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Por Guillermo Domnguez E-mail: [email protected] Noviembre de 2006 1 Breves notas acerca de la Persona de Jesœs: Su preexistencia: Al hablar acerca de la preexistencia de Jesœs, automÆticamente se habla de su trascendencia como ser divino, por cuanto divino e idØntico con AquØl que se entiende en su concepto y definicin como Dios. En una seccin narrativa-discursiva en el Evangelio de Juan 8:48-59 los judos quieren apedrear a Jesœs por cuanto Øl les haba hablado de su preexistencia, aun antes de Abraham, siendo mayor que Øste, y por implicacin siendo Dios mismo, pues ¿quiØn podra haber vivido 1900 aæos antes que ellos, haber conocido a Abraham, haber estado antes que Øl y aœn vivir, sino slo alguien que fuese Dios mismo? Las implicaciones son sacadas de la expresin de Jesœs: antes que Abraham fuera, yo soy (Jn. 8:58). Su carÆcter eterno con Dios y como Dios Como Logos, Jesœs existe desde la eternidad con Aquel a quien se define como Dios Padre en el Nuevo Testamento. As lo define el apstol Juan al hablar de Øl en su evangelio 1:1 j En aj rch/ h\ n oJ lov go", kai; oJ lov go" h\ n pro; " to; n qeov n, kai; qeo; " h\ n oJ lov go". En principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y Dios era el Verbo. Pero no slo estaba con Dios, sino que era Dios mismo. La preposicin pro; " cuando estÆ con el acusativo, siendo este el caso dentro del contexto oracional, tiene el significado de: con, ante, junto al, junto a, cerca de, frente a, delante de, conmigo, dentro de, etc. Esta significacin nos lleva a la idea de alguien que estaba a la par de, junto a, frente a Dios, lo cual implica su distincin personal, por cuanto estaba junto a, dentro de. As, entonces, se desprende la necesaria distincin personal del Logos con Dios. Como dije: distincin personal, mas no natural, pues seguido a ello nos continœa diciendo Juan: y el Verbo era Dios. La partcula h\ n es un imperfecto indicativo activo, 3 pers. sing. y tiene la significacin de: era, estaba. Juan no slo dice que estaba con o junto a Dios distinguiØndolos uno del otro en cuanto a personas sino que implica que ese que estaba junto a Dios es tambiØn Dios mismo, identificando a ambos en cuanto a naturaleza divina, pues no haba ni hay dos divinidades, sino una sola naturaleza divina de la cual ambos son partcipes. Eso dice Juan al expresarnos sus palabras en esos versos. Juan en todo su evangelio nos viene a decir que Jesœs es Dios mismo, quien tiene como propsito revelarnos al Padre en su propia persona, dichos y hechos. Ese Jesœs mostrado en los Evangelios es el Dios mismo hecho carne. Vislumbres acerca de la concepcin MesiÆnica en Israel: Jesœs, su persona en la profeca Lo que se dijo arriba es slo el cumplimiento de lo que Dios a travØs de los patriarcas y profetas haba venido diciendo en cuanto a s a travØs de AquØl que vendra, siendo enviado por Øl: El Mesas prometido, el ungido de Dios, su Cordero que quita el pecado del mundo, la simiente de la mujer, la simiente de Abraham en quien seran benditas todas las naciones de la tierra. Ello era justamente su propsito, redimir al mundo perdido en el pecado. Esto nos remonta justamente al GØnesis cuando AdÆn y Eva desobedecen a Dios, perdiendo as, ellos y su descendencia, toda comunin con Dios. En su misericordia, ya manifestada desde entonces, el Seæor muestra un vislumbre de su plan redentor a travØs de las palabras dichas a la serpiente: pondrØ enemistad entre ti (la serpiente) y la mujer (Eva), y entre tu simiente

La persona de Jesús, Breves Notas

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Es un breve repaso al mesianismo desde el Antiguo al Nuevo Testamento. Aun no terminado.

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Breves notas acerca de la Persona de Jesús: Su preexistencia: Al hablar acerca de la preexistencia de Jesús, automáticamente se habla de

su trascendencia como ser divino, por cuanto divino e idéntico con Aquél que se entiende en

su concepto y definición como Dios. En una sección narrativa-discursiva en el Evangelio de Juan 8:48-59 los judíos quieren apedrear a Jesús por cuanto él les había hablado de su

preexistencia, aun antes de Abraham, siendo mayor que éste, y por implicación siendo Dios

mismo, pues ¿quién podría haber vivido 1900 años antes que ellos, haber conocido a

Abraham, haber estado antes que él y aún vivir, sino sólo alguien que fuese Dios mismo? Las

implicaciones son sacadas de la expresión de Jesús: �antes que Abraham fuera, yo soy� (Jn. 8:58). Su carácter eterno con Dios y como Dios Como Logos, Jesús existe desde la eternidad con Aquel a quien se define como Dios Padre en

el Nuevo Testamento. Así lo define el apóstol Juan al hablar de él en su evangelio 1:1 jEn

ajrch/ h\n oJ lovgo", kai; oJ lovgo" h\n pro;" to;n qeovn, kai; qeo;" h\n oJ lovgo". �En

principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y Dios era el Verbo.� Pero no sólo

estaba con Dios, sino que era Dios mismo. La preposición pro;" cuando está con el

acusativo, siendo este el caso dentro del contexto oracional, tiene el significado de: con, ante,

junto al, junto a, cerca de, frente a, delante de, conmigo, dentro de, etc. Esta significación

nos lleva a la idea de alguien que estaba a la par de, junto a, frente a Dios, lo cual implica su distinción personal, por cuanto estaba junto a, dentro de. Así, entonces, se desprende la necesaria distinción personal del Logos con Dios. Como dije: distinción personal, mas no

natural, pues seguido a ello nos continúa diciendo Juan: �y el Verbo era Dios.� La partícula

h\n es un imperfecto indicativo activo, 3 pers. sing. y tiene la significación de: era, estaba. Juan no sólo dice que estaba con o junto a Dios distinguiéndolos uno del otro en cuanto a

personas sino que implica que ese que estaba junto a Dios es también Dios mismo, identificando a ambos en cuanto a naturaleza divina, pues no había ni hay dos divinidades,

sino una sola naturaleza divina de la cual ambos son partícipes. Eso dice Juan al expresarnos

sus palabras en esos versos. Juan en todo su evangelio nos viene a decir que Jesús es Dios

mismo, quien tiene como propósito revelarnos al Padre en su propia persona, dichos y hechos.

