La Navegación de Hostos: islas y mares de la revolución ... · Y como de la filosofía de Hostos en educación nunca se habla en los estudios de los que se están preparando para

La Navegación de Hostos: islas y mares de la revolución, la educación y el amor

Abril 15, 2008


Apri l 15, 2008

——————————————————————————————————————————— ANP Transcriptions ♦ 75 Montebello Road Suite 201 Suffern, NY 10901 ♦ 845-369-7132

[START RECORDING]

Alberto J. Bird: Hola, mi nombre es Alberto Bird,

soy el Director del Departamento de Humanidades, y

quiero introducirles a la Presidenta de Hostos

Community College, que les dará una bienvenida. La

Doctora Dolores Fernández—

[Applause]

Dolores M. Fernández: Muy buenas tardes y

¡bienvenidos! Para el 17 de Abril vamos a empezar

un año de celebración en Hostos. Hace 40 años que

esta escuela fue un sueño de una comunidad, y aquí

se realizó ese sueño. Pero fue un sueño que llevó

muchos machacazos. Vamos a mirar eso, pero tenemos

que saber porqué esta escuela lleva el nombre que

lleva, Eugenio María de Hostos.

Y como alguien que soy, que vengo del área

de educación y estudié educación aquí, en este país.

Y como de la filosofía de Hostos en educación nunca

se habla en los estudios de los que se están

preparando para ser maestros aquí, en los Estados

Unidos, y como creo que eso es un pecado… porque

cuando lees la filosofía de educación de Hostos y

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lees la filosofía de otros que hemos estudiado,

alguien que yo he estudiado, John Dewey, son iguales

¡son iguales! pero Hostos fue mucho antes, muchos

años antes que Dewey… yo siempre pienso que mmmm— a

lo mejor Dewey leyó a Hostos y cogió las ideas de

Hostos y las implementó.

Por eso es muy importante para mi ese

detalle, porque somos una escuela para educar a

nuestro pueblo, y esa es la importancia de Hostos,

educar al pueblo, enseñar al pueblo a pensar.

Es un cuento que se tiene que saber, y Orlando ha

hecho mucho trabajo en esa área. Y por eso vamos a

empezar este año de actividades con Eugenio María de

Hostos, para que todos podamos entender el don del

señor cuyo nombre lleva esta escuela. ¡Muchas

gracias por estar aquí con nosotros!

Orlando J. Hernández: Es un placer y un honor

presentarles a la Preboste y Ejecutiva de Asuntos

Académicos, a la Dra. Daisy Cocco DeFilippis.

Daisy Cocco DeFilippis: Muy buenas tardes a todos.

Yo encantada de estar aquí. ¡Qué mejor manera de

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celebrar el aniversario de Hostos que con una serie

de charlas, que de una manera u otra ejemplifican

las ideas y valores de Hostos!

Hostos pensaba que todo comienza donde está

el estudiante, que la educación tiene que estar de

alguna manera, muy cerca de la comunidad; que a las

mujeres se les debe educar, además de bordar y tocar

el piano, en las ciencias, en las matemáticas, y en

eso, fue verdaderamente revolucionario.

Celebramos este año con la Oficina de

Asuntos Académicos, y para apoyar las grandes

celebraciones que va a tener la institución

comenzamos hoy. Se dice que el amor comienza en el

hogar o en la casa, y no hay que salir a buscar a

nadie fuera de aquí porque tenemos entre nosotros a

un gran humanista, un poeta, un escritor y una

persona que le ha dedicado mucho tiempo al estudio

de las ideas de Hostos. Y con eso, aquí tenemos al

profesor Orlando José Hernández que les hablará de

eso.

En Mayo vamos a tener una actividad en la

que se celebrará el lugar, las raíces, el sur del

Bronx y la importancia de la contribución de la

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comunidad negra norteamericana, afroamericana. Ya

para Octubre, un gran amigo mío, Efraín Marradas,

que fue el primero en recoger la literatura que

escribían los poetas puertorriqueños o llamados

“nuyoriqueans”, va a venir y va a hablar en Octubre.

Es decir, [inaudible 00:05:35] revisited verdad? La

literatura de los puertorriqueños en los Estados

Unidos, entonces y ahora, y para Diciembre vamos a

tener algo que celebre la educación de la mujer

Así es como se conceptualizó esta

actividad, pensando en realidad, en muchas de las

peñas filosóficas de Eugenio María de Hostos, para

ilustrar, para celebrar, la ejemplificación de sus

ideas en nuestro recinto universitario.

Tengo aquí, y le quisiera entregar a

Orlando, una pequeña placa que conmemora su

contribución a esta serie de actividades, para las

que hemos conseguido una beca del New York Council

for the Humanities para apoyarla, y dice: The Office

of the Provost and Senior Vice President for

Academic Affairs. Thanks to Professor Orlando José

Hernández and the Humanities Department for

preparing and presenting “La navegación de Hostos,

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isla y mares de la revolución, la educación y el

amor”, for the Fortieth Anniversary of Hostos

Community College Lecture Series. Aquí está.

[Applause]

Alberto Bird: Quisiera decir algunas palabras sobre

Orlando, por si hay alguien aquí que no lo conoce

tan bien como nosotros. Orlando es realmente uno de

los pilares del Departamento de Humanidades de este

colegio. Es uno de los colegas más respetados y

admirados en nuestro Departamento. Como dijo la

Preboste, es un escritor, traductor y crítico muy

dotado y un estudioso reconocido de la obra de

Hostos. Entre sus publicaciones se encuentran

varios trabajos sobre Hostos, incluyendo “En un

barco de papel” (In a paper boat), que tradujo en

colaboración con Elizabeth Macklin, y un extenso

ensayo sobre el tema de Hostos en Nueva York. Ha

publicado también “Antología poética” de Elizabeth

Bishop, con su versión al español y un estudio

preliminar, y también la traducción al español y un

estudio del libro Hungry dust (“Polvo hambriento”),

del poeta puertorriqueño Graciani Miranda Archilla.

