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LA MAYORDOMÍA DEL CORAZÓN INTODUCCIÓN La Biblia, en el libro de Proverbios capítulo 4, versículo 23 hace la siguiente tajante e importante afirmación: “Cuida tu corazón más que nada en el mundo, porque es fuente de vida”. De la observación de este pasaje podemos ver que hay tres palabras clave que han sido remarcadas: cuidar, corazón y vida. Este estudio se basará en el análisis de estos tres conceptos claves. EL CORAZÓN EN LA BIBLIA El término “corazón” en nuestra cultura En la antropología judía y, por tanto bíblica, el corazón no es lugar donde residían las emociones al contrario de cómo es identificado en nuestra cultura popular La cultura popular occidental identifica el corazón con las emociones. Esta identificación comenzó a forjarse con el romanticismo que se dio lugar en Europa en el siglo XIX, desde entonces ha sido reforzándose más y más. El corazón partido es la manera de expresar un desengaño amoroso. Hablamos de la prensa del corazón. También usamos la expresión, no tener corazón, cuando queremos señalar a una persona carente de emociones, especialmente de las positivas. Para los judíos, las emociones no residían, como ya hemos indicado, en el corazón sino en las entrañas. El famoso pasaje de los evangelios en que Jesús al ver a las multitudes siente compasión por ellas, en el original griego dice literalmente, se le removieron las entrañas. Nuestro lenguaje popular, a pesar de la fuerte y creciente identificación entre emociones y corazón, todavía retiene parte de esta influencia judía de relacionar las emociones con las entrañas. De este modo, cuando algo es emocionalmente significativo para nosotros afirmamos que es, entrañable. También, cuando

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LA MAYORDOMA DEL CORAZN

LA MAYORDOMA DEL CORAZN

INTODUCCIN

La Biblia, en el libro de Proverbios captulo 4, versculo 23 hace la siguiente tajante e importante afirmacin: Cuida tu corazn ms que nada en el mundo, porque es fuente de vida.

De la observacin de este pasaje podemos ver que hay tres palabras clave que han sido remarcadas: cuidar, corazn y vida. Este estudio se basar en el anlisis de estos tres conceptos claves.

EL CORAZN EN LA BIBLIA

El trmino corazn en nuestra cultura

En la antropologa juda y, por tanto bblica, el corazn no es lugar donde residan las emociones al contrario de cmo es identificado en nuestra cultura popular

La cultura popular occidental identifica el corazn con las emociones. Esta identificacin comenz a forjarse con el romanticismo que se dio lugar en Europa en el siglo XIX, desde entonces ha sido reforzndose ms y ms.

El corazn partido es la manera de expresar un desengao amoroso. Hablamos de la prensa del corazn. Tambin usamos la expresin, no tener corazn, cuando queremos sealar a una persona carente de emociones, especialmente de las positivas.

Para los judos, las emociones no residan, como ya hemos indicado, en el corazn sino en las entraas. El famoso pasaje de los evangelios en que Jess al ver a las multitudes siente compasin por ellas, en el original griego dice literalmente, se le removieron las entraas.

Nuestro lenguaje popular, a pesar de la fuerte y creciente identificacin entre emociones y corazn, todava retiene parte de esta influencia juda de relacionar las emociones con las entraas. De este modo, cuando algo es emocionalmente significativo para nosotros afirmamos que es, entraable. Tambin, cuando una persona carece de todo tipo de sentimientos, las definimos como una persona sin entraas.

El trmino corazn en las Escrituras

El corazn en las Escrituras es usado de formas diferentes y siempre hemos de ver el contexto en el que aparece la palabra.

En ocasiones es mencionado como el centro de la fuerza fsica. Este es un concepto muy similar al que tenemos actualmente en nuestra cultura. La vida, en el sentido fsico, mana del corazn.

Pero, a parte de aspecto fsico, el corazn es utilizado en un sentido figurado como el centro de control, como el lugar donde residen nuestra voluntad y desde el que se controla nuestra vida. Dicho en un lenguaje que todos podemos entender, el trono desde el que se gobierna y controla todo nuestro ser, toda nuestra vida.

Es el cuartel general de nuestro ser.

Es donde decidimos y ejecutamos nuestros proyectos vitales.

