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CAROLINA RUIZ RAMÍREZ Helena Fox “LA MUERTE SE VOLVIÓ LOCA” Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Artes Artes Visuales Asesora: Ana Maria Lozano 2011

“LA MUERTE SE VOLVIÓ LOCA”

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CAROLINA RUIZ RAMÍREZ Helena Fox

“LA MUERTE SE VOLVIÓ LOCA”

Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Artes

Artes Visuales Asesora: Ana Maria Lozano

2011

TABLA DE CONTENIDOS:

Introducción………………………..……………………………………………….……….1

Alienar para olvidar ……..…………………………..…….………………………………2

Fotografía de muertos para los vivos…………………………..……………………..5

Babas en los ojos…………………………………………………………………………….8

Ver la muerte desde otros ojos……………………………………..………………….14

“¡Cuidado! La muerte se volvió loca”.……..………………………………………….16

Antecedentes………………………………………………………………………………..19

Referentes Visuales……………………………………………………………………..…24

Fotografía de muerte en la actualidad…………………..…………………………...26

Modus Operandi……………………………………………………………………………31

Bibliografía y Webgrafía…………………………………………………..……………..40

1

INTRODUCCIÓN

Al igual que muchas cosas en la vida, todo comenzó con una crucial pero a la vez trágica anécdota: el nefasto asesinato de mi perro….

Desde el inesperado momento en que el cuerpo destrozado de mi mascota voló por los aires y que en seguida, en un inconsciente intento desesperado por preservar su vida mi madre juntara todos sus fragmentos… desde ese momento las cosas en mi cabeza jamás serían igual..

No existe un día en mi vida en el cual no piense, sueñe, imagine o construya alguna situación en relación con la muerte, la mayoría de veces imagino con desdicha cómo será el día en que deba revivir el dolor de perder un ser amado. Y aunque hace poco haya experimentado este sufrimiento, no

dejan de mortificarme preguntas como ¿Qué pasará con su alma? (si es que tenemos), y ¿Qué será de mi vida sin esa persona?

Debo aceptar también que tengo la extraña manía de ver alguna persona en la calle, y por un instante robarme su vida e imaginarme su muerte. Por alguna extraña razón - de la cual no soy consciente ni comprendo en lo más mínimo - en mi mente, esas historias de muertes tienden a ser detonadas y a su vez finalizadas en segundos, son trágicas y accidentales. Entre más bizarras, inusuales o absurdas (…) simplemente mejor.

Dejando esto atrás, me atrevería a afirmar que en algún instante de nuestras vidas, por más insignificante que este sea, todos hemos indagado acerca del tema de la muerte, la propia o la ajena. Tal vez no imaginándonos la muerte de un extraño ni mucho menos, pues sé que si es algo que para mí es usual, no lo es para todo el mundo. Pero también sé que a muchos nos intriga pensar en nuestra partida, en el final de nuestros días mortales.

¿Qué pasará cuando este día llegue? ¿En qué circunstancias partiré? ¿Dónde sucederá y por qué motivo? ¿Acaso existe alguno? ¿Y si que se suele solemnizar, la muerte, se convierte en un espectáculo en la vía pública, sin ninguna dignidad?

Éstas y todas las demás preguntas que se nos ocurran concernientes a nuestro deceso, estarán destinadas a permanecer sin respuesta irónicamente hasta que se nos acabe la vida.

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ALIENAR PARA OLVIDAR

Demasiados cambios de toda naturaleza han sucedido en el mundo desde épocas anteriores hasta nuestros tiempos no sólo a nivel tecnológico, sino también a nivel cultural, pero no es de mi interés y no viene al caso nombrarlas ni enumerarlas; pero en este período de la humanidad hablando de la muerte, es precisamente la forma de verla lo que ha cambiado. Analizando nuestra época, se puede observar que la muerte especialmente en occidente ha sido lentamente alejada de la vida en un continuo proceso a lo largo de la historia. Probablemente en un intento de ignorar u olvidar, tanto la muerte como sus rituales físicos han sido desplazados.

Townsend en su texto Vile Bodies, Photography and the crisis of looking explica que tanto en la época medieval como en los principios de la modernidad la muerte física estaba literalmente rodeada de vida –afirmando su estrecha relación- Es decir, el lugar donde yacían los cuerpos ya sean fosas

o cementerios se ubicaban en el centro de las ciudades o pueblos, la mayoría de las veces continuos a la iglesia y la plaza central. No es extraño que los cementerios más antiguos de nuestras ciudades por ejemplo queden precisamente allí, rodeados de vida, ruido y movimiento; en otras palabras ahora agobiados y consumidos por grandes edificios y avenidas. Por otra parte contrario a Townsend se puede entender esta invasión de vida a la muerte como un producto del crecimiento de las ciudades, tanto que llegaron donde se ubicaban los cementerios.

A medida que crecen las ciudades, la ubicación de los cementerios va alejándose cada vez más de nosotros los vivos. Ahora los muertos, están realmente destinados a la lejanía de los suburbios y las afueras de las ciudades. Esto se debe también al crecimiento exponencial de nacimientos, y en su misma medida de fallecimientos; los pequeños cementerios al interior de las ciudades ya están divididos en criptas familiares adquiridas hace bastantes años atrás. Así que se ha dado la necesidad de abrir nuevos espacios funerarios, por ejemplo los que conocemos ahora como parques cementerio donde irónicamente podríamos hacer lo que normalmente hacemos en un parque, incluso hasta un picnic, con la diferencia que sin importar donde nos ubiquemos, debajo de nosotros siempre habrá restos humanos. Así que aunque un letrero en la entrada lo indique, muchos lo pensarían dos veces, debido a las conservadoras costumbres de occidente.

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Por otro lado y en diferentes términos, aquellas personas que se cree están más propensas y cercanas a la muerte, por ejemplo: los adultos mayores, son confinados en hogares de paso y hospitales, lejos de su familia. Eventualmente morirán como todos nosotros, pero ellos lo harán en la lejanía del movimiento y la interacción.

Es bastante triste ver cómo, con el simple análisis de una tumba uno puede concluir si a esa persona la han olvidado o no. He visto tumbas completamente inundadas debido al clima actual, ni siquiera se alcanza a leer un nombre o una fecha; tumbas llenas de polvo, desarregladas, con flores secas evidenciando que la última vez que alguien las visitó fue hace bastante tiempo ya (…) Este tipo de tumbas me hacen pensar que pareciera que esos muertos no tuvieran familia, como si no tuvieran vivos que los recordaran y los visitaran. Aunque por otra parte, muchas de éstas personas no son necesariamente religiosas y son enterradas simplemente por necesidad de deshacerse del cuerpo inerte, no por seguir un ritual. Muchas personas pueden ser recordadas todos los días, mas su tumba estar en el olvido absoluto.

La muerte es alienada, la muerte se convierte en una experiencia que queremos olvidar, en otros casos ignorar, hacer como si no existiera y jamás nos tuviéramos que enfrentar con ella. Reprimir traumas y recuerdos dolorosos hace parte de nuestra cotidianidad, y la muerte por inmanente que

sea, es alejada de la vida en un intento de separarla y omitir lo único de lo cual tenemos certeza.

Según el historiador francés Philippe Ariès en su libro Images of man and death, el duelo ya no es como lo era antes, en nuestra época la desaparición de un individuo no afecta la continuidad de la sociedad, es como si nada hubiera pasado. Lastimosamente si sufrimos la muerte de algún conocido, no lo suficientemente cercano a nuestra vida; nuestra rutina cambia y se detiene por un par de días para ocuparnos de las convenciones sociales a las que debemos asistir; como el ritual de la funeraria, y en algunos casos ni siquiera sentimos prudente nuestra presencia en las exequias debido a la falta de cercanía con el difunto. Y aunque es un evento extraordinario y nefasto, de ninguna forma cambia radicalmente el curso de nuestras vidas.

Society no longer observes a pause; the dissapearence of an individual no longer affects its continuity. Everything…goes on as if nobody died anymore1

Además Dan Meinwald en Memento Mori: Death and Photography in 19th century America, explica que para el Siglo XIX, los pueblos eran tan poco poblados que la pérdida de un miembro de la sociedad era de suma importancia y trascendental. Es decir que la muerte pasa de ser un evento exclusivamente privado a compartirse con el

1 ARIÈS Philippe. Images of man and death. Harvard University Press 1985. Cambridge Massachusetts

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público, de aquí que pueda tener una relación con cierto tipo de espectáculo.2 El ritual de la muerte se llevaba a cabo en otras condiciones, era tan diferente el manejo del cuerpo inerte que se llevaba a cabo en su propia cama. Una muerte significaba aumento en el flujo de visitantes al hogar.

Hoy en día los rituales de sepultura se consideran un evento social pero evidentemente son mucho más exclusivos y familiares, y no detienen el movimiento de toda una ciudad, -ni siquiera cuando se trata de una figura pública- si así fuera, éste se detendría por siempre.

Básicamente el mismo fenómeno sucede con la fotografía de este tipo. Para finales del Siglo XX la fotografía post mortem va disminuyendo y a su vez desapareciendo poco a poco y en consecuencia en términos de Walter Benjamin, pasa de tener un valor expositivo a un valor cultual3, puesto que es ahora una práctica privada y restringida, este tema será ampliado en el siguiente capítulo Fotografía de muertos, para los vivos.

2 MEINWALD Dan. Memento Mori: Death and Photography in 19th century America. Disponible en la web: http://vv.arts.ucla.edu/terminals/meinwald/meinwald1.html 3 BENJAMIN Walter. Pequeña historia de la fotografía. Disponible en línea: http://miclaroscuro.blogspot.com/2008/06/pequea-historia-de-la-fotografa-walter.html

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FOTOGRAFIA DE MUERTOS PARA LOS VIVOS

Me parece oportuno antes de empezar, hacer una reflexión a partir de la generación de imaginería de la muerte. Pues son innumerables las imágenes que durante la historia de la humanidad se han generado a partir de la muerte como tal.

