la logica de la investigacion etnografica

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    La lgica de la investigacinetnogrfica

    Honorio Velasco

    EDITORIAL TROTTA

    Valladolid, 1997

    Este material se utiliza con finesexclusivamente didcticos

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    EL TRABAJO DE CAMPO

    En el mbito de la antropologa social la referencia al mtodo o a los mtodos tiene generalmentesignificados diversos. A veces se tipifica como mtodo especfico la observacin participante, de forma casidefinitoria, aunque tan simplificadora como la que le atribuye como nico objeto de estudio las sociedadesprimitivas. Otras veces se toman como mtodos acciones de investigacin tan concretas como las guas decampo, el mtodo etnogenealgico de Rivers, los cuestionarios, el estudio de casos, la elaboracin de redessociales, etc. Sin embargo, hay dos referencias mximas a los mtodos en antropologa: el mtodocomparativo y el trabajo de campo. El primero ha perdido buena parte de la operatividad que tena atribuidabajo los paradigmas evolucionistas o difusionistas. Las reactualizaciones del mtodo comparativo, porejemplo en los estudios transculturales, se reconocen ms bien como tcnicas de investigacin para fasesdeterminadas del proceso metodolgico total.

    Una descripcin pragmtica de la metodologa aludira al proceso de investigacin como unasecuencia que comienza con la preparacin de un plan de trabajo y acaba con la elaboracin y escritura de uninforme, aunque tal vez habra que incluir tambin las repercusiones y reacciones que suscita en otros lalectura de ese informe. Pero estrictamente se podra decir que la metodologa es

    la estructura de procedimientos y reglas transformacionales por las que el cientfico extrae informacin y lamoviliza a distintos niveles de abstraccin con objeto de producir y organizar conocimiento acumulado (Peltoy Pelto, 1978).

    Esta definicin exige diferenciar la metodologa de las tcnicas de investigacin, que propiamentedesignaran formas e instrumentos de la recoleccin primaria de datos, y operaciones posteriores con ellos,tales como la clasificacin, la contrastacin, etc. El mtodo debe ser algo ms que la mera aprehensin dedatos, pero es igualmente cierto que las tcnicas de observacin o cualesquiera otras empleadas en laobtencin de datos, incluyendo el registro de documentos, implican planteamientos tericos previos(terminologa, diseo de investigacin, hiptesis o al menos ideas directrices, contrastacin de modelos,etc.). En buena medida, una discusin sobre la metodologa de las ciencias sociales, y en concreto de laantropologa, ha de ser menos una enumeracin descriptiva de las variaciones e incidentes que presentan las

    prcticas de investigacin, que de las ideas, proposiciones, intenciones y supuestos que se traslucen en ellas.El trmino etnografa alude al proceso metodolgico global que caracteriza a la antropologasocial, extendido luego al mbito general de las ciencias sociales. Una extensin que a veces ha conllevadoambigedades y no pocas confusiones. En el terreno de la antropologa de la educacin, Harry Wolcott se haesforzado en resituar la etnografa (especialmente la etnografa aplicada a la educacin) en sus dimensionesantropolgicas, planteando explcitamente lo que tiene de propuesta, de intencin, pese a la enorme variedadde formas de hacer que permite (Wolcott, 1993).

    El trabajo de campo no agota la etnografa, pero constituye la fase primordial de la investigacinetnogrfica. En ciencias sociales, trabajo de campo suele designar el perodo y el modo de la investigacindedicado a la recopilacin y registro de datos. Aun cuando como fase primordial sea algo comn, los modosde llevarlo a cabo son distintivamente diferentes y admiten una gran variedad. De la misma manera que eltrmino etnografa, ha exigido una redimensionalizacin, un replanteamiento, el trmino trabajo de

    campo, asociado desde hace mucho tiempo indisolublemente al de etnografa, seguramente tambin lorequiere, so pena de que ante la diversidad irreductible de modos se convierta en un trmino equvoco.El trabajo de campo es ms que una tcnica y ms: que un conjunto de tcnicas, pero ciertamente no

    debe confundirse con el proceso metodolgico global. Es una situacin metodolgica y tambin en s mismoun proceso, una secuencia de acciones, de comportamientos y de acontecimientos, no todos controlados porel investigador, cuyos objetivos pueden ordenarse en un eje de inmediatez a lejana. Entre esos objetivos, nonecesariamente en ltimo lugar, est la redaccin de un informe. Como dice Stocking, el trabajo de campo es

    la experiencia constitutiva de la antropologa, porque distingue a la disciplina, cualifica a sus investigadores ycrea el cuerpo primario de sus datos empricos (Stocking, 1993, 43).

    La observacin participante no subsume al trabajo de campo, pero no sera posible fuera de l. En

    cierto sentido, el trabajo de campo es el nico medio para la observacin participante, pues no es posiblellevarla a cabo desde el silln de estudio. Por otra parte, dada la variedad de modos de participacin habra

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    que admitir que, hasta cierto punto, puede tener sentido el trabajo de campo sin observacin participante(Hammersley y Atkinson, 1994).Ya advirti Seligman, cuando apenas se comenzaba a vislumbrar los primeros resultados, que el trabajo decampo llegara a ser para la antropologa lo que la sangre de los mrtires fue para la extensin de la Iglesiaromana (citado por Stocking, 1993, 56). Fue l quien envi a Malinowski al campo siendo secretario de laseccin antropolgica de la British Association. Y a l le fue dedicado Los argonautas del Pacficooccidental, publicado en 1922 (Malinowski, 1973). Tambin Frazer, el prologuista de ese libro, fue un

    animador de las investigaciones de campo. La referencia a Malinowski y a Los argonautas del Pacficooccidental es obligada. Porque si es cierto que los antroplogos suelen referirse a su grupo profesional comoa una tribu y al trabajo de campo como a su ritual central (un rite de passage, pero tambin un rito deintensificacin o de purificacin, como han sugerido algunos [cf. Freilich, 1970]), no lo es menos queMalinowski ha de ser considerado como el hroe cultural de la disciplina y, segn advierte Stocking, Losargonautas sera un mito euhernerstico (Stocking, 1993, 77).

    El halo ritual que rodea al trabajo de campo es naturalmente una contaminacin del propio contenidode la investigacin antropolgica, y en la misma lnea deben situarse expresiones tales como la mstica deltrabajo de campo (Freilich, 1970), o la magia del etngrafo (empleada por el propio Malinowski en1922). A veces, para referirse al trabajo de campo tambin se han utilizado otras metforas, tales comofiesta con el significado de la buena vida, la vida autnticamente vivida, en sociedades del Caribe, opuja con el significado del buen vivir tal y como ste se concibe en la cultura hind: la vida de unhombre rodeado de su familia, rezando plegarias que asegurarn el futuro bienestar de todos. Este halo esan ms espeso para los jvenes estudiantes que preparan su primer trabajo de campo: una mezcla demisterio, oportunidad y excitacin.

    Field-work[trabajo de campo] fue un trmino derivado del discurso naturalista que, segn parece,introdujo Haddon en la antropologa britnica. Los aspectos esenciales estancia continuada y prolongadade un investigador especializado entre un grupo humano fueron postulados por Haddon comoconsecuencia de las experiencias viajeras de principios de siglo. En teora, fue Rivers quien inicipropiamente el trabajo de campo. Su mtodo concreto desarrollado en la edicin del Notes and Queries de1913 contena los siguientes elementos: un investigador solo, trabajador privado especialista de laetnografa, ocupndose de todos los campos etnogrficos, viviendo un ao o ms en una comunidadpequea... Es decir, un investigador desligado de la comunidad de procedencia, no dependiente de la

    administracin, de la iglesia o de empresas comerciales, formado acadmicamente y conocedor de lasdisciplinas antropolgicas y de las ciencias sociales, interesado por la cultura en su sentido ms global,viviendo, conviviendo de forma continuada y prolongada con las gentes que forman una comunidad local, ungrupo social, una organizacin formal o una mera agrupacin relativamente estable.

    Rivers no lleg a practicarlo, Malinowski s. El captulo introductorio de Los argonautas puedeconsiderarse la carta fundacional del trabajo de campo a antropolgico. Posiblemente la forma, el conceptode trabajo de campo tal y como l lo forj, se convirti en precepto, aunque en cierta medida cadainvestigador al realizarlo lo forja de nuevo de un modo original. La situacin como tal es en todo caso elprecepto que admite variantes mltiples, casi siempre obligadas por las caractersticas de los grupos humanosno siempre ni necesariamente comunidades con quienes se convive. Por tanto, es fcil reconocer quelas formas de llevarlo a cabo no son estrictamente las mismas cuando se trata de estudiar una sociedadprimitiva que cuando se trata de analizar un grupo de vecinos de un barrio de una gran ciudad, una pandilla

    de adolescentes o una escuela rural.Las innovaciones en tcnicas de investigacin que instaur Malinowski, tales como llevar un diario

    de campo o hacer cuadros sinpticos, no son tan importantes como la situacin en la que se hall comoinvestigador, una situacin crtica convertida en situacin originaria, en modelo para todo otro trabajo decampo posterior. El investigador se encontr solo, separado de toda compaa de blancos, buscando sociedadcon los nativos y comportndose en relaciones naturales con ellos. Su soledad fue el soporte que le oblig aaprender a comportarse segn los cdigos sociales del grupo con el que convivi, a aprender su lengua y atomar parte en su vida. (La soledad es una actitudy no niega en absoluto la posibilidad de un equipo deinvestigacin.) Es esa experiencia la que Malinowski transmite en el captulo introductorio de Losargonautas: se presenta como experiencia compartida con los nativos y se expone como experiencia vicariaal lector, quien, adems, es incitado a ella:

    Imagnese [...] rodeado de todos sus pertrechos, solo en una playa tropical cercana a un poblado indgena,mientras ve alejarse hasta desaparecer la lancha que le ha llevado hasta all (Malinowski, 1993, 24).

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    Probablemente tenga razn Stocking cuando advierte la intencionalidad de los recursos retricos deeste enunciado (la estructura narrativa, la accin en presente, la sintaxis de actor). En Los argonautas losnativos son tratados con una gentil irona, descritos en tonos prosaicos. De los occidentales misioneros,administradores y comerciantes se dice que no conocen nada sobre los nativos; y, finalmente, elinvestigador est omnipresente en un texto narrado en primera persona, como verdadero hroe del relato.Todo contribuye a validar el mito euhemerstico, a que Los argonautas haya llegado a convertirse en la cartafundacional del trabajo de campo que lo legitima como el ritual central de la antropologa.

