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LA QUINTA DE PITTAMIGLIO EN VILLA COLÓN

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Page 1: LA QUINTA DE PITTAMIGLIO EN VILLA COLÓN

   

La Quinta de Pittamiglio en Villa Colón La zona de Villa Colón era en los años de la década de 1920, un lugar de veraneo para la clase alta de Montevideo, y existían numerosas casas quinta, con fastuosas construcciones y palacetes al estilo europeo. Pittamiglio adquirió allí una granja que había pertenecido a Perfecto Giot, uno de los fundadores de la Villa, quien tenía numerosas propiedades y era un destacado empresario, tanto en Uruguay como en Francia, su país de origen. La quinta, estaba ubicada en los terrenos que ocupa actualmente el Complejo América, y otros grupos habitacionales. Del antiguo esplendor que tuviera, donde habían jardines colgantes, y árboles exóticos, solo quedan vestigios, como ser los antiguos portones de la entrada principal, sobre la Avenida Lezica y los caminos de acceso a la quinta, a través de las calles Margarita, que recuerda a la esposa de Giot, y Andrés, quien fuera el hijo de ambos. La adquisición de esta quinta por parte de Pittamiglio, se debió a la profunda amistad que éste mantenía con Andrés, el hijo de Giot. Los cuentos de la época dicen que Humberto Pittamiglio y André Giot de Gavet, tenían relaciones homosexuales y los hechos demuestran que existía una relación profunda entre ambos personajes. Según lo menciona Mercedes Vigil en su obra, Pittamiglio fue benefactor y mecenas de la vida bohemia de André, quien recorrió el mundo y se dedicó a la música en Francia. En las inmediaciones de la Quinta de Pittamiglio, se desarrolló una profunda vida artística, de la cual participaba André, y otros personajes célebres como Delmira Agustini, la famosa poetisa uruguaya, cuya familia tenía una quinta en Sayago, cerca de Colón, y quien acosaba al simpático André, que la rechazaba con arte. El lugar de reunión de este grupo cultural, era la mansión denominada “Hortus Conclusus” casi frente al Castillo de Idiarte Borda, en la avenida Lezica, que lindaba con los terrenos de la quinta de Pittamiglio. En esta residencia que era un consistorio poético se reunían importantes figuras de la cultura universal siendo un referente de la época, que por ejemplo reunió en 1937 a Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourú, y Gabriela Mistral. En esos tiempos, también se integró al grupo cultural, un joven trasgresor, también vecino de la Villa, que escribía un periódico local llamado la Tijera de Colón. Este joven era Juan Carlos Onetti, y por instancias de André Giot, se integró al grupo del Hortus Conclusus por una temporada, en el verano de 1927. André Giot, en sus permanentes viajes se casó con Josephine Baker, la famosa cantante americana que vivía en Francia, pero nunca renunció a la amistad con Pittamiglio, quien lo ayudó hasta el final de sus días. Un aporte arquitectónico de Pittamiglio a la quinta de Colón, fue una construcción de ladrillos con estilo similar al del castillo de la rambla. De esta construcción solo queda una torrecita, y un grupo de palmeras, que serían vestigios de los jardines de Giot, y que son hoy mudos testigos de una época de esplendor, que se fue. La torrecita marca un punto alto del terreno que sin duda debía tener algún simbolismo para el alquimista que la construyó. Está en la línea de alturas, que continúa la calle Santiago de Compostela, cuyo trazado continuaría a través del Complejo América, hasta llegar a la torrecita que se levanta entre las desordenadas construcciones de bloque que hoy dominan el lugar, sobre la calle Juan de la Cosa.

Un testimonio de lo que había en ese lugar lo deja Vadim Korolkoff Kaverzneva , en su cuento “Un tal Vladimir”, donde describe: “...quería ver la sucesión de arcos de ladrillo, con una torrecita, que mandó hacer el dueño del predio que compró a Andrés la propiedad, de apellido Pitamiglio, aquel hombre rico que tenía su casa en la rambla de Trouville, en el barrio Pocitos de Montevideo, y el castillo en el balneario Las Flores, lleno de estatuas. .... Los arcos, que estaban perfectamente hechos con ladrillos de prensa, habían sido demolidos, quedando sólo la torrecita... , los ladrillos fueron vendidos por el ladrón que vivía en esa calle” wafo