La Panoplia Guerrera de La Necrópolis de Villanueva de Teba

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  • 7/23/2019 La Panoplia Guerrera de La Necrpolis de Villanueva de Teba

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    Gladius XXV, 2005, pp. 5-82

    LA PANOPLIA GUERRERA DE LA NECRPOLISDE VILLANUEVA DE TEBA (BURGOS)*

    POR

    IGNACIOR UIZVLEZ

    R ESUMEN- R SUMLa necrpolis de Villanueva de Teba, aunque escasa en nmero de tumbas pues son 35, destaca por el eleva-

    do nmero de ellas con armas. Sin embargo la panoplia guerrera es sencilla: pual, escudo, punta de lan-za/regatn y cuchillo. Carece de espadas. Estas caractersticas son tpicas de los momentos finales de la Edad delHierro. Pero la tipologa de algunos elementos da carcter a esta necrpolis, sobre todo la de los puales. Ade-ms, hay otro elemento peculiar, la presencia en muchas tumbas de arreos de caballo.

    La ncropole de Villanueva de Teba, mme si le nombre de ses enterrements nest pas lev (il y en a 35),est remarquable par le grand nombre dentre eux qui contiennent des armes. Cependant, la panoplie est simple : poignard, bouclier, fer de lance, bouterolle et couteau. On ny trouve pas dpes. Ces caractristiques sont pro- pres aux derniers moments de lge du fer, mais la typologie de certains lments, surtout celle des poignards,donne du caractre cette ncropole. Il y a aussi un autre lment particulier: la prsence de harnais (mors decheval notamment) dans de nombreux enterrements.

    PALABRAS CLAVE- K EY WORDS Necrpolis, panoplia, pual tipo Villanueva de Teba, umbo tipo Monte Bernorio, finales Segunda Edad del Hierro.Cemetery, weaponry, Villanueva-type dagger, Monte Bernorio type shield boss, Second Iron age.

    EL CASTRO Y LA NECRPOLIS DEVILLANUEVA DETEBA.

    Desde el punto de vista geomorfolgico el emplazamiento de la necrpolis, en el pagodenominado La Cascajera, corresponde a una superficie amesetada de planta triangular conuno de sus vrtices orientado hacia el norte donde se encuentra la mxima altura y un bascu-lamiento muy suave hacia el sur en el que se ha encontrado la necrpolis. Esta superficietriangular aterrazada tiene unas dimensiones de 250 m en la base y una altura de 500 m.aproximadamente. Es decir, corresponde a un espacio ligeramente superior a las 6 ha.

    Como podemos ver, una serie de elementos morfolgicos permiten individualizar la ne-crpolis del contexto fsico distinguindole del entorno. La superficie excavada, dividida encinco sectores, se encuentra en la base de ese tringulo alcanzando unas dimensiones deaproximadamente 3000 m2, destacando el Sector E con 24 tumbas y 1.500 m2. El resto no proporcion ninguna tumba, salvo la n 20 que se descubri ms al norte y lejos del reaexcavada. Se abrieron las correspondientes zanjas en sentido este-oeste porque algunos

    *

    Los dibujos son originales de la Direccin General de Patrimonio de la Junta de Castilla y Len.

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    hallazgos superficiales permitan una posible alineacin en ese sentido pero este hecho que-d reducido a las ocho primeras ya que las dems parecen no responder a un criterio ordena-do en su disposicin. El proceso de excavacin se desarroll sin grandes problemas metodo-lgicos porque slo se puede hablar de una estratigrafa horizontal sencilla ya que todas lastumbas se presentan en un mismo plano con la particularidad de que bastantes de ellas hansido descabezadas por la reja del arado cuyos restos permitieron desvelar la existencia delyacimiento. Todas las tumbas se asientan en un nivel de tierra arcillosa y canto rodado que secorresponde con la naturaleza edfica superficial de La Bureba. Algunas llegaban a rozar unnivel inferior de arcilla amarillenta adonde no ha llegado la reja del arado.

    La necrpolis de La Cascajera se excav a comienzos de los 80 del siglo pasado sacandoa la luz 35 tumbas con un rico y variado ajuar. Los trabajos de excavacin fueron dirigidos por los Drs. Jos Antonio Absolo lvarez y Juan Carlos Elorza Guinea. El contexto de lanecrpolis es muy peculiar ofreciendo un carcter nico respecto a sus coetneas tanto delmbito celtibrico, en sentido amplio, o del resto del alto valle del Ebro (La Hoya, Carasta).

    Si bien hay un fondo que es comn a todas las necrpolis de los mbitos citados porque lasformas del rito son similares, si no idnticas, la tipologa de los objetos integrantes del ajuarson peculiares y con pocos paralelismos con sus congneres. Esta individualidad tipolgicaes la que impide precisar aspectos concretos en su cronologa.

    Las tumbas consisten en un simple hoyo de boca circular de un dimetro de 50-60 cm yuna profundidad de 60-70 cm. Carecen de urna pero se acompaa de un vaso funerario hechoa mano, de tendencia globular y tamao pequeo con la pasta poco cuidada. Al lado se ubi-can las cenizas y los huesos que en algn enterramiento ocupan, curiosamente, lugaresdistintos. Las cantidades de cenizas y huesos son pequeas, quizs porque son el resultado deuna seleccin de los mismos. Sobre estos elementos se colocan, siempre tumbados, los otrosobjetos integrantes del ajuar, constituido por diversos tipos de placas (Bureba, rectangularesibricas, grandes placas), fbulas (anulares hispnicas de puente ancho abombado y unifor-

    me, de cazoleta, de apndice de botn, de la Tne), puales (de tipologa especfica), umbosde escudo, arreos de caballo, cuchillos, puntas de lanza, etc. No ha aparecido ninguna espa-da, lo cual no tiene que resultar sorprendente porque en las necrpolis de estas tierras no se haencontrado ninguna, o al menos, que se sepa. Por otro lado, puede ser un indicador de crono-loga avanzada. La tumba se sellaba con una banda perifrica de cantos rodados rodeando laboca, que en algunos casos, llega a cubrir toda la boca e incluso parte del perfil de la tumba.

    Dos hechos destacan de esta necrpolis desde el punto de vista formal. Por un lado, casitodas las tumbas presentan algn elemento del ajuar, cuando es frecuente que muchas deellas no den ningn material en otros mbitos geogrficos y culturales. Por otro, este ajuar esmuy peculiar, sin parangn con las necrpolis sincrnicas del valle del Ebro y de toda laMeseta. Muchos de sus objetos responden a tipologas nuevas que no encajan en el marcoconocido. Esto resulta ms sorprendente cuando no encontramos elementos de cultura celti-brica, salvo la fbula de caballito procedente de prospeccin. No han aparecido formas tor-neadas cuando sabemos que la celtiberizacin de La Bureba fue muy intensa.

    Si destacan los puales porque estn presentes en las tres cuartas partes de las tumbas, noes menos sorprendente el hecho de que los arreos de caballo (bocado, muserola, agarradores)aparecen en el 40 % de las tumbas. Hay bocados de camas circulares, de camas rectas, lobu-lados con desveno en algn caso, agarradores de diversa naturaleza y muserolas con una placa de bronce interior decorada. La presencia de arreos de caballo en estos enterramientosdota a esta necrpolis (o sector de la necrpolis) de un carcter especfico en la que el bino-mio persona-caballo alcanza un nivel de asociacin poco conocido en el mundo prerromanode la Pennsula.

    Con estos datos es muy difcil dar una cronologa precisa pero hay ciertos elementos que,

    al menos, nos pueden ubicar esta necrpolis en una cronologa avanzada de la Segunda Edad

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    del Hierro. Por un lado, parece claro que en el yacimiento asistimos a un proceso de sustitu-cin de las placas tipo Bureba por las rectangulares ibricas. Aquella slo est presente en latumba 22 (adems de otra de prospeccin), asociada al nico pual tipo Monte Bernorio pro-cedente de excavacin. Esta tumba sera la ms antigua en un contexto cronolgico del sigloIII, avanzado incluso. Por otro, la concepcin de los puales, el dominio absoluto de las pla-cas ibricas, la fbula de La Tne, las fbulas anulares hispnicas y los resortes de algunasfbulas de cazoleta y de apndice de botn, las fbulas o broches de omega y las similitudescon contextos tardos de otras necrpolis, nos permiten determinar que nos encontramos antefechas avanzadas dentro de los siglos II e incluso I a.C.

    Por analoga con otras necrpolis, no slo del rea celtibrica de la Meseta Oriental, sinode los vacceos o de los vetones, sabemos que la de Villanueva de Teba no est muy alejadadel poblado; nunca ms de 2 km aunque habitualmente es a menos de 1,5 km. En todos loscasos se demuestra una relacin visual entre aquella y el poblado indicando la importanciade la ciudad de los muertos en aquella poca. Al noroeste de la necrpolis se encuentra unaltozano denominado La Atalaya , situado a 1.200 m de distancia en el cual se han encontra-do abundantes restos que se corresponden con contextos arqueolgicos de Cogotas I, de laPrimera Edad del Hierro y de poca medieval. Algunas cermicas celtibricas parecen con-firmar la sincrona con la necrpolis. En el cerro prximo, en el trmino conocido como La

    Llana, se encontraron abundantes restos de poca romana perteneciendo a un asentamientode tipo villa o quizs la mansinVindeleia (Houston: 1974, 423-424, Absolo: 1985, 318,Campillo: 1999, 20-25).

    Aunque ha sido el tema de nuestra Tesis Doctoral (Ruiz Vlez: 2002) ya avanzamos al-gunos aspectos de ella referidos tanto a una visin general del yacimiento (Ruiz Vlezet alii :1998; Ruiz Vlez: 2001, 85-104) como al estudio preliminar de algunas de las piezas msrepresentativas; as se han abordado trabajos especficos sobre los puales (Ruiz Vlezetalii : 1997, 273-303) y las placas rectangulares ibricas (Ruiz Vlezet alii: 1999, 297-306).

    LOS PUALES

    Los puales estn presentes en 25 tumbas (de las 35) lo cual representa el 714 %, cifrarealmente alta en comparacin de cualquier otra necrpolis del segundo Hierro; pero debetenerse en cuenta que estas cifras son poco expresivas porque no se ha excavado toda ella y por lo tanto es un dato muy sesgado. Tambin hemos de tener en cuenta el saqueo de estecementerio pues piezas procedentes de este yacimiento se han visto en lugares alejados deaqu y en colecciones particulares.

    Tres aspectos generales sealaramos de estos puales que les hacen muy distintos de losdems. Por una parte su vinculacin al cinturn, pues forman una pieza nica ya que los sis-temas de anclaje son fijos; de otra parte, estos son peculiares pues posibilitan llevar el pualinclinado unos 45 para permitir un desenfunde ms rpido; finalmente, ciertos elementosmorfolgicos especficos que le otorgan una singularidad aunque manteniendo elementos deconexin con el resto de las culturas de este mbito cltico y otros que son exclusivos de estanecrpolis. Ya hicimos un breve estudio sobre las grandes novedades de esta tipologa deVillanueva de Teba (Ruiz Vlez y Elorza: 1997, 273-303).

