La Luz de la Verdad

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    AMALIA DOMINGO SOLER

    DITRIBUIDO GRATUITAMENTE

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    La recopilacin y seleccin de estos escritos, verdadero tesoro de Luz Espiritual,es un trabajo exclusivamente realizado por el Centro Esprita La Luz del Camino.

    Todos los componentes de este Centro y nadie ms que ellos, han participado enla elaboracin de este trabajo, uno de los ms importantes realizados hasta ahora para ladivulgacin del Espiritismo en el mundo.

    Trabajo que no habramos podido realizar nunca, sin la direccin, inspiracin yayuda de este gran Espritu de Luz, trabajador incansable en la divulgacin del Espiritismo,Amalia Domingo Soler.

    Mi reconocimiento y agradecimiento a los hermanos que han aportado algunaayuda, para la financiacin de este libro y que en un gesto de admirable humildad, no hanquerido que se mencione su nombre.

    Queda libre la impresin y traduccin de esta obra a cualquier idioma, con elriguroso compromiso de no alterar nada de sus texto y remitir dos ejempl ares a:

    JOS ANIORTE ALCARZCentro Esprita La Luz del CaminoC/ Cdiz n 13 bis, Urbanizacin Montepinar

    Orihuela (Alicante) 03300Espaa

    DISTRIBUCIN GRATUITA

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    PRESENTACIN

    El da que se aprende algo, es un da de sol en la noche de l a ignorancia.

    Por eso los hombres ms grandes y los sabios ms profundos, al llegar aldesarrollo religioso, todos caen en el fondo de la sima; no hay ninguno que se salve de lacada del ridculo.

    Por esto las escuelas cientficas se han engrandecido y Darwin, con su evolucineterna, tiene tantos adeptos. Yo soy darwinista a mi modo, acepto el progreso de miEspritu desde el fondo del tomo, pasando por todas las transformaciones hasta adquirirlo que hoy poseo; memoria, entendimiento y voluntad.

    Dice la ciencia, y yo lo creo, que hay una distancia inconmensurable, distancia quean no puede medir el ser humano, desde el animal hasta el hombre. Yo por supuesto, nopuedo medirla; mi inteligencia no puede penetrar en la noche de los siglos que habrnecesitado el Espritu para adquirir su individualidad, para sentir, para querer, para soar y

    para subir a la altura en que hoy se encuentra. Yo creo en Dios, pero no en los parasos ganados con dinero, ni en los infiernoscon sus penas eternas; no en la primera pareja humana, sino en la evolucin incesante dealgo que no tiene nombre apropiado en nuestro lenguaje; durante su trabajo detransformacin hasta llegar a construirse un aparato que se llama cuerpo humano en estemundo, con el cual el Espritu realiza trabajos asombrosos, hacindose dueopaulatinamente de su patrimonio, que es inmenso, porque tiene el infinito para progresar.

    Los espiritistas verdaderos, los que creemos en el progreso del Espritu, en lapluralidad de mundos, y en la pluralidad de existencias del alma, estamos completamenteconvencidos de que el hombre an es un ser primitivo en el Universo, porque si as nofuese, si nuestro Espritu tuviese ms lucidez, tendramos ms ternura en nuestro corazn,

    y no estaramos obligados a vivir en un mundo, donde an se paga a un hombre para que asangre fra mate a sus semejantes.Nos creemos muy pequeos cuando an somos obligados a vivir en un planeta

    tan inferior. No nos creemos sabios los espiritistas, pero estamos muy agradecidos a laProvidencia Divina porque hemos visto un rayo de luz, porque sabemos y estamosconvencidos que Dios da a cada uno segn sus obras.

    El Espiritismo no ha venido a pronunciar la ltima palabra ni en ciencia ni enreligin. Resistir siempre a sus opositores, y las humanidades vern que es religioso yracionalista. Seguir encontrando dificultades y avanzar entre ellas, pero no se detendr,seguir a travs de los siglos su eterno viaje.

    El Espiritismo no quiere catedrales ni riquezas, ni poder, slo quiere el progreso

    en todas las esferas sociales. Tambin anuncia que Dios es el padre de todos los seresvivientes, es la bondad infinita y la justicia absoluta, y que ninguno de sus hijos sern jamsexcluidos de su amorosa providencia.

    Creemos que Dios no exige que el hombre profese una determinada religin, sinoque sea humilde y bueno, y sobre todo que ame a su prjimo como a s mismo. Tambincreemos que de entre todos los Espritus mandados a la Tierra en misin Divina, Jess,fundador del cristianismo, es quien ha enseado la moral ms pura; viviendo y practicandotodos sus enseamientos, l nos ensea el nico camino a seguir para conseguir nuestraredencin espiritual. Indudablemente es el Espritu de ms elevacin que hay en estePlaneta.

    El Espiritismo nos dice que fuera de la caridad no hay salvacin; aconseja al

    hombre que estudie, que no se conforme con la aparente muerte del cuerpo, que la vidacontina ms all de la tumba, que el Espritu siente, piensa y quiere, sin perder en el

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    transcurso de los milenios su eterna individualidad. Tambin nos ensea y nuestra raznnos dice, que tiene que haber otra vida despus de esta, que estos adelantos prematuros,que estos tardos progresos y que estos salvajes instintos que se observan en los hombresque pueblan la Tierra, tienen que venir de otros puntos, porque en una sola existencia esimposible tanto desarrollo intelectual y moral en unos, y tanta perversidad en otros, as

    como no es posible hacer un buen hombre de un degenerado. Algo tiene que haber ennosotros que sobreviva al cuerpo, porque si no fuese as, como consecuencia lgica senegara la existencia de Dios. Por esto encontramos en esa naturaleza Divina, la verdaderacausa de todas las cosas que en la naturaleza vemos continuamente reproducidas.

    Qu desarmona existe entre las verdades cientficas y las fbulas religiosas! Poresto en el Espiritismo que es el racionalismo religioso, encontramos algo ms grande y msconvincente de acuerdo con el progreso indefinido de la humanidad y la Omnipotencia deDios.

    Estamos convencidos que los grandes sufrimientos son el resultado de losgrandes crmenes y la Creacin es un libro en blanco en cuyas pginas vamos escribiendonuestras historias a travs de innumerables siglos; y siempre al final de cada pgina vemos

    escritos con caracteres luminosos una palabra que dice: Continuar.La religin naci con el hombre y el hombre naci con la religin; pero dueo elEspritu de su libre albedro, cuando entr de lleno en la vida, cuando abandon las selvas,form la tribu y levant viviendas; cuando las pasiones se despertaron en su pecho y lacodicia hizo nido en su corazn, entonces la religin ntima, la religin del alma fue unacarga muy pesada para l.

    La voz de la conciencia no dejaba dormir al hombre, y l no poda renunciar a susplaceres y ambiciones, entonces fue cuando los hombres crearon religiones apropiadas asus deseos y necesidades, con un Dios al parecer de paz, pero un Dios pequeo que secontenta con ofrendas de ms o menos vala.

    Las religiones son un tamiz hecho a gusto de los hombres, por el cual pasan las

    debilidades y los crmenes, segn conviene para la explotacin de la vida.La religin verdadera cuenta con pocos adeptos y el Dios de la justicia no tienemuchos adoradores.

    Religin no es cuestin de nombre, es cuestin de prctica y la prctica del bienpueden hacerla todos los habitantes de este planeta, sea cual fuere su creencia y el dolo desu fe. Es necesario trabajar en el perfeccionamiento propio, y al mismo tiempo en el ajeno.Es necesario amar para ser amado, compadecer para ser compadecido y ser generoso paraencontrar hospitalidad.

    La ley de Dios no es ms que una, cada cual recoge la cosecha que se merece, lainjusticia no existe, Dios es lo exacto; el llanto se hizo en la Tierra para regar la senda de laexpiacin; para el alma que desea saber, nunca la verdad est oculta, y vale ms llorar

    conociendo que rer sin conocer, vale ms un consuelo que una fortuna, la fortunaembriaga, el consuelo fortalece, y un consuelo encontrars estudiando el Espiritismo,porque vers la luz del pasado entre las densas brumas del presente. Los espritus nosdicen, porqu el ciego perdi la luz de sus ojos, porqu se qued el tullido sin agilidad ensus miembros y porqu el idiota carece de inteligencia.

    Esta ley eterna de la investigacin y del trabajo, es la gran riqueza del Espritu,porque no hay tarea estril ni anlisis intil, todas las obras realizadas quedan acumuladaspara ir formando su historia, y poder claramente distinguir el trigo de la cizaa.

    El Espritu viene a este planeta a trabajar, a luchar, a cumplir su misin o a sufrirla penalidad de una horrible expiacin, y las leyes de Dios son inmutables.

    El Universo es una escuela eterna, el juicio final no llegar nunca para los

    espritus, stos reunirn los huesos del pasado para formar con ellos el progreso del futuro.

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    INTRODUCCIN

    CMO PRACTICAR LA MEDIUMNIDAD

    Los mdiums han recibido de Dios un don gratuito, que consiste en ser losintrpretes de los espritus para la instruccin de los hombres, para ensearles el camino delbien y conducirles a la fe y no para vender palabras que no les pertenecen, porque no sonproducto de sus conocimientos ni de sus investigaciones, ni de su trabajo personal, Diosquiere que la luz llegue a todo el mundo y no quiere que el ms pobre quede desheredado ypueda decir: no tengo fe porque no he podido pagarla. Por esta razn la mediumnidad noes un privilegio, es un compromiso y se halla en todas partes, y el que la desva de su

    objetivo principal, asume una gran responsabilidad.El que conozca un poco las condiciones en que se comunican los buenosespritus, debe saber que ellos se alejan con mucha facilidad de todo aqul que tiene uninters particular, siendo egosta y orgulloso. Los espritus superiores no estn a disposicindel primero que los llame; para que ellos se manifiesten, tiene que haber una razn seria ysobre todo que el mdium rena las cualidades necesarias; la humildad es la ms importantede todas ellas. Hay mdiums que convencidos de su superioridad dicen: yo no cobro niacepto nada por ejercer mi facultad, sin darse cuenta de que estn cobrando un precio muyalto a travs del orgullo y la vanidad, disimulados por una falsa humildad.

    Los espritus ligeros, mentirosos, traviesos y toda la corte de espritus inferiores,muy poco escrupulosos, vienen siempre a responder y estn dispuestos para todo lo que se

    les pregunte, sin que les d ningn cuidado mentir. Muchas veces abusan de la credulidad ybuena fe de los mdiums que por falta de cultura esprita, aceptan cualquier manifestacinpor increble que sta sea. Estos espritus toman sin ningn reparo nombres veneradoscomo, el de Jess, la Virgen, los Apstoles y el de esos espritus de gran elevacin quedirigen el movimiento esprita mundial. Cuando consiguen engaar a uno de estosmdiums o entorpecer el trabajo de algn Centro, gozan y se ren sin ningn respeto,disfrutando por haber conseguido su objetivo.

