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UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN MUNDO RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y perspectivas. Tesis presentada como requisito para optar al grado de Magíster en Ética Social y Desarrollo Humano por : Fernando Gastón Ortiz Méndez Profesor Guía: Patricio Miranda Rebeco Profesor Informante: Exequiel Rivas Gutiérrez Santiago, Chile, 2008

La Pastoral Rural

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Page 1: La Pastoral Rural

UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

Facultad de Ciencias Sociales

Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales

LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN MUNDO

RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y pers pectivas.

Tesis presentada como requisito para optar al grado de

Magíster en Ética Social y Desarrollo Humano

por :

Fernando Gastón Ortiz Méndez

Profesor Guía: Patricio Miranda Rebeco

Profesor Informante: Exequiel Rivas Gutiérrez

Santiago, Chile,

2008

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ii

Dedico este trabajo a Jenny y Kiara

las cuales me ayudaron con su apoyo incondicional

a ampliar mis conocimientos y estar más cerca de mis metas profesionales.

Gracias a Dios y a los intercambios y exposiciones de ideas con mis amigos.

Gracias al Instituto de Educación Rural, institución que motivó y apoyó la realización de

este estudio.

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iii

Título de la investigación : La Pastoral de la Iglesia Católica del Sur de Ch ile en un mundo rural que cambia: comprensión, interrogantes y perspectivas.

Autor : Fernando Ortiz Méndez Profesor Guía : Patricio Miranda Rebeco

Resumen

Por medio de una Investigación Cualitativa, que recoge la opinión de sacerdotes, Diáconos Permanentes y laicos comprometidos, intentamos describir la Pastoral de la Iglesia en el mundo rural del Sur de Chile, para luego plantearle algunos desafíos en pos de estimular y fortalecer su labor apostólica en ese sector. Los resultados señalan que la Iglesia, con toda su complejidad, es un actor relevante en el campo chileno, aquella ha advertido el actual proceso de cambios y trata de dar respuesta, aunque a veces con poco éxito, a los diversos desafíos que este le plantea. La investigación revela el abandono integral que vive el sector rural y el declive de la Pastoral en esta zona. En la actualidad el quehacer apostólico se ha venido estructurando en función de los requerimientos de la ciudad. Su acción de alguna u otra forma contiene elementos asociados al proceso de urbanización cultural y a las disimetrías campo – ciudad que se han venido dando. En las Parroquias y Comunidades Rurales predomina lo sacramental, devocional y cultual, así como el exacerbado protagonismo de los sacerdotes en la marcha de la labor apostólica de la Iglesia. No obstante a aquello, se evidencian algunas oportunidades que podrían revertir tal situación. Nos referimos a las relaciones de cercanía y a los valores que se viven en el mundo rural. Los principales actores optan por el arquetipo de Iglesia como Pueblo de Dios que promueva relaciones de fraternidad y servicio en su interior. La Iglesia en el sector rural paulatinamente lo logrará si se atreve a establecerlo en un modelo concreto como lo es el de las Comunidades Eclesiales de Base. En ellas se revive el modelo original de nuestra Iglesia como red de comunidades hermanas unidas en la misma fe y en el mismo amor. La pastoral de la Iglesia en el sector rural ha de fortalecer a las CEBs como Pueblo de Dios. Tal decisión exigirá a los hombres y mujeres campesinas dejar atrás la comodidad y asumir responsablemente las tareas propias de la vocación común de todos los bautizados.

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iv

INDICE

RESUMEN ……………………………………………………………………… iii

INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………… 1

CAPÍTULO 1: La Nueva Ruralidad ..………………………………………… 6

1. Hacia un concepto de Ruralidad…………………………………………..... 6

2. Características de la Población Rural………………………………………. 9

3. Actividades Productivas más sobresalientes del Sector Rural…………… 12

4. La pobreza Rural……………………………………………………………… 15

5. Transformaciones más elocuentes en el Sector Rural…………………… 20

6. Potencialidades de la Nueva Ruralidad. ………………………………….. 26

7. La Familia rural………………………………………………………………. 29

8. El fenómeno de las iglesias evangélicas en las zonas rurales…………. 32

CAPÍTULO 2: Marco Teórico para un Diseño de la

Pastoral Rural en el Horizonte del Conc ilio

Vaticano II y de las Conferencias Generale s

del Episcopado Latinoamericano y del

Caribe ………………………………..……………………………………..……. 35

1. Iglesia para el Reino…………………………………………………………. 36

2. Iglesia Pueblo de Dios y Comunidad de Creyentes…………………... 40

3. La Experiencia de las Comunidades Eclesiales

de Base en la Iglesia Latinoamericana……………………………………. 49

4. Hacia una Pastoral Rural encarnada, solidaria

y atenta al daño del medio ambiente……………………………………. 59

Page 5: La Pastoral Rural

v

CAPÍTULO 3: La Pastoral de la Iglesia Cató lica

del Sur de Chile en el Mundo Rural contemporáneo,

según la opinión de sus principales act ores,

Sacerdotes, Diáconos Permanentes y Laicos …………………………… 64

I. Características de la Pastoral de la Iglesia Ca tólica

en el mundo rural del sur de Chile ………………………………….. 69

1. Caracterización de la parroquia rural……………………………………… 71

2. Caracterización de las comunidades rurales…………………………….. 74

3. Los ministerios que se dan al interior de las comunidades…………….. 76

4. La Evangelización…………………………………………………………… 87

5. La Formación y el acompañamiento a las comunidades. ……………… 91

6. La Religiosidad Popular……………………………………………………. 93

7. Situación Económica de las Parroquias y Comunidades rurales…….. 94

8. La Pastoral Rural……………………………………………………………. 97

CAPÍTULO 4: Principales Hallazgos ……………..………………………… 100

I. Una Pastoral Rural en declive, colonizada por lo urbano…………… 100

II. La Pastoral de las Comunidades Rurales es sacramental,

devocional y cultual………………………………………………......... 106

III. Preeminencia del clericalismo en la Pastoral Rural……………….. 110

IV. El entorno rural posibilita una espiritualidad en clave ecológica… 115

V. El potencial de las relaciones de cercanía y los valores que

se viven en el mundo rural……………………………………………. 116

VI. El Abandono Integral que vive el mundo rural……………………… 119

Page 6: La Pastoral Rural

vi

CAPÍTULO 5: CONCLUSIONES ………………………………………….. 122

I. Una Pastoral Rural encarnada, que retome la opción

por las Comunidades Eclesiales de Base………………………… 122

II. Hacia una mejor realización de la corresponsabilidad

laical en la Pastoral de la Iglesia rural……….................................. 124

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS …………………………………………. 132

ANEXO 1: Pauta para la Entrevista Semiestructurada……………………. 146

ANEXO 2: Entrevistas Semiestructuradas………………………………….. 148

Page 7: La Pastoral Rural

INTRODUCCIÓN

La definición de la ruralidad en términos tradicionales ha perdido vigencia.

Organismos internacionales que han reflexionado sobre el tema, como la

CLACSO, el IICA, la FAO y algunos autores, hablan de una nueva ruralidad1.

El mundo rural en la actualidad está envuelto en una gran tormenta de

transformaciones, carencias, desafíos y oportunidades. La Globalización ha

venido generando, en parte, una fuerte concentración de la tierra y una

transformación del trabajo rural; ha activado nuevos procesos de pobreza, ha

transformado el espacio rural generando nuevos núcleos de asentamiento en

las zonas rurales. Hoy la población rural está siendo influenciada culturalmente

por los centros urbanos2. Lo rural se ha venido estructurando en función de los

requerimientos de la ciudad. Asimismo, se evidencia un desequilibrio en las

relaciones campo – ciudad, hay una evidente superioridad de lo urbano sobre lo

rural. Es claro que en el campo chileno hay menos oportunidades que en las

ciudades.

Sin embargo, es cierto que la ruralidad está siendo revalorizada; la población

urbana busca aproximarse a lo rural para el disfrute del ambiente y llevar una

vida sana. También se evidencian mejoramientos en acceso a tecnologías,

1 Ver, GIARRACCA, N. (comp.), 2001, ¿Una nueva ruralidad en América Latina?, Buenos Aires: CLACSO, ; INSTITUTO INTERAMERICANO DE COOPERACIÓN PARA LA AGRICULTURA (IICA), 2000, Dirección de Desarrollo Rural, Nueva Ruralidad, El Desarrollo Rural Sostenible en el Marco de una Nueva Lectura de la Ruralidad, Ciudad de Panamá; ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN (FAO) - BANCO MUNDIAL, 2003, La Nueva Ruralidad en Europa y su Interés para América Latina, Roma; GOMEZ S, 2004, Nueva Ruralidad, (fundamentos teóricos y necesidad de avances empíricos). Una mirada desde la sociología rural. Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo agrario 8, 141 – 164, [en línea], < http://gestar1.unizar.es/cederul/revista/num08/06.htm>; 2002, La Nueva Ruralidad ¿Qué tan Nueva? Universidad Austral de Chile, Ediciones LOM. 2 Ver, BAIGORRI, A, <http://www.unex.es/sociolog/BAIGORRI/portico.htm>.

1

Page 8: La Pastoral Rural

2

conectividad y servicios de transporte, hay mayor cobertura educacional y

servicios básicos.

La Pastoral de la Iglesia Católica en el sur de Chile indudablemente que es

afectada por la instauración de este nuevo orden en el mundo rural. Esta

situación le traza problemas y preguntas, a los cuales debe responder con

nuevos métodos, creatividad, entusiasmo y fe. Ella inició el proceso de

Reforma Agraria y para acompañar y dignificar a los campesinos y campesinas

dio origen a una serie de iniciativas como los Congresos Eucarísticos, las

Semanas Sociales, la Acción Católica y sus movimientos especializados. Por

varias décadas contribuyó a que el tema del mundo rural estuviera presente en

las principales discusiones y decisiones del país. Sin embargo, esta

predilección ha perdido fuerza en esta última década, sobre todo después de

los noventa. Su acción, de alguna u otra forma, contiene elementos asociados

al proceso de urbanización cultural y a las disimetrías campo – ciudad que se

han venido dando. Pareciera que el tema de la ruralidad en la Iglesia ha

pasado a segundo plano, su presencia en algunas realidades es más formal

que real. Algunas señales que podrían servir de argumento es que en la

mayoría de las Diócesis del sur de Chile opera ineficazmente una pastoral rural

inquietada por conocer y analizar las transformaciones y carencias del sector.

Por otro lado la acción pastoral que vienen desarrollando las parroquias rurales,

con algunas excepciones, se ha alineado muy lentamente a las orientaciones

del Concilio Vaticano II3.

Esta presunción la queremos verificar a través de una investigación que intenta

dar respuesta a las siguientes interrogantes:

3 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, 2007, Documento de Aparecida nº 100.

Page 9: La Pastoral Rural

3

• ¿Cómo la Iglesia Católica en el sur de Chile se ha venido adaptando al

nuevo escenario rural?

• ¿cuáles son las interrogantes o desafíos que la nueva ruralidad le traza?

El estudio se propone como objetivos:

a) Describir, de acuerdo al estado del arte el nuevo escenario del mundo

rural chileno,

b) describir y caracterizar la organización y el quehacer pastoral de la

Iglesia Católica en el mundo rural del sur de Chile,

c) plantear a la Iglesia Católica del sur de Chile algunas interrogantes y

desafíos para estimular y fortalecer la pastoral en el medio rural.

Para el logro de estos propósitos, se hizo un estudio cualitativo basado en la

técnica de la Entrevista semi-estructurada que intentó recoger las opiniones de

agentes pastorales relacionadas con el andar de la pastoral de la Iglesia en el

mundo rural. El instrumento se aplicó a 40 Sacerdotes, 5 Diáconos

Permanentes y a 5 laicos de algunas parroquias y comunidades rurales del sur

de Chile. El estudio se centró principalmente en la opinión de los presbíteros

porque ellos son en la actualidad los principales protagonistas de la Pastoral.

Nuestra intención no es otra que valernos de sus expresiones para avanzar

hacia una pastoral más comunitaria y participativa.

La investigación parte señalando el nuevo escenario rural que ha configurado la

globalización. Luego se presenta el marco teológico pastoral que debiera servir

de sustento para fortalecer la pastoral rural. Se dan a conocer también las

características de la Pastoral de Iglesia Católica en el mundo rural del sur de

Chile. Finalmente se hace un análisis de la situación actual de la pastoral en las

parroquias rurales y se proponen acciones para la Iglesia en el sector rural.

Page 10: La Pastoral Rural

4

Decidimos hacer este estudio porque el desarrollo, además de involucrar

aspectos referidos al crecimiento económico, tiene por finalidad potenciar el

desarrollo del ser humano en forma integral y permanente4. Ha de ofrecer a los

hombres y mujeres, las oportunidades sociales que contribuyan a la expansión

de las capacidades humanas5 y a una mejor calidad de vida.

La ruralidad en Chile es un tema que necesita ser abordado integralmente. La

mayoría de los escasos estudios existentes muestran la realidad desde un

sesgo economicista que enfatiza en lo productivo y estructural, olvidando

aspectos trascendentales como la influencia de las innumerables

transformaciones que afectan a las mujeres y hombres que habitan y trabajan

en el campo.

El presente estudio se sitúa en el plano de lo religioso, es decir cómo a la

Iglesia y a sus integrantes le han afectado los cambios acaecidos en el mundo

rural y cómo ella se ha venido adaptando a esas mutaciones.

Dejamos en claro también que dentro del tema de la ruralidad está el indígena,

asunto muy presente en las comunidades del sur de Chile. Pero por los fines

que pretende el presente estudio este aspecto no se abordará, pues amerita

una discusión seria y amplia, que no podríamos realizar.

El actual estudio asume el discurso de la teología latinoamericana, cuyo

mensaje es fruto del esfuerzo creyente por hacer realidad aquí y ahora el

Reinado de Dios. Sus teólogos han traducido en sus textos la riqueza de

4 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, nn 64 - 66; PABLO VI, Carta Encíclica Populorum Progressio, nº 14.

5 Cfr. SEN, A, 2000, Desarrollo y Libertad, Ed. Planeta, Buenos Aires, pp 19 – 28.

Page 11: La Pastoral Rural

5

nuestra conciencia de ser Pueblo y de ser Iglesia en coherencia con la realidad

cultural de nuestros pueblos. Optamos también por esta corriente teológica

porque según nuestra opinión ella sintoniza más con las orientaciones dadas

por el Concilio Vaticano II. La Iglesia de América Latina recepcionó y acogió su

inspiración. A partir de entonces, ha venido redescubriendo su identidad y

misión, a medida que se va abriendo al Espíritu y se dona generosamente a los

pueblos, preferencialmente a los pobres, trata de mantenerse fiel al Evangelio,

interpretando la realidad desde la fe y sirviendo a la persona concreta.

Page 12: La Pastoral Rural

6

LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN

MUNDO RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y perspectivas.

CAPÍTULO 1: LA NUEVA RURALIDAD.

La globalización está configurando una nueva ruralidad y la Iglesia Católica en

el sur de Chile necesita saber qué está pasando para adaptarse y dar

respuesta a las preguntas y desafíos que el nuevo escenario rural le platea.

Indicamos de partida que la ruralidad es muy heterogénea. No obstante a ello,

en este capítulo intentaremos hacer una propuesta conceptual y describir la

ruralidad de Chile en el umbral del siglo XXI.

1. Hacia un concepto de Ruralidad.

La globalización ha reordenado el mundo rural. Todos consensuamos en las

profundas alteraciones que ha provocado en los sistemas agrícolas, en la

velocidad y complejidad de los cambios que dificultan cualquier intento por leer

los signos de los tiempos y comprender lo que está pasando6. El mundo rural se

está transformando aceleradamente, desdibujándose fronteras de todo tipo,

económicas, ecológicas, sociales, políticas, científicas y tecnológicas, y muy

especialmente del conocimiento y de la cosmovisión.

El nuevo escenario rural dificulta cualquier intento por definir la ruralidad, pues

ciertos rasgos característicos ya no están presentes o han quedado obsoletos y

6 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, nn 4 – 5.

Page 13: La Pastoral Rural

7

hay que redefinirlos7. Hasta hace algunos años lo rural se asociaba a territorios

con baja densidad demográfica, a aislamiento, a actividades productivas

directamente relacionadas con lo agropecuario, a retraso social y tecnológico.

La misma palabra rural en ocasiones sigue cargada de connotaciones

negativas, frente a lo refinado y citadino.

En la actualidad el mundo rural es más amplio que todas las concepciones que

anteriormente mencionábamos. Hoy, por ejemplo, lo rural no es equivalente a

lo agrario. Existen muchos cultivadores de la tierra, que no viven en el campo

ni se sienten identificados con la vida campesina. Usan la tierra como un medio

para percibir ganancias o como una oportunidad de tener casa en el campo los

fines de semana y en vacaciones. Lo rural ha venido ganando terreno ya no es

tan desechado por ser sinónimo de retraso; en estos últimos años se han dado

algunos atisbos de revaloración, los hombres y mujeres de la ciudad desean

volver al campo, anhelan una vida más sana y entornos más amigables8.

La relación campo-ciudad es ahora mucho más compleja que la vieja relación

dicotómica. Somos testigos del proceso de urbanización de la realidad rural y a

la vez de una ruralización del empleo. Los adelantos tecnológicos, el desarrollo

de la infraestructura vial y el acceso garantizado a servicios básicos, en parte

explican las nuevas formas de conectividad rural – urbana y su impacto en las

dinámicas sociales. La gente del campo va y viene a la ciudad de manera

mucho más cotidiana que en otras épocas, haciendo que estos espacios ahora

comiencen a presentar límites más difusos.

7 Cfr. LLAMBÍ, L, 1995, Globalización, Ajuste y Nueva Ruralidad. Una agenda para la investigación y el desarrollo rural. Laboratorio de Estudios Rurales y Agrarios, Venezuela, 4p. 8 Cfr. PÉREZ, E, 2001, Hacia una Nueva Visión de lo Rural. En ¿Una Nueva Ruralidad en América Latina? Norma Giarracca (compiladora). Colección Grupos de Trabajo de CLACSO. Grupo de Trabajo Desarrollo Rural. CLACSO, Buenos Aires, 25p; BARRERA, E.; MUÑOZ, R. (2003). Manual de turismo rural para micro, pequeños y medianos empresarios rurales. Serie de instrumentos técnicos para la microempresa rural. PROMER Programa de apoyo a la microempresa rural de América Latina y el Caribe, 9p.

Page 14: La Pastoral Rural

8

En este marco, se hace necesario incorporar en el análisis el impacto de las

nuevas tecnologías de la información, cuya masividad ha hecho posible la

vinculación de manera instantánea con una serie de territorios, abriendo nuevas

oportunidades en los más diversos ámbitos.

También los últimos acontecimientos ocurridos en el mundo rural desdibujaron

lo propio que tenía este sector. De algún modo algunos valores, costumbres e

instituciones han sido modificados9; lo rural ya no es lo rural, a sus habitantes

les cueste hablar de sí mismos reconociéndose como tales o como campesinos.

Sin embargo, en medio de toda esta confusión levantaremos una noción de

ruralidad que nos permitirá definir y entender el mundo rural en la actualidad

para acompañarlo y guiarlo en su vida de fe.

Siguiendo a algunos autores conceptualizaremos la ruralidad no como una

simple delimitación geográfica, sino más bien como a un tejido económico y

social heterogéneo que comprende un conjunto de actividades muy diversas

como la agricultura, turismo rural, ganadería, forestal, acuicultura, pequeñas y

medianas empresas y otras10. También es necesario señalar que en este

espacio rural se ofrecen servicios relacionados con la educación, la vida de fe,

salud, transporte y comunicaciones, comercio y otros.

Hoy la ruralidad la podríamos definir por un determinado tipo de

relaciones humanas, un modo de transmisión oral, un conocimiento personal y

familiar de la mayoría de los miembros de la comunidad, unas costumbres

establecidas. Su organización social está basada en la cercanía, el no 9 Cfr. LLAMBÍ, L, 1995, Globalización, Ajuste y Nueva Ruralidad. Una agenda para la investigación y el desarrollo rural. Laboratorio de Estudios Rurales y Agrarios, Venezuela, 7 p. 10 Cfr. PÉREZ, E, Hacia una Nueva Visión de lo Rural. En ¿Una Nueva Ruralidad en América Latina? Norma Giarracca (compiladora). Colección Grupos de Trabajo de CLACSO. Grupo de Trabajo Desarrollo Rural. CLACSO, Buenos Aires, 2001, 25p.

Page 15: La Pastoral Rural

9

anonimato. En el mundo rural las personas se conocen, con un nombre y una

historia. Indudablemente hay una mayor cercanía y solidaridad ante las

desgracias11.

Lo rural hoy comprende un conjunto de relaciones personales intensas entre

familiares y vecinos. En el campo todos se conocen y ello genera condiciones

para que las relaciones personales resulten naturales, otorgan sentido a la

identidad con el territorio al que pertenecen las personas y adquiere importancia

la memoria rural como expresión de la historia local. En tiempos de

globalización, lo que acabamos de expresar es una de las condiciones que

permite mantener algunos rasgos de identidad frente a las fuerzas globales y

homogéneas que se expresan a través de los medios de comunicación,

consumo de bienes y servicios, etc.

2. Características de la Población Rural:

En Chile el sector rural está viviendo un proceso de des-ruralización. Según los

datos del Censo 2002 aproximadamente el 13,4% de la población de Chile

habita en esta zona, lo que contrasta con el nivel de ruralidad del país de hace

cuatro décadas, donde alcanzaba al 40%12.

Los índices de ruralidad no son homogéneos en todo el territorio nacional. Entre

la Región del Maule y la de Los Lagos hay más población rural, llegando en

algunos casos a superar el 30%.13

11 Cfr. GÓMEZ, S, La Nueva Ruralidad: ¿Qué tan Nueva? Revisión de la bibliografía, un intento por definir sus límites y una propuesta conceptual para realizar investigaciones. Universidad Austral de Chile. LOM Ediciones Ltda. 1° Edición, 2002, 137 p. 12 INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE) CENSO 2002. 13 Idem.

Page 16: La Pastoral Rural

10

Uno de los datos más interesantes en este último Censo es el aumento de la

esperanza de vida y la disminución de la natalidad en nuestro país. En efecto,

entre los Censos de 1992 y 2002 la población adulta mayor aumentó de 9,8% a

11,4%, lo cual significa que hay 400.000 personas mayores de 60 años más

que hace diez años. En el sector rural, a estos fenómenos se suma la fuerte

migración de los jóvenes a la ciudad, con la consecuencia del envejecimiento

marcado de su población y disminución del número de hijos. Cada día en el

medio rural se ven menos niños/as y jóvenes, pero más adultos mayores y

ancianos/as.

Un antecedente interesante con respecto a lo señalado anteriormente es que en

el sector rural el índice de masculinidad equivale a 114, esto quiere decir que

hay más hombres que mujeres. En los sectores urbanos, en cambio, las

diferencias son bajas aunque siempre a favor de las mujeres (94,68). Los altos

índices de masculinidad dados en las áreas rurales se explican, principalmente,

debido al histórico movimiento migratorio campo-ciudad en el cual prevalecen

las mujeres y los jóvenes.

El Analfabetismo en todo el territorio nacional alcanzaba en el año 2003 al 4 %.

No obstante este porcentaje en la zona rural asciende a 11,8%, mientras que en

la urbana fue 2,8%. Esta diferencia entre zonas se explica en parte por las

fuertes diferencias en la población de mayor edad, brecha que disminuye

considerablemente al considerar los grupos más jóvenes. En efecto, en la

población de 75 años y más la diferencia entre zonas de residencia es de 28,7

puntos porcentuales, mientras en la población joven la brecha sólo alcanza un

punto porcentual14.

14 MIDEPLAN, División Social, Encuesta CASEN 2003.

Page 17: La Pastoral Rural

11

En relación a la escolaridad de la población entre 15 y 64 años de edad, en el

2002 esta alcanzó a 8,5 años promedio de estudio. En el mundo rural los

jóvenes de 15 a 24 años casi triplican (2,8 veces) la escolaridad de sus abuelos

y casi duplican la de sus padres (1,6 veces)15.

La cobertura del nivel parvulario (preescolar) en el país alcanzó un 35,1% el

año 2003. Mientras en la zona urbana fue de 36,7% en la rural alcanzó a un

24,1%. El sector rural ostenta un incremento muy importante en la cobertura

preescolar entre estos años, alcanzando los 6,9 puntos porcentuales desde el

200016.

A nivel de país, en el año 2003, la cobertura de enseñanza básica alcanza a

99,1% con un registro para la zona urbana de 99,2% y para la zona rural de

97,9%17.

En cuanto a la cobertura en la educación media, el país registra un 92,6%, con

un 93,9% para la zona urbana y un 84,0% para la zona rural18.

Según el censo del 2002, la población que pertenece a uno de los ocho

pueblos considerados en la Ley Indígena alcanza al 4,6% (692.192). Dentro de

este porcentaje el pueblo Mapuche es el más numeroso, representando el

87,3% del total de los indígenas. De esa cantidad el 64,8% vive en las zonas

urbanas y el 35,2% en la zona rural, quedando en evidencia que la población

indígena presenta una mayor proporción de personas que habita en las zonas

rurales que la población no indígena. Las Regiones con mayor población

15 INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE) CENSO 2002. 16 MIDEPLAN, División Social, Encuesta CASEN 2003. 17 Idem. 18 Idem.

Page 18: La Pastoral Rural

12

aborigen son La Araucanía con 29,5% y la Metropolitana con 27,7%. Con un

menor porcentaje le siguen Los Lagos, Bío Bío y Arica19.

3. Actividades productivas más sobresalientes del sector Rural

En los últimos años las actividades productivas se han diversificado en el

mundo rural; no obstante aquello continúa primando la agricultura, ganadería,

explotación forestal y acuicultura. Incipientemente se viene abriendo paso el

turismo rural.

El sector agropecuario se ha ajustado a las políticas neoliberales que se han

introducido en Chile desde la década de los ochenta, cuyo fin es la producción

de rubros frutícolas, hortícolas, leche, etc. para los mercados mundiales, en

base a recursos tecnológicos altamente especializados y con una escasa

demanda de mano de obra, la que, es relativamente barata20. Normalmente

estas empresas modernas tienen acceso a los mejores suelos, poseen un alto

nivel de integración, buena gestión, tecnología de punta y estrecho vínculo con

los mercados.

La modernización de la agricultura chilena transformó el sector rural. La

empresa agroexportadora, se constituye como el eje ordenador y productivo del

campo, reemplazando así al antiguo complejo latifundio-minifundio. Estos

grandes complejos agroindustriales y agroexportadores de transformación,

almacenamiento, clasificación, empaque y transporte de productos agrícolas

para los mercados internacionales acumulan una gran cantidad de territorio

para dedicarlo a la producción21.

19 INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE) CENSO 2002. 20 Cfr. ECHEÑIQUE, J – GÓMEZ, S, 1988, La agricultura chilena. Las dos caras de la modernización, FLACSO AGRARIA, Santiago de Chile. 21 Idem.

Page 19: La Pastoral Rural

13

Otra actividad que ha progresado en estos últimos años es la producción

forestal, la que a partir de la década de los ochenta ha experimentado una

importante expansión y se ha convertido en uno de los subsectores más

dinámicos en el conjunto de actividades agro industriales. Durante la década de

los 90, la actividad forestal llegó a ocupar el segundo lugar de la economía,

detrás de la minería, siempre basado en las plantaciones de especies de rápido

crecimiento. En el año 2005 contribuyó en un 3,3% al PIB, abarcando el 13%

del total exportado por el país. En la actualidad la producción se concentra en

la pulpa química, remanufacturas, madera aserrada, tableros y chapas,

papeles y cartones, astillas, entre otros.22

La superficie plantada en la actualidad alcanza aproximadamente a las

2.200.000 hectáreas. En un análisis de las especies plantadas el pino radiata

lleva la delantera con un 66,7%, le sigue el eucalipto con un 24,6%.23

La explotación forestal también ha generado concentración de la tierra. Unos

pocos son propietarios de extensos territorios. Poco a poco algunos pequeños

propietarios han tenido que vender sus terrenos, incluso algunas comunidades

han venido desapareciendo pues sus habitantes tuvieron que migrar porque sus

parcelas están rodeadas de pinos y eucaliptos.

También el sector que en Chile ha cobrado importancia es el pesquero-

acuícola, aquel ha sido gravitante para el desarrollo social y económico del

país. Dentro del contexto mundial, Chile se sitúa entre los principales

productores y exportadores mundiales, tanto en la pesca como en las cosechas

de los centros de acuicultura.

22 Cfr. INFOR, El sector forestal chileno 2006. 23 Idem.

Page 20: La Pastoral Rural

14

La salmonicultura en Chile a pesar de ser una industria reciente ha logrado un

crecimiento explosivo. Durante los últimos cinco años ha logrado mantener 5,3

puntos porcentuales dentro del total de envíos del país. Es la cuarta actividad

exportadora más importante de la economía chilena, después de la minería,

sector forestal y frutícola.24

El desarrollo de la acuicultura ha posibilitado la ampliación y diversificación de

los mercados y a la vez ha generado empleos desde La Araucanía a la Región

de Aysen.

En el ámbito de lo productivo también es necesario destacar las experiencias de

turismo rural y agroturismo que se han venido efectuando en estos últimos

años. Ellas han aproximado nuevos ingresos a las personas que ofrecen

servicios de alojamiento, venta de comidas típicas, artesanías, música y

presentaciones folclóricas, transporte, excursiones, etc. Sin lugar a dudas, esta

actividad tiene un futuro prometedor, porque existe un creciente interés de la

población urbana a reencontrarse con la naturaleza, la vida rural y las faenas

agropecuarias tradicionales25. Los principales beneficiados en estos proyectos

son aquellas comunidades más empobrecidas, especialmente las étnicas.

No es menos cierto que al lado de esta exitosa modernización del mundo rural

se dan otras situaciones que no aparecen tan triunfantes. Lamentablemente los

beneficios no han llegado a todos. El desarrollo del monocultivo intensivo de

productos de alta inserción en los mercados internacionales, ha ido generando

un nuevo proceso de concentración de la propiedad de la tierra, que se había

24 Cfr. www.salmonchile.cl 25 Cfr. BARRERA, E.; MUÑOZ, R. (2003). Manual de turismo rural para micro, pequeños y medianos empresarios rurales. Serie de instrumentos técnicos para la microempresa rural. PROMER Programa de apoyo a la microempresa rural de América Latina y el Caribe, 9- 19 pp.

Page 21: La Pastoral Rural

15

intentado desarticular con la reforma agraria, generando, a su vez, nuevas

brechas al interior del espacio rural.

Muchos campesinos y unidades familiares empobrecidas han vendido sus

tierras ante la oferta de estas grandes empresas o presionados por la baja

productividad de sus terrenos. Otros han tenido que desocupar los suelos en

los que habitaban migrando, en ambos casos, a los centros urbanos

intermedios, ruralizando la pobreza en estos asentamientos receptores.

A pesar de todo el éxito obtenido por los grandes consorcios productivos, la

modernización del mundo rural ha activado nuevos procesos de pobreza en los

sectores campesinos que no han podido acceder al mejoramiento de sus

sistemas productivos, particularmente a tecnología y acceso a la información.

Aquello les imposibilita competir, debido a la baja productividad y al escaso

control de calidad o de valor agregado de sus productos.

Muchos campesinos hoy están sobreviviendo sumergidos en las deudas.

Varios hogares logran sobrellevar la vida por medio de una economía de

subsistencia.

4. La pobreza Rural 26:

La población rural en situación de pobreza e indigencia en Chile, ha disminuido

considerablemente. Según las últimas cifras de la Encuesta Casen 2006 por

primera vez desde que se inició la medición la pobreza rural (12,3%) es inferior 26 Cfr. TEJO, P, 2000, La pobreza rural una preocupación permanente en el pensamiento de la CEPAL, CEPAL-Serie Desarrollo Productivo, Santiago de Chile; KÖBRICH, C, 2003, Pobreza rural y agrícola: entre los activos, las oportunidades y las políticas, una mirada hacia Chile, Serie Desarrollo Productivo No 144, CEPAL, Santiago de Chile; Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza, 1998, Seminario Transformaciones en el Mundo Rural: Desafíos para Superar la Pobreza, Santiago de Chile.

Page 22: La Pastoral Rural

16

a la urbana (14%). Sin embargo en el caso de la indigencia continúa siendo

superior en las zonas rurales (3,5%) que en las urbanas (3,2%). Es importante

señalar que la vulnerabilidad de la población en el mundo rural es mayor

cuando sus integrantes son indígenas, allí la pobreza asciende a un 9,1% y la

indigencia al 9,6%27.

Un fenómeno que puede explicar la baja en las cifras de la pobreza rural es la

migración; gran parte de esos pobres fueron hombres y mujeres rurales que

marcharon a la ciudad en busca de nuevas y mejores oportunidades.

A pesar de los variados esfuerzos por revertir la situación de pobreza en el

mundo rural, aún continúan estando presentes algunos factores de exclusión

social. La falta de disponibilidad de una adecuada infraestructura y la dificultad

de acceso a servicios públicos, a educación de calidad y a inversión en

investigación y desarrollo son otros de los factores importantes. Debido a que

la mayoría de los habitantes del país están ubicados en las áreas urbanas, la

inversión en infraestructura vial y servicios públicos también se prioriza,

principalmente, en estas zonas.

