberarían.

Ese día en particular su ánimo estaba por los suelos al recordar entre ellos los días ya pasados cuando estaban en su tierra natal, y el ANZAC simbolizaba el recuerdo de glorias pasadas en los campos de batalla de Europa durante la Primera Guerra Mundial. En aquellos días, por la mañana, se hacían coloridos desfiles con conmovedoras marchas y solemnes ceremonias por todas partes. A las once de la mañana la gente se reunía en las plazas de los pueblos y ciudades, alrededor de monumentos para honrar a los caídos. A esa hora, con todos en posición de firmes, un corneta hacía sonar el “Last Post” (“Última Llamada”; toque de silencio en honor de los caídos en combate), seguido de un minuto de silencio.

La mañana estaba particularmente hermosa en la granja de Tanjong Oost. El aire estaba apacible y un sentimiento casi sobrenatural flotaba en la atmósfera. Mi corazón se sintió conmovido por esos hombres, y comencé a pensar si no habría algo que se pudiera hacer para romper ese hechizo de tristeza y darles un renovado sentido de dignidad y valor. Entonces tuve una idea, una que al principio me pareció no sólo arriesgada sino altamente peligrosa.

Razoné que la situación ya era altamente peligrosa al tener a los hombres que sucumbían al desaliento, a la enfermedad y

Page 28: La Libertad Absoluta

algunos ya ni siquiera tenían voluntad de vivir. Teníamos un corneta con nosotros que tocaba diana todas las mañanas, y de nuevo durante los descansos, el almuerzo y al atardecer al regreso al campamento.

Me pregunté qué pasaría si el comandante japonés daba permiso para algún hombre tocara el “Last Post” cuando dieran las once, y permitiera que los hombres se pusieran en posición de firmes por sesenta segundos. Al principio, la idea parecía inconcebible porque no nos permitían hacer ningún tipo de actividad en grupo. Las reglas que había establecido el comandante japonés sobre este tema eran muy específicas.

Como dije antes, yo había empezado a apoyarme profundamente en la intuición, y en ese momento sentí la urgencia de tratar de llevar adelante el plan. Caminé alrededor del campamento y hablé con varios hombres y también con el corneta. Todos dijeron que realmente les levantaría el ánimo. ¡ANZAC en Tanjong Oost! ¡Qué maravillosa posibilidad! Enseguida fui a la choza del comandante donde lo encontré sentado frente a su escritorio. Una cosa que me hizo pensar que este hombre escucharía mi propuesta fue el hecho de que yo había notado que en los últimos meses él había comenzado a confiar cada vez más en mí. Por ejemplo, los guardias ya no estaban constantemente patrullando la granja, sino que permanecían en las garitas distribuidas en el perímetro del campamento. En una mezcla de malayo e inglés le expliqué mi plan, manteniendo firme en mi pensamiento que todos los hombres eran hermanos bajo Dios, y no odiados enemigos. El comandante japonés me escuchó pacientemente mientras yo repetía varias veces mi solicitud. No dijo ni una sola palabra, pero yo ya había aprendido que ésa no era una mala señal.

Entonces volví a ver a los hombres y les dije que le había planteado el plan al comandante y que si él estaba de acuerdo, le informaría al corneta. Ellos ya habían conversado entre sí y estaban de acuerdo. La falta de odio y temor que yo sentía en mí desde la experiencia que había tenido en la cárcel de Bandung, y mi deseo de vivir la vida que expresa el más elevado tipo de cristianismo, me había dado la sólida certeza de que Dios es supremo y que EL CRISTIANISMO NO ES TAN SÓLO UNA FORMA DE RELIGIÓN, SINO LA FORMA CORRECTA DE VIVIR Y ACTUAR.

Eran cerca de las once de la mañana y me di cuenta de que los guardias que estaban en las garitas, no sabían nada sobre lo

Page 29: La Libertad Absoluta

29

que estaba por suceder. ¿Cómo reaccionarían cuando sonara el clarín a una hora fuera de lo común y todos los hombres dejaran sus palas y se pusieran en posición de firmes?

Entonces, minutos antes de las once, un guardia en bicicleta vino desde la dirección de la choza del comandante y pedaleó a toda velocidad de una garita a otra gritando lo que yo consideré que eran instrucciones. Entonces tuve un pensamiento diabólico. ¡Les está diciendo que disparen! Rechacé ese pensamiento de la manera en que había aprendido previamente, y lo remplacé con el pensamiento de que estos hombres sólo eran capaces de expresar amor y bondad. Ellos también habían heredado cualidades semejantes al Cristo de su santo Padre.

Nunca el “Last Post” sonó como en aquella quieta y clara mañana. Fue una experiencia de lo más conmovedora; como si oyéramos una hermosa oración. Todos los cien o más prisioneros permanecimos en posición de firmes durante lo que pareció ser el minuto más largo. Entonces al mirar en dirección de las garitas, contemplé algo de lo más sorprendente e inspirador. Todos los guardias permanecían en posición de firmes con nosotros. El que había dado la vuelta con la bicicleta, la había puesto en el suelo y también estaba en posición de firmes. Durante ese minuto sentí como si legiones de ángeles nos estuvieran sirviendo. Había visto al cristianismo en acción como nunca antes; jamás en tal medida. El espíritu del Cristo había ciertamente vencido el poder del maligno. Esa noche los hombres marcharon con vigor y con las cabezas en alto. El día del ANZAC se transformó en algo muy preciado para todos.

Page 30: La Libertad Absoluta

CAPÍTULO TRES

LA LUCHA DE UNA NACIÓN

Hacia el fin de la guerra, nos transfirieron a un campamento en Batavia, ahora llamada Jakarta, para que trabajáramos en lo que parecía haber sido una planta de ensamblado de automóviles. Fue allí donde conocí al hombre que aclararía el misterio de la experiencia que tuve en la cárcel, cuando me desperté en medio de la noche con la sensación de que estaban tratando de controlarme mentalmente. Trajeron a este hombre, junto con otros, vestido de civil al complejo. Él era javanés, y cuando un día hablé con él, me dijo que me recordaba muy bien, aunque yo no recordaba haberlo visto. Me dijo que lo habían empleado en la prisión donde me habían tenido en confinamiento solitario.

Parece que él había estado presente la noche en que mis captores intentaron manipularme o sugestionarme mentalmente para poder interrogarme. La razón por la cual me recordaba tan bien era que ese intento de manipularme mentalmente no tuvo ningún efecto en mí. Esto lo impresionó tanto que tomó nota de mi nombre, rango y número de servicio militar. Ahora bien, no sé si él fue el encargado de hacerlo; no lo pude averiguar. Pero ese tipo de manipulación mental es el opuesto mismo al recibir inspiración de Dios; todos lo debemos entender esto y protegernos de ello. Por lo tanto es necesario reflexionar mucho acerca de nuestro pensamiento, y preguntarnos: “¿Piensas verdaderamente, o simplemente ‘crees’ que piensas?” La respuesta a esta pregunta tan importante, se encuentra en esas palabras de Jesús, nuestro Mostrador del Camino: “NO PUEDO YO HACER NADA POR MÍ

MISMO; SEGÚN OIGO, ASÍ JUZGO; Y MI JUICIO ES JUSTO, PORQUE NO BUSCO MI

VOLUNTAD, SINO LA VOLUNTAD DEL QUE ME ENVIÓ –LA DEL PADRE” (JUAN 5:30). Vivimos en un mundo de pensamientos y nos enfrentamos

constantemente a la necesidad de optar entre los conceptos humanos falibles (a veces en forma de sugestiones mentales agresivas), y las ideas espirituales. Aquello que nos capacita para tomar la decisión correcta en todo momento, es la comprensión

Page 31: La Libertad Absoluta

31

espiritual. La Ciencia Cristiana nos enseña: “LA COMPRENSIÓN

ESPIRITUAL ES LA LÍNEA DE DEMARCACIÓN ENTRE LO REAL Y LO IRREAL” (CIENCIA

Y SALUD, PÁG. 505). Esta comprensión espiritual es inherente a todos nosotros y se puede desarrollar. Yo la encontré mediante el estudio de la Biblia y del libro Ciencia y Salud. Sin esta comprensión espiritual somos más o menos como barcos sin timón sacudidos de un lado al otro por los vientos y las olas mentales que existen. Con la comprensión espiritual podemos navegar con curso recto, y enfrentar todo obstáculo con un sentido de aventura, sabiendo que es una oportunidad para alcanzar un logro más elevado.

El trabajo en la planta de ensamblado de automóviles fue de corta duración. Había rumores de que los japoneses nos habían puesto allí porque si los Aliados bombardeaban la planta, seríamos ‘blanco’ y esto sería un arma propagandista. Sin embargo al poco tiempo, no necesitaron que trabajáramos en la planta más, y nos mantuvieron en los confines de un antiguo campamento militar holandés en el centro de Batavia.

