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135-148 LA RECEPCIÓN DE LOS CLÁSICOS EN LAS CONCEPCIONES DE JUAN EGAÑA ACERCA DEL ARTE (1768-1836) Reception of Egaña’s conception of the arts classics (1768-1836) Fernando Guzmán Schiappacasse* Eugenio Yáñez Rojas** Resumen El jurista chileno Juan Egaña manifestó en sus acciones y en sus escritos una especial valoración por las expresiones artísticas. Para el autor las normas jurídicas y el arte deben articularse y apuntar a un mismo objetivo. El presente trabajo se orienta a mostrar los fundamentos que permiten afirmar que, en sintonía con las concepciones de Platón, Egaña concibió la pintura, la escultura, la música y la arquitectura al servicio de la organización de la sociedad. Palabras clave: Arte, Política, Chile, Platón. Abstract The chilean attorney Juan Egaña showed in his actions and essays a special interest in artistic expressions. Art and the juridical norms must work together and point to a same objective. This article is oriented to show the essentials that confirm that following ideas of Plato, Egaña conceived painting, sculpture, music and architecture put to the service of the organization of the society. Key words: Arts, Politics, Chile, Platon. INTRODUCCIÓN Las elites que lideraron el proceso de independencia en Hispanoamérica debieron enfrentar desafíos tan complejos como legitimar a los nuevos gobernantes o formular un proyecto de nación convincente. Para la consecución de ambos objetivos se sirvieron de diversos medios, entre estos los que ofrecía el arte, la arquitectura y los rituales. Era necesario, por ejemplo, dotar a las autoridades forjadas en el fragor de la revolución de un aparato simbólico que reemplazara eficazmente el boato de la monarquía, así como también era indispensable ––en palabras de Anthony Smith–– trazar un proyecto común y exteriorizarlo por medio de imágenes eficaces y estimulantes (102). La cultura barroca había dado lugar a una estrecha relación entre el arte y la política; en la América de los siglos XVII y XVIII ––al igual que en Europa–– era habitual el uso de la pintura, la escultura y los edificios como herramientas de propaganda política. Sin embargo, los nuevos contenidos no se podían expresar en el lenguaje artístico anterior, era necesario recurrir a nuevas formas. François-Xavier Guerra, refiriéndose al caso hispanoamericano, señala que la revolución es una

La Recepcion de Los Clasicos en Las Concepciones de Juan Egaña

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  • 135-148

    LA RECEPCIN DE LOS CLSICOS EN LAS CONCEPCIONES

    DE JUAN EGAA ACERCA DEL ARTE (1768-1836) Reception of Egaas conception of the arts classics (1768-1836)

    Fernando Guzmn Schiappacasse*

    Eugenio Yez Rojas**

    Resumen

    El jurista chileno Juan Egaa manifest en sus acciones y en sus escritos una

    especial valoracin por las expresiones artsticas. Para el autor las normas jurdicas y el

    arte deben articularse y apuntar a un mismo objetivo. El presente trabajo se orienta a

    mostrar los fundamentos que permiten afirmar que, en sintona con las concepciones de

    Platn, Egaa concibi la pintura, la escultura, la msica y la arquitectura al servicio de

    la organizacin de la sociedad.

    Palabras clave: Arte, Poltica, Chile, Platn.

    Abstract

    The chilean attorney Juan Egaa showed in his actions and essays a special

    interest in artistic expressions. Art and the juridical norms must work together and point

    to a same objective. This article is oriented to show the essentials that confirm that

    following ideas of Plato, Egaa conceived painting, sculpture, music and architecture

    put to the service of the organization of the society.

    Key words: Arts, Politics, Chile, Platon.

    INTRODUCCIN

    Las elites que lideraron el proceso de independencia en Hispanoamrica

    debieron enfrentar desafos tan complejos como legitimar a los nuevos

    gobernantes o formular un proyecto de nacin convincente. Para la consecucin

    de ambos objetivos se sirvieron de diversos medios, entre estos los que ofreca

    el arte, la arquitectura y los rituales. Era necesario, por ejemplo, dotar a las

    autoridades forjadas en el fragor de la revolucin de un aparato simblico que

    reemplazara eficazmente el boato de la monarqua, as como tambin era

    indispensable en palabras de Anthony Smith trazar un proyecto comn y exteriorizarlo por medio de imgenes eficaces y estimulantes (102).