Es donde reside la moralidad, los valores, la conciencia.

Donde, tal y como indica Romanos, est escrita la ley natural de Dios.

Donde Cristo viene a vivir por medio de su Espritu cuando nosotros le aceptamos:

Por eso, invitamos a Cristo en nuestro corazn, porque es el centro de mando.

Por eso mismo, le entregamos nuestro corazn.

Tal y como dice la Escritura, donde est tu tesoro, all est tu corazn.

DEL CORAZN NACE LA VIDAEl corazn decide, determina cmo vivimos.

Proverbios 23:7 indica que el ser humano es, tal y como decide en su corazn.

Jess afirma que nuestras conductas exteriores nacen de nuestro corazn. Mateo 13:24 nos dice que, de la abundancia del corazn habla la boca, tambin indica que, del tesoro de nuestro corazn sacamos. Mateo 15:19 y siguientes sealan de dnde proceden todas las conductas pecaminosas que el ser humano lleva a cabo. Por eso, por la importancia del corazn para el desarrollo de los proyectos vitales la Biblia afirma que se nos dar un corazn nuevo, un corazn de carne en sustitucin del corazn de piedra que la persona tiene antes de conocer a Cristo. Ezequiel 11:19 Dios, contina diciendo el profeta, nos va a dar un corazn nuevo, con una nueva capacidad, para un nuevo proyecto vital. Un corazn sensible a Dios. Ezequiel 36:25 Los estudiosos de la cultura humana distinguen tres niveles o capas en la manera de proceder de las personas: Una primera capa, la ms externa de todas, correspondera a las CONDUCTAS. Se trata de la parte ms exterior y visible del comportamiento humano. Sin embargo, esta capa ms exterior est determinada por un segundo nivel, que son los VALORES. Cada conducta humana, cada cosa que hacemos o dejamos de hacer, est determinada, guiada o dirigida por un determinado valor. Finalmente, la capa ms interior, la menos visible del comportamiento humano, es la COSMOVISIN, nuestra visin de la vida. Es nuestra cosmovisin la que decide qu valores vamos a tener y estos que conductas vamos a vivir. La cosmovisin es lo que la Biblia identifica como el corazn. El corazn determina los valores y estos, la conducta. Por eso, Dios no est interesado en cambiar las conductas, que son nicamente sntomas, sino en cambiar el corazn, que es la raz productora de las conductas. La religin est interesada en moralizar cambiar conductas externas- El cristianismo est interesado en transformar cambiar los corazones que producen esas conductas.LA IMPORTANCIA DE CUIDAR EL CORAZN

Es el mandamiento de la Biblia

La Biblia, como hemos visto, nos advierte de la necesidad de cuidar el corazn.Razones por las que debemos cuidar nuestro corazn

Por su carcter engaoso. Jeremas 17:9-10 El corazn nos puede engaar a nosotros mismos. Somos especialistas en justificar, aceptar y dar por vlido aquello que nos interesa, nos gratifica o deseamos. Podemos pasar por buenos lo que sabemos que es malo y viceversa. El corazn puede darnos todo tipo de razones para apoyar nuestros deseos e intenciones. El corazn puede engaar a otros. Nuestro exterior puede disimular y camuflar las autnticas intenciones y deseo de nuestro corazn. Podemos dar una cara a los dems y tener un corazn que refleja cosas completamente distintas. El corazn puede intentar engaar a Dios. En el evangelio de Juan captulo 2, versculos 23 y 24 se nos dice que Jess no se fiaba de las personas que aparentaban seguirle. La razn de su falta de confianza es que conoca el corazn de ellos, su autntico interior, sus autnticas motivaciones. Por esta misma razn, por el carcter engaoso y falso del corazn Dios prueba las intenciones del mismo y as lo indica Isaas 29:13 y Jeremas 12:2