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Además, ha traducido al español varios poetas de

lengua inglesa, entre ellos, [inaudible 00:08:24] A.

Stevens, Elizabeth Macklin y otros. Orlando se ha

destacado como uno de los promotores del estudio de

la obra de Hostos en nuestra Universidad y ha

colaborado en la coordinación de muchos eventos,

como el que se realizó en el 2003 en nuestro

recinto, “Hostos y Martí en Nueva York”. Y sin

tomar más tiempo introduzco a nuestro queridísimo

colega Orlando Hernández.

[Aplausos]

Orlando J. Hernández: Yo no pensaba que a uno le

iban a dar reconocimiento por hacer lo que a uno le

gusta hacer, y le agradezco a Daisy de todo corazón.

También a la Presidenta que tuvo que salir, a la

Dra. Dolores Fernández, a Alberto que es mi jefe,

que además es un gran amigo— y a todos ustedes por

la presencia aquí esta tarde, para pensar sobre

cosas que tienen que ver con nuestra gente, con

nuestra cultura, con nuestras luchas, con nuestra

historia, tanto en Estados Unidos como en nuestros

países. Creo que ahí está la verdadera conexión,

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que Hostos nos ayuda a ver el todo de nuestra

historia. Aún cuando fue un hombre del siglo XIX,

fue un intelectual que sin duda, como todos los

seres humanos tuvo sus limitaciones, pero fue un

visionario. Hay cosas de él que todavía no se han

dado, hay cosas que se están dando y hay cosas que

se ven ahora con más claridad, 150 años después que

él nació, ¿verdad? ¡Y a 100 años de su muerte!

Entonces, yo quiero leerles a ustedes un texto,

quizás hablar también un poco extemporáneamente

sobre cosas de Hostos que les puedan interesar y

hacer de esto, en cierto modo, después que haga la

presentación del texto, un diálogo ¿verdad? Para

ver lo que les interesa a ustedes, de la filosofía

educativa, de la gestión política, de la familia, la

biografía, la relación que tuvo con tantos otros

intelectuales importantes de ese momento, siglo XIX,

cuando se estaban fundando nuestros países, cuando

nuestros países todavía no sabían que iban a poder

sobrevivir. Y ése es uno de los aciertos de Hostos,

que Hostos cree que las naciones nuestras son

importantes como naciones ¿verdad?

Yo quiero hablar un poquito sobre eso.

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Entonces, antes de entrar en materia como dicen los

scholars ¿no?, quiero sencillamente mostrarles a

ustedes algunos de los recursos que pueden usar,

porque parte de nuestro trabajo es que somos

educadores, que somos como Hostos ¿verdad? Estamos

tratando de hacer la revolución, pero estamos

también enseñándonos y enseñándole a todo el mundo

lo que debe todo el mundo conocer. Pero una

revolución en el sentido amplio de conocimiento y de

los derechos, que es donde yo creo realmente que

podemos volver a la figura y al pensamiento

Hostosiano.

Entonces, lo primero que quiero mostrarles

es que ustedes tienen una hoja con una serie de

recursos sobre Hostos, es una hoja parcial, no

pretendía nada más que dejarles saber que existen

todos estos recursos. Sobre todo para estudiantes y

profesores, para que puedan enterarse -y para que

puedan usarlas- de las obras completas. Hay varios

libros, muchos libros. En los últimos ocho años se

han publicado más de 25 libros sobre Hostos, en la

República Dominicana, en Argentina, en Puerto Rico,

en Cuba. Eso es importante, porque es que su

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significación no ha vencido, al contrario ha ganado

cada vez más fuerza. Lo otro que quiero mostrarles

a ustedes, bueno ya ven que en la página 2 y en la

página 3, hay toda una serie de referencias de tipo

Internet, que creo que son útiles porque a veces

tenemos más acceso al Internet. Aunque yo no creo

que haya que esconderse de las bibliotecas, al

contrario, hay que ir a las bibliotecas. Ahí van a

encontrar muchas cosas importantes que no van a

encontrar en Internet. Pero tampoco podemos dejar

de pensar que en Internet también hay cosas que son

importantísimas, y a la vez que son muy fáciles, muy

accesibles. Sencillamente las tienen al alcance de

la mano, en la computadora, y ahí hay una serie de

recursos, páginas de Internet que tienen que ver con

Hostos, con su biografía, con sus trabajos.

Aquí, en esta Institución, en la biblioteca

hay una página, parte de nuestro portal ¿verdad?,

donde existen toda una cantidad de recursos:

primero, textos conocidos, publicados y hasta

algunos inéditos del maestro Hostos, pero también

hay toda una galería de fotografías y de cuadros

sobre Hostos que se hicieron con su familia, con los

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intelectuales de esa época, etc. Ése es el número

uno que yo quisiera que ustedes en algún momento,

ése que aparece aquí en pantalla, que creo que— Los

lentes que ven, el bolígrafo, la pluma— es el de

Hostos, el que se conserva en un museo en Puerto

Rico, en la Biblioteca Nacional. Eso está ahí,

acabo de ir allí hace unos meses y estaba a

disposición de todos nosotros para conocerlo, para

estudiarlo viendo sus objetos personales.

Hay otro lugar donde se encuentran también

textos importantes de Hostos, en el Museo de la

Universidad de Puerto Rico; y en la República

Dominicana hay también una serie de elementos, yo no

voy a — Si da el tiempo, quizás después podamos

hacer un pequeño recorrido para que ustedes conozcan

un poco este Website, sólo les quiero enfatizar que

está de primera y que es muy fácil accesar a él.