Este campamento de Batavia estaba tan hacinado de prisioneros, que era obvio que algo extraordinario estaba por ocurrir. De pronto me mandaron llamar para que fuera al cuartel de la guardia. Me dijeron que me llevarían a Bandung para interrogarme. Tres años habían pasado desde los interrogatorios que me habían hecho en la cárcel de Bandung, y yo no tenía la menor idea de qué se trataba en esta ocasión. Fui llevado a la estación del tren con una fuerte escolta, y luego por tren a la ciudad donde mi experiencia de la guerra había comenzado. En esta ocasión la cárcel en la que me pusieron estaba compuesta por una serie de jaulas frente a un pequeño patio. Estas jaulas estaban llenas de civiles, algunas con hombres, otras con mujeres. A mí me pusieron en una jaula, solo.

Transcurrieron varios días durante los cuales me permitieron una o dos veces caminar con otros por el patio y hacer algunos ejercicios, pero siempre con un guardia. Entonces una mañana me llevaron a un salón para interrogarme. Se trataba de mi diario.

Cuando me capturaron sólo tuve tiempo de echar este diario por una hendidura del techo en una de las habitaciones pequeñas del edificio, antes de intentar escaparme por la pared de atrás. Era evidente que habían revisado todo muy cuidadosamente y habían encontrado mi diario. Como dije antes,

Page 32: La Libertad Absoluta

en él yo había escrito mis observaciones y consideraciones filosóficas sobre el drama en el que estaba envuelto, prediciendo que los japoneses perderían la guerra y el efecto resultante que tendría en los indonesios.

Puesto que había llegado a Java antes de la guerra con Japón, yo había visto los efectos de la colonización en la gente de Indonesia. Su estado era casi de esclavitud; hacían trabajar a los sirvientes durante interminables horas, por tan solo diez centavos holandeses al día. En este diario yo había escrito que anticipaba el fin de los trescientos cincuenta años de colonización holandesa como consecuencia de esa guerra. También había escrito cómo pensaba yo que los indonesios podían conseguir la ayuda de quienes, estaba seguro, vendrían a liberar a Java de sus actuales invasores.

La idea se me había presentado de la siguiente manera. Seguramente los que vendrían a liberarlos, en su mayoría serían estadounidenses. Yo había vivido tres años en los Estados Unidos y me había familiarizado con los principios de su historia y con aquellos maravillosos documentos: “La Declaración de Independencia” y “La Constitución de los Estados Unidos de América”. En la escuela, en Holanda, había aprendido que entre los primeros colonizadores de los Estados Unidos, había habido holandeses tanto como ingleses, cuya principal razón para dejar su tierra natal había sido la libertad de culto religioso. Sabía que los estadounidenses consideran que la libertad es el derecho elemental de todos. Yo pensaba que Dios seguramente ayudaría a los indonesios a alcanzar su libertad, por todo cuanto estaba ocurriendo en esos momentos.

La oración de “La Declaración de Independencia” que más me llamó la atención fue: “SOSTENEMOS QUE ESTAS VERDADES SON

EVIDENTES POR SÍ MISMAS, QUE TODOS LOS HOMBRES FUERON CREADOS

IGUALES...” Había escrito en mi diario que los indonesios debían pintar la oración, con grandes letras, sobre las muchas paredes de piedra de la ciudad de Batavia, donde los liberadores esta-dounidenses seguramente las verían.

El interrogatorio al que me sometieron entonces se centró en la sospecha que tenían los japoneses de que, antes de mi captura, yo había estado en contacto con los grupos políticos javaneses que estaban esforzándose por liberarse del dominio holandés; ¡y claro que eso no era cierto! Entonces trajeron a un hombre javanés vestido con ropa occidental —que tal vez había

Page 33: La Libertad Absoluta

33

pertenecido a uno de esos grupos— y nuevamente me presionaron para que dijera por qué había escrito esa declaración; a quién había conocido, y si conocía al hombre. Argumenté que la única razón por la cual había escrito eso era porque tenía la firme convicción de que todos los hombres debían ser libres, y que tenía la certeza de que Dios estaba otorgando al pueblo de Indonesia una forma para obtener su libertad.

Finalmente me llevaron de regreso a la celda, y al día siguiente me regresaron por tren al campo de prisioneros de guerra en Batavia. Las especulaciones sobre lo que estaba ocurriendo en el campo de batalla crecían cada día, pero los japoneses no daban ninguna indicación de que la situación se hubiera vuelto contra ellos. Siguieron pasando lista, haciendo sus inspecciones de rutina, como siempre. Entonces despertamos una mañana, y ése fue un día que los prisioneros de guerra de los japoneses nunca olvidarán. Los japoneses se habían rendido. Bombas atómicas habían terminado abruptamente con la guerra, y ahora los papeles se habían invertido. Esto trajo aparejado mucha actividad; llegaron aviones que lanzaron suministros y comenzaron las preparaciones para evacuar a los prisioneros.

Fue entonces cuando experimenté la vivencia más sorprendente, al ir de nuevo a un lugar en Batavia. En el camino pasamos junto a una pared de piedra alta sobre la cual estaba pin-tado, en inglés, en letras blancas muy grandes: “SOSTENEMOS QUE

ESTAS VERDADES SON EVIDENTES DE POR SÍ; QUE TODOS LOS HOMBRES HAN

SIDO CREADOS IGUALES; QUE SU CREADOR LES HA DADO DERECHOS

INALIENABLES, ENTRE LOS CUALES SE ENCUENTRAN LA VIDA, LA LIBERTAD Y LA

BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD”. Es parte de la historia el que el pueblo javanés obtuvo su preciada libertad humana, y que los holandeses se dieron cuenta de que su prosperidad no dependía del trabajo ni de los esfuerzos de un pueblo esclavizado.

Mary Baker Eddy, poniendo el significado de libertad en su sentido más elevado, escribe en CIENCIA Y SALUD, (PÁG. 227): “AL

COMPRENDER LOS DERECHOS DEL HOMBRE, NO PODEMOS DEJAR DE PREVER EL

FIN DE TODA OPRESIÓN. LA ESCLAVITUD NO ES EL ESTADO LEGÍTIMO DEL

HOMBRE. DIOS CREÓ LIBRE AL HOMBRE. PABLO DIJO: ‘SOY LIBRE DE

NACIMIENTO’. TODOS LOS HOMBRES DEBIERAN SER LIBRES. ‘DONDE ESTÁ EL

ESPÍRITU DEL SEÑOR, ALLÍ HAY LIBERTAD’. EL AMOR Y LA VERDAD LIBERAN, PERO EL MAL Y EL ERROR CONDUCEN AL CAUTIVERIO.

Page 34: La Libertad Absoluta

“LA CIENCIA CRISTIANA ALZA EL ESTANDARTE DE LA LIBERTAD Y

EXCLAMA: ‘¡SEGUIDME A MÍ! ¡ESCAPAD DE LA ESCLAVITUD DE LA

ENFERMEDAD, DEL PECADO Y DE LA MUERTE!’ JESÚS TRAZÓ EL CAMINO. CIUDADANOS DEL MUNDO, ¡ACEPTAD LA ‘LIBERTAD GLORIOSA DE LOS HIJOS DE

DIOS’, Y SED LIBRES! ¡ÉSE ES VUESTRO DERECHO DIVINO!”

Page 35: La Libertad Absoluta

35

SEGUNDA PARTE

LIBERACIÓN DEL CAUTIVERIO EN LIBERTAD

CAPÍTULO CUATRO

LA CUESTIÓN DEL EMPLEO La guerra terminó cuando los japoneses capitularon ante

las fuerzas estadounidenses y aliadas, y a aquellos de nosotros que habíamos sobrevivido en los campos de prisioneros en el oriente, nos llevaron en avión o en barco a nuestros respectivos países.

Una vez que me reuní de nuevo con mi familia en Australia, tuve que adaptarme de nuevo a la vida civil. Mi preocupación inmediata era encontrar algún trabajo significativo que me permitiera proporcionar lo necesario para mí, mi esposa, mi hijo e hija. Al principio esto no pareció muy simple, especialmente porque mi perspectiva mental había cambiado. La idea de trabajar en algo, simplemente con la intención de ‘ganar dinero’, ahora me parecía repulsiva. Había visto a Dios intervenir en mis asuntos de maneras tan maravillosas, que yo quería que esa forma de vida continuara. Las autoridades militares habían declarado que estaba en perfecto estado de salud, y me dijeron que si quería tomar un curso en algún tipo de universidad, me pagarían una pequeña pensión para vivir. Yo no deseaba volver al trabajo que había estado haciendo antes de la guerra, y esperaba que me llegara alguna idea nueva.

