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FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LAS EDUCACIÓN UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Trabajo Fin de Grado LA PRIMAVERA ÁRABE: EL DESPERTAR DE LOS PUEBLOS SOMETIDOS Alumno/a: Ortiz Aranda, María Teresa Tutor/a: Prof. Dña. Gómez Fernández, Ana Belén Dpto.: Antropología, Geografía e Historia Junio, 2016

LA PRIMAVERA ÁRABE: EL DESPERTAR DE LOS PUEBLOS …tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/3347/1/Ortiz_Aranda_MaraTeresa_TFG... · Resaltar, en cuanto a la bibliografía más utilizada

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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Trabajo Fin de Grado

LA PRIMAVERA ÁRABE: EL DESPERTAR DE LOS PUEBLOS SOMETIDOS

Alumno/a: Ortiz Aranda, María Teresa Tutor/a: Prof. Dña. Gómez Fernández, Ana Belén Dpto.: Antropología, Geografía e Historia

Junio, 2016

1

ÍNDICE

I. RESUMEN .......................................................................................................................... 3

II. INTRODUCCIÓN, JUSTIFICACIÓN Y METODOLOGÍA .......................................................... 4

III. DEMOCRACIA Y EL MUNDO ÁRABE ................................................................................. 10

IV. INTRODUCCIÓN A LAS REVUELTAS ................................................................................. 19

V. LA REVOLUCIÓN DE LA DIGNIDAD: TÚNEZ ...................................................................... 30

VI. EL DÍA DE LA IRA: EGIPTO ................................................................................................ 45

VII. LIBIA. UN FUTURO INCIERTO ........................................................................................... 56

VIII. CONCLUSIONES ............................................................................................................... 70

IX. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 76

X. ANEXO. CRONOLOGÍA GENERAL SOBRE LAS REVUELTAS ÁRABES ................................. 80

2

« En la primera línea de batalla, algunos jóvenes, conscientes de que se jugaban

la vida, gritaron “Yo muero hoy”, no porque desearan la muerte o el martirio, sino

porque en su balanza de preferencias pudieron más la dignidad, la certeza de que no

había marcha atrás, el deseo del cambio, que el miedo ».

Olga Rodríguez.

3

I. RESUMEN

Las revueltas árabes que comenzaron a finales de 2010 y se desarrollaron,

profundamente, desde principios de 2011 fueron el resultado de largos años de sumisión

de la población árabe, la cual, despojándose del miedo, abrió los ojos y comenzó una

lucha contra los tiranos que los oprimían.

De esta forma, se produjo un efecto contagio y, comenzando por Túnez, las

revueltas se fueron expandiendo rápidamente hacía los demás países árabes. Mediante

estas protestas, se llevó a cabo el desmantelamiento de regímenes políticos que

gobernaban desde hacía más de cuarenta años, como Ben Ali en Túnez, Mubarak en

Egipto y Gadafi en Libia.

Así, se inició la apertura a la democratización de sus sistemas políticos, tratándose

de un proceso de transición hacia la democracia que nos permite hablar de una cuarta ola

de democratización y que, evidentemente, no dará sus frutos a corto plazo.

Palabras clave: Mundo árabe, Primavera Árabe, Regímenes autoritarios,

Democratización.

ABSTRAC

The Arab riots which took place at the end of 2010 and developed, deeply, from

beginnings of 2011 were the result of many years of submission of the Arab population,

who getting rid of their fears, opened their eyes and began a fight against tyrants that

oppressed them.

In this way, the riots that started in Tunisia were quickly spread to the rest of Arabic

countries. It was thanks to these demonstrations that the political regimes, which had been

governing for 40 years, were forced from power, for instance: Ben Ali in Tunisia,

Mubarak in Egypt and Gadafi in Libya.

Thus, the democratization of their political systems began, being a transition process

towards democracy that allow us to talk about a fourth wave of democratization and

which, obviously, will not yield results in a short-term.

Key words: Arab world, Arab Spring, Authoritarian regimes, Democratization.

4

II. INTRODUCCIÓN, JUSTIFICACIÓN Y METODOLOGÍA

El presente trabajo pretende realizar un estudio acerca de los acontecimientos que se

han llevado a cabo en el transcurrir de las revoluciones que dieron lugar a lo que se ha

denominado “Primavera Árabe”, así como del proceso de democratización que se

desencadenó con las mismas.

Con dicho estudio, hemos pretendido resaltar, apoyándonos en diferentes fuentes

bibliográficas, la importancia que dichos acontecimientos han tenido en esta parte del

mundo, en lo referente al avance democrático y al relativo triunfo de la consecución de

derechos humanos y, en definitiva, extraer una serie de consecuencias políticas,

económicas y sociales -positivas o negativas- de esta serie de aconteceres.

Igualmente, hemos pretendido llamar la atención sobre una cuestión de vital

importancia como es la posibilidad de establecer la democracia en el mundo árabe, tema

muy debatido en la actualidad, como tendremos la oportunidad de analizar más adelante.

Además, hemos tratado de perseguir la idea de demostrar cómo, a pesar de haberse

llevado a cabo cambios significativos en las estructuras económicas, sociales y políticas

de los países partícipes de las revoluciones árabes, aún queda mucho camino por recorrer,

camino que no goza de ser fácil debido a las malas condiciones de vida, el desempleo, la

falta de oportunidades, la corrupción, la represión, u otros problemas a los que se

enfrentan estos países como el yihadismo o las milicias armadas.

El objeto de estudio para la realización de este Trabajo de Fin de Grado responde a

motivaciones personales, relacionadas estas con mis estudios académicos. El motivo que

aviva mi inquietud surge a partir de cursar diversas asignaturas en donde se ha tratado el

devenir contemporáneo y actual del mundo árabe. Desde mi punto de vista, el mundo

árabe, tan cercano, geográficamente hablando, resulta en ocasiones, ser muy desconocido,

desconocimiento que puede derivar en un sentimiento de desconfianza o miedo hacia todo

aquello relacionado con el mundo árabe. Por otro lado, resulta muy interesante estudiar

la importancia que estas oleadas revolucionarias han tenido y ver como las tensiones, que

venían de lejos, acabaron por romper una estructura muy rígida que se autosostenía a

través de cualquier medio, ya fuese represivo o incluso, por así decirlo, criminal. En otras

palabras, lo que realmente me llama la atención es como la población árabe, tras perder

el miedo, desencadenaron un efecto contagio en aquellas zonas del mundo donde más

rígidos eran los sistemas de contención de las protestas, desembocando todo esto en el

5

derrocamiento de los autócratas en un período de tiempo realmente corto. Como expone

Olga Rodríguez, se trató de una “toma de conciencia de sí mismo como ciudadano y no

como súbdito”1, un buen punto de partida.

Los objetivos principales que nos hemos planteado en esta propuesta temática han

sido exponer, de la forma más asequible posible, los sucesivos acontecimientos que

tuvieron lugar, desde el inicio de las revueltas a finales de diciembre de 2010 hasta el

derrocamiento de los tiranos a principios de 2011, en diversas regiones del mundo árabe,

de la forma más ordenada posible y atendiendo sobre todo a los aspectos políticos para

exponer el desmantelamiento de los regímenes arraigados desde antaño y su cambio, en

un proceso dificultoso, hacia regímenes más próximos a la democracia.

Igualmente, añadir que a lo largo de este trabajo se ha hecho referencia al “mundo

árabe” en numerosas ocasiones. Habitualmente, con este término, se alude al grupo de

países cuya lengua es el árabe. Sin embargo, podemos considerar que esta concepción cae

en una simplificación que puede ser resuelta con la siguiente definición de “mundo

árabe”: “conjunto de países cuya lengua principal es el árabe, su tradición, historia y

cultura deriva de la influencia árabe islámica, la mayoría de sus habitantes profesan la

fe musulmana, y una gran parte de su población, es de etnia árabe o de origen semita,

excepción hecha, por su especificidad, de los bereberes del norte de África que, a pesar

de conservar su identidad y tradiciones, han recibido una fuerte influencia árabe, los

egipcios, que no pueden considerarse semitas pero, cuya historia, desde la aparición del

Islam, ha estado intrínsecamente vinculada a ellos y los kurdos, de origen indoeuropeo,

que, a pesar de ser musulmanes, han mantenido una identidad, idioma, cultura y

tradición propias muy diferenciadas pero habitan en partes de su territorio sin haber

logrado el reconocimiento a su individualidad”.2

En términos geográficos, “el mundo árabe se extiende desde el Sahara Occidental,

en el oeste, hasta Omán, en su punto más oriental, abarcando por tanto, la franja Norte

de África con el desierto del Sahara como límite meridional y toda la Península Arábiga

hasta Anatolia o Turquía en su límite más septentrional. Dicho de otro modo, el mundo

árabe englobaría el Magreb o poniente, y el Mashreq o levante”.3

1 Rodríguez, Olga. Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe. Barcelona: Debate, 2012, p. 14. 2 Shawki, Yashmina. El despertar árabe, ¿sueño o pesadilla?: claves históricas, ideológicas y sociales. Santiago de Compostela (La Coruña): Universidad Santiago de Compostela, 2013, p. 34-35. 3 Ídem, p. 35.

6

Ilustración 1 MAPA DE PAÍSES INTEGRANTES DEL MUNDO ÁRABE

Oriente próximo o Mashreq

Egipto

Magreb o Norte de África

Fuente mapa: Time-Rime: http://timerime.com/es/linea_de_tiempo/748291/Revoltes+als+pasos+rabs/

Fuente leyenda: Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 36.

Por otro lado, añadir que sería un error por nuestra parte, vincular a los árabes con

la fe musulmana o viceversa. Por lo tanto, hemos intentado excluir para dicho trabajo la

denominación de “mundo islámico”, debido a que hay importantes comunidades árabes

que no profesan la fe musulmana y no todos los musulmanes son árabes. Así,

consideramos que es preciso apoyarnos teóricamente en una definición de dicho

concepto: “lo correcto sería pues, definir, al mundo islámico como el conjunto de países

en los que la religión musulmana es la fe de la mayoría de la población, sea o no de

origen semita”.4

4 Ídem, p. 37.

7

Ilustración 2 MAPA DE EXTENSIÓN DEL MUNDO ISLÁMICO

Fuente mapa: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Islam_by_country.svg Fuente leyenda: Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 37.

Para elaborar este trabajo, hemos decidido centrarnos en los casos en los que se

ha llevado a cabo el descabezamiento del régimen autoritario, comenzando por Túnez, en

donde la autoinmolación pública de Tareq al Tayid Mohamed Bouazizi actuó de

catalizador para que las poblaciones magrebíes y árabes se enfrentasen al sistema que los

mantenía atados a la sumisión. Posteriormente, hacemos un recorrido por los

acontecimientos acaecidos en Egipto, donde las revueltas tuvieron una influencia directa

de las ya desarrolladas en Túnez, caracterizadas por una rápida expansión y una gran

intensidad. Seguidamente, nos centramos en el caso de Libia, donde Gadafi inició una

guerra como alternativa ante el miedo de verse derrocado al igual que sus vecinos. Añadir

que en ningún momento hemos pretendido minimizar la importancia de los demás países

cooperadores en este proceso, ya que para nosotros, todos y cada uno de ellos, de una

manera u otra, han tenido el mismo peso.

Así, a lo largo de este trabajo veremos los cambios políticos, económicos y

sociales que han conocido las diversas áreas estudiadas y que han sido clave para el inicio

de un proceso democratizador, aun partiendo de la situación más difícil y desestructurada

Sunnitas

Chiítas

Ibadíes

8

posible, la cual reside en la existencia de una privatización extrema de derechos y

libertades fundamentales, corrupción, desigualdades económicas y, en general, unas

condiciones de vida muy duras que acabaron por vencer todo temor existente ante la lucha

social de estas poblaciones, en la cual, la juventud y las nuevas tecnologías han jugado

un papel muy significativo.

Para este estudio, nos hemos fundamentado en el análisis bibliográfico de

informes, artículos científicos, libros, revistas científicas y publicaciones en prensa, que

demuestran la importancia de esta temática, método que ha asentado teóricamente dicho

estudio.

Para ello, hemos utilizado diferentes buscadores como Dialnet o google

académico, y hemos usado el catálogo de la biblioteca de la Universidad de Jaén. Sin

embargo, al no poseer suficiente bibliografía acerca de la temática elegida,

frecuentemente hemos tenido que recurrir al catálogo colectivo del préstamo CBUA.

Resaltar, en cuanto a la bibliografía más utilizada Informe sobre las revueltas árabes:

Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria, de Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio

Álvarez-Ossorio, siendo utilizados los capítulos dedicados a Túnez, Egipto y Libia,

fundamentalmente, así como una cronología que nos ha servido de base para la

realización del anexo que se adjunta en este trabajo. Igualmente, me gustaría resaltar El

año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos, de Lluís Bassets,

el cual, a parte de ayudarnos a comprender el proceso revolucionario tunecino, egipcio y

libio, nos ha servido para apoyarnos en sus fundamentos a la hora de establecer unas

conclusiones. En cuanto a prensa, hemos utilizado tanto publicaciones internacionales,

como Le Mondé Diplomatique, y nacionales, como El País. En cuanto a revistas

científicas podemos destacar El Viejo Topo, Revista CIDOB d’afers internacionals o la

Revista de Estudios Políticos, entre otras.

El presente trabajo se estructura en siete apartados sin incluir resumen,

introducción, justificación, metodología y bibliografía. Por un lado, hemos querido

realizar una introducción denominada “democracia y el mundo árabe” para tratar la

cuestión de la democratización en esta parte del mundo, así como para mostrar las

propiedades símiles y disímiles entre los objetos que comparamos: países occidentales y

países árabes. Por otro lado, en el apartado “introducción a las revueltas” hemos

pretendido llevar a cabo un análisis sobre los aspectos generales y comunes que esta

oleada de revueltas presenta en los diferentes países: causas, exigencias de la población,

9

el papel de las nuevas tecnologías, etc., para pasar directamente a tratar los casos de

Túnez, Egipto y Libia, y poner fin con unas conclusiones del tema desarrollado. Por

último se adjunta un anexo sobre una cronología básica del proceso revolucionario.

10

III. DEMOCRACIA Y EL MUNDO ÁRABE

A lo largo de los últimos siglos se han dado diversos momentos en los que se ha

debatido constantemente el significado o el proceder de la democracia, momentos en los

que los gobiernos llevan a cabo reformas políticas, económicas y sociales con el fin de

satisfacer las exigencias democráticas reclamadas por los movimientos sociales. Cuando

esto sucede de forma simultánea en diversos países, en forma de contagio o cadena,

asistimos a una oleada democrática. Como veremos, con los levantamientos populares

que dieron lugar a lo que conocemos como Primavera Árabe se abre el debate de si nos

enfrentamos o no a una cuarta ola de democratización y de si las sociedades árabes son

compatibles con los sistemas democráticos occidentales.5

Para tratar de entender estos procesos hacia la democracia en el mundo árabe

consideramos que es preciso tratar de definir algunos conceptos básicos como

democracia, democratización o liberalización. Para ello, y antes de nada, decir que, el uso

moderno del concepto “democracia” procede de las revueltas revolucionarias de la

sociedad occidental a finales del siglo XVIII. Ya a mediados del siglo XX van naciendo

significados generales del debate que gira en torno al significado de dicho concepto.6

Apoyándonos en Joseph Schumpeter, tal y como lo hace Huntington7, podemos

considerar que un sistema político es democrático cuando la mayoría de los que toman

las decisiones colectivas del poder son seleccionados a través de limpias, honestas y

periódicas elecciones, en la que los candidatos compiten libremente por los votos y en las

que toda la población adulta tiene derecho a votar.

Por lo tanto, la democracia abarcaría dos dimensiones: competencia y participación,

lo que explica la existencia de libertades civiles y políticas (libertad de expresión8,

5 Markoff, John. Olas de democracia: movimientos sociales y cambio político. Madrid: Tecnos, D.L. 1998. p. 11-12. 6 Huntington, Samuel P. La Tercera Ola. La democratización a finales del siglo XX. Barcelona: Paidós, 2002. p. 10. 7 Huntington alude al estudio de Joseph Schumpeter en Capitalism, Socialism and Democracy (1942), donde el autor procede a resolver las deficiencias de lo que se conoce como la “teoría clásica de la democracia”, la cual define la democracia en términos de “la voluntad del pueblo y el bien común”. Schumpeter así establece lo que él denomina “otra teoría de la democracia”, la cual fundamenta que el “método democrático es el acuerdo institucional para llegar a las decisiones políticas, en el que los individuos ejercitan el poder de decidir por medio de una lucha competitiva mediante el voto del pueblo”. Ídem, p. 20. 8 La libertad de expresión es la capacidad de manifestar la opinión sobre cualquier tema y es considerada como una de las libertades más importantes por su carácter instrumental ya que es el vehículo que permite ejercer otras libertades, determinando los diferentes regímenes políticos. Pérez B, Carmelo; García M,

11

libertad de prensa, libertad de reunión o asociación, etc.).9 Es importante tener siempre

presente que la democracia está ligada a la libertad individual y colectiva siendo esta

considerada como un componente o virtud esencial de la democracia. Por ejemplo, un

rasgo característico de esta supuesta libertad es el hecho de que las democracias también

proporcionan canales de expresión aceptados para la libertad de discrepancia y de la

oposición dentro del sistema.10 Añadir que, las libertades públicas son mutables,

considerando el momento histórico y las características de la sociedad en cuestión. Por lo

tanto, se conciben además como la traducción del orden jurídico debido a que cada cultura

estima los derechos individuales y colectivos de una manera u otra, resultando diversas

concepciones del significado de libertad.11 La democracia es una virtud pública, no

solamente la única, y la relación entre la democracia y las demás virtudes puede ser

comprendida solamente si se distingue claramente de las otras características de los

sistemas políticos. 12

En resumen, una democracia es un sistema político que garantiza a los ciudadanos un

cierto grado de derechos y libertades, tanto civiles como políticas.13

Además, podemos incorporar el concepto de estabilidad o institucionalización a la

definición de democracia, aludiendo al grado en el que se puede esperar que perdure un

sistema político y, generalmente, la democracia contribuye a ello debido, en cierto modo,

a que en un sistema democrático en donde un gobierno ha llegado al poder mediante unas

elecciones la resistencia a las oleadas revolucionarias es más fuerte que en los regímenes

autoritarios. 14

Así, podemos establecer que: “Una ola de democratización es un conjunto de

transiciones de un régimen no democrático a otro democrático, que ocurren en un

determinado período de tiempo y que superan significativamente a las transiciones en

dirección opuesta durante ese mismo período. Una ola también implica habitualmente la

Javier. “Las libertades públicas en Túnez tras las revueltas de 2011”. Revista CIDOB d’afers Internacionals, Nº. 109, 2015. p. 70. 9 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 20. 10 Ídem p. 38-39. 11 Pérez B; García M, “Las libertades públicas…” op. cit., p. 70. 12 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 23. 13 Pérez B; García M, “Las libertades públicas…” op. cit., p. 70. 14 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 23/39.

12

liberalización o la democratización parcial en sistemas políticos que no se convierten

por completo en democráticos”. 15

Podemos decir que una ola de transición democrática se trata de una serie de

complejos procesos políticos donde se ven implicados una gran variedad de grupos que

luchan por el poder y por el establecimiento de sistemas democráticos, además de por

otros objetivos.16 Los países realizan sus transiciones hacia la democracia de diferentes

maneras pero, a pesar de todas las diferencias existentes, las olas de transformaciones y

reemplazos comparten una serie de características. Por ejemplo, las democracias surgidas

de la tercera ola de democratización17 se hicieron por medio de negociaciones,

compromisos, acuerdos, manifestaciones, campañas y elecciones, ya que las democracias

operan mediante elecciones y estas también son una forma de poner punto y final a los

regímenes autoritarios. Las elecciones son, por lo tanto, un vehículo de

democratización.18

Cuando aludimos al proceso electoral como motor hacia la democracia tenemos

que añadir que en el mundo árabe no se reconoce a la persona como individuo, sino que

solo se reconoce al clan, tribu o familia. Por consiguiente, el reconocimiento del individuo

como persona que tiene derecho de reivindicación no se entiende como tal. Por lo tanto,

la base de la democracia, a partir del desarrollo de unas elecciones libres y limpias donde

el pueblo elige a un representante para que gobierne durante un período de tiempo

determinado, puede ponerse en cuestión.19 Además cabe resaltar que “la transparencia y

la rendición de cuentas por parte de los responsables políticos serán cuestiones de

especial importancia en el proceso de transición y consolidación de regímenes

democráticos”.20

15 Ídem, p. 26 16 Ídem, p. 117 17Huntington expone que la primera ola de democratización tiene sus raíces en las revoluciones norteamericanas y francesa en el siglo XIX y que la primera contraola se establece, en este caso, con el retorno de formas tradicionales de gobiernos autoritarios o el surgimiento de totalitarismos, estableciendo la fecha en 1922. La segunda ola de democratización abarca el período que va de 1943 a 1962 y coincide con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, con la instauración de instituciones democráticas en países como Alemania o Italia, alcanzando a varios países de América Latina. Esta segunda ola se vio interrumpida por la segunda contraola, marcada por los golpes de estado y revoluciones en países del Tercer Mundo de 1958 a 1975. La tercera ola tiene lugar tras la dictadura portuguesa en 1974, en donde diversos países europeos, asiáticos y latinoamericanos dieron paso a sistemas democráticos. Ídem, p. 27-36. 18 Ídem, p. 153-154. 19 Ben J, Tahar. La primavera árabe: el despertar de la dignidad. Madrid: Alianza Editorial, 2011, p. 38. 20 Szmolka, Inmaculada. “Factores desencadenantes y procesos de cambio político en el mundo árabe”. Documentos CIDOB. Mediterráneo y Oriente Medio, nº 19, 2012, p. 6.

13

Por otro lado, sería preciso aludir al concepto de democratización, ya que

adentrándonos en este proceso centramos nuestra atención en el cambio de régimen que

se produce y no a la existencia del régimen que había establecido. Por lo tanto, podemos

decir que la democratización implica avanzar desde el final del régimen no democrático21

al establecimiento de un sistema democrático y posteriormente la consolidación del

mismo22. De esta manera se procede a una progresiva liberalización que consiste en la

apertura parcial de un sistema autoritario sin que se elijan líderes gubernamentales a

través de unas elecciones libremente competitivas. Liberalizar un régimen autoritario

puede consistir en liberar presos políticos, atenuar la censura, permitir elecciones para

puestos que tiene escaso poder, permitir alguna expresión de la sociedad civil, etc., es

decir, establecer una serie de pautas que faciliten el camino a la democracia.23

Los países, en el desarrollo y consolidación de sus nuevos sistemas políticos

democráticos, se enfrentan a tres tipos de problemas24:

1) Problemas de transición. Derivados directamente del fenómeno del cambio de

régimen autoritario al democrático. Los problemas se basan en el establecimiento

de nuevos sistemas constitucionales y electorales, deshacerse de aquellos

miembros partícipes del sistema no democrático del que formaban parte y su

reemplazo por otros afines al ideal democrático, abolir o cambiar de manera

radical instituciones propias del anterior gobierno, etc.

2) Problemas contextuales. Se derivan de la naturaleza de la sociedad, su economía,

su cultura y su historia, y, en cierto sentido, son endémicos del país, cualquiera

que sea su forma de gobierno. Estos problemas, mayoritariamente económicos,

son difíciles de paliar y, por lo tanto, no son resueltos por los gobernantes

autoritarios ni por los gobernantes democráticos, como por ejemplo las

desigualdades socioeconómicas, la pobreza, la deuda externa, los bajos niveles de

crecimiento económico, etc.

21 Para los países árabes en cuestión hablaríamos de regímenes autoritarios, cuya caracterización puede ser la “existencia de un único líder o un pequeño grupo de líderes, ningún partido o un partido débil, ninguna movilización de masas, no posee una ideología clara, gobierno limitado, pluralismo limitado y no responsable”. Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 44. 22 Ídem. 23 Ídem p. 22. 24 Ídem p. 190-192

14

3) Problemas sistémicos. Los encontramos cuando las democracias se consolidan y

derivan del funcionamiento del sistema democrático. Los sistemas políticos

autoritarios sufren problemas derivados de su propia naturaleza, como una

excesiva concentración del poder de decisión. Otros problemas son por ejemplo

que el sistema democrático llegue a un punto muerto en donde encuentre una

imposibilidad de tomar decisiones, la debilidad ante la demagogia, el control por

parte de intereses económicos parciales, etc.