    Sera necesario hacer constar, por otra parte, que el trabajo de campo lleg a imponerse en un tiempo decrisis terica en la antropologa britnica. Comenzaba a resquebrajarse el viejo paradigma evolucionista.Rivers se haba convertido al difusionismo histrico y Radcliffe-Brown haba comenzado en las islasAndaman un trabajo de orientacin durkheimiana. Pero especialmente haba estallado la crisis metodolgica.Se haba exacerbado el sentido de urgencia etnogrfica (ya Haddon haba establecido prioridades a la hora dedirigirse a las zonas de trabajo); y, sobre todo, se estaba perdiendo la actitud ansiosa de recoger especimenesde cultura material, mientras creca la atencin hacia el comportamiento social. El trabajo de campo lleg asa desbaratar el viejo sistema en el que el papel de recogida de informacin y el papel de elaboracin tericaestaban disociados. No puede resultar sorprendente que, en un momento en el que la antropologa socialhaba logrado plena institucionalizacin acadmica con Frazer, se postulara la profesionalizacin deletngrafo. Difcilmente podra tolerar un mbito acadmico la falta de control de las fuentes de informacin(hasta entonces indirectas, es decir, basadas en informes remitidos por corresponsales). El trabajo decampo supuso la unificacin de las dos actividades para el desarrollo de la nueva ciencia: el registro deinformacin y la elaboracin terica empezaron a ser realizados por el investigador en cuanto tal. Losargonautas muestra esta unificacin de funciones, la etnografa elevada al rango de construccin terica.

    Pero Malinowski inici tambin una renovacin de las intenciones tericas de la antropologa. Lasmetas de la investigacin haban cambiado. Haba perdido inters la, historia de la humanidad. (Para unahistoria de la humanidad hubiera tenido escasa importancia conocer la actividad diaria en un poblado delas Trobriand.) Con Malinowski empezaron a buscarse otras cosas.

    La meta es, en resumen, llegar a captar el punto de vista del indgena, su posicin ante la vida, comprender suvisin de su mundo. Tenemos que estudiar al hombre y debemos estudiarlo en lo que ms ntimamente leconcierne, es decir, en aquello que le une a la vida. En cada cultura los valores son ligeramente distintos, lagente tiene distintas aspiraciones, cede a determinados impulsos, anhela distintas formas de felicidad. En cadacultura se encuentran distintas instituciones que le sirven al hombre para conseguir sus intereses vitales,diferentes costumbres gracias a las cuales satisface sus aspiraciones, distintos cdigos morales y legales querecompensan sus virtudes y castigan sus faltas. Estudiar estas instituciones, costumbres o cdigos, o estudiar elcomportamiento y la mentalidad del hombre, sin tomar conciencia de por qu el hombre vive y en qu residesu felicidad es, en mi opinin, desdear la recompensa ms grande que podemos esperar obtener del estudiodel hombre (Malinowski, 1993,42).

    Tal cambio de orientacin deba ofrecer al lector otras recompensas. El paradigma evolucionista lehaba aportado la contemplacin de la historia de la humanidad, que conceda a la sociedad moderna, a laque l perteneca, un papel protagonista: la historia siempre acababa en ella. Pero Malinowski prometa ahoracontemplar al salvaje luchando por satisfacer sus deseos, alcanzar cierto tipo de valores, seguir el camino de

    su ambicin social, contemplarle entregado a peligrosas y difciles empresas. Y an haba ms:

    quiz brote en nosotros un sentimiento de solidaridad con los empeos y las ambiciones de estos indgenas.Quiz comprenderemos mejor la mentalidad humana... Quiz la comprensin de la naturaleza humana, bajouna forma lejana y extraa, nos permita aclarar nuestra propia naturaleza... (Malinowski, 1993, 42).

    sta era la nueva recompensa que traa consigo la apuesta por el trabajo de campo. Una recompensaasociada al tipo de sociedad estudiada, una sociedad primitiva, salvaje, redescubierta como expresin de lanaturaleza humana compartida. Era la posibilidad de la comprensin del nosotros por reflejo de los otros.

    Hoy, cuando se ha generalizado el trabajo de campo como situacin metodolgica general para elestudio de cualquier sociedad, primitiva o moderna, la recompensa de la comprensin de la mentalidadhumana an sigue siendo deudora del contraste tenso entre nosotros y los otros.

    El trabajo de campo instaura una originalidad metodolgica. Edgerton y Lagness (1977, 3) hanenunciado algunos de los principios, generalmente implcitos, en los que se basa:

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    1) que los mejores instrumentos para conocer y comprender una cultura, como realizacin humana,son la mente y la emocin de otro ser humano;

    2) que un cultura debe ser vista a travs de quien la vive, adems de a travs del observadorcientfico, y

    3) que una cultura debe ser tomada como un todo (holismo), de forma que las conductas culturalesno pueden ser aisladas del contexto en el que ocurren.

    Estos tres principios son en parte consecuencia del estilo personal de Malinowski al involucrarse en

    la vida indgena, pero lo son an ms de los planteamientos tericos que asumi.

    1. EL INVESTIGADOR EN EL CAMPO:LA INSTRUMENTALIZACIN DE LAS RELACIONES SOCIALES

    En primer lugar, la originalidad metodolgica consiste en la implicacin del propio investigador en eltrabajo, en su auto-instrumentalizacin. Los enunciados sobre la mstica del trabajo de campo son, en parte,una especie de trasunto de la implicacin personal del etngrafo. El trabajo de campo deja un cierto lastre,ejerce una cierta presin sobre el investigador y en algn sentido lo transforma. La implicacin personalsupone a veces asumir riesgos, sufrir enfermedades, etc.; y encierra estados de nimo, sentimientos,experiencias de autocontrol..., pero tambin posiblemente brotes de desnimo, alguna conducta irreflexiva,desorientacin, percepcin de incapacidad... Son aspectos que suelen destacarse y que no pueden obviarsehasta el punto de suponer que la exigencia de asepsia que demanda la metodologa pueda acabarrechazndolos como espreos. Pero sobre todo el mtodo involucra a la persona: las relaciones socialesestablecidas a travs de esta situacin metodolgica implican a la persona como una obligacin dehumanidad que contrarresta cualquier exigencia de asepsia metodolgica.

    El trabajo de campo es un ejercicio de papeles mltiples. Como ya percibi Griaule, se trata en ciertomodo de un juego de mscaras:

    Volverse en afable camarada de la persona estudiada, un amigo distante, un extranjero circunspecto, un padrecompasivo, un patrn interesado, un comerciante que paga por revelaciones, un oyente un tanto distrado antelas puertas abiertas del ms peligroso de los misterios, un amigo exigente que muestra un vivo inters por lasmas inspidas historias familiares, as el etngrafo hace pasar por su cara una preciosa coleccin de mscarascomo no tiene ningn museo (citado por Clifford, 1983, 139).

    Naturalmente, la magia del etngrafo no se reduce slo a tal juego, pero resulta insoslayable tenerloen cuenta cuando se hace referencia al sede de hacer etnografa. El trabajo de campo asume que el hombrees el mejor instrumento para estudiar los grupos humanos, o, expresado menos retricamente: la mejorestrategia para el anlisis de los grupos humanos es establecer y operacionalizar relaciones sociales con laspersonas que los integran.

    El modelo de situacin teatral, la simulacin dramtica que menciona Griaule, es un apunte de lasingularidad metodolgica que consiste en instrumentalizar las relaciones sociales con un objetivo deconocimiento. La implicacin del propio investigador, su asimilacin al mtodo, es ineludible, No es posibleinstrumentalizar las relaciones sociales sin implicarse en ellas. La situacin se configura como una tensin de

    proximidad y distancia, de empata y extraamiento, que se mueve de la observacin a la participacin, delcuestionario a la charla ntima, de la pregunta a la respuesta. En esa tensin, y como modo bsico deaproximacin al campo, se encuentra la observacin participante.

    La observacin participante exige la presencia en escena del observador, pera de tal modo que steno perturbe su desarrollo; es decir, como si no slo por el hbito de la presencia del investigador, sino por lasrelaciones sociales establecidas, la escena contara con un nuevo papel, accesorio a la propia accin, peroincrustado en ella naturalmente. El supuesto es que no es posible el teatro de la accin social de los gruposhumanos con observadores estrictamente externos a la escena, porque la presencia de observadores, decualquier modo que se produzca, ampla la escena y les involucra. Su presencia es ya, de algn modo, accinsocial.

    En trminos de la prctica metodolgica todo esto implica que el investigador nunca trabaja slocomo investigador, trabaja tambin como vecino, como amigo, como desconocido, como hombre o mujer,

    como occidental, europeo, espaol..., como profesor o escritor, como aliado, como enfermero, como mano deobra, como transportista, como administrativo... y con otros papeles que l se haya forjado o que le hayaconferido el grupo que analiza y con el que convive.

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    El modelo de relaciones sociales establecido en el trabajo de campo es, desde Malinowski,aparentemente igualitario. No obstante, Clifford hablando de Griaule (Clifford, 1983) o, por ejemplo, unalectura entre lneas del propio diario de Malinowski (Malinowski, 1989), nos muestran que en realidad se hatratado muchas veces de relaciones asimtricas. Se dice que Griaule invocaba como modelo la investigacinde un magistrado que va interrogando a los diferentes testigos acerca de un acontecimiento. Tal modelosugiere una cierta violencia en la recogida de informacin, aunque con l se pretenda garantizar la fiabilidadde los datos obtenidos. En general, parece que el estilo propuesto por Malinowski es otro: abandonando la

    casa-misin, instalndose en medio del poblado y transformndose en observador participante... aunque,descrito en estos trminos ideales, este estilo no fuera necesariamente el que siempre puso en prctica.

    La observacin participante connota por un lado relaciones igualitarias, en las que la informacin seintercambia a modo de comentario a los acontecimientos que se viven simultneamente; connota asimismo elaprendizaje de las reglas de comunicacin del grupo estudiado incluido el aprendizaje del sentido deoportunidad a la hora de hacer preguntas y el seguimiento de esas reglas; y adems, un cierto grado deempata, de forma que la informacin sea obtenida como prueba de confianza, como un don, no como algoobligado. El modelo del magistrado que interroga asume que la informacin es fiel por obligacin; el deobservador participante asume que la informacin es fiel por confianza. El primero parece contemplar lapermanente posibilidad del engao y trata de neutralizarla con el ejercicio de la autoridad, el segundodesconfa de la informacin obtenida en condiciones formales y neutraliza el engao a base de vivenciadirecta, de convivencia. Con estos dos modelos se cruzan otros posibles, el de compra-venta, que entiende latransmisin de informacin como una transaccin y exige fidelidad a cambio del precio justo; o el de laintervencin, en el que la fidelidad de la informacin se cumple en el resultado de la accin emprendida.Caben otros modelos, especialmente si se trabaja en organizaciones formales como la escuela, donde lasposiciones sociales se definen, entre otras cosas, por el control ms o menos parcial de la informacin (unainformacin que debe parte de su objetividad, a su carcter documental).

