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Universidad de los Andes Facultad de Humanidades y Educación. Dpto. de Lenguas y Literaturas Clásicas La Noción de Vacío, La Eternidad de la Materia y La Infinidad del Universo. En el DE RERUM NATURA Br.: Elider J. Patiño R. C.I.: v-12.142.578

La Noción de Vacío, La Eternidad de La Materia y La Infinidad Del Universo. [E.J.ríos]

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Universidad de los Andes

Universidad de los Andes

Facultad de Humanidades y Educacin.

Dpto. de Lenguas y Literaturas ClsicasLa Nocin de Vaco, La Eternidad de la Materia y La Infinidad del Universo.

En el

DE RERUM NATURA Br.: Elider J. Patio R.

C.I.: v-12.142.578

Trabajo monogrfico requerido para aprobar el % de la asignatura Seminario de Literatura Latina a cargo del profesor de la materia: Lic. Vctor D. AlbornozMrida, 14 de febrero de 2007Prembulo Luego de hacer la invocacin a la diosa Venus, hecho ya bastante estentreo, pues considerndola como benefactora que enarbola y declama los principios epicreos como un Himno a la naturaleza, al placer y a la paz; Lucrecio pasa en su poema a advertirnos sobre los riesgos de la credulidad excesiva, por parte de la gente comn, donde sta se ve traducida en supersticiones y temores infundamentados. Es as como se suscribe, desde el comienzo, en la lnea filosfica que persegua Epicuro, el cual entenda la filosofa fundamentalmente como investigacin de la felicidad humana, considerando los temores como los principales bices para la felicidad de los hombres; entre stos: el miedo a la muerte, el miedo a los dioses, y el miedo al dolor, as como por otra parte, tambin consideraba como impedimento el deseo desmesurado de placeres para llegar a la tranquilidad del espritu . Asimismo Lucrecio recorre en sus ideas este frondoso camino de la filosofa del maestro del Jardn como la tradicin suele llamar a aquel recinto de recogimiento donde se pretenda llevar una vida retirada, pero entendida, ms bien, como una forma de vida basada en el sosiego.

Y es que, ciertamente, el poema de Lucrecio no escapa de los asuntos relativos a la tica, pero pone de relieve las otras dos grandes vertientes de la doctrina epicrea: la fsica y la cosmologa, ratificando as el camino trazado por Epicuro; no obstante, an presentndose Lucrecio como traductor e intrprete del pensamiento epicreo en el seno de una cultura latina que conoci mal el materialismo griego, dio a su obra ciertos pergeos que le dan la distincin como poeta y que remarcan su importancia; as por ejemplo, la concepcin de la obra en forma potica, escrita en hexmetros, es un hecho que no corresponde a la manera de Epicuro, sin embargo, esto obedeca a consideraciones pedaggicas, que en cierta medida ya le da un tinte de originalidad al poema, pues se trata de haber puesto en hexmetros, nada ms y nada menos, todo un compendio cientfico que como su ttulo indica, privilegia la perspectiva fsica y lgica pero teniendo como constante la moral, pues recurdese que se persigue es la felicidad humana y para lograrla el hombre debe saber dirigir sus pasos por la senda de la virtud. As pues, el De Rerum Natura tiene como columna vertebral las doctrinas epicreas, mas sin embargo, pasadas por el tamiz filosfico y potico de Lucrecio quien en calidad de discpulo abnegado a los principios del maestro se encarg de ejemplificarlos, dndole as un carcter ms sustentado por la experiencia, por la constatacin emprica, imbricndose con el tratamiento que Epicuro da a la ciencia; nos referimos a la manera cmo se extraen y se prescriben los hechos cientficos, que no es otra, que la mera observacin inquisitiva de la naturaleza (, aunque, ciertamente, hoy en da no consideremos tal mtodo satisfactorio, s es cierto que es esa precisamente la postura que debe adoptar el ojo cientfico y es quiz Epicuro quien con mayor denuedo dio a la simple observacin o a la postura filosfica ese carcter.

Ahora bien, en cuanto a las ideas fundamentales de la doctrina en s misma, s es cierto que se ha formado una verdadera polmica al respecto, dada la aseveracin, por parte de Epicuro de haber sido autodidacta, y por otro lado, los que ven implcito toda una tradicin detrs de sus fundamentos doctrinarios, que ciertamente, no son nada desdeables, al considerar que muchos filsofos anteriores a Epicuro trataron su temtica, asimismo, por otro lado ya exista toda una tradicin mtico-cosmognicas que muy bien podra citarse como antecedentes. Sin embargo, la relevancia de Epicuro no depende de si su doctrina sigue el curso de una tradicin o no, sino en el hecho de poner su filosofa al servicio de la ciencia I Parte

1.1. LA EXISTENCIA DEL VACO

Nec tamen undique corporea stripata tenentur

omnia natura; namque est in rebus inane.

Como sabemos las ideas acerca del vaco, expuestas en el De Rerum Natura, as como la mayora de las ideas que all se presentan, nos remiten a las doctrinas epicreas y en esta oportunidad ms concretamente a la carta a Herdoto que Epicuro escribiera para dar un compendio de sus doctrinas y facilitar as al comn su filosofa. La nocin o apreciacin de la vacuidad Epicuro la seala como un factor categrico en el universo, el cual podra considerarse como axioma resultante del precedente: nada puede provenir de nada pues cada cosa del Universo tiene un precedente que siempre ha existido y es inmutable y eterno, ya que suponer que nada preexiste o nada sobrevive a los objetos que observamos crecer y decaer contradira la experiencia. Lo cual da por sentado la concepcin materialista de la doctrina y que Lucrecio perfila como argumento principal para desvanecer los temores a las divinidades, as escribe: principium cuius hinc nobis exordia sumet, nullam rem e nilo gigni divinitus umquam. Tales aseveraciones las va corroborando con ejemplos extrados de la naturaleza, es decir, sobre una base netamente emprica, lo cual encausa con la perspectiva sensitivista de su predecesor, quien argumentaba dicha afirmacin arguyendo que de otro modo todo podra surgir de todo sin tener necesidad de corresponder a una simiente especfica. Lucrecio ilustra este pensamiento muy pintorescamente y luego concluye interrogndose por la matriz genitalia corpora en que podra gestarse el mundo; a lo que responde que cada cosa surge a partir de determinados grmenes pero que es de la materia pre-existente de donde toman su constitucin. Luego puntualiza, siempre desde la observacin directa de la naturaleza, que no slo corresponde a cada cual una matriz y un germen determinado sino que tambin existen otros elementos concomitantes a la produccin de un nuevo organismo, como son las estaciones, los factores climticos, el tiempo, etc. Todo esto trae a colacin el principio de ordenacin del Caos ( pre-existente que poetas como Hesodo ya comprenda como un esbozo de la naturaleza de las cosas; refirindonos, claro est, a la concepcin de la (, al surgimiento del mundo como tal, pues tanto en una obra como en otra se puede decir que no existe el concepto creacin, ya que los dioses griegos no son creadores, slo son ordenadores de una materia eterna y preexistente, premisa que luego, ya desbrozada, permitira afirmar a Lucrecio: Nada nace de la nada Nada existe por efecto de un poder divino; pero ya sopesaremos en qu medida los antecesores de la doctrina epicrea tocaban estos puntos y desde qu perspectiva. Ahora bien, en la carta que Epicuro dirige a Herdoto exhorta a prestar atencin a las cosas invisibles, es decir, recomienda observar ms all de la sencilla apariencia que muestran los objetos del mundo, partiendo, claro est, de la concepcin atomista que presida: la idea de que existen partes indivisibles en diversos grados de magnitud extensin geomtrica , tiempo, etc. Siendo de ese modo da con el hallazgo de la estructura del universo; que Epicuro lo presupone de manera dual cuando afirma que todo lo existente se reduce a dos clases de cosas: lo lleno y lo vaco