Al ser uno de los temas más indagados y de los cuales más incertidumbre y pocas respuestas obtenemos, es un contenido que se abarca en cualquier sentido desde todas y cada una de las culturas; básicamente en cualquier época y lo que es aún más cautivador, en cualquier técnica posible como la unión de una idea y un problema formal del arte.

Existe imaginería religiosa como adoctrinamiento de algunas culturas, pinturas tipo vanitas, esculturas y esfinges mortuorias e infinidad de obras en las cuales no me detendré en este caso, ya que mi interés se centra en el nacimiento de una

técnica que inmediatamente daría paso a una de las costumbres que nos hace reflexionar acerca del modo en que nuestra cultura ve la muerte por ejemplo refirientome a la fotografía memento mori.

No me imagino qué se debe haber sentido ser uno de los primeros fotógrafos casi que adivinando para lentamente descubrir las novedosas posibilidades que éste nuevo invento traía consigo, no sólo para el desarrollo de la ciencia y la física, sino para la historia de la humanidad. Lejos de imaginarse el impacto cultural que se daría hasta nuestros tiempos, Louis Daguerre4 le dio a la humanidad algo que nunca antes se había visto... Daguerre congeló una situación en el tiempo.

En sus inicios, ejercer la fotografía era algo que pocos hacían, sin embargo la novedosa técnica fue adquiriendo una aceptación y un status social. Ésta además de tener muchos otros usos, en un principio más que aceptarse como un arte en sí misma se utilizaba como apoyo para otras facultades, por ejemplo era muy utilizada para los estudios de pinturas y otras técnicas.

En todo caso, comparado con la pintura el costo de una fotografía, aun siendo muy alto era considerablemente más accesible. El afán

4 Louis Jacques Mandé Daguerre (1787-1851), conocido como el padre de la fotografía, inventor del daguerrotipo en 1839 en la ciudad de París.

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de ser reconocido y recordado, y los ahora reducidos precios llevaron el género del retrato fotográfico más allá de la nobleza y todos aquellos que pudieran acceder a una pintura por encargo. Al principio las largas exposiciones a la luz generaban retratos borrosos y poco precisos, la inmediata solución: retratos, pero de muertos. En este caso la costumbre no sería el resultado de la invención de una técnica, sino más bien una necesidad que corresponde a una facilidad de una época. El querer recordar y ser recordado fue la base de la costumbre, la fotografía una facilidad para hacerlo, su propósito es recordarle al espectador que la muerte es una inevitable parte de la vida para la que debemos estar preparados en cualquier momento5. Luego se vuelve casi una moda, algo necesario dentro de la sociedad.

Debido a la alta mortalidad especialmente de niños, la gran mayoría de éstas fotografías son precisamente de éstos, ya que morían a muy temprana edad y un memento mori seria su primera y última foto. Es decir, poco a poco se fueron convirtiendo en una necesidad dentro del ámbito familiar.

Era usual fotografiar (en daguerrotipo) a familiares muy queridos a punto de morir por alguna enfermedad de la época, o incluso después de muertos para así tener un recuerdo físico de ellos. La idea era retener la

5 MEINWALD Dan. Memento Mori: Death and Photography in 19th century America. Disponible en línea: http://vv.arts.ucla.edu/terminals/meinwald/meinwald1.html

presencia del difunto de cualquier manera posible, y las fotografías en éste caso se convirtieron en el medio óptimo. En algunas imágenes es muy difícil diferenciar si la persona retratada estaba viva en su lecho de muerte o si por el contrario fue cuidadosamente arreglada para semejar su estado anterior.

Estas fotografías en lugar de significar un miedo a la muerte, expresan un amor apasionado hacia la vida, y una conciencia dolorosa a la que inevitablemente debemos renunciar6

Al igual que en las vanitas del siglo XVII, en algunas imágenes memento mori aparecen símbolos de la fragilidad de la vida, especialmente flores y también del inminente paso del tiempo.

Jet Wintrode.

6 Ibid

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Albumina Toma poco común de bebé en ataúd en estudio.

Por otra parte, en unas pocas fotografías del mismo tipo se muestra al difunto en posiciones que asemejan la vida, usualmente sentados, preservando la ilusión del recuerdo de sus vidas. Existen ejemplos donde el fotógrafo “ilumina” la imagen al igual que el trabajador de la funeraria pero en otro contexto, maquilla las fotografías dándole un toque de color a la cara del difunto, ambos actos rechazan la finalidad de la muerte. 7

Actualmente aunque no sea muy popular, existe un fenómeno un poco extraño de hacer registro tanto fotográfico como de video en los funerales para mandar por ejemplo a familiares en otros países ahora que el boom mediático lo permite con gran facilidad. De esto puedo dar testimonio ya que, por ejemplo hice un registro detallado del velorio de mi abuela; pedí permiso a todos los miembros de la familia inmediata (hijos, esposo) y con el dolor del alma, lo intenté. Lo que me pareció extraño, pero de alguna manera gratificante fue que familiares de alguna forma lejanos me pidieron copia de las fotografías. Y algo parecido ocurrió para el día de la madre de este año, mi familia y yo decidimos decorar la tumba con flores de plástico y ringletes, de todo esto se hizo registro tanto fotográfico como en video y resultó para sorpresa nuestra poco nostálgico y más bien reconfortante. Todo este material fue enviado por internet a mi tía en Estados Unidos.

7 Ibid

Me parece interesante cómo un ejercicio académico para mí, -pues esa era la intención de las fotografías del funeral- fue visto y tomado con otra actitud por personas ajenas al medio. Es reconfortante y gratificante pensar en la fotografía siendo aceptada hasta en esos momentos tan solemnes.

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BABAS EN LOS OJOS Es la vida una carrera inquieta, es un movimiento continuo y una caída hacia la muerte, es un vuelo hacia el sepulcro. Es un aliento prestado y un soplo incierto. Es una respiración, que si corre es aire y si falta es muerte; si continúa respira el hombre; y si se detiene expira el hombre

-Juan Bautista del Toro. El secular religioso -8 Supongamos pues, que un día como hoy, alguien como usted o como yo se encuentra en camino hacia sus labores cotidianas, sea cual fuere el medio por el cual se está desplazando, y, de repente, en la calle algo interrumpe su camino. El primer síntoma que nos indica que algo anda mal es la acumulación de gente, y si observamos con mayor detenimiento encontraremos que desde diferentes puntos hacia donde giremos, todas las miradas convergen hacia cierto punto. Dentro de nosotros está claro que existe una gran posibilidad de encontrarnos con algo desagradable o potencialmente traumático, y aun así como si las miradas pudieran empujar, sentimos un impulso que nos obliga

8 Catálogo Habeas Corpus (Que tengas un cuerpo para exponer). Banco de la República. 2010

a repetir esta misma acción hacia esa misma dirección. Nos encontramos frente a frente con un accidente automovilístico y lamentablemente hubo más que heridos. Entonces, por más sangrienta y horripilante que fuera la escena, ¿No era algo así lo que precisamente esperábamos encontrarnos cuando decidimos voltear a mirar desde un principio? ¿Es posible que la desgracia ajena me produzca satisfacción de alguna índole? ¿El que esto le haya ocurrido a otra persona y no a mí, tiene algo que ver con mi posición? ¿Qué pasaría si hubiera sido yo? ¿Será que no “me tocaba”? Estas y otro tipo de preguntas se las podría formular cualquiera tras el avistamiento de un evento dramático, pero es aquí donde surge un personaje de vital importancia para la narración: el mirón. Si observamos detenidamente la turba, encontraremos diferentes tipos de personas, claro está, todos con su mirada fija sobre el aparatoso accidente. Algunos acuden de inmediato a auxiliar, “Funny, how gentle people get with you once you're dead”9 ...otros observan y siguen su camino, pero causa un especial pero a la vez inquieto interés, aquel personaje que se queda perplejo y busca un lugar específico donde poder ver, pero no ayudar, comentar pero no accionar, aquel que busca un buen puesto para ser testigo del “espectáculo”. -La importancia del lugar del acontecimiento será retomado en el Capítulo Ver la muerte desde otros ojos- 9 Diálogo de Joe Gillis en la película de Billy Wilder, Sunset Boulevard 1950.

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La singular pero a la vez característica falta de decisión en cuanto a la acción y la posición que se debe tomar en esos momentos de angustia se debe a un “desarreglo en los sentidos” según José Alejandro Restrepo. El “desarreglo” en el objeto de contemplación, provoca un “desarreglo” en los sentidos”10 En esos momentos, así nadie sepa cómo actuar “todo el mundo es doctor” y cualquiera está en la capacidad de producir rápidos “diagnósticos” con sólo ver a alguien tendido en el suelo. Literalmente he oído cosas con tan poco sentido como: “Si está botando sangre, eso fijo es una trombosis, levántenle los pies” o sin indagar realmente que sucedió antes, la habitual pero errónea respuesta para todo ponerlo/a a oler alcohol o perfume. Aunque muchos intentan ayudar con la mejor de las intenciones, incluso algunas veces quienes se supone saben cómo reaccionar y que hacer en cierto tipo de situaciones, quedan perplejos y vacilantes. En mi experiencia personal, aun habiendo tomado un curso de primeros auxilios hace poco menos de un año, la angustia, la adrenalina y la falta de seguridad hacen que uno sienta que “se le olvido todo”. Ese “desarreglo en los sentidos” impide que uno vea con claridad qué es lo más sensato que se debe hacer; eso y la falta de eficiencia del servicio de atención de emergencias de este país, lo ponen en la incómoda, impotente e intranquilo posición de: espectador. Es en este punto donde sabiendo que nuestra presencia más que ayudar va a estorbar tenemos que decidir si quedarnos a eso

