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BOLETÍN INFORMATIVO DEL COLECTIVO ECOLOGISTA RIOJANO Nº 22 - Otoño 2010 | www.lamaguilla.org Los parajes con mayores valores naturales Espacios naturales de Logroño Encinar Sotos

La Maguilla nº 22

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B O L E T Í N I N F O R M A T I V O D E L C O L E C T I V O E C O L O G I S T A R I O J A N O

Nº 22 - Otoño 2010 | www.lamaguilla.org

Los parajes con mayores valores naturales

Espacios naturales de Logroño

EncinarSotos

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BOLETÍN DE INFORMACIÓN MEDIAMBIENTAL

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Espacios naturales de Logroño

Con esta publicación, pretendemos acercar a los logroñeses algunos de los parajes con mayores valores naturales que

podemos encontrar en nuestro término municipal.

Algunos son conocidos de todos, algunos sólo se conocen de oídas y otros son completamente desconocidos, pero todos albergan ecosistemas en distintos grados de conservación, y pueden enseñarnos cosas acerca de la naturaleza en la que se enclava nuestra ciudad y que muchas veces se ha menospreciado, cuando no directamente eliminado.

No hablamos aquí de parques urbanos, sino de verdaderos ecosistemas que no necesitan de la mano del hombre para seguir existiendo (p.ej. un parque necesita un sistema de riego, un ecosistema, no). Aunque en la mayoría de casos, la mano del hombre esté causando su desaparición, es el conocimiento

y respeto de los logroñeses el que puede salvar e incluso extender estos parajes.

Visón europeo (mustela lutreola). Dibujo de José María González Perujo

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LOS ENCINARES

Poco queda ya de los extensos bosques de encinas y coscojas que antaño cubrían el tramo riojano del valle del Ebro. La revolución neolítica trajo consigo las hachas y el fuego

que pastores y agricultores utilizaban para conseguir más tierras de pasto y cultivos. Esto supuso la aparición, siglo tras siglo, civilización tras civilización, de un paisaje en mosaico de bosques, matorrales, cultivos y pastos con una riqueza en biodiversidad incluso mayor de la que había antes. Aunque, evidentemente, la encina, árbol paradigmático de la España mediterránea, perfectamente adaptada a la cantidad de lluvia y el tipo de suelo de nuestra región, fue la que más sufrió con estas actuaciones.

La tala o quema de estos árboles deja paso a otras especies, compañeras habituales del encinar, que sobreviven mejor en estos lugares alterados al tener

ciclos vitales más cortos o mayores resistencias a las sequías o los suelos pobres y erosionados. Es el caso de la coscoja, arbusto espinoso pariente cercano de la encina. En aquellas zonas donde persiste la alteración humana, aparecen otros arbustos de menores requerimientos ecológicos, como aulagas, tomillo,

romero, salvia o torvisco. Y donde el pastoreo o el fuego son continuos, sólo encontraríamos plantas herbáceas, que impiden que el suelo quede desnudo.

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La encina, árbol paradigmático de la España mediterránea

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Así como el encinar esta perfecta-

mente adaptado a las lluvias que

caen en la zona (entre 300 y 400mm anuales), el bosque de la ribera de los

ríos Ebro e Iregua (los llamados “sotos”) está adap-tado a tener las raíces siempre húmedas, por lo que forman un pasillo o galería a ambos lados de los ríos, hasta que el nivel de agua subterránea se lo permita.

Así pues, estos ecosistemas son completamente distintos a los del susodicho encinar. No hay falta de agua, por lo que las especies de árboles crecen más y más deprisa que la encina (aunque su made-ra no es tan dura), tienen hojas grandes, anchas y sin espinas, a través de las cuales pierden mucha agua, cosa que no importa, dado que sus raíces siempre están húmedas por la proximidad del río.

Además los suelos sobre los que se asientan son especialmente fértiles, debido al aporte de limos que provoca la crecida anual de los ríos.

El problema en muchos casos es que ésta fertilidad

y humedad del suelo ha hecho que muchos bos-

ques de ribera sean talados para crear huertas o

cultivos, y además el valle del Ebro está surcado

por una inmensa cantidad de vías de tráfi co, tre-

nes, puentes, líneas de alta tensión etc.., lo que ha llevado a estos bosques a un dramático retroceso y fragmentación.