Gradualmente, percibí lo que debía hacer. Se reveló de la siguiente forma: A medida que escuchaba a Dios en busca de guía, las ideas se fueron manifestando. El primer pensamiento fue: “VAS A SER FELIZ, SÓLO SI SATISFACES TU ANHELO INTERIOR DE BELLEZA”. Para expresar este anhelo de belleza yo llenaba nuestro pequeño apartamento de las flores más hermosas que podía encontrar, y las remplazaba a los pocos días para que no hubiera ninguna hoja ni capullo marchito. Nuestro apartamento estaba junto a un jardín que pertenecía a un hospital. Llamé a la encargada y me dio permiso para quitar secciones alternadas de la empalizada de madera que habían estado bloqueando nuestra vista. Ahora

Page 36: La Libertad Absoluta

nuestra casa estaba llena de sol y tenía enfrente los árboles y arbustos de flores más gloriosos.

Instalé lámparas de pared, puse pisos nuevos, y transformé una vivienda bastante austera en un lugar lleno de belleza. Sencillamente no podía dejar de embellecerla. Era como una gran hambre que no podía satisfacer. La razón por la cual platico esto, es porque este anhelo de embellecer mis alrededores iba a tener una importante influencia en mi futura carrera tanto en los negocios como en mi prosperidad. Es una ley inquebrantable que al mejorar al máximo lo que tenemos, inevitablemente alcanzaremos logros más altos.

El segundo pensamiento que se me presentó mientras seguí escuchando fue: “TODO LO QUE HAGAS DEBE BENDECIR A LOS DEMÁS

Y EMBELLECER SUS VIDAS”. Entonces me llegó el tercer y último pen-samiento: “PARA TENER REALMENTE ÉXITO DEBES HACER AQUELLO QUE MÁS TE

GUSTE HACER”. Ahora tenía una base con la cual empezar, y me sentí seguro del plan que Dios tenía preparado para mí; éste me sería revelado.

Antes de que me enviaran al exterior en misión militar, había servido como instructor en la Escuela de Ingeniería de la Fuerza Aérea, y había usado gráficos, diapositivas y películas para instruir a los aviadores. Ahí estaba mi respuesta. Quería entrar en un negocio donde pudiera desarrollar todas esas cosas juntas, para embellecer y enriquecer la vida de la gente. La pregunta era cómo hacerlo. Al averiguar descubrí que ninguna universidad ni escuela enseñaba cursos de ese tipo. Allí no se conocía el término “audiovisual”.

En esa época, al hablar acerca de mi deseo con un funcionario del gobierno, me sugirió que tal vez pudiera encontrar alguna compañía que me enseñara lo que quería aprender, e incluso el gobierno me pagaría la pequeña beca. Las piezas comenzaban a ponerse en su lugar.

Entonces un amigo de la familia nos llamó y le conté de mí deseo de aprender varias técnicas visuales y sonoras para combinarlas en una expresión de arte y belleza. Le dije que la producción de películas educativas ocuparía el primer lugar de mi lista. Este amigo fue el medio por el cual me presentaron a un hombre (que por razones de confidencialidad, llamaré Andrew Ainsworth), quien tenía un negocio de fotografía industrial y comercial. Ainsworth también había hecho algunas películas

Page 37: La Libertad Absoluta

37

educativas y promocionales, y ahora quería entrar en la rama de la producción de películas. Me prepararon una entrevista y me dieron la oportunidad de entrar, como estudiante en la sección de películas, al negocio del Sr. Ainsworth. Esta sección estaba compuesta de un solo hombre, que entonces estaba en el proceso de preparar un corto publicitario. Me transformé en el ayudante y alumno entusiasta de este hombre.

Las actividades del Sr. Ainsworth se habían reducido notablemente durante los años que duró la guerra. Él se había visto forzado a llevar su negocio a un lugar extremadamente modesto, cerca de la costa, donde había rentado el piso alto y vacío de un viejo depósito que pertenecía a unos rematadores de objetos de segunda mano. Ahora que la guerra había terminado, varios empleados habían regresado reclamando sus empleos, y por mi experiencia anterior en administración, me di cuenta que el Sr. Ainsworth la estaba pasando bastante mal para cumplir con sus compromisos financieros.

Yo recibía la pequeña pensión que el gobierno me había prometido, y así mi familia y yo pudimos subsistir con eso, aunado a los fondos de sueldos acumulados que había recibido de las Fuerzas Armadas.

Durante las siguientes semanas aprendí mucho acerca de cómo iluminar un estudio, leer un medidor de luz, cargar una cámara y determinar la apertura de las lentes. Como mencioné, yo era un alumno muy dedicado, un verdadero castor laborioso. La sensación de que la mano de Dios me guiaba y continuaba conmigo, hizo que mi aprendizaje fuera un verdadero gozo, aunque se trataba principalmente de desenredar cables de luz, así como la descarga, carga, acarreo y embalaje de equipo. Fue entonces cuando las cosas cambiaron notablemente.

Habían transcurrido tan solo unos cuantos meses desde el día en que comencé a trabajar, cuando llegó una carta del gobierno pidiéndome que le dijera al Sr. Ainsworth que firmara el formulario adjunto. Este formulario era para confirmar que yo realmente era un alumno en su negocio. Llevé los papeles a su oficina y la secretaria me dijo en la sala de espera, que el Sr. Ainsworth estaba solo y que si golpeaba a su puerta, seguramente él me vería. Después de tocar varias veces y no recibir respuesta alguna, volví a ver a la secretaria y le pregunté qué debía hacer. Me sugirió que abriera la puerta y espiara. Así lo hice y me

Page 38: La Libertad Absoluta

sorprendió mucho ver al Sr. Ainsworth en el suelo, aparentemente muy agitado. Me incliné sobre él y le pregunté si quería que hiciera algo por él. ´ Me confió que sufría de terribles problemas de espalda que los médicos no habían podido sanar y que ahora parecían estar llegando a las últimas.

Me ofrecí llevarlo a su casa y en el largo trayecto me pareció correcto contarle cómo el estudio de mi Librito compañero de la Biblia, junto con ésta, me habían sanado a mí y a los miembros de mi familia. Le platiqué de un pariente cercano que había sanado de un tumor intestinal. Le aseguré que este mismo método de curación, que Jesús había practicado y que hoy se encontraba al alcance de todos, lo sanaría de su problema de columna.

Al día siguiente fui a verlo y le llevé Ciencia y Salud, y me prometió leerlo. Durante esa visita el Sr. Ainsworth me propuso, si yo me hacía cargo de la administración de su negocio mientras él se quedaba en casa para solucionar su problema, hacer unos arreglos para transferirme algunas de las acciones de su compañía. (Interesantemente, de chico él había asistido a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, y tenía cierta comprensión de las maravillosas posibilidades de curación que ofrecía esta Ciencia.)

Como podrán imaginar, el hecho de pasar de repente de aprendiz a Director Administrativo de la compañía, produjo gran consternación y revuelta entre algunos de los empleados. El gerente de producción se fue junto con un vendedor, y lo mismo hicieron el productor de películas y la secretaria del Sr. Ainsworth. El resto de los empleados permanecieron tranquilos y me aseguraron que yo tenía su total cooperación; y así fue. El hecho de que algunos de los empleados más asalariados dejaran la compañía, aligeró la situación financiera y brindó al negocio cierta estabilidad

Page 39: La Libertad Absoluta

39

CAPÍTULO CINCO

EL DÍA DE PAGO Y LA ÉTICA No obstante, las cosas no estuvieron tranquilas por mucho

tiempo, porque aun el negocio de fotografía, que constituía la principal entrada de la compañía, fluctuaba de tal manera, que un día de pago, no mucho después de transformarme en el gerente, descubrí que no había suficiente dinero en el banco para pagar los sueldos.

En la soledad de mi oficina, oré con todo el corazón para aquietar mis temores. Recuerdo que le dije a Dios que yo no podía de ninguna manera aceptar la responsabilidad de que los empleados se fueran a sus hogares, a sus familias, sin dinero para pagar la comida y demás necesidades. De modo que tuve que echarle a Él mi preocupación mientras afirmaba mi fe en Su disposición y habilidad para hacerse cargo de todo. Negué la sugestión de que a alguno de los hijos de Dios pudiera faltarle algo o sentirse avergonzado. ¿Acaso no había ya probado Jesús esto al alimentar a cinco mil hombres, además de mujeres y niños, con tan solo unos pocos panes y peces que tenía disponibles?

Alrededor de las 2:30 la joven encargada de ir al banco vino a verme para que firmara el cheque de la nómina. Le dije que la llamaría cuando estuviera listo y continué orando. Elevé mi pensamiento a esa dimensión espiritual donde yo había aprendido que el hombre mora por siempre como el hijo amado de Dios. Alrededor de las 2:45 la joven vino otra vez. Me dijo que quedaba poco tiempo, que le diera el cheque. Nuevamente tuve que decirle que esperara. En ese instante tuve realmente que negar con vehemencia, la sugestión de temor y fracaso, y afirmar fuertemente la presencia y la totalidad de Dios.

