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La métrica en el lirismo 2011 1 Lic. Alberto Díaz Perdomo LA MÉTRICA EN EL LIRISMO A- LICENCIAS POÉTICAS Existen determinadas convenciones para medir el número de sílabas de un verso escrito en lengua española: a) Si el verso acaba en palabra aguda, se le cuenta una sílaba más b) Si termina por el contrario en palabra esdrújula, se le cuenta una menos. c) Cuando se forma un diptongo o bien un hiato entre el final y el comienzo de una palabra puede contarse una sola sílaba mediante la licencia poética conocida como sinalefa . d) Si se rompe una sinalefa, se denomina a esa licencia poética dialefa . e) Si, por el contrario, el hiato existe en el interior de una palabra y la conveniencia del poeta dicta que ha de reducirse a una sola sílaba para disminuir el número de sílabas del verso, se crea una sola sílaba transformando el hiato en un diptongo mediante la licencia poética denominada sinéresis. f) Por el contrario, si la conveniencia del poeta dicta que ha de aumentarse el número de sílabas de un verso, se puede romper un diptongo creando un hiato artificial y señalándolo con dos puntos encima de la vocal más débil, que ve elevado su timbre para posibilitar la creación del hiato y que por lo tanto se creen dos sílabas distintas se le denomina diéresis . g) Cuando un verso termina en sílaba aguda y al verso siguiente le sobra una sílaba, se le añade al verso anterior. Esta licencia se utilizó cuando al menos uno de los dos versos es corto y se denomina compensación . Ejercicio Era Francia, la libre, la heroica que en sueños de siglos de dormida despertaba iracunda a la vida al reclamo viril de Dantón Era Francia que enviaba a la muerte La cabeza del rey consagrado Y que alzaba, sorbebia a su lado El altar de la Diosa Razón. Un soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tal aprieto; catorce versos dicen que es soneto: burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante y estoy a la mitad de otro cuarteto; mas si me veo en el primer terceto no hay cosa en los cuartetos que me espante. Por el primer terceto voy entrando y parece que entré con pie derecho, pues fin con este verso le voy dando. Ya estoy en el segundo, y aun sospecho que voy los trece versos acabando; contad si son catorce, y está hecho. (Lope de Vega)

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La métrica en el lirismo 2011

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Lic. Alberto Díaz Perdomo

LA MÉTRICA EN EL LIRISMO

A- LICENCIAS POÉTICAS

Existen determinadas convenciones para medir el número de sílabas de un verso escrito en lengua

española:

a) Si el verso acaba en palabra aguda, se le cuenta una sílaba más

b) Si termina por el contrario en palabra esdrújula, se le cuenta una menos.

c) Cuando se forma un diptongo o bien un hiato entre el final y el comienzo de una palabra puede

contarse una sola sílaba mediante la licencia poética conocida como sinalefa.

d) Si se rompe una sinalefa, se denomina a esa licencia poética dialefa.

e) Si, por el contrario, el hiato existe en el interior de una palabra y la conveniencia del poeta dicta que ha

de reducirse a una sola sílaba para disminuir el número de sílabas del verso, se crea una sola sílaba

transformando el hiato en un diptongo mediante la licencia poética denominada sinéresis.

f) Por el contrario, si la conveniencia del poeta dicta que ha de aumentarse el número de sílabas de un

verso, se puede romper un diptongo creando un hiato artificial y señalándolo con dos puntos encima de la

vocal más débil, que ve elevado su timbre para posibilitar la creación del hiato y que por lo tanto se creen

dos sílabas distintas se le denomina diéresis.

g) Cuando un verso termina en sílaba aguda y al verso siguiente le sobra una sílaba, se le añade al verso

anterior. Esta licencia se utilizó cuando al menos uno de los dos versos es corto y se denomina

compensación.

Ejercicio

Era Francia, la libre, la heroica

que en sueños de siglos de dormida

despertaba iracunda a la vida

al reclamo viril de Dantón

Era Francia que enviaba a la muerte

La cabeza del rey consagrado

Y que alzaba, sorbebia a su lado

El altar de la Diosa Razón.

Un soneto me manda hacer Violante,

que en mi vida me he visto en tal aprieto;

catorce versos dicen que es soneto:

burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante

y estoy a la mitad de otro cuarteto;

mas si me veo en el primer terceto

no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando

y parece que entré con pie derecho,

pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho

que voy los trece versos acabando;

contad si son catorce, y está hecho.