El bosque de la ribera

de los ríos Ebro

e Iregua, son los

denominados “Sotos”

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LOS SOTOS

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“La naturaleza nunca quebranta sus propias leyes” Leonardo da Vinci

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Normas de visita de los espacios naturales

Uno de los escasos restos de vegetación autócto-na que quedan en nuestro término municipal lo encontramos hoy en día en la llamada “Rad

de Varea” o “Rad de Lasuén”, llamado así por serle concedido a don José María de Lasuén Urízar de Aldaca, secretario de S.M. la Reina doña Margarita de Borbón, el título de “Conde de la Rad de Varea”, por el preten-diente carlista al trono de España Carlos VII en 1874. Este terreno pertenece en la actualidad en su mayor parte al Ministerio de Defensa, lo que no ha de extrañarnos, pues en muchos lugares de España se da la paradoja de que terrenos pertenecientes a este ministerio, utilizados como campos de tiro o de maniobras, albergan espa-cios naturales de gran riqueza natural y paisajística, al mantenerlos al margen de explotaciones agropecuarias o especulaciones urbanísticas. Tal es el caso del Parque

Natural de las Bardenas Reales en Navarra, o el Par-

que Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago

de Cabrera, en las Islas Baleares. A una escala mucho más reducida, la Rad de Varea, atravesada por el GR 99 (Camino Natural del Ebro), alberga el mayor coscojar (Quercus coccifera) de nuestro término municipal.

La palabra “Rad” es un riojanismo que signifi ca “terre-no comunal para el aprovechamiento de leña, madera y pastos” y esta explotación humana hizo que las encinas prácticamente desaparecieran de la rad. Esto ocasionó que las coscojas, parientes espinosos, arbustivos y adaptados a la sequía de las encinas, quedaran como testimonio de la anterior cobertura vegetal.

Las coscojas suelen ir acompañadas de otras especies de plantas como la Thymelaea sanamunda o la zar-zaparrilla (ambas especies amenazadas) y otras más comunes como el espino negro, rosal silvestre, espá-rrago triguero, lentiscos, aulagas y torviscos. En las zonas más abiertas encontramos especies típicas del

matorral mediterráneo, como el romero, tomillo, salvia, espliego e incluso algunas especies de orquídeas. De las más de 195 hectáreas que ocupa la rad, hoy en día están la mayor parte ocupadas por cultivos de secano y extracciones de gravas, todo ello en manos privadas o militares, quedando el coscojar recluido en las laderas de la colina.

Gran parte de la meseta superior de este terreno está ocupado por un antiguo cultivo de secano, que iba destinado a alimentar las caballerías del ejército que se asentaban allí. Con la desaparición de caballos y mulas, estos cultivos han sido abandonados, siendo hace poco emprendida una ambiciosa reforestación con encinas y pinos por parte del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

Aunque siempre es difícil ver animales en libertad, en la rad de Varea se pueden ver fácilmente rastros y huellas de mamíferos tales como el conejo, zorro, topo, jabalí y corzo. En cuanto a las aves, se pueden ver fá-cilmente urracas, cornejas, totovías y en las zonas más densas de bosque-matorral, se puede oír el canto de la curruca cabecinegra. Teniendo suerte, también se pue-den ver a los grandes lagartos ocelados o “gardachos” asoleándose entre los arbustos, benefi cioso reptil que en la Rioja está considerada como especie protegida.

Desde el CER nos gustaría que gobiernos y ayunta-miento continúen su política de repoblaciones en este sector y se le proteja definitiva y efectivamente contra las agresiones de agricultura, minería e

infraestructuras bajo alguna figura de protección, como Área De Vegetación Singular (VS), Complejo Periurbanos De Interés Ambiental (CP), o incluso Zona de Especial Conservación, dado lo escaso de los encinares-coscojares maduros en el valle del Ebro.

- LLEVAR ropa y calzado cómodos y adecuados a la época del año. Añadir unos prismáticos y una guía de campo sobre animales, plantas o setas puede hacer nuestra expe-riencia mucho más satisfactoria y educativa.- RESPETAR sembrados y demás obras de la gente que habita en el medio rural.- SEGURIDAD: Por lo intrínseco de la actividad y lo variado

de la misma la seguridad es una regla indispensable que respetar.- NO PERTURBAR el medio por el que se transita. Esto implica no hacer ruidos o llevar radios, no hacer fuegos ni dejar basuras o colillas y sobre todo respetar a todos los

seres vivos, ya sea animales o plantas; así como forma-

ciones geológicas y todo el medio ambiente en general.