Ese Jesús mostrado en los Evangelios es el Dios mismo hecho carne.

Vislumbres acerca de la concepción Mesiánica en Israel:

Jesús, su persona en la profecía

Lo que se dijo arriba es sólo el cumplimiento de lo que Dios a través de los patriarcas y

profetas había venido diciendo en cuanto a sí a través de Aquél que vendría, siendo enviado

por él: El Mesías prometido, el ungido de Dios, su Cordero que quita el pecado del mundo, la

simiente de la mujer, la simiente de Abraham en quien serían benditas todas las naciones de la

tierra. Ello era justamente su propósito, redimir al mundo perdido en el pecado. Esto nos remonta justamente al Génesis cuando Adán y Eva desobedecen a Dios, perdiendo así, ellos y

su descendencia, toda comunión con Dios. En su misericordia, ya manifestada desde

entonces, el Señor muestra un vislumbre de su plan redentor a través de las palabras dichas a

la serpiente: �pondré enemistad entre ti (la serpiente) y la mujer (Eva), y entre tu simiente

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(los enemigos del pueblo de Dios encarnando al diablo) y la simiente suya (su pueblo Israel, Jesús, la Iglesia); esta (la simiente, Cristo mismo en su muerte y resurrección) te herirá en la

cabeza (una herida mortal), y tú le herirás en el talón (una herida no de muerte)� Gén 3:15. Ello se cristalizó con la herida no de muerte que Satanás propinó �en el talón� a Jesús al

matarlo en la cruz, muerte que resultó en muerte para la propia muerte al resucitar Jesús al

tercer día, dando la bendición de la vida eterna a todo el linaje humano por la fe en él,

propinándole con ello a Satanás una herida en la cabeza, esto es, una herida de muerte. Esto recuerda las palabras del profeta Oseas:

��muerte, yo seré tu muerte, seol, yo seré tu destrucción� Oseas 13:14; cf. 1Cor. 15:55.

También el autor de la Epístola a los hebreos afirma: ��que por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él también participó de lo

mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,

esto es, al diablo, �� (Heb. 2:14). De igual forma los apóstoles, Juan y Pablo, harían alusión respecto a Dios, su Iglesia y Satanás:

�Y el Dios de paz aplastará muy pronto a Satanás bajo vuestros pies. �� (Rom.

16:20); �Entonces el Dragón se llenó de ira contra la mujer y se fue a hacer la guerra

contra el resto de la descendencia de ella, contra los que guardan los mandamientos

de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo� (Apoc. 12:17); �Prendió al Dragón, la

serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, �� (Apoc. 20:2).

Más adelante, nos encontramos a Abraham recibiendo las promesas mesiánicas:

Génesis 12:1-3 �Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra

que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre

y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan

maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.�

Gén. 22:16-18: �Y le dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has

hecho estoy no me has rehusado a tu hijo, tu único hijo, de cierto te bendeciré y

multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la

orilla del mar; tu descendencia se adueñará de las puertas de sus enemigos. En tu

simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi

voz�.

Abraham era depositario de una bendición de carácter personal, nacional y mundial, pues a

través de él vendría la simiente, en quien serían bendecidas todas las familias de la tierra. La

promesa le fue cumplida a partir del nacimiento de Isaac (aunque le nacería antes Ismael, éste no es contado como de quien nacería la simiente, sino a través de Isaac) y extendida en Jacob

de quien le nacería una gran nación: Israel; luego, a través de esta nación nacería la Simiente,

el ungido, Jesús de Nazaret, en quien y por quien serían benditas todas las naciones del mundo, dando salvación y vida eterna.

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Gén. 49:10 �No será quitado el cetro de Judá ni el bastón de mando de entre sus pies,

hasta que llegue Siloh ( hlooyvi ); a él se congregarán los pueblos�. En base a este verso, los judíos esperaron al verdadero dueño del cetro, esto es, el rey que

vendría sobre la casa de Jacob y sometería el mundo. El dueño del cetro era identificado con

el Mesías, el cachorro de León, el fuerte descendiente de la casa de Israel, aquel que en virtud de su autoridad y fuerza los libertaría de sus enemigos. Cf. Núm 24:7,17; Sal. 45:6; Es curioso

cómo el escritor a los hebreos cita el salmo antes mencionado para referirse a Cristo como el

que tiene el cetro y reino de justicia. Así, los judíos veían en el Mesías un rey con un reino

sobre todos los pueblos, incomparable a ninguno en la tierra, preparado para gobernarlos y someterlos bajo su autoridad.