    Adems de estos tres rasgos bsicos, debemos sealar que se da un aspecto comn y es elaparecer un nico ejemplar en cada tumba, salvo las n 12, 17, 22 y 27 en las que hay dos piezas o evidencias de haber sido dos. Por otro lado, y en consonancia con lo expuesto ante-riormente, siempre que hay un pual estn las placas, o alguna de ellas, del cinturn que re-cuerdan las detipo Hundersingen por sus paralelismos con estas piezas hallsttticas (Kiliam-

    Dirlmeier 1972: 35-37, lms. 16 y 17). No aparecen placas de cinturn en las tumbas n 8,

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    15, 16, 25, 27 33 y 34, circunstancia que se debe a que muchas tumbas han sido semibarridas por la reja del arado eliminando parte de los materiales de muchos ajuares. Por otra parte, el pual y la vaina estn presentes en la mayora, salvo en las tumbas n 2, 16 y 27 en las queslo est el pual, y en la tumbas n 8 y 13 en las que se encontr nicamente alguna placade la vaina.

    Son puales cortos aunque hay algunos que presentan medidas no habituales. La hojams larga (sin espiga) es la n 2, de prospeccin que alcanza los 28,5 cm; 27 cm tiene la n 5de prospeccin; 24 cm tienen la n 4 de prospeccin y de la tumba 22; y 23 cm la pieza n 16de prospeccin. Los dems presentan una longitud inferior a 20 cm, siendo la hoja ms pe-quea la de la tumba 2, con 16 cm. La espiga alcanza una longitud entre los 11 y los 14,5cm. Son por lo tanto, empuaduras de reducidas dimensiones, razn por la que pensamos queson piezas de funcin especfica, indicadoras, por tanto, de status o pertenencia a un grupode prestigio. Las vainas superan en 3-4 cm la longitud de la hoja.

    La tipologa de los puales de Villanueva de Teba est emparentada con la de algunos

    modelos de los momentos finales del segundo Hierro (tipo frontn o de Alpanseque y biglo-bular o de tipo Uxama) pero los nuestros presentan muchas peculiaridades derivadas de lacomplejidad del montaje, sobre todo de la empuadura, que les apartan de sus parientes tipoMonte Bernorio y los citados anteriormente. Esta complejidad nos hace pensar que no fueronobjetos de uso cotidiano sino para grandes celebraciones, ya civiles, ya religioso-funerarias,aunque B. Grio (1989: 91) piensa lo contrario. Los nuestros ofrecen una singularidad, de-terminando que cada ejemplar sea un tipo distinto, como que no significan una produccinestandarizada sino especfica, ajena a su diseo formal, aunque en casi todos hay unas lneasestructurales bsicas que se complementan con detalles derivados del elevado nmero deelementos que integran su composicin.

    Hemos distinguido cuatro tipos de puales: el tipo Monte Bernorio que marcara los co-mienzos de la necrpolis; el tipo II, una especie hbrida entre el anterior y el especfico de

    Villanueva; el tipo III tambin peculiar pero con una concepcin que remeda al biglobular; yel tipo IV, el ms abundante y comn de Villanueva.

    GRUPO I. PUAL TIPO MONTE BERNORIO.

    Tumba 22: (Lam. I; fig. 2)

    1. Hoja de hierro de 12 cm de longitud conservado y 2,5 cm. de mxima anchura conser-vada y el pequeo arranque que queda de la espiga. Es de seccin biconvexa.

    2. Pomo formado por dos piezas simtricas, ligeramente curvadas, de 9,8 cm de longitudy 2,8 de anchura rematadas en apndice con un botn en los arriaces. Ambas placas seunen con dos pernos que serva de enlace al puo.

    3. Fragmento de lavaina , de hierro, correspondiente al tercio inferior, formada por losfragmentos de dos placas afrontadas convexas, montadas la una sobre la otra y rema-tadas en la contera circular igualmente formada por la prolongacin de ambas placas.Su dimetro es de 2,4 cm.

    4. Guarda de la empuadura constituida por dos piezas de hierro simtricas trapezoidalesopuestas y curvadas que se unen con dos pernos de hierro. En la mitad inferior presen-ta la tpica escotadura donde se embuta la lengeta de la embocadura del pual.

    6. Cuatrobotones de las orejetas , para remachar el sistema de anclaje, de forma bitroncoc-nica, como es habitual en estos puales. Pertenecen a la parte de la vaina que falta.

    7. Tahal de hierro, curvado y rematado en garfio, de 24 cm de longitud y 1,6 cm de an-

    chura que se completa en el tercio superior con el ensanchamiento tpico, de 2,4 cm de

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    anchura. Presenta dos acanalados longitudinales en la parte estrecha que estn decora-dos con sendas lminas de bronce embutido.

    En posicin secundaria:

    1. Vaina de pual de hierro, de 19,1 cm de longitud y 3 cm en la embocadura. Est for-mada por dos lminas convexas, simtricas, que ya fue publicada por B. de Grio(1989: cat. 96, fig. 100). Tiene dos los remaches de orejetas y la contera circular deco-rados (fig. 1, 1 Lam. II).

    2. Guarda de la empuadura de forma naviforme y de una sola pieza, de 3 cm de longi-tud por la parte inferior donde se encuentra la embocadura y que podra correspondercon casi toda seguridad a la hoja n 10 de prospeccin, de 11 cm de longitud conser-vada, de seccin losngica y espiga de seccin circular de 9 cm de longitud. La guardaest decorada con un sogueado de tres lneas en sentido longitudinal. Esta guarda y esa

    hoja pueden pertenecer a la vaina de prospeccin, pues la anchura de la embocadura yla longitud de la guarda es la misma y adems muestran concordancia decorativa.3. Dos fragmentos distintos de las lminas convexas de sendasvainas , de hierro. El pri-

    mero conserva una decoracin sogueada de las mismas caractersticas que los casosanteriores. El segundo mantiene un remache de la orejeta bitroncocnico en bronce.

    4. Contera circular y arranque de la vaina que parecen de una sola pieza.5. Tahal de hierro de 33 cm de longitud con garfio en un extremo y engrosamiento en el

    tercio superior del otro extremo. Por el reverso es plano y por el anverso tiene un aca-nalado longitudinal decorado con una hilada de eses. La parte ancha presenta dos aca-nalados longitudinales lisos. Incluso tiene una perforacin quizs para aadir otra pie-za. Aunque est roto, no lleva ms agujeros para hacer ensamblajes. (fig. 1, 8).

    6. Hoja de las mismas caractersticas que la anterior de la que slo se conservan 10,40 cmde la hoja y el arranque de la espiga. Carece de la lengeta en el arranque de la espiga.

    Todas estas piezas son especficas del pual tipo Monte Bernorio (fig. 2). Correspondenal Tipo IV de Grio (1989: 42-44), alTipo III de Quesada (1997: 287-290) y al modelo de la

    Fase de Expansin de C. Sanz Mnguez (1990a: 180-187; 1997: 434-439). Las hojas sonrectas, es decir, no son tendentes al perfil pistiliforme ni con estrangulamiento en el tercioinferior, y la vaina especfica de esa fase de Sanz que coincide con fechas avanzadas comovamos a ver. Es decir, la cronologa de las piezas estudiadas hasta ahora es similar a la de los puales que se pueden comparar con los de otras zonas.

    Esta Fase de Expansin corresponde con los momentos ms importantes del pual de ti- po Monte Bernorio porque es cuando alcanza mayor difusin (Sanz Mnguez 1990a: figs. 1 y2; 1997: figs. 227 y 228) que cronolgicamente coincide con los siglos III, II y el I a.C. Unode los criterios que permiten clasificar estos puales en esta ltima fase es que reducen susdimensiones, en todos los ejemplos conocidos, por debajo de los 20 cm para la vaina, comoes nuestro caso.

    La guarda est constituida por dos piezas; una que, a su vez, est formada por dos ele-mentos y la otra que es maciza; pero son morfolgicamente idnticas y muy similares en eltamao. La escotadura para la embocadura de la hoja es ms pequea en la de la tumba 22 yalgo ms grande en la de prospeccin. Este sistema, frente a las cuatro piezas de los modelosanteriores, da ms consistencia a la empuadura, segn opinin de Sanz Mnguez (1997:181). La nica diferencia que constatamos respecto a las apreciaciones de este autor es quelas aletas de la embocadura de la vaina que tienden a desarrollarse, en nuestro caso se carac-terizan por lo contrario; es decir, por estar suavemente esbozadas. Las dos guardas de la em-

    puadura tienen 3 y 4 cm. de largo cada una, es decir, unas medidas pequeas frente a todas

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    las dems de esta fase de expansin, bien entendido que esa prolongacin de la embocadurase refiere a los modelos I y III de Grio, pero no al tipo IV que mantiene sus dimensionesms reducidas; lo cual es coherente porque nuestros modelos son del tipo IV.

    Solamente tenemos un pomo, el de la tumba 22 y presenta unas caractersticas especia-les, distintas a los dems. Los pomos ms desarrollados corresponden a los tipos I y III deGrio; frente al tipo IV que tienden a ser ms cortos. Tambin los hay rematados en discos,tpicos del grupo III de Grio, que pueden recordar, segn Sanz (1990a: 181) la esttica delas espadas de antenas atrofiadas y estructuralmente a los puales biglobulares. Nuestro po-mo no encaja en las versiones conocidas. Frente al dominio de las formas quebradas, el nues-tro tiende a las formas redondeadas. S que presenta la forma naviforme; es relativamentegrande pues alcanza casi los 9 cm de longitud. El desarrollo de la parte superior no es rectasino ligeramente convexa y por la parte inferior se desarrollan dos escotaduras que rematanen los arriaces con sendos botones de cabeza semiesfrica y un tema inciso en forma de cruzque nosotros llamamos cabeza Philips, por la similitud con la cabeza de ese tipo de tornillo.El tornillo se asienta sobre una arandela de bronce. Es un caso especfico.

    Las hojas que conocemos en Villanueva de Teba no son muchas y aparecen poco claras, pero algunas caractersticas podemos sacar. La hoja de la tumba 22 se encuentra muy dete-riorada por la oxidacin. Es de seccin biconvexa y parece que s pudo tener, con bastanteseguridad, la lengeta de prolongacin de la embocadura. Habra que sealar que la presen-cia de este elemento es caracterstica indispensable de las hojas de tipo Monte Bernorio-Miraveche. La nica hoja que presenta esa lengeta es la pieza n 10 de prospeccin que esde seccin losngica (de cuatro mesas), con 11 cm de longitud conservada y 9 de espiga deseccin circular. Podra adivinarse una cierta nervadura central, pero es difcil precisarlo. Yaapuntamos ms arriba que esta hoja podra corresponder a la guarda de prospeccin pues lamedidas coinciden. No nos atrevemos a incluir en este apartado de hojas de tipo Monte Ber-norio-Miraveche el n 9 de prospeccin porque no conserva la lengeta de la embocadura; esrecta, con desarrollo pistiliforme y nervadura central sin acanaladuras. La espiga es el nicocaso de seccin rmbica. Cosa muy peculiar en la necrpolis. La forma se aproxima ms altipo IV de Villanueva de Teba.