En 1990, aproximadamente dos tercios de los países del mundo no tenían regímenes

democráticos. Entre estos países, que se dividen en cuatro categorías geoculturales25

encontramos a los países islámicos, que se extienden desde Marruecos hasta Indonesia,

los cuales, a excepción de Turquía y Paquistán, tuvieron regímenes no democráticos,

aunque unos pocos parecieron liberalizarse en 1990. De hecho, antes de las revueltas

árabes que tuvieron comienzo en diciembre de 2010 en diversos países islámicos, nos

encontramos con claros regímenes autoritarios que, atendiendo a la clasificación de

regímenes árabes que lleva a cabo Inmaculada Szmolka26, podemos diferenciar los

siguientes:

1) Democracias defectivas iliberales. Líbano e Irak son dos claros ejemplos,

considerados democráticos solo en el plano formal-institucional. Poseen un

elevado grado de pluralismo y competencia política que ha llevado a la existencia

de oposición. Todo esto es debido a la celebración de elecciones, separación de

poderes y gracias al diseño de un sistema político acorde al carácter multiétnico.

Sin embargo, el nivel de gobernabilidad y gobernanza y el grado de derechos y

libertades han dejado que desear.

2) Regímenes de autoritarismo pluralista cuasicompetitivo y cuasilibre. En esta

tipología Marruecos y Kuwait ocupan el papel central. Ambos experimentaron ya

desde 1990 cierto grado de liberalización, sin embargo, el régimen impone una

serie de límites y el ejercicio de derecho y libertades tampoco ha alcanzado, como

en el caso anterior, niveles que puedan considerarse como democráticos.

25 Las características geoculturales que se establecen son los regímenes marxistas-leninistas, países africanos del sub-Sahara, países islámicos y países de Asia oriental. Ídem, p. 263-280. 26 Szmolka, “Factores desencadenantes…,”op. cit., p. 4-5.

15

3) Regímenes de autoritarismo hegemónico restrictivo. Encontramos países como

Egipto, Túnez, Argelia, Mauritania, Jordania, Bahréin o Yemen, en donde la

liberalización tampoco ha dado su fruto y en donde se da la existencia de una

limitada competencia y el uso de elecciones para la formación de mayorías

parlamentarias que den su apoyo al Gobierno, dándose una restricción de los

derechos civiles.

4) Regímenes de autoritarismo cerrado: Son característicos países como Libia o

Siria, donde no se da la existencia de ningún rasgo democrático. Es decir, no son

partícipes del pluralismo, de elecciones, ni de llevar a cabo el ejercicio de derechos

y libertades.

A todo esto podemos añadir que, en el mundo árabe, los presidentes apoyan su

comportamiento de monarcas absolutos en la fuerza, la corrupción y el chantaje. Actúan

a modo de dictadores imponiéndose en el país, con o sin el consentimiento popular,

instaurando una especie de “democracia formal”27 de cara al mundo occidental.

En estos países, tanto los obstáculos como las fuerzas favorables a la democratización

pueden dividirse en tres amplias categorías:

1) Ámbito político. Un obstáculo muy significativo es la ausencia de experiencia

democrática. Tenemos que tener en cuenta que ningún líder islámico ha tenido

reputación como defensor de la democracia mientras estuvo en el poder, algo en

lo que haremos hincapié en el aspecto cultural.

2) Ámbito económico. Las relaciones entre los fenómenos sociales, económicos y

políticos son más fuertes que aquellas entre niveles de desarrollo económico y la

existencia de políticas democráticas. La pobreza es uno de los principales

obstáculos del desarrollo democrático y, por lo tanto, el futuro de la democracia

depende del futuro del desarrollo económico.

3) Ámbito cultural. Existe el argumento según el cual las grandes tradiciones

histórico-culturales del mundo cambian significativamente en la medida en que

sus actitudes, valores, creencias y modelos de conducta relacionadas con ellas

27 Ben J, La primavera árabe: el despertar…, op. cit., p. 39.

16

conduzcan al desarrollo de la democracia. En consecuencia, una cultura

propiamente antidemocrática impedirá la expansión en la sociedad de las normas

democráticas.

Una vez llegados a este punto, consideramos preciso hacer un inciso para centrarnos

en el Islam -entendido éste en sentido más amplio al estrictamente religioso, es decir,

como una forma de organización social y código de conducta- ya que el Islam rechaza la

distinción entre la comunidad religiosa y la comunidad política, lo que le lleva a estar en

contra de la democracia occidental debido a que sustrae el gobierno a Dios para dárselo

a los hombres, y esto significa estar en contra del pluralismo de partidos políticos.

Sin embargo, no podemos caer en el error de generalizar ya que la opinión de los

propios musulmanes oscila entre esta faceta en contra de la democracia y entre aquella

faceta defensores de la misma. Lo que sí que es cierto es que la mayoría de ellos rechazan

el pluripartidismo y se inclinan por la shura, basada en la costumbre tribal, y la majli al

shura, asamblea consultiva. Tan sólo una minoría de reformistas apoya directamente el

concepto de democracia occidental.28 Incluso son escasos los autores islámicos que creen

en la necesidad de la democracia en el mundo árabe.

El fundamentalismo islámico exige que en un país musulmán los gobernantes

políticos sean musulmanes practicantes, la Sharía29 debería ser la ley fundamental y el

ulama tendría gran peso en la articulación de la política del gobierno. Pero tenemos que

tener en cuenta que en la actualidad los gobiernos de los países árabes e islámicos que no

son fundamentalistas tampoco son democráticos en la mayoría de los casos y el

integrismo está erosionando. Por lo tanto, la doctrina islámica contiene elementos que

podrían ser favorables y desfavorables a la democracia.30

En la práctica, con la excepción de Turquía, ningún país islámico ha mantenido un

sistema político completamente democrático durante algún tiempo. Esta experiencia turca

con la democracia no ha sido la única ya que otros ejemplos son Paquistán, que intentó

asumir la democracia en tres ocasiones aunque ninguna favorablemente y Líbano, que

28 Menéndez del Valle, Emilio. Islam y democracia en el mundo que viene. Madrid: Instituto Universitario de Desarrollo y cooperación, 1997. p. 125. 29 La Sharía o Ley Islámica, no obligatoria, se trata de una línea de conducta, basada en el Corán y en las palabras del Profeta. Para algunos musulmanes es un marco jurídico que indica cuales son las acciones correctas o incorrectas, encuadradas en un sistema que estipula las penas correctas para quien incumple estas leyes, tratándose de un sistema legal y moral. Ben J, Tahar. El islam explicado a nuestros hijos. Barcelona: RBA, 2002. p. 83. 30 Menéndez, Islam y democracia…, op. cit., p. 126.

17

mantuvo una democracia durante un período significativo. Así vemos como en teoría

Islam y democracia pueden ser compatibles, en la práctica no han marchado juntos. Sin

embargo, tenemos que tener claro que cualquier cultura importante tiene elementos que

son compatibles con la democracia y elementos que son claramente antidemocráticos,

como por ejemplo el protestantismo y el catolicismo.31

Generalmente, la democracia no ha funcionado en ningún país árabe y, atendiendo a

las condiciones socioeconómicas, podemos decir que el grado de democracia, si la

hubiese, no podría ser estable, lo que no significa que estas condiciones no se puedan

conseguir en un futuro.32 Tal como expone Menéndez del Valle: “Las especificidades

culturales y de civilización del mundo árabe-islámico, unidas a las dificilísima coyuntura

(y ésta no será breve) por la que está atravesando y en la que el resurgir islamista es sin

duda uno de los principales actores políticos, hará largo y pleno de obstáculos el camino

hacia la democracia”.33 A pesar de esto, este autor hace hincapié en las reorientaciones

ideológicas, afirmando lo siguiente: “A quienes argumentan que el Islam y la democracia

son inherentemente antitéticos se puede replicar que la historia ha demostrado que las

naciones y las tradiciones religiosas son capaces de tener múltiples y grandes

interpretaciones o reorientaciones ideológicas”, aludiendo a la tradición judeo-cristiana

y su paso del absolutismo al ideal democrático.34

Como hemos visto, ha existido a lo largo del tiempo una tendencia de llevar a cabo

experimentos democráticos en forma de olas o contagio, es decir, mediante un efecto en

cadena, en donde se van llevando a cabo procesos de democratización en aquellas

regiones en donde se presentan condiciones parecidas a las de aquellos países que han

dado comienzo su proceso democratizador. Por diversos aspectos por los que hemos

hecho un pequeño recorrido –culturales, políticos o económicos, entre otros- el mundo

árabe ha sido un área que quedó al margen de la ola de transición política iniciada en la

década de los noventa. Si es cierto que algunos países árabes experimentaron un proceso

de liberalización y se adentraron en un inicio democrático35, sin embargo, en otros países

se produjo un efecto inverso y se llevaron a cabo retrocesos democráticos.

31 Huntington, La tercera ola…, op. cit., p. 227. 32 Menéndez, Islam y democracia…, op. cit., p. 142. 33 Ídem, p. 145. 34 Ídem, p. 146. 35 Podemos denominar a estos regímenes que presentan la incorporación de elementos democráticos en sus sistemas políticos como “regímenes políticos híbridos”, ya que mantienen ciertas prácticas autoritarias. Szmolka, Inmaculada. “Los regímenes políticos híbridos: democracias y autoritarismos con adjetivos. Su

18

Vemos como el hecho de que las pasadas oleadas democratizadoras no irrumpiesen

en el mundo islámico ha creado un ideal que impide relacionar los términos Islam y

democracia.36 Sin embargo, los sucesos iniciados a finales de 2010, han hecho volver a

la idea de que los regímenes autoritarios no son sostenibles a largo plazo, siendo

considerados como fases temporales hasta llegar a la democracia.37 A pesar de que la

democratización no ha llegado a implantarse, el mundo árabe está conociendo diferentes

procesos políticos tras las revoluciones que ponen en cuestión el ascenso o no de una

cuarta ola de democratización, con los derrocamientos de los regímenes de Ben Ali,

Mubarak y Gadafi.38 Se trata de verificar que el Estado musulmán es capaz de sentar las

bases de una democracia y que la religión islámica no es incompatible con los valores y

los principios democráticos.39

conceptualización, categorización y operacionalización dentro de la tipología de regímenes políticos”. Revista de Estudios Políticos, 147, enero-marzo, 2010, p. 105 36 Tickner, Arlene. “La cuarta ola”. El Espectador, 22 de febrero, 2011. 37 Pérez B; García M, “Las libertades…” op. cit., p. 72. 38 Gil C, Enrique. “La cuarta ola democratizadora”. El País, 11 de marzo, 2011. 39 Bassets, Lluís. El año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2012, p. 393.

19

IV. INTRODUCCIÓN A LAS REVUELTAS

Antes del estallido de la denominada Primavera Árabe, los pueblos árabes habían

permanecido condenados a la sumisión por diversos factores como el imperialismo, la

dictadura o el islamismo yihadista. Ante esta situación de miseria, se llevó a cabo, en esta

parte del mundo, un levantamiento popular sin precedentes, movido más por lo que Tahar

Ben Jelloun considera aspiraciones éticas y morales40 que por aspiraciones ideológicas,

aspecto con el que coincide la periodista Olga Rodríguez: “Las revoluciones árabes han

sido un estado de ánimo, una actitud dominada por un optimismo adoptado no desde la

ingenuidad o la ignorancia, sino desde una elección consciente de sus riesgos. Solo desde

la certeza de que el cambio es posible se puede protestar, luchar e incluso arriesgar la

vida”.41

Cuando analizamos algunos elementos comunes en los procesos de desarrollo de la

Primavera Árabe tenemos que tener presente en todo momento que el mundo árabe no

conforma un todo monolítico y por lo tanto, apartándonos de los elementos culturales y

religiosos que caracteriza a estos países, las trayectorias políticas, sociales y económicas

son diferentes en unos u otros casos. Es decir, cada Estado goza de singularidad y esto es

lo que, en cierto modo, explica el hecho de que los resultados sean distintos para cada

país.42

Ante el hecho de que cada país tiene sus particularidades, sería un error generalizar

en los factores que explican las revueltas, sin embargo, podemos hacer una división entre

diversos aspectos que son claves para entender esta oleada revolucionaria, atendiendo a

la clasificación temática que expone Ignacio Ramonet en Le Mondé Diplomatique.43

1) Aspectos históricos. Con la disolución del Imperio Otomano tras la Primera

Guerra Mundial, las potencias occidentales han tenido dos principales intereses

en el mundo árabe: el control energético y la creación de un hogar judío conocido

como el Estado de Israel. Este último cometido, creado en 1948, derivó en el

protagonismo de varias fuerzas antisionistas en varios Estados árabes que se

40 Ben J, La primavera árabe: el despertar…, op. cit., p. 39. 41 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 14. 42 Algora W, Mª Dolores. “Las transiciones de la “Primavera Árabe” en Marruecos, Argelia y Jordania” . Cuadernos de estrategia, Nº 168, 2014, p. 215. 43 Ramonet, Ignacio. “Cinco causas de la insurrección árabe”. Le Monde Diplomatique, n. º 185, marzo de 2011.

20

habían liberado del colonialismo, dando lugar a lo que se conoce como conflicto

árabe-israelí. Tras diversas guerras de este conflicto, Egipto y Jordania firmaron

tratados de paz con el Estado judío y se alinearon con Estados Unidos. Así,

Washington y sus aliados occidentales mantuvieron sus dos objetivos básicos de

los que hemos hablado a cambio de proteger los regímenes autoritarios que

dirigían estas regiones del mundo árabe, aniquilando cualquier tipo de posible

aspiración democrática.

2) Aspectos políticos. En los Estados del perseguido “socialismo árabe” se fueron

estableciendo dictaduras de partido único que garantizaban el aprovisionamiento

de hidrocarburos por parte de las potencias occidentales. Así, mientras que en el

resto del mundo, como hemos visto, se iban sucediendo olas de democratización,

en el mundo árabe permaneció un autoritarismo feroz, creando sobre los

ciudadanos árabes un sentimiento de temor y sometimiento.

Ante la represión de las disidencias44, fue en las mezquitas donde se llevaron a

cabo reuniones que derivaban en planes de protestas, fortaleciéndose poco a poco

los islamismos, surgiendo de este modo grupos extremistas de tipo integrista que

apoyaban acciones de tipo terrorista, con el objetivo de conquistar el poder por la

violencia y llevar a cabo la Guerra Santa. Este islamismo fue utilizado por las

potencias occidentales para tener bajo control a la población árabe, mediante su

propaganda de temor hacia el islamismo, agregando más sometimiento y

represión a un ideal que había surgido como consecuencia de esta carencia de

libertad.

3) Aspectos económicos. La crisis global iniciada en 2008 dejó sentir sus síntomas

en varios Estados árabes. Esto tuvo graves consecuencias, pudiendo destacar la

imposición, por parte del Fondo Monetario Internacional hacia Túnez, Egipto y

Libia, de programas de privatización de servicios públicos, reducciones en los

presupuestos del Estado, disminuciones en el número de funcionarios, etc., que

llevaron al empeoramiento de las condiciones de vida de la población árabe.

Además, los mercados se habían liberalizado años atrás, se había impulsado una

44 La represión ante todo tipo de disidencia junto con la humillación y el favoritismo son causas comunes en este levantamiento del pueblo árabe en las que coinciden autores como Olga Rodríguez, Tahar Ben Jelloun, Ignacio Álvarez-Ossorio o Ignacio Gutiérrez de Terán.

21

política de apoyo a la privatización de empresas públicas y se había reducido las

ayudas sociales, dándose un aumento de la inflación y de la deflación salarial.

Añadir que el Estado benefactor es incapaz de hacer frente a las crecientes

necesidades de la población en aspectos de vivienda, educación y sanidad, al igual

que es incapaz de favorecer la incorporación al mercado laboral de los hijos del

baby boom.45

Igualmente, sería preciso hacer hincapié en el tema de la corrupción como otro

factor que llevó a este levantamiento popular, ya que es uno de los aspectos en los

que más incidencia se ha hecho en la explicación de estas protestas. La falta de

responsabilidad pública es una de la característica compartida por el conjunto de

los países árabes. La corrupción está relacionada con el modelo de gobierno y se

encuentra enraizada en la infraestructura política del Estado y la infraestructura

institucional del sector público. Sin embargo, los países con índices más bajos de

corrupción son aquellos países más autoritarios mientras que, países que podemos

considerar más democráticos se caracterizan por un elevado índice de

corrupción.46

4) Aspectos climáticos. Además, entre los elementos causantes de las revueltas

encontramos el aumento del precio de los productos básicos como el pan, iniciado

claramente en 2008 y provocado, entre otras razones, por la especulación de los

mercados internacionales. Los países árabes han conocido históricamente diversas

olas de revueltas relacionadas con la inflación y la inaccesibilidad de las clases

populares a los alimentos. Estas revueltas han sido denominadas las revueltas del

pan, en las que se da una combinación entre la represión para frenarlas y el reparto

de este alimento47. En este contexto se produjo una ola de calor e incendios en

Rusia en donde un tercio de su cosecha de trigo fue destruida, suspendiéndose las

exportaciones y aumentando el precio del cereal. Este aumento, que repercutió

directamente en los alimentos, provocó a partir de diciembre de 2010 el mayor

incremento de precios alimentarios desde 1990.

45Gutiérrez de Terán, Ignacio (Ed.); Álvarez-Ossorio Ignacio (Ed.). Informe sobre las revueltas árabes: Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Guadarrama (Madrid): Ediciones del Oriente y Mediterráneo, 2011, p. 12. 46 Szmolka, “ Factores desencadenantes…”, op. cit., p. 6. 47 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 235.

22

5) Aspectos sociales. Donde cabe destacar el alto porcentaje de población joven48, el

escaso nivel de alfabetización y los altos índices de paro. Para ello, podemos hacer

referencia al análisis que lleva a cabo Luís Bassets sobre los elementos que

Emmanuel Todd considera claves para la explicación de estas revoluciones49.

Según Emmanuel Todd, las tasas de alfabetización junto con la caída de la

fecundidad juegan un papel principal en este proceso de cambio, a lo que añade

la caída en la tasa de matrimonios endogámicos. Estas pautas, se traducen por lo

tanto en un aumento de población que conlleva a un aumento en la necesidad de

alimentos y servicios básicos, así como en el aumento de la demanda de empleo.

Otro aspecto social a mencionar es la imposibilidad de emigrar debido al control

fronterizo de Europa, donde se pactaron acuerdos para que las autocracias árabes

se encarguen de contener a los inmigrantes clandestinos.

Para terminar con esta clasificación temática, consideramos imprescindible aludir

a la inmolación de Mohamed Bouazizi en Túnez, de la que, en concreto,

hablaremos posteriormente.50 Este tipo de actuaciones51 han sido frecuentes en los

años previos a las revueltas en todos los países árabes y están relacionados con la

falta de ocupación laboral y las malas condiciones de vida de las familias. Según

Lluís Bassets, se puede deducir dos objetivos en esta oleada de suicidios, por un

lado, “su directa vinculación con unos deseos totalmente frustrados de

integración en la modernidad global a la que estos mismos jóvenes tienen acceso

a través de los medios de comunicación”, por otro lado, “ su radical

desvinculación del terrorismo suicida, hasta el punto de aparecer como símbolo

y demostración de un cambio de época, que lleva a que los jóvenes musulmanes

desesperados ya no se sientan atraídos por las doctrinas del yihadismo nihilista

48 Según Bassets, “Un tercio de los árabes tienen menos de 15 años, otro tercio entre 15 y 25 y el tercio restante más de 25. La media de edad de la población es de 29 años en Túnez y 24 en Egipto, mientras que en España es de 40 o en Alemania de 44”. Ídem, p. 332. 49Ídem. 50 Como veremos en el apartado dedicado a la revolución tunecina, es posible considerar el suicidio de Mohamed Bouazizi como detonante del movimiento de protestas debido a que se desencadenó una protesta local, en un primer momento, que desembocó en la proliferación de protestas en todo el país. 51Un aspecto que nos ha resultado interesante es que en la bibliografía utilizada para llevar a cabo este estudio, destaca la figura de Mohamed Bouazizi en cuanto a los actos sociales relacionados con el suicidio. Sin embargo, en pocas fuentes sobre las que nos hemos apoyado hemos podido comprobar que, poco después de un mes de la inmolación de este tunecino, se produjo otro acto suicida en esta misma localidad: Houssine Ben Faleh Falhi, de veintidós años, se suicida por electrocución frente a la Delegación de la ciudad.

23

que les proponía la autoinmolación con el objetivo de producir el mayor número

de víctimas posibles en el campo supuestamente enemigo”. 52

Finalmente, cabe resaltar el papel que jugó las nuevas tecnologías a la hora de

movilizar a la población civil y favorecer una cierta libertad de expresión, aunque

cabe recordar que el acceso a internet es todavía reducido en el mundo árabe y

que ha empezado a crecer exponencialmente en las ciudades árabes en época muy

reciente. En relación a esto hay que tener en cuenta tres factores:

1) En primer lugar, la existencia de la televisión global, ya que se produce el cambio

en el panorama mediático árabe y por lo tanto en la propia opinión pública, con la

presencia del canal satélite Al Jazeera (Qatar) y otras cadenas como Al-Arabiya

(Arabia Saudí).

2) Por otro lado el papel jugado por internet y las redes sociales ya que “parece

evidente una correlación entre el incremento en el uso de la nueva tecnología y

el estallido de las revueltas”.53 Estas sirvieron fundamentalmente en el

llamamiento de las poblaciones y la organización de las revueltas, al igual que

mostraron al exterior la dimensión de los sucesos mediante publicaciones de

videos en YouTube, Facebook, Twitter, etc.

3) Por último, la irrupción de las filtraciones de WikiLeaks54, con la publicación de

los documentos secretos o reservados del Departamento de Estado el 29 de

noviembre de 2010 a través del diario libanés El Akhbar y de la web tunecina

TuniLeaks, en donde se descubría la realidad sobre el sistema mafioso que había

establecido el clan de Ben Alí-Trabelsí.55

Llegados a este punto, podemos añadir algunas de las demandas comunes de estos

países árabes que se resumen en más derechos y libertades y, con ello, más dignidad y

52 Ídem, p. 16-17. 53 Ídem, p. 344. 54 Tras las insurrecciones árabes se prestó atención a los cables diplomáticos de WikiLeaks como medio en la investigación contra la corrupción. Sin embargo, esta situación de corrupción era conocida por la ciudadanía, especialmente en Túnez, siendo una de las causas de las revueltas de estos países árabes. Szmolka, “Factores desencadenantes…”, op. cit., p. 6. 55 Se refiere al núcleo dirigente formado por Ben Ali y Leila Trabelsi; el hermano de esta, Belhacen, ocupa el segundo puesto en el escalafón, aunque quizás sea el primero en cuanto a la importancia de sus negocios y a la proyección de las perspectivas del clan. Naïr, Samir. La lección tunecina: cómo la revolución de la dignidad ha derrocado al poder mafioso. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2011, p. 265.

24

respeto, ya que todos ellos han conocido la represión ante todo tipo de disidencia y la falta

de libertad, así como la inexistencia de los derechos humanos. Se trató de una lucha que

reivindicaba el rechazo indiscutible hacia el autoritarismo, la gerontocracia y la

corrupción y, por lo tanto, el desmantelamiento del Estado autoritario, la separación de

poderes, la enmienda de las Constituciones o la celebración de elecciones libres y

transparentes.

