La Renovacion Carismatica Catolica

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  • 8/11/2019 La Renovacion Carismatica Catolica

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    Samy Paz | Vida Misionera | 08 de octubre de 2013

    RENOVACIN CARISMATICARENOVAR LA RENOVACION CARISMATICA CATOLICA

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    RENOVAR LA RENOVACION CARISMATICA CATLICA

    Capitulo 1: Qu es la Renovacin Carismtica CatlicaCapitulo 1: Que Es La Renovacin Carismtica.

    Capitulo 2: La autocomprensin de La R.C.C. desde Sus Comienzos.

    Capitulo 3: Los Objetivos De La R.C.C. Y Su Cumplimiento.

    Capitulo 4: Dificultades En La R.C.C. Para El Cumplimiento De Sus Objetivos.

    Capitulo 5: La Experiencia De "Profundizacin De La Vida En El Espritu".

    Capitulo 6: Renovar La Renovacin Carismtica Catlica.

    La Renovacin Carismtica Catlica: su nacimiento.

    Este trabajo est dirigido en general a lectores que tienen una experiencia de la Renovacin Carismtica Catlica, o

    al menos un conocimiento de ella, pero para aquellos que no lo tengan, o que quieran saber un poco ms sobre este

    fenmeno religioso que ha irrumpido en la Iglesia Catlica despus del Concilio Vaticano II, comenzar por tratar de

    explicar sus orgenes y de qu manera se lo puede definir y caracterizar.

    En cuanto a su historia me voy a basar en especial en un artculo publicado en un Boletn del ICCRS (International

    Catholic Charismatic Renewal Services), siendo este Servicio Internacional de la Renovacin Carismtica Catlica un

    cuerpo reconocido desde el 14/9/1993 por la Santa Sede, a travs del Pontificio Consejo para los Laicos, y tiene su

    sede precisamente en el Vaticano.

    Con motivo de cumplirse los 25 aos de la Renovacin Carismtica Catlica, el Boletn de enero-febrero de 1992

    public una resea de la historia del comienzo de la RCC, el que voy a complementar con otros datos acerca de este

    tema.

    En el ao 1961 su santidad el Papa Juan XXIII convoca el Concilio Vaticano II, y en la Constitucin Apostlica

    Humanae salutisdel 25/12/1961 con la que llamaba a este Concilio, expresaba sus anhelos y sus plegarias en estos

    trminos:

    Reptase as ahora en la familia cristiana el espectculo de los apstoles reunidos en Jerusaln despus de la

    ascensin de Jess al cielo, cuando la Iglesia naciente se encontr unida toda en comunin de pensamiento y

    oracin con Pedro y en derredor de Pedro, Pastor de los corderos y las ovejas. Y dgnese el Espritu divino escuchar

    de la manera ms consoladora la oracin que todos los das sube a l desde todos los rincones de la tierra:Renueva

    en nuestro tiempo los prodigios como de un nuevo Pentecosts, y concede que la Iglesia santa, reunida en unnime

    y ms intensa oracin en torno a Mara, Madre de Jess, y guiada por Pedro, propague el reino del Salvador divino,

    que es reino de verdad, de justicia, de amor y de paz As sea.

    http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-1.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-2.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-3.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-4.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-5.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-6.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-6.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-5.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-4.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-3.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-2.php&h=2http://www.contempladores.com.ar/index.php?file_name=5-1.php&h=2
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    El 8 de diciembre de 1965 festividad de la Inmaculada Concepcin de Mara- finalizaba el Concilio Vaticano II, y

    todas sus Constituciones, Decretos y Declaraciones, fruto de tres aos de intenso estudio, reflexin y oracin,

    reflejan el inters de la Iglesia por llevar a los hombres elementos eficaces de profunda revisin y renovacin

    espiritual.

    El Concilio sin duda ha querido llamar la atencin de los creyentes sobre la presencia dinmica del Espritu Santo ensu Iglesia, a travs de los dones y los carismas, como medios formidables de renovacin cristiana y evangelizacin

    en el mundo.

    La Constitucin Lumen gentium sobre la Iglesia, en el N 12, dedicado a El sentido de la fe y los carismas en el

    pueblo cristiano dice:

    Adems, el mismo Espritu Santo no slo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los

    ministerios y le adorna con virtudes, sino que tambin distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier

    condicin, distribuyendo a cada uno segn quiere (1 Cor. 12,11) sus dones, con lo que los hace aptos y prontos para

    ejercer las diversas obras y deberes que sean tiles para la renovacin y la mayor edificacin de la Iglesia, segnaquellas palabras: A cada uno... se le otorga la manifestacin del Espritu para comn utilidad (1 Cor. 12,7). Estos

    carismas, tanto los extraordinarios como los ms comunes y difundidos, deben ser recibidos con gratitud y consuelo,

    porque son muy adecuados y tiles a las necesidades de la Iglesia. Los dones extraordinarios no deben pedirse

    temerariamente ni hay que esperar de ellos con presuncin los frutos del trabajo apostlico. Y, adems, el juicio de

    su autenticidad y de su ejercicio razonable pertenece a quienes tienen la autoridad en la Iglesia, a los cuales

    compete ante todo no sofocar el Espritu, sino probarlo todo y retener lo que es bueno (cf. 1 Tes. 5,12-21).

    Hacia mediados del ao 1966, un ao despus de la conclusin del Concilio, algunos laicos catlicos, miembros de la

    Universidad Duquesne del Espritu Santo, de Pittsburgh, Estados Unidos de Norteamrica, estaban compartiendo

    sus frustraciones.

    Era un grupo comprometido con Jess y fuertemente involucrado en cuestiones sociales y renovacin de la Iglesia,

    dedicados durante muchos aos al servicio de Cristo y entregados a varias actividades apostlicas.