    La vaina es de perfil casi recto, salvo la embocadura y el descenso suave de la anchura enla mitad inferior. Est formada por dos partes simtricas idnticas convexas, afrontadas, for-mando una misma pieza con la contera. En las orejetas de la cara anterior presenta dos rema-ches de cabeza casi hemisfrica (tipo 2b de Grio), tambin de hierro, sin arandela. Lo ge-nuino de esta vaina radica en el sistema de anclaje al cinto, ya descrito por Grio (1989: 216)que es peculiar de este pual. Los remaches de la cara anterior sujetan por la cara posteriorotra chapa de hierro rectangular que ocupa la mitad de la vaina la cual tambin se sujeta porel otro extremo, a travs de una perforacin rectangular, a una hembrilla soldada a la vaina.Por esa hembrilla se cruza un pasador. Ese pasador tiene los dos extremos doblados en senti-do contrario. Por lo tanto, esa placa se fija desde dos puntos. Por el reverso de la contera, en posicin central, hay una hembrilla a la que ira enganchada una cadenita, al modo de algu-nos puales de tipo Monte Bernorio de La Hoya (Filloy, 1990: fig. 4). Esa disposicin delsistema de ensamblaje nos pone de manifiesto que el pual iba dispuesto de manera paralelaal tahal pero no en el hombro sino en la cintura, como pensamos nosotros que es ms razo-nable. En este sentido, la incurvacin del tahal nos indica que el mismo discurra por uno delos costados de la cintura. Por lo tanto el pual iba dispuesto horizontalmente en la dichacintura. El resto sera material de cuero para completar el cinturn. Este sistema ser susti-tuido, en la necrpolis de Villanueva de Teba, por otro mecanismo que implica, aun estandoel pual en posicin central sobre el abdomen, ms rapidez a la hora de desenfundar. Es elsistema tpico del modelo IV de esta necrpolis.

    Los botones de las orejetas estn presentes en los dos cuerpos de la vaina de la que aca-

    bamos de hablar, del tipo 2b, segn Grio. Los otros conservados son los de la tumba 22 de

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    los que hay cuatro del tipo 3, bitrococnicos pero que estn solos sin la vaina. Se entiendeque era una vaina con cuatro botones, sistema que tambin es tpico de la Fase de Expansindel pual.

    Los dos tahales, uno de prospeccin y otro de la tumba 22, morfolgicamente son idn-ticos, y aunque slo son dos hay que verlos como un elemento de unidad y de indicacin deque son de cronologa posterior, y en este caso ltimo, respecto a todos los dems. Corres- ponden al tipo VII de Grio (1989: 59, esq. 22) y se caracteriza por la incurvacin bastantegrande, longitud mayor que todos los dems, desarrollo paralelo en los dos tercios de su lon-gitud y remate en un ensanchamiento que unas veces es oblongado y otras un desarrollo msalargado como es el caso de los de Villanueva de Teba. Estos modelos suelen estar decora-dos, en nuestro caso los dos. Uno, el de prospeccin con los acanalados y una hilada longitu-dinal de eses; el otro con dos laminillas de bronce insertas en el hierro y dispuestas a lo lar-go. Estos motivos longitudinales nos recuerdan los acanalados y las secciones de algunasfbulas de apndice turriforme que aparecen asociadas a estos puales en Las Cogotas (Sanz

    Mnguez, 1990a: 183). En nuestro caso es ms evidente y reiterativo en todos los puentes delas fbulas de apndice de cazoleta. Este sistema encaja en el gusto esttico de que a travsdel relieve se crean juegos de luces y sombras implicando una concepcin artstica muy pe-culiar y reiterativa en esta necrpolis de Villanueva de Teba.

    Hasta hace bien poco, la dispersin de los puales de la fase de expansin se circunscri-ba a la zona meridional de la Meseta que correspondan a los tipos I y III de Grio salvo tresde La Osera, encuadrables en la fase de desarrollo. Ms recientemente los hallazgos se refie-ren a otras reas determinando que esta fase sea la de mayor difusin del modelo. Es el casode los hallazgos en el alto Duero como la tumba 30 de Ucero (Garca-Soto, 1989: 367-388),o los dos ejemplares de Almazn (Grio, 1989: cat. 121 y 122). En el Duero medio tenemoslos ejemplares de las tumbas 17, 30, 32, 33 y 35 de la necrpolis de Las Ruedas en Padilla deDuero (Sanz Mnguez, 1997: 434-439, fgs 91 y 192) y el ejemplar del poblado de El Soto deMedinilla consistente en una hoja triangular sin vaina pero conservando toda la empuadura(Escudero 1988, 40). Ms al norte tenemos evidencias en Palenzuela cuya necrpolis ha de- parado un ejemplar con discos en el pomo (Martn Valls, 1984: 40, fig. 14 n 2-3). En cam-bio, en Monte Bernorio no se han encontrado puales de esta fase. En la zona burgalesa, quenos afecta ms directamente, tampoco son muchos los hallazgos aunque se reducen a dosyacimientos. En la necrpolis de Miraveche los tres ejemplares conocidos aparecieron en lastumbas 22, 42 y 60 (Grio, 1989: cat. 60, 80 y 74 respectivamente); los dos primeros del tipoIII y los otros dos del IV. El otro yacimiento es el que nos ocupa ahora y est representado por la vaina entera de la que hemos hablado. Cerca de Villanueva de Teba tenemos la necr- polis de La Hoya en Laguardia (lava) (Filloy, 1990: fig. 4) la cual ha proporcionado variostahales y tres ejemplares de pual del tipo I, as como algunas piezas con contera de un solodisco asignables al grupo IV (Llanos, 1990: 138 y 142). Fuera de estas reas, como indicadordel grado de expansin alcanzada, habra que citar los ejemplares de Matienzo (Smith y Mu-oz 1984: lam. IV) o el de Caravias (Cabr, 1931: fig. 2, n 3-4), en la zona cntabro-astur oel de Cceres (Grio, 1989: cat. 97).

    Respecto a la cronologa, ya seal Sanz Mnguez (1997: 438), que no es nada fcil. Di-cho autor apunta que debe datarse desde finales del siglo IV, centrando su implantacin en elIII perdurando hasta el siglo II aunque habr que adaptar las fechas segn las regiones, comoes nuestro caso al que habr que sealar una cronologa relativamente tarda, dentro de esesiglo II. B. de Grio tambin se centra en esas cronologas (Grio 1986-87: 306; 1989: 103-104) y Garca-Soto (1989: 379). En el caso de la necrpolis de Miraveche en cuya tumba 31hay un pual, ste sera el ms antiguo de la necrpolis segn Martn Valls y Esparza (1992:

    264), fechado en el siglo IV. El ejemplar de nuestra necrpolis presenta un carcter residual;

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    es decir, de las ltimas producciones del gnero en nuestra necrpolis porque es suplantado por el modelo nuevo, dominante en toda la necrpolis ya que todos los dems presentan losrasgos comunes del tipo nuevo con ligeras variantes formales. Ya anteriormente nos atrevi-mos a dar una cronologa dentro del siglo III (Absoloet alii 1982: 26). De un rea prximaa esta procede un ejemplar (lvarez, Cebolla y Blanco, 1990: fig. 8, 1), una vaina, de formaidntica a la nuestra con contera de un solo disco y formada de dos placas, ricamente decora-das con tringulos al grenetti. Por la presencia de placas ibricas idnticas a las de Villanue-va de Teba y dos de esas grandes placas, exclusivas de dicha necrpolis, nos atreveramos adecir que proceden de la necrpolis burgalesa porque nos consta de la frecuente presencia deexpoliadores en este yacimiento. Otra pieza interesante es el tahal de la coleccin Fontaneda(Sanz, Escudero y Fontaneda, 1997: fig. 2) el cual presenta elementos de transicin hacia losnuevos puales que se generalizan en la necrpolis de Villanueva y con los biglobulares.

    Las cronologas dadas para la necrpolis de La Hoya entre mediados del siglo V y me-diados del siglo VI nos parecen excesivamente altas (Filloy, 1990: 24) y particularmente si

    se confirma que convivieron con puales biglobulares. Entonces, si La Hoya representa elmomento en que entran en competencia los puales de tipo Monte Bernorio-Miraveche, Vi-llanueva de Teba significa el momento en que el bernoriano es sustituido por los modelos deVillanueva de Teba. En este sentido hay unos argumentos cronolgicos interesantes; y sonlos que nos dan los modelos abulenses de Chamartn de la Sierra que aparecen asociados afbulas de torrecilla lateral con cabecera perforada. Esa asociacin se da en las tumbas 4, 509y 514 de la zona VI (Cabr, Cabr y Molinero, 1950: 183) que nos manifiestan una cronolo-ga de mediados del siglo III. Adems, las dos ltimas tumbas aparecen fosilizadas por eltercer recinto del castro cuya construccin se asocia a las campaas de Postumio (179 a.C) ode Viriato (155 a.C.) segn Martn Valls (1985: 129). La fase de desarrollo del pual estara poco representada en esa necrpolis y menos en otra necrpolis ms al sur, la de El Raso deCandeleda cuya cronologa ms moderna se situara a mediados del siglo III a.C. (Fernndez

    Gmez, 1986: 984) cuando an no haba llegado los influjos bernorianos a estas latitudes.Estos hechos nos ponen de manifiesto el marco de relaciones comerciales del rea septen-trional y cmo y de qu manera llegaron a las tierras del sur de la cuenca del Duero. Estosargumentos son vlidos para situar cronolgicamente el ambiente cultural de nuestra necr- polis. En consecuencia, para el origen de Villanueva de Teba habra que pensar en cronlogassimilares a esas, desde este punto de vista. A esas fechas del siglo II nos apunta tambin elejemplar citado anteriormente de El Soto de Medinilla que apareci asociado a una fbula decaballito procedente de los cenizales que se sitan a lo largo del siglo II sin descartar el finaldel siglo anterior (Escudero, 1995: 198).

    Cierto paralelismo con la contera de la tumba 22 tendra la de la tumba 30 de Las Ruedas(Sanz Mnguez, 1997: 81, fig. 73) que C. Sanz fecha a inicios del siglo III articulando la crono-loga del pual, la de las pinzas depilatorias y ciertas decoraciones impresas. Habra que pensaren esas fechas para buscar el comienzo de la necrpolis de Villanueva de Teba, o al menos noanterior a ella. La tumba 32 dio un pual espectacular por su decoracin a base de temas envisin cenital los cuales Romero y Sanz (1992: 453-471) sitan en fechas tardas del siglo Ia.C. pero que en este caso, dichos puales no se pueden rebajar ms del siglo II a.C.

    Es precisamente en esos momentos cuando la necrpolis de Villanueva de Teba desarro-lla su potencial cultural manifestado en esos objetos con una tipologa especfica.