10 RESTREPO José Alejandro, Cuerpo Gramatical, cuerpo, arte y violencia, publicado por la Universidad de los Andes, Facultad de Artes y Humanidades, 2006

precisamente o seguir nuestro camino como cualquier otro día. Aquel que decide quedarse se convierte en ese peculiar personaje que emerge de entre lo más oscuro de las personas para manifestarse cuando ocurre un trágico suceso; y como si se olvidara de todas sus responsabilidades, como si el fin último de su existencia (por lo menos por un momento) fuera el observar, podría permanecer petrificado horas y sólo seguiría su marcha en cuanto ya no hubiera nada que observar. Esa misma figura que posiblemente se acercará a la acera una vez haya pasado el alboroto, para asegurarse de ver hasta la última evidencia de lo sucedido. Existen muchos tipos de mirones, probablemente todos tenemos algo de mirón en el fondo, la curiosidad es algo natural; pero éste que menciono anteriormente es especial pues para él, la curiosidad, el mirar produce un placer casi que sexual. Hay algo de morboso en su mirada, literalmente se le pueden ver babas en los ojos del deleite. Es aquí donde converge ese placer de ver destrucción, de ver muerte, de ser voyeur (ver sexo - ver muerte). Hal Foster, en su texto Belleza Compulsiva afirma que “Dado que la pulsión de muerte11 está -teñida de erotismo-, la destrucción puede causar sensaciones de placer y la muerte puede despertar el deseo”12. Esto es

11 Pulsión de muerte según Freud: “...una pulsión es un deseo intrínseco de la vida orgánica de restaurar el estado anterior de las cosas; y ya que lo inorgánico precede a lo orgánico, en una frase famosa concluyo que: la finalidad de toda vida es la muerte”. FOSTER HAL, Belleza Compulsiva. Buenos Aires : Adriana Hidalgo Editora, 2008. 12 Ibid

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la convergencia entre lo sexual y lo destructivo, y cómo de alguna forma hay algo de erótico en el dolor. De aquí que podamos relacionar por ejemplo el voyerista con el mirón del cual estamos hablando, pues ambos tienden a tener las mismas características en su conducta; mientras el objetivo de uno es conseguir excitación sexual a través de la contemplación del cuerpo desnudo, el objetivo del otro es deleitarse mentalmente a partir de la contemplación, también del cuerpo pero inerte, despojado de toda humanidad. Ninguno de los dos participa activamente con aquello que están contemplando y tanto “desnudo” como “herido” permanecen ajenos a esas miradas. Cabe notar que la relación es tan estrecha que ambas conductas que se entienden como reacciones compulsivas. Al igual que para un voyerista, ese impulso de observar y de descifrar una situación dramática, de alguna forma viene acompañado del acto de la masturbación (…) pero mental. Basta con mencionar alguna anécdota de un fallecimiento para que de inmediato personas ajenas a la conversación presten disimulada atención. Aunque cotidiano en términos generales, una muerte es algo extraordinario, “a uno no le pasa todos los días” y genera expectativa y curiosidad. Por esto nos acercamos para oír mejor, o apartamos la mirada del camino para dirigirla hacia un evento de esta índole. De cierta forma el observar o tener conocimiento de un suceso como éste me hace sentir que estoy a otro nivel; puedo llegar a casa con algo diferente qué contar...me brinda cierto

estatus y tendré toda la atención y muchas clases de preguntas: Hoy vi un muerto. No me pongo a pensar en la vida de aquella persona, el sensacionalismo y el placer de describir muy detalladamente todo lo que pude observar es más importante en ese momento. Sí, irónicamente la muerte de una persona se ha convertido en el suceso más importante de toda su vida, claro está para una persona que fue testigo de su deceso. Esto, evidencia la estrecha relación entre ambos conceptos, Eros y Thanatos, vida y muerte. Pero esta relación la retomaré un poco más adelante. Por ahora debo centrar mi atención en la esencia del suceso como tal, en la naturaleza del evento dramático. Este tipo de sucesos son llamados poderosas excitaciones procedentes del exterior según Freud en su texto “Más allá del principio del placer”13. Para Freud aquellas excitaciones que poseen suficiente energía para atravesar la protección del yo son las que denominamos traumáticas (...) Un suceso como el trauma exterior producirá seguramente una gran perturbación en el intercambio de energía del organismo y pondrá en movimiento todos los medios de defensa. Entonces, el estar conscientes del peligro inminente hace que podamos contemplar que lleguemos a sentir cierto tipo de satisfacción por no estar en esa posición, por no ser el protagonista de esa “función”. 13 SIGMUND Freud, Más allá del principio del placer 1920. Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Disponible en la web: http://www.philosophia.cl/biblioteca/freud/1920M%E1s%20all%E1%20del%20principio%20del%20placer.pdf

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Existen dos posibles reacciones ante una situación así: la primera es intentar ayudar, la segunda, alejarse y mantenerse a una prudente distancia del evento. Esto puede ser porque preferimos ser observadores y no interactuar de ninguna forma con el evento, o por otra parte porque nuestra reacción es bastante racional e implica instintos de conservación ante un peligro potencial; pues se ha descubierto que existe una gran probabilidad de que ocurra una cadena de accidentes debido al acuñado concepto del “efecto mirón”, donde por estar pendientes del suceso la gente descuida su mirada y lo que estaba haciendo. Quien decide alejarse como una medida de protección, está actuando bajo una pulsión de vida ¿Cierto? pero.. ¿Para qué? La respuesta es tan sarcástica como su pregunta: Para que finalmente se cumpla su fin último... la muerte, lo que finalmente convierte irónicamente éste instinto de protección en pulsión de muerte. - es posible que la pulsión de muerte no se encuentre más allá del principio de placer, sino que sea anterior a él: la disolución viene antes de la cohesión, en el nivel de la célula tanto como en el del yo. En ese sentido, es posible que, en lugar de su excepción, la pulsión de muerte sea el fundamento del principio del placer, que en efecto puede estar a su “servicio”14- Detengámonos a recapacitar… Entonces, cada vez que huimos de algún peligro pensando que aquí está actuando nuestro instinto de conservación, en realidad quien está al mando es un impulso psíquico que nos llevará precisamente al mismo lugar que

14 FOSTER HAL, Belleza Compulsiva. Buenos Aires : Adriana Hidalgo Editora, 2008.

a aquél ser humano que observamos anteriormente. A simple vista es contradictorio que un instinto de conservación tenga como finalidad ésta pulsión destructiva, pero Freud explica que éstos son instintos parciales que de hecho asegurarán el camino de éste sujeto hacia su muerte. Es decir, estos instintos eliminan todas las posibilidades de peligro que no culminarán en una exitosa muerte. La cual es la meta de toda vida.15 En su texto Belleza Compulsiva, Hal Foster desglosa este concepto introducido por Freud y nos explica que con la finalidad de proteger al sujeto, esta pulsión destructiva está dirigida hacia el mundo16. Así que aunque realmente no sintamos precisamente felicidad, si experimentamos algún tipo de placer a partir de éste evento, precisamente porque no fue contra nosotros mismos sino ajeno. Ahora bien, es necesario retomar el fuerte vínculo -anteriormente mencionado- que existe entre la vida y la muerte; cómo la muerte es inmanente a la vida, y la vida un desvío hacia la muerte.17 Esto para poder entender que no son necesariamente opuestas o contradictorias. Hace unos días me vi obligada a repetir la experiencia de asistir a una lúgubre e incómoda velación. Una arritmia le arrebató la vida a una de mis compañeras de colegio; tenía mi misma edad (22) y no sabía nada de ella desde el día de nuestra graduación, hace

15 FREUD Sigmund, Más allá del principio del placer. Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Disponible en la web: http://www.philosophia.cl/biblioteca/freud/1920M%E1s%20all%E1%20del%20principio%20del%20placer.pdf 16 FOSTER HAL, Belleza Compulsiva. Buenos Aires : Adriana Hidalgo Editora, 2008. 17 IBID

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casi cinco años. Y aunque sin dejar de ser triste me pareció interesante reflexionar cómo el día de su muerte y por otras personas, me enteré qué había sido de su vida. No pude evitar comparar situaciones, hace poco más de ocho meses había estado en ese mismo recinto en esas mismas circunstancias. Un muerto, muchos dolientes. Recordé lo que había vivido (...) reviví un trauma del pasado. ¿Cómo es posible que un sujeto tienda a repetir algo que es sentido como displacer? ¿Cuál sería esta pulsión, de querer revivir algo que está oculto por alguna razón? ¿Somos en realidad así de masoquistas? Para Foster estos son intentos tardíos de “preparar” al sujeto para dominar el trauma18; y según Freud el recuerdo de algo traumático trae consigo menos displacer que cuando constituyó un evento presente19, y sinceramente no sé si sea totalmente cierto –aunque me parece que tiene bastante lógica- o el tiempo también influyó en mi reacción pero en este momento le doy todo el crédito a su afirmación. Según Freud ..Existe una pulsión instintiva de repetición, de volver a un estado previo, -un principio suficientemente poderoso como para superar el principio de placer-; y que esa pulsión era responsable de que ciertos fenómenos se

18 IBID 19 FREUD Sigmund, Más allá del principio del placer. Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Disponible en la web: http://www.philosophia.cl/biblioteca/freud/1920M%E1s%20all%E1%20del%20principio%20del%20placer.pdf

volvieran “demoniacos20. Pues claramente no es precisamente por placer que queremos revivir momentos o vivencias traumáticas, esto hace parte de tendencias que al parecer nos ayudarán a ser más fuertes y a estar preparados psicológicamente para posteriores eventos de esta índole. Por otra parte, es necesario incluir un concepto estrechamente ligado con los textos tanto de Freud como de Foster, esto es “the uncanny” o “lo siniestro”, que en este contexto sería “el retorno inesperado de lo familiar”21. Algo así como lo que coloquialmente llamamos deja vú: entrar al mismo recinto, la misma situación, gente vestida de negro entrando y saliendo. Es simplemente imposible no sentir algo extraño y recordar algo que había sido conscientemente reprimido y casi olvidado. Esto al igual que la constante repetición de algún evento traumático en nuestros sueños se debe, según Freud a una “misteriosa tendencia masoquista del yo”22. Y esto funciona en la mente no sólo de personas que hayan vivido traumas por la guerra o accidentes, esto funciona con todos aquellos recuerdos que se hayan elaborado bajo el sentimiento del displacer, que se hayan almacenado en la mente como recuerdos negativos. ¿Así que por esto es que algunas veces pensamos en cosas que sabemos nos harán daño, como relaciones del pasado? Tiene sentido y es interesante preguntárnoslo, pero en este momento de mi vida me rehúso a tocar el tema del amor, prefiero seguir pensando en nuestras relaciones con los muertos y no con los vivos.