Números 24:7, 17 �De sus manos destilan aguas, y su descendencia tiene agua en

abundancia. Su Rey es más grande que Agag, y su reino es engrandecido�. �Lo veo,

mas no ahora; lo contemplo, mas no de cerca: Saldrá estrella de Jacob, se levantará

cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab y destruirá a todos los hijos de Set�; �De

Jacob saldrá el vencedor y destruirá lo que quede de la ciudad�. El vidente vio al rey prometido, la estrella de Jacob, que gobernaría a los enemigos del pueblo

de Dios, por no decir a todas las naciones, tal como se entiende al final de Gen.49.10. Es impresionante saber que este vidente haya visto a este personaje 1300 años de que naciera,

pues dice: lo veo, mas no ahora, o sea, no en ese instante como realidad histórica existente,

sino como una realidad futura; lo veía telescópicamente en el futuro, y lo confirma al decir: lo

contemplo, mas no de cerca; era obvio, lo separaba de él tan sólo 1300 años aprox. Jesús

también dice que Abraham lo vio y se gozó al ver su día. ¿Vió Abraham a Jesús? Si, según

Jesús, si. Eso sólo pudo haber ocurrido a través de una visión que Dios le mostró en algún

momento de su vida a Abraham. En ambos pasajes Dios predice el surgimiento de un Rey salido de Jacob que gobernaría sobre los enemigos del pueblo de Dios. Los judíos vieron en

los dos pasajes una alusión al Mesías rey, la estrella de Jacob.

Deuteronomio 18:18 �Un profeta como tú les levantaré en medio de sus hermanos;

pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande. 19

Pero a

cualquiera que no oiga las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo le pediré

cuenta�. El autor alude a un enviado de Jehová a quien estaría sujeto todo el pueblo. La tradición

judía vio aquí a un segundo Moisés, identificado muchas veces con el Mesías, Aquél a quien

se esperaban en el futuro, tanto así que Pedro lo declara como algo tan conocido y esperado por los judíos que ahora él lo aplica a Jesús de Nazaret a quien crucificaron: Hch. 3:22-23. A Juan el Bautista le preguntan:

¿Eres tú el profeta? Y respondió: No (Jn. 1:21); Los cinco mil que fueron alimentados por Jesús dijeron:

�Verdaderamente este es el Profeta que había de venir al mundo�. Jn:6:14;

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Juan continúa afirmando la conciencia judía respecto al advenimiento de un profeta-Mesías:

�Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente

este es el Profeta; Otros decían: Este es el Mesías�. Jn. 7:40,41. La unción en Israel:

I Samuel 16:13 �Samuel tomó el cuerno del aceite y lo ungió en medio de sus

hermanos. A partir de aquel día vino sobre David el espíritu de Jehová. Se levantó

luego Samuel y regresó a Ramá.� Al ser ungido, el Espíritu de Jehová venía sobre la persona, en este caso David, lo cual le daba un estatus de consagrado para el Señor y protegido ante el pueblo por el conocimiento de su investidura. David entendió esto, pues le perdonó la vida a Saúl

diciendo:

�Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido

de Jehová: ¡No extenderé mi mano contra él, porque es el ungido de Jehová! (1Sam. 24:6).

Esta es una alusión acerca de la forma en que se ungía a las personas, término que vino a ser

usado para el enviado de Dios, ungido por su Espíritu (Is. 61:1).

1Re. 1:34,39. �Allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre

Israel; vosotros tocaréis la trompeta y gritaréis: ¡Viva el rey Salomón! (34).

�Tomó el sacerdote Sadoc el cuerno del aceite del Tabernáculo y ungió a Salomón;

tocaron la trompeta y gritó todo el pueblo: �¡Viva el rey Salomón!� (39). Se ungía con el aceite sagrado (v.39) del tabernáculo. En esta ocasión Salomón es ungido

como rey de Israel. La unción ponía al ungido en una relación íntima y estrecha con Dios,

quien le investía de fuerza y sabiduría ante sus enemigos, según el Salmo 2:2 ss.

1Reyes 19:15,16. Jehová le dijo: Ve, vuelve por el mismo camino, hacia el desierto

de Damasco. Llegarás y ungirás a Hazael como rey de Siria.

A Jehú hijo de Nimsi lo

ungirás como rey de Israel, y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, lo ungirás como

profeta para que ocupe tu lugar.�

Elías es enviado a ungir a Hazael como rey de Siria, Nimsi como rey de Israel, y a Eliseo

como profeta. Con anterioridad sólo se ungían a los reyes y sacerdotes, pero en el caso

anterior, vemos a Eliseo siendo ungido como profeta de Dios.

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En Lev. 8:12 �Derramó el aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió

para santificarlo�. Esta vendría a ser una alusión al ungimiento de Cristo como Rey y Sumo Sacerdote en su

bautismo. El mismo Jesús se aplica el pasaje de Isaías 61:1-4 luego de su bautismo. Cristo viene a cumplir con la triple función de profeta-sacerdote-rey, así como de Hijo-Siervo de Jehová.

Salmo 2:1-12: �Se levantarán los reyes de la tierra � contra Jehová y su ungido,

�el que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Yo he puesto mi rey

sobre Sión, �Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré por

herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra. Los

quebrantaerás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás.

�Honrad al Hijo, ��.

En el pasaje anterior, David, inspirado por el Espíritu Santo habla acerca del Rey que vendría

y gobernaría a todas las naciones, esto implicaba ser para entonces, la concepción mesiánica.

Todo ello, obviamente, como consecuencia de las promesas dadas a los padres y transmitidas, sea por la transmisión oral o escrita a la comunidad de Israel.

Sal. 45:6 �Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de

tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el

Dios tuyo, ��.

La redacción es de carácter mesiánica, tanto que el autor a los hebreos la cita aplicándola a

Jesús mismo (Heb. 1:8-9). Si bien el poema fue redactado en honor al rey en ocasión de su boda (léase más claramente en la Nueva Versión Internacional), con todo, contenía un

mensaje espiritual escondido y aplicado al Mesías rey. Otro de los pasajes que nos ayuda a definir las funciones del Mesías es la referencia bíblica

que Jehová hace acerca de Ciro, rey de Persia:

Ciro, un Mesías Is. 45:1

Elegido por Dios Is. 45:25 Designado para liberar al pueblo de Dios de la esclavitud y edificar su ciudad Is.