    La historia de la investigacin de este tipo de pual es muy antigua y por eso ha sido elarma ms estudiada. Se inici su identificacin cuando Cabr (1916: 1-16; 1920: 5-34) defi-ni las caractersticas del tipo. Poco ms tarde realiz una seriacin tipolgica (Cabr, 1931:221-241) que luego se complet con un estudio cronolgico por este autor (Cabr y Cabr

    1933: 37-45) y por Garca Bellido (1933: 144-146) el cual quiere buscar orgenes centroeu-

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    ropeos para el pual frente a los itlicos de otros investigadores. Schle (1969: 108-112)culminara esta primera etapa de investigaciones. Durante la dcada de los 80 y 90 comien-zan a aparecer una serie de trabajos que van puntualizando muchos aspectos hasta culminaren concienzudos estudios sobre su problemtica, aunque quedan todava muchas cosas pordefinir. Los trabajos de catalogacin y seriacin tipolgica continuaron con los Cabr (Cabry Morn, 1982: 74) y Grio (1989: 35) que han sido punto de referencia bsico para ulterio-res investigaciones una vez que han sido desmenuzados los aspectos formales. Esta autoraincorpora puales inditos de La Osera, las Cogotas, Miraveche, Almaluez y la vaina de Vi-llanueva de Teba a la que nos hemos referido. Pero los trabajos ms interesantes y completos por sus implicaciones cronolgicas, seriales y secuenciales han sido llevados a cabo por SanzMnguez (1986: 25-46; 1990a: 172-187; Sanz, Escudero y Fontaneda, 1987: 79-93; Sanz,1997: 427-439), con algunas aportaciones como las de Martn Valls y Esparza (1992: 259-279), Garca-Soto (1989: 367-388) o Filloy (1990: 241-246). Nuevos hallazgos se han ido produciendo en estos ltimos aos que han aumentado la visin del conjunto expuestos entrabajos como el de Martn Valls para Palenzuela (1984: 32-41), Escudero (1988: 32-41) para El Soto de Medinilla, Smith y Muoz (1989: 129-139) para el rea astur-cntabra, Za-mora Canellada (1987: 20-55) para Segovia, lvarez, Cebolla y Blanco (1990: 287-304) para piezas que pueden proceder de reas prximas a Villanueva de Teba, Garca-Soto(1989: 367-388) y Martnez (1992: 559-570) para Soria.

    PUAL DELGRUPOII.

    Este grupo lo hemos considerado como una transicin, pero no precisamente desde el ti- po Monte Bernorio-Miraveche hacia el modelo especfico de la necrpolis ya que es el msrepresentado aunque presenta muchas variantes en cuanto a la concepcin de la empuadura.

    Se tratara del grupo IV.Estas seran las piezas que corresponden a este grupo.

    Segundo pual de la tumba 22:

    1. Hoja de hierro de 24 cm de longitud mas los 5,3 cm que conserva la espiga. sta es deseccin rectangular, tpico del grupo IV, y la hoja dispone de la nervadura central queviene definida por dos acanalados longitudinales a cada lado que dejan ese resalte amodo de nervadura. Esos dos acanalados no llegan a la parte inferior de la hoja. Pre-senta estrangulamiento, tpico de los perfiles pistiliformes.

    2. Lmina de bronce de la cara anterior de la vaina de 20,4 cm de longitud y 2,6 cm deanchura de desarrollo paralelo salvo el tercio inferior cuyos lados convergen hasta eldisco de la contera. Ese disco tiene 3,3 cm de dimetro y presenta cuatro roblones, decabeza de bronce y perno de hierro, para ensamblar a la caja de la contera. La lmina presenta en el centro un calado rectangular sobre el que iba uno de los sectores trans-versales de la vaina. En el extremo proximal tiene un aplanamiento y carece de deco-racin porque era donde se ensamblaba el sector transversal superior de la vaina. Dis- pone de una banda decorativa perifrica a cada lado formada por tres esquemas: treslneas incisas a cada lado bordean un acanalado que va de arriba hasta abajo. El discono tiene decoracin.

    3. Sector transversal superior de la cara anterior de la vaina . Iba montada en la partesuperior de la pieza anterior. Mide 5,9 por 3,1 cm doblndose en los bordes para en-samblar con la pieza posterior y las guas de hierro de la vaina. En cada lado corto lle-

    va dos roblones (cabeza de bronce y perno de hierro), en las esquinas para ensamblar

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    todo el dispositivo. La decoracin es idntica a la de la placa anterior. Dos bandas pe-rifricas, en la parte superior y en la parte inferior con el mismo esquema: tres lneasincisas, acanalado y tres lneas incisas.

    4. Sector transversal medio de la cara anterior de la vaina . Pieza idntica a la anterioren todo salvo que mide 5,4 cm de ancho por 3,1 de alto.

    5. Tahal rectangular rematado en gancho, de hierro y muy curvado. Mide 24 cm de lon-gitud por 3,5 de anchura. En la parte inferior, donde enganchaba a otras piezas idnti-cas presenta una lmina de bronce transversal con dos pernos decorada con tres ban-das de lneas incisas paralelas. Bajo ella van, a cada lado, sendas laminillas de broncelisas, por los bordes del tahal. En el centro y cerca del gancho hay una perforacin, probablemente para ensamblar una lmina decorativa de bronce.

    De prospeccin:

    1. Hoja de hierro, de 27,5 cm de longitud y 10 cm de espiga que es de seccin rectangu-lar, elemento ya especfico del grupo IV. La hoja es idntica a la de la tumba 22. Esdecir, de cuatro mesas en cuyo centro discurre un nervio semicircular definido msbien por el rebaje de las dos acanaladuras que discurren una a cada lado.

    2. Lmina de bronce de la cara anterior de la vaina . Mide 27,3 cm de largo y 3,2 de ancho pero en el tercio inferior los lados son convergentes hacia el disco de la contera. Presentala misma decoracin perifrica que su homloga de la tumba 22, salvo que no llega alarranque de la contera sino que se corta poco antes con tres lneas incisas transversales. Eldisco de la contera presenta decoracin, adems de los cuatro roblones con cabeza circu-lar de bronce y perno de hierro para ensamblar a la caja de la contera. Esa decoracin estformada por dos bandas circulares, una de ochos al greneti y otras de eses formando unsogueado; las dos separadas y bordeadas por doble crculo inciso. (fig. 1, 13).

    Este segundo grupo lo hemos individualizado porque no tiene nada que ver con el pualtipo Monte Bernorio y presenta elementos que van a ser especficos del grupo IV, caracters-tico de esta necrpolis, pero que en este ejemplar no aparecen netamente definidos. Esa indi-vidualizacin viene especificada, en primer lugar, por la hoja que es de mayores dimensionesque las del pual de Monte Bernorio y las de grupo IV. En ambos tipos son inferiores a los20 cm de hoja. Por otro lado, el perfil de la hoja es de cuatro mesas con el nervio romo queaparece mejor definido por los acanalados longitudinales a cada lado. Carece de estras queson habituales en el grupo IV. Por esa razn pensamos que es una variante formal que prefi-gura el modelo de Villanueva de Teba.

    En el anterior trabajo sobre la tipologa de este pual (Ruiz Vlez y Elorza, 1997: 282)incluimos algunas piezas en este grupo pero que ahora debemos desechar porque correspon-den a un tercer pual presente en la tumba 22 y que es ya especfico del grupo IV, con susistema de cruz o guarda, pomo y tahal-cinto especfico y la pieza en ese del sistema de en-samblaje al cinto.

    La vaina es otro de los elementos que nos permite individualizar este segundo grupo. Noes una pieza compacta como la vaina del modelo anterior, Monte Bernorio, sino que ya pre-senta unas peculiaridades que son las especficas del grupo IV. Vemoslas. En primer lugar,la vaina deba tener (no se ha conservado ningn resto) unas guas de hierro, perifricas, deseccin en V, donde enganchaban las dems piezas a travs de roblones de cabeza de broncey perno de hierro. Esas guas remataran en la contera. En esas guas enlazan los dos sectorestransversales, citados anteriormente, a travs de dos botones a cada lado. Por debajo de esas piezas iba la lmina de bronce que remata en disco, el cual tapaba la contera y con los boto-

    nes que presentan ensamblara la lmina posterior dando cohesin a la contera y a la vaina.

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    Esas lminas transversales y la longitudinal forman una pieza en el grupo IV. Esa es la dife-rencia entre los dos grupos (II y IV) en cuanto a la vaina pero sera una variante significativaque por haber aparecido nicamente en la tumba 22 (adems de las dos piezas de prospec-cin) pensamos que seran el paso previo al modelo IV ya que en esta tumba 22 es dondehemos encontrado el nico ejemplar de tipo Monte Bernorio.

    El sistema de enganche de la vaina al cinto no tiene nada que ver con el sistema de hem-brillas y perno que son especficos de ese modelo. Pensamos que ya podra ser el tpico delgrupo IV. Es decir, en la cara posterior de la vaina va una pieza en ese, cruzada en unos 45rematada en ganchos cerrados en los que ensamblaban las piezas en forma curva del cinto.Esas piezas hacan que el enganche al cinto, por un lado, se hiciese a la altura de la emboca-dura de la vaina y, por otro, hacia el centro de la vaina. En la tumba 22 ha aparecido el frag-mento de una pieza en ese pero correspondera al pual n 3 que es el especfico del grupoIV, pero como ya aparecen los elementos tpicos de ese grupo, es probable que tambin pre-sentase el mismo sistema de enganche. El tahal que hemos asignado a este pual no es toda-

    va el especfico del grupo IV, como veremos ms adelante, porque es liso, de menores di-mensiones y carente de decoracin, pero la presencia de dos perforaciones, en el centro ycerca del garfio, nos estn indicando que con toda probabilidad ira montada una lmina debronce decorada como ocurre en muchas piezas del cinto del grupo IV.

    No sabemos nada de la empuadura de este pual. Probablemente ha sido barrida por laslabores del arado pero pensamos que deba tener alguna relacin formal con el tipo IV en susmuchas variantes, siendo la ms corriente el remate de la espiga con una virola embutida enla espiga que serva tambin de elemento de cohesin del puo que posiblemente fuese demateria orgnica.

    PUAL DELGRUPOIII.Este grupo est representado exclusivamente por el nico pual de la tumba 33 (fig. 3)

    que aparece vinculado a algunas piezas que nos pueden estar indicando una cronologa anti-gua dentro de la necrpolis pues est asociado a una placa ibrica que nosotros integramosen el grupo I, el cual se caracteriza por una serie de elementos que recuerdan otras placassimilares de Miraveche. Esos momentos antiguos de la necrpolis coinciden con la cronolo-ga del pual de tipo Monte Bernorio de la tumba 22; es decir, a los momentos iniciales, pos-teriores al mundo de Miraveche pero los rasgos morfolgicos de la empuadura del pual parece indicarnos lo contrario.

    La hoja es exclusiva, de forma triangular con un desarrollo recto y con una anchura en laembocadura similar a los dems puales, 5,4 cm. Es de seccin biconvexa. La espiga es deseccin rectangular como la del modelo IV. Carece de estras o nervio central. Es decir, lahoja recordara la forma de algunos puales bien tipo Alcacer do Sal o bien puales sureostipo Almedenilla (Quesada, 1997: fig. 164 y 165) pero sin alcanzar la anchura de estos y sinla presencia de las estras. De cualquier manera, esa hoja no se asemeja a los de tipo MonteBernorio, aunque quizs s a algunas hojas triangulares de la fase de expansin (Sanz Mn-guez, 1990: 181, fig. 3 n 32) en las que pudo estar inspirada, pero en nuestro caso con laseccin biconvexa, no losngica con nervio. En ese sentido nuestro pual es muy peculiar.Este tipo de hoja lo encontramos en algunos puales de frontn de Osma y Alpanseque y enalgunos biglobulares (Quintanas de Gormaz, Osma, Numancia) y con el mismo tipo de guar-da, recta y maciza de bronce y con el diseo de la empuadura de tipo laminar. En el centrova la espiga y en ambas caras dos lminas iguales, de bronce en la anterior y de hierro en la

    posterior formado la empuadura.