El universo est constituido de cuerpos y de espacio. Que existen los cuerpos, las sensaciones lo atestiguan continuamente, y es necesariamente en conformidad con aqullas que se hace, a travs del razonamiento, las conjeturas sobre lo invisible. (...) Si, por otro lado, no existiera eso que llamamos vaco, espacio o naturaleza impalpable, los cuerpos no tendran lugar donde permanecer ni moverse, y esto es algo que parecen realizar comnmente.

As resulta que la dialctica epicrea est basada en una especie de silogismo, de donde de una premisa resulta otra que se apoya en la anterior. As tenemos en este particular lo siguiente: Ya que es un hecho evidente que existen cuerpos; el espacio vaco, por consiguiente tambin ha de existir, ya que los cuerpos han de hallarse en algo y tener algo a travs de lo cual moverse; mas esta idea Epicuro no la concibe solamente en el plano macro de los objetos, es decir, no solo en la corporeidad de los objetos del mundo tal y como lo perciben nuestros sentidos, sino que va mucho ms all, denotando las cosas invisibles, o sea, lo que hoy da llamaramos: la estructura molecular de la materia, de all afirma Epicuro que todas las cosas han de estar compuestas por tomos y de espacio vaco entre stos, que dependiendo de la cantidad o agrupacin de ellos, as como de la existencia de vaco que dispongan los cuerpos, en su estructura intrnseca, de tal forma ser la constitucin de dichos cuerpos. Lucrecio, en su poema, ejemplifica este particular a travs de los fenmenos naturales que obran, a nuestros ojos, de manera imperceptible como es el viento, la lluvia, el desgaste de los objetos, etc., pues obviamente ha de ser el punto de partida para lograr el objetivo que persigue la obra: la disolucin de los temores; as que designa todo esto acusando directamente a la Naturaleza. Luego pasa a afirmar la existencia del vaco, dando como argumento la solucin epicrea al respecto, la cual hemos venido tratando, pero pronto nos presenta la clave de este: praeterea quamvis solidae res esse putentur, hinc tamen esse licet raro cum corpore cernas. Es decir, que la materia no est constituida solo de materia sino que existe el vaco en ellas y que es ste que le da su constitucin y su peso, an prescindiendo del volumen que puedan tener, pues considera el cuerpo y el vaco como inversamente proporcional en cuanto al peso, refirindose a esto se cuestiona lo siguiente: Denique cur alias aliis prestare videmus pondere res rebus nilo maiore figura? () corporis officiumst quoniam premere omnia deorsum, contra autem natura manet sine pondere inanis. Ergo quod magnumst aeque leviusque videtur, mnimirum plus esse sibi declarat inanis; at contra gravius plus in se corporis esse dedicat et multo vacui intus habere. Asimismo, esto vale en cuanto a la constitucin del tomo, que desde su etimologa (: considrase como lo que no puede dividirse, ya da por sentado su definicin, sin embargo, la concepcin que de ello haca, tanto Epicuro como Lucrecio, no se refera a la mnima expresin del tomo como tal, sino a su conformacin corprea y a la ausencia total en ella del vaco. A este respecto cita, muy oportunamente, M. R. Dons a Lucrecio.

Aunque el tomo no es, exactamente, algo carente de partes, ya que el mismo Lucrecio habla de partes minimae atomi. Estas partes, sin embargo, son en s mismas inseparables, pues no incluyen el vaco. Son solida atque sine inani corpora prima, solida simplicitate. Son, dice, igitur solida primordia simplicitate, sed magis aeterna polentia simplicitate. Lo importante no es que tenga o no tenga partes el tomo, sino que no tenga vaco, y en consecuencia, que no sea penetrable y divisible. As pues, estos principios los establecen como leyes universales indisolubles, cargadas cada cual de propiedades inherentes que en conjunto conforman lo que precisa el universo para ser tal, es decir lo conciben como el absoluto, develando lo que Epicuro y luego Lucrecio comprenden como la naturaleza de las cosas, por ello este ltimo declara:

Ergo preter inane et corpora tertia per se nulla potest rerum in numero natura relinqui, nec quae sub sensus cadat ullo tempore nostros nec ratione animi quam quisquam possit apisci. Entre aquellas propiedades inherentes que reconoce poseen los elementos del mundo: el peso a la piedra, el calor al fuego, la fluidez al agua seala, agrupando a los dos principios universales, como sus propiedades a todo lo tangible para los cuerpos todos, lo intangible para el vaco mientras que todos aquellos conceptos que muy bien podran catalogarse como abstractos: la esclavitud, la pobreza, la riqueza, la libertad, la guerra, la concordia, etc. los denomina eventuales dado a que es indiferente si estos elementos estn presentes o ausentes, la Naturaleza permanece indemne, asimismo considera como eventual el tiempo, diferenciando de este modo al vaco como un ente en s mismo y no como privacin de la materia o como extensin de la materia, en contraposicin con el tiempo que lo concibe como eventual de lo corpreo y por ende inexistente por s mismo. Tempus item per se non est, sed rebus ab ipsis consequitur sensus, transactum quid sit in aevo, tum quae res instet, quid porro deinde sequatur. Nec per se quemquam tempus sentire fatendumst semotum ab rerum motu placidaque quiete.