    La cultura barroca haba dado lugar a una estrecha relacin entre el arte y la

    poltica; en la Amrica de los siglos XVII y XVIII al igual que en Europa era habitual el uso de la pintura, la escultura y los edificios como herramientas de

    propaganda poltica. Sin embargo, los nuevos contenidos no se podan expresar en el

    lenguaje artstico anterior, era necesario recurrir a nuevas formas. Franois-Xavier

    Guerra, refirindose al caso hispanoamericano, seala que la revolucin es una

  • Fernando Guzmn y Eugenio Yez

    136

    mutacin cultural: en las ideas, en el imaginario, en los valores, en los

    comportamientos, en las prcticas, pero tambin en los lenguajes que los expresan (49). En este proceso de recambio los patriotas americanos no tuvieron la necesidad

    de inventarlo todo, podan recurrir al nutrido repertorio de formas que se haban

    forjado durante la Revolucin Francesa, as como a las expresiones liberales de la

    Espaa del siglo XIX, por mencionar dos contextos que influyen directamente en los

    procesos de emancipacin. Las grandes ciudades hispanoamericanas fueron el

    escenario para el despliegue de un arte revolucionario que deba, parafraseando a

    Benedict Anderson, consolidar una comunidad imaginada (23).

    A pesar de la relevancia que tendra conocer la concepcin acerca del arte

    en el primer cuarto del siglo XIX, la reflexin en torno a la historia de las ideas

    en Chile durante el proceso de la emancipacin se ha centrado, en el anlisis del

    pensamiento poltico. Los investigadores han priorizado preguntas en torno a

    los mviles ideolgicos que permitiran explicar la dinmica de los

    acontecimientos que se suceden desde 1810, dando cuenta as de los

    fundamentos de la vida republicana.

    Uno de los intelectuales estudiados de comienzos del siglo XIX, debido a

    su decisiva participacin en el proceso de independencia, es el jurista nacido en

    Lima1 Juan Egaa Risco. Su intensa actividad poltica y su amplia produccin

    escrita han dado lugar a una reflexin, an en desarrollo, tanto desde la historia

    como desde la filosofa, aunque en menor grado en esta ltima disciplina.

    Pese a ser una figura que ha despertado el inters acadmico, an existen

    aspectos que no han sido indagados minuciosamente; por ejemplo, su visin en

    torno a la funcin que la pintura, la msica, la escultura, el teatro y la poesa

    tendran en la vida pblica. Este intelectual ilustrado parece demostrar un gran

    inters y conocimiento acerca de lo que en la actualidad se llamaran los

    fenmenos del arte.2 El presente trabajo se propone demostrar que Juan Egaa,

    en sintona con la filosofa clsica, en particular platnica, concibe al arte como

    una herramienta eficaz para promover las virtudes cvicas que, segn su

    pensamiento, seran el fundamento del orden social.

    El planteamiento anterior requiere tres precisiones. En primer lugar, se

    debe tener en cuenta que la influencia de los autores clsicos no es privativa de

    Egaa, las referencias tericas y simblicas al mundo grecorromano permitieron

    a los pensadores ilustrados y a los procesos revolucionarios contar con un

    sustento de tradicin sobre el cual anclarse. En segundo trmino, se ha de

    considerar que las concepciones artsticas del jurista pueden haberse forjado al

    calor de diversas influencias, el propsito del presente artculo es, revelar los

    alcances de una de ellas. Finalmente, el anlisis debe atender al modo cmo

    1 Sus antecedentes biogrficos se pueden revisar en la publicacin de Ral Silva Castro. 2 El problema de la evolucin del concepto de arte y del uso de la palabra en el lenguaje comn y

    culto supera con mucho los alcances de este trabajo.

  • La recepcin de los clsicos en las concepciones de Juan Egaa

    137

    Egaa ley a los clsicos, determinado, sin duda, por las concepciones de su

    poca, por sus experiencias personales y, probablemente, por la lectura de

    comentaristas.

    Las publicaciones dedicadas al pensamiento de Egaa han identificado su

    amplio conocimiento de los filsofos clsicos, particularmente de Platn;

    reconociendo que el pensamiento de la antigedad grecorromana aflora

    permanentemente en sus textos de contenido poltico. Hanisch afirmaba en 1964 que

    la confianza del intelectual en las normas jurdicas como forjadoras de costumbres

    tendra su origen en el pensamiento platnico (74). Vasco Castillo, por su parte, se

    hace cargo de la herencia clsica del autor, en los captulos relativos a la virtud y al

    modelo de aristocracia cvica (21-70, 129-146). No ocurre lo mismo con sus concepciones artsticas. Las ideas de Juan Egaa en este mbito no han sido

    trabajadas de forma sistemtica, sin embargo, se pueden reconocer algunas

    observaciones menores que permiten formarse una primera idea acerca de sus

    convicciones estticas y de su inters en el tema. Mario Gngora advirti la

    minuciosidad con que el jurista describe los rituales republicanos de orientacin

    neoclasicista, reconociendo que la profusin de alegoras formaban parte de la simbologa oficial de la poca, particularmente en los perodos revolucionarios (105-106). En fecha reciente se ha intentado atribuir a Egaa la concepcin intelectual del

    monumento efmero erigido para celebrar el 18 de septiembre de 1819, identificando

    en su iconografa claras alusiones moralistas (Guzmn).