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    La empuadura es tripartita formada por tres piezas yustapuestas. La guarda o la cruz esmaciza, como acabamos de decir, en la que se embute la hoja y la espiga a presin y se com- pacta a travs de un recocido intermedio. Presenta dos incisiones en forma de aspa cubriendotoda la superficie. Es de forma trapezoidal. El puo y el pomo son elementos constituidos por el mismo tipo de piezas pero con aspectos formales especficos. Ambos estn definidos por tres placas o lminas superpuestas. La central, en la que estaba embutida la espiga, serade materia orgnica porque no se ha conservado nada. Por la parte delantera va una lminade bronce cuyo sector del puo es de paredes rectas, paralelas y remata en el sector del pomocon una forma casi semicircular con la incurvacin hacia el puo. Est profusamente decora-da. Por la parte posterior va otra lmina idntica de hierro y sin decoracin. El sistema deensamblaje de las tres lminas y la espiga es a base de botones de cabeza esfrica de broncey perno de hierro forjado en la lmina de hierro. Por la cara anterior esos botones se com- plementan con la decoracin. As, cuando se presenta en la lmina anterior un tema circular,el centro est ocupado por uno de esos botones; de ah la distribucin simtrica de esa deco-racin. En total son siete botones de ensamblaje como puede verse en el dibujo. Esta concep-cin de la empuadura est inspirada en los puales biglobulares. Y en cuanto a la decora-cin, hasta podramos decir que el pomo parece indicarnos la presencia de unos ojosapotropaicos (Cabr, 1952: 101-106; Morn Cabr, 1973: 597-604; Cabr y Morn, 1973:605-610) que aparecen en otras piezas como las placas y las espadas con esa misma simbo-loga. Los dos elementos compositivos bsicos de la decoracin son la simetra y la disposi-cin en bandas. Dicha decoracin se centra en la lmina anterior de bronce, formando cam- pos decorativos separados por tema funicular dispuesto transversalmente en la lmina. As sehan creado cuatro campos decorativos distribuidos en dos grupos de anchura distinta. En la parte inferior, el primer campo, ms estrecho, se decora con dos temas de dos crculos con-cntricos incisos cuyo centro lo ocupan sendos roblones de anclaje, citados anteriormente. Elsegundo campo, que acta de tema central del puo y es ms ancho que el anterior y el si-guiente, dispone un tema central sobre el robln de enganche formado por un esquema circu-lar funicular y dos crculos concntricos. Despus como remate de la zona del puo va eltercer campo idntico al primero y a continuacin el campo que corresponde al pomo flan-queado por ese tema funicular y en el centro dos temas circulares alrededor de los dos roblo-nes como en el tema central del puo.

    La vaina es una pieza compleja y se asemeja a la del grupo IV. Presenta los elementosestructurales que vimos en el grupo II y que van a ser los especficos del pual de Villanuevade Teba. Perifricamente, la vaina se constituye a partir de un alma o gua formada por una pieza de hierro de seccin en V de perfil delgado en la que ensamblan los dems elementos.Esa gua se prolonga por la contera definiendo el crculo de la misma y sujeta la gua y lasdos lminas de cierre con un botn central. Por la cara anterior se cubre la caja con una seriede cuatro lminas de bronce decoradas dispuestas de la siguiente manera: en la embocadurael primer sector transversal, decorado y en el centro de la vaina el segundo transversal, deco-rado de la misma manera que el primero. Entre ambos sectores, por debajo, va otra lminadispuesta longitudinalmente con una decoracin muy rica. Tambin embutida en el segundosector transversal va otra lmina en igual disposicin hasta la contera formando una sola pieza.Tambin est decorada como en el caso anterior. Estas lminas de bronce parecen constituiruna sola pieza en el grupo IV. La lmina de la contera tambin est decorada. Por la parte pos-terior nicamente van, en hierro, los dos sectores transversales de la lmina dejando al descu-bierto los dems sectores. Los botones que ensamblan toda la estructura, situados uno a cadalado de las partes transversales, son los que enganchan el sistema de anclaje al cinto que eneste tipo de pual aparece definido por dos puentes, uno a cada lado, enganchados por esosbotones a los que aludamos anteriormente. Esta es otra peculiaridad de este pual.

    La decoracin de la vaina tambin es rica centrndose en las piezas de bronce. Los secto-

    res transversales son idnticos distribuyndose los temas en sentido transversal al eje del

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    pual. En el centro van dos dobles lneas incisas; le siguen a cada lado sendas bandas de tres puntos troquelados y finalmente un acanalado; todos hacen de cenefas longitudinales. Las placas verticales disponen de una decoracin simtrica. La primera, la placa superior presentaen el centro un sogueado de botoncitos (al greneti) de tres nudos. Se flanquea ese sogueado condos hiladas verticales de greneti, una a cada lado y se remata con dos baquetones, tambin ver-ticales, huecos por el reverso. La otra placa vertical igualmente presenta esos dos baquetoneshuecos, pero el sogueado ocupa el tercio superior de la lmina quedando el resto en un campoliso, sin decoracin. La contera tambin est decorada. Alrededor del botn central van doscrculos incisos, otro crculo de ochos al greneti y dos crculos ms al greneti siendo los msexteriores. La contera de la vaina viene definida por tres elementos formales. El cuerpo loconstituye la prolongacin de la gua desarrollada perifricamente. Por la cara anterior cierracon la lmina de bronce y por el reverso con la lmina de hierro. Es por lo tanto un esquemaque aparece en algunos puales del grupo IV (tumbas 19, 26, 27, 31) aunque el ms corrientees la contera en forma de caja constituida por la prolongacin de la lmina posterior. La vainamide 23,5 cm de largo y 5,3 cm de ancho en la embocadura; es decir, dentro de los parmetrosdel grupo IV por lo que puede estar relacionado con l en este sentido.

    Este sistema de anclaje es tpico de muchos puales biglobulares como el de la tumba383 de Las Cogotas, pero el ejemplar ms prximo, casi idntico es el de la necrpolis deUxama (Cabr, 1931: lm. XX; Cabr, 1990: fig. 9), aunque la concepcin del enganche alcinto es diferente. Paralelos encontramos tambin en la necrpolis de La Hoya (Laguardia,lava) (Filloy, 1990: 244-245, fig. 2 n 3 y fig. 3) donde hay algunos puales con este mis-mo sistema y que all llamande caas. En esta necrpolis han descubierto dos modelos deunin a esas caas que nosotros llamamos puentes. Por una parte el que se realiza a travs deun tahal rematado en un disco que es donde se encuentra la argolla de ensamblaje al puente,y otro en el que el enganche se hace con una pieza rectangular de cabeza cuasisemicircular.Esta pieza unira, segn los alaveses, al cinto de cuero. Este segundo sistema es el que parece

    responder a nuestro pual pero no porque hayan aparecido evidencias en la tumba en estesentido sino porque el modelo del grupo IV sera el mismo que el del grupo III; es decir, uncinturn de piezas metlicas que podran tener un protector interno de cuero formado por placas articuladas mediante un sistema de bisagras. Por lo tanto no se puede hablar de tahal-es. El enganche del cinto sera a travs de un garfio que encajaba en una pieza pasiva. En losdos puentes de la vaina conserva los dos elementos de enganche que estn formadas por dos placas de una sola pieza que giran formando el gancho de seccin circular. Sobre la caraanterior va una lmina de bronce decorada con una hilada perifrica de granitos (greneti) o perlitas como los llama Sanz Mnguez. Dichas piezas miden 5,3 cm de largo por 2,6 cm deancho. Dichas piezas ensamblaban con otra placa de bronce sobre otra de hierro que tiene lamisma anchura, 2,6 cm y 5,6 cm. de longitud existente. Esta placa, de desarrollo recto, sedecora ricamente con una hilada longitudinal y central de botones con dos temas funicularesa cada lado. Por el borde va una lnea incisa a cada lado. Conserva en el arranque de la placaun tema transversal de hilada de cuatro botones (los dos extremos para enganchar a la placade hierro del reverso) bordeados por un tema funicular de lneas rectas. Slo se conserva delcinto del pual esta pieza pero podemos deducir que esa placa sera una de las que formabanel cinto que sujetaba el pual y que presumiblemente discurra por la cintura como pensamosque es el sistema comn en el pual del grupo IV.

    PUAL DELGRUPOIV, TIPOVILLANUEVA DETEBA.

    El grupo IV se muestra como el pual especfico de esta necrpolis que aparece represen-tado en ella por 21 ejemplares de los cuales en dos casos no se conserva la hoja. Si a estos

    unimos el ejemplar del grupo I, los dos del grupo II y el nico del grupo III, sumamos 25

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    puales para 35 tumbas lo cual representa un porcentaje muy grande si comparamos con los14 puales aparecidos en la necrpolis de Las Ruedas. Pero hemos de tener en cuenta que lanuestra no est totalmente excavada; de cualquier manera es un dato objetivo el elevado n-mero de puales pero no por el nmero en s sino porque est presente en casi las tres cuartas partes de las tumbas.

    Este modelo de pual presenta una gran uniformidad en cuanto a la hoja y la vaina perocon variaciones formales en la concepcin del pomo de la empuadura que responde a unariqueza decorativa y que alcanza significacin simblica, como veremos en el apartado co-rrespondiente. Son puales muy elaborados, con un diseo rico y minucioso que no tiene parangn con sus congneres de Monte Bernorio y los biglobulares con los que convivi, ocon los de frontn o antenas atrofiadas. Un elevado nmero de piezas en su constitucinhacen de este tipo un modelo particular y poco consistente para una funcin militar, de de-fensa o ataque. Esto nos ratifica en la idea de que, aparte de su finalidad funeraria, es un ob- jeto de prestigio que nos resea, por una parte, el status de un grupo social alto y, por otra, launidad formal en la representacin de ese status que nos apunta hacia la existencia de ungrupo homogneo y cohesionado que ha podido ubicarse en un lugar especfico de la necr- polis respondiendo a una diversidad social del poblado en el que vivieron.

    Por otro lado, a travs de las distintas muestras presentes en esta necrpolis, sabemos to-do respecto a su forma y disposicin, lo cual nos facilita mucho las cosas a la hora de esta-blecer comparaciones con sus congneres.

    Las hojas del pual.

    Estos puales parecen presentar un mismo tipo de hoja, que se caracteriza por su perfilsuavemente pistiliforme, con nervadura central recta y una serie de estras que discurren pa-

    ralelamente dibujando el perfil pistiliforme de la hoja. Es un hierro de mucha calidad queest acerado en muchos casos; por lo tanto testigos de un proceso de fabricacin de calidad.

    TABLAI. LONGITUDES DE LAS HOJAS DEL PUAL SIN LA ESPIGA.