    Sin embargo sentan que algo faltaba en su vida cristiana personal. Aunque no podan especificar el porqu, cada

    uno reconoca que haba un cierto vaco, una falta de dinamismo, una debilidad espiritual en sus oraciones y

    actividades. Era como si su vida cristiana dependiera demasiado de sus propios esfuerzos, como si avanzaran bajo

    su propio impulso y motivados por su propia voluntad... Necesitaban una experiencia viva del Espritu Santo.

    Conscientes de que la fuerza de la comunidad cristiana primitiva estuvo en la venida del Espritu Santo en

    Pentecosts, empezaron a orar para que el Espritu Santo se les manifestase de la misma manera que a los primeroscristianos. Esta expectativa dio lugar a los hechos.

    En agosto de 1966, durante el Congreso Nacional de Cursillos de Cristiandad, Steve Clark, graduado de la

    Universidad de Michigan State, mostr a algunos de los profesores de la Universidad de Duquesne el libro La Cruz y

    el Pual, sobre el apostolado de David Wilkerson entre los drogadictos de Nueva York, en el que se habla del

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    Bautismo en el Espritu Santo, dicindoles que ese libro le intrigaba a la vez que le inquietaba, y les urge que lo

    lean.

    El grupo decidi entonces comprobar por s mismo este fenmeno. El 6 de enero de 1967, deseosos de conectarse

    con alguna persona conocedora de las experiencias del Espritu, entrevistan a William Lewis, sacerdote episcopal,

    quien les pone en contacto con la seora Betty de Schomaker, que diriga en su casa una reunin de oracinpentecostal. Le reunin tuvo lugar en la casa del seor Lewis.

    El 13 de enero los profesores de Pittsburgh, junto con la seora Schomaker, van a casa de la seorita Florencia

    Dodge para asistir a la primera reunin de oracin. Eran Ralph Keifer (profesor de teologa) y su esposa Pat; Patricio

    Bourgeois (profesor de teologa) y William Storey. Era la octava de epifana y el da sealado por la liturgia para

    conmemorar el Bautismo de Jess en el Jordn y su uncin con el Espritu Santo.

    El siguiente 20 de enero Ralph Keifer y Patricio Bourgeois asisten a la segunda reunin de oracin y suplican se ore

    por ellos pidiendo el bautismo en Espritu Santo. En esa ocasin Ralph recibe el don de lenguas.

    La semana siguiente Ralph impone las manos a sus otros compaeros para recibir el bautismo en Espritu Santo. En

    febrero los cuatro catlicos de Pittsburgh haban recibido el bautismo en el Espritu Santo.

    Los cuatro empezaron luego a compartir reservadamente sus experiencias con algunos buenos amigos.

    El fin de semana del viernes 17 al domingo 19 de febrero de 1967 los estudiantes de Escrituras en Duquesne

    realizaron su retiro anual. Participaron los tres profesores y 25 estudiantes. Como preparacin se pidi a los

    estudiantes que leyeran La Cruz y el Pual, y los primeros cuatro captulos de Los Hechos de los Apstoles,

    centrndose en el Espritu Santo. Una de las estudiantes, Patti Gallagher escribi en la pizarra de informacin

    Quiero un milagro. Todo el sbado 18 lo pasan en oracin y estudio.

    Se dej libre el sbado a la noche para celebrar el cumpleaos de uno de los sacerdotes. Como la gente no llegaba,

    Patti decidi ir a buscarlos, pero se entretuvo un momento en la capilla del segundo piso.

    Luego dira: Yo no entr a rezar, sino para llamar a los estudiantes para la fiesta. Pero cuando entr y me puse en

    presencia de Jess, arrodillndome delante del Santsimo, me sent atemorizada. Yo siempre haba credo, por el don

    de la fe, en la presencia real de Jess en la eucarista, pero no haba nunca experimentado su gloria. En el momento

    en que me arrodill, sent que mi cuerpo temblaba ante su majestad. Sent mucho miedo, y me dije: es mejor que

    salgas inmediatamente de aqu porque algo te va a suceder si te quedas en presencia de Dios.

    Arrodillada delante del Seor, rec por primera vez en mi vida una oracin que yo llamara de abandonoincondicional. Dije: Padre, te entrego mi vida y cualquier cosa que tu quieras de m, lo quiero tambin yo. Si esto

    significa sufrimiento, tambin lo acepto. Ensame solamente a seguir a tu Hijo Jess y a amar como l ama.

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    Un momento despus Patti se encontraba postrada, boca abajo, delante del Tabernculo. Nadie la haba tocado.

    Estaba descalza, porque haba entrado al lugar santo. Se senta llena de la presencia del amor personal de Dios, un

    amor no merecido y dado tan generosamente, que la nica palabra que le vena ahora era qudate.

    An cuando deseaba quedarse en la capilla, Patti saba que si ella haba podido experimentar tan profundamente el

    amor de Dios, tambin los otros podan. Se acerc entonces a los otros estudiantes y les dijo: yo ruego para queesto les suceda tambin a ustedes, luego corri donde el sacerdote y le cont todo.

    Despus, algunos estudiantes se acercaron para preguntarle lo que le haba sucedido, pues vean que su rostro

    haba cambiado. Ella les cont su historia y los llev a la capilla, donde empez a rezar repitiendo: Seor, todo lo

    que tu acabas de hacer en m, hazlo tambin en ellos. Al cabo de media hora, 12 de los 25 estudiantes estaban en

    la capilla, siendo profundamente tocados por Dios. Otros se quedaron afuera, admitiendo algunos sentimientos de

    temor o de resentimiento.