(Lope de Vega)

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B- CLASES DE VERSOS Los tipos de verso de la métrica española pueden definirse según la acentuación de la palabra final, según

el número de sílabas y según el ritmo o compás de los acentos.

Según la acentuación de la palabra final

El verso español puede ser oxítono si termina en palabra aguda; paroxítono si termina en palabra llana y

proparoxítono si termina en palabra esdrújula o sobreesdrújula. En español el verso más abundante es el

paroxítono.

Según el número de sílabas

En la métrica española existen cuatro tipos principales de versos: los de arte menor, los de arte mayor, los

compuestos de arte mayor y el versículo.

El arte menor está formado por los versos que tienen hasta ocho sílabas; el arte mayor, por el contrario,

está formado por los versos que tienen nueve o más sílabas. Independientemente de estas dos

clasificaciones, está el llamado versículo, que es un verso irregular sin número fijo de sílabas y por lo

general tan largo que desborda el arte mayor.

En el arte menor los versos de dos sílabas se denominan bisílabos; de tres, trisílabos; de cuatro,

tetrasílabos; de cinco, pentasílabos; de seis, hexasílabos; de siete, heptasílabos; y de ocho, octosílabos.

En el arte mayor, los versos de nueve sílabas se denominan eneasílabos; los de diez, decasílabos; los de

once, endecasílabos; los de doce, dodecasílabos; los de trece, tridecasílabos; los de catorce, alejandrinos o

tetradecasílabos.

Los versos de más de once sílabas se le denominan compuestos de arte mayor, poseen una cesura interior

constante o pausa fijada hacia su mitad, aunque puede haber de hecho hasta tres cesuras. Así, por

ejemplo, en el tipo más común de dodecasílabo hay una cesura después de la sexta sílaba y después de la

séptima en el caso del dodecasílabo de seguidilla. Hacia Roma caminan / dos peregrinos,

En el alejandrino, después de la séptima sílaba. Las dos mitades del verso dividido por la cesura se

denominan hemistiquios y se miden de igual forma que si fueran versos enteros, aplicándoseles la regla

que dice que si acaban en aguda se cuenta una sílaba más y si acaban en esdrújula una menos:

El versículo o verso de extensión desmedida sin rima.

C- RITMO ACENTUAL Algunos de los tipos de versos deben poseer acentos fijos en determinadas sílabas para poder ser

métricamente correctos. Es el caso del endecasílabo debe llevar acento fijo siempre en la sexta sílaba

(endecasílabo propio) o bien en la cuarta y octava (endecasílabo sáfico).

El endecasílabo propio puede tener también, y de hecho tiene, otros acentos opcionales que sirven para

clasificarlo en diferentes tipos. Por ejemplo, el endecasílabo acentuado en primera y sexta sílaba se

denomina enfático; el acentuado en segunda y sexta, heroico; y el acentuado en tercera y sexta, melódico.

Cada cual posee una distinta expresividad, y gracias a estas variantes el endecasílabo es un instrumento

lírico sumamente variado y rítmicamente flexible.

Endecasílabo propio: acento en 6.ª

Endecasílabo propio enfático: acentos en 1ª, 6.ª y 10.ª

Endecasílabo propio heroico: acentos en 2ª, 6.ª y 10.ª

Endecasílabo propio melódico: acentos en 3ª, 6.ª y 10.ª

Endecasílabo sáfico: acentos en 4.ª, 8.ª y 10.ª

Endecasílabo mixto o poli-rítmico: el que mezcla dos o más de los patrones acentúales anteriores.

Endecasílabo dactílico: acentos en 1.ª, 4.ª, 7.ª y 10.ª

Endecasílabo galaico: acentos en 5.ª y 10.ª

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Ejercicio

a) Medir los siguientes poemas

Tu espalda es mi descanso mi sosiego,

es la calma después de haber amado,

tu espalda es el refugio donde llego

a lamer mis heridas angustiado.

Tu espalda es taller de mi poesía

por las noches que paso desvelado,

tu espalda tiene el fin de cada día,

es el sueño y un beso ya cansado.

Y si todo se me hace cuesta arriba,

si la vida se ensaña con mi vida,

mas que nunca tu espalda es necesaria.