    Dios permite que esto suceda para poner a prueba nuestra humildad y nuestracapacidad de pensar y distinguir lo correcto de lo incorrecto. Deberamos preguntarnos:Qu mritos tengo yo para que un Espritu de gran elevacin venga a comunicarseconmigo? Qu trabajo importante estoy yo realizando para que ste me dedique su

    tiempo? Qu mensaje pueden transmitirme que no est en esos cientos de buenos librosespritas que ya estn publicados?. Y por fin, Por qu esos mdiums conocidosmundialmente por su elevacin y por la importancia del trabajo que realizan dentro delmundo esprita, no reciben esas comunicaciones, y s las voy a recibir yo?. El buen sentidome dice que debo rechazarlas, y Allan Kardec nos dice: no os dejis engaar, es mejorrechazar nueve verdades que aceptar una mentira.

    La primera condicin para ser un buen mdium; es como ya hemos dicho, lahumildad, consagracin, abnegacin y el desinters moral y material ms absoluto.

    Al lado de la cuestin moral se presenta una consideracin afectiva, no menosimportante, que tiene relacin con la misma naturaleza de la facultad. La mediumnidadseria no puede ser nunca una profesin, porque sera desacreditada moralmente y muy

    pronto, similar a la de los que dicen la buenaventura.

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    La mediumnidad curativa es una de las ms elevadas y el mdium de cura, slotransmite el fluido de los buenos espritus, y por lo tanto no tiene derecho a venderlo nihacer mal uso de este fluido. El mdico tiene su carrera, conseguida con unos estudios, queha realizado con muchos sacrificios, a menudo muy penosos, por lo que puede ponerprecio a sus facultades para vivir de ellas. Los espritus no vienen a competir con los

    mdicos, no quieren quitarles su trabajo ni su forma de vida. Los mdiums de cura debenutilizar su facultad para enfermos desahuciados por la ciencia mdica o aquellos otros queno tienen posibilidades de ser tratados por ella.

    As, pues, el que no tenga de qu vivir, que busque recursos por otra parte y noen la mediumnidad; que dedique a este ejercicio slo el tiempo que tenga disponible,despus de haber realizado el trabajo material necesario para vivir. Los buenos espritus yatomarn en cuenta su dedicacin y sacrificios, mientras que se retirarn de todos los quehacen de esta facultad un medio para vivir o engrandecerse.

    Los mdiums interesados no son nicamente aquellos que puedan exigir unaretribucin; el inters no se traduce siempre por la esperanza de una ganancia material, sinopor las miras ambiciosas de toda clase, sobre las cuales se pueden fundar esperanzas

    personales; ste es tambin un mal paso del que saben muy bien aprovecharse los espritusburlones, con una destreza y una falta de escrpulos verdaderamente notables,convenciendo con engaosas ilusiones a los que de este modo se ponen bajo sudependencia.

    En resumen, la mediumnidad es una facultad dada para el bien, y los buenosespritus se alejan de cualquiera que pretenda utilizarla para conseguir cualquier cosa que noest de acuerdo con la voluntad de Dios.

    El egosmo es una plaga de esta humanidad, y los buenos espritus la combaten.Esto es tan racional que sera intil insistir ms sobre este punto.

    JOS AN IORTE ALCARZ

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    PRLOGO

    1. Bienaventurados los que lloran, porque ellos sern consolados. Bienaventurados los que tienenhambre y sed de justicia, porque ellos sern hartos. Bienaventurados los que padecen persecuciones por lajusticia, porque de ellos es el reino de los cielos. (San Mateo, cap. V,v. 5, 6 y 10).

    2. Bienaventurados seris vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de los cielos.Bienaventurados seris vosotros, los que ahora tenis hambre, porque seris saciados. Felices seris vosotros,los que ahora lloris, porque reiris. (San Lucas, cap. VI, v 20 y 21).

    Mas, Ay de vosotros, ricos! Porque ya tenis vuestro consuelo en este mundo. Ay de vosotros,los que ahora estis saciados! Porque tendris hambre. Ay de vosotros, los que ahora res! Porque serisreducidos al llanto y a las lgrimas. (San Lucas, cap. VI, v 24 y 25).

    JUSTICIA DE LAS AFLICCIONES

    La compensacin que Jess promete a los afligidos de la Tierra, no puede tenerlugar sino en la vida futura; sin la seguridad del porvenir, esas mximas no tendran sentido,o seran, mejor dicho, un engao. An con esta certeza difcilmente se comprende lautilidad de sufrir para ser feliz. Se dice que se hace para tener ms mrito; pero entonces sepregunta uno: Por qu los unos sufren ms que los otros? Por qu los unos nacen en lamiseria y los otros en la opulencia, sin haber hecho nada para justificar esta posicin? Porqu a los unos nada les sale bien, mientras a los otros todo parece sonrerles? Pero lo quean se comprende menos es el ver los bienes y los males tan desigualmente distribuidosentre el vicio y la virtud, y ver a los hombres virtuosos sufrir al lado de los malos que

    prosperan. La fe en el porvenir puede consolar y hacer que se tenga paciencia; pero noexplica esas anomalas que parecen desmentir la justicia de Dios.

    Sin embargo, desde que se admite a Dios no se le puede concebir sin que seainfinito en perfecciones; debe ser todo poder, todo justicia, todo bondad, sin lo cual nosera Dios. Si Dios es soberanamente bueno y justo, no puede obrar por capricho ni conparcialidad. Las vicisitudes de la vida tienen, pues, una causa, y puesto que dios es justo,esta causa debe ser justa. Todos deben penetrarse de esto. Dios ha puesto a los hombres enel camino que conduce a esta causa por medio de la enseanza de Jess, y juzgndoles hoyen buena disposicin para comprenderla, se revela completa por medio del Espiritismo, esdecir, por la voz de los Espritus.

    Las vicisitudes de la vida son de dos clases, o si se quiere, tiene dos orgenes muy

    diferentes que conviene distinguir: las una tienen la causa en la vida presente, y las otrasfuera de esta vida.

    Remontndonos al origen de los males terrestres, se reconocer que muchos sonlas consecuencia natural del carcter y de la conducta de aquellos que los sufren.

    Cuntos hombres caen por su propia falta! -Cuntos son vctimas de suimprevisin, de su orgullo y de su ambicin!

    Cuntas personas arruinadas por la falta de orden, de perseverancia o por nohaber sabido limitar sus deseos!

    Cuntas uniones infelices, porque solo son clculo del inters o de la vanidad, yen las que nada entra el corazn!

    Cuntas disensiones y querellas funestas se hubieran podido evitar con ms

    moderacin y menos susceptibilidad!

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    Cuntos males y enfermedades son consecuencia de la intemperancia y de losexcesos de todas clases!

    Cuntos padres son desgraciados por sus hijos porque no combatieron las malastendencias de stos en su principio! Por debilidad o indiferencia han dejado desarrollar enellos los grmenes del orgullo, del egosmo y de la torpe vanidad que secan el corazn, y

    ms tarde, recogiendo lo que sembraron, se admiran y se afligen de su falta de diferencia yde su ingratitud.Pregunten framente a conciencia a todos aqullos que tienen herido el corazn

    por las vicisitudes y desengaos de la vida; remntense paso a paso al origen de los malesque les afligen, y vern como casi siempre podrn decirse: si yo hubiese o no hubiese hechotal cosa, no me encontrara en tal posicin.

    A quin debe, pues, culparse de todas estas aflicciones, sino a s mismo? As escomo el hombre, en gran nmero de casos, es hacedor de sus propios infortunios, pero envez de reconocerlo, encuentra ms sencillo y menos humillante para su vanidad, acusar a lasuerte, a la Providencia, a la falta de oportunidades, a su mala estrella, siendo as que la malaestrella es su incuria.

    Los males de esta clase seguramente forman un contingente muy notable en lasvicisitudes de la vida; pero el hombre los evitar cuando trabaje para su mejoramientomoral tanto como para su mejoramiento intelectual.

    La ley humana alcanza a ciertas faltas y las castiga; el condenado puedes pues,decir que sufre la consecuencia de lo que ha hecho; pero la ley no alcanza ni puede alcanzara todas las faltas; castiga ms especialmente aquellas que causan perjuicio a la sociedad y noaquellas que slo daan a los que las cometen. Sin embargo, Dios quiere el progreso detodas las criaturas; por esto no deja impune ningn desvo del camino recto; no hay unasola falta, por ligera que sea,, una sola infeccin a su ley, que no tenga consecuenciasforzosas e inevitables, ms o menos desagradables; de donde se sigue que, tanto en lascosas pequeas como en las grandes, el hombre es siempre castigado por donde ha pecado.

    Los sufrimientos, que son su consecuencia, le advierten e que ha obrado mal, le sirven deexperiencia, le hacen sentir la diferencia del bien y del mal y la necesidad de mejorarse paraevitar en lo sucesivo, lo que ha sido para l origen de pesares; sin esto no hubiera tenidoningn motivo para corregirse; confiando en la impunidad, retardara su adelanto, y porconsiguiente su felicidad futura.

    Pero la experiencia viene un poco tarde, cuando la vida est gastada y turbada,cuando las fuerzas estn debilitadas y cuando el mal no tiene remedio. Entonces el hombrese pone a decir: si al principio de la vida hubiese sabido lo que s ahora, Cuntos pasos falsos hubiera evitado! Si tuviera que recomenzar, me conducira de muy distinto modo,pero ya no ay tiempo! As como el operario perezoso dice: he perdido mi da; l tambindice: he perdido mi vida; pero as como para el obrero el sol sale al da sigui ente y empieza

    un nuevo da que le permite reparar el tiempo perdido, tambin para l, despus de lanoche de la tumba, resplandecer el sol de una nueva vida en la que podr valerle laexperiencia del pasado y sus buenas resoluciones para el porvenir.

    Pero si bien hay males cuya primera causa es el hombre en esta vida, hay otras alos que es extrao enteramente, al menos en apariencia, y que parecen herirle como por unafatalidad. Tal es, por ejemplo, la prdida de los seres queridos y de los que son el sostn dela familia; tales son tambin los accidentes que ninguna previsin puede evitar; los revesesde la fortuna que burlan todas las medidas de la prudencia; las plagas naturales, lasdolencias de nacimiento, particularmente aquellas que quitan al infeliz los medios deganarse la vida con su trabajo, las deformidades, el idiotismo, la imbecilidad, etc.

    Los que nacen en semejante condiciones, seguramente no han hecho nada en esta

    vida para merecer una suerte tan triste, sin compensacin y que no podan evitar; que estnen la imposibilidad de cambiarla por s mismo y que les deja a merced de la conmiseracin

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    pblica. Por qu pues, tantos seres infelices, mientras que a su lado, bajo un mismo techo,en la misma familia, hay otros favorecidos en todos los conceptos?

    Qu diremos, en fin, de esos que mueren en edad temprana y que no conocieronde la vida ms que el sufrimiento? Problemas que ninguna filosofa ha podido an resolver,anomalas que ninguna religin ha podido justificar y que seran la negacin de la bondad,

    de la justicia y de la providencia de Dios, en la hiptesis de que el alma es creada al mismotiempo que el cuerpo, y que su suerte est irrevocablemente fijada despus de una estanciade algunos instantes en la Tierra. Qu han hecho esas almas que acaban de salir de lasmanos del Creador para sufrir tantas miserias en este mundo, y para merecer en el porveniruna recompensa o un castigo cualquiera, cuando no han podido hacer ni bien ni mal?