Minutos antes de la hora, ella entró con un mensajero. Dijo que iba a llegar justo al banco antes de las 3. Entonces el muchacho habló diciendo que su jefe lo había enviado con un cheque que, aunque no estaba en fecha de vencimiento, había pensado que me gustaría tener. Era un anticipo por un trabajo que estábamos haciendo. Se podrán imaginar con qué gratitud firmé el cheque de los sueldos y le pedí a la joven que depositara el otro cheque al mismo tiempo. Era de una compañía nacional

Page 40: La Libertad Absoluta

muy conocida y lo pagarían tan solo al verlo. Otra vez tuve prueba del amor continuo y siempre presente de Dios.

Mary Baker Eddy en su libro ESCRITOS MISCELÁNEOS (PÁG. 306) nos da esta certeza que todos podemos probar: “EL SALMISTA DICE: ‘A

SUS ÁNGELES MANDARÁ ACERCA DE TI’. DIOS OS DA SUS IDEAS ESPIRITUALES, Y ELLAS, A SU VEZ, OS DAN VUESTRA PROVISIÓN DIARIA. NUNCA PIDÁIS PARA

EL MAÑANA; ES SUFICIENTE QUE EL AMOR DIVINO SEA UNA AYUDA SIEMPRE

PRESENTE; Y SI ESPERÁIS JAMÁS DUDANDO, TENDRÉIS EN TODO MOMENTO TODO

CUANTO NECESITÉIS”. Para ejemplificar aún más cómo es que una idea espiritual

respondió a mi necesidad, me gustaría poner el siguiente ejemplo. El negocio tenía una deuda con alguien que había adelantado dinero para publicar un anuncio en una revista que nuestra compañía esperaba publicar. Sin embargo esto no prosperó y recibimos una llamada de la oficina de este hombre para que le devolviéramos el dinero lo antes posible. Al buscar alguna forma de responder a esta demanda, descubrí que teníamos un proyector de películas de 16mm del que podíamos disponer, un proyector de diapositivas automático y otro equipo afín, con los cuales podíamos obtener suficiente dinero para pagar la deuda. Pusimos anuncios en los diarios, pero no apareció ningún comprador.

Entonces tuve una idea espiritual que llegó en la forma de un pasaje Bíblico, donde se cuenta que Jesús dijo a sus discípulos: “COMO QUERÁIS QUE LOS HOMBRES HAGAN CON VOSOTROS, ASÍ TAMBIÉN

HACED VOSOTROS CON ELLOS” (LUCAS 6:31). Razoné que si a mí me debieran ese dinero, yo ciertamente querría saber que se estaban haciendo todos los esfuerzos para devolvérmelo, y que yo debía amar a este hombre lo suficiente para explicarle los pasos que se estaban dando. Así que concerté una entrevista con su secretaria para verlo a la mañana siguiente.

Él abrió la puerta que daba a la recepción donde yo estaba esperando para verlo y vino hacia mí con la mano extendida; me saludó muy calurosamente y dijo: “¡Qué gusto verlo!” Un pequeño pensamiento diabólico me susurró: “¡Le da gusto verte porque piensa que le vas a dar su dinero!” Una vez que estuvimos adentro de su oficina y cuando yo iba a empezar mi explicación, mi amigo me interrumpió diciendo que estaba muy feliz de verme porque tal vez yo pudiera ayudarlo con un dilema que tenía. Él era el gerente de una gran compañía fabricante de ropa, y había construido una habitación en su fábrica para mostrar

Page 41: La Libertad Absoluta

41

películas y diapositivas de capacitación. Había tratado de comprar equipo nuevo, pero le habían informado que ese equipo no estaba disponible y que ya no se importaba. Él pensaba que yo podría ayudarlo. Imagínense la dicha y la gratitud que sentí cuando comenzó a enumerar los artículos que necesitaba, que eran exactamente las cosas que yo estaba tratando de vender. La deuda se saldó en ese instante, y entregamos el equipo al día siguiente. Esa transacción fue el medio por el cual nuestra com-pañía hizo subsecuentemente, muchos felices y provechosos negocios con este hombre, al prepararle nuevas películas y diapositivas de capacitación.

Los caminos de Dios son realmente maravillosos. El Amor había satisfecho la necesidad de ambos. No es de extrañar entonces que los Científicos Cristianos hayan escrito esta decla-ración de Mary Baker Eddy en las paredes de tantas de sus iglesias: “EL AMOR DIVINO SIEMPRE HA RESPONDIDO Y SIEMPRE RESPONDERÁ

A TODA NECESIDAD HUMANA” (CIENCIA Y SALUD, PÁG. 494). Fue entonces cuando se me presentó un interesante

desafío. A solicitud mía, el contador, que venía a menudo para mantener los libros al corriente, me dio su opinión general acerca del estado financiero de la compañía, así como una lista de los clientes con los que podíamos contar porque hacían negocios con nosotros regularmente. Esas cuentas de clientes eran realmente muy pocas, y la principal de ellas era una cuenta de propaganda de whisky. Esa compañía había hecho negocios con nosotros de manera regular durante la guerra, brindado un ingreso constante a la compañía.

Ahí estaba el desafío. ¿Iba yo a confiar en Dios para que suministrara lo necesario para el negocio que tanto necesitábamos en ese momento, o iba a confiar en las ventas de whisky? En mi corazón yo sabía la respuesta, pero me pareció que era correcto consultar con el Sr. Amsworth quien era el que más acciones tenía en nuestra compañía. Él respondió que confiaba en mi decisión, y fue entonces cuando cancelé completamente la cuenta con la compañía de whisky. De inmediato comenzaron a llegar nuevos pedidos, y la entrada que recibíamos por la cuenta de whisky fue más que compensada.

Page 42: La Libertad Absoluta

LA BELLEZA Y LOS NEGOCIOS Ahora que el negocio marchaba bien como para satisfacer

las necesidades del momento, y estando yo a cargo del trabajo del gerente de producción, mi pensamiento observó los alrededores de la compañía. Las instalaciones habían sido abandonadas durante los años de la guerra y se veían muy feas y oscuras, por decir lo menos.

Nuevamente me embargó esa necesidad irresistible de embellecer el lugar. Pero no parecía haber ninguna forma de pagar siquiera la más pequeña reforma.

El libro que acompaña mi Biblia me había dicho que: “LA

BELLEZA ES UNA COSA DE LA VIDA, QUE MORA POR SIEMPRE EN LA MENTE

ETERNA Y REFLEJA LOS ENCANTOS DE SU BONDAD EN EXPRESIÓN, FORMA, CON-TORNO Y COLOR” (CIENCIA Y SALUD, PÁG. 247). Yo sentía que esta Mente en la que yo había aprendido a confiar y escuchar, me indicaría el camino.

Para entonces, yo también había comenzado a comprender la idea de que existe una ley de Dios que apoya cada paso normal humano en pro de la mejora y el progreso. Esta ley del bien, como más tarde descubrí, cuando otros me pidieron que los ayudara con los problemas que tenían en su negocio, se puede aplicar a cualquier negocio legítimo, ya sea grande o chico. Está establecida claramente en la Biblia, en los primeros tres versículos del primer Salmo:

BIENAVENTURADO EL VARÓN QUE NO ANDUVO EN CONSEJO DE MALO, NI

ESTUVO EN CAMINO DE PECADORES, NI EN SILLA DE ESCARNECEDORES

SE HA SENTADO; SINO QUE EN LA LEY DE JEHOVÁ ESTÁ SU DELICIA, Y EN SU LEY MEDITA

DE DÍA Y DE NOCHE. SERÁ COMO ÁRBOL PLANTADO JUNTO A CORRIENTES DE AGUAS, QUE DA

SU FRUTO EN SU TIEMPO; Y SU HOJA NO CAE; Y TODO LO QUE HACE

PROSPERA. Bueno, muy pronto me llamó la atención una hilera de

ampliaciones de fotografías en blanco y negro que estaban montadas en la pared de la recepción. Una de ellas era de un soldado bebiendo de una taza. Me pareció que teníamos que sacar esa fotografía, puesto que la guerra había terminado. La remplazamos con una atractiva fotografía coloreada por una joven de gran talento y habilidad artística.

Page 43: La Libertad Absoluta

43

En ese entonces las fotografías en blanco y negro que quedaban ahora, no tenían ningún atractivo y parecían viejas; era necesario remplazarlas. ¡Y así fue como fuimos progresando! Renovábamos una cosa y entonces otra cosa necesitaba que se la embelleciera. Teníamos nuestro propio carpintero, quien hizo exhibidores para los trabajos de fotografía, y en sus horas de inactividad trabajaba para rejuvenecer nuestras instalaciones. El dinero para este objetivo fue llegando a medida que el trabajo avanzaba. Muy pronto la recepción era una gloria de color y belleza, con nuevos escritorios, asientos empotrados para los clientes, y un gran mural muy iluminado y colorido de una orquídea en flor. También había hermosos arreglos de flores naturales que eran una fiesta para los ojos.

