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Relatos del metro de la ciudad de México
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 1/49
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 2/49
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 3/49
E l día 19 de junio del año 1967 amanec ió cálido
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 4/49
D espués de una semana de estarle dando al pico y a la pala
teniendo mucho cuidado de no destruir los conductos de agua, te-
léfono, cables subterráneos de luz; huyendo de las capas de asfalto
d e viejos pavimentos que la ciudad se había ido comiendo uno
tras otro, luchando contra los cimientos de edificios viejos, ya des-
aparecidos, pero que habían dejado la mitad de su esqueleto bajo
tierra, José Redondo s e animó a preguntarle al ingeniero qué era
lo que estaba pasando.
Nunca hubiera reunido la suficiente fuerza de voluntad,
si
no
fuera porque su hijo Manolo, que estudiaba en una primaria
deral, s e pasaba el día preguntándole qué era eso del Metro, y é l se
sentía incapaz de responder.
El ingeniero, que estaba tomándose unos tacos
a
la vuelta de
la obra, sonrió ante la pregunta.
-Ta' buena la pregunta don José, nomás que ya van cuarenta que
me la hacen, ya me voy aburriendo de dar explicaciones. Será
que a todos les intriga lo mismo: ¿Por qué hacemos zanjas y no tú~
6
Red
.ucción de "tren metropolitano" o tren de la ciudad.
- Uuuy, uuuy, uuuy. ¿Metro de cuáles?
--
Como tranvía, bajo tierra, que
v a
a ir ATM, sin guajolotes sin
senoras gordas cayéndose por la puerta de
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.
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-Ah, qué el Metro
Me?ia hora más tarde José Redondo iniciaba los trabajos del
~et:o JUn~o con otros O mil trabajad ores. Su trabajo era sencillo
acia z~nJas de
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_
centímetros de ancho un metro setenta d~
profundidad. Dos zanjas separadas 7 .80 metros entre sí.
Sabía que estaba construyendo un "Metro"* t ,
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. .
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rápido
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entendía claramente dónde iban a meterio e
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- ¿ Quíhubole, para qué
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- Para que ahí s e
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-¿Y cómo vamos
a
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-No
los vamos a meter
...
Ya verás.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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más de otros,
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 8/49
E ra la primera vez que
Bór
Andersen salía de E
uropa.
Lo ha-
bía
n invitado a una reunión en la lejanísima ciudad de México para
d
iscutir el proyecto de la construcción de un m
etro .
Cuando
e
l
avión alcanzó
a
perfilar tierra,
Bór
se sintió confun-
d
i
d
o
.
Le pareció entrar en un mundo caótico, de colores extraños,
s i
n nada que ver con la geometría verde de los
campos
d
e E u
ropa.
Recordó sus años de estudiante en el
instituto,
en
E
stocolmo.
E ntonces soñaba en viajar a países con nombres extravagantes y
miste
riosos. Pero era de verdad sólo un
sueño, po
r
que la Segunda
Guerra Mundial atravesaba Europa, para la que entonces no había
ninguna clase de distracción, ni viajes exóticos ni nada.
Cuando terminó la carrera de ingeniero civil,
B ó r
encontró la
misma triste situación: la construcción, la industria
e
n
ge
n
e
ral es-
taba en receso por la guerra. Pasó unos primeros malos años y
cuando
e l
conflicto terminó tuvo al fin una oportunidad.
Un enorme
horizont
e se abrió para los constructores en
E
uro-
pa con una nueva afluencia a las ciudades. El problema de los
me
dios
d
e
transporte se convirtió en un problema central
y
nuevas compa-
escepnco
or
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 9/49
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 10/49
19
pri ncip io . E l de Rotterdam, en e l que
Bór
trabajaba, no tenía más
que l 7 kilómetros.
Era tiempo de mucho trabajo aquel. En 1968 s e construyó
e l
M etro d e Br us elas, en B é l g i c a , y en 1972 se inauguraban los de Sa-
poro,
Nurenb
erg, Munich y San Francisco, así qu
e
B
ó r se olvidó
d e l asunto
,
y supo sólo qu
e e
l Metro mexicano había
e
mpezado a
funcionar en 1969 y que no había sucedido nada extraño.
Además, estaba por
na
cer su primer nieto, Christian, lo que era
un
ac
ontecimiento
suficiente
mente
important
e
como
p
a
ra
ocupar-
se
de
o
tras
c o s a s
.
F u
e
por Christian por
el
qu
e
casualmente
,
muchos años después,
B
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r
tuvo la oportunidad
d
e
volver
a Méx
ico
y
r
ep
e
nsar la
e
xperien
-
c
i a de
c
onstrucción
d
e
l
Metro de la ciudad capital.
C h ri
stian, un niño rubio y simpático, hijo único, nieto único
s o
brino único, decidió
que
cómo
re g
alo por
c
umplir sus cinco
prim e
ros
a
ños, quería visitar México. Acudió
al
abuelo, máxima
a
u
to
ridad moral
y
económica de la
familia
y
e
n octubre de 1977
18
s e han h
e
cho ... ha pa
s a
do un s ig l
o
.
Comprendiendo que
e l
a
uditorio empezaba
a
desesperarse,
Bór fue directo al g ra n
o
:
-Sin embargo, 35 metros por todo el mundo
,
un siglo d e pro-
gresos y la necesidad apremiante de toda una gran ciudad para te-
ner un servicio de este tipo
,
no as e g uran que en una ciudad como
esta, que está prácticam
e
nte sos
te
nida por agua; que en una ciudad
como esta con mantos arcillosos
c
on un 80 por ciento de agua, so-
metida frecuentemente
a
t
e m
blor
e
s
de tierra, pueda construirse un
tren subterráneo. Esta es mi opiriión.
- Bór tuvo que regresar a Oslo a supervisar las obras del Metro
en construcción
,
y olvidó el asunto por mucho
tiempo
.
Dos años después
,
en 1967, mi entras colaboraba en la construc-
ción del Metro de Rotterdam, en Holanda, Bór se enteró de que
México había tomado la
d e
t
erminación de construir su sistema de
trenes
subte
r
ráneos. Y en la decisión no parecía haber duda, por-
que s e hablaba del levantamiento de 40 kilómetros de vías, ya de
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 11/49
20
Lo sorprendió el último tren en la estación Isabel
l
a C a tó-
li
c
a
,
mirando la s
columna s
de
s oport
es . Un policía le dijo que e
r
a
hora de cerrar. Salió y buscó una cafetería donde sentarse Entró
en una
e
n Ayuntamiento, pidió un
s a
ndwich un
café
y se puso
a
re
visar los
manuales, cotejándo
los con la
enorme computa
dora qu
e
era su
m
emoria.