Bueno, acceder a él es más lindo que accesar.

Entonces, voy a leer un poco un texto y después

quizás hablamos de un modo más libre porque creo que

todas estas cosas son conversaciones si es que van a

valer la pena, y ustedes tienen que jugar un papel

importante también en esta discusión de hoy, en la

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medida que nosotros creemos que la discusión es

siempre de dos lados ¿verdad?

El título de esta conferencia, y voy antes

de leerla a agradecer realmente de todo corazón, la

gestión que han hecho nuestra Preboste Daisy Cocco

DeFilippis y nuestra Presidenta Dolores Fernández,

porque yo llevo mucho tiempo en esta institución, si

se lo digo ustedes van a pensar que soy un viejo.

[laughter] Yo todavía no creo que hay que pensar que

los viejos sean tan mala gente. No, no llevo 40

años, pero hay gente que quizás llega a los 40,

[laughter] lo importante es que… miren, yo llevo 30

años en este colegio, ya me liberé— hice como

Patterson— ya salí. Pero lo que quiero decirles es

que, en términos de conocimiento, promoción de la

obra y difusión del significado de Hostos como

intelectual importante en nuestra cultura, en

nuestros países, en los últimos 5 años realmente es

que hemos podido hacer una tarea significativa. Se

ha hecho tres o cuatro veces la cantidad de

actividades y de eventos realmente importantes que

tienen que ver con Hostos, bajo el estímulo y con el

apoyo de nuestra Preboste Dra. Daisy Cocco

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DeFilippis y con el apoyo de Dra. Dolores

Fernández, nuestra Presidenta.

Y eso para mí importa, porque durante

muchos años aquí no podíamos hacer eso; o si lo

hacíamos no teníamos los recursos para esto que

estamos haciendo aquí, todo este ciclo de lecturas.

Por lo tanto, yo me siento— quiero expresar mi

agradecimiento, de corazón, me importa mucho porque

esto nos permite llegar a otra gente. ¡Gracias!

El título de mi conferencia es “La

navegación de Eugenio María de Hostos, islas y mares

de la revolución, la educación y el amor”.

Conocemos a Hostos como humanista, como

educador, como filósofo, como abolicionista, como

defensor de los derechos de la mujer, de los

mestizos y de los chinos, como luchador por la

Independencia de las Antillas, y propulsor, tanto de

la Confederación Antillana como de la unidad

latinoamericana, como Bolívar. Como moralista y

modernizador, como un hombre de un saber

enciclopédico. Hostos escribía sus propios textos

cuando enseñaba en el Instituto Amunátegui en Chile,

él enseñaba geografía y escribía sus textos sobre

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geografía, enseñaba Economía Política en el

Instituto Superior de Enseñanza en Santo Domingo en

el 83, y escribía sus textos sobre Economía

Política, enseñaba Lengua y escribía textos sobre

como enseñar lengua, enseñaba Sociología y fue el

primer sociólogo moderno, o el primer sociólogo

científico en América Latina.

Como un hombre de un saber enciclopédico

que puso su inmenso talento y su generosa

inteligencia al servicio de la humanidad, Hostos fue

una especie de Quijote, personaje de una obra por la

que profesó su más franca admiración, adonde quiera

que iba, él también, como Don Quijote, se metía a

deshacer entuertos, pues igual que Cervantes, estaba

poseído por la pasión por la Justicia. Pero lo

cierto es que al igual que Cervantes, fue un hombre

racionalista, impactado por la ciencia y por la

modernidad.

Dicho esto, hay que señalar que el joven

Hostos es un hombre de intensas emociones y de un

temperamento conturbado por los conflictos

familiares y su propia infelicidad, como leemos en

su diario, que es de una honestidad impresionante y

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reveladora. Él escribe un diario durante,

prácticamente, toda su vida. Va escribiendo

distintos pedazos de ese diario, el tiempo que pasó

en España, los últimos años, tal vez del 67, 1867 al

69, y en Nueva York, y luego en Suramérica. En ese

diario vamos a encontrar una serie de revelaciones

realmente impresionantes, que ustedes no van a

reconocer por un hombre que se llama tan racional.

Y yo creo que aquí hay dos cosas

funcionando. Primero, es un Hostos todavía

buscándose, que emocionalmente tiene una serie de

cargas, una serie de tensiones, con una familia que

le está diciendo: “No puedes estar haciendo esto

porque nos está creando problemas. Si te vas a

oponer al sistema español acá en Puerto Rico, vamos

a tener problemas con los españoles que son los que

nos gobiernan”. La hermana de Hostos tiene un

problema de violencia doméstica, casada con un

español. Eso se ve en el diario: violencia

doméstica, abuso, realmente de ella, ¿no?

Entonces, Hostos siente como que no puede

defenderla, no? Entonces, Hostos también, en esos

momentos, tiene problemas que son de concepción

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sobre como ser él, como ser revolucionario, sin

negar la biología y la belleza del cuerpo humano.

Se convierte en un asceta, es un perfecto infeliz,

en términos emocionales, pasa por innúmeras

depresiones, aquí en Nueva York y cuando viaja a

Suramérica. Yo voy a hablar un poquito sobre esto,

le falta aceptar que realmente, el cuerpo humano es

tan importante, la relación ¿verdad?, tanto

biológica como emocional.

Él pensaba que tenía que dedicarle el 100%

a la revolución de las Antillas, a que Cuba fuera

independiente, a que Puerto Rico fuera

independiente, a salvar la independencia de la

República Dominicana, que en su momento estaba muy

frágil y amenazada por los Estados Unidos porque

necesitaba una base de cañoneras y porque había un

proyecto para quedarse con la República Dominicana

que llegó hasta el Senado de Estados Unidos.

