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LA PRESENCIA EN LA VIDA COTIDIANA Parte 1
DOSSIER 26
05 de septiembre de 2018
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ÍNDICE
Utilidad del dossier
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1. Introducción
2. La presencia
3. Despertar del sueño
4. Retos para esta semana
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UTILIDAD DEL DOSSIER
Cada semana, recibirás un dossier que resume los contenidos impartidos
en la sesión para que puedas completar tus apuntes.
Además, de este modo, no hará falta que tomes apuntes si no lo deseas.
Para algunas personas tomar apuntes facilita aprender, para otras persones
les dificulta seguir la clase. Sabiendo que recibirás el resumen de la sesión,
podrás decidir si tomas muchos o pocos apuntes en clase: ¡siempre lo
tendrás todo!
Sin embargo el dossier no sustituye la sesión, porque en la sesión hay cosas
que se cuentan y no pueden plasmarse por escrito. A veces lo que se dice
es menos importante que el lugar desde donde se dice y eso es difícil de
captar por escrito. Recuerda que la asistencia a la clase en directo o en
diferido es el 80% del resultado del mismo.
También te invitamos a hacer preguntas sobre el tema tratado en la sesión
usando el espacio que hay para preguntas que encontrarás en la pestaña
“Acceso Alumnado” de www.universidaddevida.online.
Te rogamos que solamente hagas preguntas sobre el tema y no consultas
privadas: no es un consultorio personal y eso bloquearía tanto a Daniel
como a Sergi. Las preguntas contestadas se enviarán los lunes en un boletín
de dudas donde aparecerán las respuestas de forma anónima: así podrás
preguntar libremente y, además, podrás disfrutar de las respuestas que se
den sobre el tema a otras compañeras o compañeros del curso.
¡Ah! Una última cosa: no dudes en proponer temas para que sean
abordados en el curso si crees que hay un aspecto que te interesa o en el
que quieres profundizar. ¿Te parece?
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1. INTRODUCCIÓN
¡Bienvenido, bienvenida!
Después de un período de descanso bien merecido, Sergi, yo y todo el
equipo, volvemos con las pilas cargadas y con muchas ganas de seguir
aprendiendo, gozando y compartiendo con todos vosotros.
Además, queríamos enseñaros todas las novedades que hemos incluido en
la página web a lo lago del verano. Estamos creando un Netflix del
conocimiento, útil e intuitivo: www.universidaddevida.online
Como veréis, hemos añadido un buscador por temática, por autor o por
fecha. Así será mucho más fácil encontrar las sesiones. En la parte superior,
también veréis otras pestañas muy útiles que os animamos a descubrir por
vosotros mismos/as.
Antes de empezar, me gustaría haceros una última recomendación. Si este
septiembre habéis vuelto al trabajo con algo de desánimo, pereza o tristeza,
os sugiero dos cosas:
Por un lado, volver a ver la sesión número 13, Trabajo laboral y realización
espiritual. ¿Por qué? Porque el trabajo es un lugar de autoconocimiento
para vivir con mayor conciencia. Ese desánimo nos puede indicar que quizás
la forma como vivimos lo laboral no sea la más adecuada para nosotros/as,
es decir, que no vamos al trabajo desde el lugar interno que nos permitiría
crecer o que, simplemente, es conveniente plantearnos un cambio laboral.
Pero, en ningún caso, podemos normalizar en nuestra vida la asociación del
trabajo y el sufrimiento.
Por otro lado, os invito a despolarizaros. Buscad la razón por la cuál
aceptasteis ese empleo y por la que queréis seguir estando en él, aportando
y construyendo desde vuestro puesto de trabajo. Si no encontráis ningún
motivo de peso, plantearos la necesidad de buscar activamente un nuevo
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empleo: sabréis que el actual es pasajero y lo llevaréis con mucha más
alegría.
Pero si encontráis el motivo profundo que os hace seguir en el trabajo
laboral actual, os será fácil situaros laboralmente en el amor y en el servicio.
Por ello, os ruego que escribáis vuestro propio motivo. Preguntaros: ¿por
qué quiero seguir en el trabajo labora actual? ¿qué quiero vivir desde él?