    En la capilla, ese grupo de 12 personas cantaron y rezaron desde las 10 de la noche hasta las 5 de la maana,

    constituyndose as en el primer grupo de oracin carismtico catlico.

    Durante ese tiempo, cada uno fue tocado por Dios de manera especial. Algunos experimentaron tan fuertemente el

    amor de Dios, que slo podan llorar; otros, en cambio, slo rean y rean. Otros, como Patti, sintieron un fuerte

    calor en las manos o recorriendo sus brazos como fuego. Otros todava experimentaron algo en sus gargantas o

    lengua. Patti cuenta: deben acordarse de que nosotros no sabamos todava nada sobre los carismas del Espritu

    Santo.

    En las semanas sucesivas los estudiantes fueron aprendiendo poco a poco sobre estos dones.

    En febrero, antes del retiro de Duquesne, Ralph Keifer va a la Universidad de Notre Dame, en South Bend, Indiana,

    y narra sus experiencias. Pasado el retiro del 17 al 19 de febrero, cuenta por telfono las maravillas sucedidas

    durante esos das.

    All, en Notre Dame, el sbado 4 de marzo de 1967 un grupo de unos treinta estudiantes universitarios se rene en

    casa de Kevin y Dorothy Ranaghan. Un profesor venido de Pittsburgh comparte lo sucedido en Duquesne, y el 5 de

    marzo el grupo entero pide la imposicin de manos para recibir el bautismo en el Espritu Santo, con sus dones, sus

    frutos, y que as sus vidas sean ms plenamente cristianas. La respuesta no se hizo esperar. Ante todo

    experimentaron un profundo cambio interior y recibieron carismas del Espritu Santo.

    Pasada la Semana Santa, se organiza en Notre Dame un retiro con el fin de discernir qu es lo que Dios est

    queriendo a travs de esos acontecimientos. Asisten unas ochenta personas, cuarenta de Notre Dame, entreestudiantes, sacerdotes y profesores, y otras cuarenta de la Universidad de Michigan State, en Ann Arbor, entre los

    cuales estaban Steve Clark y Ralph Martin, los que llevarn a esa Universidad esta experiencia nueva. Antes del mes

    de mayo, lo que haba sido denominado en principio Movimiento Pentecostal Catlico, se extenda y floreca en otras

    universidades. Impulsado por el viento impetuoso del Espritu Santo, este nuevo Movimiento de la Iglesia catlica se

    expandi como reguero de plvora.

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    entre el 16 y el 19 de mayo en una enorme carpa que se instal sobre las catacumbas de San Calixto, en las afueras

    de la ciudad. El da de Pentecosts los 10.000 carismticos asistieron a la misa oficiada por el Papa, junto a similar

    cantidad de otros fieles, y en la maana del lunes volvieron a San Pedro, para asistir a una misa celebrada por el

    Cardenal Suenens, con 12 obispos y unos 600 sacerdotes, todos carismticos.

    Despus de la misa vino el Santo Padre, y dirigi un discurso a los presentes, donde dijo esta frase que se hizofamosa en la Renovacin: Entonces, esta renovacin espiritual, cmo no va a ser una gran suerte (chance) para

    la Iglesia y para el mundo? Cmo no adoptar todos los medios para que siga sindolo?

    As ha sido, relatado en forma sinttica, el nacimiento de lo que con el tiempo adopt el nombre definitivo de

    Renovacin Carismtica Catlica.

    La experiencia de la Renovacin Carismtica.

    Con los elementos que surgen de esta historia del inicio, podemos ir tratando de contestar a la pregunta: Qu es,

    en realidad, esta Renovacin Carismtica Catlica? En principio, hay un punto central, en el que todos coinciden: se

    trata de una experiencia espiritual, que lleva a una nueva forma de vida, por lo tanto no es una teora o una

    doctrina.

    Esta experiencia tiene muchsimos puntos en comn con la primitiva experiencia cristiana de la primera poca de los

    apstoles, despus de la vivencia tan especial del da de Pentecosts, en que los apstoles y discpulos de Jess se

    encontraban orando en compaa de Mara Santsima y se derram sobre ellos la fuerza del Espritu Santo.

    La fe afecta en forma directa solamente el entendimiento del hombre, no as la experienciade la accin del Espritu

    Santo, que toca a la totalidad del hombre. En esta experiencia Dios se manifiesta al hombre en lo ms profundo de

    su ser, lo que en la terminologa bblica se llama el corazn, y de all su accin pasa a las otra s facultades y espercibida de mltiples maneras.

    Esta experiencia es llamada por los catlicos y protestantes bautismo en el Espritu, aunque se le ha dado despus

    el nombre ms apropiado de efusin en el Espritu, para evitar confusiones con el sacramento del mismo nombre;

    en pases de habla inglesa se habla tambin de liberacin (release) del Espritu.

    Ms all de cmo se la denomine, todos estn de acuerdo al afirmar que se trata de una experiencia espiritual, de

    una vivencia concreta y reconocible, lo que surge directamente del testimonio de los millones de personas que la

    han experimentado en s mismos.

    Cul es la base de esta experiencia espiritual? Para ir contestando esta pregunta es conveniente recordar primero el

    fundamento de la vida cristiana, que consiste en la recepcin sobrenatural de la gracia santificante a partir de los

    llamados sacramentos de la iniciacin cristiana: Bautismo, Confirmacin y Eucarista. Ellos incorporan a la

    naturaleza humana, herida por el pecado original, la participacin sobrenatural de la misma vida de Dios (Bautismo

    y Confirmacin) y la van incrementando a lo largo de la vida del hombre (Eucarista).