45:11-13. Haría juicio contra los enemigos del pueblo de Dios (cap. 47). Se le da dominio sobre las naciones Is. 45:1-3 En todas las cosas que realiza, el verdadero autor es Dios mismo Is. 45:1-7

Lo que se dice de Ciro como ungido de Dios, demuestra lo que los judíos entendían acerca del

concepto Mesías. Aquí sólo se hace una aplicación de carácter secular y militar respecto al

individuo que sería instrumento de Dios para liberar a su pueblo. Pero lo que hay tras el concepto es lo que nos interesa para saber lo que los hebreos tenían en mente al hablar del

Mesías.

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Alfred Edersheim, un judío experto en las tradiciones y literatura de su pueblo, profesor de

Septuaginta en la Universidad de Oxford en la segunda mitad de 1800, escribe en su primer tomo �La vida y los tiempos de Jesús el Mesías� una sección titulada ¿Qué Mesías esperaban los judíos? En ella, el autor arroja riquísimos datos acerca del conocimiento y entendimiento

de los judíos tanto veterotestamentarios y postnovotestamentarios sobre la persona del Mesías. Todo Israel, en su nacionalismo excesivo, esperaba la restauración y gloria nacional,

alimentada en la fe en el Mesías prometido, antes que la salvación del mundo; todo lo

demás tan sólo eran medios para alcanzar esa meta; aun el propio Mesías era el gran

instrumento para esa meta. La concepción rabínica acerca del Mesías no era de �una luz para las naciones�, la

salvación de la humanidad y el cumplimiento definitivo de la misión de Israel, sino,

que éste vendrá a regir con vara de hierro sobre sus enemigos, salvando sólo a Israel e

instaurando el reino de Dios sobre Jerusalén. Cuando se estudie la vida y enseñanza

de Jesús, se verá que Jesús no es el Mesías esperado por los judíos, sino alguien con

otro ideario, opuesto a las expectativas del rabinismo del pueblo de Israel.

La concepción soteriológica de los judíos acerca del Mesías difiere mucho de lo que el Nuevo Testamento plantea respecto a la necesidad de un Mesías Salvador de los pecados, pues

si bien es cierto tenían el concepto de pecado, este no estaba fundamentado como

consecuencia directa de la caída de Adán, sino como personales, pues decían dice Edersheim que el mal deseo había sido creado por Dios mismo,

quien al ver las consecuencias se arrepintió de haberlo hecho. Como bien sigue

diciendo el citado autor, esto da un carácter totalmente distinto al pecado, con lo cual no se puede culpar al

hombre. Se creía también que está en el poder de cada uno el vencer al pecado y

ganar la vida por medio del estudio y las obras, y como en el Sinaí se habían desprendido de la inclinación al mal (Yetser ha-ra),

habiendo algunos completamente justos, entonces, apenas quedan restos de ninguna consecuencia moral por la caída de Adán que valga la pena considerar.

Al no ser sentida la necesidad de liberación del pecado, se puede comprender que la

tradición rabínica no hallará lugar para el oficio sacerdotal del Mesías, y que incluso

sus pretensiones o derechos a ser el profeta de su pueblo estén totalmente eclipsadas

por su aparición como Rey y Libertador. En resumen, cuando hablaban de la salvación, hablaban de la salvación del pueblo, no para el

mundo, el cual sería subyugado y quebrantado con vara de hierro por el Mesías. Hay pasajes

como Isaías 53 que son interpretados de esa manera. Es el Mesías sufriente y dispuesto a

cargar sobre sí y morir vicariamente pero por Israel, tanto por los vivos, los muertos y los que aún no han nacido, y que como resultado de ello, se de la reconciliación entre Dios e Israel y

Satanás siendo echado al infierno.

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Los judíos y su Mesías, paradoja de perdición y bendición.

Pasajes como Gen. 49:10; Núm. 24:7,17; Salm. 45:6 demuestran que la concepción del

reino mesiánico es más elevado que cualquier reino terrenal, y por consiguiente, lo es también su Rey. El Mesías es puesto en un nivel supra humano, casi divino, aunque estaba ausente la idea de dos naturalezas.

El Mesías es considerado algo semejante a un ángel, superior a cualquier mortal

ordinario, al nivel que era difícil distinguirlo de la divinidad. Eso sería el motivo por

el cual muchos creyeron en Jesús al ver las maravillas sobre humanas hechas por él, no

siendo difícil aceptarle, pues ello encajaba con su concepción respecto al Mesías,

excepto, para otros, su mensaje. El culmen del pensamiento es presentado en Isaías 9:6,7, donde el Mesías es

básicamente Dios mismo. Fue la razón por la cual, los enemigos de Jesús lo querían

apedrear, pues su cristología, implicaba la divinización del Mesías: �por buena obra

no te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces

Dios�(Jn. 10:33). Era lo que Jesús justamente había querido decir: �Yo y el Padre

uno somos� (Jn. 10:30), ��El que me ha visto a mi ha visto al Padre� (Jn.14:9). Es el Hijo de David, que viene al tiempo conocido sólo por el Padre, Es el Rey justo enseñado por Dios, Es el Cristo del Señor, Es el puro de pecados, lo cual lo califica para reinar sobre su pueblo y desterrar a los

pecadores del mundo, la bendición del Señor está sobre Él. Siendo invencible, no por fuerza exterior, sino en su Dios, puede traer a su pueblo las

bendiciones de restauración de las posesiones de las tribus, y de justicia, para hacer pedazos a sus enemigos, no por armas externas, sino por la palabra de su boca.

