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1 Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez La oración evangelística, 2ª Parte Escritura: 1 Timoteo 2:2-4 Código: 54-12 John MacArthur Bueno, abramos nuestras Biblias en Primera de Timoteo, capítulo 2… Primera de Timoteo, capítulo 2. Estamos estudiando los versículos 1 al 8. El tema de estos versículos es la oración evangelística, orar por los perdidos, aquellos que no conocen a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y debido a la naturaleza de este pasaje en particular y debido al énfasis este mes en nuestra Iglesia en el evangelismo, he estado pasando algo de mi tiempo en momentos libres leyendo libros acerca del evangelismo. Y esta semana, estaba leyendo un libro antiguo que me dio mi papá, un libro titulado El ganador de almas. Es una compilación de sermones de Charles Spurgeon, el gran predicador bautista de Inglaterra. Y encontré un párrafo que me impactó. Él dijo esto, y cito: “Una cosa más, el ganador de almas debe ser un maestro del arte de la oración. Usted no puede traer almas a Dios si usted mismo no va a Dios. Usted debe obtener su hacha para la batalla y sus armas para la guerra de la armonía de la comunicación sagrada con Cristo. Si usted pasa mucho tiempo a solas con Jesús, se contagiará de Su Espíritu. Usted se encenderá con la llama que ardió en Su pecho y consumió Su vida. Usted llorará con las lágrimas que cayeron sobre Jerusalén cuando Él la vio pereciendo. Y si usted no puede hablar con tanta elocuencia como Él lo hizo, habrá sin embargo en usted algo en lo que diga del mismo poder que en Él emocionó a los corazones y despertó a las conciencias de los hombres. Mis queridos oyentes, especialmente ustedes miembros de la Iglesia, siempre estoy tan ansioso, no sea que alguno de ustedes comience a acostarse sobre sus remos y tome las cosas de manera fácil en los asuntos del Reino de Dios. Hay algunos de ustedes, los bendigo y bendigo a Dios al recordarlos, quienes están a tiempo y fuera de tiempo, con deseo de ganar almas. Ustedes son los que verdaderamente son salvos. Pero temo que hay otros cuyas manos son flojas, que están satisfechos con dejarme predicar pero ellos mismos no predican, quienes se sientan aquí y ocupan estas bancas y esperan que la causa vaya bien.

La oración evangelística, 2ª Parte - webmedia.gty.orgwebmedia.gty.org/gracia/pdf/54-12.pdf · John MacArthur . Bueno, abramos nuestras Biblias en Primera de Timoteo, capítulo

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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez

La oración evangelística, 2ª Parte Escritura: 1 Timoteo 2:2-4

Código: 54-12

John MacArthur

Bueno, abramos nuestras Biblias en Primera de Timoteo, capítulo 2… Primera de Timoteo,

capítulo 2. Estamos estudiando los versículos 1 al 8. El tema de estos versículos es la oración

evangelística, orar por los perdidos, aquellos que no conocen a nuestro Señor y Salvador

Jesucristo. Y debido a la naturaleza de este pasaje en particular y debido al énfasis este mes

en nuestra Iglesia en el evangelismo, he estado pasando algo de mi tiempo en momentos

libres leyendo libros acerca del evangelismo. Y esta semana, estaba leyendo un libro antiguo

que me dio mi papá, un libro titulado El ganador de almas. Es una compilación de sermones

de Charles Spurgeon, el gran predicador bautista de Inglaterra. Y encontré un párrafo que me

impactó. Él dijo esto, y cito:

“Una cosa más, el ganador de almas debe ser un maestro del arte de la oración. Usted no

puede traer almas a Dios si usted mismo no va a Dios. Usted debe obtener su hacha para la

batalla y sus armas para la guerra de la armonía de la comunicación sagrada con Cristo. Si

usted pasa mucho tiempo a solas con Jesús, se contagiará de Su Espíritu. Usted se

encenderá con la llama que ardió en Su pecho y consumió Su vida. Usted llorará con las

lágrimas que cayeron sobre Jerusalén cuando Él la vio pereciendo. Y si usted no puede hablar

con tanta elocuencia como Él lo hizo, habrá sin embargo en usted algo en lo que diga del

mismo poder que en Él emocionó a los corazones y despertó a las conciencias de los

hombres. Mis queridos oyentes, especialmente ustedes miembros de la Iglesia, siempre estoy

tan ansioso, no sea que alguno de ustedes comience a acostarse sobre sus remos y tome las

cosas de manera fácil en los asuntos del Reino de Dios. Hay algunos de ustedes, los bendigo

y bendigo a Dios al recordarlos, quienes están a tiempo y fuera de tiempo, con deseo de

ganar almas. Ustedes son los que verdaderamente son salvos. Pero temo que hay otros

cuyas manos son flojas, que están satisfechos con dejarme predicar pero ellos mismos no

predican, quienes se sientan aquí y ocupan estas bancas y esperan que la causa vaya bien.

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Pero eso es todo lo que hacen,” fin de la cita.

Tristemente, la apatía de algunos en su Iglesia es la apatía de otros en esta Iglesia. Y siempre

adormece el testimonio agresivo y siempre adormece la oración evangelística. Y entonces, es

bueno para nosotros en estos días recordar la necesidad de alcanzar a los perdidos. Y un

elemento muy básico y esencial de este asunto es orar por ellos, no sólo por causa de la

comunión con el Señor, sino por causa de ver al Señor responder esa oración.

Alguien dijo, y cito: “La Iglesia está muriendo de dominio propio en exceso. Hay demasiada luz

pero hay muy poco calor.” Fin de la cita. Y aparentemente, éste fue el caso de la Iglesia en

Éfeso. A Timoteo se le había asignado, como usted sabe, el corregir las cosas en esa Iglesia,

el corregir las cosas que estaban muy mal. Una de las cosas que estaba muy mal en la Iglesia

en Éfeso era que ellos habían diseñado una nueva teología de evangelismo. Y esa teología

decía que sólo ciertos judíos que guardaban la ley podían llegar a ser salvos y sólo ciertos

gentiles que entraban en el entendimiento elite de los secretos místicos podían llegar a la

salvación. La enseñanza consecuente era que la salvación no es para todo mundo, que Dios

no quería que todos fueran salvos, que no necesitábamos preocuparnos por llevar el

Evangelio hasta los fines de la tierra, aunque nuestro Señor dijo eso. Habían desarrollado una

doctrina exclusivista, cómoda del evangelismo que decía que la salvación era sólo para unos

cuantos.

