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La métrica en el lirismo 2011
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Lic. Alberto Díaz Perdomo
LA MÉTRICA EN EL LIRISMO
A- LICENCIAS POÉTICAS
Existen determinadas convenciones para medir el número de sílabas de un verso escrito en lengua
española:
a) Si el verso acaba en palabra aguda, se le cuenta una sílaba más
b) Si termina por el contrario en palabra esdrújula, se le cuenta una menos.
c) Cuando se forma un diptongo o bien un hiato entre el final y el comienzo de una palabra puede
contarse una sola sílaba mediante la licencia poética conocida como sinalefa.
d) Si se rompe una sinalefa, se denomina a esa licencia poética dialefa.
e) Si, por el contrario, el hiato existe en el interior de una palabra y la conveniencia del poeta dicta que ha
de reducirse a una sola sílaba para disminuir el número de sílabas del verso, se crea una sola sílaba
transformando el hiato en un diptongo mediante la licencia poética denominada sinéresis.
f) Por el contrario, si la conveniencia del poeta dicta que ha de aumentarse el número de sílabas de un
verso, se puede romper un diptongo creando un hiato artificial y señalándolo con dos puntos encima de la
vocal más débil, que ve elevado su timbre para posibilitar la creación del hiato y que por lo tanto se creen
dos sílabas distintas se le denomina diéresis.
g) Cuando un verso termina en sílaba aguda y al verso siguiente le sobra una sílaba, se le añade al verso
anterior. Esta licencia se utilizó cuando al menos uno de los dos versos es corto y se denomina
compensación.
Ejercicio
Era Francia, la libre, la heroica
que en sueños de siglos de dormida
despertaba iracunda a la vida
al reclamo viril de Dantón
Era Francia que enviaba a la muerte
La cabeza del rey consagrado
Y que alzaba, sorbebia a su lado
El altar de la Diosa Razón.
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
(Lope de Vega)
La métrica en el lirismo 2011
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Lic. Alberto Díaz Perdomo
B- CLASES DE VERSOS Los tipos de verso de la métrica española pueden definirse según la acentuación de la palabra final, según
el número de sílabas y según el ritmo o compás de los acentos.
Según la acentuación de la palabra final
El verso español puede ser oxítono si termina en palabra aguda; paroxítono si termina en palabra llana y
proparoxítono si termina en palabra esdrújula o sobreesdrújula. En español el verso más abundante es el
paroxítono.
Según el número de sílabas
En la métrica española existen cuatro tipos principales de versos: los de arte menor, los de arte mayor, los
compuestos de arte mayor y el versículo.
El arte menor está formado por los versos que tienen hasta ocho sílabas; el arte mayor, por el contrario,
está formado por los versos que tienen nueve o más sílabas. Independientemente de estas dos
clasificaciones, está el llamado versículo, que es un verso irregular sin número fijo de sílabas y por lo
general tan largo que desborda el arte mayor.
En el arte menor los versos de dos sílabas se denominan bisílabos; de tres, trisílabos; de cuatro,
tetrasílabos; de cinco, pentasílabos; de seis, hexasílabos; de siete, heptasílabos; y de ocho, octosílabos.
En el arte mayor, los versos de nueve sílabas se denominan eneasílabos; los de diez, decasílabos; los de
once, endecasílabos; los de doce, dodecasílabos; los de trece, tridecasílabos; los de catorce, alejandrinos o
tetradecasílabos.
Los versos de más de once sílabas se le denominan compuestos de arte mayor, poseen una cesura interior
constante o pausa fijada hacia su mitad, aunque puede haber de hecho hasta tres cesuras. Así, por
ejemplo, en el tipo más común de dodecasílabo hay una cesura después de la sexta sílaba y después de la
séptima en el caso del dodecasílabo de seguidilla. Hacia Roma caminan / dos peregrinos,
En el alejandrino, después de la séptima sílaba. Las dos mitades del verso dividido por la cesura se
denominan hemistiquios y se miden de igual forma que si fueran versos enteros, aplicándoseles la regla
que dice que si acaban en aguda se cuenta una sílaba más y si acaban en esdrújula una menos:
El versículo o verso de extensión desmedida sin rima.