Purifica a Jerusalén, y juzga las naciones que no se sujeten a su gobierno ni contemplen y reconozcan su gloria; este no es un reinado terrenal, ni se trata de un rey terrenal, sino un reino y un rey venido de arriba.

Algunos pseudoepígrafos como el Libro de Henoc manifiestan su reinado. La paradoja consiste que con todo y tener un alto concepto acerca del Mesías, cuando éste

llega y se manifiesta no lo reconocen ni le aceptan, sino que le matan, en cumplimiento de la Escritura en la cual tanto confiaban, en cambio, para los gentiles, a quienes nunca se les había

anunciado el advenimiento de un Salvador, al escuchar de él le creen, siendo salvos. Así la desgracia judaica fue nuestra salvación y su negación su perdición (Rom. 9-11).

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Mesianismo en la literatura extrabíblica.

En esta sección transcribiré algunas porciones de tres libros pseudoepigráficos o extrabílicos

en que los judíos plasman su esperanza mesiánica y su concepción respecto al mismo1. El

transcribirlos tiene como propósito saborear el pensamiento judío respecto a su esperanza mesiánica en sus propios escritos. Libro 1 De Henoc 45:3-6: �32 ... En ese día se sentará el Elegido en el trono de gloria y

escogerá entre sus obras, y sus lechos no tendrán número; sus almas se fortalecerán en ellos

cuando vean en mi Elegido y a los que invocan mi nombre santo y glorioso. 4 En ese día

asentaré entre ellos a mi Elegido y transformaré el cielo, volviéndolo bendición y luz eterna.

5 Transformaré la tierra, haciéndola bendición, y asentaré en ella a mis elegidos, pero los que

cometen pecado y extravío no la pisarán. 6 Pues yo he mirado y saciado de paz a mis justos

y los he asentado junto a mí; pero está cerca ante mí el juicio de los pecadores para

eliminarlos de la faz de la tierra�.3

Libro 1 De Henoc 46:1-6: �1 Allí vi al que posee el «Principio de días», cuya cabeza es

blanca como lana, y con él vi a otro cuyo rostro es como apariencia humana, mas lleno de

gracia, como uno de los santos ángeles. 2 Pregunté a uno de los santos ángeles, que iba

conmigo y me mostraba todos los secretos, acerca de aquel Hijo del hombre, quién era, de

dónde venía y por qué iba con el «Principio de días». 3 Me respondió así: Este es el hijo

del hombre, de quien era la justicia y la justicia moraba con él. El revelará todos los

secretos de los oculto, pues el Señor de los espíritus lo ha elegido, y es aquel cuya suerte es

superior a todos eternamente por su rectitud ante el Señor de los espíritus. 4 Este Hijo del

hombre que has visto levantará a los reyes y poderosos de sus lechos y a los fuertes de sus

asientos, aflojará las bridas de los poderosos y destrozará los dientes de los pecadores.

5 Echará a los reyes de sus tronos y reinos, porque no lo exaltan ni alaban, ni dan gracias

porque se les ha dado el reino. 6 Humillará el rostro de los poderosos y los llenará de

vergüenza: la tiniebla será su morada; gusanos, su lecho; y no tendrán esperanza de

levantarse de él, porque no exaltan el nombre del Señor de los espíritus�.4

Libro 1 De Henoc 48: ��2 En aquel momento fue nombrado aquel Hijo del hombre ante el

Señor de los espíritus, y su nombre ante el «principio de días». 3 Antes de que se creara el

sol y las constelaciones, antes de que se hiciesen los astros del cielo, su nombre fue evocado

ante el Señor de los espíritus. 4 El servirá de báculo a los justos para que en él se apoyen y

no caigan; él es la luz de los pueblos, y él será esperanza de los que sufren en sus corazones.

5 Caerán y se prosternarán ante él todos los que moran sobre la tierra y bendecirán,

alabarán y cantarán el nombre del Señor de los espíritus. 6 Por eso fue elegido y escogido

junto a él antes de crearse el mundo y por la eternidad. �� 5

1 Todo el contenido del material fue pensado y redactado para uso interno de la Iglesia de Cristo. 2 Distíngase estos numerales del numeral de nota de pie de página. Estos numerales indican el versículo del

texto de Henoc o del cuarto de Esdras.. 3 Apócrifos del Antiguo Testamento Tomo IV, A. Diez Macho, Ediciones Cristiandad 1984. Esta obra es catalogada como unas de los mejores traducciones críticas realizadas hasta la fecha. 4 Ibid 5 Ibid

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Libro 1 De Henoc 49:1-4: �1 La sabiduría ha sido derramada como agua, y la gloria no se

agota ante él jamás. 2 Pues es fuerte en todos los arcanos de justicia, y la iniquidad, como

tiniebla, se disipará sin quedarle entidad, pues se ha levantado el Elegido ante el Señor de los

espíritus; su gloria es para toda la eternidad, y su fuerza, para todas las generaciones. 3 En

él moran el espíritu de sabiduría, el espíritu de entendimiento, el de enseñanza y fuerza, y el

espíritu de los que han fallecido en la justicia. 4 El gobierna los arcanos, y no hay quien

pueda decir ante él palabra vana, pues es el Elegido del Señor de los espíritus como él ha

querido�.6

Lo encontrado en estas secciones refuerza la idea que los judíos tenían acerca del Mesías.

Estos capítulos son parte de una sección del Libro 1 De Henoc llamada: Libro de las

Revelaciones y Parábolas, tradicionalmente datadas entre el 94-64 a.C., pese a que algunos la consideren obra cristiana. Sin embargo, sus argumentos no tienen mucho peso ante los argumentos de los también expertos tradicionalistas. En el Libro de las Revelaciones y Parábolas, se presenta al Mesías como:

1. Un ser preexistente (48:2 ss; 62:7). 2. Esperando la hora de su manifestación junto al Anciano de Días, y en consecuencia

preexistente, con Dios (46:1,2). 3. Es el receptáculo de todos los dones divinos y en él habitan los espíritus de sabiduría,

fuerza y justicia (49:3; 52:3,6 etc). 4. Vindicador de los justos ante los pecadores (39:7; 48:4; 51:5 etc). 5. Juez de todo:

Sentado en el trono de su gloria (55:4), juzgando a ángeles (69:27) juzgando humanos (61:8-13).