Era evidente que e
l
M e
tro
funcionaba
era también
evid
ente
que
e
ra
in s ufici
ent
e
. S
e p
r
e
g
untó
cómo una ciudad con
12
millo-
n
e
s
de
h
abitantes podía e
n
fre
ntar
el problema del
transporte
cole
c-
tivo
m a s ivo , q u
e e
r
a el M
et
ro
c
on
s
ólo 76 tr
en
es y 600 carros
E
ra cl
a
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ra la
terc e
ra en cantidad de
población res
p
ecto a las
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e tenían m etro olamente la supera-
b
a
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Nueva
Y
or
k y
T
okio
-
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s lín
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cuare
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a
kilómetros
de
longitud
de vías
d
e m
e
tro n
o eran
na
da.
Londre
s
tenía
8
líneas
417 kilómetros de ex te
ns
ión
N
u
eva York
26
lín
eas y 371 kilóme-
t
ros
; P
arí
s ,
17 lín
ea s
y
2 5 3
kilóm
e
tros
Tokio,
6 líneas
y 126
kilóme
tro
s
.
Eso era
claro
y era e
x
plicable por la poca edad del
M
etro de
Méxic
o.
A dem ás ,
no era lo más significativo.
Lo
q ue
verd
a
deramente puso
a
pensar a Bór e
s
qu
e
con 600
carros
que eran la quinta parte
qu
e los que tenía Londres la
on
-
ceava part
e de l
os que t
enía
Nueva York
,
la
cuarta
part
e
de los
de París , e
l
M et
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e M éx
i
c
o
movili
z
ara al año más pasajeros que
Londres y m ás de la
m itad
de los que
transportaba
Nueva York y
Parí
s
.
¡Con un 8.
5 por
ciento de los carros que tiene Nueva York
,
M éxico tran
s
po
rta
má
s
de
l
a mitad de los que
transporta
el Metro
B ó r
Anders e
n se enc
ontrab
a
d
e nuevo
,
casi sin darse
cuenta,
en
M éx
i
co .
Obs
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nado
por
s
u
oficio,
B ó r s
e pasó el
día
entero recorrie
n -
do
la
s instalaciones del M etro. Se acerc
al departamento dé infor-
mació
n y
consig
uió t
o
dos los
manuales
sobre la manera
e
n que
habían
sido
r
e
s u
e
lt
o
s
lo
s
proble
mas del
subsuelo
,
datos d
e ve
lo-
cidad
de
tránsito
, de
volum
e
n
de pasaj
e
ros de inte
rvalos
entre
tre
n
e
s ...
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 12/49
23 \
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que los de
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ís .
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sí, l as aglom
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1 1
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, efectivam ente
,
buscando en el m anua l , encontró e
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pe
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ia . ¿C ómo
e
ra posibl
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que su-
1 · incomodidades e
n
re
l
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ión
a otros país es , l
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pasaje
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i
c
o
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Estaba seguro que no se trataba simplem ente de un problema
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y
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70 ·
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Bór
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il kil
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etros por año
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era de 5 3 m il k ilómetros.
Cuando el ingeniero
sueco volvió
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rra
llevaba
dentro
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m i
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 13/49
25
Era un miércoles: miércoles 27. Eran como las siete, cuando a
l
e char a andar el tren para salir de l
a ,
estación
A ll
ende , José Pilar se
ac o
rdó que su señora le
h
a
bía
e
nca
rg
ado
qu
e
comprara
6
bolas de
es
tam b
re . Se dijo que, par
a variar,
iba
a qu
edar mal. Miró la seña
l
que hay a la entrada del túne l marcándole la velocidad que debe
s e g
uir
e
n
e
l tramo, y se volvió a olvidar
d
e l
estambr
e .
Ll egó
a
la estación Zócalo, midió la cantidad de personas
q
u
e
ib
a
n a subir
, y
s e
preparó
pa
ra ver
e l
aluvión de gente entrando y
s aliendo en Pino Suárez
"¿De
qué número eran las agujas?", le entró
e l
recuerdo
ot
r
a
v
ez. Y otra vez lo volvió
a
olvidar por e l trabajo.
E
staba de bote en bote en Pino Suárez. Entre apretones, la
g ente t
erminó d
e moverse y e l tren arrancó. A pesar de todo,
a
Jo
sé Pilar le gustaba
e.sa
estación
,
la
d
e Pino Suárez, porque era
como la estación de l cambio. Le gustaba el momento en que, atra-
v
esando el último túnel por d
e
bajo de Fray Servando, se encontra-
,
ba con la calle, con
l
a
animación de los letreros luminosos y
l
o
s
ruidos de toda la
v i d a
.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 14/49
7
No pasó
muc
ho
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, c
u
a
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José
Pilar
y un
a cuadrilla de
t
ra
bajadores del mismo M etro, ayud
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os por un b uen número de
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e
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,
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c
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uid
o
de
s
a
loj
a
r
e
l
tr
e
n.
Lu
ego la tranquili-
d a d fue regresando poco a poco
.
Jos
é
Pilar no s
e
volvió a acordar d e l
e
stambre ni d
e
las a
g
ujas,
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as
ta qu
e
por
ahí
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e
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ce d e la
noc
h
e
-
l a p ag ó
n h
abía
durado
cas i hora y m ed ia
-
s e bajó d el camión, pasó a un lado del Depor-
tivo R
e
ynosa y vio
ad
elante
l
as luces de su
c
asa
y
un
montón
de
ge n te en la
pu
erta .
Primero pensó
qu
e
todo aquello
e
s t
a
b
a
r
e
lacionado con
e l
e s
tambre
y las agujas, qu
e
su s u
e g
ra
había
ll
e g
ado
d
e sorpresa y
h abía organizado al v ecindario para
hac
erl e
pa
g ar e l olvido. Pero
n o
,
¡esas eran puras locuras
Lo que pasaba
e
ra
pe
or.
Emp
ezó
a e
scuchar los
g
ritos de los
que estaban reunidos a
l
frente de la c a s a , al ir ac ercándose fue
dis tinguiendo al
"Chup
ó
n" a E
rnesto
, a
Juan
de
Dios, al "No-
.
pal"
...
Hasta niños chiquitos había en la reunión. Parecía fiesta.
. ..
y más seguro que el
caballo del Llanero
Solitario.
26
Todo esta
b
a n
o
rmal como s iempre, como lo
h
abía estado cada
e l dura nt
e
los
s e is
años qu
e l le
vaba trabajando
de conductor e
n
e l M
et
ro. Pero de re
pe
nte, c
u
ando
y
a empezaba a
v
er e l fondo
d
e l
túne l con e i resplandor d e la s luce s d e
l
a ca lle
,
e l tre n perdió fuerza
d
e p
ro
n
to,
lo
s
foco
s d
e l túne l
se
apag a
ron y todo
qu
edó
a
os curas.