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    Como se ver con ms detalle en el captulo 3, la consecuencia fundamental de la recepcin de la gracia santificante

    en nuestra alma, como el ms grande y gratuito don de Dios, es la inhabitacin de la misma Trinidad Santa, Padre,

    Hijo y Espritu Santo en nuestro interior, en forma real y efectiva, y no de manera figurada o simblica.

    Esta presencia viene acompaada de nuevas facultades sobrenaturales, constitudas por las virtudes cristianas y los

    siete dones del Espritu Santo, que permitirn al cristiano crecer en la nueva vida sobrenatural a la que est llamadopor Dios, para ir haciendo realidad la imagen y semejanza suya con que el Creador ha plasmado su obra.

    As el bautizado recibe todo lo necesario para poder ir viviendo cada vez con mayor plenitud la misma vida de ese

    Dios Trinidad que mora en su alma, relacionndose con l en una intimidad amorosa creciente.

    Pero el crecimiento de esta vida cristiana en el hombre, que la recibe a partir de la gracia como una semilla o

    pequeo embrin implantado en su espritu, no es automtico, sino que implica una compleja obra en la que

    concurren la decisin libre del hombre para comprometer su decisin y esfuerzo para que se desarrolle el nuevo

    organismo sobrenatural que ha recibido, y la accin y el poder de Dios que impulsa y apuntala la accin del hombre.

    Este impulso y auxilio de Dios en el hombre reciben por los telogos el nombre de gracias actuales, y se van

    manifestando de distintas maneras en la vida del cristiano, en la medida que, en su libertad como criatura de Dios,

    sean acogidas con apertura de espritu, disposicin interior y gozo profundo.

    Por lo tanto, para que en el cristiano se vaya produciendo un aumento, en forma de crecimiento sostenido, de la

    gracia santificante recibida en los sacramentos, hace falta un deseo y una apertura consciente a los llamados e

    impulsos de las gracias actuales que vienen de Dios, y una sensibilidad espiritual tal que permita reconocer su accin

    para as secundarla con conviccin y alegra.

    En los primeros tiempos del cristianismo el bautismo era administrado a los adultos, despus de un proceso de

    catecumenado en el que se iba produciendo una conversin y una apertura gradual a la fe, que es la luz del Espritu

    Santo que ilumina el entendimiento del hombre, por lo que apareca fuertemente en la vida de esos primeros

    cristianos la aceptacin de la vida de la gracia divina en ellos, con el consiguiente crecimiento ulterior.

    Luego de los primeros siglos de la poca cristiana se comenz a difundir la prctica de bautizar a los nios de muy

    pequeos, antes que tuvieran el uso de la razn, y tambin la Confirmacin y la Eucarista se solan recibir en la

    primera niez. As el renuncio y el creo del bautismo, y la aceptacin del Don del Espritu Santo en la

    Confirmacin se hacan a travs de los padrinos, quienes tomaban en lugar del nio el compromiso de ser un buen

    cristiano.

    Durante mucho tiempo esta prctica no implic en general en los pases cristianizados una traba en el crecimientode la vida cristiana en los bautizados, ya que se viva por lo habitual en una sociedad y una cultura que estaban

    impregnadas en la fe cristiana, y donde los padres y padrinos realmente ayudaban a ese nuevo cristiano, a medida

    que iba creciendo en su razn y entendimiento, a desarrollar su fe, apuntalados por la educacin religiosa, la

    prctica asidua y fervorosa de la vida litrgica y sacramental en la Iglesia, y, sobre todo, en el testimonio cristiano

    de la propia familia.

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    Pero esta situacin ha ido cambiando desde hace bastante tiempo, y en muchos casos el bautismo cristiano ha

    pasado a ser ms un acontecimiento social o algo que se hace por costumbre tradicional, lo que lleva a que ese nio

    que recibe el sacramento luego poco y nada sea ayudado a crecer en la fe y a desarrollar ese germen de la vida

    cristiana que es la gracia santificante recibida.

    Por eso el mundo hoy est lleno de cristianos de nombre, cuyos datos engrosan los registros de las parroquiascatlicas, que llevan en su interior el don ms precioso de Dios, que encierra todo el potencial para transformarse en

    un verdadero hijo de Dios, y que queda all arrumbado en un rincn del espritu, casi sin crecimiento alguno,

    ignorado en muchos casos, guardado en el freezer de un corazn helado en lo que respecta a la fe.

    Tomando en cuenta toda la realidad presentada, podemos volver ahora para tratar de describir en qu consiste la

    experiencia de la efusin o bautismo en el Espritu Santo, tal como se lo experimenta en la Renovacin

    Carismtica. Esta experiencia se produce cuando una persona, en el mbito de un grupo de oracin o de una

    comunidad de la Renovacin Carismtica, luego de la adecuada y consciente preparacin en los llamados

    Seminarios de Vida en el Espritu Santo, pide el derramamiento del Espritu Santo en su interior, abandonndose a

    la oracin e intercesin de otros hermanos, que oran sobre ella.

    Se trata entonces de una expresin autntica de oracin comunitaria, en que una comunidad cristiana ora por aquel

    que desea experimentar la gracia de un nuevo impulso en su vida cristiana, pidiendo al Seor Jesucristo, glorificado

    en el cielo y exaltado a la derecha del Padre, para que derrame en plenitud sobre la persona por la que se ora el

    Espritu Santo Parclito prometido por el Padre a los hombres a travs de las palabras del mismo Jesucristo en la

    noche de su despedida, frente a la inminencia de su muerte y resurreccin, y al abandono de este mundo hasta su

    segunda Venida.