Entonces él piensa que no puede establecer una

relación que le vaya a consumir su tiempo, su

energía, como un hombre que tiene que dedicarse a la

revolución el 100%.

Eso le produce una absoluta infelicidad,

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que no logra resolver sino tiempo después cuando

conoce a Inda Ayala, una niña de 14 años, se

acostumbraba en esos años, gente mayor, hombres

mayores se casaban con mujeres jóvenes. Mi abuelo

se casó con mi abuela y los dos tenían 14 años, y

eso fue a principios de siglo XX. Les digo esto

porque no podemos realmente establecer un juicio

moral sobre cosas que se acostumbran en el siglo XIX

y que ahora, nosotros vemos como censurables ¿no?

Bien, pues Hostos, esa especie de Quijote,

¿verdad?, que además, desarrolla un pensamiento

racionalista porque se forma en España bajo la

protección de lo que se llama el Krausismo, ya que

Sanz del Río es el gran divulgador de la filosofía

de William Christian Krause, un filósofo alemán de

final del siglo XVIII y que es muy importante en la

vida de Hostos. Desarrolla su pensamiento, yo voy a

explicar un poquito porqué, y desde luego Hostos

aprende, estudia con Sanz del Río, en la Universidad

Central de Madrid, a partir de 1857. Antes de eso

había estado en el Instituto Superior de Bilbao. Su

padre buscaba la mejor educación que le podía

ofrecer a Hostos y por eso lo envía a España,

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entonces con el Krausismo, Hostos aprende varias

cosas muy importantes, y después claro, va a

evolucionar en otras direcciones, pero siempre con

esos fundamentos que le ofrece el Krausismo.

Sabemos que Hostos estudiaba las

sociedades, no sólo para entenderlas, sino para

cambiarlas, en ese sentido, no fue un académico

puro, de torre de marfil, sino un agente de cambio,

un propulsor de las transformaciones sociales y

políticas.

Benito Pérez Galdós, uno de los novelistas

españoles más notables del siglo XIX, y

contemporáneo del educador mayagüezano, es decir

Hostos, en una novela que es del ciclo de los

“Episodios Nacionales” y que lleva por título

“Prim”, refiriéndose a Juan Prim, un militar y

político español. Esa novela la publica Galdós en

1865, estando Hostos todavía joven, menos de 30

años, en Madrid; y hablaba Benito Pérez Galdós sobre

Hostos en los siguientes términos, la cita es de

Galdós, “Un antillano llamado Hostos, talentudo y

brioso, de ideas muy radicales”.

Galdós no se equivocaba, en el momento en

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que el novelista de origen canario -Galdós era de

las Canarias- y representó a Puerto Rico y Cuba en

las Cortes del 73, 1872/73. Los puertorriqueños no

lo escogieron a él, ni los cubanos tampoco, pero

parece que tenían otro sistema de escoger en ese

momento, poco democrático desde luego. Aquí también

se dan problemas como ése como ustedes saben, o sea

que no era solamente España.

Hostos, y esas ideas que tenía este

antillano, más que radicales, vamos a decir que eran

de avanzada, para decirlo en términos un poquito más

cariñosos. Preconizaba entonces la abolición de la

esclavitud que era una institución viva y rentable

para España en esos momentos, y en Brasil también ya

la habían abolido en Inglaterra en los 40, y en este

país costó una guerra civil donde murieron un millón

de norteamericanos. La Constitución de una

República, Hostos era republicano y eso es muy

importante en momentos en que no existían

repúblicas, exceptuando la de Estados Unidos. Por

Suiza se estaba configurando también, y luego viene

Canadá. Pero claro, Inglaterra con su Parlamento,

Inglaterra tenía sus contradicciones porque tenía un

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Parlamento, pero tenía un gran imperio. Entonces

Hostos pensaba, y los progresistas en ese momento

pensaban, ¿como puede ser posible que una democracia

sea un imperio?

Es decir, no había una contradicción entre

democracia e imperialismo, y sin duda, es uno de los

temas que todavía se discuten. El reconocimiento de

los derechos a las Antillas, preconizaba Hostos, y

la federación de las provincias que configuraban a

España. Hostos era un federalista, es decir, no

solamente que las Antillas y Puerto Rico tuvieran

derechos como jóvenes pueblos que ya estaban

afirmándose en su vida cultural y política, sino que

todas las provincias, los países que llaman, el país

vasco, el catalán, et cetera, que nosotros

aprendimos mal, porque pensábamos que eran todos

parte de una España. Y no era una España uniforme,

eran distintas regiones con culturas y tradiciones

muy distintas y con lenguajes distintos, y no

solamente en América se impuso una represión contra

la diversidad cultural y contra las culturas

precolombinas, sino en España también hicieron ese

tipo de represión. De modo que vamos averiguando

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cosas que de algún modo son distintas a la historia

oficial, y Hostos en esos momentos proponía una

federación de las provincias españolas, a la par que

una federación de Cuba y Puerto Rico con España,

Acababa de darse el llamado Commonwealth,

donde Canadá tenía más que una autonomía, un

verdadero poder, una autonomía plena, un verdadero

poder prácticamente independiente dentro de un

sistema que llaman Commonwealth. Y eso, pensaba

Hostos, que podía ser el modelo para suplantar el

imperio español, se equivocó, no se dio cuenta.