Pues si es dura la mano del destino,

tu espalda es altar donde me inclino

para llegar a Dios... con mi plegaria

(Ramón de Almagro)

Lincha el prejuicio del humor satánico,

anhela importunar con un titánico

escarmiento a la roja emperatriz,

libre de la serena guillotina

el músculo, la oculta golosina,

se malogra sintiéndose infeliz.

La atalaya, perfume de aromáticos

esbozos, pinta sus versos simpáticos

fútil iris extinto en soledad,

la hendida lengua ciñe sus agujas

y lame así la costra entre burbujas,

calidoscopio azul de la verdad.

Desequilibra una elipsis las métricas

para esculpir el mal de curvas tétricas,

salidas, con relente, en su escozor.

Límpido edén, se me insinúa manso

resolviendo el ecuánime descanso,

a la savia, caricias y dulzor.

(Freya Nistal)

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D- LA RIMA

Se denomina rima a la repetición de una secuencia de fonemas o sonidos al final del verso a partir de la

última vocal acentuada, incluida ésta.

Si la repetición es de todos los fonemas a partir de dicho límite, se denomina rima consonante; por

ejemplo, en "Todo necio / confunde valor y precio", la rima es consonante en -ecio, porque desde la

última vocal acentuada todos los fonemas coinciden.

Si la repetición es sólo de las vocales a partir de dicho límite, entonces se habla de rima asonante, como

por ejemplo en "Más vale pájaro en mano / que ciento volando". A efectos de la rima asonante, la u

postónica se considera equivalente a la o, y la i equivalente a la e: así "Venus" rima con "cielo" y "símil"

con "quince". En las palabras esdrújulas, sólo se toman en cuenta la vocal tónica y la de la sílaba final:

por tanto, "súbito" rima con "turco" en ú-o.

El verso blanco es un tipo de composición poética, que se caracteriza por carecer de rima.

Puente de mi soledad

por los ojos de mi muerte

tus aguas van hacia el mar,

al mar del que no se vuelve.

(Emilio Prados)

No me conformo, no: me desespero

como si fuera un huracán de lava

en el presidio de una almendra esclava

o en el penal colgante de un jilguero.

Besarte fue besar un avispero

que me clava al tormento y me desclava

y cava un hoyo fúnebre y lo cava

dentro del corazón donde me muero. (Miguel Hernández)

No me conformo, no: ya es tanto y tanto

idolatrar la imagen de tu beso

y perseguir el curso de tu aroma.

Un enterrado vivo por el llanto,

una revolución dentro de un hueso,

un rayo soy sujeto a una redoma. (Miguel Hernández)

E- CLASES DE ESTROFAS Se entiende por estrofa en métrica a un conjunto de versos con una distribución fija de sílabas y rimas que

se repite en un mismo poema con regularidad. A veces también constituye por sí mismo un pequeño

poema. Casi siempre la estrofa encierra un pensamiento completo, por lo que posee una cierta autonomía

semántica. Las estrofas de la métrica castellana comprenden entre dos y trece versos.

a) Estrofas de dos versos

Se denomina pareado a las estrofas de dos versos

Me ha salido un pareado

sin habérmelo pensado

De este mundo sacarás

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lo que metas, nada más

Yo he hecho lo que he podido

Fortuna, lo que ha querido

b) Estrofas de tres versos

Se denomina terceto porque está formado por tres versos, generalmente endecasílabos.

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

Musa soberbia y confusa,

ángel, espectro, medusa,

tal parece tu musa.

c) Estrofa de cuatro versos

Composición poética que consta de cuatro versos.

La seguidilla es una estrofa de cuatro versos de tipo popular en los que los impares son de siete y los

pares de cinco sílabas.

Aunque soy de La Mancha

no mancho a nadie;

más de cuatro quisieran

tener mi sangre.

La redondilla es una estrofa de cuatro versos octosílabos.

Ven muerte tan escondida,

que no te sienta venir

porque el placer de morir

no me torne a dar la vida.

El cuarteto es una estrofa de cuatro como la redondilla, pero con versos de once sílabas (endecasílabos)

Nadie rebaje a lágrima o reproche

esta declaración de la maestría

de Dios, que con magnífica ironía

me dio a la vez los libros y la noche (Jorge Luis Borges)

El serventesio es una estrofa de cuatro versos de arte mayor (por lo general alejandrinos)

El dueño fui de mi jardín de sueño,

lleno de rosas y de cisnes vagos;

el dueño de las tórtolas, el dueño

de góndolas y liras en los lagos. (Rubén Darío)

d) Estrofa de cinco versos

Composición poética que consta de cinco versos.