E
n un
s e g
undo
,
Jo
sé
Pil
a
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Flor
e
s
r
e
pasó
tod
a
s
l
a
s pos
ibilid
a
d
e
s
de d esperfectos, accidentes, situacione s extrañas; revisó
m
ental-
m
ente
to
das las op
eracion
e
s ,
y muchas cosas
má
s. A p l icó e
l fre
no
m
anua l le
nt
a
m
e
nt
e, has ta que e
l
tren
qu
edó tota
lm
ente de
t
enido.
A p e
n
a
s
ent
onces se dio cue
nta d e
qu
e e
ra un p
roble
m
a de
suminis-
tro
d
e e le
ct
ri c idad. La luz no ll e g a
b
a
.
Reparó en los gritos
h i
s té
ri
cos d e algunas mujeres, y
tambi
én
d
e a
l
g
u
n
o
s
h
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mbres
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tono
prote
st
ó n
,
p
e
ro
ig ualm
ent
e l l
en
os
d
e miedo.
B aj
ó y vio cómo algunos de los pasajeros, en re a l id ad unos
cuantos
d e
cada
carro ,
s e movían
angustiosame
nte tr
a
tando d e
abrir las
p
uertas, pres
i
ntiend
o
qui
é
n sab
e
qué cataclismos.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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9
¿ S e g u
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usted qué? -ontes tó Jos é Pil ar- ¿
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Y
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d iari as en tre matraca s d e
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2 8
- ¿Y usted
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don Nopal"?
Mírese
nomás
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cómo los trae
todo
el
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de puro smog.
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- ¡ E s
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¡Y
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¡ A gu
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s i s ó lo se esta
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burlando o lo quería
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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mill
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7
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 17/49
33
Cuando la señora gorda
le
metió el codo en las costillas por ter-
ce ra vez consecutiva, el calvo de traje gris le dio en la rodilla con el
p
o
rta
folio, entraron tres chavos con camiseta del Necaxa ba-
-
en una
re d-
casi barriéndolo de la entrada, José Villaverde,
es
tudiante de sociología de la Iberoamericana (de cuarto año)
c om enzó a sentirse verdaderamente enojado.
-
Menos empujones, ¿no?
Andará
uno en lecho de
rosas' ...
e contestó uno de los
u
t bo
listas.
C
uando logró descender en la estación Zócalo, el enojo
esta
-
hu pasando. Después de todo, él viajaba en metro porque quería,
n
a die
lo había obligado ; lo hacía porque ganaba 40 minutos de
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o
e
n comparación con
e
l camión
a
esas mismas horas.
P ero
, ¿no
podrían h a
c
e
r ei'Metro más cómodo?
S e fue con la idea en la cabeza hacia su casa.
Al día siguiente, cuando le pidieren en la clase de sociología
1 1 1 1
tr
a
bajo de investigación sobre un problema urbano, la idea re-
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 18/49
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 19/49
37
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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38
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jeros.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 21/49
41
Entre dos estaciones
te envío un b es o .
Entre tres un abrazo
y mi deseo.
En un viaje completo
te sueño entera
Y recuerdo tus ojos en la escalera.
Al llegar
a
la calle
ya te abandono
· Hacer poesía por amor y viajar por causa del trabajo.
A s
í
entendía dos
nec
e
sidade
s absolutas
Jos
é
Juan,
quien una
tarde
dec
idió conjugar a
mba
s .
D
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s d
e
entonces
,
Jos
é
Juan fu
e
poeta transportado.
Lo aclaró a sus amigos, un domingo
e
n Chapultepec.
-
R
esulta
f ác i l , compañeros
; todo consiste en aprender a mane-
jar el lápiz en marcha.
Y pasó a le
e
r la última composic ión, fruto d
e
inspiración y
tra
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port
e
.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 22/49
43
Lean la poesía sobre
ruedas. Ustedes, señoras
señores, se pasan
viajando un mínimo de
una hora diaria.
-Yo mismo.
-
Y quién te lo venderá?
Pero José Juan ya encontró el sistema.
-Compañeros, tengo ya establecida la fórmula de venta de mi
libro de poesía.
-¿Cómo?
-Lo venderé en el Metro, a los compañeros de viaje.
Un poeta que tenía que trabajar en la noche, en soledad y
silencio, lo miraba asombrado, apoyándose en un árbol viejo y
torcido.
-
Yo creo que te entró la loquera.
-En absoluto.
-
¿Quién va
a
leer poesía en el Metro?
Y José Juan respondió, solemne:
-Compañero, leer poesía en el Metro es más fácil que hacer
poesía en el Metro. ¡Y yo la hago
Cualquier día, uno de nosotros encontraremos a José Juan ven-
diendo poesía, un tomo grueso, en los vagones.
42
- ¿Y quien te editará el libro?
porque me espera un jefe
que es como un mono.
Pero en la tarde
vuelvo a quererte
cuando me subo al Metro
por Insurgentes.
Y soy poeta
y transportado
pero antes que otra e
.
osa
enamorado.
El poeta transportado, José Juan, s e traslada todos los días,
excepto el domingo, a lo largo de ocho estaciones.
.
En total, dieci-
séis estaciones.
Hizo cálculos y piensa que puede hacer un poema de ida y otro
de vuelta. En un año tendrá un libro grueso de poesía. Pero sus
amigos están dudando de la eficacia del sistema.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 23/49
45
L
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y
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- ¡L
ean al poeta transportado Lean poesía sobre ruedas.
Ustedes, s eñoras
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s , se pasan viajando un mínimo de una
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de
ntro de diez años s
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rán tan cultos como el
se
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Octa
v
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P az
.
Y José Juan
,
en pleno Chapultepec, rodeado de amigos que
tam
bi
én son aspira
nt
es a editar sus libros,
s u
eña con los ojos
a
bierto
s :
-Quien quita ,
compañ
eros que un día Octavio Paz, nuestro
Prem io Naciona
l
, v iaje en Metro, me compre un libro y m e descu-
bra.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 24/49
47
-
¡Niños, niños
Melinda Canchola, maestra de primaria pública, se
ponía
medio
l
oca con las
excursione
s
de
la
escue
la.
Sobre todo e
n los terribles
mo
m
e
ntos
d
e
subi
r y
b
a
jar del
camión
,
de
atrav
e
sar las calles. El
olor de un
parque
a un
kilóm
e
tro
de distancia d esataba todas las
p as ione s
de los enanitos de
s e
gundo grado. El
apare
nte ord
e
n suave
y natural de la fila se re
ve
laba de una fragilidad increíble Un
bote
vacío de cerve z a, un hoyo en la calle, una tienda de pasteles, eran
una llamada
mág ic a y
silenciosa, sólo perceptible para menores de
d
i
ez años, que hacía estallar la
tormenta
de gritos y carreras.
-
¡Niños
niños
Se
había
h e
cho maestra con el método
Monte
ssori y
tenía
toda c l a s e d
e
posgrados en técnicas de
e
ducación activa, pero
d e
bía reconocer
qu
e
aqu
ella pandilla de gnomitos e
staba
' fuera de
s u alca
nce
co
ntrol.