C- RITMO ACENTUAL Algunos de los tipos de versos deben poseer acentos fijos en determinadas sílabas para poder ser
métricamente correctos. Es el caso del endecasílabo debe llevar acento fijo siempre en la sexta sílaba
(endecasílabo propio) o bien en la cuarta y octava (endecasílabo sáfico).
El endecasílabo propio puede tener también, y de hecho tiene, otros acentos opcionales que sirven para
clasificarlo en diferentes tipos. Por ejemplo, el endecasílabo acentuado en primera y sexta sílaba se
denomina enfático; el acentuado en segunda y sexta, heroico; y el acentuado en tercera y sexta, melódico.
Cada cual posee una distinta expresividad, y gracias a estas variantes el endecasílabo es un instrumento
lírico sumamente variado y rítmicamente flexible.
Endecasílabo propio: acento en 6.ª
Endecasílabo propio enfático: acentos en 1ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio heroico: acentos en 2ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio melódico: acentos en 3ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo sáfico: acentos en 4.ª, 8.ª y 10.ª
Endecasílabo mixto o poli-rítmico: el que mezcla dos o más de los patrones acentúales anteriores.
Endecasílabo dactílico: acentos en 1.ª, 4.ª, 7.ª y 10.ª
Endecasílabo galaico: acentos en 5.ª y 10.ª
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Ejercicio
a) Medir los siguientes poemas
Tu espalda es mi descanso mi sosiego,
es la calma después de haber amado,
tu espalda es el refugio donde llego
a lamer mis heridas angustiado.
Tu espalda es taller de mi poesía
por las noches que paso desvelado,
tu espalda tiene el fin de cada día,
es el sueño y un beso ya cansado.
Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
mas que nunca tu espalda es necesaria.
Pues si es dura la mano del destino,
tu espalda es altar donde me inclino
para llegar a Dios... con mi plegaria
(Ramón de Almagro)
Lincha el prejuicio del humor satánico,
anhela importunar con un titánico
escarmiento a la roja emperatriz,
libre de la serena guillotina
el músculo, la oculta golosina,
se malogra sintiéndose infeliz.
La atalaya, perfume de aromáticos
esbozos, pinta sus versos simpáticos
fútil iris extinto en soledad,
la hendida lengua ciñe sus agujas
y lame así la costra entre burbujas,
calidoscopio azul de la verdad.
Desequilibra una elipsis las métricas
para esculpir el mal de curvas tétricas,
salidas, con relente, en su escozor.
Límpido edén, se me insinúa manso
resolviendo el ecuánime descanso,
a la savia, caricias y dulzor.
(Freya Nistal)
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D- LA RIMA
Se denomina rima a la repetición de una secuencia de fonemas o sonidos al final del verso a partir de la
última vocal acentuada, incluida ésta.
Si la repetición es de todos los fonemas a partir de dicho límite, se denomina rima consonante; por
ejemplo, en "Todo necio / confunde valor y precio", la rima es consonante en -ecio, porque desde la
última vocal acentuada todos los fonemas coinciden.
Si la repetición es sólo de las vocales a partir de dicho límite, entonces se habla de rima asonante, como
por ejemplo en "Más vale pájaro en mano / que ciento volando". A efectos de la rima asonante, la u
postónica se considera equivalente a la o, y la i equivalente a la e: así "Venus" rima con "cielo" y "símil"
con "quince". En las palabras esdrújulas, sólo se toman en cuenta la vocal tónica y la de la sílaba final:
por tanto, "súbito" rima con "turco" en ú-o.
El verso blanco es un tipo de composición poética, que se caracteriza por carecer de rima.
Puente de mi soledad
por los ojos de mi muerte
tus aguas van hacia el mar,
al mar del que no se vuelve.
(Emilio Prados)
No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava
o en el penal colgante de un jilguero.
Besarte fue besar un avispero
que me clava al tormento y me desclava
y cava un hoyo fúnebre y lo cava
dentro del corazón donde me muero. (Miguel Hernández)
No me conformo, no: ya es tanto y tanto
idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.
Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma. (Miguel Hernández)
E- CLASES DE ESTROFAS Se entiende por estrofa en métrica a un conjunto de versos con una distribución fija de sílabas y rimas que
se repite en un mismo poema con regularidad. A veces también constituye por sí mismo un pequeño
poema. Casi siempre la estrofa encierra un pensamiento completo, por lo que posee una cierta autonomía
semántica. Las estrofas de la métrica castellana comprenden entre dos y trece versos.
a) Estrofas de dos versos
Se denomina pareado a las estrofas de dos versos
Me ha salido un pareado
sin habérmelo pensado
De este mundo sacarás
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lo que metas, nada más
Yo he hecho lo que he podido
Fortuna, lo que ha querido
b) Estrofas de tres versos
Se denomina terceto porque está formado por tres versos, generalmente endecasílabos.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
Musa soberbia y confusa,
ángel, espectro, medusa,
tal parece tu musa.
c) Estrofa de cuatro versos
Composición poética que consta de cuatro versos.
La seguidilla es una estrofa de cuatro versos de tipo popular en los que los impares son de siete y los
pares de cinco sílabas.
Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie;
más de cuatro quisieran
tener mi sangre.
La redondilla es una estrofa de cuatro versos octosílabos.
Ven muerte tan escondida,
que no te sienta venir
porque el placer de morir
no me torne a dar la vida.
El cuarteto es una estrofa de cuatro como la redondilla, pero con versos de once sílabas (endecasílabos)
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche (Jorge Luis Borges)
El serventesio es una estrofa de cuatro versos de arte mayor (por lo general alejandrinos)
El dueño fui de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos. (Rubén Darío)
d) Estrofa de cinco versos
Composición poética que consta de cinco versos.
La quintilla es una estrofa de cinco versos de arte menor, por lo general octosílabos
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Quedar las arcas vacías,
donde se encerraba el oro
que dicen que recogías,
nos muestra que tu tesoro
en el cielo lo escondías. (Miguel de Cervantes)
La lira es una estrofa de cinco versos de siete y once sílabas
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento...
La tanka es una estrofa de origen japonés que consta de cinco versos, pentasílabos y heptasílabos,
Alto en la cumbre
todo el jardín es luna,
luna de oro.
Más precioso es el roce
de tu boca en la sombra.
e) Estrofa de seis versos
Composición poética que consta de seis versos.
La sextilla es la combinación de seis versos cortos, generalmente octosílabos. Por lo general suelen ser
un cuarteto y un pareado, un pareado y una redondilla.
Cantando me he de morir
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del eterno padre:
dende el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar. (José Hernández, Martín Fierro)
La copla de pie quebrado combina versos de ocho y cuatro sílabas (llamado quebrado, o partido, por
tener la mitad que el más largo
Ved de cuan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos
que en este mundo traidor
aun primero que muramos
las perdemos.
f) Estrofas de ocho versos
Composición poética que consta de ocho versos.
La octavilla, estrofa de ocho versos cortos; la más común se compone de octosílabos.
"Vos sos un gaucho matrero"
dijo uno, haciéndose el bueno.
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"Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
y aquí está la policía
que viene a justar tus cuentas;
te va alzar por la cuarenta
si te resistís hoy día.
La copla de arte mayor es una estrofa en versos de doce sílabas o dodecasílabos divididos en dos
hemistiquios de seis sílabas con cuatro acentos fuertes en total separados cada uno por dos sílabas tónicas:
Al muy prepotente don Juan el segundo
a aquel con quien Júpiter tuvo tal celo
que tanta de parte le hizo del mundo
cuanta a sí mismo se hizo del cielo;
al gran rey de España, al César novelo
al que con Fortuna es bien afortunado;
a aquel en quien caben virtud y reinado
a él la rodilla fincada por suelo.
La octava real es una estrofa formada por endecasílabos. Es estrofa usada fundamentalmente en poemas
narrativos y de épica culta.