Y Pablo está muy preocupado acerca de eso y entonces, a medida que comienza escribir a

Timoteo en el capítulo 2 acerca de los asuntos que deben corregirse en la Iglesia, él comienza

con este tema de la oración evangelística, de comprender que el deseo de Dios es que todos

los hombres vengan al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Entonces, la primera

preocupación es que la Iglesia comience a orar por los perdidos. Esta es la prioridad más

elevada en la Iglesia de Jesucristo. Ataca la estrechez del error de la Iglesia efesia, pero

también actúa como una fuerte exhortación para nosotros en el día de hoy en el tema de orar

por un mundo perdido.

Ahora, aquí estamos señalando cinco elementos de la oración evangelística: su naturaleza, su

alcance, beneficio, razón y actitud. Recuerde que la semana pasada hablamos acerca de la

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naturaleza de la oración evangelística. Y hemos dicho que es descrita en cuatro palabras para

la adoración dadas en el versículo 1: rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias.

Esos cuatro términos, que vimos la última vez, resumen la naturaleza o definición de la

oración evangelística.

‘Rogativas’ indican que hay una necesidad. Las rogativas emanan de una necesidad.

Entonces, oramos por los perdidos debido a su gran necesidad de salvación. La palabra

‘oraciones’ reconoce la gloria de Dios. Y oramos por su salvación por la gloria que le dará a

Dios. ‘Peticiones’ tiene ver con sentir profundamente la condición de alguien y rogar a favor de

ellos. Y entonces, intercedemos a favor de ellos, porque nuestro corazón está preocupado con

compasión por su condición perdida. Y finalmente, la palabra ‘acciones de gracias’ indica que

sin importar lo que ocurra, le damos gracias a Dios con corazones agradecidos y expresión de

gratitud. Entonces, la naturaleza de la oración evangelística.

Después, la última vez hablamos del espectro de la misma. Y señalamos al final del versículo

1 que debe ser hecha por todos los hombres. Es un mandato amplio dado a la Iglesia, el de

orar por todos los hombres. No se establece ningún límite en la oración evangelística. El

capítulo 4, versículo 10, dice que Dios es el Salvador de todos los hombres, especialmente de

aquellos que creen. Y de nuevo, se nos recuerda que debemos orar por todos los hombres.

Ahora, específicamente, dentro de la categoría de todos los hombres, él identifica a un grupo

de personas quienes podrían ser personas por las cuales la Iglesia no ora… Debido a la

persecución o debido al abuso o por lo que fuera. Entonces, él señala que debemos orar de

manera especial por los reyes y por todos los que están en autoridad. Debemos orar por los

perdidos a nivel mundial y entre aquellos perdidos, por los líderes que con mucha frecuencia,

debido a que los vemos muy distantes, están muy lejos de nuestras oraciones o porque

quizás los vemos como alguien que no son parte de la Iglesia o que de alguna manera están

en contra de la Iglesia. O que debido a que nos vemos inmersos en las actitudes de nuestra

sociedad hacia los líderes que no son respetados o que la gente no quiere, podríamos no

hacer eso. Y entonces, simplemente como una exhortación fuerte, de todos los grupos que

podríamos haber identificado, él identifica a los líderes y dice especialmente que debemos

orar por ellos. Y la intención no es tanto orar por su sabiduría en el liderazgo sino orar por su

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salvación. Como Iglesia, entonces, debemos estar involucrados en la prioridad de orar por los

perdidos y de manera particular aquellos que están perdidos en posiciones de liderazgo,

aquellos que no conocen al Señor Jesucristo.

Ahora, llegamos al tercer elemento… El beneficio de la oración evangelística. Hay un gran

beneficio para la Iglesia en orar por los perdidos. Observe lo que dice en el versículo 2:

“…para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” En otras

palabras, conforme nos entregamos como Iglesia a la oración por los perdidos y a orar por la

salvación de nuestros líderes, va a crear una condición nacional favorable para la vida de la

Iglesia, lo cual va a contribuir a nuestros esfuerzos evangelísticos.

Ahora, este con frecuencia es un pasaje que pasamos por alto en las Escrituras y quiero que

piense en esto con mucho cuidado. Esta es la palabra del Dios viviente. Conforme la Iglesia

ora por los perdidos, no se tiene que decir que la intención de esa oración es que los perdidos

puedan ser salvos; pero como una consecuencia secundaria, cuando una iglesia en una

ciudad o estado o nación se entrega de manera habitual a la oración incesante por los

perdidos, en particular los no salvos en su liderazgo, esas personas comienzan a ver a la

Iglesia como un grupo de personas compasivas que se preocupa por otros, que son

amorosos, quienes están buscando sus mejores intereses y su bienestar. Y de esta manera,

la Iglesia no presenta una amenaza a esa sociedad, sino que es vista quizás como un amigo

bienvenido. Y conforme esas oraciones por la salvación son respondidas y más y más

personas pueden ser salvas, incluyendo a sus líderes, la condición favorable de la Iglesia

inclusive es incrementada.

Ahora, él dice que cuando oramos de esta manera, lo hacemos para que vivamos quieta y

reposadamente, una vida tranquila. La palabra quieta conlleva la idea de ausencia de

molestias externas. La palabra reposadamente conlleva la idea de ausencia de molestias

internas o de turbulencia. Entonces, la Iglesia tiene una meta, y quiero que escuche esto con

mucha atención, la Iglesia tiene una meta en la sociedad de conducir su vida de tal manera en

oración por los perdidos lo cual involucra amor y compasión incluyendo a todos los líderes y

eso crea, mediante esa actitud, la ausencia de molestias externas e internas. Dicho de otra

manera, la Iglesia nunca debe ser quien agíta a la sociedad al involucrarse en esas cosas que

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causan turbulencia en la vida nacional. Condiciones de paz, condiciones de descanso,

ausencia de molestia y ansiedad benefician a la iglesia en la tarea del evangelismo.

Ahora, quiero expandir esto porque creo que esto no es un pensamiento bien entendido. En 1

Tesalonicenses tenemos una palabra similar, capítulo 4, versículo 11, en donde Pablo dice

que debemos estudiar, ser dirigentes, estar tranquilos. No debemos ser personas turbulentas.

Si vamos a ser conocidos por algo, debemos ser conocidos por nuestra manera de

conducirnos de manera quieta. Tranquila. No causamos turbulencia. No sacudimos a la

sociedad como tal, esa no es nuestra intención, ese no es nuestro esfuerzo abierto. Debemos

ser personas tranquilas, dice él, ocupándonos de nuestros propios negocios, trabajando con

sus propias manos, así como os mandamos para que andemos de manera honesta hacia

aquellos que están afuera, los incrédulos. Ellos deben vernos como personas fieles,

diligentes, tranquilas.