La Rad de Varea

Queremos aprovechar para recordar que, como en toda excursión por la naturaleza, debemos respetar y hacer respetar ciertas reglas básicas a la hora de visitar estos lugares:

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Desde el CER, pedimos que se deje que el Soto Barriguelo siga evolucionando y madurando

Soto de Barrigüelo

La vegetación de los sotos y otros ecosistemas

acuáticos está perfectamente adaptada a los ca-prichosos cambios que sufre el líquido elemen-

to. Sequías, corrientes e inundaciones hacen que la vegetación de estos ecosistemas y su fauna asociada no puedan permitirse largos períodos para crecer y reproducirse, por lo que un soto degradado, si se le deja evolucionar tranquilo, pueda llegar a su máximo esplendor (lo que en ecología se llama “comunidad clí-max”) en mucho menos tiempo que otras formaciones vegetales, como el encinar, por ejemplo.

Este es el caso del Soto Barriguelo, un rincón de Lo-groño que alberga un soto de lo más interesante a pesar de sufrir constantes agresiones en forma de vertidos, incendios y escombros proce-

dentes del cercano polígono industrial

de Cantabria.

Este pequeño soto, situado en la orilla del Ebro, comenzaría justo donde la calle Soto Galo se une con la calle Barrigüelo, y llega-ría hasta el límite con la Comunidad Foral de Navarra. En él podemos ver, entre otros, la típica alameda-aliseda mediterránea, donde predominan los álamos negros de

buen porte y en menor medida los alisos. También hay algunos ejemplares de sauces blancos (junto al agua), fresnos y álamos blancos (los típicos chopos de plantación).

A la vegetación arbórea le acompaña un sotobosque de espinosas, lianas y her-

báceas, que entran en contacto con vege-tación palustre de carrizos.

Dentro de los mamíferos, se pueden ver abundantes rastros de zorros y conejos e incluso de la esquiva nutria europea. Tam-bién se pueden encontrar algunos anfibios (todos ellos protegidos por la ley) como el sapo europeo o la rana común, y reptiles como la inofensiva culebra de agua.

Pero las especies más visibles y diversas

del soto son las aves que acuden a ali-mentarse en las aguas del río o anidar en la vegetación de ribera, tanto en pasos mi-gratorios, épocas de cría o residentes todo el año. Algunas de estas especies son las ci-

güeñas blancas, garzas reales, garcillas bueyeras,

oropéndolas, cormoranes, pitos reales, gallinetas

comunes o ánades reales, además de todas las espe-cies de aves que podemos ver en cualquier parque de la ciudad de Logroño.

Por su situación geográfica de entorno industrial y lejanía al casco urbano de Logroño, no creemos que sea una zona que pueda desarrollarse como parque urbano, por lo que desde el CER pedimos que se deje que el soto siga evolucionando y madurando, sen-cillamente cerrando los accesos a vehículos rodados, retirando los restos de basuras y escombros y acaban-do definitivamente con los vertidos industriales al río.

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Encinar de Pradolagar

Encinar de La Grajera

Pequeño encinar que no supera las 3 hectáreas en Varea, que se encuentra localizado entre la N-232 y la vía del ferrocarril. Es uno de los pocos enci-

nares existente en Logroño, en pleno valle del Ebro, testigo de los antiguos encinares que ocupaban buena parte del término municipal.

A veces se encuentran basuras y escombros en él mismo. Sería recomendable vallar el encinar en la zona en contacto con la N-232, al mismo tiempo una vez que se realice la conexión con la A-12, sería deseable que se aprovecharan las medidas de restauración ambiental para ampliar la superficie de este encinar. Recomen-

damos también impedir la entrada de ganado, ya

que limita que, tanto el sotobosque como las jóvenes encinas puedan desarrollarse. Recordemos que un encinar (como cualquier otro bosque), no es solamente un grupo de encinas, sino que son un grupo de encinas acompañadas de diversas especies de árboles, arbustos y hierbas de distintos tamaños y edades, que dan cobi-

jo y alimento a una serie de animales adaptados a

ese ecosistema.