6. Destrozará los dientes de los pecadores (gentiles) 46:3

4Esdras 12: 32-34

32

Este es el viento que el Altissimo há reseruado à la sin contra el los, y sus impias

fraudes; el qual los arguyrá, y echará sobre ellos sus robos. 33

Porque el los hará venir biuos à juyzio, y des TÔ los aya Fõ XHÔFLGR� los castigará. 34

Porque el librará la resta de mi Pueblo losque por los trabajos aurán escapado hasta mrs

terminos: y el los alegrará hasta que YHÔJD el vltimo dia del juyzio, del qual yo te hablé àl

principio. 7 El libro de la Sabiduria comunmente dicho, de Salomon. 10

Porque agradó à Dios, fue amado deel; y biuiendo entre peccadores fue

trasladado. 11

Fue arrebatado porque la maldad no mudasse su entendimiento, ò el engaño

engañásse su anima. 12

Porque el encantamento de la maldad escurece lo bueno: y la inconstancia de la

concupiscencia peruierte elsentido sin malicia.

6 Ibid 7 Sagrada Biblia, traducción de Casiodoro de Reina 1569.

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10

13 Fenecido en breue, cumplio luengos tiempos:

14 Porque su anima era agradable à Dios, por loqual se appressuró à sacarlo de

medio de la maldad. 15

Mas los pueblos viendo lo, no lo entendieron, ni pusieron tal cosa enel

pensamiento, auer gracia y misericordia para cõ sus sanctos, y visitacion para sus

escogidos. 16

Mas el justo muerto condennará à los impios biuos, y la mocedad presto fenecida

la luenga vejez del impio. 17

Porque verán la muerte del sabio: mas que aya Dios determinado deel, ò como lo

aya conseruado en saluo, no entenderán. 18

Verlohan, y menospreciarlohan, mas Dios los escarnece à ellos. 19

Y despues deesto serán en verguença y confusion eterna entre los muertos: porque

el los rõperá cabeça à baxo sinque puedan hablar, y desde los fundamentos los

trastornará, y parasiempre serán assolados: y serán en dolor, y la memoria deellos

perecerá. 20

Ellos se tornarán assombrados conel pensamiento de sus peccados: y sus iniquidades

testifi caran contra ellos. 8 De igual modo podemos ver en estas secciones una esperanza y conciencia respecto al Mesías,

el rey sufriente, trayendo venganza sobre sus enemigos, los pecadores.

8 Sagrada Biblia, traducción de Casiodoro de Reina 1569.

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Mesianismo en los Profetas:

Isaías 7:14-16 �Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará

a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta

que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. Porque antes que el niño sepa

desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será

abandonada�. La alta crítica, en base al contexto en que se encuentra este pasaje y su mensaje, cuestiona su proyección mesiánica. La paz, la estabilidad y la permanencia de la dinastía davídica estaba siendo amenazada por los reyes de Israel y Siria9 (éstos se habían aliado para detener el avance de los Asirios; corría

el año 735 a.C.), ante lo cual Dios, a través del profeta Isaías anuncia que Judá no sería

tomada, antes bien, sus enemigos serían destruidos; sólo que Judá debía creer en las

promesas de Dios (verso 9: �Si vosotros no creéis, de cierto no permaneceréis�). Acaz tenía

que pedir una señal a Jehová porque Dios se lo estaba mandando, (el cumplimiento de la señal

implicaría que la promesa del Señor también se cumpliría) pero él no lo hace, siendo Dios

mismo, entonces, quien le da la señal expresándola en los versos arriba mencionados. Pero,

¿cuál virgen? ¿de qué niño habla, del niño Jesús? ¿Se refería literalmente al niño Mesías? Si se lee con detenimiento, el cumplimiento de la señal implicaba algunas cosas:

1. La señal debía cumplirse en tiempos del rey Acaz para que éste supiese que la promesa de Dios, en cuanto a la perdurabilidad de su reino y la destrucción de sus enemigos,

era un hecho. 2. Acaz tuvo que haber conocido a la joven que habría de tener al niño de la señal, pues

de otro modo ¿cómo iba a saber qué niño era éste?. 3. El tiempo implicado para la distinción entre el bien y el mal por parte del niño

implicaba un tiempo relativamente cercano. 4. En el 8:1-4 hay mejor luz respecto a quién sería el niño y la mujer y su relación

profética respecto a la destrucción de Damasco (Siria) y Samaria (Efraín, el reino del

Norte). Me dijo Jehová: Toma una tabla y escribe en ella con caracteres legibles

tocante a Maher-salalhasbaz. Y junté por testigos fieles al sacerdote Urías y a

sacarías hijo de Jeberequías. Me llegué a la porfetsa, la cual concibió y dio a luz un

hijo. Y , me dijo Jehová: «Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz. Porque antes que

el niño sepa decir �padre mío� y �madre mía� será quitada la riqueza de Damasco y

los despojos de Samaria delante del rey de Asiria » (Is. 8:1-4). 5. La mujer es la esposa de Isaías 8:3 6. El niño es el hijo de la profetisa, esposa de Isaías, y éste, su padre. Recordemos que

en el capítulo 7:3 Isaías va con su hijo Sear-jasub a recibir al rey Acaz, lo cual indica