    En antropologa de la educacin el trabajo de campo ha de realizarse muy frecuentemente en el senode organizaciones formales, y es posible que incluso por investigadores implicados adems en tareasinstitucionales (director, profesor, evaluador, etc). En tales circunstancias, slo con dificultad pueden llegar alograrse relaciones igualitarias con todos los sectores que componen la poblacin objeto de estudio. Comoocurre en la prctica con otras investigaciones, se trata de convivir dentro de una red de relaciones diversas,unas igualitarias, otras no, unas matizadas con la amistad, otras con la profesionalidad, unas con la cortesa

    formal, otras con la autoridad acadmica... La relacin maestro-alumno es un modelo de obviainstrumentalizacin en el mbito de la investigacin. Pero las modalidades de esa relacin son muy variadas.Aun admitiendo que la informacin obtenida bajo ese modelo de relacin en su versin ms clsica seabsicamente fiel, lo ser suficientemente y para todo tipo de informacin? La multiplicidad de ambientesque se dan en una institucin escolar requiere en todo caso formas de acceso bien diferentes y la asuncin depapeles diversos. Cabe la posibilidad de que la realizacin de la investigacin conlleve el planteamiento dedilemas entre las responsabilidades del investigador como docente y las exigencias de objetividad,exhaustividad y rigor. No es paradjico afirmar que puede ser tan difcil hacer trabajo de campo en lasorganizaciones formales de las sociedades modernas como entre algunas de las sociedades llamadasprimitivas.

    II. DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL NATIVO

    La irrupcin en la antropologa americana de la teora del aprendizaje trajo consigo una versin ms radicalde la observacin participante: la posibilidad de contemplar la cultura desde el punto de vista del nativo.Segn esta versin de la observacin participante, el trabajo de campo se concibe como un proceso desocializacin: el investigador debe adoptar el papel de aprendiz, como el nio cuya socializacin consiste enllevar a cabo el aprendizaje de su cultura. La meta ms o menos utpica del investigador sera conseguir laplena integracin en el grupo. Los sntomas inconfundibles de tal integracin seran a la vez pruebas de lacompleta asimilacin de la cultura. Autores como Nadel o Evans-Pritchard, por ejemplo, se refieren en susrespectivas monografas a honores que recibieron de las sociedades en las que trabajaron y al sentimiento detristeza que su partida produjo tanto en ellos como en los nativos.

    Aprender la lengua, los cdigos de comunicacin no verbal, las normas de etiqueta y el

    funcionamiento de los sistemas de conducta de una cultura, viene a ser paralelo al proceso de socializacinde un nio. Con una diferencia sustancial: se trata de un proceso de socializacin que debe cumplir un adultoya socializado en otra cultura. Podra decirse ms apropiadamente que se trata de un proceso de socializacin

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    secundaria o de resocializacin (Berger v Luckmann, 1984, 164 ss.). Otra diferencia es tambin innegable,aunque con variaciones: se trata de un aprendizaje social sin internalizacin, un aprendizajeinstrumentalizado para un objetivo externo. La supuesta plena integracin, la conversin a otra cultura (unaconversin que, de producirse, sera probablemente ms radical que la conversin ideolgica) no se intentasino para lograr un conocimiento profundo, un acceso al significado de los comportamientos, y para realizarluego un relato dirigido a otros acerca de cmo son, cmo viven, piensan, ven el mundo las gentes entrequienes se ha socializado el investigador. Se trata, pues, de un aprendizaje controlado, una socializacin con

    retorno previsto, una socializacin reversible. Aunque este juego no conduce estrictamente a un cambio deidentidad ni a asumir el riesgo de una desnaturalizacin, el aprendizaje que conlleva exige algo ms que lamera observacin. La participacin es necesaria, pues maximiza el aprendizaje y permite una identificacinmayor con el modelo. (Modelo significa aqu, siguiendo la teora del aprendizaje social, la persona o grupocon quien el aprendiz se identifica, ya sea real o presentado por medio de instrucciones verbales [Bandura yWalters, 1977].)

    Puede sospecharse que slo una cultura que admita varias socializaciones secundarias, es decir, queconsidere las socializaciones reversibles, podra generar ciencia antropolgica. (Cabra una hiptesis demayor alcance: slo las sociedades con una organizacin compleja, con mbitos sociales separados ypredominio del individualismo como constelacin de valor [Dumont, 1987], permitiran variassocializaciones secundarias.) Es probable, adems, que la antropologa haya contribuido a aportar a la propiasociedad occidental evidencias de que las pautas de socializacin son modificables y los procesos desocializacin reversibles; una tesis ya enunciada por Franz Boas, que Margaret Mead desarrollempricamente.

    No obstante, el proceso de socializacin secundara usado como modelo para comprender el trabajode campo acaba por ser reconocido comoficcin.

    Usualmente el sentido de ser miembros, aunque temporal, insegura e incompletamente, de una comunidadmoral, puede ser mantenido de cara a realidades sociales ms amplias que presionan casi a cada momento paranegarlo. Es en esta ficcin, ficcin y no falsedad, en la que descansa el verdadero corazn de la investigacinde campo con xito. Y porque nunca es completamente convincente para sus participantes, tal investigacinacaba por tener que ser considerada corno una forma de conducta continuamente irnica (Geertz, 1973).

    La irona de intentar parecer otro y, al mismo tiempo, hablar de ese otro como de alguiendiferente. La irona de tramar una pretensin de identificacin con el otro mientras se le confiere unarepresentacin de distancia. La irona de probar a ser otro, slo para describirlo. El trabajo de campo presentala seriedad de una conversin, pero la irona de haberla conseguido por puro aprendizaje. Una ficcin, unarte. Respecto a la consecucin de informacin, el modelo del proceso de socializacin asume que el criteriode validez de una informacin etnogrfica est en haber conseguido situarse en la perspectiva del nativo,contemplando su sociedad, su forma de vida, su visin del mundo desde sus ojos. Pero llegando a ser slonativos marginales, segn la definicin de Freilich (Freilich, 1970).

    Estancia prolongada, conocimiento de la lengua y los modos de comunicacin no verbal, algn gradode empata, alguna clase de participacin... Todo comienza con un desplazamiento. Descrito con palabras deMalinowski, en lo que su prctica tuvo de norma: Solo, [] mientras ve alejarse hasta desaparecer lalancha que le ha llevado hasta all. Entramadas en las prcticas de investigacin han quedado algunas de las

    caractersticas exigidas por el que fue objeto prioritario de la investigacin antropolgica, las sociedadesprimitivas, siempre lejanas. El estudio de cualquier grupo o sociedad humana por medio de un trabajo decampo exige un desplazamiento, en todo caso moral y casi siempre tambin fsico, aun cuando se trate deestudiar grupos en la misma sociedad de pertenencia del investigador. Este desplazamiento implica cruzar ladiferencia cultural, las fronteras que se suponen existentes entre la sociedad de procedencia y la sociedadobjeto de estudio.

    El sentido de la diferencia (su percepcin y finalmente su instrumentalizacin con fines deconocimiento) es en cierto modo previo. Se daba por supuesto en el estudio de las llamadas sociedadesprimitivas,pero tiene que serun supuesto cuando se estudia la propia sociedad de pertenencia, y an mscuando se toma por objeto el propio medio en el que el investigador convive, la propia institucin en la quetrabaja, como ocurre con no pocos estudios de etnografa escolar. Es posible formarse en l por medio delconocimiento de la variacin y de la diversidad de la existencia humana, con la lectura y el anlisis

    minucioso de monografas antropolgicas, la experiencia de vida en otras sociedades, el ejercicio al menosterico del mtodo comparativo, y sobre todo con el extraamiento adoptado como actitud.El desplazamiento, que es la situacin clsica en el estudio de otras sociedades, conlleva la

    sensibilizacin hacia los comportamientos, las actitudes y las formas de vida de los otros; la sensibilizacin

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    hacia la cultura objeto de estudio como un todo. Y, si se toma el trabajo de campo desde el modelo desocializacin, conlleva tambin que la participacin llegue a afectar al investigador. Las condiciones deposibilidad del trabajo de campo se dimensionan entonces entre dos polos: la neutralizacin deletnocentrismo y la superacin del shock cultural. Al ser concebido el trabajo de campo desde undesplazamiento y ste desde una evaluacin de la diferencia cultural, se exige el reconocimiento yneutralizacin de los prejuicios etnocntricos de partida: visiones, valoraciones, juicios, percepcionescristalizadas, hbitos instalados que interfieren en el conocimiento y comprensin de la cultura objeto de

    estudio: Algunos de estos prejuicios se revelan enseguida, otros aparecen al producirse acontecimientosimprevistos durante el trabajo de campo, otros slo llegan a reconocerse al final y aun algunos se descubrenquiz demasiado tarde. El trabajo de campo, la investigacin como tal, es en cierto modo un proceso dedesmantelamiento de prejuicios etnocntricos (aunque evidentemente no para adoptar otros). Laneutralizacin del etnocentrismo supone que ninguna diferencia cultural es mero contraste, pues lasdiferencias afectan intrnsecamente a la comprensin del otro. Por su parte, los llamados trabajos en casa,los estudios sobre nosotros, es decir, sobre la propia sociedad de pertenencia del investigador, donde lasdiferencias parecen a primera vista menos acusadas, exigen al menos la neutralizacin del socio-centrismo; yen ellos el trabajo de campo puede llegar a ser del mismo modo un proceso de desmantelamiento deprejuicios. Ambos supuestos, el del etnocentrismo como punto de partida en el estudio de sociedadesprimitivas, y por lo tanto incuestionablemente diferentes, y el del sociocentrismo como punto de partida enel estudio de la propia sociedad o el propio grupo (incuestionablemente no diferente), contribuyen a mostrarel doble horizonte que limita toda investigacin etnogrfica y gravita sobre ella: por un lado, el que impidepercibir la distancia como prxima y, por otro, el que impide percibir la inmediatez como distante. Eldesplazamiento lleva a entender que toda investigacin etnogrfica es un movimiento hacia algn lugar msall de ese doble horizonte.