Algunos pobladores rurales aún no tienen acceso a agua potable y luz eléctrica

en sus viviendas, otros viven en condiciones de aislamiento por falta de

disponibilidad de vías de comunicación y locomoción. A su vez, no existe un

sistema de seguridad social efectivo para todos los adultos mayores de 65

años. También en el sector rural se accede con mucha dificultad a los servicios

de salud, generalmente existe una Posta que proporciona los primeros auxilios

a los pacientes. En ella hay un Técnico Paramédico que debe atender en

promedio a una población de 1000 personas. El servicio en estos centros es

muy precario. En caso de enfermedad grave nuestros compatriotas han de

27 Cfr. MIDEPLAN, División Social, Encuesta CASEN 2006.

Page 23: La Pastoral Rural

17

buscar ellos mismos la manera de llegar al centro asistencial. Las rondas de

Médico, Enfermera, Matrona se hacen una vez al mes o cada quince días

dependiendo del sector. Cuando alguien debe ser atendido por un especialista

se solicita la hora al hospital, el tiempo de espera puede durar meses y hasta

años.

En relación al ingreso medio en el sector rural las cifras del 2003 apenas son

levemente superiores a la situación de ingreso de comienzos de los noventa y,

comparativamente con el sector urbano, el ingreso promedio de la ocupación

principal el año 2003 fue de $302.427, mientras que para la otra zona este

promedio alcanzó a $168.847, constituyendo un 52,8% de su correspondiente

urbano28.

El acceso a los servicios básicos, aunque se ha incrementado notoriamente

entre 1990 y el 2003, continúa siendo proporcionalmente mucho más bajo en la

población rural.

Al agrupar los sistemas de saneamiento constituidos por alcantarillado y fosa

séptica, considerados buenos y aceptables respectivamente, se alcanza, en la

zona urbana a un 94,8% de los hogares, mientras que en el sector rural este

porcentaje llega a un 40%. Este sistema se ha incrementado notoriamente

desde el año 1990, cuando solamente un 19,1% de los hogares rurales accedía

a un nivel al menos aceptable29.

Al considerar los hogares rurales que obtienen agua para su consumo de la red

pública, se observa que se ha incrementado el acceso desde el año 1990, hasta

alcanzar en el 2003 un 43,6%. Asimismo un 30,3% posee un sistema de

28 MIDEPLAN, División Social, Encuesta CASEN 2003. 29 Idem.

Page 24: La Pastoral Rural

18

distribución al interior de la vivienda y solo un 18, 4% no tiene un sistema de

distribución de agua adecuado, situación que en 1990 afectaba al 54%30.

En cuanto al suministro eléctrico, el 90,6% accede al año 2003 a energía

eléctrica desde la red pública, en circunstancias que en 1990 dicho servicio

llegaba sólo al 62% de la población rural31.

Entre tanto dato estadístico, un acontecimiento que merece ser considerado es

que la pobreza se está llenando de conceptos y de cifras. Es hipócrita: se dice

una cosa pero en la realidad rural hay mucha y es muy fuerte. La pobreza trae

humillación e indignidad a las personas. En algunos sectores cohabitan

personas muy acomodadas con gente que no alcanza a satisfacer sus

necesidades básicas.

En el campo se respira el olor a la pobreza. Muchas veces se hacen

indiscriminadamente comentarios que ofenden a los pobres, catalogándolos de

sucios y flojos. No se ha considerado que en estos hogares duermen dos o

más personas en una sola cama, que con una toalla se secan todos, etc.

La pobreza material se nota pero el campesino ha sabido sobrevivir en el

campo, a pesar que no tiene a mano una serie de elementos que son vitales

para tener una mejor calidad de vida. Un campesino no se muere de hambre a

pesar de que viva en condiciones miserables.

La subsistencia de la familia rural se la otorga el trabajo en el pequeño terreno,

allí se cultiva y cría animales; muchos campesinos por una mala situación

económica se ven obligados a trabajar en los fundos más cercanos al domicilio,

30 Idem. 31 Idem.

Page 25: La Pastoral Rural

19

abandonando la atención de sus pequeñas propiedades; otro grupo se vio

obligado a vender, pues cada vez se fue dificultando la producción y

mantención de los terrenos, generalmente estas personas o emigran a la ciudad

o se quedan de inquilinos en un fundo o trabajan en labores de temporada.

En estas condiciones salir de la pobreza es muy complicado pues las

oportunidades en cantidad y calidad no son las más óptimas. A esto agregamos

la mala calidad de los terrenos, la subdivisión de las herencias, etc.

Algo que tal vez no ha sido analizado lo suficiente y que requiere de ser puesto

en el tapete de la discusión es la aparición de un nuevo tipo de pobreza, que es

protagonizada principalmente por aquellas personas campesinas que se

trasladan del campo a la ciudad buscando mejores expectativas de vida. Ellos

son los nuevos pobres, ahora que más del 86 % de la población chilena es

urbana32.

Los campesinos en las ciudades están perdidos, porque no saben y no están

preparados para ejercer en ellas un oficio; son pobres y mano de obra no

calificada. Llegan a una sociedad que exige una calificación cada vez más

específica. Desde que se instalan en la urbe parten experimentando la

ausencia de un oficio, siendo prácticamente obligados a buscar un sistema

precario de sobrevivencia, lo más probable es que se dediquen a efectuar

empleos informales.

En el campo también se da fuertemente la pobreza cultural. Hay personas de

origen campesino que se están olvidando de sus tradiciones y eso ha

conllevado a que su autoestima sea muy baja.

32 Cfr. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE) CENSO 2002.

Page 26: La Pastoral Rural

20

El modelo económico neoliberal cala profundamente en la cultura campesina.

Todos los bienes culturales que se desarrollan en la actualidad están

relacionados con la publicidad y los medios de comunicación. Lo que importa

es captar una mayor audiencia y se hace con emisiones mediocres que exaltan

sentimientos muy primitivos, no educan de ninguna manera porque eso supone

un esfuerzo. Hoy no se logra aumentar la sintonía con programas culturales.

Esta mercantilización de la cultura hace que al final no quede cultura. Lo que

existen son una serie de elementos dispersos pero de algo integral ni hablar.

Lo que se desprende de esto es que los pobres campesinos son también

pobres mentalmente, pobres culturalmente, pobres en la manera como se

aprecian, juzgan y ven las cosas. No tienen sabiduría. Al contrario de los viejos

campesinos que tenían una cultura tradicional que les permitía construir una

personalidad. Ahora en la ciudad les es difícil construirla a partir de fragmentos

de cultura que los medios de comunicación les ofrecen. Esto exige hacer un

esfuerzo para que cada uno logre tener una visión de mundo y realizar aquello

para lo que fue llamado.

En el campo aún permanece vigente, aunque con menos intensidad, la falta de

oportunidades para acceder a estudios superiores. Los jóvenes se quedan

solamente con lo aprendido en el liceo, algunos no tienen esa ambición de

perfeccionarse o hacer algún curso superior. Básicamente por la falta de

recursos.

5. Transformaciones más elocuentes en el sector rur al.

Quizás el mayor desafío en la actualidad en el sector rural sea que la velocidad

y complejidad de los cambios no ha permitido decodificar y comprender que el

mundo se está transformando aceleradamente, desdibujándose fronteras de

Page 27: La Pastoral Rural

21

todo tipo, económicas, ecológicas, sociales, políticas, científicas y tecnológicas,

y muy especialmente del conocimiento y de la cosmovisión.

Queremos señalar sólo algunos fenómenos que tal vez nos pueden ayudar a

comprender mejor la situación actual. Lo primero que se destaca son las

profundas transformaciones de los espacios rurales y las poblaciones que los

ocupan. Se observa también la presencia de áreas rurales dedicadas a

actividades de recreación como es el caso de las "parcelas de agrado" para

habitantes urbanos; espacios para el turismo rural con carácter ecológico y de

aventura, áreas de protección ecológica administradas por el Estado chileno,

entre otras.

Estas nuevas situaciones exteriorizan un deseo de aproximarse a lo rural33. Los

habitantes de las ciudades quieren disfrutar del medio ambiente y la privacidad

que este ofrece. Muchos de estos nuevos habitantes presionan para que la

inversión pública y privada genere el aprovisionamiento de servicios como la

telefonía móvil rural, la extensión de la red pública de agua y electricidad y el

mejoramiento vial.

También los complejos frutículas, forestales, ganaderos y acuícolas han

transformado el espacio rural34, posibilitado el surgimiento de pueblos que

33 Cfr. Pérez, E, 2001, Hacia una Nueva Visión de lo Rural. En ¿Una Nueva Ruralidad en América Latina? Norma Giarracca (compiladora). Colección Grupos de Trabajo de CLACSO. Grupo de Trabajo Desarrollo Rural. CLACSO, Buenos Aires, 25p; Barrera, E.; Muñoz, R. 2003, Manual de turismo rural para micro, pequeños y medianos empresarios rurales. Serie de instrumentos técnicos para la microempresa rural. FIDA. Programa de Apoyo a la Microempresa Rural de América Latina y el Caribe, 9 – 13pp; POSADA, M, 1999, El espacio rural entre la producción y el consumo: algunas referencias para el caso argentino. EURE (Santiago). [en linea], vol.25, no.75, <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0250-71611999007500003>, [consultado 16 Abril de 2006]; 34 Cfr. GÓMEZ, S, 1996, Sociología Rural en Dimensiones Actuales de la Sociología. Departamento de Sociología de la Universidad de Chile, Academia de Humanismo Cristiano y Sociedad Chilena de Sociología, Santiago de Chile; HERNÁNDEZ, R, 2000, Una agenda para

Page 28: La Pastoral Rural

22

subsisten gracias a estas actividades económicas. Estos asentamientos

albergan mano de obra, temporeros urbanos que se suman al trabajo rural.

Todos sus habitantes llegan para acceder a más oportunidades laborales.

Generalmente en su origen los nacientes centros urbanos carecen de servicios

básicos, su estructura vial, de transporte y comunicaciones es muy precaria.

Desde el punto de vista de los actores sociales35 también hay cambios, hoy

cohabitan empresarios agrícolas altamente modernizados y provenientes de

otros sectores de la economía nacional; temporeros que prestan servicios como

asalariados por temporadas, en relación a actividades específicas y de acuerdo

a la estacionalidad; contratistas o empresas, que con diferentes grados de

formalización, reclutan, movilizan y venden fuerza de trabajo a las compañías

del sector agroforestal y pesquero para la ejecución de determinadas labores.

Pero junto a esta agricultura moderna exportadora coexisten pequeños

productores que han quedado excluidos de los procesos modernizadores, y

cuyo rol social es producir alimentos de consumo directo para los mercados

locales o regionales, en rubros de baja rentabilidad.

Desde el punto de vista de la calidad del trabajo este es muy precario,

principalmente por sus rasgos de temporalidad, que generan extensos períodos

de vulnerabilidad en los trabajadores agrícolas, escaso nivel de formalización

del empleo, bajas remuneraciones y malas condiciones expresadas en

extensas jornadas, falta de servicios básicos y de provisión de implementos de

seguridad36.

la investigación de las nuevas realidades rurales en Chile, Actas del 3° Congreso Chileno de Antropología. LOM Ediciones, Santiago de Chile, 1031-1034 35 Cfr. ECHEÑIQUE, J y GÓMEZ, S, 1988, La agricultura chilena, Las dos caras de la modernización, FLACSO, Santiago de Chile.

36 Cfr. Neffa, J, 1999, Crisis y emergencia de Nuevos Modelos Productivos, en Los retos teóricos de los estudios del trabajo hacia el siglo XXI, Enrique de la Garza Toledo (comp.), Grupo: Trabajo, sujetos y organizaciones laborales, CLACSO, Buenos Aires.

Page 29: La Pastoral Rural

23

Como se ha dicho anteriormente la globalización es mucho más que un modelo

económico, tiene un foco cultural, lo cual significa que, por importantes que

sean, las cuestiones financieras y las relaciones internacionales están

considerablemente sujetas a contingencias y codificaciones de esta índole. Hoy

pareciera ser que la tendencia es ir hacia un modelo de sociedad urbana

global37, basada en los desarrollos tecnológicos y en las vinculaciones que han

promovido los procesos recientes de expansión y competencia económica

internacional.

La difusión, a través de los medios de comunicación y la educación, de

patrones culturales urbanos en el mundo rural, trastocan sus costumbres y

valores propios, produciendo un cambio en los estilos de vida. Luego la

distinción rural urbana pierde precisión y sentido, más si se tiene en cuenta que

lo urbano no sólo implica acumulación demográfica, sino también un modo

cultural. Lo urbano ya no está únicamente en las ciudades y ésta ya no tiende a

la concentración, sino a la dispersión. La presente situación ha permitido la

creación de nuevos y mayores vínculos entre el campo y la ciudad, haciendo

difícil identificar claramente los límites entre lo urbano y lo rural38.

Ya mencionábamos la influencia de los medios de comunicación social en la

vida rural, especialmente la televisión. Prácticamente en ningún hogar no está

37 Cfr. CASTELLS, M – HALL, P, 1994, Las Tecnópolis del Mundo. Alianza, Madrid; CASTELLS, M, 2004, La era de la información: economía, sociedad y cultura, Siglo Veintiuno Editores, Madrid; 1995, Ciudad informacional. Tecnologías de la información, reestructuración económica y el proceso urbano-regional, Editorial Alianza, Madrid; 2002, La Ciudad de la Nueva Economía, [en línea], http://www.lafactoriaweb.com/articulos/castells12.htm, [consultado 22 Junio de 2006]; 1997, El surgimiento de la sociedad de redes, Cap. 6: El espacio de los flujos, [en línea], http://www.hipersociologia.org.ar/catedra/material/Castellscap6.html, [consultado 22 Junio de 2006]; GUIDDENS, A, 1991, Sociología, Alianza, Madrid. 38 Cfr. Cfr. BAIGORRI, Artemio, 1998, Hacia la urbe global, ¿el fin de las jerarquías territoriales? [en línea], <http://www.unex.es/sociolog/BAIGORRI/papers/urbeglobal.pdf>, [consultado 10 de Diciembre 2005]; LEFEBVRE, Henry, 1978, De lo rural a lo urbano, Península, Barcelona, 140p.

Page 30: La Pastoral Rural

24

presente este artefacto y es por eso su importancia. Porque a través de él se

transmiten una serie de valores que van cambiando directamente el modo de

vida rural. Del mismo modo recordemos que hoy los mass media son útiles a un

sistema que intenta abarcar y cautivar a un gran público. Se generan así

cambios de ideas y de valores en los ciudadanos y a veces también

comportamientos adictivos. De hecho, la publicidad siempre ha ejercido esta

influencia, la novedad es que hoy las empresas lo hacen con un objetivo, que

está estrechamente relacionado con obtener clientes.

Las películas y programas que se proyectan a través de ellos están pensadas

para un público que busca distracciones que no obliguen a pensar, reproducen

determinados valores; división maniquea entre buenos y malos; simplismo en

las relaciones de pareja; vida urbana y búsqueda del éxito como motivación

principal.

La mayoría de los canales de televisión (TV) más que comunicar entretienen,

según la programación da la impresión que importan más los Reality Shows,

los programas de la farándula, los partidos de fútbol, la vida del cantante,

actor o actriz de moda. A juzgar por la forma de actuar de esos medios de

expresión e información, asistimos también a un fenómeno de comercialización

de la noticia, aquella está sujeta a las leyes de la oferta y la demanda, como si

se tratase de una mercancía más, que se puede negociar con el mismo criterio

utilizado para adquirir un bien en el mercado. Comercialización que, en líneas

generales, supone utilizar un criterio valorativo donde el romance o la

declaración de un famoso de la TV tiene mayor interés informativo que los

problemas que deben sortear a diario los hombres y mujeres del campo.

En la publicidad y en los programas de televisión subyace una ideología que

pretende hacer creer que la vida rural no tiene futuro. Por esta razón la

Page 31: La Pastoral Rural

25

motivación vital es llegar a la ciudad. Permanentemente nos están diciendo que

la agricultura está mal, que está en crisis. Eso cala muy profundamente en las

nuevas generaciones y lo único que ellas quieren es salir del campo.

Con la implantación del neoliberalismo en el sector rural poco a poco se han

venido perdiendo o pasando a segundo plano valores relacionados con la

solidaridad y la vida sobria. Hoy el individualismo prácticamente penetra en

toda la vida rural. El consumo al igual que en las ciudades, también es

primordial.

Lo lamentable es que el grupo etario más vulnerable es el de los jóvenes.

Aquellos en muchas oportunidades les exigen a sus padres la adquisición de

objetos de consumo aunque eso perjudique la economía familiar y los lleve a

pasar necesidades. Asimismo las escasas oportunidades en el campo

conllevan a una continua migración de los jóvenes a la ciudad. Y allí pierden

algo importante de su vida, la identidad.

Otro suceso importante de mencionar es la transformación que ha venido

experimentando la vida rural. Hace algunos años todo lo referente a lo rural

estaba relacionado con procesos largos y complejos que requerían de la

espiritualidad del hombre del campo. Eso hoy se ha quebrado. Al igual que en

todas partes se ha impuesto una cultura de la inmediatez, de lo rápido.

El progreso hace pagar también a veces grandes costos. En la mayoría de las

diócesis existen casos de comunidades católicas que han desaparecido ya sea

porque las forestales sembraron los terrenos que antes ocupaban los

pequeños productores campesinos, ya sea porque no existen fuentes laborales

en el sector, etc.; la gente de estos lugares se marcha buscando otros

horizontes y oportunidades.

Page 32: La Pastoral Rural

26

6. Potencialidades de la nueva ruralidad

En general los diversos cambios producidos en los distintos ámbitos de la vida

rural tienen una doble interpretación. Anteriormente mencionábamos las

alteraciones que de alguna manera han distorsionado lo rural. Pero desconocer

los beneficios que dichas transformaciones nos han traído, sería un acto de

injusticia tremendo.

No podemos dejar de mencionar todos los adelantos que han llegado al campo.

Sin duda que entre los más significativos destacan el arribo de la luz eléctrica,

el adelanto significativo en las comunicaciones y transporte, el acceso a

tecnología y a técnicas para renovar y perfeccionar la producción agrícola,

mayores oportunidades para conseguir créditos, capacitación, etc. Del mismo

modo se valoriza positivamente la posibilidad de optar a una calidad de vida

más digna, ya sea por la mejora de las viviendas, el acceso a agua potable, ya

sea por la adquisición de electrodomésticos, línea blanca, muebles, etc.

El campesinado está adaptándose, “poniéndose al día con la civilización.”

Muchos hombres y mujeres de campo se están educando. Hay mejores

carreteras y caminos. Esto le ha cambiado la vida a la gente. Ahora están más

informados. No hay lugar donde no haya un televisor, una radio o un celular.

Los jóvenes en los colegios pueden conectarse al mundo a través de Internet.

Gracias al desarrollo de las comunicaciones se está llegando a aquellas

comunidades más apartadas. Con estos avances no se puede desconocer que

el sector rural ha progresado.

Nuestro mundo rural tiene muchos aspectos positivos, asimismo se considera

importante el esfuerzo de algunas instituciones públicas o privadas que

apuestan seriamente por su desarrollo integral.

Page 33: La Pastoral Rural

27

Para nosotros los hombres y mujeres rurales son la principal riqueza que

presenta este sector. Se reconoce en ellos el amor y el apego a la tierra, su

vivencia de fe, sus valores humanos y cristianos. Ellos pueden fácilmente

comprobar cuán noble es su trabajo, sea porque lo viven en el templo

majestuoso de la creación; sea porque lo ejercen a menudo en la vida de las

plantas y los animales, vida inagotable en sus expresiones, inflexible en sus

leyes, rica en recuerdos de Dios Creador Próvido; sea porque produce la

variedad de los alimentos de que se nutre la familia humana, y proporciona un

número siempre mayor de materias primas a la industria.39

Aún en el mundo rural continúan estando presentes costumbres, creencias,

historias; permanece en algunas latitudes la tradición oral que nos da cuenta de

la historia del lugar y las aventuras de nuestros antepasados.

El modo de vida rural es todo un potencial. Generalmente aquí las relaciones

sociales son más cercanas e intensas. En el campo todos se conocen y esta

proximidad genera un fuerte control social por parte de las comunidades sobre

las relaciones entre las personas. Aunque la sociedad rural ha sido influenciada

por la globalización, aún permanecen vivos valores como la fe, solidaridad,

respeto a la palabra empeñada, responsabilidad, transparencia en los negocios

y otros.

Los hombres y mujeres rurales somos personas que tenemos una forma propia

de pensar, de ser y de actuar. El trabajo solitario y el contacto íntimo con la

naturaleza nos hacen sacarle vida a la tierra.

39 Cfr. JUAN XXIII, Mater et Magistra, 44.

Page 34: La Pastoral Rural

28

En las expresiones de fe de los campesinos se revela la convicción profunda de

que la tierra es un don de Dios que hay que respetar y cuidar. La tierra es vida,

y trabajar la tierra de Dios es un acto de comunión íntima con Dios. Es

colaborar en el trabajo de Dios, en algo que es de Dios. El campesino descubre

a Dios y se siente unido a El al recibir vida de la tierra, trabajar en ella y luchar

por ella40.

Aún hoy encontramos campesinos que no comprenden cómo alguien puede de-

cir que es propietario de la tierra. Para ellos uno puede ser propietario de los

frutos de la tierra, de los beneficios que se obtienen de la tierra, pero no dueño

de la tierra.

Cuando cura sus enfermedades a través de hierbas y otros medios naturales,

experimenta también así al Dios de la tierra como el que sana, reanima lo

caído, revive lo gastado. Por ello las curaciones por medios naturales van

acompañadas con oraciones y ritos al Dios que todo lo sana41.

Casi todas las fiestas religiosas y las tradiciones populares están ligadas muy

estrechamente a los ciclos de las cosechas y del trabajo de la tierra. En este

sentido la Religiosidad Popular cobra importancia, la devoción Mariana y a los

Santos son fuertes en el campo42.

La fecundidad es otro don de Dios que agradecen con frecuencia. Plantas, ani-

males y seres humanos son fecundos porque son de Dios. Dios es origen de

40 Cfr. CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE, 2007, Discípulos misioneros de Jesucristo para un tiempo nuevo, Carta Pastoral a los hombres y mujeres del campo chileno, 15 – 20 pp. 41 Cfr. CARAVIAS, J L, 1978, Religiosidad campesina y liberación, [en línea], <http://www.mercaba.org/Libros/cartel_caravias.htm>, [consultado 20 de Diciembre 2005]. 42 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DE EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, 2007, Documento de Aparecida, nn 258 – 265.

Page 35: La Pastoral Rural

29

todas las formas de vida y su continuidad; es el que asegura la fecundidad. Lo

que no se reproduce no está en la dinámica divina.

El campesino, apoyado en Dios, por mal que le vaya, suele esperar tiempos

mejores, una tierra nueva, grande y espaciosa, en la que reine la justicia; una

tierra que alcance para todos, en la que todos se sientan hermanos.

No podemos dejar de mencionar que los hombres y mujeres rurales son

personas alegres, acogedoras y respetuosas.

6. La Familia rural:

Las diversas transformaciones y cambios culturales acontecidos en el mundo

rural han llegado a la unidad más básica de la sociedad: la familia. En algunos

sectores se pueden encontrar familias dignas de imitar, pero en otros lados no

transmite los valores que necesita la sociedad. Al encontrarse con esta falencia

los niños y jóvenes van creando sus propios valores y a veces se equivocan.

Se evidencia una disminución en el número de hijos, las madres se han

sumado al trabajo como temporeras en su mayoría, los hijos ya no son tan

pasivos requieren un mayor involucramiento en las dediciones que se toman al

interior del hogar. Pobre en comunicación, con pocas posibilidades de referirse

a temas de sexualidad. Hay un alto índice de embarazo juvenil. Las mujeres

continúan siendo víctimas de tratos discriminatorios.

La mayoría de las familias son de tipo nuclear y la figura del padre continúa

siendo central. Hay también hogares constituidos por un solo progenitor. Tal

es el caso de madres o padres solteros. También es común en el campo

encontrase con abuelos que crían sus nietos. Generalmente esto acontece

Page 36: La Pastoral Rural

30

porque la madre o ambos progenitores se trasladan a trabajar a los centros

urbanos.

Casi en su totalidad las familias se sustentan gracias a las labores agrícolas,

forestales, pesqueras, etc. Normalmente los padres son los que aportan los

recursos al hogar. Las madres son dueñas de casa, organizan la vida familiar y

tienen una mayor responsabilidad ante la crianza de los hijos. Generalmente

son las que proporcionan los castigos, se comunican más con sus hijos. Su

función también está relacionada con el cultivo de la huerta casera, y en

algunos casos se suman a labores temporales como la cosecha de fruta,

empaque, procesos pesqueros y forestales.

Económicamente la familia rural se ha venido empobreciendo, la mayoría de los

casos logra sobrevivir con remuneraciones muy rebajadas, no sobrepasan el

sueldo mínimo. Cabe señalar en este sentido que los subsidios (únicos

familiares y pensiones asistenciales) otorgados por el gobierno de Chile logran

paliar en gran medida las necesidades básicas de las familias.

En general, la familia rural es muy poco afectiva en sus relaciones, así como

también no son muy profundos los temas de comunicación que se dan en su

interior. La mayoría de las veces se refieren solamente a cosas triviales como

los resultados académicos de los hijos, cosas laborales o algún tema que esté

de moda a propósito de un programa de televisión o alguna noticia. Esta

situación contribuye a que las relaciones interpersonales sean muy formales.

No se habla mucho de sexualidad, la educación en este ámbito los niños y

jóvenes la obtienen en la escuela43.

43 Cfr. ZAPATA, S, 2002, La mirada de los y las jóvenes rurales, IICA Santiago Chile; 2001, Conociendo a la Joven Rural, IICA, Santiago de Chile; 2000, Al encuentro del joven rural, IICA, Santiago de Chile.

Page 37: La Pastoral Rural

31

El papá es el menos afectivo, pues “su amor lo expresa trayendo el alimento al

hogar.” Como el padre es quien trabaja aún se mantienen algunos semblantes

de machismo, existen algunos casos dramáticos donde la mujer no tiene ni voz

ni voto en la casa. A esto se agregan altos índices de violencia intrafamiliar

perpetuados la mayoría de los casos en estado de ebriedad. En algunos

lugares se evidencian también casos de violación a menores, generalmente el

abusador es el padrastro o algún vecino.

El machismo, también se logra percibir con mayor claridad en las diferencias de

tratos que existen entre el hijo hombre y la hija mujer. Esta última se siente

muy presionada sobre todo por la rigidez de los permisos, la distribución de

roles al interior de la familia, la continuidad en los estudios, etc. Por ejemplo, la

vida de la mujer siempre se liga a las labores domésticas. La educación ha

venido transformando esta situación. También una forma de liberarse de este

tipo de tratos es salir a trabajar al pueblo o a alguna ciudad. “Las chiquillas

llegan transformadas, liberadas y eso es bien visto por sus pares. Con este

trabajo la hija también aporta al sustento económico del hogar.” (Sacerdote

Entrevistado Nº 4)

La familia al igual que en la ciudad se está desintegrando. “En el campo

también hay madres solteras, ausencia del padre por razones laborales, etc. El

alcoholismo y la violencia amenazan la convivencia familiar.” (Sacerdote

Entrevistado Nº 22)

Hoy en cierta medida los hijos se han venido independizando más. Entre las

variadas razones se puede destacar el mayor grado de instrucción que han

logrado los jóvenes. “Ellos dominan más los temas y los padres muchas veces

por la baja escolaridad se quedan en silencio.” (Sacerdote Entrevistado Nº 10)

Page 38: La Pastoral Rural

32

7. El fenómeno de las iglesias evangélicas en las z onas rurales

En Chile, según el Censo de 1992 el 76,7% de los habitantes de quince años o

más se declaraba católico y un 12,4% evangélico. Para el año 2002 dichas

cifras alcanzaron al 70,0% en la religión católica y al 15,1% en la evangélica.

En estos datos se evidencia un descenso de 6,7 puntos porcentuales de las

personas declaradas católicas y un aumento de 2,7 puntos porcentuales de las

personas declaradas evangélicas. Algo interesante al analizar las cifras es que

han venido aumentando levemente aquellas personas que dicen no tener

religión, son ateos, agnósticos o indiferentes. Para el censo de 1992 aquellas

alcanzaban al 5,8%, mientras que en el 2002 alcanzaron al 8,3%44.

Si las referencias del censo de 2002 las analizamos de acuerdo a la zona

geográfica, obtenemos que en la zona rural hay un mayor porcentaje de

católicos que en la urbana. El 75,28% de la población rural se declara católico

y un 16,43% evangélico. Mientras que en la zona urbana un 69,14% dice

profesar la fe católica y un 14,94% la evangélica. Dicho sea de paso, en el

campo es menor la presencia de otros credos (3,66%), del ateismo y el

agnosticismo (4,63%)45. La alta adherencia a un credo religioso podría indicar

que el hombre y la mujer rural son personas portadoras de una gran fe en el

Dios de la vida.

No obstante, durante los últimos años las iglesias evangélicas han venido

demostrando que tienen una muy buena aceptación en la población del mundo

rural. Allí difunden el evangelio y desarrollan un acompañamiento sistemático y

permanente. Sus ministros o agentes pastorales constantemente están

44 INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE) CENSO 2002. 45 Idem.

Page 39: La Pastoral Rural

33

visitando y animando las comunidades. Las iglesias evangélicas, asimismo, se

han visto apoyadas por los rasgos con que expresan su religiosidad, basada en

lo emotivo, sensorial e inmediato. Su liturgia es muy participativa, música

alegre, coros que repiten estribillos populares, palmadas y exclamaciones que

estimulan al colectivo. Incorporan en consecuencia ritos de poca formalización,

la experimentación sensorial de lo sobrenatural, las curaciones, el milagro, la

posesión por el espíritu, una religiosidad, en fin, más vivencial y emotiva que

racional. Los relatos de curaciones y otros testimonios milagrosos causan un

peculiar impacto entre la membresía.

La alta adhesión a la religión evangélica se puede deber también al tipo de

mensaje utilizado. Aquel es muy sencillo, es una presentación de Jesús, del

cristianismo, de la vida, a partir de sus necesidades vitales. Tienen una visión

muy simplificada de la religión y los pastores les ofrecen las respuestas que los

campesinos andan buscando. Además hay otra particularidad, los pastores les

hablan de Jesucristo y los sacerdotes católicos no. Éstos últimos en lugar de

aquello mencionan la doctrina de la Iglesia, el catecismo y sobre todo la vida de

la Iglesia. “Eso no edifica mucho, no convierte ni atrae mucho. Se habla acerca

de si mismo, de nuestra institución, de lo que nosotros hacemos, pero eso no le

interesa a la masa popular. Lo que le importa a la gente de campo es la acción,

se necesitan actos fuertes, proféticos que llamen la atención. Con todo esto se

está pretendiendo decir que la Iglesia se está quedando sin pobres, sin

campesinos, pues la evangelización continua siendo muy superficial, a mi juicio

muy de sacramentos y misas, mucha doctrina y catecismo, pero muy poco

profética y testimonial.” (Sacerdote Entrevistado Nº 40).

El hombre y la mujer rural escuchan cuando les hablan de Jesús porque es

hasta este momento lo único que les da sentido a sus vidas. “La vida, en la

situación de pobreza que padecen muchos campesinos no tiene significado,

Page 40: La Pastoral Rural

34

pero cuando les llegan a hablar de Jesús allí encuentran lo que andaban

buscando. Si se adhieren a Jesús por lo menos llegarán a ser algo en el mundo.

Como la sociedad los rechaza, ni siquiera los contempla, bueno, por lo menos

la Iglesia evangélica los considera” (Sacerdote Entrevistado Nº 40).

El aumento de los evangélicos en el campo se debe también a la ausencia de la

Iglesia católica. Siempre hay hartos evangélicos en aquellos lugares donde el

sacerdote no reside o no alcanza a llegar.

La llegada de los evangélicos a las comunidades rurales ha traído cosas

buenas, como el desarrollo de una iglesia doméstica y popular. Pero si se hace

una lectura sociológica y antropológica del tema nos percataremos de que se

hace más daño que bien, especialmente a los pueblos aborígenes. Algunas

autoridades lo ven como un problema porque cada año disminuyen los

participantes en las celebraciones propias. Hay una intolerancia hacia las

tradiciones patrimoniales, producida por una mala lectura de la Palabra de Dios.

Lo ancestral se asocia a lo diabólico. Están obligados a dejar todo eso porque

viene del diablo, de Satanás.

Page 41: La Pastoral Rural

35

LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN

MUNDO RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y perspectivas.

CAPÍTULO 2: LA PASTORAL RURAL EN EL HORIZONTE DEL C ONCILIO

VATICANO II Y DE LAS CONFERENCIAS GENERALES DEL EPI SCOPADO

LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE.

En este capítulo quisiéramos presentar el marco teológico-pastoral del cual nos

inspiramos para posteriormente plantear algunas consideraciones

fundamentales que deberían estar presentes a la hora de estimular y fortalecer

la pastoral en el medio rural. Nos interesa presentar una doctrina eclesiológica

inspirada en el Concilio Vaticano II y las Conferencias Generales del

Episcopado Latinoamericano y del Caribe.

Dejamos en claro que no pretendemos hacer un estudio minucioso, sería

imposible en tan reducido espacio. Más bien nuestras pretensiones están

encaminadas a presentar una síntesis de las ideas principales que existen

acerca del tema, todo con la finalidad de dar respuesta a los desafíos que le

plantea el sector campesino a la Iglesia.

Exponemos el carácter absoluto que debe tener para la Iglesia el anuncio y la

instauración del Reino de Dios, así como también lo importante que es

autocomprenderse como Pueblo de Dios y Comunidad fraterna al servicio de

toda la humanidad46.

46 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nn 5 - 11.

Page 42: La Pastoral Rural

36

1. Iglesia para el Reino.

Uno de los logros más connotados del Concilio Vaticano II, fue recuperar el

reino de Dios como categoría fundamental para la autocomprensión de la

Iglesia y su misión, así como para su transformación permanente47.

El Reino de Dios es esencial, está primero que la Iglesia, pues nuestro centro y

horizonte no pueden ser otros que los que tuvo la evangelización de Jesús48.