De modo que, las cosas, tal y como las concebimos, son simples agregados a los elementos primordiales corpora prima stos, son, si se quiere, dependientes de los tomos de su conformacin, o sea, atributos que solamente existen en conformacin con sus principios, los cuales se aceptan como reales, en la medida en que se apoyan en los tomos, en el vaco o en los cuerpos que se originan en la combinacin de ambos ; claro est, esto es as cuando nos referimos a cuerpos tangibles, o por lo menos, dentro de la materialidad; mientras que aquellos que se circunscriben a estos ltimos o que son derivados de ellos, son ms bien epifenmenos de los principios atmicos. El tiempo supone la existencia de la materia, esto es, de los tomos y el vaco. Los tomos y el vaco no son sino una sustancializacin del espacio. Por consiguiente, en la teora lucreciana, el tiempo aparece como enteramente subordinado al espacio. Aun ms, la misma condicin de tomo le hace preponderante e independiente de la mera concepcin de sus atributos como lo es el tiempo, ya que la materia en su ltimo estado concebible como impenetrable, imperturbable, indestructible y eterna, triunfa sobre el tiempo, es decir ste no la condiciona, ni la modifica, ni la influye, slo es un fenmeno circunscrito a ella; as el tiempo es ajeno al tomo en cuanto tal, es decir, en cuanto a su condicin intrnseca que lo caracteriza, puesto que, dicha condicin excluye los atributos del tiempo y principalmente en su condicin eterna se opone a la temporalidad. Esto lo describe Marx en su Disertacin Doctoral de la siguiente manera:De que en el tomo, en estado de pura relacin consigo mismo se halle la materia en evasin de toda relatividad y mutabilidad, se sigue inmediatamente que el tiempo queda excluido del concepto de tomo, del mundo de la esencia, porque la materia es tan slo eterna e independiente en la medida en que se abstraiga de componentes temporales Es por esto, que la materia presupone un principio ontolgico inmanente, que va mucho ms all del tiempo y el universo, que se encuentra ms bien como regidor de stos, y por ende, ya no se comprende un logos interventor y constructor del universo, ni un principio regidor del universo como lo supone ser el tiempo. As se podra hacer una correspondencia metafrica con el fin que persegua la doctrina de desmitificar la cosmogona, donde la materia, como principium pre-existente, equivale al ente cosmognico primordial de los atomistas, en contraposicin con aquella personificacin mitolgica, aquel Titn ( que gobierna el universo y el que, curiosamente, en su investidura romana Saturnus representaba, precisamente, el sembrador y por tanto el generador, la semilla de la materia, aquel monstruo que castr a su padre y devor a sus hijos por temor a la traicin, pero que por el ardid de su esposa, concibi un hijo ( que lo destron para luego erigirse como nuevo amo del universo; pero, los atomistas resuelven aplicar el mismo castigo a tales encarnaciones mitolgicas, castrndolos con el rigor de la lgica y destronndolos como regentes del universo, colocando en el trono, que ha de regir lo eterno, la materia y en su envestidura ms excelsa y perfecta, se presenta el tomo como verdad subyacente, regidor del universo-mundo de la corporeidad En cuanto a la relacin existente entre el vaco y la materia, eran concebidos como elementos totalmente opuestos siguiendo la premisa: Nam quacumque vacat spatium, quod inane vocamus, corpus ea non est; qua porro cumque tenet se corpus, ea vacuum nequaquam constat inane pues se comprende que de otro modo no existira el universo dual que ellos conceban, es decir, la premisa anterior que todas las cosas pueden reducirse bien a cuerpo, bien a espacio vaco mas no puede concebirse una tercera naturaleza. Siendo de ese modo, se contempla el vaco como un espacio existente, como un lugar que es el lado opuesto de la materia, en ese sentido se asimila, segn Francesco Adorno, a la concepcin de que Platn concibe en el Timeo. La citazione del testo del Timeo da parte di Epicuro e indicativa. Il vuoto va inteso come spazio assoluto, ossia come la di Platone.

Ciertamente, la etimologa que arroja ese trmino es precisamente la de lugar determinado, pero hay que tener presente que en Epicuro, tal concepcin, es aplicable al vaco presente en la materia, al lugar por donde pueden transitar los tomos, es decir, es el lugar necesario para que haya movimiento. A este particular F. Adorno reprocha la conclusin a la que Aristteles llega en su Fsica.

Epicuro sostenendo che le condizioni che permettono lesistere delle cose () (), sono dapprima corpi e luogo, ma, ad un tempo ( proprio perch siano posibili i corpi in luogo ( precisa subito che il vuoto di cui egli parla non il luogo indefinido, o la materia aristotelica, ma il vuoto inteso secondo il significato dato a da Platone, da non scambiare con lnterpretazione che Aristotele d della chora nella Fisica. L appello a Platone una critica non al metodo aristotelico, ma ad alcune conclusin contraddittorie cui sarebbe arrivato Aristotele. Pues, como veremos, Aristteles refuta las ideas de Epicuro, pero de manera quasi ontolgica, es decir concedindole al vaco, equiparado a un lugar determinado, una existencia fctica, mas no, como una idea representativa del vaco o lo que resultara igual, en el caso de Epicuro y por ende de Lucrecio, una idea de espacio. As pues, resulta que el vaco equivale a la ausencia de cuerpos, a lugares no ocupados por la materia, ajenos al ser de los tomos, incontaminados de corporeidad Pero, por otro lado, si bien puede asimilarse la concepcin platnica de a la de espacio que presupone el vaco en Lucrecio, ciertamente, es irrefutable que si dos concepciones ontolgicas se aparten ms la una de la otra, estas son: la concepcin platnica versus la epicrea, puesto que mientras la primera se apoya en la idea como lo verdaderamente existente, siendo los cuerpos meras sombras, la segunda arguye que todo principio hay que buscarlo en la materia, niega, pues, completamente el logos arquitecto del universo, el ( platnico. As Dons se presenta como detractor de Adorno, pues, citando, ambos, el Timeo, llegan a conclusiones diversas, pues, mientras que uno lo aleja, el otro lo asimila a la concepcin ontolgica del vaco. Hay en el epicureismo una clara oposicin a la ontologa platnica, puesto que lo que verdaderamente intenta el fundador de la Academia es rechazar las tesis de aquellos que sostienen que slo existe lo que se puede aferrar con las manos, como dice en el Sofista, o que todo se deriva de la materia. La tesis platnica, a diferencia de la epicrea, sostiene que la verdadera causa de todo es el espritu o idea, siendo la materia una realidad fantasmagrica, () Esta tesis metafsica, sumamente compleja y difcil, es mantenida en el Timeo y, con ligeras variaciones, permanece en toda la obra platnica.

Ahora bien, el vaco y la materia, aun concibindose como elementos opuestos, pueden adems ser concebidos como una unidad, es decir, ya que representan el todo en el universo, son los dos nicos elementos, que lgicamente podramos concebir como uno solo, ya que representan el anverso y el reverso de una misma realidad sustancial. O como bien indica Morel que ya que se equipara el ser a la cosa y el no-ser al vaco se neutraliza la concepcin ontolgica entre el ser y el no-ser

En effet, les atomes ou le plein sont ltre (on) ou le quelque chose (den) et le vide est le non-tre (m on) ou le rien (mden). Or, mme si le non-tre est en un sens, parce que le vide nest pas moins que les atomes, il ny a pas de trosime statut ontologique entre ltre et le non-tre. Esto se desprende del solapado monismo que comporta la teora del tomo, esto es, la idea que sugiere que todos los elementos en el mundo fsico y an el espritu, segn la doctrina, son, en su ms profunda y mnima expresin, no otra cosa que tomos.

De manera que si estos principios son opuestos, son, tambin, complementarios, puesto que, se figura una alternancia de ambos en la configuracin de las cosas Alternis igitur nimurum corpus inani distinctumst, quoniam nec plenum naviter extat nec porro vacum y del balance que exista de uno u otro elemento resultar la disposicin de la materia en el plano fsico, siguiendo la norma que entre ms vaco ms blando y entre ms cuerpos agregados, adheridos, compactados al tomo, mucho ms slido ser el objeto.