    El otro polo es una reaccin largamente descrita en las monografas antropolgicas: el shockcultural,la reaccin de rechazo, de incapacidad, que han sufrido numerosos investigadores en las primeras fases deltrabajo de campo ante la percepcin de una extrema distancia cultural, ante las dificultades de adaptacin auna forma de vida percibida como completamente diferente. La superacin del shockcultural ha requerido enocasiones una potente fuerza de voluntad, una enorme capacidad de sufrimiento, largas dosis de paciencia, yalgo de suerte, entre otras cosas. Por el contrario, en los estudios en casa, realizados sobre el grupo o lapropia sociedad de pertenencia, el shockcultural es inapreciable. En estos casos se espera que el aprendizaje

    de la investigacin contribuya a la formacin del sentido de diferencia, sin el que el trabajo de camporesultara imposible. Esto se consigue con disciplina, tambin con paciencia, y a veces con la ayuda de algnacontecimiento inesperado. Desde el modelo del trabajo de campo como proceso de socializacin ambossupuestos muestran que la formacin del sentido de diferencia slo se logra si la socializacin es reversible:en el primer caso porque el investigador puede asimilar otra cultura; en el segundo, porque el investigadorpuede despojarse de ella. Ambos en realidad son fases o aspectos del mismo proceso.

    El relativismo metodolgico tiene su contrapartida y su recompensa en la persecucin de laobjetividad, reformulada por la etnografa, como veremos, en inter-subjetividad. Lvi-Strauss subray en1954 que no se trata solamente de trascender los valores propios de la sociedad o el grupo al que pertenece elobservador:

    el antroplogo hace algo ms que acallar sus sentimientos: elabora nuevas categoras mentales, contribuye a

    introducir nociones de espacio y tiempo, de oposicin y contradiccin, tan extraas al pensamiento tradicional[e.] (Lvi-Strauss, 1969, 327).

    Es decir, el relativismo no es simple autocontrol, es tambin elaboracin de nuevos significados:idealmente, debe ayudar a lograr un nuevo lenguaje de entendimiento entre la sociedad a la que pertenece elinvestigador y la sociedad que analiza. La objetividad conseguida de este modo no es otra cosa que el accesoa significados en un proceso de comunicacin. Pues desde el momento en que se produce tal acceso, lossignificados empiezan a hacerse comunes.

    Es sugerente que, al comentar el fin ltimo de la objetividad, Lvi-Strauss hable en realidad delacceso a la significacin, invitando a que la antropologa sea considerada una ciencia semiolgica. Unpeculiar modo de objetividad en un nivel en el que los fenmenos conservan una significacin humana ysiguen siendo comprensibles intelectual y sentimentalmente para una conciencia individual, (Lvi-

    Strauss, 1969, 328).

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    La objetividad pretendida suele incitar a hablar de otro de los modelos del trabajo de campo, el dellaboratorio natural. Con cierta alegra injustificada los culturalistas noteamericanos de los aos treinta serefirieron a este modelo Una exposicin clsica es la de Kluckhohn enMirror for Man:

    La sociedad primitiva se aproxima a las condiciones propias del laboratorio. Grupos pequeos que pueden serestudiados por pocas personas intensivamente. Bastante aislados y expuestos a la influencia de las mismasfuerzas naturales. Una educacin idntica para todos sus miembros, experiencias comunes, modos de vida

    estables, alto grado de cruzamiento biolgico (Kluckhohn, 1974, 24).

    Desde esta perspectiva, la diversidad cultural proporcionara una variabilidad natural de factoressemejante a la variacin que puede provocarse en condiciones de laboratorio. El modelo tal vez quiso haberaprovechado por mmesis las condiciones de alcance de objetividad de las ciencias experimentales. Pero hayal menos dos errores en la analoga, y ambos fueron explicitados por Lvi-Strauss, quien, en la introduccina suAntropologa estructural, escribi:

    Con respecto a las ciencias naturales gozamos de una ventaja y tenemos un inconveniente: encontramosnuestras experiencias ya preparadas, pero no podemos controlarlas. Resulta pues normal que tratemos dereemplazarlas por modelos, es decir, por sistemas de smbolos que respetan las propiedades caractersticas dela experiencia, pero que a diferencia de sta estamos en condiciones de manipular. La audacia de semejante

    procedimiento es compensada, sin embargo, por la humildad con la que el antroplogo practica la observacin[e.] (Lvi-Strauss, 1969, XXXII).

    En el trabajo de campo la objetividad slo se alcanza por medio de una directa e intensacomunicacin entre el investigador y los nativos. No se busca simplemente el conocimiento de la lengua,sino tambin la convivencia, la participacin, la comunidad de significados, su transferencia e inter-comunicabilidad. El trabajo de campo es para el investigador una situacin transformadora, capaz deconvertirle en receptor de mensajes y de hacerle adquirir la competencia para reproducirlos inteligiblemente.Situarse en el punto de vista del nativo es quizs la expresin menos ambigua del acceso a la significacin,es la conquista de la objetividad por medio de la capacidad de formar nter-subjetividad. En palabras deGeertz, que sealan agudamente el otro error:el etngrafo no percibe, ni [] puede percibir lo que su informante percibe. Lo que percibe, con alguna

    incertidumbre, es que percibe con o por medio de, o a travs de l (Geertz, 1983, 58).

    III. LA APREHENSIN DE TOTALIDAD

    La pretensin que anima el trabajo de campo es la aprehensin de totalidad. sta recibe nombres genricos,globalizadores: el contexto, la historia, la sociedad, la cultura. E incluso cuando la investigacin se dirigehacia algn tema especfico o hacia algn problema concreto, su comprensin exige la contextualizacin, esdecir, dimensionarlo respecto al conjunto de factores o elementos que inciden o intervienen en l y quefinalmente se revelan en extensin casi indefinida, como un conjunto estructurado, como un todo.

    Tal pretensin es en el fondo una utopa, pero resulta a la vez extremadamente estimulante. Lanocin de totalidad aludida tiene distintos significados. Por una parte, esta utopa es en cierto modo unresiduo del ideal enciclopdico ilustrado y naturalista que tiene an como sombra el trabajo de campo. El

    inters que lo anima es mltiple, casi insaciable. Todo es objeto de investigacin, as como el contenido de lanocin de cultura que enunci Tylor era un todo. Las Notes and Queries, las guas de campo que hanservido de vademecum obligado para generaciones de investigadores, son slo largas enumeraciones detems que abarcan (o tienden a abarcar) todos los mbitos. Su excelencia est precisamente en suexhaustividad; aunque en realidad siempre tienen que ser relativamente reformadas y ampliadas cuando seutilizan en la prctica para el estudio de una sociedad concreta. Al comienzo son un buen auxilio, al final enrealidad sobran. Dicho de otra manera, se est en la mejor de las disposiciones para confeccionar una buenagua de campo, apropiada para el estudio de una determinada sociedad o mbito de ella, al finalizar elperiodo de trabajo de campo, cuando se han ido comprobando las inevitables carencias de las guasgenerales y se han ido aadiendo items, referencias, a medida que las situaciones y los acontecimientos deltrabajo de campo han forzado a su reconocimiento. Eso implica que el todo, objeto de la investigacin,siempre se va descubriendo. Difcilmente habra podido ser previsto en su integridad. Pero tal vez sea msimportante subrayar que la aprehensin de totalidad es, en este primer significado, una tendencia. El carcterde tendencia es lo que le da sentido.

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    De este afn se derivan otras consecuencias. Por una parte, en la prctica, durante el trabajo decampo la investigacin no cesa. Posiblemente la capacidad de atencin o de captacin del investigador sesature el trabajo de campo tiene sus fases, en las que predomina la curiosidad o la saturacin.Seguramente son necesarios momentos de descanso, aunque tal vez acabe descubrindose despus qu es loque de aprendizaje proporcion el descanso. Por otra parte, las pretensiones de totalidad parecen exigir quela formacin previa del investigador sea completa. La heterogeneidad de los datos podra demandar deletngrafo una formacin enciclopdica. Y cuando el objetivo es el conocimiento de otra cultura esta

    exigencia puede tornarse inexcusable. No obstante, la investigacin es un proceso, la formacin es paracompletar el proceso. La ilusin de captacin de un todo sobreviene despus, como una especie derecompensa. Como exigencia, sin embargo, importa mantener esa ilusin, especialmente cuando el objetivoes el estudio de un mbito o aspecto de la sociedad de pertenencia, pues slo as es posible liberarse delengao de creer que conocer un mbito es haber accedido al conocimiento de la totalidad.

    La tendencia a la aprehensin de totalidad implica que las tcnicas empleadas, las fundamentales,deben ser tan flexibles como para acomodarse a la heterognea naturaleza de las situaciones de trabajo y a lano menos heterognea naturaleza de los datos. Casi todo en el trabajo de campo es un ejercicio deobservacin y de entrevista. Ambas tcnicas comparten el supuesto de hacer accesible la prctica totalidadde los hechos, y generalmente se tienen como complementarias, para poder as captar los productos y losmodelos, los comportamientos y los pensamientos, las acciones y las normas, los hechos y las palabras, larealidad y el deseo.

    Observacin y entrevista son dos modos bsicos de obtener informacin, o ms bien, de producirla,Siendo el trabajo de campo una interaccin social, cada uno de estos modos muestra el aparente predominiode los dos intervinientes en la interaccin: el investigador, por un lado, y los sujetos de estudio, por el otro.En la observacin, aparentemente, la informacin es obtenida desde la sensibilidad, desde la agudeza depercepcin del investigador ante la accin de los sujetos de estudio. En la entrevista, aparentemente, lainformacin es obtenida desde la abundancia y precisin de conocimientos de los sujetos mismos, losinformantes. En realidad, el trabajo de campo hace del investigador el primer informante, un estatus que seconsolida an ms por la observacin participante, que debe dar a la observacin el carcter de vivencia, deexperiencia. Pero tradicionalmente la calificacin de informante se ha reservado para los sujetos de estudioen general. Su condicin de informantes es transferida y a veces invocada como categora delegitimacin para todo lo que su propia cultura tiene de discurso y para el discurso transmitido sobre su

    propia cultura. No obstante, la categora ha sido especficamente reservada para el informante bieninformado, el informante cualificado, es decir, aquel sujeto a quien su papel social, o sus capacidadespersonales (memoria, sagacidad, habilidad verbal... y tal vez buen entendimiento con el investigador) loconvierten en autoridad inmediata sobre un campo de saber (y su propia cultura lo es al ser propuestacomo campo de investigacin). Esa autoridad es la que se transfiere al investigador, cuyo trabajo consisteen absorberla. O ms bien, en elevarse a su altura.