20 FOSTER HAL, Belleza Compulsiva. Buenos Aires : Adriana Hidalgo Editora, 2008. 21 IBID 22 IBID

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Entonces, se puede llegar a la conclusión de que encontramos placer en buscar inconscientemente aquello que alguna vez nos produjo displacer. Esto incluiría también eventos traumáticos en la vía pública, puesto que accidentes todos hemos visto, y todos recordamos, y aun así es probable que estiremos nuestros cuellos como avestruces para poder encontrarnos de nuevo con uno de estos, y por otra parte aquella repetición del evento productor del trauma vendría ligada al concepto de “lo siniestro” de lo “familiar”, de aquello que “debiendo permanecer secreto, no obstante se ha manifestado”23. Finalmente se puede llegar a entender que la razón de nuestra reacción ante una situación dramática está ligada a una serie de pulsiones y tendencias del yo, que a su vez están ligadas a la naturaleza del asunto en cuestión; este tipo de pulsiones y tendencias tienen todo que ver tanto con la vida como con la muerte y sarcásticamente con sólo una de esas dos terminará el día del protagonista de la historia con la cual comencé este relato.

23 FREUD Sigmund, Más allá del principio del placer Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Disponible en la web: http://www.philosophia.cl/biblioteca/freud/1920M%E1s%20all%E1%20del%20principio%20del%20placer.pdf

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VER LA MUERTE DESDE OTROS OJOS

I think everyone enjoys a nice murder, provided he is not

the victim -Alfred Hitchcock -

The Perfect Murder 1956. Película de Robert Stevens

Cuando nos enfrentamos a la muerte de otro nos enfrentamos también a nuestra propia muerte, puesto que este asunto que ignoramos y evadimos de tal manera, al chocarnos abruptamente nos hace pensar y recapacitar acerca de nuestro propio estatus. Aprehendemos la fragilidad de nuestra vida al sufrir la muerte de otro.

Chris Townsend en su texto Vile Bodies, Photography and the crisis of looking, afirma que ver como extraños un cuerpo inerte refuerza nuestra propia integridad, nuestra salud corporal. Puesto que, la muerte de otro afirma la inmanente posibilidad de estar en esa posición. Esto es, que básicamente no somos de ninguna forma diferentes al difunto en la medida en que estamos destinados a morir cómo sea, el día que sea.

Cada muerte de otro es una falla del individuo porque también marca su propia muerte, en lugar de fortalecer el sentido de inmortalidad24

Retomando la afirmación de Freud en el texto de Foster acerca del fin último de la

24 TOWNSEND CHRIS, Vile Bodies, Photography and the crisis of looking. Prestel-Verlag. Munich, Alemania. 1998

vida; todo lo viviente muere, así que la meta de toda vida es la muerte25. Y aunque sea lo único de lo cual tenemos certeza ésta se rodea por un sin fin de cuestionamientos acerca del cómo, cuándo, por qué razón... dónde.

Por otra parte existe también una cierta fascinación por la muerte de otros, en especial cuando el deceso ocurre repentinamente en un espacio público, a los ojos de todo el mundo.

De nuevo, el sentimiento de placer mencionado en el capítulo anterior, a partir del padecimiento de otro. Esto tiene que ver también con que ésta específica situación es en realidad un espacio escénico donde ocurren los hechos.

Para Nietzsche en El origen de la tragedia, tanto espectáculo como espectador se necesitan uno del otro, y el espacio ejerce un papel importante ya que permite la inclusión de variedad de miradas y posturas, pues una presencia no es nada si no en cierto modo una puesta delante, una exposición dice Jean Luc Nancy en 58 indicios sobre el cuerpo26.

El carácter relacional del espacio escénico tiene esas cualidades físicas y visuales que permiten y provocan un acuerdo entre las miradas, El encuentro de miradas varía con el tipo de teatralidad y el tipo de teatro... Esta asimetría 25 25 FOSTER HAL, Belleza Compulsiva. Buenos Aires : Adriana Hidalgo Editora, 2008. 26 NANCY Jean Luc, 58 indicios sobre el cuerpo. Citado en Catálogo Habeas Corpus (Que tengas un cuerpo para exponer). Banco de la República. 2010

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de las miradas hace del escenario teatral un espacio privilegiado para el sacrificio (junto a las corridas de toros, el circo, el peep show)27

Es por esto que precisamente como si estuvieran asistiendo a una función de circo, algunas personas se trasladan de un lugar a otro hasta encontrar un punto específico, el mejor “asiento” del lugar para poder disfrutar el show, a algunos sólo les faltan las crispetas y la gaseosa cuando se trata de ver el padecimiento de un sujeto en la calle.

En este punto el tema se conecta con otro autor, Schieller en Del arte trágico quien habla del teatro del horror y de por qué sentimos fascinación por éste.

“Es un fenómeno general en nuestra naturaleza que lo triste, terrible y hasta horrendo nos atrae con una fascinación irresistible…Sin embargo, anima al espectador, con más o menos fuerza, un deseo curioso de prestar vista y oído a la expresión de su sufrimiento (del condenado a la tortura)”28

Esto se ve reforzado con la cita que hace el artista colombiano José Alejandro Restrepo en su texto Cuerpo Gramatical, Cuerpo, arte y violencia:

Qué deleite puede haber en mirar un cadáver lleno de heridas y despedazado, siendo, una cosa que espanta y horroriza. Con todo y esto, si en alguna parte hay este lastimoso espectáculo,

27 NIETZSCHE Friedrich, El origen de la tragedia. Citado en Catálogo Habeas Corpus (Que tengas un cuerpo para exponer). Banco de la República. 2010 28 Citado por Umberto Eco. En Catálogo Habeas Corpus (Que tengas un cuerpo para exponer). Banco de la República. 2010

concurren todos a verle, y conseguido se entristecen y asustan29

De modo que, además de la fascinación por el horror, por la muerte y el dolor ajeno, este espectáculo sirve también para reflexionar acerca de nuestra mortalidad y de nuestro estatus temporal. O eso es lo que en realidad debíamos concluír luego de avistar un accidente o un evento dramático, que por lo menos nos sirva para reflexionar acerca de nuestras propias vidas, puesto que nada sacamos con “chismosear” la muerte de otro si no es para relacionarlo con cómo estamos llevando nuestra propia vida y de qué manera no estamos tan alejados de poder ser esa persona que yace sin vida a los ojos del público. Nosotros podríamos ser los protagonistas de un espectáculo de este calibre, podríamos dejar de ser espectadores y no nos daríamos ni cuenta.

Viendo la muerte desde otros ojos, vemos nuestra propia muerte.

29 SAN AGUSTIN. Confesiones. Libro X. Capitulo XXXIV. Citado en Catálogo Habeas Corpus (Que tengas un cuerpo para exponer). Banco de la República. 2010

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“¡CUIDADO! LA MUERTE SE VOLVIÓ LOCA” ¿Por qué somos chismosos? Según un estudio realizado por las universidades de Harvard, Northeastern y California, en Davis “...indican que los estímulos negativos captan la atención y aumentan la eficiencia de las búsquedas que se hacen con la mirada (...) Esto ocurre probablemente porque estamos programados para integrar información negativa de una forma más eficiente que aquella que es positiva o neutra, dicen los autores”30. Esto de alguna forma me tranquiliza y me demuestra que no necesariamente por sentirme tentada a mirar algo -dramático por ejemplo- sufro alguna clase de “perturbación” por decirlo de algún modo; sin embargo que yo no lo sea y que algunos estudios demuestren que es algo dentro de algunos parámetros “normal” no quiere decir que no todos los seres humanos se alimentan del amarillismo y la desgracia ajena. Basta con observar el amplio despliegue sensacionalista de los medios de comunicación el cual funciona de la misma 30 Artículo disponible en la web: http://www.lapatilla.com/site/2011/05/23/¿por-que-somos-chismosos/

forma en cualquier parte del mundo, donde el liderazgo lo posee la prensa amarillista o de nota roja; que se nutre y se aprovecha de la curiosidad del sujeto promedio. Además de incluir un gran número de imágenes y fotografías no aptas para todo tipo de estómago, el uso de colores muy saturados y el infalible rojo es de vital importancia especialmente para los titulares en los cuales quiero centrar mi interés. Éste tipo de encabezados me recuerdan la publicidad cinematográfica del cine negro Hollywoodense de los años 40 y 50, precisamente por su tinte sensacionalista que causa impacto de inmediato.

Panic in the streets Película de Elia Kazan

1950

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El doble asesinato en la calle Morgue

Película de Robert Florey 1932

Es interesante intentar entender tanto los titulares de la prensa amarillista, como la publicidad anteriormente a modo de detonadores de narrativas inicialmente en su totalidad subjetivas. Digo inicialmente ya que la historia que cada individuo conciba en su mente, tendrá un abrupto término al saber cuál es el contenido real de la nota, o del filme. Generalmente este lenguaje tiende a exagerar tanto para captar la atención y generar polémica, que muchas de las historias que afirman ser noticias son falsas o inconsistentes con la información suministrada -en el caso de la prensa. A partir de una investigación encaminada a encontrar imaginería de muertes y accidentes en general para intentar encontrar diferentes tipos de reacciones captadas por las cámaras; se exploraron diferentes fechas en diferentes años de la publicación Diario El Espacio (Marzo de 1985, Junio de 1996, Abril de 2001 y Septiembre de 2006). Esperaba encontrar más material gráfico debido a la naturaleza sensacionalista de este

diario, pero por el contrario encontré una pobreza visual equilibrada por una interesante propuesta en sus encabezados. Los titulares de éste tipo de publicaciones, son escandalosamente atractivos ya que utilizan términos coloquiales, y un lenguaje “callejero”, que de cierta forma sugieren complicidad y algún tipo de camaradería con sus lectores. Muchas veces así seamos conscientes del tipo de prensa al que estamos expuestos, éste tipo de lenguaje es el que lo engancha a uno y casi que lo obliga a querer saber de qué se trata la historia.