Por lo tanto, el vaco es concebido como un elemento divisorio, opuesto, negativo a la materia la cual diferencia el espacio lleno del vaco y su mnima constitucin (el tomo) no puede ser dividido, ni penetrado, empero, sus compuestos s se ven conformados, adems de tomos, por el vaco, su contrario, el cual pauta la divisin entre lo que es materia y lo que no lo es ser-no-ser, puesto que, los cuerpos elementales, en contacto con otros, no proporcionan divisin alguna, sino, todo lo contrario, se integran a la masa pura y continua de su homologo en la sucesin del tiempo, eternizando, de este modo, la materia. 1.2. La Eternidad de la Materia. At quoniam supra docui nil posse creari

de nilo neque quod genitum est ad nil revocari,

esse inmortali primordia corpore debent

Siguiendo la exposicin de Lucrecio en el R.N. y como consecuencia inmediata del axioma anterior: Nada puede provenir de nada se sigue: Nada puede ser convertido a nada, es decir, dado que nada puede surgir de la nada, que siempre debe tener una raz o una simiente semine, tambin es conveniente pensar que ningn objeto del mundo pueda reducirse a nada, pues, siempre ha de quedar el germen, el cuerpo primo corpora prima, que vuelva a combinarse con los elementos propicios y en el tiempo justo para producirse un nuevo ente; de modo que si vemos cosas que nacen de algo: no surgen al azar. Entonces, existe algo en que las cosas desaparecen y luego Epicuro argumenta, para concretar la idea: Y si aquello en que desaparecen se ha reducido a nada todas las cosas se hubiesen extinguido ya, puesto que todo habra perecido en el no-ser esto ltimo presupone el concepto ontolgico del vaco en contraposicin con la materia, que la concibe como eterna, pero en su ltimo estado, en su mnima expresin, puesto que concibe los cuerpos de dos clases: los compuestos y los no-compuestos, los primeros responden a la agrupacin de los no-compuestos, los cuales son indivisibles e inmutables, ( de modo que stos han de ser limitados y de carcter eterno, por ello Epicuro expresa:

Y estos cuerpos son indivisibles e inmutables, si todas las cosas no han de ser destruidas en el no-ser, sino que han de perdurar a salvo en la disolucin de los compuestos; son compactas por naturaleza y no pueden ser divididas en lugar alguno ni en alguna manera. De ah que los primeros principios hayan de ser cuerpos indivisibles. De modo que, si los elementos no-compuestos son indivisibles y conforman la mnima expresin de la materia, los compuestos han de ser los agregados a sta, aquellos que en sus innumerables combinaciones, constituyen los objetos del mundo y son stos los que predominan en nuestros sentidos y por la cual juzgamos los acontecimientos enmarcados en el tiempo y el movimiento y es a travs de la observacin plus-ultra de stos mismos que podremos llegar a la ltima expresin ( de las cosas o elementos surgidos de la equitativa combinacin de los compuestos a partir de la materia originaria corpora prima o principium; as pues, recurdese que Epicuro parte siempre de lo sensible, de lo emprico, para luego observar la Naturaleza con la mirada inquisitiva de un sabio que pregunta por sus principios, as como los fenmenos que afronta y escudria, pues los eventos tambin nos dicen mucho acerca de la verdad que encierra el mundo, y observando su comportamiento develamos sus arcanos y en esa medida lograremos apartarnos de los temores infundamentados que acarrea la ignorancia, de no preguntarle al mundo su por qu, y adjudicar a los dioses aquello que ignoramos.

Por lo tanto, segn esto, a partir de la simple observacin de los eventos de la vida como son: el nacimiento y la muerte, el crecimiento y la decadencia, en fin, la ecuacin: nacimiento-crecimiento-muerte, se puede llegar a suponer la permanencia de unos cuerpos diminutos que constituyen la materia y que se presentan como inmutables, completamente slidos, carentes de vaco y por ende impenetrables, imperturbables, eternos.

Ciertamente, en Lucrecio, el nacimiento, el crecimiento y la muerte estn ntimamente relacionados por los distintos tipos de tomos: as el nacimiento no significa que algo salga de la nada sino que un tomo de una cierta especie empieza a agregarse con otros del mismo tipo para ser una determinada cosa y su crecimiento es la absorcin de materia mientras que la muerte es simplemente su disgregacin. Y es que, en todo caso, la fsica epicrea as como la refundicin de estas ideas en la obra de Lucrecio, le dan al tomo una posicin cartesiana ante todos los fenmenos de la vida y ciertamente a la vida misma, as como acota M.R. Dons

La fsica atomista tiene todas las caractersticas de la metafsica, esto es, pretende tener validez no slo como explicacin del ser. El todo es atmico. De ah que la individuacin no sea ms que una variacin cuantitativa de esa misma totalidad.

Luego apuntala Dons la concepcin platnico-aristotlica donde existe el sintagma forma-idea y que Epicuro lo reduce solamente a la materia, pues para Epicuro la conformacin del tomo atae: tanto a la forma, pues todos los objetos del mundo y el universo mismo est constituido por tomos y son stos los que se las proporciona; como a la idea, la cual siendo el tomo indivisible, inmutable y eterno, es pues la sustancia pre-existente que suple al ( platnico y se enquista con el principio que Aristteles otorgaba a la Naturaleza. As resulta que la esencia del epicureismo consiste en sostener que todo es cuerpo o relaciones entre cuerpo: non est tertia natura pero adems el pensamiento que se esgrime entre lneas alude a que cada cosa, cada realidad de cualquier tipo tiene una finita potestas y un alte terminus haerens, es decir, se encuentra equiparado con una especie de fatum siempre renovado. Sin embargo, hay que aclarar que el terminus haerens no lleva implcito la idea de un desarrollo que ve a un fin ltimo, sino un punto final que constituye un nuevo principio para otro tipo de agregado (de all la eternidad de la materia) o, con otras palabras, que los cuerpos no son un verdadero todo estrictamente, sino un agregado de partes cuya nica unidad es el movimiento. Todo esto Lucrecio lo expresa diciendo.Quod quoniam ratio reclamat vera negatque credere posse animum, victus fateare necessest esse ea quae nullis iam praedita partibus extent et minima constent natura. Quae quoniam sunt, illa quoque esse tibi solida atque aeterna fatendum. Denique si minimas in partis cuncta resolivi cogere consuesset rerum natura creatrix, iam nil ex illis eadem reparare valeret propterea quia, quae debet genitales habere materies, varios conexus pondera plagas concursus motus, per quae res quaeque geruntur. De esto ltimo, se podra llegar a la suposicin de que Epicuro seala que la expresin de la ms mnima parte, puede llegar, por medio de su sucesiva descomposicin, a reducirse a la nada, es decir, tendera a desaparecer o, en ltima instancia, a presentarse como la nulidad de lo que contendra como unidad atmica, como germen o cuerpo primordial corpora prima ; as como en una escala numrica descendente, cada nmero representa una expresin valorativa, potencial y gradual, de mayor a menor, que culminara en su mnima expresin, el cual correspondera legtimamente al uno, pues el cero representara la disolucin numrica en cuanto a su expresin potencial y valorativa, es pues la nulidad. De ser as, cabe preguntarse si tal nulidad es equiparable al vaco, puesto que es el lado negativo de la materia.