9 Tiglat-pileser III, rey de Asiria (Llamado Pul, pues así se hizo inscribir en el 727 a.C. en la lista de los reyes de

babilonia luego que la hubo tomado) avanzaba en sus ansias de expansión imperial. Los reyes de Siria e Israel

(Efraín) junto con otros reinos, formaron una coalición, para defenderse de Asiria. Estos tuvieron que haberle pedido ayuda a Acaz, quien al no aceptar se convirtió en su enemigo, subiendo así contra Jerusalén para atacarla

(2Reyes 16:5) y poner a otro en su lugar que pudiera servir a sus propósitos (Isaías 7:6). Acaz pidió ayuda al rey

de Asiria, convirtiéndose en tributario de éste. Fue en este contexto en que el profeta enuncia su oráculo que en

su contexto tendría su rápido cumplimiento, pero que desde el contexto o perspectiva mesiánica o línea

trascendental tendría su cumplimiento en el nacimiento de Jesús de Nazaret, 700 años más tarde.

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que ya era casado con la profetisa de quien tuvo otro niño el cual sería el niño de la

profecía y promesa de preservación de Judá. 7. Obviamente Isaías pertenecía a la clase aristocrática, teniendo influencia en la misma

corte del rey, obsérvese por ejemplo 7:3-17; 39:3; 37:2-4. Su influencia se debía,

también, por el hecho de ser profeta, pues el rango profético era altamente respetado

por el pueblo y por los reyes, pues eran los oráculos o voz viva de Dios, los hombres a

través de quienes se comunicaba con el pueblo. Ello era razón suficiente para la implicación lógica de que el rey Acaz conociese a la joven y al niño como para saber

la autenticidad del mensaje de Dios a través de Isaías: �Por tanto, el Señor mismo os

dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre

Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo

bueno. Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra

de los dos reyes que tú temes será abandonada� (Is. 7:14-16). �Porque antes que el

niño sepa decir �padre mío� y �madre mía�, será quitada la riqueza de Damasco y

los despojos de Samaria delante del rey de Asiria� (Is. 8:4). 8. El nombre del niño era de carácter profético, pues tiene la misma significación del

mensaje que se le manda a escribir a Isaías con caracteres legibles: Maher-salalhasbaz: �muy pronto llegarán saqueo y destrucción�, pero para Damasco y Efraín. Así que el

nombre del niño encerraba un mensaje de esperanza para Judá, por cuanto Samaria y

Siria serían destruidos. Ambos naciones serían saqueadas y destruidas por Asiria.

Aunque si bien es cierto, la idea de saqueo y destrucción eran para sus dos enemigos, también se ha de aplicar a Judá en un futuro relativamente cercano por cuanto había

depositado su esperanza no en Dios, sino en Tiglat-pileser, rey de Asiria (Cf. 8:6-8,11-22).

9. Con anterioridad, en Is. 7:3 Dios había enviado a Isaías junto con su hijo Sear-jasub a encontrar al rey Acaz. La presencia del hijo de Isaías en este encuentro era

significativa por el mensaje de esperanza que también encerraba el nombre del

muchacho en cuanto a la permanencia del reino de Judá en base a la promesa davídica,

pues también en este caso, el nombre del muchacho significa: �un resto volverá�. No

importaba cuánto sufriera el pueblo ni las circunstancias adversas que experimentara, con todo, Dios cumpliría su promesa de preservación sobre la casa de David.

10. Es de importancia notar las palabras de Isaías respecto de sus hijos: �He aquí que yo y

los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, �� (Is. 8:18). 11. El acontecimiento sería pronto, antes que el niño sepa decir �padre mío� y �madre

mía�. Todo indica que las palabras de Dios respecto al niño nacido de la virgen habían de cumplirse en días de Acaz. Es muy dudoso que Acaz estuviese consciente que la promesa tuviese acentuación trascendental aplicativa a un Mesías Salvador. La exégesis nos enseña que un

pasaje debe primeramente entenderse en el sentido en que la entendió su receptor y con el

propósito primario con que el autor lo redactó. Una vez que hemos entendido cuál era el

mensaje primario, podemos entonces, hacer aplicaciones o incluso interpretar por extensión tal

cual lo hicieron los escritores novotestamentarios. Esa es la razón por la que leemos a Mateo muy confiado en lo que escribe en cuanto a la aplicación mesiánica del pasaje antes

mencionado, pues, siendo judío y conociendo las promesas de Dios y su forma de hablar

respecto a las mismas desde el Antiguo Testamento, él aplica con toda confianza los pasajes a los acontecimientos en torno al nacimiento y vida de Jesús, vea por ejemplo Mat. 1:23.

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Hemos de tener en cuenta que las promesas de Dios son de aplicación primaria, contextual,

referente a un futuro cercano al individuo o comunidad a quien se dirige; Pero también las

promesas son también de carácter extensivo, trascendental y muchas veces escatológica, y

dejadas para un futuro lejano a la persona o comunidad a quien se dirige en sentido primario, como por ejemplo la aplicación extensivo-trascendental de la promesa dada a David respecto al hijo que habría de nacerle, quien tendría un reino de naturaleza eterna, o el caso de la

promesa Gén. 22:16-18: �En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por

cuanto obedeciste a mi voz�. Es pues, desde la perspectiva trascendental y, a través de la pluma de entendimiento aplicativo

de los redactores novotestamentarios, como nosotros podemos también entender con toda

libertad y naturalidad el significado de aquellos pasajes que en su momento tuvieron un significado distinto al nuestro, pero que en el fondo iban cargados de promesas de significación salvífica universal. El mismo principio aplicaremos para los demás versos que

estaremos estudiando. Para Mateo, un judío fuertemente cargado de la esperanza mesiánica, quien habiendo

conocido de Jesús todo lo referente a su nacimiento y visto todos sus portentos, y siendo

inspirado por el Espíritu Santo, vio en Jesús de Nazaret el niño nacido de la joven virgen