La
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a
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e pens ami
e
nto de los chiquitos era indescifrable.
C uando
,
con
e
norm
e
e
sfu
erzo, Melinda
,
en estas excursiones de
v
i
s i t
a
,
había
t
e
rminado
por
agarrar un hilo para manejar la
situa
-
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 25/49
49
en las explicaciones quién sabe qué misteriosísimas cosas
-Este es e l Puesto de Control Central -e s intió obligada a de-
c
ir
Melinda-
D e s d
e
aquí se controla todo el funcionamiento del
M etro.
El guía la miró de reojo, volt
eó
hacia los niños, y supo que era
n
ecesario aclarar.
-En realidad,
e l
Puesto de Control Central no es más que una
de las partes de control de las operaciones del Metro.
-De hecho -ontinuó en un tono dbctoral y que debió pare -
ce
r
m u
y
extraño a los
enanos
-
los controles del Metro están a
todo lo largo del sistema Todas estas máquinas que ven aquí son
nada más que e l cerebro central.
Cuando el guía volteó no se encontró más que con la mirada
cuidadosamente interesada de Melinda. Los enanos habían desapa-
r
e
cido. S e
habían desplazado en masa
a
uno de
l
os paneles llenos
de botones y
seña
es,
y
estaban como poseídos siguiendo una luce-
cita roja que
se
desplaza
por
una hilera del panel.
ción
cuando
o
lv idándos
e d
e
to
dos los libros
y
las c l
a
s e s
oída
s , s e
iba construyendo un l
a
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s to
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y órdene s d
e la autoridad
y
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ri g o
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ndi
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-Este es el Puesto de
Control Central -e
sintió obligada a decir
Melinda
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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1
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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quier alteración es registrada aquí.
-Hay cosas -continuó el guía- que no se ven desde aquí y
que son fundamentales. Como que a la entrada de cada túnel, a la
salida de cada estación, una señal marca al conductor la velocidad
que debe seguir en ese tramo. Un poco más adelante hay una
segunda
señal
igual, por
s i
el conductor no
s e
ha fijado en la pri-
mera. S i al pasar esta segunda señal, el tren va a una velocidad ma-
yor a la indicada, el tren se para automáticamente.
E l
guía se rascó una oreja antes de agregar:
-Y más. Al llegar a una estación, el tren prende automática-
mente una señal roja. Cuando llega a la siguiente estación
ía
señal
anterior se apaga y se prende una nueva. Así, el tren que va detrás
sabe dónde se encuentra el tren de adelante.
Los enanos empezaban
a
sentir la necesidad casi urgente de
tocar todo aquello. La cosa se ponía peligrosa. Entonces Melin-
da, sensibilizada a estos presagios de catástrofe, le pidió al guía
que los llevara fuera, donde pudieran ver los trenes, con el pretex-
1
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 28/49
55
ti .mi
e
nto
y el
mayor
desconci
erto contemplaba
la escena. Acaba-
ba
d
e decidir que odiaba
a
quellas excursiones de
e
scuelas y que los
niñ
os eran incapaces de e
ntender
cosas
tan
complejas.
Al fin, entre Melinda y los policías, y algún pasajero
trabajando
co
mo voluntario, la fila de niños
se
reorganizó.
Melinda estaba roja de pena con el guía, por eso se deshizo en
ag ra
decimientos para
despe
dirse.
La fila empezó a movers e con
e
l guía
parado
como
una estatua
e
n un ángulo. Cuando la fila
terminó
de desfilar
ante
la indigna-
c ió
n del guía,
e l últ
i
mo
e
nano
d e
la fila
,
un
mor
e
nito
de cachetes
r
e
d
ondos volteó
y
, en
tono despreocupado
,
l
e dijo
a
l guía:
-
No está mal. Pero
es
nece
sario
meter
el Sist
e
ma de Pilotaje
automático
lo más
pronto
posible. Hay que
aumentar
la frecuencia
de trenes y
reforzar
la
segurid
ad.
Y dio la vuelta y alcanzó la fila con la misma cara de despis-
tad
o de
siempre.
1
5
4
¡
1
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entenderían
las explicacione s que
había
dado.
Sa li e
ron, y el
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estación .
El miedo de
M
elinda
se
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dadero pavor cuando
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los
ni
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tos no dieron ninguna muestra suicida de
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ba-
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 29/49
57
Don Librado salió de su casa dispuesto a
triunfar
o a caer en el
e mpe
ño. Mientras el
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sto d
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la
c
iudad saboreaba
e
l
domingo
,
do
n Librado Medina
,
ex jinete de los dorados d
e
Villa
,
con 99
años
a
las espaldas, se dirigió a
l
a
dire
cción
qu
e
mostraba la ajada
tarjeta de
visita
de tanto p asearla d e mano en mano mientras ad-
quiría la confianza necesaria
Su sobrino, cediendo
al
a insistencia
d
e l
vi
ejo
, había
al fin con-
s eg
uido una tarjeta
y
una cita con el ing
e
niero
Beraza
, que traba-
jaba
e
n el mantenimiento d
e
l
Metro,
y hacia la casa de este se diri-
gía
n los pasos de don Librado en aquella mañana soleada.
L
a sirvienta que abrió la
puerta
observó recelosa la estampa de
don Librado -el recelo aumentaba por las botas y el sombrero
leja
n
o que no se había apeado d es d e 1913.
-
Vengo a ver al
ing
eniero
Bera
za
, m
e está es p erando.
+P
é rese tantito
=dijo, y e
ntornó la puerta.
E
l
i
ngeniero no tendría
má
s de 30 años,
y
se notaba que ha-
bía tenido que dejar una cuba libre y el televisor encendido con
pa
rtido
de futbol.
•
• •
viejno
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1 /
-Mantenimiento de jardines -dijo don Librado muy ufano.
El ingeniero Beraza dudó un instan.te. Podía tratar de contarle
las dificultades diarias de un servicio como aquel, su complejidad;
podía, simplemente, acompañarlo hasta la puerta, o
. . .
-ab e ,
el problema es que el puesto que usted quiere ya está
ocupado, y claro está, usted no se conformaría con
otro ...
¿ver-
dad?
-O jefe o nada
-
espondió don Librado muy serio-. A mi
e
dad no se puede empezar de nuevo.
-
Entonces, lo lamento. S i deja usted su dirección prometo
comunicarle cuando quede vacante =respondió
el
ingeniero Beraza,
feliz con su ocurrencia.
-Una
pregunta -ijo el
viejo cuando se dirigía a la
puerta-.
Ese señor, el que
está
ahorita de jefe de mantenimiento, ¿Lleva
mucho en el cargo?... ¿Tiene muchos años?
- Unos ochenta
-
espondió el ingeniero Beraza con lo primero
que le cruzó la cabeza.
-Muy amable -espondió el viejo y salió a la calle.