    Es clsico justificar la complementariedad de ambas tcnicas con el argumento del control, de lafiabilidad, o de la significatividad de los datos. La observacin, suele decirse, proporciona el contraste de larealidad de la objetividad a lo que a veces imaginativamente se comunica en la entrevista. La entrevista,a su vez, proporciona sentido a las acciones a veces incomprensibles que se observan, o corrige lasinferencias a veces precipitadas que se obtienen por observacin. Precisamente la observacin participante seentiende como forma condensada, capaz de lograr la objetividad por medio de una observacin prxima y

    sensible, y de captar a la vez los significados que dan los sujetos de estudio a su comportamiento.Pero ambas tcnicas hablan especialmente de los dos tipos bsicos de produccin de informacin en

    el trabajo de campo:a) la observacin y la observacin participante proporcionan descripciones, es decir, discurso propio,

    del investigador;b) la entrevista, tejida sobre el dilogo, proporciona discurso ajeno, de los sujetos de estudio. (Si bien

    las categoras propio y ajeno pueden ser inversamente atribuidas.)Hay, claro est, todo un abanico de tipos de informacin producida en el trabajo de campo mediante

    tcnicas diversas: censos, mapas, cuestionarios, tablas, listas, grficos, dibujos, fotografas, filmes,grabaciones sonoras, documentos, etc., que contribuyen a reforzar la impresin de que por medio de laheterogeneidad de accesos es posible aprehender la totalidad y objetivarla. Cabe aqu una discusin acerca delos materiales de la etnografa, en la que al menos hay que pronunciarse por el valor de generarlos. Es obvio

    que el investigador no es un mero recopilador, un mero coleccionista, sino que proporciona informacinelaborada.

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    Sin embargo, los dos tipos bsicos de informacin producida mediante la observacin y la entrevistapodran ser suficientes y, en todo caso, deberan ser indispensables. Corresponden, respectivamente, a lo queen esencia aluden las categoras etic y emic: etic, discurso que basa su racionalidad fuera de un sistema (enun sistema de aplicacin universal, por ejemplo), y emic, discurso que basa su racionalidad dentro de unsistema particular (cf. Headland, Pike y Harris, 1990). En todo caso, la informacin producida es el resultadode una interaccin (a veces subsuncin, otra mera yuxtaposicin) entre ambos tipos de discurso. Esainformacin debe cumplir en principio un doble objetivo de comprensin, muy difcil de alcanzar: por parte

    de la comunidad cientfica en general y por parte de la poblacin objeto de estudio. O al menos debe serpresentada en condiciones de disponibilidad generalizada y duradera, lo que suele conseguirse en ambasvertientes slo relativamente.

    La pretensin de aprehender la totalidad induce la idea de que el investigador debe ejercer laobservacin en condiciones de ubicuidad, de omnipresencia. Pero la prctica ensea pronto que en realidadesto es otra utopa, medianamente alcanzada con sentido de la oportunidad y con una adecuada (a veces sloen lo posible) seleccin de lugares y de acontecimientos. Del mismo modo, tal pretensin parecera obligar aentablar relacin social con todos los miembros de la sociedad objeto de estudio, constituyndolos eninformantes: otra utopa que llega a ser abandonada tan rpidamente como la anterior, al tener quediferenciar, por razones prcticas, entre informantes segn su cualificacin o su accesibilidad.

    El otro significado de totalidad es si cabe ms ambicioso. Presumiblemente, tal ambicin ha sidoilusoriamente cebada por el objeto primario de las investigaciones antropolgicas: las sociedades llamadasprimitivas. Fue comn justificar la dedicacin a ellas precisamente por sus caractersticas de pequeotamao y homogeneidad. Ya Rivers, con su mtodo concreto e intensivo, propugnaba una atencingeneralista, contraria a la especializacin. En un artculo publicado en 1910 Rivers sostuvo que la labor de laetnografa no deba ser divisible, porque su materia era indivisible, es decir, porque los dominios o mbitosque los civilizados reconocen como poltica, religin, economa, etc., en las sociedades primitivas soninterdependientes e inseparables. Su mtodo etnogenealgico era ya una estrategia para captar una totalidad(Rivers, 1975).

    La actitud holstica, sin embargo, se forja con Malinowski. Las unidades mnimas de anlisis quepropuso, las instituciones, estaban integradas pos elementos diversos, un grupo social, un conjunto denormas, una serie de materiales..., ensamblados todos para la consecucin de la misma funcin. Y an ms,la cultura apareca como un todo orgnico formado por instituciones interdependientes.

    La nocin de hecho social total, de Mauss reforz igualmente la idea de totalidad, en la medida enque descubri la mltiple referencia de los fenmenos sociales a dimensiones que el anlisis estaba obligadoconsiderar conjuntamente.

    Otras aproximaciones se han dirigido a la misma idea tratando de configurar lo que parece ser suaspecto ms elusivo: su trama. La nocin de pattern, por ejemplo, resalta caractersticas transversales a lasdiversas manifestaciones de la vida social. Con el apoyo de los anlisis lingsticos, la nocin de contextohace concebir que el acceso al significado de un fenmeno social no se logra sino integrndolo en unconjunto de relaciones con otros, y apreciando ese conjunto de relaciones como un todo. Otras nociones,como estructura o sistema, han recreado la nocin de totalidad bajo perspectivas ms estticas o msdinmicas.

    A diferencia de las estrategias extensivas, como las que se practicaban en los anlisis evolucionistasy difusionistas persiguiendo rasgos o complejos de rasgos a travs del tiempo y del espacio, la estrategia

    intensiva que caracteriza al trabajo de campo antropolgico trata de realizar una produccin de datosexhaustiva, en tiempo y lugar limitados. La disgregacin taxonmica de esos datos inducida por las propiasguas de campo es slo una fase transitoria que el anlisis y la elaboracin posterior acaban por superar,reintegrando lo disperso, evidenciando patterns, mostrando interdependencia, construyendo tramas,articulando estructuras, formando sistemas. Tal vez radique en esto la magia del etngrafo: en latransformacin de una masa catica de datos producidos en el transcurso de la interaccin diaria con losnativos, convertida finalmente en un discurso coherente y unitario, en el que cada dato no slo encaja en unsegmento apropiado del discurso sino que va mostrndose multirreferido a los dems hasta conseguirpresentar una cultura como un todo.

    Muchos investigadores han afirmado que la percepcin unitaria de la cultura corresponde a suspropios actores y, en esa medida, la observacin participante se ofrece como va privilegiada de captacin detotalidad. Por otra parte, dado que el acceso a la significacin no se obtiene sino en la medida en que se

    incorpora el contexto, si no se produce algn modo de captacin de totalidad no puede asumirse que elacceso a la significacin haya tenido lugar. Pero si la obra del investigador consiste en realizar un constructoa base de informaciones proporcionadas por distintos informantes situados en distintas posiciones del sistema

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    social, adoptando sus diferentes perspectivas, podra tener razn Leach cuando dice que Malinowski, enestricta lgica, habra tenido que admitir que para los propios trobriandeses no existe la cultura trobriandcomo un todo (citado por Srocking, 1993). La cuestin est en si el sentido unitario de la cultura es sloperceptible desde dentro, desde el punto de vista del nativo, o si ms bien la percepcin de conjuntocorresponde a una perspectiva exterior (a veces entendida no slo como exterior, sino como superior),resultado de un constructo intencional. Probablemente los significados de totalidad implicados en una u otrapostura sean diferentes. La actitud holstica del investigador puede no equivaler al sentido unitario con el que

    cada uno de los actores concibe su cultura.Definitivamente la totalidad es una ambicin irredenta para quienes pretenden estudiar sociedades

    complejas. Las razones son obvias. En ellas es obligado seleccionar grupos o sectores de la sociedad. Pareceque slo la investigacin en sociedades primitivas y tal vez en comunidades morales permitesatisfacciones parciales de tal ambicin. El problema de la representatividad suele plantearse por contraste.En sociedades complejas, la interferencia estadstica en el sentido de totalidad obliga a cuestionar lasdimensiones y cualificacin de la muestra. Pero convendra subrayar que la cultura de los isleos trobrianddescrita por Malinowski se reduce en esencia al poblado de Omarakana, y que los azande, descritos porEvans-Pritchard, fueron fundamentalmente los que se encontraban en un asentamiento al borde de unacarretera trazada por los britnicos (Evans-Pritchard, 1976). La caracterstica de homogeneidad de lassociedades primitivas ha sido esgrimida a menudo como salvaguarda contra acusaciones de falta derepresentatividad, pero tampoco en estas sociedades hay que darla por supuesta. Como seal Herskovits:

    Nadie negar que las variaciones [locales] existen, pero [] son mucho ms relevantes las diferencias entremodos de vida de culturas diferentes considerados como todos (Herskovits, 1954).

    Lo que nos descubre que la supuesta homogeneidad tiene valor relativo y por contraste, y nos enseahasta qu punto la comparacin matiza sutil o explcitamente el trabajo etnogrfico. De aqu se deduce lanecesidad de combinar estudios extensivos y estudios intensivos, muy especialmente cuando se trata deinvestigaciones llevadas a cabo en sociedades modernas. El problema de la representatividad conlleva elde la adopcin de tcnicas de muestreo. Ya en los aos cincuenta se reconoca:

    la situacin ideal [es] aplicar tanto una aproximacin cualitativa como el estudio cuantitativo, pero [...] laexperiencia muestra que el estudio intensivo proporciona comprensin, el extensivo, no (Herskovits, 1954).

    Finalmente, an cabe hablar de una ambicin de totalidad ms desmedida. La que aspira alconocimiento de la sociedad, al conocimiento del hombre. Un concepto que pretende abarcarcualitativamente a todas las sociedades humanas. En este nivel, el problema de la representatividad puedetornarse extremadamente difcil de solventar. Sin embargo, una ambicin tan loable, pero tan desmedida,debe llevar al modesto reconocimiento de que todo trabajo de campo es siempre fragmentario; alreconocimiento de que la aportacin hecha desde l es igualmente fragmentaria y, en consecuencia, a lanecesidad de producir informacin y hacerla disponible para otros y de asimilar la informacin producida porotros.