Cuando el fuego o el pastoreo son demasiado inten-

sos, estos sotobosques acompañantes pueden llegar casi a desaparecer, dejando solo árboles que van mu-riendo de viejos sin reproducirse e impidiendo la rege-neración del bosque, como ocurre en este caso.

Encinar situado en la parte más alta del paraje de La Grajera, se localiza entre la A-68 y la N-232,

encontrándose en su interior un antiguo depósito de agua potable. Ocupa una superficie de 26 hectá-reas, encontrándose en muy buen

estado de conservación.

La pérdida de superficie del encinar se debió producir en tiempos relati-vamente recientes, ya que todavía

existen encinas en linderos de fin-

cas, debiendo ocupar toda la super-ficie comprendida entre el encinar actual y el embalse de La Grajera. Tal vez se extendía también hacia Navarrete. Las superficies roturadas se destinaron a viñedos, almendros... pero poco a poco va ocupando pe-queñas superficies, en dirección a Navarrete.

Es un bosque aclarado con un tupido matorral de coscojas, romeros, ro-

sales silvestres, endrinos y abun-

dantísimos aulagares.

Es conveniente que se siga siendo

respetado, incluso que se amplíe con repoblaciones en zonas aleda-ñas, para permitir que sea un refugio de la fauna silvestre. Es conveniente que cuente con alguna figura de pro-tección, desde el punto de vista de la protección del suelo no urbanizable.

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El Bajo Iregua

EL MEANDRO DEL CORTIJO

ENCINAR-COSCOJAR

DE FUENMAYOR

Interesante espacio natural que se localiza en el término municipal de Logroño y se comporta con Álava. En la vecina CCAA está incluido en un LIC del

Río Ebro, como el resto de las orillas alavesas de este río. En las Directrices de Protección del Suelo No Urbaniza-ble de La Rioja, se encuentran las riberas incluidas como Riberas de Interés Ecológico o de Interés Especial del Río Ebro (RR-11) y en el encinar del Cortijo como Área de Vegetación de Interés Singular (VS-45).

Este meandro, comienza en el término municipal de Fuen-mayor; ya en Logroño existe una presa (salto del Cortijo), que desvía buena parte del caudal hasta la zona donde finaliza el meandro, donde se turbina el agua para produ-cir electricidad. Esto ha motivado numerosas denuncias

del CER por no respetarse en más de una ocasión los caudales ecológicos que deberían discurrir por este río.

Caminando desde la presa aguas abajo, observamos como en unas partes la vegetación arbórea de las ribe-ras del Ebro se reducen a unos pocos árboles. En unas ocasiones la vegetación de la orilla alavesa cuenta con algo más de entidad, y en otras ocasiones sucede en La Rioja. A la altura de Assa (Laguardia) existe una presa de una minicentral hidroeléctrica que ha elevado el nivel freático y limita la vegetación de ribera. Aguas abajo de esta presa existe una isla soto de gran interés naturalís-tico y faunístico. Más adelante, encontramos sotos más extensos, donde no solo hay chopos (Populus nigra) sino

álamos (Po-pulus alba) y otras p l a n t a s acompañán-dolos. Otro punto de inte-rés el Puente de

Mantible, de origen romano o medieval, que se encuentra en ruinas y que sería preciso recuperar y ser puesto en valor

por parte de las administraciones públicas. Finalmente llegamos al Cortijo, donde el río vuelve a recuperar la totalidad de su caudal. Todo este recorrido fue señali-

zado por el CER hace unos años con la colaboración de Fundación CAN y del Ayuntamiento de Logroño.

No podemos dejar de destacar el encinar-coscojar que se encuentra en el meandro entre la Central Hidroeléc-trica del Cortijo y la central de Assa, en una de las laderas del monte que se encuentra en pleno centro del mean-dro. Tiene una superficie de 36,22 hectáreas. Dispone de una amplia variedad de especies vegetales además de encinas y coscojas como espino negro, lentisco, aulaga, enebro de miera.... Es preciso impedir su destrucción

y sería adecuado que tanto este encinar-coscojar como los sotos del Ebro recuperaran espacio a costa de parce-las agrarias, ya abandonadas.