La quintilla es una estrofa de cinco versos de arte menor, por lo general octosílabos

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Quedar las arcas vacías,

donde se encerraba el oro

que dicen que recogías,

nos muestra que tu tesoro

en el cielo lo escondías. (Miguel de Cervantes)

La lira es una estrofa de cinco versos de siete y once sílabas

Si de mi baja lira

tanto pudiese el son, que en un momento

aplacase la ira

del animoso viento

y la furia del mar y el movimiento...

La tanka es una estrofa de origen japonés que consta de cinco versos, pentasílabos y heptasílabos,

Alto en la cumbre

todo el jardín es luna,

luna de oro.

Más precioso es el roce

de tu boca en la sombra.

e) Estrofa de seis versos

Composición poética que consta de seis versos.

La sextilla es la combinación de seis versos cortos, generalmente octosílabos. Por lo general suelen ser

un cuarteto y un pareado, un pareado y una redondilla.

Cantando me he de morir

cantando me han de enterrar,

y cantando he de llegar

al pie del eterno padre:

dende el vientre de mi madre

vine a este mundo a cantar. (José Hernández, Martín Fierro)

La copla de pie quebrado combina versos de ocho y cuatro sílabas (llamado quebrado, o partido, por

tener la mitad que el más largo

Ved de cuan poco valor

son las cosas tras que andamos

y corremos

que en este mundo traidor

aun primero que muramos

las perdemos.

f) Estrofas de ocho versos

Composición poética que consta de ocho versos.

La octavilla, estrofa de ocho versos cortos; la más común se compone de octosílabos.

"Vos sos un gaucho matrero"

dijo uno, haciéndose el bueno.

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"Vos mataste un moreno

y otro en una pulpería,

y aquí está la policía

que viene a justar tus cuentas;

te va alzar por la cuarenta

si te resistís hoy día.

La copla de arte mayor es una estrofa en versos de doce sílabas o dodecasílabos divididos en dos

hemistiquios de seis sílabas con cuatro acentos fuertes en total separados cada uno por dos sílabas tónicas:

Al muy prepotente don Juan el segundo

a aquel con quien Júpiter tuvo tal celo

que tanta de parte le hizo del mundo

cuanta a sí mismo se hizo del cielo;

al gran rey de España, al César novelo

al que con Fortuna es bien afortunado;

a aquel en quien caben virtud y reinado

a él la rodilla fincada por suelo.

La octava real es una estrofa formada por endecasílabos. Es estrofa usada fundamentalmente en poemas

narrativos y de épica culta.

No las damas, amor, no gentilezas

de caballeros canto enamorados,

ni las muestras, regalos y ternezas

de amorosos afectos y cuidados,

mas el valor, los gestos, las proezas

de aquellos españoles esforzados

que a la cerviz de Arauco no domada

pusieron duro yugo por la espada.

La octavilla real es una estrofa de ocho versos compuesta por dos redondillas unidas, pero con la

peculiaridad de que una de las rimas de la primera redondilla se repite en la siguiente:

Mal jugar hace quien juega

con quien siente, maguer calle:

de lo que hace en la calle,

¿quién es el que se deniega?

Ambición es cosa ciega

y recibe disoluto;

poder y mando absoluto

fin de padre es quien lo niega.

g) Estrofas de diez versos

Composición poética que consta de diez versos.

La décima es una estrofa constituida por 10 versos octosílabos. Actualmente se denomina décima

espinela del poeta y novelista Vicente Espinel, de fines del siglo XVI.

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Yo sueño que estoy aquí

de estas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño

y los sueños, sueños son. (Pedro Calderón de la Barca, siglo XVII)

La seguidilla chamberga es una seguidilla simple a la que se le añaden seis versos formando tres

pareados, los impares trisílabos y los pares heptasílabos:

Alto fue, y en virtudes

que tuvo excelsas,

su excelencia me admira

como su alteza.

Su estado

se me pasa por alto;

esperen

de su alteza mercedes,

que el santo

si no pródigo, es largo.

F- CLASES DE POEMAS El romance es un poema compuesta por una serie indefinida de versos octosílabos. Suele usarse para

narraciones, o con contenido narrativo-lírico.