    No es posible delimitar con precisin cundo un trabajo de campo est terminado. Al menos el finalno viene dado por el agotamiento de la fuente o fuentes de informacin. Ms bien puede deberse a la

    limitacin de las fuentes de financiacin, o a vicisitudes de la vida personal o acadmica de losinvestigadores y, en todo caso, a la evaluacin del cumplimiento de un plan de trabajo. La ambicin detotalidad es prcticamente insaciable. En teora seran necesarios interminables retornos al campo paracompletar lo incompletable. La revisin de la informacin producida antes de la fase de elaboracin delinforme etnogrfico hace conveniente un perodo corto de retorno para tratar de rellenar vacos descubiertos.La adopcin de una perspectiva dinmica en la concepcin de la cultura llev a seguir la regla de retornar allugar una o varias veces despus de haber dado por concluido el trabajo de campo, con el objetivo dedetectar los cambios producidos en ese lapso de tiempo. Estrictamente, los estudios de cambio culturaldeberan ser longitudinales, aparte de oportunos aunque a veces son ms bien oportunistas, y deberanhacerse a lo largo de intervalos de tiempo de dimensiones significativas. Lo que los hace prcticamenteimposibles. Pero el cambio cultural no es ms que un pretexto terico, una de las formulaciones de algo msprofundo: el flujo de la vida social. Los estudios sobre educacin tambin asumen la perspectiva dinmica de

    la cultura a veces insertos ellos mismos en procesos de cambio cultural y podran plantearse endiacrona, al menos en la diacrona prevista por las organizaciones formales, que contemplan la educacinpara grados de edad dentro de una escala de tiempo limitado. Algunas organizaciones formales en las

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    sociedades modernas (por ejemplo, las instituciones escolares) tienden a uniformizar el proceso total, demanera que en la reduccin a un perodo definido (un curso), el conjunto de grados reproduce el proceso decada individuo. Eso suele justificar los lmites temporales de un trabajo de campo: un curso. Pero esta

    justificacin incluye en el fondo una resolucin del problema de la representatividad tan convencionalmenteficticia como la que se ofrece para el problema, antes mencionado, de confeccionar una muestra. Sera mssensato, y tal vez intelectualmente ms estimulante, asumir el carcter siempre incompleto ya no slofragmentario de la investigacin, manteniendo sin embargo intactas las aspiraciones a la aprehensin de

    totalidad, como actitud terica y crtica.

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    2. DESCRIBIR, TRADUCIR, EXPLICAR, INTERPRETAR

    El trabajo de campo es una situacin de investigacin que facilita el desarrollo de tcnicas flexibles ymltiples. En ello radica su riqueza: una situacin de investigacin que permite obtener informacin pormedio de un extenso abanico de procedimientos, algunos especializados respecto a determinados sectores ombitos de la cultura, otros sorprendentemente verstiles, capaces de registrar la informacin ms diversa. Lainformacin producida es codificada en diferentes lenguajes, naturales o formales, en la lengua del

    investigador o del grupo estudiado. El resultado final es un conglomerado de informacin no slo clasificadasegn los tems de las guas de campo, sino diferenciada en lenguas o en lenguajes y en niveles deformalidad. La heterogeneidades la impresin dominante del conjunto.

    Disponer de una multiplicidad de instrumentos de registro de datos es una exigencia que la propiahistoria de la disciplina se ha encargado de establecer. La variedad de estrategias de produccin deinformacin ha sido alentada por los diferentes planteamientos tericos segn sus expectativas de anlisis.Viejas tcnicas son de cuando en cuando reformuladas, reconfiguradas a la luz de modelos o hiptesis detrabajo de ellas deducidas. Los lenguajes en los que los datos se transcriben se han ido multiplicando. Aveces parece imposible compaginar, por ejemplo, estudios de transferencia de energa alimentara conestudios de parentesco o con anlisis de cosmovisiones, o, por poner un ejemplo en el terreno de laantropologa de la educacin, registros de calificaciones de alumnos de un centro escolar con observacionesde la ocupacin del espacio en los tiempos de recreo.

    Muchas veces se tiene la impresin de que las tcnicas etnogrficas son irremediablementeinconmensurables respecto a los fines, como si la imaginacin etnogrfica fuera siempre ms viva, msambiciosa que lo que los instrumentos de trabajo pudieran abarcar.

    La etnografa suele presentarse, sin embargo, como un discurso homogneo y cerrado provisionalmente cerrado. Transmuta, pues, la naturaleza heterognea y permanentemente incompleta delos datos en discursos inteligibles por medio de una serie de procesos de elaboracin (taxonomas oclasificaciones. comparaciones, estructuraciones, anlisis). Tal inteligibilidad debe dejar traslucir los criteriosde inter-subjetividad y totalidad. La etnografa est orientada, fundamentalmente, por la significacin. Y lasignificacin es respectiva a alguien. El eje de respectividad de la significacin lo conforman al menos dosgrupos sociales (o dos sistemas): el grupo humano convertido en objeto de estudio y la comunidad cientfica,y, por extensin, la sociedad en general a la que el investigador dirige los resultados de su trabajo. La

    etnografa es, pues, un trnsito entre sistemas diferentes, en cierto modo entre culturas diferentes.Histricamente la antropologa social dirigi su atencin a las sociedades primitivas, con lo que la diferenciacultural se dio por supuesta. Pero la crisis de objeto es decir, la globalizacin acelerada a escala planetaria,que absorbi a los primitivos en procesos de colonizacin, modernizacin y marginacin difumin loslmites del objeto de la antropologa, de modo que lleg a hacerse evidente que todas las sociedades humanaspueden ser otras culturas para la perspectiva antropolgica. La percepcin de la diferencia cultural se hacevivencia en el trabajo de campo, que puede ser contemplado como una modalidad ms de encuentrointercultural: en el trabajo de campo el investigador aparece como un mediador entre culturas. Unaexperiencia y un oficio anlogos a la labor de los docentes en las instituciones escolares de las sociedadesmodernas, aunque, como veremos, con importantes diferencias.

    Los procesos de elaboracin de datos que conducen a generar un discurso inteligible, significativo,son fundamentalmente los siguientes: describir, traducir, explicar e interpretar. Podran ser vistos como

    procesos sucesivos de elaboracin de datos en distintos momentos y grados o niveles de abstraccin, perotambin son en cierta medida procesos complicados, inseparables. Resulta extremadamente rgido,compartimentalizador, concebir el proceso metodolgico como si estuviera dividido en fases discontinuas,como una secuencia de acciones en una cadena de montaje que se llevasen a cabo en distintas dependenciasde una factora.

    1. DESCRIBIR

    La descripcin es proceso de elaboracin de los datos considerado ms primario segn consenso general, yquizs tambin el ms diferenciado. Muchas veces se ha recomendado disociar la presentacin descriptiva delos datos de las explicaciones o interpretaciones propuestas por el investigador. Pero en toda descripcin hayya una interpretacin necesaria. As lo adverta Frazer, prologuista deLos argonautas, en 1922:

    Es sin duda cierto, en un esquema lgico, que el anlisis las motivaciones y los sentimientos resultadistinguible de la descripcin de los hechos..., pero en la prctica, un hecho no tiene sentido para el observador

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    a menos que conozca o infiera los pensamientos y emociones del sujeto que lo realiza; por consiguiente,describir una serie de actuaciones sin referencia al estado de animo de quien las realiza no respondera a laspretensiones de la sociologa, cuyo fin no es meramente el de registrar, sino el de comprender las acciones delos hombres en sociedad (Frazer, en Malinowski, 1973, 8),

    Hacer etnografa, dice Geertz tomando una expresin de Ryle, es proporcionar una descripcindensa. Y a continuacin, como si estuviera indicando el modo de llevarla a cabo, explica la diferencia que

    hay entre un tic del prpado y un guio. Una descripcin rala apenas sera capaz de distinguirlos: vistosuperficialmente, el guio como el tic consiste en una rpida contraccin del prpado. Por el contrario,una descripcin densa dara cuenta de los detalles, y sobre todo de las intenciones significativas implicadasen la conducta observada. Por ejemplo:

    Un hombre hace a un amigo un gui en son de burla para hacer creer a un tercero que estn tramando unaconspiracin contra l (Geertz, 1973, 7).

    Posiblemente la mejor manera de explicitar en qu consiste una descripcin densa sea as,ejemplificndola mediante ilustraciones, pues admite incontables variaciones. He aqu algunas tomadas detrabajos relevantes en antropologa de la educacin:

    A) En un extenso artculo titulado La transmisin de la cultura, George Spindler ofrece algunasdescripciones de cmo es la crianza de los nios en distintas sociedades. He aqu un fragmento recogido deun trabajo de Barnett sobre la sociedad micronesia de Palaos:

    As sucede en Palaos.El pequeo Azu, de cinco aos, se arrastra detrs de su madre, que camina por un sendero que

    conduce al pueblo, lloriqueando y pegando tirones a su falda. Quiere que lo coja y se lo dice de un ruidoso yexigente: Para! Para! Cgeme! Pero su madre no hace no un solo gesto de atencin. Ella mantiene el paso,mientras sus brazos se balancean libremente a sus costados y sus fornidas caderas ondulan para suavizar elvaivn y mantener la cesta de la ropa hmeda que acarrea sobre su cabeza. Ha estado en el lavadero y el pesoimpone firmeza a su cuello, pero no es sa la razn por la que mira impasiblemente hacia adelante y finge noadvertir a su hijo. A menudo en otras ocasiones, le ha cogido sobre su espalda, llevando un peso incluso mayoren su cabeza. Pero hoy ha decidido no acceder a sus splicas, para l ha llegado la hora de comenzar a crecer.

    Azu no es consciente de la decisin que ha sido tomada. Comprensiblemente, supone que su madre sele est resistiendo como otras muchas veces lo hizo en el pasado. Y que sus quejas pronto surtirn efecto.Persiste en sus ruegos, pero cae detrs de su madre cuando ella afirma su paso. Corre para alcanzarla yencolerizado da tirones de su mano. Ella se lo sacude sin hablarle ni mirarle. Enfurecido se tira decididamenteen el suelo y comienza a gritar. Cuando comprueba que este gesto no produce respuesta, echa una mirada dealarma, se revuelve sobre su estmago y empieza a retorcerse, a solloza: y a pegar alaridos. Golpea el suelo consus puos y lo patalea con las puntas de sus pies. Todo esto le produce dolor y le pone furioso, ms an cuandose percata de que su madre ni se inmuta ante sus acciones. Gateando sobre sus pies se precipita tras ella con lanariz chorreante y las lgrimas abrindose paso a travs del polvo de sus mejillas. Cuando alcanza la altura desu taln da un grito y, al no obtener respuesta, se deja caer de nuevo sobre el suelo. En este punto se frustracincompleta. En un ataque de ira se arrastra sobre el lodo rojizo, escarbando en l con los dedos de los pies, y

    arrojndolo a su alrededor y sobre l mismo. Con l se tizna la cara, molindolo entre sus puos apretados. Secontorsiona sobre su costado, describiendo un arco que va desde sus pies hasta el apoyo de uno de sushombros.