En esa época era imposible mudarse a otras instalaciones debido a las restricciones de edificios del gobierno. Otros negocios, como consecuencia de la guerra, se encontraban en las mismas circunstancias en las que habíamos estado nosotros, con sus oficinas y salones de exhibición muy descuidados. Esta idea correcta de embellecer nuestros alrededores, tuvo una inmediata consecuencia para el bien. Un agente de la General Motors, me vino a ver por cierto trabajo de fotografía, y expresó su sorpresa al ver la transformación que había ocurrido. Preguntó si podíamos hacer lo mismo con sus instalaciones. De pronto nos encontramos con una clase de trabajo totalmente nueva y lucrativa, que requería la cooperación de constructores, artistas, diseñadores, arquitectos y planificadores, además de nuestro personal original. Recibimos contratos para remodelar bancos, salones de exhibición, agencias de viajes, cafeterías y hasta el interior de un tren.

Ahora enviábamos por carga secciones de murales, de 3 x 6m (que en esa época se consideraban muy grandes), a otras ciudades, para que nuestro personal lo instalara y coloreara. El negocio de las películas también creció. Mientras tanto, el Sr. Ainsworth había recuperado su salud y tomaba parte activa en el negocio de planeación y diseño, mientras yo continuaba a cargo de la administración. A medida que nuestras instalaciones fueron gradual y enteramente renovadas, repintadas y embellecidas, servían como muestra para nuestros nuevos clientes. De este modo progresó el negocio de ‘embellecer’, y tanto nuestros clientes como nosotros, salimos beneficiados.

Page 44: La Libertad Absoluta

Capítulo Seis

UNA NUEVA AVENTURA ESPIRITUAL Esos fueron años felices y productivos, pero cuando un

amigo de muchos años me llamó durante mis horas de trabajo, supe que el plan que Dios tenía para mí, seguía desplegando. Él estaba de camino, de Nueva York a Australia, para visitar a su familia. Este amigo, George, tenía un puesto de información pública de responsabilidad en las Naciones Unidas, y al ver tanta gente con diversos talentos trabajando juntos con especial diligencia para el bien común, me preguntó si estaría interesado en trabajar en una escala aún más grande para beneficio de la humanidad.

George sabía de mi deseo de ver un mundo mejor, porque cuando los dos contábamos con veintitantos años, habíamos formado un grupo no político de gente joven que se reunía para hablar acerca de cómo mejorar el mundo y lograr que fuera un lugar más feliz. Con el entusiasmo propio de la juventud, habíamos llamado a este grupo “The New World Movement” [Movimiento del Nuevo Mundo], y George, que en esa época era locutor en la radio, se las había ingeniado para ponernos a algunos de nosotros, al aire. Esto había captado la atención de varias personas renombradas, entre las cuales estaba el famoso novelista H. G. Wells, quien vino a hablar ante nuestro grupo. Desafortunadamente también atrajimos la atención del Partido Comunista local, el cual se infiltró en nuestro grupo; ¡y hasta allí quedó todo; nos desbandamos. Pero tanto mi amigo como yo mantuvimos nuestro profundo deseo de hacer algo para beneficiar a la humanidad.

Después de una década o más, nos volvíamos a encontrar y hablamos acerca de nuestro deseo de ver un mundo mejor, y acerca de nuestra esperanza de que las Naciones Unidas fueran un medio para lograr ese fin. George se fue por su lado, pero su visita me dejó con un pensamiento nuevo de que yo podría realmente trabajar a una escala mucho más grande, en una organización como ésa.

Al poco tiempo recibí una llamada telefónica de un hombre de las Naciones Unidas, pidiéndome que fuera a un hotel para tener una entrevista. Se presentó a sí mismo, como un talentoso investigador de dicha organización, y dijo que la oficina de Nueva

Page 45: La Libertad Absoluta

45

York lo había enviado a varios países en busca de presuntos candidatos para llenar los puestos que tenían allí. Esta entrevista me hizo pensar que me ofrecerían algo muy pronto; sin embargo no fue así. Donde ‘yo’ pensaba que la experiencia que había ganado en los negocios era una buena base a partir de la cual progresar y trabajar, en algo de mayor beneficio para la humanidad, Dios tenía un plan más excelente y muy diferente.

Mi esposa y yo asistimos a una conferencia de la Ciencia Cristiana un mediodía, y nos sentimos tan elevados y ayudados por lo que dijo el conferenciante, que sentimos que sería lindo poder recibir más instrucción en la Ciencia Cristiana por medio de este hombre, y que nuestras vidas serían enormemente enriquecidas. La persona que lo había presentado informó al público que el conferenciante era practicista y maestro de la Ciencia Cristiana, y que vivía en San Francisco.

De Sydney a San Francisco parecía un salto muy grande, pero decidimos dar el primer paso. Le escribimos al maestro y, después de llenar nuestras solicitudes, fuimos aceptados para tomar Instrucción en Clase Primaria. Luego, durante los meses que esperamos antes de recibir tal instrucción, nos vino la idea de vender las acciones que teníamos en el negocio y prepararnos para viajar junto con nuestros hijos adolescentes a Europa, para después de la clase en San Francisco, visitar a mi familia en Holanda. Pero mis planes no terminaban allí. Pensé que también podríamos hacer una parada en Nueva York y llamar a las Naciones Unidas donde seguramente me darían un buen puesto. Luego de nuestro viaje a Holanda estableceríamos nuestra resi-dencia en Nueva York. Ahora bien, ése era el tipo de “plan humano” que tantas veces nos lleva a amargos desengaños.

Habían pasado ya más de seis años desde que la guerra terminara, pero todavía no había barcos de pasajeros que cruzaran desde Australia hacia los Estados Unidos; sin embargo algunos aviones sí lo hacían. Por ello hice reservaciones con la línea aérea, pagué un depósito en moneda local y comencé a vender nuestras pertenencias. En medio de todos los preparativos, me enteré de que no había cambio de moneda entre los dos países. Sólo se vendían dólares en muy raros casos —estudios médicos y cosas que se hacían para el gobierno o proyectos similares— pero no para estudiar Ciencia Cristiana.

Es más, para obtener la visa, ‘yo’ tenía que demostrar que podía mantenerme en los Estados Unidos. Yo había acordado

Page 46: La Libertad Absoluta

estar en San Francisco en cierta fecha, y esa fecha se estaba acercando rápidamente. Cuando el funcionario del banco del gobierno me dio las malas nuevas acerca del cambio de dólares, yo respondí con un confiado: “Entonces Dios seguramente propor-cionará otra manera de hacerlo”. Yo estaba tan convencido de que mi deseo de aprender más acerca de esta Ciencia era correcto, que sentía que ningún obstáculo podría privarme de mi progreso espiritual. El funcionario del banco se sintió tan impresionado por mi certeza y confianza en Dios, que me preguntó acerca de esta forma de pensar. Le entregué un ejemplar de Ciencia y Salud.

Debo mencionar que al vender nuestras pertenencias, también vendí mi cámara de película profesional a un joven productor de cine. Pocos días después de mi visita al banco, él me telefoneó. La conversación se desarrolló más o menos en estos términos:

—Me enteré de que hiciste reservaciones para ir a los Estados Unidos de América. ¿Te gustaría ir gratuitamente? ¿Te gustaría que te pagaran tu pasaje?

—Mucho, —le respondí. — ¿Te gustaría pasar unos días en Honolulú en tu viaje de

ida y alojarte en un buen hotel, gratuitamente? ¿Te gustaría tener coche con chofer que te llevara a visitar la isla, gratuitamente? ¿Y que te parecería recibir un cheque sustancioso en dólares para cobrar en San Francisco?

Para mí ya había sido suficiente. Así que le pregunté: — ¿Y qué te gustaría a ti recibir para Navidad? Pero esa fue así la forma como llegué a estudiar a San Francisco, con dólares de sobra.

Las preguntas fueron muy serias. Mi amigo había sido comisionado para hacer un corto viaje para filmar un vuelo de Australia a San Francisco vía Honolulú, y había hablado acerca del proyecto con el gerente de la aerolínea donde yo había hecho mi reservación. Cuando mi amigo le mencionó que me acababa de comprar mi cámara, sugirieron que yo hiciera la secuencia en Honolulú y San Francisco con mi propia cámara. Y así lo hice. Hice la película, utilizando a mi familia como actores, y envié de regreso la cámara en otro avión.

¿Por qué sucedió lodo esto? Porque en el momento justo, cuando todo parecía ir mal, me negué a escuchar los argumentos desalentadores de la mente humana. ¡YO SÓLO NECESITABA

Page 47: La Libertad Absoluta

47

ESCUCHAR LA CERTEZA ALENTADORA DE LA MENTE DIVINA; ESCUCHAR QUE DIOS

ME AMABA Y QUE JAMÁS ME PRIVARÍA DE TODO LO QUE YO NECESITARA PARA MI

CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y DESEMPEÑO DE MI CARRERA HUMANA! Esta experiencia me demostró nuevamente lo importante que es vigilar aquello que nos está influenciando, y estar seguros de que es la Mente divina, Dios. Sí; cada uno de nosotros puede vivir la aventura divina. Podemos ‘comprender’ el Todo-en todo del bien, ‘oponiéndonos’ las sugestiones limitativas de la mente humana, y permitiendo que Dios, la Mente divina, gobierne nuestro pensamiento y, por lo tanto, nuestra experiencia.