Segunda de Tesalonicenses 3 también habla del mismo tema. Oímos, dice en el versículo 11,

que hay algunos de ustedes que andan desordenadamente no trabajando. Son indigentes,

están desempleados, no hacen lo que debieran. Mándalos y exhórtalos por el Señor

Jesucristo que con tranquilidad trabajen y coman de su propio pan.

Ahora escuchen, amados, la Iglesia, Pablo está diciendo, nunca debe ser una fuerza de

turbulencia política. Nunca debe ser vista como algo que se percibe como un enemigo para la

seguridad nacional o la paz nacional. Esa no es nuestra función. Nosotros debemos buscar

hacer que todas las personas que nos rodean, independientemente de su punto de vista

político, independientemente de su punto de vista filosófico, debemos buscar el hacer amigos

con ellos al orar por ellos en lugar de que sean enemigos al odiarlos y rechazarlos. Y algunas

veces, eso es difícil porque cuando somos criados en un ambiente cristiano que es definido de

manera muy clara, tendemos no sólo a odiar al sistema malo, sino que tendemos a ver a

todas las personas en el mismo como nuestros enemigos. Y entonces, nos amargamos contra

aquellos que niegan la vida que nosotros creemos que es tan apropiada. La Iglesia aún hoy

en día, estoy seguro, en los Estados Unidos de América, es vista por muchos como una

fuerza política turbulenta que se esfuerza por sacudir las cosas en nuestro país.

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Ahora, quiero que entienda lo que las Escrituras están diciendo a la luz de eso. Los cristianos

deben ser ciudadanos modelos. Eso no significa que somos indiferentes u apáticos o que no

tenemos una opinión. Pero debemos ser ciudadanos modelos en todo sentido. Debemos ser

una bendición para toda persona que nos rodea. Debemos orar por la salvación de todos. Y si

nos conocen, deben saber que la Iglesia no es un grupo político fuerte, no es un grupo

poderoso con dinero que se está moviendo en la sociedad para sus propios fines, deben

conocernos como un grupo de personas tranquilas, amorosas, pacíficas, que constantemente

están comprometidas con orar por la salvación de aquellos que están afuera. Debemos

someternos a la autoridad que está sobre nosotros y más que tan sólo someternos a ella,

debemos orar por la salvación de esas mismas personas. Si hacemos eso, si la Iglesia en

este país simplemente estuviera unida en espíritu haciendo un pacto juntos en orar por los

perdidos en nuestra nación y orar por los gobernantes y orar por nuestros líderes y no

involucrarnos en una especie de esfuerzos de poder y movimientos de poder y política de

poder para cambiar las cosas y eliminar a personas y deshacernos de personas, sino que más

bien orar por su salvación, nunca seríamos acusados o inclusive sospecharían de nosotros

por deslealtad. Ni nadie mal entendería la razón de nuestra existencia. Y es más probable que

se nos permitiera adorar y evangelizar sin temor o restricción; y de esta manera, vivir nuestras

vidas quieta y reposadamente.

Ahora, observe el final del versículo 2, él añade el tipo de vida que debe caracterizarse por

toda piedad y anhelo moral. “Piedad,” esa palabra muy conocida, eusebeia utilizada a lo largo

de 1 Timoteo, 2 Timoteo e inclusive Tito 1:1; la palabra “piedad” es una palabra muy común

en las epístolas pastorales. Tiene la idea de una actitud de reverencia. Debemos ser personas

que se distinguen debido a nuestra actitud de reverencia que nos marca, reverencia hacia

Dios, que vivimos para la majestad, el amor, la santidad, la gloria de nuestro Dios. Debe ser

que cuando alguien dice la palabra cristiano, lo único en lo que piensa es en santidad, piedad.

Piensan en personas cuyos corazones están enfocados en el Dios vivo.

En segundo lugar, él dice, no sólo piedad sino que él también utiliza la palabra semnotes, una

palabra rara. Es utilizada otra vez en 1 Timoteo y después en Tito, capítulo 2, versículo 7. La

traducción básica de anhelo moral es la idea de que no sólo tenemos la actitud correcta, eso

es piedad, sino conducta correcta. Cuando esa actitud emana, se manifiesta en nuestra vida,

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hay cierto anhelo moral en la manera en la que vivimos. Hay cierto compromiso con la

moralidad. Podría decir que, si manejamos una traducción libre, él estaría diciendo que

debemos orar por los perdidos para que lleve a una vida quieta y reposada en todo motivo

santo y conducta santa. Eso es realmente lo que está buscando. Debemos vivir de tal manera

con actitudes santas y obras santas que contribuimos a la paz y tranquilidad de nuestras

vidas. No debemos causar problemas. No debemos crear un escándalo a nivel nacional. No

debemos, como recordamos a partir de Mateo, capítulo 7, andar por todos lados arrancando

la cizaña, o Mateo 13, más bien, arrancando la cizaña del suelo y juzgando a todos los

incrédulos. Debemos amarlos y orar de manera compasiva por ellos.

Ahora, conforme leía ese versículo, pensé ‘bueno, ¿qué hay acerca del hecho de que la

piedad de hecho produce problemas? ¿Qué hay acerca de que nuestro mensaje va a ser

rechazado y va a eliminar una vida quieta y reposada en algunas maneras?’ Eso es verdad…

Eso es verdad. De hecho, en 2 Timoteo, él dice dos veces que nosotros podemos esperar

eso. Pablo inclusive dice en el capítulo 1, versículo 8, que él es prisionero debido a su

testimonio. En el capítulo 3, versículo 12, él dice que todos los que vivan piadosamente en

Cristo Jesús padecerán persecución.

Pero el punto es este, y quiero que lo entienda: si sufrimos persecución y si toleramos la

enemistad de nuestra sociedad y si no les caemos bien y si somos odiados y si somos

menospreciados, que sea por nuestra actitud santa y nuestra conducta santa, no porque

seamos un problema para nuestra sociedad nacional, no porque causamos problemas, no

porque ellos nos vean como el enemigo de los hombres. Debemos vivir de tal manera que no

seamos una amenaza para la paz y tranquilidad de nuestra nación o nuestra ciudad, sino que

nos perciban como personas honorables, dignas, moralmente comprometidas, dignas de

confianza, de tal manera que nadie hable mal en contra de la Palabra de Dios y nadie hable

mal en contra de Dios mismo o el Señor Jesucristo.

Y sabe una cosa, le doy gracias porque Grace Community Church adopta posturas fuertes.