Sin embargo, esto ofrece, a las claras, una contradiccin con todo lo que hasta el momento nos ha venido enseando la doctrina epicrea, puesto que, sta seala todo lo contrario, que no es otra cosa que la indivisibilidad de los cuerpos puros, es decir, la indivisibilidad del tomo, o mejor an, su indestructibilidad, puesto que no se niega la subdivisin atmica, sino su disolucin, pues el germen ha de ser eterno, an en su mnima expresin, as como tambin consideraba eterna la materia en el Universo, y esto, se podra equiparar con la concepcin renacentista donde todos los fenmenos acaecidos tenan repercusin en un plano bipolar, es decir, el macrocosmo y el microcosmo. corporis illius quod nostri cernere sensus iam nequeunt: id nimirum sine partibus extat et minima constat natura nec fuit umquam per se secretum neque posthac esse valebit, alterius quoniamst ipsum pars, primaque et una inde aliae atque aliae similes ex ordine partes agmine condenso naturam corporis explent, quae quoniam per se nequeunt constare, necessest haerere unde queant nulla ratione revelli.

Sin embargo, es necesario sealar que a pesar de que no negaba que los cuerpos primos precisaran de divisin, puesto que, los cuerpos ms pequeos cualesquiera que sean constarn de infinitas partes, puesto que la mitad de la mitad tendr siempre una mitad y cosa ninguna no ser definida; s consideraba en ellos un minimum, es decir un lmite, ya que, de otro modo, no podra concebirse nada de ellos, de modo que por muy disgregada que se encontrara la materia, y an los cuerpos primos, por su constante movimiento y el desgaste de sus choques, siempre ha de quedar cuerpos primitivos que no se hayan sometido a ninguna fuerza que modifique su slida constitucin. Por otro lado tenemos, la causa de la formacin de la materia, que como ya se plante resulta de los agregados al tomo, pero esto solo en cuanto a su conformacin en s misma, pero en cuanto a la conformacin de los mundos, los cuales considera infinitos, los comprende erigidos a partir del proceso existente entre los tomos, el vaco y el movimiento, en esa misma sucesin se origina dicho proceso, puesto que, gracias a que los cuerpos primordiales (tomos) penetran en el vaco, enlazndose mutuamente; y a los movimientos que efectan los tomos, se producen colisiones, encuentros, precipitaciones, en fin, gracias a la pluralidad de movimientos que realizan en constante agitacin, de manera improvisada y vertiginosa, se juntan estrechamente entre s, resultando luego, de estas alianzas, las diferentes materias que se encuentran en los diversos mundos que se originan en el espacio infinito. Nam certe neque consilio primordia rerum ordine se suo quaeque sagaci mente locarunt nec quos quaeque darent motus pepigere profecto, sed quia multa modis multis mutata per omne ex infinito vexantur percita plagis, omne genus motus et coetus experiundo tandem deveniunt in talis disposituras, qualibus haec rerum consistit summa creata As pues, en la medida en que la materia se va disgregando, o lo que es lo mismo, en la medida en que vemos que los cuerpos se desgastan y se vejan por el uso y el tiempo, asimismo, segn Lucrecio, se va efectuando el desprendimiento de los agregados a la materia primordial, hasta que la transforma o la reduce, incluso, hasta su desaparicin, pero sta solo se muestra superficialmente a nuestros sentidos que no pueden observar las cosas invisibles, o sea, las acciones que presenta la materia en su mnima expresin, en el universo de los tomos; ya que all, por medio de los incesantes movimientos y choques ocurren, veladamente, desprendimientos de la materia, como dijimos, pero tambin absorciones y/o adherimientos de las partculas de un cuerpo a otro; dando por consiguiente la renovacin y la perpetuidad de la materia. Lucrecio en su poema expone este principio con una metfora muy representativa de su poca:

Sic rerum summa novatur semper, et inter se mortales mutua vivunt. Augescunt aliae gentes, aliae minuuntur, inque brevi spatio mutantur saecla animantum et quasi cursores vital lampada tradunt.

Otro asunto tocante a la materia es el de sus cualidades, que quizs no interfiera con su condicin eterna, pero a partir de ellas se puede inferir algunos cuestionamientos ontolgicos, ya que, las propiedades, como ya dijimos, son eventos circunscritos a la realidad latente o genuina del tomo, y siendo este ltimo el que realmente existe, se hace evidente que aquellos elementos eventuales son de naturaleza efmera y en esencia carecen de existencia, empero, es necesario resaltar o hacer la advertencia de que estos elementos eventuales confluyen con el tomo, conformando la materia, y si el tomo es quien los soporta como agregados y les da sentido, los elementos compuestos son quienes conforman y dan sentido a la materia, de modo que hay una interrelacin y dependencia entre ellos, totalmente complementaria y este equilibrio que siempre est regido por la necesidad, comprende la multiplicidad de los objetos del mundo, que regidos por su principio intrnseco se proyectan al universo infinito. 1.3. La infinitud del Universo Omne quod est igitur

nulla regione viarum finitumst

Siguiendo la disposicin consecuencial de los axiomas anteriores, ahora se pretende examinar si existe algn lmite a la materia, pues ya que sta es eterna, por medio de un continuum aeternus de la disgregacin y la agregacin de sus atributos, ha de perpetuarse infinitamente en el vaco que la circunda y delimita. De modo que, es necesario tambin la infinitud del universo, con el fin de alojar la suma de sus agregados. Lucrecio lo expone en los siguientes versos: Sed quoniam docui solidissima materiai corpora perpetuo volitare invicta per aevom, nunc age, suma quedam sit finis forumn necne sit, evolvamus; item quod inane repertumst seu locus ac spatium, res in quo quaeque gerantur, pervideamus utrum finitum funditus omne constet an immensum pateat vasteque profundum.

De esto se sigue que la concepcin lucreciana del Universo parte de los tomos, que, como dijimos, componen la realidad positiva o genuinamente existente e invariable, movindose en el espacio y en el tiempo de tal forma que, segn su disposicin y sus movimientos, generan los fenmenos de nuestro mundo sensible. Ahora bien, la ltima parte del libro primero, que trata, en mayor medida, de la fsica, Lucrecio se la dedica al principio dual del tomo y el vaco, pero en su relacin con el Universo, y el vocablo que utiliza para designarlo es omne, el cual connota la totalidad cuantitativa de lo existente ; siempre considerando el principio binario que sostiene la doctrina, de modo que este trmino, en contraposicin, con mundus no debe confundirse, puesto que este otro es ms bien cualitativo, as, si bien designa el universo, en una de sus mltiples acepciones, no comprende un sentido sumario, cuantitativo, comprendido como absoluto, sino, ms bien, comporta un sentido abstracto, generalizante, que comprende cantidad, pero de los objetos de la cotidianidad, es pues, el universo que rodea el entorno del hombre, de las cosas tangibles, mas no el de la totalidad. La infinitud del Universo ya haba sido testimoniada por una larga tradicin de cosmologas, de modo, que no se debe a Epicuro el hecho de haber penetrado en el cerco de la bveda celeste, pero quiz, s se pueda considerar como el primero que liber al ser humano frente al infinito, es decir, le hizo abrir los ojos de la realidad minscula de su existencia en relacin con aquel, concientizndolo, de este modo, de su destino; pero, por otro lado, el rol que el hombre debe desempear en la naturaleza infinita enaltece la propia finitud mortal, absorbindose en la infinitud.