Betances aquí en Nueva York en 1869 decía:

“España no puede dar lo que no tiene”, y cuando se

dio en 1869 en España una revolución, que le llaman

la “revolución Septembrina” o “la revolución

Laboriosa” y en la cual trabajó Hostos, éste tiene

también una militancia política, un activismo

político, una actividad política en España, que lo

hace acreedor digamos, a la buena fe de los

políticos españoles. Por ejemplo, el 10 de Abril de

1865, los estudiantes de la Universidad Central de

Madrid salen a la calle a protestar. ¿Porqué van a

protestar los estudiantes? Van a protestar los

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estudiantes porque hay un decreto, de parte del

Gobierno que le prohíbe a los profesores, expresar

opiniones políticas en sus aulas.

Entonces el rector de esos momentos,

Montalbat creo que era, rehúsa despedir a dos de los

liberales que habían expresado sus opiniones

políticas en las aulas. Con motivo de eso se da una

manifestación inmensa de estudiantes y la policía,

la Guardia Civil y el Ejército, masacran a los

estudiantes. Mueren 14, hay 193 estudiantes

heridos. De los pocos que se atrevieron a escribir

en contra de eso en la prensa española, fue Eugenio

María de Hostos. En un periódico que se llamaba La

Iberia, describió un artículo condenando, censurando

la política del Gobierno español. Entonces, este

antillano talentudo y brioso de ideas muy radicales,

en realidad, se estaba ganando, se había ganado como

revolucionario un espacio de admiración en España, y

quería que el gobierno español reconociera los

derechos de las Antillas. No quería que volviera la

esclavitud, y ese era un negocio que los españoles

no estaban dispuestos a ceder todavía.

Cuando los liberales ganan con el apoyo de

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los sectores militares, que incluyen a Prim y que

incluyen a este señor Serrano, Hostos se reúne con

una comisión de puertorriqueños, con Serrano,

liberales puertorriqueños que le dicen de Ponce:

“vaya y reúnase con Serrano para que entonces nos

pueda dar más derechos”, etc. Los resultados son

nulos, en dos reuniones, Serrano piensa que hay una

cuestión menor envuelta y lo deja, se va, abandona

malhumorado la reunión. Entonces, Hostos se da

cuenta que realmente, el Dr. Betances tenía algo

muy importante en cuanto a qué posible relación se

podía establecer dentro del sistema español

monárquico. Y no es que los españoles fueran malos,

es que tenían un sistema político, económico, que

realmente les negaba la posibilidad del derecho,

tanto a las Antillas como a los propios españoles.

La monarquía no la eligió nadie, la monarquía es una

cuestión que se da en base a la herencia, en base a

factores de poder, etc.

Cuando los liberales ven que Hostos está

disgustado, le ofrecen lo que llaman la Gobernación

de Barcelona, la alcaldía de Barcelona. Hostos

había estado en Barcelona haciendo también

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propaganda con un amigo de él, puertorriqueño, que

tenía un periódico, y después le cerraron el

periódico, entonces tratan de comprarlo y él se

rehúsa. Dice “no, yo no tengo nada que hacer aquí”.

Entonces decide salir de España, ya no va a regresar

a España para conspirar contra el sistema colonial

español, y viene a Nueva York porque oye de un amigo

suyo, un abolicionista puertorriqueño que estaba en

París y que se llamaba Julián Blanco, que va a haber

una expedición que va a salir desde Nueva York a

Puerto Rico para establecer una insurrección armada.

Y ahí halla una diferencia con respecto al

ideario de Kraus. Los krausistas, que eran una

gente que hicieron cosas realmente impresionantes en

España y, a través de Hostos en América Latina, en

Puerto Rico, República Dominicana, Chile, Venezuela,

los krausistas no creían en la violencia, estaban

opuestos a la violencia. Además de eso, era una

gente progresista, pensaban que la sociedad iba a

evolucionar paulatinamente, gradualmente, en base a

la afirmación de los derechos, y le daban los

derechos completos a las mujeres y a los niños. Hay

algo importante ahí, ¿verdad? Estamos hablando de

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un señor que pensaba estas cosas por allá por

principios de siglo XIX, finales de siglo XVIII.

Rousseau también piensa cosas como esas, pero

Rousseau es misógino como sabemos, o sea que le dice

a la mujer, tu no tienes cabeza para hacer nada,

Pero hay este movimiento que se da a raíz del

pensamiento de Kraus, un movimiento progresista,

evolutivo y que, además, no cree en las razas en el

sentido tradicional. O sea que rompe con la

cuestión racial. Eso es interesante de verdad,

porque Hostos entonces se nutre de ese pensamiento a

través de Sanz del Río, que fue su profesor en la

Universidad Central de Madrid, de 1857 en adelante.

Es eso lo que lo hace convertirse en un activista

del cambio social, del cambio educativo, del cambio

político.

En Nueva York las cosas pintaron muy

difíciles para él; vivió en varios sitios, pasó

prácticamente todo el tiempo que estuvo acá sin

grandes recursos. Sin embargo, eran momentos de

cambio, eran momentos de mucha ebullición, tanto a

nivel político como a nivel científico. Yo quiero

que ustedes entiendan que estos revolucionarios

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tenían un contexto un poco distinto entonces y que

tenía que ver con los grandes cambios que se estaban

dando.

Por ejemplo, voy a señalar que, cuando está

en Nueva York, el periódico de las mujeres que

luchaban por los derechos femeninos, las sufragistas

y además, las que hicieron planteamientos muy

serios, muy importantes, me refiero a Susan

[inaudible 00:36:41] y a Elizabeth [inaudible

00:36:43]. Entonces, con Kay Stanton, estas mujeres

tenían un periódico aquí en Nueva York que se

llamaba “Revolution”. El periódico de los

independentistas cubanos, por el cual trabajó Hostos

como miembro de la redacción y medio semi director

se llamaba “La Revolución de Cuba en Puerto Rico”, y

lo controlaba gente de dinero, entre ellos un señor

que se llamaba Aldama, que tenía una casa en Long

Island adonde no entraban los cubanos regulares. Él

tenía inversiones, son gente que vienen del cultivo,

de la hacienda del tabaco, y esa fuerza patriótica

que se dio aquí en Nueva York, tenía una

inclinación, una orientación anexionista hacia los

Estados Unidos.