    Lo que vive la persona que pasa por esta experiencia de la efusin en el Espritu es muy variado y se podra decir

    que no hay dos vivencias iguales. Sin embargo, a travs de los testimonios de las personas que lo han vivido se

    encuentran ciertas notas comunes, que se dan a veces en forma separada o ms o menos conjunta, y en general no

    son nada espectacular o extraordinario, como muchos creen.

    Quizs la sensacin ms comn es la de unapaz interior profunda, de una tranquilidad suave y especial que invade

    el alma.

    Esta paz va muchas veces unida a una experiencia de amor: de sentirse amado por Dios y de sentir un gran amor

    hacia los dems, que hace que muchas personas sientan una necesidad fuerte e inmediata de abrazar a todos los

    que estn cerca de ellos.

    Tambin se vive comnmente una sensacin de alegra y gozo intensos, de una nueva felicidad que se percibe enuna dimensin no conocida antes. Estas distintas vivencias muchas veces hacen que a partir de ellas se tome

    conciencia de algo fundamental: se est teniendo un encuentro personal con un Dios vivo, resucitado, glorioso,

    presente realmente en la vida del cristiano.

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    Puede surgir como un relmpago una conclusin desconcertante pero maravillosa: entonces Dios se ocupa de m

    personalmente, yo le intereso e importo, y se quiere hacer presente en mi vida.

    Es un enorme descubrimiento en el que poco a poco se ir penetrando y profundizando en su sentido.

    A veces pueden ocurrir durante esta oracin algunos fenmenos derivados de carismas extraordinarios: el mscomn es el de recibir el don o carisma de lenguas, por el que la persona comienza a balbucear palabras en una

    lengua extraa, o an puede estallar en un ro de frases que surgen incontenibles desde su interior.

    Otros experimentan el llamado descanso en el Espritu, que consiste en caer al suelo en un aparente desmayo,

    que los lleva a recibir con mayor o menor intensidad algunos de los efectos descriptos antes: paz, gozo intenso,

    amor profundo, gran tranquilidad, etc.

    Si bien la experiencia de la efusin es una vivencia que toca lo ms profundo del interior del hombre, sus

    facultades espirituales, siendo el hombre una totalidad, cuerpo, alma y espritu, tanto el cuerpo como las facultades

    naturales, tambin son afectados por la accin de Dios.

    Lo que en este caso llamamos alma, o parte inferior del alma, como dicen otros, que consiste en su inteligencia o

    entendimiento y su voluntad, sede de los sentimientos y emociones, es tambin tocada por esta experiencia.

    Cada uno responde emocionalmente segn su temperamento, aunque algo que es bastante comn son las lgrimas,

    que acompaan muchas veces a la sensacin de alegra que se experimenta.

    Asimismo se suelen producir efectos fsicos, como fuertes sensaciones de calor en la cara, en las manos, en el

    pecho, o en todo el cuerpo, as como temblores y escalofros que van y vienen, aceleracin de los latidos del

    corazn, respiracin agitada, etc.

    El Seminario de Vida en el Espritu.

    Hemos apuntado que el requisito previo para recibir la efusin en el Espritu es la preparacin adecuada, que se

    obtiene por la concurrencia a los Seminarios de Vida en el Espritu. Qu es este Seminario de Vida en el Espritu?

    Es el primer paso que caracteriza a la experiencia de la Renovacin, y consiste en lograr un encuentro personal con

    Jess vivo y resucitado, lo que llevar a una fuerte y explcita adhesin a l.

    Es tambin el primer encuentro con l, tal como le pas a Juan el Bautista, mientras bautizaba a la gente en el ro

    Jordn, en Israel, segn nos relata el evangelista San Juan: Y yo no le conoca, pero el que me envi a

    bautizar con agua me dijo: Aquel sobre quien veas que baja el Espritu y se queda sobre l, se es el que

    bautiza con Espritu Santo. Y yo le he visto, y doy testimonio de que ste es el elegido de Dios.(Jn.

    1,33-34)

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    El centro prctico de esta experiencia es el denominado grupo de oracin o tambin crculo de oracin, en donde

    los que concurren, hombres y mujeres de toda condicin y edad, reciben enseanza sobre la Biblia y la doctrina

    catlica, comparten una oracin libre y espontnea, y dan testimonio de lo que est produciendo en sus vidas esta

    nueva y poderosa experiencia de la accin del Espritu Santo.

    Cmo se puede lograr esta experiencia de un encuentro personal hoy con Cristo vivo, y poder decir yo lo hevisto?

    El camino para llegar a este encuentro es la proclamacin del primer anuncio del Evangelio, conocido como

    kerygma fundamental o evangelizacin primera, y es precisamente lo que proclam Pedro, unido a los dems

    apstoles, el da de Pentecosts, inmediatamente despus de haber recibido la efusin del Espritu Santo.

    El libro de Los Hechos de los Apstoles, del Nuevo Testamento, describe as lo ocurrido en ese da memorable: Al

    llegar el da de Pentecosts, estaban todos los discpulos reunidos en un mismo lugar. De repente vino

    del cielo un ruido como el de una rfaga de viento impetuoso, que llen toda la casa en la que se

    encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cadauno de ellos; quedaron todos llenos del Espritu Santo. (Hech. 2,1-4).

    Sigue narrando este Libro que enseguida Pedro se dirigi a la multitud que haba sido atrada por ese hecho

    extrao, y ese discurso de Pedro, expresado con toda la fuerza y el poder del Espritu Santo que se haba derramado

    en l, no es ms que el anuncio de la salvacin que Jess trae a los hombres, y se lo puede sintetizar en lo

    siguiente:

    Jesucristo muri, resucit y fue glorificado por el Padre en el cielo, y l nos enva el Espritu Santo para liberarnos

    de nuestro pecado y suprimir sus consecuencias, permitindonos as vivir la verdadera vida de hijos de Dios.

