8
LA MISERIA DEL RELATIVISMO José Luis Vega Hoy en día, el llamado “progresismo” ocupa el estrado de las palabras obligadas (favoritas o no) de todo aquel que quiere presentarse ante la sociedad como una nueva promesa política capaz de cumplir lo que otros no han podido. Por su parte, el término “absoluto” ha quedado denunciado en la memoria negra de las palabras peligrosas. La categoría de “individuo” y la perspectiva única e incomunicable que le es propia, luce hoy la arrogancia con que en otras épocas la mala comprensión de lo absoluto produjo heridas inhumanas. Para comenzar, no recurriré a la objeción que se le hace al escepticismo, según la cual al postular el escepticismo que “Todo es dudoso”, esta última afirmación también lo es, con lo cual no debería ser postulada. El escepticismo podría resolver la acusación diciendo que también debería dudarse de su propio postulado fundamental. Podría respondérsele que entonces el escepticismo no puede postular su posición fundamental como verdadera. Algo semejante 1

La Miseria Del Relativismo

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Una indagación profunda acerca de la relación entre la categoría de individuo y la disolución del sentido existencial de la filosofía cuando lo relativo es el dogma que la desgarra sin lo absoluto que aquélla tiene por su horizonte fundamental.

Citation preview

LA MISERIA DEL RELATIVISMO Jos Luis VegaHoy en da, el llamado progresismo ocupa el estrado de las palabras obligadas (favoritas o no) de todo aquel que quiere presentarse ante la sociedad como una nueva promesa poltica capaz de cumplir lo que otros no han podido. Por su parte, el trmino absoluto ha quedado denunciado en la memoria negra de las palabras peligrosas. La categora de individuo y la perspectiva nica e incomunicable que le es propia, luce hoy la arrogancia con que en otras pocas la mala comprensin de lo absoluto produjo heridas inhumanas. Para comenzar, no recurrir a la objecin que se le hace al escepticismo, segn la cual al postular el escepticismo que Todo es dudoso, esta ltima afirmacin tambin lo es, con lo cual no debera ser postulada. El escepticismo podra resolver la acusacin diciendo que tambin debera dudarse de su propio postulado fundamental. Podra respondrsele que entonces el escepticismo no puede postular su posicin fundamental como verdadera. Algo semejante ocurre con el relativismo y su postulado primero, que podra establecerse as: Toda afirmacin acerca de algo es relativa a quien la enuncia, su punto de vista, sus intereses, sus circunstancias, su tradicin cultural Por ello, no puede afirmarse algo pretendiendo que esa afirmacin represente una captacin absoluta de una verdadSi se le dijera al relativista dogmtico que su propio postulado tambin carece de derechos a ser reconocido como una absoluta verdad, el relativista podra consentir sin contrariarse. En nada le afectara que se le aclarara que su propia posicin no puede pretender ser verdadera. El relativista debe, para ser consistente con su postulado, desentenderse de la cuestin de la verdad. Al igual que el escptico dogmtico.As, la salvaguarda de la coherencia lgica que el relativista dogmtico o el escptico dogmtico procuran, asintiendo cada uno al hecho de que sus respectivos postulados fundamentales no pueden pretender el derecho a ser verdades absolutas, desnuda una inconsistencia existencial inaceptable, y, por lo tanto, inaceptable filosficamente. Trataremos de verlo con cuidado. Es difcil hoy, en las aulas del nivel superior de estudios, e inclusive en las aulas escolares de los aos ms altos, que un profesor de humanidades-incluyendo la filosofa- no explique su posicin personal ante un tema, sin rematar su exposicin con una muestra de prudente cortesa progresista que podra adoptar ms o menos, en su contenido, la siguiente formulacin:No es esto que pienso la verdad, sino mi punto de vista que mejo puedo fundamentarUna vez en el aula de la Universidad donde doy Matemtica se me hizo la pregunta acerca de si exista lo absoluto. Pues yo haba explicado la demostracin de un teorema, y haba sealado que la certeza que brinda cualquier demostracin matemtica era absoluta. Y coment a mis alumnos que eso significaba, en el preciso contexto matemtico, que la certeza que se conquistaba en la demostracin lgica dependa de las propias leyes del pensamiento, y no de una cierta experiencia o interpretacin de ciertos hechos, los cuales ambos siempre estn sujetos a la relatividad de lo que puede abarcar quien observa o quien interpreta. Por lo tanto, yo haba explicado a mis alumnos universitarios que el conocimiento matemtico es conocimiento demostrado lgicamente, y que este conocimiento tena validez universal y absoluta. He aqu entonces un ejemplo de algo que existe y es absoluto. El conocimiento matemtico. Este fue el primer ejemplo que di a mi alumno como respuesta. Otro alumno me pregunt entonces si era posible aprender matemtica sin recurrir a la experiencia. Por lo que agregu que por cierto la experiencia es indispensable para el aprendizaje de la Matemtica, pero que el carcter fctico o experimental de ese proceso de aprendizaje no deba confundirse con las leyes metodolgicas que constituyen el criterio de validez de las afirmaciones matemticas, Justamente, estas leyes, nuevamente, no son otras que las que constituyen la estructura del pensamiento en su aspecto estrictamente deductivo y lgico. Una vez que respond acerca de si exista algo absoluto con el ejemplo del conocimiento matemtico, record que mi hija Trinidad, cuando era pequea (no ms de tres aos) una tarde de un Domingo de Agosto, cerca de mi cumpleaos, me abraz y me mir. Sostuvo con su abrazo mi inercia de responderle algo casi automticamente, para salvar la densidad de todo lo que ella retena en sus ojitos silenciosos. Me detuve ante sus ojos y su abrazo. Me dijo lentamente:Papi, porque yo estoy con vos siempre, y vos tambin No? S? Tambin, no?A todo el curso le relat esta escena. Al finalizar mi relato, todos sostuvieron el silencio, evitando la tentacin de escaparse de la conmocin que les provoc la sinceridad con que una nia le revela a su pap que lo quiere absolutamente a su lado. Ni por dos aos, ni por tres, ni por cien perfectamente felices, si es que solamente sern cien. Lo quiere absolutamente, siempre, para siempre. Entonces, haciendo una digresin filosfica, coment en esa clase algo que es ms o menos como sigue:Hay una desproporcin esencial al hombre. El hombre presiente ms clara o difusamente aquello que converge en todos los hombres, y que significa una plenitud que trasciende todas sus representaciones posibles. El hombre siente la necesidad de que sea definitivamente verdadero eso que anhela tanto que casi se le impone y que l slo puede elegir asumir o no la travesa de buscarlo, testimoniarlo, conservarlo. La fuerza de este anhelo es incondicional. El anhelo por un sentido definitivo de la vida. Por una plenitud definitiva. Ahora bien: quisiramos el Cielo sin lo que amamos? Evidentemente no. Por eso, esa plenitud de sentido o es una plenitud en la que todo lo humano queda perfectamente liberado y realizado o no es esa plenitud. La plenitud realizada en mi persona tambin se realiza en la humanidad que comparto con toda persona. La plenitud es de la persona, y nunca del individuo. La plenitud es personal y nunca individualista. El mismo Sartre deca que si alguien consideraba que algo era bueno, deba estar convencido que no solamente era bueno para l sino para toda la humanidad[footnoteRef:1] [1: J. P. Sartre, El existencialismo es un humanismo, la buena fe]