Y, sin más dilación, ¡empezamos con el tema de esta semana!
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2. LA PRESENCIA
Como os comentamos en el correo electrónico, a partir de ahora vamos a
abordar un mismo tema durante dos semanas seguidas. Así tendréis más
tiempo para profundizar y, además, desde dos perspectivas distintas. ¡Todo
un lujo!
Empezamos este nuevo enfoque con el tema de la presencia: lo iniciamos
hoy y seguiremos profundizando la semana que viene. De este modo,
ahondaremos en él durante quince días seguidos.
Antes de iniciar el resumen de la sesión, quiero remarcar que abordar el
tema de la presencia no es algo anecdótico o puntual. En absoluto.
Se trata de un tema fundamental, pues o Yo estoy presente en mi Vida o
no hay nadie en ella que la viva. Si no hay un Yo presente, no hay
crecimiento posible de nada, ni de nadie. Es decir, o Yo estoy presente en
mi Vida o mi Vida será pura mecanicidad.
Del mismo modo que podemos olvidar el hecho de llevar un reloj o una
camisa al cabo del rato de estar usándola, cuando nos focalizamos en la
intención de percibirnos, en un cierto momento existe un riesgo muy
elevado de que dejemos de percibirnos, que nuestra atención deje de darse
cuenta de lo que captaba.
¿Por qué? Pues porque aquello que está continuamente en nuestra
atención, pasa a no ser percibido si no se renueva la atención de forma
consciente y continuada.
Para evitar que este efecto de auto-olvido llegue a nuestra vida interior, os
voy a proponer una serie de ejercicios concretos y prácticos.
Pero antes de hacerlo, me gustaría continuar profundizado en el tema con
la siguiente pregunta: ¿cómo defino la presencia?
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Para mí, la presencia es recordarme, acordarme de mí en todo momento y
lugar. Es decir, no poner toda la atención solo y únicamente en el exterior,
sino reservar una parte de mi atención hacia mí, para darme cuenta de mí
mismo/a como el Yo que está percibiendo a la par que dándome cuenta del
mundo circundante.
Es decir, estoy presente en mi vida, cuando Yo me acuerdo de mí. Esto es
lo que llamamos ‘recuerdo de si’, un darme cuenta del Yo que está aquí.
Por ejemplo, ahora que estáis leyendo este dossier, os invito a daros cuenta
de que sois vosotros quienes estáis leyendo, quienes estáis captando el
significado de las palabras: poned atención en esa parte vuestra que puede
darse cuenta de estar aquí comprendiendo. No os fundáis solamente con lo
que leéis, poned atención en el Yo que comprende lo que se lee. No pongáis
toda la atención en lo que ahora estáis leyendo, sino dedicad una parte de
vuestra atención en percibiros a vosotros/as como lectores/as.
Otra forma de explicarlo es decir que se trata de poner la atención en un
punto más atrás del donde habitualmente miramos la realidad. Una forma
de hacerlo es partiendo de lo físico, de nuestro cuerpo.
Por ejemplo:
¿Podemos percibir el volumen de nuestro cuerpo, dándonos cuenta que
ocupamos ese espacio físico pero que no somos el cuerpo sino quien se da
cuenta de habitarlo?
¿Podemos poner la atención en ese cuerpo dándonos cuenta de no serlo
sino de ser la atención que lo manda?
La presencia nos anima a prestarnos atención a nosotros/as mismos/as,
en lugar de centrarnos únicamente en lo externo. Y no se trata de creer
que lo externo no sea importante... ¡pero en mi vida lo realmente
importante soy yo, puesto que es lo que nunca cambia! ¿Os dais cuenta que
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todo pasa pero que vuestra conciencia o “espacio del darse cuenta”
siempre está ahí? ¡Pues pongamos atención en eso y entraremos en lo más
profundo de nosotros!
Otra forma de vivir la presencia es poner la atención en MI, dándome
cuenta que este Yo es precisamente ese espacio que percibe, ese espacio
donde suceden las cosas, que yo soy la conciencia como tal: una conciencia,
espacio o escenario que percibe el mundo y a sí misma, un espacio: yo soy
el espacio donde todo se produce y es consciente de sí mismo.