    EGAA Y LAS FUENTES CLSICAS3

    Egaa durante su vida demostr una marcada inclinacin por el estudio y la

    lectura, lo que se evidencia en las diversas disciplinas a las que dedic su empeo, las

    lenguas que dominaba y la amplia cultura que destilan sus textos. La erudicin es en Egaa una necesidad. Se pasea por todos los autores, por todas las pocas, por todos

    los pueblos con una soltura admirable (Hanisch, 25). Estudi filosofa, y adems la ense en Lima, aunque segn su propio testimonio solo ense la ms moderna filosofa (Egaa, Escritos inditos, 201). Sabe de lgica, metafsica, filosofa natural, psicologa, teologa natural, tica y filosofa poltica (Hanisch, 7). A los diecisis aos

    alcanz el grado de Maestro de Filosofa y cinco aos despus los de Maestro en

    Teologa y Leyes, sucesivamente (Hanisch, 12).

    La historiografa suele enfatizar el influjo del pensamiento ilustrado en

    Juan Egaa; concluyendo que su pensamiento sera tributario de autores como

    Rousseau, Montesquieu y Voltaire (Hanisch, 7). En menor medida se ha

    3 Se ha analizado para estos efectos principalmente el Discurso sobre el mtodo de educacin

    nacional, la Constitucin Poltica del Estado de Chile, el Examen instructivo de la Constitucin

    Poltica de Chile, el texto Ocios filosficos y poticos en la Quinta de las Delicias, el Cdigo

    Moral, y El chileno consolado en los presidios, o filosofa de la religin/memoria de mis trabajos

    y reflexiones, escritas en el padecer y el pensar.

  • Fernando Guzmn y Eugenio Yez

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    planteado que habra en l influencia del confucionismo (Dougnac), o del

    conservador Edmund Burke (Collier 268). Definitivamente, en Egaa conviven

    las ideas modernas de los filsofos ilustrados con formas de entender el mundo

    y la sociedad propias del pensamiento antiguo, esta dicotoma, ya reconocida

    por Hanisch, fue un rasgo habitual en muchos intelectuales de finales del siglo

    XVIII y comienzos del siglo XIX (Hanisch, 23).

    Lo cierto es que el jurista chileno ley y cit a los pensadores griegos y

    romanos, como se puede constatar de la lectura de sus publicaciones. Este tipo

    de referencias se podra considerar como un mero ejercicio de retrica, sin

    embargo, es razonable suponer que en una persona con la vida acadmica de

    Egaa manifiestan, al menos en algunos casos, un conocimiento directo de los

    autores.4

    LA PRESENCIA DE PLATN EN EL PENSAMIENTO DE EGAA

    Los vnculos con Platn se pueden identificar en sus reflexiones

    antropolgicas, ticas e incluso jurdicas. La cercana con Platn se puede ver

    reflejada claramente en el Cdigo Moral, en Ocios Filosficos en la Quinta de

    las Delicias, y en la Constitucin del 23. Egaa al igual que Scrates, Platn y

    Aristteles tiene una gran confianza en el poder de las leyes como agentes de formacin moral y cvica. Buenas leyes hacen buenos ciudadanos, provistos de aret. En la legislacin del Estado, se formar el cdigo moral que detalle los deberes del ciudadano en todas las pocas de su edad y en todos los estados de

    la vida social formndole hbitos, ejercicios, deberes, instrucciones pblicas,

    ritualidades, y placeres, que transformen las leyes en costumbres, y las

    costumbres en virtudes cvicas y morales (Art. 249). Es interesante en este sentido observar el papel fiscalizador que la

    Constitucin del 23 le entrega a los senadores de la Repblica, quienes cada ao

    deban examinar el estado moral de algunas de las provincias en que se divida

    administrativamente el territorio; de los diez aspectos a controlar tres de ellos se

    refieren al comportamiento ciudadano: All examina presencialmente: 1 El mrito y servicio de los ciudadanos. 2 La moralidad y civismo de las

    costumbres 9 La moralidad religiosa. Otro rasgo de su pensamiento, en el que se puede reconocer la impronta de su

    conocimiento de Platn, es la importancia dada a las virtudes cvicas y en especial a la

    justicia. Para el filsofo griego, como lo expresa en La Repblica, la virtud poltica por excelencia es la justicia, que no es otra cosa que cumplir con lo que el Estado nos

    4 El estudio de los clsicos lo pudo realizar en ejemplares de su propiedad o en los que le

    facilitaran Francisco Tadeo Dez, Jos Antonio de Rojas o Manuel de Salas, propietarios de

    extensas bibliotecas. No es posible saber con certeza si en la biblioteca de Egaa se encontraban

    las obras de Platn o Aristteles, pues no se conoce el inventario de este conjunto.