Por esto, la doctrina acerca al hombre a la contemplacin de s mismo respecto al Universo concebido como un todo y en este todo, le hace comprender su integracin o nulidad ante la inmensidad, de modo que el infinito viene a asumir un valor y una funcin moral como condicin y medio de liberacin espiritual; un camino para comprenderse a s mismo retratado en su entorno, comprendiendo por medio de su intelecto, su posicin ante la infinitud y sumergido en ella se le asimila en su contenido analptico, como estado del tomo que tambin le forma, en fin su comprensin de analoga con el Universo, quiz, en un plano menor en la escala infinita de su inmensidad, o mejor an, pasa a juzgarse otro pequeo eslabn, otra pieza de su estructura, que se renueva con l en la eternidad, claro est, en su mnima expresin, en su forma primordial, que no es otra que el tomo. Ahora bien, la cosmologa epicrea percibe el infinito desde diversos puntos de vista y se podran enumerar por lo menos tres, que resultan los de carcter ms estentreo, el primero contempla un valor cuantitativo, indicando su carcter absoluto as tenemos que: el universo es infinito cuando se contempla en su totalidad; as se sigue que el universo no tenga lmites, puesto que en cualquier punto que nos coloquemos frente el universo no lo podramos concebir mentalmente y por ende: contemplar su totalidad, nos pone en evidencia hacia lo insondable que resulta para nosotros la infinitud, pues se pierde de nuestros horizontes sensoriales y an rebasndose los sentidos nunca le concebiramos un tope, un lindero, o una extremidad extremum como le ha llamado Lucrecio, palabra que lo compromete al sentido de la corporeidad. Los versos son los siguientes:

Omne quod est igitur nulla regione viarum fintumst; namque extremum debebat habere. Extremum porro nullius posse videtur esse, nisi ultra sit quod finiat; ut videatur quo non longius haec sensus natura sequatur.

Ciertamente, la nocin del universo es incompatible con la de extremidad, asimismo, la perpetuidad del vaco, que tambin resulta ser el espacio, no podra separarse de la idea infinita del universo puesto que la reflexin anterior se basa en la idea de que el extremo de una cosa solamente puede ser delimitado por otro que confine con sta. De modo que, considerndose el vaco como un ente ms, es decir, como otro ser, aunque opuesto a la materia, resultara contradictorio llegar a la conclusin de que ms all del universo slo existe el vaco. Esta argumentacin no slo puede ser aplicada al espacio, sino a toda la realidad universal omne quod est. El universo no puede ser finito en ninguna direccin, porque de ningn ser real puede darse otra extremidad que la que resulta de l en relacin con otro; por ello se sigue que no podamos concebir el infinito, pues se pierde en nuestro minsculo horizonte, as donde quiera que pongamos nuestra mirada nos hallaremos rodeados por el infinito, siempre de la misma manera y en toda direccin. Lucrecio, para explicar este particular recurre a la metfora del dardo lanzado desde el borde de un precipicio hacia el vaco, pues, hay que recordar que siempre se parte de lo sensitivo, de la observacin inquisitiva a la naturaleza, de lo emprico, para determinar la verdad que subyace en ella; de modo que es una metfora pero sostenida en un hecho que muy bien puede ser fctico que de ser llevado a la prctica resultara ser un experimento:

praeterea si iam finitum constituatur omne quod est spatium, siquid procurrat ad oras ultimus extremas iaciatque volatile telum, id validis utrum contortum viribus ire quo fuerit missum mavis longeque volare, an prohibere aliquid censes obstareque posse? Ya que son opuestos los lados de la balanza que suponen el vaco y la materia, y que a la vez comprenden una unidad, es comprensible que se considere uno extremo del otro y plantearse que en la sucesin de un elemento a otro, de un extremo a otro, no existiendo ms que estas dos condiciones, ha de tenerse esta misma sucesin como el infinito; de ah que las dos posibilidades que pueda arrojar el experimento de Lucrecio; conlleven ambas a la demostracin de la infinitud del espacio puesto que: nam sive est aliquit quod probeat officiatque quominu quo missum est veniat finique locet se, sive foras fertur, non est a fine profectum y as, la posibilidad de la salida del dardo ir siempre dilatando la fuga en una proyeccin sin lmite. El segundo argumento sobre la infinitud, declara: cada uno de los elementos del universo son infinitos igualmente; puesto que se sigue de que, el universo es infinito, tambin resultan serlo los tomos debido a que un tomo encontrar a otro eternamente, haciendo eterna la creacin del mundo. Por lo tanto, cada uno de los compuestos, a menos que el otro no lo limite, es infinito por s mismo: los tomos en nmero, el vaco en extensin infinita opus est vis undique materiai. Aunado a esto parece haber una cierta correspondencia con aquella ingenua apreciacin del peso de los tomos, ya que no poseyendo stos cualidad alguna de las figuras aparentes, aparte del peso y el tamao, habra sido imposible la formacin del universo, ya que en un hipottico espacio finito, el peso habra llevado a todos los tomos a yacer amontonados inertes en el fondo, sin haber podido dar lugar a ningn proceso de nacimiento y formacin de la materia; mas siendo esto falso, es otra prueba fehaciente de la infinitud del universo, pues la materia se prolonga eternamente, por medio, del insondable espacio vaco que lo contiene. Preterea spatium suma totius omne undique si inclusum certis consisteret oris finitumque foret, iam copia materiai undique ponderibus solidis confluxet ad imum nec res ulla geri sub caeli tegmine posset nec foret omnino caelum neque lumina solis, quippe ubi materias ovnis cumulada iaceret ex infinito iam tempore subsidendo.