María al Mesías Rey, Aquel en quien la profecía se había cumplido. Con la fe en Jesús

como Mesías que dista un poco, por no decir mucho, de la fe del judío ordinario, no

cristiano, respecto al enviado de Dios, identifica en éste a Dios mismo; siendo engendrado

por el Espíritu Santo, es Dios en esencia, el mismo Dios con nosotros aquí en la tierra,

revestido de naturaleza humana, y por cuanto divino, Dios mismo, y por cuanto humano, humano: el Hijo del Hombre. La imagen acústica Emanuel, conlleva la imagen mental del

que está al par o entre una pluralidad. Nuestro sustantivo Emanuel, en su original, tal como

se traduce, es una expresión compuesta por algunas partículas: lae WnM[wi Immanuel (M[=con; Wn= sufijo pronominal de la primera del plural; lae= Dios), en su conjunto tiene la significación

de: Dios con nosotros. Ese alguien según la significación del sustantivo es Dios mismo. Es

interesante la afirmación hecha indirectamente por Jesús respecto de sí: �Y todos serán

enseñados por Dios� (Jn. 6:45). Los judíos tuvieron el privilegio de ver y palpar personalmente al Mesías, siendo enseñados por él; Aquel por quien tanto anhelaban ser enseñados vino a ellos, a los suyos, más no le recibieron, siendo esa su desgracia y nuestra

bendición. Es en esta fe narrada en los evangelios por la que la iglesia vendría a tener su razón de ser, su

existencia, su trascendencia a través del tiempo y el espacio. Sólo la fe en Aquel que se

humanó, aquel por y para quien los cielos y todo cuanto en ellos existe fue creado, ha hecho posible el milagro de la salvación, el retorno de las almas a su Dios, la purificación de las

mismas para su coexistencia eterna, inmortal con Aquel que descendió, vivió y vive con

nosotros: Jesús, el Dios con nosotros. Es quien también ha hecho posible por su promesa de permanencia entre nosotros que hoy podemos reunirnos llenos de fe y esperanza en humilde adoración, pero grande exaltación a su Nombre; Es por su constancia al par de cada uno de

nosotros y su Iglesia que hemos podido estar en pie y de rodillas, firmes en la esperanza puesta en nuestros corazones de estar en las esferas celestiales con él. Otro de los pasajes en el que la Iglesia ha visto la plenitud divina del Mesías en identificación

con la persona de Jesús de Nazaret ha sido:

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Isaías 9:6-7 «Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y el principado

sobre su hombro. Se llamará su nombre �Admirable consejero�, �Dios fuerte�,

�Padre eterno�, �Príncipe de paz�. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán

límite sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en

juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos

hará esto». El acontecimiento sería pronto, antes que el niño sepa decir �padre mío� y

�madre mía�. Este pasaje es un tanto oscuro desde la perspectiva histórica. Desde la perspectiva mesiánica,

para nosotros, como para la Iglesia del primer siglo ha sido fácil entenderlo, pero ¿sería

realmente el sentido primario con que lo dijo el profeta en su estado de conciencia? o ¿en un

estado de inconciencia o éxtasis profético, lo dijo para un futuro en aplicación al Mesías?. Es muy posible que como en el pasaje anterior, sucediese lo mismo. Una elocución la cual

tuviese dos perspectivas, una contemporánea al profeta y los individuos históricos que le

rodeaban y una telescópica, hacia una persona y futuro de carácter mesiánicos. Por ejemplo,

es interesante notar la conjunción adversativa con que inicia el capítulo donde se encuentra la

sección que consideramos (mas, sin embargo, a pesar de todo). La sección completa está

marcada por la oposición de idea entre lo dicho al final del capítulo 8 respecto a Judá e Israel,

particularmente a Israel (Reino del Norte), y lo dicho a continuación en esta primera parte del capítulo nueve. El final del capítulo ocho anuncia la caída de Israel, lo cual ocurrió en el 722 por manos del

rey de Asiria. Sin embargo, seguidamente y en oposición a ello se anuncia la llegada de

gloria para la región de Zabulón y Neftalí, esto es, Galilea, antigua región de Israel del Norte.

Ello indica que los dos capítulos están estrechamente ligados, y el nueve no es sino

consecuencia del ocho. Tomando en cuenta que el verso uno del capítulo nueve, es el final

del capítulo ocho en la Biblia hebrea, esto apoya más la conexión de ideas entre ambos

capítulos, como también la razón del capítulo nueve. En el capítulo nueve se nos habla que un niño les ha nacido, hijo les ha sido dado. Ello podría

ser una alusión al niño de quien se habla en el capítulo ocho, hijo de Isaías y de la profetiza,

envuelto en significado profético. No sería extraño que aquí se refiriese al mismo niño desde

una perspectiva profética en cuanto tipo del verdadero Hijo que nacería, esto es, el Mesías

Rey, el Hijo de Dios. Hay que tomar en cuenta la significación profética en el que está

envuelto tanto la persona y el nombre de los hijos de Isaías.

Este material aún no está concluido. Ruego a Dios terminar lo que falta del mismo. Sinceramente en

Cristo, su hermano y amigo: Guillermo A. Domínguez.

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parqevno" qugatevre"

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oujk ejkleivyei a[rcwn ejx Iouda kai; hJgouvmeno"

No disminuirá (acabará) el principado de Judá y el que dirige, guiador

ejk twn mhrwn aujtou, e{w" a]n e[lqh/ ta;

De entre El muslo, la fuerza de este, entre tanto que venga la

ajpokeivmena aujtw/, kai; aujto;" prosdokiva ejqnwn.

La guardada, la que esta guardada de este, y el mismo expectación, que esperaba (n),

de los gentiles, naciones, gentes