Los Evangelios revelan indiscutiblemente el anuncio y la acción de Jesús en

relación al reino. Nada de lo que se diga de Jesús puede decirse si no es en

sintonía con el reino de Dios. La persona y la misión de Jesucristo sólo puede

comprenderse a la luz del reino. Y del mismo modo, el reino de Dios sólo puede

comprenderse a la luz de la misión y la persona de Jesucristo. Jon Sobrino

citando a Joachim Jeremias dirá que “el tema central de la predicación de Jesús

era la soberanía real de Dios” y para acercarse al significado de ese Reinado

se debe examinar la vida de Jesús mostrada en los testimonios de fe de las

primeras comunidades cristianas49.

En este contexto de revaloración del Reino, partimos señalando que Jesús va

dando a conocer y anticipando el Reino de Dios por medio de una práctica de la

palabra, es decir un discurso concientizador que daba esperanza a unos,

reprobaba a otros.

47 Cfr. ELLACURIA, I, 1984, Conversión de la Iglesia al Reino de Dios, para anunciarlo y realizarlo en la historia, Sal Terrae, Santander; CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium n º 5. 48 Cfr. SCHNACKENBURG, R, 1974, Reino y Reinado de Dios, Ediciones Fax, Madrid, 3ª Edición, 66 – 74 pp; SOBRINO, J, 1992, Jesucristo Liberador, Lectura histórico teológica de Jesús de Nazaret, UCA Editores, San Salvador; 121 -184 pp; SEGUNDO, J L, 1991, La Historia perdida y recuperada de Jesús de Nazaret, de los sinópticos a Pablo, Editorial Sal Térrea, Santander, 191 – 221 pp. 49 Cfr. SOBRINO, J, 1992, Jesucristo Liberador, Lectura histórico teológica de Jesús de Nazaret, UCA Editores, San Salvador, 122 – 123pp.

Page 43: La Pastoral Rural

37

En los Evangelios encontramos diversas imágenes, parábolas o metáforas a

través de las cuales se presenta su significado. En términos generales

podríamos decir que es la gran utopía de Dios para la humanidad. En palabras

de Sobrino se puede conjeturar que el reino de Dios tiene una doble

vinculación primordial, “el regir de Dios en acto, para transformar una realidad

histórico-social mala e injusta, en otra buena y justa.”50 La predicación de

Jesús no pretende otra cosa que conseguir la transformación de aquella

sociedad donde reina la injusticia, no mediante la fuerza, el poder, el prestigio o

el dinero, sino mediante la puesta en práctica del amor solidario que hace

surgir dentro de un mundo desigual e injusto, una sociedad alternativa en la

que todos son iguales, libres e incluidos.

Asimismo este reino, aunque es destinando a todos, agrega Sobrino, es un

Reino que arbitrariamente está dirigido a los pobres, a los oprimidos, a los que

sufren persecución. Aquellos son los destinatarios predilectos51. Jesús se

preocupa por los pobres económicos, para quienes el hecho de vivir es una

pesada carga; y por los pobres sociales, a quienes la sociedad les priva de la

dignidad elemental de personas, de seres humanos. Él denuncia y lucha contra

esta pobreza, pues esta es “contraria al plan original de Dios, es su

anulación.”52 Daba esperanza a los pobres y le enrostraba a los ricos las

injusticias que cometían. No hay duda que Jesús con esto hace una gran

defensa de la vida de los pobres porque ama a los que no pueden caminar

según la ley, a los marginados de toda esperanza humana y divina, los que no

eran dignos de escuchar la palabra esperanzadora de que eran hijos de Dios.

Jesús les devuelve la dignidad a los pobres. Porque todos somos iguales ante

Dios. Pues todo hombre tiene derecho a la vida, al amor y a la bondad del

50 Ibid. 128p. 51 Ibid. 143 – 154pp. 52 Ibid. 151p.

Page 44: La Pastoral Rural

38

Padre Dios. Refleja en su propia humanidad la actitud de Dios para con los

hombres.

Además de la práctica de la palabra, Jesús realizó unas acciones concretas

llamadas signos del Reino. Estos signos no son actividades pensadas para

cambiar la estructura de la realidad, sino que sirven para significar que es

posible cambiarla y cuál es la dirección que debe llevar ese cambio. Un milagro,

la expulsión de demonios, la comida, etc. son ejemplos que es posible superar

el desprecio social53.

Los milagros, tienen una connotación especial, son clamores del reino y

verdaderos signos de la liberación del mal54. Nos manifiestan que la salvación

es la superación de males concretos y la liberación de opresiones históricas.

Son signos de ese mundo futuro en el que ya no habrá llanto, ni lágrimas, ni

sufrimiento55.

Sobrino destaca también que otra acción muy propia en Jesús es la celebración

de la venida del Reino. La llegada del reino es Buena Noticia por eso es motivo

de fiesta. Las comidas simbolizan que para que el reino sea realidad es

necesario promover una comensalidad común, abierta e igualitaria, en la que

tienen que ser recibidos todos los excluidos y marginados del sistema. Todas

las barreras que se oponen a esa comensalidad quedan abolidas por la forma

de banquetear propia de Jesús. De esta manera se va realizando el ideal de

53 Cfr. SCHNACKENBURG, R, 1974, Reino y Reinado de Dios, Ediciones Fax, Madrid, 3ª Edición; SOBRINO, J, 1992, Jesucristo Liberador, Lectura histórico teológica de Jesús de Nazaret, UCA Editores, San Salvador; MATEOS, Juan, 1991, El Sermón del Monte, [en línea], <http://www.uca.edu.ni/claret/db/biblioteca/>, [Consultado 21 Octubre de 2004]; MATEOS, J – CAMACHO, F, 1990, El Horizonte humano, La propuesta de Jesús. Ed. El Almendro, Córdoba, 3ª ed. 54 Cfr. SCHNACKENBURG, R, Op. Cit. 108p. 55 Cfr. SOBRINO, J, Op. Cit. 156 – 170pp.

Page 45: La Pastoral Rural

39

justicia que entraña el Reino56. Con las celebraciones con los excluidos Jesús

cuestiona el concepto de honor, el sistema de pureza y las relaciones de

patronazgo, de los que se derivaban los valores claves que configuraban las

relaciones entre los seres humanos de su tiempo. De esta forma propugna unos

valores alternativos como la acogida, la reciprocidad, el servicio, el compartir la

vida, la fraternidad57.

Ahora bien, la invitación que se hace a los seguidores de Jesús, es obrar para

la mayor realización posible del reino de Dios en la historia. La Iglesia existe

para ello. Jesús anunció el Reino, y para anticiparlo comenzó la Iglesia. Es

posible que nuestra comunidad haya reflejado y anticipado muy poco ese

mundo definitivo. Incluso puede haber dado una imagen contraria. Pero, a pesar

de todas las inconsecuencias, traiciones e hipocresías, sigue proclamando

que Jesús y su mensaje son la única verdad absoluta, el único camino, fuente

de vida.

Nuestro amor a la Iglesia es un amor “por el Reino” y ese amor maduro deberá

ser siempre un amor crítico, sobre todo cuando en la Iglesia predominen otros

intereses que los del Reino. Debemos superar todo amor ingenuamente

triunfalista hacia la Iglesia, que ignora sus deficiencias históricas, antiguas y

modernas58. “Debemos tener conciencia de ellas y combatirlas con la máxima

energía para que no dañen a la difusión del Evangelio”59 pues a la Iglesia se le

juzgará por el Reino.

56 Ibid. 181 – 184pp. 57 Cfr. MATEOS, J – CAMACHO, F, 1990, El Horizonte humano, La propuesta de Jesús. Ed. El Almendro, Córdoba, 3ª ed., 143p. 58 CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral, Gaudium et spes, nn 19, 36, 43.

59 Ibid. nº 43.

Page 46: La Pastoral Rural

40

Creemos que el anuncio que hace la Iglesia de la buena noticia no debería ser

el anuncio de sí misma, ni el anuncio de un Jesús y de un Dios al margen de la

salvación real del hombre y del mundo. Muy por el contrario, la Iglesia está en

función del Reino de Dios, ella debe cumplir su misión en condición de sierva

como su fundador. La Iglesia constituye en la tierra el germen y el principio de

ese reino.60

Los Obispos Latinoamericanos agregan que la Iglesia es un instrumento que

introduce el Reino entre los hombres para impulsarlos hacia su meta definitiva,

ella debe manifestar, “de modo visible, lo que Dios está llevando a cabo

silenciosamente en el mundo entero.”61 Aquello requerirá ante todo, de una

Iglesia abierta y atenta a la novedad y a la universalidad del Espíritu Santo.

2. Iglesia Pueblo de Dios y Comunidad de Creyente s.

El Concilio Vaticano II es el gran acontecimiento renovador de la Iglesia. Su

diseño eclesiológico asume las evidencias mayores del Proyecto de Dios

contenidas en la revelación bíblica, que pone a Jesucristo y al Reino de Dios en

el centro. Asimismo se pone en primer plano lo que es común a todos los

creyentes, la igualdad radical en la dignidad. 62 Se reivindica también la Iglesia

Local y la relación con la Universal63. Iglesia es el conjunto de todos los

creyentes64; Iglesia son todas las comunidades locales y aún las comunidades

domésticas65; Iglesia es también la familia humana en cuanto llamada a la

salvación66. Hay además una revalorización de la historia como el ámbito en el

60 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, Nº 5. 61 III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Puebla, nº 227. 62 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium nº 9. 63 Íbid. nº 8; 26. 64 Íbid. nº 9. 65 Íbid. nº 11. 66 Íbid. nº 2.

Page 47: La Pastoral Rural

41

cual el Pueblo peregrina y es el germen del reino de Dios, así lo terrenal no

queda en un segundo plano sino que es inherente al Pueblo de Dios, pues en él

se realiza el reino de Dios. Esta nota es muy importante pues denota una

actitud abierta e integradora. Una Iglesia al servicio cotidiano de la comunión

humana67 en el mundo moderno, ámbito contemporáneo del Reino de Dios.

La eclesiología a partir del Concilio Vaticano II se revoluciona con la expresión

Pueblo de Dios. Para los estudiosos del tema, la propia colocación de este

título de la Iglesia anterior al capítulo dedicado a la jerarquía, lo convirtió en el

más significativo de la nueva percepción de la Iglesia. Sin duda que con esto

se avanza de una eclesiología centrada en la jerarquía a una donde todos los

bautizados forman parte del pueblo de Dios68.

El Vaticano II recupera la Tradición larga, bíblica y patrística, de la Iglesia como

Pueblo de Dios69 mencionando que la formación del pueblo y la conciencia de

su personalidad colectiva está vinculada al descubrimiento de Dios y la

progresiva experiencia de su salvación. Dios forma al pueblo en los patriarcas,

lo libera de la opresión y lo escoge como pueblo suyo y concluye con una

alianza de gracia. De ahí surge el don y el imperativo de ser un pueblo santo.

El pueblo es de Dios y de él viene su identidad. Esta identidad es recogida y

actualizada por el Concilio Vaticano II que define a la Iglesia como el nuevo

Israel que va avanzando en este mundo que entra en la historia humana.70

67 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral, Gaudium et spes, nº 40. 68 Cfr. FLORISTAN, C, TAMAYO, J (Eds), 1985, El Vaticano II, veinte años después, Ediciones Cristiandad, Madrid, 72p. 69 Cfr. MUÑOZ, R, A los 40 años de su emisión por el Concilio, revisamos...la recepción de la Lumen Gentium en América Latina, [en línea], <http://servicioskoinonia.org/relat/347.htm>, [consultado, 20 Enero de 2006] 70 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº 9.

Page 48: La Pastoral Rural

42

El pueblo de Dios es universal, pues todos estamos llamados a formar parte de

él, y todos los hombres, en diferentes grados, pertenecen al pueblo de Dios71.

“Así, pues, la Iglesia ora y trabaja para que la totalidad del mundo se integre en

el pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo, y en Cristo,

Cabeza de todos, se rinde al Creador Universal y Padre todo honor y gloria”72.

La autodenominación Pueblo de Dios impone el imperativo de hacer lo posible

para que toda la humanidad llegue a ser pueblo de Dios. Aquello sólo podrá

realizarlo y vivirlo estando en el mundo de los hombres y peregrinando en la

historia de los hombres. Por esta razón ser el Pueblo de Dios en el mundo,

conlleva al compromiso de estar en lo más real del mundo, esto es, la realidad

de los hombres y mujeres que son oprimidos, que padecen por la injusticia y

falta de solidaridad.

Pero la Iglesia no sólo está en lo más real del mundo para mostrar todo lo que

de iniquidad tenga éste, sino también para sembrar la esperanza de que se

puede construir un mundo mejor, esperanza que está inseparablemente unida

a la justicia social, al mejoramiento real del hombre y la mujer, sobre todo, la

defensa de sus derechos humanos, del derecho a la vida, a la educación, a la

vivienda, a la salud, al derecho del medio ambiente, etc73.

La eclesiología del Vaticano II también restablece lo trascendental que es la

comunión y el servicio en la Iglesia. El teólogo chileno Ronaldo Muñoz74

71 Íbid. nº 13. 72 Íbid. nº 17. 73 Cfr. II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Medellín, Documento Justicia; III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Puebla, nn 226; 227. 74 Cfr. MUÑOZ, R, 2002, Ser Iglesia de Jesús en Poblaciones y Campos, Eclesiología, de Base, Centro Ecuménico Diego de Medellín, Santiago de Chile, pp. 19 - 20; 2000, La Trinidad de Dios Amor Ofrecido en Jesús el Cristo, Pía Sociedad de San Pablo, Santiago de Chile; 1994, Pueblo, Comunidad, Evangelio, Escritos Eclesiológicos III, Ediciones Rehue Ltda., Santiago de Chile, pp. 49 – 51; 1990, Llamados desde el pueblo de Dios, Ediciones Paulinas – Rehue, Santiago de Chile, pp. 89 -134; 2004, A los 40 años de su emisión por el concilio, revisamos... la

Page 49: La Pastoral Rural

43

analizando la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, subraya que en aquella

se destacan básicamente tres dimensiones. La primera de ellas es el carácter

esencialmente comunitario y fraternal de la vida cristiana, y de la esperanza del

reino de Dios que la atraviesa. Vida y esperanza comunitarias que deben

expresarse en la solidaridad afectiva y efectiva, en la liturgia y el testimonio, y

en la orientación del servicio al mundo. Luego agrega el sentido y el modo

ministeriales de todos los carismas y las funciones que se dan en el Pueblo de

Dios. Carismas y funciones que sólo pueden entenderse y practicarse en

fidelidad como dones del Espíritu para el servicio humilde de la comunidad

eclesial y de su misión en el mundo. Y finalmente que esa comunidad debe ser

servida para crecer constantemente en comunión y participación, en el

compartir fraterno, y la corresponsabilidad deliberante y activa; de las personas

en las comunidades locales, y de éstas en la Comunidad mayor.

El mismo Muñoz en un nivel más práctico, dice que lo anterior implica tres

necesidades imperativas: que cada persona y cada familia cristiana necesita y

tiene derecho a poder reconocerse y participar activamente en una comunidad

eclesial concreta; que un conjunto más o menos amplio de esas comunidades,

con sus legítimas diferencias, deben articularse dinámicamente en una

comunidad eclesial mayor, en un espacio geográfico más extenso pero con una

cierta unidad sociológica, como "Iglesia particular" servida en su comunión y

participación por el ministerio de los pastores; y que en la Iglesia todos los

ministerios, en todos lo niveles - desde la comunidad de base hasta la

comunidad católica servida por el Sucesor de Pedro - deben entenderse y

practicarse en "colegialidad", es decir, en corresponsabilidad corporativa, con

recepción de la "Lumen Gentium" en América Latina, [en línea], <http://servicioskoinonia.org/relat/347.htm>, [consulta: 20 de Enero de 2006]; 1998, El camino de la Iglesia en América Latina a través de sus conferencias de Medellín, Puebla y Santo Domingo, [en línea], http://www.sedos.org/spanish/munoz3.htm>, [Consultado e impreso: 18 de Diciembre de 2005].

Page 50: La Pastoral Rural

44

afecto, prácticas y estructuras, de hermanos y "colegas" en el común servicio

del Pueblo de Dios.

Agrega que si la Iglesia es fiel a estas dimensiones podrá ella misma ser

servidora de toda la humanidad, en la línea de la vocación universal que sus

miembros han recibido de hacerse, en Cristo y por el Espíritu, Reino de

fraternidad y Familia de Dios trinitario. La Iglesia de este modo podrá aparecer

en la historia humana como sacramento e instrumento, de la unión íntima con

Dios y de la unidad de todo el género humano75.

La Iglesia es una comunidad. En otras palabras ser Iglesia es ser comunidad.

Quedando con ello de manifiesto que la comunión es un elemento fundamental

del ser de la Iglesia. El vivir la comunión es lo que le da rostro a la Iglesia de

Jesús. Este vivir unidos era lo que llamaba la atención a los que veían a los

primeros cristianos, y por eso decían: “Miren cómo se aman” y gozaban de la

simpatía del pueblo76.

Estas relaciones de fraternidad, de compartir, de verdadera comunión entre los

miembros de la comunidad, no surgen de un día para otro. Es necesario

recorrer un proceso gradual que debe surgir desde la base, articulado a la vida

y al trabajo de la comunidad.

Tenemos que ser los propiciadores de una Iglesia que viva la comunión

(koinonía) y el servicio (diakonía) a la humanidad. Según las enseñanzas de

Jesús, esa comunidad al igual que el reino ha de germinar insignificantemente y

sin pretensiones de grandeza77. El carácter modesto y acogedor de esta

comunidad es fiel reflejo de la práctica de Jesús que acoge a su lado a todos

75 Idem. 76 HECHOS DE LOS APOSTOLES 2, 47. 77 Cfr. SAN MATEO 13, 31 – 33.

Page 51: La Pastoral Rural

45

los que no tienen cabida en la sociedad. Con los excluidos Jesús irá formando

la nueva sociedad y ellos han de ser como un puñado de levadura, suficiente

para transformar la masa. Unos pocos sin hacerse notar han de incidir

fuertemente en la sociedad hasta hacer madurar la humanidad.

La comunidad cristiana al seguir el camino de Jesús tiene que despojarse de

los honores y el poder. En ella no se engendra discriminación, sino igualdad,

que da paso a una sociedad de iguales que celebran la fiesta de la vida. El

Concilio Vaticano II, siguiendo la Tradición de la Iglesia de los primeros siglos,

en la Constitución Lumen Gentium número 32, establece la común dignidad y la

común misión de todos los fieles cristianos, previo a toda distinción78.

Quedando de manifiesto que la igualdad fundamental de los fieles es algo

inherente a la naturaleza y al misterio de la Iglesia, pues “los fieles todos, de

cualquier condición y estado que sean, fortalecidos por tantos y tan poderosos

medios, son llamados por Dios, cada uno por su camino, a la perfección de la

santidad con la que el mismo Padre es perfecto.”79

Esta condición de igualdad aviva el espíritu comunitario y fraterno al interior de

la Iglesia. Todos somos hermanos, todos somos hijos, todos estamos

sumergidos en Cristo resucitado y todos somos ungidos por el Espíritu Santo.

Pero todos distintos en sus ministerios y carismas. La igualdad en la

comunidad conlleva también a la participación y a la eliminación de la relación

de subordinación infantilizante con los clérigos poseedores de los sacramentos,

la verdad y la salvación. Cada uno de sus miembros es responsable de que el

reino de Dios llegue pronto. 78 La dignidad es común “por su regeneración en Cristo, común la gracia de hijos, común la vocación a la perfección, una la salvación, una la esperanza y una la indivisa caridad”. Y aunque en la Iglesia “algunos, por voluntad de Cristo, han sido constituidos doctores, dispensadores de los misterios y pastores para los demás, se da una verdadera igualdad entre todos en lo referente a la dignidad y a la acción común de todos los fieles para la edificación del Cuerpo de Cristo.” 79 CONCILO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº 11.

Page 52: La Pastoral Rural

46

La Iglesia comunidad, que se encamina hacia el reino, ha de sobrepasar la

justicia con una generosidad que supere todas las expectativas y haga posible

el remedio de la miseria humana en el mundo. Hemos de ser capaces, al igual

que Jesús, de ser solidarios, o lo que es igual, a ponerse en el lugar del otro,

como si fuera uno mismo, haciendo con él lo que uno desearía que le hicieran.

Todos estamos invitados a crear un nuevo estilo de relaciones humanas en el

que la generosidad del amor hacia los últimos nos haga salir de nuestros

esquemas de méritos y privilegios.

Asimismo es necesario rescatar, dentro de la eclesiología de comunión

propuesta por el Concilio Vaticano II, la importancia que se le da al desarrollo

de las iglesias particulares. El Concilio reconoce su legítima existencia, porque

“gozan de tradiciones propias, permaneciendo inmutable el primado de la

Cátedra de Pedro, que preside la asamblea universal de la caridad, protege las

diferencias legítimas y simultáneamente vela para que las divergencias sirvan a

la unidad en vez de dañarla.”80

En los inicios, a las comunidades que se reunían en las casas o en algunos

lugares públicos ya se les daba el nombre de Iglesias, de la misma manera que

a la comunidad de cristianos dispersos por el orbe de la tierra. El Concilio

reconoce en ellas expresión y concretización de la Iglesia universal. “Esta

Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en todas las legítimas

reuniones locales de fieles, que, unidas a sus pastores, reciben también en el

Nuevo Testamento el nombre de Iglesia.”81

80 Ibid. nº 13. 81 Ibid. nº 26.

Page 53: La Pastoral Rural

47

Ahora bien, como ya hemos venido señalando, esta Iglesia particular “no nace

a partir de una especie de fragmentación de la Iglesia universal, ni la Iglesia

universal se constituye con la simple agregación de las Iglesias particulares”82;

sino que hay un vínculo vivo, esencial y constante que las une entre sí, en

cuanto que la Iglesia universal existe y se manifiesta en las Iglesias particulares.

Por esto dice el Concilio que las Iglesias particulares están "formadas a imagen

de la Iglesia universal, en las cuales y a partir de las cuales existe una sola y

única Iglesia católica.”83

El Concilio Vaticano II recupera la Tradición de los inicios de la Iglesia y pone

en relieve a la Iglesia Particular. Podemos decir que desde este momento

muchas Iglesias Particulares, especialmente en América Latina, se reavivaron

y pasaron a ser parte de la experiencia de las comunidades eclesiales de base,

que no son otra cosa que la cristalización del Concilio.

Las comunidades eclesiales de base son una auténtica experiencia de Iglesia.

Cimentadas en la fe en el Señor Jesús, “procuran una vida más evangélica en

el seno del pueblo, colaboran para interpelar las raíces egoístas y consumistas

de la sociedad y explicitan la vocación de comunión con Dios y con sus

hermanos, ofreciendo un valioso punto de partida en la construcción de una

nueva sociedad, la civilización del amor”84

Finalmente creemos que es necesario precisar que el eje de la Iglesia no es la

jerarquía. Según los datos del Concilio Vaticano II y del Nuevo Testamento

está claro que, aunque se hable de ministerios, el centro y el eje de la vida de

cada comunidad era la comunidad misma y no unos dirigentes que estuvieran

82 CONCILO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº 13. 83 JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles Laici nº 25 84 III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Puebla, nº 642.

Page 54: La Pastoral Rural

48

sobre la comunidad y que serían los responsables absolutos de las decisiones o

los protagonistas de la situación85.

Lo primero y fundamental no es la jerarquía, a la que luego se suma el pueblo,

sino que lo primero es el Pueblo de Dios en su totalidad, en el cual la jerarquía

tiene un papel y una función de servicio86.

El Concilio Vaticano II quiso expresamente anteponer la doctrina sobre el

Pueblo de Dios a la doctrina sobre la Jerarquía, para dar a entender lo que es

principal, y lo que está a su servicio. La Iglesia es presentada y comprendida

como el nuevo Pueblo de Dios, pueblo sacerdotal, dentro del cual suscita el

Espíritu diversidad de carismas y ministerios, y también el ministerio

jerárquico.87

En la actualidad estas palabras hacen mucho eco, se necesita una Jerarquía

que sea capaz de animar, suscitar, promover, fomentar vocaciones, estimular

la participación, promover la corresponsabilidad en las comunidades. Por otra

parte, como representantes de Cristo, principio de unión y comunión, han de

preocuparse de que se trabaje de forma coordinada y convergente, que no haya

disensiones o enfrentamientos, que crezca el sentido de pertenencia a la

comunidad, que crezca el diálogo y la comunión. Promoviendo siempre el

desarrollo humano.

85 Cfr. GONZÁLEZ FAUS, J, 2000, Obispos para el siglo XXI, [en línea] < http://servicioskoinonia.org/relat/314.htm>, [consultado 15 Marzo de 2006]. 86 Cfr. CONCILO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº 18; V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documento Aparecida, nº 186. 87 Cfr. CONCILO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nn 9 – 18.

Page 55: La Pastoral Rural

49

3. La Experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base en la Iglesia

Latinoamericana.

Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) son un nuevo modo de vivir la

Iglesia, que recoge, asume y revive muchos elementos de la más auténtica

tradición de la Iglesia desde sus orígenes.88 Son ellas un nuevo paradigma

eclesial, que el Espíritu Santo ha obrado a partir del Concilio Vaticano II,

Medellín y Puebla y se han convertido en la expresión de una Iglesia que quiere

ser sierva de una humanidad que vive en la pobreza y la exclusión.89

El Concilio revolucionará a la Iglesia, pues intenta reivindicar el modelo de las

primeras comunidades cristianas. Paradigma que está estrechamente

relacionado con una experiencia religiosa más popular y bíblica, que acentúa el

misterio de un Dios vivo y misericordioso, que hace alianza y entra en comunión

con los pueblos oprimidos de la tierra. Se sueña con una Iglesia misionera que

se encarne entre los humildes, sirviendo y promoviendo la vida90. Iglesia

profética, que denuncia la injusticia y anuncia a los pobres la buena noticia del

Reino de Dios.

Desde un punto de vista teológico las CEBs recuperan el frescor carismático,

profético y mesiánico de Jesús y los aspectos de la Tradición y de la doctrina de

la Iglesia. Las CEBs pretenden actualizar el testimonio de la comunidad de

Jesús, pues allí se encuentra lo más básico del programa de vida y convivencia

de la Iglesia, así como su proyecto de servicio a la humanidad91. Jesús reúne

88 Cfr. AZEVEDO, M, 1986, Comunidades Eclesiales de Base, alcance y desafío de un modo nuevo de ser Iglesia, Sociedad de Educación Atenas, Madrid, 24p. 89 Ibid. 195p. 90 Cfr. LOIS, J, 1988, Teología de la liberación, opción por los pobres, Editorial Iepala, Madrid, 2ª Edición, 36 – 39pp. 91 Cfr. MUÑOZ, R, 2006, Quién es Jesús, de qué manera es Cristo, y qué significa hoy ser sus discípulos y misioneros, Centro Ecuménico Diego de Medellín – Congregación de los Sagrados Corazones, Santiago de Chile, 7p.

Page 56: La Pastoral Rural

50

a un grupo reducido de personas que fueron tomando conciencia de ser un

signo del poder actual del reino92 y de constituir el nuevo pueblo de Dios. Esta

comunidad no desaparece con su muerte, muy por el contrario, se mantiene

viva multiplicándose en medio de las dificultades y hostilidades. Ellas seguirán

con la causa de Jesús, testimoniando la fe en el resucitado con hechos y

palabras, reformulándola doctrinalmente y encarnándola comunitariamente93.

Pastoralmente las CEBs implantarán un nuevo paradigma de evangelización y

desarrollo de la fe y de la vida cristiana que responde a las necesidades de la

mayor parte de la población94. Propician la inculturación del Evangelio en los

sectores más populares. La mayoría de sus miembros son laicos que

comparten y viven en un mismo sector poblacional. Esto es clave pues son los

laicos quienes conscientes de su vocación ya no realizan una tarea delegada

por la jerarquía, sino que “participan” de la misión global de todo el Pueblo de

Dios. Laicos que se reúnen para leer la Palabra de Dios y hacer oración en

común. La Escritura deja de ser un libro cuya clave de interpretación está en

manos de los sacerdotes o de las personas cultas. La Biblia pertenece a todo el

pueblo de Dios y todos han sido habilitados por el Espíritu para conocerse a sí

mismos, sus propias circunstancias y el plan de Dios a partir de sus

enseñanzas. La metodología fundamental consiste en la lectura de la Escritura

por parte de la comunidad a la luz de su propia situación y de sus experiencias

vitales, uniendo así la religión con la vida cotidiana. De esta forma se aprende

a pensar y a resolver los problemas a partir de la Palabra. El pueblo de Dios

descubre en esta práctica su vocación profética y misionera, y va

92 Cfr. SCHNACKENBURG, R, Op. Cit. 204p. 93 Cfr. TAMAYO-ACOSTA, J, 2000, Hacia la Comunidad 6, Dios y Jesús, El horizonte religioso de Jesús de Nazaret, Editorial Trotta, Madrid, 40p; MATEOS, J – CAMACHO, F, 1990, El Horizonte humano, La propuesta de Jesús. Ed. El Almendro, Córdoba, 3ª ed., 68 – 72pp. 94 Cfr. AZEVEDO, M, Op. Cit. 19p.

Page 57: La Pastoral Rural

51

fundamentando su participación en la liberación concreta, en la transformación

de realidades destructoras de la dignidad humana.95

En cuanto a lo Institucional las CEBs motivaron una nueva manera de ser y vivir

la Iglesia en Latinoamérica. De una Iglesia jerárquica orientada a tutelar y

vigilar, se pasa a un modelo de Iglesia más acogedora, abierta a transformarse,

al nivel de las personas y de las estructuras, dispuesta a refrendar y legitimar en

su seno la vitalidad de las pequeñas comunidades.96 En este proceso de

renovación se redefinen las figuras clásicas del sacerdote y del obispo, a los

que se les ve menos como autoridades eclesiásticas y más como pastores,

animadores del Evangelio y principio de unidad y cohesión comunitaria.97

Quisiéramos rescatar también que las CEBs otorgarán participación al laico en

la Iglesia. El laico cada vez más consciente de las necesidades que aquejan a

su Iglesia, comenzará a reflexionar sobre el futuro de la misma. La grave crisis

que provoca la falta de sacerdotes despierta en los hombres y mujeres no

consagrados el deseo de ser continuadores de la vocación evangelizadora y

comunitaria de la Iglesia. Aquello suscitará la multiplicación de los ministerios

eclesiales como animadores, catequistas, misioneros, encargados del canto,

de la visita a los enfermos, etc .

Semánticamente las Comunidades Eclesiales de Base están constituidas por

tres palabras que no han sido puestas al azar y que de alguna manera ayudan

a caracterizar su significado.

95 Cfr. MUÑOZ, R, 1994, Pueblo, Comunidad, Evangelio, Escritos Eclesiológicos III, Ediciones Rehue Ltda.., Santiago de Chile, 7 – 24pp. 96 Cfr. AZEVEDO, M, Op. Cit. 229 – 332pp. 97 Cfr. BOFF, L, 1986, Y la Iglesia se hizo Pueblo, Eclesiogénesis, la Iglesia que nace de la fe del Pueblo, Editorial Sal Terrae, Santander, España, 49p.

Page 58: La Pastoral Rural

52

Como punto de partida la CEB es una comunidad. Con esta nota se intenta

revalorar lo comunitario al interior de la Iglesia y la sociedad. Para los primeros

cristianos la Iglesia se entendió siempre como una comunidad. Ella era el

hogar, significa el espacio para compartir la vida de fe en la oración y la

fracción del pan, es la instancia para servir y compartir los bienes98. En las

CEBs la fe se vive como una experiencia compartida, mutuamente alimentada

y apoyada por sus miembros. En la comunidad todos son y se sienten

responsables, porque pueden participar y de hecho participan en su pequeña

comunidad en lo que se proyecta, se dice y decide. Sólo en la comunidad

podemos desarrollarnos como seres humanos auténticos y vivir con más fuerza

el sentimiento de la fraternidad. En la comunidad todos somos iguales, aquello

conlleva también a la participación y a la eliminación de la relación de

subordinación infantilizante con los clérigos poseedores de los sacramentos, la

verdad y la salvación99.

Otro elemento importante a la hora de caracterizar las CEBs es su vínculo a la

fe y a la jerarquía de la Iglesia. Todos sus miembros profesan la fe en

Jesucristo, adhieren y tratan de imitar a Jesús convirtiéndose en mensajeros de

la Buena Noticia. Se sienten llamados a ser actores y protagonistas, juntos con

el Señor en la tarea de anunciar y realizar el Reino de Dios en las poblaciones y

sectores urbanos y rurales. La eclesialidad de las CEBs se manifiesta también

en la proximidad a la jerarquía de la Iglesia. Muchas comunidades nacen por

la influencia de obispos y sacerdotes atentos a la exhortación del Vaticano II

que los instaba a ser más pastores100. Las CEBs no son una Iglesia paralela, al

contrario son una instancia para vivir el Evangelio y el seguimiento de Jesús

98 Cfr. HOORNAERT, E, 1986, La memoria del Pueblo Cristiano, una historia de la iglesia en los tres primeros siglos, Ediciones Paulinas, 87p. 99 Cfr. AZEVEDO, M, Op. Cit. 75 – 85pp. 100 Ibid. 86 – 98pp.

Page 59: La Pastoral Rural

53

haciendo suyos los dramas de las grandes mayorías empobrecidas de nuestro

pueblo101.

En este intento por caracterizar las CEBs, llegamos a la última palabra de las

tres que la componen, que es de Base. En relación a este término aún existe

cierta ambigüedad, no obstante la práctica de las comunidades nos aclara esta

expresión. Muchas CEBs han crecido y se han desarrollado en las zonas

rurales y poblaciones marginales de nuestro país y continente. De acuerdo a

esta particularidad las CEBs son de base porque están constituidas por

hombres y mujeres pobres y marginados de la sociedad y por personas que

han tomado una opción de vida a favor del reino y su justicia. La CEB es una

Iglesia que nace y crece entre los pobres, los que no tienen dinero, cultura o

poder, es decir entre los que están en la base de la pirámide social102.