  • La recepcin de los clsicos en las concepciones de Juan Egaa

    139

    manda, es decir, hacer lo que corresponde (Platn, La Repblica 432b). En la

    Constitucin del 23 Egaa acepta la libertad de prensa en la medida que ella

    contribuya al bien ciudadano: La imprenta ser libre, protegida y premiada en cuanto contribuya a formar la moral, y buenas costumbres (); a manifestar de un modo fundado las virtudes cvicas y defectos de los funcionarios en ejercicio (74). En el Cdigo Moral, en el Ttulo Tercero, acerca de la Educacin Nacional, destaca la importancia de la instruccin pblica moral, y religiosa (45), por ejemplo, en los Institutos nacionales

    El estudio de los documentos morales debe dirigirse a contener las pasiones malficas y a fomentar las virtudes cvicas y resaltar el celo por la justicia (Cdigo Moral, 48-49). En atencin a esta acentuada preocupacin por el cultivo de

    las virtudes cvicas, la historiografa nacional lo ha caracterizado como un utpico

    (Gngora). Se trata de una clara coincidencia con Platn, un idealista, que construye una utopa poltica, La Repblica, en donde el gobierno perfecto es ejercido de acuerdo a la virtud, por el rey-filsofo, que tiene por misin salvaguardar y promover las virtudes ciudadanas. Segn Hanisch, positivamente se conoce que manej dos textos de utopistas, que son Las Leyes de Platn y la Utopa

    de Toms Moro (Hanisch 73). La conviccin de que se deba inculcar el ejercicio de la virtud en los ciudadanos para salvaguardar la sociedad era compartida por casi toda

    la elite hispanoamericana de comienzos del siglo XIX; sin embargo, Egaa difiri de sus congneres permitiendo que esta preocupacin especial coloreara su concepcin

    poltica entera (Collier, 252). Otra coincidencia con Platn, no estudiada suficientemente, es su

    concepcin del hombre. La visin de Egaa tiene claros tintes platnicos. Al

    igual que el filsofo ateniense cree en la separacin entre el cuerpo y el alma. El

    autor establece en su Ocios Filosficos5 una distincin absoluta del cuerpo y del espritu (42-45), cuando Polemon manifiesta a Philotas: Decs que yo no os manifiesto al espritu. Como enteramente distinto del cuerpo. No veis a cada

    instante la independencia con que obran uno respecto del otro? (43). Otro rasgo platnico es la carga negativa que le asigna al cuerpo, reflejo de los

    sentidos. Recordemos que para Platn, como lo expresa en el Crtilo 400c y el

    Fedn 67e el cuerpo es la crcel del alma, pues la mantiene prisionera de los sentidos, impidindole ascender hacia el mundo de las ideas.

    6 Esta idea la

    encontramos en Egaa en su escrito El chileno consolado en los presidios o

    filosofa de la religin: Reparad, que a pesar de la ofuscacin de nuestra alma que vive sumergida en una materia siempre corriendo a su destruccin, turbada

    5 Es interesante, adems, consignar que el texto de Egaa est escrito en forma de dilogo, al

    igual que los platnicos. En su obra los interlocutores son Philotas y Polemon, los cuales, durante

    seis noches dialogan sobre los ms diversos temas. 6 Vase tambin La Repblica, Libro VII.

  • Fernando Guzmn y Eugenio Yez

    140

    de las pasiones y oprimida de los cuidados, tiene con todo una idea lnguida,

    pero ingnita de la belleza moral y fsica (125).

    EGAA, EL ARTE Y LAS IDEAS DE PLATN

    Una primera muestra de las preocupaciones estticas de Juan Egaa es la

    esmerada atencin que puso no solo en mejorar las condiciones de su casa en la

    hacienda de Pealoln, propiedad que le perteneca desde 1813, sino en el

    decoro de la misma. A la ornamentacin de la casa con muebles europeos y

    obras artsticas se sum la configuracin de un parque cuyo trazado an se

    puede observar. El nfasis esttico puesto por l en las proporciones y armona

    del parque nos recuerda a Platn. Se refera a esta casa como la Quinta de las Delicias, un lugar en que la belleza natural y la producida por el hombre se encontraban armnicamente (Parque Arrieta).

    Sin embargo, el disfrute privado, hedonista, de los paisajes y de los

    objetos artsticos no parece ser en l la perspectiva predominante. Como ya lo

    constat Collier (256), de la revisin de sus escritos se puede concluir sin

    dificultad la clara funcin social que le asigna al arte. Obras como el Cdigo

    Moral, o La Quinta de las Delicias estn jalonadas de numerosos pasajes en los

    que la msica, el teatro, la pintura o la escultura son concebidos como agentes

    pedaggicos. En el referido Cdigo, redactado por Egaa en 1823,

    particularmente en la seccin dedicada a las fiestas cvicas, se puede encontrar

    un claro testimonio de la relevancia que le asigna a los asuntos artsticos,

    entendidos como transmisores de unos determinados valores. Se trata de un

    cuerpo legal mencionado en la Constitucin de 1823, cuyo propsito era

    precisar una serie de aspectos que la carta fundamental solo enunciaba. Los

    artculos de este cdigo nunca tuvieron aplicacin efectiva, no obstante son de

    gran inters para conocer los alcances de su pensamiento respecto de la funcin

    social del arte. La concepcin de esculturas, obras teatrales, himnos y formas

    arquitectnicas parece haber sido un asunto que despertaba el mayor inters en

    el jurista, tanto como para incluir en un cuerpo jurdico algunos artculos cuyo

    nico objetivo era precisar las formas de un edificio, dictar las caractersticas de