    LONGITUDES (CM)EXCAV. 17-18 18,1-19 19,1-20 20,1-21 21,1-22 22,1-23 23,1-24TUMBA 12, 15, 17 2, 14, 26 4, 17, 19, 33, 34 1, 15, 31 1, 6, 27, 31 11, 16 22PROSPEC. 4 1 1 2 1

    Sus dimensiones son las tpicas para este tipo de armas. La hoja ms pequea apareci enel pual de la tumba 2 pues tiene 16 cm (longitud nicamente de la hoja) siendo la ms largala de la tumba 16 con 23 cm. Es decir, tienen unas dimensiones similares a los dems pua-les, quizs un poco ms pequeas pero poco significativas desde el punto de vista cuantitati-vo. Todos disponen de la nervadura central y las estras que estn entre dos, cuatro y seis,simtricamente distribuidas a cada lado de la nervadura. El perfil, en todos, es romboidal conlas modificaciones que introducen dicha nervadura y las estras.

    Las hojas de prospeccin, que son pocas y referidas a este mismo tipo, presentan unasmedidas ligeramente mayores. Algunas de estas alcanzan unas dimensiones que parecen in-dicarnos que escapan a la norma general del resto de los puales, planteando otra vez el di-

    lema de si son hojas de pual o de espada corta, pero como en esta necrpolis no ha apareci-

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    do nada que se pueda asociar a una espada, es probable que podamos hablar de hojas de pu-al exclusivamente y as lo entendemos. Tampoco son medidas excesivamente grandes lasde los n 2, 4 y 8 de prospeccin como para concluir que son espadas.

    La espiga es siempre de seccin rectangular, casi cuadrada y presenta irregularidades de-bidas a su proceso de forja, como probablemente fue hecha tambin la hoja, pero en estecaso, en aquellos puales en los que se ha llevado a cabo una restauracin importante, seobserva la superficie lisa y acerada de un proceso de elaboracin cuidado y esmerado. Esdecir, estamos ante un proceso de fabricacin selecto entre los mejores del gnero. Se con-serva la espiga entera en pocos casos y no guarda relacin con la dimensin de la hoja por-que la espiga de la tumba 11 tiene 12,5 cm (la hoja 19,5), la de la tumba 15 11 cm (la hoja17,7), los dos puales de la tumba 17 tienen respectivamente 14,3 cm (la hoja 19,2) y 12,1(17,1), la de la 25 12,5 cm (20,5), la de la 26 12 cm (18,7), la de la 27 10 cm (18,5) y la de la34 11 cm. (20). En cualquier caso debemos sealar que las medidas de las espigas son muysimilares y adems pequeas para explicar su funcionalidad militar. El remate de la espiga loveremos con la empuadura al analizar esta parte del pual.

    La vaina.

    Ya hemos indicado que esta pieza del pual es muy uniforme en este grupo pues estruc-turalmente consta de los mismos elementos aunque hay ligeras variaciones formales comovamos a ver (fig. 5).

    Las medidas de estas vainas, incluida la contera, est en torno a los 20 cm. siendo la ms pequea conservada la de la tumba 12 que tiene 16,5 cm de largo y 6,5 cm de embocadura; lasegunda de la tumba 17 tiene 18,8 cm de largo y 6 de embocadura; las dems sobrepasan los 20cm: 26,5 x 5 (la primera medida es la longitud de la vaina y la segunda de la embocadura) en latumba 1, 20 x 5 en la tumba 4, 21,4 x 6,5 en la tumba 6, 23,2 x 6 en la tumba 9, 22,9 x 5,7 en latumba 11, 20,5 por 57 en la tumba 15, 21,5 x 5,5 en la tumba 17, 22,4 x 5,3 en la tumba 26,20,2 x 5,5 y 21,4 x 5,4 en la tumba 27. Es decir, son medidas muy uniformes.

    La funda del pual se compone, bsicamente, de tres grandes piezas que son las siguien-tes. Una gua de hierro, fina, que recorre todo el permetro de la vaina, con un perfil en V, enla que ensamblan las dems piezas por pernos de hierro con cabeza esfrica de bronce. Esagua dibuja el perfil suavemente pistiliforme y se prolonga definiendo el crculo de la conte-ra. Sobre la cara anterior y posterior van sendas lminas, generalmente de bronce en la caraanterior y de hierro en la cara posterior, que cierran hermticamente la funda. Ambas cierranla vaina y la contera. El diseo de estas lminas est en funcin del sistema de sujecin. Astenemos que las lminas presentan en la parte superior, junto a la embocadura y en el centrode la funda, dos ensanchamientos rectangulares en cuyas esquinas se sita el perno que va aensamblar la lmina anterior, la gua y la lmina posterior. El sistema es seguro y prctico.Fuera de esos ensanchamientos de las lminas queda la gua al descubierto produciendo unasensacin cromtica entre la lmina de bronce y el hierro de dicha gua en la mitad superiorde la vaina y en la mitad inferior. La lmina de la contera tapa casi totalmente la gua. Lasujecin de estas tres piezas se hace mediante cuatro pernos en cada sector transversal de laslminas y con otro ms en el centro de la contera. La lmina de bronce siempre est decora-da, como veremos en ese apartado.

    De todo el conjunto de las lminas, distinguimos dos salvedades o peculiaridades queson los puales de las tumbas 6 y 31. El primer caso se caracteriza porque la lmina anteriores de hierro, no de bronce como en todos los dems ejemplos (fig. 6).

    Pero estructuralmente tiene la misma forma y sujeta del mismo modo. Esa lmina pre-

    senta una pequea arista central en los sectores transversales y longitudinales en el resto de

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    la lmina. En la de la tumba 31 la nica diferencia es que en vez de sujetar con dos pernos acada lado de los sectores transversales, lo hace con uno slo.

    La decoracin de la lmina de bronce tambin es un elemento de unidad en estas piezas pues se repite el mismo esquema y las mismas tcnicas decorativas. Dicha decoracin sedispone por sectores en la lmina pero que repiten tanto en los dos sectores transversalescomo en los dos longitudinales o verticales.

    Lacontera presenta dos variaciones en cuanto a su concepcin formal:

    1. Vaina tripartita : viene definida por la prolongacin de la gua que forma la caja de lacontera y que se cierra por las respectivas caras con las correspondientes lminas. Seensamblan las tres piezas con un botn central. Estos son los ejemplares: los de lastumbas 19, 25, 26, los dos de la 27 y el de la 31.

    2. Vaina bipartita: que est formada por dos elementos nada ms. La caja que est defi-nida por la prolongacin de la lmina posterior, por lo tanto es de hierro. Ha desapare-cido la gua y se cierra con el segundo elemento, la lmina de bronce de la cara ante-rior. El sistema de ensamblaje es el mismo. Esta variedad est presente en las tumbas1, 4, 6, 9, 11, el primero de la 12 y los dos de la 17.

    La decoracin de estas conteras se dispone alrededor del botn funcional del centro a ba-se de lneas incisas o crculos concntricos y una hilada de roblones como en los casos de lastumbas 1, 4, 11, 12, 19, 27 y 31. En algn caso tumba 9 y 17 (n 1) - son nicamente cuatrobotones coincidiendo con los puntos cardinales. En este segundo caso, cada botn est en-marcado por hilada de perlitas o botoncitos estampadas. El ejemplar de la tumba 26 (fig. 9)slo presenta dos botones, aparte del central, uno a la izquierda y otro a la derecha. La conte-ra de la tumba 15 no tiene botones pero dispone de dos temas funiculares paralelos en crcu-lo. La de la tumba 6, como es de hierro, es totalmente lisa.

    Hay otros elementos estructurales en la vaina y son los que determinan el sistema de su- jecin al cinturn. En la parte superior de la lmina posterior se dispone una pieza de hierroen forma de ese, (fig. 5) en unos 45 de inclinacin, que va remachada a la lmina por dos pernos que han sido martillados para evitar que sobresalgan. Dicha pieza cierra en un ganchoabierto por los extremos que es donde ensamblan los elementos triangulares del arranque delcinturn del pual. Esta disposicin determina que el enganche superior al cinto aparezca ala altura del sector transversal superior, y el otro enganche en el segundo sector transversalde la vaina. Es decir se busca una simetra en la distribucin de los elementos estructurales yen la decoracin, como veremos luego. Esa pieza en forma de ese est formada por unalmina de hierro tambin forjada que en la mayora de los casos es idntica salvo algunosejemplos aislados. La de la tumba 12, en el centro presenta un ligero ensanchamiento en n-

    gulo que introduce una variacin nada ms. Y la pieza de la tumba 9 que no tiene forma deese sino que es de lados convexos y de forma simtrica pero dispuesta con la inclinacinidntica de todas las dems piezas. Estas dos variaciones no van unidas a otras de otros ele-mentos que hubiesen permitido diferenciaciones morfolgicas.

    La empuadura.

    Es el elemento ms vistoso y peculiar de este tipo de pual. Adems, en el de la tumba11 (fig. 7), se ha conservado entero y a travs de l podemos reconstruir todos los elementosintegrantes de esa empuadura que son muchos. Para ello seguimos la estructuracin que de

    la empuadura han hecho Grio y Kurtz los cuales distinguen tres elementos: pomo, puo y

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    guarda o cruz, como dicen otros autores dedicados al tema tales como los Cabr, GarcaLled (1986-87: 311-320) y tantos otros.

    En el estudio de estos tres elementos veremos que hay modificaciones formales pero queno tienen que ver con posibles variaciones que introduciran subgrupos en el tipo IV. Sonvariaciones aleatorias que son el producto de una dinamicidad formal y esttica reflejo delgusto artstico y del inters por este pual para la funcin que fue diseado.

    El sistema de ensamblaje de la empuadura a la espiga es siempre el mismo y responde ala herencia hallstttica de las espadas de antenas, frente a otras formas en las que no se dis- pone de espiga. Todo el complejo de la empuadura va montado sobre esa espiga sujetado por presin mediante dos anillas en el puo, el anclaje por presin y recocido intermedio dela guarda y el remate de la virola o algn elemento del pomo que va metido por presin a laespiga. Este es el sistema bsico de montaje de la empuadura.

    La cruz o guarda de la empuadura se ha conservado en muy pocos ejemplares, concre-tamente en los puales de la tumbas 11, el segundo de la 17, 19 y 22. Por lo tanto tenemos pocos elementos de juicio para poder sacar muchas conclusiones, pero a partir del pual dela tumba n 11 podremos presumir el carcter y forma general aunque los dems ofrezcanligeras variantes, alguna muy importante. La guarda es un elemento macizo de materia org-nica, probablemente madera (porque no se ha conservado ninguna evidencia de material durocomo el hierro o el bronce), que va embutido en la espiga. Es de forma perfectamente rec-tangular cuya medida media es los 5,6 cm de longitud por 1,7 de anchura. Por la parte ante-rior se monta una lmina de bronce de las mismas medidas. Se sujeta al hierro con dos per-nos de cabeza de bronce situadas en los extremos. Esa lmina est decorada con el mismoesquema que la lmina de bronce de la vaina con la que hace juego. Esto al menos en los puales de la tumba 11 y 19. La lmina del pual de la tumba 22 presenta una decoracinformada por dos temas funiculares, uno por la parte superior y otro por la inferior que en-marcan un tema de lnea quebrada incisa. Esta pieza correspondera al tercer pual de latumba 22 ya que tiene uno de tipo Monte Bernorio, otro del grupo II y este del grupo IV. Esalmina de la guarda tiene que corresponder a la pieza del sector transversal superior que sedecora con dos bandas de eses enmarcadas por tres lneas paralelas incisas. Ms espectaculares la guarda del primer pual de la tumba 17 porque es una pieza calada (fig. 8), cosa inaudi-ta porque es un caso nico en el yacimiento, que deja al descubierto una lmina de plata queva entre la lmina de bronce y la madera que ira debajo formando el cuerpo de la guarda. Lade plata, adems, est decorada con un repujado de puntitos. ste sera un elemento proce-dente o bien del mbito ibrico o del mundo de La Tne. La lmina de bronce de este pualde la tumba 17 no es perfectamente rectangular sino que el lado superior presenta una evolu-cin trapezoidal hasta dejar una anchura de 1,7 cm que era donde encajaba el puo de la em- puadura. Esto implicara que esta parte del puo podra ser de seccin cuadrada o rectangu-lar, pero es poco posible porque conserva un anillo circular de sujecin del puo y lacaperuza del pomo que es semiesfrica; por lo tanto el puo ser de seccin circular.