El Iregua constituye uno de los principales corredores ecológicos de La Rioja, además de ser un importante afluente del Ebro. Comprende el tramo comprendido entre Puente Madre y la desembocadura de este río en el Ebro, en el término municipal de Logroño. En este tramo, huertas y espacios de ribera, han sido sustituidos hace varios años por un parque cuestionado por el CER. Los bosques de ribera han desaparecido, pero en algún tramo de reducidas dimensiones, situado en la misma orilla del río, se ha recuperado de forma natural. Esperamos que en el futuro se permita a los ríos y a los ecosistemas de ribera recuperarse, para lograr un medio natural menos

intervenido por el hombre, y valga la redundancia “más natural”.

Encinar y coscojar compartido con Fuenmayor que se encuentra distribuido entre ribazos y zonas con fuertes desniveles. Ocupa 124,96 hectáreas y

esta contemplado en la Directriz de Protección del Suelo No Urbanizable de La Rioja como Área de Vegetación Singular (VS-46). Hemos solicitado al Gobierno Regional que extienda esta figura a otros coscojares situados

en Logroño, no incluidos en esta figura. Se encuentra muy fragmentado y amenazado por sobrepastoreo,

quemas incontroladas de rastrojos... Su función ecológica es fundamental, en un medio sumamente

alterado por agricultura y por otras actividades hu-

manas, siendo uno de los pocos refugios para la fauna que existen en nuestro término municipal.

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El Pantano de La Grajera

Siguiendo la autovía del camino en dirección a Bur-gos, entre Logroño y Navarrete, se encuentra el embalse de La Grajera. Construido en 1883, sien-

do alcalde de Logroño el Ilmo. Sr. Don Miguel Salvador Rodrigáñez, el embalse de La Grajera comenzó siendo

una pequeña laguna salobre que se formaba cuando llovía mucho (técnicamente, una laguna endorreica).

Debido a la necesidad de agua, la comunidad de regan-tes de Logroño decidió represar esta laguna (ampliada otra vez en 1908) y dotarla de más agua que viene desde el río Iregua a través de la acequia de “Río Somero”.

En esta finca de más de 400 hectáreas de las que sólo 32 pertenecen a la lámina de agua, se pueden distinguir distintos ecosistemas, como son el encinar, los culti-

vos de secano, los pinares de repoblación, el mato-

rral, el salobral (con plantas adaptadas a vivir en suelos salinos), los sotos, el carrizal, la junquera, y el propio

ecosistema acuático, creando todos ellos un mosaico de biodiversidad a apenas 4 Km del centro de Logroño.

Los alrededores del embalse se han acondicionado para nuestro solaz y recreo con senderos señalizados para dar agradables paseos, un observatorio de aves e in-cluso un recinto cercado donde podremos observar

un rebaño de gamos (Dama dama).

En el área de acogida de visitantes cuenta con un par-king, mesas y asadores para hacer fuego, bar-restaurante y el “aula didáctica”, que cuenta con una sala de juegos, exposición, audiovisual y biblioteca. También en esta zona, junto al Camino de Santiago, se encuentra el fa-moso “Álamo de La Grajera”, un chopo de más de cien años de edad, que junto a la Secuoya de La Fombera es uno de los dos únicos árboles de Logroño incluídos en la lista de “Árboles Singulares de La Rioja”.

La natación, remo y demás deportes acuáticos están prohibidos en el embalse, pero al mismo tiempo es un

coto de pesca intensiva.

En el embalse hay varias especies de peces, casi todos ellos introducidos por la administración para su pesca deportiva. Entre ellos están las carpas, carpi-nes, black-bass, trucha arco iris, tencas y madrillas. Todas menos las dos últimas se consideran especies invasoras, y desde el CER queremos hacer un llama-miento a la población riojana en general y la ad-

ministración en particular para que abandone la

práctica de introducir especies exóticas (como las famosas tortugas de agua) en nuestros ecosistemas,

ya que provocan gravísimas alteraciones, incluida la extinción de nuestras especies autóctonas.

Entre los reptiles y anfibios, se cuentan los lagartos

ocelados, culebras de agua, cuatro especies de

sapos, dos de ranas y otras dos de tritones. Recorda-mos también que todas las especies de anfibios y mu-chas de reptiles están protegidas por la ley en nuestra comunidad autónoma.

La población de avifauna nidificante varía en número y especies presentes de un año a otro, dependiendo de las condiciones naturales del embalse. Suele estar formada por somormujos lavancos, zampullines, avetorillos,

ánades reales, gallinetas, rascones, pato colorado,

porrón europeo, focha común, carricero común,

garzas reales e imperiales y lavanderas cascadeñas

y blancas.