Generalmente, casi todos los regímenes han reaccionado llevando a cabo medidas

destinadas a mejorar la situación, como por ejemplo proporcionando ayudas directas a las

familias, rebajando impuestos y tarifas, etc. Tenemos que tener en cuenta que los países

árabes importan más del 50% de los alimentos que consumen, por lo que aumenta la

vulnerabilidad hacia la dependencia exterior y son muy sensibles a las variaciones de

productividad y de precios de los mercados internacionales. Los efectos de esta situación

podemos comprenderlos si atendemos a los altos niveles de pobreza que hay en algunos

de estos países, como por ejemplo Yemen, con un 60% de la población por debajo del

umbral de la pobreza.56

Como podemos prever, en muchos casos estas políticas únicamente beneficiaron a las

élites dirigentes y supusieron golpes muy duros para la población civil, dándose un

aumento del desempleo, de la pobreza y de las desigualdades. Por ejemplo, en cuanto a

la distribución de la riqueza, en los últimos años se ha registrado un fuerte crecimiento

que sólo ha beneficiado a aquellos grupos relacionados con el poder, mientras que las

condiciones de vida de la población civil se han visto agravadas, aumentando este

malestar debido a la crisis económica global.57

Así, millones de árabes llenaron las calles para exigir justicia política, social y

económica. Consideramos preciso destacar que los protagonistas de esta revolución son

56 Se puede comprobar una correlación directa entre el auge de las protestas y el incremento de precios de los alimentos que registra el índice mensual elaborado por la FAO con los precios de 55 productos ponderados en función del volumen comercial. Los tres últimos meses de 2010 y el primero de 2011 son de una escalada del índice, desde la cifra 205, ya por encima del pico histórico de 200 alcanzado en 2008, que va incrementándose a 213 en noviembre, 223 en diciembre, 231 en enero y 238 en febrero, el nuevo record histórico, en términos reales y nominales, desde que la FAO realiza esta medición y que coincide prácticamente con los derrocamientos de Ben Ali y Mubarak. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 336. 57 Por ejemplo, de los ochenta millones de egipcios la mitad vive bajo el umbral de la pobreza, al igual que un tercio de los veintidós millones de sirios. Tampoco se libran de esta estremecedora situación aquellos países árabes que son productores de petróleo como por ejemplo Libia, que sufría un paro de más del 20% poco antes del levantamiento popular, al igual que Arabia Saudí, meca de los hidrocarburos, en donde se encuentran altos niveles de pobreza y desigualdades sociales. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op cit., p. 13.

25

jóvenes laicos. Sin embargo, que sean jóvenes laicos y no corrientes islamistas no

significa que estas corrientes no hayan obtenido, de una manera u otra, gran beneficio de

este suceso en el mundo árabe, como comprobamos si atendemos al gran protagonismo y

respaldo social que han adquirido diversos partidos islamistas como es el caso de

Hermanos Musulmanes.58

Aunque diversos autores consideren el carácter espontáneo de estas oleadas

revolucionarias, como es el caso del escritor marroquí Tahar Ben Jelloun59, otros autores

como Lluís Bassets60 y Olga Rodríguez61, sugieren que detrás de ellas jugó un gran papel

la actuación del activismo clandestino, el sindicalismo, los movimientos obreros y las

asociaciones que luchan desde hace tiempo por la defensa de los derechos humanos y la

justicia social. Esta constancia llevó a sentar los cimientos del descontento popular y así

se fue gestando la sensación de malestar y hartazgo que llevó al desarrollo de los

levantamientos. En realidad, estas protestas no tuvieron líderes ni protagonistas, sino que

se tratan del resultado de un proyecto colectivo que precisaba de la acción conjunta de

cada uno de sus partícipes.

Además, señalar como factor imprescindible de las revueltas el carácter no violento

por el que apostaron los manifestantes desde los inicios de las mismas, entendida esta

actitud por las sociedades árabes como transporte hacia el asentamiento de la

democracia.62

Otro punto a considerar es que la agitación popular que se llevó a cabo en el proceso

de la Primavera Árabe generó un sentimiento de solidaridad y empatía que había quedado

ensombrecido desde después de los tiempos del panarabismo. “Cada manifestación […]

y cada revuelta que consigue, al menos, el primer objetivo de derrocar al máximo

dirigente ejerce un poder de atracción e impulso tal que acrecienta el efecto contagio y

permite que la chispa prenda, o que el fuego se avive, en otros lugares”.63

En este estudio la atención se centra en los tres países claves en este proceso

revolucionario en donde se ha conseguido descabezar a los regímenes autoritarios, como

son Túnez, Egipto y Libia, lo que no significa que el derrocamiento de sus dirigentes haya

58 Ídem, p. 18. 59 Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 40. 60 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 225. 61 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 13. 62 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 15. 63 Ídem, p. 16.

26

supuesto la caída de los regímenes que los sustentaban, sino que incluso de esta situación

de desesperación que ha mostrado el pueblo árabe han sabido aprovecharse y hacer

florecer sus propios intereses, lo que ha derivado en nuevas protestas sociales, en la

ralentización del proceso de transición o incluso en guerra civil.64

Sin embargo, el resto de países participantes en esta oleada revolucionaria no quedan

ensombrecidos por los países elegidos para dicho estudio. Así, podemos hacer un breve

recorrido por los distintos países que jugaron un papel activo en estas reivindicaciones

mostrando una especial atención respecto a Siria por ser el escenario de un choque de

intereses internacionales.

Este recorrido nos permite referirnos a las tres grandes clasificaciones que establecen

Ignacio Gutiérrez De Terán e Ignacio Álvarez-Ossorio en Informe sobre las revueltas

árabes65, pudiendo diferenciar entre:

1) Los regímenes reformistas. Encontramos en esta categoría a aquellos países en

donde ha existido una tendencia a introducir reformas constitucionales, se ha dado

paso al diálogo con la oposición y las fuerzas sociales para neutralizar el

surgimiento de otras corrientes revolucionarias. Marruecos y Jordania vienen a

ejemplificar esta categoría.

Por un lado, en Marruecos, las manifestaciones iniciadas el 20 de febrero pedían

la conversión del régimen en una monarquía constitucional. Así, el rey Mohamed

VI, que ocupó el trono en 1999 tras el fallecimiento de su padre Hassan II, ordenó

el diseño de un proyecto de reformas constitucionales, finalmente aprobado en

julio de 2011. Además, se celebraron elecciones el 25 de noviembre de 2011 y se

colocó en la jefatura del Gobierno a Abdelilá Benkirán, político islamista

secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo. Con esto se dio paso

a un aumento en materia de libertad de expresión y participación política. Sin

embargo, aunque estas enmiendas reforzaban las competencias del primer

ministro y el Parlamento, seguían consagrando las prerrogativas máximas del

monarca y, entre la población marroquí, prevalece la sensación de que los cambios

no son tan profundos como deberían.

64 Ídem, p. 25. 65 Ídem, p. 21-24.

27

Por su parte, Jordania, supone un caso más complejo debido al delicado contexto

regional del reino de Abdulá, en el centro del conflicto árabe-israelí. Aquí, se ha

asumido y permitido las movilizaciones populares y se ha hablado de un proceso

democratizador que, sin embargo, parece ir encaminado a contener las

reivindicaciones sociales.

2) Los regímenes acomodaticios. Aquellos en los que se trata de evitar cualquier

ascenso de las protestas populares mediante políticas de concesiones económicas

y fiscales. En esta categoría se incluyen generalmente aquellas monarquías y

emiratos del Golfo, en donde, excepto en Bahréin, las manifestaciones han sido

limitadas pero no por ello menos importantes. Por ejemplo, en Omán, Qatar,

Kuwait o Arabia Saudí, se llevaron a cabo medidas económicas destinadas a

mejorar las condiciones de vida de la población -como por ejemplo el acceso de

los jóvenes a la vivienda, nuevos empleos y aumentos salariales- que han sido

consideradas por los sectores de la oposición como estrategias de compra en

cuanto a la voluntad popular se refiere.

3) Los regímenes disfuncionales. Encontramos aquellos Estados que se encuentran

sumidos en un clima de enfrentamiento bélico o de tensiones sociales, regionales

y confesionales, lo que lleva a una distorsión de la acción popular en pro de un

reformismo político e institucional. Aquí se sitúan países como Sudán, Irak,

Líbano o Argelia.

En cuanto a Siria, podemos decir que es el mejor ejemplo para mostrar la continuidad

de las tres fuerzas de las que se ha hablado al principio, las cuales han condenado al

silencio a los pueblos árabes -dictadura, imperialismo e islamismo yihadista- algo que las

revoluciones árabes interrumpieron en su momento.

En esta región de Oriente Medio, situada a orillas del Mediterráneo y que comparte

fronteras con cinco Estados -por el Norte limita con Turquía, con Irak por el Este, por el

Sur con Israel y Cisjordania y por el Oeste con Líbano- una parte del pueblo se levantó

pacíficamente contra la dictadura hereditaria de la familia Assad, instaurada en 1972.

Las primeras manifestaciones, que se llevaron a cabo inicialmente en Damasco,

jadeadas por Al-Jazeera, y que se fueron extendiendo a Deraa y posteriormente a Latakia,

fueron reprimidas duramente y, tras cinco meses de matanzas por parte del régimen, se

28

creó el Ejercito Libre Sirio (ELS) cuyo objetivo era defender a la población civil, la cual

estaba organizada en torno a las Coordinadoras Locales.

Sin embargo, tras varios años de combate que han llevado consigo grandes pérdidas

humanas y materiales y ha agravado el problema de los refugiados y desplazados,

debemos buscar aquellos factores que permiten la continuidad de este régimen dictatorial.

De este modo sería preciso diferenciar entre razones internas y externas.66

En cuanto a las razones internas, tenemos que considerar que en el régimen de los

Assad, al ser un Estado patrimonial, el aparato del Estado y el ejército nacional son

inseparables de la familia de los gobernantes, lo que explica que una parte de las fuerzas

armadas hayan permanecido leales al régimen. Otro motivo que explica la permanencia

del régimen, y que es típico de los regímenes dictatoriales, es la represión sin concesiones

que se lleva a cabo por parte del poder, acompañada con anuncios de reformas, como el

levantamiento de las leyes de excepción, la liberación de presos políticos el

reconocimiento del pluripartidismo. Por último, el apoyo al régimen de algunos sectores

urbanos, identificados por sus intereses de clase y sus ideales religiosos, sobre todo aluitas

y cristianos, es otro factor que permite la continuidad del poder de este clan de

gobernantes.

En cuanto a las razones externas cabe destacar el asesoramiento, sobre todo en el

ámbito militar, de los aliados de B. Al-Assad, como por ejemplo el llamado eje chií del

que forma parte Siria (Irak, Hizulah e Irán), al que más tarde se sumó Rusia. Por otro

lado, destacar la falta de apoyo por parte de Occidente hacia el Ejército Libre Sirio, así

como la intervención de las monarquías del Golfo y de Turquía en cuanto a financiación

del yihadismo se refiere, lo que ha derivado en el debilitamiento democrático y en la

justificación de la existencia del régimen asadiano.

Otra diferencia que encontramos respecto a las demás protestas árabes es que en Siria,

al comienzo de las reivindicaciones, la dictadura prohibió la presencia de medios de

comunicación extranjeros y usó las redes sociales a su favor, estando sometidas a un

estricto control y al bloqueo por parte del régimen a un nivel superior que el que se dio

en los demás países estudiados. Por lo tanto, en este caso las redes sociales no pueden

66 Alba R, Santiago. (2015). “Siria y el retorno de los zombis. ¿De la primavera árabe al invierno islamista?” . Nueva sociedad, nº 257, 2015, p. 48-50.

29

considerarse útiles para la convocatoria de manifestaciones, sino que éstas se han

organizado en mezquitas.67

Pero además, en este escenario entran en juego factores de tipo internacional, como

por ejemplo la decadencia de la hegemonía estadounidense y europea, así como la

incapacidad de las potencias emergentes para establecer alternativas en lo referente a la

resolución de conflictos.

Sin embargo, lo que realmente ha facilitado el avance de los acontecimientos en Siria

ha sido el fracaso de las revoluciones árabes y el surgimiento del Estado Islámico entre

los restos del Irak ocupado y destruido por EE.UU y, finalmente, su extensión a Siria,

bajo poder de Assad.

Podemos afirmar que la revolución en Siria posee muchas dimensiones

geoestratégicas en la región, debido a su situación privilegiada ya que constituye la puerta

de entrada a Oriente Medio y debido a los diversos intereses que las potencias

occidentales tienen en esta región. Por lo tanto el cambio en Siria ha estado relacionado

desde el primer momento con los acontecimientos procedentes del exterior, por lo que el

origen de la trágica situación en esta región ha llevado a algunos autores a afirmar que el

problema sirio responde, fundamentalmente, a la intervención internacional, y tiene poco

o nada que ver con la denominada Primavera Árabe.68

67 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 317. 68 Luque, Eduardo. “Siria, la gran impostura. ¿Fin de la partida?”. El viejo topo nº 292, 2012, p. 16.

30

V. LA REVOLUCIÓN DE LA DIGNIDAD. TÚNEZ

La revolución tunecina, también denominada Revolución de los Jazmines o

Revolución de la Dignidad, dio comienzo por un cúmulo de condiciones estructurales de

la vida política y económica tunecina. Aunque muchos de estos factores sean coincidentes

–en menor o mayor intensidad- en los diversos países en donde se llevaron a cabo

similares actos revolucionarios, cabe destacar las siguientes condiciones:

Por un lado, podemos destacar algunos factores de naturaleza socioeconómica como

el aumento de los precios de los alimentos y los recursos energéticos, el aumento del

desempleo juvenil, la falta de expectativas y oportunidades para aquella población con

estudios universitarios y la desigualdad existente en cuanto a la distribución de la riqueza

se refiere.69

Por otro lado, otras condiciones son de carácter político, como el modelo dictatorial

del régimen, la corrupción gubernamental y la preservación del orden social mediante un

Estado policial.70

Diversos autores, como Olga Rodríguez71, Sami Naïr72 o Lluís Bassets73, coinciden

en que la primavera árabe en Túnez tiene su precedente en las huelgas que tuvieron lugar

en 200874 en la cuenca minera de Gafsa75, allí donde estallaron en 1984 las denominadas

revueltas del pan.76

Esta consideración se debe a que a partir de esta situación precaria, en 2008

empezaron a crearse asociaciones destinadas a luchar contra el desempleo y la miseria,

como por ejemplo el Comité Regional para la defensa de los Diplomados en paro, cuya

69 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 27. 70 Ídem. 71 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit. 72 Naïr, La lección tunecina…, op. cit. 73 Bassets, El año de la revolución…, op. cit. 74 Las revueltas en Gafsa en 2008 tienen lugar debido al alto porcentaje de desempleo y escasez de buena parte de la población, en donde se incluye aquella población con estudios universitarios, lo que resulta sorprendente si tenemos en cuenta que ya en la década de los noventa los precios del fosfato extraído de la mina se dispararon y que tan solo de 2005 a 2007 el precio del mercado internacional del fosfato tunecino aumentó considerablemente. A finales de 2007, la Compañía de la cuenca minera de Gafsa lleva a cabo un sistema de contratación de empleados extranjeros, lo que hace aún empeorar más las cosas. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 209. 75 El área de Gafsa está situada cerca de la frontera con Argelia y es una de las zonas más abandonadas y desfavorecidas de Túnez, en donde el porcentaje y la pobreza duplican la media nacional. Ídem. 76 En 1984, miles de tunecinos de la localidad de Redeyef salieron a la calle para protestar en contra de las condiciones de vida que sufrían y exigir una vida digna. Ídem.

31

creadora fue Afef Bennaceur. Así, la lucha sindical iniciada desde entonces ha sido

considerada como el prólogo de las revueltas que estallaron en diciembre de 2010.

Ya en 2010, en Túnez, la población seguía viviendo siendo testigos de las grandes

desigualdades económicas, la falta de libertades, la corrupción, los abusos, la impunidad

de las autoridades y el clientelismo, lo que dio lugar al inicio de nuevas oleadas

revolucionarias en este país que dieron comienzo a lo que conocemos como Primavera

Árabe.

Si todo el panorama tunecino estaba ya preparado para el estallido de protestas, el

detonante lo encontramos el 17 de diciembre de 2010 cuando Tariq Tayyib Mohamed

Bouazizi77 tomó la decisión de inmolarse públicamente como forma de protesta contra el

sistema, siendo este suceso lo que se convirtió en el gran despertar del mundo árabe en el

siglo XXI.

Esta inmolación, que no fue la primera ni sería la última, causó un estado de

solidaridad en el resto de la población que, la misma tarde del 17 de diciembre de 2010,

salió a las calles de Sidi Buzid78, cuna de la primavera árabe, para manifestarse frente a

las oficinas del gobierno. La protesta, que terminó por reunir a miles de personas, fue

reprimida duramente por el régimen y los miembros del partido en el poder, la Agrupación

Constitucional Democrática, se mostraron perplejos.

En este contexto sería importante añadir que gracias a Facebook y la cadena de

televisión por satélite Al Jazeera este suceso pudo ser conocido por todo el mundo árabe

mediante los vídeos que los propios manifestantes consiguieron subir a internet, debido a

que en Sidi Buzid no había medios de comunicación internacionales y los nacionales

estaban censurados y altamente controlados por el régimen. Por lo tanto, podemos añadir

que el acceso a internet, aunque era reducido, desempeñó en las revueltas tunecinas un

papel importante ya que fue una de las herramientas empleadas para convocar protestas

77 Mohamed Bouazizi era un vendedor ambulante de 28 años de edad de la ciudad de Sidi Buzid. Este tunecino se quemó a lo bonzo públicamente para hacer presión ante las condiciones económicas y el trato recibido por la policía, ya que esta confiscó todas las mercancías de las que Bouazizi disponía para comerciar, es decir, su medio de subsistencia, además de ser humillado mediante acciones violentas de la mano de la policía tunecina. Ídem, p. 219. 78 Se trata de una localidad bastante anodina, en mitad de la nada, con un paro enorme, donde el autoritarismo del poder está excesivamente desarrollado. Una localidad basada en una economía sumergida, con un alto porcentaje de corrupción. Una ciudad no demasiado alejada de la frontera argelina donde el contrabando proporciona el sustento a centenares de familias y donde el Estado ejerce una gran represión. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 23.

32

y para la difusión de información.79 Esto es un dato importante debido a que con el uso

de internet aparece la “fuerza de la globalización” 80 llevándose a cabo un activismo social

a nivel internacional, es decir, ningún tunecino de cualquier parte del mundo permaneció

ajeno al transcurrir de la revolución. En palabras de Sami Naïr, “Twitter, Facebook y los

blogs de algunos activistas muestran al mundo entero una ciudad donde se está librando

de nuevo la inmemorial batalla de la libertad contra la opresión […] Los medios

oficiales, fieles a sí mismos, juegan al vacío informativo: no sucede nada”.81

Llegados a este punto, consideramos preciso proceder a exponer la evolución de la

revolución tunecina, apoyándonos para ello en la división por etapas que se lleva a cabo

en Informe sobre las revueltas árabes: Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria82, en

donde se reconocen tres etapas sucesivas: etapa benalista, etapa posbenalista y la etapa

posrevolucionaria.

En cuanto a la etapa benalista83 del proceso revolucionario, destacar que Ben Ali84 en

numerosas ocasiones había hecho hincapié públicamente en la importancia del nivel de

formación de la población joven para el propio desarrollo del país. Para ello, en 2009

llevó a cabo una serie de actos en donde se involucraba en gran medida con este colectivo,

recurriendo a una serie de propuestas destinadas a mejorar la situación y mostrando su

interés con este sector de la población85. Sin embargo, esta fachada se fue disolviendo en

las dos últimas semanas de 2010 y las dos primeras de 2011.

79 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 220. 80 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 256. 81 Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 27. 82 Ídem, p. 29-55. 83 Ídem, p. 29-41. 84 Todo el mundo apoyó la llegada al poder de Ben Ali a finales de los años ochenta. En un primer momento, Ben Ali había sido nombrado por Habib Burguiba ministro del Interior y luego primer ministro. Sin embargo, la confianza que Burguiba había tenido en Ben Ali se rompió el 7 de noviembre de 1987 cuando este lo destituyó de su cargo y se puso al mando del país en una especie de golpe de Estado. En los primeros tiempos, Ben Ali continuó las reformas de Burguiba, sobre todo en el ámbito de la educación. Además luchó contra los islamistas integristas, siendo esta una de sus mayores obsesiones y llevando a cabo una especie de caza de brujas y ejerció el poder de un modo cada vez más dictatorial, eliminando cualquier tipo de derecho social. Hay que considerar que “la llegada al poder de Zine El Abidine Ben Ali inauguró una corta etapa, de no más de tres años, determinada por el denominado <<Pacto nacional>>, durante la cual se llevaron a cabo ciertas reformas que incidían positivamente en las libertades públicas y los derechos humanos […] Sin embargo, esta incipiente tendencia democrática desaparece muy pronto de la escena política tunecina y será sustituida por un férreo autoritarismo político y por una enorme represión de las libertades públicas”. Pérez B; García M, “Las libertades…” op. cit., p. 75. 85 En 2009 Ben Ali reservó un número de propuestas del programa electoral para este sector, una cuota en las listas del Reagrupamiento Constitucional Democrático para las elecciones a la Cámara de los Diputados y parte de su discurso a la nación del 7 de noviembre. Además, en 2010 hizo coincidir la celebración de sus 23 años como presidente en Túnez con los actos del Año Internacional de la Juventud. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revuletas…, op. cit., p. 25.

33

En un primer momento, Ben Ali mostró una especie de solidaridad ante el suicidio de

Mohamed Bouazizi de tipo “paternalista-populista”86, mediante una visita publicitaria

al hospital en donde se encontraba ingresado Bouazizi el 28 de diciembre y la creación

de un Ministerio de la Juventud. Sin embargo, posteriormente, ordenó la intervención

policial en las manifestaciones iniciadas a partir de este trágico suceso, por lo que llevó a

cabo acciones contradictorias.

La acción individual que llevó a cabo Mohamed Bouazizi dio paso a la pérdida del

miedo colectivo. Así, se inicia una fase de transformación del carácter inicial de las

protestas, pasándose del carácter solidario a un proceder crítico ante las condiciones

económicas y sociales de la población; y de un carácter pacífico a una disposición violenta

cuando las fuerzas de seguridad emplearon métodos de represión muy violentos, cargando

contra ellos mediante munición real. Además, la localización de las revueltas fue

extendiéndose por todo el país y las mismas empezaron a conocer un cierto patrón

organizativo, en donde jugó un papel muy importante la participación de múltiples actores

como ciudadanos no organizados políticamente, organizaciones sindicales, partidos de la

oposición, ejército, etc.87

Ante estas transformaciones, la respuesta oficial fue doble y presentó un carácter

discordante. Por un lado, Mohamed Nouri Jouini, ministro de Desarrollo, anunció un

programa de inversiones en empleo. Por otro lado, las medidas represivas por parte de la

policía se endurecieron, dando como resultado decenas de heridos, cientos de detenidos

y la primera víctima88.

El alcance de la revuelta a la capital del país coincidió con el anuncio del estado de

crisis por el partido Ettajdid89. Esto llevó a que Ben Ali, ante el temor de que la oposición

se hiciese fuerte, realizase una intervención mediática con su discurso a la nación el 28

de diciembre. En este momento, Ben Ali no anuncia cambios para adoptar nuevas

medidas que saciaran las revueltas sino que se mostró duro con los manifestantes

empleando términos calificativos con cierto tono de desprecio. Además, llevó a cabo la

aplicación de una dura vigilancia y severas medidas represivas contra las revueltas,

86 Ídem, p.30. 87 Ídem, p.28. 88 El 24 de diciembre de 2010 fallece el primer manifestante víctima de un disparo en Menzel Bouzaiene. Ídem, p. 31 89 Ettajdid se trataba de un partido parlamentario minoritario, miembro de la coalición Alianza por la Igualdad y la Ciudadanía creada en junio de 2010. Ídem.

34

procediendo para ello a una reforma parcial de su gobierno. Todas estas medidas tomadas

por el régimen no consiguieron otra cosa que aumentar el malestar general y la

proliferación de manifestaciones.