No obstante, muy pronto aprendería que el profetizar puede ser arriesgado y estúpido, especialmente cuando uno dedica su vida a Dios, determinando luego lo que uno piensa que Dios debiera hacer. Todo está en la Biblia; si tan sólo pudiéramos aceptar su guía con la humildad de un niño: “FÍATE DE JEHOVÁ DE TODO

TU CORAZÓN, Y NO TE APOYES EN TU PROPIA PRUDENCIA. RECONÓCELO EN TODOS TUS

CAMINOS, Y ÉL ENDEREZARÁ TUS VEREDAS. NO SEAS SABIO EN TU PROPIA OPINIÓN...” (PROV. 3:5-7).

Page 48: La Libertad Absoluta

INSTRUCCIÓN ESPIRITUAL

Los doce días de instrucción en la Ciencia Cristiana fueron una experiencia inolvidable. Las cosas que más recuerdo fueron el gran amor que expresó el maestro por Jesús y el profundo aprecio por Mary Baker Eddy. Asimismo, percibí en esta Clase la vastedad de esta Ciencia; pero el maestro muy amorosamente nos aseguró que teníamos toda la eternidad para resolverla.

Comprendí con más claridad que Jesús fue el hombre más victorioso así como el más divino que caminó sobre la tierra. Nos explicaron muy bien que él había triunfado sobre la muerte; no se había sometido a ella. Este nuevo concepto de que el Maestro había sido su propio practicista sanador mientras estuvo encerrado en la tumba, y que entonces había reaparecido a sus discípulos como el mismo Jesús de antes para mostrarles a ellos (y a nosotros) la irrealidad de la muerte, me dio un punto de vista totalmente nuevo y más cristiano de él. Jesús demostró que la muerte es una ilusión.

Ahora podía entender por qué Jesús había dicho: “NUESTRO

AMIGO LÁZARO DUERME; MAS VOY PARA DESPERTARLE”. De acuerdo con el Evangelio según JUAN (11:11-14), sus discípulos contestaron: “SEÑOR, SI DUERME, SANARÁ. PERO JESÚS DECÍA ESTO DE LA MUERTE DE

LÁZARO; Y ELLOS PENSARON QUE HABLABA DEL REPOSAR DEL SUEÑO. ENTONCES JESÚS LES DIJO CLARAMENTE: LÁZARO HA MUERTO”. Lo mismo se dijo también de la hija de Jairo, tal como lo relata MATEO (9:23-

25). Jesús dijo esto debido a la falta de entendimiento que tenían de la irrealidad de la muerte. “... AL ENTRAR JESÚS EN LA CASA DEL

PRINCIPAL, VIENDO A LOS QUE TOCABAN FLAUTAS, Y LA GENTE QUE HACÍA

ALBOROTO, LES DIJO: APARTAOS, PORQUE LA NIÑA NO ESTÁ MUERTA, SINO

DUERME. Y SE BURLABAN DE ÉL. PERO CUANDO LA GENTE HABÍA SIDO ECHADA

FUERA, ENTRÓ, Y TOMÓ DE LA MANO A LA NIÑA, Y ELLA SE LEVANTÓ”. Jesús también dijo: “DE CIERTO, DE CIERTO OS DIGO QUE EL QUE

GUARDA MI PALABRA, NUNCA VERÁ MUERTE” (JUAN 8:51). ¿Acaso podría un hombre que había hecho tales declaraciones y quien había resucitado a otros de la creencia de la muerte, someterse él mismo a la muerte? No; ¡Jesús superó la muerte! Demostró que la muerte es un concepto falso de que el hombre vive y muere en un cuerpo material, cuando en verdad vive eternamente en Dios, el Espíritu. Pablo comprendió la vida espiritual cuando le dijo a los atenienses: “PORQUE EN ÉL VIVIMOS, Y NOS MOVEMOS, Y SOMOS; COMO

ALGUNOS DE VUESTROS PROPIOS POETAS TAMBIÉN HAN DICHO: PORQUE LINAJE

Page 49: La Libertad Absoluta

49

SUYO SOMOS” (HECHOS 17:28).

Ahora yo tenía la certeza de que era esencial que todos los hombres y mujeres tuvieran una declaración científica del ser para decirles quiénes y qué eran en realidad, y así poder derrotar a este rey del terror –la creencia de que todos debemos morir. Los Científicos Cristianos entienden que el Consolador que Jesús prometió, es la ‘Ciencia Divina’. Y esta Ciencia, como la explica Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras (PÁG. 468), nos da la siguiente declaración científica del ser:

“NO HAY VIDA, VERDAD, INTELIGENCIA NI SUSTANCIA EN LA MATERIA. TODO ES MENTE INFINITA Y SU MANIFESTACIÓN INFINITA, PORQUE DIOS ES

TODO-EN-TODO. “EL ESPÍRITU ES VERDAD INMORTAL; LA MATERIA ES ERROR MORTAL.

EL ESPÍRITU ES LO REAL Y ETERNO; LA MATERIA ES LO IRREAL Y TEMPORAL. EL

ESPÍRITU ES DIOS, Y EL HOMBRE ES SU IMAGEN Y SEMEJANZA. POR LO TANTO, EL HOMBRE NO ES MATERIAL; ÉL ES ESPIRITUAL”.

El maestro de la clase indicó que Jesús había sido profetizado mucho antes de que ‘apareciera’, y que Jesús a su vez, nos dio una profecía en una parábola cuando dijo: “EL REINO DE LOS

CIELOS ES SEMEJANTE A LA LEVADURA QUE TOMÓ UNA MUJER, Y ESCONDIÓ EN

TRES MEDIDAS DE HARINA, HASTA QUE TODO FUE LEUDADO” (MATEO 13:33). El maestro nos explicó que esta profecía se estaba cumpliendo porque la Ciencia del Cristo, que Mary Baker Eddy descubrió, está leudando la ciencia, la teología y la medicina.

Esta instrucción en clase también me dejó con la fuerte impresión de que la mayor parte del trabajo de regeneración que yo necesitaba hacer, no era con el mundo, sino conmigo mismo, y que yo, como dice Pablo, debía: "... [DESPOJARME] DEL VIEJO HOMBRE

CON SUS HECHOS, Y [REVESTIRME] DEL NUEVO; EL CUAL, CONFORME A LA

IMAGEN DEL QUE LO CREÓ, SE VA RENOVANDO HASTA EL CONOCIMIENTO PLENO”

(COL. 3:9, 10).

Page 50: La Libertad Absoluta

UNA CURACIÓN FÍSICA La oportunidad de trabajar verdaderamente y con más

dedicación en esto, llegó casi de inmediato. Como habíamos planeado, las Oficinas Centrales de las Naciones Unidas en Nueva York fue nuestra siguiente parada de camino a Europa. Allí me dijeron que, aunque habían revisado mi curriculum vitae y el resultado había sido favorable, no tenían ningún puesto disponible. Me quedé pasmado, porque como dije antes, yo ya me había imaginado muy bien cómo era que Dios iba a hacer las cosas para ‘mí’ y simplemente no podía entender qué había fallado. ¡La verdad es que nada había fallado! Nunca ocurre eso con el plan que Dios tiene preparado para nosotros. En cambio se me estaba dando la oportunidad de limpiar mi jardín mental de cierta cizaña que tenía la forma de: voluntad propia, justificación propia, autocompasión, etc., aunque en ese momento no lo podía percibir. Tampoco sabía entonces que durante los siguientes dos años tendría que limpiar mucha cizaña.

Durante el vuelo de Nueva York a Ámsterdam, me recuperé lo suficiente del golpe y de la desilusión, como para saludar a mi papá y a mis tres hermanos con cierta alegría. (Mi madre había fallecido hacía algunos años.) Aunque estaban felices de verme, mi familia no podía comprender mi imprudencia de dejar un trabajo sin tener otro firme en la mano. Uno de mis hermanos hasta hizo la sombría pregunta: “¿Te das cuenta de que puede que nunca encuentres otro trabajo?” Y, como ningún miembro de mi familia conocía la Biblia en esa época, veían mis convicciones espirituales con incredulidad.