    una alegora escultrica o el contenido de una representacin dramtica.7

    Egaa, al igual que Platn en Las Leyes (Libros I, II y VII ) y en La Repblica

    (410,c), est convencido del carcter pedaggico de las manifestaciones artsticas

    como la msica, el teatro y la pintura, las que pueden influir en el carcter de los

    ciudadanos, conducindolos hacia la virtud, tanto en su vida privada como pblica. El

    arte, segn lo que se ha expuesto, es para Egaa un modelador de conductas

    7 Otro antecedente que manifiesta su atencin por estos temas es el decreto firmado por l y el

    presidente Freire en diciembre de 1823 con el objeto de prescribir la ereccin de un arco triunfal

    para conmemorar la promulgacin, ese mismo ao, de una nueva constitucin (Voionmaa, 81-82).

  • La recepcin de los clsicos en las concepciones de Juan Egaa

    141

    cvicas. l, al igual que Platn, cree que las pasiones humanas desvan a los

    ciudadanos, especialmente a los jvenes, de las virtudes cvicas, como por ejemplo, el

    patriotismo. Por ende, es menester contar con alguna autoridad que vele pblicamente

    por la rectitud de los actos cvicos. Esta autoridad es el magistrado.

    El magistrado de la moralidad, que interviene en todas las leyes y reglamentos orgnicos que se dictan sobre educacin (Egaa, Cdigo Moral 54), tambin extiende su jurisdiccin sobre el mbito artstico, evidenciando que para

    Egaa, en sintona con el filsofo clsico, la creacin dramtica, musical o plstica

    debe estar supeditada a la promocin de las virtudes cvicas. Platn establece, por

    ejemplo, la necesidad de supervisar la labor de los artistas, especialmente los poetas.

    Estos ltimos estn obligados en sus obras a proponer imgenes que conduzcan a la virtud (Platn, La Repblica, Libro X 595 y ss.). Imitar lo malicioso e intemperante es

    pernicioso, debido a que puede generar en los jvenes una adhesin al vicio,

    corrompiendo de esa manera el alma del joven. Egaa manifiesta esta idea cuando

    establece, por ejemplo, que los maestros pblicos de canto sern obligados a acomodar sus cantares con letras anlogas a los objetos expuestos (Cdigo Moral, 82-83), es decir, que conduzcan a las virtudes privadas y pblicas.

    Como ya se ha indicado, las ideas clsicas conviven en Egaa con las

    concepciones de los pensadores ilustrados. Se puede afirmar que esta

    inspiracin es manifiesta en sus reflexiones acerca de la poltica, pero no en

    relacin con el arte, realidad en que resulta difcil establecer un vnculo entre

    Egaa y los filsofos del siglo XVIII. No se debe desconocer la importancia que

    le atribuyen algunos ilustrados al rol social del arte, y al compromiso

    sociopoltico del artista, pero esto no es identificable sin ms al rol pedaggico que le atribuye Egaa al arte. Al igual que en Platn, el nfasis del

    jurista est ms puesto en la funcin de la obra y no en el artista. Es ms, el rol

    que le asigna Egaa al arte es muy diferente al de Rousseau, pues para este,

    como lo establece en su famoso discurso acerca de las ciencias y las artes, estas

    cumplen una funcin ideolgica, de ocultamiento de la realidad, pues cubren con guirnaldas de flores las cadenas del hombre, que no es ms que un

    esclavo civilizado, ms an, son producto del lujo, que a su vez ha nacido de las

    riquezas. En el texto comentado, Rousseau alude a Platn precisamente para

    celebrar la expulsin de los artistas. Ms an, para el ginebrino, las ciencias y

    las artes deben su nacimiento a nuestros vicios. En suma, Rousseau concluye

    que las artes corrompen las costumbres. Tampoco se puede afirmar que

    Montesquieu otorgue un rol pedaggico al arte. Para este autor las bellas artes

    tendran como propsito otorgar placer a las personas. Luego, es evidente que

    Egaa no puede haberse sustentado en las ideas de Rousseau y difcilmente en

    las de Montesquieu.