La experiencia de las CEBs también nos advierte que sus participantes son en

mayoría laicos, cristianos y cristianas que están en la base de la estructura

jerárquica de la Iglesia, y que quieren vivir la fe en comunidad inspirada en el

modelo de Jesús. La CEB debe ser semilla del Reino, un lugar abierto a la

participación de los laicos y laicas en los niveles de decisiones, ha de estar

inserta en las realidades del mundo para hacer surgir los valores del

Evangelio103.

El Magisterio de la Iglesia en diversas instancias ha valorado el surgimiento y la

experiencia de las CEBs. Pablo VI señala que aquellas surgen y se desarrollan

en el interior de la Iglesia, permaneciendo solidarias con su vida, alimentadas

con sus enseñanzas, unidas a sus Pastores. Las comunidades son un lugar de

101 Cfr. BOFF, L, Op. Cit. 70p. 102 Cfr. AZEVEDO, M, Op. Cit. 98 – 106pp. 103 Idem.

Page 60: La Pastoral Rural

54

evangelización y esperanza para la Iglesia universal, pues reúnen a los

cristianos donde la penuria de sacerdotes no favorece la vida normal de una

parroquia. Buscan su alimento en la Palabra de Dios, permanecen unidas a la

Iglesia local y universal, guardan sincera comunión con sus pastores, no se

creen jamás el único destinatario o el único agente de evangelización, crecen

cada día en responsabilidad, celo, compromiso e irradiación misioneros, se

muestran universalistas y no sectarias.104

Juan Pablo II por su parte indica que las CEBs están dando prueba positiva

como centros de formación cristiana y de irradiación misionera. Ellas están

conformadas por grupos de cristianos a nivel familiar o de ámbito restringido,

los cuales se reúnen para la oración, la lectura de la Escritura, la catequesis,

para compartir problemas humanos y eclesiales de cara a un compromiso

común. Son un signo de vitalidad de la Iglesia, instrumento de formación y de

evangelización, un punto de partida válido para una nueva sociedad fundada

sobre la “civilización del Amor”. Estas comunidades descentralizan y articulan

la comunidad parroquial a la que permanecen siempre unidas; se enraízan en

ambientes populares y rurales, convirtiéndose en fermento de vida cristiana, de

atención a los últimos, de compromiso en pos de la transformación de la

sociedad. En ellas cada cristiano hace una experiencia comunitaria, gracias a la

cual también él se siente un elemento activo, estimulado a ofrecer su

colaboración en las tareas de todos. De este modo, las mismas comunidades

son instrumento de evangelización y de primer anuncio, así como fuente de

nuevos ministerios, a la vez que, animadas por la caridad de Cristo, ofrecen

también una orientación sobre el modo de superar divisiones, tribalismos y

racismos.105

104 Cfr. PABLO VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, nº 58. 105 Cfr. JUAN PABLO II, Carta Encíclica Redemptoris Missio nº 51; Exhortación Catequesi tradendae nº 47; Exhortación Apostólica Ecclesia In África, nº 89; Cfr. Exhortación apostólica Ecclesia in América nº 41

Page 61: La Pastoral Rural

55

Las Comunidades Eclesiales de Base han permitido renovar la parroquia

además de asegurar mejor su eficacia operativa. En muchas CEBs los fieles

pueden comunicarse mutuamente la Palabra de Dios y manifestarse en el

recíproco servicio y en el amor; estas comunidades son verdaderas expresiones

de la comunión eclesial y centros de evangelización, en comunión con sus

Pastores.106 Permiten la participación, pues cada uno de sus miembros vive su

vocación propia y cumple su función.107

El Magisterio Latinoamericano desde 1968 ha venido reflexionando acerca de

las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs). Los Obispos de América Latina

reunidos en la ciudad de Medellín, con el fin de entender e interpretar el

Concilio Vaticano II desde América Latina, en su documento conclusivo

reconocen y promueven el desarrollo de las CEBs en la Iglesia de esta parte del

mundo.

Ellas son espacios donde se vivencia la comunión a que ha sido llamado el

Pueblo de Dios. Permitiendo además un trato personal fraterno entre sus

miembros. Por consiguiente, el esfuerzo pastoral de la Iglesia debe estar

orientado a la transformación de esas comunidades en “familia de Dios”. La

comunidad cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo eclesial,

que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansión de la

fe, como también del culto que es su expresión. La Comunidad Eclesial de

base es la célula inicial de estructuración eclesial, y foco de la evangelización, y

actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo.108

106 Cfr. JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles Laici nº 26. 107 Cfr. JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Ecclesia In Asia nº 25 108 Cfr. II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Medellín, 1968. Doc. Pastoral de Conjunto, nº 10.

Page 62: La Pastoral Rural

56

Por esta razón la Conferencia General del Episcopado promueve la formación

del mayor número de comunidades eclesiales en las parroquias, especialmente

rurales o de marginados urbanos. Comunidades que deben basarse en la

Palabra de Dios y realizarse, en cuanto sea posible, en la celebración

eucarística, siempre en comunión con el obispo y bajo su dependencia.109

Diez años más tarde, la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano

reunida en la ciudad de Puebla, se refiere al tema de las Comunidades

Eclesiales de Base en todo el Documento, pero en específico el Capítulo

dedicado a los Centros de Comunión y Participación profundiza en esta materia.

A estas alturas, era un hecho claro que las CEBs, a partir de Medellín, se

habían multiplicado y madurado por todas partes de América Latina, llegando

incluso a otras partes del mundo.110

Algunas afirmaciones centrales del Documento de Puebla referente a las

CEBs reconocen abiertamente la validez de la experiencia de las comunidades

eclesiales de base y se estimula su desarrollo en comunión con sus pastores,

aunque en algunas zonas no se ha dado la adecuada atención al trabajo en la

formación de aquellas111.

Los obispos valoran las CEBs por la creciente incorporación y deseos de

participación de los laicos en la vida eclesial, son fuentes de donde emanan

una diversidad de ministerios como el de animadores de comunidades,

catequistas, misioneros. A nivel de experiencia humana, su multiplicación hace

posible una intensa vivencia de la realidad de la Iglesia como familia de Dios.

109 Ibid. Doc. Pastoral Popular, nº 13. 110 Cfr. III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documento de Puebla, 1979, nn 96; 239. 111 Ibid. nn 98; 156.

Page 63: La Pastoral Rural

57

Se han convertido en focos de Evangelización y en motores de liberación y

desarrollo. 112

El episcopado latinoamericano agrega que también las Comunidades Eclesiales

de Base crean una mayor interrelación personal, aceptación de la Palabra de

Dios, revisión de vida y reflexión sobre la realidad, a la luz del Evangelio. Ellas

acentúan el compromiso con la familia, con el trabajo, el barrio y la comunidad

local. Esta expresión eclesial se advierte más en la periferia de las grandes

ciudades y en el campo. Son expresión del amor preferencial de la Iglesia por el

pueblo sencillo. En ellas se expresa, valora y purifica la religiosidad y se les da

posibilidad concreta de participación a los laicos en la tarea eclesial y en el

compromiso de transformar el mundo. Se comenta con alegría el importante

hecho eclesial, agregando que son la esperanza de la Iglesia.113

En el año 1992 los Obispos de América Latina y el Caribe, reunidos en Santo

Domingo, ratifican la opción por las CEBs. Destacando varias facetas

fundamentales. Las CEBs son lugar de vivencia eclesial-comunitaria, donde se

practica la fe el culto y el amor114. Son célula viva de la parroquia, entendida

ésta como comunión orgánica y misionera. Su objetivo principal es la

evangelización, con proyección misionera y en referencia a la vida115. Por medio

de las CEBs se renueva la estructura de la Iglesia particular y de la parroquia116.

Son lugares de participación de los laicos, varones y mujeres, ejerciendo dentro

de ellas diversos ministerios, servicios y funciones117.

112 Ibid. nn 125; 97; 239; 96. 113 Ibid. nn 629; 643; 641. 114 Cfr. IV CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Santo Domingo, 1992, nn 55; 61; 64; 142. 115 Ibid. nn 61; 48; 54; 58; 63. 116 Ibid. nn 58; 142. 117 Ibid. nn 60, 61, 95, 106; 55, 63, 131.

Page 64: La Pastoral Rural

58

Se advierte también en el Documento que cuando no existe una clara

fundamentación eclesiológica y una búsqueda sincera de comunión, estas

comunidades dejan de ser eclesiales y pueden ser víctimas de manipulación

ideológica o política118. Por esto, consideran necesario, ratificar la validez de

las comunidades eclesiales de base fomentando en ellas un espíritu misionero y

solidario y buscando su integración con la parroquia, con la diócesis y con la

Iglesia universal, en conformidad con las enseñanzas de la Exhortación

Apostólica Evangelii Nuntiandi. Elaborar planes de acción pastoral que

aseguren la preparación de los animadores laicos que asistan a estas

comunidades en íntima comunión con el párroco y el obispo.119

El Documento de Aparecida, aunque sufrió serias mutilaciones, añadidos y

alteraciones a su sentido original sobre las CEBs, ha recuperado la visión

eclesiológica y pastoral del Concilio Vaticano II y fundamenta la renovada

comprensión del lugar y misión de la comunidad parroquial como comunidad de

comunidades.120 En el Documento Oficial se reconoce que ellas recogen la

experiencia de las primeras comunidades y que desde Medellín son

consideradas como la célula inicial de estructuración eclesial y foco de

evangelización. Además, que las CEBs de manera especial viven y despliegan

su compromiso evangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados, y

son expresión visible de la opción preferencial por los pobres 121.

Con ello los obispos asumen el desafío de renovar el cuerpo eclesial a fondo,

desde las mismas bases de las Iglesias Locales, o sea desde las mismas

células del cuerpo eclesial. Dice el Documento “si se quieren comunidades

vivas y dinámicas, es necesario suscitar en ellas una espiritualidad sólida,

118 Ibid. Nº 62 119 Ibid. nº 63 120 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, 2007, Documento Aparecida, nn 170-177. 121 Ibid. nn 178 -180.

Page 65: La Pastoral Rural

59

basada en la Palabra de Dios, que las mantenga en plena comunión de vida e

ideales con la Iglesia Local, y en particular con la comunidad parroquial. Así, la

parroquia, de otra parte, como desde hace años nos lo hemos propuesto en

América Latina, llegará a ser comunidad de comunidades”122.

En interesante que a pesar de las lamentables e irrespetuosas modificaciones

sufridas por el documento conclusivo de Aparecida, los obispos de

Latinoamérica hayan recuperado y relanzado tan significativamente las CEBs.

4. Hacia una Pastoral Rural encarnada, solidaria y atenta al daño del

medio ambiente.

Hemos venido diciendo que a partir del Concilio Vaticano II la Iglesia se

propone no mirar sólo hacia el interior de sí misma, sino ubicarse dentro de un

mundo cambiante y crítico, y se ve obligada a preguntarse permanentemente

sobre el rol que le compete cumplir para ser fiel al Mensaje que predica. La

Iglesia tiene como misión estar al servicio del mundo, salvarlo en totalidad, y de

salvarlo en la historia, aquí y ahora. La Iglesia está para solidarizarse con las

esperanzas y gozos, con las angustias y tristezas de los hombres123. La Iglesia

es, como Jesús, para "evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos, para

buscar y salvar lo que estaba perdido."124

La Iglesia al igual que Jesús, ha de tratar de encarnarse en la historia, con el

mismo talante con que él lo hizo, no precisamente huyendo o evadiendo los

problemas que hay en el mundo ni buscando soluciones fuera de él. Jesús

asumió una cultura, se inculturó. Se expresó en el lenguaje temporal humano.

122 Ibid. nº 309. 123 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitucion Pastoral Gaudium Et Spes nº 1 124 CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº 8.

Page 66: La Pastoral Rural

60

Asumió el contexto, se hundió enteramente en la cultura. Nació en una aldea

dependiente, fue reconocido como el galileo.

Estas afirmaciones son claves para el desarrollo de la Pastoral Rural. Creemos

que el punto de partida debe ser acercarse a la realidad y conocerla. Se trata de

compartir con el hombre y la mujer rural la vida, escucharlo, conocer sus

angustias y esperanzas, anunciarle la Palabra de vida, ayudarle a encontrarse

con Jesucristo125.

La Iglesia de Latinoamérica y el Caribe en un esfuerzo por encarnarse en los

diversos contextos, en la última Conferencia General se propuso hacer una

lectura creyente de la realidad. En el documento señala que como discípulos de

Jesucristo se siente interpelada a discernir los signos de los tiempos, a la luz

del Espíritu Santo, para ponerse al servicio del Reino, anunciado por Jesús, que

vino para que todos tengan vida y para que la tengan en plenitud.126 Sin duda

que este ejercicio debe ser permanente pues sólo así la acción por la justicia y

la promoción humana pueden ser más efectivas, solamente allí estaremos

hablando de una auténtica Evangelización.

La situación actual del sector rural necesita de una pastoral rural cuyo método

de Misión ha de ser el mismo practicado por Jesús. Quien tuvo como horizonte

la liberación de aquel pueblo campesino marginado y tratado como si fuera de

segunda categoría por las autoridades. Esta tarea liberadora debe abarcar

todas las dimensiones de la existencia humana y dejar atrás todo

reduccionismo espiritual. De este modo la salvación del mundo rural o es

125 Cfr. BOFF, L, 1992, Nueva Evangelización, Ediciones Paulinas, Santiago de Chile, 2ª Edición, 97 – 102pp. 126 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Aparecida, 2007, nº 33.

Page 67: La Pastoral Rural

61

integral o no es salvación. Toda acción salvífica emprendida por la Pastoral

Rural tendrá como fin la persona en su unidad indivisible.

Avanzando más en el tema, hoy la Pastoral Rural ha de regirse además por

otras orientaciones. Tales como desarrollar un proceso de formación que

ayude a la humanización del oprimido y a la maduración de las personas. Un

proyecto emancipador donde los hombres y mujeres del campo chileno

experimenten lo que significa ser personas. Estas han de ser sujetos de su vida

y sus proyectos. Nunca, seres pasivos que aceptan resignadamente las ofertas

que vienen de fuera. Es el propio campesino quien ha de construir con

garantías de constancia el futuro de su pueblo y de su vocación.

También es necesaria una Pastoral Rural que promueva el fortalecimiento de la

experiencia comunitaria del Cristianismo. Las comunidades rurales han de

tomar conciencia de su carácter de ser Pueblo – comunidad. Sus pastores,

animadores y participantes tienen que fomentar el cultivo de la fraternidad, la

igualdad, la libertad, la solidaridad, y otros frutos imprescindibles para construir

la comunidad del Pueblo de Dios en el campo. Un Pueblo abierto a su propia

realidad y contexto sociocultural local, nacional y mundial; un Pueblo en relación

con la Diócesis y la parroquia.

Retomando el marco teológico pastoral, quisiéramos plantear la necesidad de

desarrollar una espiritualidad acorde con lo rural. Fundamentada en la opción

por la pobreza que le otorga un valor significativo a lo pequeño y a lo humilde.

Imitando a Jesús, quien eligió lo sencillo para denunciar y eliminar la

dominación de unos hermanos sobre otros.

En la actualidad también quisiéramos resaltar lo que sucede en las

comunidades rurales. En la actualidad se evidencia una preocupación por el

Page 68: La Pastoral Rural

62

problema ecológico. Los hombres y mujeres que se relacionan a diario con la

Creación ven como se va deteriorando la Obra de Dios. La Iglesia en

Aparecida escucha la voz de los explotados y oprimidos y reflexiona sobre el

daño ecológico. Reconoce que nuestro continente aún es reserva de

biodiversidad. Denuncia que en ocasiones el desarrollo económico arremete

contra el medio ambiente y excluye a los pueblos originarios y rurales. La

naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue depredada. Las

aguas están siendo comercializadas como si fueran una mercancía. Las

industrias extractivas de recursos que, cuando no proceden a controlar y

contrarrestar sus efectos dañinos sobre el ambiente circundante, producen la

eliminación de bosques, la contaminación del agua y convierten las zonas

explotadas en inmensos desiertos.127

La tierra clama por justicia y la Iglesia en el sector rural debe ponerse al lado

del que sufre. Creemos que es el momento propicio para plantear un nuevo

trato con la Madre tierra. El hombre ha de solidarizar con ella, asumir y vivir con

un sentido de responsabilidad global que tenga en cuenta las necesidades de

todos los seres vivos y al mismo tiempo garantice la integridad y la capacidad

de regeneración de la naturaleza.

El medio ambiente al igual que el hombre es parte de la creación. No existe

superioridad de uno sobre el otro. El desafío será avanzar hacia una relación

más respetuosa, dejar atrás la visión utilitarista y hacer una nueva alianza con

la creación. Pues el hombre y la mujer están llamados a vivir en comunión con

Dios, en comunión entre ellos y con toda la creación. Aquello implica

redescubrir la armonía, bondad y belleza de lo creado, que el ser humano es

administrador de los recursos de la tierra para cultivarla y guardarla.128

127 Íbid. nº 84; 473. 128 Cfr. GENESIS 2, 15.

Page 69: La Pastoral Rural

63

Una Iglesia encarnada en el mundo rural, debe ser capaz de reconocer la

sabiduría campesina que siempre ha buscado alcanzar un equilibrio en el

cuidado de la tierra. Tenemos que ser capaces de rescatar y difundir los valores

presentes en el mundo rural chileno, nutrirse del ser cultural tradicional, de sus

formas y arraigo de sus saberes, en sus identidades y uso en el tiempo. Estos

legados culturales permiten la emergencia de lo nuevo, a través del diálogo

intercultural y la transmisión de saberes a las nuevas generaciones, abriendo

caminos hacia un futuro sustentable.

Todos estamos llamados a responder a este reto, las comunidades rurales

tienen la responsabilidad de dar a conocer al mundo su experiencia vital en el

cuidado de la naturaleza. Los hombres y mujeres del sector rural pueden llegar

vivenciar una espiritualidad integradora de la persona, vivida en el Espíritu,

comprometida con la vida y la sociedad, gratificante y dialogante, realista y

apostólica, pascual y trinitaria, de experiencia personal pero al mismo tiempo

eclesial.

Page 70: La Pastoral Rural

64

LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN

MUNDO RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y perspectivas.

CAPÍTULO 3: LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE

CHILE EN EL MUNDO RURAL CONTEMPORÁNEO, SEGÚN LA OPI NIÓN DE

SUS PRINCIPALES ACTORES, SACERDOTES, DIÁCONOS PERMA NENTES

Y LAICOS.

Queremos señalar que la información contenida en este capítulo es el fruto de

una investigación cualitativa basada en la técnica de la Entrevista Semi-

estructurada.

La hemos elegido principalmente porque es muy ventajosa para lograr que las

personas entrevistadas transmitan oralmente sus definiciones personales del

contexto en el cual se encuentran interactuando, el mundo rural. Permite entrar

en diálogo profundo y rico con el entrevistado, ayuda a captar los hechos en

toda su complejidad, pues se trata de indagar la realidad en su globalidad, sin

fragmentarla y contextualizándola, consiguiendo no sólo las respuestas a los

temas elegidos sino también las actitudes, valores y formas de pensar de los

interrogados. Conduce a que los mismos actores sociales sean quienes

proporcionan los datos relativos a sus conductas, opiniones, deseos, actitudes y

expectativas. Nadie mejor que ellos para hablarnos acerca de aquello que

piensan y sienten, de lo que han experimentado o piensan hacer.

Page 71: La Pastoral Rural

65

En lo que respecta a la selección de los informantes y la recolección de datos,

las entrevistas se realizaron entre Septiembre de 2005 y Enero de 2006 en

parroquias y comunidades rurales de la zona sur del país, comprendiendo las

Diócesis de Temuco, Villarrica, Valdivia, Osorno, Puerto Montt y Ancud.

A la hora de seleccionar las parroquias se priorizaron aquellas que estaban

insertas en comunas cuya población rural es mayor que la urbana. Eso nos

permitió focalizar nuestro estudio en un sector demográfico específico.

Una vez seleccionadas las parroquias, con la intención que la muestra fuera

representativa, tratamos de conformar un grupo heterogéneo en distribución

geográfica, de manera tal que abarcáramos realidades cordilleranas, de la

depresión intermedia y del litoral. A su vez se procuró que los sacerdotes

fueran desiguales en edad y experiencia pastoral. Intentamos involucrar a más

de tres entrevistados por diócesis. También en la medida de nuestras

posibilidades tratamos de involucrar a algunos Diáconos Permanentes y Laicos

campesinos.

Con la intención de realizar un trabajo de campo óptimo se comenzó por

aquellas parroquias rurales atendidas por sacerdotes, diáconos permanentes y

laicos que mantenían un cierto vínculo de comunicación con el investigador.

Asimismo a través de estos logramos llegar a aquellos lugares desconocidos.

De esta manera fue constituyéndose una muestra de 50 personas, distribuidas

en 40 Sacerdotes, 5 Diáconos Permanentes y a 5 Laicos. La superioridad de

entrevistas hechas a los presbíteros se debe a que nos interesaba conocer, de

primera fuente, el desarrollo de la pastoral en el mundo rural. Como principales

actores ellos manejan mayor información. Datos muy útiles para el presente

Page 72: La Pastoral Rural

66

estudio. Nuestra intención es forjar desde su voz una pastoral más

participativa y comunitaria.

Una vez fijado el grupo humano se procede al trabajo de campo y al mismo

tiempo vamos reflexionando sobre el tema de investigación, cómo la Iglesia

Católica en el sur de Chile se ha venido adaptando al nuevo escenario rural y

cómo ésta responde a los desafíos que la nueva ruralidad le plantea.

En primera instancia tomamos contacto con los sacerdotes y les expusimos el

plan que teníamos en mente. Recalcamos el interés por conocer el trabajo

pastoral que estaba realizando la Iglesia en el sector rural. Además señalamos

nuestro propósito de comprender e interpretar lo que estaba pasando y que

queríamos dar a conocer la experiencia. En la medida que los sujetos de la

muestra iban aceptando la propuesta acordábamos el día y la hora de la

entrevista.

Casi todas las entrevistas se desarrollaron en la casa parroquial, con excepción

de una que fue hecha en dependencias de un Obispado. En el caso de los

Diáconos Permanentes y Laicos se acordó, en la mayoría de los casos,

realizarla en la misma comunidad o parroquia.

El tiempo empleado en cada una de las entrevistas osciló entre 60 a 140

minutos. Vale mencionar la existencia de algunos casos, donde por asuntos de

distancia se tuvo que pernoctar en la misma parroquia. Tal situación permitió

una mayor comprensión de la realidad, nos ayudó a percatarnos más a fondo

de la rutina desplegada por el sacerdote, de la forma de vida del sector, además

de participar en alguna actividad relacionada con el quehacer del presbítero.

Page 73: La Pastoral Rural

67

El guión de las entrevistas estuvo estructurado en dos grandes áreas temáticas

que ambicionaban conocer, lo más detalladamente, la visión del mundo rural y

el desarrollo y expectativas de la Pastoral que tienen los sacerdotes, diáconos

permanentes y laicos de las parroquias y comunidades rurales.

La entrevista personal se desarrolló a partir de las instrucciones dispuestas en

el Anexo 1, “Pauta para la entrevista semiestructurada”. La validación de las

preguntas de la entrevista decidimos hacerla en un grupo constituido por cinco

sacerdotes. Lo anterior responde a la necesidad de disponer de una base

conceptual y empírica contingente con los temas y las preocupaciones que hoy

sostienen los actores sociales de la Iglesia en el mundo rural. Diseñado el

borrador con las preguntas, se llevó a cabo la realización de la prueba piloto y la

evaluación de las respuestas. Aquello nos permitió percatarnos si los

entrevistados comprendían las preguntas, si lo formulado estaba correcto y era

comprensible. Queríamos descubrir además, la existencia de rechazo hacia

algunas preguntas y si el ordenamiento interno era lógico. Los resultados

derivados de este grupo de discusión fue el insumo básico para el diseño y

estructuración de la entrevista semiestructurada.

Nos queda agregar que grabamos la mayoría de las entrevistas. Siempre

antes de iniciarlas, solicitábamos la autorización diciendo que preferíamos

concentrarnos en lo que ellos dirán, en lugar de distraernos tomando notas.

Asegurábamos también absoluta confidencialidad; que sus nombres, y los de

otros individuos u organizaciones que mencionen, figurarán en forma anónima

en toda la investigación; que ninguna persona, aparte de las que integran el

equipo de investigación, tendrá acceso a la grabación; y que la cinta de la

grabación se destruirá después de la transcripción. Este medio ayudó a que

toda la información entregada por los sujetos consultados fuera redactada tal

como ellos lo hicieron y en su totalidad. Además, una transcripción completa

Page 74: La Pastoral Rural

68

contribuye reducir al mínimo los sesgos personales, pérdida de datos

relevantes, distracción, desinterés, etc.

En relación al análisis de los datos, una vez recopilados estos por medio del

trabajo de campo, transcribimos todas las entrevistas manteniendo y

respetando el texto generado, sin intervenir el testimonio de los actores. Luego

teniendo presente los objetivos planteados de la investigación, procedemos al

estudio de los textos dando por entendido que el análisis e interpretación de los

mismos implica un examen minucioso, detallado y disciplinado.

Como mecanismo de procesamiento de la información obtenida asumimos el

análisis de contenido. Aquel método de lectura e interpretación sistemática,

objetiva, replicable y válida nos permite acceder a los significados contenidos

en las entrevistas y bibliografía compilada. Una vez leídas las fuentes

bibliográficas pasamos a la definición de las categorías. Aquí optamos por

clasificarlas de acuerdo a las temáticas definidas con antelación y que tratan de

dar a conocer la opinión de algunos actores con respecto a la ruralidad y la

Iglesia. La categorización temática se confrontó con el respaldo teórico, lo que

dio confiabilidad a los resultados.

Con el fin de profundizar y otorgar confiabilidad y validez a la investigación

realizamos la técnica de la triangulación, específicamente de los actores y de la

teoría. Se trató de entrevistar a diversas personalidades de la Iglesia Católica

en el Mundo Rural, como sacerdotes, diáconos permanentes y laicos. También

la investigación en su integridad se fue complementando con bibliografía

referente a los temas en estudio. Nos referimos a los Censos de la Población,

Encuestas CASEN, Sínodos Diocesanos, Planes Pastorales y estudios que ya

han abordado en parte o en su totalidad el problema de investigación.

Page 75: La Pastoral Rural

69

Nuestro trabajo investigativo, como quehacer científico, ha pretendido

responder en cada momento a los criterios de confiabilidad y validez. Ambos

componentes vigorizan la calidad de la investigación, potencian la credibilidad y

veracidad de los datos entregados.

Nuestra intención es caracterizar la Iglesia en el mundo rural y para ello nos

permitimos dar a conocer la información que nos parece más pertinente y

destacar los aspectos más sobresalientes de los distintos temas abordados,

procurando siempre mantener una estrecha relación con la finalidad del

presente estudio.

I. Características de la Pastoral de la Iglesia Ca tólica en el mundo rural del

sur de Chile.

El concepto de Pastoral, viene de la palabra pastor. En expresiones prácticas,

pastor es el que lleva a pastar a las ovejas o las alimenta con pasto. Es quien

tiene la responsabilidad también de cuidar las ovejas, apacentarlas,

pastorearlas, guardarlas y gobernarlas129. La versión latina de la palabra pastor

es cura, cuyo significado está relacionado con el cuidado, atención, asistencia,

preocupación, curación, sanar o interesarse por las ovejas.

Sea la raíz griega o latina del concepto Pastoral, en ambos casos esta tiene que

ver con la totalidad de las acciones relacionadas con el acompañamiento,

orientación, protección y dirección para llegar a tener una vida según el querer

de Dios.

129 Cfr. SALMO 23; SAN JUAN 10, 11 – 18.

Page 76: La Pastoral Rural

70

De acuerdo a lo anterior podríamos decir que la Pastoral son todas las tareas

que la Iglesia y los cristianos dentro de ella realizan para responder mejor a las

exigencias de la evangelización.

La Pastoral está relacionada con el obrar de la iglesia, que no es otra cosa que

hacer presente el evangelio en el "aquí y ahora" de la existencia humana. La

Pastoral es lo que hace la Iglesia para cumplir la misión de Evangelizar.

Aquello constituye, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más

profunda. Ella existe para evangelizar, para llevar la Buena Nueva a todos los

ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar

la humanidad misma.130

La misión de la Iglesia comporta una diversidad de tareas en las que se realiza

constantemente el esfuerzo por hacer operativa la acción salvífica de Dios. Eso

plantea la necesidad de una permanente renovación pastoral, posibilitando

métodos y contenidos que estén relacionados con los “signos de los tiempos"

simbolizados en la actualidad por los violentos cambios y sus víctimas

producidas. Dicha transformación se ha de realizar no sólo para no quedarnos

fuera de la historia, sino para acomodarnos a cada generación respondiendo a

los perennes interrogantes humanos sobre el sentido de la vida presente y

futura 131 y no cometer errores que cuestan la felicidad de tantos hermanos y

hermanas nuestros.

Toda acción pastoral de la Iglesia debe hacer referencia obligatoria a tres

elementos, la continuidad con la misión de Jesucristo, la peregrinación hacia el

130 Cfr. PABLO VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, Acerca de la Evangelización en el Mundo Contemporáneo, 14 - 18. 131 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium Et Spes, Sobre la Iglesia en el Mundo Actual, Nº 4.

Page 77: La Pastoral Rural

71

reino y la presencia y misión en el mundo132. De lo que se trata primeramente

entonces, es de entender cómo la Iglesia tiene su razón de ser en estas tres

realidades sin una identificación absoluta con una de ellas, pero tampoco

olvidando ninguna, ya que si ha habido errores antes en la acción pastoral lo ha

sido o por un reduccionismo o por una absolutización en la identificación

En el caso de la Pastoral de la Iglesia chilena en el mundo rural sin duda que

hay un camino recorrido, que no ha sido fácil. Se evidencian dificultades y

capacidades de adaptación a lo largo de múltiples y sucesivos contextos

sociopolíticos, económicos y culturales.

La Iglesia Católica del Sur de Chile ha venido desarrollando su labor apostólica

en un mundo rural diferente al de otras décadas. A continuación

caracterizaremos su accionar en este medio, todo con la intención de verificar si

ha asumido los diversos desafíos que le plantea el sector rural.

1. Caracterización de la parroquia rural.

Por lo que se ha investigado, la Iglesia Católica del sur de Chile, es una

institución que está presente en el Mundo Rural, aunque en algunas realidades

esta presencia es más formal que real. Principalmente porque se evidencia en

la mayoría de las Diócesis del sur de Chile, la inoperancia de una pastoral rural

que se encargue de estudiar los problemas y las transformaciones más

acuciantes en este medio; que proponga orientaciones y opciones claras para

desarrollar en el contexto rural, que sea una ayuda para las parroquias y

comunidades rurales. Asimismo en todas las Diócesis, hay una insuficiencia de

ministros ordenados, sean presbíteros, diáconos permanentes, ministros laicos,

132 Cfr. FLORISTAN, C, TAMAYO, J (Eds), 1985, El Vaticano II, veinte años después, Ediciones Cristiandad, Madrid, 75p.

Page 78: La Pastoral Rural

72

etc. que puedan animar y acompañar la vida de las comunidades rurales, que

simbólicamente “están como ovejas sin pastor.” Por otro lado la acción pastoral

que vienen desarrollando las parroquias, con algunas excepciones, se ha

alineado muy lentamente a las orientaciones del Concilio Vaticano II, en general

hay un retroceso con respecto a lo que se había logrado hasta la década de los

ochenta.

Todas las parroquias rurales visitadas están emplazadas en territorios muy

extensos. Es común que el templo, casa y oficina parroquial estén ubicados en

aquellas zonas más pobladas, en la ciudad o pueblo. Generalmente hay un

sacerdote residente. Sin embargo, es importante indicar que en todas las

diócesis hay una o más parroquias que no cuentan con un párroco, esto se

debe principalmente a la escasez de clero. En su lugar existe un administrador

quien generalmente tiene otra parroquia que dirigir.

Todas las acciones pastorales en la parroquia son dirigidas por el presbítero

quien cuenta con la colaboración de laicos activos en la mayoría de los casos.

También en algunas parroquias hay Diáconos Permanentes quienes apoyan al

sacerdote en la misión de evangelizar. Asimismo, se constata la presencia de

algunas congregaciones religiosas femeninas y masculinas.

La pastoral de la parroquia se desarrolla mayoritariamente en el templo ubicado

en la ciudad o pueblo. Aquí la actividad eclesial es más activa. Las acciones

más sobresalientes son la celebración dominical de la Eucaristía, catequesis

familiar, pre bautismal, confirmación, grupos de ayuda fraterna. En la mayoría

de los casos se evidencia una actitud y acción misionera. En la dimensión

solidaria se percibe una sensibilidad social de carácter moderado, que basa su

accionar en medidas de tipo asistencial. Se observa también la presencia y

funcionamiento de diversos grupos y movimientos eclesiales, como el

Page 79: La Pastoral Rural

73

carismático, EJE, ESCOJE, JUPACH, JUFRA, Encuentros Matrimoniales,

Scouts, entre otros.

En cuanto a la estructura de la parroquia rural, todas están conformadas por

una red de comunidades cristianas. Las parroquias rurales estudiadas pueden

estar compuestas en promedio por 19 comunidades campesinas.

En este contexto abrumador los sacerdotes, principalmente los Sábados y

Domingos, corren de comunidad en comunidad celebrando en promedio 3 a 4

Eucaristías cada día. Dedicándose muy poco a las comunidades, y no es

porque ellos no quieran sino porque la disponibilidad de tiempo no se los

permite. Cabe señalar que existen algunos sectores que no son visitados ya

sea por la falta de organización local o por las distancias.