    Un hombre y su mujer se acercan [].Las dos mujeres prcticamente no se miran al cruzarse. Se hanreconocido mutuamente a distancia y no es necesario repetir el saludo. Ms desapercibido pasa an Azu para lapareja, rendido en el suelo a unos cuantos metros por detrs de su madre. Han de dar un rodeo para no toparsecon su cuerpo enloquecido, pero no le dirigen ningn otro gesto de reconocimiento ni hablan una sola palabra.No hay ninguna necesidad de hacer comentarios. Su rabieta no es una aparicin inusual, especialmente entrelos chavales que son de su edad o un poco mayores. No hay nada que decirle, nada que mencionar acerca de suestado... (Barnett, 1960; citado en Spindler, 1993, 206-207).

    B)Harry F. Wolcott realiz un trabajo de campo entre los indios kwakiurl de la Columbia britnica,desempeando durante un ao el papel de maestro en su aldea. Su experiencia est relatada resumidamente

    en un artculo que lleva por ttulo El maestro como enemigo:

    Al mismo tiempo que se restringa [en el aula] la superacin a travs de la socializacin, haba cierta tendenciaa ayudar a los ms atrasados de la misma edad o nivel. Tal ayuda era diferente de la ayuda a los ms jvenes,

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    porque sta tena como objetivo completar las tareas (si es que el maestro insista en ello) y la ayuda a la queahora nos referimos serva para impedir que un alumno pareciera demasiado torpe a los ojos del maestro. Estaconducta igualatoria de los alumnos converta en casi imposible la tarea de encontrar material escolar vlidoo de diagnosticar las dificultades individuales de aprendizaje.

    El ejemplo ms esclarecedor fue el de un chico de quince aos que casi no saba leer. En septiembre leasign un libro bsico de lectura de cuarto grado que estaban leyendo los otros chicos. Un cierto tiempo antesme haba dado cuenta de que no siempre miraba las pginas que corresponda, pues durante las escasasoportunidades que tena de escuchar a los nios leyendo en voz alta, l se haba acostumbrado a repetir laspalabras difciles que sus compaeros de lectura le susurraban. Pude comprobar que slo alcanzaba a leer lo deprimer nivel y ya en mayo registr en mis notas: Recibe tanta ayuda de otros chicos que tengo serias dudasacerca de si realmente conozco sus propias capacidades.

    Como fenmeno social, los esfuerzos cooperativos de mis alumnos pueden parecer destacables ydignos de recompensa. Sin embargo, tanta cooperacin y organizacin inevitablemente echaba por tierra todoslos esfuerzos que yo pona en dirigirles e instruirles de acuerdo con las metas que me haba marcado comomaestro. Adems, cualquiera que fuera el modo en el que fui capaz de ver el lado positivo de la cooperacin demis alumnos, en lugar de sentirme amenazado por ella me senta incapaz de movilizar tal potencial cooperativopara alcanzar mis propsitos. No poda hacer que unos se ayudaran a otros, que fueran pacientes unos para conotros o se socializaran mutuamente, y que cumplieran los propsitos de guardar silencio de forma que pudieranleer y trabajar lo bastante rpido como para disponer de tiempo para otras actividades o dejar que los alumnosms jvenes se unieran en el recreo al juego de los mayores (Wolcott, 1993a, 247).

    C) Herv Varenne realiz un estudio sobre la interaccin social entre alumnos de secundaria enEstados Unidos. Su trabajo de campo tuvo lugar en el instituto de Sheffield, un suburbio del cinturnnordeste de Nueva York. Este fragmento de su descripcin de los usos del espacio se encuentra en su artculoJocks y Freaks: la estructura simblica de la expresin de la interaccin social entre alumnos americanos delos ltimos cursos de secundaria:

    Los adultos proporcionaban a los alumnos un edificio complejo que, sorprendentemente tratndose deuna construccin moderna, ofreca diversos tipos de espacios que los diversos grupos podan designar comopropios. Por ejemplo, haba muchas mesas en la cafetera; casi una docena de salitas en la biblioteca que eranocupadas de forma intermitente; la oficina de asesoramiento y la enfermera. Estaban los aseos, los descansosaislados de las escaleras, la parte de atrs del escenario en el auditorio. Haba zonas ocultas en los alrededoresdetrs de los arbustos, en un canal de desage. Todos estos espacios tenan funciones formales, pero sucarcter y la frecuencia de los usos que se les otorgaban eran tales que posean tambin diferentes utilidades.

    [] El edificio era un armazn que posibilitaba una gran variedad de discriminaciones simblicas.Merece la pena tratar esta cuestin ms a fondo. Lo que acabo de mencionar sobre el edificio tambin

    se refiere a la organizacin social de cualquier espacio dentro de l. Por ejemplo la cafetera, un gran saln quepoda tener cabida para doscientos alumnos sentados en mesas de diez. Estas mesas se podan colocar de dosformas, aisladas o en filas. En ambos casos la zona real para una comunicacin fcil cara a cara estaba muylimitada. Cuando se superaba el nmero de los diez alumnos que se podan sentar alrededor de una mesa, laconversacin relajada resultaba difcil, aunque slo fuera porque haba que levantar la voz ms de losocialmente permitido o incluso por incapacidad fsica debido al nivel de ruido a la hora del almuerzo. Esto esimportante, puesto que, como veremos, la regla emprica ms fcil para reconocer la existencia de una pandillaes la siguiente: Las personas que se sientan regularmente para comer son una pandilla. Sospecho que sta es,de hecho, la regla que seguan los mismos alumnos. Fuera de las horas del almuerzo los mismos alumnostambin podan reunirse, aunque la limitaciones eran menores, Se podan ver pequeos grupos en distintosescondrijos o esquinas del edificio y pronto el espacio que ocupaban normalmente se identificaba de una u otraforma con ellos. De igual forma, exista una gran tendencia a que los mismos grupos se sentaran en las mismasmesas a la hora de comer.

    En las horas que no tenan clase, los alumnos tenan que tomar decisiones sobre a dnde ir o dndesentarse. Por norma ordinaria podan estar slo en tres lugares: los espacios comunitarios (fuera de las horasde comida, la cafetera reciba ese nombre para los alumnos que no queran estudiar durante las horas libresque tenan en su horario), la biblioteca o la sala de estudio. Por norma extraordinaria, la mayora de las vecesen virtud de su afiliacin a algn club especial, los alumnos podan estar en las salitas privadas que se situabanen la parte de atrs de la biblioteca, en el despacho de los coordinadores, en la sala donde se guardaba el equipoaudiovisual, en la oficina de asesoramiento, en la oficina central, en la enfermera o incluso en ciertas aulasayudando a los profesores. Por un derecho autoproclamado, los alumnos podan tambin encontrarse en losaseos durante largos perodos de tiempo y no slo para satisfacer sus funciones biolgicas: en el descansillo de

    la escalera, desde donde se poda llegar al tejado; en la sala de instrumentos musicales o en el auditorio; en lasescalerillas exteriores de la puerta ms lejana del edificio; en los matorrales que estaban bastante apartados delcentro; e incluso fuera del recinto (Varenne, 1993, 292-293).

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    He aqu algunas diferencias entre estas descripciones:Parece como si la descripcin A hubiera sido escrita en el momento en que se produca la accin;

    la descripcin B parece haber sido escrita al final de la investigacin, pues se trata de una generalizacin deun comportamiento que va acompaada de un ejemplo; la descripcin C, aunque aparece en el artculo casicomo introduccin antes de proceder a la presentacin de datos sobre las pandillas del instituto, ha sidoescrita tras cierto tiempo de investigacin, a juzgar por el recuento de espacios y su clasificacin.

    La descripcin A est hecha por un observador exterior a la accin; la B por un observador

    plenamente participante e incorporado a la accin, y por lo tanto al texto; la C parece estar hecha por unobservador exterior, pero familiarizado con el medio educativo, al que pertenece y en el que ejerce.

    La descripcin A conlleva la clara intencin de mostrar un comportamiento que quiebrasignificativamente una rutina; la descripcin B tiene la intencin de mostrar un comportamientosignificativamente habitual; la descripcin C pretende exponer el espectro de espacios ocupadossignificativamente y de manera habitual por los alumnos. Significativamente quiere decir, en los tres casos,que la descripcin densa va de alguna manera ms all de los hechos en bruto: las conductas de losprotagonistas (corno en la A y la B), los espacios de un edificio (como en la C), son expuestos en relacincon las intenciones sociales puestas en juego: ensear a crecer en el caso de la madre de Azu, igualar a loscompaeros ante la mirada evaluadora de Wolcott, apropiarse de los espacios para la diferenciacin social enSheffield. Las conductas y los espacios, presentados en secuencia descriptiva, plasman significativamente lacultura porque ponen en evidencia las reglas del juego en cada caso: en Palaos, las madres un buen dasiguen la regla de dejar que su hijo llegue exhausto hasta los lmites de su rabieta. Ese es el da paracomenzar a crecer, reconocido, a pesar de la aparente violencia de la situacin, por el conjunto de lacomunidad. Entre los nios kwakiutl existe la regla de ayuda mutua ejercida al margen de los planes y lospropsitos del maestro, una regla que se enfrenta dramticamente a las reglas de la cultura escolar llevadaall por los blancos. En Sheffield existen unas normas formales para el uso de los espacios, pero a ladescripcin densa le interesan las sutiles reglas del uso cotidiano, no siempre coincidentes con aqullas, querevelan agrupamientos no previstos en el organigrama explcito de la institucin.

    La descripcin A hace de un acontecimiento un trnsito en la vida de un individuo en Palaos; la Btoma un ejemplo para mostrar un estilo de aprendizaje, una pauta cultural de resistencia de los alumnos comogrupo frente al maestro; la descripcin C, con su recuento exhaustivo de espacios ya clasificados, traduce laidea de que el espacio en una institucin escolar es una construccin social fabricada con constricciones

    formales e informales, y muestra que cada lugar en el espacio conlleva una significacin.Aunque en el captulo 7 volveremos a tratar mediante nuevos ejemplos el asunto de la descripcindensa, esta breve muestra puede ayudar a entender mejor, por el momento, las caractersticas que CliffordGeertz le atribuy: la descripcin densa es microscpica y tambin interpretativa, en tanto que intentarescatar lo dicho de sus ocasiones perecederas para fijarlo en trminos duraderos (Geertz, 1973).