Bajo la luz dominguera, se fue caminando.
s i
tiene
ochenta
,
no ha de durar mucho; seguro
pronto
está vacante el puesto. Y entonces sí: don Librado Medina, jefe",
pensó el viejo. Y una enorme sonrisa le invadió la cara.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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63
Un sol agradable y dorado caía sobre la zona sur de la ciudad
el día veinte de octubre de 1975. Era una mañana radiante, muy
alegre, que ponía sonrisas en el rostro de los jóvenes que aún se
movían hacia escuelas, colegios, lugares de trabajo.
La estación de Viaducto vio acercarse al tren número ocho y
luego se le vio frenar en un suave rechinido.
Eran las nueve y cuarenta de la mañana.
A esta hora, el pasaje había disminuido sensiblemente, ya que
solo los retrasados o los que tenían obligaciones menos urgentes
acudían al Metro.
Rafael Urriti cargaba su portafolio negro y se disponía a acudir
a una cita en el centro de la ciudad. Tenía aún tiempo; estaba sa-
tisfecho de la marcha dé sus negocios, tomaba
el
sol sobre el an-
dén, porque la estación Viaducto e ~ una de las diez que se encuen-
tran en la superficie
.
El final de esta línea es Taxqueña, y en esa dirección estaba
1
mirando Rafael cuando de
pronto
el mundo se le vino encima.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 33/49
65
humanos. Rafael , esa mañana , a pa
rt
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ió en e nfermero, trabajador e
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Rafael
car
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c a lmarl e s .
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añana Rafael n
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podía ocurrir a
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-Yo e staba mirando
hacia Tax
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s a los hechos .
6 4
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 34/49
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- Y cuando sea yo un anciano, aún lo s e guiré contando. Por
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pueblo ayuda al pueblo, que
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Rafa
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La noticia, sobre todo,
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 35/49
6 9
Los amigos. de don José Pilar Flores volvieron
a
reunirse con
e l maquinista del Metro unos días después del alcance de trenes.
Al comienzo esperaban que el entusiasta defensor del sistema
s e sintiera un poco arrepentido de su apasionada d efensa de la se-
guridad del transporte subterráneo.
Pero pronto advirtieron que José Pilar no había variado de
actitud.
-Lo
que pasó,pasa
a
los seres humanos. Porque hasta los que
trabajamos en el Metro somos seres humanos.
"El
Chupón", con una cerveza en la mano, interrumpía:
-Según como se mire. Tú tienes aires de chango.
Y los amigos reían
a
carcajadas.
Pero José Pilar Flores no quiere bromas con el Metro.
El habla con seriedad de las cosas serias.
Su amigo Juan de Dios sugiere
-Desde que estás en el Metro ya ni del Atlante hablas.
-Sí
que hablo
;
lo
que
, pasa es que
a
ciertas horas le doy al fut y
otras a la chamba. Y cuando hablo de
la
chamba no hablo del At
l
an-
te. Y punto,
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 36/49
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oficio.
D e un amor que l e ll evaba a co
nt
emplar cad a vag ón como cosa
p
rop i
a,
com
o a lgo v ivo y
amg
o .
E s
t
a
b
an charla
nd
o am igablem ente , como b
u
enos
compas
como gente qu
e
se conoce de
m
uchos y
m
uchos años.
"El Ch
upó
n" ya no
r
ecuerda por
q
ué le
p
us ieron s
u
s otros am -
gos
e l sobrenombre .
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Qui
én s a
b
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s í son
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,
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ero acaso s ea por las c
h
e ve s
que d e s ap
a
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zco.
Y
v
ue
l
ve a
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.
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P
ilar Flores no quie re que pase
fa
tard e s in que e l
c
as
o d e
l
alcance d
e l M e
tro se discuta a fondo.
-o
rqu
e us te des mucho lanzar puyas, pero en cuanto
un
o
ti
e
n
e
la
v
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po
lvo se
l
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s
ve de
t
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to
co
m
o
g a
l
opa
n
.
-Lo
qu
e yo digo -afirmó Juan de D ios- e s que s i s e pro
du
ce
un accident
e
se
pue
den
pro
ducir más
-Y lo que
di
go yo -al tó furiosam e nte
Jo
s é Pil
ar
- es que un
ac
c id e
nt,
e c
u
e
sta v ida
s ,
p
e
ro
ense
ña.
Y
a no se v o l
v e
r
á a
r
e
petir.
Ya s abemos cómo ocurrió y ya s e tomaron m edidas A s í como s
u
e -
na s
e tom
aron medidas .
-
M u
c
ho
a
uto
m
ático
-
i j
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l C
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pón", p
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las
ll
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as son de hule .
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Sí
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anta?
-Y s i
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o
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trop
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-
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xplicar
é
.
L
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ve l
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c id a
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.qu
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lleva el tr
en qu
e
ma
n
e
jo no
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 37/49
. .. ¿qué pasa
s
i al
mismísimo don José
Pilar Flores le da un
ataque,
y
el tren se queda
sin chofer?
-El tr
e
n
s e de
ti
e
n
e
autom
á
ti
c
ame
n
te . Lu
eg
o está
e l
p
robl
e
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de los choque s . Cada tren , cuando pas a , pre
nd
e una luz roja , auto
máticame
nt
e.
Cuand
o
pr
e
n
de la s iguie
n
te se ap ag a
l
a
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tra. E l tre
q
u
e v i
e
ne
atrás se va
fi j
ando
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n
l
as luc
e
s
. S i u
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es p
eta
l
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ce
s
rojas,
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n
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tre
n se para al
inst
a
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e . S
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l
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s
m
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que
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nar aut
o
m
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tic
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en t
e s i
a
l gui
en jala la
p alanquitas e le emerg e
nci
a
q
ue van en los vag
o
n
es
. La m i
s
ma c os a .
-Así
que la s p a lanquit
as no nomás avisan.
-No. Hacen qu
e
se pare
e
l tren.
-
Mucho
auto
m
ático -
ij
o "
E
l
Chupó
n"- pero las
ll
antas
s
o
d
e hule.
-
Sí
e
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l
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"
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¿Qu
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s
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talla
u
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ll a
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-No
l
o vas
a
cr
ee
r -dijo
José Pilar
- No sé
s
i t
e
has f
ij
ado
qu
p
or donde p asa el tren no hay una
v
ía
s
ino
d o
s , juntitas
Pu
es re
s
ulta
que al lado de la ll anta e le hule , hay
u
na
ru
eda
d
e acero, co
mo la
de
los tre
ne s
no
rma l es. La
o
tra v
ía
p
or
d
onde
n
o
corr
e l
la decido yo.
-Quién entonce s ?
-
e
hici
eron cálculos Una g
r
an cantidad de cálculos y se s abe
cuá
l e
s
l
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ejor
ve lo
c
id ad
en
cada
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c
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a
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ora .