Es un darse cuenta de nuestra propia atención. Es decir, poner la atención
en la atención misma. No me fusiono con lo que veo, sino que me percibo
como un espacio de conciencia donde todo sucede. Yo soy el espacio, la
totalidad.
Una tercera forma de acceder a la presencia, es dándonos cuenta que de lo
más profundo de nosotros surge la Vida o aliento vital que nos da existencia
y energía. Focalicemos nuestra atención en ese Aliento Vital, en esa Fuerza
que nos da la Vida. Se trata de percibir que esa Fuerza y Yo soy la misma
realidad: no son realidades diferentes, sino la misma y única realidad
expresándose en formas diferentes. Sería entrar en presencia tomando
contacto con la divinidad entendida como Energía, como Aliento Vital,
como la Fuerza misma de la Vida.
Una cuarta manera, muy relacionada con la anterior, es desde la acción:
actuar y poner la atención en el punto donde veo que la Energía se expresa
a través de mí. Así entramos en presencia igual que en el punto anterior:
soy esa Energía expresándose.
Otra vía es el meditar, el callar, permaneciendo atento/a al espacio que
emerge cuando yo callo. Curiosamente, las personas lo denominan ‘el
silencio’. Pero, en realidad, es un espacio que grita interpelándonos y que
nos invita escuchar a la Vida, a la Verdad. Se trata de callar y poner atención
en la Vida misma expresándose a grito pelado.
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Una sexta manera de estar en presencia es percibir el vínculo que tengo
con otra persona, e intentar conectarme como la fuente que genera ese
amor, dándome cuenta que mi amor surge de mi interior, pero que, a su
vez, tiene el origen en el Amor mismo. Por lo tanto, en este punto intento
vincularme a ese Amor que es el origen de todo amor.
Otra forma es percibir la palma de nuestras manos y de nuestros pies,
constatando que somos nosotros quiénes estamos percibiéndolos, es decir,
dándonos cuenta que una cosa son las manos y los pies y otra el Yo que
percibe. En este punto, ponemos la atención en lo realmente importante:
quien percibe. Para muchas personas esta es una forma muy sencilla de
entrar en presencia.
También podemos intuir e intentar mantener la conciencia de que nosotros
somos una pieza de un puzle inmenso, dándonos cuenta de nosotros y de
la totalidad, al mismo tiempo. Si mantenemos la atención en esta Realidad
Total que nos contiene iremos entrando, poco a poco, en una presencia
intensamente profunda. Será relativamente fácil pasar de una presencia
superficial o inicial, a una presencia mucho más sólida y profunda.
Son formas distintas que existen para entrar en presencia y según la
profundidad con la que conectemos entraremos en niveles distintos; es
decir, una vez que estamos presentes podemos estar cada vez más
intensamente presentes hasta hacernos uno con la Energía-Amor-
Comprensión que somos aquí, ahora y siempre. A medida que
profundizamos, descubrimos más quienes sí Somos realmente y, a la vez,
somos cada vez más la Vida y menos “nosotros”.
La presencia, por lo tanto, es la puerta que nos lleva a nuestra Esencia
entendida como lo que siempre es, ha estado y estará presente. O dicho
de otra forma, la presencia nos hace llegar a la Conciencia y esta, cuanto
más profundamente la habitemos, más nos llevará a intensos niveles de
conexión con la Realidad.
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Pero reitero: la presencia es solo la puerta, el primer paso. Tras la presencia
se vislumbra una escalera maravillosa que nos lleva a la parte más alta y
más profunda de nuestra verdadera esencia: la Divinidad que nos da el
Aliento Vital y que está presente en Todo y en Todos.
En este punto de la sesión, una persona del chat preguntó cómo saber si
realmente estamos o no en presencia. Pues bien, si en nuestra conciencia
no hay fusión con lo que está ocurriendo fuera, estamos en presencia.