Que por mayo era, por mayo,

cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor;

sino yo, triste, cuitado,

que vivo en esta prisión;

que ni sé cuándo es de día

ni cuándo las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba el albor.

Matómela un ballestero;

dele Dios mal galardón.

El llamado romance heroico está compuesto por versos endecasílabos. Lo creó Sor Juana Inés de la Cruz

y se utilizó ampliamente en el siglo XVIII y XIX:

Entran de dos en dos en la estacada,

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con lento paso y grave compostura,

sobre negros caballos, ocho pajes,

negras la veste, la gualdrapa y plumas;

después cuatro escuderos enlutados,

y cuatro ancianos caballeros, cuyas

armas empavonadas y rodelas

con negras manchas que el blasón ocultan,

y cuyas picas que por tierra arrastran,

sin pendoncillo la acerada punta,

que son, van tristemente publicando,

de la casa de Lara y de su alcurnia. (Ángel Saavedra, Duque de Rivas, s. XIX)

La silva es de origen italiano y consiste en una extensión indeterminada de versos de siete y once sílabas

combinados. Fue introducida en la lírica española en 1613 por Luis de Góngora en sus Soledades:

Era del año la estación florida

en que el mentido robador de Europa

—media luna las armas de su frente,

y el Sol todo los rayos de su pelo—,

luciente honor del cielo,

en campos de zafiro pace estrellas,

cuando el que ministrar podía la copa

a Júpiter mejor que el garzón de Ida,

—náufrago y desdeñado, sobre ausente—,

lagrimosas de amor dulces querellas

da al mar; que condolido,

fue a las ondas, fue al viento

el mísero gemido,

segundo de Arïón dulce instrumento.

(Luis de Góngora, Soledad primera)

El soneto es una agrupación de endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y de dos tercetos, hasta un

total de catorce versos.

En fin, a vuestras manos he venido,

do sé que he de morir tan apretado,

que aun aliviar con quejas mi cuidado,

como remedio, me es ya defendido;

mi vida no sé en qué se ha sostenido,

si no es en haber sido yo guardado

para que sólo en mí fuese probado

cuanto corta una espada en un rendido.

Mis lágrimas han sido derramadas

donde la sequedad y la aspereza

dieron mal fruto dellas y mi suerte:

¡basten las que por vos tengo lloradas;

no os venguéis más de mí con mi flaqueza;

allá os vengad, señora, con mi muerte! (Garcilaso de la Vega)

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Ejercicio

Tenerte

Eres perfecta, bella, codiciada como el oro,

como una noche sin nubes, luna llena,

creo sin duda, que consitutuyes el mayor tesoro,

y que nada en esta vida merece más la pena,

quizá, escuchar tu preciosa voz unida a tu coro,

o recitando entera, nuestra gran obra Juan de Mairena,

nada que pueda suceder sería tan triste como perderte,

espero, si es posible, unirme a ti eternamente... haya suerte.

Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis;

Si con ansia sin igual.

solicitáis su desdén,

¿por qué queréis que obren bien,

si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia

y luego, con gravedad,

decís que fue liviandad

lo que hizo la diligencia.

Parecer que quiere el denuedo

de vuestro parecer loco,

al niño que pone el coco

y luego le tiene miedo. (Sor Juana Inés de la Cruz)

Ondas Muertas (Manuel Gutierrez Najera)

En la sombra debajo de tierra,

donde nunca llegó la mirada,

se deslizan en curso infinito

silenciosas corrientes de agua.

Las primeras, al fin, sorprendidas,

por el hierro de rocas taladra,

en inmenso penacho de espumas

hervorosas y límpidas saltan.

Mas las otras, en densa tiniebla,

retorciéndose siempre resbalan,

sin hallar la salida que buscan,

a perpetuo correr condenadas.

A la mar se encaminan los ríos,

y en su espejo movible de plata,

van copiando los astros del cielo

o los pálidos tintes del alba:

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ellos tienen cendales de flores,

en su seno las ninfas se bañan,

fecundizan los fértiles valles,

y sus ondas son de agua que canta.

En la fuente de mármoles níveos,

juguetona y traviesa es el agua,

como niña que en regio palacio

sus collares de perlas desgrana;

ya cual flecha bruñida se eleva,

ya en abierto abanico se alza,

de diamantes salpica las hojas

o se duerme cantando en voz baja.