    Sin Embargo, en virtud del axioma de que todo efecto tiene una causa, esasmiserias son efectos que deben tener una causa; y desde el momento en que admitamos unDios justo, esa causa debe ser justa, luego, precediendo siempre la causa al efecto, y puestoque aqulla no est en la vida actual, debe ser anterior a esta vida, es decir, pertenecer a unaexistencia precedente. Por otra parte, no pudiendo Dios castigar por el bien que se hahecho ni por el mal que se ha hecho, si somos castigados, es que hemos hecho mal, si no lo

    hemos hecho en esta vida, lo habremos hecho en otra. Esta es una alternativa de la que esimposible evadirse, y en la que la lgica dice de qu parte est la justicia de Dios.El hombre pues, no es castigado siempre o completamente castigado, en su

    existencia presente; pero nunca se evade a las consecuencias de sus faltas. La prosperidaddel malo slo es momentnea y si no se expa hoy, expiar maana, mientras que el quesufre, sufre por expiacin de su pasado. La infelicidad que en un principio pareceinmerecida, tiene su razn de ser, y el que puede decir siempre: Perdname Seor, porquehe pecado.

    Los sufrimientos por causas anteriores, son, a menudo, como los de las faltasactuales, consecuencia natural de la falta cometida; es decir, que por una justicia distributivay rigurosa, el hombre sufre lo que ha hecho sufrir a los otros; si ha sido duro e inhumano,

    podr a su vez ser tratado con dureza y con inhumanidad; si ha sido orgulloso, podr naceren una condicin humillante; si ha sido avaro y egosta, o si ha hecho mal uso de sufortuna, podr carecer de lo necesario; si ha sido mal hijo, los suyos le harn sufrir, etc.

    As es como se explican, por la pluralidad de existencias y por el destino de laTierra como mundo expiatorio, las anomalas que presenta la reparticin de la felicidad y lainfelicidad entre los buenos y los malos en la Tierra. Esta anomala slo existe enapariencia, porque se toma su punto de vista desde la vida presente; pero si no se eleva conel pensamiento de modo que pueda abrazar una serie de existencias, ver que a cada uno sele ha dado la parte que merece, sin perjuicio de la que se le seala en el mundo de losespritus, y que la justicia de Dios jams se interrumpe.

    El hombre nunca debe perder de vista que se halla en un mundo inferior, donde

    slo permanece por sus imperfecciones. A cada vicisitudes debe decirse que si pertenecieraa un mundo ms adelantado, no le sucedera esto, y que de l depende el no volver aqutrabajando para su mejoramiento.

    Las tribulaciones de la vida puede ser impuesta a espritus endurecidos odemasiados ignorantes para hacer una eleccin con conocimiento de causa; pero sonelegidas libremente y aceptadas por los espritus arrepentidos que quieren reparar el malque han hecho y acostumbrarse a obrar mejor. Lo mismo sucede con el que, habiendocumplido mal su tarea, pide que se le deje empezar de nuevo para no perder el beneficio desu trabajo. Estas tribulaciones son pues, a la vez, expiaciones por el pasado que castigan ypruebas para el porvenir que preparan. Demos gracias a Dios porque en su bondadconcede al hombre, la facultad de la reparacin y no lo condena irrevocablemente por una

    primera falta.

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    Tampoco debe creerse que toso el sufrimiento en la Tierra sea necesariamenteindicio de una falta determinada; a menudo son simples pruebas elegidas por el Espritupara acabar su purificacin y activar su adelantamiento. As es que la expiacin sirvesiempre de pruebas, pero la prueba no es siempre una expiacin; mas pruebas oexpiaciones son siempre seales de una inferioridad relativa, porque el que es perfecto no

    tiene necesidad de ser probado. Un Espritu puede pues, haber adquirido cierto grado deelevacin, pero queriendo an adelantar ms, solicita una misin, una tarea que cumplir,por lo que ser tanto ms recompensado si sale victorioso, cuanto ms penosa haya sido lalucha. Tales son, especialmente, esas personas de instintos naturalmente buenos, de almaelevada, de nobles sentimientos innatos, que parece que nada trajeron de malo de suexistencia precedente, y que sufre con una resignacin muy cristiana los ms grandesdolores, pidiendo a Dios sobrellevarlos sin murmurar. Por el contrario, se puedenconsiderar como expiaciones las aflicciones que excitan la murmuracin y conducen alhombre a rebelarse contra Dios.

    El sufrimiento que no excita murmuraciones, sin duda, puede ser una expiacin;pero bien indica que ha sido escogida voluntariamente y no impuesta, y la prueba de una

    fuerte resolucin, lo que es seal de progreso.Los espritus no pueden aspirar a la perfecta felicidad sino cuando son puros;toda mancha les cierra la entrada de los mundos dichosos. Lo mismo sucede a los pasajerosde una embarcacin infestada por la peste, a los que les est prohibido entrar en la ciudadhasta que se hayan purificado. Los espritus se despojan poco a poco de susimperfecciones en sus diversas existencias corporales. Las pruebas de la vida perfeccionancuando se sobrellevan bien; como expiaciones, borran las faltas y purifican; es el remedioque limpia la llaga y cura al enfermo; cuanto ms grave es el mal, ms enrgico debe ser elremedio. El que sufre mucho debe decir que tena mucho que expiar, y alegrarse de curarbien pronto; depende de l hacer este sufrimiento provechoso con su resignacin y noperder el fruto con sus murmuraciones, pues no hacindolo as, tendra que empezar de

    nuevo. Con estas palabras: Bienaventurados los afligidos, porque ellos sernconsolados, Jess indica al mismo tiempo la compensacin que espera a los que sufren, yla resignacin que hace bendecir el sufrimiento como preludio de la curacin.

    Estas palabras tambin pueden traducirse de esto modo: vosotros debisconsiderarse felices sufriendo, porque vuestros dolores en este mudo, son deudas devuestras faltas pasadas, y esos dolores sufridos con paciencia en la Tierra os ahorran siglosde sufrimiento en la vida futura. Debis pues, teneros por felices, viendo que Dios reducevuestra deuda, permitindoos que la paguis ahora,, lo que os asegurar la tranquilidad parael porvenir.

    El hombre que sufre se parece a un deudor que debe una fuerte cantidad y a

    quien su acreedor dice: Si hoy mismo me pagis la centsima parte, os perdono el resto;quedaris libre; si no lo hacis, os perseguir hasta que hayis pagado el ltimo cntimo.No sera feliz el deudor, an cuando sufriese toda clase de privaciones para librarse,pagando solamente la centsima parte de lo que debe? En vez de quejarse de su acreedor.No le dara las gracias?

    Tal es el sentido de estas palabras: Bienaventurados los afligidos, porque ellossern consolados; son felices porque pagan la deuda, y despus de pagar, quedarn libres.Pero si pagando por un lado, se contrae nuevas deudas por el otro, nunca se llegar alsaldo. Cada nueva falta aumenta la deuda, porque no hay una sola, cualquiera que sea, queno lleve consigo su castigo forzoso, inevitable; si no es hoy, ser maana, y si no en estavida, ser en otra. Entre estas faltas debera ponerse en primer lugar el defecto de sumisin

    a la voluntad de Dios; pues si en las aflicciones se murmura, si no se aceptan conresignacin y como cosa que ha debido merecerse, si se acusa a Dios de injusto, se contrae

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    una deuda nueva que hace perder el beneficio que podra esperarse del sufrimiento; poresto ser preciso empezar de nuevo, absolutamente como si a un acreedor que osatormenta, le dais cantidades a cuenta, y cada vez le peds prestado de nuevo.

    A su entra en el mundo de los espritus, el hombre es semejante tambin alobrero que se presenta el da de la paga. A los unos el amo les dir: Aqu tenis el precio

    de vuestros jornales; a los otros, a los felices de la Tierra, a los que hayan vivido en laociosidad, a los que hayan cifrado su felicidad en la satisfaccin del amor propio y los gocesmundanos, les dir: Nada hay para vosotros, porque habis recibido vuestro salario en laTierra. Id y empezad de nuevo vuestra tarea.

    El hombre puede aliviar o aumentar las amarguras de sus pruebas segn el modocomo considere la vida terrestre. Sufre tanto ms, cuanto ms larga ve la duracin delsufrimiento; as, pues, el que se coloca en el punto de vista de la vida espiritual, abraza deuna sola ojeada la vida corporal; la ve como un punto en el infinito, comprende su cortaduracin, y dice que ese momento penoso pasa muy pronto; la certeza de un porvenirprximo ms feliz le sostiene y le anima, y en lugar de quejarse, da gracias al cielo por losdolores que le hacen y le anima, y en lugar de quejarse, da gracias al cielo por los dolores

    que le hacen adelantar. Para el que slo ve la vida corporal, por el contrario, sta le pereceinterminable, y el dolor pesa sobre l con toda su fuerza.

    Extrado del libro El Evangelio segn el Espiritismo

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    CAPTULO I

    LA CARIDAD

    El anciano Turiri, prncipe de Bagdad, era muy rico, muy sabio, y pasaba poreminentemente virtuoso. En su palacio, donde los mrmoles y los metales preciososimitaban con sus cincelados, los rboles y las flores.

    En sus jardines, donde las flores y los rboles imitaban con su esplendor losmetales y las pedreras.

    Mantena a hermosas mujeres, exigindoles tan solo que fueran bellas y estuviesenprimorosamente ataviadas, y no se incomodaba con ellas aunque fuesen necias ocaprichosas. Mantena a varios poetas, pidindoles tan solo que escribiesen versos y

    canciones cuando les viniera en talante, y no se incomodaba con ellos cuando sus poesasno eran buenas. Mantena a buen nmero de filsofos pidindoles tan solo que discurriesencon l sobre la naturaleza de Dios y el origen del mundo, y no se incomodaba con elloscuando por casualidad desatinaban.

    Una maana de primavera Turiri se paseaba por la calle principal de Bagdad.Las pirmides de naranjas y los montones de rosas, de que estaban atestados los

    puestos de los vendedores, el hormigueo de las chaquetillas y trajes azules, rojos y verdes sedestacaban brillantemente sobre la blancura de la calle, perfumadas magnolias asomabanpor encima de los muros de los patios, y el agua corra con grato murmullo en los pilonesde las fuentes. Y las jvenes parecan frescas flores que exhalaban sutilsimo aroma. Y acausa de aquellos perfumes, de aquellos colores y de aquella alegra penetrante, el sabio

    Turiri senta remozarse su viejo cuerpo, recordaba con placer das pasados, no vea ningunaobjecin grave a la existencia del mundo tal como es, y no estaba lejos de creer que la vidaes buena.

    Dijo casi en voz alta:Qu grato calor y qu hermoso sol!Encontr a una nia de cinco aos, linda rubia y sonrosada, vestida con una

    camiseta. Muy seria, y con el dedo en la boca, la nia le miraba por entre los mechones desus dorados cabellos, y pareca admirar mucho la gran barba de Turiri, o tal vez las bestiasmisteriosas bordadas en su manto.

    Y porque era bonita, Turiri se inclin hacia ella, la bes y puso en su manecitauna moneda de oro.