Podemos estar en un grado más pequeño, o mayor, pero estaremos en
presencia. Otra manera es comprobar si los problemas o el estrés nos
comen, o si no hay un espacio entre lo que ocurre y uno/a mismo/a, en ese
caso, no estamos en presencia.
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3. DESPERTAR DEL SUEÑO
Lo que necesitamos es despertar de la fusión con la realidad, volver a
vivirnos como un Yo consciente y despierto. ¿Para qué? Pues para
recuperar al Yo que, en teoría, está viviendo. Para dejar de estar fundido
con lo que nos ocurre y dar importancia a lo que siempre está presente en
nuestra vida: el Yo.
Una vía para hacerlo es plantearnos actividades o actitudes que nos lleven
a romper la rutina y, como consecuencia, a dejar de identificarnos con el
nombre y el rol que creemos ser. Así, aprendemos a descubrir que hay un
Ser realmente Real que existe al margen de nuestro nombre o de lo que
creemos ser. Así empezamos a desidentificarnos con lo que no somos. Lo
importante es aquello real que se expresa y no las etiquetas que le hemos
puesto. El Yo es real, lo que pensemos de él solo son ideas. El trabajo
interior no se basa tanto en añadir contenidos nuevos, como en dejar caer
falsas identificaciones.
Para facilitar ese despertar, esta semana os voy a proponer una serie de
ejercicios que tienen la intención de romper nuestra rutina y, como
consciencia, romper la imagen mecánica o personaje con el que solemos
estar identificados.
No es necesario hacerlos todos, pero tampoco os sugiero que hagáis
solamente uno: existe el riesgo que se invisibilice cuando vuestra atención
lo lleve percibiendo sostenidamente un período largo de tiempo.
Lo que os sugiero es que tengáis un “menú de presencia” semanal; es decir,
que cada día de la semana apliquéis una herramienta diferente: así
evitaremos que se invisibilice.
Mirad, igual que un menú nutricionalmente equilibrado busca que
comamos alimentos variados a lo largo de la semana, también os animo a
tener una herramienta distinta para cada día. Aunque podemos repetir la
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misma un par de días diferentes, es muy útil cambiar la herramienta del día
anterior por otra diferente y, a la vez, tener marcado la que usaremos cada
día: así no improvisamos.
Por ejemplo, los lunes usaremos tal herramienta, los martes tal otra y así
sucesivamente: esto nos da orden y, a la vez, variedad. De esta manera es
más difícil auto-olvidarse o dejar de percibirse.
Os pido que esta semana trabajéis así, pues si vamos cambiando de ejercicio
impediremos que nos acostumbremos a un único ejercicio o técnica y,
consecuentemente, nos durmamos al dejar de percibirlo.
He aquí una breve lista que os puede inspirar:
a. El ejercicio del lavabo. Lo hicimos en el curso Aula Interior: al
salir del baño, procuraremos percibir la palma de nuestras
manos y la planta de los pies. Tras ello, intentaremos darnos
cuenta de nosotros mismos/as, como de lo que se da cuenta
de las manos y pies, el que percibe... E intentaremos mantener
esa conciencia de ser quien percibe tanto tiempo como sea
posible.
b. Delante del espejo. En cualquier espejo donde nos veamos
reflejados/as, nos miraremos a los ojos y nos preguntaremos
sin palabras, desde un silencio profundo: “¿quién soy yo?”
Intentamos darnos cuenta de quiénes somos, para descubrir
quién somos verdaderamente. No busquéis una respuesta
construida con palabras, sino una comprensión íntima y real
más allá de las mismas.
c. Anillos o reloj. Otra opción es usar un anillo o un reloj (mucho
mejor si son algo incómodos), de manera que los percibiremos
bastantes veces a lo largo del día y nos recordarán la
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importancia de estar presentes. Al percibirlos, pondremos la
atención en mí: estoy aquí, soy este espacio de comprensión.
d. Ducharte a oscuras. Si tenéis ocasión, ducharos o id al lavabo
a oscuras, como ejercicio para recordaros que estáis en el aquí
y el ahora. Aunque no sois el cuerpo, usad el cuerpo y su
fisiología para volver a vuestra presencia.