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Vamos a explicar un poco esto, porque el

anexionismo tampoco era reaccionario en todo el

sentido de la palabra. Había una gente intelectual

que pensaba que Estados Unidos era lo más avanzado

en esos momentos, y hasta cierto punto lo era. Sin

embargo, usted no va convertirse en su vecino porque

su vecino es doctor si usted está todavía estudiando

para ser doctor. En otras palabras, lo que Estados

Unidos tenía eran grandes recursos, una sociedad que

le permitió utilizar bien esos recursos y, además,

una religión que le permitió elaborar un programa de

cambios sociales importantes. Ya la república

norteamericana era quizás la más importante en esos

momentos y tuvo muchos adeptos en Cuba y en Puerto

Rico y en otras partes.

El problema es que, los señores que estaban

al frente de la Junta, tenían intereses económicos y

lo que buscaban realmente era que Estados Unidos le

abriera las puertas a los productos que ellos

controlaban, tabaco y otros. Entonces, Hostos se

opone tenazmente a toda la gestión, porque los

cubanos habían decidido que “si bien no estamos de

acuerdo sobre la cuestión de si vamos a ser

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independientes o si vamos a ser parte de los Estados

Unidos, vamos a dejar eso para después que nos

liberemos de España”. Pero la Junta Patriótica de

Nueva York estaba haciendo política a favor de la

anexión de Cuba a los Estados Unidos.

Aún existiendo ese entendido, cuando Hostos

ve esto dice que no. Ve que aquí hay unos problemas

muy serios, no solamente era Cuba, en el mismo

momento la Republica Dominicana estaba encarando un

intento de parte de Estados Unidos de asimilarla.

Hubo todo un proyecto que se echó varios años y

hasta llegó a un referéndum que fue amañado bajo un

presidente que se llamaba Buenaventura Báez. Éste

no era solamente un presidente, yo creo que hay que

explicar eso un poco mejor. Hay un analista en

Dominicana, muy importante, Roberto Casal, que ha

estudiado el proyecto como de un sector, no

solamente de un dictador sino un sector. ¿Que ha

significado esto? Pues ha significado que la

República Dominicana se hubiera convertido en una

base naval de los Estados Unidos, y que

probablemente hubiera habido allí una serie de

proyectos norteamericanos, entre otros, el del

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Presidente Grant. Saben que era al mismo tiempo que

cuando se compró Alaska ¿verdad? Había un

expansionismo de parte de los Estados Unidos hacia

el Caribe y luego hacia otras partes del mundo.

Pero lo cierto es que Hostos, Betances, y

los otros patriotas no creen en la anexión, porque

creen que nuestros países ya son naciones. Creen

que tienen derechos, tienen una integridad cultural

y tienen derecho a su independencia. Cuando él se

entera que hay unos manejos de tipo anexionista en

esta Junta, pues comienza a divulgarlo y a oponerse

abiertamente. No era solamente por la República

Dominicana, hubo ofertas directas para la compra de

Cuba por 100 millones de dólares a España, en esos

años, en ese mismo año. Entonces es cuando Hostos

hace presiones de que la anexión es nuestro peor

enemigo, y lo dice así en su diario, y lo dice así

en sus artículos, y se entiende en base a lo que

estaba sucediendo en esos momentos. Hostos fue un

gran admirador de este país, dicho sea de paso.

Hostos tuvo una inmensa admiración por los Estados

Unidos.

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Voy a moverme rápido para poder lograr

entrar un poco en la educación y en las cuestiones

amorosas de Hostos. Lo que sí quisiera es decirles

a ustedes también, cómo se da esa imaginación

intelectual de Hostos con respecto al aprecio y la

crítica literaria. Porque ustedes van a ver que hay

una cierta organicidad en el sentido de que existe

un pensamiento bien orquestado. Dice en 1873, y ya

Hostos estaba fuera de Nueva York, estaba en su

viaje al sur, había salido precisamente en 1870

disgustado con los cubanos del exilio aquí, pero

además, buscando una mujer, y eso es lo que no dicen

los políticos, una mujer que había conocido, a la

que llamaba Candorina y era realmente de nombre

Carolina. Era una mujer de la cual se había

enamorado Hostos, una mujer cubana, joven, cuya

familia vivía en Colombia. Entonces Hostos va a

Colombia, ella era de Cartagena, y va a buscarla.

Pensaba que ahí existía la posibilidad, quizás, de

una relación que lo hiciera ser feliz. Cuando deja

Nueva York y va a buscarla a Cartagena, la muchacha,

Carolina, no quiere tener relaciones ya con él, no

quiere hacerse novia de Hostos, y por lo tanto,

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Hostos entiende que fue un fracaso personal. Pero

va a continuar hacia Perú y hacia Chile su

peregrinaje, su navegación, donde va a encontrar

otras mujeres, igualmente atractivas y sumamente

interesantes, inclusive hijas de políticos. Aquí en

Nueva York tuvo una novia en el lugar por donde

vivía, en el Village. Hostos vivía en el Village en

cuartos de arrendamiento, para gente que no tiene

dinero, y ustedes saben que no tenía dinero, porque

lo dice él en un momento dado. Describe su cuarto,

que era pequeñísimo, y también lo que comían; pero

además que estaba mudándose constantemente, y se

mudaba constantemente porque no tiene para pagarle

al dueño— [laughter] Es lamentable, pero eso fue

así, ¿verdad?