    Luego encontr a un nio de unos diez aos. El chico era feo, iba cubierto deandrajos, tena el rostro lleno de pecas hasta la punta de su arremangada nariz, y sus ojossin transparencia se asemejaban al agua sucia. Tenda la mano y con voz chillona, comoquien recita una leccin pensando en otra cosa, refera que su madre estaba en cama, quetena siete hermanitos y que haca tres das que no haba comido. Turiri frunci el ceo y ledio una moneda de oro.

    Veinte pasos ms all vio a un viejo mendigo, con el espinazo doblado, sucio,harapiento y el aspecto de un perro apaleado. Su barba era amarilla como el camo mallavado, y sus ojos encarnados y sin pestaas se parecan a las grietas que se abren en loshigos demasiado maduros. Con voz ronca y silbante como un fuelle roto, lentamente y sininterrupcin, volviendo a empezar tan pronto haba concluido, deca: Tened piedad de un

    pobre hombre que no puede trabajar. El seor Ormuz os recompensar. Y del ftidoaliento de su splica se escapaban los vapores de las bebidas fermentadas.

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    Turiri le alarg una moneda de plata, pero de tan lejos que la moneda cay alsuelo, el viejo mendigo se arrodill trabajosamente para recogerla.

    Un instante despus Turiri encontr a una mujer de la que no hubiera podidodecirse si era joven o vieja, y que llevaba en brazos a un recin nacido con la cabeza llena desarpullido y de lceras. Humilde como el polvo de los caminos, tan encorvada que no se le

    vean los ojos, le sigui murmurando con voz lnguida un ruego pertinaz.No por dureza, sino por fastidio, Turiri apret el paso, pero como aquella miseriay aquel lamento continuaban arrastrndose detrs de l, empez a revolver en su escarcelasin encontrar lo que buscaba. Al fin, con ademn airado, arroj a la mujer algunas monedasde cobre.

    Entonces vio a treinta pasos de distancia a un hombre sin brazos ni piernasapoyado contra la pared. El hombre, con voz fuerte, triste y desafinada cantaba unacancin de Isidusi, llena de luz, de pjaros y flores, la cual daba horror de or.

    Turiri se detuvo y como aqul a lo menos no poda seguirle, hizo como que no lovea y pas al otro lado de la calle.

    Sigui andando un rato, mas ya no senta alegra de vivir. Dijo en voz alta: Este

    sol es insoportable! Y regres a su palacio.Entonces, habiendo reflexionado, llam a su intendente y le dijo: ve a la calleprincipal, all encontrars a un viejo mendigo y le dars una moneda de oro; despus a unapobre que amamanta a un nio, y le dars dos monedas de oro, y a poca distancia unhombre sin brazos ni piernas, y le dars tres monedas de oro.

    Mas desde aquel da, siempre que Turiri sala a pasear por la ciudad, le precedaun servidor que distribua dinero a todos los mendigos, ordenndoles que se fueran paraque Turiri no los viese. Y el virtuoso Turiri se fue haciendo cada da ms caritativo. Nopareca sino que haba jurado que no habra ms pobres en Bagdad. Todos los das en lassalas bajas de su palacio se distribuan alimentos y dinero a cuantos pobres se presentaban.Fund un hospicio para los nios, uno para los viejos, uno para las madres y otros para los

    imposibilitados y enfermos.Y cuando le referan que un fingido enfermo o un fingido indigente se habavalido de astucia para hacerse socorrer, deca: dejadme en paz. No tengo tiempo de buscarla verdad ni de distinguirla de la mentira.

    De esta manera gast en el alivio de los dems hombres ms de los nuevedcimos de sus inmensas riquezas. Hasta lleg a reducir el tren de su casa, conservandoslo a su lado a las ms jvenes de sus mujeres, a los ms perezosos de sus poetas y a losmenos afirmativos de sus filsofos.

    Por lo dems, continuaba viviendo con lujo rodeado de las ms esplndidas obrasde arte, de la industria y del ingenio y sabidura de los hombres; y jams visit los hospiciosque haba fundado, ni baj a las salas en donde se socorra a los desgraciados.

    Un da que se paseaba por la ciudad se vio rodeado de una multitud de pobresgentes. Todos juntos gritaban que le deban la vida, y muchos se arrodillaban y besaban laorla de su tnica. Pero se encoleriz como si aquellas muestras de gratitud le ultrajasen o lehiciesen sufrir.

    Y el pueblo le consider como el hombre ms venerable y de ms acrisoladasantidad que jams hubiese vivido en Bagdad.

    Cuando se sinti prximo a morir mand que se retirasen los poetas y losfilsofos y slo hizo quedar a su cabecera a una hermosa nia de diecisis aos, a la cualrecomend que no le dijese nada y no hiciese ms que mirarle con sus dulces ojos del colordel zafiro.

    Al morir, los pobres, los antiguos pobres de Bagdad, siguieron su entierro y

    muchos de ellos lloraban.Ms all de los tiempos, ms all del espacio, ms all de las formas...

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    En dnde, pues?No lo s, ni yo, ni nadie.El alma de Turiri compareci ante Ormuz para ser juzgado.Ormuz le pregunt:Qu has hecho en la Tierra? Cules son tus obras?

    Turiri, muy tranquilo respecto a la prxima sentencia, contest con modestia ysinceridad: ciertamente, no siendo ms que un hombre, he sido dbil. Me he deleitado conlas hermosas lneas, con los colores esplndidos, con los sonidos, con los perfumes, con loscontactos suaves y con los ftiles juegos de la palabra. Pero he fundado con mis riquezascuatro hospitales, he dado a los pobres nueve dcimas partes de mis bienes, noconservando para m ms que el diezmo.

    Es verdad, dijo Ormuz, que no has sido un hombre malo, y que en tus accioneste ha guiado muchas veces un Espritu de dulzura. Sin embargo, por esta vez, no entrarsen mi paraso. Pero tu alma volver a encarnar en otro cuerpo, y vivirs una nueva vidaterrestre a fin de expiar y de aprender.

    Turiri, muy sorprendido, pregunt.

    Y qu es lo que tengo que expiar, Seor? Reflexiona sobre ti mismo y concete mejor. Cul era tu pensamiento cuandodabas a los pobres tus bienes? Y el da que encontraste al viejo mendigo, a la mujer plidacon su hijo, y al hombre sin brazos ni piernas, Qu fue lo que sentiste en tu corazn?

    Una inmensa piedad por el dolor humano, respondi Turiri. Mientes, dijo Ormuz. La primera impresin que te produjo su vista fue una

    sorpresa desagradable. Te recordaba demasiado brutalmente la realidad del dolor y de lamiseria. Te sentas irritado contra ellos porque ofendan tu vista con su desaseo y fealdad.Te indignaba tambin su envilecimiento, la bajeza con que te imploraban y la porfa de suscansadas splicas. Les arrojabas la limosna con repugnancia, y tanto era el desprecio que teinspiraban los desgraciados que un da no pudiste soportar sus acciones de gracias pues la

    grosera de las efusiones populares te molestaba, y la delicadeza de tus nervios neg aaquellos infelices el derecho de probarte con su gratitud, que no eran indignos de tusbeneficios. Te esforzaste en suprimir la miseria creyendo que es un baldn para el mundo yque deshonra la vida. Pero yo te lo digo, yo que penetro en las conciencias, haba odio yrepugnancia en tu caridad.

    Pero, repuso Turiri: lo que yo aborreca no eran los miserables, era elpadecimiento, era el mal, Ahriman, nuestro eterno enemigo.

    Yo soy Ahriman, respondi Ormuz.Vos, Seor?Soy Ahriman y soy Ormuz. El bien no puede salir ms que del mal, la virtud no

    puede salir ms que del dolor.

    Y esto es, Seor, lo mejor que habis podido hacer?No blasfemes. El mal pasar. No existe ms que para engendrar la felicidad y lavirtud. Cuando la Tierra donde se sufre la prueba, haya desaparecido, cuando todas lasalmas de los justos estn conmigo, entonces ser como si el mal no hubiese existido jams.

    Esto es precioso dijo Turiri, pero Qu se debe inferir de ello respecto a mi caso?Qu sentimiento podan inspirarme criaturas envilecidas y asquerosas? Y qu otra cosa lesdeba ms que aliviar su miseria?

    Para que lo aprendas es que te vuelvo a enviar a la Tierra.Pero, Seor.....Turiri no pudo decir ms... Desapareci Ormuz... desapareci Turiri... slo el

    abismo...

    Nada ms sencillo ni ms triste que la vida de Tirir. Naci en Escub, hijo deartesanos muy pobres, sufri hambre y malos tratos durante su infancia. Aprendi un

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    oficio del cual vivi penosamente. Tena virtudes de pobre hombre; era bastante honrado,bastante bueno y muy bien resignado, pero careca de la dignidad y de la delicadeza que sonel lujo del alma. Se cas para no estar solo. El trabajo faltaba a menudo. Su mujer y sus doshijos murieron de miseria. Un da cay de un andamio, y no habiendo tenido los cuidadosnecesarios, qued enteramente intil de ambas piernas, con un brazo paralizado y una llaga

    incurable en el otro.Tuvo que mendigar. Al principio lo hizo mal, sintindose avergonzado no seatreva a insistir, y no le daban casi nada.

    Poco a poco adquiri la costumbre de la mano tenazmente tendida como uninstrumento de pesca, de los ademanes humildes, del ruego que persigne al transente yque espera cansarle. Desde entonces recibi poco ms o menos lo suficiente para nomorirse de hambre.

    Y no teniendo ninguna alegra en el mundo, cuando le quedaban algunasmonedas se embriagaba con el licor fermentado del maz.

    Una joven muy pobre que habitaba un cuarto contiguo a un chiribitil, habindoleencontrado varias veces tuvo lstima de l. Todas las maanas entraba a curar la llaga de

    Tirir, le haca la cama, le preparaba su pobre comida y le remendaba la ropa sin pedirlenada a cambio. Se llamaba Krika, y no era hermosa, pero haba tanta bondad en sus ojosque daba gusto encontrar su mirada. Y sin saber porqu, Tirir acechaba todas las maanasdesde su miserable lecho el momento en que Krika, al levantarse se asomaba a la ventana.

    Un da que Tirir mendigaba como de costumbre, un hombre rico le arroj conrepugnancia una moneda de oro. En aquel mismo momento, Ormuz permiti que el almade Tirir se acordase de haber sido la de Turiri.

    Y Tirir al ver una expresin de odio en la mirada de aquel hombre rico que ledaba limosna, comprendi porqu Turiri haba sido condenado por Ormuz. Comprendique tambin l en su vida anterior al mismo tiempo que socorra a los miserables, les habaodiado por su envilecimiento y fealdad, esto es por cosas de que ellos no eran responsables.

    Al da siguiente cuando entr Krika a curarle la llaga la mir. Vio quedesempeaba su tarea sin repugnancia y que sus ojos continuaban dulces y serenos. Yentonces comprendi que aquella joven que le cuidaba y no se apartaba de l, aunque erahorrible entre todos los miserables, era verdaderamente buena y verdaderamente santa.

    Cuando hubo acabado de curar le bes la mano silenciosamente y llor. Y Ormuzle hizo la gracia de concederle aquella misma noche una muerte dulce.