Tras la muerte de Mohamed Buazizi90 el 4 de enero de 2011, los manifestantes

reivindicaron medidas y cambios políticos e institucionales mucho más amplios. Por

ejemplo, un Parlamento libremente elegido y representativo; justicia independiente; una

administración libre de corrupción; eliminación de la ciberpolicía; medios de

comunicación sin censuras;91 una nueva policía fiscal y de inversión; y una renovación

del poder político regional.92 La respuesta a todo esto fue el rastreo y la censura de los

sitios web y redes sociales por parte de la Agencia Tributaria de Internet en colaboración

con la ciberpolicía. Además, se llevó a cabo el encarcelamiento de periodistas, blogueros

y ciberactivistas.

El 8 de enero, las ciudades de Thala, Kasserina, Meknassi, Feriana y Reguab, fueron

víctimas de la gran represión ejercida por el régimen contra los manifestantes, dando

como resultado numerosas víctimas y detenciones. Esta situación caótica dio pie a que

entrasen en escena diversos partidos93 tanto legales como ilegales exigiendo al régimen

el cese del uso de las armas contra los manifestantes, la liberación de los detenidos, la

garantía de libertades civiles y la investigación de los asesinatos.94

Individualmente, el partido laico ilegal, Conferencia por la República, planteó una

ruptura total y definitiva con el régimen a nivel nacional e internacional.95 Por su parte,

el Partido Comunista Obrero de Túnez exigió igualmente el abandono de Ben Ali de la

jefatura del Estado y del Gobierno. Además, propuso la formación de un gobierno

nacional provisional sobre el que recaería la preparación de la celebración de elecciones

90 El entierro de Mohamed Bouazizi se celebró el 5 de enero de 2011. El lema que se escuchó durante el mismo fue: “No te olvidaremos nunca, Mohamed Bouazizi. Haremos llorar a quienes te han hecho llorar”. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 25. 91 Con respecto a la manipulación mediática ejercida por el régimen cabe destacar la convocación de una huelga general y una manifestación por parte del Sindicato Nacional de Periodistas de Túnez (SNJT) para el 11 de enero de 2011. El seguimiento de esta iniciativa resultó muy visible en el centro, suroeste y norte del país. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 37. 92 Ídem, p.33. 93 Los partidos que llevaron a cabo la declaración conjunta en contra de las actuaciones del régimen fueron: el partido legal extra-parlamentario Partido Democrático Progresista (PDP), los partidos laicos ilegales Partido Comunista Obrero de Túnez (PCOT), Túnez Verde (TV) y Conferencia por la República (CPR), los islamistas de El-Nahda y un grupo de asociaciones tunecinas. Ídem, p. 34. 94 Ídem. 95 El CPR en su comunicado invitó a las fuerzas policiales a la desobediencia, demandó la destitución del presidente de la República y solicitó la condena de la dictadura tunecina. Ídem.

35

libres a una Asamblea Constituyente, la cual debía elaborar una nueva Constitución, lo

que provocó el encarcelamiento de su líder, Hamma Hammami. Igualmente, Ettajdid

reivindicó la necesidad de diagnosticar las causas de crisis y el estudio de una

negociación, presentando una propuesta más moderada.

Todos estos planteamientos rupturistas se expandieron y fueron asumidos a nivel

nacional e internacional96 lo que dio como resultado la aparición en escena de Ben Ali

aceptando las reivindicaciones laborales97 pero oponiéndose a las demandas de

transformación política.

Por su parte, no fue hasta el 14 de enero cuando la Comisión Administrativa de la

UGTT –sindicato mayoritario- anunció la convocatoria extraordinaria de huelgas

regionales y sectoriales. Igualmente, tomó parte en el asunto la Confederación Sindical

Internacional, proclamando diversas movilizaciones de protesta ante las prácticas

represivas.

Como hemos visto hasta ahora, el régimen tunecino había perdido apoyo político y

credibilidad, hecho que le llevó a reconocer el carácter político de la revolución entre el

11 y el 13 de enero de 2011, llevándose a cabo las siguientes medidas: liberación de los

detenidos, destitución del primer ministro del Interior Rafik Belhaj Kacem, creación de

un comité de investigación sobre la corrupción y la bajada de los precios de los productos

básicos.98

Por otro lado, el 13 de enero Ben Ali presenta un triple compromiso político en su

tercer discurso a la nación: el diálogo con la oposición, el impulso de reformas políticas

democratizadoras y la no revalidación de su candidatura en las elecciones, en principio

previstas para 2014 pero adelantadas para 2011.99 Sin embargo, estas medidas anunciadas

96 Catherine Ashton recordó que las relaciones entre Túnez y la Unión Europea estaban condicionadas al respeto a los derechos humanos. Además, llamó a la liberación de los detenidos, al cese de la violencia por parte del régimen y la búsqueda de soluciones para satisfacer las demandas de los manifestantes. Igualmente, el Secretario General de la ONU hizo pública su inquietud sobre el curso de los acontecimientos y llamó al cese de la represión. Francia también actuó denunciando la escalada de violencia el 11 de enero de 2011 mediante un comunicado de radio. Por su parte, Hillary Clinton manifestó en una entrevista la preocupación por parte de Estados Unidos ante el progresivo aumento de la violencia que se estaba produciendo en Túnez, sin embargo anunció que no tomaría partido en el proceso. Ídem, p. 36. 97 Ben Ali en su discurso anunció la adopción de medidas concretas en materia laboral, prometiendo la creación de trescientos mil puestos de trabajo entre 2011 y 2012. Ídem. 98 Ídem, p.38. 99 Ídem.

36

por el presidente tunecino no recibieron la credibilidad de diversas organizaciones100, las

cuales demandaron a la Unión Europea la paralización de las negociaciones sobre la

concesión del Estatuto Avanzado de Asociación a Túnez y solicitaron a Naciones Unidas

la supervisión del cumplimiento de tales promesas.

Mientras todo esto ocurría, en Túnez la situación dramática no mejoraba y se procedió

a la declaración del toque de queda y el despliegue del ejército, lo que no supuso un

motivo para el cese de las manifestaciones.

La confianza de Ben Ali se vino abajo cuando el ejército101 se rebeló ante la

destitución del jefe del Estado Mayor, Rachid Ammar102, lo que llevó al abandono del

país por parte de Ben Ali, sin dimitir de su cargo, en un avión privado exiliándose a Arabia

Saudí. Ante esta situación, el panorama internacional presentó su apoyo indiscutible con

el pueblo tunecino, con la excepción del dirigente libio, Muammar Gadafi, que apoyó a

Ben Ali.

Con la huida de Ben Ali a territorio Saudí, se da comienzo a una etapa denominada

posbenalista103, en donde Ben Ali, debido a su intención de regresar a Túnez, comunica

su apoyo en el artículo 56 de la Constitución, alegando incapacidad temporal para

gobernar y delegando las tareas de la presidencia a su primer ministro, Mohamed

Ghannouchi, de manera provisional. Sin embargo, el Consejo Constitucional de Túnez

declaró de inmediato el carácter definitivo y permanente de la incapacidad de Ben Ali,

recurriendo al artículo 57 de la Constitución para resolver el vacío de poder. De este

modo, Fued Mebaza104, de 78 años, presidente de la Cámara de los Diputados, se presentó

como presidente interino de Túnez el 15 de enero. Mebaza mantuvo a Ghannouchi como

jefe del Gobierno y asumió la preparación para la celebración de elecciones

presidenciales.105

100 Las organizaciones que enviaron este comunicado conjunto fueron: la Red Euromediterránea de Derechos Humanos, la Federación Internacional de las Ligas de Derechos Humanos, la Organización Mundial Contra la Tortura, el Instituto de El Cairo para el Estudio de los Derechos Humanos y Reporteros sin Fronteras. Ídem, p. 39. 101 El ejército tunecino es considerado como el gran vencedor de la revolución tunecina, al negarse a participar en los actos represivos ordenados por el régimen. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 131. 102 El general Rachid Ammar fue destituido de su cargo por contravenir la orden presidencial de cargar contra las concentraciones organizadas en las principales calles de la capital. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 39. 103 Ídem, p.41-52. 104 Fued Mebaza se trató del presidente del Parlamento y destacado dirigente del partido presidencial, el Rassemblement Constitutionel Démocratique. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 256. 105 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 41.

37

Mebaza presentó sus primeros decretos con diversos objetivos. Por una parte,

estableció el toque de queda y el estado de emergencia en todo el país por un mes. Por

otra parte, inició un proceso de legalización de formaciones políticas que habían sido

ilegalizadas durante la etapa benalista. Posteriormente, llevó a cabo la formación de un

gobierno de unidad nacional106 anunciado el 29 de enero, el cual se disolvió en pocos días

debido a la desigualdad en cuanto a la distribución de carteras ministeriales en beneficio

del RCD y el rechazo de la población a un gobierno formado por miembros afines al

régimen de Ben Ali. Ante este recelo contra el RCD Mebaza bloqueó la influencia del

partido en la gestión del proceso revolucionario, llevando a cabo diversas medidas como

la contención de los movimientos del aparato organizativo de dicho partido, suspendiendo

temporalmente su actividad y solicitando su disolución al Tribunal de Primera Instancia

de Túnez, además de bloquear el margen de maniobra parlamentario del RCD.

En este contexto se produjo la fractura de las movilizaciones ciudadanas en Túnez en

tres campos sociopolíticos, pudiendo diferenciar las siguientes aspiraciones: aquellos que

querían continuar la revolución, los que esperaban boicotearla y los que llamaban a

conceder un voto de confianza al gobierno interino para restaurar el orden social y

proceder a reactivar la economía y la vida laboral tunecina.

A pesar de estas medidas, Túnez seguía siendo testigo de una gran inestabilidad

política, lo que llevó a Mebaza a realizar nuevos cambios a mediados de febrero, como

por ejemplo la creación de la Instancia Superior para la Realización de los Objetivos de

la Revolución, de la Reforma Política y de la Transición Democrática; creación de dos

comisiones nacionales destinadas a la investigación de la corrupción y de los abusos;

decretó la amnistía para los presos políticos; incluyó a Túnez en el Pacto Internacional de

los derechos civiles y políticos y puso fin al toque de queda en el territorio nacional.

Sin embargo, las protestas no cesaron y se exigió la dimisión de todos los integrantes

del Ejecutivo provisional que llevó a la dimisión del primer ministro, Ghannouchi, el 27

de febrero y al ascenso como sucesor de este de Béji Caïd Essebsi107.

106 El gobierno de unidad nacional estaba formado por doce ministros benalistas y ocho representantes de UGTT y los partidos de la oposición crítica Ettajdid, PDP y Foro Democrático para las Libertades y el Trabajo. Ídem, p. 42. 107 Beji Caid Essebsi, abogado de 85 años, exministro con Burguiba y presidente dela Cámara de los Diputados en los primeros años de Ben Ali hasta su distanciamiento con dicho régimen. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 257

38

Para marzo, Mebaza anunció los nuevos principios que regirían la gestión de la

revolución tunecina, algunos de los cuales eran el respeto al artículo 57 de la Constitución,

la protección y estabilización del Estado, la fidelidad a la memoria de los mártires caídos,

etc., principios que se concretaron mediante diversas actuaciones, como la renovación

extensa de la composición del gobierno provisional, la creación de una Instancia Nacional

Independiente para la reforma del sector de la información y la comunicación o la

regulación de los poderes del Estado.108 Además, anunció su intención de permanecer al

frente de la jefatura del Estado hasta la celebración de elecciones Constituyentes previstas

para el 24 de julio.

En este contexto, el Parlamento Europeo declaró la debilidad de los mecanismos de

cooperación entre la Unión Europea y Túnez, y se dio paso a la apertura de un debate

sobre el futuro de la política de la Unión Europea hacia los países del sur del

Mediterráneo, llevándose a cabo la creación de la Asociación para la Democracia y la

Prosperidad Compartida con el Sur del Mediterráneo. Este programa estipulaba que la

Unión Europea colaboraría con aquellos países que se mostrasen más avanzados en el

proceso de democratización, para lo cual era muy relevante la celebración de elecciones

libres, justas y abiertas a observación internacional. Ante esta oportunidad, el gobierno

de Mebaza anunció su negativa a controlar el sistema electoral, sancionando el 18 de abril

el decreto-ley de creación de la Instancia Superior Independiente para las Elecciones y,

el 10 de mayo, un nuevo decreto-ley resolvió las negociaciones para la realización de los

objetivos de la Revolución en materia de reforma electoral.109

Con este nuevo decreto-ley, Mebaza impuso sus propias normas del juego electoral,

entre las cuales cabe resaltar dos: una composición paritaria de las listas electorales a la

Asamblea Constituyente y la denegación del derecho de sufragio pasivo a los

responsables del RCD y de los gobiernos de Ben Ali. Además, Mebaza llevó a cabo el

aplazamiento de las elecciones hasta el 23 de octubre.

Mientras que las huelgas y manifestaciones continuaron de manera más controlada y

localizada, Mebaza llevó a cabo una actividad diplomática en el extranjero denominada

108 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 45. 109 Ídem, p.47.

39

el Plan Jazmin110, mediante el cual llegaron grandes cantidades de ayudas económicas

para la recuperación y desarrollo de Túnez.

Con todo esto, Túnez se encontró con diversas amenazas en lo concerniente a la

celebración de elecciones constituyentes temiéndose el estallido de un proceso

contrarrevolucionario.111 Como consecuencia, los partidos políticos miembros de la Alta

Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución llevaron a cabo dos

pactos:

Por un lado, el Pacto Republicano, el 30 de junio de 2011, que estipulaba la naturaleza

árabe-musulmana del país, la separación de poderes, elecciones democráticas, igualdad

de todos los ciudadanos ante la ley o la solidaridad con el pueblo palestino entre otras

medidas.

La Declaración de la Transición Democrática, acordado el 15 de septiembre del

mismo año, en donde se acordaba el respeto ante la ley electoral y se llevaba a cabo la

promesa de un comportamiento digno durante la campaña. Además, sus signatarios se

comprometían a elegir a un presidente de la Asamblea o designar al presidente de la

República.

Las elecciones tunecinas han sido las primeras auténticamente libres y democráticas

del mundo árabe. Como veremos, y como expone Anthony Billingsley, en Túnez, “el voto

reflejó un compromiso genuino con la democracia, los derechos humanos y la protección

de las minorías”112.

Con la celebración de elecciones el 23 de octubre damos paso a la etapa

posrevolucionaria, en donde se aprecia un auténtico ejercicio de libertad que pasa por la

110 El Plan Jazmín se trató de una búsqueda de patrocinadores extranjeros para su programa de recuperación y desarrollo económico en donde Túnez recibió diversas ayudas económicas, entre las cuales podemos destacar que el Banco Mundial destinó mil quinientos millones de dólares para apoyar iniciativas de acceso a la información, educación, desempleo, etc. Por su parte, El Banco Europeo de Inversiones destinó ochocientos millones de euros para incentivar la pequeña y mediana empresa del país y crear empleo. El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo también colaboró en Túnez a finales de año. Igualmente, el presidente de Estados Unidos propuso destinar veinte millones de dólares a Túnez para la promoción de la pequeña y mediana empresa. Ídem, p. 48. 111 Esto se debe a que la preparación de las elecciones afrontó diversas amenazas como por ejemplo un golpe de Estado en caso de que el partido El-Nahda obtuviese la victoria y atentados contra la libertad de expresión y reunión de dicho partido, actuaciones violentas de grupos salafíes contra los manifestantes, incursiones en territorio tunecino de miembros asociados a Al Qaeda, acusaciones entre partidos en temas de corrupción, etc. Ídem, p. 50. 112 Lluís Bassets, en su obra El año de la revolución. Cómo los árabes están derrocando a sus tiranos, 2012, p. 262, alude a Anthony Billingsley en su publicación el 30 de noviembre de 2011 en Foreign Affairs.

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decisión del gobierno interino de trasladar su organización a una Instancia para la

Transición en vez de al Ministerio del Interior. Los desafíos que llevaba consigo la

transición tunecina fueron unas elecciones para una Asamblea Constituyente, la elección

de presidente interino, distribución de representantes y trabajos en comisiones,

nominación del jefe de Estado y constitución de un ejecutivo provisional.

Como vemos, Túnez ya ha llevado a cabo una completa ruptura con el régimen de

Ben Ali y ha dado paso a una fase constitucional, por lo que Túnez puede ser considerado

como una excepción en relación a otros países árabes que han experimentado un proceso

revolucionario similar.113

Haciendo un recorrido por los primeros comicios democráticos creemos conveniente

destacar la elevada tasa de participación, que se refleja en el desarrollo de una Asamblea

plural de casi treinta grupos políticos en donde encontramos islamistas y laicistas,

partidos novedosos y partidos viejos o miembros afines al régimen de Ben Ali y miembros

que se mostraron contrarios al mismo. Esta cantidad de partidos presentaron 11.686

candidatos para 33 circunscripciones, quedando en cabeza el partido islamista moderado

En-Nahda114 con el 37% de los votos, obteniendo 90 escaños de los 217 en disputa.

Mohamed Hachmi Haamdi, con su Arida sha´abiya o Petición Popular obtuvo 19 escaños,

sin embargo, debido a su vinculación con el régimen anterior perdió 9 escaños. Por lo

tanto, seguido de En-Nahda se posicionó el Congreso de la República de Moncef

Marzouki, con 29 escaños y el 8,9% de los votos, siendo posteriormente elegido

presidente interino.115 En tercera posición se asentó el Foro Democrático por el Trabajo

y las Libertades.116

El resultado de estas elecciones fue una Constitución provisional aprobada por la

Asamblea Constituyente el 11 de diciembre de 2011 hasta la llegada al año siguiente de

una Constitución definitiva. Esta Constitución provisional daba amplios poderes

presidenciales, establecía la independencia del poder judicial, mantenía en manos del

113 Fuentes C, Ignacio. “Libia y Túnez: dos transiciones contrapuestas”. Cuadernos de estrategia, Nº. 168, 2014, p. 193. 114 En-Nahda se define como un partido islamista moderado con objetivos religiosos explícitos. Inspirado en los Hermanos Musulmanes, busca islamizar la sociedad mediante la predicación de su doctrina. Oficialmente, este partido fue legalizado el 1 de marzo de 2011, siendo su papel en la primavera árabe muy restringido. Tras la victoria electoral del 23 de octubre, En-Nahda tomó un gran control de las riendas del Gobierno y colocó a sus líderes como ministros formando un gobierno de coalición junto con CPR y FDTL, que se conoce como la Troika. Ídem, p. 208. 115 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 261. 116 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 53.

41

Ministerio del Interior la organización de las elecciones y recaía sobre el presidente el

nombramiento del jefe del ejecutivo117 entre la fuerza política vencedora en las

elecciones.

En la trayectoria tunecina, al igual que en otros países árabes, el islamismo político118

ha tenido que llevar a cabo acuerdos con otras fuerzas políticas debido a la escasez de

escaños obtenidos, sin embargo, sí que ha tenido y tendrá gran peso en la elaboración de

una Constitución. Sin embargo, creemos conveniente considerar que la victoria de En-

Nahda no ha supuesto una mejora en las condiciones de vida de la población y en la

situación política de Túnez, siendo tres problemas los que se presentan en el transcurrir

del proceso de transformación social, económico y político de Túnez. Para ello, nos

apoyamos en la clasificación de desafíos que lleva a cabo Ignacio Fuentes Cobo119,

problemas con los que coincide Sami Naïr120, pudiendo hacer una diferenciación entre

tres tipos de problemas:

1) Desafíos económicos.121

Según Ignacio Fuentes Cobo, tres son las principales causas que explican la dramática

situación económica122 de este país y a las cuales el gobierno debe enfrentarse. Por un

lado, la corrupción que, finalizada la revolución, continúa mediante redes clientelares

mantenidas por los poderes locales. “Si en el pasado el partido en el poder (RCD)

sostenía a la administración apoyando sus políticas públicas, su desaparición ha

supuesto la desestabilización de unas relaciones de poder local que, aunque corruptas,

eran estables, las cuales han sido recompuestas en los últimos tiempos sobre unas bases

mucho más anárquicas.” 123

117 Sobre el jefe del ejecutivo recaía el poder propiamente dicho, la presidencia del Consejo de Ministros, los nombramientos de los ministros, atribuciones y competencias, y todos los otros nombramientos de las instituciones del Estado a excepción de los jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas y del muftí, autoridad religiosa oficial, cargos de nombramiento presidencial que requieren sin embargo la concertación del primer ministro. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 261. 118 El Islamismo político es la utilización de la religión como ideología de combate en el marco ciudadano. Se manifiesta en diversas versiones y cabe destacar el partido tunecino En-Nahda o Hermanos Musulmanes en Egipto como ejemplos de esta corriente. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 289. 119 Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 193-209. 120 Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 58-62. 121 Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 194-197. 122 Hay que tener en cuenta que la crisis de 2007 afectó enormemente a Túnez debido a su dependencia con Europa disminuyendo los ingresos turísticos e incrementándose la tasa de paro. Ídem, p. 194. 123 Ídem, p.195.

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Por otro lado se encuentran las desigualdades regionales124 en cuanto a la distribución

de la riqueza, lo que suscita un sentimiento de injusticia entre la población tunecina que

habita las regiones más desfavorecidas.

Por último, como ya hemos comentado anteriormente, el paro masivo de los jóvenes

entre los 18 y 29 años de edad se sitúa en un 30%, siendo de un 50% para los diplomados,

lo que suscita un gran malestar popular y evidencia el fracaso del papel del estado en

cuanto a la generación de empleo.

2) Inestabilidad en el control de las fronteras125

La inestabilidad en el control de las fronteras, delimitadas por el Ejército francés y el

Imperio Otomano en la Convención de Trípoli de 1910, se explica debido al vacío de

seguridad que surge como consecuencia de la caída del régimen de Ben Ali. Esto ha

supuesto el incremento de la incursión de grupos yihadistas126 y el incremento del

contrabando transfronterizo, pudiéndose tratar de recursos energéticos, tráfico de armas

o drogas.127

3) Islamismo salafista128

Túnez tiene que afrontarse al desafío salafista, ya que esta corriente resulta una salida

fácil para la juventud marginada. Además, En-Nahda presenta una falta de definición

ideológica, en donde encontramos la ley Sharía, como principal objeto de debate y, por

último, nos encontramos con una creciente amenaza yihadista.

La presencia del salafismo en la sociedad tunecina lleva consigo el incremento de la

presencia de militantes salafistas en los barrios más desfavorecidos, como consecuencia

del vacío de poder. Además, supone una expansión en las formas más extremas del islam

militante, considerado por En-Nahda como resultado de la frustración y represión

conocida por la población civil. Por último, este salafismo supone la existencia de grupos

armados cuyo objetivo es la desestabilización del país.

124 Tradicionalmente, las regiones de la parte oeste de Túnez ha visto su nivel de vida estancado mientras que, la parte este, debido a las regiones costeras y la influencia de la capital, ha sido la que posé las mejores condiciones económicas. Ídem, p. 196. 125 Ídem, p. 197-204. 126 Túnez se está convirtiendo en un centro de operaciones para el yihadismo violento por ser considerado como un área de influencia estratégica y un centro de reclutamiento regional. Ídem, p. 199. 127 Los grupos contrabandistas que anteriormente estaban controlados por el poder estatal ahora han dado paso a nuevos actores incrementándose el tráfico de mercancías. Ídem. 128 Ídem, p. 204-209.

43

En cuanto a esta corriente en Túnez, podemos diferenciar entre el salafismo

académico129 y el yihadismo130. Por su parte, los salafistas académicos se han encargado

de desarrollar asociaciones religiosas y ganar influencia política, mientras que los

yihadistas, creen en la lucha armada en nombre de Alá fuera de Túnez, ya que esta región

es considerada como una tierra para la predicación y no para la yihad. Ambas corrientes,

tras la revolución de 2010-2011 y a pesar de la victoria del partido islámico moderado de

Ghanouchi, han aumentado su influencia ideológica, social y económica, ganando terreno

por medio de asociaciones islámicas en el caso del salafismo académico, surgiendo

nuevos partidos como por ejemplo Rahma y Asala131 o Ansar Sharía.132

Un caso particular lo encontramos con el partido vencedor En-Nahda. Poco después

de su victoria, En-Nahda comenzó a toparse con diversas dificultades en su asentamiento

en el nuevo clima político de Túnez mucho más abierto y pluralista, debido a la

ambigüedad que rodea las posiciones políticas y religiosas de dicho partido, en lo que

respecta a su identidad religiosa y a la forma de combatir la amenaza yihadista.