Sábado 9 de Marzo de 1985, Diario El Espacio

Tomado de archivos de la Biblioteca Luis Ángel Arango

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Miércoles 4 de Abril de 2001, Diario El Espacio Tomado de archivos de la Biblioteca Luis Ángel

Arango De igual manera es cautivante el lenguaje utilizado específicamente en aquellas noticias de asesinatos, suicidios, accidentes y muertes en general, puesto que se refieren a la muerte a partir de una caracterización de ésta, la antropomorfizan, le “dan vida propia” (...) Por ejemplo se destacan titulares tales como: La muerte tiene nombre de mujer para hablar del asesinato de una joven, El correo de la muerte para describir la muerte de un comerciante que perdió su vida acribillado en una oficina de correos, y Polizones de la muerte para narrar un dramático accidente de transporte, entre otros. A partir de esta investigación acerca del estilo periodístico mencionado, surge la solución a la problemática del título de este proyecto. El cual es la unión que se manifiesta entre el lenguaje de personificación de la muerte y una conclusión basada en recolección de datos de muertes insólitas e increíbles a través de la historia. La insolencia, la falta de solemnidad e incluso el descaro en el cual le llega la muerte a algunas personas en realidad me hace pensar que por más que planeemos nuestros días y esperemos una muerte tranquila y serena, ésta nos alcanzará de la forma menos

esperada y que a partir de estas situaciones se pinta de comicidad un evento tan dramático.

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ANTECEDENTES

A lo largo de la carrera he llegado a la conclusión de qué es lo que me ha interesado constantemente y he llegado a un lugar común. Mi trabajo tiene bastante relación con la muerte y atado a ese tema ha estado presente el humor y ciertos abordajes críticos.

“Corkey Ascending to the Heavens” Mark Ryden

Óleo sobre lienzo 30" x 48"

1994 Esta serie fue muy significativa para mi debido al interés dirigido hacia sus implicaciones técnicas. Su importancia radica no en el resultado final sino en la relevancia de ser el primer acercamiento fotográfico realizado en su totalidad por mí.

Consiste en una serie de 6 fotografías análogas, blanco y negro a partir de la obra de Mark Ryden del mismo nombre.

“Corkey Ascending to the Heavens” Carolina Ruiz Ramírez

Fotografía análoga en Blanco y Negro. Serie de 6 (20 x 25cms)

2007

La serie es el producto de un proceso iniciado como ejercicio de clase, consistente en re-

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interpretar la obra de un artista cualquiera escogido por cada estudiante a su gusto. Aunque sin culminación a mi parecer, es relevante mencionarlo ya que éste sería el detonante de mí interés por la fotografía unida a mi interés por la muerte puesto que nace a partir de una experiencia personal. Tanto la protagonista de la obra de Ryden como yo, sufrimos la pérdida de nuestra mascota en un trágico accidente.

“Como si Wilhelm Ro ̈ntgen supiera dibujar”

Carolina Ruiz Ramírez Grabado Puntaseca

Serie de 3 (25 x 25 cms) 2008

Proyecto libre de grabado el cual es un acercamiento exhaustivo al tema de lo óseo. Encuentro en este trabajo un deleite por dibujar las formas orgánicas.

Esta es la primera aproximación a lo que en el futuro poco a poco se irá convirtiendo en un gusto de principio inconsciente por el dibujo de huesos en general.

La obra es un juego entre acercamientos y superposiciones de elementos conocidos por todos. El elemento óseo toma importancia a partir de lo orgánico de sus formas y sus líneas se genera una nueva lectura, casi como un nuevo lenguaje a partir de figuras específicas que se vuelven cualquier tipo de representación. Es un juego de miradas también entre obra y espectador, en el cual cada quién decide qué interpretar y qué leer.

“Álbum Jet del Futuro” Carolina Ruiz Ramírez

Dibujo en tinta sobre papel, digitalizado. Serie de 12 (5 x 7 cms)

2009

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Es un proyecto inconcluso que comenzó como un ejercicio simple de Dibujo IV (Naturaleza) y que terminó por convertirse en una interesante idea que vale la pena seguir desarrollando. Consiste en láminas de chocolatina Jet que han sido re-elaboradas a partir de los esqueletos de los animales originales que aparecían en éstas. Está compuesta de dibujos en tinta de algunos animales dispuestos sobre fondos originales de las láminas que a su vez han sido retocados digitalmente.

“El álbum Jet del futuro” es una crítica y al mismo tiempo una denuncia en contra del daño y el maltrato que sufren los animales. Las láminas contienen al respaldo - al igual que en su formato original - información de animales que se encuentran en peligro de extinción. Lo cual sugiere la probabilidad de que futuras generaciones no conozcan de cerca muchas especies y que por el contrario se vean obligadas a coleccionarán las láminas, en su defecto.

Al ser una estructura ósea lo que se está representado, inmediatamente se nos exhibe como un sinónimo de muerte y por esta misma razón el texto que lo acompaña indica que ésta especie va a desaparecer o ya desapareció, obligándonos a reflexionar acerca de cuánto daño le estamos haciendo a los animales y a la naturaleza en general, y que en muy poco tiempo este apocalíptico panorama puede hacerse simplemente real.

“Memento Mori” - Carolina Ruiz Ramirez

Fotografía análoga a color Serie de 10 (30 x 40 cms) 2010

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Proyecto final de fotografía a Color el cual consiste en una investigación exhaustiva acerca del tema de la representación de la muerte a través de la historia de la humanidad y sus diferentes expresiones artísticas dependiendo su época de desarrollo. También se incluyen referentes tanto artísticos como teóricos y simultáneamente a la investigación se genera una propuesta visual con la fotografía análoga a color como técnica.

La intención de las imágenes es recrear escenas de muerte donde el concepto gire alrededor de recordar que el protagonista de esa escena, de esa fotografía, no es un personaje sino un sujeto anónimo, es alguien como usted o como yo. Y que todos debemos recordar que vamos a morir de alguna forma, no importa cómo ni cuándo. El objetivo es generar puestas en escena del fatal desenlace de lo que pudo ser un día de la vida de cualquier persona, simplemente ese final será encontrarse con la muerte. El espectador indagará e inventará la posible historia detrás de esa pequeña parte de un relato en el cual puede llegar tan lejos como él quiera, desde imaginarse cómo fue el comienzo del día de la persona que yace muerta, pasando por el motivo de su muerte, hasta que finalmente se dé cuenta que el que está en la fotografía puede ser él mismo, en un día como hoy.

Las imágenes pueden ser leídas como misteriosos pero a la vez cálidos escenarios de muerte de gente del común; no encasilla a esos sujetos en clasificaciones tales como género ni estereotipos, simplemente se demuestra que la muerte nos alcanza a todos

sin importar nuestra apariencia, puede estar esperándonos a la vuelta de la esquina. De esta forma el espectador puede leer la imagen e identificarse, y recordar que esa persona que yace allí “muerta” podría ser cualquiera de nosotros.

“Memorial Photography, Death in 21st century”

Carolina Ruiz Ramírez Transfer. Salicilato de Metilo sobre madera y marco

de flores vivas. Serie de 5 (10 x 15cms)

Este ejercicio de fotografía experimental surge como un intento de recrear imágenes conmemorativas de seres queridos fallecidos; práctica muy común en el siglo XIX.

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Es un poco un ejercicio de ver tanto a mi familia como a mi propio ser en esas fatales circunstancias, las imágenes contienen elementos que representan la fragilidad de la vida al estilo de las pinturas vanitas.

Entre juego y realidad genera imágenes ambiguas y cuestionamientos para el espectador ¿Esas personas están o no están muertas? ¿Son o no son de este siglo? Entre otras.

“Call of Duty”

Carolina Ruiz Ramírez Pixilación. 2:59 min

2010

Autorretrato-Animación a partir de fotografías que narran lo que al parecer es un día común y corriente de cualquiera de nosotros, desde los malabáricos movimientos que hace el protagonista a la hora de dormir, hasta el momento en que recibe una llamada que indica literalmente que “el deber llama”. Lo interesante de la historia es precisamente que su personaje principal es nada más y nada menos que La Catrina, mejor conocida como la representación de la muerte en México, la patrona de la importante festividad del día de los muertos. Pero que en este caso no se viste de fiesta, simplemente se baña, tiende su cama y toma café como cualquiera de nosotros, y nos sugiere que su trabajo es a veces igual de aburridor y agotante como el nuestro.

Además de ser el seguimiento de una simple historia es un acercamiento a la dirección de arte y fotografía de una producción videográfica casera.

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REFERENTES VISUALES

Joel Peter Witkin

“Feast of fools” Joel Peter Witkin

Gelatinobromuro de plata 1990

En el ámbito de la fotografía el referente más importante para mí es Joel Peter Witkin, al cual no comprendía en su totalidad, me interesaba mucho visualmente pero al empezar a analizar su trabajo entendí mucho más de lo que las imágenes mostraban a simple vista.