Y
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s
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s
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s condici
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n
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cam
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a
n. A
l
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entrada
de
l
tún
e
l
h
a
y una
señal que
me
marca
l
a ve lo
c
idad
de
l tramo. Si hay al
g
ún
c
ambio
mi entras recorro e l tramo , me lo dicen y yo lo contro lo. Hay dos
s eñale s e le velocidad . U na a la
s a
li da e le la estación y
otra
má s ade -
l
a
nt
e
. S i yo no hago
c
aso
e l
e
la
p rim
e
ra s e ñ
a l
,
a l ll e g a
r
a
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a s e
gunda,
aut
o
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átic
am
ente , e
l
tren
s
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pa
ra
;
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eg
unta Ju
a
n e l
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D
ios.
Mira
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la vía
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cable s e llama cable
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c able p i l
oto
tiene un reg is
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ve
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ramo, y
qu
e va co
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p
a
rando, por im-
pulsos
e
l
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tricos Ia
ve lo
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d p ermi
tida c
on la
ve
locidad que ll
e
va
e l tren. E
s
e cable p il
o
to e
s
e l
q
ue para auto
m
tica
m
ente e l tren si
hay exce s o e le ve loc i dad.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 38/49
75
l lanta, es para esta
ru
ed a . Si la llanta
s
e truena o se d e
s
i
nfla
las
me
das d
e ac
ero se
e
ncarg an d e aguantar al
tre
n .
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a ,
por
los s e s e
nta y cuatro mil pesos
-nunc i
ó
"E
l
Chu
-
pón" en son
.
de
burla
-
a ver cómo
te l
a
s arre g l
as
pa
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d e
cirnos
q
u
é
pasa
s i
al mismísimo don José Pilar
Flor
es
l
e
da un
ataque
,
y
e l
tren
s e queda sin chofer.
-Pues velos
s
o l tando -ijo José
Pilar
- porque te la voy a
contestar. Es duro p ara uno como conductor p ero el tren tiene
un anillo
qu
e
s e l la
ma
"dis
positivo de hombre mue
rto
"
E
l
mue
rto
s
oy yo. Es un
anillit
o que e s
t
á
d e
bajo
d
e la
manilla d e
la marcha,
que
e
l
c
onductor
a g arra to
do
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l tiempo.
Si
s
ue l tas
e
l
a
nillo,
a
unque
s
igas apre
tando
la pa lanca d e
v
elocid ades, e l
tr
en se
pa
ra
autom
áti-
c amente .
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M
ás no puedo as e g urarles.
Las posibilidades d e a
c c i
d entes e s tán reducidas a
l
mínimo, p ero en
e l
mundo no hay n
a
d
a
totalm
e
nt
e perfecto,
h
a
y que reconocerlo.
E
n
t
oda la historia d el
me
tro en el mundo, hay mil v
ec
es m
e
nos
ac
cident
e
s , también
e
n
proporción,
que l
o s que
hay
e
n
cualquie
r
otro
transporte . No le bus quen. No hay otro trans porte más se-
g
u
ro
. Simpl
e
m
e
nt
e ,
n
o
h
ay
.
- Y e so sin c ontar lo chiras que son los
condu
ctores
-
e av entó
a d e c ir "El Chupón" en
t
ono concili ador.
Don José
Pil
ar F lores ya había
hablad
o
l
o
s ufic
iente, así
qu
e
permitió la broma y brindó por sí
mismo
.
La cantina ent
er
a
l
o
co
nt
e
mplaba: con
re sp
e
to
.
"Como debe ser", s e dijo. Y se despidió para irse a s u casa.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 39/49
77
Ese mediodía, al abrir los ojos, se sentía lleno de tabaco, pesa
do como un balín. El baño apenas lo despejó. Le echó una ojea
da a la orden de trabajo que le habían dado para el día y para en
frentarse a la aburrida perspectiva de las próximas horas, encen
Pasó una noche de perros. Había salido de la redacción del pe
riódico como
a
las once y media. Y, como siempre, no había sali
do solo. Esa era la vida de los periodistas; se lo habían dicho desde
e l
primer día de trabajo. Luego
é l
se lo enseñó a los nuevos.
Quién sabe
s i
de verdad ese era el destino de periodista. Pero
al menos, la leyenda se parecía bastante a la vida de todos lo
días: rodar por las calles, ir al café a una hora determinada, meter-
se en el ajetreo de máquinas de escribir de la redacción; terminar e
trabajo, ser soltero impenitente,
viudo
o
divorciado, y agotar la
noche con otros solteros impenitentes, viudos y .divorciados ha
blando en
un
departamento o en una cantina hasta que ya no ha
bía nada que contar, o bajaban la cortina del local, o las fichas de
dominó se les habían atravesado e i : i
la
cabeza, o de plano amane
cía.
• •
noncia
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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4.- El
cu
arto es sólo un c
o
mplemento
d
e l
t
ercero. Aquí no
s
ó lo la vía manda señale
s
,
sino qu
e los
intercambia con otros qu
e
e
nvía
e
l
tr
e
n
;
ofr
ece
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cisión
y
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uridad
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En M é
x i c
o
s
e
h
abían
d ecidido por
el se
g
undo . O sea:
que e l
prog rama d e marc ha e
s
té registrado p ermanentemente en la vía
que lo trasmite, se l o
imp
one al tr
e
n , a base de
se
ñal
e
s . Según los
d atos recog ido
s
p
o
r D e lgado , este sistema
p
ermite que ante cual-
quier
despe
rfecto e l tren se
d e
tie n
e
inm
e
diatamente
.
Miró por la ventana e l aluvión de luces en la tarde que se había
he
cho muy
c l
ara, y que d e
ja
ba recoger los
d
e talles d e l Ajusco. Re-
corrió tod
a la v i
s
ta , l le
n
a de re
cu
erdos,
todavía
mas
llena
de cosas
nu
evas Tenía que terminar por aceptarlo : esta era una ciudad nue-
va
,
una
c
iudad
to
talment
e
distinta a la que
é
l
h
abía vivido de niño.
Y as
í
había que aceptarla .
R
e
paró
en
qu
e
se estaba yendo la tarde y no había escrito ni
un
a 1
í
nea ,
siquie
ra ha
bía
t
erminado
de ord
enar
la
información.
8
niñ o.
Tenía que terminar por
aceptarlo: esta era una
ciudad nueva, una ciudad
totalmente distinta a la
que él había vivido de
lidas. Se dijo
que
era
un romántico trasnochado
y
tonto.
Dio la vue lta por la call e d el Carmen, se sentó un rato en la
Plaza
d
e Santo Doming
o
,
rod
eó por
d e
trás
d
e la C a
te
dral mirando
las palomas y bajó d e
spu
és hasta las oficinas
d
el p eriódico.