    La posibilidad de promover eficazmente el cultivo de las virtudes pblicas por

    medio de la legislacin y el arte es uno de los aspectos centrales en el pensamiento de

  • Fernando Guzmn y Eugenio Yez

    142

    Platn y en la reflexin y praxis poltica de Egaa. Dicha concepcin era compartida

    por gran parte de la elite ilustrada americana y tambin europea; la soberana popular

    ejercida por ciudadanos incultos y viciosos entraaba el fin de la Repblica, por tanto,

    el pueblo deba ser instruido por medio de la legislacin, la elaboracin de la memoria histrica nacional, la educacin escolar y la mise en scne de rituales,

    smbolos e iconografa (Ortemberg, 701). Un primer aspecto que podra tenerse en cuenta es que Egaa lee a Platn

    desde la perspectiva de una persona que ha sido contemporneo a la Revolucin

    Francesa; debe recordarse que para 1789 tena veintin aos. Es probable que, como a

    muchos hispanoamericanos, los excesos y la violencia que sobrevinieron durante este

    proceso poltico fuesen una permanente seal de advertencia frente a los peligros de

    una revolucin liberal que no se cimentara en una moral cvica aceptada y cultivada

    por el grueso de la poblacin. Las perspectivas platnicas sobre este punto se podan

    leer a finales del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX como autnticas profecas; es

    probable que algo as le ocurriera a Egaa, identificando en los textos del autor griego

    un conjunto de ideas perfectamente funcionales a las circunstancias polticas de la

    emancipacin de Hispanoamrica.

    Otro aspecto especialmente significativo sera la relevancia que Egaa le

    asigna, como se ver a continuacin, a la fiesta como articulador de los distintos

    mensajes moralizantes. La msica, la retrica, las esculturas emblemticas y dems

    elementos cobran verdadero sentido pedaggico en los fastos republicanos que el

    jurista concibe. Se trata de una idea ajena a los textos de Platn, para el griego todas

    las artes deben inculcar normas morales, pero nunca seala que estas deben

    conjugarse en el contexto de la fiesta; se tratara de una idea de Egaa, recogida, tal

    vez, de sus lecturas de Confucio o de su experiencia con los fastos coloniales.

    EL TEATRO Y LA MSICA

    Egaa establece en el artculo 288 del Cdigo Moral la realizacin de la

    Fiesta de la Justicia y Moralidad Pblica (127), cuyo principal objetivo es la proclamacin de las virtudes pblicas que consolidan el buen orden social y la moralidad pblica (86). En este contexto, establece en el artculo 175: Los teatros y espectculos dramticos sern una escuela de moralidad y virtudes cvicas, e introduce nuevamente la idea platnica de la fiscalizacin: Toda representacin pblica debe revisarse y aprobarse por los magistrados de moralidad (81-82).

    Platn concibe la msica como el arte educador por excelencia, y que al ser la

    ms elevada, es por lo mismo la que exige ms cuidado y atencin (Platn, Las Leyes, Libro II). Ella llega al alma mediante los sonidos, y nos inspira el gusto por las

    virtudes. En virtud de ello, los componentes musicales no deben transmitir otra cosa

    que no sea aquello que acerca a la virtud. En vistas a este fin, establece tres elementos:

    las palabras, la armona y el ritmo. Es decir, bajo el concepto de msica se incluye

  • La recepcin de los clsicos en las concepciones de Juan Egaa

    143

    todo lo que concierne a las musas, a saber: la literatura, las artes, la danza y el canto.

    Para el filsofo griego, la buena educacin consiste en saber cantar bien y danzar bien (Platn, Las Leyes, Libro II).8 Las palabras, deben ser imitaciones de las cualidades que conviene adquirir como la templanza, o la magnanimidad. No se debe

    imitar el vicio, pues la educacin musical comienza en la niez y se prolonga hasta la

    juventud, creando un hbito o una especie de segunda naturaleza que forma el cuerpo, la voz y el pensamiento. La msica es, entonces, la parte esencial de la

    educacin debido a que el ritmo y la armona son especialmente apropiados para

    adentrarse en el alma y conmoverla. La msica no debe sino conducir a la virtud, es

    decir, a la adhesin a lo bueno, bello y verdadero. Toda figura y toda meloda que expresan las buenas cualidades del alma o del cuerpo, sea en s mismas, sea en su

    imagen, son bellas (Platn, Las Leyes, Libro II). Estas ideas Egaa las recoge de la siguiente manera: la msica en que se expresa los himnos y cantares clsicos nacionales o religiosos ha de ser precisamente magestuosa, simple y pattica, a

    propsito para elevar y penetrar el corazn (Cdigo Moral, 83-84). Al igual que Platn (Las Leyes, 668b), para Egaa el rol de la msica en las fiestas y en el mbito

    educativo no debe ser el despertar en el oyente una sensacin placentera, sino

    producir o acrecentar el deseo de actuar rectamente. En su obra Ocios filosficos y

    poticos, en el captulo titulado Progresos que faltan al gnero humano dedica un par de pginas a estudiar los efectos morales y fsicos que pueden producirse con la msica. (10). All afirma:

    La msica indica, que la moralidad; el manejo de las pasiones; la verdadera idea de lo bello, y de las proporciones; las costumbres virtuosas

    y delicadas, un carcter noble, tierno, sublime y generoso, deben ponerse

    bajo su influencia; y que algn da dirigir la educacin, arreglar el

    temperamento, servir de auxilio en muchas enfermedades, y calmar o

    animar las pasiones, cuyos ensayos suelen experimentarse algunas veces,

    y se vieron ms efectivos en las pocas de Sal, de Alejandro, de los

    antiguos griegos, y aun ven hoy en la corte de los incas (102).