Las comunidades rurales que funcionan en cada parroquia normalmente son

coordinadas por un equipo que está dirigido por el párroco. El quehacer

pastoral de la mayoría de las comunidades se organiza desde la sede

parroquial. Todos los meses se reúnen para proyectar las actividades

pastorales, de catequesis, celebraciones dominicales, entre otros. También

estos encuentros son una instancia para entregar formación, sobre todo en lo

que se refiere a la celebración dominical, algunos elementos básicos de Biblia,

etc.

En estas comunidades se le da gran importancia a la vida sacramental y

litúrgica. Las más destacadas y permanentes son la celebración de la

Eucaristía mensual, liturgias de la Palabra, novenas, velorios, la catequesis

bautismal y familiar en su mayoría y en algunos casos la prematrimonial y

confirmación. Otros servicios que asume, con menos frecuencia, son la ayuda

fraterna, misiones, etc. Se destaca el fervor religioso de los fieles, quienes

Page 80: La Pastoral Rural

74

participan en las diversas celebraciones relacionadas con la religiosidad

popular, sean fiestas de la Virgen o de algún santo.

La periodicidad de las visitas del sacerdote a las comunidades rurales es

mensual en la mayoría de los casos. Hay también algunas comunidades que

son atendidas cada dos meses. Finalmente se da la situación de otras que

celebran la Eucaristía una o dos veces al año.

Durante el año la pastoral en la mayoría de las comunidades rurales tiene altos

y bajos. El trabajo apostólico se desarrolla con mayor intensidad durante el

tiempo bueno. En invierno, las malas condiciones climáticas impiden en muchos

casos el desarrollo normal de la vida eclesial, incluso en algunas capillas se

termina con la atención litúrgica sacramental. Especialmente por la mala calidad

de los caminos.

También es necesario mencionar la existencia de otras comunidades cuyo

peregrinar en menos intenso en verano, fundamentalmente porque durante este

periodo la gente trabaja en las cosechas, están de vacaciones, etc.

Interrumpiéndose también la celebración de la Eucaristía.

Sólo algunas comunidades han asumido la celebración dominical sin sacerdote

o Liturgia de la Palabra. En algunas se reúnen también para la celebración de

vigilias, eventos especiales como la semana de la parroquia, novenas y otros.

2. Caracterización de las comunidades rurales:

Las entrevistas contribuyeron a descubrir que existe una diversidad de estilos

de comunidades rurales. Para facilitar el análisis posterior las agrupamos

Page 81: La Pastoral Rural

75

considerando el protagonismo de laicos, las tareas que desarrollan y el grado

de autonomía que tienen para proyectarse juntos.

a. Comunidades muy elementales , con escaso protagonismo de los laicos,

dependen totalmente de la figura del sacerdote. En ellas hay un grupo de fieles

católicos que se reúnen sólo cuando los visita el sacerdote, diácono,

misioneros, ministro, etc. No hay vida comunitaria. No tienen un animador, en

su lugar existe un encargado de capilla que abre y cierra el templo. El

sacerdote se comunica con esta persona cuando va a celebrar la Eucaristía. En

ocasiones tienen la visita de misioneros. La celebración de la misa mensual o la

fiesta de algún santo son los únicos motivos para reunirse.

En general estas “comunidades” son autómatas. Sus capillas prácticamente

permanecen cerradas durante casi todo el año. Sus templos en su mayoría

evidencian un deterioro progresivo.

b. Comunidades litúrgicas y sacramentales. Estas mantienen un incipiente

liderazgo laical, organizan la liturgia, catequesis, etc. Este prototipo de

comunidades católicas no sobrepasa lo meramente cultual y sacramental. La

presencia del sacerdote para este tipo de comunidades es esencial. Todo el

desarrollo de la Pastoral depende de él. Generalmente estas comunidades

tienen una organización y programación que les permite mantenerse activas

durante el año. No son autónomas, son organizadas pastoralmente desde la

parroquia. Su actividad pastoral gira en torno a la celebración de la Eucaristía

mensual, algunas celebraciones dominicales sin sacerdote, novenas de un

santo, mes de María, etc.; normalmente tienen uno o más catequistas que

asumen la catequesis familiar y pre bautismal; económicamente se sustentan a

través de las colectas, del 1% o actividades benéficas como bingos, rifas,

torneos de fútbol, de rayuela, etc. En ciertas comunidades hay unos intentos por

Page 82: La Pastoral Rural

76

organizar la pastoral social pero no sobrepasa la línea del asistencialismo.

También estas comunidades son visitadas por misioneros que permanecen en

el lugar por una o más semanas. Este estilo de comunidad es la proyección de

la parroquia en el sector y son las más comunes en las zonas rurales.

c. Comunidades corresponsables y fraternas. Estas comunidades se

desenvuelven en un clima de participación y corresponsabilidad. Han

sobrepasado lo meramente litúrgico y tratan de responder desde el Evangelio a

la problemática del sector. Son comunidades que mantienen un alto nivel de

reconocimiento hacia sus animadores y catequistas. La vida de la comunidad

se va proyectando en equipo, es decir, los laicos junto al sacerdote imaginan el

futuro. Tienen su propio proyecto pastoral, al mismo tiempo que asumen un

compromiso evangelizador en su medio social. Además la comunidad se ocupa

de los servicios de catequesis, liturgia, pastoral social, comité económico, etc.

En cierta forma estas comunidades rurales han logrado una incuestionable

madurez, pero deben continuar progresando hasta constituir una verdadera

comunidad que anticipe el Reinado de Dios en la tierra. Una comunidad según

el proyecto de Jesucristo donde se vivan los valores evangélicos de la libertad,

igualdad, amor solidario y apertura. Por su caracterización pareciera que este

tipo de comunidades no es muy común encontrarlas, pero lo cierto es que las

hay, aunque son las mínimas.

3. Los ministerios que se dan al interior de las co munidades .

En el andar pastoral de las parroquias rurales estudiadas, se han venido

impulsando desde hace varias décadas una serie de cambios en la praxis

eclesial católica. Una de las principales razones es la diferencia imponente

entre el número de ministros ordenados y la cantidad de fieles, lo que ha

Page 83: La Pastoral Rural

77

convertido a los primeros en un grupo de personas muy apuradas y ocupadas,

con poca posibilidad de atención espiritual personal a los fieles.

Esta situación indudablemente le viene planteando a la Iglesia Católica, aunque

tímidamente, el tema de los ministerios. Por la larga tradición eclesiástica que

centra los ministerios en torno a los ministros ordenados ha sido difícil dar

pasos en esta materia. No obstante, en la mayoría de las comunidades rurrales

se plantea la necesidad de incorporar al laico para que asuma su rol en la

misión evangelizadora de la Iglesia. La tendencia pastoral marca una presencia

creciente de los laicos en los ministerios internos de la Iglesia, cada vez son

más las mujeres y los hombres que se sienten protagonistas y corresponsables

de la misma.

3. 1. Presbíteros:

Las parroquias rurales visitadas todas están dirigidas por sacerdotes

diocesanos chilenos. Aspecto relevante, pues hace algunas décadas estas

eran atendidas en su mayoría por presbíteros extranjeros, algunos diocesanos y

otros integrantes de órdenes religiosas.

Los párrocos y vicarios entrevistados tienen una vasta experiencia en la zona

rural, ya sea porque son originarios de esa realidad, ya sea porque llevan años

trabajando en ella. Algunos presbíteros han desarrollado todo su ministerio

sacerdotal en el campo. La formación teológica la realizaron, en su mayoría,

en el Seminario Mayor y en la actualidad tienen pocas posibilidades de

perfeccionarse en esta u otras áreas del conocimiento. Los encuentros de clero

y las jornadas de renovación teológica a nivel diocesano y nacional logran

disminuir en parte esta falencia o necesidad.

Page 84: La Pastoral Rural

78

Tal como se da la dinámica de la Iglesia en el mundo rural, el sacerdote es el

que guía, enseña y santifica al Pueblo de Dios133. El principal servicio que

presta a la comunidad es la celebración de la Eucaristía y la dirección de la

parroquia. Le sigue la administración del sacramento del Bautismo, el

Matrimonio y funerales.

Su actividad principalmente se concentra durante los fines de semana donde

llega a celebrar en promedio hasta cuatro misas diarias. Se agregan también

algunos bautismos y matrimonios.

Durante la semana visita a los enfermos, escucha confesiones, dirige

espiritualmente, acompaña a los diversos grupos de formación, entrega

formación cristiana, organiza jornadas, retiros, etc. Algunos presbíteros

imparten clases de religión, llevan la capellanía de algún colegio, ofrecen clases

en el Seminario Mayor, son responsables de coordinar el decanato o cierta

pastoral ya sea a nivel diocesano o decanal, etc.

La mayoría de los sacerdotes viven solos, en la casa parroquial que

habitualmente está ubicada en la ciudad o en el pueblo. En este aspecto una de

las principales preocupaciones de los presbíteros entrevistados es cuidar el

estado de celibato, darle sentido a la soledad y al abandono. “El sacerdote en

el campo está solo y tiene que solucionar muchas veces solo sus problemas”

(Sacerdote Entrevistado Nº 24).

Los medios para subsistir se los tendría que proporcionar la parroquia; no es así

en todos los casos. En la práctica generalmente reciben un aporte desde el

Obispado para cubrir gastos personales. Cabe señalar que los ingresos en

promedio alcanzan los $60.000. En relación a lo anterior la gente que no

133 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Decreto Presbyterorum Ordinis, nn 4 – 6.

Page 85: La Pastoral Rural

79

conoce la realidad especula que los sacerdotes del sector rural mantienen una

buena situación económica. Esto se debe porque por mucho tiempo estas

parroquias estuvieron en manos de presbíteros extranjeros, quienes siempre

obtenían ayuda de sus países de origen. Eso les permitía solventar los

servicios básicos, así como los gastos de construcción y mantención de los

templos u obras de beneficencia.

En general, la figura del sacerdote continúa siendo muy fundamental en las

comunidades campesinas. Todo el quehacer pastoral de la parroquia y de las

comunidades gira en torno a él, lo que muchas veces deriva en un exacerbado

protagonismo que normalmente adormece la iniciativa laical. En la parroquia y

comunidades rurales el sacerdote es el que piensa, enseña, decide y organiza.

Tal situación crea una gran dependencia en las comunidades y trae consigo

una consecuencia fatal; la experiencia de Iglesia Pueblo de Dios – comunidad

de comunidades se hace prácticamente insostenible.

Por razones de diversa índole, hoy es el sacerdote quien hace posible la

existencia de la Iglesia en un determinado lugar. Si seguimos bajo esa lógica, la

escasez de sacerdotes hace que en muchos lugares la Iglesia no tenga

presencia o si existe es muy precaria. Cada vez que se va un sacerdote las

comunidades decaen porque siempre la figura imprescindible fue él, se hizo

Iglesia en torno a la figura del cura y no en relación a la comunidad. En la

mayoría de los casos la Pastoral la organiza el sacerdote, cualquier iniciativa

de la comunidad necesita obligatoriamente de la venia o del visto bueno de él.

Aquello, de algún modo, aletarga la iniciativa de los laicos.

Otra muestra de la clericalización de la pastoral es el estilo y la forma de como

son ejercidos los ministerios de laicos. Últimamente éstos se han venido

transformando en pequeños curas, pues van en representación del sacerdote a

Page 86: La Pastoral Rural

80

un lugar determinado. El mismo nombre que se le ha dado a la celebración

dominical sin sacerdote evidencia fuertemente la dependencia hacia el

presbítero, el más importante no está en medio de la comunidad. El formato de

la celebración dominical sin sacerdote es una misa chica, se ha eliminado en

ella la liturgia eucarística (prefacio y plegaria eucarística). “No queremos

comunidades rurales celebrando misas chicas cuando el sacerdote o diácono

no puede visitarlas. Incluso los obispos han insistido en que sean comunidades

que se reúnen en ausencia del sacerdote. Colocando en hincapié en que el

más importante está ausente. Pero esto no debe ser las comunidades siguen

siendo tales esté o no el sacerdote.” (Sacerdote Entrevistado Nº18)

También hay, aunque son muy pocos, sacerdotes que han optado por

desarrollar una pastoral formadora de comunidades, inspirados en las

enseñanzas del Nuevo Testamento, de los documentos del Concilio Vaticano II,

Medellín, Puebla, Santo Domingo y recientemente Aparecida. Según estos

últimos las comunidades tienen que llegar a ser escuelas de comunión,

participación, oración y celebración. Esta decisión nos permitiría trabajar en

función de reforzar la comunidad. De este modo se pueden eliminar esas frases

típicas como “voy a misa porque este curita es re choro”, “tenemos que ir a la

iglesia porque viene el padre”, “el padre dijo que hiciéramos así la celebración”,

etc.

Algunas comunidades han descubierto junto al sacerdote que éste no es el que

hace la Iglesia, sino que es un servidor de la comunidad, el que la anima, la

acompaña. De esta manera llegaremos a formar una Iglesia Pueblo de Dios –

comunidad de comunidades, toda santa, sacerdotal, profética, misional y

Page 87: La Pastoral Rural

81

apostólica, dotada de una diversidad de ministerios dentro de ella134. En

aquellas comunidades el presbítero hace las veces de facilitador y abre los

espacios para que la comunidad se desarrolle. Aquello comprende encogerse

para que los otros puedan desarrollarse. Exige una pastoral vocacional que

ayude a que cada uno se encuentre con el servicio que el Señor quiere que

cada uno realice. Ya no se trata de que haya muchos curas o muchas monjas.

Se trata más bien de que en la comunidad cada uno desarrolle plenamente los

dones que ha recibido y los ponga al servicio de este grupo que quiere ser

anticipo del Reino de Dios en la Tierra, pero particularmente en el mundo rural.

3. 2. Diáconos permanentes:

A pesar de que no son muy numerosos en algunas parroquias rurales se han

convertido en verdaderos pastores y guías al servicio de la comunidad135. La

misión de los diáconos es servir al Pueblo de Dios en el ministerio de la Liturgia,

de la Palabra y la caridad136. Por la escasez de presbíteros los Diáconos han

venido asumiendo tareas cada vez más complejas en la comunidad. También

existe desconocimiento acerca de su ministerio, por lo mismo se ha avanzado

poco en lo específico de su vocación. Esto ha producido confusión en el

desarrollo de su servicio a la Iglesia, pues muchos fieles creen que son

sacerdotes casados.

La principal labor que desempeña el Diácono en el campo es acompañar a las

comunidades campesinas, ya sea celebrando la Liturgia de la Palabra,

Bautizando, Bendiciendo matrimonios, ofreciendo formación a las comunidades,

evangelizando, etc. En la práctica, los diáconos se han convertido en “curas

134 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LAITNOAMERICANO Y DEL CARIBE, 2007, Documento de Aparecida 170 – 180. 135 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LAITNOAMERICANO Y DEL CARIBE, 2007, Aparecida nº 205. 136 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, nº 29.

Page 88: La Pastoral Rural

82

chicos”. Hay una tendencia a clericalizar este ministerio, pues siempre se actúa

en nombre del clero o por delegación de un sacerdote, o a veces en su lugar.

Una afirmación que se repite a menudo en las entrevistas y que impide el

normal desarrollo del ministerio del diaconado, es la molestia que origina la

actitud de algunos sacerdotes que no consideran los aportes ni las iniciativas de

los diáconos. En cierta medida se ha reducido su misión a lo puramente

sacramental.

La formación que recibieron la obtuvieron en la Escuela para Diáconos que

cada Diócesis tiene. En algunas Iglesias Locales se ha decidido esperar un

tiempo para seguir formando a los futuros Diáconos. La razón principal es la

inmadurez en esta materia, pues algunos sacerdotes no se acostumbran a

compartir tareas con este ministerio.

Hay Diócesis donde realmente ha sido bien aceptado esta otra forma de servir

en la Iglesia. La existencia de diáconos en algunas parroquias rurales ha sido

un verdadero respiro para los sacerdotes que se encontraban sobrepasados en

sus actividades. Asimismo, se ha logrado desarrollar en las más variadas

formas este ministerio de servicio a la comunidad.

3. 3. Animadores de Comunidades:

En la mayoría de las comunidades hay un animador o animadora, quien dirige y

es un agente de unidad en la comunidad católica del lugar. Es el representante

del Párroco en la comunidad. Un líder espiritual que asume las celebraciones

dominicales, responsos, rezos en los velorios, oraciones para los enfermos,

algunos distribuyen la comunión, etc. La mayoría de los que asumen este

ministerio son mujeres.

Page 89: La Pastoral Rural

83

Los Animadores son laicos muy comprometidos con la misión de la Iglesia.

Reúnen una serie de características, pero por sobre todo resaltan la fe que

tienen y su espíritu de servicio. En las comunidades rurales son ellos los que

animan y conservan la fe de sus hermanos. Son el pilar fundamental para

conservar la fe y la presencia de la Iglesia en las comunidades del campo. Para

la mayoría de los entrevistados, la comunidad depende mucho de la persona

del animador. Cuando es bueno, la comunidad se mueve y tiene fuerza; si

sucede lo contrario la comunidad se debilita y a veces hasta decae.

En las comunidades la figura del animador va siendo cada vez más importante,

pues los sacerdotes son cada vez menos y no pueden atender como quisieran

o como corresponde a los fieles. El Párroco deposita toda la confianza en el

animador de la comunidad, pues es quien mejor conoce la realidad. Cada vez

que alguien quiere recibir algún sacramento, tiene que dirigirse al animador y

este informa al sacerdote.

Para llegar a ser animador de una comunidad no necesariamente se debe

pasar por un proceso de formación. En general esto viene después. Una

instancia que se ofrece son las reuniones mensuales que los animadores tienen

en la parroquia, también existen oportunidades de retiro, jornadas diocesanas,

decanales, etc.

Un animador o animadora de una comunidad es elegido y nombrado de

diversas formas, siendo la más común la designación. El párroco elige al

animador y lo va formando. Otra manera menos común es que la comunidad

propone una terna al párroco para que él o el equipo de comunidades elijan al o

a la más idónea. También en algunas comunidades mediante una votación se

opta por la o el más capaz de guiar la Iglesia del sector. En la mayoría de las

Page 90: La Pastoral Rural

84

comunidades el animador permanece en el cargo por un largo tiempo. Por una

serie de motivos unas parroquias han pretendido terminar con esa práctica y se

le nombra por un período determinado.

3.3.1. Los Fiscales :

En Chiloé los Fiscales son también en la práctica animadores de comunidades.

No obstante, por la tradición y testimonio de este ministerio lo presentamos en

una sección especial.

El ministerio del fiscal es instaurado en la Isla de Chiloé probablemente por el

Padre Luis de Valdivia. Su aparición se debe principalmente a la escasez de

sacerdotes. En principio su función principal fue la de fiscalizar, educar y

mantener la fe pura e intacta de toda idolatría, en la tierra de evangelización

que le fue asignada. Una de las condiciones fundamentales para llegar a ser

fiscal era ser casado, de cuarenta a sesenta años y bien adoctrinado. Con el

tiempo el ministerio va tomando un modo más apostólico, lo cual dio muchos

frutos y ayudas a la evangelización de las culturas en la isla.

En la actualidad el o la fiscal continua siendo fiel a su labor misionera, persiste

en ellas y ellos un espíritu evangélico y solidario, que intenta ser testimonio de

la presencia de Dios en medio del pueblo.

La función que desempeña el fiscal en la comunidad ha venido variando.

Antiguamente el fiscal era elegido y preparado para rezar. Asumió labores

relacionadas con la dirección de la comunidad, la distribución del sacramento

del Bautismo y dirección de la celebración de los funerales. Además llevaba la

cuenta de todo lo que acontecía en la localidad. En muchas ocasiones era

mediador de conflictos. Hoy esto ha cambiado, en cierta medida ha disminuido

Page 91: La Pastoral Rural

85

su protagonismo y su servicio. Hay más sacerdotes que pueden ocuparse del

acompañamiento sacramental de las comunidades. En la actualidad el fiscal es

quien acompaña y anima la fe de sus hermanos, coordina la comunidad, dirige

las celebraciones dominicales, visita a los enfermos, reza, etc. En algunos

casos preside los funerales. Son mujeres en su mayoría.

Para llegar a ser Fiscal, se ha de considerar la madurez humana y cristiana.

Este normalmente es escogido por la comunidad, nombrado por el Obispo

mediante un Decreto previa confirmación del párroco. Es electo por cinco años

y puede ser reelegido hasta tres veces. Hoy todo lo referente a los fiscales, su

elección y nombramiento está estampado en uno estatutos.

3. 5. Catequistas:

También en la mayoría de las comunidades hay catequistas, quienes asumen la

misión de educar en la fe a los fieles que quieren recibir algún sacramento. Los

más comunes son la catequesis pre bautismal y familiar. Cuesta más

desarrollar la de confirmación o prematrimonial.

Cabe mencionar que la mayoría de los catequistas son los mismos animadores

de comunidades.

3. 6. Ministros de Comunión y de la Palabra:

En muy pocas comunidades se ha fomentado el incremento de los ministros

laicos, principalmente para la atención de un mayor número de enfermos y para

atender a las comunidades que no celebran la Eucaristía por ausencia del

presbítero.

Page 92: La Pastoral Rural

86

En relación a este tema cabe destacar que en escasas capillas rurales está la

presencia del Santísimo. Hay un desconocimiento e inmadurez de las

comunidades pero poco a poco se ha venido formando en este aspecto. Hay

sacerdotes que están insistiendo en esta práctica pues no siempre contarán con

su presencia en las comunidades.

3. 7. Otros ministerios laicales:

Algunas comunidades tienen coro o persona que toca la guitarra u otro

instrumento con el cual animan las celebraciones dominicales.

Se percibe también la presencia de misioneros que visitan periódicamente las

comunidades rurales.

También se evidencia en algunas comunidades rurales la existencia de los

Servidores del Altar o Acólitos.

Hay unas comunidades rurales que tienen recaudadores de la Contribución del

1 %.

También hay personas cuyo carisma está relacionado con la ayuda fraterna.

Gracias a este grupo de fieles muchas comunidades solidarizan con los más

necesitados o aquellos que padecen alguna desgracia.

En algunas parroquias rurales se constata también la presencia de algunas

congregaciones religiosas femeninas, quienes hacen un aporte a la misión de la

Iglesia desde la educación y la evangelización.

Page 93: La Pastoral Rural

87

La presencia de la mujer en las comunidades campesinas y en la Iglesia en

general es muy significativa. Podríamos decir que las mujeres, consagradas o

no, en su mayoría realizan un auténtico trabajo pastoral. Ellas aparecen

activas, participando codo a codo, al mismo nivel que los varones ordenados,

ejerciendo funciones misioneras, de enseñanza, de liderazgo en las

comunidades. Cada día con mayor fuerza se evidencia su protagonismo, lo

que, sin duda requiere ser considerado. La potencialidad de la aportación de la

mujer en el crecimiento de la Iglesia podría contribuir elementos que hasta

ahora no están presentes o necesitan ser mejorados. Nos referimos a la

acogida, la comprensión, la ternura, la fortaleza, la donación, etc.

La Iglesia, sobre todo la del mundo rural, está desafiada a buscar nuevos

caminos que creen un diálogo en igualdad, compañerismo y colaboración, en

alteridad y mutuo reconocimiento. Las mujeres no son ni mejores ni peores que

los varones, son diferentes; y desde ahí han de aportar unos y otras para el

enriquecimiento del mundo y de la humanidad. La falta de esta aportación

podría producir un desnivel peligroso.

4. La Evangelización:

Evangelizar para nosotros es hacer lo que hizo Jesús.137 Anunciar con hechos

y palabras la llegada del Reino de Dios, especialmente a los más pobres, a los

oprimidos y marginados por la sociedad. Este anuncio de la Buena Nueva debe

renovar la humanidad, crear las condiciones necesarias para construir una

nueva sociedad, una sociedad en que los seres humanos puedan ser libres,

puedan desarrollarse, puedan ser solidarios, puedan quererse, puedan ser

creativos, puedan estar alegres, puedan ser felices y lleguen cada uno, a su

137 Cfr. BOFF, L, 1992, Nueva Evangelización, Ediciones Paulinas, Santiago de Chile, 2ª Edición, 102 – 110pp.

Page 94: La Pastoral Rural

88

manera, a la plenitud, al desarrollo de todas las potencialidades que tienen

dentro. Una sociedad justa, agradable, una sociedad humana, fraterna que es

muy opuesta a la que estamos viviendo.

El proceso evangelizador ha de sustentarse en el diálogo138, en el respeto y la

acogida del otro. No hay diálogo, si no hay un profundo amor al mundo y a los

hombres, si no existe una fe en los hombres. No se da el diálogo si no hay

humildad. Evangelizar no debe ser un acto arrogante, autosuficiente. Al

contrario se basa en el amor, en la confianza y esperanza.

Las parroquias y comunidades rurales en general han venido asumiendo muy

pausadamente un talante evangelizador. Les cuesta ser anunciadores del

mensaje del Evangelio, principalmente por el poco convencimiento de que todos

los bautizados son responsables de la misión de la Iglesia y la falta de

formación en diversas áreas. Tal vez una de las razones de este lento proceso

sea el modelo de evangelización realizado en los primeros años de la Iglesia

chilena, donde el principal agente es el clero. Asimismo, imperó lo sacramental

y doctrinal, faltó la conformación de comunidades vivas y testimoniales.

Los misioneros son en amplia mayoría jóvenes provenientes de colegios

confesionales, universitarios, seminaristas, congregaciones religiosas y

movimientos eclesiales. Sólo en unos casos excepcionales los misioneros son

adultos que pertenecen a la parroquia o a alguna comunidad campesina.

La Evangelización se está dando de dos maneras:

a) Misioneros externos evangelizan a la comunidad: casi la totalidad de las

comunidades son visitadas por misioneros durante el verano. Logran reanimar

138 Cfr. BOFF, L, Op. Cit. 142 – 148p; Cfr. PABLO VI, Encíclica Ecclesiam suam, nn 27 – 39.

Page 95: La Pastoral Rural

89

verdaderamente a la comunidad, pero esta actitud no perdura por mucho

tiempo. La mayoría de los entrevistados está de acuerdo con esta práctica,

porque cualquier intento misionero es bueno. Pero lo negativo es que son por

un periodo corto. Lo importante es darle permanencia y que acompañen la

comunidad durante el año. Admiten también que las misiones provocan un

gran revuelo, la comunidad se revoluciona pero todo queda allí. Después se

pierde el entusiasmo. “De estas misiones rescato el entusiasmo, le dan un

nuevo aire a los pueblos, pero les falta mayor identidad eclesiológica y

cristológica. Los misioneros lo único que quieren es que la gente quede

contenta, pero les falta sustancia. El chanchito tiene que venir más gordito para

que de manteca. Yo esto lo he hablado con ellos y para este año les he exigido

más contenido y testimonio” (Sacerdote Entrevistado Nº 12).

En algunas parroquias se acoge a los misioneros porque los déficits de

participación y formación soy muy significativos. También se decide aceptar

misioneros porque existen muchas comunidades alejadas y aisladas que son

atendidas deficientemente por el sacerdote durante el año. Aquí los misioneros

hacen un acto de mayor presencia. En este sentido “es mejor que tengan algo

que dure 15 días en el año a que no tengan nada” (Sacerdote Entrevistado Nº

16). Estas misiones son también una oportunidad para que la gente aproveche

de “ponerse al día con los sacramentos”, muchas personas esperan las

misiones para evitar las charlas o la preparación, sobre todo del bautismo.

Las misiones principalmente consisten en visitar los hogares, trabajar algunos

temas de formación con la gente, celebrar la eucaristía y otros sacramentos. Lo

que está en duda es si son o no pertinentes los temas que se abordan y de la

manera que se hace. Muchas misiones son planteadas y ejecutadas desde la

cultura del misionero, quienes generalmente son originarios de la ciudad y

llegan con esa mentalidad a evangelizar.

Page 96: La Pastoral Rural

90

b) Misioneros de la misma parroquia asumen su rol e vangelizador: En

algunas comunidades han optado por no aceptar misioneros que vienen de

fuera. Y es una opción que pretende valorar lo que existe en la parroquia. Lo

positivo de esto es que las comunidades se evangelizan entre ellas. Quien

mejor que ellos para anunciarles a sus propios hermanos el evangelio de

Jesucristo.

El ideal de misiones que se desprende de las entrevistas es que la

evangelización la asuman las mismas comunidades, por una razón bien simple:

los campesinos conocen muy bien su realidad. “Lo ideal es que las misiones

las asumiera la gente del sector. Incluso desde el año pasado nosotros en la

parroquia iniciamos una experiencia pionera y es que agentes mapuches

asumieron la misión. Personas que dominan el mapudungun y conocen su

cultura evangelizan a sus hermanos” (Sacerdote Entrevistado Nº 12).

Por eso se ha venido trabajando en algunas parroquias la idea de involucrar al

máximo de personas en esta tarea. Algunos participan yendo al lugar, otros los

hacen rezando por los misioneros y otros colaboran con alimentos, bencina,

dinero, etc.

En todo este proceso de evangelización es trascendental referirse a la

inculturación. Tal vez algo pendiente de la evangelización sea la falta de

diálogo con las culturas y considerar a los nativos del sector como a niños que

están imposibilitados de hacer uso de la razón y llegar a ser protagonistas de su

fe. Estos son los dos grandes motivos de la dependencia eclesiástica foránea

que aún permanecen de alguna y otra forma en las comunidades rurales.

Estamos convocados por Jesucristo a revertir esta situación, somos

responsables de avanzar hacia la maduración anhelada, somos responsables

de llevar a cabo nuestro propio proceso de liberación a través de una

Page 97: La Pastoral Rural

91

evangelización encarnada, respetuosa, dialogante, celebrativa, creadora de

comunidades de fe que ejerciten las funciones sacerdotal, profética y real que

Dios les ha confiado, etc.

5. La Formación y el acompañamiento a las comunidad es:

En la Iglesia del mundo rural son muy pocas las oportunidades de formación.

Esto en cierta medida se logra superar mínimamente con los encuentros

mensuales de animadores rurales o las misiones de verano, éstas últimas

generalmente tienen un tiempo dedicado a la educación de la fe. En otras

palabras la formación es la gran deuda que la Iglesia tiene con las comunidades

rurales.

Algunas razones que dificultan la participación en algún curso o escuela de

formación son el aislamiento y las distancias. Casi siempre los cursos se

imparten en el templo parroquial o en la ciudad en horarios inaccesibles para la

gente del campo. Se dificulta el traslado, faltan los recursos económicos. Otro

dato a considerar es la baja escolaridad que tienen los animadores, un gran

desafío que se impone es cómo poder entregar una formación que considere el

déficit educacional existente en las comunidades. Asimismo a las personas les

cuesta entrar en la dinámica de la formación, pues todo lo relacionado con la

teología, espiritualidad, etc. es abstracto; el campesino requiere de un

aprendizaje más práctico.

En ocasiones se programan encuentros de formación para cualquier comunidad

rural, siempre hay mucho interés, pero cuando se llega con el curso, los que

asisten son un grupo muy reducido.

Page 98: La Pastoral Rural

92

La gente también se ha querido quedar con lo que sabe, no hay mucha

motivación por formarse.

Para responder a la falta de formación en algunas parroquias se han puesto en

práctica algunas iniciativas como ofrecer a las comunidades rurales ciertos

programas, porque es más factible y fácil que la gente llegue a la capilla o a la

sede de su sector.

“En la parroquia se ha tratado siempre de entregar formación, pero los

animadores no venían, pues no la consideraban necesaria. En las reuniones

mensuales se trata de hacer algo, pero comprenderás que en una hora no es

mucho lo que se puede hacer. Tratamos de hacer lo contrario ya que no podían

venir a la parroquia nosotros fuimos allá, a su comunidad. Yo me iba a quedar

a la comunidad por tres días. Allí trabajábamos intensamente con las personas

más comprometidas y algunos que acogían la invitación. Se logró hacer esto

en cinco comunidades y se notan en la actualidad los avances” (Sacerdote

Entrevistado Nº 15).

“La clave para superar la deficiencia en la formación es el acompañamiento y la

formación de equipos de trabajo. Nosotros por ejemplo tenemos un equipo de

comunidades rurales formado por los mismos animadores. Ellos se encargan

junto con los diáconos de acompañar el andar de las comunidades, ya sea a

nivel de catequesis, celebraciones litúrgicas, etc.” (Sacerdote Entrevistado Nº

18).

Por otro lado el acompañamiento a las comunidades rurales es todavía una

deuda pendiente. “Dedicarle más tiempo. Que no sea solamente la celebración

de la misa o la visita a algún enfermo o alguna otra tarea específica, sino

compartir más con la gente, conocer su vida, sus tradiciones, sueños, etc.”

Page 99: La Pastoral Rural

93

(Sacerdote Entrevistado Nº 13) “Sin duda que nada puede reemplazar la

presencia” (Sacerdote Entrevistado Nº 5).

Una situación que se debe tener en cuenta es la utilización de un tiempo

considerable en traslado para llegar a las comunidades. A esto se suman

caminos en mal estado, la mayoría de ripio o tierra, se asumen muchos riesgos.

Hay algunos casos donde se ha de navegar por largas horas para llegar a

celebrar misa a una comunidad.

6. La Religiosidad Popular:

En la historia de la Iglesia la religiosidad fue asumiendo la cultura de los

pueblos evangelizados y los cambios culturales de las diversas épocas:

imágenes, edificios, vestiduras, ritos, etc. Ella nace por una necesidad de

querer relacionarse con Dios desde lo simple y cotidiano.