Por su posible evolucin

El corazn se puede volver endurecido. Juan 12:40; Hebreos 13:7 y 8. Un corazn endurecido es aquel que padece de esclerosis espiritual. Cada vez que la Palabra de Dios nos habla, llama nuestra atencin sobre cosas que deberamos cambiar en nuestras vidas o cosas que deberamos incorporar, y hacemos odos sordos a ese toque de atencin nuestro corazn se endurece un poco. Este endurecimiento es progresivo y acumulativo. Cada vez se vuelve un poco ms duro, menos de carne, ms de piedra. Insensible. Hechos 28:27. El corazn insensible es aquel que de tanto decir no a la Palabra y la voz de Dios ha perdido totalmente su capacidad de responder a ambos. Podemos ilustrarlo con nuestra exposicin a tantas catstrofes que aparecen en la televisin. El primer da que vemos las imgenes de un terremoto o inundacin nos conmueven hondamente. Sin embargo, despus de varios das de estar expuestos a los mismos estmulos, estos acaban por perder toda fuerza impactante. Nos hemos vuelto insensibles a los mismos. Lo mismo puede suceder con nuestro corazn. Malo. Un corazn que se endurece progresivamente puede llegar a convertirse en insensible, incapaz de responder. Pero un corazn insensible puede convertirse en un corazn malo. Este tipo de corazn est descrito en el pasaje del cual Hebreos 3:12 es el centro. Es un tipo de corazn que convierte el bien en mal, que piensa y maquina la maldad, que se alimenta de la misma y produce lo mismo. Pagano. Jeremas describe en 9:26 el corazn pagano. Es aquel que en el exterior parece religioso y funcionar bien, sin embargo, en el interior, los valores, prioridades, actitudes y mentalidades que lo dominan son totalmente paganas. Un exterior religioso y un corazn pagano. Este es un gran peligro para los creyentes. Desarrollar este tipo de corazn que, dado el carcter engaoso del corazn por definicin, nos haga pensar que todo est bien porque el exterior aparenta religiosidad. Esta religiosidad aparente nos evita el tener que afrontar la realidad del interior de nuestro ser.

LA MAYORDOMA DEL CORAZNUn corazn perfecto

La Biblia nos invita a tener un corazn perfecto delante de Dios. Una buena mayordoma del corazn pasara, pues, por tener un corazn perfecto ante Dios. Vase para ello 1 Reyes 11:4; 1 Timoteo 1:5 y 2 Timoteo 2:22. David es definido en la Escritura como alguien con un corazn perfecto delante de Dios, por tanto, de su propia vida y experiencia podemos deducir en qu consiste un corazn perfecto. Un corazn perfecto no es un corazn que nunca comete errores o pecados

El corazn perfecto es aquel que:

Responde a los estmulos de la Palabra de Dios Busca activamente e intencionalmente comprender la voluntad de Dios para poder aplicarla. Responde al pecado en arrepentimiento y confesin Podemos verlo claramente en la vida de David cuando cometi el pecado contra Uras el hitita tomando a su mujer y despus asesinndolo. Confrontado por el profeta Natn confes su pecado. Tambin podemos observarlo despus de cometer el pecado de mandar censar al pueblo. David reconoci su pecado y nuevamente respondi con un corazn arrepentido.

El objetivo: desarrollo del carcter

El objetivo de cuidar el corazn es en ltima instancia, que el carcter de Cristo sea formado en nosotros (Rom 8:28-39). El propsito de Dios es que en cada uno de nosotros sea formado el carcter de Cristo: todas las circunstancias por las que pasamos en la vida tienen como fin ayudarnos a formar ese carcter. Por lo tanto, ante cada circunstancia de la vida necesitamos habituarnos a reaccionar como Cristo reaccionaba, desarrollar en nosotros el mismo sentir que hubo en Cristo (Fil. 2: 5), negarnos a nosotros mismos (nuestros propios deseos, pensamientos, sentimientos, decisiones) y tener el sentir de Cristo (Mat 16:24, Mar 8:34, Luc 9:23) y, por ltimo, hacer morir las obras y los deseos de la carne (Rom. 8: 13).