    MONUMENTOS: ARQUITECTURA Y ESCULTURA

    Uno de los aspectos que parece preocupar especialmente a Egaa es la

    ereccin de monumentos efmeros o permanentes, estructuras en torno a las

    cuales debieran desarrollarse parte de los actos festivos. Se trata de soportes

    arquitectnicos y esculturas concebidas con un claro propsito didctico. De

    8 Siguiendo con su espritu platnico, Egaa no descuida la importancia de la gimnstica en la

    formacin del joven. Recordemos que para Platn tanto la msica como la gimnasia educan el

    alma. Esta ltima educa el lado fogoso (thymoeids) del hombre y si se combina con la msica, que cultiva la dulzura, produce, en lugar de fuerza bruta, valenta (Platn, La Repblica, 410b).

  • Fernando Guzmn y Eugenio Yez

    144

    alguna manera, con nuevas formas y contenidos, se da continuidad a un

    lenguaje habitual en la Hispanoamrica colonial.9

    De especial inters resulta el monumento para la fiesta de la moralidad o

    batalla de Maip, descrito en el Cdigo Moral.10

    Tambin es posible atribuirle la

    concepcin general de un complejo montaje arquitectnico y escultrico que se

    levant para celebrar el 18 de septiembre de 1819 (Guzmn, Representaciones

    del Paraso, 23-28). En efecto, un artculo del peridico El Telgrafo, publicado el 9 de octubre de ese ao, junto con resear el desarrollo de los

    festejos entrega una detallada caracterizacin de la estructura que la

    Municipalidad de Santiago levant en la Plaza de Armas, espacio privilegiado

    de las fiestas cvicas (Guzmn, Un monumento efmero). El monumento consideraba la ereccin, en el centro de la estructura de cuatro columnas dricas

    que sostenan las alegoras escultricas de la justicia, la fortaleza, la prudencia y

    la templanza, manifestando que para Egaa el ejercicio de las virtudes

    cardinales es el corazn y fundamento de la vida social. Se debe recordar que

    para Platn estas cuatro virtudes son fundamentales para la buena vida en la

    Polis: En el orden de los bienes divinos, el primero es la prudencia, despus viene la templanza y de la mezcla de estas dos virtudes y de la fortaleza nace la

    justicia que ocupa el tercer lugar, la fortaleza es la cuarta (Las Leyes, Libro I ).

    CARACTERSTICAS GENERALES DE LAS FIESTAS CVICAS

    Egaa concibe a la msica, la poesa, las representaciones y las esculturas

    confluyendo en la fiesta cvica; instancia de quiebre de la cotidianeidad en la que se

    destacaban las virtudes y los generosos servicios prestados a la nacin por los

    benemritos, con el objeto de que los ciudadanos los admiraran y se sintieran

    impulsados a imitar sus acciones. Se trata, en parte, de la lgica, tan caracterstica de

    la cultura barroca, de usar la fiesta para conseguir objetivos polticos. Se recoge esa

    prctica dotndola de nuevas formas y contenidos (Peralta, 89; Cruz, 296-307).

    El Cdigo Moral dedica diecinueve pginas a normar el desarrollo de las

    fiestas cvicas, la extensin del apartado es una clara manifestacin del inters del

    autor por todo lo relativo a la conmemoracin de los hitos histricos. En la

    concepcin de estos fastos republicanos destacan cuatro rasgos fundamentales. En

    primer lugar, al igual que Platn, considera indispensable normar su desarrollo,

    funcin que se entrega al Senado, pues la improvisacin y el desorden de los

    carnavales se encuentran en las antpodas del espritu que debe empapar la nueva

    fiesta. Platn asigna al legislador la funcin de hacer reglamentos y leyes a propsito

    9 Un ejemplo colombiano, anterior a la Independencia, de esta evolucin de los monumentos

    efmeros se puede ver en Gutirrez, 70-71. 10 En la plaza, sobre una gran tarima, se ordena construir un trono con la estatua de la justicia, en

    cuyas gradas se deban ubicar las representaciones de Isaac, Abraham, Bruto, Leonidas, Arstides

    y Scrates; modelos de la sumisin, el respeto y la integridad (Egaa; Cdigo Moral 128-135).