De Witkin me interesa mucho la temática planteada, además del tratamiento de las imágenes. Witkin logra un equilibrio en sus

imágenes: entre lo bello y lo feo, lo sublime y lo monstruoso, la atracción y la repulsión. El espectador puede experimentar simultáneamente varias sensaciones al observar su obra y luego descubrir que finalmente allí es donde esta lo bello, en el misterio de sus imágenes. Witkin también habla de devolverles cierta belleza a sus protagonistas a través de la visión del artista y su creación, ya que muchos de los modelos que utiliza son personas con algún defecto físico o personas marginadas de la sociedad como enanos y hermafroditas, entre otros. All these injured bodies recover a certain beauty

through the vision of the artist and his creation31

Lo que más me interesa de Witkin es cómo nos muestra que lo que importa es el interior de la persona fotografiada, que la apariencia es algo efímero, el cuerpo y la vida lo son también, pero lo que vivimos y lo que hay detrás de esto es lo que nos hace interesantes, y como artistas debemos tener claro eso, que lo que importa es lo que decimos no sólo cómo lo decimos puesto que no sirve de nada tener imágenes bellas sin contenido.

Witkin retoma las vanitas del siglo XVII y utiliza elementos similares a los que las conformaban en diferentes configuraciones (libros, insectos, cráneos, fragmentos de cuerpos). Estas nuevas configuraciones

31 WITKIN, Joel Peter y AMINE Patrick. Flowers of evil, Flowers of morality. (Fiori del male, fiore di morale) Abril 2002. Infinito Ltd Gallery. Italia

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muestran los elementos re-simbolizados, re-interpretados. Jeff Wall

También está presente el trabajo del fotógrafo Jeff Wall en donde es el espectador quien decide si pensar que la imagen es una representación de la realidad o es una ficción creada por el artista con el fin de ser fotografiada, más conocidas como puestas en escena.

Wall habla de la fotografía como una analogía con la poesía, dice que la fotografía no puede ser un relato completo, sino que debe interpretarse como algo que tiene que ver con una narración, una especie de relato corto, y al igual que la poesía, ofrecer un pequeño bocado para una posible historia. 32

En cuanto a la técnica Wall implementa gigantescas cajas de luz donde monta sus transparencias; la escala obliga al espectador a dar una respuesta inmediata creando un vínculo estrecho y emocional con la fotografía, de esta forma el espectador se siente protagonista. Debido a su tamaño, todas las partes en la fotografía cobran la misma importancia, hasta los más mínimos detalles, creando una difusión de la atención que aporta complejidad a la imagen. 33

En especial me llama la atención una obra: Dead Troops Talk.

32 NEWMAN Michael, Jeff Wall: Obras y Escritos. 33 Ibid

Ésta puesta en escena de guerra es una reflexión sobre la desaparición del comunismo, donde se mezclan elementos de lo grotesco, pero a su vez es una obra bastante reflexiva y sombría. La obra habla tanto de un enfrentamiento con la guerra como con la muerte. Aunque el título de la obra sugiere su muerte es interesante cómo también nos muestra que están conversando entre ellos.

Dead Troops Talk (a vision after an ambush of a Red

Army patrol, near Moqor, Afghanistan, winter 1986) Jeff Wall

Transparencia en caja de luz 1992

Susan Sontag hace referencia a la obra diciendo que los soldados no protestan, que lo que están diciendo es algo que como observadores no entendemos. La foto no dice nada, la voz nos corresponde dársela a nosotros.34

34 Ibid

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FOTOGRAFÍA DE MUERTE EN LA ACTUALIDAD

En nuestros tiempos, la fotografía del ser amado que muere se puede decir que ha llegado casi que a desaparecer. Sin embargo existen otros tipos de fotografía de muertos, ya sea la que es hecha con un propósito artístico como los referentes de los cuales hablaré más adelante; o por otro lado la fotografía científica, forense.

Para la fotografía forense el tratamiento del cuerpo es algo totalmente distinto al que por ejemplo se tenía en las fotografía memento mori. No existe una intención de generar una alegoría de recuerdo ni mucho menos, el cuerpo debe ser cosificado, debe ser visto y tratado como un objeto más.

Es una fotografía objetiva y sin pasión ya que su finalidad no es otra que la de construir una posible historia, un hecho que terminó en esa muerte.

En ese caso se puede afirmar que este tipo de fotografía de muerte está ahora en gente del común, como documentación y evidencia para explicar lo sucedido. Fotografía que sólo unos ven sin generar sentimiento alguno.

Por otra parte tenemos aquellos artistas que retoman el tema de la muerte para hacer obra y generar nuevas lecturas ya sea a partir

de puestas en escena o partiendo de muertes reales.

Sue Fox

Untitled, Untitled, Sue Fox

Fotografía a color. 1996.

En medio de mi búsqueda he encontrado referentes actuales mucho más ligados con las diferentes visiones del cuerpo inerte. El primero de éstos es la fotógrafa Sue Fox, quien en sus fotografías usa la muerte como eso que nos da temor para reivindicarnos con nuestras propias vidas.

Según Chris Townsend en su libro “Vile Bodies, Photography and the crisis of looking” los cadáveres de Fox son el símbolo de la pérdida del control, muestran que la vida es

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inminente y lo más importante PERMANENTE.

Untitled, Untitled, Sue Fox

Fotografía a color. 1996.

Su obra en realidad nos hace reflexionar acerca de la vida a través de la muerte física a partir de su proyecto del estatus temporal del cuerpo.

I am going to die anytime, today, tomorrow.. so am I really living now”35

En sus fotografías nadie se identifica, no existe identidad ni dignidad.

35 TOWNSEND CHRIS, Vile Bodies, Photography and the crisis of looking. Prestel-Verlag. Munich, Alemania. 1998

Andrés Serrano

The Morgue (fatal meningitis)

Andrés Serrano Fotografía a color

1992

The Morgue (Shotgun Suicide)

Andrés Serrano Fotografía a color

1992

Por otra parte me llama mucho la atención Andrés Serrano con una visión completamente opuesta a la de Fox en su serie “La Morgue” del año 1992. En lugar de despojar de identidad los cuerpos inertes, los llena de vida de nuevo, devolviéndoles su

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personalidad y su belleza. Según Townsend la seducción de color tienta al espectador que se confronta con el cadáver para luego enfrentarse a la horrenda consecuencia de su condición y recapacitar. La muerte para Serrano es específica, y se genera una identidad a través de la causa, a su vez posibilita y detona una narrativa a partir de la consciencia de las causas del deceso, en este caso la estrategia de Serrano para darlas a conocer además de lo netamente visual es con el título de cada fotografía.

Nick Waplington

Genera escenas de ficción completamente creíbles; en este caso sitúa el cadáver en la sociedad, en un entorno, y básicamente su propuesta es la de examinar nuestra relación social con la muerte. Es decir, darle una relevancia al dónde, cómo y por qué.

Untitled,

Nick Waplington Fotografía a color.

1997

Lo que más me gusta de la obra de Waplington es que en sus fotografías la muerte se convierte en algo casi cotidiano, y los planos más abiertos donde poco vemos del cadáver tiende a ser una analogía con nuestra negación por el tema, queremos y no queremos verlo puesto que queremos evadir el pensar que alguno de esos cuerpos puede ser uno de nosotros.

Weegee + Enrique Metinides

Finalmente me interesa el trabajo de éstos dos foto-reporteros, uno considerado el padre del otro. En primer lugar Weegee, reconocido por su trabajo de reportería gráfica en la ciudad de Nueva York de los años 30’s a los 60’s; quien se encargó específicamente de mostrar la cara escondida de la ciudad durante la noche.

Weegee se ocupó de intentar evidenciar la belleza oculta que contienen ciertos eventos trágicos como muertes, y accidentes en la vía pública. Este fotógrafo se las ingeniaba incluso para llegar a las escenas del crimen antes que las autoridades y los medios de ayuda en caso de emergencia, pues se enteraba de los acontecimientos a través un radio de la policía que mantenía en su automóvil.

Me interesa su modo de operar, pues aunque su trabajo sea el registro de la realidad, no

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deja de tener en cuenta la importancia de generar poderosas e inquietantes imágenes fotográficas, teniendo claro qué tan difícil puede ser lograr una buena e interesante composición en momentos tan tensionantes como esos.

De esta misma forma pero en un contexto totalmente diferente, me inquieta el trabajo de Metinides quien es considerado el Weegee Mexicano, quien básicamente “copió” el Modus Operandi del fotógrafo ya mencionado y lo aplicó en los eventos dramáticos de su propia ciudad, Ciudad de México.

Coney Island Weegee

Fotografía Blanco y Negro 1941

Tanto Weegee como Metinides trabajan con la imagen fotográfica más que como un

ingenuo registro de un acontecimiento, evidenciando el contexto, componiendo imágenes casi de manera cinematográficamente, y algo muy importante: fotografiando los testigos de los hechos. En Weegee esto es mucho más fuerte y evidente, en muchas fotografías se pueden ver sus rostros y sus expresiones faciales. En Metinides, esto es un poco más reservado, sin embargo éste narra en una entrevista cómo su fascinación por fotografiar TODO lo que un evento así genera, alguna vez llevó a descubrir al homicida de un caso, quien quedó registrado bajo su lente36.

Untitled (Rescate de un cuerpo en Xochimilco) Enrique Metinides,

1960

En esta fotografía se puede observar en el reflejo del agua la cantidad de personas que conforman el público, con sólo observar la fotografía estoy segura que la mitad de las personas allí ni siquiera pueden observar ni 36 Entrevista por SANTIAGO STELLEY, para la revista VICE Disponible en la web: .http://www.viceland.com/int/v14n7/htdocs/enri.php?country=mx

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saber qué está pasando, el tumulto es también un efecto de pensamiento en masa; nadie sabe que sucede en realidad pero los rumores lo incitan a uno a incluirse en la turba.

Untitled (Primer plano de mujer rubia arrollada e impactada contra un poste, en avenida Chapultepec,

Ciudad de México) Enrique Metinides

1979

Por otra parte la ambigüedad de esta imagen es bastante interesante; pareciera que esta mujer estuviera “posando su muerte” lo cual hace pensar si la escena es real o no. La historia de ésta fotografía cuenta que quien está aquí retratada es una mujer del mundo del espectáculo, una periodista quien iba totalmente maquillada y arreglada saliendo del salón de belleza para la rueda de prensa de su última publicación37.