Adoptamos posturas muy fuertes en varias cosas. Y si somos rechazados o menospreciados,

es debido a las cosas que creemos; pero nuestra sociedad a nuestro alrededor nos ve como

un amigo. Siempre me alienta la respuesta de la comunidad, no sólo en esta misma región, en

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el valle, sino inclusive en Los Ángeles, al ver la vida de la gente en Grace Community Church,

siempre me sorprende que cuando los medios masivos de comunicación quieren que alguien

haga un comentario acerca de un tema que necesitan un vocero religioso, ellos llaman a

Grace Community Church porque como dijo un reportero: “Cuando queremos un comentario

cristiano sano, venimos a Grace Community Church.” La sociedad no nos ve como una

amenaza.

Estoy muy agradecido porque cuando fui a la ciudad hace unas semanas atrás y pedí permiso

para rentar de ellos el terreno que está aquí al lado de este canal para poder construir el

estacionamiento, no podían estar más contentos en darnos esa oportunidad, lo cual hicieron,

porque nos ven como un amigo de la comunidad. Me acuerdo el año que nos dieron la placa

que está colgada en la pared en reconocimiento de lo hermoso del valle por hacer más que

otra organización en el valle de San Fernando para hacer hermosa una región del valle.

Inclusive estuve agradecido porque el domingo por la mañana de la semana pasada, en el

periódico Daily News, hubo un artículo muy interesante acerca de Grace Community Church y

nuestra relación con Yoko Ono.

Ahora, no sé si usted sabe de eso. Yo no sabía de eso hasta que leí el artículo. Esa fue la

historia sorprendente. Su marido y ella tuvieron un hijo llamado Kioko y el padre, en contra de

la orden de la corte, tomó al niño, secuestró al niño y se escondió y ha estado durante 14

años. La niña ahora está en sus años 20. Su nombre Kioko. Vinieron a esconderse a Los

Ángeles. Y nosotros, yo no sabía esto, ninguno de nosotros lo supo hasta que leyó el

periódico, vinieron a Los Ángeles a esconderse. Se involucraron en una secta ahí en la calle,

la ‘Iglesia de la palabra viviente’, a cargo de John Robert Stephens cuya hija, por cierto, ha

venido al Señor Jesucristo y está en comunión en nuestra Iglesia. No obstante, ellos se

metieron en esta secta, se metieron profundamente en esta secta y después, por la gracia de

Dios, fueron liberados de esta secta; y después, cuando quisieron llegar a la verdadera fe en

Jesucristo, esta es hija de Yoko Ono, y su marido, su padre más bien, vinieron a Grace

Community Church buscando ayuda y dinero para poder escapar de las garras de estas

personas que los tenían. Y el artículo continuó diciendo cómo Grace Community Church, sin

saber quiénes eran estas personas, no sólo les dieron consejo espiritual y demás, sino que les

dieron el dinero que necesitaban para escapar; y ahora, están involucrados como cristianos

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nacidos nuevamente en la obra del Señor en otro lugar. Y varias veces mencionó a la iglesia y

siempre en una luz favorable, como un buen samaritano. Así debe ser conocida nuestra

Iglesia, así es como nuestra Iglesia debe ser conocida, como alguien que entra sin importar

quiénes son las personas, sino que estamos aquí para mostrar el amor de Cristo y satisfacer

la necesidad que está ahí.

Y fui alentado porque el periódico colocó eso a una luz favorable. Estoy muy agradecido por

eso. Pero debe ser así, de tal manera que si no les caemos bien y si no nos quieren, sea

evidente que rechazan nuestro mensaje, no porque nos ven como el enemigo. ¿Entiende

usted eso? Jesús mismo fue un amigo de pecadores, ¿no es cierto? Y entonces, debe ser que

somos caracterizados por aquellos que oran por los perdidos, inclusive nuestros líderes,

inclusive los líderes de nuestra ciudad. Y quizás no estemos de acuerdo con ellos, quizás no

estemos de acuerdo con su estilo de vida, su moralidad o sus decisiones, los líderes de

nuestro estado, los líderes de nuestra nación. Quizás tengamos todo tipo de problema con

eso, pero no puede haber nada que sea ganado en últimas a nivel espiritual al convertirnos en

el enemigo de aquellos con quienes estamos en desacuerdo. Si vamos a estar en

desacuerdo, que estemos en desacuerdo en base a la verdad de Dios, no en algo diferente a

eso. Y que con todos nuestros corazones nos comprometamos, si esta nación va a ser

convertida por causa de Dios, entonces que sea que lo hagamos mediante nuestras armas

espirituales, no carnales. Y las armas espirituales son poderosas para la destrucción de

fortalezas, armas espirituales como orar por los perdidos e incluyendo en los perdidos a

aquellos que nos guían.

Y esta oración trae la conversión de personas perdidas, la conversión de líderes. Le da a la

iglesia una reputación de lealtad, honestidad, integridad y dignidad en la comunidad. Ellos

llegan a ser conocidos como esas personas que tienen actitudes santas y conducta santa y no

son una amenaza a la sociedad, sino más bien un aliento para el bienestar de la sociedad.

Eso crea la paz y la tranquilidad que permite que el evangelismo florezca, hace que el

cristianismo sea atractivo y le da al Evangelio una plataforma. Y ésa es la consecuencia

secundaria de la oración evangelística.

Ahora usted dirá: ‘bueno, espera un momento. ¿Acaso esto contradice Santiago 1? ¿Acaso

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Santiago 1 no dice que la prueba de vuestra fe tiene una obra perfeccionadora? Sí, pero hay

todo tipo de maneras en las que Dios nos puede probar y traer problemas y fortalecernos, sin

que venga de la hostilidad de nuestra sociedad. Usted no necesita hacerlo de esa manera. Si

Dios lo quiere colocar en el fuego del sufrimiento, Él tiene un millón de opciones para hacerlo.

Usted no tiene que crear una. Usted no tiene que crear una en el ambiente y yo tampoco y

tampoco la Iglesia. Las pruebas vienen de muchas maneras, a través de muchas puertas, y a

Dios no le falta medios para hacer eso. Y amados, de vez en cuando es verdad que esas

pruebas traerán persecución. Pero si la persecución viene, lo vuelvo a decir, que venga por lo

que creemos acerca de la Palabra de Dios. Como los cristianos rusos me han dicho tantas

veces, ‘si somos perseguidos en Rusia, será por nuestra fe, no por nuestras actitudes políticas

o económicas. Y no por nuestras alguna enemistad hacia nuestro pueblo e inclusive nuestros

líderes’. Georgie Vins me dijo eso. Oren por ellos.

E inclusive cuando la persecución viene, usted pregunta qué debemos hacer entonces.