    Qu has comprendido? Pregunt Ormuz al alma de Turiri Tirir.Esto, Seor: se debe servir a los pobres pobremente, se debe penetrar en su alma

    de pobres y no despreciarles por su envilecimiento y disminucin de alma ya que tambinnosotros hubiramos podido vernos reducidos si nos hubieran agobiado las mismasnecesidades; amarles cuando menos por su resignacin, a ellos que son la multitud y cuyas

    iras unidas barreran a los ricos como briznas de paja; y por ltimo, buscar si no subsistean en ellos algn vestigio de nobleza y dignidad. Y es menester servirles humildemente, esmenester as como nos resignamos a nuestros propios padecimientos, resignarnos a lamiseria de los dems aun cuando ofenda nuestras delicadezas; se debe al mismo tiempo quese les socorre, no indignarse contra esa miseria y aceptarla como se aceptan los misteriososdesignios, de aquel que es el nico que conoce la razn de las cosas. Porque el objeto delUniverso no es la produccin de la belleza plstica, sino la de la bondad.

    Eso viene a ser, dijo Ormuz. Buen servidor, entra en mi reino.

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    CAPTULO II

    LO MEJOR!

    Qu bueno es hacer bien! Disfruta el alma de las ms deliciosas emociones, y unsueo de placer, de dulce calma nos lleva a contemplar otras regiones.

    Cuando se sabe que en un tugurio helado hay varios seres que sintiendo fro,maldicen su falta y adverso hado llegando al ms horrible desvaro.

    Y como ngel de paz y de consuelo penetra en la msera morada diciendo a losque gimen a su lado: Elevad hasta Dios vuestra mirada!

    Pensis que nadie sabe vuestra pena?Pensis que nadie con vosotros llora? Que no hace suya la desdicha ajena y una

    limosna con afn implora.Para daros el pan y un techo amigo y medios de vivir ms consolados, Pensis

    que solos, sin ningn testigo no son vuestros lamentos escuchados?Estis en un error, el amor vela, el amor nunca duerme, est despierto; Es deDios el divino centinela! El faro que seala el mejor puerto!

    Y el amor tiene muchos mensajeros que van diciendo en coro: Despertaos! Losreyes, los magnates, los pecheros, y todos en unin vivid y amaos.

    Por eso yo escuch vuestro gemido, que nunca el hombre se lamenta en vano,que siempre su lamento es repetido por el eco en el monte y en el llano.

    Convertirse en agente de consuelo es gozar de un placer indescriptible; De uninfierno espantoso hacer un cielo!... Cabe un goce ms puro? No; Imposible!

    El placer, de la carne satisfecho produce a veces doloroso hasto; se queda elcorazn hecho pedazos y parece que el orbe est vaco.

    Todas las sensaciones de la vida llevan tras de s el cansancio, la tristeza, tras deloca carrera la cada, y en el mismo placer la lucha empieza.En cambio, haciendo el bien, nunca el hasto se apodera del alma compasiva que

    cae sobre ella bienhechor roco; Feliz quien con su amor a nadie esquiva! Dices muy bien mujer, yo que he vivido en todas las esferas terrenales: (as dice

    un Espritu en mi odo), y de la vida s, goces y males.Yo que he dictado leyes y a mi acento los pueblos se lanzaban al combate, yo que

    deca desde mi regio asiento: toda esa muchedumbre por m late.Por m se agita y corre a la pelea sin pensar en su hogar y en sus placeres, y

    puedo si me pasa por la idea diezmar guerreros, nios y mujeres.Yo me he visto dueo y soberano de los pueblos, y he sido omnipotente y la

    barca de Pedro por mi mano dej de naufragar en la corriente.Cuando dejaba el mundo y sus engaos Qu soledad!... Qu sombra!... Qutristeza! Qu tropel de espantosos desengaos! Dnde estaba mi poder y mi grandeza?

    De qu servan los salmos funerales? De qu mi sepultura de granito? Y dequ tantas pompas mundanales?... si siempre a mi alrededor decan: Maldito!...

    Y pasaban legiones de guerreros agitando sus armas homicidas, y todos meclavaban sus aceros ahondando enfurecidos mis heridas.

    Y un siglo! Y otro siglo!... Dios eterno! Qu modo de sufrir tan horroroso! Yos lo que es vivir en el infierno, sin tener un segundo de reposo!

    Yo s lo que es correr de puerta en puerta pidiendo pan con dolorido acento, Yni una, ni una sola encontr abierta! Que todos desoyeron mi lamento.

    Y del trono al bajar los escalones no encontr en el espacio un solo amigo; Quhorribles!... Qu espantosas impresiones! Qu triste es sollozar sin un testigo!...

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    Recordar el poder, Y verse solo! Mirar las muchedumbres all lejos, el orberecorrer de polo a polo... y ver de las grandezas los reflejos.

    Pero todo a distancia indefinida, cerca de m la sombra, el aislamiento, Reloj sinhoras!... Tiempo sin medida!... Y en la memoria cruel remordimiento!

    Y un siglo! Y otro siglo!... Qu tortura! Coloso ayer y hoy msero pigmeo!...

    haber llegado a gigantesca altura extendiendo las alas del deseo.Y caer en un abismo tan profundo, Tan hondo!... Dios eterno! Qu agona!...haber llegado a ser seor de un mundo, y luego no tener... Ni luz del da!

    Qu lucha! Qu tormento! Es imposible contarte los horrores de mi historia; nose puede creer cuanto horrible es el llevar un infierno en la memoria.

    Mas todo tiene fin, menos la vida, la ceguera moral tambin se cura; y aldespertarse mi alma fratricida desde el abismo se elev a la altura.

    Volv a la Tierra, humilde, arrepentido, en mi camino hall tan solo abrojos; socon el placer de ser querido y el llanto del dolor nubl mis ojos.

    Nacer y renacer! Y centenares de encarnaciones Ay! Tuve en la Tierra; cont losdesengaos por millares; luchar con la expiacin... Qu horrible guerra!

    Pero entre las espinas brotan flores, y las flores su aroma me brindaron; y en unvalle que fue nido de amores all comenc a amar, y all me amaron.Yo era dbil mujer, hogar tranquilo me ofreci humilde cuna; Qu alegra

    reinaba siempre en mi modesto asilo!.. Todo en torno de m se sonrea!Con un hombre me un, de muchos hijos cuid afanosa con cario santo; les

    prest mis cuidados ms prolijos y con mis besos enjugu su llanto.Una tarde de invierno una mendiga lleg a mi puerta demandando un lecho,

    rendida de dolor y de fatiga con dos nios dormidos en su pecho.Le abr mis brazos, le ofrec amorosa cuanto en mi humilde hogar de bueno

    haba; mas la mendiga triste y pesarosa me dijo: - No hay desgracia cual la ma!Yo me siento morir; mis pobres hijos se quedan al perderme sin amparo; Nadie

    en ellos tendr sus ojos fijos!... Naufragarn sin encontrar un faro!-Numerosa familia me rodea; (le dije con dulzura a la cuitada) tendr dos hijosms, mi alma desea que no mueras mujer, desesperada.

    Compartir con ellos los carios y las dulces caricias maternales: Quiero tanto alos pobres y a los nios! Sern tus hijos y los mos iguales.

    Para mi corazn de amor henchido; la pordiosera me mir asombrada diciendocon acento conmovido:

    -De mis hijos sers idolatrada.Y abrazando a los pobres pequeuelos con esa fuerza que las madres tienen, me

    dijo:-Voy camino de los cielos; las almas de mis padres por m vienen.

    Ya estn aqu, te miran, te bendicen, como yo te bendigo; te rodean; prestaatencin; No entiendes lo que te dicen? Que t y los tuyos Benditos sean! Y con el dulce sueo de la muerte cerr los ojos la infeliz mendiga, cay en mi

    pecho su cabeza inerte, y el eco murmur: Dios te bendiga!Los hijos de la triste pordiosera crecieron a mi lado sonrientes; su infancia fue

    perpetua primavera, eran buenos, sencillos y obedientes.Cuando la juventud (que es siempre hermosa), despert sus doradas ilusiones,

    una guerra entre reyes espantosa, (efecto de bastardas ambiciones).Me arrebat a mis hijos, que corrieron a cumplir como buenos ciudadanos; mis

    hijos adoptivos tambin fueron a luchar por capricho de los tiranos.Y fueron tan valientes y tan bravos, y cumplieron tan bien su cometido, de sus

    deberes fueron tan esclavos, que obtuvieron un premio merecido.

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    El mismo rey los hizo caballeros, al ver que haban luchado cual titanes, lesregal magnficos aceros, y fueron sus ms grandes capitanes.

    Los hijos de la triste pordiosera que en su infancia durmieron en mis brazos; yque al hallarse en muy distinta esfera ms fuerte ataron tan divinos lazos.

    Descendan hasta m con sus laureles, los dos me prodigaban su cario; diciendo:

    Ves? A tus recuerdos fieles siempre para tu amor seremos nios.Los nios de la dbil pordiosera que les diste cuidados tan prolijos, quealfombrastes de flores su carrera y les diste hermanos en tus hijos.

    Qu almas tan buenas fueron! Su ternura me hizo sentir un goce indefinible,Cunto amor para m!... Cunta dulzura! Gratitud tan inmensa es increble!

    Cuando la muerte se acerc a mi lecho los dos cayeron ante m de hinojos; losdos se disputaron el derecho de acariciarme y de cerrar mis ojos.

    Y los dos esforzados capitanes tan nobles y arrogantes, tan apuestos, sin podersepararse de mis manos los dos quisieron conducir mis restos.

    Sobre sus hombros; y en la humilde fosa por m pedida, con dolor me echaron; ycon voz conmovida y angustiosa por mi reposo eterno a Dios rogaron.

    Qu despertar tan grato el de mi alma al darme cuenta que mi yo viva!...Qu plcida quietud!... Qu dulce calma! Un ngel junto a m se sonrea enforma de mujer, que cariosa me dijo: -Da reposo a tu fatiga; mira bien mi envolturaluminosa: No te acuerdas de m? Soy la mendiga.

    La que al morir te dijo sollozando Piedad!... Piedad para mis pobres hijos! Y t amis pequeuelos abrazando dijiste: -Mis cuidados ms prolijos, yo les prodigar; mueretranquila; tus hijos y mis hijos son iguales para mi corazn, que no vacila en cumplir susdeberes maternales.

    Ven madre de los hurfanos; recibe el premio merecido a tus virtudes; la gloriaque tu mente no concibe donde el alma no encuentra ingratitudes tu morada ser; Venalma buena!

    Y en las alas de luz de la mendiga, cruc del ter la extensin serena escuchandopor doquier: Dios te bendiga!...Dios te bendiga! Ven!... Ven a los cielos por haber amparado a dos proscritos,

    por haber prodigado tus desvelos a dos infortunados pequeitos! Y el rumor de tan dulces bendiciones cual msica divina yo senta; me agitaba en

    diversas direcciones y el eco en mi redor las repeta.Qu cambio al despertar! Cuando dejaba mi tnica de prpura en la fosa, y mi

    iglesia sus cantos elevaba: Qu soledad! Gran Dios! Tan espantosa.Encontraba mi Espritu aturdido al verse en el espacio abandonado!... Por todos

    sus vasallos maldecido!...y por todos sus deudos olvidado.Ni una lgrima! Oh cielos! Desprendida de un recuerdo de amor a mi memoria!

