3
~===WI=L=L=IAM==D;.;~;;;;,;;;;',;"O.;ME~7iA;;..J1 Profesor y escritor dominicano nacido en San Jose de Ocoa, en 1950.Es auto.r,de~ volumen de cuentos titulado El taladro del tiempo (1984) y de la v.e,rslOnfinal del cuento "Lanovia del pececito", relato tornado de la tradi- Clon,0:a1 domini~ana, que se publico en la antologia Cuentos de animales fantdsticos para niiios (Coedicion Latinoamericana 1984). La novia del pececito ,<, Blanca despert6 temprano esa manana. Tenia que hacer la faena de todos 10s dias: barrer la casa y 105patios, ir a1arroyo a lavar, cargar agua, cocinar y fregar los trastos. Hacfa mucho tiempo que Blanca llevaba esta vida tan fatigosa. Su madre murio cuando ella tenia dos mos. Su padre se caso de nuevo y 1a trajo a vivir con su nueva esposa. Esta, desde e1principio, ma1trat6 a 1a nifia sin piedad. Y mas tarde se sinti6 furiosa porque su primera hija no era tan hermosa como 1ahermana. Ahora Blanca cumplia dieciseis afios, y la tristeza se reflejaba en sus ojos amortecidos, al escuchar el cantfo de 10s pajaros silvestres. -jBlanca!-llam6 la madrastra. -Mande, senora ... -respondi6 Blanca. -. Si acabo de barrer, vaya al arroyo por agua. ~Si, senora. La joven bajo la cabeza humildemente y se fue al arroyo. Alllegar se afiingot6 en la orilla del charco y llen6 su lata. Las pequefias ondas que se formaban en el agua, la hicieron distraerse. Su mirada se enturbi6 y roda- ron dos lagrimas. Pero, de repente, hubo un movimiento brusco y algo plateado cruzo el charco velozmente. Blanca boto el agua, y espero ... De nuevo se hizo elmovimiento y la muchacha metio el bidon! de golpe, AI sacarlo descubri6 que adentro habia un pez. Este era un verdadero hallaz- go, pues en ese arroyo nunca vivieron peces. Lo atrapo con ambas manos, pero coleteo y estuvo a punto de resbalarsele. Ella 10apret6 con fuerza y .entonces, jadeante, el pez hab16: -lPor que no me dejas en libertad, muchacha? -jComo! -exclam6 Blanca-.lHablas? ,Quien eres? -Antes, yo no era pez --empez6 a decir-, pero por una razon que no tiene caso contar ahora, quede convertido en 10que yes. Fui muy alegre y ;i~mpre procuraba que los demas tambien 10 fueran. Mira, por ejemplo, ya he visto que eres muy triste, y me hubiera gustado hacerte feliz. lTe han dicho que eres muy linda? Blanca, que aun no hab~a escuchado hablar de amor, se ruboriz6, y, medio temblorosa, dijo: 1bidon: recipiente para agua.

La Novia Del Pececito

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Cuento: La novia del pececito

Citation preview

  • ~===WI=L=L=IAM==D;.;~;;;;,;;;;',;"O.;ME~7iA;;..J1

    Profesor y escritor dominicano nacido en San Jose de Ocoa, en 1950.Esauto.r,de~ volumen de cuentos titulado El taladro del tiempo (1984) y de lav.e,rslOnfinal del cuento "La novia del pececito", relato tornado de la tradi-Clon,0:a1 domini~ana, que se publico en la antologia Cuentos de animalesfantdsticos para niiios (Coedicion Latinoamericana 1984).

    La novia del pececito ,

  • -No. No me 10han dicho. ~-Pues yo te 10digo. Te pareces a Ia flor que existe en la profundidad,

    alli adonde 5610yo puedo entrar ... lMe sueltas?-51 -

  • EI nino, tansorprendido como asustado, corri6 a contar la nueva a suspadres. Entonces, la madrastra ide6 un plan malvado. .3

    RabI6 con la madrina de Ia muchacha, para que la invitara a pasarseel domingo en su casa. Blanca quiso rehusar, pero la madrastra se mostr6muy complacida, y dijo que sf, que a la ahijada le encantarfa, Y Blancaacepto. Era la primera vez que saldria de paseo. Pero antes fue al arroyo acomunicarselo al novio, Y ambos estuvieron muy contentos.

    AI mediodia bajo la familia al arroyo, y el primero en cantar fue elpadre:~ -Aqui estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aqui,

    Pero el pececito no salio. Y cantaron la madrastra y tres de 10s herma-. .

    nos de Blanca. Y nada. Entonces, el mas pequefio se acerco a la orilla y suvoz se oy6 tierna, muy tiema:

    -Aqui estoy, Juino mio; Iuino mio, estoy aqui,

    Y el pez salio a la superficie mas alegre que nunca, momento que apro-vecho la madrastra para arrebatar el machete al marido, y lanzar un golpesobre el indefenso pececito. Luego otro, y otro. Y cuando el charco setranquiliz6, el pez habfa desaparecido. AIgunas escamas flotaron en elagua, y la mujer ri6 satisfecha. Los demas bajaron la cabeza entristecidos.

    Cuando Blanca regres6 en la tarde, la madrastra le orden6 ir por aguaal arroyo. La muchacha corri6 cuesta abajo: desde antes de llegar, cantabasu melodia:

    -Aqui estoy, Juino mio; Juino mio, estoy aquf,'}- Pero el pececito no apareci6. Blanca cant6 de nuevo, y tampoco salio.Entonces, se meti6 en el agua, y cuando ya se hundfa, su voz son6 casiahogada por eillanto:

    -jAy!, adios te doy, Juino mio; [uino mio, adios te doy.Y desapareci6 en 10mas hondo del charco.

    Arriba ~n la casa, con la demora, se impadent6 la familia y baj6 enbusca de Blanca. Y 10 que vieron todos, les dej6 boquiabiertos:

    En la orilla, hallaron el bid6n vado, y en el charco, dos pececitosplateados hicieron maromas y se escondieron tras la chorrera.

    Desde entonces, se ve a la madrastra acechando 105 movimientos delcharco. EI marido la abandon6 y se llev6 105 hijos. Y ella, enloquedda,machetea y machetea Ias entrafias del arroyo.