Cmo podemos mantener el corazn puro. Ideas prcticasCuidar todo lo que entra en nuestro corazn

Pasar tiempo en la presencia de Dios. Necesitamos tiempo a solas y de calidad con Dios. El Salmo 139 nos dice que el Seor escudria, observa, evala y valora los corazones. Dado el carcter engaoso de este necesitamos que sea el Seor, por medio de su Espritu, quien vive en nosotros, quien pase revista a nuestro corazn. Permitir que la Palabra de Dios nos examine. Hebreos 4:12 habla de la capacidad de esta Palabra para discernir las intenciones. Es una combinacin perfecta, dejar que el Seor nos escudrie y su Palabra nos ayude a discernir las intenciones autnticas, en ocasiones ocultas de nuestro propio corazn. Es imposible, creer lo contrario es una quimera, mantener un corazn puro sin pasar tiempo delante de la Palabra del Seor. Poner su Palabra en nuestro corazn. El conocimiento de la Palabra, tal y como dice el Salmo 119 repetidamente (vase 119:11 entre otros) es el que nos permite no pecar contra Dios y/o reconocer el pecado cuando este es cometido. Buscar cristianos que nos ayuden a no desarrollar un corazn malo. Es el consejo de Hebreos 3:12 y 13, el animarnos, estimularnos y ayudarnos mutuamente para impedir que la seduccin del pecado no nos convierta en malo el corazn. Estamos hablando del autntico compaerismo cristiano, el que nos ayuda a la prctica del bien y al amor. No estamos hablando de relaciones con cristianos que slo sirven para la crtica y las actitudes destructivas. Cuidar toda la informacin que entra en el corazn, sobretodo por medio de los ojos y los odos (Sal. 101:3; Sal. 101: 6; 1 Tes. 5: 21; Rom 12:2; Efe 4:22-24; 2 Cor 10.3-6)Cuidar todo lo que sale de nuestro corazn Cuidar lo que sale del corazn: pensamientos, palabras y decisiones.

Pensamientos

En Prov. 23: 7 se nos dice que somos lo que pensamos, por eso necesitamos cuidar nuestros pensamientos, evaluarlos constantemente, no dejar que nuestra mente divague libremente y ordenarle que pensar. Conforme pensamos, as actuamos. Si pensamos lo malo, haremos lo malo. Si pensamos lo bueno, haremos lo bueno.Rom 12:2 nos indica que cambiar nuestras acciones implica cambiar nuestros pensamientos. Filipenses 4: 8 nos dice que pensemos nicamente en lo verdadero, justo, amable y puro.

Palabras

Igualmente debemos cuidar y evaluar cuidadosamente nuestras palabras. Dedicaremos a esta cuestin un nico tema: la mayordoma de nuestra lengua. Dios nos advierte con claridad acerca de la importancia de las mismas: Mat 15:11-20: nuestras palabras nos contaminan

Prov 18:21: nuestras palabras crean vida o muerte.

Sant 3.9-12: nuestras palabras crean bendicin o maldicin.

Sant 3.1-9: nuestras palabras dirigen nuestras vidas.

Mat 12:34-37: nuestras palabras nos justificarn o condenarn.

No solo cuidar el contenido sino tambin el objetivo. Principalmente al hablar la verdad cuando se trata de decir cosas a otra persona que no estn bien en su vida necesitamos cuidar nuestras palabras para hablar la verdad en amor. La verdad dicha sin amor puede hacer mucho dao. Las verdades pueden ser dichas con la finalidad de herir, humillar o daar a aquel que las recibe. La correcta mayordoma de nuestras palabras tiene que ver con el contenido de lo que hablamos, la motivacin con la que lo hacemos y el impacto que puede causar en nuestros oyentes.

Cuidarnos de las mentiras, principalmente de las que parecen inofensivas o piadosas, y de las que se disfrazan como verdades a medias (no son verdades, son mentiras).

Decisiones Cuidar y evaluar cuidadosamente nuestras decisiones porque ninguna de ellas es neutral. Su resultado final es para la gloria de Dios o para el beneficio del diablo.Deut 30.19-20: producen vida o muerte, bendicin o maldicin. Jos 24:14-15: que cada decisin sea un servicio a Dios y para Su gloria y honra, como para El (Col 3:22-24). Mat 6:24, Luc 16:13: no podemos servir a dos amos. Sant 4:4: amigo de Dios, enemigo del mundo (y viceversa). Apo 3:16: fro o caliente, vida o muerte. Mat 7:13-14: estrecha o ancha la puerta, angosto o amplio el camino.

BIBLIOGRAFA

http://unaperspectivacristianadelamayordoma.blogspot.com.es/2008/10/la-mayordoma-del-corazn.html http://www.reyesysacerdotes.net/detallenoticias.php?recordID=217