Bueno, escuche lo que Jesús dijo en Mateo 5. Y es bastante claro lo que debemos hacer,

versículo 43: “Oísteis que fue dicho: ‘Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.’” No,

así no es. Nos hemos metido en un poco de eso en la Iglesia, pero no es el camino correcto.

“Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a

los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” Oren por su salvación.

Y todos hemos leído la historia de los mártires muchas veces en el pasado, quienes de

rodillas fueron matados, se les quitó la vida, estaban orando por aquellos que los estaban

matando y ése es el testimonio de Esteban, ¿no es cierto? Quien está ahí siendo aplastado

por las piedras que están quitándole la vida y él clama: “Padre, no les tengas en cuenta este

pecado. No los hagas responsables.” Lo cual quiere decir ‘perdónalos’. Es el Espíritu de

Jesús. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Entonces, el punto es que sea cual sea el caos, sea cual sea el conflicto que pueda venir, el

resultado no debe ser que los cristianos se vuelvan los enemigos de los perdidos. Debe ser

sólo por lo que creen y por lo que viven. Y la sociedad que nos rodea debe vernos como sus

amigos, como personas compasivas, amorosas, quienes continuamente oran por su

salvación. La próxima vez, que usted escriba una carta al miembro del Congreso para decirle

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lo terrible que es, escríbale una carta y dígale que usted está orando diariamente por su

salvación. Después, dígale el Evangelio. Dígale en qué consiste realmente la Iglesia. Y si

estamos ocupados por orar, yo creo que Dios va a responder esa oración. Y ésa es la razón

por la que estoy tan preocupado por esas personas que insisten en que esa nación o

cualquier otra nación nunca puede ser piadosa. La Iglesia nunca puede florecer, la obra de

Dios nunca puede ser hecha a menos de que ataquemos a toda persona en la sociedad que

no nos cae bien. Y la gente me preocupa eso con tanta frecuencia: “¿Por qué no predicas

acerca de temas sociales? ¿Políticos?” Mire, yo ataco el pecado, pero más allá de eso,

realmente no quiero aislar a toda persona en nuestra sociedad porque creo que necesitan a

Cristo. Y no que vieron que lo desechen a Él cuando me rechacen a mí. Entonces, Dios dice

‘oren por ellos’. Y hay un beneficio marginal, usted creará un ambiente en el cual usted podrá

florecer.

Y realmente creo que en una manera pequeña, por la gracia de Dios, esta iglesia ha

disfrutado de eso. Realmente. Realmente lo ha disfrutado. Siempre me ha sorprendido

cuando leo una sección de bienes raíces en el periódico y veo una casa que se está

vendiendo, por parte de un corredor de bienes raíces y abajo dice: cerca de Grace Community

Church. Eso es bueno. Me da gusto oír eso.

Entonces, el reconocer que debemos comprometernos con esta prioridad de la oración se

basa en un sentido profundo de la necesidad de los perdidos, la carencia severa de sus almas

al enfrentar la eternidad sin Dios, una petición reverente a Dios con esa necesidad en base a

su propia gloria, un sentido compasivo de caer en la necesidad misma para que sintamos la

condición pérdida de los perdidos. Debemos orar por ellos. Y por todos aquellos, sean

simplemente el pueblo o los líderes. Y al orar así veremos a Dios salvándolos y veremos

condiciones que se producen a partir del amor y la compasión de la Iglesia hacia los perdidos

que actuarán como una bendición para la Iglesia y de esta manera, contribuirá a que el

Evangelio se esparza con mayor velocidad.

Eso me lleva, en cuarto lugar, y simplemente voy a introducir una parte en este cuarto punto,

terminaremos la próxima vez; pero eso me lleva en cuarto lugar a la razón de la oración

evangelística… La razón. Y esto está contenido en los versículos 3 al 7. Y esta es una de LAS

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afirmaciones más poderosas del propósito salvador de Dios dada en cualquier lugar de las

Escrituras. No puedo apurarme en esto. Es algo monumental, simplemente verdad dramática,

poderosa, cerca del propósito salvador de Dios. No quiero meterme en un debate teológico.

No quiero hablar de teología sistemática. Sólo quiero dejar que el texto hable por sí mismo.

¡Es tan poderoso!

¿Por qué orar por los perdidos? ¿Por qué orar por las almas de los hombres? ¿Cuál es el

propósito? Bueno, la respuesta viene en los versículos 3 al 7. “Porque esto es bueno y

agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos

y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre

Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo

cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto yo fui constituido predicador y apóstol

(digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.”

Ahora, en esos cuantos versículos se resume la razón por la que debemos ganar a los

perdidos. Este tiene que ser uno de los textos evangelísticos más grandes en toda la Biblia,

una de las más grandes afirmaciones acerca de la misión de la Iglesia que se presenta en

cualquier lugar en las Sagradas Escrituras.

¿Por qué oramos por los perdidos? Número uno, y le voy a dar varios, algunos esta semana y

otros, la próxima. Punto número uno: es moralmente correcto hacerlo. Es correcto. Observe lo

que dicen el versículo 3: “porque esto es bueno.” La palabra bueno, kalon, básicamente

significa excelente, moralmente bueno de manera intrínseca. Esto es bueno. Esto

simplemente está bien. Dios lo establece como algo que está bien. Su conciencia moral dice

que está bien. Digo, usted no discutiría en contra de esto, si yo le dijera ‘¿debe usted orar por

los perdidos?’ Digo, todo en usted dice ‘eso está bien y verdad y es bueno’… Usted iría ‘claro,

es bueno orar por los perdidos porque los salva del infierno. Los salva de una vida sin

significado. Los lleva a un lugar en donde pueden glorificar a Dios, les permite tener propósito

en la vida y en la eternidad. Les permite alcanzar a otros. Es bueno, es correcto.’ La palabra

‘esto’ apunta de regreso al orar por todos los hombres y por los líderes. Esto es bueno. Es

correcto. Es excelente. Debido a que la salvación de otros sería el beneficio más grande para

ellos y el beneficio más grande para la Iglesia, es bueno, es excelente.

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Ahora, alguien podría decir ‘bueno, espera un momento: Jesús dijo en Juan 17:9: “Yo no oro

por el mundo.” Si esto es tan bueno, ¿por qué dijo Él eso?” Descubrámoslo. Veamos Juan

17:9. Y pensé en esto y lo incluyo aquí porque no quiero que alguien encuentre ese versículo

y diga: “Espera, esto me confunde. ¿Por qué en Juan 17:9 Jesús dije dice al Padre en Su

oración sumo sacerdotal ‘Oro por ellos,’ estos son los discípulos,’ aquellos que me has dado,

Mis propios discípulos, no oro por el mundo, sino por aquellos que me has dado, porque son

Tuyos?’ Y alguien diría ‘bueno, Jesús no oró por el mundo entero. Él dice aquí ‘Yo no oro por

el mundo.’