37 Entrevista a Enrique Metinides Disponible en la web: http://foco.me/enrique-metinides/

31

M.O - Modus Operandi Se podría decir que el desarrollo de este proyecto ha sufrido una serie de altibajos y contrastes durante el proceso, pero de una u otra forma la investigación ha tomado vida propia, lo cual la ha convertido en una búsqueda un tanto incierta pero de alguna forma más interesante. La investigación, en términos metodológicos voy a dividirla en tres etapas: La primera fue un tanteo superficial, una posible sugerencia de hacia dónde podría apuntar el proyecto. Propuse la creación de alegorías en forma de Memento Mori donde se detonarían narrativas y posibles historias a partir de una o varias imágenes. La idea principal fue generar puestas en escena de accidentes, asesinatos y muertes absurdas pero que a su vez pudieran ser cotidianas, insertas dentro de la ciudad o espacios donde llevamos a cabo nuestras labores del diario vivir, y su posterior registro fotográfico. Tuve un especial interés por la reacción de la gente ante una situación así. Esta etapa se denominó la creación de un Teatro del horror ficticio para descubrir gestos, caras, movimientos, posturas etc. de los

transeúntes, de los observadores o testigos ocasionales. El proyecto pareció estar tomando un camino claro hacia esa dirección, pero como muchas veces pasa, algo que inesperadamente sucede puede cambiar radicalmente cosas que ya se dan por hechas. Bueno pues así fue, el 13 de Agosto del año 2010 la muerte de mi abuela Adelaida estremeció mi cabeza y cambió de cierta forma mi manera de pensar acerca del tema. “Aproveché” -si se puede utilizar este término para referirse a una situación de esta índole - para documentar el evento pensando que el resultado podría utilizarse en el proyecto. Hice un registro fotográfico tanto análogo blanco y negro, como digital a color, que esperé comparar con otras fotografías de registro del proceso de la enfermedad que la llevó a la muerte. Pasó un buen tiempo para que pudiera ver sus fotografías como material artístico sin destrozarme emocionalmente. Luego de revisar éste material me di cuenta que aquellas imágenes me parecían insuficientes en términos fotográficos, ya es bastante difícil acercarse a un ataúd, elevar la tapa y enfocar correctamente lo que queda de un ser querido como para pensar ADEMÁS en hacer una composición decente. Yo quiero pensar que la culpa la tienen mis emociones y no mi falta de habilidades como fotógrafa. Intenté rescatar algo del material reunido, haciendo hojas de contacto y ampliando un par de fotografías pero resultó muy duro el contacto físico con la imagen de mi abuela en un estado en el cual no la quería volver a ver.

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Fragmento de hoja de contacto digitalizada. Carolina Ruiz Ramírez

2010

“Adelaida Mahecha de Castro”

Carolina Ruiz Ramírez Fotografía Blanco y Negro

10 x 15 cms 2010

Entonces me puse a pensar un poco más detenidamente en uno de los comentarios recibido en la corrección del texto final de Seminario de Investigación II: Creo que el problema está muy bien planteado y es muy claro (...) El punto es lograr relacionar estas imágenes más allá de decir que la muerte va a ser el contenido de las fotografías. Creo que puedes encontrar relaciones más interesantes entre la muerte y la técnica que el simple contenido de las puestas en escena -sin tener que descartar éste-

- Maestro Juan Carlos Arias- Esto me llevó a la segunda etapa de la investigación, que buscaba relacionar estrechamente tema y técnica.

Las fotografías del suceso aunque indican un tiempo pasado, un “esto ha sido”38 trabajan a su vez recordándolo. Entonces, la imagen generada funciona como una cicatriz que para mí no merece seguir existiendo. Entre más evidencia exista de éste suceso, más dolor regresará a la mente, y más complejo será superarlo y seguir adelante. Llegué a la conclusión de que es esa cicatriz la que precisamente debe ser “asesinada simbólicamente”. Surgió así la siguiente idea: Si la fotografía demuestra que su referente ha existido realmente39 el intervenir su soporte (película negativa) anularía la evidencia de esa existencia puesto que se generaría una nueva imagen. Apareció la idea de un “doble asesinato”, de “matar” del todo esa imagen hecha evidencia; de “matar” un momento, “matar” un recuerdo; la fotografía ya lo hizo pero de cierta forma también la inmortalizó, la embalsamó.

In ashes they shall reap – Autorretrato

Carolina Ruiz Ramírez

38 BARTHES Roland, La cámara lúcida: nota sobre la fotografía, Paidós, 2009. 39 Ibid

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Fotografía Blanco y Negro. Intervención con fuego sobre negativo

De cualquier modo, aunque visualmente sugería ser una propuesta interesante, poco a poco fui concientizándome - a partir de sugerencias de la socialización de proyecto de grado, y de terceros- de la falta de claridad que existía en cuanto al objetivo de la propuesta. ¿Cuál sería su finalidad? ¿Simplemente utilizar una técnica, o un recurso? Luego de algunas pruebas en el laboratorio, básicamente, consideré que el procedimiento se convertía cada vez más en un proceso personal de sanación y poco o nada estaría incluyendo al espectador quien validaría de cierta forma la obra, o necesitaría de un mecanismo donde se explicara detenidamente la propuesta que jamás me ha parecido la solución para que una obra sea comprendida. Back to basics. Es aquí donde llego a la tercera y actual etapa. Finalmente, habiendo transcurrido un tiempo significativo de recuperación emocional y siendo capaz de enfrentarme al tema desde un ámbito mucho más racional, retomé la base del asunto a partir de reflexionar qué era lo que más me había interesado en un principio. Es así como comienza una revisión de ciertos proyectos anteriores para considerar si algo podía ser rescatado o por el contrario, completamente desechado. A pesar de haber abandonado la propuesta en la cual quemaba la gelatina de los negativos para intentar generar nuevas reconfiguraciones de las imágenes captadas

inicialmente, mantuve algunos intereses: Primero, el tema de la muerte en sí, segundo la inclinación por generar imágenes a partir de este tema, tercero la creación de puestas en escena en un espacio público y lo que ésta conlleva en cuanto a la reacción de la gente en general; y cuarto una inclinación por incluir un toque de ironía y/o humor negro en mi trabajo. En este punto de la investigación retomé elementos que venía investigando desde seminario II acerca de las reacciones de la gente a raíz de un evento dramático. Para estudiar más a fondo la reacción -tanto corporal como facial- empecé a crear una base de datos a partir de la recopilación de imágenes encontradas en internet. Comencé haciendo un rastreo exhaustivo en buscadores de la web de linchamientos, muchedumbres, gente acumulada en general, accidentes y muertes en público. A ésta compilación se le hizo un filtro basado en mi propio criterio, imágenes grotescas y morbosas sólo son seleccionadas si la reacción de la gente es relevante. Del mismo modo investigué artistas y fotorreporteros de eventos y muertes que traten o registren las circunstancias anteriormente mencionadas. Entre ellos se encuentran Weegee, Enrique Metinides y Ken González-Day. Luego hice una clasificación de las imágenes en las siguientes categorías: 1. Muchedumbres - Visión un poco más

alejada -Existe aglomeración de gente -Es relevante la posición corporal de la gente ante el accidente y la cámara. -Sin importar la situación algunos “posan”

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-Muchos incluso ignoran el cuerpo inerte -Se enfatiza más en el tumulto y su posición corporal sobre la expresión facial.

Omaha Courthouse Lynching of 1919

2. Acercamiento a la expresión: El mirón -Caras y sus expresiones son muy importantes -Sentimientos expuestos -Se evidencia la mirada del que mira -Personajes mucho más cercanos al acontecimiento -Se evidencia curiosidad e intriga -Imágenes centradas en las emociones, se descuida un poco el acontecimiento.

Their first murder Weegee

Fotografía Blanco y Negro New York City, October 9, 1941

3. Acontecimiento con muy pocos testigos. -Se hace énfasis en el contexto.

Weegee, 1942 Fotografía Blanco y Negro

4. Detalles que detonan narrativas. - Objetos que permanecen luego de un

acontecimiento - Imágenes que generan ambigüedad: ¿Es o

no una puesta en escena?

Ride Victim Weegee

Fotografía Blanco y Negro 1941

Durante el sondeo de imágenes me topé con una recopilación de fotografías hecha por un

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artista alemán llamado Peter Piller, el cual acumula imágenes de archivos de periódicos de gente observando alcantarillas. Entonces, se me ocurrió hacer intervenciones digitales sobre éstas, como un ejercicio de reconocimiento de posibilidades; situando un cuerpo en lugar de las alcantarillas. Para esto utilicé cuerpos de las fotografías de mi proyecto para fotografía a color, anteriormente mencionado.

Intervenciones digitales Fotografías originales por: Peter Piller y Carolina Ruiz

Ramírez 2011

Ya teniendo clasificadas las imágenes, procedí a hacer un listado de expresiones, tanto faciales como corporales, para esto escogí rostros que me llamaron la atención y describí exhaustivamente cómo eran, qué

estarían sugiriendo o demostrando y cuál es su posición o reacción en medio de la tragedia. Procedí recortando cada rostro seleccionado y lo coloqué sobre una hoja en blanco digitalmente. Poco a poco se fue configurando un cosmos de rostros descontextualizados de diferentes tamaños -esto debido a la resolución en la cual fueron encontrados los archivos originales-, que al ser reorganizados digitalmente generaron una interesante propuesta visual.