    Al ser microscpica, la descripcin densa parece implicar una perspectiva contraria a la famosapropuesta de Lvi-Strauss de una antropologa astronmica, que tomara por objeto a la especie humana ensu conjunto, Pero esto no implica una falta de inters por las grandes realidades sociales como, por ejemplo,el poder, la autoridad, el conflicto o el cambio, sino la contextualizacin de stas en la accin social, lapercepcin aguda del detalle, el nfasis en los pequeos relieves. Tampoco implica desdn por el estudio agran escala de sociedades globales, pues no hay que confundir el objeto de estudio con el locus de lainvestigacin. Como ha sealado el propio Clifford Geertz, los antroplogos no estudian aldeas (tribus,

    ciudades, vecindarios, etc.) sino que estudian en aldeas, (Geertz, 1973, 22). La descripcin densa recorrelenta y minuciosamente el contexto poniendo de manifiesto una especificidad compleja, unacircunstancialidad (ibid.). Microscpica quiere decir, pues, prestar atencin a la fina red de relaciones quelos contextos revelan si se dirige una atenta y aguda mirada a ellos.

    Por otra parte, que la descripcin densa sea interpretativa supone una concepcin de la cultura:

    La cultura consiste en estructuras socialmente establecidas de significacin en trminos de las cuales la gentehace cosas tales como guios de conspiracin... (Geertz, 1973, 12-13).

    La tarea de una descripcin densa es clara: perseguir estructuras de significacin que, desde luego,aparecen muchas veces irregulares, no explcitas, extraas unas a otras; y que el investigador debe conectarde alguna manera. Interpretar es, adems, captar la variedad de significados y hacerlos accesibles situndose

    en el punto de vista de los actores. Aunque, como hemos visto, pueda tratarse de una ficcin, adoptar elpunto de vista del actor es una de las formulaciones ms claras de hasta dnde la descripcin densa esinterpretacin, y de que la interpretacin comienza ya en los niveles ms bsicos de la elaboracin de los

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    datos. La interpretacin es resultado del trabajo de campo como interaccin social del investigador con lossujetos de estudio, y es reflejo de esa interaccin. Es fruto de la reciprocidad y no un botn de guerra: enparte fruto de la imaginacin etnogrfica, pero tambin de las experiencias compartidas. En el fondo, lasestructuras de significacin no se alcanzan si los actores las niegan, y sin embargo se derramansobreabundantemente si los actores comparten sus experiencias con el investigador,

    El concepto de descripcin densa elaborado por Geertz es tambin anti-lvi-straussiano en el nfasisque concede al flujo de la accin social. El modo de tratar los sistemas simblicos es, segn propone, aislar

    sus elementos, especificar las relaciones internas entre ellos y, finalmente, caracterizar el sistema de acuerdoal ncleo de smbolos en torno al cual est organizado, o a las estructuras subyacentes de las cuales es unaexpresin, o a los principios ideolgicos de los cuales es un desarrollo. Se trata de un extenso programametodolgico, pero hay que advertir que el foco de atencin es el flujo de la accin social, losacontecimientos. El acceso emprico a los sistemas de smbolos se consigue a travs de ellos. El flujo de laaccin social da articulacin a las formas culturales, conforma las relaciones intrnsecas que tienen unoselementos con otros. Se entiende as que la descripcin, como discurso, sea interpretativa del flujo de laaccin social, y se entiende que el objeto de las descripciones deban ser los acontecimientos.

    Slo despus de Ricoeur, y de la accin significativa considerada como texto, se empez aconceder verdadera importancia al texto escrito. Desde este punto de vista, que ejemplificaremosdetalladamente en el captulo 6, la interpretacin aparece como la accin de construir una lectura. Unadescripcin densa consiste en inscribir el discurso social, en grabarlo, en registrarlo. As, los acontecimientosse convierten en relatos. Despus de ser inscrito, el flujo de la accin social, antes trnsfuga, pasajero, puedeser consultado, reconsultado. Esta propuesta de Geertz ha supuesto, como se ver en el captulo siguiente,una nueva lnea de preocupaciones en la antropologa contempornea. Parece obvio que la descripcin sesigue de la observacin, pero no se trata de una tcnica de campo sino de una habilidad literaria que requierealgn tiempo de formacin. La insistencia por parte de los clsicos en que el investigador ha de llevar undiario de campotambin se justifica como ensayo de descripcin, de construccin de un texto. Alcomienzo, el esfuerzo de comprensin invita posiblemente al registro compulsivo, aunque seguramenteexterno y fragmentario, de los acontecimientos; luego, a medida que se produce la captacin de sentido, noslo se rellenan lagunas, sino que tambin se aprende a recrear los acontecimientos iluminadoramente conslo algunos trazos, como muestran los ejemplos que hemos ofrecido. El diario de campo ha de ser testigo deese proceso.

    El diario de campo es el instrumento fundamental de inscripcin, aunque no el nico, en el quequeda grabado el discurso social. Las formas de llevarlo a cabo son tan extremadamente variadas que resultadifcil establecer pautas. Casi todos los investigadores abren un diario antes incluso de hacer el proyecto deinvestigacin y lo acaban despus de haber redactado el informe o monografa. La fijacin temporal de lasinscripciones y su continuidad a lo largo del perodo de investigacin son quiz los nicos rasgos quecomparten todos los diarios de campo. En cuanto al contenido y su organizacin cabe casi cualquier frmula.Puede ser una coleccin de cuadernos de campo en los que se registran estrictamente observacionesestructuradas de acuerdo a determinados puntos, o puede ser por el contrario un estricto diario personal,predominantemente relleno de subjetividad (si es as, se entiende que el investigador tambin dispone decuadernos de campo con todo tipo de observaciones). O bien, puede ser a la vez una lente de observacinpara descripciones objetivadas y una pantalla de reflexin y autocrtica para el propio investigador. Permitetanto llevar un registro sistemtico de acciones de investigacin sujetas a programa (por ejemplo, contactos

    con informantes, entrevistas realizadas, etc.), como vagabundear por lecturas diversas anotando loscomentarios. Admite adelantar conclusiones especulativas, revisar ideas previas, tomar conciencia de lospropios prejuicios, descubrir debilidades propias y ajenas, marearse en el desnimo o entusiasmarse conhallazgos o proyectos. Es una especie de banco de trabajo, una especie de laboratorio en donde ensayar,probar, formular hiptesis, hacer crtica terica... Para muchos investigadores ha sido tambin su nica obsica vlvula de desahogo, especialmente en investigaciones frustrantes, absorbentes o demasiado arduas.

    En cierto modo el diario de campo es la trastienda-taller de la investigacin, especialmente cuando secompara con los informes o monografas en los que aparecen los resultados de la investigacin. Los muyescasos diarios de campo publicados se toman como confesiones, como revelaciones de autor (el deMalinowski es paradigmtico [Malinowski, 1967; cf. Sanjek, 1990]). Y resultan especialmente interesantesen algunos casos por lo que desmitifican, pues en ellos se ponen a veces en evidencia las vacilaciones, loserrores y pasos en falso, la originalidad no tan significada, los sentimientos verdaderos hacia los sujetos de

    estudio... Pero nadie casi nadieescribe los diarios de campo para publicarlos como tales. Tal vez seanms valiosos as, como trastienda-taller, tiles indispensables para el trabajo de campo como situacin en laque el investigador se encuentra implicado. El fundamento del diario de campo est precisamente ah:

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    probablemente es el instrumento de investigacin ptimo para recoger al propio investigador, por un lado, y,por otro, para captar la investigacin como situacin.

    II. TRADUCIR

    La descripcin densa se acomoda a lo que Evans-Pritchard enunciaba en 1951 como tarea: revivir unaexperiencia en forma crtica e interpretativa; pero al hacerlo, el investigador en realidad transcribe esa

    experiencia en las categoras y valores de su cultura y en funcin de los conocimientos de su disciplina(Evans-Pritchard, 1973, 77). Esto es traducir, y ms propiamente,traducir una cultura en trminos de otra. Elejercicio de traduccin no slo se aplica a sociedades primitivas, sino tambin, en las modernas sociedadescomplejas, a sectores profesionales o territoriales, grupos marginales, asociaciones basadas en interesescomunes o en el cultivo de determinadas habilidades, mbitos institucionales, todos ellos tambinsubculturas, muchas veces con un lenguaje propio, distintivo. Por ejemplo, no slo el campo de laeducacin est globalmente diferenciado respecto a otros en las sociedades modernas, sino que hay tambincampos concretos y determinados, como un internado femenino, una escuela rural o una escuela deadultos, que constituyen subculturas diferenciadas entre s con reglas de accin y lenguajes relativamentegenuinos. Si se entiende que el conocimiento de la cultura primitiva por parte de lectores pertenecientes alas sociedades modernas occidentales o a cualquier otra sociedad del mundo se logra gradas a unatraduccin, de la misma forma se requiere traducir cuando pretendemos conocer esas otras subculturasdiferenciadas.

    La traduccin ocurre a distintos niveles. No es accidental que Evans-Pritchard, al describir el orculode los pollos entre los azande (una tribu africana) haga referencias explcitas a tribunales de justicia, aoperaciones mdicas o a plegarias sacerdotales (Evans-Pritchard, 1976). Tampoco lo es la invocacinque hace Barnett en nuestro ejemplo A a la hora de comenzar a crecer, y que lleva a reconocercomparativamente comportamientos de crianza de los nios en Palcos y en las sociedades modernaseuropeas y americanas. Ni el esclarecedor ejemplo aportado por Harry Wolcort en el texto (B), que nosincita a comprender la lgica propia del funcionamiento del aula entre los nios indios, con sus estrategias decooperacin, al contrastarla con la lgica de control del conocimiento individualizado propia de la escuelaoccidental.

    Traducir es tambin ordenar en secuencia un conjunto de comportamientos tras haberlos situado

    en tiempo y lugar, y presentar a los personajes. Un orden lgico>, que en realidad sigue un canon asentadopor la literatura realista del siglo XIX y que contribuye a hacer el relato inteligible para el lector.Asimismo; traducir es a veces usar determinadas figuras retricas con las que el narrador trata de

    hacer comprensibles estados de nimo o estados del ambiente. Y tambin ese intento esforzado de construirun texto yuxtaponiendo palabras del lenguaje nativo y sus correspondientes en ingls, francs o castellano:una de las normas de las transcripciones etnogrficas que intenta revelar el respeto por el lenguaje nativo,pero que de hecho se manifiesta como un recurso retrico que intenta introducir objetividad en un discursoconstruido completamente en el lenguaje del investigador. En ocasiones todo el relato etnogrfico esconcebido como la traduccin de un solo trmino, cuyos matices de significado, cuyas denotaciones yconnotaciones son tan complejas, o cuya significacin es con