Aves presentes en el entorno de manera más o menos estacional y menos vinculadas al humedal serían: el

búho chico, milanos real y negro, cernícalo vulgar,

mochuelo europeo, cárabo, vencejo, golondri-

na, aviones común y zapador, torcecuellos, pico

menor, cogujada común, triguero, abubilla y cu-

rrucas carrasqueñas, mosquiteras y capirotadas.

A todos estos hay que añadirles las múltiples especies que utilizan en embalse como refugio de invernada o como área de descanso en las migraciones norte-sur.

Desde el CER nos alegramos de la recuperación natu-

ral de este espacio, tanto natural como a través de re-poblaciones forestales que llegan hasta el vecino monte La Pila, y de que se haya convertido en un centro de es-parcimiento en la naturaleza para todos los riojanos en general y los logroñeses en particular. Queremos tam-bién aprovechar para solicitar a la administración que

continúe con las repoblaciones forestales, detenga

para siempre la introducción de especies exóticas, y

aumente la conectividad de la finca con los terrenos

circundantes, ya que ahora mismo se encuentra total-mente acorralada entre la autovía del Camino al norte y oeste, la autopista Vasco-Aragonesa al sur y la ciudad de Logroño al este.

Las verdaderas estrellas del parque son las aves acuáticas cuya cercanía al embalse de “Las Cañas” en Viana y al río Ebro, provocan un intenso ir y venir de aves entre estos espacios

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El Corvo, la Pila y Cantabria son tres nombres que nos vienen a la cabeza si hablamos de montes de la ciudad

de Logroño, y sin embargo, nunca pensaremos en ellos si hablamos de espacios naturales dignos de visitarse.

En esta misma publicación hablamos anteriormente de los coscojares de la Rad de Varea, que en su mayor parte se encuentran en las pronunciadas laderas de esta finca ¿Por qué las laderas del resto de montes son un erial

moribundo? ¿Acaso sus suelos son venenosos, su clima

es peor, o pesa alguna maldición sobre ellos?

La razón, una vez más, no es más que el abandono por parte de las autoridades y ciudadanos de estos espacios. Esto los ha dejado relegados a espacios marginales donde continuas agresiones al medio, como fuegos, sobrepastoreo voraz, extracciones de áridos paisajística-mente inasumibles, demenciales planes urbanísticos o erosivas carreras de vehículos todoterreno quedan im-punes, destruyendo una y otra vez la capa de vegetación que protege el suelo y aumentando la erosión producida por las lluvias, lo que hace aún más difícil la recuperación de éstas zonas.

Desde el CER, queremos exigir a las autoridades compe-tentes que tomen cartas en el asunto, erradicando de una vez por todas estas prácticas y revegetando como es debido nuestros montes. Otras ciudades están rodea-

das de verde ¿por qué Logroño no? ¿Ser una capital

moderna implica vivir rodeados de desiertos? ¿Somos

una capital de segunda?

Esperamos también que el famoso plan de recupera-

ción del monte Cantabria no se quede sólo en papel mojado o replantaciones de escasos árboles exóticos, sino que sea una verdadera actuación integral, con la

eliminación de las graveras, la puesta a punto del parque arqueológico y un ambicioso plan a muy largo plazo de revegetación con especies locales. Y decimos a muy largo plazo pues así lo exigen nuestras especies y ecosistemas, mal que les pese a ciertos políticos que no ven más allá de las próximas elecciones. Los colegios de Logroño ni siquiera se molestan en llevar a los alumnos a este lugar ¿Merece este trato nuestro asentamiento y resto arqueo-lógico más antiguo? ¿No es educativo ver el dónde cómo y por qué vivían nuestros ancestros?

Puede que nuestras humildes coscojas y encinas no for-men selvas amazónicas y tarden décadas en crecer, pero están perfectamente adaptadas a nuestro clima y suelo, eliminan el CO2 del aire, fijan el suelo impidiendo la erosión, y dan cobijo y alimento a un sinfín de especies autóctonas. Por estas y otras razones, ¿no es hora ya de

acometer una reforestación seria de nuestros montes,

de cuidar nuestro patrimonio, de embellecer nuestra

ciudad?