¿Y sabe una cosa?, eso es correcto. En este caso en particular, Él dijo ‘Yo no oro por el

mundo’. ¿Qué quiso decir con eso? Bueno, ese es el punto entero. ¿Significa eso que Dios no

ama a todo el mundo? Bueno, en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que

ha dado a Su Hijo Unigénito.” Ahora, el punto entero del versículo es que Él dio a Su Hijo

Unigénito para cumplir Su amor. Entonces, Dios ama al mundo entero. Primera de Juan 2:2

dice que Él es la propiciación de nuestros pecados, y no sólo de los nuestros, sino de los

pecados del mundo entero.

Entonces, Dios ama al mundo. Dio un Salvador para el mundo entero. Una propiciación para

el pecado se ofrece a todo el mundo y ¿por qué dice que Él no ora por todo el mundo? ¿Y no

era la misión de Jesús ir a todo el mundo? ¿Acaso Él no dijo que predicáramos el Evangelio a

toda criatura? Sí.

¿Por qué en el versículo 9 dice que no ora por todo el mundo? Eso es muy simple. Lo que Él

está diciendo aquí es que no está orando por el éxito del mundo como el mundo. ¿Entiende

usted eso? El cosmos, el sistema satánico malo. Lo que Él quiere decir es ‘no estoy orando

porque el mundo tenga éxito. Estoy orando porque los discípulos tengan éxito al ganar al

mundo, no porque el mundo tenga éxito al detenerlos.’ Él no puede orar por los Suyos y orar

por el mundo el cual es el enemigo. Como dijo William Hendrickson: “La salvación del mundo

se encuentra precisamente en dejar de ser el mundo.” Él no podía orar por el mundo como el

mundo, estaba en contra de Él. Él está diciendo ‘Yo no oro por el éxito del mundo. Nunca

haría eso. Yo oro por el éxito de mi pueblo. Él estaba orando por Sus discípulos, para que

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sean protegidos del mundo. Él inclusive dice: “Guárdalos del maligno, del que gobierna el

sistema mundano, para que al creer, puedan alcanzar al mundo,” versículos 21 al 23.

Entonces, es bueno. Jesús oró por los perdidos. Moisés, David, Samuel, Ezequías, Isaías,

Daniel, Esteban, Pablo, los vimos a todos la semana pasada; todos ellos oraron por los

perdidos. Es bueno.

Ahora, lo segundo, y voy a detenerme con ésta, pero quiero que lo escuche con atención.

Esta es verdad poderosa, poderosa. Debemos orar por los perdidos uno, porque es bueno, es

correcto, es moralmente excelente; dos, es coherente con la voluntad de Dios. Debemos orar

por los perdidos porque es coherente con la voluntad de Dios. Observe el versículo 3: “Porque

esto es bueno,” y aquí viene, “agradable delante de Dios nuestro Salvador, quien quiere que

todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” Es bueno delante de

Dios nuestro Salvador el cual quiere que todos los hombres sean salvos. Es la voluntad de

Dios que los hombres sean salvos. Es coherente con Su voluntad. La palabra agradable, la

cual es usada en una frase similar en el capítulo 5, versículo 4, tiene la idea… Es una palabra

muy rica, no solo de recibir, dechomai, es apodechomai, quiere decir aplaudir, quiere decir

recibir con gusto, aceptar con satisfacción, darle la bienvenida con gusto. Es una palabra muy

cálida. Esto es decir ‘el Señor con gusto, de manera ansiosa, dispuesta, con aplauso y

satisfacción y gozo recibe esto.’ Esto es lo que Él quiere, la salvación del mundo. Entonces,

‘orar por todo el mundo’ realmente es recibido con gusto por Dios. Él aplaude ese tipo de

oración. Él lo acepta con gusto porque es coherente con Su naturaleza.

¿Y qué quieres decir con eso? Bueno, observe el versículo 3: “Esto es bueno y agradable

delante de Dios nuestro creador,” ¿es eso lo que dice? No, “Dios, nuestro Salvador.” Es

coherente con quien Él es. Es coherente con Su naturaleza, con Su esencia. Capítulo 1,

versículo 1: “Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios, nuestro Salvador.” Capítulo 4,

versículo 10: “Dios, quien es el Salvador.” Primera de Tesalonicenses, Pablo escribe en el

capítulo 5, versículo 9: “Dios no nos ha puesto para ira sino para tener salvación.” Tito 1:3:

“Sino que a su debido tiempo, ha manifestado Su palabra a través de la predicación que me

ha sido encomendada a mí a través del mandamiento de Dios nuestro Salvador.” Tito 2:10 de

nuevo, “la doctrina de Dios nuestro Salvador”. Tito 3:4: “El amor y la bondad de Dios nuestro

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Salvador.” Y después, en esa maravillosa bendición que cierra la breve epístola de Judas: “Al

único sabio Dios nuestro Salvador.”

Como puede ver, se hace referencia de manera repetida a Dios como Salvador. Eso es

esencial a Su naturaleza. Él es un Salvador así como Él es un creador y un sustentador. Dios,

nuestro Salvador. Y esa teoría antigua de que el Dios del Antiguo Testamento es un ogro que

juzga a los hombres y el Cristo del Nuevo Testamento es el Salvador simplemente no es real.

Es Dios el Salvador quien envió a Cristo a llevar a cabo la obra que salvaría, pero el propósito

salvador está en el corazón de Dios.

Alguien podría decir ‘bueno, ¿acaso el Antiguo Testamento enseña que Dios es un Salvador?’

¡Sí! Escuche simplemente un ejemplo en 2 Samuel 22, versículo 3: “El Dios de mi roca, en Él

confiaré. Él es mi escudo y el cuerno de mi salvación. Mi torre alta y mi refugio, mi Salvador,”

2 Samuel 22, versículo 3. Y lea el Salmo 106 y recuerde Isaías 33:3: “Yo soy Jehová tu Dios,

el Santo de Israel, tú Salvador.” Versículo 11: “Fuera de Mí no hay Salvador.” Escuche, Dios

en Su esencia más profunda y más genuina anhela salvar a los hombres de sus pecados. Y

María, cuando estaba glorificando a Dios en ese hermoso magnificat, clamó después de oír de

la maravilla de la creación de Dios en ella en Lucas 1:47 y dijo: “Mi Espíritu se goza en Dios

mi Salvador,” y ella reflejó el sentimiento más profundo y cálido de cualquier judío del Antiguo

Testamento, cualquier judío verdadero, eso clama a Dios anhelando glorificar Su nombre al

llamarlo con ese nombre que sobre cualquier otro nombre se relaciona con los pecadores,

Dios mi Salvador. Dios es un Salvador.