No las damas, amor, no gentilezas
de caballeros canto enamorados,
ni las muestras, regalos y ternezas
de amorosos afectos y cuidados,
mas el valor, los gestos, las proezas
de aquellos españoles esforzados
que a la cerviz de Arauco no domada
pusieron duro yugo por la espada.
La octavilla real es una estrofa de ocho versos compuesta por dos redondillas unidas, pero con la
peculiaridad de que una de las rimas de la primera redondilla se repite en la siguiente:
Mal jugar hace quien juega
con quien siente, maguer calle:
de lo que hace en la calle,
¿quién es el que se deniega?
Ambición es cosa ciega
y recibe disoluto;
poder y mando absoluto
fin de padre es quien lo niega.
g) Estrofas de diez versos
Composición poética que consta de diez versos.
La décima es una estrofa constituida por 10 versos octosílabos. Actualmente se denomina décima
espinela del poeta y novelista Vicente Espinel, de fines del siglo XVI.
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Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son. (Pedro Calderón de la Barca, siglo XVII)
La seguidilla chamberga es una seguidilla simple a la que se le añaden seis versos formando tres
pareados, los impares trisílabos y los pares heptasílabos:
Alto fue, y en virtudes
que tuvo excelsas,
su excelencia me admira
como su alteza.
Su estado
se me pasa por alto;
esperen
de su alteza mercedes,
que el santo
si no pródigo, es largo.
F- CLASES DE POEMAS El romance es un poema compuesta por una serie indefinida de versos octosílabos. Suele usarse para
narraciones, o con contenido narrativo-lírico.
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.
El llamado romance heroico está compuesto por versos endecasílabos. Lo creó Sor Juana Inés de la Cruz
y se utilizó ampliamente en el siglo XVIII y XIX:
Entran de dos en dos en la estacada,
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con lento paso y grave compostura,
sobre negros caballos, ocho pajes,
negras la veste, la gualdrapa y plumas;
después cuatro escuderos enlutados,
y cuatro ancianos caballeros, cuyas
armas empavonadas y rodelas
con negras manchas que el blasón ocultan,
y cuyas picas que por tierra arrastran,
sin pendoncillo la acerada punta,
que son, van tristemente publicando,
de la casa de Lara y de su alcurnia. (Ángel Saavedra, Duque de Rivas, s. XIX)
La silva es de origen italiano y consiste en una extensión indeterminada de versos de siete y once sílabas
combinados. Fue introducida en la lírica española en 1613 por Luis de Góngora en sus Soledades:
Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
—media luna las armas de su frente,
y el Sol todo los rayos de su pelo—,
luciente honor del cielo,
en campos de zafiro pace estrellas,
cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida,
—náufrago y desdeñado, sobre ausente—,
lagrimosas de amor dulces querellas
da al mar; que condolido,
fue a las ondas, fue al viento
el mísero gemido,
segundo de Arïón dulce instrumento.
(Luis de Góngora, Soledad primera)
El soneto es una agrupación de endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y de dos tercetos, hasta un
total de catorce versos.
En fin, a vuestras manos he venido,
do sé que he de morir tan apretado,
que aun aliviar con quejas mi cuidado,
como remedio, me es ya defendido;
mi vida no sé en qué se ha sostenido,
si no es en haber sido yo guardado
para que sólo en mí fuese probado
cuanto corta una espada en un rendido.
Mis lágrimas han sido derramadas
donde la sequedad y la aspereza
dieron mal fruto dellas y mi suerte:
¡basten las que por vos tengo lloradas;
no os venguéis más de mí con mi flaqueza;
allá os vengad, señora, con mi muerte! (Garcilaso de la Vega)
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Ejercicio
Tenerte
Eres perfecta, bella, codiciada como el oro,
como una noche sin nubes, luna llena,
creo sin duda, que consitutuyes el mayor tesoro,
y que nada en esta vida merece más la pena,
quizá, escuchar tu preciosa voz unida a tu coro,
o recitando entera, nuestra gran obra Juan de Mairena,
nada que pueda suceder sería tan triste como perderte,
espero, si es posible, unirme a ti eternamente... haya suerte.