    La proclamacin de este primer anuncio del Evangelio es absolutamente indispensable para todo cristiano. San

    Pablo expresa esa necesidad absoluta cuando escriba en su Carta a los Romanos: Cmo invocarn a aquel en

    quien no han credo? Cmo creern en aquel a quien no han odo? Cmo oirn sin que se les predique?

    Y cmo predicarn si no son enviados?... Por tanto, la fe viene de la predicacin, y la predicacin por la

    Palabra de Cristo.(Rm.10,14-15).

    Quizs una de las cosas que hoy estn bastante perdidas en la prdica de la Iglesia es precisamente este anuncio

    fundamental.

    Los Seminarios de Vida de la Renovacin Carismtica buscan proclamar este primer anuncio o kerygma primitivo, a

    travs de una dinmica de enseanza y oracin.

    Veamos como se desarrollan en la prctica estos seminarios, que con las variantes locales, en cada pas y cultura,

    respetan el mismo anuncio primitivo de los apstoles. En general tiene una duracin de siete semanas.

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    En cada encuentro semanal, de aproximadamente dos horas, se recibe una enseanza grupal, sobre temas que se

    van encadenando, y luego las personas se dividen en grupos pequeos, de ocho a diez hermanos, con un servidor,

    donde comparten y aclaran el tema tratado, y luego oran todos juntos, poniendo en comn sus necesidades.

    El sentido de las enseanzas lleva a tomar conciencia de un Jess vivo, que es el Seor y Salvador de los hombres,

    a quien se lo encuentra y conoce por la fe y la conversin. Esto slo es posible de lograr por el hombre a travs de laaccin del Espritu Santo en la vida del cristiano, ya que esa fue la promesa del Padre, segn las mismas palabras de

    Jess:

    Cuando venga el Intercesor que os enviar, desde el Padre, el Espritu de Verdad que procede del

    Padre, l dar testimonio de M...

    Cuando venga Aquel, el Espritu de Verdad, l os conducir ala verdad completa. (Jn. 15,26 y 16,13).

    Esta promesa solemne del Padre, enseada por Jesucristo, es la que se har operante en la vivencia de la efusin

    en el Espritu.

    Para conocer ms detalles de todo esto hay mucha literatura que circula en la Renovacin Carismtica Catlica, en

    relacin a los distintos aspectos de las dinmicas de los Grupos de Oracin.

    Pero lo ms importante de esta experiencia no es lo que ocurre en el primer momento en que se la vive, y que en

    muchos casos es prcticamente imperceptible, sino lo que va ocurriendo despus, en el tiempo que sigue, donde se

    ir comprobando que ese da de la efusin realmente algo ocurri. Por lo tanto es evidente que esta gracia tan

    especial de la efusin en el Espritu no es ms queel comienzo de un camino renovado en la vida del cristiano.

    El Padre Raniero Cantalamessa, franciscano capuchino, es Predicador de la Casa Pontificia desde 1980, poco despus

    que conoci la experiencia de la Renovacin Carismtica. En su libro Ungidos por el Espritu dice:

    El Concilio ha recordado la llamada universal a la santidad de todos los cristianos, y el bautismo en el Espritu

    impulsa a la santidad, no a uno o dos cristianos, sino a una muchedumbre de hombres y mujeres. El bautismo en el

    Espritu no es por lo tanto el fin o el non plus ultra de la santidad, al contrario, entra en el mbito de lo que los

    doctores han llamado las gracias iniciales. Ayuda a ser fervorosos en el espritu (Rm. 12,11), es decir, a entrar

    en aquel estado en el cual se cumplen las acciones al servicio de Dios con solicitud, constancia y con alegra (as

    san Basilio define el fervor espiritual).

    De esta forma va quedando claro que la irrupcin hoy en la vida de la Iglesia de este regalo del Espritu Santo ayuda

    a que el cristiano adulto pueda abrirse y disponerse con un fervor renovado a todos los impulsos de la gracia que, sipersevera, lo llevarn al crecimiento de la vida cristiana recibida en el bautismo sacramental, es decir, a avanzar en

    la santidad.

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    Capitulo 2: La Autocomprensin de la R.C.C. desde sus comienzos.

    Es muy importante ver como desde los inicios de la Renovacin Carismtica Catlica (R.C.C.) se fue comprendiendo

    ella misma, en cuanto a la pregunta fundamental: Para qu fue suscitada por el Espritu Santo la Renovacin

    Carismtica?

    Esto se fue dando gradualmente, ya que al no ser la R.C.C. un movimiento con un fundador determinado, como

    otros de los movimientos del Espritu actuales, no tuvo objetivos y fundamentos predefinidos por alguien desde el

    principio, sino que fueron surgiendo aqu y all naturalmente los primeros lderes, que fueron sentando las bases

    teolgicas y doctrinales para comprender la fisonoma y caractersticas particulares de este fenmeno religioso que

    haba irrumpido en la Iglesia Catlica y que creca y se expanda con una marcha incontenible.

    Vamos a comenzar por remitirnos a las manifestaciones producidas luego de los primeros cuatro o cinco aos desde

    el surgimiento de la R.C.C. all a principios de 1967, transcribiendo y comentando el pensamiento y las afirmaciones

    de los primeros lderes del naciente movimiento.

    Hitos importantes fueron en estos principios las Conferencias Internacionales realizadas en Estados Unidos, ya que

    all se fueron definiendo las bases en que se asentaba este nuevo movimiento, y se fueron delineando las

    caractersticas principales que lo definan.