As, esta plenitud est absuelta de toda liviandad, duda, condicin. Es absolutaUna alumna, en verdad seria y sensibilizada, dijo:Pero eso nunca es seguro. Es algo fantstico y terrible a la vezLe respond, mirndola, y luego mirando a todos, que era exactamente como ella lo deca. Y que en esa encrucijada entre el anhelo infinito y el abismo de la muerte reside el aliento vital de lo que se llama Filosofa. Esa encrucijada consiste en la desproporcin entre lo que sabemos y podemos saber con absoluta certeza y lo que somos y necesitamos ser. Alguien podra fundamentar que ha encontrado la perspectiva filosfica absoluta de la verdad?Los acercamientos a la verdad siempre tienen una perspectiva. Pero no cualquier perspectiva. Macbeth, clebre drama de Shakespeare, admite por la originalidad de su trama mltiples interpretaciones. Pero no cualquier interpretacin. Hay perspectivas que estn afinadas y disponibles para la verdad. Como los instrumentos de una orquesta sinfnica La diversidad de timbres de cada uno de ellos est al servicio de expresar la misma msica. Y a su vez, esta misma msica no se vera plenamente realizada sin esa diversidad. Lo verdadero es ambas cosas en reciprocidad. No una de ellas ensalzada unilateralmente. Un violn afinado de la orquesta no expresa toda la msica. Pero si expresa algo absolutamente verdadero acerca de la verdad de la msica misma. As ocurre con esas perspectivas afinadas y disponibles: sern abiertas, autocrticas. Pero tambin sern fieles a eso de absoluto valor por lo que dan todo y por ello jams admitiran por perspectiva de buena fe, en el sentido de Sartre, a aquella que haga de s misma y de su carcter individual lo ms importante. Sin el absoluto no hay filosofa ni humanidad profunda. Lo relativo no tiene otra entidad que la de su disponibilidad a lo absoluto y bueno. Lo contrario de todo esto es el dogma progresista. Otro modo del mito de Narciso. Ese hermoso joven que rechaz vanidosamente a Eco, la cual se consumi en lgrimas por ser rechazada as. Eco haba sido condenada por Hera a repetir la ltima palabra de todo lo que escucharaAnte este rechazo, los dioses se disgustaron con Narciso, e hicieron que consumiera su vida, absorto ante su propia imagen reflejada en un ro. Narciso se absorta con el fragmento que era l mismo. Absolutiz su relativo punto de vista. Su punto de vista, por cierto relativo, no qued disponible para la verdad, que siempre es mayor que todo punto de vista, pero que nunca se realiza sin lo que las perspectivas fieles y disponibles a ella son capaces de captar y revelar. Narciso se obnubil consigo. Hasta caerse tumbado en el ro muriendo sin darse cuenta. El relativismo y no lo relativo- es la miseria.El espejismo vano y encantado de su nada.

1