En la mayoría de las entrevistas realizadas se podría llegar a caracterizar a la

religiosidad popular como una forma y modo de vivir la religión que asume un

carácter más directo y sencillo en su vivencia, buscando una mayor

funcionalidad y una modalidad más accesible a las personas o a la comunidad

concreta. En algunos casos puede fácilmente superar la barrera representada

por la forma erudita y conceptual, dogmática y abstracta, de vivir la piedad o de

pensar la fe. La religiosidad popular para todos los entrevistados es un medio

para llegar a Dios que hay que valorar. Coinciden que si se eliminan estas

manifestaciones se puede truncar la comunicación que el hombre campesino

tiene con Dios.

Page 100: La Pastoral Rural

94

Los actores coinciden en que a la gente del campo le motiva mucho la

Religiosidad Popular (RP). Algunas comunidades desarrollan toda su vida

eclesial en torno a estas celebraciones.

En la RP se cultiva una forma de oración frecuentemente por intercesión de un

santo protector, sentida como más eficaz para conseguir el objeto deseado en

la súplica religiosa por las urgentes o angustiantes necesidades humanas,

particularmente aquellas que afectan a los estratos más pobres y menos

protegidos de la sociedad.

La RP para muchos entrevistados es un terreno fértil que no ha sido explorado

en profundidad. “Como pastores tenemos que hacer esfuerzo por acompañar la

fe del año” (Sacerdote Entrevistado Nº 1) “Nos hace falta explorar más la

religiosidad popular, muchos de nosotros hemos escuchado la llamada del

Señor gracias a ella. Lo que hay que procurar es darle una buena orientación y

acompañar a la gente. Que no se convierta en algo tergiversado como por

ejemplo que el santo o la virgen son cobradores, que me van a castigar si no

voy a pagar la manda“(Sacerdote Entrevistado Nº 26).

Las devociones más comunes son las de la Virgen (de la Candelaria,

Inmaculada Concepción, del Tránsito, del Carmen, de Lourdes), San Sebastián,

San Pedro, Jesús Nazareno de la isla de Cahuach…

7. Situación Económica de las Parroquias y Comunid ades rurales.

En general en la mayoría de las parroquias y comunidades rurales la situación

económica es bastante precaria. Hay algunas parroquias que no logran costear

los gastos básicos de mantención del templo, oficina, casa parroquial y

Page 101: La Pastoral Rural

95

sacerdote. En estos casos algunas diócesis hacen un aporte económico para

paliar en parte los egresos.

En la totalidad de las parroquias la contribución del 1% es muy baja. Se está

tratando de motivar a los feligreses, pero es muy lenta la respuesta. Cuesta

hacer entender a los fieles católicos que ellos deben mantener su Iglesia. En los

fieles continúa estando viva la idea de que la Iglesia tiene los medios

económicos necesarios para funcionar bien, pues por varios años esta

Institución financió con aportes extranjeros proyectos solidarios y los gastos de

las parroquias.

Los ingresos de las parroquias rurales principalmente se obtienen de las

colectas, el 1%, funerales, coronas de caridad, sacramentos e intenciones de

misa.

En relación a la distribución de los ingresos, gran parte de ellos los absorben

las comunidades rurales. El combustible y la mantención de los vehículos

elevan considerablemente los costos. En este sentido cabe agregar que las

comunidades rurales son las que menos dinero aportan. “La gente aquí es

pobre, los trabajos son malos y las personas no están acostumbradas a hacer

su aporte. El problema es que antes la Iglesia subsidiaba muchos gastos de la

gente más pobre. Queda esa mentalidad en la gente de que la Iglesia es la que

debe dar. Yo no le doy a la Iglesia” (Sacerdote Entrevistado Nº 27).

En todo caso para la mayoría de los entrevistados esta situación no es un

motivo para no hacer nada. De alguna manera se financian las actividades y

las visitas.

Page 102: La Pastoral Rural

96

En relación a la situación económica del sacerdote, salvo unas excepciones,

sucede algo similar, la mayoría de las respuestas contienen lo mismo. Ellas

revelan que la parroquia casi no logra cubrir los gastos personales de los

sacerdotes. Para atenuar esta situación, los presbíteros asumen la capellanía

en algún colegio o comunidad religiosa, imparten clases de religión en una

escuela o liceo, hacen algunas horas de clases en el Seminario Mayor, entre

otras acciones.

A continuación transcribo algunos extractos de las respuestas que se refieren al

tema económico. “La parroquia a mi me hace un aporte de $20.000 y el

Obispado $50.000. De eso, la mayoría lo gasto en medicamentos… en mi vida

siempre he sido sobrio, no puedo pedir más de lo que no me pueden dar. No

digo que no esté conforme, pero no me voy a complicar la vida por eso... de

repente me gustaría contar con más dinero para ayudar a la familia o a

personas amigas que están en necesidad” (Sacerdote Entrevistado Nº 13).

“La Parroquia a mi no me aporta económicamente. Lo que me salva es la

capellanía. A veces no alcanza ni para comprar un par de zapatos. Pero Dios

provee misericordiosamente” (Sacerdote Entrevistado Nº 14).

“Económicamente estamos mal. El 1% es muy bajo… a las comunidades

campesinas les pedimos que se pongan con el petróleo, con ese compromiso

las visito. No todas dan. Para mantener la casa no alcanza, hay algunas

personas que dan una donación en dinero para eso. Esa plata se junta, son

más o menos $20.000, con esa plata compro las cosas. La parroquia a mi no

me da nada. Tampoco el Obispado. Yo lo que hago es ir a Temuco a un

colegio, allí confieso medio día y la hermana por caridad me da un aporte. Con

esa plata me mantengo. Puedo ir a mi casa llevarles algo a mis padres,

Page 103: La Pastoral Rural

97

comprar algún remedio. Esa plata también me sirve para comprar petróleo”

(Sacerdote Entrevistado Nº 17).

“Económicamente el santuario nos logra mantener. Las mandas son

fundamentales para dar una atención a las comunidades rurales que en general

no aportan mucho. No son capaces de retribuir la visita pagando el

combustible” (Sacerdote Entrevistado Nº 27).

También existen algunas parroquias que sí logran mantener al sacerdote, en

todo caso son la minoría. “Yo recibo de la parroquia un aporte. Eso yo lo exigí

cuando llegué aquí. Es una remuneración, la congrua. También hago clases de

religión, tengo algunas horas. Eso yo lo utilizo para financiar la mantención de

la casa, alimentación y servicios básicos, más gastos personales” (Sacerdote

Entrevistado Nº 18).

8. La Pastoral Rural:

Prácticamente todas las entrevistas evidencian y denuncian la inoperancia de

una Pastoral Rural que se encargue de estudiar los problemas y las

transformaciones más acuciantes en este medio, “la pastoral que venimos

haciendo es rural, pero no tenemos una orientación clara de parte de nuestros

obispos” (Sacerdote Entrevistado Nº 31). Los entrevistados argumentan que no

hay en la actualidad una pastoral rural que entregue lineamientos, opciones

claras y que sea una ayuda para las comunidades rurales. Si ésta existe sólo

está en el papel. Agregan que “la pastoral rural no está muerta, está dormida,

“talitá kum”, a ti te digo levántate, despierta”139 (Sacerdote Entrevistado Nº 12).

139 Cfr. SAN JUAN 11, 1-45

Page 104: La Pastoral Rural

98

Algunos actores informan que la Iglesia se planteó con fuerza la Pastoral Rural

durante la década de los ochenta. Pero hoy en varias diócesis esta pasó a

segundo plano o simplemente dejó de ser prioridad pastoral. En varias

parroquias está en función de lo que pueda hacer el presbítero y de los

materiales con que cuente. Hay una crisis en el quehacer de la pastoral rural

que se resumen en frases como “el sector rural está abandonado por la Iglesia.

Se atienden a las comunidades como se hace en la ciudad y de hecho en la

formación del seminario no recuerdo algún tema referido a la ruralidad. Ahora

bien, de acuerdo a este panorama, ¿cómo acompañamos a esas realidades?”

(Sacerdote Entrevistado Nº 20) “El campo continúa siendo de segunda

categoría para muchos curas, por ejemplo las prédicas son menos preparadas”

(Sacerdote Entrevistado Nº 8).

“En nuestra diócesis tenemos una pastoral rural, pero ha costado reactivarla.

Principalmente porque a los hermanos sacerdotes les cuesta meterse en el

tema. Nuestras líneas de trabajo están relacionadas con las celebraciones de

la Iglesia, fortalecimiento de la comunidad y de la liturgia” (Sacerdote

Entrevistado Nº 21).

En la práctica pastoral de la Iglesia da la impresión que en la actualidad se ha

privilegiado lo urbano, “lo rural no es rentable.” Normalmente, al igual que las

instituciones públicas y educativas, se atienden o privilegian aquellos sectores

más cercanos a los centros urbanos y a las vías de comunicación terrestres,

llámese caminos o línea férrea, en resumen aquellos sectores que están más

expuestos a la observación y al control ciudadano. Lo más aislado o más

inserto hacia el interior continúa estando marginado. Allí muchos servicios aún

no llegan. Esto se evidencia también en la situación de algunas parroquias que

no tienen un sacerdote residente. “Yo sinceramente me pregunto. Los grandes

Page 105: La Pastoral Rural

99

personajes de la Iglesia ¿tendrán interés por el mundo rural?” (Sacerdote

Entrevistado Nº 12).

Asimismo los actores entrevistados comunican que es muy difícil poder

encontrar material idóneo para trabajar con las comunidades rurales. Los

textos que se utilizan casi todos son preparados para realidades urbanas y no

responden a las necesidades de las personas. Por el escaso nivel de

escolaridad y los bajos índices de formación teológica – pastoral en la

comunidades rurales es casi imposible la confección de material didáctico para

ser utilizado en los encuentros de catequesis o para difundirlo por los medios de

comunicación.

Los actores agregan también que en el campo es prácticamente imposible

encontrarse con algún movimiento eclesial que esté al servicio de este sector.

Todo ello va generando un sentimiento de desesperanza y preocupación entre

los entrevistados, pues los cristianos católicos del mundo necesitan ser

atendidos.

Page 106: La Pastoral Rural

100

LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN

MUNDO RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y perspectivas.

CAPÍTULO 4: PRINCIPALES HALLAZGOS.

I. Una Pastoral Rural en declive, colonizada por lo urbano:

De acuerdo a mayoría de las opiniones de los entrevistados la Pastoral en el

sector rural ha venido decayendo paulatinamente durante los últimos años. Los

pastores al parecer se han fijado otras prioridades, lo que ha adormecido la

dinámica de la pastoral. Aún se sigue pensando una pastoral rural centrada en

la parroquia urbana, falta abrirse hacia una propuesta evangelizadora integral,

innovadora, encarnada y misionera desde y con los múltiples sujetos que brotan

en los diversos ambientes y contextos socio-culturales.

En general, con todas las excepciones que vienen al caso, podemos señalar

que la Iglesia en el sector rural está estancada y ha venido perdiendo terreno.

Se podría decir que su presencia es más formal que real. Se evidencia, en

todas las Diócesis, una insuficiencia de ministros ordenados, sean presbíteros,

diáconos permanentes, ministros laicos, etc. que puedan animar y acompañar

la vida de las comunidades.

Ser sacerdote o ministro en el mundo rural no es fácil pues tienen bajo su

responsabilidad varias actividades y comunidades. Hoy corren de comunidad

en comunidad celebrando la Eucaristía. Hasta en cuatro lugares distintos puede

llegar a dar misa en un solo día. "La celebración del culto acaba con los curas,

tenemos que hacer el trabajo de tres y dar misa requiere una concentración que

termina agotándote (Sacerdote entrevistado Nº 35).” Es obvio que entre tanta

carrera dedican muy poco tiempo a las comunidades campesinas.

Page 107: La Pastoral Rural

101

En las entrevistas los sacerdotes, diáconos permanentes y laicos

comprometidos explícitamente señalan la falta e inoperancia de una pastoral

rural que se encargue de estudiar los problemas y las transformaciones más

acuciantes en este medio; una pastoral rural que entregue lineamientos,

opciones claras y que sea una ayuda para las comunidades rurales. Agregan

que ella está dormida, que no es rentable, que está abandonada por la jerarquía

de la Iglesia. “Pastoral Rural aquí no hay, a pesar que la diócesis es

eminentemente rural. El problema es que todo se hace desde la ciudad. Los

encuentros de formación se programan para la ciudad” (Diácono Permanente

Entrevistado Nº2).

Algo que es necesario mencionar es la mala situación económica de las

parroquias rurales. Casi todas no alcanzan a financiar sus gastos.

Evidenciándose una escasa solidaridad de las parroquias más solventes

económicamente. No ayudan a las más pobres. En promedio un sacerdote

vive con $ 60.000. En la totalidad de las parroquias la contribución del 1% es

muy baja. Se está tratando de motivar a los feligreses, pero es muy lenta la

respuesta. Cuesta hacer entender a los fieles católicos que ellos deben

mantener su Iglesia. Los ingresos principalmente se obtienen de las colectas,

1%, funerales, coronas de caridad, sacramentos e intenciones de misa.

Sin duda que la mayor debilidad en las comunidades campesinas son las

escasas posibilidades de formación que existen o se les ofrecen a sus

miembros. Aquello se debe, entre otras cosas, porque la mayoría de las

actividades de este tipo se imparten en el pueblo, a ello se suma la mala

locomoción, las distancias y en ciertas ocasiones a la falta de motivación. “En

cuanto a la formación en la Parroquia estamos en pañales. Como desafío nos

Page 108: La Pastoral Rural

102

hemos propuesto la formación, pero en la práctica no se da.” (Sacerdote

Entrevistado Nº6).

En la práctica pastoral de la Iglesia da la impresión que en la actualidad se ha

privilegiado lo urbano, se atienden o privilegian aquellos sectores más

cercanos a los centros urbanos y a las vías de comunicación terrestres.

Un hecho significativo es que la Iglesia católica actual, con algunas

excepciones, le ha dado la espalda al mundo rural. El diálogo con este sector

prácticamente ha desaparecido. “La Iglesia se preocupó por el mundo

campesino hasta la década de los ochenta. Yo recuerdo que participé en varias

iniciativas, pero eso hoy se ha perdido, desconozco si existe algún lineamiento

sobre lo que hay que hacer en las parroquias rurales.” (Sacerdote Entrevistado

Nº 27). Acontecimiento completamente antagónico a décadas pasadas, cuando

ella era capaz de discernir y buscar vías de solución a los problemas latentes.

Ya desde los años treinta surgirán algunas voces proféticas que, además de

sensibilizar a los cristianos sobre los problemas sociales derivados de la

miseria y la marginación social, promueven entre la juventud la difusión y el

estudio de las encíclicas sociales, exhortando y motivando su aplicación.

En la lucha por su derecho de actuar en el mundo y conquistarlo, dio origen a

una serie de iniciativas para acompañar y dignificar al mundo de la época,

especialmente a los campesinos y campesinas. Llegando a proponer la Acción

Católica, un movimiento en la que los laicos han de ejercer ellos mismos, como

dice San Pedro en una metáfora inspiradora, un sacerdocio regio140.

140 Cfr. PIO XII, Dans Queles Semaines n° 3, Carta al Arzobispo de Montreal con ocasión del Congreso Internacional de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), 24-05-1947.

Page 109: La Pastoral Rural

103

En este peregrinar la Iglesia continúa madurando y construye su identidad a

partir de su diálogo con el mundo, especialmente con los pobres. Poco a poco

irá dando pasos significativos hasta constituirse en Iglesia Popular.

Naturalmente que el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Obispos

Latinoamericanos de Medellín ayudan a dar este paso y generan nuevas

respuestas a la serie de problemas que se dan en nuestro país.

Es importante hacer notar como la conferencia de Puebla inspira y fundamenta

este acciona de la Iglesia. En la opción por los pobres encontrará una

expresión renovada del mismo compromiso por la construcción del reino. Se

propone ser el buen samaritano del pueblo herido.

Muchas parroquias rurales maduraron en estos años, se multiplicaron en ellas

las comunidades eclesiales de base (CEBs), lamentablemente este fenómeno

poco a poco irá decayendo principalmente por la falta de apoyo eclesial. Desde

hace una década atrás que dejaron de ser una prioridad por una serie de

sospechas infundadas. Lo cierto es que con ello la Iglesia ha retrocedido

enormemente su presencia en el sector rural, este espacio vacío ahora lo están

llenando las iglesias evangélicas.

Tal vez en la situación de descontextualización y decaimiento de la pastoral

rural subyace la tesis de que lo urbano ya no es sólo un fenómeno cuantitativo.

Es decir, ya no es solamente un asunto relacionado con la acumulación

demográfica y el crecimiento económico, ahora el modo de vida urbano ha

desbordado sus fronteras transmitiendo valores, costumbres y estilos culturales.

En definitiva hoy lo rural también es influenciado por lo urbano141. Como dijo

Lefebvre "la ciudad proyecta una sociedad, una totalidad social o una sociedad

141 Cfr. BAIGORRI, A, 1998, Hacia la urbe global, ¿el fin de las jerarquías territoriales? [en línea], <http://www.unex.es/sociolog/BAIGORRI/papers/urbeglobal.pdf>, [consulta: 10 de Diciembre 2005]

Page 110: La Pastoral Rural

104

considerada como totalidad, comprendida su cultura, instituciones, ética,

valores, en resumen [lanza al mundo rural] sus superestructuras, incluyendo su

base económica y las relaciones sociales que constituyen su estructura

propiamente dicha.”142

Lo rural se ha venido estructurado en función de los requerimientos de la

ciudad, integrando a la perfección un conjunto de usos, formas de vida, trabajo

y cultura. Hoy estamos viviendo en una sociedad profundamente urbana en sus

valores, modos y pautas de comportamiento. Los medios de comunicación

prácticamente van eliminando las diferencias entre la ciudad y el campo. Las

mismas influencias de la urbe permean todo lugar y la hacen atrayente. “La

gente del campo ahora tiene mayores posibilidades de acceder a la

información. Hoy todo se conoce muy rápido, casi al instante. Los niños lo que

no lo encuentran en los libros lo encuentran en la pantalla (TV).” (Sacerdote

Entrevistado Nº35). “Con la llegada de la Televisión el gran cambio que ha

experimentado la gente del sector rural es abrirse a lo material.” (Sacerdote

Entrevistado Nº 12).

Hoy los cristianos católicos del mundo rural somos interpelados por el Espíritu a

discernir a la luz del evangelio y plantearnos el desafío de la opción por lo rural,

por aquellas personas, sus problemas y necesidades.

Pero redescubrir la opción por lo rural, supone tener una educación pastoral,

pedagógica, una manera de leer el Evangelio, de leer la realidad rural y de las

personas.

A la Iglesia esta opción le demanda formar y acompañar constantemente a los

sacerdotes, diáconos y laicos campesinos. La elección por lo rural supone

142 LEFEBVRE, H, 1978, De lo rural a lo urbano, Península, Barcelona, 140p.

Page 111: La Pastoral Rural

105

comunicar y desarrollar en todos los ministros una mística, una espiritualidad,

una formación no sólo teológica, sino también sociológica, pedagógica, etc.

Involucra también vivir comprometidos, curas y laicos, felices y seguros, en un

mundo rural cambiante, nuevo, problematizado, y también abandonado incluso

por todas las instituciones presentes en el mismo.

La fe del cristiano rural tiene que encarnarse en la vida, para mejorar y

evangelizar a las personas, las estructuras. Ciertamente, así como existe una

pastoral para la familia, educación, obrera, penitenciaria, etc., debería existir

una pastoral rural que se encargue de estudiar los problemas más acuciantes

con los que, día a día, luchan los sacerdotes, diáconos y laicos encargados de

atender pastoralmente a los pueblos, o de proporcionarles información, medios

o ayuda para transformar la economía, la cultura, la política, el estilo de vida de

las mujeres y hombres rurales, según Jesucristo y su Evangelio.

Tal vez el error de la Iglesia en este aspecto ha sido tratar de homogeneizar su

pastoral. Hay poco diálogo con el mundo, especialmente con el rural. En la

cotidianeidad se percibe una Iglesia temerosa a las discrepancias. El énfasis

está puesto en la moral, pero los problemas de los hombres del campo son

otros. En el sector rural se requiere de una Iglesia que dialogue con el mundo,

para conocerlo y servirle. Una Iglesia que renuncie a todo centro de control y a

toda relación de poderío. Una Iglesia que se ponga en actitud de apertura,

acogida y respeto hacia el otro. Quisiéramos recalcar la necesidad del diálogo,

solo desde esta acción los hombres y mujeres del mundo rural pueden

pronunciar su palabra, su mundo, su experiencia vital; desde el diálogo se

puede participar y llegar a ser un sujeto que en comunidad va proyectando y

construyendo el reino de Dios.

Page 112: La Pastoral Rural

106

Algunos entrevistados creen que la opción por lo rural debe ir acompañada de

una vocación por lo rural. “Yo soy campesino y tengo una inclinación especial

por mis hermanos. Me siento bien con ellos. Tengo una estima preferencial

porque allí comenzó mi vocación al sacerdocio, en la vivencia de fe como

hombre de campo.” (Sacerdote Entrevistado Nº2). “Para mi ser cura rural es ser

pobre, humilde y misericordioso. Lo único que yo puedo hacer como cura rural

es servir a mi gente con cariño.” (Sacerdote Entrevistado Nº24).

II. La Pastoral de las Comunidades Rurales es sacra mental, devocional

y cultual

Por lo que hemos estudiado, en general las parroquias rurales, dejando de lado

algunos casos excepcionales y ubicándonos en nuestro tiempo, han

evolucionado en sus estructuras y servicios, sin embargo aún subsisten rasgos

que suelen dar gran importancia a los sacramentos, celebraciones de misas,

procesiones y fiestas patronales.

El trabajo en la mayoría de las comunidades rurales es estrictamente ritual y

sacramental. Se le ha dado demasiado hincapié al ámbito litúrgico, como si

fuera la única dimensión a desarrollar en una comunidad. Cuando lo normal es

que este crecimiento y vivencia debe ser más integral. Sólo con aquello no se

podrá pretender dar respuesta al hombre y a la mujer que están en este mundo

bombardeados por la televisión, la economía, la política, el consumismo, etc.

En algunas comunidades no se reúnen todos los domingos, la mayoría acude

sólo cuando tiene la necesidad de bautizar, hacer su primera comunión. En

este sentido falta un compromiso real con la comunidad. La gente no ha

comprendido la verdadera dimensión de la comunidad. No funcionan espacios

para la pastoral familiar, movimientos para laicos, etc. Falta animación en los

Page 113: La Pastoral Rural

107

cantos, la gente no quiere renovar el repertorio. Hay muchas comunidades

alicaídas, con una vida muy monótona, están estancadas.

En relación al tema de la evangelización. Las comunidades rurales en general

han venido asumiendo muy pausadamente un talante evangelizador. Ha

costado que sus miembros sean anunciadores del mensaje del Evangelio,

principalmente por el poco convencimiento de que todos los bautizados somos

responsables de la misión de la Iglesia.

Las misiones son una oportunidad para animar a las comunidades, pero ese

trabajo no permanece en el tiempo. Se da en la práctica una especie de

pasividad apostólica, los miembros de las comunidades esperan que lleguen los

evangelizadores desde afuera, pero ellos no reconocen ni asumen su misión

específica en la Iglesia. Al mismo tiempo que aquella evidencia algunas

incoherencias y contradicciones, se continúa planificando y ejecutando la misión

bajo el prisma urbano, a veces los temas no han sido contextualizados, etc.

En todo este proceso de evangelización es trascendental referirse a la

inculturación. Ella es un desafío pendiente. Generalmente se pone en práctica

una evangelización descontextualizada.

Sin duda que la estructura actual de la Iglesia en el mundo rural está en crisis.

La parroquia rural no consigue que la comunión del pueblo de Dios sea vivida

en concreto. En la actualidad las parroquias son demasiado grandes, se han

burocratizado ya no son el espacio donde los hombres y mujeres tienen un

encuentro común. Más bien dentro de ellas se dan una serie de relaciones

anónimas, impersonales y masivas. Ellas dejaron de ser comunidades y

pasaron a ser lugares donde cada uno recibe los bienes religiosos que desea,

sin compromiso comunitario.

Page 114: La Pastoral Rural

108

Sin embargo esta situación no siempre fue así. En Chile después de la

Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Medellín,

se intentó renovar la parroquia transformándola en una Comunidad de

Comunidades. Surgen así en los campos y ciudades las Comunidades

Eclesiales de Base (CEBs), modelo de Iglesia inspirado en las primeras

comunidades cristianas. Paradigma que está estrechamente relacionado con

una experiencia religiosa más popular y bíblica, que acentúa el misterio de un

Dios vivo y misericordioso, que hace alianza y entra en comunión con los

pueblos oprimidos de la tierra. Se sueña con una Iglesia misionera que se

encarne entre los humildes, sirviendo y promoviendo la vida. Iglesia profética,

que denuncia la injusticia y anuncia a los pobres la buena noticia del Reino de

Dios.

Es trascendental hacer un hincapié especial en este aspecto, el mensaje de

Jesús sobre el Reino de Dios, desafía a la Iglesia no sólo a anunciar la llegada

del reino de Dios, sino también a anticiparlo de manera concreta en el mundo

rural; de alcanzar aquí y ahora, el máximo posible de justicia, paz, verdad,

caridad, igualdad, entre otros. La Iglesia en el sector rural tiene que

encaminarse hacia el Reino de Dios, esa es una exigencia de la realidad actual

de nuestro país. La Iglesia ha de asumir un liderazgo a favor de la causa de los

hombres y mujeres del campo, marginados y excluidos en la actualidad. Su

pastoral ha de tener como fin la transformación y construcción de una nueva

sociedad digna de hombres y mujeres que viven en armonía con la tierra y el

medio ambiente.

La pastoral rural cuya misión es el anticipo del Reino de Dios debe ser servidora

de los más pobres, campesinos y trabajadores rurales, tomando sus

Page 115: La Pastoral Rural

109

problemas, angustias y proyectos, para traerlos al interior de la Iglesia y

hacerse cargo de ellos.

Hoy estamos en el momento propicio para hacer realidad la encarnación de la

Iglesia en aquellas realidades rurales donde reinan los antivalores que evitan

que reine Dios. Pero esto requiere asumir desafíos y atreverse a cambiar los

estilos de trabajo. Hoy urge transformar la parroquia rural, sobre todo en

aquellos lugares donde la presencia sacerdotal resulta difícil o intermitente. Es

perentorio otorgarle protagonismo a los laicos, hombres y mujeres

corresponsables de la Misión del Pueblo de Dios. La pastoral rural ha de

despertar en todos sus miembros la indignación ética y el compromiso

solidario, la organización de los mismos afectados para transformar las

estructuras de pecado.

De algún modo hoy la Iglesia Rural tiene que convertirse en un Pueblo que

testimonie y viva la comunión y la participación.

Creemos que debe retomarse la opción por la renovación de la parroquia,

Comunidad de Comunidades143, con CEBs y grupos que se reúnan

regularmente para reflexionar sobre su situación a la luz de la Escritura, para

cantar y rezar juntos, y buscar soluciones a los problemas que se presentan en

la vida diaria. Se trata de impulsar un modelo de Iglesia más acorde a la línea

del Concilio Vaticano II.

Las CEBs son una nueva estructura eclesial y no una subdivisión de la

Parroquia. Ellas son un nivel fundamental de la Iglesia, en la cuál los

bautizados, en su mayoría laicos y laicas, viven su fe de modo comunitario,

143 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LAITNOAMERICANO Y DEL CARIBE, 2007, Documento de Aparecida 172 – 177.

Page 116: La Pastoral Rural

110

profético, solidario y misionero, optando prioritariamente por los pobres,

denunciando el proyecto social existente y animando la construcción de una

sociedad nueva, orientada a la utopía del Reino.

De esta manera las CEBs pueden llegar a ser un espacio donde se vive la

misericordia y la comunión, con menos doctrina y más experiencia de Dios;

menos moralismo y más amor; menos disciplina y más diálogo; menos temor y

más alegría; menos insistencia sobre el deber y más propuestas atrayentes;

menos burocracia y más libertad para acoger la vida y responder

evangélicamente.

III. Preeminencia del clericalismo en la Pastoral R ural

Lo mencionado por los entrevistados hace inferir al investigador la preeminencia

del sacerdote en la pastoral de la Iglesia, lo que lo convierte en un hombre muy

ocupado. “Hay una tendencia a depositar todo en el sacerdote. Por la imagen

que daban anteriormente. Un patrón de fundo, autoridad, ¡¡el padre!! me dicen

algunos.” (Sacerdote Entrevistado Nº 27) “El protagonismo ascendente del cura

en las comunidades rurales opaca la iniciativa de los laicos. Quienes

generalmente no se involucran porque el padre siempre lo ha hecho todo.

Cuesta romper ese círculo o esa forma de pensar.” (Laico Entrevistado Nº3)

Sobrepasado en su capacidad, el sacerdote no puede atender espiritualmente a

los católicos del sector rural. Dedican muy poco tiempo a las comunidades y su

atención principalmente consiste en la celebración de la eucaristía. Tal

situación crea una gran dependencia en las comunidades y trae consigo una

consecuencia fatal, la experiencia de la Iglesia Pueblo de Dios Comunidad de

Page 117: La Pastoral Rural

111

comunidades es prácticamente imposible de llevarla a cabo. Tampoco se

suscitarán en la Iglesia los carismas y ministerios.

Algunos sacerdotes por el monopolio de todos los poderes “sagrados”,

obstaculizan la mayor parte del tiempo la existencia de la vida comunitaria y la

de los líderes que pudieran asumir responsabilidades. La figura del clérigo es

muy elemental al extremo que la vida de la comunidad gira en torno a lo que él

mismo organiza, planifica o dispone. Asimismo en ciertas parroquias y

comunidades rurales se evidencia una eminente separación entre el sacerdote

y el laico, hay disimetrías en las relaciones con una división rígida del trabajo

eclesial. Como si la Iglesia fuera el ámbito del clero y el mundo del laico.

La actuación de unos pocos sacerdotes favorece todavía una minoría de edad

entre sus fieles. Situación que en determinados casos impide el desarrollo de

los ministerios laicales.

A pesar de que existe participación importante de laicos y laicas, la

responsabilidad de la dirección en los diferentes campos sigue casi siempre en

manos de los presbíteros. Muchos sacerdotes se valen de los no consagrados –

útiles, elegidos a dedo, dirigidos por él y al servicio de su responsabilidad

pastoral – para solicitarles ayuda en aquellas tareas que ellos ya no pueden

desarrollar.

Numerosos laicos realizan su servicio sintiéndose meros colaboradores del

clero, pero sin aportar su propia experiencia seglar del mundo y de la vida. Más

aún, hay laicos que pierden su propia identidad y actúan como un clero de

segundo orden, con mentalidad, lenguaje, esquemas y formas de actuación

típicamente clericales. De ahí la importancia de que los laicos no sólo participen

Page 118: La Pastoral Rural

112

activamente en la Iglesia, sino que descubran y desarrollen su propio proyecto

de vida e identidad laical.

Concomitante con lo anterior se evidencia un escaso protagonismo de los

laicos. Los no consagrados por falta de iniciativa o formación no se involucran

en las labores eclesiales, no asumen plenamente el compromiso con su Iglesia,

hay mucho desconocimiento de su misión específica dentro de ella.

Tratando de entender el por qué de esta situación nos remontamos a los inicios

de la Evangelización. En la medida que va consolidando la Iglesia su presencia

en las nuevas tierras evangelizadas, la figura del clérigo tomará singular

importancia, sobre él recaen una serie de privilegios e inmunidades. Por su

compostura, juicio, moralidad y recato, edad madura y ciencia necesaria eran

los protagonistas y responsables de la evangelización, son los letrados, ellos

enseñan, dirigen y santifican144. El laico, sobre todo el aborigen y el mestizo,

por el contrario, en cuestiones eclesiales serán considerados como unos

incapaces de pensar, enseñar y de participar en los asuntos eclesiásticos.

Lentamente se irá transformando en un siervo que será asistido en muchas

ocasiones como infante.

Sin embargo desarrollar el ministerio sacerdotal en el mundo rural no es tarea

fácil. Sobre todo cuando se está en medio o se es testigo de la transformación

que está experimentado este sector. En muchas oportunidades son los únicos

que comparten un poco de tiempo con los olvidados. El solo hecho de estar y

vivir en un pueblo rural supone ya una presencia adecuada, supone una previa

toma de conciencia, un carisma, una opción de vida.

144 Cfr. SALINAS, M, 1987, Historia del pueblo de Dios en Chile, La evolución del Cristianismo desde la perspectiva de los Pobres, Ediciones Rehue Ltda., Santiago de Chile, 115p.

Page 119: La Pastoral Rural

113

Pocos sacerdotes están intranquilos por la vuelta atrás que ha venido

experimentando la Iglesia. “La Iglesia, especialmente la jerarquía, cada vez se

va verticalizando más, da la impresión que es una Iglesia miedosa, centrada en

si misma. Eso le hace daño a la gente y a las comunidades. Es muy negativo

para promover una opción real por las Comunidades Eclesiales de Base. La

animación y la puesta en marcha de las CEBs requiere necesariamente de

relaciones más horizontales” (Sacerdote Entrevistado Nº 18).

En el mundo rural y en toda la Iglesia, se requieren sacerdotes, discípulos de

Jesús consagrados al servicio del Evangelio y de la paz mesiánica, hombres de

oración y de un gran amor y predilección hacia los pobres y abandonados145.

La Iglesia Rural, necesita más pastores humildes y con un talante de servicio a

ejemplo de Jesús, Siervo no violento, que con toda su vida y obra nos explicó lo

que quiere decir eso de “no he venido para ser servido, sino para servir.”146

En las parroquias y comunidades rurales han de prevalecer sacerdotes

promotores y animadores de la actividad misionera, personas que estén al tanto

del acontecer cultural actual para evangelizar, acompañar y formar al pueblo

fiel.147 Pastores que constructores de una Iglesia acogedora. Una iglesia

hogar. Llena de vida. Misionera e Inculturada. Con laicos comprometidos y

protagonistas de su propia historia de salvación.