Piensen en la primera impresión de la ciudad que se

llevaría un peregrino venido de lejanas tierras que ascendiera el monte Cantabria rodeado de un fragante bosque mediterráneo. Este peregrino atravesaría las puertas de la antiquísimas murallas de Cantabria y se enteraría, por una eficiente labor informativa y educativa (que hoy día no existe), que se encuentra en un lugar antaño escenario de profecías mesiánicas y épicas bata-llas. Luego vería a sus pies las fértiles riberas del Ebro y el Iregua regando la moderna ciudad de Logroño, con las sierras riojanas como marco de fondo, en las que destaca orgulloso e imponente el pico del San Lorenzo ¿No se llevaría un buen sabor de boca? Ahora, piensen en lo que un peregrino de hoy en día contará en su país de origen cuando diga lo que ha visto realmente.

Los montes del término municipal de Logroño

¿Una causa perdida?

- Zorros y conejos, nutria europea, visón europeo,

varias especies de murciélagos, rata de agua. Sapos

europeo, partero y de espuelas, ranas común y de

San Antonio, culebra de agua.

- Cigüeñas blancas, garzas reales, garcillas bueyeras,

oropéndolas, cormoranes, pitos reales, pico menor,

gallinetas comunes, ánades reales, somormujo

lavanco, zampullines, avetorillos, ánades reales, ras-

cones, pato colorado, porrón europeo, focha común,

carricero común, garzas reales e imperiales y lavan-

deras cascadeñas y blancas.

Especies de Sotos Especies de coscojar/encinar

- Conejo, zorro, gineta, comadreja, tejón, topillo,

ratón campestre, erizo común, jabalí, corzo y

garduña.

- Búho chico, milanos real y

negro, busardo ratonero,

mochuelo europeo, pico

menor, pito real, cogujada

común, abubilla y currucas

carrasqueñas, mosquiteras

y capirotadas.

- Culebras bastarda y de

escalera, lagarto ocelado.

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Soto de los americanos

Soto de Sabuquera

Espacio incluido en la Red Natura 2000 dentro del LIC “Sotos y Riberas del Ebro” que incluye también otros sotos del Ebro riojano. Se localiza en el

término municipal de Logroño, muy cerca de Recajo (Agoncillo). Es un espacio de 114 hectáreas, donde los cultivos de chopos ocupan una importante superfi-

cie, pero existen todavía restos de como eran antes los Sotos del Ebro.

Esta zona el río Ebro se divide en dos partes, que dan lugar a una isla. La mayor parte de la isla está ocupada por cultivos forestales y agrícolas. En una presa situada en la parte más cercana a la parte sur del soto, deriva prácticamente todo el caudal del Ebro hacia el brazo norte. Por el brazo sur el caudal es menor, y el que llega procede sobre todo de la infiltración del agua del Ebro, a través de la presa. En cuanto a la vegetación, cuenta con una zona en la parte sur del soto, donde encontramos grandes árboles como chopos, sauces, olmos y álamos

y donde el nivel freático es más profundo, hay encinas de grandes dimensiones, difíciles de encontrar en cualquier otra parte del término municipal de Logroño. En el resto

del soto de los americanos, salvo en la parte norte de la isla, encontramos cho-pos con fresnos, sauces y álamos.

El soto cuenta con una importante

avifauna, y esta incluido en el Plan de Recuperación

del Visón Europeo. Este encantador habitante de los ríos riojanos es el carní-voro más amenazado

de extinción de Europa después del lince ibérico, lo que debe-ría hacernos r e f l e x i o n a r sobre la responsabilidad que tenemos los riojanos en su conservación. El CER solicita al Gobierno de La Rioja

que el soto sea completamente naturalizado, aban-

donando definitivamente los cultivos de chopos.

Se encuentra en Varea, próximo al Soto de Los Ame-ricanos. Cerca de la orilla norte hay un islote donde antes se cultivaban chopos. Hoy día, este islote se

ha dejado evolucionar (por protección, olvido o desidia), convirtiéndose en una isla-soto donde aún se ven los chopos, pero en general bastante naturalizada. Este tipo de islas-soto constituyen un refugio inmejorable para