    Vivir sin ser amado... Eso no es vida! Amar y hacerse amar... Qu gran victoria!.Victoria que alcanc con mis desvelos, por mi amor a dos almas generosas queme abrieron las puertas de los cielos; Qu moradas Amalia, tan hermosas!

    Qu afectos!... Qu atracciones! Qu carios tan grandes.. tan inmensos... tanprofundos! Como las madres aman a sus nios, as aman los seres de otros mundos.

    Donde he podido detenerme en un punto, para estudiar su vida y suscostumbres; y admirar el bellsimo conjunto que forman sus sensatas muchedumbres.

    Qu humanidades vi tan venturosas! Qu mundos tan felices!... Tan dichosos!Porque all habitan razas luminosas que producen inventos asombrosos.

    Si por una obra buena he merecido obtener tan preciada recompensa; siendonuestro progreso indefinido, Es nuestro porvenir la dicha inmensa!

    Por eso, lo mejor que hay en la vida es practicar el bien sin condiciones, sinponer jams tasa ni medida a nuestras evanglicas acciones.

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    Siempre el amor que nuestros pasos gue; que nos inspire y que nos d su aliento;gocemos con el goce del que re, y atendamos al dbil descontento.

    Amar y siempre amar; de la codicia huyamos y del srdido egosmo; porque la leydel amor en su justicia nos manda hacer el bien, por el bien mismo.

    Como enseanza, acepta el fiel relato de la existencia que a un deber bendito mi

    tiempo consagr; que fue el ms grato que ha gozado mi Espritu proscrito. Fui feliz practicando una obra buena, y dichosa en los brazos de la muerte, yventurosa en la regin serena al despertarme vigorosa y fuerte.

    El progreso y la paz que he contemplado en los mundos de luz que he recorrido,Cunta... cunta enseanza me ha prestado! Lecciones que jams dar al olvido.

    Por vivir entre aquellas almas puras, por merecer su embriagador afecto, subirdel abismo a las alturas y ser por mi amor un ser perfecto.

    Perfecto... en un estado relativo, en la comparacin con mi pasado; ayer era miEspritu cautivo en la crcel fatal de su pecado.

    Salir de esa prisin, tender las alas, admirar del eterno la grandeza, querer deljusto las divinas galas contemplar el pasado con tristeza.

    Es dar el primer paso en el camino del estado perfecto que se anhela; sintiendo elalma ese dolor divino, divino s; porque al sentirlo Vuela!....Vuela buscando espacio, Movimiento! Algo maravilloso que presiente!.... y es su

    espiritual renacimiento, Su propia luz, el sol que hay en su mente!As me encuentro yo; vivir anhelo en los mundos que he visto; entre sus flores,

    bajo la luz de su admirable cielo, y gozando en sus plcidos amores. Siempre que un alma a la virtud se inclina le doy mi inspiracin y mis consejos; el

    rayo del amor que te ilumina le irradio para ti, desde muy lejos.Hoy ms cerca de ti, te felicito porque has dicho: renuncio al retroceso: Tengo

    una sed ardiente de infinito! Quiero beber el agua del progreso!Bebe en buena hora el agua de la vida, no olvides al beberla mis lecciones;

    practica el bien sin tasa ni medida, que es lo mejor amar sin condiciones.La calma y el silencio me rodea, enmudeci la voz del ser amigo que ilumin mi

    mente: Loado sea! Espritu de amor Yo te bendigo!No me dejes jams, mi alma desea practicar lo mejor; si lo consigo quiero

    enlazada a ti, cruzar los mares donde bogan los mundos a millares.

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    CAPTULO III

    VEINTIDS AOS!

    Dice un antiguo refrn que nadie se acuerda de Santa Brbara hasta que truena;pues sabido es, segn cuenta la tradicin, que cuando la tempestad se desencadena, si evocaa dicha santa, el rayo se detiene en su carrera, y a pesar de hacer tan grandiosos beneficios,(segn aseguran los creyentes) la humanidad se olvida de su consecuente protectora. Tristees decirlo, pero la raza humana es tan olvidadiza que todo lo relega al olvido; desde elmilagro de la mstica fbula, hasta los grandes principios de las escuelas filosficas, enunin de sus innegables consuelos.

    Nosotros somos los primeros que nos acostumbramos como los dems a vivir enmedio de la luz, y no apreciamos como deberamos, el inmenso bien que nos haproporcionado el conocimiento del Espiritismo, y el que proporciona a los dems;necesitamos ver de muy cerca algn gran infortunio para apreciar todo el horror que hay enla sombra, y toda la felicidad que hay en la luz.

    Ayer tuvimos ocasin de bendecir el Espiritismo, porque estuvimos hablandocon un ser profundamente desgraciado; es un joven de veintisis abriles, que hace veintidsinviernos que sufre una penossima enfermedad. Es un Espritu amante del progreso,racionalista por excelencia, en sus ojos irradia el fuego de la juventud, en su frentepensadora se ven prematuras arrugas, la expresin de su semblante es dulce y amarga a lavez: su sonrisa es triste, se ve que es un hombre que piensa, que siente, que quiere; por

    consiguiente su estado de postracin le debe hacer sufrir mucho, porque hay espritus quela escasez de su inteligencia aminora su padecimiento, porque viven sin aspiraciones; enmuchos seres la conformidad no es una virtud, es una costumbre adquirida sin violencia,hay hombres humildes que padecen, pero que inclinan la cabeza diciendo: Dios lo quiere, yante ese mstico e ilgico razonamiento, se cruzan de brazos y se entregan a la inaccin sinlucha, sin contrariedad; en cambio hay otros individuos como le sucede al joven de quiennos ocupamos, que no se conforman con morir lentamente, quieren saber la causa de sumuerte as es que su vida tiene un fondo muy sombro. El hombre pensador dominado poruna enfermedad es profundamente desgraciado; y nuestro amigo lo era. Naci fuerte yrobusto, y a los cuatro aos de estar en este mundo, comenz a sufrir con un tumor en unacadera, el cual ha tenido tan numerosa descendencia que han pasado veintids aos y an

    sus races retoan abriendo hasta once bocas en torno del tumor primitivo, y como esnatural, nuestro amigo se ha quedado cojo y todo su ser est medio torcido por unadolorosa contraccin; adems est bastante sordo, y su crnica enfermedad tiene periodostan horribles, que en ciertas ocasiones aumenta el dolor de sus llagas, hasta el punto dequedarse postrado en su lecho y tiene que permanecer largas temporadas recostado de unlado sin poder cambiar nunca de posicin; temporadas que duran a veces dos aos, ao ymedio, dos meses, un mes, quince das, y en estado normal, cuando puede andar ydedicarse a su trabajo que es sastre, el infeliz tiene que curarse al menos dos veces al da, ycuando sus llagas se cierran, l mismo tiene que abrrselas para que cesen sus agudsimosdolores.

    Pobre joven! Tan inteligente! Tan afectuoso!... tiene que vivir encerrado dentro

    de s mismo, para l est negada la ternura de una esposa, las caricias de inocentespequeuelos que trepando por sus rodillas le digan: Padre!... para l no hay ms que el

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    aislamiento; monje del infortunio ha tenido que aceptar la soledad ntima sin que unaesperanza le sonra, para l no hay ms que la tumba, slo en ella cree lgicamente quedejar de sufrir.

    La nica dicha que le ha sido concedida a este desgraciado, es tener una madreamorosa que le cuida con la ms tierna solicitud, y le rodea de esos amantsimos cuidados

    que tanto consuelan a un enfermo. La pobre mujer es muy buena cristiana y cumplefielmente todas las prcticas de la religin romana, ha predicado a su hijo cuanto ha podido,y le ha encomendado siempre que rece a ste y al otro santo para obtener la proteccinDivina, pero nuestro amigo le deca a su madre:

    - Seora, yo no entiendo como es ese Dios de Ud. Qu pecado he cometidopara recibir un castigo tan horrible? Si enferm cuando tena cuatro aos Qu haba yohecho a esa edad? Qu arma homicida haba yo levantado contra mi prjimo? Qucalumnia haban proferido mis labios? Qu plan infernal se haba urdido en mi mente?Qu guerra de exterminio haba yo provocado? Todo efecto tiene su causa, mienfermedad no la tiene. Yo tengo hermanos que han estado en el mismo claustro maternoque he estado yo, y ellos estn buenos y sanos mientras que mi cuerpo es un depsito de

    podredumbre. Es un mal hereditario? No; mi padre es un hombre robusto, Ud. disfruta desalud, Por qu yo he de ser el desgraciado Job de esta familia?- Porque Dios quiere probar tu paciencia, le deca su madre.- Eso es un absurdo, seora; si Dios todo lo ve, si Dios todo lo sabe, si l no

    tiene velos para el maana; comprender desde el momento que crea a sus hijos lo questos pueden sufrir. Ud. sera capaz de martirizarme para ver hasta donde llegaba misufrimiento?

    - Ay! No, hijo de mis entraas, si por quitarte un minuto de penas yo cargaramuy contenta con un siglo de dolores.

    - Entonces Ud. es mejor que Dios.- Calla muchacho, no digas barbaridades, si Dios es el conjunto de todas las

    perfecciones.- Pues por qu no amengua mi tormento y Ud. con ser una pobre mujer sufriragustosa el mal que me aqueja? Desengese Ud. seora, Dios no existe, si existiera, yo noestara sufriendo tan horriblemente; no me venga Ud. con santos ni con letanas: nacemosno s porqu, vivimos por un misterio, morimos porque las fuerzas se agotan; Cundo segastarn las mas?... y en estas disertaciones pasaba nuestro amigo su triste vida. As vividieciocho aos, cuando un anciano, trabajador del muelle de Tarragona le dio un pequeolibro titulado Qu es el Espiritismo? Dicindole: lee esto muchacho si quieres renacer.El pobre enfermo devor aquellas pginas, y en sus admirables dilogos, su almahambrienta de justicia pudo saciarse con el sano alimento de la verdad, sazonado con la salde la razn, y desde aquel da aunque l no oye sino con gran trabajo, acude a las sesiones

    espiritistas y escucha ansioso las comunicaciones de los espritus, lee peridicos espiritistasy escucha y hace ms an, propaga la buena nueva con sus palabras, con sus buenoshechos, con su resignacin; ya no dice que Dios no existe, hoy exclama con ntimasatisfaccin: Dios es grande! Dios es misericordioso! Porque crea y no destruye. Yoespero! Yo creo! Yo amo la luz! Yo he renacido! Yo le deba a mi padre la vida delcuerpo, pero le debo a Dios la vida del alma, Bendito sea!...

    No soy una vctima del capricho de la suerte, no sirvo de experimento a un Diostorpe. Soy lo que yo he querido ser, pago lo que debo, emple mal mi tiempo, sembrvientos y recojo tempestades; pero yo dejar mi harapienta envoltura, mi Espritu se verlibre de estos miembros corrodos por la putrefaccin; Y ser joven! Hermoso! Lleno devirtudes! Amar a una mujer! Me crear una familia! Ser grande! Ser un genio! Vivir,

    porque ahora no vivo!

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    No soy un desheredado! Tengo mi herencia, tengo mi parte en el banquete de lavida! Y en la mirada de nuestro amigo irradia algo divino, algo que no se puede describir nicopiar, que como dijo un sabio, se podrn retratar unos ojos, pero jams trasladar al lienzoel fuego de una mirada.