La pastoral de la Iglesia en el mundo rural ha de peregrinar por el sendero que

el mismo Jesús le ha señalado. El Concilio Vaticano II y Las Conferencias

Generales del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, han venido guiando y

145 Cfr. HÄRING, B, 2002, ¿Qué sacerdotes para hoy?, PPC, Editorial y Distribuidora, S.A., Madrid. 146 SAN MATEO 10, 45. 147 Cfr. V CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LAITNOAMERICANO Y DEL CARIBE, 2007, Documento de Aparecida 191 - 204.

Page 120: La Pastoral Rural

114

orientando ese éxodo que nos hace volver a los orígenes acentuando el

paradigma eclesiológico de una Iglesia como Pueblo de Dios. Aquello sin duda

que nos ayuda a recuperar una comprensión más bíblica de la Iglesia y

permitirá el desarrollo de una pastoral que potenciará, poco a poco, la

participación activa y corresponsable de los laicos.

El Concilio Vaticano II, con la imagen de Iglesia como Pueblo de Dios, le

devuelve a la comunidad cristiana su dignidad original. De hecho no se pueden

comprender correctamente los ministerios ordenados sin considerar

previamente el sacerdocio común de los fieles.148 Con ello interpretamos que

los ministros deben situar su ministerio sacerdotal al interior de una comunidad

que también es sacerdotal y, por lo mismo, no erigirse como una casta

separada de la común condición de todos los bautizados.

La Pastoral rural debe apostar por recuperar el sacerdocio común de los

bautizados, de este modo todos, sacerdotes y fieles laicos, apuntan al anuncio

de Jesús y están al servicio de su Reino. Se supera así el binomio Clérigos-

Laicos, que es sin duda contrario al cristianismo.

Lo anteriormente señalado le traza a la Pastoral Rural el desafío de revisar y

replantear la pastoral vocacional. ¿Qué vocaciones habría que pedir “al dueño

de la cosecha”? Tal vez la respuesta no esté sólo en el pedir sino también en el

descubrir las vocaciones que el “dueño de la cosecha” está suscitando en

abundancia.

148 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Documento Presbyterorum Ordinis nº2.

Page 121: La Pastoral Rural

115

IV. El entorno rural posibilita una espiritualidad en clave ecológica.

Para la mayoría de los entrevistados el paisaje donde están emplazadas las

comunidades rurales es un medio para poder comunicarse con el Dios Creador

y solidarizar con la tierra que está siendo maltratada por el hombre.

Asimismo ellos evidencian que en las comunidades cada vez es más latente la

preocupación por el desastre ecológico que se está produciendo en las

comunidades, producido entre otras causa por las plantaciones forestales, el

cultivo de salmones, el uso de químicos en la producción agrícolas, etc.

Jesús estuvo abierto a nuevos retos e invitó a sus seguidores a interpretar los

signos de los tiempos. Sin ninguna duda, hoy en la conciencia ecológica está

aleteando el Espíritu de Dios. Es una invitación a ubicarnos de manera diferente

en el Universo, y a tomar en serio la responsabilidad que tenemos sobre la

creación. A las comunidades rurales les gusta lo visual, los gestos y símbolos

que ligan a cada persona con su raíz, especialmente en esta época en que la

cultural rural se encuentra amenazada por los medios de comunicación de

masas.

La pastoral rural tiene que asumir el desafío de plantearse y desarrollar una

espiritualidad que sea capaz de denunciar las diversas situaciones de injusticia

que está padeciendo la Creación y sus habitantes, como por ejemplo la

concentración de la tierra en manos de unos pocos, la pobreza, la explotación

de los obreros agrícolas, la apropiación intelectual ilícita de algunas industrias

farmacéuticas y de biogenética, la explotación indiscriminada del bosque, el uso

de fungicidas nocivos para la humanidad, la comercialización de las aguas, y

otras. Al mismo debe anunciar y testimoniar una espiritualidad que coloque la

Page 122: La Pastoral Rural

116

vida en el centro, que defienda y promueva la vida contra todos los mecanismos

de muerte, disminución o estancamiento.

En esta visión no existen jerarquías ni representantes exclusivos. Todos vienen

del mismo amor de Dios. La revelación es permanente, es continuo proceso,

pues Dios continúa auto-donándose y haciendo aparecer históricamente otras

dimensiones de su misterio, en la medida en que la propia creación avanza. El

ser humano fue hecho de tal forma que estará siempre junto y en medio de la

creación, como aquel que va a actuar sobre ella, de acuerdo con el dinamismo

divino que él posee en si mismo recibido de Dios, pues de El es imagen y

semejanza. En otras palabras, el ser humano solo podrá ser humano y

realizarse, realizando el mundo e insertándose en él mediante el trabajo y el

cuidado.

Así mismo la Pastoral Rural deberá preocuparse por reconquistar el estilo

agrario y festivo de la liturgia. Se intentan valorizar elementos sacramentales

como el pan, el vino, el agua, los ramos, las cenizas. Se procuren asumir

señales y símbolos de oración de nuestro pueblo del campo como el rezar

descalzos en días de penitencia, la cruz, las imágenes, los estandartes de los

santos, las fiestas de los patronos, los cantos y hasta elementos como la tierra,

el azadón y las herramientas agrícolas.

V. El potencial de las relaciones de cercanía y los valores que se viven

en el mundo rural

Todos los entrevistados destacan el ambiente familiar que se da y vive en las

comunidades. La gente que participa en las eucaristías toda se conoce.

Generalmente son familiares y vecinos que se reúnen a celebrar y a compartir

la fe en Jesucristo.

Page 123: La Pastoral Rural

117

Todos mencionan lo notable que es la fe que tienen los fieles que integran las

comunidades rurales. Frases como “caminar 10 Kms. para ir a misa a la capilla

es un acto de fe tremendo” (Sacerdote Entrevistado Nº 12); “ellos buscan a

Dios a donde lo puedan encontrar. La gente va donde le den esa agua que

apaga la sed de Dios” (Sacerdote Entrevistado Nº 23) fundamentan tal

afirmación.

La capacidad de acogida. La gente del campo siempre recibe al forastero bien,

sobre todo si es sacerdote. Le ofrece lo mejor. Hay muy buena disposición para

trabajar. Aunque no siempre es la mejor gente la que se ofrece. También los

fieles aman a sus pastores, los respetan. La solidaridad con los pobres y con

aquellos que padecen una desgracia. Hay una fuerte preocupación también por

los mayores. Cuando hay una persona anciana, lo van a ver, le ayudan, etc.

“La gente de campo no sabe pronunciar la palabra solidaridad pero la viven”

(Sacerdote Entrevistado Nº 39).

Estas referencias fundamentales son importantísimas y deben ser integradas

por la Pastoral Rural. Nos parece elemental optar por el arquetipo de Iglesia

como Pueblo de Dios que promueva relaciones de fraternidad y servicio en su

interior. La Iglesia en el sector rural paulatinamente lo logrará si se atreve a

establecerlo en un modelo concreto como lo es el de las Comunidades

Eclesiales de Base. En ellas se revive el modelo original de nuestra Iglesia

como red de comunidades hermanas unidas en la misma fe y en el mismo

amor. Han sido espacios donde se vivencia la comunión a que ha sido llamado

el Pueblo de Dios. Además permiten un trato personal fraterno entre sus

miembros.149 En muchas CEBs los fieles pueden comunicarse mutuamente la

149 Cfr. II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documento de Medellín, 1968. Doc. Pastoral de Conjunto, Nº 10.

Page 124: La Pastoral Rural

118

Palabra de Dios y manifestarse en el recíproco servicio y en el amor; estas

comunidades son verdaderas expresiones de la comunión eclesial y centros de

evangelización, en comunión con sus Pastores150. Permiten la participación,

pues cada uno de sus miembros vive su vocación propia y cumple su función151.

La pastoral de la Iglesia en el sector rural ha de fortalecer a las CEBs como

Pueblo de Dios. Tal decisión exigirá a los hombres y mujeres campesinas dejar

atrás la comodidad y asumir responsablemente las tareas propias de la

vocación común de todos los bautizados.

La conciencia de ser Pueblo de Dios incitará el sentido comunitario y de

pertenencia. Los hombres y mujeres de las comunidades no son

individuos aislados, sino miembros de la Iglesia a la cual pertenecen

simplemente por fe personal.

Las CEBs al poner su mirada en los orígenes de la Iglesia ayudan a despertar

el sentido de solidaridad en toda la comunidad creyente. Todos en la Iglesia,

fieles y jerarquía, deben ponerse al servicio de los demás y dar testimonio del

espíritu solidario que se vive al interior de la comunidad.

Las Comunidades Eclesiales de Base igualmente son un factor primordial de

promoción humana y desarrollo. El hecho de estar insertas en un contexto

social determinado permite asumir la tarea evangelizadora, no sin conflictos,

pero prima el orar y el trabajar para que la totalidad del mundo se integre en

el pueblo de Dios, para ser comunión de vida, de caridad y de verdad.

150 Cfr. JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles Laici Nº 26. 151 Cfr. JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Ecclesia In Asia Nº 25

Page 125: La Pastoral Rural

119

VI. El Abandono Integral que vive el mundo rural

Como ya lo señalábamos en alguna oportunidad en la presente investigación,

un acontecimiento muy significativo es la pobreza y exclusión social que

padecen los hombres y mujeres del sector rural. Aunque las cifras por primera

vez indican que es menor que la urbana, aquella es más dura, pues a sus

paisajes marginales no llegan los beneficios del crecimiento. A pesar de los

esfuerzos realizados aún se evidencia un escaso e incluso nulo acceso, en

algunos casos, a los servicios básicos, atención médica, créditos y tecnología.

Predominan también las precarias condiciones en el empleo, con trabajadores

sin contrato ni previsión social, y entre ellos se hace cada vez más extensivo el

fenómeno de la subcontratación de mano de obra. Subsisten, además, dentro

de la población rural, en comparación con la urbana, bajos niveles de

educación, empleos precarios y remuneraciones insuficientes. La brecha entre

ambos sectores continúa estando presente, lo que, en definitiva, hace muy

atrayente la ciudad.

Al mismo tiempo se han venido sucediendo una serie de injusticias en el ámbito

del trabajo, en la tenencia de la tierra, mala calidad de la educación, salud,

vivienda y servicios básicos, falta de oportunidades, entre otros. Los habitantes

del campo chileno viven en condiciones de abandono integral.

En el ámbito espiritual la Iglesia Católica no ha logrado realizar un

acompañamiento de la fe más cercano de la gente que vive en el sector rural.

“Yo como cura rural me hago la siguiente pregunta ¿tenemos realmente interés

por el mundo rural? Porque yo mismo pienso en la parroquia vecina que está

ubicada en un pueblo emblemático de la IX Región. Allí debe haber un

sacerdote residiendo. Pero no hay. Cuando uno lo dice o lo expresa siempre la

Page 126: La Pastoral Rural

120

respuesta es que no hay sacerdotes, pero uno se da cuenta que la prioridad

siempre es la ciudad.” (Sacerdote Entrevistado Nº 12).

Frente a estos males las parroquias, comunidades rurales y la jerarquía, han

de recuperar la dimensión profética para denunciarlos y transformarlos. Tienen

que colocarse, como Jesús, al lado del que sufre, pues esta situación no es

querida por Dios, ella de alguna manera está impidiendo el desarrollo del ser

humano, imposibilita que la creación se complete y llegue a su plenitud. Los

oprimidos del mundo rural al igual que cualquier persona, tienen el derecho

primario de vivir.

Las parroquias y comunidades rurales tienen que encarnarse dentro de las

estructuras de la sociedad promoviendo la dignidad de la persona humana, de

manera que la utopía del reino sea una realidad.

Las parroquias y comunidades rurales deben hacer vida la solidaridad. Esta

práctica del amor solidario, brota de la opción por la pobreza152, puesta por

Jesús como condición indispensable para dar comienzo a la sociedad alter-

nativa. Es la comunidad la que tiene que dar prioridad absoluta al prójimo por

encima de los bienes. Jesús compartiendo enseña a los suyos a compartir,

tal es la lección que da en la multiplicación de los panes153. La abundancia de

las sobras154 muestra lo eficiente que es el compartir. “La enseñanza de estos

episodios es que, si hubiera solidaridad, estaría resuelto el problema del

hambre. Y es misión de la comunidad cristiana mostrar una solidaridad que

impulse a los demás hombres a la generosidad.”155 Jesús indica en el evangelio

de Juan la medida del amor solidario: “Este es el mandamiento mío: que os

152 Cfr. SAN MATEO 5, 3. 153 Cfr. SAN MARCOS 6,34 – 45; 8, 1 – 9; MATEO 14, 13 – 21; 15, 29 – 31. 154 Cfr. SAN MARCOS 6,43; 8,8. 155 MATEOS, J – CAMACHO, F, 1990, El Horizonte humano, La propuesta de Jesús. Ed. El Almendro, Córdoba, 3ª ed., 159p.

Page 127: La Pastoral Rural

121

améis unos a otros igual que yo os he amado”156. Con este mandamiento Jesús

se propone a sí mismo como medida e invita a amar como él amó, hasta el

punto de entregar o dejarse quitar el don más preciado, la vida.

Junto a la solidaridad está la actitud de servicio que deben desarrollar las

parroquias y comunidades rurales. Para ser primero hay que ponerse al

servicio de todos los miembros de la comunidad157, para ser grande hay que

hacerse siervo, es decir, hay que solidarizar con los oprimidos de la humanidad

entera. Por tanto, siguiendo a Jesús, ningún cristiano ha de exigir servicio

dentro de la comunidad, sino prestarlo, y además ha de estar dispuesto a

trabajar sin miedo alguno por la liberación de los oprimidos158. El servicio de los

cristianos a la humanidad no ha de consistir, pues, en un asistencialismo

ejercido desde arriba, humillante para el hombre. Por el contrario es un servicio

que brota de la renuncia a toda clase de dominio y superioridad. Un servicio que

surge desde abajo, con los oprimidos para que logren desarrollar su plena

dignidad, su estatura humana.

156 Cfr. SAN JUAN 15, 12. 157 Cfr. SAN MATEO 23,11; SAN LUCAS 22, 24-27. 158 Cfr. SAN MARCOS 10, 44 ss.

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122

LA PASTORAL DE LA IGLESIA CATÓLICA DEL SUR DE CHILE EN UN

MUNDO RURAL QUE CAMBIA: comprensión, interrogantes y perspectivas.

CAPÍTULO 5: CONCLUSIONES.

I. Una Pastoral Rural encarnada, que retome la opci ón por las

Comunidades Eclesiales de Base.

Hemos venido adentrando paulatinamente en el tema de la situación actual de

la Iglesia Católica en el Mundo Rural chileno. Con todas las excepciones que

vienen al caso podemos señalar que en este sector está estancada y ha venido

perdiendo terreno en estas últimas décadas. Se podría decir que su presencia

es más formal que real. Lo que se hace hoy no es suficiente o no da los frutos

que se necesitan. Todo pareciera indicar que la Iglesia no se ha adaptado a los

cambios que han venido sucediendo rápidamente en el campo.

Tal vez la principal razón del decaimiento se deba a que no se ha logrado

desarrollar la eclesiología propuesta en el Concilio Vaticano II, cuya fuente de

inspiración brota de la fe trinitaria del Nuevo Testamento. La Iglesia, ya sea en

los campos y en la ciudad, debe ser el reflejo de la Santísima Trinidad,

comunidad perfecta de personas en reciprocidad de infinita transparencia y

entrega mutua. Comunidad que en Jesucristo y por el Espíritu ama la

diversidad y promueve la igualdad en estatus y dignidad de todos sus

integrantes. No se puede negar que no se hayan dado pasos significativos, la

Iglesia Chilena por varias décadas promovió la conformación y el

acompañamiento de comunidades, pero eso hoy pasó a segundo plano.

Hoy tanto en la mayoría de las Iglesias Locales como en la sociedad imperante,

ha venido decayendo el interés por promover, constituir y acompañar la vida

Page 129: La Pastoral Rural

123

comunitaria. Las parroquias dejaron de ser comunidades y pasaron a ser

lugares en que cada uno recibe los bienes religiosos que desea, sin

compromiso comunitario.

La parroquia rural no consigue que la comunión del pueblo de Dios sea vivida

en concreto. En la actualidad las parroquias son demasiado grandes, se han

burocratizado ya no son el espacio donde los hombres y mujeres tienen un

encuentro común. Más bien dentro de ellas se dan una serie de relaciones

anónimas, impersonales y masivas.

Las CEBs podrían renovar la organización de la parroquia rural. Son una

manera de ser Iglesia más fraterna y comunitaria. Por esta razón ellas calaron

tan hondo en las zonas rurales. Un pueblo que mantuvo, por medio de

oraciones, novenas, bendiciones y devociones, una fe profunda y una

religiosidad que es parte integral de su vida.

Las personas en CEBs descubren explícitamente la Palabra de Dios como

fuente y alimento de esa religiosidad. La Biblia es el contenido mismo y la

fuente primera de la oración del pueblo. Aquello permitió articular la fe y la vida,

superando una dicotomía presente en muchos cristianos. En las CEBs laicos

y laicas asumieron roles que antes eran atribuciones exclusivas de los

sacerdotes.

Para la pastoral rural, la conformación de CEBs debería ser prioridad. Ellas

nacen en una coyuntura marcada por la crisis de determinadas formas

institucionales de la Iglesia, sobre todo coincidiendo con la escasez de ministros

ordenados. Las CEBs son Iglesia destacadamente de laicos y en la cual los

laicos tienen un puesto relevante en la organización y desarrollo de la vida de la

comunidad.

Page 130: La Pastoral Rural

124

No repiten sencillamente el paradigma preexistente durante siglos de una

Iglesia centrada en el clero y el sacramento. El laico ahora tiene la oportunidad

de ser elemento activo de la estructura institucional porque se le reconoce

eclesiológicamente como portador de valores y carismas propios en función de

toda la Iglesia.

La Iglesia en el mundo rural tiene que ser reconstruida a partir de las

Comunidades Eclesiales de Base, enraizadas en la experiencia popular y en

una nueva lectura de la Palabra de Dios. Compensando la carencia de

sacerdotes, las CEBs serían puestas en marcha por ministros laicos apoyados

por agentes del clero.

La transición hacia una Iglesia más comunitaria y participativa en el campo

chileno no será tarea fácil, requerirá de mucha tolerancia y tenacidad para no

desanimarse ni escandalizarse por las imperfecciones o la falta de preparación

de los responsables. Éstas deber ser motivo para esforzarse más aún en

otorgar la formación necesaria para hacer de cada hombre y mujer del campo

un sujeto protagonista de su fe e historia de salvación.

II. Hacia una mejor realización de la corresponsabi lidad laical en la

Pastoral de la Iglesia rural 159.

Otro desafío que tiene que enfrentar la Iglesia rural es despertar la conciencia

eclesial de los laicos, reivindicar sus derechos en la Iglesia y promover un

mayor compromiso cristiano de ellos y ellas en la Iglesia y en el mundo. Ya en

el año 1946 el Papa Pío XII señalaba que los laicos "deben tener conciencia,

159 Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, capítulo IV.

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125

cada vez más clara, no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia."160

Juan Pablo II medio siglo más tarde dirá que “la renovación de la Iglesia en

América no será posible sin la presencia activa de los laicos. Por eso, en gran

parte, recae en ellos la responsabilidad del futuro de la Iglesia.”161 En otras

palabras sin los laicos hoy sería absolutamente imposible la transmisión de la fe

a las nuevas generaciones, la promoción humana y el servicio a los

marginados, la celebración de la liturgia..., en términos simples, la marcha de la

comunidad cristiana. Hay que destacar que en este laicado activo y

comprometido en el interior de la Iglesia sobresale el compromiso de las

mujeres que van tomando conciencia creciente de que, a pesar de esta

presencia tan importante, no son debidamente valoradas y reconocidas por la

Iglesia.

En la Iglesia Pueblo de Dios, Comunidad de comunidades el laico asume la

tarea de llevar adelante el Evangelio y de mantener viva la fe en el sector rural.

Ellos y ellas se consideran portadores de unos valores eclesiológicos y

reinventan concretamente la Iglesia de Dios en su sentido histórico y real. Los

laicos redescubren su importancia, también ellos son herederos de la doctrina

apostólica, también son corresponsables de la unidad de la fe y de la

comunidad. La apostolicidad ya no es característica de uno cuantos miembros

de la Iglesia, sino de toda la Iglesia. Y esta apostolicidad tiene dentro de la

Iglesia diferentes modos de participación.

Los laicos y laicas tienen la responsabilidad de construir la comunidad cristiana

o de anunciar a otros el Evangelio. Ya no son cristianos sin vocación que están

en la Iglesia en actitud pasiva, sino han de plantearse una participación más

activa y comprometida. Su objetivo es, en último caso, ser buenos cristianos.

160 PIO XII, Discurso a los nuevos Cardenales. Citado por el Papa Juan Pablo II en Christifideles Laici Nº 9. 161 JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in América Nº 44.

Page 132: La Pastoral Rural

126

La comunión exige ser una Iglesia corresponsable. Todos somos Iglesia y todos

hacemos la Iglesia. Esto significa que en la Iglesia todos los miembros son, de

alguna manera, necesarios. Nadie es superfluo o inútil. Nadie ha de ser

considerado como innecesario. Nadie sobra. Significa que todos sus miembros

han de ser activos. Nadie ha de considerarse sólo y exclusivamente pasivo,

objeto de la acción de los demás. Todos estamos llamados a construir la

Iglesia, a participar activamente en su misión evangelizadora y a ser sujetos

protagonistas de su fe.

La corresponsabilidad desde luego que no significa que todos en la Iglesia

tengamos idéntica misión o que todos podamos y debamos hacer lo mismo. En

la Iglesia hay diversidad de carismas y, por tanto, diversidad de vocaciones y

funciones. Pero cada uno recibe su carisma para el bien de toda la comunidad,

cumple su misión propia dentro de la comunidad y lo hace en colaboración y

complementariedad con otros fieles, portadores de otros carismas y funciones.

La corresponsabilidad exige ir avanzando hacia una distribución adecuada de

las tareas y responsabilidades en un clima de comunicación y

complementariedad. Todos, laicos y presbíteros, hemos de ir encontrando

nuestro sitio en la comunidad eclesial. No se trata de promover a los laicos para

que absorban tareas y funciones que son propias de los presbíteros. Ni

tampoco de que los presbíteros lo sigan monopolizando todo, incluso lo que han

de hacer los laicos. Corresponsabilidad no significa dejación por parte de los

presbíteros, ni traspaso de responsabilidades propias a otros, sino distribución y

animación adecuada de todos los carismas.

La corresponsabilidad exige, por tanto, que laicos y presbíteros asuman su

propia responsabilidad, realicen su servicio con generosidad, sin inhibirse, sin

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127

caer en la pasividad, sin desentenderse o actuar como meros espectadores;

exige también no extralimitarse, respetar el carisma de los demás, confiar en los

otros, colaborar, no invadir campos, no acaparar otros carismas y funciones,

ejercer el sentido de complementariedad. Recordemos que se responde al

llamado de ser sacerdote o ser laico para servir más, para servir mejor a Dios

nuestro Señor y llevar adelante la misión de Cristo y comprometerme en la

construcción de su reino.

La complementariedad implica mirarse y quererse como compañeros,

compañeros de Jesús y compañeros unos de otros, no considerándose ni

tratándose mutuamente como subalternos, empleados o inferiores. Ni tampoco

como patrones o administradores. Para eso, hay todo un itinerario pedagógico

que recorrer, que consistirá en respetar al otro en su diferencia y en su lugar

específico, ponerse a su lado, abrirle el corazón y con él o ella compartir su

experiencia de Dios y hacer caminos juntos.

Al mismo tiempo a partir de su especificidad vocacional, los laicos podrán abrir

a los sacerdotes grandes e importantes caminos en el compromiso social y la

acción ciudadana adonde están ubicadas las grandes urgencias apostólicas en

nuestro campo chileno. Y los presbíteros podrán y deberán ayudar a los laicos y

laicas a formarse espiritualmente, de manera que vivan una militancia anclada

en la fe y la vida en el Espíritu, alejándose de las tentaciones tan frecuentes del

activismo devorador y de ciertas tendencias y expresiones político-partidarias,

adonde falta el soplo espiritual que caracteriza la vocación cristiana.

Él presbítero por otro lado ha de dedicarse a animar, suscitar, promover,

fomentar vocaciones, estimular la participación, promover la corresponsabilidad

en las comunidades. Por otra parte, como representante de Cristo, principio de

unión y comunión, ha de preocuparse de que se trabaje de forma coordinada y

Page 134: La Pastoral Rural

128

convergente, que no haya disensiones o enfrentamientos, que crezca el sentido

de pertenencia a la comunidad, que crezca el diálogo y la comunión.

Promoviendo siempre el desarrollo humano.

Para fortalecer aún más es este enriquecimiento mutuo y la corresponsabilidad

será necesario desarrollar más la participación. Confiar en las personas, dar

responsabilidades, promover experiencias protagonizadas por laicos, por

modestas y limitadas que puedan parecer. Ofrecer campos nuevos a los laicos,

desarrollar las posibilidades de las personas, acompañar en su crecimiento,

capacitar y formar. Pero todo aquello no se puede quedar sólo en buena

voluntad es necesario asegurar instancias que encaucen la participación, cada

comunidad tendrá que encontrar las suyas, en todo caso algunas formas son

las asambleas, consejos, comisiones, etc. sin estas la corresponsabilidad queda

bloqueada.

En relación a lo anterior algunas tareas para los laicos y laicas al interior de la

Iglesia deben estar encaminadas a ser responsables de la misión profética y

evangelizadora que esta tiene. Todos los miembros del Pueblo de Dios están

llamados a anunciar la Palabra de Dios de muchas y diversas maneras. Todos

pueden dar y recibir la Palabra, todos pueden evangelizar y ser evangelizados.

Los laicos y laicas son llamados a anunciar el Evangelio con pleno derecho en

todos los niveles. Ellos pueden predicar, catequizar a niños, jóvenes y adultos,

dirigir espiritualmente, dar Ejercicios, enseñar teología, hablar a los enfermos,

exponer el mensaje cristiano, preparar para la recepción adecuada de los

sacramentos, denunciar las situaciones injustas, educar la fe de sus hijos, dar

testimonio del Evangelio en cualquier situación.

En las comunidades deberíamos también reflexionar sobre la tarea cultual de

los laicos. Todo el Pueblo de Dios está llamado a ofrecer ese culto espiritual en

la vida diaria, y todos están también llamados a reunirse en asamblea para

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129

expresarlo litúrgicamente y unirlo al Sacrificio de Cristo en la Eucaristía o en la

Celebración Dominical de la Palabra. Todos los laicos pueden y deben

participar activamente en preparar, organizar y realizar la celebración cristiana.

De ahí urgencia de formar en las diversas tareas y servicios litúrgicos.

En lo que se refiera a la tarea pastoral de los laicos en la Iglesia, una

comunidad crece, se desarrolla y vive con la aportación variada de todos los

miembros del Pueblo de Dios, según sus diversas vocaciones y carismas. El

conjunto de posibilidades es múltiple, organización y planificación del trabajo

pastoral, administración económica, servicios litúrgicos, asistencia a los

enfermos, ayuda social hacia los necesitados, atención a las familias, etc.

Además todas las comunidades rurales están llamadas a estimular los

ministerios laicales según las necesidades y con el debido discernimiento y

formación de los laicos. Puede haber ministerios en todos los campos, como en

el litúrgico, educación de la fe, ayuda fraterna, etc.

En el mundo los laicos y laicas lo primero que deberán exteriorizar será el

testimonio de vida. No tanto a las palabras y los discursos, si a los gestos, las

obras, la vida responsable y sana. Estas actitudes contribuirán a la

transformación de un mundo más humano. Por eso, se sitúa siempre a favor de

los que sufren por la injusticia y la insolidaridad social.

Recordemos que el mayor peligro de los cristianos está relacionado con

quedarse tan solo en el aspecto comunitario religioso. La comunidad está

inserta en un mundo abierto, lleno de conflictos e injusticias a los que tiene que

dar respuesta. Los cristianos auténticos son aquellos y aquellas que dejándolo

todo se convierten en servidores de la humanidad, constructores de un mundo

nuevo, de una sociedad nueva, en colaboración con todas las personas de

buena voluntad. Se trata de luchar por la justicia y la liberación. Tengamos en

Page 136: La Pastoral Rural

130

cuenta que evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Noticia a todos

los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro y

renovar a la misma humanidad... convertir la conciencia personal y colectiva de

los hombres, la actividad en la que están comprometidos, su vida y ambiente

concretos162. Todos en la iglesia están llamados como nadie a ser “sal”, “luz”, y

“levadura.”

Todo este accionar exige la radicalidad evangélica del seguimiento y

acompañamiento. Además no es posible un crecimiento responsable del laicado

si no se cuida y promueve debidamente su formación. Sólo con una formación y

capacitación adecuadas, podrán los laicos, educados desde otras claves y otra

sensibilidad, adquirir personalidad, seguridad e iniciativa dentro del Pueblo de

Dios.

Es importante promover los medios como jornadas y procesos que ayuden a

descubrir y fortalecer la personalidad cristiana laical y su misión en la Iglesia y

en el mundo. Junto a esto, es necesaria la capacitación especializada para

cada campo pastoral o ámbito secular.

No hemos de esperar a la actuación de los presbíteros o de la jerarquía. Son

los mismos laicos y laicas quienes han de tomar la iniciativa para pedir,

promover y poner en marcha los instrumentos y servicios necesarios.

Finalmente la pastoral rural necesita incorporar en su lenguaje y métodos

evangelizadores el tema de la interculturalidad. Aquello implica enfrentar el

desafío de reconocer en el otro, hombre y mujer rural, su cultura, religión y

costumbres. Sin duda que en este proceso el diálogo es fundamental. Aquel

supone la oportunidad de enriquecimiento mutuo como la posibilidad de

compartir perspectivas y apreciaciones. 162 Cfr. PABLO VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, Nº 18.

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145

ANEXO 1

PAUTA PARA LA ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA

I. Datos de Identificación:

Código Entrevistado:

Edad:

Años de ministerio sacerdotal o diaconal:

Estudios o formación permanente:

II. Pastoral de las Parroquias Rurales

1. ¿Cómo está organizado el quehacer pastoral de la Parroquia que usted

conduce o acompaña?

2. Si en su parroquia hay comunidades rurales ¿cómo están organizadas

pastoralmente? ¿cómo son atendidas por la parroquia? ¿qué acciones

desarrollan? ¿cuál es el aporte que los laicos hacen en el quehacer diario?

3. ¿Qué rescataría de la experiencia vivida en las comunidades rurales?

4. En el desarrollo de la acción pastoral de las comunidades en el campo

¿cree usted que el protagonismo descansa sólo en los sacerdotes?

Fundamente.

5. ¿Cómo se ha venido asumiendo el tema de la Evangelización en las

comunidades rurales?

6. En la actualidad ¿qué oportunidades e instancias de formación existen para

los fieles del mundo rural?

7. ¿De qué manera la pastoral de las comunidades rurales ha venido

asumiendo la Religiosidad Popular? ¿existen en el sector algunas

manifestaciones de religiosidad popular?

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8. ¿Cómo se financia una parroquia rural y sus comunidades?

9. Según su opinión ¿cuál es la situación actual de la Pastoral Rural en su

Diócesis?

III. Visión del mundo rural.

1. Según su opinión ¿cuál es el impacto de los cambios culturales y

tecnológicos en el sector rural?

2. ¿Cómo caracterizaría a la familia rural?

3. ¿Cuál es el nivel de pobreza que existe en las comunidades rurales?

¿podría describirla?

IV. Desafíos y sugerencias para la pastoral.

1. Según su opinión, ¿cuáles serían los principales desafíos que la Iglesia

debe asumir para estimular y fortalecer la pastoral en el medio rural?

2. ¿Cómo podría la Iglesia asumir esos desafíos? ¿qué manera se podrían

concretar estas sugerencias?

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ANEXO 2

ENTREVISTAS SEMIESTRUCTURADAS I. Datos de Identificación: Código Entrevistado: Sacerdote Entrevistado Nº12 Edad: 51 Años Años de ministerio sacerdotal o diaconal: 22 años de ministerio sacerdotal Estudios o formación permanente: Licenciado en Teología, profesor de Religión y Licenciado en Educación. II. Pastoral de las Parroquias Rurales ¿Cómo está organizado el quehacer pastoral de la Parroquia que usted conduce o acompaña? Todo el quehacer de la parroquia se programa desde el Consejo Pastoral. Y se privilegian las orientaciones de la Diócesis. Este año se ha ordenado un poco más la cosa. Hemos tratado de que todos los estamentos de la parroquia estén integrados en el Consejo. La Catequesis, liturgia, acción social, pastoral juvenil, representante de los movimientos como la Legión de María, Cursillistas y carismáticos, un representante del consejo económico, tratamos también a veces de integrar a un representante de las comunidades rurales, no siempre participan por razones de distancia. La catequesis es la que le da más movimiento a la parroquia. Siempre se están preparando personas para el bautismo. También hay grupos de catequesis de primera comunión y confirmación, tanto para niños, jóvenes y adultos. Si en su parroquia hay comunidades rurales ¿cómo están organizadas pastoralmente? ¿cómo son atendidas por la parroquia? ¿qué acciones desarrollan? ¿cuál es el aporte que los laicos hacen en el quehacer diario?

