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TEMA 9 Pàg. 1 de 3 LA RADIOTERAPIA EXTERNA A LA MAMA Ya tenemos una noción de qué es y cómo actúa la radioterapia externa, ahora nos centraremos un poco en el tratamiento de la mama. ¿Como llega la paciente a radioterapia? Circuito. Cuando la paciente llega al servicio después d’una cirugía en la mama – y algunas veces sin cirugía–, derivada desde un comité de mama, por indicación de su ginecólogo o médico de referencia, se hace una primera visita con el oncoradioterapeuta. En esta visita se valora la historia clínica y su estado general, y a veces se piden algunas pruebas complementarias. Se explica a la paciente el plan de tratamiento previsto. Es posible que antes, durante o después del tratamiento de radioterapia la paciente también haga tratamiento de quimioterapia. También es frecuente hacer radioterapia externa e interna o braquiterapia, pero todo esto se explica detalladamente durante la visita. La primera visita se realiza en el edificio de consultas externas –en la calle Rosselló– y normalmente se alarga un poco, ya que hay que comentar muchas cosas. A partir de este momento el caso clínico sigue un circuito interno del servicio, valoración de urgencia, lista de espera. Al cabo de unos días se cita a la paciente para hacer la simulación; se localiza el campo de tratamiento con un simulador que reproduce los factores geométricos de la terapia real. También se utiliza el TAC para definir el volumen del lugar a tratar, así como de las estructuras normales de la zona. Con toda la información obtenida, y con ayuda de un ordenador, se diseña un plan de tratamiento individualizado. El mismo día también se colocan unas pegatinas sobre la piel o se hacen unos pequeñísimos tatuajes que servirán para situar diariamente el campo de tratamiento. Una vez preparado el tratamiento, la paciente inicia las sesiones de radioterapia externa al cabo de unos días. Estas sesiones serán de lunes a viernes, a una hora determinada –siempre que sea posible se determina el horario en función de las preferencias de cada paciente–, y este procedimiento no dura más de 15 minutos. Al inicio del tratamiento le darán un opúsculo con información y conocerá al técnico encargado de aplicarle diariamente su tratamiento. La radioterapia externa se administra con la paciente estirada en una litera; el rayo sale de un aparato, el acelerador lineal, situado a una cierta distancia. Las paredes de la habitación están protegidas a fin de que las radiaciones no se escapen, aunque la paciente, una vez sale de la sesión, no es radioactiva y puede hacer una vida normal. Tanto la simulación como las sesiones de tratamiento se hacen en el sótano del edificio del hospital. Mientras dure el tratamiento de radioterapia se hará una visita semanal con el radioterapeuta encargado del caso que evaluará el estado general de la paciente y la posible aparición de los efectos secundarios.

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TEMA 9 Pàg. 1 de 3

LA RADIOTERAPIA EXTERNA A LA MAMA

Ya tenemos una noción de qué es y cómo actúa la radioterapia externa, ahora nos centraremos un poco en el tratamiento de la mama. ¿Como llega la paciente a radioterapia? Circuito.

Cuando la paciente llega al servicio después d’una cirugía en la mama – y algunas veces sin cirugía–, derivada desde un comité de mama, por indicación de su ginecólogo o médico de referencia, se hace una primera visita con el oncoradioterapeuta. En esta visita se valora la historia clínica y su estado general, y a veces se piden algunas pruebas complementarias. Se explica a la paciente el plan de tratamiento previsto.

Es posible que antes, durante o después del tratamiento de radioterapia la paciente también haga tratamiento de quimioterapia. También es frecuente hacer radioterapia externa e interna o braquiterapia, pero todo esto se explica detalladamente durante la visita.

La primera visita se realiza en el edificio de consultas externas –en la calle Rosselló– y normalmente se alarga un poco, ya que hay que comentar muchas cosas. A partir de este momento el caso clínico sigue un circuito interno del servicio, valoración de urgencia, lista de espera.

Al cabo de unos días se cita a la paciente para hacer la simulación; se localiza el campo de tratamiento con un simulador que reproduce los factores geométricos de la terapia real. También se utiliza el TAC para definir el volumen del lugar a tratar, así como de las estructuras normales de la zona. Con toda la información obtenida, y con ayuda de un ordenador, se diseña un plan de tratamiento individualizado.

El mismo día también se colocan unas pegatinas sobre la piel o se hacen unos pequeñísimos tatuajes que servirán para situar diariamente el campo de tratamiento.

Una vez preparado el tratamiento, la paciente inicia las sesiones de radioterapia externa al cabo de unos días. Estas sesiones serán de lunes a viernes, a una hora determinada –siempre que sea posible se determina el horario en función de las preferencias de cada paciente–, y este procedimiento no dura más de 15 minutos. Al inicio del tratamiento le darán un opúsculo con información y conocerá al técnico encargado de aplicarle diariamente su tratamiento.