En el mar soberano las olas

los peñascos abruptos asaltan;

al moverse, la tierra conmueve

y el tumulto los cielos escalan.

Allí es vida y es fuerza invencible,

allí es reina colérica el agua,

como igual con los cielos combate

y con dioses monstruosos batalla.

¡Cuán distinta la negra corriente

a perpetua prisión condenada,

la que vive debajo de tierra

do ni yertos cadáveres bajan!

La que nunca la luz ha sentido,

la que nunca solloza ni canta,

esa muda que nadie conoce,

esa ciega que tiene esclava.

Como ella, de nadie sabidas,

como ella, de sombras cercadas,

sois vosotras también, las oscuras

silenciosas corrientes de mi alma.

¿Quién jamás conoció vuestro curso?

¡Nadie a veros benévolo baja!

Y muy hondo, muy hondo se extienden

vuestras olas cautivas que callan.

Y si paso os abrieran, saldríais,

como chorro bullente de agua,

que en columna rabiosa de espuma

sobre pinos y cedros se alza.

Pero nunca jamás, prisioneras,

sentiréis de la luz la mirada:

¡seguid siempre rodando en la sombra,

silenciosas corrientes del alma!

DETENTE SOMBRA

Detente, sombra de mi bien esquivo,

imagen del hechizo que más quiero,

bella ilusión por quien alegre muero,

dulce ficción por quien penosa vivo.

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Si al imán de tus gracias, atractivo,

sirve mi pecho de obediente acero,

¿para qué me enamoras lisonjero

si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,

de que triunfa de mí tu tiranía:

que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,

poco importa burlar brazos y pecho

si te labra prisión mi fantasía. (Sor Juana Inés de la Cruz)

ESTA TARDE MI BIEN

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,

como en tu rostro y tus acciones vía

que con palabras no te persuadía,

que el corazón me vieses deseaba;

y Amor, que mis intentos ayudaba,

venció lo que imposible parecía:

pues entre el llanto, que el dolor vertía,

el corazón deshecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste:

no te atormenten más celos tiranos,

ni el vil recelo tu inquietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,

pues ya en líquido humor viste y tocaste

mi corazón deshecho entre tus manos. (Sor Juana Inés de la Cruz)

HOMBRES NECIOS

Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis;

Si con ansia sin igual.

solicitáis su desdén,

¿por qué queréis que obren bien,

si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia

y luego, con gravedad,

decís que fue liviandad

lo que hizo la diligencia.

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Parecer que quiere el denuedo

de vuestro parecer loco,

al niño que pone el coco

y luego le tiene miedo. (Sor Juana Inés de la Cruz)

SONETO I

Cuando me paro a contemplar mi estado

y a ver los pasos por dó me ha traído,

hallo, según por do anduve perdido,

que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino estoy olvidado,

a tanto mal no sé por dó he venido:

sé que me acabo, y mas he yo sentido

ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte

a quien sabrá perderme y acabarme,

si quisiere, y aun sabrá querello:

que pues mi voluntad puede matarme,

la suya, que no es tanto de mi parte,

pudiendo, ¿qué hará sino hacello? (Garcilaso de la Vega)

LA SOLEDAD DEL VIENTO (Es una silva)

Sí, reconozco haber desvencijado

el pergamino verde y el ungüento

vítreo, porque sólo ellos saben

la soledad del viento.

Cuando las hojas mienten mi garganta

y en el rumor del mar, de ciento en ciento,

quiero sonar mi pena y no me deja

la soledad del viento

recorrería el cielo en un suspiro

diseminando todo lo que siento

con la liturgia arcana que comprende,

la soledad del viento,

que el remolino gris de las ciudades,

entumecido el tuétano en cemento,

dobla en la esquina, cada noche oscura,

la soledad del viento,

que de empujar estrellas en la noche

llego agotado al mar, ya sin aliento,

porque no encuentre puertas ni ventanas

la soledad del viento,

que mi grandeza, tanta, tan minúscula

como mi fuerza es nada, y mi talento;

si no se puede dar y no lo puede

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la soledad del viento,

que la oración, la culpa y la promesa,

la mezquindad, la fábula del cuento,

de los demás es mía y nadie suma

la soledad del viento,

que abandoné la rabia de mi boca,

y en su lugar compuse un juramento

pero jamás besaba mi tragedia,

la soledad del viento…

Segis