Sí, tengo que atender 20 comunidades rurales. Cada comunidad tiene un animador, en algunas hay catequista. El animador dirige el culto todos los domingos aunque sean pocos los que van, ellos se juntan a celebrar el Domingo, a veces se realiza alguna novena. Asisten también a la gente en algún velorio. Casi todas las comunidades tienen su capilla. Lo más lamentable es que hay un solo sacerdote para visitar 20 comunidades. Hay días donde tengo que recorrer aproximadamente 70 Kms. Algunas

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comunidades las visito hasta cuando hay buen tiempo. Los caminos son malos en invierno. Estas comunidades normalmente son motivadas a través de las misiones. Aquí se aprovecha de bautizar a los niños que han esperado durante el invierno. Los animadores de las comunidades se reúnen todos los meses. Aquí se organiza el mes. Se programas las misas mensuales, se preparan las liturgias y se da algún tema. Yo le tengo mucha confianza al animador de la comunidad. Si alguno me dice que hay que bautizar a alguien yo llego y lo hago, porque ellos conocen muy bien a su gente. La mayoría de los animadores aguanta harto tiempo en el cargo. Es gente que su mayoría es líder en el sector. A veces es presidente de la Junta de Vecinos. Es gente que esta metida no sólo en la Iglesia sino que es comprometida también con la sociedad y su entorno. El quehacer de la comunidad como ya te mencionaba se organiza desde la parroquia. Cuando vienen a la reunión mensual de animadores rurales se organiza el mes que viene. La liturgia por ejemplo. Se revisa en conjunto la hoja del Domingo. Se ven las lecturas y acontecimientos de la Iglesia. También se ve como va la catequesis, si hay alguna celebración extra se organiza. En las comunidades rurales los únicos que me ayudan son los laicos. El problema es que los laicos son muy pasivos hacen lo que uno les indica. A veces no se les ocurre nada. ¿Qué rescataría de la experiencia vivida en las comunidades rurales? Lo que yo rescato es la fe de la gente. Aprendo mucho de ellos. Caminar 10 Kms. para ir a misa a la capilla es un acto de fe tremendo. Además en las comunidades los que participan son casi todos se conocen bien. En su mayoría son familiares, compadres, amigos. En el desarrollo de la acción pastoral de las comunidades en el campo ¿cree usted que el protagonismo descansa sólo en los sacerdotes? Fundamente. Como te lo indicaba anteriormente, a pesar que hay gente que tiene buena voluntad para trabajar al final el trabajo lo terminas haciendo tú. No porque yo quiera hacerlo todo sino porque a la gente le cuesta tomar la iniciativa. El padre lo dijo, por lo tanto hay que hacerlo así. Creo que ese protagonismo es resultado de nuestras acciones. Yo conozco hermanos sacerdotes que se enojan mucho cuando los laicos no les consultan o hacen cosas sin su consentimiento. En todo caso ese no es mi caso. Yo dejo ser a la gente, el problema está en que les cuesta ser más autónomos.

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¿Cómo se ha venido asumiendo el tema de la Evangelización en las comunidades rurales? Una de las cosas que hemos logrado es que la misma gente de las comunidades asuman el compromiso de evangelizar. Yo les decía que nosotros también podemos ayudar en la misión. En el verano toda la parroquia está en misión. Se reparten los sectores que serán evangelizados. Principalmente son los animadores de las comunidades y los catequistas de la parroquia. También recibimos a los grupos que vienen de fuera. Ellos toman una parte de la parroquia. Yo trato de involucrar a la mayor cantidad de gente en las misiones. Por lo menos hay tres maneras de ayudar. Participar yendo a misionar, otra forma es rezar y otras es colaborar con ayuda material o en dinero. Hay gente que aporta con el petróleo, comida o dinero. Eso es bueno pues la gente se entusiasma. Lo ideal es que las misiones las asumiera la gente del sector. Incluso desde el año pasado nosotros en la parroquia iniciamos una experiencia pionera y es que agentes mapuches asumieron la misión. Personas que dominan el mapudungun y conocen su cultura evangelizan a sus hermanos. De las misiones de los jóvenes que vienen de fuera rescato el entusiasmo, le dan un nuevo aire a los pueblos, pero les falta mayor identidad eclesiológica y cristológica. Los misioneros lo único que quieren es que la gente quede contenta, pero les falta sustancia. El chanchito tiene que venir más gordito para que de manteca. Yo esto lo he hablado con ellos y para este año les he exigido más contenido y testimonio. Esto yo lo he hablado con ellos, debe marcarse más la identidad, cosa que la gente no quede con la idea no más de que vinieron unos jóvenes y lo pasamos bien. Eso se diluye muy rápido. Por eso ahora yo pongo una exigencia para las misiones que sean por más de una año y que durante el año se realice algún acompañamiento a las comunidades que está siendo misionadas. En la actualidad ¿qué oportunidades e instancias de formación existen para los fieles del mundo rural? Prácticamente ninguna, solo una vez al mes y sólo para los animadores rurales. El resto de la comunidad se queda con lo que habla en cura en la misa mensual. La gran falencia es la falta de formación para los laicos de las comunidades rurales. De hecho durante el verano hacemos un curso para ministros y catequistas. Más que nada es una renovación teológica, pero es lo único que hacemos durante el año. La otra instancia son las misiones,

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generalmente estas destinan un tiempo para trabajar con la gente durante las tardes y allí se conversa sobre algún tema. En relación a la formación falta mucho más. Creo que todavía estamos lejos de lo aconsejable, es una pincelada de que hacemos. ¿De qué manera la pastoral de las comunidades rurales ha venido asumiendo la Religiosidad Popular? ¿existen en el sector algunas manifestaciones de religiosidad popular? La parroquia se ha tomado en serio la Religiosidad Popular (RP), aunque yo se que hay algunos curas que no les interesa pues la consideran cosa poca. Fundamentalmente aquí se celebran las fiestas de San Sebastián. Aquí el 20 de Enero es como un feriado. También está la fiesta de la bendición de las cruces que se hace en las siembras de trigo. Esto ocurre en la celebración San Francisco. Aquí hay un sector donde se celebra la fiesta de la piedra santa, es bien particular porque se hacen fiestas, bailes y se combina con ritos mapuche. Yo respeto mucho la RP porque cada uno tiene algo de RP. A mi me encanta ir a los santuarios. Es propia de nosotros los pobres. El tema es que hay que evangelizarla, purificarla. Eso tiene que hacerse con mucho tino y con respeto. Aquí hay gente que tiene la imagen de algún santo o de la virgen María en su casa, le rezan y la veneran pero no van nunca a la Iglesia. Pero allí hay una expresión de fe. No es recomendable rezarle solo, pues los cristianos lo tenemos que hacer en comunión. En ocasiones la RP se mira con desprecio, eso es cosa de gente débil dicen algunos, de gente poco inteligente. Pero lo que abunda no daña. Y la RP nos ayuda a acercarnos a Dios. ¿Cómo se financia una parroquia rural y sus comunidades? La parroquia tiene un comité económico que se preocupa de la mantención de la casa parroquial, de la parroquia, del culto, de que no falte nada. Asimismo se encarga que la gente que participa en algunos encuentros tenga el financiamiento. A mi me dan $ 60.000 al mes. Con eso se puede vivir. Además la gente en el campo siempre es muy buena con el cura, es generosa y le dan algunas cosas como papas, gallinas, huevos, queso, etc. Aquí en el pueblo siempre me está llegando leña, ropa, comida, la gente es muy cariñosa. Lo que no hemos logrado es que los católicos paguen el 1%. Eso sería ideal porque así podríamos hacer mucho más en la pastoral. Gracias a Dios aún podemos financiarnos con proyectos extranjeros. Pero cada vez es más difícil ganarlos. Ese dinero generalmente se utiliza para construir capillas, movilización, etc. Las comunidades rurales no se financian. La colecta que se hace cuando va el cura no alcanza ni para pagar el viaje. Pero con lo que se junta en el templo

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parroquial financiamos los viajes y el material como las hojas del domingo, algunos libros como de catequesis, etc. Según su opinión ¿cuál es la situación actual de la Pastoral Rural en su Diócesis? Por lo menos en el organigrama existe. Pero el problema es que hace más de dos años que no hay movimiento. La excusa es que no hay recursos. Frente a eso yo siempre he dicho que eso no es válido, porque basta con una biblia para recorrer los campos, basta entregarse a la tarea de la evangelización. A nivel diocesano la pastoral rural no está muerta, está dormida, “talitá kum”, a ti te digo levántate, despierta. Otra cosa es que yo como cura rural me hago la siguiente pregunta ¿tenemos realmente interés por el mundo rural? Porque yo mismo pienso en la parroquia vecina que está ubicada en un pueblo emblemático de la IX Región. Allí debe haber un sacerdote residiendo. Pero no hay. Cuando uno lo dice o lo expresa siempre la respuesta es que no hay sacerdotes, pero uno se da cuenta que la prioridad siempre es la ciudad. El mundo rural queda de lado. Por eso yo sinceramente me pregunto. Los grandes personajes de la Iglesia ¿tendrán interés por el mundo rural? Yo nunca he alegado mucho por esta situación, pues estoy convencido que con pocos recursos se pueden hacer muchas cosas. También uno se da cuenta en este aspecto de la falta de solidaridad hacia el mundo rural desde las parroquias más grandes, más sustentables económicamente. Incluso desde los mismo movimientos de la Iglesia. Pienso que la Iglesia se está dejando llevar por el mismo pensamiento del liberalismo, lo rural en cifras no es conveniente. Y con todo respeto hacia los pastores yo ceo que si no fuera por los curas rurales esto sería todo evangélico. Los curas rurales buenos o malos con su gente tratan de evangelizar. III. Visión del mundo rural. Según su opinión ¿cuál es el impacto de los cambios culturales y tecnológicos en el sector rural? La mayoría de los hogares tiene electrificación. Esto ha llevado a que la Televisión llegue fuertemente a los hogares. El mundo rural se ha abierto. El hecho de que los jóvenes salgan a los pueblos más grandes por razones de estudio hace que reciban mucha información, que no es conocimiento. Eso plantea un gran desafío. Gracias a la electrificación en muchas partes hay agua potable. En lo práctico el confort le ha cambiado la vida a la gente. Como ya lo decía hay mucha información circulando. Eso obliga a asumir el desafío de orientar a la gente.

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Lamentablemente hoy la gente está preocupada de su desarrollo material. La gran preocupación ya no es lo espiritual. La Iglesia dejó de ser el centro de todo el mundo rural. Hoy la gente se preocupa de sacar el mayor beneficio de los programas de gobierno, de los políticos. Insisto con la llegada de la Televisión el gran cambio que ha experimentado la gente del sector rural es abrirse a lo material. Ellos creen todo lo se les dice, para ellos lo que sale en TV es la última palabra. ¿Cómo caracterizaría a la familia rural? Es mucho más unida que la urbana. Se ha venido separando por razones de estudios o trabajo. Pero toda la familia se reúne para las fiestas. Hay un gran espíritu familiar. La gente quiere estar en familia. Las fuentes laborales existentes han cambiado el hábito de vida de la familia. Las forestales trasladan a sus trabajadores con toda su gente a otro sector. Prácticamente hay algunos lugares donde no queda gente. También se da el caso donde los padres de familia deben estar ausentes por varios meses pues están en los campamentos forestales trabajando. Eso destruye la vida familiar.

¿Cuál es el nivel de pobreza que existe en las comunidades rurales? ¿podría describirla? La pobreza es fuerte. Se dice una cosa pero la realidad es dura. Sobre todo en el mundo rural. Por ejemplo qué sería de los niños si no tuvieran la posibilidad de ingresar a un internado para poder terminar sus estudios y optar a una alimentación más permanente. Yo pienso que el estado debe hacerse responsable de este tema, porque en la actualidad está descansando en las instituciones de Iglesia, ONGs, etc. Se debe tomar una política fuerte. Lo importante no es otorgar subsidios para salir sino que el tema es cómo ayudar a permanecer fuera de la línea de la pobreza y poder superarla. La pobreza aquí es escandalosa. Cómo te puedes explicar que en un pueblo como este haya familias que tienen 4 vehículos de 15 millones de pesos y otras que no tengan que comer. Hay que cortar con esta cuestión, porque puede acarrear un problema social muy grave. Yo siempre me pregunto hasta cuando va a aguantar la gente que unos pocos se enriquezcan. La misma Iglesia a veces no da testimonio. Tenernos el trabajo que hace el Hogar de Cristo, magnífico, pero por otro lado cómo puedes explicar la actitud de algunos pastores como Orozimbo Fuenzalida que porta costosos anillos o a la actitud del Cardenal Medina que no toma té si no llama a su empleada con la campanilla. Eso es por nombrar algunos. Por un lado hay un gran testimonio pero por otro el anti testimonio es escandaloso.

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IV. Desafíos y sugerencias para la pastoral.

Según su opinión, ¿cuáles serían los principales desafíos que la Iglesia debe asumir para estimular y fortalecer la pastoral en el medio rural? Primero que la Iglesia sienta como preocupación verdadera la vida rural. Ella no ha dado una señal que le interesa en la actualidad. Otro desafío es restaurar la opción los pobres. Por esa maldita cuestión de lo políticamente correcto la Iglesia los ha dejado de lado. Creo también que el tema del profetismo. Falta responder al mundo rural. Porque aquí hay un grito que clama al cielo. El mundo rural existe. Que hoy se ve acorralado por los poderes económicos, que se ve sin posibilidad de desarrollo. Lo que es peor se ve como algo que no tiene valor. Falta retomar lo que hicieron los obispos en los años 60, retomar el profetismo. Me gustaría que se sienta la presencia viva de la Iglesia en el campo. Lo que se va quedando atrás es lo rural. Falta alguien como el Cardenal Silva Henríquez que plantee el tema. Yo creo que hay una generación de obispos que se hecha de menos en Chile. Una generación que fue capaz de decir que la Iglesia es madre también del mundo rural. En el mundo rural hay muchos problemas que no se han tocado, pero están allí. No sé si Jesús estará muy contento con nosotros. ¿Cómo podría la Iglesia asumir esos desafíos? ¿qué manera se podrían concretar estas sugerencias? Creo que es fundamental retomar la opción por los pobres y las CEBs. En esa línea hay muchas cosas que se pueden hacer. Existe la experiencia y la Iglesia tiene que ponerse del lado del que sufre. Otra manera de asumir el desafío es entregar formación a los laicos en el campo para que ellos sean quienes lideren esta acción. Lo otro es que se reactive la pastoral rural para que ordene la cosa. Necesitamos de orientaciones para trabajar en el campo. No podemos seguir haciendo lo mismo que hacemos en el pueblo en el campo. Ambas realidades son distintas.

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I. Datos de Identificación: Código Entrevistado: Sacerdote Entrevistado Nº27 Edad: 40 Años Años de ministerio sacerdotal o diaconal: 9 años de ministerio sacerdotal Estudios o formación permanente: Bachiller en Teología. II. Pastoral de las Parroquias Rurales ¿Cómo está organizado el quehacer pastoral de la Parroquia que usted conduce o acompaña? La parroquia debe estar organizada por un consejo pastoral. Esta es una instancia donde se proyecta el trabajo de la parroquia, siempre y cuando el cura esté de acuerdo. En el pueblo es donde más movimiento hay, sobre todo en la tarde. Hay grupos de catequesis familiar y confirmación. Algo que hemos tratado de vencer es la poca presencia de jóvenes. Es todo un desafío y estamos paso a paso para involucrarlos. Si en su parroquia hay comunidades rurales ¿cómo están organizadas pastoralmente? ¿cómo son atendidas por la parroquia? ¿qué acciones desarrollan? ¿cuál es el aporte que los laicos hacen en el quehacer diario?

En la parroquia atiendo 18 comunidades repartidas por toda la zona de la pre cordillera. Son comunidades cultuales. Se reúnen para la santa misa o cuando va el diácono. Hay comunidades que son más ágiles que se reúnen todos los domingos. A pesar de que son lugares donde hay bastante presencia evangélica. La mayoría de las comunidades tiene un encargado de capilla. mujeres en su mayoría. No hay mucha organización. La catequesis la asumen los profesores de religión en las escuelas. A los jóvenes los atendemos en internados. El problema son por el momento los adultos que hay en las comunidades rurales, normalmente aquí asume el encargado de capilla. La parroquia tenía un hábito de reunión mensual con los animadores o encargados de las comunidades. Eso lo hemos eliminado por un tiempo, pues algunos encargados llegaban pasados a trago, venían a realizar trámites personales, llamar por teléfono, etc. El tema de las comunidades quedaba de lado. Con esta paralización de los encuentros quiero provocar una reacción. El trabajo pastoral en la actualidad lo he centrado en el poblado. Lo rural lo tengo abandonado solo celebro la santa misa. Estoy tratando de fortalecer la comunidad en el poblado. Trabajar de acuerdo a un plan que lleve a alguna parte. Hacer tomar conciencia del aporte y la mantención de la Iglesia.

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¿Qué rescataría de la experiencia vivida en las comunidades rurales? Es difícil encontrar algún ateo. De distinta manera todos creen en Dios. El respeto y la solidaridad, siempre se están apoyando. En las comunidades es muy difícil que una familia aislada pase hambre. Siempre hay alguien que va auxiliar. Rescato también el ambiente hogareño que se da en las comunidades. El hombre de campo, y más aún si es Pehuenche, le tiene un respeto a la tierra. Eso también se ve en las comunidades. En el desarrollo de la acción pastoral de las comunidades en el campo ¿cree usted que el protagonismo descansa sólo en los sacerdotes? Fundamente. Se evidencia una falencia eclesiológica en el católico. Hay que echar una miradita a los seminarios. Una mirada también a los agentes pastorales. Cuál es su motivación por la que se encuentran en la Iglesia. Yo he visto que muchos están en la Iglesia porque ser curita es rechoro. Buena onda. Yo me he encontrado con parroquias decaídas porque se desmoronó todo cuando el cura se fue. Hoy hay una tendencia clara al personalismo, a figurar, a centrar todo el trabajo pastoral en mi persona. La tendencia es desplazar a Cristo por ellos. Hay una tendencia a depositar todo en el sacerdote. Por la imagen que daban anteriormente. Un patrón de fundo, autoridad, ¡¡el padre!! me dicen algunos. Hay una tendencia a depositar todo en el sacerdote Pero la cuestión tiene que ir en otra dirección. Las comunidades son lo más importante. Las comunidades tienen que llegar a ser escuelas de comunión y participación. Yo he venido con una apuesta de servicio por el reino de Dios. de ser un pastor que se va acercando a la gente según el querer de Dios y según lo que la Iglesia pide. ¿Cómo se ha venido asumiendo el tema de la Evangelización en las comunidades rurales? Es un aspecto difícil de abordar. Todos los años llegan misioneros con distintos sacerdotes y líneas pastorales. Yo me he dado cuenta que ha sido un fracaso. Misionar con los propios agentes de la parroquia es el desafío. En la actualidad ¿qué oportunidades e instancias de formación existen para los fieles del mundo rural? Hay muy pocas posibilidades. Este año nos hemos preocupado sólo del poblado, por lo tanto el campo lo tenemos literalmente dejado de lado.

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¿De qué manera la pastoral de las comunidades rurales ha venido asumiendo la Religiosidad Popular? ¿existen en el sector algunas manifestaciones de religiosidad popular? Tiene mucha importancia. He estado en otros santuarios y soy testigo de la purificación que han venido experimentando. Ha sido dolorosísimo para la Iglesia pero se ha salido adelante. Hoy son santuarios de piedad, centros de espiritualidad. Aquí sucede algo especial. La celebración de San Sebastián es una fiesta profana religiosa. La comuna tiene su aniversario durante esa semana. La fiesta está incluida dentro del programa de aniversario. Ahora estamos tratando de separa aquello. Que el santuario sea un tiempo y un espacio para el Señor. Eso no se logra porque hay mucho disturbio. El comercio, las ramadas, el rodeo y otros eventos se hacen en paralelo a la fiesta. San Sebastián está muy arraigado en el campesino.

¿Cómo se financia una parroquia rural y sus comunidades? Económicamente el santuario nos logra mantener. Las mandas son fundamentales para dar una atención a las comunidades rurales que en general no aportan mucho. No son capaces de retribuir la visita pagando el combustible. A mi la parroquia no me da ningún aporte. El obispado me ayuda. La gente aquí es pobre, los trabajos son malos y las personas no están acostumbradas a hacer su aporte. El problema es que antes la Iglesia subsidiaba muchos gastos de la gente más pobre. Queda esa mentalidad en la gente de que la Iglesia es la que debe dar. Yo no le doy a la Iglesia. Según su opinión ¿cuál es la situación actual de la Pastoral Rural en su Diócesis? La Iglesia se preocupó por el mundo campesino hasta la década de los ochenta. Yo recuerdo que participé en varias iniciativas, pero eso hoy se ha perdido, desconozco si existe algún lineamiento sobre lo que hay que hacer en las parroquias rurales. La Iglesia hace algunas décadas atrás se propuso el tema de la pastoral rural. Pero hoy en varias diócesis el tema está olvidado. Prácticamente lo que se hace queda a criterio de los curitas. Con toda autoridad te puedo decir que la pastoral rural está en cero.

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III. Visión del mundo rural. Según su opinión ¿cuál es el impacto de los cambios culturales y tecnológicos en el sector rural? Se han facilitado muchas cosas como por ejemplo la comunicación y el transporte. Sin embargo también hay problemas como por ejemplo la influencia de los medios de comunicación. Ellos producen un quiebre cultural, prima lo material y lo a corto plazo. ¿Cómo caracterizaría a la familia rural? En esta zona las familias son muy unidas. Sin embargo hay bastante violencia intrafamiliar producida por el alcoholismo. Muchos niños viven con sus abuelos, los padres salen a la ciudad a trabajar. En el campo no hay muchas oportunidades de trabajo bien remunerado. ¿Cuál es el nivel de pobreza que existe en las comunidades rurales? ¿podría describirla? En esta comuna la mayoría es pequeño productor, principalmente creadores de chivos y otros animalitos. En invierno es muy cruda la realidad. La nieve destruye mucho. Por lo tanto la gente es muy pobre. Varios viven de lo que les entrega el gobierno o de lo que producen. IV. Desafíos y sugerencias para la pastoral.

Según su opinión, ¿cuáles serían los principales desafíos que la Iglesia debe asumir para estimular y fortalecer la pastoral en el medio rural? La Iglesia llegó a aquí evangelizando y promoviendo a los más pobres. Ella trajo la educación, adelantos, organización. Cuando se fueron los capuchinos y la asumen los diocesanos se va debilitando esa capacidad misionera, de sacrificio, de llegar a la gente. Hoy creo que deberíamos retomar eso. Además la Iglesia tiene que adaptarse a los nuevos tiempos. Hoy la Iglesia está respondiendo a una cultura de fines del siglo XIX y mitad del XX. Tenemos que progresar. Llegar a ser misioneros de Jesús no del papa o de sus colaboradores. Necesitamos de una Iglesia solidaria capaz de optar los pobres, por los que sufren.

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Sería muy importante retomar la opción por las Comunidades Eclesiales de Base. Así podríamos remediar la falencia eclesiología. ¿Cómo podría la Iglesia asumir esos desafíos? ¿qué manera se podrían concretar estas sugerencias? Creo que enfatizando más en la creación y acompañamiento de las CEBs. La Iglesia creció mucho y sobre todos sus integrantes. Fue una buena oportunidad para que los laicos asuman su rol. También creo que es muy necesario enfatizar en la formación. Hay mucha gente ignorante. Decimos que queremos mayor comunión y participación, pero para eso la gente del campo tiene que estar preparada.

PAUTA PARA LA ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA V. Datos de Identificación: Código Entrevistado: Sacerdote Entrevistado Nº18 Edad: 38 Años Años de ministerio sacerdotal o diaconal: 10 años de ministerio sacerdotal Estudios o formación permanente: Bachiller en Teología.

VI. Pastoral de las Parroquias Rurales ¿Cómo está organizado el quehacer pastoral de la Parroquia que usted conduce o acompaña? Las parroquias rurales funcionan como las de la ciudad. Lo único que las diferencia o caracteriza es tener comunidades rurales y en muchas de ellas una historia larga de las CEBs. La parroquia del campo funciona como cualquier otra parroquia. Hay grupos de catequesis, de acción social, movimientos como JUFRA, coro, entre otros que se organizan en el Consejo Pastoral. Aquí se elabora un plan pastoral participativo, que nace de un diagnóstico. Eso lo proyectamos por tres años. Si en su parroquia hay comunidades rurales ¿cómo están organizadas pastoralmente? ¿cómo son atendidas por la parroquia? ¿qué acciones desarrollan? ¿cuál es el aporte que los laicos hacen en el quehacer diario?

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Tenemos en la parroquia 21 comunidades. Las que atendemos con otro sacerdote. La distancia aquí es muy significativa y los caminos no son muy buenos. Además que para ir a algunas comunidades tenemos que viajar un tramo en camioneta, otro en lancha y otro caminar. Normalmente las comunidades estás organizadas por un equipo presidido por un animador. Se ha tratado de darle una organización con identidad eclesial. Pues anteriormente no se diferenciaban mucho de un club deportivo o Junta de Vecinos. Lo ideal es que cada comunidad tenga su animador, catequistas, algunos encargados de los servicios normales de una Iglesia. El funcionamiento varía de un lugar a otro pero lo más común es la celebración de la Eucaristía mensual, la liturgia de la palabra, catequesis, o algún otro tipo de iniciativas de orden social. El plan pastoral se elabora en diálogo. Hemos logrado que cada comunidad aunque sea en el papel tenga su plan. Esto es una brújula, una carta de navegación. Nos interesa que sean comunidades abiertas. Que no se centren solamente en lo litúrgico. Primero son comunidades fraternas que comparten el pan y la palabra, pero que no se quedan en la escucha y el alimento sino que también se preocupan de escuchar lo que acontece en su entorno. Atentas a servir a los vecinos. También considero importante que tengan autonomía, vida propia, que puedan auto organizarse siempre en comunión con la sede parroquial. La autonomía tiene que ver con la credibilidad y confianza en su animador, con la historia y dinámica propia que tiene la comunidad. Ella está inserta en un lugar que le es propio y uno eso lo tiene que respetar, tenemos que entender que nos son iguales. Con todo lo que significa la eucaristía tratamos de realizarla una vez al mes. Y luego que las comunidades se reúnan y tengan sus momentos de oración y celebraciones. En varias comunidades hay ministros de comunión. Estamos en un proceso de maduración. Instalemos sagrarios en más de 15 capillas. Se ha tratado que el animador de la comunidad sea también el ministro de comunión. Pero este desafío no lo asumo solo. Hay un vicario y dos diáconos permanentes que me ayudan, así como también existe un equipo de laicos. El gran criterio es trabajar en equipo. Además insistimos en la reflexión y oración. Esto nos ayuda a tomar autoconciencia de los procesos que vivimos, cómo lo estamos haciendo, evaluar, corregir. Eso se hace en equipo y en dialogo con el otro. ¿Qué rescataría de la experiencia vivida en las comunidades rurales? La Opción por las CEBs y la vida comunitaria. Primero porque allí la gente se conoce bien. La persona que asiste no es un asistente más o un número sino que hay una relación. En este sentido las CEBs se convierten en alternativa a

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una cultura individualista. Yo creo y animo la vida comunitaria. En ella hay mucha riqueza. Además que se puede compartir más directamente mi fe. Hay mucho más protagonismo . Lo más rescatable es que las comunidades en la medida que crecen van creando ministerios y carismas. Lo más significativo que esto nace por una experiencia y no porque el cura lo quiso así. Yo como pastor tengo el deber de acompañar a la comunidad. En algunas oportunidades he tenido ideas geniales para mejorar la vida de las comunidades pero no puedo imponer, es más tengo que acomodarme y caminar a su ritmo. Tengo que respetar los procesos, los momentos de cada una. Esto permite que se profundicen y se asuman mejor los pasos que se van dando. Es cierto que las comunidades rurales caminan más lento, pero eso hace que la experiencia que se vive sea más profunda. En el desarrollo de la acción pastoral de las comunidades en el campo ¿cree usted que el protagonismo descansa sólo en los sacerdotes? Fundamente. Desde luego que si, la Iglesia, especialmente la jerarquía, cada vez se va verticalizando más, da la impresión que es una Iglesia miedosa, centrada en si misma. Eso le hace daño a la gente y a las comunidades. Es muy negativo para promover una opción real por las Comunidades Eclesiales de Base. La animación y la puesta en marcha de las CEBs requiere necesariamente de relaciones más horizontales. Hoy el cura tiene mucho poder. Eso aquí lo estoy cambiando. Las dependencia hacia el sacerdote no es vital. La vida comunitaria se va desarrollando esté o no esté el sacerdote. Mi intención es ubicarme siempre como un allegado en las comunidades, soy un pájaro de paso. Yo vengo a colaborarle. ¿Cómo se ha venido asumiendo el tema de la Evangelización en las comunidades rurales? Tenemos un grupo de misioneros de la parroquia y otros que vienen de fuera. Aunque no nos interesan las misiones de fuera, porque les hace más bien a los misioneros que a los misionados. Nos interesa otra cosa, que el equipo de animadores de las capillas sea más completo. Enfatizamos también en el acompañamiento de las comunidades. Los diáconos las acompañan junto a los animadores de las comunidades. eso es permanente. No se realiza sólo en el verano.

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En la actualidad ¿qué oportunidades e instancias de formación existen para los fieles del mundo rural?

A nivel parroquial es muy poca. La mayor dificultad es el traslado. Sin embargo las reuniones mensuales de animadores rurales son una instancia de formación. En la parroquia hemos descubierto que la clave para superar la deficiencia en la formación es el acompañamiento y la formación de equipos de trabajo. Nosotros por ejemplo tenemos un equipo de comunidades rurales formado por los mismos animadores. Ellos se encargan junto con los diáconos de acompañar el andar de las comunidades, ya sea a nivel de catequesis, celebraciones litúrgicas, etc. Este año nos hemos metido en la animación litúrgica pero en la perspectiva que las comunidades logren desarrollar una liturgia laical. No queremos comunidades rurales celebrando misas chicas cuando el sacerdote o diácono no puede visitarlas. Incluso los obispos han insistido en que sean comunidades que se reúnen en ausencia del sacerdote. Colocando en hincapié en que el más importante está ausente. Pero esto no debe ser las comunidades siguen siendo tales esté o no el sacerdote. ¿De qué manera la pastoral de las comunidades rurales ha venido asumiendo la Religiosidad Popular? ¿existen en el sector algunas manifestaciones de religiosidad popular? Aquí no es mucha la presencia de la religiosidad popular. Pero creo que debe ser integrada por la Iglesia. ¿Cómo se financia una parroquia rural y sus comunidades? A diferencia de algunas parroquias de otros pueblos que tienen algunos terrenos para arrendar, nosotros en el sur tenemos no podemos hacer eso. Los ingreso son de la colecta dominical, el 1% y algunas donaciones. Con las comunidades rurales hemos acordado un sistema de financiamiento. Cada comunidad tiene vida propia en lo económico. Ellos tienen que administrar sus recursos y tienen que hacerlo muy bien porque si que son escasos. Mensualmente deben hacer un aporte a la parroquia de $2.000 a $15.000. es diferenciado hay algunas que pueden dar más y otras no. El mayor gasto de la parroquia es la atención a las comunidades. Combustible y mantención cara de las camionetas. Para los gastos personales yo recibo de la parroquia un aporte. Eso yo lo exigí cuando llegué aquí. Es una remuneración, la congrua. También hago clases de religión, tengo algunas horas. Eso yo lo utilizo para financiar la mantención de la casa, alimentación y servicios básicos, más gastos personales.

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Según su opinión ¿cuál es la situación actual de la Pastoral Rural en su Diócesis? La diócesis adolece de una pastoral rural, aún siendo eminentemente rural. El sector rural está abandonado. Se atienden las comunidades como se hace en la ciudad y de hecho en la formación del seminario no recuerdo algún tema referido a la ruralidad. Cómo acompañamos esas realidades. Existe una máquina eclesial que te exige. Que la catequesis, que la misa. Es difícil soltarte de eso. Para muchos obispos todo pasa por la misa. Cuesta avanzar en una Iglesia comunidad, donde lo central no es lo sacramental. Hay una tención permanente entre ambos modelos de pastoral. Sin embargo, hay que ver qué es lo más importante. Para mí sin duda que lo es la comunidad. No se trata de tener CEBs sino ser Comunidad de Comunidades. VII. Visión del mundo rural. Según su opinión ¿cuál es el impacto de los cambios culturales y tecnológicos en el sector rural? La disminución de fuentes laborales. Antes había mucha gente trabajando en faenas del campo. Hoy la tecnología ha reemplazado mucha mano de obra. Lo rural hoy está siendo mal valorado y transformado por la cultura de la inmediatez. Creo que la Iglesia tiene el desafío de acompañar ese proceso, es necesario que revalorice la cultura rural. Para aquellos son vitales las instituciones como la organización de la comunidad. ¿Cómo caracterizaría a la familia rural? Cada vez más envejecida, compuesta por los abuelos. Todos partieron hacia la ciudad.

¿Cuál es el nivel de pobreza que existe en las comunidades rurales? ¿podría describirla? Aquí la pobreza tiene que ver con poca oferta laboral, con la falta de perspectivas en los jóvenes. Aquí se dan los extremos. Hay gente que tiene mucha plata y gente que no tiene nada. El contraste es significativo.

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VIII. Desafíos y sugerencias para la pastoral.

Según su opinión, ¿cuáles serían los principales desafíos que la Iglesia debe asumir para estimular y fortalecer la pastoral en el medio rural? Hacer una opción preferencial por las CEBs con carismas y ministerios. Es la gran deuda pendiente en el sector rural. Una Iglesia que sea comunidad de comunidades. ¿Cómo podría la Iglesia asumir esos desafíos? ¿qué manera se podrían concretar estas sugerencias? Lo anterior obliga a la descentralización. Obliga a realizar un tipo de autoridad distinta. Exige dar espacio, esto implica encogerse para dejar al otro realizarse. Hoy todo el espacio lo llena el sacerdote. Exige una pastoral vocacional que ayude a que cada uno encuentre el servicio que el Señor quiere que tú realices. No se trata de que haya más curas o más monjas. El Señor está llamando. Esta opción exige tener una visión positiva del mundo. Exige relaciones más igualitarias. Tenemos que ser más hermanos.