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
Si con ansia sin igual.
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien,
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer que quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo. (Sor Juana Inés de la Cruz)
Ondas Muertas (Manuel Gutierrez Najera)
En la sombra debajo de tierra,
donde nunca llegó la mirada,
se deslizan en curso infinito
silenciosas corrientes de agua.
Las primeras, al fin, sorprendidas,
por el hierro de rocas taladra,
en inmenso penacho de espumas
hervorosas y límpidas saltan.
Mas las otras, en densa tiniebla,
retorciéndose siempre resbalan,
sin hallar la salida que buscan,
a perpetuo correr condenadas.
A la mar se encaminan los ríos,
y en su espejo movible de plata,
van copiando los astros del cielo
o los pálidos tintes del alba:
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ellos tienen cendales de flores,
en su seno las ninfas se bañan,
fecundizan los fértiles valles,
y sus ondas son de agua que canta.
En la fuente de mármoles níveos,
juguetona y traviesa es el agua,
como niña que en regio palacio
sus collares de perlas desgrana;
ya cual flecha bruñida se eleva,
ya en abierto abanico se alza,
de diamantes salpica las hojas
o se duerme cantando en voz baja.
En el mar soberano las olas
los peñascos abruptos asaltan;
al moverse, la tierra conmueve
y el tumulto los cielos escalan.
Allí es vida y es fuerza invencible,
allí es reina colérica el agua,
como igual con los cielos combate
y con dioses monstruosos batalla.
¡Cuán distinta la negra corriente
a perpetua prisión condenada,
la que vive debajo de tierra
do ni yertos cadáveres bajan!
La que nunca la luz ha sentido,
la que nunca solloza ni canta,
esa muda que nadie conoce,
esa ciega que tiene esclava.
Como ella, de nadie sabidas,
como ella, de sombras cercadas,
sois vosotras también, las oscuras
silenciosas corrientes de mi alma.
¿Quién jamás conoció vuestro curso?
¡Nadie a veros benévolo baja!
Y muy hondo, muy hondo se extienden
vuestras olas cautivas que callan.
Y si paso os abrieran, saldríais,
como chorro bullente de agua,
que en columna rabiosa de espuma
sobre pinos y cedros se alza.
Pero nunca jamás, prisioneras,
sentiréis de la luz la mirada:
¡seguid siempre rodando en la sombra,
silenciosas corrientes del alma!
DETENTE SOMBRA
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
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Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía. (Sor Juana Inés de la Cruz)
ESTA TARDE MI BIEN
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste:
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos. (Sor Juana Inés de la Cruz)
HOMBRES NECIOS
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
Si con ansia sin igual.
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien,
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
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Parecer que quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo. (Sor Juana Inés de la Cruz)
SONETO I
Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino estoy olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:
que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello? (Garcilaso de la Vega)
LA SOLEDAD DEL VIENTO (Es una silva)
Sí, reconozco haber desvencijado
el pergamino verde y el ungüento
vítreo, porque sólo ellos saben
la soledad del viento.
Cuando las hojas mienten mi garganta
y en el rumor del mar, de ciento en ciento,
quiero sonar mi pena y no me deja
la soledad del viento
recorrería el cielo en un suspiro
diseminando todo lo que siento
con la liturgia arcana que comprende,
la soledad del viento,
que el remolino gris de las ciudades,
entumecido el tuétano en cemento,
dobla en la esquina, cada noche oscura,
la soledad del viento,
que de empujar estrellas en la noche
llego agotado al mar, ya sin aliento,
porque no encuentre puertas ni ventanas
la soledad del viento,
que mi grandeza, tanta, tan minúscula
como mi fuerza es nada, y mi talento;
si no se puede dar y no lo puede
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la soledad del viento,
que la oración, la culpa y la promesa,
la mezquindad, la fábula del cuento,
de los demás es mía y nadie suma
la soledad del viento,
que abandoné la rabia de mi boca,
y en su lugar compuse un juramento
pero jamás besaba mi tragedia,
la soledad del viento…
Segis