Por lo tanto, podemos considerar que Túnez cuenta con buenas condiciones para salir

adelante, sobre todo en lo referente al terreno económico133. Sin embargo, es necesario

que el desarrollo regional reduzca las diferencias entre las zonas costeras y el interior de

esta región, así como la mejora en las condiciones de trabajo de los jóvenes.134

129 El salafismo es una versión del islam que pretende el regreso a los fundamentos, a la esencia de la religión, rechazando la adaptación religiosa al mundo moderno. Se divide en dos grandes corrientes: la que aspira a tal objetivo mediante la educación y la persuasión, y la que opta por el recurso de las armas. De ahí deriva la distinción entre el salafismo cultural y el salafismo político, oscilando esta última entre ambas versiones. Así, el salafismo académico se trata de una forma de islam más pacífica y más apegada literalmente a las escrituras. Es una forma de islamismo suní que promueve la inmersión en los libros sagrados y es más próxima a los regímenes de poder. Naïr, La lección tunecina…, op. cit., p. 289. 130 El yihadismo salafista apoya la resistencia armada hacia los no musulmanes y hacia las fuerzas militares y policiales que son considerados como opresores de los creyentes. Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 206. 131 Combinan el salafismo con las preocupaciones sociales. Ídem, p. 207. 132 Movimiento salafista yihadista estrechamente ligado al yihadismo internacionalista. Plantea propuestas políticas y económicas para las diversas instituciones del país. Además, rechaza la violencia en suelo tunecino pero la apoya fuera de las fronteras de Túnez. Ídem. 133 Túnez cuenta con grandes activos en materia económica. Es el primer país de África en cuanto a competitividad y posee una economía diversificada, fundamentada en una agricultura competitiva, una minería próspera, suficientes recursos energéticos para cubrir las necesidades de este país, grandes posibilidades de turismo y una diversificada industria, por lo que su economía no solo se basa en la explotación de hidrocarburos. Además, el país presenta altos niveles de escolarización y de calidad de enseñanza y está situado en una posición estratégica geográficamente hablando, convirtiéndose en un buen intermediario entre el mercado europeo, el asiático y las economías del Golfo. Ídem, p. 197. 134 Ídem, p. 212.

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Concluir añadiendo que dicho país debe emplearse en combatir los problemas

económicos, donde se incluye la marginación de la juventud, lo que lleva consigo el

surgimiento de un sentimiento de frustración que puede derivar en una inclinación hacia

el salafismo más radical. Igualmente, Túnez tiene que luchar por que se reduzca la

inestabilidad de sus fronteras que, como hemos visto, da lugar al desarrollo progresivo

del contrabando y al auge del reclutamiento de combatientes islamistas destinados a

países como Siria o Malí. Por otro lado, Túnez tiene que dar una respuesta ante la falta

de organización ideológica que presenta el partido dominante de En-Nahda.

Por lo general, las revueltas acaecidas en este país han derivado en la adopción de una

serie de instrumentos legales que garantizan una serie de libertades públicas, como por

ejemplo la libertad de expresión, asociación, prensa, etc. Se tratan, además, de medidas

que garantizan una mayor autonomía respecto a los poderes ministeriales, especialmente

del Ministerio del Interior.135

Así, podemos considerar que el proceso de democratización en Túnez está suponiendo

una mayor liberalización, más visible desde 2011, y, por consiguiente, un retroceso de los

sistemas autoritarios presentes hasta entonces. 136

Como veremos, del destino de la revolución tunecina dependen en buena medida el

destino de las demás revoluciones en el mundo árabe, ya que Túnez abre y marca el

camino para las demás revoluciones en el mundo árabe actual. Se trata de una referencia

que, incluso si fracasase este impulso democrático, servirá de ejemplo.137

135 Pérez; García, “Las libertades…” op. cit., p. 86. 136 Ídem. 137 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 263.

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VI. EL DÍA DE LA IRA. EGIPTO

El 25 de enero de 2011 tuvo lugar en Egipto la celebración del Día de la Policía, que

se convirtió en lo que se ha denominado como el Día de la Ira, dándose el inicio de la

revolución egipcia. La movilización, inspirada por la revolución tunecina, se originó en

la ciudad de Mahalla, donde en la plaza de Tahrir los manifestantes exigían la derogación

del estado de excepción138, la dimisión de Hosni Mubarak139 y el fin del régimen

autoritario egipcio.140 Este estallido revolucionario se caracterizó por su gran intensidad

y rápida expansión141, al igual que por sus positivos efectos políticos, ya que consiguió

derrotar al régimen en tan solo tres semanas, régimen que, como veremos posteriormente,

estaba ya en plena decadencia hegemónica.

La población protagonista de la revolución egipcia de 2011 fue muy variada,

tratándose de población de todas las edades, hombres y mujeres, coptos y musulmanes o

seculares y religiosos142. Sin embargo, cabe destacar el papel emprendido por la población

joven, ya que fue el sector que más se movilizó debido a diversos factores como el gran

peso de la juventud en el conjunto de la población143, el alto porcentaje de desempleo144

entre este sector y la exclusión política145.

138 El estado de excepción estaba vigente en Egipto desde 1967 y solo fue levantado temporalmente por el presidente Anuar al-Sadat entre mayo de 1980 y octubre de 1981. La existencia del estado de excepción es la causa de que el pueblo egipcio haya sido considerado como un pueblo dócil, debido a que ha estado durante décadas privado de plena libertad política y personal. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revuletas…, op. cit., p. 59/61. “La declaración del estado de emergencia permite la supresión de las libertades individuales y derechos civiles de los ciudadanos como consecuencia de una situación extraordinaria de peligro o alerta nacional”. Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 208. 139 En octubre de 1981, Hosni Mubarak se convirtió en el presidente de la República de Egipto tras el asesinato de su jefe, Anuar el Sadat por parte de los islamistas durante un desfile militar. Al igual que sus sucesores, se apoyó en el aparato militar para mantenerse en el poder, fundó el Partido Nacional Democrático, creó una policía omnipresente empleada en la defensa del régimen, llevó a cabo un sistema de corrupción que lo enriqueció y llevó a la población egipcia a la pobreza. Además, decretó el estado de excepción, fabricó un Parlamento a su medida, colocó a sus hombres en los puestos estratégicos de los medios de comunicación y empleó el miedo al islamismo como justificación hacia las prácticas represivas empleadas por dicho régimen. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 19-21. 140 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 59. 141 En tan solo dos días las protestas se extendieron sobre siete de las veintinueve provincias más urbanizadas y pobladas de Egipto. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 280. 142 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 21. 143 Según los datos de la Agencia Egipcia Central de Movilización Pública y Estadísticas de 2007, un tercio de la población egipcia tenía entre quince y veintinueve años. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 72. 144 A pesar de que en la última década las cifras de desempleo se redujeron, el paro entre los jóvenes (especialmente entre los licenciados) aumentó el 9,7% en 1998 al 14,4% en 2006. Ídem, p. 70. 145 Los partidos políticos legalizados se caracterizaban por su desconexión de la base y por estar dirigidos por una gerontocracia alejada de la juventud. En 2000, el 67% de los jóvenes ni siquiera disponía de una tarjeta electoral. Ídem.

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Así, la necesidad de la población egipcia de hacerse escuchar y reivindicarse

libremente derivó en movimientos de protestas o en grupos de oposición progresivamente

mejor organizados, creados generalmente al margen de los partidos y movimientos

existentes, tratándose de movimientos no ideológicos, como por ejemplo la Coalición de

la Juventud de la Revolución, representada por diversos grupos como el Movimiento de

oposición 6 de abril146 o el Grupo Khaled Said.147

Las medidas exigidas en el transcurso de la revolución egipcia podemos dividirlas en

tres tipos atendiendo a los aspectos económicos, políticos148 y sociales149: Por un lado,

nos encontramos con las demandas políticas, como por ejemplo el fin del autoritarismo,

la gerontocracia, el clientelismo, la corrupción y la represión. Por lo que se refiere a las

demandas económicas, la población reclamaba la mejora de sus condiciones de vida150

mediante el descenso del desempleo, el aumento de los salarios151, el aumento de los

recursos básicos y el descenso de los precios de los alimentos152 y de las desigualdades

económicas. En cuanto a los reproches sociales, la población egipcia exigía el fin de las

humillaciones y aspectos como la libertad y la dignidad.

Todo este malestar se debe a que la liberalización de la economía había aumentado

las malas condiciones de la población, situación que se vio agravada por la privatización

de los sectores públicos. Así, la última década está caracterizada por el aumento de los

precios de los alimentos, llevándose a cabo una subida de la inflación en un 23,6% en

agosto de 2008, y la reducción de los salarios. Todos estos acontecimientos impactaron

en lo que conocemos como Estado del bienestar, llevándose a cabo reducciones

presupuestarias en el terreno educativo y en la sanidad.153

146 El movimiento de oposición 6 de Abril, cuya cofundadora es Israa Abdel Fattah, joven militante de los derechos civiles, fue creado en 2008. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 83. 147 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 73. 148 Ídem, p. 68. 149 Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 24. 150 Las condiciones de vida en Egipto son de extrema dureza, con una pobreza creciente y una gran corrupción que alimentan enfermedades psicológicas. El 30% de los egipcios viven en suburbios carentes de servicios más básicos, en cobertizos en las azoteas de las viviendas, en sus propios lugares de trabajo, en asentamientos de chabolas o en refugios. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 20. 151 “El sueldo medio de un trabajador de una fábrica estatal es de setenta dólares, y el de un médico de un hospital público con años de experiencia, de ciento cincuenta”. Ídem. 152 Según el Programa Mundial de Alimentos, el coste de la vida creció el 75% entre 1995 y 2005 en Egipto. Ídem. 153 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 68.

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El precedente de esta revolución egipcia debemos de buscarlo en la creación del

Comité Popular Egipcio de Solidaridad con la Intifada Palestina154 y en la proliferación

de diferentes plataformas a partir de 2005 que iban en contra del régimen de Mubarak,

como puede ser el caso de Kifaya.155 Fue la actuación de los sectores de la población más

perjudicados junto a obreros y la clase media urbana quienes llevaron a cabo estas

protestas que dieron fuerza a las revueltas de enero y febrero de 2011.156 Por lo tanto,

como en el caso anterior de Túnez y el activismo surgido a partir de las protestas de Gafsa,

en Egipto fue este activismo político el que facilitó el camino hacia el activismo

sindical.157

En el caso de Egipto, al igual que en la mayoría de los países árabes protagonistas de

la denominada primavera árabe, el uso de las nuevas tecnologías jugó un papel muy

significativo en el proceder revolucionario ya que permitió a la población el acceso a toda

información que no hubiese sido censurada por el régimen.158 En este país, el uso de las

nuevas tecnologías, teléfonos y redes sociales estaban limitados a una minoría joven y

urbana159, siendo la televisión crucial en dicho proceso, teniendo una importancia mayor

que los nuevos medios de comunicación y prensa. De hecho, el 26 de enero160 el régimen

cortó el acceso a internet y, cuatro días más tarde, el ministerio de Información cerró las

oficinas de Al-Jazeera en todo Egipto, abolió las acreditaciones a los periodistas y llevó

a la empresa propietaria del satélite Nilesat a romper los acuerdos con la emisora catarí,

teniendo esta que utilizar otros satélites que no estuviesen bajo control egipcio.161

154 La Segunda Intifada palestina despertó la rabia de miles de jóvenes egipcios, siendo la causa palestina uno de los principales factores que ha llevado a miles de egipcios a formar parte del activismo. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 22. 155 Kifaya, que se traduce como “Basta ya”, se trata de una asociación de la sociedad civil creada en julio de 2004 en El Cairo. Se trata de un movimiento laico, demócrata y en defensa de los derechos humanos. Kifaya lucha también contra la política israelí de ocupación y las agresiones mortales contra los palestinos. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 81-82. 156 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 21. 157 Hay que tener en cuenta que las protestas políticas que se llevaron a cabo en 2005 en contra del régimen experimentó un retroceso debido a diversas cuestiones como puede ser la escasa organización de las movilizaciones populares o la rivalidad entre los componentes de Kifaya. A pesar de esto, las protestas laborales no pararon de aumentar, registrándose una cifra de 3000 protestas en todo Egipto entre 2004 y 2010, a pesar de que en este país las manifestaciones estaban estrictamente prohibidas. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 63. 158 Barreda, Javier. “ Origen, evolución y caída del régimen de Mubarak”. Sociología Histórica, Nº. 1, 2012, p. 134. 159 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 285. 160 Una de las medidas que llevó a cabo el régimen de Mubarak durante las protestas de 2011 fue un apagón de las comunicaciones telefónicas e Internet de cinco días con el objetivo de obstaculizar las protestas, sin embargo, este acto no impidió que las protestas siguiesen su curso. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 64. 161 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 279.

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Ante estas movilizaciones, Mubarak, como respuesta, empleó una intensa represión

mediante las fuerzas de seguridad (asesinatos, secuestros, detenciones, violencia, “test de

virginidad”162, etc.) y realizó diversas promesas sin éxito, como por ejemplo la

introducción de reformas, la abolición del estado de excepción, el aumento de los salarios

o la bajada en los precios de los productos básicos. Además, remodeló el gobierno,

incidiendo en la dimisión de algunos cargos sospechosos de participar en casos de

corrupción y congelando algunas reformas económicas.163

Debido a la ineficiencia de la represión ejercida para frenar las revueltas, Mubarak

llevó a cabo tres intervenciones televisivas cuyo objetivo consistía en reconducir las

protestas. Dichas intervenciones estaban empleadas en esgrimir el temor hacia el

islamismo, hacer pública su intención de renunciar a su próxima candidatura como

presidente así como la de su hijo, y en la delegación de su autoridad presidencial en el

presidente Omar Suleiman, director de los servicios secretos desde 1993, de manera

temporal. Sin embargo, no anunciaba su total dimisión a la presidencia hasta el 11 de

febrero, cuando Suleiman comunica de manera oficial la dimisión de Mubarak164 como

presidente del gobierno egipcio, siendo el 12 de febrero cuando Hosni Mubarak huyó,

junto con su mujer e hijos, a la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij165, recayendo ahora su

mandato en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, encargado de la administración

del país.166

Tras la caída de Mubarak, la emprendedora ola revolucionaria que había comenzado

en Egipto dio claros indicios de retroceso aunque sin desaparecer, siguiéndose las

protestas a lo largo de febrero y marzo de 2011 en muchos países pero sin fructuosos

resultados.167 Se puede destacar el Movimiento Jóvenes de la Revolución 25 de Enero,

formado para mantener activa la oleada revolucionaria tras la caída del régimen y cuyos

integrantes formaban parte del Movimiento de oposición 6 de Abril, la Campaña por el

162 Los denominados “test de virginidad” estaban entre las medidas empleadas por el régimen de Mubarak para reprimir las manifestaciones, tratándose de abusos sexuales, torturas y humillaciones hacia la mujer. Podemos destacar el suceso que tuvo lugar durante la celebración el 9 de marzo del día de la mujer trabajadora, cuatro días después de la toma de los cuarteles de la policía estatal. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 137. 163 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas árabes…, op. cit., p. 60. 164 El 3 de agosto de 2011 comenzó el juicio contra Hosni Mubarak, acusado de asesinato premeditado e intento de homicidio contra los más de ochocientos manifestantes que murieron durante los dieciocho días de la revolución. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 162. 165 Ídem, p. 131. 166 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 279. 167 Ídem, p. 280.

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Cambio, Kifaya, las agrupaciones de izquierda y también ciudadanos ajenos a tales

organizaciones. Entre las exigencias de este movimiento encontramos la salida del poder

de todas las personas vinculadas al régimen, la creación de una Asamblea popular y de

consejos locales, la formación de un gobierno civil de transición hasta la celebración de

elecciones o un comité para la redacción de una Constitución, siendo esta última

exigencia la única aceptada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.168

Sin embargo, la caída del régimen autoritario de Mubarak no se debió exclusivamente

a la movilización de la población, sino que el poder de dicho régimen se encontraba ya

muy dividido por diversas causas169. Como ya hemos dicho, el régimen de Mubarak

controlaba el Estado, los aparatos de coerción y los medios de comunicación. Además,

disfrutaba de un gran apoyo político, económico y militar por parte de la Administración

norteamericana170, algo indispensable para la estabilidad del régimen en las últimas

décadas, y su poder económico estaba asegurado por un rígido sistema clientelista.

Durante su mandato, Mubarak encabezó a un grupo compuesto por burócratas,

magnates económicos y altos oficiales del Ejército. Sin embargo, debido a su avanzada

edad y sus problemas de salud, se puso en cuestión la sucesión presidencial, lo que hizo

aumentar la competición por el poder dentro de los componentes del régimen. Así, en

2000 se produjo la división del régimen en dos grupos: por un lado, la vieja guardia,

encabezada por Omar Suleimán y compuesta por burócratas y oficiales; por otro lado, la

nueva guardia, controlada por Gamal Mubarak y en la que se encontraban los principales

actores económicos.171 Esta división aumentó aún más con el paso del tiempo y la

convocatoria de elecciones presidenciales de 2010, donde cabe destacar por un lado la

“alianza de los beneficios”172, y por otro, el intento de Hosni Mubarak de nombrar como

sucesor a Gamal Mubarak, lo que perjudicaba los intereses de la vieja guardia. Por lo

168 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 131-132. 169 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 65-67. 170 Esta ayuda, cifrada en sesenta mil millones de dólares está íntimamente ligada a los intereses norteamericanos en la región, lo que viene siendo garantizar la existencia de un polo árabe moderado hacia Israel y permitir el control de las principales reservas energéticas del mundo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mitad de la ayuda está destinada a la compra de armamento norteamericano. Ídem, p. 74-77. 171 Ídem, p. 66. 172 La denominada “alianza de los beneficios” apostaba por un proceso de liberalización económica a través de reformas estructurales, compatible con las recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que aumentarían el poder del sector privado y, por lo tanto, de la nueva guardia. Ídem, p. 67.

50

tanto, como vemos, en el éxito de la revolución egipcia tomó un papel relevante la pérdida

de cohesión del poder hegemónico del régimen.

Por otro lado, la escasa representatividad de las formaciones políticas tradicionales se

vio agravada por el sentimiento de desconfianza ante las relaciones clientelistas que

llevaba a cabo el régimen y las rivalidades internas de las que hablábamos anteriormente,

En este contexto, surgieron nuevas formas de movilización popular que atrajeron a los

descontentos de los partidos tradicionalistas, como por ejemplo la Coalición Nacional por

el Cambio173.

Una vez tomada la iniciativa por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el cual

consideró la revolución como un golpe de Estado174, podemos hablar ya del inicio del

proceso de transición, en donde entran en juego tres fuerzas significativas. Por un lado,

el Ejército, considerada como la fuerza dominante por su influencia en el poder, siendo

la institución más poderosa y respetada del país, caracterizada por llevar a cabo una

continuidad de las prácticas represivas ejercida por el antiguo régimen aunque de menor

intensidad. Por otro lado, Los Hermanos Musulmanes, con gran influjo entre la población

egipcia y electoralmente ascendente, y, por último, la oposición laica y liberal de la plaza

Tahrir, minoritaria y sin una clara ideología.175

En este proceso de transición hacia la democracia que vivió Egipto durante 2011 sería

relevante añadir que existió un débil equilibrio de poder, donde se han ido sucediendo

cuatro jefes de Gobierno distintos que fueron derrotados progresivamente debido a las

revueltas o la desconfianza del Ejército. Semanas antes de abandonar su poder, el 29 de

enero, Mubarak destituyó a Ahmed Nazif, quién había sido su primer ministro desde 2004

y quién meses después sería arrestado y acusado de diversos delitos de corrupción y

malversación de fondos176, para intentar apaciguar a los manifestantes, siendo este

sustituido por Ahmed Shafiq hasta el 3 de marzo cuando fue destituido por el Consejo

Superior de las Fuerzas Armadas por su íntima relación con Mubarak. Como primer jefe

de Gobierno, identificado con la revolución, miembro de la oposición y exministro de

Mubarak, destaca Essam Sharaf, hasta el 21 de noviembre, día en el que dimite presionado

por el Ejército y por la población revolucionaria. Posteriormente, Essam Sharaf fue

173 Ídem, p. 69. 174 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 281. 175 Ídem. 176 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 148.

51

sustituido por Kamal Ganzouri, exministro tecnócrata de Mubarak en 1990 y partidario

de su dictadura hasta el día de la caída del régimen.177

Como vemos, el año de la transición egipcia ha tenido diversos momentos críticos, en

donde cabe destacar la toma de la embajada israelí,178 el 9 de septiembre de 2011 o la

“matanza de Maspero”179, el 9 de octubre del mismo año, acto que demostró que la

represión de las manifestaciones registradas desde la caída de Mubarak evidencia la

escasa receptividad del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas ante las demandas de

la población y su incapacidad para proteger a los ciudadanos egipcios.180

Esta transición de la que hablamos llevó a una primera reforma constitucional

impuesta por los militares y apoyada por las dos ramas del islamismo político. Esta

reforma se planteó como una especie de elección entre estabilidad-continuidad o

inestabilidad-ruptura con el viejo régimen de Mubarak. Así, se celebró un referéndum el

19 de marzo, con una obtención del 77% de votos a favor de la vía reformista. Este voto

favorable fue defendido por los Hermanos Musulmanes y el Partido Nacional

Democrático y respaldado por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, quién se

encargó de nombrar a aquellos integrantes que llevarían a cabo la redacción de las

enmiendas constitucionales.

El 19 de marzo de 2011 se celebró un referéndum para llevar a cabo una reforma

constitucional181 que no se llegó a plantear de tal modo, sino que fue una especie de

177 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 282. 178 Se producen las primeras manifestaciones antiisraelíes, que terminan con el asalto de la Embajada del país vecino y la salida de urgencia del personal diplomático protegido por el Ejército. Ídem. 179 La matanza de Maspero, último de los incidentes en donde se ha visto involucrado el ejército, se trató de una manifestación pacífica de los cristianos coptos convocada como protesta ante la destrucción de varias iglesias frente al edificio de la televisión oficial conocido como Maspero, que le da el nombre a dicho suceso. Este acontecimiento se saldó con la muerte de 24 cristianos coptos y trescientos heridos, casi todos por disparos o arrollados por los blindados militares. Un dato importante es que los coptos se hallan cada vez más perseguidos por los seguidores de la corriente del salafismo, encontrándose cada vez más exentos de libertades de expresión, haciendo temer la victoria electoral islamista y el peso del salafismo en el Parlamento el futuro de esta comunidad, que representa el 10% de la población egipcia y que es parte de la identidad histórica de Egipto. Ídem, p. 283. 180 En abril de 2011 las fuerzas de seguridad dispararon en un intento de dispersar a los manifestantes pacíficos que habían pasado la noche en la plaza de Tahrir, dejando dos muertos y decenas de heridos. Decenas de miles de personas se habían reunido para mostrar su repulsa por las prácticas de los militares, entre las que se incluyen la tortura, los exámenes de virginidad hacia las mujeres partícipes en las manifestaciones y la detención administrativa de miles de personas que han sido juzgadas por tribunales militares. Dos meses más tarde, el 29 de junio, una protesta de familiares fallecidos durante la revolución acabó con más de mil heridos. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 81 181 La reforma incluía once modificaciones en nueve artículos de la Carta Magna, a través de las cuales se abría el acceso a la candidatura presidencial, que hasta entonces había sido muy limitado, y se establecía un máximo de dos mandatos de cuatro años cada uno al futuro jefe de Estado. Rodríguez, op. cit., p. 140.