Por lo tanto, los movimientos de los tomos siempre estn enmarcados como elementos preponderantes en la fsica epicrea y lucreciana, ya que dependiendo de stos, de sus choques, encuentros, conexiones varias etc. se generan las cosas del universo mundo y en tanto que exista el vaco donde pueda generarse dichos movimientos, as se ensamblar la estructura del universo, siempre renovada desde su germen y siendo infinitos, aquello donde stos pululan tambin ha de serlo. Un tercer postulado acerca de la infinitud, se sugiere en la proposicin en este universo infinito existe un nmero infinito de mundos; sin embargo, esta afirmacin, al contrario de las anteriores, no se presenta como algo que haya que ser demostrado, sino que se infiere como concluyente de las otras dos, en el sentido de que comporta ambas ideas, suscitando, por mera lgica, esta tercera consecuencia, pues, resulta muy claro que si el universo no est delimitado por ningn lugar y que por ende es infinito, tambin es necesario que toda la materia alojada en l sea igualmente infinita , ya que esta se genera indeterminadamente en el espacio vaco y ms all de la sucesin del tiempo, y ya que este mismo fenmeno acaece en toda la extensin del infinito, es menester, pues, que haya infinitos mundos en dicha extensin. II Parte2.1. Antecedentes Mtico-Cosmognicos Desde la ms remota antigedad el hombre se ha preguntado por los fenmenos que acaecen en su entorno y por el hecho mismo de la existencia, consecuentemente tambin por sus mltiples atributos, es decir, aquellos matices inseparables de lo ontolgico, como lo es el tiempo, la materia, el espacio y la abstracta concepcin del vaco, sta es abstracta en la medida en que se aleja de lo puramente ontolgico, esto es: en contraposicin a la nada mstica o realidad inobjetiva, informe ( en la que, no obstante, se encuentra todo germen; etc.. Es decir, no en cuanto a la negacin del ser sino en cuanto a la negacin de la materia. As pues desde esta perspectiva la nocin de vaco involucra las de espacio y materia. Ahora bien, sobre la naturaleza de la materia desde las diferentes culturas antiguas de la humanidad como por ejemplo la babilonia, la egipcia, la india y la china, por citar algunas, se nos presentan alusiones a travs de los diversos mitos de la existencia de una sustancia eterna a partir de la cual se formaron todas las cosas. As tenemos que en la cosmogona 2.2. Antecedentes o Fuentes Filosficas Desde la antigedad se pens en que eran tres los elementos materiales bsicos de la naturaleza: tierra agua y aire, a los que los griegos Anaximenes, Anaximandro y Herclito aadiran uno ms: el fuego. Aristteles imagin un quinto elemento quinta essentia: el ter, el cual caracteriz de esencia divina y constitutivo de cuerpos celestes (perfectos) organizados en esferas concntricas, con una, la mayor, el mvil primario primum mobile hacindolas girar por friccin.

Pero sern los primeros presocrticos los que vean la posibilidad de un vaco, ligado al espacio, lo cual lo concibieron en las primeras discusiones relacionadas con el movimiento y el cambio. Desde esta perspectiva, la posicin de Parmnides y los eleatas es contraria a dicha posibilidad, ya que para ellos el vaco debera asimilarse al no ser, cuya existencia es contradictoria. Pero la plena teorizacin del vaco y de la necesidad de su existencia procede de los defensores del atomismo antiguo representado fundamentalmente por Demcrito, Epicuro y Lucrecio, quienes fundaron la corriente de pensamiento que fue prcticamente la primera en afirmar la realidad del vaco. Todas las cosas percibidas e incluso los procesos de percepcin estara formado simplemente por tomos y vaco. El vaco sera el intervalo entre tomos, el garante de la incesante movilidad de stos y, por otra parte, vendra a confundirse con el espacio. Los cuerpos seran agregados atmicos pululando en el espacio (vaco).

No obstante, Aristteles refutaba el vaco que concibiera Demcrito y sus sucesores, quienes lo conceban como un medio real y necesario para el libre desenvolvimiento de los tomos, negndose a reconocerlo porque impeda el contacto entre las cosas y adems por considerarlo una nocin autocontradictoria, esto es, un lugar que no es lugar de ningn cuerpo; aparte de la imposibilidad de considerar la existencia de un cuerpo all donde no hay extensin alguna. En esa refutacin -y en su posterior transmisin- se acua la frmula de los tres tipos de vacos a considerar: el vaco intersticial, el continuo y el csmico. Los tres son rechazados, pero esta clasificacin permitir sucesivos exmenes y alguna que otra reivindicacin parcial del vaco: por ejemplo, los estoicos entendern que el vaco infinito rodea al cosmos, y los ingenieros alejandrinos (en sus tratados de Pneumtica) aceptarn el vaco intersticial y continuo como posibilidad excepcional.

Los Pre-Socrticos Leucipo y Demcrito La Escuela Eletica

Pitgoras, Platn y Aristteles

Otros testimonios hacen pensar que se trataba ms bien de un huerto del cual se procuraban los alimentos la cofrada epicrea.

Lib. I Verso.329-330

Ep.ad Hdt., 29-03

A.A. Long., La Filosofa Helenstica, pg.40

El principio de lo cual coger su urdimbre de esto:

Nunca cosa ninguna se ha engendrado de la nada por obra divina Lib. I V149-50

Ep ad Hdt. , 29-05 y sig.

D.R.N. I .59-66 y sig.

Aunque ciertamente la idea de dioses como organizadores de un Caos, es ms bien una concepcin platnica, que no es otra que la idea del demiurgos, pues para los presocrticos y en especial para Leucipo se deba ms que a los dioses a la necesidad y al azar, mientras que Epicuro y Lucrecio no conceban un principio ordenador, solo consideraban el tomo autosuficiente, esto es, generador de su propio movimiento aunque sus choques y resultantes esparcimientos los presupone improvisados, es decir, desmitifican la cosmogona.

Ep. ad Hdt.29-18,30

As lo sintetiza Anthony Long en La Filosofa Helenstica pg. 40-41

Sed quae corpora decedant in tempore quoque, invidia praeclusit speciem natura videndi

Lib. I vers.320-21 luego puntualiza: corporibus caecis igitur natura gerit res .Lib. I vers. 328

Fuera de esto, por macizas que se consideren las cosas, es bien que observes sin embargo en lo siguiente que son de cuerpo poroso.

Por qu, en fin, vemos que unos cuerpos ganan en peso a otros no siendo de mayor volumen? () porque es propiedad de los cuerpos arrastrarlo todo hacia abajo, mientras que la naturaleza del vaco est exenta al contrario de peso. Luego lo que teniendo ms volumen aparece ms liviano, muestra a las claras que contiene mayor vaco; y por el contrario lo ms pesado revela que hay ms cuerpo en l y que contiene dentro mucho menos huecos.D.R.N. I, 357-367

Marcelino Rodrguez Dons, El materialismo de Epicuro y Lucrecio, pg. 106

Luego fuera de los cuerpos y el vaco no puede subsistir por s ninguna tercera naturaleza en el nmero de las cosas, que caiga alguna vez bajo la accin de nuestros sentidos, o que pueda alguien alcanzar mediante el raciocinio D.R.N.45 y sig.

Lib. I circa vers. 455. en la traduccin de Lisandro Alvarado aparece una nota al pie explicando que este verso en particular es considerado espurio segn Lachmann, sin embargo, considerando la secuencia temtica de las exposiciones acerca del vaco en los versos anteriores a este, se puede presentar como concluyente.

Arist. Fs., 217-a. Ya se hablar oportunamente de la refutacin que hiciera el estagirita a Epicuro y a los dems presocrticos que sostenan esta idea.