Además de todo esto, las dificultades familiares muy pronto trajeron una ola de discordias. Tanto fue así, mi pensamiento se ensombreció de tal manera, que fue como si todo el bien que había recibido en el pasado hubiese desaparecido. Sentí que había fracasado completamente. Este estado de pensamiento trajo sus malos efectos en la forma de una seria enfermedad. Debido a un raro accidente quedé muy mal físicamente. No podía utilizar el brazo izquierdo y sentía un dolor terrible en todo el lado izquierdo. Los síntomas eran tan alarmantes, que el hermano con el cual nos estábamos hospedando se preocupó mucho por mí y, sin decirme, llamó a un médico. Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, escuché el veredicto del médico según el cual mi

Page 51: La Libertad Absoluta

51

brazo seguiría imposibilitado puesto que no se conocía ninguna cura para esa condición.

Yo no acepté este veredicto, pues las muchas curaciones que nuestra familia había tenido, me habían convencido ampliamente del poder restaurador de la Ciencia Cristiana. Pero la autocompasión, la voluntad humana y el resentimiento se habían aferrado de tal manera en mi pensamiento, que sólo podía pensar en irme y acercarme lo más posible a nuestra meta final: los Estados Unidos.

Volamos rumbo a Canadá. Alejado de la discordia familiar, el dolor del brazo y el cuerpo se calmó notablemente, aunque todavía no podía utilizar el brazo. El shock y la condenación propia también comenzaron a calmarse. Para mantener a nuestra familia, mi esposa y yo buscamos trabajo; ella como vendedora en un negocio de venta de oro y plata, y yo vendiendo automóviles. Los chicos asistían a la escuela.

Recurrí de todo corazón a la ayuda de la Ciencia Cristiana para resolver el problema del brazo; tomé una idea específica de Ciencia y Salud y ‘trabajé’ con ella, es decir, la puse en práctica. Se encuentra en la página 428 y dice así:

“QUITAR DEL PENSAMIENTO CONFIANZAS EQUIVOCADAS Y TESTIMONIOS

MATERIALES A FIN DE QUE APAREZCAN LAS VERDADES ESPIRITUALES DEL SER, ÉSE ES EL GRAN LOGRO POR EL CUAL ELIMINAREMOS LO FALSO Y DAREMOS

ENTRADA A LO VERDADERO. ASÍ PODREMOS ESTABLECER EN LA VERDAD, EL

TEMPLO O CUERPO, ‘CUYO ARQUITECTO Y CONSTRUCTOR ES DIOS’”. A pesar del problema que tenía con el brazo, realizaba mi

trabajo sin que nadie lo notara. A menudo estacionaba el auto junto al camino, y trabajaba diligentemente con esas declaraciones. Comencé a comprender que esto no era en realidad, un ‘problema físico’, sino el resultado de mi desdichado estado mental. Entonces me dediqué a ‘eliminar’ de mi pensamiento: el temor, la autocompasión, el resentimiento y el desaliento, remplazándolos por el amor, el perdón (perdonándome también a mí mismo), el valor y la confianza en Dios. En poco tiempo sané por completo. Experimenté nuevamente el poder de Dios, de la Verdad y el Amor, de manera maravillosa, y en cuanto al veredicto del médico, se demostró que no era válido.

Entonces mi esposa y yo llegamos a comprender que nuestra mudanza a Canadá había sido precipitada y que hubiera sido más inteligente recorrer la corta distancia de Holanda a Inglaterra, donde nos habían recomendado que educáramos a

Page 52: La Libertad Absoluta

nuestros hijos. La recomendación nos la dio el presidente de una afamada universidad de los Estados Unidos. Él nos había recomendado, dada la experiencia, educación y crianza que habían tenido estos chicos de secundaria, el continuar su educación en Inglaterra.

De modo que comenzamos a hacer lentos nuestros pasos en lo humano, pero avanzamos espiritualmente. Con la curación del brazo también tuve el gran deseo de conocer más de las obras sanadoras realizadas por Jesús y sus discípulos, de modo que comencé a leer el Nuevo Testamento de principio a fin, así como también Ciencia y Salud y todos los escritos de la Sra. Eddy que se encuentran en Prose Works. El resultado inmediato fue que varias personas comenzaron a pedirme ayuda metafísica, y éstos, a su vez, me enviaron a otras personas. Pronto estuve muy ocupado en esta labor tan gratificante. Esperaba cumplir con los requisitos para anunciarme en The Christian Science Journal, una publicación mensual que contiene, entre otras cosas, la lista mundial de quienes participan de tiempo completo, en la práctica sanadora de la Ciencia Cristiana.

Con nuestro viaje de regreso a Inglaterra, habíamos agotado prácticamente todos nuestros ahorros. Para cuando nos instalamos en el apartamento, estábamos dependiendo totalmente de lo que ganaba mi esposa en la oficina de un agente de inversiones, y mis ganancias provenientes de la ayuda que brindaba a la gente para que resolvieran sus problemas mediante la Ciencia Cristiana. Todo ese tiempo constatamos los buenos resultados de nuestra mudanza a Londres, en el bien que le hizo a nuestra familia. Estábamos felices por nuestra renovada disposi-ción de apoyarnos totalmente en Dios en busca de guía, y de aprender de nuestros errores. Descubrimos que es verdad que “si aprendes de tus errores, el error no te hará daño”.

Page 53: La Libertad Absoluta

53

LA ECONOMÍA DE LA GRATITUD

Cumplíamos muy bien con nuestras obligaciones diarias, y yo estaba disfrutando de mi nueva y gratificante profesión sanadora, cuando de pronto todo se detuvo. Pasaron los días y nadie me llamó. Hacia el fin de semana comencé a preguntarme qué estaba haciendo mal. “Haz algo pronto. El lunes se vence la renta. Necesitas comida para tu familia para el fin de semana. ¿Cómo puedes hacerles esto a tu mujer y a tus hijos?” Esos eran los ‘argumentos mentales’ que luchaban por tener supremacía en mi pensamiento.

Mi familia estuvo de acuerdo en que este problema se tenía que resolver de la mejor manera que conocíamos; es decir, con oración. Recordé esa maravillosa declaración de Mary Baker Eddy:

“DIOS OS DA SUS IDEAS ESPIRITUALES, Y ELLAS, A SU VEZ, OS DAN

VUESTRA PROVISIÓN DIARIA. NUNCA PIDÁIS PARA EL MAÑANA; ES SUFICIENTE

QUE EL AMOR DIVINO SEA UNA AYUDA SIEMPRE PRESENTE; Y SI ESPERÁIS, JAMÁS

DUDANDO, TENDRÉIS EN TODO MOMENTO TODO CUANTO NECESITÉIS (ESCRITOS

MISCELÁNEOS, PÁG. 307). Llegó el viernes, y no pasó nada. Pero de pronto pensé

que tal vez Dios me estaba mostrando algo. Este pensamiento me alentó muchísimo. Pero llegó la mañana del sábado y las sugestiones mentales llegaban en abundancia con todas sus fuerzas: “Usa el teléfono y envía un telegrama urgente a tus amigos del exterior para que te envíen dinero”. Me negué a escuchar, y ‘di gracias’ por todo el bien que había recibido en el pasado. Aun así, la situación no cambió.

Entonces, al mirar por la ventana, vi a algunos de mis vecinos que estaban cargando sus coches para irse de fin de semana. Sacaban canastas para picnic. Los niños llevaban tiendas de campaña y equipos de deportes riendo, y ayudaban a preparar todo para pasarla bien. Entonces empecé a comprender. Percibí con total claridad la verdad de que la abundancia en la vida es totalmente espiritual y presente, y dije: “Gracias, Padre, de que Tú estás dando a Tus hijos todo cuanto necesitan en este mismo instante y siempre”.

Ni bien dije esta oración de gratitud, sonó el teléfono y ocurrió algo maravilloso. Una voz del otro lado de la línea dijo: —Me gustaría decirle algo, pero prométame que me va a perdonar por lo que le voy a decir.

Page 54: La Libertad Absoluta

Bastante sorprendido, le respondí: —No entiendo—. Yo había conocido a esta persona muy superficialmente y no encontraba razón alguna para su pedido.

La cuestión fue que después de cierto titubeo, ella me dijo concretamente: —Todo el día de ayer, ‘algo’ me estuvo diciendo que lo llamara y le ofreciera un cheque. Pero usted parece estar en tan buena posición… Usted vive en un buen barrio, y usted y su familia se visten tan bien—. Entonces la mujer continuó: —Pero le estoy hablando ahora, porque esta mañana el pensamiento me volvió con tanta insistencia que la única forma de terminar con él era llamarlo.

No sé lo que me poseyó, pero le respondí: —Oh, yo no necesito dinero—. Tal vez fue el orgullo, o alguna otra sugestión diabólica que se entrometió, lo que me hizo decir esto; pero en cuanto colgué el teléfono, me di cuenta de que Dios realmente me estaba enseñando algo.

Me las ingenié para llamar a la mujer, y dije: —No es verdad lo que le acabo de decir. Por favor, haga lo que se sintió impulsada a hacer por mí.

— ¡Oh, me da tanto gusto! —fue la respuesta. Esa sugestión había comenzado nuevamente más fuerte que nunca. – De manera que venga a verme y le doy el cheque, y tendrá tiempo para cobrarlo antes de que cierren el banco.