52

elección entre estabilidad-continuidad o inestabilidad-ruptura con el viejo régimen. El

resultado fue un 77% de los votantes a favor de la vía reformista. Este voto favorable fue

defendido por los Hermanos Musulmanes y el Partido Nacional Democrático y contó con

el respaldo del Consejo Supremo, quien se encargó de nombrar a aquellos integrantes que

llevarían a cabo la redacción de las enmiendas constitucionales. Así, en julio la Junta

Militar anunció la nueva ley electoral para la celebración de las elecciones, que se llevaron

a cabo en tres jornadas entre el 28 de noviembre de 2011 hasta el 11 de enero de 2012,

siendo la Comisión Constitucional de 100 miembros la encargada de redactar la

Constitución definitiva a la democracia.182

Hasta junio de 2012, fecha destinada a la celebración de elecciones presidenciales, el

Consejo Superior de las Fuerzas Armadas fue quién tomó las riendas del país.183 Esta

Junta Militar, dirigida por un triunvirato184, está formada por Hussein Tantaui, presidente

del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas y el equivalente al presidente del país hasta

la celebración de elecciones presidenciales en junio de 2012, Sami Hafez Anan y Reda

Mahmoud Mohamed Hafez, todos integrantes de la vieja guardia del régimen. Por su

parte, la nueva guardia, con Gamal Mubarak a la cabeza fueron derrotados y la mayoría

de sus responsables encarcelados. Omar Suleimán, que fue nombrado vicepresidente

horas después de la caída de Mubarak, también vio peligrar su poder.185

Desde la dimisión de Mubarak, estos militares representan la máxima autoridad en

Egipto, dirigiendo la transición hacia una especie de caos político que les permitiesen

permanecer en el poder. Esta Junta dispone del poder administrativo, legislativo y

ejecutivo. Además, entre sus acometidos está la elección de altos cargos y la

determinación y control del presupuesto militar.186

Sin embargo, esta posición que presentó el consejo Supremo de las Fuerzas Armadas

suponía grandes dificultades para llevar a cabo de forma rígida el proceso de transición

democrática. Esto se debe a que la Jefatura del Estado confía la administración del país a

182 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 283. 183 En un primer momento, el Consejo Supremo tenía como objetivo controlar el país durante un período de transición que abarcaría seis meses, para dar estabilidad y seguridad. Sin embargo, el resultado fue su perduración y la falta de voluntad de delegar el poder en las autoridades civiles. 183 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 78. 184 Ídem. 185 Ídem. 186 El 1 de noviembre, antes de las elecciones, se llevó a cabo la realización de un borrador de Declaración de Principios Fundamentales para el Nuevo Estado Egipcio en donde se plasmaban estas ideas y que fue objeto de nuevas protestas. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 283.

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dicho organismo militar y a la supremacía existente del poder civil sobre el poder militar,

supremacía que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas quiere evitar inscribiéndose

en la nueva Constitución como un poder apartado que esquiva el poder democrático, lo

que presenta una gran dificultad para que el Consejo Supremo se legitime

democráticamente y ceda sus poderes, sometiéndose así al control parlamentario y al

poder civil.187

En cuanto a las elecciones democráticas, cuyo comienzo fue el 28 de noviembre de

2011, están caracterizadas por el afán de participación de todos los ciudadanos. Según

Lluís Bassets, “El sistema establecido por los militares es de una gran complejidad para

elegir a los 498 diputados y a los 270 miembros de la cámara alta, quienes a su vez

elegirán a los cien parlamentarios que conformarán la Asamblea Constituyente. Dos

tercios de los diputados son elegidos por sistema proporcional en listas cerradas y el

tercio restante por el sistema uninominal mayoritario”. 188

Este tipo de elección favorece la concentración del voto islamista y la fragmentación

del voto progresista y laico. Así, la amplia mayoría islamista está representada por el

Partido de la Libertad y Justicia surgido de los Hermanos Musulmanes, con casi un 50%

de escaños y, en segundo lugar, el salafista An-Nour con una cuarta parte.189

Haciendo referencia al islamismo político en Egipto, hacer hincapié en los Hermanos

Musulmanes, considerada la organización islamista más grande y antigua del mundo

árabe190. Dicha hermandad no es un partido político en sí, sino una organización religiosa

con vocación política. Además, goza de una amplia implantación en la sociedad egipcia

y se ha propagado progresivamente en la mayoría de los países árabes en donde se ha

dejado ver su influencia ideológica, sobre todo en Siria y Jordania191.

187 Ídem, p. 284. 188 Ídem, p. 285-286. 189 Ídem, p. 286. 190 Fue fundada por Hassan al-Banna en 1928, tras la caída del Imperio Otomano. En sus inicios fue un movimiento no violento que en torno a 1950 ya disponía de dos millones de miembros y se había extendido a otros países como Siria, Palestina y Jordania. En el año 2008 se estimaba que el número de miembros de la organización que pagaban contribuciones oscilaba entre el millón y los cuatro millones. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 70. 191 Lampridi K, Athina. “Los Hermanos Musulmanes: ¿Una fuerza centrífuga o centrípeta?”. Revista CIDOB d’afers internacionals, Nº. 93-94, 2011, p. 112.

54

Su ideología se fundamenta en la no violencia192, el apoyo al renacimiento del islam

y lucha contra el colonialismo y la influencia del mundo occidental.193 Además, esta

organización ganó un gran dinamismo al participar en los movimientos de protesta que

se estaban dando en Egipto en la última década, sin embargo, el abandono de ellos tuvo

gran relación con el declive de la hermandad y su pérdida de capacidad movilizadora. Los

Hermanos Musulmanes, mediante el Partido Libertad y Justicia, pueden estar interesados

en un escenario continuista siempre que obtengan una representación acorde a su

implantación en el país y puedan tomar parte del gobierno. Sin embargo, esto puede ser

costoso debido a que en los últimos años, las divisiones internas de la Hermandad han

dado lugar a una progresiva pérdida de popularidad, credibilidad y apoyo.194 Además,

como vemos con estas oleadas revolucionarias en donde la juventud árabe ha sido muy

influyente y, como indica el sociólogo Patrick Haenni, el islamismo estricto está siendo

superado por un islamismo “light” que no apoyo la ley Sharía ni es defensor de un Estado

Islámico.195

Por otro lado, resulta importante señalar la consideración de algunos autores, como

Athina Lampridi, de la utilización de la hermandad por el régimen de Mubarak para

impedir la creación de un partido político legal que discutiese los poderes recaídos sobre

dicho régimen, al presentarse los Hermanos Musulmanes como única fuerza de oposición,

facilitando así al gobierno egipcio su statu quo.196

A modo de conclusión, añadir que desde el inicio de la revuelta la economía egipcia

no ha dejado de retroceder, debilitándose la inversión extranjera debido a las

incertidumbres políticas, así como los ingresos por turismo. Igualmente, la debilidad

económica mundial ha hecho reducir el flujo de comercio a través del Canal de Suez,

principal fuente de ingresos de Egipto junto con el turismo y las remesas. Además, el

desempleo ha aumentado debido a que la guerra civil libia ha obligado a multitud de

egipcios a retornar a su país. Por su parte, las medidas del Consejo Supremo de las Fuerzas

Armadas para solventar esta coyuntura económica ha sido recuperar los subsidios a los

192 Aunque la doctrina oficial de los Hermanos Musulmanes sea la no violencia, Ayman al-Zawahiri, miembro de Al Qaeda, formó parte de este movimiento antes de exiliarse y convertirse en uno de los líderes del terrorismo internacional. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 87. 193 Ídem, p. 86. 194 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 83-84. 195 Tahar Ben Jelloun, en su obra “La primavera árabe: el despertar de la dignidad”, alude a una entrevista de Patrick Haenni publicada en Libération el 8 de febrero de 2011, en donde se trata sobre el futuro del poder de los Hermanos Musulmanes. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 88-89. 196 Lampridi, “Los Hermanos Musulmanes…” op. cit., p. 112/ 124-126.

55

alimentos de la cesta básica, aumentar el salario de los funcionarios, lo que a su vez ha

llevado al incremento del gasto público.197 Igualmente, la ayuda norteamericana, que no

se ha interrumpido, ha garantizado una relativa estabilidad en la zona, aunque no es

suficiente por si sola para satisfacer las necesidades de los egipcios ni está garantizada en

un futuro.198

En el caso de Egipto, tras la caída de Mubarak no se ha llegado al final del

autoritarismo, sino que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha llevado a cabo

una especie de continuidad y de resistencia al cambio respecto a las directrices del antiguo

régimen, manteniendo el estado de excepción. Sin embargo, las fuerzas democráticas

egipcias no abandonan su afán de hacer de Egipto un lugar verdaderamente democrático,

dándose el surgimiento de nuevos partidos políticos y asociaciones profesionales y

celebrándose las primeras elecciones verdaderamente libres en consejos universitarios y

sindicatos profesionales.199 Sin embargo, la posición hegemónica de los militares egipcios

y los intereses internacionales en la región hacen difícil creer en un Egipto democrático a

corto plazo, y la fachada democrática que el régimen de Mubarak mantenía es utilizada

por las fuerzas conservadoras200 que persiguen mantener el statu quo. De tal modo, la

democracia en Egipto es considerada como un reto y la elección de un nuevo presidente

no contribuyó a la mejora sustancial de la región.

197 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…op. cit., p. 80. 198 Ídem p. 81 199 Ídem p. 82. 200 Los militares egipcios, el oficialista PND y los líderes de los Hermanos Musulmanes. Ídem, p. 83.

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VII. LIBIA. UN FUTURO INCIERTO

Al igual que en la mayoría de los países árabes, en enero de 2011 se dio paso a una

serie de protestas en Libia que no tuvieron mucha entidad. Ante esta situación, Muammar

Gadafi201 empezó a realizar una falsa para agudizar las protestas y anunció una serie de

medidas preventivas como liberar a presos políticos, llevar a cabo planes de gasto social

o bloquear los accesos a redes sociales. Además, intentó convencer a la comunidad

internacional sobre un plan de reformas políticas. Sin embargo, Gadafi, deseoso de no

caer como Ben Ali en Túnez o Mubarak en Egipto, consideró que la única alternativa era

la guerra, apoyándose para ello en las bandas mercenarias que estaban a merced del

dictador. Así, la revuelta libia se caracteriza por la rapidez con la que toma fuerza y

amplitud territorial y la brutalidad de la represión empleada por el régimen.202

El 15 de febrero de 2011 se da paso a la oleada de revueltas de mayor trascendencia

en Libia, estallando en Bengasi203 y desembocando en la caída de Trípoli a finales de

agosto y en el derrocamiento del régimen de Muammar Gadafi en octubre tras su muerte,

la de su hijo Mutasim y varios de sus colaboradores.204

Las causas del levantamiento popular en Libia son similares a las de los demás países

comentados, siendo la represión205 hacia todo tipo de disidencia ideológica, la

omnipresencia de los órganos de inteligencia y seguridad, la ausencia de libertades

individuales y colectivas, o el autoritarismo extremo206 las motivaciones más destacadas.

201 Gadafi, capitán autoproclamado coronel dio un golpe de estado, depuso al rey Idris Senusi en 1969, haciéndose con el poder. Muy pronto, inventó una república, lo que se conoce como Yamahiriya y se fue apropiado de Libia, manteniendo el país bajo su yugo. Además, sustituyó el Corán por el Libro Verde, el cual es a la vez la Constitución y la Biblia, siendo la referencia suprema del país. El sistema dictatorial de Gadafi es una forma de Estado basado en un conjunto de tribus y clanes, en donde no existe gobierno, partidos políticos ni Parlamento, solo Gadafi es el garante de la unidad de Libia. Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 126/129/134. 202 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 264. 203 Bengasi, situada en la región de Cirenaica, la más descuidada por el Estado en cuanto a inversiones, representó siempre el bastión de la oposición al régimen de Gadafi. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 241. 204 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 145. 205 Al igual que en otros países árabes, en Libia, el régimen de Gadafi justificó la represión ejercida como método contra el terrorismo. “El presidente Gadafi afirmó que los manifestantes eran «jóvenes a los que Al-Qaeda ha drogado echándoles píldoras alucinógenas en el Nescafé»”. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 246. 206 Muammar Gadafi, coronel y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, fue quien dirigió libia durante cuarenta y dos años. Debido a su variante programa ideológico llevó a cabo grandes cambios de rumbo en el terreno económico, político y social, derivando de ello un exceso de autoritarismo que se ejemplifica en la tradición de hechos y dichos del Profeta Mahoma, supresión de la sunna o la prohibición de instrumentos musicales en espacios públicos, cines o teatros, vestimentas occidentales o la enseñanza de idiomas “imperialistas”. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 157-158.

57

Además, encontramos igualmente causas económicas, como la degradación de los

servicios públicos y las privatizaciones impulsadas en los últimos años por el gobierno,

los efectos de la crisis financiera mundial y la negligencia estatal, que se tradujo en el

aumento de los precios de los productos básicos, aumento del desempleo207, inflación,

falta de expectativas laborales entre el sector más joven de la población y la corrupción

crónica. Además, el descontento popular se vio agravado por la agitada política exterior208

y el crítico programa ideológico del régimen de Gadafi.209

En el caso de Libia, el detonante lo encontramos en la detención de Fathi Terbil210

por cinco oficiales de la Agencia de Seguridad Interna, lo que causó un gran resentimiento

entre la población, llevando a esta a concentrarse frente a los cuarteles de la Agencia de

Seguridad en Bengasi para exigir la puesta en libertad de este individuo, manifestación

que recibió una gran represión policial. Tras el estallido de protestas el 15 de febrero, el

desarrollo del conflicto podemos desmembrarlo en tres fases, atendiendo a la división

establecida por Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio Álvarez-Ossorio.211

Una primera etapa212 abarca el período desde el 17 de febrero213 al 18 de marzo, en

donde las protestas fueron extendiéndose rápidamente a las ciudades más cercanas a la

capital, como Bayda, Darna, Zintán214, Tayurá, Sebrata o Zuara, siendo el principal

obstáculo para el régimen la caída de las ciudades de Zawiya, recuperada después tras un

asedio, y Misurata, entre Trípoli y Sirte, en manos de los rebeldes.215

Con la expansión de las revueltas la represión se fue incrementando, mediante el uso

de las armas de fuego a cargo de las fuerzas a pie, en un primer momento, y

207 En 2010 Libia disfrutaba del mayor índice de desarrollo humano de África, con una gran riqueza petrolífera, sin embargo el desempleo superaba el 20% ya en 2009 y un 16% de las familias carecían de ingresos. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 237. 208 Los vaivenes de la política exterior del régimen de Gadafi pueden consultarse en Gutiérrez; Álvarez Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 162-166. 209 Ídem, p. 153. 210 Fathi Terbil, es un abogado y activista de los derechos humanos, conocido por sus gestiones en defensa del esclarecimiento de la matanza de la cárcel de Abu Selim, en 1996 en donde Gadafi llevó a cabo una ejecución masiva que como resultado tuvo 1200 víctimas. Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 264. 211 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 151-153. 212 Ídem, p. 151. 213 El 17 de febrero, activistas de diversas regiones del mundo árabe convocaron el “Día de la Ira”, inspirado en la revuelta tunecina. Tanto esta concentración como las que le siguieron en el mes de febrero fueron duramente reprimidas por órdenes del régimen. Ídem, p. 148. 214 En Zintán, al sur de Trípoli, cientos de personas marcharon por las calles y se instalaron en varias tiendas de campaña. Tanto allí como en la ciudad de Beida, al este de Bengasi, prendieron fuego a varios cuarteles de la policía. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 245. 215 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 149.

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posteriormente desde vehículos artillados, helicópteros y cazas de guerra, algo que no

había ocurrido en ninguno de los dos países ya comentados.216

El 18 de febrero, el régimen cortó el acceso a todas las redes sociales de internet, con

la intención de impedir la proliferación de material audiovisual adquirido por los propios

manifestantes en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.217

A pesar de la violencia extrema, a los pocos días del comienzo de las revueltas, Gadafi

ya había perdido el control de Bengasi, la capital de la Cirenaica, la cual ya nunca volvió

a recuperar. Además, surgió la división del país en dos bloques, por un lado la

Tripolitania, dominada por Gadafi y, por otro lado, la Cirenaica, en manos de los

rebeldes.218

Así, a partir de la primera semana de marzo el régimen reaccionó de forma diligente

aplastando los focos de resistencia en la Tripolitania y frenó el avance de los rebeldes

desde Bengasi mediante una contraofensiva,219 convirtiéndose desde este momento en un

escenario de guerra.220 De este modo, se desencadenó un conflicto armado, con un claro

desequilibrio en cuanto a poder militar entre los dos bandos, actuando los rebeldes bajo

el mando de Consejo Nacional de Transición (CNT).221 El régimen aseguró las plazas

estratégicas de Raas Lanuf y Brega, para fortalecer el control de los enclaves energéticos

y asegurar la estabilidad de Trípoli, dirigiéndose entonces las tropas gubernamentales

hacia Bengasi para el ataque final y fracasando la intención del CNT de ocupar los

principales yacimientos y los centros de procesamiento y distribución de petróleo. Así,

vemos como el interés del régimen era convertir la capital y sus comunicaciones vitales -

desde la frontera tunecina en el oeste hasta Sirte y Briga en el este- en una especie de

cercado con la intención de recuperar la Cirenaica.222

Además, a pesar de la resistencia de algunos países, en la noche del 17 al 18 de marzo

de 2011, gracias a Francia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la

resolución 1973, la cual tenía como fin salvar a la población de las amenazas de Gadafi y

216 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 265. 217 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 245. 218 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 265. 219 La contraofensiva contó con la superioridad aérea, el apoyo de las fuerzas del ejército mejor entrenadas, las Brigadas de Gadafi y miles de mercenarios mayoritariamente africanos. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 151. 220 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 245. 221 Ídem, p. 247. 222 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 148.

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su régimen. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dicha resolución no fue suficiente

para poner fin al conflicto en libia que continuó agravado hasta la muerte del dictador.223

Durante la segunda etapa224, del 18 de marzo al 15 de julio, destaca la ofensiva

conocida como “Amanecer de la Odisea”,225 en la que aviones franceses, británicos y

estadounidenses,226 en apoyo a los rebeldes, bombardearon el frente del régimen en torno

a Bengasi y las líneas de abastecimiento y enclaves estratégicos del ejército, siendo

anulada la superioridad aérea del régimen, retirándose sus fuerzas de los alrededores de

Bengasi y concentrándose en la defensa de Raas Lanuf y Brega y el dominio de las

localidades levantisca en el oeste, especialmente Misurata, a la que se impone un cerco

total. La zona sur de la región, con ciudades como Sebha, permanecieron fieles al

régimen.

De este modo, se inicia una guerra de ofensivas y contraofensivas, en donde se hace

evidente el necesario apoyo de las fuerzas occidentales por parte de los rebeldes en su

lucha. Por su parte, el ejército y las brigadas de mercenarios del régimen se ven retraídos

por la dilatación de sus líneas de abastecimiento y las labores de control y represión en la

retaguardia. Un giro en los acontecimientos lo encontramos en el triunfo de los

sublevados en Misurata, los cuales consiguieron el control de la ciudad y abrieron el

puerto a la conexión con Bengasi y el sur de Europa. El 24 de marzo, la OTAN227 asumió

el liderazgo militar de la ofensiva y llevó a cabo una intervención militar denominada

“Operación Protector Unificado” desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre228, en donde

los bombardeos en algunos casos mataron a civiles, hombres, mujeres y niños.229 Por otro

lado, la presión internacional impidió la llegada de armamento y mercenarios a Trípoli

223Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 139. 224 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 151-152. 225 La intervención militar Amanecer de la Odisea abarcó el período desde el 19 al 31 de marzo, dirigida por Estados Unidos, Reino Unido y Francia primero –y en la que participaron otros países como España-, y por la OTAN después, evitó un ataque mayor en Bengasi pero abrió el camino para un enfrentamiento extranjero. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 253. 226 Estados Unidos y algunos aliados europeos como Francia y Gran Bretaña apoyaron desde un primer momento la revuelta libia, pidiendo el abandono del país por parte de Gadafi tras la pérdida de legitimidad de su régimen. Añadir que, el apoyo occidental a la revuelta derivó en numerosas conjeturas sobre las verdaderas intenciones de estos países, llegándose a hablar de conspiraciones en pro de beneficiarse del petróleo libio. Esta hipótesis parece verificada cuando, tras ser derrocado Gadafi, comienzan los desembarcos de multinacionales occidentales. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 170. 227Ya en agosto, intelectuales africanos, profesores universitarios, artistas y escritores formaron un comunicado en el cual se juzgaba la actuación de la OTAN como un intento de recolonizar el continente africano. Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 255. 228 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 270. 229 Los ataques de la OTAN pueden consultarse en: Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 256-259.

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desde los Estados vecinos, siendo el régimen aislado del principal puesto fronterizo con

Túnez cuando este es tomado por los rebeldes.

En la tercera y última fase230, desde el 15 de julio al 23 de octubre, tras todos los

acontecimientos anteriores, la capacidad operática el régimen de Gadafi se encuentra ya

muy debilitada. Ahora la contienda se revitalizó en el Yabal al-Garbi, al oeste. A finales

de agosto, las milicias procedentes de Zintán y otras localidades occidentales confluyen

en Trípoli con las procedentes de Misurata y Bengasi, cayendo la capital en pocos días.

La resistencia del régimen se concentró en Sirte, refugio de Gadafi y de sus colaboradores.

El 20 de octubre, Muammar Gadafi, su hijo Mutasim y Abu Bakr Yunis, ministro de

defensa, mueren a manos de los rebeldes en Sirte. Así, el 23 de dicho mes, el presidente

del CNT, Mustafá Abdel Yalil, anunció la liberación total de Libia y el fin del régimen

dictatorial de Gadafi, así como la celebración de elecciones para una Asamblea

Constitucional en el plazo de ocho meses, a las que sucederán nuevas elecciones

parlamentarias y presidenciales en un año.

En cuanto a la muerte del dictador libio existen diversas teorías que deben ser

expuestas. Por un lado, una versión indica que Muammar Gadafi viajaba en un convoy

que fue detectado e interceptado por la OTAN, siendo un caza francés Mirage 2000 el

que disparó contra él y tropas rebeldes las que, tras esto, atacaron al grupo con el que

viajaba. Posteriormente, un funcionario estadounidense de Defensa indicó que tras el

ataque francés un avión estadounidense lanzó otro ataque. Así, tanto Estados Unidos

como Francia se repartieron los honores. Otra versión indicó que Gadafi se encontraba en

un agujero debajo de una vivienda en Sirte. Días después de su muerte, salieron a la luz

varios videos en los que se ve el momento de la captura y las torturas que se emplearon

contra él. La muerte de Gadafi fue tachada de asesinato extrajudicial y Naciones Unidas,

Human Righs Watch y Amnistía Internacional reclamaron la investigación de su derrota.

Durante cinco días el cadáver de Gadafi permaneció en una cámara frigorífica expuesto

al público, convirtiéndose el lugar en un auténtico centro de peregrinación de miles de

libios que habían deseado durante mucho tiempo su fracaso.231

Haciendo referencia a los grupos de oposición al sistema dictatorial del coronel

Gadafi aludir en primer lugar al Consejo Nacional de Transición, máximo órgano de la

230 Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 152-153. 231 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 258-259.