  • La recepcin de los clsicos en las concepciones de Juan Egaa

    145

    de las fiestas (Las Leyes, Libro VIII, 828a), y si fuese necesario aplicar tambin censura (Las Leyes, Libro VII, 817ab).

    En segundo trmino, se pone nfasis en la necesidad de dotar a las ceremonias

    de la solemnidad y la suntuosidad requeridas para exteriorizar la importancia de los

    hechos que se conmemoran. Una tercera caracterstica es la obligatoriedad para los

    ciudadanos de participar y para las regiones de plegarse a los ceremoniales

    establecidos en la Constitucin y regulados por el Senado. Un ltimo rasgo,

    especialmente relevante, es la centralidad que se otorga a la premiacin de los

    ciudadanos virtuosos o benemritos de la Repblica, cuyo ejemplo debe ser destacado

    en estas ocasiones para aprovechamiento de los dems ciudadanos.

    La pompa exterior descansa en aspectos particulares que Egaa se encarga de establecer: el adorno de las calles, los arcos florales, las vestimentas

    de los participantes, banderas y guirnaldas, las iluminaciones; detalles que no se

    consideran irrelevantes, de ellos depende la primera impresin que los

    ciudadanos se llevaron de la ceremonia festiva. La falta de aseo, los trajes

    deslucidos y la falta de ornato atentaran contra el propsito final: que los

    ciudadanos se identifiquen con los valores republicanos.

    En este sentido, es evidente que el ncleo de toda esta liturgia civil

    concebida por Egaa es la exaltacin de las virtudes cvicas. Los elogios de los

    benemritos, la entrega de medallas y coronas, el himno de la justicia y la

    moralidad pblica, los elocuentes discursos, los ejercicios militares y las

    representaciones dramticas cargadas de moralejas eran herramientas para

    presentar el beneficio social de la correccin y la honestidad. Es bien probable

    que el modelo ms inmediato para esta idea lo haya encontrado en las formas

    festivas que surgen en el contexto de la Revolucin Francesa (Ozouf, 335).11

    En sintona con Platn no olvida el carcter recreativo de las fiestas, pero

    no sera esa, a su juicio, su funcin principal. Para el autor chileno las fastos

    civiles estn destinadas a premiar la virtud y los servicios (Egaa, Cdigo Moral 62). A dichas fiestas deben acudir no solo los adultos, sino los jvenes,

    pues, la contemplacin de las virtudes cvicas expuestas en la fiesta, no solo

    ayudar al joven a alejarlo del vicio, sino adems a exaltar, entre otras cosas, el

    amor a la patria.

    CONCLUSIN

    Al tenor de lo expuesto en estas pginas, se puede afirmar que este pensador

    considerado por la historiografa como un eclctico, al menos en lo que se refiere al

    rol de las artes en la sociedad es tributario de la filosofa clsica, especialmente de

    Platn. Tanto para el filsofo griego como para Egaa las palabras, la armona, el

    11 Un ejemplo americano de esta influencia se puede encontrar en Buruca, Juregui, Malosetti y

    Munilla; as como en: Garavaglia.

  • Fernando Guzmn y Eugenio Yez

    146

    ritmo de la msica (meloda) y los objetos bellos (esculturas, templos, pinturas, etc.)

    deben colaborar a forjar los buenos hbitos de los ciudadanos. El intelectual chileno

    parece confiar en que los edificios, los himnos patriticos y las alegoras escultricas

    sern eficaces pedagogos, promotores de las virtudes cvicas. De este modo, el arte

    sera una suerte de campo de batalla entre el vicio y la virtud, y un buen gobernante sabe, por tanto, que un descuido en estos aspectos puede acarrear nefastas

    consecuencias. De all su preocupacin por la fiscalizacin de las expresiones artsticas por medoo de los magistrados de la moralidad.

    La originalidad de Egaa se encuentra en la sntesis conceptual y prctica que

    le lleva a concebir la fiesta como una instancia totalizadora en la que deben confluir

    las diversas manifestaciones de las artes para conseguir el objetivo deseado. La

    adecuada articulacin de msica, discurso, teatro, arquitectura, esculturas, pinturas y

    ceremonias permite dar vida a una performance que fustiga el vicio y exalta la virtud.

    En consecuencia, el arte no puede renunciar a promover las ideas de bien, verdad y

    belleza, dicho de otro modo, no debe eludir su carcter pedaggico.

    Universidad Adolfo Ibez*

    Facultad de Artes Liberales

    Departamento de Historia

    Avda. Diagonal las Torres 2640, Pealoln, Santiago (Chile)

    [email protected]

    Universidad Adolfo Ibez**

    Facultad de Artes Liberales

    Departamento de Filosofa

    Avda. Diagonal las Torres 2640, Pealoln, Santiago (Chile)

    [email protected]

  • La recepcin de los clsicos en las concepciones de Juan Egaa

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