Fotocomposición digital Carolina Ruiz Ramirez

2011 Me parece muy interesante rescatar que encontré toda clase de reacciones, desde ira y odio puro hacia el camarógrafo hasta sonrisas y carcajadas de felicidad por ejemplo en una fotografía de Weegee, unos niños se alegran al ver que la policía asesinó un delincuente; en muchas de las imágenes donde hay multitud, alguna persona está posando para la cámara; sí, frente a un muerto o un linchamiento, aun en esas circunstancias algunos sonríen para la foto. Curiosidad, impacto, desagrado, satisfacción, dolor, horror, impotencia, incluso asco entre

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otras son algunas de las sensaciones que analicé gracias a la recolección de imágenes. A continuación, teniendo ya una buena base de datos, y habiendo clasificado con profundidad diferentes tipos de “mirones” que pueden encontrarse en dichos eventos es necesario cerrar el campo de trabajo para saber con precisión qué es lo que quiero hacer en mis fotografías. El primer paso fue escoger la localización a tratar es decir si las fotografías evidenciaran un contexto o no. Descartando que el foco fuera el objeto del drama como tal -ya que se ha establecido que el interés se halla principalmente en “el mirón”- también debía escoger entre las siguientes posibilidades a fotografiar: 1. La posición corporal del mirón. 2. El rostro del mirón 3. La posición corporal + el rostro del mirón 4. La posición corporal + el rostro del mirón

+ el objeto del drama. La única forma de saber cuál opción era la que me interesaba representar era probando uno a uno para ver qué arrojaba cada posibilidad. Decidí comenzar por “el rostro del mirón”. La metodología consistió en detener gente en la calle y tomar fotografías de su reacción al ver una imagen de un accidente. Se tomaron fotografías tanto en contexto, como sin el -fondo blanco. Nada interesante resultó del ejercicio, probablemente por las condiciones que escogí para hacerlo. Decidí llevar a cabo otra de las posibilidades, en este caso intenté algo un poco más arriesgado. La idea fue hacer un performance en la vía pública generando situaciones no tan extremas como un accidente o una muerte, sino un simple desmayo.

Mi equipo de trabajo consistió en un actor quien se encargó de simular el desmayo, y cuatro personas que empezaron la turba; en pocas palabras cómplices de relleno. Escogí cuidadosamente que no hubiera relaciones de ningún tipo entre ellos para evitar el elemento cómico que podía llegar a presentarse al estar conscientes de lo inverosímil del evento. El primer intento tuvo lugar en una calle bastante concurrida de la ciudad, a la hora del almuerzo. Al parecer, por la zona transita bastante gente que trabaja en oficinas y locales aledaños. Yo me situé con la cámara detrás de una cabina telefónica para evitar ser descubierta. El “flashmob” comenzó y en menos de un minuto la gente empezó a reaccionar. Lo primero que oí fue el grito desesperado de un hombre llamando una ambulancia, ni siquiera mi equipo de trabajo supo qué hacer ni cómo reaccionar. Quienes estaban más cerca del “inconsciente joven” observan impotentes hacia todas partes, yo simplemente obturo y obturo; poco observo en realidad. Una moto de policía apareció en el encuadre y rodeó al desgonzado, cuando los dos agentes se bajan del vehículo, mis piernas temblaban como si estuviera cometiendo un delito grave, el corazón se me aceleró y por un momento sentí que iba a salir expulsado de mi pecho. Me repuse de la inminente angustia de pensar en pasar el final de mi tarde en la Unidad Permanente de Justicia (UPJ) y volví a mi ejercicio de obturar. El joven actor se “repuso” lentamente y cada integrante del grupo de trabajo se dispersó, como siguiendo sus respectivos caminos.

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Fotografía Análoga Blanco y Negro Carolina Ruiz Ramírez

2011 A continuación nos reunimos alejados del lugar de los hechos y los comentarios entre todos no se hicieron esperar. Todos compartimos el miedo y la angustia, primero del evento como tal y luego del shock que nos produjo la policía. Felicitamos al actor quien jamás vaciló ni en su personaje ni en su condición. Caminamos por la misma calle unas cuadras más hacia el norte y decidimos intentarlo de nuevo. Esta vez cambié mi ubicación, tuve la oportunidad de fotografiar desde un segundo piso, un poco más cerca del evento y esconderme detrás de una columna cuando fuera necesario. Esta vez el grupo de personas que se acercó fue un poco más reducido, pero de nuevo las reacciones fueron básicamente las mismas. En esta oportunidad alcancé a reconocer reacciones de gente que se encontraba mucho más alejada al evento, por ejemplo quienes observaban desde un bus atrapado en el trancón, o quienes iban a pasar a otro andén. Cuando me hacían falta un par de clics para terminar el rollo, a través de la cámara crucé una mirada fija con una mujer que acudió hacía bastantes minutos a asistir el evento.

De nuevo, quede fría y al igual que al ver a la policía me sentí atrapada...me descubrieron!!! Me escondí y quedé estupefacta tras la columna. El tiempo transcurrió de la misma manera que en el primer intento, un segundo parecía durar una eternidad. Una señora insistía vigorosamente en quedarse con el joven hasta que su madre o alguien de su familia estuviera con él, luego de un moderado tiempo que para mí fueron horas la señora es convencida de seguir su camino.

Fotografía Análoga Blanco y Negro Carolina Ruiz Ramírez

2011 Hicimos una pequeña retroalimentación de lo sucedido, me comentaron acerca de lo asombrados que estaban de la REAL angustia de la señora, me la describieron como “la señora más preocupada del mundo”. Un grupo de conocidos que observaron el evento sin participar en él, comentan que antes de la acción apostaron a que nadie ayudaría realmente. Finalmente, cada quien cogió por su camino. Este ejercicio una vez revelado y ampliado; pasó por una revisión conjunta con mi asesora para ver qué elementos de los anteriores ejercicios encontrábamos en estas nuevas imágenes. Evidentemente se notó

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que era mi primer acercamiento a la foto-reportería y concluimos que probablemente con otro tipo de lente las imágenes podrían haber mostrado otro tipo de resultados. Sin embargo nos pusimos a analizar la gente y encontramos de nuevo esa mezcla de reacciones entre la gente: una señora por ejemplo fue descrita por el equipo como “la señora más preocupada del mundo” puesto que no estuvo medianamente tranquila hasta que el actor volvió en sí y realmente se negaba a dejarlo solo; otro señor estaba esperando para coger transporte y simplemente, sin afán y sin ningún problema se quedó a observar desde lejos por tanto tiempo que, seguro más de un bus que le servía le pasó por el frente y ni cuenta se dio. Incluso personas que se encontraban al otro lado de la calle, pasando en un auto volteaban a observar qué sucedía. Paralelamente, el ejercicio de recolección de imágenes para la base de datos no se detuvo pero esta vez siguió por otro camino, con la intención de encontrar imaginería de este tipo pero en un contexto nacional. Esta vez recurrí a archivos antiguos de prensa sensacionalista. Tras un par de sesiones - en la Biblioteca Luis Ángel Arango - revisando digitalizaciones del diario EL ESPACIO (Marzo de 1985, Junio de 1996, Septiembre de 2001, Abril de 2006) recogí unas pocas imágenes de accidentes; pero al escoger fechas tan al azar, me di cuenta que el diario no poseía el mismo formato que mantiene hoy en día, y el resultado no fue el esperado. Aunque sí encontré algunos artículos relacionados con la muerte, su imaginería no evidenció ese característico tinte rojo y amarillista que sí contiene el formato de la publicación en la actualidad.

Viernes 15 de Marzo de 1985, Diario El Espacio. Tomado de archivo Biblioteca Luis Ángel Arango

Miércoles 6 de Septiembre de 2006, Diario El Espacio. Tomado de archivo Biblioteca Luis Ángel Arango

De nuevo hubo una revisión conjunto a mi asesora y encontramos que visualmente, el material es totalmente diferente a lo que ya existía en la base de datos y no sirve como imagen; sin embargo nos llamó la atención el tipo de encabezados que se manejan. Los titulares de los accidentes tienen un lenguaje bastante específico. Son tan atractivos y coloquiales, que hablan de los sucesos sangrientos y dramáticos como si hablaran de cualquier otra situación cotidiana. La utilización de palabra como “hampón”, “mirón”, “porrazos”, “plomacera” entre otras indican una cercanía y una confianza con el lector. Éste tipo de titulares por más sangrientos que suenen, son descritos de formas tan absurdas y enigmáticas que provocan e impulsan la necesidad de saber de qué se trata la historia en realidad aunque la mayoría de veces, uno como lector se

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imagina algo totalmente diferente a lo que realmente sucedió. Por otra parte cuando los artículos hablan de accidentes, suicidios y eventos mortales; se refieren a la muerte a partir de una caracterización de ella, le “dan vida propia” (...) Por ejemplo: “La muerte tiene nombre de mujer” para hablar de un asesinato de una joven y “El correo de la muerte” para describir la muerte de un comerciante quien perdió su vida acribillado en una oficina de correos. De esta unión entre la muerte y su registro tanto periodístico como gráfico surgió un interés por investigar aún más acerca de muertes inauditas y asombrosas a través de la historia. A partir de esa búsqueda generé un listado de fallecimientos insólitos que incluso llegan a tener un tono cómico precisamente debido a la extravagancia del asunto. La idea de ahora en adelante es generar puestas en escena a partir de una re-interpretación personal de hechos encontrados tales como muertes y accidentes de esta índole. He encontrado historias y maneras de morir tan insólitas que en vez de sentirme mal por lo que ha pasado, incluso a veces son tan extrañas que me dan hasta risa. Hace poco comentaba con alguien acerca de esta idea y le pasé alguna de las noticias donde describían una de las muertes que quiero re-interpretar y añadí: “En serio la muerte es tan rara que no sería extraño que me muriera porque me cayó una papaya desde una avioneta”. Probablemente, no todas las historias que encuentre de muertes bizarras me sirvan para ilustrar puesto que ya he encontrado algunas donde el elemento del mirón no puede ser incluido, entonces como plan B he decidido que para completar

la serie algunos eventos podrán también ser inventados por mí. Serán imágenes fracturadas, con no sólo uno sino varios puntos de intensidad; de esta forma el punctum no estará destinado al objeto del drama específicamente. El mirón, el observador será escenificado también a partir del estudio hecho a estos personajes. Estas puestas en escena serán construidas en público, lo que dará acceso a “mirones” reales que aun sabiendo la falsedad del asunto se acercarán a echar un vistazo. Esto se hará evidente a través del registro fotográfico del “detrás de cámaras” que se realizará paralelamente al registro de las puestas en escena.

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