La radioterapia externa se administra con la paciente estirada en una litera; el rayo sale de un aparato, el acelerador lineal, situado a una cierta distancia. Las paredes de la habitación están protegidas a fin de que las radiaciones no se escapen, aunque la paciente, una vez sale de la sesión, no es radioactiva y puede hacer una vida normal. Tanto la simulación como las sesiones de tratamiento se hacen en el sótano del edificio del hospital.

Mientras dure el tratamiento de radioterapia se hará una visita semanal con el radioterapeuta encargado del caso que evaluará el estado general de la paciente y la posible aparición de los efectos secundarios.

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Diariamente, la paciente puede consultar todo aquello que la preocupe con su técnico y debe tener en cuenta que siempre hay un médico de guardia.

¿Efectos secundarios? A partir de la tercera semana de tratamiento es posible que note un cierto picor o escozor

en la zona objeto del tratamiento. Si existe una cicatriz quirúrgica puede notarse tirantez o dolor en determinados movimientos, siendo debido a que la piel de la zona se ha irritado. Esta irritación continua aumentando hasta la semana posterior a la finalización del tratamiento; esto también es normal e irá disminuyendo hasta la normalización completa durante las siguientes semanas. La piel de la zona tratada puede quedar más oscura que el resto. A medida que vayan pasando los días y que la piel se vaya regenerando, ésta recuperará el color que tenía antes del tratamiento. En cualquier caso, la piel que ha sido irradiada es siempre más delicada que el resto, por lo cual hay que seguir todos los consejos que le dará el equipo médico.

Como hemos comentado antes, cada semana su médico la controlará cuidadosamente, solucionando todo aquello que se presente. Breve descripción de la lesión en la piel

Dermatitis seca. La piel primero enrojece, después se oscurece, pica y se calienta un poco, y puede tener tendencia a la descamación. Utilizaremos productos para mantener la hidratación de esta piel, aceite infantil, lanolina o áloe-vera y también sprays de agua termal. Si hace falta algún producto específico será el médico quien lo recomendará durante la visita semanal. No es válido usar algo que nos recomiende la compañera que nos encontremos cada día en la sala de espera.

Dermatitis húmeda. Es el caso contrario, y se presenta generalmente en las zonas que se

airean poco y que son de presión. Son pequeñas lesiones, pero muy dolorosas y acostumbran a estar situadas en la axila o en el pliegue bajo el pecho, frecuentemente en mamas voluminosas. Hay que poner atención, ya que la humedad es la puerta de entrada de la infección. Lavaremos la zona con serum fisiológico, dejándolo actuar un rato antes de secarla, dejaremos la zona al aire siempre que sea posible y utilizaremos las pomadas específicas que el equipo médico nos indicará.

¿Qué hay que evitar durante el tratamiento? � Prendas de vestir ajustadas. � Tejidos sintéticos que puedan irritar la piel, blondas, lacitos y accesorios metálicos en la

ropa interior. � Calor local. � Luz solar directa sobre la zona tratada. � Desodorantes con alcohol, colonia y polvos tipo talco. � Fregar y rascarse la zona si empieza a estar irritada. � La depilación con cera caliente o fría y también hay que evitar la depilación de la axila con

crema y con “gilette”. � La aplicación de cremas caseras de efectos desconocidos. � Hay que evitar siempre la duda, y consultar con los profesionales todo aquello que nos

preocupe.

¿Qué hay que hacer durante el tratamiento? � Utilizar prendas de vestir bastante amplias. � Emplear tejidos naturales como el algodón, sobretodo en la ropa interior. � Usar sujetadores sin costuras, del tipo que se recomiendan para hacer deportes. � Higiene con agua templada y jabón neutro. � Depilarse la axila con maquinilla eléctrica masculina, a la velocidad más baja, porque su

mecanismo es cortar el pelo y no estirarlo como hacen las maquinillas para mujer. � Seguir todas las recomendaciones de la ficha correspondiente al linfedema.

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� Mantener las pegatinas que nos hayan colocado en radioterapia; si llevamos puntos de tatuaje la higiene será más fácil de realizar.

� Consultar todas las dudas.

Una vez acabado el tratamiento Todos los efectos secundarios, si han aparecido, irán remitiendo y se volverá a la

normalidad. La piel de la mama quedará delicada durante una temporada y durante el primer año no es aconsejable la exposición a la luz solar directa.

El radioterapeuta la citará para revisión un mes después de finalizar el tratamiento y a partir de este momento se establecerán los posteriores controles o bien se remitirá a la paciente a su médico de referencia.

_________________________________________________________ Contenido: Sra. Rosa Francisco Montesinos. Enfermera Consulta externa Radioterapia. Hospital Clínic de Barcelona. Supervisión: Prof. Dr. A. Biete. Jefe de Servicio de Radioterapia. Hospital Clínic de Barcelona. Diseño y reproducción: gAmis. (Grup d’ ajuda mama y salut).