la fauna del soto (como el visón europeo), que encuen-tra en ellas abundante refugio y alimento, protegidos de los depredadores terrestres como el zorro. La parte sur se encuentra ocupada buena parte por cultivos de chopos, pero el espacio ocupado por el soto es bastante impor-tante. También tenemos una antigua madre (meandro del río unido a éste sólo por un extremo) cuyas aguas se renuevan de forma muy lenta. Estos meandros que todavía están unidos al cauce, juegan un papel vital en la ecología de los ríos. Cuando se producen crecidas en el lecho principal del río, estos meandros abandonados sirven de refugio a los pájaros, peces, mamíferos, anfibios e invertebrados acuáticos. Muchas especies de anfibios

y peces los abandonan para engordar en tierra o en el curso principal del río (sobre todo car-pas y barbos) pero regresan para poner sus huevos en sus tran-quilas aguas, más cálidas y ricas en vegetación, favorables a la eclosión y engorde de renacua-jos y alevines. También el visón

europeo, la nutria y las aves

pescadoras aprovechan la falta de corrientes y escasa profun-didad para procurarse más fá-cilmente su alimento. Por todas estas razones, estas madres son vitales para el mantenimiento de buenas poblaciones de todas estas especies. El CER ha solicitado al Gobierno de La

Rioja que este espacio cuente con la misma protec-

ción que el cercano Soto de los Americanos.

¿QUÉ ES LA RED NATURA 2000?

La Red Natura 2000 es la iniciativa más importante de Europa (y probablemente del mundo) para crear una

red de espacios naturales basada en criterios científicos. Se trata de una red ecológica de lugares creada para lograr mantener, en un estado de conservación favorable, repre-sentaciones de todos los tipos de hábitats y taxones de flora

y fauna declarados de interés comunitario. Su finalidad es asegurar tanto la conservación de los hábitats como la de las especies. En la Red Natura 2000 se integran los espacios designados como ZEPAs (Zona de Especial Protección para las Aves) por la Directiva de Aves (79/409/CEE) y los espacios

designados para el cumplimiento de la Directiva de Hábitats (92/43/CEE) conocidos como Zonas Especiales de Conserva-ción (ZEC), antiguos LICs (Lugar de Interés Comunitario).

La Red está compuesta por más de 14.000 espacios de

toda Europa, 6 de ellos están en La Rioja (Obarenes- Sierra de Cantabria; Sierra de Alcarama y Valle del Alhama; Peñas de Iregua, Leza y Jubera; Peñas de Arnedillo, Peñalmonte y Peña Isasa; Sierras de Demanda, Urbión, Cebollera y Cameros; Sotos y Riberas del Ebro) y ocupan el 33% de la superficie de la región.

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Conocido vulgarmente como Aliso o Aliso negro. Está presente en prácticamente toda Europa, Asia y noroeste de África. Árbol caducifolio que crece en las orillas de los ríos, buscando suelos

frescos y ricos en nutrientes. Forma alisedas y es una de las especies que forma parte de los bosques de ribera.

Alcanza hasta los 25 metros de altura, siendo su crecimiento rápido. Su tronco es recto de corteza pardo-grisácea o pardo-rojiza en ejemplares (en las ramas) jóvenes. Tiene fl ores masculinas y femeninas en amentos en el mismo árbol, dando frutos con forma de pequeñas piñas. Las hojas son simples, alternas, pecioladas, de forma redondeada, ovaladas... y miden de 4 a 10 cm.

En sus raíces viven unas bacterias que han establecido una simbiosis con el árbol. Las bacterias fi jan el nitrógeno del aire y se lo ceden como nutriente al árbol, que a cambio les devuelve nutrientes provenientes de la fotosíntesis. Cuando el aliso pierde sus hojas, ricas en nitrógeno, éstas fertilizan efi caz y naturalmente el suelo donde caen.

Ha tenido muchas utilidades para el hombre, como el uso de su madera para carpintería dado que resiste muy bien sumergida en agua (para hacer cubos, zuecos, embarcaderos…). La corteza se ha empleado para curtir pieles. Las ramas se han utilizado como mosquicida y las hojas tienen muchos usos medicinales. Otro uso interesante es el empleo de los alisos como barreras cortavientos. Es un árbol presente en nuestras riberas, más frecuente en el tramo riojano del

Ebro desde Haro hasta Logroño, que desde Logroño hasta Alfaro y en los ríos Oja, Tirón,

Najerilla e Iregua que en los restantes afl uentes riojanos del Ebro.

Aliso(Alnus glutinosa)

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Fotografía cedida por Antonio Guillen