    Cuando nosotros escuchamos su relato, cuando multiplicamos nuestras

    preguntas, y le vemos tan resignado, tan racionalmente convencido de que el que muchopaga, mucho debe, entonces decimos: Qu consuelo tan inmenso ha venido a difundir elEspiritismo! Dice Castelar, que Dios est sentado en la cspide de los mundos teniendo ensu mano una catarata del ro de la vida; el Espiritismo tambin tiene en sus principiosfundamentales, la catarata del ro de la esperanza; la fuente del progreso eterno, el raudalinagotable de la razn, el grandioso ocano de la verdad.

    Nuestro pobre amigo que vive sin vivir, dominado por un dolor continuo, que niun momento de su vida se ve libre de su penosa mortificacin, que de todo dudaba, queesperaba la muerte, el caos, la nada como la nica felicidad posible, que destruir su ser yaniquilar su yo, era la sola ilusin que acariciaba su mente... y en un momento renacer, vivir,soar, presentir, esperar, creer y amar aquel mismo dolor que le tortura, comprendiendo

    que en ciertos planetas, como dice Villamarn, el sufrimiento es el agentede la manchadel mundo, esta metamorfosis es tan grande, su importancia es tan transcendental, dormiren una tumba y despertar en el infinito, esta transicin de la muerte a la vida slo la puedetener el Espiritismo, las voces de ultratumba que le dicen al desventurado Levntate yanda! Tuya es la Creacin con sus mundos de Luz, con su eterna lucha y su eternoprogreso:

    Confa! Espera! Ama! Perdona! Trabaja! Vive! Porque tu destino es vivireternamente Oh! Bendita sea la hora que el Espiritismo vino a abolir la esclavitud de losciegos, de los tullidos, de los hurfanos, de los mrtires del infortunio que en las hoguerasdel dolor sucumben.

    Nuestro pobre amigo que lleva veintids aos de sufrimiento, Cunto le debe al

    estudio del Espiritismo!Vosotros los que os res, los que nos llamis locos, los que creis que deliramos, sialguna vez sufrs, si las amarguras de vuestra expiacin os hacen caer bajo el peso de lacruz: acordaos entonces del Espiritismo, estudiad sus obras, buscad sus fenmenos, yencontraris lo que ha encontrado nuestro amigo, la causa de su sufrimiento.

    Una razn suprema!Una verdad Divina!Un Dios inmutable y eterno!Un porvenir de gloria!Un progreso indefinido!La irradiacin de la vida!

    La vida en toda su grandeza desenvolviendo en el infinito, los raudales de sueterna luz!Salve, verdad augusta!Salve vida sin trmino!Cun grande es Dios! Feliz el hombre que en la Tierra vislumbre un reflejo de la

    esplndida aurora del porvenir!

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    CAPTULO IV

    QU DIREMOS HOY?

    Qu diremos hoy a nuestros lectores al comenzar? Lo que dijimos ayer: Que lamejor ofrenda que se puede ofrecer a Dios es el bien Que una conciencia limpia es elmejor tesoro Que la ciencia es la lumbrera del progreso y la humanidad para hacersedigna de su preclara estirpe, puesto que es hija de Dios, debe ser buena y debe ser sabia.

    Esto es muy fcil de decir, y es muy difcil de conseguir, porque uno de losgrandes escollos que encuentra el hombre para su progreso, es el hombre mismo.

    Nunca han faltado en la Tierra mensajeros de paz y de amor. Siempre han

    encarnado en este planeta espritus en misin, que han venido de Mundos Superiores parainstruir a los terrenales; pero su trabajo lo describe muy bien este antiguo refrn: Predicaren desierto, sermn perdido. Y as ha pasado, casi siempre los grandes innovadores, losreformadores de las ideas, han predicado en un desierto, pues de nada sirve un auditorio,que dice con indiferencia: Predicadme que por un odo me entra y por el otro me sale.

    El fundador de cualquier escuela, por lo regular, ha sido un modelo de virtudes, ode fuerza, porque se necesita ser superior en algo para imponerse a los dems; los primerosiniciados, ya no han sido tan buenos como el fundador, y as sucesivamente ha quedado elhombre de las escuelas filosficas y de las religiones positivas, que cual crisoles de lostiempos han ido purificando de sus escorias a la humanidad; pero sus primitivas virtudes,esas se han ido evaporando como frgil columna de impalpable humo. Gracias que sobre

    todos los obstculos levantados por la ignorancia de los hombres dominando en absolutosus mezquinas aspiraciones, flota sobre la Creacin el Espritu del Progreso: y ante sumgica influencia, las humanidades se sienten impulsadas, y a pesar suyo adelantanmoralmente y son hoy menos crueles que lo fueron ayer.

    El rbol de la ciencia, como dijo Castelar, sube ms all de las constelaciones delcielo y ahonda en las profundidades del Espritu, y a su apacible sombra se entregan acontemplar el infinito, los libres pensadores del siglo de la luz.

    An quedan fracciones en la humanidad, ms refractarias al progreso, unas queotras; pero a pesar de todo, el mundo marcha.

    No tenemos que registrar la historia, tenemos ante nosotros dos generaciones: losjvenes de veinte a treinta aos, y sus padres de cuarenta a sesenta, y vemos a los primeros

    aunque sean pobres, instruidos, descifrando problemas, resolviendo tesis, sentandohiptesis, haciendo trabajar a su razn, mientras sus padres los contemplan con sencillaadmiracin diciendo: Lo que saben estos muchachos! Hay que confesar que ahora lascriaturas nacen sabiendo! Y en parte no dicen ms que la verdad, porque los espritus quevan encarnando en la Tierra son mucho ms adelantados que los de nuestros abuelos.

    Ayer la mujer pobre, particularmente en Espaa, no aprenda a leer, ni a escribir,y hoy se ven multitudes de nias que acuden a las escuelas gratuitas, y si no aprendenmucho, al menos aprenden algo. No somos de la escuela pesimista; antes de ser espiritistass lo ramos, y lamentbamos el lento desarrollo de la civilizacin; pero desde que tuvimosla inmensa fortuna de conocer el Espiritismo, comprendimos que no por mucho madrugaramanece ms temprano, y que si la tierra no est bien arada, en el surco endurecido no

    germina el productivo grano.

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    Los terrenales somos espritus rebeldes, indmitos, soberbios, orgullosos losunos, y degradados y envilecidos los otros, y con tan pobres elementos no se pueden llevara cabo grandes empresas.

    Qu importa que habiten en la Tierra algunos centenares de espritusadelantados, si la mayora nos hemos condenado por nuestros crmenes anteriores?

    A nosotros si bien nos gusta mucho la lectura, no es en las bibliotecas donde msestudiamos; es en la sociedad, en ese gran libro indito, es donde leemos con profundsimaatencin la historia palpitante de la humanidad; y vemos tanta miseria; Tanta hipocresa!Tanta corrupcin!... que cuando la prensa deplora los crmenes que se cometen,murmuramos nosotros; lo que es extrao que no se cometan muchsimos ms; pero no seefectan por lo que dijimos anteriormente: porque la ley del progreso se cumple venciendotodas las pasiones del hombre; porque la verdad tiene a su disposicin los primeroselementos para vencer en todos los planetas.

    Una de las cosas que ms ha retardado el perfeccionamiento de los terrenales(perfeccionamiento relativo se entiende), es el completo desconocimiento de su vida futura,pues si bien todos los pueblos han tenido intuicin de un Ms All, pero ha sido de una

    manera confusa, y las religiones han presentado la eternidad bajo distintas fases, y ningunade ellas ha satisfecho verdaderamente los deseos del hombre, ni ha podido llenar eseinmenso vaco que ha quedado siempre en la mente del Espritu pensador; y en la duda, elalma indecisa se ha inclinado casi siempre en lo peor. Los unos a la negacin del todo, alaniquilamiento absoluto del cuerpo, y de la fuerza que lo sostiene; y los otros a unasupervivencia del alma inadmisible, a una vida eterna que es la anonadacin del Espritu. Senecesitaba que luciera en el oriente un nuevo sol, una nueva creencia, una fe y unaesperanza que diera fuerzas vitales a la humanidad debilitada por sus desaciertos.

    Afortunadamente la Escuela Espiritista levant su blanca bandera, en la cualleyeron los pueblos: Sin caridad no hay salvacin y sabido es de todos el rapidsimodesenvolvimiento que ha alcanzado el Espiritismo en todas las naciones, especialmente en

    Amrica, donde se cuentan por millones los adeptos de esta escuela filosfica que tantobien le ha hecho a la humanidad; porque el hombre sabe ahora positivamente que viviayer, que vive hoy, que vivir maana, que su vida tuvo un principio, pero que nuncatendr fin, que sus sucesivas encarnaciones estn ntimamente relacionadas las unas con lasotras, siendo simultneamente causas y efectos, hechos consumados y consecuenciasineludibles; deudas contraidas y cuentas saldadas; y mirando la vida bajo su verdaderopunto de vista, el hombre ya no es el ciego que camina a la ventura, ya no peca porignorancia, ya sabe que su Espritu es responsable de todos sus actos; y adquiriendo elconvencimiento de esa verdad innegable, el hombre progresar con ms rapidez, porquesabe que trabaja la tierra de su heredad. Eso dijimos ayer y lo decimos hoy; aconsejamos ala humanidad el estudio del Espiritismo, porque le es al hombre de suma utilidad saber de

    donde viene, porqu se encuentra aqu, y deducir de su presente lo que ser su porvenir. El Espiritismo no hace santos; pero induce al hombre a la observancia estricta detodos los deberes de la vida; y en este planeta (que muy bien podremos llamarle un presidiosuelto), el conseguir que un hombre cumpla sus deberes en toda la acepcin de la palabra,ya es obtener un gran progreso.

    Dominar nuestras pasiones (que por regla general siempre queremos lo que msnos perjudica, y lo que ms dao hace a los otros), frenar nuestros locos deseos, tomarparte en las penas de los dems, dejar de ser envidiosos y rencorosos, renacer en fin a lavida del trabajo, a la vida del orden, al mtodo de la virtud, esta gran metamorfosis puedeoperarla en nosotros el Espiritismo; y bien merece ser estudiada una filosofa que con suestudio y su prctica sirve para la regeneracin del hombre; por eso nosotros no hemos

    titubeado, (a pesar de nuestra insuficiencia) en publicar LA LUZ DEL PORVENIR,porque creemos necesario, muy necesario, que el Espiritismo sea conocido por todas las

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    clases sociales. Hay s, en abundancia peridicos cientficos muy a propsito para loshombres sabios; pero hace falta que el pueblo se instruya, y que las mujeres lean escritossencillos que recreen su imaginacin y despierten su sentimiento, casi siempre inclinado albien general.

    Este es nuestro objeto: entablar un dilogo con la mujer, y con la mujer del

    pueblo especialmente, y hoy proseguimos nuestra tarea dispuestos a trabajar cuanto nos seaposible en la propaganda del racionalismo religioso, es decir, del cristianismo verdadero.En esta poca de grandes luces, una luz pequea pasa desapercibida, pero esto no

    nos arredra. La obligacin del hombre es trabajar cada cual en su adelanto. Encienda el profundo sabio la brillante antorcha que ilumine al mundo, y las

    humildes inteligencias recojan una de las chispas luminosas que entrega al viento laesplendente antorcha de la ciencia; acerquen a ella pequeas ramitas que le sirvan decombustible, y quedar formada con un poco de perseverancia una lucecita microscpica;de este modo hemos formado nosotros la pequeita LUZ DEL PORVENIR.