e. Variad la dieta. Otra propuesta es, durante algunos días,
cambiar ciertos aspectos de vuestra dieta: incluir algún plato
en especial, cambiar el desayuno, el azúcar, etc. Convertid el
comer en un espacio de conciencia de un yo que interacciona
consciente con el entorno.
f. Tener una palabra prohibida. Durante un día, podemos probar
a tener una palabra prohibida. Os sugiero una de estas tres
palabras: “No”, “Yo”, “Sí”. Al vigilar lo que decimos, esto nos
obligará a estar presentes. Si la palabra escogida es “Yo”,
tendemos a no hablar de nosotros e iremos desmontando
nuestra importancia personal...
g. Otra forma de despertar es ir a un lugar donde no iríamos
normalmente, como por ejemplo un museo, un restaurante, a
ver una película que no veríamos normalmente, etc. También
podemos probar a ir al trabajo, a casa o al súper por un camino
diferente al que normalmente tomaríamos. Se trata de hacer
algo no habitual para facilitar que lo vivamos con mayor
conciencia mientras nos damos cuenta de ser Yo quien lo vive
y percibe. Recuerda: lo importante es el Yo que se da cuenta,
no lo que sucede pues las circunstancias y las situaciones
cambian, pero el Yo siempre está presente.
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h. Unir con esparadrapo dos dedos. Así, al tener pequeñas
dificultades continuas para realizar tareas habituales como
fregar los platos, cepillarnos los dientes, escribir... nos
acordaremos de volver a estar presentes.
i. Un día a la semana, dejar el móvil en casa. Cada vez que
pensemos en el móvil, nos plantearemos volver a atendernos
a nosotros y a darnos cuenta que Somos al margen de lo que
tengamos o usemos. Volveremos la atención hacia nosotros
gracias a que ella irá hacia el móvil que echará en falta.
j. No querer hacer las cosas perfectas. Simplemente,
centrarnos en hacerlas lo mejor que podamos, renunciando a
la perfección y al resultado final.
Durante la clase, al explicar esta última propuesta, os leí un
fragmento del libro “Enamórate del lugar en el que estás”, de Jeff
Foster publicado por la Editorial Sirio.
Os lo transcribo a continuación:
Olvídate de la perfección
Olvídate de intentar hacerlo “bien” todo el tiempo.
Estás aquí para hacerlo lo mejor que puedas; para caer de
bruces y levantarte de nuevo; para volver a caer; para meter la
pata hasta el fondo; para fallar más allá de lo increíble; para
que se rían de ti, te ridiculicen e incluso te crucifiquen, y para
perder lo que pensabas que era tuyo.
Y estás aquí para abrazar el caos de todo ello, para morir en el
sueño y despertar a la realidad de todo ello, para amar la
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perfecta imperfección de todo ello, para abrir tu corazón de par
en par a todo ello; para seguir viviendo tu verdad a pesar de
todo, para encontrarte con cada momento sagrado sin miedo,
con los ojos abiertos.
No puedes hacerlo “bien”, y por eso tampoco puedes hacerlo
“mal”, y hay un campo más allá de ambas cosas...
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4. RETOS PARA ESTA SEMANA
Durante esta semana, os pido que incorporéis una de las herramientas de
presencia de las que hemos hablado a cada uno de los días de esta agenda
semanal. Por ejemplo: llevar un anillo los lunes, cambiar de dieta los
martes, no mencionar la palabra “yo” los miércoles, ducharme e ir al baño
a oscuras los jueves, etc.
Las herramientas que situaréis en el calendario semanal pueden ser algunas
de las que os he sugerido u otras que creáis os serán útiles, pero os animo
a hacerlo y...¡a mantenerlo!
¿Os parece?
Y la semana que viene veremos el enfoque que Sergi dará al tema y nos
enriqueceremos mucho más para seguir profundizando.
He aquí la agenda para rellenar: puedes pegarla en la nevera o en lugar que
la tengas a la vista, quizás eso te sea de ayuda.
¡Adelante!
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LUNES
MARTES
MIÉRCOLES
JUEVES
VIERNES
SÁBADO
DOMINGO