Entonces, cuando vamos y oramos por los perdidos, estamos orando de una manera que es

recibida con gusto, y aplaudida por Dios porque Él es - en primer lugar y sobre cualquier otra

cosa - un Dios salvador. Eso es coherente con quien Él es. Eso es coherente con Su voluntad.

Y el hecho de que aquí en el texto hay algo de polémica también es debido a que en la cultura

romana, el César se llamaba a sí mismo soter. Esto es la palabra griega para Salvador. Y

encarnaba la idea de que César era el salvador. Y dentro de la provincia romana, él era el

gran salvador de los hombres quien proveía paz y orden, prosperidad y protección. Lo que

Pablo está diciendo en contraste a la secta de César como el salvador es Dios nuestro

Salvador. Ellos tienen su salvador, nosotros tenemos a Dios nuestro Salvador. Ésa es Su

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naturaleza. Y debido a que Él es Dios nuestro Salvador por naturaleza dice el versículo

cuatro, debido a que él es Dios nuestro Salvador, Él quiere que todos los hombres sean

salvos. Eso es obvio. Él es el Salvador de todos los hombres. Él es nuestro Salvador.

Pero ése no es el fin de esto. Él no sólo está diciendo que Él es el Salvador de nosotros que

ya somos salvos. No, no, el cual quiere que todos los hombres. ‘¿Usted quiere decir que Dios

quiere que todos los hombres sean salvos?’ Eso es correcto. Él quiere que todos los hombres

sean salvos. La palabra salvos quiere decir liberados, rescatados de la ira y el juicio divino.

Usted dice ‘¿entonces quiere decir que Dios realmente quiere que todos los hombres sean

salvos?’ Ése es su deseo.

Permítame mostrarle eso en el Antiguo Testamento. Pase, en primer lugar, a Isaías 45 y

simplemente le voy a dar una rápida mirada a unos cuantos versículos. Isaías 45:22,

simplemente escuche esto. No lo podemos pasar por alto. De regreso al versículo 21,

simplemente no puedo resistir esto: “Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en

consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino Yo

Jehová? Y no hay más Dios que Yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de Mí.” Así como

Él es un Salvador, mire lo que Él dice, versículo 22: “Mirad a Mí, y sed salvos, todos los

términos de la tierra, porque Yo soy Dios, y no hay más.” El punto es que si alguien sobre la

faz de la tierra va a ser salvo, solamente hay un Dios que lo puede hacer. Entonces, todos los

fines de la tierra deben llamarlo a Él porque no hay otro Salvador.

Observe el capítulo 49, versículo 6 de Isaías. Y él le dice al pueblo de Israel y realmente

través de la obra del Mesías: “… también te di por luz de las naciones, para que seas Mi

salvación hasta lo postrero de la tierra. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel…” Ese es el

diseño de Dios.

La invitación entonces llega en el capítulo 55, versículo 1: “A todos los sedientos…”Oigan

todos, todo el que tiene sed. ¿Quién es ese? ¿Cuántas personas en el mundo tienen sed de

salvación? ¿Cuántas personas tienen sed de salvación? Todo el mundo la tiene. Es el retrato

de alguien sin agua, toda persona sin Cristo que no tiene agua, toda persona sin salvación no

tiene agua; y entonces, toda persona tiene sed. Todos ustedes que tienen sed por todo el

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mundo, “Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid,

comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.” Llamado universal.

Ahora, observe Ezequiel capítulo 18 y quiero que vea de nuevo a partir del Antiguo

Testamento el propósito salvador de Dios que es mundial, para los fines de la tierra. En

Ezequiel 18, versículo 23, hay dos preguntas que se hacen aquí. Aparecen, al principio, como

preguntas retóricas. Más adelante, él las responde. Ezequiel 18 23: “¿Quiero Yo la muerte del

impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?” ¿Encuentra placer

en que el impío muera? ¿Encuentro placer en que no regrese y viva? Observe en la mitad del

versículo 30: “Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la

iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis

pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de

Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y

viviréis.” ¿Ustedes piensan que esa es Mi voluntad? Dios no se agrada con la muerte y la

condenación de personas impías.

Observe el capítulo 33 de Ezequiel. Él clama. Nuevamente, capítulo 33, versículo 10: “Por

tanto, tú, hijo de hombre,” la palabra viene a Ezequiel, “habla a la casa de Israel y diles,” aquí

está la Palabra de Dios, “si nuestras trasgresiones están sobre nosotros y estamos en ellos,

¿cómo entonces viviremos?” Vamos a morir. Pero en el versículo 11: “Mientras Yo vivo, dice

el Señor Dios, no me agrado en la muerte del impío, sino que el impío se convierta de su

camino y viva; convertíos, convertíos de vuestros malos caminos ¿por qué moriréis, oh casa

de Israel?” Es el mismo clamor apasionado.

Ninguna teología bíblica que pueda enseñar que a Dios le agrada la condenación del impío.

No hay teología que pueda enseñar que Dios no quiere que todos los hombres y en todo lugar

sean salvos, porque Dios, en Hechos 17, ha llamado a todos los hombres en todo lugar a

arrepentirse. Porque Dios, en Juan 3:16, ha amado de tal manera al mundo entero, porque

Dios le ha dicho a Sus apóstoles y profetas que lleven el mensaje de salvación hasta los fines

de la tierra. Y el infierno mismo, dice la Biblia, fue preparado para el diablo y sus ángeles, ni

siquiera para los hombres originalmente. No, el deseo de Dios es dado aquí. Vaya de regreso

nuestro texto, 1 Timoteo. Debido a que Dios es un Salvador, Él quiere que todos los hombres

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sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Esa es otra manera de decir salvación. La

salvación ocurre cuando usted viene al conocimiento de la verdad. La palabra conocimiento

aquí es este epignosis, significa un conocimiento rico, profundo, completo; y ése es el

conocimiento de la verdadera salvación.

Es usado cuatro veces en estas epístolas pastorales. En 2 Timoteo 3:7 habla de personas que

tienen una forma de piedad, pero no tiene realidad, que están siempre aprendiendo, pero

nunca pueden llegar al conocimiento de la Verdad, misma palabra. Y en Tito 1:1 comparando

la fe y el conocimiento, ambos elementos de la salvación, nuevamente se refiere al

conocimiento de la Verdad.