    1) P. Kilian Mc Donnel (1972):

    Hay un interesante artculo del P. Kilian McDonnell, O.S.B., titulado Catlicos carismticos redescubrimiento del

    hambre por Dios y el sentir de su presencia, publicado en la revista Commonweal y traducido al espaol y

    publicado en el N 1 de la revista Alabar, de agosto de 1972, revista dirigida por el P. Toms Forrest, uno de lospioneros de la R.C.C. en Centroamrica, editada en Puerto Rico y Santo Domingo, y una de las primeras revistas de

    la R.C.C. en habla hispana.

    He aqu algunos puntos salientes de este artculo, con mis comentarios:

    Poco antes de morir Thomas Merton sugiri que el Pentecostalismo resume la espiritualidad que ms

    probablemente funcionar ahora en este pas, por responder a la necesidad de tener una experiencia concreta en

    nuestra vida de oracin. Por eso mismo es atrayente a la juventud y no solamente a los jvenes- mientras que

    retenga una estructura suficiente para hacerlo funcionar. Merton, que jugara el papel de profeta solamente de mala

    gana, estara sorprendido cun admirablemente est funcionando esa espiritualidad y cun rpidamente est

    creciendo el movimiento. No existen estadsticas confiables del nmero de catlicos Romanos carismticos, como

    ellos prefieren ser llamados, pero la asistencia a las convenciones nacionales celebradas en Notre Dame indican algo

    del crecimiento del movimiento.

    Desde el ao 1968, las convenciones nacionales se han triplicado en magnitud cada ao. En el 1968 asistieron 100

    personas, y en los siguientes dos aos los nmeros aumentaron desde 500 a 1.300. En junio del 1971 ms de 5.000

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    estuvieron presentes. Un estimado conservador de la asistencia este junio fue entre ocho y diez mil personas. Es

    muy difcil encontrar un paralelo para un movimiento que todava no tiene seis aos de existencia y atrae un nmero

    tan grande en representacin nacional e internacional.

    Plantea aqu el autor, con cifras concretas, el crecimiento fantstico que ha tenido la R.C.C. en sus primeros cinco

    aos de existencia, y enfatiza el punto central sobre el que apoya la razn de este crecimiento: responde a lanecesidad de tener una experiencia concreta de Dios en la vida de oracin, y esto va unido, como seguir

    explicando, al hambre de Dios que existe hoy en la humanidad:

    En sumo grado el movimiento tiene que ver con el gran hambre por Dios. En 1966, el ao que el movimiento

    comenz, Charles Davis escribi que perciba un sentir de vaco en la gente, y a la vez un profundo anhelo de

    Dios. Afirm que hay muchos letrados que hablan de los cambios en la Iglesia, de la nueva teologa y de las

    dimensiones sociales de la existencia cristiana y sigui preguntando: pero, qu in les hablar sencillamente de Dios

    como de persona a quin se conoce ntimamente, y les har vibrar en la realidad y la presencia de Dios?

    El Movimiento Carismtico tiene que ver con el anhelo y ansias de este hambre por Dios y el sentido de supresencia. Es difcil encontrar una palabra ms adecuada para el movimiento que la de presencia. El movimiento

    ha sido capaz de saciar el hambre pues ha podido demostrar que Dios no solamente est presente, pero s est

    efectivamente presente y real en el lugar donde nosotros somos reales. Muchos experimentan la realidad y

    presencia de Dios por primera vez, no como algo indefinido sino como algo real y efectivo.

    Los catlicos carismticos estn conscientes de que la orientacin experiencial del movimiento tiene sus peligros

    latentes. Si pudiera haber una tirana de dogmas abstractos, tambin podra existir una tirana de experiencias

    religiosas concretas. Salvada esta precaucin, una de las atracciones de esta espiritualidad, como notaba Merton, es

    su orientacin experimental. Conocer a Dios no por una comprensin teolgica o formulacin doctrinal, pero s

    conocerlo por experiencia a pesar de cun extrao suene a odos de catlicos- es muy bblico. En ambos

    Testamentos, Antiguo y Nuevo, la palabra usada por conocimiento no est relacionada con ningn rgano

    especfico, sino que ms bien significa llegar a saber, en un proceso concreto e histrico, y, an ms precisamente,

    llegar a saber por experiencia. En el contexto bblico todo conocimiento era adquirido experiencialmente, y el

    conocimiento que se poda tener de Dios no era una excepcin a esta ley.

    Conocer a Dios es experimentarlo. Y el experimentarlo es posible en alabanza en el Movimiento Carismtico.

    Una caracterstica saliente de la Renovacin Carismtica Catlica es que puede saciar el hambre de Dios y llenar el

    sentido de vaco interior que la mayora de las personas experimentan hoy en esta humanidad tan absorta por el

    materialismo y las sensaciones externas, y esto lo produce bsicamente a partir de la vivencia de la presencia de

    Dios en la vida y circunstancias concretas de cada individuo. Tambin plantea el autor el peligro latente que implica

    una mera orientacin experiencial en la R.C.C., es decir, el hecho de quedarse solamente en el nivel de la vivencia, o

    de buscarla para obtener nuevas emociones y sensaciones, aunque s es importante, y adems es bblico, el hecho

    de acercarse a Dios primero por una experiencia, antes que por una comprensin intelectual.

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    Por lo tanto el enfoque correcto que plantea el autor es ir ms all de la experiencia, y define ms adelante que el

    camino carismtico es esencialmente una espiritualidad. De all propondr una definicin en trminos teolgicos del

    movimiento carismtico:

    Aunque algunos carismticos lo objetaran, el camino carismtico es esencialmente una espiritualidad. Una

    verdadera espiritualidad tiene que comprender la totalidad del misterio Cristiano, aunque en s d ms nfasis aciertos aspectos. El enfoque de la espiritualidad carismtica podra describirse como la plenitud de la vida en el

    Espritu Santo y el ejercicio de los dones del Espritu, siendo ambos orientados a proclamar que Jess es Seor para

    la Gloria de Dios. En trminos teolgicos esto es el Movimiento Carismtico.