M i
entras alg
ui
e
n pre
parab
a la r
e
unión
d
e la noche sacó e
l
li-
brito
d
e
notas
y revisó
lo
s
d
e
ta ll
e s
técnicos
que
había
a
punt
a
do.
R
e
sultaba que en el mundo se
utili
zaban cuatro
sist
e
mas
d
e
pilotaje
automático. Los apunto y
num
e
ró:
1.
-
El programa de marcha
d
e l tren, automático, va dentro
del mismo tre
n
; exclusivam
e
nte
d e
ntro d
e
l tren.
2 .
-
El programa d e marcha es
t
á
ins
crito en forma
p
ermanente
en
al
guno
d
e los e lem
e
ntos
d
e la vía, y los
tr
enes lo
recib
en por un
complicado
sis t
e
ma d e señales
e
l
éct
r
icas
.
3.- El programa d e
Pilotaje
Automático se e
n
c
ue
ntr
a
en los
c ircuitos
d
e la vía , y lo tras
mit
en a los tren
e
s
por
e l mis
mo
sist
ema
d e
señ
a le
s
.
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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85
E
v
e
rardo
M a l p i c a hab
ía
n
acido
e
n Verac
ru
z, en
1 9 28
, y tras
una infan
c
ia más
b
ien penosa, gris y llena de días de
e s
t
óm
a
g
o va-
cío, s e había
enro
lado en e l ejército mexicano. Salió de é l en
1968, con cuarenta años, una esposa jarocha como . él, y la
n
e c e s i-
dad de s e g
u
ir viviendo, tan profunda como la de cualquier
o
tro.
Le
gu
staba
e l futbo
l con
d e l i
rio, las camitas y la
c e
rveza
os -
c
ura ,
viv
ía en una casa de paredes
b l
ancas en la colonia E s cand
ón
.
Desde 1969 era vendedor de calcetines de una gran empresa.
Con un portafolios que contenía un amplio muestrario de c a lc
e
t i-
nes
de
l lado derecho, recorría infatigable la ciudad.
Esta carrera sin fin, en una ciudad hostil y cariñosa al m ismo
tiempo,
te
n
ía
u
na meta: ahorrar 50 mil pesos para
establece
r
se en
un ranch ito con platanales en un pueblo vecino al que lo había
visto
n
acer en Veracru z .
En esas
a
ndaba. En esas y
e
n e l último
parti
do de los "t
iburo-
nes" c
uando
aquel dos de enero de 1978 llegó a la oficina.
E
n la entra
d
a lo esperaba Simón "el
Tuerto",
e l mejor vende-
dor d e c a
lc
etines de la ciudad de México y probablemente de todo
e
l país
toda
s
las primas que la empresa entregaba puntualm cn
t
e cada mes
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 44/49
al mejor vendedor.
Así nunca lograría juntar para el rancho. Así no m
ere
cían la
p
ena tantas horas caminando.
E
ntró
a la
oficina
francam
e
nt
e desangelado. Mientras
e
speraba
que la
"seño"
María Luisa
l
e entregara el
nu
evo muestrario, encen-
dió el cigarrillo y s e dedicó a hojear las revistas que estaban sobre
e
l
mostrador d e recepción de ventas
Un titular Hamó poderosamente la at
e
nción ele E v
e
rarclo:
EL METRO SE AMPLIA. TODA LA INFORMACION SOBRE
LAS NUEVAS LINEAS. Tomó la revista y cuando iba a comenzar
a l e
e
r
e
l
artículo
. . .
-
Aquí están las nuevas muestras, don E ve.
-Oiga, ¿me puedo llevar la revista?
-Claro, lue g o me la
devu
e lv e .
E s
e
día, don E v erarclo
M a
lpica vendió menos
calc
etines que
nunca, pero se
l
eyó de cabo a
ra
bo dos v
ece s
el artículo y hasta
s e
compró un mapa
ele
la ciudad ele
M
éxico e hizo en
é
l miste-
riosas marcas y rayas.
L
a
comida
l
e
e
speraba, fría, sobre la
mesa
~¿Qué horas son estas de ll e g ar?
- ¡V ie
ja
, lo l og ré, lo hicimos
- ¿Qué
hicimo
s
? -
preguntó la doña
me
d
i
o mosqu
eada
poco
acostumbrada a
lo
s arranques s entimental
e
s
el
e su marido.
-
Voy
a
ganar todas las primas.
-
¿Se murió
e
l
tuerto?
-
No, ¡Se va
a
a
mpliar el
M
e
tro
- ¿Y hasta ahorita te enteras?
-¿Ya losabías?
=
Claro.y además
qu
é
tiene
que v
e
r con las primas?
-Espérate,
te
lo demuestro -lijo y sacó el mapa y sus notas.
Viajando en Metro ahorro más de la mitad del tiempo entre
zona y zona,
y
con la ampliación de la línea Tres, que va a subir
des d e Tlaltelolco hasta la
central
camionera, voy a poder cubrir
86
-Cómo
a
n
d a usted
, mi
e te
rno
s
e
gund
ón?
E v
erar
do se
tra
g ó
l
as g anas d
e
d
arl
e un gancho al hígado y
re
-
matarlo con
un
"bolo
punch"
y cont
e s
tó:
-
ue s bien , como
s i
empre . Y usted, ¿ya ve m ejor?
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hac
e fal ta más d e un ojo para vender más ca lc etine
s qu
e us-
ted .
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D ic
e
n
l a
s
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alas
l
enguas
que
us t
e
d sólo v
e
nd
e c a lc etin
e s de un
l
a
do
-res
pondió
E v e
r
ard
o y entró pr
e
sto a
checar s
u hoja y a r
e
-
coger el
nue
vo
muestra
ri o
.
Todos sabían que e l Tue
rto v
e
ndía
m á s que é l y que
todos
los
d emás. N
ad
ie s e había puesto a p ens a
r qu
e lo hacía porque con la
v ieja Yamaha que tenía hacía menos tiempo entre venta y venta.
Eso, claro es tá , además d
e
la labia y J a
e
xpe
ri
encia .
"Si la Engracia
m
e
d e
jara comprar una moto" p ensó Everardo.
Pero su
muje
r se resi
s t
ía a qu
e e l bu
en
hombr
e a sus
cincue
nta
años a
nduvi
era
e
n
moto
por la ciudad
, y
un coch
e
ni p ensarlo.
Y así, e l Tuerto no sólo sacaba más comisión sino que ganaba
-
n tre
s
años e s tarán
listas
y a mediados de l año que viene
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 45/49
89
te
rminará la
ampliaci
ón e le la línea Tres. P
e
ro s
i a
g uanté tanto
t ie
mpo ...
-
¿
Y
e le dónd
e van
a s
acar carros para
e
sas
lín
e a
s ?
-Par
e
ce qu
e
en Saha
g
ún le s van a hacer 527 carros más.