61

oposición. Ya en el mes de febrero se produjeron deserciones en el plano político, en

donde incluso ministros de Gadafi se pasaron a la oposición, como por ejemplo Mohamed

Abdul Jalil que se convirtió en el primer presidente del CNT, o Mahmud Jibril, quién

también formó parte del CNT. Por su parte, Abdul Fatah Yunes, ministro del Interior de

Gadafi, se declaró comandante en jefe de las fuerzas armadas de los rebeldes. Otros

cargos destacados del CNT fueron Ali Issawi, ex ministro de Economía y, posteriormente,

embajador de Libia en la India, hasta que se unió a la rebelión, y Omar al-Hariri, que

había participado en el golpe de Estado que llevó a Gadafi al poder. De los treinta y un

integrantes iniciales del CNT libio, al menos veinte habían sido fieles a Gadafi. El CNT,

conforme se iban liberando las localidades por parte de los rebeldes, se fue convirtiendo

en el máximo órgano de gobierno en las mismas. Sin embargo, con el paso del tiempo, se

produjeron divisiones internas en el consejo, pudiendo destacar el asesinato en junio de

2011 de Abdel Fattah Yunes, por su anterior vinculación al régimen gadafista.232

Por otro lado, distintos grupos de la oposición se fueron forjando ya en 1970,

pudiendo dividirse en dos grandes corrientes: el Frente Nacional de Salvación de Libia233

y las Formaciones islamistas234. El Frente Nacional de Salvación de Libia, durante el

alzamiento popular de 2011 se mostró partidario de la intervención extranjera pero

mantuvo diferencias de peso con el grupo de tecnócratas comandados por Mustafa Yibril,

primer ministro del CNT. Por su parte, las Formaciones islamistas, siendo Ansar al-Sharía

la más representativa y de la que hablaremos posteriormente, se convirtieron muy pronto

en una gran amenaza para la estabilidad del régimen, dando su apoyo a las revueltas

iniciadas en febrero. La experiencia militar de los combatientes islamistas favoreció su

predominio militar en las filas rebeldes. De hecho, la propaganda oficial describió el

movimiento del 17 de febrero como una sublevación islamista.235 Podemos destacar el

Grupo Islámico Combatiente Libio, calificado de terrorista por Estados Unidos tras los

atentados del 11-S y acusado de tener vínculos con Al-Qaeda.236 Este grupo, en marzo de

232 Ídem, p. 249-250. 233 El Frente Nacional de Salvación Libia fue fundado por un ex colaborador de Gadafi, Yusuf al-Mugharif, en 1981, en el Sudán de Yaafar al-Numeiri. Como actos declarados contra la persona de Gadafi podemos destacar el fallido atentado en Trípoli en 1984. En 1985, tras la caída de Numeiri, la formación crea el Ejército Nacional Libio, aunque con posterioridad se fue desligando de la lucha armada. El FNSL llevó a cabo un intento de instaurar un sistema democrático en Libia mediante una reunión en 2005 en Londres con varios grupos opositores que no dio sus frutos. Gutiérrez; Álvarez-Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 168-169. 234 El sector islamista está encabezado por los Hermanos Musulmanes, cuya rama libia se fundó en 1950 en Trípoli y Bengasi. Ídem, p. 169. 235 Ídem, p. 168-170. 236 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 250.

62

2011, se puso bajo el mando del CNT y pasó a llamarse Movimiento Islámico de Libia,

convirtiéndose en agosto su líder, Abbdelhakim Beljaj, en el máximo líder de las brigadas

rebeldes de Trípoli. Entre otros veteranos vinculados a corrientes islamistas que habían

dado su apoyo a los rebeldes destaca la figura de Abdul Hakim al-Hasidi que, en 2011,

se convirtió en el líder de los rebeldes en Derna.237

En cuanto a la transición en Libia podemos calificarla de incierta debido a la

inexistencia de formaciones políticas sólidas y la falta de una cultura democrática tras un

largo período dictatorial. En esta transición, los líderes religiosos y las tribus han tenido

un protagonismo determinante. Los primeros, por el prestigio y la imagen de integridad

que han mostrado durante el periodo de dictadura. Los segundos, debido a que conforman

un recurso de organización colectiva y solidaridad social con la población civil.238

Igualmente, los secularistas y los islamistas han tenido un gran protagonismo,

dándose entre ambos continuas disputas derivadas del reparto de funciones en el gobierno

durante el período de transición. Según los islamistas, los secularistas se estaban

aprovechando de la revolución para asegurarse puestos de influencia y fijar las líneas

maestras de la “Libia libre”. Muchos de ellos habían sido colaboradores de Gadafi antes

de formar parte de la oposición y fueron tachados de oportunistas. Otra de las cuestiones

discutidas entre ambas corrientes rondaba en pro de la intervención occidental, aceptando

los islamistas la implicación de la OTAN debido a la superioridad del bando oficialista.239

Por otro lado, las intenciones que presentaron los rebeldes antes de la caída de Gadafi

mediante un borrador constitucional –prohibición de la discriminación por raza, religión,

y opinión política y garantías hacia la mujer en cuanto a su participación en la vida

política, social y económica- no se hicieron realidad y, cuando controlaron el país, dejaron

claro desde el primer momento que Libia se regiría por una Constitución apoyada en la

Sharía.240

Como vemos, la caída del régimen dictatorial de Muammar Gadafi tras su

fallecimiento cerró el periodo dictatorial en Libia, sin embargo, se abrió un nuevo período

de transición repleto de incertidumbres, en donde la “nueva Libia” no ha conseguido crear

las condiciones de seguridad necesarias para iniciar su transición hacia un Estado

237 Ídem, p. 252. 238 Ídem, p. 174. 239 Ídem, p. 174-178. 240Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 275.

63

democrático, creándose una situación de caos. Por otro lado, las fuerzas políticas que

moldean el futuro recaen en un islamismo moderado, vinculado a los Hermanos

Musulmanes, y otro radical y fundamentalista, vinculado a los salafistas, respectivamente

protegidos y financiados por Catar y por Arabia Saudí, y en donde ningún partido laicista

o algún polo de poder militar establecido tendrán cavidad. En el plano político, se mostró

la dependencia que los libios tenían del Estado. Por su parte, el gobierno de transición ha

tenido como principal reto crear un ejército con un liderazgo fuerte y centralizado, capaz

de integrar a las diversas milicias armadas del país, ya que la guerra había dejado gran

cantidad de armamento sin control.241

Así, la inquietante situación actual ha llevado a que algunos autores consideren el

futuro del país de no tener solución242, recayendo la preocupación del futuro de Libia en

la superación del tribalismo, la única estructura real con que cuenta el país, y la

construcción de una democracia viable capaz de gestionar racionalmente los recursos

petrolíferos en provecho de los libios, sin que se extienda la corrupción. 243

Atendiendo a los problemas en el devenir del país que establece Ignacio Fuentes

Cobo244 podemos considerar los siguientes:

1) Proliferación de milicias armadas.245

Los ataques terroristas y las guerrillas descontroladas se han convertido en

acontecimientos habituales en la región. Las milicias más poderosas surgieron de los

primeros levantamientos contra el régimen de Gadafi, cuando cientos de disidentes se

unieron a los rebeldes. A estos, además, se unieron los jóvenes de las regiones del este de

Libia, descendientes de los sectores más deprimidos de la sociedad. Así, progresivamente,

las milicias se fueron reforzando con nuevos voluntarios, apareciendo nuevos grupos

armados autodenominados “Brigadas” o “Compañías”.

241A finales de 2011 se crearon comités locales cuyo objetivo era el control de las armas que la población había poseído durante el conflicto y que, en febrero de 2012, aún conservaban. Rodríguez, op. cit., p. 262-263. 242Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 175. 243Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 275. 244Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 176-193. 245 Ídem, p. 176-180.

64

Con el paso del tiempo, la mayoría de las milicias empezaron a depender del

Ministerio de Defensa y muchas se unieron a las Fuerzas del Escudo Libio246, al Servicio

Preventivo de Seguridad247 o al Comité de Seguridad Supremo248.

Por otro lado, el Gobierno libio utilizó a las milicias para combatir la lucha tribal y

étnica aunque los resultados fueron opuestos y esto sólo sirvió para aumentar las tensiones

étnicas. Por su parte, ciertas unidades del Ejército libio, encabezadas por el general Jalifa

Hafter, intentaron un golpe de Estado el 17 de mayo de 2014 para acabar con el poder de

las milicias islamistas. Sin embargo, la ausencia de un Gobierno eficaz y la falta de cultura

política benefician a las milicias que son capaces de impedir que las instituciones

funcionen y provean de servicios públicos básicos a la población.

La solución que se ha estimado es que sean los países de la OTAN los que entrenen

al Ejército y a las fuerzas de seguridad libias fuera del país para que, posteriormente, el

Gobierno libio pueda contar con un aparato de seguridad fuerte. Por su parte, la

comunidad internacional también ha llevado a cabo una serie de iniciativas, con el intento

de relanzar un proceso de desarme en donde están incluidas las milicias. Francia y

Alemania, dispuestas a colaborar, han afirmado asegurar los depósitos de armas,

comprometidas a mejorar la formación de la Policía. Igualmente, Washington, Londres,

Roma y Ankara, se han mostrado dispuestos a formar, en coordinación, unos 15.000

soldados libios en el extranjero. Así, el futuro del Gobierno central podrá contar con un

contingente de tropas para hacer frente a las milicias armadas.

Sin embargo, este proceso no es fácil y de hecho puede resultar contraproducente si

las milicias lo consideran como una amenaza en contra de su statu quo, por lo tanto y, en

palabras de Ignacio Fuentes Cobo, “resultaría mucho más provechoso sacar a las

milicias de las ciudades de Trípoli, Bengasi, Misurata y Zintán, quizás convenciéndolas

a participar en una conferencia nacional de desarme que pudiera ser patrocinada por la

Unión Europea, o las Naciones Unidas”249

246 La función de las denominadas Fuerzas del Escudo Libio, creadas por los comandantes de milicias locales más poderosas, era rellenar la inexistencia de un verdadero Ejército nacional libio, con la finalidad de que sus brigadas fueran incorporadas forzosamente al Ejército regular libio. Ídem, p. 177-178. 247 El Servicio Preventivo de Seguridad se trata de una agencia de información y contrainteligencia que surgió en los primeros días de la revolución para contrarrestar el aparato de inteligencia de Gadafi. Ídem, p. 177. 248 El Comité de Seguridad Supremo depende del Ministerio del Interior y su base se encuentra en Trípoli. Ídem. 249Ídem, p. 179-180.

65

2) Tensiones territoriales.250

Otro de los problemas al que se enfrentan las autoridades libias es a las tensiones

regionales entre Bengasi y Trípoli (este-oeste), así como las existentes entre las regiones

mediterráneas y las de Fezzán (norte-sur).

Estas regiones permanecieron independientes hasta la época de la colonización

italiana a principios del siglo XX. En 1927, el territorio denominado como África del

norte italiana fue dividido en dos colonias: la Cirenaica italiana y la Tripolitania italiana,

las cuales se unificaron en 1934 bajo el nombre de Libia. En 1950, se estableció un

régimen federal bajo la Constitución de 1951 que dividía Libia en tres regiones:

Cirenaica, Tripolitana y Fezzán, las cuales gozaban de una cierta autonomía, siendo la

Cirenaica la región más rebelde durante todo el período colonial, interino británico,

monarquía idrissiana e incluso durante el régimen dictatorial de Gadafi, siendo en esta

región como hemos visto donde comenzaron las revueltas libias de 2011.

El problema que todo esto plantea es que el poder político reside en la capital Trípoli,

situada en la Tripolitania, mientras que buena parte de los recursos energéticos, de los

que hablaremos posteriormente, se encuentran en la Cirenaica. La falta de acuerdo en lo

referente al reparto de las rentas producidas por las ventas de petróleo ha originado que

el tema de la partición de Libia suponga motivos justificados para el surgimiento de

nuevas oleadas revolucionarias o incluso la generación de un conflicto civil.

En la actualidad, la Cirenaica está sometida a dos estructuras políticas: el Consejo de

Transición de la Cirenaica y la Oficina Política de la Cirenaica que, aunque enfrentadas,

comparten una visión federalista del Estado libio. La rivalidad de ambas facciones ha

sumido a las ciudades de Bengasi, Derna y Sirte en una “guerra terrorista”, así calificado

por las autoridades libias.251

Por otro lado, la región de Fezzán, en donde el régimen de Gadafi contó con más

apoyo y fue la principal fuente de reclutamiento de las fuerzas de seguridad y de sus

servicios de inteligencia, presenta otro problema derivado de la existencia de grupos

armados y redes de contrabando transnacionales que están empujando al sur del país hacia

una mayor integración en la región sahelo-sahariana, a la vez que debilitando los lazos

250 Ídem, p. 180- 185. 251Ídem, p. 181.

66

con el Gobierno central. De hecho, los grupos que dominaron el aparato de seguridad de

Gadafi y que constituyeron el núcleo duro del régimen dominan hoy en día actividades

ilegales como el tráfico de armas.

Haciendo referencia a esta región de Fezzán, tras la caída del régimen, se produjeron

divisiones étnicas entre los grupos que habían apoyado a Gadafi que desembocaron en un

conflicto entre los mismos. Así, surgieron nuevos grupos armados por toda la región,

siendo la frontera sur dominio de las distintas facciones tubu y la frontera con Argelia

dominio de los grupos Zintani. Las malas relaciones entre estos supusieron una ruptura

del statu quo inicial que derivó en violentos enfrentamientos en ciudades como Sabha.

Igualmente entran en juego las repercusiones regionales producidas por las tensiones

internas debido a que todo el territorio se encuentra dividido en esferas de influencia,

algunas bajo dominio de una determinada facción, mientras que otras, generalmente las

fronteras, rutas de contrabando, campos petrolíferos, etc., están sometidas a la pugna de

los diversos grupos, “cuyos intereses particulares constituyen un obstáculo para el

restablecimiento de la autoridad estatal y refuerzan las demandas de autonomía, sobre

la base de las rivalidades por el control territorial”. 252 Así, el federalismo se identifica

con el control de un determinado territorio por un grupo determinado, a lo que las demás

facciones se oponen.

De esta forma, aunque los políticos libios y los líderes internacionales centren su

atención en la transición en Trípoli, el sur de Libia seguirá siendo una región inestable y

el hecho de que los movimientos separatistas no se conformen con la autonomía y

reclamen la independencia absoluta seguirá constituyendo un problema.

3) El papel de los recursos energéticos. 253

Libia es uno de los países del continente africano que cuenta con la mayor cantidad

de reservas de petróleo y gas, siendo uno de los principales suministradores mundiales de

petróleos ligeros y dulces que se exportan principalmente a Europa. Esto supone que el

control de los recursos energéticos sea uno de los grandes problemas, quizás el principal,

252 Ídem, p. 184. 253 Ídem, p. 185-190.

67

a los que tiene que hacer frente el Gobierno, siendo el 98% de los ingresos fiscales fruto

de la explotación de estos recursos.

Antes de la revolución, Libia tenía ambiciosos planes respecto al aumento de la

producción petrolera y la apertura de nuevos yacimientos, ambición que, tras el inicio de

las revueltas y a consecuencia del deterioro de la situación de la seguridad, se vieron

truncados. A consecuencia de la inestabilidad política en la región, las exportaciones se

vieron muy afectadas, quedando la producción petrolera reducida al consumo doméstico,

lo que derivó en un colapso económico y una caída del producto nacional bruto anual

muy relevante. A partir de 2012, la situación se fue recuperando progresivamente aunque

se vio interrumpida debido a las protestas laborales que se fueron sucediendo en los

campos e instalaciones portuarias que, a mediados de agosto de 2013, derivaron en la

paralización casi completa de los principales puertos de carga de Sidra y Ras Lanuf, en

las regiones centrales y orientales. En la región occidental, la milicia Zintán cortó durante

dos meses los principales oleoductos254, ocasionando la paralización de la producción.

El flujo gasístico y el gas natural licuefactado igualmente quedaron interrumpidos

durante la guerra, comenzando su recuperación en 2012 aunque sin llegar nunca a los

niveles previos al conflicto.

La importancia de los hidrocarburos como herramienta política ha sido utilizada por

las diferentes milicias, siendo bloqueados por las mismas los campos de producción y

puertos exportadores tanto del este como del oeste de la región desde el verano del 2013

como modo de demandar la inversión de recursos financieros procedentes de estos

recursos en sus regiones, llegando incluso a la venta directa por estas milicias en los

mercados internacionales. Por lo tanto, el mayor peligro que corren las autoridades

centrales libias es la alianza entre las milicias del este y del oeste, lo que supondría la

paralización completa de la producción, al igual que la necesidad del gobierno central de

llevar a cabo un enfrentamiento entre ambas.

En definitiva, el bloqueo impuesto en el este del país sobre los recursos energéticos

ha supuesto un factor contribuyente al fracaso del Gobierno libio. La solución recae en

favorecer aquellas regiones más desfavorecidas, lo que incluye la implantación de un

254 Los principales oleoductos de la región occidental conectaban los campos de El Saharara y el Feel a las terminales de exportación de Zawillah y Mellitah. Ídem, p. 187.

68

sistema federal que recupere las tres entidades históricas de Libia y llevar a cabo un

sistema de reparto de los beneficios obtenidos del petróleo.

4) Yihadismo. El papel de Ansar al-Sharia.255

Como hemos comentado anteriormente, el islamismo radical se ha convertido, desde

el comienzo de la revolución, en una de las principales influencias políticas e ideológicas

en Libia. Hoy en día, numerosos combatientes islámicos son enviados a Siria por parte

de redes yihadistas que operan desde Libia y la influencia de esta corriente se extiende

más allá de sus fronteras.

El islamismo radical y el yihadismo en Libia son fenómenos fuertemente arraigados

en la sociedad, siendo Ansar al-Sharía uno de sus exponentes, pero no el único. Esta

organización se formó a finales del verano de 2011 a partir de varias milicias que habían

participado en el levantamiento, especialmente las brigadas Abu Obayda Bin Al Jarah, la

brigada Malik y la brigada 17 de febrero.256 Este grupo constituye la principal

organización yihadista en Libia, la cual se ha beneficiado de la inestabilidad de la zona

para establecer lazos comunales con la población y las tribus locales, presentándose como

una alternativa al estado y extendiendo su influencia más allá de Trípoli, hasta alcanzar

las ciudades de Sirte, Derna o Ajdabiya.

Entre los objetivos principales de Ansar al-Sharia cabe destacar el intento de evitar la

democratización del país, ya que son profundamente anti-occidentales, llevando a cabo

una lucha para la implantación de la Ley Islámica. Otro objetivo es ganarse el apoyo de

la población y socializar a los jóvenes simpatizantes en el islamismo radical mediante

acciones de carácter benéfico-social.

A mediados de mayo de 2014 el General Haftar lanzó la denominada “Operación

Dignidad”, una ofensiva contra las milicias islamistas del país que ha agravado la

situación dando paso a una guerra abierta entre las autoridades y los islamistas. Así, los

yihadistas, aprovechando la situación de Estado fallido en lo que se ha convertido la Libia

pos-Gadafi tratan de eliminar por completo al Estado libio y declarar emiratos

255 Ídem, p. 190-193. 256 Jordán E, Javier. “Ansar al-Sharia y la inquietante evolución del yihadismo en Libia”, Documento de Opinión del Instituto Español de Estudios Estratégicos, Nº. 145, 2014, p. 4.

69

independientes (como en el caso fallido de Bengasi) o integrados en el Califato Islámico

(como el caso de Derna).257

Concluyendo, Libia tras la muerte de Gadafi se ha convertido en un país sin Gobierno

así como en una nación sin Estado. Durante los últimos años ha reinado el caos y el país

se ha visto integrado en una profunda crisis. Las elecciones del Congreso Nacional

General en julio de 2012 no impidieron el desgobierno y no llevaron a una mejora de la

situación. Además, las milicias armadas actúan a su antojo y el yihadismo se ha ido

fortaleciendo y expandiendo por toda la región. Así, el Gobierno se ha mostrado incapaz

de garantizar un mínimo de seguridad en la región al no ser capaz de controlar a las

milicias ni al saber asumir sus responsabilidades políticas en cuanto al funcionamiento

del Estado. Igualmente, el Parlamento libio no se ha puesto de acuerdo para llevar a cabo

la redacción de la Constitución, formar un Ejército o crear un cuerpo policial empleado

en el control de la región.

Ante esta situación, Libia se enfrenta a unos retos como pueden ser el desbloqueo de

la producción y el transporte de los recursos energéticos así como el restablecimiento de

las exportaciones. Llevar a cabo todos los esfuerzos posibles porque esta región salga del

caos e impedir que el mismo derive en una guerra civil o se imponga algún adversario.

Según Ignacio Fuentes Cobo, “Al final, los libios tendrán que optar entre el diálogo entre

todas las partes que permita la reconciliación nacional y encamine al país hacia un

Estado viable de corte federal, o la guerra civil que mantenga al país en la anarquía,

desestabilice la región y provoque al final la intervención internacional”. 258

257 Ídem, p. 14. 258 Fuentes, “Libia y Túnez…” op. cit., p. 211-212.

70

VIII. CONCLUSIONES

En el trabajo que hemos planteado hemos pretendido analizar cómo, a través de una

serie de acontecimientos en el transcurrir de la denominada Primavera Árabe, la mayoría

de los países partícipes han podido ser testigos de una serie de cambios en el terreno

político, económico y social que han dado paso a un proceso de democratización con el

cambio de las estructuras antaño arraigadas mediante la transformación de las mismas en

unas más cercanas a la democracia. Como plantea Edgar Morin, “El movimiento para

expulsar a los déspotas, irresistible en Túnez y al final victorioso en Egipto, la potente

ola que ha recorrido el mundo árabe […] ha constituido un espléndido amanecer”.259

Como hemos visto, este “amanecer” ha roto, en parte, las trabas en Europa y en buena

parte del mundo, de la reiterada condena que relaciona al mundo árabe con los regímenes

autoritarios.

Los levantamientos que se han ido produciendo en forma de contagio o cadena en el

mundo árabe, desde sus inicios en Túnez, han desembocado, de una manera u otra, en la

democratización de estos países, con las dificultades que dicho proceso conlleva. Esta

democratización de la que hablamos no tiene, ni debe seguir, el modelo occidental, debido

a que la mentalidad, la cultura y los antecedentes religiosos, son muy diferentes.

Igualmente, esta gigantesca ola no debe nada a las democracias occidentales, las cuales,

al contrario, apoyaron los derrocados regímenes autoritarios a los que deseaban perpetuar

en el poder.

Como hemos visto, las sociedades de las regiones árabes parten de una situación muy

difícil y no se enfrentan a un proceso que pueda considerarse fácil debido a que han vivido

sometidas largas décadas, siendo testigos de la privación de los derechos y libertades bajo

todo tipo de argumentos ideológicos y/o religiosos, y de una cruel corrupción que ha

agravado aún más la desigualdad de la distribución de la riqueza. Aun así, el ansia de

libertad y de justicia, igualdad, respeto y cambio político y social es un buen comienzo

para lograr la deseada evolución hacia una sociedad más justa.260

La población árabe partícipe de estas revueltas han demostrado como la desesperación

y la lucha por la dignidad y la libertad está por encima de cualquier tipo de represión. Así,

259 Morin, Edgar. “Nubarrones sobre la Primavera Árabe”. Cuadernos del Mediterráneo, Nº. 20-21, 2014, p. 158. 260 Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 337-339.

71

las revueltas árabes han hecho caer a cuatro dictadores, han derivado en cambios de

gobierno y de ministros, han impulsado reformas políticas y cambios constitucionales,

han favorecido las políticas sociales, los aumentos salariales y los subsidios al consumo

de alimentos y energía,261 quedando, tras las revueltas, los dictadores, los servicios de

seguridad, los servicios de información, los islamistas, etc., desamparados, siendo testigos

de cómo de fuerte es el pueblo árabe unido. 262

Hemos visto como los jóvenes han jugado un papel más que imprescindible a lo largo

de las revueltas, jóvenes que comparten las mismas exigencias o urgencias, mediante un

movimiento de reclamación y activismo popular que ha jugado con la comunicación, el

intercambio de ideas y proyectos y con el uso de las nuevas tecnologías, haciendo que en

este proceso toda persona, tanto del exterior como del interior de la región en cuestión,

tenga acceso a participar en la revolución. No ha sido fácil. Frente a los regímenes

dictatoriales y frente a los poderes represores la población ha conseguido abrirse paso y,

toda una generación de jóvenes, ha podido asistir a una experiencia única que solo se

produce en momentos muy puntuales de la historia, una experiencia democratizadora.

Además, las poblaciones árabes han dado una lección a aquellas potencias

occidentales que defendían el mantenimiento de las dictaduras para preservar sus

intereses en la región, agitando el espectro del terrorismo y, como hemos visto, la excusa

de que islam y democracia no son compatibles.263 De esta lucha se ha hecho más que

evidente que no hay nada en las sociedades islámicas que las haga incompatibles con la

democracia, los derechos humanos, la justicia social o la gestión pacífica de los

conflictos.264

El cambio que empezó en Túnez, Egipto y Libia no ha terminado únicamente con

regímenes dictatoriales sino que está produciendo efectos demoledores sobre las ideas

recibidas acerca de los árabes y del islam. Las sublevaciones populares han demostrado,

mediante sus exigencias democráticas, que no todos los musulmanes siguen la corriente

islamista radical sino que hay islamistas demócratas, árabes que no practican la religión

musulmana, como por ejemplo árabes cristianos, musulmanes que desean estados laicos,

261 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 323. 262 Ben J, La primavera árabe…, op. cit., p. 143-144. 263 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 16. 264 Gutiérrez; Álvarez Ossorio, Informe sobre las revueltas árabes…, op. cit., p. 15.