Entonces, Hostos escribe en 1873 cuando ya

está en Chile, con respecto a su visión

revolucionaria, un ensayo estupendo sobre Hamlet.

Uno de los más importantes ensayos que se

escribieron en ese momento sobre la obra de

Shakespeare. Y dice comenzando ese ensayo, que es

un ensayo crítico sobre Hamlet, se publica en

Santiago de Chile en 1873, que comienza: “Vamos a

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asistir a una revolución, Hamlet es una revolución”.

Para el pensamiento Hostosiano, orientado por la

filosofía Krausista, la revolución no es sólo una

transformación social o política asociada al

progreso, sino también individual y ética, escribe

en ese mismo artículo, cito a él, ¿verdad? “Como

hay un progreso colectivo, hay un progreso

individual, y así como uno se manifiesta por medio

de luchas, de dolores, de sacrificios y de sangre,

así el otro se manifiesta por medio de luchas, de

dolores, de sacrificios y de lágrimas”. Es decir,

el elemento del dolor, que no hay que ser un

ingenuo, ustedes lo saben muy bien, si uno quiere

adelantar, progresar, las cosas no se nos regalan,

tenemos que atravesar todo un proceso que a veces es

doloroso, ¿verdad? Y la vida tiene su dolor

también, es inevitable, el que se cae y se rompe una

pierna, lo sabe, el que pierde a un familiar, a un

ser querido, lo sabe ¿no? Desde pequeños, quizás es

un poco un momento cuando conocemos más la vida,

cuando descubrimos el dolor. Entonces, dice: “Cada

progreso es consecuencia de una revolución en una

idea, en un aspecto de la humanidad, cada revolución

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es el conato de una idea en los aspectos, en las

ideas de los hombres”, y a renglón seguido, elabora

un paralelismo entre el fenómeno social y el

individual.

Entonces, dice Hostos: “Un alma en crisis,

un espíritu en progreso, una revolución moral, una

lucha interior para hacer triunfar un progreso del

ser en el ser mismo, este es el espectáculo que

Shakespeare nos ofrece en Hamlet”. Lo que encuentra

Hostos en esa crítica verdaderamente significativa,

señera, es que en la tragedia de Shakespeare hay un

desarrollo revolucionario en la psicología de los

personajes, Yo creo que los estudiosos, y yo no soy

estudioso de Shakespeare, lamentablemente no tengo

esa experiencia, ese conocimiento, pero he leído

algunas cosas, de algunos críticos que sí piensan

que, en términos de desarrollo, estamos hablando de

Shakespeare, contemporáneo de Cervantes, murieron el

mismo día, o con un día de diferencia, el mismo año,

son de la misma época, creo que 1616.

Entonces no existían los modelos de la

ficción, en esos momentos estaban todavía

convencionalizándose. El teatro no tenía personajes

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que tuvieran esa profundidad, y esos desniveles que

podían ser a la vez oscuros y claros, porque Hamlet

es un personaje oscuro, y a veces llega a una cierta

claridad. En el sentido de que, cómo es que Hamlet

se propone reaccionar ante una situación donde su

madre ha tenido una relación supuestamente

incestuosa con su tío. ¿Y cual es el código de

honor? ¿Qué tiene que hacer él para lavar su honor?

¿Y para también llevarse un proyecto reivindicativo

personal? Lo interesante es que Shakespeare en

estas obras, en ésta en particular, desarrolla al

personaje con profundidad. Ya no era un personaje

bueno o malo, sino un personaje con una dimensión

bastante profunda de elementos que configuran la

personalidad. Y eso es un gran aporte: Hostos

considera que es ya revolucionario. Hostos está

escribiendo esto en 1873, apenas había críticas

sobre Shakespeare en español, antes de eso en 1865,

escribió un ensayo sobre Rodrigo [inaudible

00:49:32]. El de Hamlet es mucho más interesante,

más fuerte, se cita más, esto le da a ustedes una

idea del gran interés, diverso y pluridisciplinario

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que tenía Hostos. Eso le ayudó realmente a

desarrollar una visión enciclopédica de la realidad.

Entonces, lo que quiero comentar

brevemente, para después oír las preguntas de

ustedes, porque no nos queda mucho tiempo, es lo que

hace Hostos con respecto a la educación y con

respecto a lo que ya lo hemos hablado. El toque de

oro, o el broche de oro, con respecto a la

infelicidad de Hostos, lo da una muchacha cubana que

vive en Venezuela. Hostos se inicia como maestro en

términos oficiales en Puerto Cabello, en Isla

Margarita y después en Puerto Cabello, primero como

maestro, después como Director de un Liceo en

Caracas. Allí conoce a los cubanos y a los

puertorriqueños que estaban por ahí, porque los

puertorriqueños intelectuales de esa época no tenían

dónde meterse. Los echaban de Puerto Rico, entonces

tenían que ir por ahí como el judío errante, a ver

donde los dejaban tener un trabajo o donde los

dejaban hacer su vida, ¿no?

Eso le pasó a gente muy importante, a

Baldorioti que estuvo en Santo Domingo mucho tiempo,

a [inaudible 00:51:00] Castro, a [inaudible

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00:51:02], a una cantidad de gente que vino aquí a

Nueva York, que no podía estar en Puerto Rico porque

la represión los metía a la cárcel. Nos dicen, por

ejemplo, cosas muy maravillosas sobre el Morro. Yo

voy a ser un poquito aguafiestas porque el Morro no

solamente fue una fortaleza española muy hermosa,

usted puede ver los túneles, usted puede ver cómo

las edificaciones de un ingeniero español de

apellido de Tejada hizo tal y cual. Pero allí se

torturaba a los patriotas puertorriqueños, allí

torturaron a Baldorioti, allí torturaron a un

cantidad de otros. Vamos a ver la realidad tal como

es. Con ciertos elementos que no son menores, yo no

tengo odio hacia los españoles, les tengo un gran

afecto, mis amigos españoles, pero así fue, no?