Don E v erarclo d ejó d e lado
contar
cuántos túneles
nuevos
, y
cuántos tramos elevado s , y se le olvidó decir a su s eñora que el Ins-
t i
tut
o de Antropolog ía
ib
a a colaborar en las excavacione
s ,
porque
e
ra
mu
y probla
b le que
se
e
ncontraran millar
e
s d e
pi
ezas prehispá-
nicas d
e enorm
e v al
o
r a
rqu
e
oló
g ico, tal como se habían encontra-
do
e
n la
excavació
n d e
l
primer
M
etro. El soñaba con las horas ga-
nad a s
,
con la s zonas ab ie rtas en la selva de asfalto para vender mu-
c
hos
calc
e
tines.
Era e l mejor día d e hacía muchos años.
De repente, al salir a la calle para
entr
egar los pedidos del
día, una n
e
gra
s
ombra cruzó por la cabeza:
¿Y s
i
Simón el tu
e
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d e j
aba la moto y también usaba el Metro?
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cuidadas.
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Cinco
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za leo. Voy a pode
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tende
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me a
l
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na d e Tlalne
pa
ntla .
¡Y la línea S e i s , que va a correr por e l or
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di
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kilóme
tros de long itud
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notas
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nte s .
¡E sto hay que celebr
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Y
cuándo
se inaug uran ,
v
i
ejo?
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 46/49
Estás bajo
tie
rra y no huele a
c av erna
E l M etro
como un
rayo naranja cruza frente a ti. Se
detien
e
.
D e
s c i
end
e
n. Abiga-
rrada
multitud
buscando la salida. Observas:
Un vendedor d e calce
tin
es que su
e
ña con
e l
m
e
tro ampliado,
con nuevas estacion
e
s , con
más
máquinas para surcar
e l
riel.
Una maestra de
escue
la
difícilmente controlando
un rebaño
d e treinta niños sabios.
Un periodista cazando un
re
portaje.
Un estudiante sonri
e
ndo ante una a
g
lomeración.
Un viejo de 99 años
que
quiere ser
je
fe
d e
m
ante
nimiento y
que está convencido de que no pasarán muchos d sin lograrlo.
Un conductor or
g
ulloso de su oficio.
Un cavador de
z
anjas
que
sabe mucho
d e e s
tas
cosas
Un poeta qu
e
s e nutre d e l
transporte .
Un joven abogado
que
vió de
ce
rca la
muert
e, y al que no se
l
e
olvidan los hi
e
rros retorcidos.
Todos ellos
flotando e
n
e l air
e
d e e
sta
estación, d e l
último me-
tro, de esta ciudad para amarla u olvidarla, para quererla o para
odiarla.
E
n f
in , par
a vivir
e
n
e ll a .
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 47/49
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ra R omán y ambo
s
chocaron
con una
cie
rta
suavida
d .
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m
án supo d e l cuerpo blando d e Julieta y e
ll
a d e la fuerza d e
uno
s brazo
s
que la
s
uje taron con d ec i
s
ión.
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amor.
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do a
l
os d
e
más pasaje -
ro s, p
e
ro qu
e
hi
z
o brillar los ojos de Román y puso una
nota
co
-
queta en la sonrisa d e Julie
t
a .
Y
ah
ora es tán
ca
s
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d os y tie nen un
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s
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l
M e
t
ro sino que
tú
te de ja s te caer sobre
mí.
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E
n
e s
a misma
esta c ión e
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señora d
e Mahojo
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s
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sternación d e u
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policí
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ro.
-
¿Qué
l
e ocurre
seño
ra?
-
Qu
e
e
stá
naciendo.
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nació
el
beb
é,
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plen
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s
taci ón
Villa
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e
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n
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y
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hijo.
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qu
eño berreó furiosam e
nte.
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No pasó
nada, no pa s
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. . .
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Bueno,
que
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ntra ñas y
s
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a .
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e s
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e
nen y van un
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d
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rados , s
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entos , d iv
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os, burl
on
e
s , distraído
s,
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espi
stados , a
n-
siosos .
Un mundo
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c ab e e
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amor.
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va,
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l l
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g
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u cas¡:t
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d e
una
forma mecánica
,
porqu
e a
esas
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ra s e s
taba
demasiado
cansada
y pr
e
ocu
pada por los
malos humores d e l
j
ef
e
.
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t
a había
t
enido un novio hace .
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o pero resultó un
mal novio Ahora está pens
a
ndo que con
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d e ho
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res casados no tiene muc
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dade
s
de encontrar
pare ja
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sie
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pre
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e ,
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a a una
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m
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mira
ndo
sin int
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és a las otras gent
es .
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Juli
e
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d e
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caer
s
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s
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me
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nte a ti.
Ell a lo mira
co
n
un
a fa
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sa
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d i
g naci
ón.
- ¿Cómo te atre
v
es?
7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
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Se deti
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ne
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D e s c i enden. Abi
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t i t
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s un canto esperanzado o un canto tr i s t e .
S i te colocas
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etos de los miles
e l
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cias
qu
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ante ti
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n
,
p
asan
pa
s a
n.
M
e
tro, corno un rayo naranja , cruza frente
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ti.
E s ta ha sid o
l
a
No
ve la d e
l
M etro.
P e
ro aquí no t
e
rmina, s
in
o que todos
l
os días se
añad
e
n c ien
tos d e capítulos
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evos
La
g
ran ciudad, l a
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norme y p alpitante ciudad , tiene un latid
por debajo d e
s
u
s
calles, tiene un ritmo por d ebajo d e
l
tran
si
tar
a
p l
e
na lu
z
.
Cuando camines por una banqueta procura adiv inar l a v ida de
M e tro
qu
e bajo tus pies se produce .
Un rayo naranj a que cruza y d escruza.
Un ra
y
o naranj a .
Así
es .
Román
ins
i
s
t
e .
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No fue e
l
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n
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s
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v iste "carita" y te
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o se m e va
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s c o , d e
l
v ag ón, e l q
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cr
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e
l hecho
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oroso .
A s í
que un d ía a l
guie
n nac
i
ó en una e s
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c
i
ón
y
otro día
d
os se
encontraron entre dos es
t
aci one
s
y se enamoraron ele una forma
tan irre
m
ediable que dos me
s
e s d e spué s e
s
tab an casados
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a
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es, un
día
,
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se quedó inmó v il , sentad o en una e le las b ancas .
allí e s tuvo inmó v il, con la cab e z a b a ja, has ta que unas jo
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encitas la m iraron, mi edosas, y
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e scubrieron la pre senc ia
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muert
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7/18/2019 La Novela Del Metro 1.
http://slidepdf.com/reader/full/la-novela-del-metro-1 49/49
9 6
La
balada del Metro
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E v e
rardo Malpica
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a tras la
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José Pilar
Flores
un conduct
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r terco
Rafael Urriti, abogado con dilema
57
63
6 9
- Don Librado Medina
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47
elinda Canchola, la maestr
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José Juan
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José
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