    El puo de la empuadura estara formado por una pieza de materia orgnica que iba embu-tida en la espiga de hierro. Dicha pieza se cubra con unas lminas de bronce finamente decora-das, como en el pual de la tumba 11 con tringulos estampados llenos de perlitas (greneti) de- jando en resalte un zig-zag, que cubra el soporte. Estas lminas se sujetaban en el arranque dela guarda con un anillo de bronce que ira a presin. Uno por la parte inferior y otro idntico porla parte superior. Estos anillos estn tambin decorados y han aparecido en algunas tumbas,concretamente en la 11, 15, 16, 25, 27. Suelen estar decorados con estampaciones de dos crcu-los concntricos por la parte central del permetro (tumbas 11 y 19). En las tumbas 15 y 16 sondos bandas cncavas y en la 27 esas dos bandas se rellena con incisiones paralelas.

    El pomo tambin es una pieza interesante y, sobre todo, compleja porque hay algunas va-riedades en su concepcin formal y porque el modelo ms repetido es el ms complejo. Dis-

    tinguimos varios tipos de pomo:

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    1. Pomo formado por cilindros de bronce : le denominamos as por el elevado nmerode piezas que forman parte de su diseo y composicin porque son doce piezas distintas queiran montadas sobre un cuerpo de madera u otra materia orgnica. Es el caso de los pomosde las tumbas 9, 11, 19, 26 (fig. 9), 27 y 34 (fig. 10). No se ha conservado ntegro ninguno,salvo la tumba 11; aparecer habitualmente constatado por una, dos o alguna ms de las pie-zas. De prospeccin proceden algunos restos tambin. Este pomo est constituido por trescilindros de bronce que forman el cuerpo del pomo. Esos cilindros iran montados sobre ma-teria orgnica que servira de sujecin pero las piezas se ensamblan perfectamente unas conotras. El cilindro central, que va sobre la espiga, est formado por dos chapitas no perfecta-mente semicirculares, ms abiertas que se sujetan con dos pernos de hierro con cabeza esf-rica de bronce. Adosados, pero independientes, estn los otros dos, uno a cada lado. Por la parte superior, cerrando a los tres cilindros, hay una chapa trilobular de tres crculos, el cen-tral oblongado, que tapan perfectamente. En el centro de cada crculo hay una perforacin por la que pasa el perno de hierro rematado en cabeza de botn de cabeza esfrica y cuerpotroncocnico. El central va embutido en la espiga de la hoja y los laterales cruzan el cilindro por el centro hasta el otro extremo del cilindro donde sujetan una chapita circular que cierralos cilindros laterales. Como vemos, es una estructura compleja que parece dibujar de mane-ra muy somera una cabeza humana muy esquematizada cuya concepcin encaja en ese pro-ceso de ambigedad y abstraccin de formas figuradas que aparecen en otras piezas como lasfbulas y que trataremos ms adelante.

    De la tumba 9 slo ha aparecido un cilindro lateral, de la 19 un cilindro lateral y el botncentral, de la 26 los tres cilindros de bronce, de la 27 la placa superior trilobular y dos boto-nes de bronce y de la 34 la placa trilobular, un botn de bronce y la lmina anterior del cilin-dro central.

    2. Pomo de virola semiesfrica : han aparecido dos puales, tumbas 15 y 25, (fig. 11) coneste remate del pomo. Aparte de ese elemento se han recogido tambin los dos anillos quesujetaban las lminas de bronce que rodeaban el puo; por lo tanto sera de la misma forma ymanera que en el caso anterior. La nica diferencia es que el pomo es mucho ms sencillo;carece de los tres cilindros y consiste sencillamente en una virola semiesfrica de bronce quetiene un dimetro en la base idntico al de los anillos de sujecin del puo. Por lo tanto es posible que careciese de otros elementos en el pomo.

    3. Pomo con virola hemisfrica y de cuerpo cncavo : el tercer pual de la tumba 22 estrepresentado por una virola formada por un botn de bronce de cabeza hemisfrica y uncuerpo cncavo. Es el nico ejemplar de estas caractersticas. Podra ponerse en duda la exis-tencia de este tercer pual de la tumba 22 porque esta virola podra corresponder al grupo II,lo cual nos indicara que estas variaciones simples del pomo del grupo IV seran anteriores al pomo de estructura compleja.

    4. Pomo con virola esfrica y casquete de bronce : tambin hay un nico ejemplar, el primero de la tumba 17 (fig. 8) y, probablemente el segundo (fig. 12), porque ambos cierranel pomo con el mismo tipo de virola esfrica de bronce. Del segundo pual no se ha encon-trada nada ms de la empuadura. En el primero ya sealamos que la guarda es calada y conuna lmina de plata repujada. Tambin dijimos que el enmangue pareca tener junto a laguarda una seccin cuadrangular pero que la presencia de una anillo de sujecin del mismohace ms probable que el puo sea circular o poligonal si presentaba las lminas finas que lerodeaban como el ejemplar de la tumba 11. La virola esfrica de bronce tiene un dimetro de8 mm y est decorada con tres lneas incisas en la posicin de su ecuador. Pero lo ms intere-sante es el casquete hemisfrico hueco que iba entre el puo y la virola. Est formado poruna lmina de bronce de 2,6 cm de dimetro y una altura de 1,2, por lo que es casi hemisfri-

    co. Est decorado con unas incisiones transversales por todo el borde dndole un aspecto

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    dentado. Por encima de este tema se disponen dos lneas paralelas perifricas. En el centrodel casquete est la perforacin para la virola y de all arrancan tres lneas paralelas en elsentido de los puntos cardinales que van hasta la otra banda de dos lneas. Probablementeeste casquete estuviese relleno de materia orgnica, seguramente madera para hacerlo maci-zo y en esa base estara el cilindro de bronce de la parte superior. Estructuralmente sera pa-recido al primer grupo, el de los pomos de tres cilindros.

    Estas modificaciones en la concepcin del pomo no van acordes con unas variacionesformales en el resto de la empuadura o en la vaina por lo que no podemos decir que todoesto implique tipologa nueva sino simples derivaciones formales de un mismo tipo que seranuestro Grupo IV

    Cuando hemos hablado de la presencia de materia orgnica, particularmente madera, enla construccin del pual Grupo IV es porque en alguna tumba hemos encontrado restos deese material que pertenecen al pual; incluso en uno de ellos, el de la tumba 11, la presenciaes evidente. En la tumba 19 el fragmento de vaina tena adherido un trozo de madera que

    resulta difcil determinar si formaba parte de la construccin de la vaina; probablemente s porque en el segundo ejemplo, el primer pual de la tumba 17 conserva el disco de esa mis-ma materia que iba embutido en la contera de la vaina. Corresponde al pual con la guardacalada y decorada con lmina de plata.

    Sistemas de enganche del cinturn al pual.

    El sistema de enganche al cinto, como ya hemos visto en los diferentes modelos, presen-ta tres variaciones en Villanueva de Teba que van unidas a los distintos tipos de pual. La primera de ellas se refiere al pual tipo Monte Bernorio, del primer grupo, que iba en posi-cin horizontal en la cintura y agarrado con lmina de hierro y cadenilla en las hembrillas dela contera. Este sistema ya lo analiz Cabr (1920: fig. 4; 1931, fig. 1; Cabr y Morn, 1973:lm. VII), luego Sanz Mnguez (1986: 31 y 88) y lo han completado ahora Grio (1989: 83-88), Filloy (1990: 244-245, fig. 2 y 3) y de nuevo Sanz (1990: 180). Por lo tanto no vamos ainsistir en ello. Las otras dos modalidades son sistemas que estn presentes en los puales decronologa baja como los de frontn y los biglobulares de los que tom, sin duda, el modelo,o viceversa. La segunda variante, vinculada a nuestro Grupo III, consiste en dos barras late-rales de hierro y paralelas al borde que enganchan en el primer y segundo sectores transver-sales de las lminas de la vaina. Este sistema es habitual en muchos puales biglobulares dela Meseta (Uxama, Quintanas de Gormaz, Cogotas, etc,). La tercera modalidad introduce uncambio en el sistema. Mediante una barrita de hierro, ya recta ya en ese (lo ms habitual),unida a la lmina de hierro que se encuentra en el reverso de la vaina a travs de dos pernosde hierro en posicin oblicua de unos 45 respecto al eje del pual, se engancha al cinto. El pual, entonces, iba en la cintura montado sobre el cinto en condiciones habituales, inclinadohacia la derecha en todos los casos, lo cual facilitaba su uso siendo ms rpido su desenfun-de. Por eso los autores clsicos hablaban de la agilidad y habilidad de estas gentes en loscombates a corta distancia, actividad en la que eran diestros. Se ha conservado este sistemade enganche en los puales de las tumbas 4, 9, 11, 12 (dos), 26 y 27. La lmina unida a lavaina es una pieza plana con dos prolongaciones en los lmites para acoplar los extremos delcinto, salvo los de las tumbas 9 y 27 en los que es recta. Tal sistema apareci ya en un pualde La Osera (tumba 418 de la zona VI) llamando la atenci6n de Cabr aunque le impresiona-ron ms las antenas del pual. Dicho ejemplar tiene la pieza en ese. Esta circunsatancia dellevar el pual inclinado no implica la presencia de esta pieza pues se consigue el mismoefecto enganchando directamente junto a la embocadura y en el centro de la vaina por el otro

    lado. Basta fijarse en algunos ejemplares de Numancia (Schle 1969: lam. 166 1 y 2), Las

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    Cogotas (Schle, 1969: lm. 114 n 1 y 118 n 1), Osma (Schle, 1969: lm. 59 1), Quintanasde Gormaz (Schle, 1969: lm. 36 2 y 37 2), Carratiermes. En todos los casos son puales defrontn o biglobulares.

    Una placa del remate final del cinto que sirve de enganche fijo al pual, parecida a la deVillanueva de Teba, procede del castro de Amaya y est en los fondos del Museo de Burgos(Bohigas, 1986-87: fig. 2D) aunque la decoracin es ms compleja que la publicada pues labanda perifrica es de eses troqueladas flanqueada por hilada de botoncitos. Muy similar pero conectando ya con lo romano es la pieza encontrada en el campamento de la Legio IIIIMacednica en Herrera de Pisuerga (Fernndez Ibez, 1999: 335-345) que plantea el siste-ma de las armas romanas pero que no es objeto de este estudio.