Me dio a escoger cierta cantidad o el doble de la misma. Yo acepté la cantidad más pequeña, la cual era suficiente para pagar la renta y la comida para el fin de semana.

Al despedirnos la mujer me dijo: —No tiene usted ningún compromiso conmigo. Tengo más dinero del que puedo usar. Por favor, acéptelo con mi gratitud porque ‘Dios me ha usado’.

Desde ese día las llamadas pidiendo ayuda volvieron, y desde entonces he tenido amplia provisión. Aprendí que la provisión verdaderamente viene de Dios, y puede que venga a través de la gente; pero no viene de la gente, ya sea que parezca enferma o sana. De manera que nuestra verdadera necesidad es siempre mantener en la conciencia las ideas espirituales correctas, las que a su vez, nos dan nuestra provisión diaria. Y nosotros siempre podemos hacer esto volviéndonos a Dios, la Mente que todo lo sabe, en busca de ayuda.

Page 55: La Libertad Absoluta

55

CAPÍTULO SIETE

LAS NACIONES UNIDAS

Las experiencias que tuvimos en Londres fueron muy valiosas – llegamos a conocer muy bien el carácter británico; en sí mismo es una educación respecto al comportarse acorde a la ley, a tener ética en las relaciones humanas, así como valor resignado y sin quejas ante las circunstancias difíciles.

Mi querido amigo George, que había venido a verme a Australia hacía algunos años y me había recomendado en las Naciones Unidas, fue transferido de Nueva York a Londres como director de la Oficina de las Naciones Unidas. Nuestras familias pasaron muchos momentos felices juntos. Sin embargo, mi anhelo de vivir en los Estados Unidos persistía, y yo todavía tenía la esperanza de que de alguna manera ese sueño se hiciera realidad.

Entonces un día aconteció – George me llamó para decirme que de las Naciones Unidas me habían estado buscando y como no me habían podido localizar, se habían comunicado con él para averiguar dónde estaba. Me pidieron que fuera a las oficinas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Londres, ya que había un puesto disponible para mí. Es interesante que fui informado que la razón por la cual no me habían ofrecido un puesto anteriormente fue que recién ahora tenían disponible un puesto lo ‘suficientemente alto’. Éste era el puesto de Director Adjunto de Información Pública de la UNICEF en Nueva York.

Aceptar ese puesto sería dejar de lado por el momento mi deseo de anunciarme como practicista de la Ciencia Cristiana y suspender mi práctica tiempo completo. Pero era evidente que tenía que aprender más acerca del camino más elevado y más amplio con el que podía ayudar a la humanidad, así como aprender los medios para hacerlo. Realizamos una reunión familiar y decidimos, por unanimidad, aceptar la oferta. Los padres de mi esposa que acababan de venir de Australia a Inglaterra, vivirían en nuestro apartamento con nuestros hijos adolescentes, hasta que resolviéramos las cosas.

Me pidieron que firmara un contrato por dos años y me dijeron que me tomaría un año comprender cómo funcionan las

Page 56: La Libertad Absoluta

diversas agencias y sus operaciones interconectadas. Pensé cuántos cientos de años tomaría para que gente de Europa, África e India (para nombrar unos pocos) encontraran una base común sobre la cual pensar, actuar y trabajar juntos en armonía. Si bien estaba agradecido porque las naciones del mundo de algún modo estaban yendo en la dirección correcta, fue evidente para mí que mi pensamiento tendría que ir cada vez más por los canales espiri-tuales, para poder llenar mi lugar apropiado en los escenarios del mundo.

No mucho después de asumir mi puesto me pidieron que viajara a Grecia y África junto con un camarógrafo, para filmar películas y presentarlas a los representantes de diversas naciones que contribuían al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Este encargo era para mí una oportunidad para comprender mejor las esperanzas y aspiraciones de la humanidad, así como sus pro-blemas; dicho conocimiento me fue muy útil más tarde.

La experiencia que tuve en África fue particularmente interesante y me puso en contacto con gente que muy rara vez ve a un hombre blanco. Gente en verdad querible y hospitalaria. Sí; África tiene mucho que enseñamos sobre lo que significa amarse los unos a los otros. Nunca olvidaré la ternura que vi cuando un hombre se despidió de su esposa al unirse a nuestro grupo, grupo que un médico suizo iba a llevar a un hospital. No hubo ninguna escena emotiva, simplemente el más tierno afecto cuando él le entregó un poco de dinero en la mano y sus caras se tocaron. Después de las experiencias que tuve en ese país, ¿cómo podría pensar en cualquier hombre o mujer viviendo en un palacio o en una choza en las profundidades del África ecuatorial?

Sin embargo, al desempeñar mi trabajo dentro de las Naciones Unidas, fui testigo casi a diario, de conflictos e intereses incluso entre gente de una misma nacionalidad. Resultaba evidente que había que comprender y obedecer al único Poder verdadero que gobierna el universo. Sólo así las naciones del mundo podrían encontrar la paz y el bienestar que tanto deseaban.

Durante los dos años que estuve en las Naciones Unidas, aprendí mucho sobre las relaciones humanas. Adquirí una idea general acerca de los pueblos de varias naciones, con sus muy variadas costumbres y creencias, en su esfuerzo por vivir armoniosamente los unos con los otros con el fin de alcanzar un ideal de paz y prosperidad para todos, a través de la unión de las

Page 57: La Libertad Absoluta

57

naciones. Pero también me di cuenta de que ese ideal de paz mundial no se podría alcanzar sobre una base meramente ‘humana’ o que no fuera espiritual.

Recurrí a mis libros de texto, la Biblia y Ciencia y Salud, y busqué la guía espiritual que se pudiera aplicar directamente a resolver los problemas sociales, políticos y bélicos que enfrentabanlas Naciones Unidas. Esto fue lo que encontré en mi libro compañero de la Biblia:

“UN SOLO DIOS INFINITO, EL BIEN, UNIFICA A LOS HOMBRES Y A LAS

NACIONES; CONSTITUYE LA HERMANDAD DEL HOMBRE; PONE FIN A LAS

GUERRAS; CUMPLE EL MANDATO DE LAS ESCRITURAS: ‘AMARÁS A TU PRÓJIMO

COMO A TI MISMO’; ANIQUILA LA IDOLATRÍA PAGANA Y LA CRISTIANA —TODO LO

QUE ES INJUSTO EN LOS CÓDIGOS SOCIALES, CIVILES, CRIMINALES, POLÍTICOS Y

RELIGIOSOS; ESTABLECE LA IGUALDAD DE LOS SEXOS; ANULA LA MALDICIÓN

QUE PESA SOBRE EL HOMBRE, Y NO DEJA NADA QUE PUEDA PECAR, SUFRIR, SER

CASTIGADO O DESTRUIDO” (CIENCIA Y SALUD, PÁG. 340). Pareció como si estas palabras, escritas hace más de cien

años, se aplicaran directamente a lo que las Naciones Unidas estaban tratando de lograr.

¡He aquí una guía a seguir para las Naciones Unidas!

Page 58: La Libertad Absoluta

EPÍLOGO

Lo que John Wyndham percibió como una guía a seguir para las Naciones Unidas tal vez no esté escrito en las paredes de las capitales de las naciones, pero él ciertamente lo escribió en los corazones de las muchas personas cuyas vidas cambió. Mantuvo la promesa que había hecho en el campamento de prisioneros: de vivir para servir a Dios.

Después de colaborar dos años en las Naciones Unidas, se estableció en Los Ángeles, California, y dedicó 21 años a la práctica de la curación en la Ciencia Cristiana. Durante ese período también se transformó en ‘maestro autorizado’ de esta enseñanza.

Sin embargo, si John Wyndham pensó que sus viajes habían terminado, sólo estaban comenzando, puesto que en 1968 lo nombraron conferencista de la Ciencia Cristiana. En esta actividad dio charlas casi todas las noches en los Estados Unidos, durante nueve meses del año, viajando en coche de ciudad en ciudad. Sus diez años como conferenciante también lo llevaron a Australia, Canadá, Inglaterra, Europa y África, hablando al público en inglés, holandés, alemán y afrikaans.

Tenía una declaración dentro de sus conferencias, que los grupos, grandes o pequeños, siempre recibían con alegría. Cuando daba conferencias en un auditorio lleno con cinco mil personas, el público espontáneamente comenzaba a aplaudir en ese momento.

Sosteniendo tres dedos en alto, afirmaba con vigor: “Hay tres cosas que Dios nunca les permitirá tener. Ellas son el pecado, la enfermedad y la muerte”. Luego, extendiendo sus brazos todo lo que podía, gritaba claramente: “¡Todo lo demás lo pueden tener!”

Ciertamente la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que ésta, es LA LIBERTAD ABSOLUTA.

AURIEL WYNDHAM LIVEZEY