Entonces, lo que él está diciendo aquí es que la voluntad de Dios es que todos los hombres

sean salvos y la salvación viene a través del conocimiento verdadero, profundo de la Verdad

salvadora, el Evangelio, la obra de Cristo. Y ésta puede ser una respuesta a algunos judíos,

quienes estaban diciendo que Dios quería la condenación de los herejes. Había judíos que

creían que Dios quería la condenación de los gentiles en general. Y después, estaba esa

perspectiva gnóstica, pregnóstica de que Dios quería la condenación de los que no eran parte

de la élite, las personas que nunca alcanzaron un conocimiento místico. Y él, aquí enfrenta

eso. Y él dice: “‘Escuchen, Dios lo quiere porque Él por naturaleza es un Salvador. Él quiere

que todos los hombres sean salvos a través de venir al conocimiento completo de la verdad

salvadora en Jesucristo.”

Y quiero cerrar al tomar la palabra ‘quiere’ y quiero que escuche con atención. ¿Qué tipo de

querer es este? Porque alguien de este versículo y dice: “Oh, Dios quiere que todos los

hombres sean salvos.” Le voy a decir algo: “Dios quiere lo que quiere, Él está a cargo.” Por lo

tanto el universalismo se enseña aquí. Esto es que, en últimas, toda persona será salva

porque esa es la voluntad de Dios y así lo dice aquí.

Otras personas dicen: “No, no, no, no, la Biblia nos puede enseñar del infierno y la Biblia

enseña que la gente va a estar ahí para siempre, entonces algunas personas no van a ir al

cielo. Por lo tanto, cuando dice que Dios quiere que todos los hombres sean salvos, no quiere

decir ‘todos los hombres’. Simplemente significa algunos hombres porque después de todo,

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Dios va a hacer lo que Él quiere y Él no puede salvar a todos porque el infierno está ahí y

algunas personas están ahí. Entonces, Él tiene que salvar a todas las personas que quiere

salvar, por lo tanto no quiere salvar a todas las personas. ‘Todos’ no significa todos, debe

significar algunos.

No creo que usted necesite hacer alguna de esas dos cosas. Creo que lo que usted necesita

es entender la palabra “quiere.” La palabra es thelo. Hay dos palabras básicas para querer,

thelo, querer y boulomai. Thelo refleja la voluntad de deseo que emana del sentimiento y la

inclinación. Boulomai habla de la voluntad que viene a partir de determinación precisa. No

está diciendo que Dios ha determinado en el sentido boulomai, que Él ha determinado de

manera precisa la salvación de todos los hombres y ése es un hecho soberanamente

determinado y por lo tanto toda persona va a ser salva.

Lo voy a decir de manera muy simple. ¿Hay algunas cosas en su vida que violan la voluntad

de Dios? Sí. Pero todavía entendemos que hay una voluntad de Dios que se está cumpliendo

y es inalterable. Ésa es la voluntad de Su predeterminación soberana precisa. Pero la

voluntad del deseo de su corazón, su voluntad moral es violada todo el tiempo por la gente,

inclusive por usted y por mí. Cuando yo peco, no es la voluntad de Dios. Dios no quiere que

yo peque. ¿Pecó? Sí. Entonces, ¿puedo romper la voluntad de Dios? Si, y lo hago todo el

tiempo. Y también lo hace usted y también el mundo entero. Dios quiere la salvación de todos

los hombres desde el punto de vista moral. Ésa es la razón por la que Él manda a todos los

hombres, en todo lugar, a que se arrepientan. ¿Por qué entonces Dios le diría a Israel: “¿por

qué morirás?” Dice, no tiene que morir, ¿verdad? Oíd, todo el que tiene sed, venga y beba.

Y los hombres pecan y se van al infierno no porque es el propósito soberano expreso de Dios

para ellos. Se van al infierno porque negaron la voluntad de Dios en su vida. Él los llama a

arrepentirse. Él los llama a ser salvos. Si alguien va al infierno va ahí no porque sea la

decisión predeterminada de Dios, sino por el rechazo de Jesucristo. Eso es lo que él está

diciendo. Él quiere que todos los hombres sean salvos.

Yo creo en la soberanía de Dios, yo creo en la elección, yo creo en la predestinación, amados,

y también creo que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y por su decisión, por la

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decisión de ellos, no son salvos y ésa es la responsabilidad de ellos, no la de Dios. Y si usted

me pregunta cómo es que esas dos cosas armonizan, le voy a decir que nuestro primer día en

el cielo voy a explicarle todo. Pero yo sé esto: Dios tiene un corazón quebrantado porque Él

desea la salvación de todos los fines de la tierra. ¿Por qué otra razón lloraría Jesús por

Jerusalén? “Cuantas veces quise reunirte pero no quisiste.” Él dijo eso. No quisieron. ¿Por

qué morirás? ¿Por qué rechazarás?

Bueno, orar por los perdidos, esencialmente. Uno, porque es correcto. Dos, porque es

coherente con la voluntad de Dios. Entonces, debemos interceder por todos los hombres,

porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos y porque es su mayor bienestar tanto

ahora como para siempre. Oremos.

Señor Dios, ¡qué palabra tan clara nos has dado! Gracias aún por los misterios profundos no

resueltos de la soberanía y la elección humana. Gracias porque Tu mente es mucho más

grande que la nuestra. Pero gracias, Padre, por la palabra clara de que debemos orar por los

perdidos. E inclusive entre nuestros líderes, que al estar consumidos con su bienestar, al estar

consumidos con su salvación, al tener una compasión profunda, al estar inmersos en su

condición de pérdida misma, percibiendo la necesidad profunda de su alma, que puedan ver

nuestro amor, que puedan ver la santidad en nuestras actitudes y actos para que podamos

vivir esa vida quieta y reposada que pueda contribuir a la extensión del Evangelio y lo haga

atractivo.

Ayúdanos hacer eso, Señor, porque es lo correcto, porque es bueno y porque es lo que Tú

eres, Tú eres un Salvador y Tú quieres que todos los hombres sean salvos. Y nos entristece y

lloramos contigo porque tantos rechazan. Dios, oramos por los perdidos, por los perdidos aquí

en esta mañana, por aquellos que no tienen al Salvador, aquellos que están en nuestra

comunidad, aquellos que están en liderazgo alrededor del mundo. ¡Oh Padre, billones de

personas, sálvalos! Y haz que la Iglesia esté preocupada con este ministerio de la oración

intercesora a favor de los perdidos, los no salvos, aquellos que no han sido rescatados del

castigo eterno. Sálvalos, Señor, para que Tú seas alabado, para que ellos sean bendecidos,

para que la Iglesia pueda ser fortalecida. Y te lo agradeceremos. Amén.

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Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org

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