    Esta similitud con las piezas sealadas nos estn indicando, en cualquier caso, cronolog-as tardas que encajan en esos ambientes de las postrimeras del mundo indgena, acorde conVillanueva de Teba.

    Podra deducirse que las piezas sealadas ms arriba, particularmente las vinculadas al

    Grupo III y las semejantes de La Hoya y las Cogotas, presentan unas dimensiones ms pe-queas en aquellas que se refieren al enganche del pual al cinto; pero las del grupo IV, co-mo es un sistema fijo, esa pieza de enganche es ms grande porque ya no es un tahal sino uncinturn pero que conserva el sistema de fijacin al cuerpo idntico en los dos casos. Estas piezas concluyen en una estructura prxima al semicrculo formada por la de hierro que ter-mina en el gancho con la placa de bronce de remate de la parte superior que aparece gene-ralmente decorada. Estas piezas las estudiamos en su conjunto con el cinto.

    Los cintos de los puales del Grupo IV.

    Asociados a los puales van unas placas rectangulares, en la mayora de los casos debronce, que eran el soporte y sistema de transporte de aquellos. Estas placas constituan elcinto que remataba en placa con garfio para poder quitrselo y ponrselo. La unin al cintose haca con sendas piezas semicirculares de hierro a base de una lmina de bronce en la carasuperior rematadas con garfio fijo que enganchaba en las piezas en ese del reverso de lavaina, por ambas partes. Desgraciadamente no ha aparecido ningn ejemplar completo nosabiendo con exactitud cuntas placas llevaban y el sistema de apertura y cierre del cinto. Elejemplar de la tumba 33 nos puede apuntar el sistema de estas piezas que se hara con las pequeas lminas de bronce de cabecera circular rematada en garfio.

    De prospeccin se recogieron 27 placas (fig. 13), algunas fragmentadas, tres de las cualeseran con gancho y 8 plaquitas auxiliares que van en los extremos de las anteriores. De exca-vacin proceden tambin 27 repartidas as: una en la tumba l; 2 en la tumba 2; placa auxiliaren la tumba 3; plaquita auxiliar y placa semicircular de enganche en la tumba 4; dos placas,una con gancho en la tumba 6; pieza semicircular en la tumba 9; tres piezas, una con ganchoen la tumba 11; tres, una con gancho en la 14; pieza semicircular de enganche en la tumba15; tres piezas, una con gancho y dos semicirculares de enganche en la 17; tres placas y unade enganche en la l9; una de gancho y otra de enganche en la 22; seis piezas, dos con ganchoen la 26; una placa en la 30; y cuatro, dos con gancho en la 31. Las sepulturas que llevan pual pero no han dado placas Hundersingen son: n 8, 9, 13, 15, 16, 25, 27, 33 y 31. Las quetienen restos del cinto pero no tienen pual son las tumbas n 3 y 30.

    Estas lminas son de bronce, salvo alguna de hierro y otras mixtas en cuyo caso la placafuncional es la de hierro. Presentan una gran uniformidad decorativa pero hemos distinguidotres grupos con dos subgrupos cada uno. Son placas de superficie plana, pero de perfil ligera-

    mente curvado o muy curvado (porque iban en los laterales de la cintura). En los bordes llevan

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    sendas crestas (con una altura media de 0,7 cm.) que desaparece a 1,5 cm de los extremos por-que all se colocan transversalmente las placas auxiliares que con dos botones sujetan la lminade hierro de la cara posterior que constituye la charnela. La decoracin est formada por unaserie de bandas longitudinales, de cuatro a ocho, formadas por lneas de zig-zag a base detringulos rellenos de botoncitos alternativamente dispuestos y opuestos por el vrtice. Estadecoracin est troquelada y por el reverso se nota la impronta del troquel debido a la presin.Las medidas oscilan entre los 12 y los 15 cm de longitud y los 3,3 y 5,5 de anchura. Las placascon gancho son siempre mayores y siempre muy curvadas lo que nos indica que el cinto cierra por la espalda, llevando el pual en frente. Estas placas con gancho tienen unas dimensionesentre los 26 y los 31,5 cm de longitud. Son, por lo tanto, las piezas ms largas.

    En un intento de reconstruccin, diremos que el cinto estaba formado por cinco placas:dos ligeramente curvadas que enganchan al pual, una a cada lado; les siguen dos muy cur-vadas (laterales de la cintura), una de las cuales lleva el gancho; y por la espalda una o dosligeramente curvadas en la que enganchaba el garfio. En muchos casos, como hemos dicho,llevan lminas de hierro por el reverso que constitua la articulacin del cinto a travs decharnelas de bisagra. Pero algunas placas de bronce no parecen llevar huellas de hierro, poreso cabra la posibilidad de que fuesen montadas sobre cuero, como ocurre en la Europa delHallstatt, si bien all son muy finas. Las nuestras, en cambio, son gruesas (entre 1 y 1'5 mmde espesor) y pesadas. El sistema de unin de las placas y con la pieza de unin al pual esmediante una bisagra de hierro de un cuerpo (hay algn caso aislado de dos) con pasador dehierro que remata en dos botones de bronce. sta es siempre de hierro y cuando en el cintu-rn la placa es de bronce el sistema se monta con la pieza de hierro que va por debajo. Esdecir, que cuando aparecen piezas de bronce son siempre decorativas. Para ocultar la bisagray el remate de la placa de bronce que va sobre la de hierro, en los extremos de todas las pla-cas, se dispone una lmina de bronce de unos 11-17 mm remachada con dos roblones. Estdecorada por una hilada longitudinal de robloncitos, dos de los cuales (generalmente los dos

    ltimos o los penltimos) sirven para ensamblar a la de bronce. A ambos lados van lneasincisas que enmarca una acanaladura. Este sistema decorativo es el mismo que hemos vistoen la decoracin de muchas de las placas anteriores de bronce de las vainas de los puales.Es decir, el sentido de unidad esttica y de buen gusto es un elemento comn a estas piezas.

    Lasmedidas de estas placas son muy similares estando asociadas a los dos tipos de pla-cas: la larga rematada en el garfio con una gran incurvacin, y la suavemente incurvada, ms pequea, unida a la anterior como en las tumbas 11, 17 y 26. Las ms largas rematan en ungarfio que permita la apertura o cierre del cinto y se adaptaban bien a la incurvacin lateralde la cintura. De prospeccin no se ha encontrado ninguna entera con remate en el garfio pero la n 18 llega a los 19,5 cm. Sin embargo en las tumbas s que han aparecido enteras y presentan las medidas que se ven en las tablas.

    TABLAII. MEDIDAS DE LAS PLACAS LARGAS DEL CINTURN.

    TUMBAS MEDIDAS6 26 x 4,511 30 x 3,517 298 x 3,322 34 x 4,331 31,5 x 4,2, 29,9 x 4,2

  • 7/23/2019 La Panoplia Guerrera de La Necrpolis de Villanueva de Teba

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    IGNACIO RUIZ VLEZ26 Gladius XXV, 2005

    TABLAIII. MEDIDAS DE LAS PLACAS CORTAS DEL CINTURN.

    TUMBAS MEDIDAS2 13 x 4,7, 14 x 4,76 13,8 x 411 16,5 x 3,512 20 x 5417 12,4 x 3,4, 15,2 x 3,319 14 x 4,7, 14,5 x 4,5 14,1 x 44,526 18,5 x 5,5, 15 x 5,5 11,5 x 3,5, 15,3 x 3,5 15,5 x 3,5PROSPECCIN1 16 x 4,911 13,5 x 3,212 12,2 x 5,415 14,5 x 4,916 20 x 3,625 15,4 x 4

    Su decoracin es muy peculiar y aparece dispuesta en bandas separadas por pequeosbaquetones o crestas. Esta organizacin decorativa es la que nos ha inducido a denominarestas placas con un apelativo cltico centroeuropeo, no slo por las similitudes formales sino porque quizs haya que ver en ellas unas ciertas reminiscencias hallstttica que ya hace casicien aos se vislumbraron y que permiti a Bosch Gimpera calificar de mundo posthallstt-

    tico a estas producciones de bronce.En cuanto a la posicin en el cinto hemos hablado de placas rematadas en garfio y muycurvadas, y placas menos incurvadas y rectangulares que ocuparan una posicin intermedia. No hemos encontrado piezas que pudiesen corresponder a la placa pasiva en la que encajaradicho garfio, y es un hecho raro. Quizs en este contexto encajen algunas piezas que recuer-dan las de enganche del cinto al pual que presentan una perforacin en el centro y son demayor anchura, como es el caso de la tumba 15 o la 19. Pero al ser de mayor anchura que las placas, es poco probable esta asociacin. En algunas tumbas se han encontrado piezas en Ucon ganchos pero son muy finas para este sistema de soporte y las hebillas con apndices deanzuelo parece que van asociadas a cinturones estrictamente decorativos. Por otro lado, yesto es comn a ambos tipos de placas, atendiendo a las variaciones en su conformacinhemos distinguido tres grupos:

    GRUPO A:

    Son placas nicamente de bronce, que iran sobre un soporte de hierro, con las caracters-ticas tpicas pero que la decoracin se dispone de dos maneras, lo que nos permite establecerlas dos variedades. Una, cuando las bandas de tringulos rellenos de botoncitos (perlitas paraotros) estn separados por unas crestas con lnea incisa longitudinal. Son los casos de las doslminas de la tumba 2, la pieza 3 de la tumba 11, las n 1 y 2 de la tumba 12, la dos y la tresde la 17, las 1 y 2 de la 19, las 4, 5 y 6 de la 26 (fig. 14) y la ltima de la tumba 31. Estas placas tienen de cinco a siete bandas decorativas. De prospeccin son las placas n 1, 2, 4, 5,9, 11, 12, 13, 14, 15, 19, 20, 22, 25 y 26 (la n 15 es la nica con ocho bandas). La segunda

    variedad se caracteriza porque han desaparecido las aristas y en su lugar hay una lnea acana-

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    lada. Es el caso de la pieza n 1 de la tumba 31. La primera variedad de este grupo es la msrepresentada de toda la necrpolis con veintitrs piezas y tres fragmentos (43 %). Las bandasdecorativas suelen ser siempre cinco, seis u ocho, aunque hay alguna con cuatro bandas.

    GRUPO B:

    Est formado por siete piezas (dos de la tumba 26, la de la tumba 30? y los n 3, 5 de prospeccin). La placa est constituida por un cuerpo de hierro con las dos aristas lateralesintegradas. Entre ellas va embutida la lmina de bronce decorada, placa sin aristas y con lascorrespondientes bandas de tringulos de botoncitos. Las dos de la tumba 26 (fig. 14) (18,5 x5,5-4,3-3,5; y 15 x 5,5-4,3-3,5 cm) presentan una estructura nica en la necrpolis, como puede verse en el dibujo. Hay una placa inferior de hierro, una es la que remata en el garfio,que en algunos tramos presenta un resalte exterior que se decora con un hilo de bronce mol-durado en cuyos extremos presenta una incurvacin para clavarse en el hierro. La segunda placa tambin es de hierro y va sobre la segunda la cual presenta unas acanaladuras en lascuales se inserta la pieza superior que es de bronce y con la decoracin consabida. Es uncaso nico. Adems dicha tumba presenta tambin otro juego de tres placas de otro cinto que pertenece al grupo anterior.

    GRUPO C :

    Las placas que integr