Lib.I vers. 482

Asimismo el tiempo no existe por s, pues de las cosas mismas es consiguiente la sensacin de lo que en la duracin ha pasado, y de lo que est acaeciendo y lo que a su vez ha de seguirse; y hay que confesar que nadie siente el tiempo de por s con abstraccin del movimiento de las cosas y de su plcida quietud.D.R.N. I-459-63

Angel Cappelletti, Lucrecio: la filosofa como liberacin, pg. 94

Bis nota 20, pg. 96

Carlos Marx, Diferencia entre la Filosofa de la Naturaleza segn Demcrito y segn Epicuro, pg.93

Porque donde quiera que priva el espacio que decimos el vaco, all no existir lo corpreo, y recprocamente donde quiera que se est lo corpreo, all de ningn modo coexistir el vano vaco

Francesco Adorno,Epicuro nel suo momento storico, pg. 81

Aristot. Phys.2 . 209 b5-15.

Bis nota 19, pg. 80

Angel J. Cappelletti, Lucrecio la filosofa como liberacin, pg., 92

M. R. Dons, El materialismo de Epicuro y Lucrecio, pg., 167

Angel Cappelletti. Lucrecio: la filosofa como liberacin, pg. 94

Pirre Marie Morel, Atome et ncessit, Dmocrite, picure, Lucrce, pg. 19

D.R.N. I, 524-526

Ver nota 13

D.R.N. Lib. I.vers.543-45

A.A. Long, Filosofa Helenstica, pg. 40

Ep ad Hdt.

Hay, en este particular, una discordancia, que es precisamente el hilo suelto que desata Aristteles de la urdimbre epicrea.

La Tabla Peridica cuenta hasta la fecha con 116 elementos aprox.

Ep ad Hdt.,39-41

Marcelino Rodrguez Dons, El materialismo de Epicuro y Lucrecio, pg., 107

Naturaleza, principalmente y en el sentido fundamental de la palabra, es la entidad de aquellas cosas que poseen el principio del movimiento, en s mismas, por s mismas Aristteles, Metafsica, I.,V, c. 4. 1015 15 (Gredos, Madrid, 1984, pg. 215

Bis. 25, pg. 109

Y pues sobre esto reclama la recta razn y niega que pueda creerlo el espritu, necesario es convencerse y confesar que hay cuerpos que quedan ya desprovistos de partes y constan de una naturaleza mnima. Y pues existen, debes asimismo confesar que son slidos y eternos. En fin, si la naturaleza creadora de las cosas acostumbrara apurarlo todo hasta descomponerlo en mnimas partes, ya no podra restaurar con stas nada, a causa de que cuanto no es acrecido por partes ningunas no puede tener lo que debe la materia generatriz, y por lo cual las cosas se efectan, a saber, conexiones varias, peso, choques, encuentros, movimientos. D.R.N. I, vers. 623-34. Sin embargo, este pasaje, en la traduccin de Lisandro Alvarado, presenta una nota al pie sealando que es de sentido oscuro. No obstante, parece ms coherente la interpretacin que hace Cappelletti, (cf. A. Cappelletti, Lucrecio la filosofa como liberacin, pg. 102.) al considerarlo ms bien como una correccin, por parte de Epicuro, a Anaxgoras y a cuantos tienen dicha idea, pues en los versos sucesivos, se presenta, precisamente, la refutacin a aquellos filsofos que sostenan que de un solo elemento se constitua la materia.

En aquel cuerpecillo que ya no pueden percibir nuestros sentidos: se coexiste a no dudar sin partes y consta de una naturaleza mnima; y ni nunca existi de por si separado, ni podr estarlo despus, porque l mismo es parte de otro, y as una parte nica y primera, y luego otra parte y otras semejantes sucesivamente en conjunto cerrado forman la naturaleza del cuerpecillo: y como ellas no pueden valer por s, preciso es que se adhieran, sin que por ningn respecto sea posible disgrgarlas.D.R.N.I, 600-08

D.R.N. I, 615-18

Porque cierto, no se pusieron los diversos elementos de las cosas en orden, ni por consejo alguno, ni por una mente sagaz, convinieron ciertamente en los movimientos que cada cual ejecutara, sino que cambiados muchos de muchas maneras en el universo mundo, se agitan impulsados por choques desde lo infinito, sufriendo todo gnero de agrupaciones y movimientos, y llegan al cabo a tales disposiciones, cuales son las que en este mundo est creado D.R.N. I, 1021-28

As se renueva siempre el conjunto de las cosas y los mortales se trasmiten unos a otros la vida. Aumentan ciertos pueblos, otros disminuyen, y en un breve espacio cambian las generaciones de seres vivientes y como corredores se entregan las lmparas de la vida D.R.N. II, 75-79

El hecho de que las propiedades no tengan existencia autnoma, es decir, fuera del conjunto, no implica que no existan en absoluto (ote hls hos ouk eisn) o que hayan de ser consideradas como entidades incorpreas o como partes del objeto (mria totou). Las propiedades primarias y secundarias, que son reales en tanto que pertenecen a un conjunto, aunque no son eternas todas ellas ni, en rigor, reales, ya que el tamao o la forma y el peso no se dan sin el cuerpo elemental (tomo), pero tampoco ste sin aquellas. Marcelino Rodrguez Dons, El materialismo de Epicuro y Lucrecio, pg.,174

Cf. Pirre Morel, Atome et Ncessit, Presses Universitaires de France, Pars, 2000

D.R.N. I,-958

ahora, ya que he enseado que los solodsimos cuerpos de la materia voletean perpetuamente indestructibles en lo eterno, investiguemos en adelante si hay lmite en la suma dellos o no lo hay, y tambin consideremos si lo que se ha hallado ser vaco, o sea el lugar y espacio en que cada hecho se efecta, est todo en absoluto limitado o se exhibe inmesurablemente y anchamente insondableD.R.N.I,951-957

Ahora bien, el universo mundo que existe por ninguna direccin que se tome est limitado; porque haba de tener una extremidad. Se ve a su vezque no puede haber extremidad en nada si no hay ms all algo que lo confine, de modo que se vea donde esta sensacin no prosigue D.R.N. I, 958-961 cfr. EPICURO, Epistula ad Herodotum: D.L.X, 41.

Adems desto, dado que todo el espacio que exista se constituya finito, si alguno se adelanta al borde extremo y lanza postrero un voltil dardo, prefieres que as arrojado se dirija con poderosa fuerza hacia donde fu enviado y vuele a la larga, o supones que algo puede obstar y detenerlo? D.R.N. I, 968-973

tanto si hay algo que resista y se oponga a que el proyectil alcance y se clave en el blanco propuesto, como si sale fuera, el punto del que parti no era el ltimo D.R.N. I, 977-979

Fuera desto, si todo el espacio del universo reposara includo en determinados confines por todas partes y no podra cosa alguna efectuarse bajo la techumbre del cielo, ni existira absolutamente el cielo y la lumbra del sol, puesto que toda la materia yacera acumulada, depositndose ya desde infinitos tiempos. D.R.N. I, 988-995

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