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    CAPTULO V

    EL ESPIRITISMO RACIONALISTA

    No nos cansaremos nunca de repetirlo: creemos que el Espiritismo racionalista esla escuela ms adelantada de nuestros das; pero como no hay rosas sin espinas, elfanatismo, el formulismo y malhadadas preocupaciones, convierten en algunas localidades,nuestra hermosa y racional doctrina en una farsa ridcula; y por lo mismo que amamos elprogreso, por lo muchsimo que deseamos el adelanto y el engrandecimiento delEspiritismo, ponemos el dedo en la llaga: denunciamos el hecho y reclamamos elcorrectivo.

    Los pequeos grupos pueden ser muy tiles si estn bien dirigidos, pero intiles ylo peor es perjudiciales si no tienen una direccin acertada. En esas pequeas reuniones se

    ocupan principalmente de hacer caridad a los espritus extraviados. Pero esa caridad si norene a la buena intencin la razonada prctica, es perder un tiempo precioso, y seaprovechara mucho mejor leyendo y comentando un captulo de las obras de AllanKardec; en particular ElCielo y el Infierno y El Libro de los Mdiums. Y no se nosdiga que muchos de los asistentes carecen de instruccin, porque las obras de Kardec sehallan escritas de un modo que estn al alcance de todas las inteligencias, por limitadas quealgunas sean; y Cunto ms provechoso sera que se leyera y se comentara una buenacomunicacin de las muchas que se encuentran en dichos libros, que no emplear unprocedimiento que nunca dar satisfactorios resultados! Al menos si estas prcticasestuviesen bien dirigidas... pero obedeciendo a la rutina, a la costumbre, al formulismo, noes ms que una ceremonia que no eleva al Espritu.

    En todo nos gusta la lgica, y encontramos imposible que un Espritu pueda verla luz con slo rezar un padre nuestro. La idea de los grupos ya es buena, muy buena, nopuede ser mejor, pero el resultado no puede corresponder a tan benfica intencin; porqueen la Creacin todo tiene sus leyes inmutables; y un Espritu extraviado, perdido en lasombra, no puede en veinte segundos ver la luz con slo rezar una oracin que nocorresponde.

    No nos extraamos de que viendo semejantes sesiones los incrdulos se sonran,porque stas no inspiran ningn respeto. A nuestro modo de ver, los espritus ligeros hacensu agosto en las reuniones: mortifican a los mdiums cuanto se les antoja, sostienendilogos insustanciales y terminan mintiendo, diciendo que han rezado y que han visto laluz; y el Espiritismo es ms grande que todo eso; y el progreso eterno de la vida, el

    mejoramiento del Espritu merece ms inters y ms atencin de los hombres entendidos yrazonables. No se nos vengan diciendo: el pueblo es tan ignorante que no se le puede hacercomprender la verdad; pues los ignorantes son los que necesitan maestros; los enfermosson los que reclaman el auxilio de los mdicos, y mdicos del alma deben ser todos loshombres que por sus especiales conocimientos puedan dirigir los pasos de la atrasadahumanidad.

    El Espiritismo tiene buenos apstoles, pero dispersos; y es indispensable que serenan, que se organicen, que recuerden que la unin hace la fuerza, y la fuerza bienorganizada es el motor eterno de la vida.

    Frmese un Centro s, porque hay hombres que valen mucho y podrndignamente dirigirlo; y existen los elementos necesarios, mdiums videntes, parlantes, y con

    los estudios se desarrollan los escribientes; y hgase la caridad a los espritus instruyndolescon buenas lecturas, como son los libros de Kardec; trabjese, en fin, porque el trabajo es

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    la vida; pero trabjese con orden, con mtodo, con talento, con verdadero conocimiento decausa. En qu cosa mayor pueden los espiritistas ocupar el tiempo, que en difundir la luzde la verdad?

    Hermanos queridos! Trabajemos todos, lleve cada cual su grano de arena,levantemos la fbrica grandiosa de la regeneracin universal.

    Tengamos fe! Trabajemos con esperanza, no seamos impacientes, no queramosrecoger el fruto sin cultivar la tierra; es necesario trabajar mucho, Pero mucho!.Contemplemos los nios, veamos cuanto tiempo emplean para aprender los

    primeros rudimentos de la instruccin; pues nios son tambin los hombres ignorantes, ydebemos tener paciencia para ensearlos: es nuestra obligacin, es nuestro deber, esnuestro progreso.

    Trabajemos, luchemos; difundamos la luz del Evangelio, porque la luz de laverdad, es la luz de la vida.

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    CAPTULO VI

    LLORAR POR DEJAR LA TIERRA!

    Querida Prudencia: hace algn tiempo supe que un ser ignorante te habavaticinado tu desaparicin de la Tierra dentro de un breve plazo, y t que al recibir talnoticia lloraste amargamente pensando que pronto ibas a dejar tu envoltura material.

    Hay un refrn que dice: Ojos que no ven, corazn que no llora y es verdad, yoescuch el relato de la predicacin que te hicieron y del llanto que sta te cost, y mesonre, porque hay cosas que de odas, slo causan risa. Despus te vi, llorando acongojadarecordando la profeca de tu muerte, y entonces no me re, porque tu sufrimiento hiri mialma, y te compadec; ltimamente te he visto llorar por el mismo motivo, y entonces miEspritu se enlaz al tuyo y he querido infiltrar en tu ser lo que en mi alma senta; pero

    como soy tan poco entendida en la ley de los fluidos, ignoro si tendr influencia en ti, yapelo a la palabra escrita, para ver si puedo convencerte de que tu llanto es demasiadoprecioso para que lo viertas por una humanidad que tan poco merece.

    Eres tan dichosa que no has tratado en este mundo ms que con las almasbuenas y por ello sientes dejar tan grata compaa? No lo creo, casi me atrevo a jurar que, ati como a todos, te habrn perseguido los desengaos.

    Es tan limitado tu pensamiento que, tras del hemisferio, no ves ms que elvaco? Imposible; t dices que eres esprita y debes creer en la pluralidad de mundos, y en lapluralidad de existencias del alma.

    Creo que eres un ser inofensivo, que en tu vida presente no debes habercometido ningn crimen, y por consiguiente, tu miedo es injustificado. Inteligencias

    superiores a la ma te han dicho repetidas veces que nadie sabe en este mundo la hora fijade cuando un ser va a dejar la Tierra, porque ni an la ciencia, audaz exploradora delinfinito, puede nunca afirmar cuando un hombre va a morir.

    Los mdicos ms entendidos, y an contando los ltimos latidos de unmoribundo, Cuntas veces, y cuntas, han visto operarse en el enfermo un cambio rpido,y han dicho: he aqu un cambio de la naturaleza en la cual la ciencia no contaba! Por lo quesi esto pasa cuando las dolencias nos abruman Cunto ms error es asegurar la muerte deuna persona que disfruta de una salud regular? Por esto no me detendr ms hablndote deese irrisorio y enojoso asunto, pero s te dir: ven conmigo, hermana ma, ya que tanto teentristece dejar la Tierra, quiero que conozcas un poco a la humanidad.

    No te llevar a los campos de batalla donde por un palmo de terreno se matan los

    hombres como fieras, para satisfacer el capricho de dos monarcas que no saben comopasar el tiempo.Dejaremos las crceles donde los bandidos y los pilluelos estudian la carrera del

    hurto y del homicidio. No te conducir a los hospitales donde los criminales de la miseriasucumben atormentados por la indiferencia social, por el solo delito de ser pobres.

    No entraremos en los lupanares donde mujeres hermosas venden su cuerpo yenvenenan su Espritu; cuadro tristsimo que hizo exclamar a un poeta al ver a unacortesana: el lujo de esa pobre me inspira lstima, para vestir su cuerpo desnuda al alma.No contemplaremos los grandes garitos donde los padres de familia juegan a una carta elporvenir de sus hijos. No nos perderemos en las inmundas tabernas donde muchos obrerospierden el jornal de una semana; no te har ver ninguno de esos parajes, donde la

    humanidad se presenta sin careta; te llevar por el camino llano, te conducir a las casashonradas donde parece que todo sigue el orden regular de la vida, donde no se mata a

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    nadie, donde la justicia no penetra, y sin embargo, en esa vida normal hay tanta infamia, serevelan tan bastardas intenciones e inclinaciones, tan srdido egosmo, que hay que llorar.Prudencia, hay que llorar; no por dejar la Tierra como lloras t; hay que llorar de vergenza,por pertenecer a esta raza miserable, donde para encontrar un tomo de sentimiento hayque derrumbar un mundo de codicia.

    Mas ven conmigo: vamos a visitar algunos parajes. Entremos primero en una casade humilde apariencia, donde habita una pobre familia que se gana con su trabajo elsustento del da, dedicndose a bordar para una gran tienda de ropa blanca. Julia y Luisa sepuede decir que mantienen a su madre y a otra hermana pequea con el producto de sulabor.

    Un da, cuando las dos jvenes estaban bordando, con gran prisa vieron entrar aCelia, una amiga de la infancia, que les pidi hospitalidad para descansar de su fatiga, lapobre vena enferma del pecho, y Julia y Luisa, naturalmente dejaron su trabajo, rodearonde atenciones a su amiga, mucho ms cuando vieron que aqulla estaba prxima a morir, ytan cercana estaba su muerte, que en la noche de aquel da Celia muri en los brazos de suscompaeras de colegio; pues bien, cuando las jvenes acongojadas velaban el ltimo sueo

    de su amiga; cuando espantadas por aquella catstrofe repentina no se daban cuenta denada, entr el dependiente de la tienda para la que ellas trabajaban y les pidi los ltimospauelos que ellas estaban bordando; las pobres muchachas le mostraron a la difuntadicindole: mrela usted Pobrecita! Vino ayer a vernos, anoche muri, no hemos dormido,estamos rendidas, y no hemos concluido el trabajo, maana estar.

    El dependiente se fue, y a poco volvi con orden de su dueo para recoger lospauelos a medio hacer, quitndoles el trabajo a aquellas infelices por el grave delito detener corazn; porque los pobres, para cierta clase de gente no pueden tener ni ansensibilidad. Quin dir que el rico comerciante es un alma perversa? Nadie; quiz cumplereligiosamente con todos sus compromisos sociales, pero eso no le impide quitar el pan auna pobre y honrada familia, porque olvid un momento la esclavitud del hambre para

    sentir y llorar dominada por el sentimiento.Fjate bien en este cuadro; es triste y solemne. La joven muerta parece que ansonre a las amigas de su niez; stas la contemplan sin recordar que son pobres, pero depronto ven que les arrebatan su trabajo, y quizs entonces diran mirando el cadver,Dichosa t, ya no tienes que luchar con las miserias de la vida!...

    No te parece hermana ma, que no vale la pena llorar por dejar un planeta,donde los pobres no tienen ni an el derecho de ser buenos?

    Pero sigamos andando, entremos en