El hecho es que, cuando Hostos conoce a

esta mujer, se da una transformación realmente. Ya

Hostos es mayor, Hostos es maduro, no mayor, es en

1876. Quiere decir que Hostos está casi cuarentón,

treintitantos años, y ella tenía 14 años, hija de un

médico allá, de un médico exilado cubano, y se da

una magia increíble. Ella se convierte un poco en

su salvación, en sentido emocional. No era una

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intelectual (se dice realmente que, el alma afín de

Hostos era Salomé Ureña de Henríquez, la poeta y

educadora dominicana, con quien había una gran

[interposing]) Había una compatibilidad

extraordinaria. Lo que pasa es que también hay una

cuestión de amistad, de todo eso, en momentos en que

hay una oposición muy fuerte de la iglesia hacia el

proyecto educativo que ellos están instaurando, que

es el de las escuelas normales para hombres y para

mujeres. Entonces era un problema serio, pero hay

una gran simpatía que se da entre ellos, a nivel

intelectual, quien sabe si a nivel emocional

también.

Esa muchacha, Inda, va a ser quien

realmente le levante el ánimo a Hostos, lo saca de

las depresiones, incluso le escribe una canción.

Hostos, que de bolerista no tenía nada, [laughter]

escribe una marcha que después pretendía que fuera

himno de [laughter]. Hostos también en Nueva York

fundó La Voz de Puerto Rico, que fue el primer

periódico puertorriqueño de nuestra ciudad, en 1875.

Inventa muchas cosas, es un loco de la imaginación,

en el mejor sentido de la palabra. Es un verdadero

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explorador, tanto del intelecto como de las

posibilidades de la imaginación, un hombre que cree

en la revolución como una de las fuerzas liberadoras

del espíritu y del conocimiento.

Es naturalista, estudia. En esos momentos

en que, cuando Hostos está aquí, se acababa de

comenzar a construir el puente de Brooklyn, 1870.

Cuando Hostos está aquí se terminaba, en 1869, de

construir el Canal de Suez, de Lesseps. Se

inventaron tanto el telégrafo como el barco a vapor,

una cantidad de inventos extraordinarios, hasta el

cinematógrafo en los años 90. Entonces, esa

tecnología, la genética, comienza realmente a

convertirse en una ciencia. Hay toda una serie de

elementos que son realmente epistemológicos, y

Hostos no es ajeno a eso.

Darwin acababa de publicar, a final de los

años 50, “La Evolución de las Especies”, y Hostos

lee a Darwin, cita a Darwin, y entiende que parte de

la revolución que hay que hacer es orgánica,

natural, estar al día en las ciencias. Esto va en

contra del tipo de educación que se estaba dando en

nuestros países en esos años, controlado por la

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iglesia católica y muy cerrado en términos de

experimentación para las ciencias naturales, libre

pensamiento, racionalidad. Sabemos que Hostos era

racional, y sabemos que eso tiene sus limitaciones

hoy en día, pero en esos momentos era, quizás, el

enfoque más avanzado.

No todo es racional, lo sabemos gracias a

Foucault, gracias a los surrealistas, gracias a

mucha otra gente. Sin embargo, en esos momentos, el

planteamiento racionalista era quizás, el más

importante que se estaba dando para romper las

barreras que le estaban quitando los derechos a las

mujeres, a los hombres, a los pueblos.

Inda, desde luego, es una mujer que poco a

poco se va a hacer importante en su vida. Tienen

una relación maravillosa, con sus hijos, seis hijos,

tengo que decir algo triste, porque es terrible,

pero voy a decirlo. Una de sus hijas muere aquí en

Nueva York, en la calle 114, en Harlem. No tenía 40

años, se suicida, pero es un asunto que no entra de

lleno en lo que estamos discutiendo. Lo digo porque

quiere decir que Nueva York viene siendo parte de

nuestra cultura desde hace mucho tiempo. Desde el

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siglo XIX, y quien sabe si antes, pero desde el

siglo XIX los exploradores de esta región fueron

españoles. Vamos a hablar tres minutos sobre

educación, y después podemos abrir el diálogo.

Hay dos áreas importantes de la educación

que atiende Hostos, una es la educación formal, la

educación escolar, y otra es la educación cívica.

Entonces, yo creo que podemos pensar cuáles

son sus aportes a cada una de estas áreas, estas

zonas, que de algún modo hemos separado, pero un

educador como Freire o como Hostos no las separan.

Se convierte en un continuo porque la educación no

termina cuando usted se gradúa en el Hostos

Community College o cuando usted termina de ser

abogado o, al contrario, no termina cuando usted se

muere, quien sabe si después— ¿eh?

Hostos propone, es un tipo que viaja, viaja

sin dinero. ¿Cómo viaja sin dinero? Porque es

liberal y es masón, entonces los amigos en otros

países lo acogen, va sin dinero— Ve, lee, conoce, y

comienza a proponer cambios en nuestros países. Lo

que aprendió aquí en este país con respecto a la

educación de la mujer y lo que aprendió con los

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krausistas, lo propone en Chile, para nuestros

países y lo comienza a implementar en Santo Domingo.

Hostos un poco me recuerda a la gente de Vieques,

que protesta por la propuesta, no solamente protesta

que le niegan los derechos a las mujeres sino dice,

aquí está el programa de conferencias que debe

ofrecerse a la mujer y yo me presto a participar en

ese programa—

[END RECORDING]

Documents

La Navegación de Hostos: islas y mares de la revolución ... · Y como de la filosofía de Hostos en educación nunca se habla en los estudios de los que se están preparando para