72

musulmanas feministas, árabes ateos y, sobre todo, un afán de progreso por parte de la

población. 265

Así, han cambiado las relaciones del mundo entero con los países árabes y de los

países árabes entre sí, abriéndose un mapa geopolítico renovado. Debe de interpretarse

esta oleada revolucionaria como una manifestación del desplazamiento del poder global

y de la emergencia de nuevos poderes en el mundo en detrimento de los poderes clásicos.

Todos los países de la zona tienen un largo recorrido que hacer en lo referente a sus

recursos naturales, su capacidad de integración económica y comercial y al desarrollo de

su potencial humano que hasta ahora ha estado ahogado en el paro, la corrupción, la

marginación y la pobreza.266 Por lo tanto, la primavera árabe sería la reacción sistémica

al desplazamiento de poder mundial por parte de un bloque de países que habían quedado

al margen de la globalización gracias a sus regímenes bloqueados y a sus alianzas con

Estados Unidos y Europa. Nada predetermina que los árabes consigan convertirse en una

fuerza efectivamente emergente, sino que, en palabras de Lluís Bassets “son sus clases

medias en el sentido más amplio, en todo caso, las que pugnan con las clases medias del

resto del planeta, pero sobre todo con las europeas y americanas, por compartir la

riqueza, el consumo, los sistemas de bienestar y también las formas de gobierno

democráticas que hasta ahora les habían sido hurtadas”267

Hemos visto como en Túnez, en donde más se ha avanzado, las demandas

revolucionarias fueron desapareciendo de la escena pública tras la celebración de

elecciones. En Egipto, la junta militar ha mantenido la represión, la violencia y la censura.

Libia, por su parte, ha sufrido una guerra civil en la que entran en escena actores

internacionales y presenta un futuro incierto. En otros países árabes, los dirigentes han

adoptado medidas o, por el contrario, han reforzado la vía del control policial.268

Por lo general, los regímenes que se han visto sacudidos por grandes movilizaciones

han tratado de manipular las contradicciones confesionales, étnicas, tribales o regionales

para fomentar un clima en el que justificar su propia supervivencia, amparándose en la

necesidad de preservar la estabilidad y evitar el caos. No procede hablar, por el momento,

del fin del autoritarismo en el mundo árabe, puesto que en la mayor parte de estos países

265 Rodríguez, Yo muero hoy…, op. cit., p. 16. 266 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 324. 267 Ídem, p. 356. 268 Gutiérrez; Álvarez Ossorio, Informe sobre las revueltas…, op. cit., p. 12.

73

sigue presente. Pero de lo que no cabe duda es que los movimientos sociales han mostrado

ser capaces de desafiar al aparato represivo y al régimen dictatorial.269 Las dificultades

de las transiciones árabes no permiten establecer con certeza que la salida final sea el

establecimiento de gobiernos democráticos. Lo que aún no ha cambiado en esta región

puede cambiar si las transiciones se encarrilan realmente hacia Estados fiables, prósperos

y democráticos. Aunque el ritmo de estos acontecimientos es más lento y se encuentra

con más dificultades que la caída de los primeros dictadores árabes. 270

No se nos puede olvidar el número de hombres y mujeres que han muerto en las

revueltas árabes, sea el país que sea, por dar vida a unos valores en unas sociedades que

durante mucho tiempo han sido marginadas de la libertad y la justicia. Al igual que sus

padres y abuelos lucharon por la independencia y contra el colonialismo, los hombres y

mujeres de hoy en día no dudan en salir a la calle a reivindicar sus derechos. 271

Por otro lado, la Primavera Árabe ha revelado importantes deficiencias económicas272

ya que a pesar de la mejora de algunos indicadores de pobreza y desigualdad o de algún

avance en materia de reformas estructurales, lo que sigue en pie es un alto desempleo,

malas condiciones de vida, falta de oportunidades económicas, que han derivado en un

sentimiento de decepción en la mayor parte de la población.

La Primavera Árabe dejó en claro que el sistema económico y las instituciones de

países como Túnez, Egipto o Libia necesitaban un cambio. Aunque ha habido un cierto

progreso debemos atender a una serie de dificultades y debilidades fundamentales de la

economía en estas regiones.

Por un lado, nos encontramos con un aislamiento relativo de la economía mundial y

su fragmentación como región debido a las altas barreras al comercio y a los mercados

monopólicos.273 Esto se ha traducido en una lenta modernización económica, una limitada

transferencia de tecnología y baja competitividad y productividad, siendo el desempleo

de estos países uno de los más altos del mundo, particularmente para las mujeres y los

269 Ídem, p. 25. 270 Bassets, El año de la revolución…, op. cit., p. 327. 271 Ben J, Tahar. “ Primavera árabe: un balance desigual”. Cuadernos del Mediterráneo, Nº. 20-21, 2014, p. 161. 272 Mazarei, Adnan; Mirzoev, Tokhir. “ Cuatro años después de la primavera” . Finanzas y desarrollo: Vol. 52, Nº. 2, (junio), 2015, p. 55-57. 273 Esta región concentra menos del 1% del mercado mundial de las exportaciones de productos distintos de los combustibles y menos de una décima parte de las exportaciones están destinadas a permanecer en la región. Ídem, p. 55.

74

jóvenes, al mismo tiempo que el acceso al financiamiento es uno de los más bajos a nivel

mundial.

Hay que tener en cuenta que esa oleada de protesta se inició cuando el mundo no se

había recuperado aún de la crisis financiera mundial. Este contexto externo junto con los

trastornos de la economía interna, tensiones sociales, etc., ha frenado el desempeño

económico, reducido el comercio y la inversión y ha aumentado la vulnerabilidad.

También hay que tener en cuenta que estos países han evitado caer en graves crisis

económicas y mantener un crecimiento económico relativamente positivo mediante un

doble proceso. Por un lado, vaciando las reservas de divisas y acumulando deuda pública

al aumentar el déficit, como por ejemplo Egipto. Por otro lado, gracias a una mayor

estabilidad interna y a la ayuda externa la mayoría de los países han sido capaces de

reconstruir gradualmente sus reservas externas y comenzaron así a reducir su déficit

presupuestario.

Además se han llevado a cabo progresos como comentábamos anteriormente, por

ejemplo la reducción de los subsidios a la energía, liberando recursos para destinarlos a

una protección social. Igualmente, medidas para mejorar el clima de negocios, como la

competencia, el régimen de quiebra y las normas relativas a la inversión, así como

fortalecer la política y administración tributaria e implementar una reforma del sector

financiero. También se han llevado a cabo planes para estimular la creación de empleo y

reducir el desajuste entre oferta y demanda de competencias en el mercado laboral.

Sin embargo, su dependencia del sector público es todavía elevada, y el sector privado

es reacio a intervenir y crear empleo. Además, no se han creado redes de protección social

adecuadamente focalizadas y el acceso a los servicios básicos sigue siendo insuficiente.

En consecuencia, los resultados económicos a nivel de los hogares no han mejorado, y en

algunos casos incluso han empeorado desde 2011.

El desempleo creció en la mayoría de los países, alimentado por un crecimiento

económico todavía insuficiente. Este desempleo es más preocupante entre los jóvenes y

las mujeres, siendo por ejemplo en Túnez de un 37%. Por su parte, el ingreso medio per

cápita no varió en países como Egipto o Jordania y creció solo levemente en Túnez y

Marruecos. De tal modo, el bienestar individual siguió siendo bajo, creándose un

sentimiento de frustración y descontento social entre la mayor parte de la población.

75

Es evidente que los países deben adoptar ambiciosas reformas relativas a la

gobernabilidad, construir un entorno favorable en lo referente al tema de los negocios,

implementar reformas laborales y educativas, formar redes eficientes de protección

social, para lo que hace falta voluntad política, determinación y apoyo de la comunidad

internacional.

Poniendo fin a este estudio decir que, una vez liberados los países de sus gobiernos

dictatoriales y llegados a la celebración de elecciones democráticas los países árabes han

asistido a la tarea más difícil, consistente en el desmantelamiento de las estructuras del

antiguo régimen, crear nuevas instituciones y acabar con la corrupción y la represión. Esta

tarea, en la que el funcionamiento normal se mezcla con los cambios, supone que las

transformaciones no sean visibles a corto plazo, lo que no significa que no las haya.274

274 Shawki, El despertar árabe…, op. cit., p. 346.

76

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80

X. ANEXO. CRONOLOGÍA GENERAL SOBRE LAS REVUELTAS ÁRABES 275

� 17 de diciembre de 2010: se produce la inmolación de Mohamed Bouazizi en

Túnez, iniciándose así las denominadas revueltas árabes.

� 24 de diciembre de 2010: se produce la primera víctima durante la represión

policial en Menzel Bouzaiene.

� 27 de diciembre de 2010: la revuelta alcanza la capital tunecina.

� 4 de enero de 2011: muere Mohamed Bouazizi.

� 8 de enero de 2011: aumentan las revueltas y las víctimas. Las revueltas se

extienden por todo el centro y el oeste del país.

� 9 de enero de 2011: en Túnez, los partidos de la oposición exigen la dimisión de

Ben Ali.

� 14 de enero de 2011: Ben Ali huye de Túnez hacia Arabia Saudí.

� 15 de enero de 2011: Inicio de las protestas en Yemen. En Túnez, Fued Mebaza

es nombrado presidente interino.

� 20 de enero de 2011: en Yemen se produce la primera manifestación que cuenta

con los partidos de la oposición.

� 21 de enero de 2011: en Argelia se crea la Coordinadora Nacional para el Cambio

y la Democracia, comenzando las manifestaciones.

� 25 de enero de 2011: se da comienzo a la revolución en Egipto, que coincide con

el “Día de la Policía”. Se produce el arresto de más de quinientos egipcios y tres

víctimas en Suez.

� 27 de enero de 2011: en Egipto se llevan a cabo corte en internet y presiones a las

empresas de telefonía móvil con el objetivo de restringir los servicios de

mensajería. Sin embargo, se lleva a cabo la convocatoria de más manifestaciones

mediante folletos que se distribuyen en los alrededores de El Cairo.

275 Esta cronología abarca el período desde el 17 de diciembre de 2010 hasta el 1 de noviembre de 2011. Para establecer esta cronología nos apoyamos en la cronología básica que presentan Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio Álvarez Ossorio en Informe sobre las revueltas árabes: Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Guadarrama (Madrid): Ediciones del Oriente y Mediterráneo, 2011, págs. 211-222.

81

� 28 de enero de 2011: Aumento de la represión en las manifestaciones y, por

consiguiente, del número de víctimas. Implantación del toque de queda. La sede

del partido gubernamental es incendiada.

En Túnez se lleva a cabo el nombramiento de un gobierno de unidad nacional.

� 1 de febrero de 2011: en Egipto se reúnen aproximadamente un millón de personas

en la plaza Tahrir. Mubarak se compromete a abandonar el poder en septiembre y

no inmediatamente, lo que despierta aún más la ira de los manifestantes.

En Palestina, Hamás impide que en Gaza se celebren manifestaciones solidarias

con Egipto.

� 2 de febrero de 2011: en El Cairo se restablecen los servicios de internet de manera

parcial, tras un apagón de cinco días. Los manifestantes de la plaza Tahrir son

atacados por matones pro Mubarak.

En Palestina siguen disolviéndose las manifestaciones solidarias en apoyo al

pueblo egipcio.

� 4 y 5 de febrero de 2011: en Siria fracasa lo que se conoce como “Día de la Ira

Siria”.

� 6 de febrero de 2011: en Egipto se lleva a cabo un homenaje hacia las víctimas.

Los Hermanos Musulmanes aseguran actuar a favor de los manifestantes,

mediando con el gobierno para que se lleven a cabo reformas.

En Túnez, se suspende la actividad del RCD.

� 8 de febrero de 2011: en Egipto se anuncia reformas constitucionales y legislativas

con el objetivo de terminar con las revueltas.

� 10 de febrero de 2011: en Egipto, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se

reúne sin la presencia de Mubarak. Mubarak mantiene su negativa de abandonar

la presidencia.

En Palestina, miles de palestinos se reúnen en la plaza de Manara en Ramallah.

� 11 de febrero 2011: Mubarak renuncia a la presidencia y el poder es transferido al

Consejo Militar de las Fuerzas Armadas, el cual gobernará Egipto en un período

de transición.

� 12-19 de febrero de 2011: en Argelia se impiden las concentraciones en las vías

públicas.

� 13 de febrero de 2011: la Autoridad Palestina anuncia nuevas elecciones para

tratar de frenar las protestas en la calle.

82

� 14 de febrero de 2011: se da inicio a las protestas populares en Bahréin, dándose

una fuerte represión que causa las primeras víctimas y heridos.

� 16 de febrero de 2011: en Irak/Kurdistán, se llevan a cabo manifestaciones y

marchas en diversas ciudades kurdas.

� 17 de febrero de 2011: en Siria, los comerciantes llevan a cabo una manifestación

en el zoco de Damasco contra los abusos policiales.

En Egipto, el ejército declara que no presentará candidatos a las elecciones

presidenciales y se lleva a cabo la detención de importantes figuras del antiguo

régimen, como por ejemplo el ex ministro del Interior, Habib el-Adly.

En Libia, tras una serie de manifestaciones en Bengazi y otras localidades, estalla

la revolución. Se llevan a cabo diversas dimisiones y, en tan solo cinco días, se

establece la cifra de víctimas en doscientas.

� 18 de febrero de 2011: en Túnez, se lleva a cabo el Decreto-ley de creación de la

Instancia Superior para la realización de los objetivos de la revolución, la reforma

política y la transición democrática.

En Palestina, los manifestantes reclaman el fin de la división política entre Fatah

y Hamás.

� 19 de febrero de 2011: en Bahréin, las fuerzas de seguridad abandonan la Plaza

de la Perla, estableciéndose en la plaza manifestantes diversamente organizados.

� 20 de febrero de 2011: en Yemen, el movimiento de los huziín, enfrentado al

gobierno central, se une a los grupos de activistas antigubernamentales.

En Marruecos, nace el movimiento 20 de febrero, dándose manifestaciones

pacíficas en todo el país a excepción de Alhucemas, donde se establecen cinco

víctimas.

� 21 de febrero de 2011: en Libia se lleva a cabo la primera reacción oficial al

levantamiento popular, a cargo de Sayf al-Islam, hijo de Gadafi.

En Marruecos, se lleva a cabo la primera inmolación contra el sistema en frente

del ayuntamiento.

� 23 de febrero de 2011: en Argelia se levanta el estado de excepción, vigente desde

1992.

� 25 de febrero de 2011: en Libia se forma el Consejo Nacional Transitorio en

Bengasi. Los rebeldes controlan toda la región oriental.

En Irak, da comienzo una campaña de concentraciones pacíficas en Bagdad que

se sucede cada viernes como forma de protesta.

83

� 26 de febrero de 2011: en Libia, se lleva a cabo el embargo de armas y

confiscación de bienes en el extranjero de la familia Gadafi. Se prohíbe la entrada

a los Estados Miembros de los principales dirigentes y responsables de los

servicios policiales y militares del régimen de Gadafi.

� 27 de febrero de 2011: en Omán, se registran movilizaciones populares que

empujan al sultán Qabús a anunciar una serie de reformas políticas e incentivos

económicos.

En Túnez, Béji Caïd Essebsi releva a Mohamed Ghannouchi como primer

ministro.

� 6 de marzo de 2011: se lleva a cabo una serie de manifestaciones en Libano para

impedir el fin del sistema confesional.

� 7 de marzo de 2011: en Omán, el sultán Qabús anuncia la creación de una

comisión para estudiar el modo de aumentar y reforzar las competencias del

Parlamento, formado por dos cámaras.

� 13 de marzo de 2011: tropas del Escudo de la Península Arábiga entran en Bahréin

para poner fin al desorden.

� 15 de marzo de 2011: en Siria se lleva a cabo un llamamiento para manifestarse

contra la Ley de Emergencia y contra la tiranía. Esta fecha está considerada como

punto de partida de la revuelta siria.

En Bahréin se declara el estado de emergencia, se reprimen las manifestaciones y

manifestantes y miembros de la oposición son encarcelados.

� 16 de marzo de 2011: en Siria, opositores y familiares de los presos políticos

llevan a cabo una manifestación pacífica frente al Ministerio del Interior, en donde

se llevan a cabo arrestos.

� 17 de marzo de 2011: en Libia, se decreta una zona de exclusión aérea y Naciones

Unidas establece una resolución que permite llevar a cabo cualquier tipo de

medida para la defensa de la población civil.

� 18 de marzo de 2011: en Bahréin la monarquía derriba el monumento de la Perla,

símbolo de las manifestaciones.

En Siria prosiguen las manifestaciones, esta vez en contra del arresto de quince

niños.

En Yemen se establece el estado de emergencia.

� 19 de marzo de 2011: en Libia, las fuerzas aéreas de la OTAN bombardean a las

tropas de Gadafi que se disponían a atacar Bengazi.

84

En Egipto, un referéndum establece modificaciones en la nueva Constitución que

es aprobado por un 77,27% de los votos.

� 20 de marzo de 2011: primeras movilizaciones en Arabia Saudí.

� 21 de marzo de 2011: en Yemen se suceden deserciones militares y dimisiones de

representantes políticos.

� 25 de marzo de 2011: en Jordania, un ataque organizado por bandas armadas

partidarias de la corona provocan un muerto en Amán. Además, las autoridades

anuncian reformas políticas.

� 26 de marzo de 2011: en Siria, la ciudad costera de Lataquia es rodeada por los

tanques del ejército sirio. La jornada de manifestaciones se salda con varias

víctimas.

� 29 de marzo de 2011: En Siria, el presidente disuelve el gobierno.

� 30 de marzo de 2011: Aumentan las manifestaciones en Siria cuando una minoría

de manifestantes son acusados por el régimen de sembrar el caos.

� 7 de abril de 2011: Se anuncia en Siria un decreto presidencial que concede la

nacionalidad siria a decenas de miles de kurdos.

� 18 de abril de 2011: en Túnez se crea la Instancia Superior Independiente para las

Elecciones para garantizar el carácter democrático, pluralista y transparente de las

mismas.

En Siria, se lleva a cabo una masacre en Homs, en donde las fuerzas de seguridad

reprimen con gran violencia una protesta en el centro de la ciudad.

En Irak/Kurdistán, 81 heridos entre manifestantes y policías en Suleimaniya.

� 19 de abril de 2011: en Siria, el Consejo de Ministros aprueba el levantamiento

de la Ley de Emergencia. Se reconoce el derecho a manifestarse de manera

pacífica.

� 20 de abril de 2011: se inicia en Sáhara una campaña de sentadas y

concentraciones de ciudadanos.

� 22 de abril de 2011: en Bahréin, la oposición denuncia la demolición por parte del

gobierno de más de treinta mezquitas chiíes.

� 25 de abril de 2011: en Siria, tanques del ejército penetran en la ciudad meridional

de Daraa.

� 10 de mayo de 2011: en Túnez, un decreto-ley regula el procedimiento de elección

de la Asamblea Constituyente y se aplaza la fecha de elecciones al 23 de octubre.

85

� 14 de mayo de 2011: en Libia se da inicio al declive definitivo del bando

gubernamental.

� 1 de junio de 2011: se declara el final del estado de emergencia en Bahréin.

� 3 de junio de 2011: en Yemen se lleva a cabo un atentado en la mezquita del

palacio residencial en donde el presidente Saleh sufre graves heridas que le llevan

al abandono del país para ingresar en un hospital saudí.

� 7 de junio de 2011: en Marruecos, Mohamed VI anuncia una propuesta de reforma

constitucional que, aunque refuerzan las competencias del presidente del gobierno

y el Parlamento, en esencia, consagran la preponderancia del rey como máximo

gobernante del país.

� 10 de junio de 2011: en Irak, la policía carga contra una manifestación pacífica en

Bagdad.

� 20 de junio de 2011: Bashar al-Asad denuncia un complot contra sitia y anuncia

nuevas reformas.

� 29 de junio de 2011: en Bahréin se crea la Comisión de Investigación

Independiente encabezada por el jurista Mahmoud Cherif Bassiouni.

� 16 de julio de 2011: se anuncian los resultados del referéndum sobre las reformas

constitucionales anunciadas en marzo. Un 97% de los que asistieron a las urnas

dan su visto bueno.

� 29 de julio de 2011: creación del ejército de la Siria Libre que, en cuestión de

meses, llega a contar con 10.000 efectivos.

� 3 de agosto de 2011: en Egipto comienza el juicio contra Mubarak por corrupción

y por llevar a cabo actos represivos en contra de las manifestaciones populares.

� 21 de agosto de 2011: en Libia, los rebeldes entran en Trípoli y cercan a las tropas

gubernamentales en los alrededores de la Plaza Verde y el cuartel general de

Gadafi.

� 1 de septiembre de 2011: en Libia, se da comienzo al cerco de Sirte, fracasando

los intentos de negociación.

� 9 de septiembre de 2011: manifestaciones egipcias atacan la embajada israelí de

El Cairo y el embajador huye del país.

� 16 de septiembre de 2011: en Kuwait se celebra la primera manifestación 100%

popular sin presencia de miembros del Parlamento.

� 18 al 24 de septiembre de 2011: cientos de muertos en Yemen en la Plaza del

Cambio de Sanaa.

86

� 21 de septiembre de 2011: Las manifestaciones continúan en Kuwait en donde se

exige la dimisión del primer ministro, miembro de la familia real.

� 23 de septiembre de 2011: en Yemen, el presidente Saleh regresa a Sanaa.

� 24 de septiembre de 2011: En Arabia Saudí, el rey Abdullah concede el derecho

a voto y a presentarse como candidatas a las mujeres para las elecciones

municipales de 2015. Se anuncia que el Consejo Consultivo (Shura) podrá contar

con miembros femeninos.

� 2 de octubre de 2011: se lleva a cabo la formación en Estambul del Consejo

Nacional Sirio, que promueve la instauración de un sistema democrático en Siria.

� 9 de octubre de 2011: en Egipto se produce lo que se conoce como el “Domingo

sangriento”, en El Cairo. Una de las peores jornadas desde la caída de Mubarak

en donde mueren cuatro personas y trescientas veintinueve resultan heridas.

� 10 de octubre de 2011: el Consejo Nacional Transitorio Libio reconoce al Consejo

Nacional Sirio y ordena el cierre de la embajada siria en Trípoli. Libia es el primer

Estado del mundo en tomar esta decisión.

� 15 de octubre de 2011: en Jordania crece la tensión en diversas regiones del país

entre opositores y el gobierno.

� 19 de octubre de 2011: en Kuwait tiene lugar la mayor manifestación hasta

entonces, con 10.000 participantes.

� 20 de octubre de 2011: en Libia, Gadafi y su hijo mueren a manos de los

milicianos en Sirte en extrañas circunstancias. Los indicios apuntan a que ambos

fueron ejecutados mientras estaban retenidos. Tres días después, el

� 23 de octubre de 2011: en Túnez, se lleva a cabo la Celebración de elecciones a

la Asamblea Constituyente, las primeras en uno de los países partícipes de las

revueltas y en las que se dieron elevados índices de participación.

� 31 de octubre de 2011: Los resultados de las elecciones en Túnez confirman el

triunfo de los islamistas de En-Nahda. Se lleva a cabo negociaciones para un

gobierno de coalición.

� 1 de noviembre de 2011: en Libia, el Consejo Nacional Transitorio nombra primer

ministro a Abderrahman Keb y le encarga formar gabinete. Este se compromete

en trabajar en pro de un Estado respetuoso con los derechos humanos, el desarme

de las milicias y la celebración de elecciones en un año.