    Aqu ya aparece una caracterstica distintiva de la R.C.C. que nunca debera perderse de vista: la experiencia

    carismtica no est dirigida especficamente al uso y ejercicio de los dones y carismas extraordinarios, sino a

    obtener la plenitud de la vida en el Espritu Santo. En esta frase prcticamente se engloban las definiciones que da el

    Concilio Vaticano II sobre la santidad; en la Constitucin Lumen Gentium, en el N 40, que trata sobre la vocacin

    universal a la santidad en la Iglesia, dice: Es, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o

    condicin, estn llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfeccin de la caridad, y esta santidad suscita unnivel de vida ms humano incluso en la sociedad terrena.

    Plenitud de la vida cristiana y perfeccin de la caridad, como dos aspectos complementarios de lo que significa la

    santidad en las almas, estaran englobados en el trmino plenitud de la vida en el Espritu Santo, ya que el Espritu

    es esencialmente el amor de Dios derramado en nuestros corazones (Rm. 5,5).

    Encontramos as, desde el principio en la R.C.C. una autocomprensin fundamental de su sentido: ha sido suscitada

    por el Espritu Santo para ayudar al cristiano en la bsqueda de la santidad.

    De este concepto se deriva tambin la comprensin del alcance de lo que significa la experiencia central de la

    R.C.C., es decir, la efusin o bautismo en el Espritu:

    En el movimiento, el acto de entrega total a travs del que uno se asocia al mismo, que se llama el bautismo en el

    Espritu, es una experiencia muy difcil de explicar a otros, precisamente por ser una experiencia. El que est afuera,

    como yo mismo, juzgara que ciertos cristianos, por haberse abierto a la accin del Espritu Santo de un modo

    especial, experimentan la actividad de l en sus vidas, en una nueva dimensin. El Espritu que ha estado presente

    ya desde el bautismo sacramental, ahora, por la nueva liberacin, llega a obrar en una nueva profundidad, viviendo

    y reinando interiormente. Muchos estn atrados por la interioridad que implica este andar en el Espritu.

    Aunque el bautismo en el Espritu juegue un papel importante en la actitud de compromiso, hay una tendencia en el

    movimiento de despreocupacin del bautismo como un momento especfico. Lo que importa no es el hecho de habertenido la experiencia, sino si uno est viviendo y andando en el Espritu. La actual relacin viva es lo que importa, no

    la experiencia aislada. Ms bien hay que ver el bautismo en el Espritu no como el momento en que uno recibe algo,

    sino como el medio de entrar en una nueva relacin con el Espritu Santo, para oir el Evangelio con una nueva

    sensibilidad y orientar su vida ms claramente hacia Cristo. El nfasis es, entonces, menos en el bautismo en el

    Espritu y s ms en el mensaje bsico del cristiano y la conversin a Cristo.

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    No hay que centrar a la R.C.C. en el bautismo en el Espritu, como si la vivencia de esa experiencia fuerte fuera un

    fin en s misma, y marcara una gran diferencia entre los que la han tenido y los que no, sino que hay que ver que el

    bautismo en el Espritu es un mediopor el cual se ingresa a una nueva relacin con el Espritu Santo, que permitir

    orientar la propia vida hacia una profunda conversin a Cristo.

    De aqu surge ya claramente una diferente orientacin del llamado pentecostalismo catlico con respecto a lospentecostales protestantes:

    Steve Clark ha notado que la comunidad de Ann Harbor de 400 personas (que se ha duplicado cada ao en los

    ltimos dos) ha llegado a ser menos Pentecostal y ms Cristiana. Temprano en su historia los miembros solan ser

    llamados Pentecostales y la comunidad fue uno de los sitios donde se poda ir para averiguar lo de las lenguas, de

    la profeca y el bautismo en el Espritu. Hoy en da estos elementos son comunes todava en la comunidad, pero

    ahora aparece que la comunidad est ms atenta al desarrollo del proceso de vivir en el Espritu. La orientacin es

    ms Trinitaria, y se discute menos sobre las lenguas, las profecas y el bautismo en el Espritu, y ms

    frecuentemente se refieren a s mismos como Cristianos ms bien que como Pentecostales o Carismticos. Por lo

    tanto existe un proceso de integracin en el cual la dimensin carismtica es ms fuerte y consistente, pero tambinmejor integrada en la totalidad de la vida cristiana.

    Se va comprendiendo que la componente carismtica del movimiento, si bien importante, no es lo fundamental,

    sino lo que interesa es integrar la fuerza de la apertura al Espritu Santo que produce la experiencia de la efusin en

    el Espritu en la totalidad de la vida y espiritualidad cristiana, para avanzar, como se deca ms arriba, hacia una

    verdadera conversin que lleve a cumplir la vocacin a la santidad de todos los fieles catlicos.

    Luego el autor describe otro de los componentes destacados que redescubre la Renovacin: el sentido de

    comunidad:

    Una fuerza mayor del movimiento Catlico es el sentido de comunidad y la manera en que la comunidad ha

    encontrado unas estructuras flexibles. Tal desarrollo no se encuentra en forma comparable en el movimiento

    carismtico dentro de las histricas iglesias Protestantes. Ralph Martn dice que el inters carismtico por la

    comunidad no es una expresin de estar juntos, sino la manifestacin del cuerpo de Jess por los que desean andar

    en el Espritu, habindose arrepentido de sus pecados y proclamado que Jess es el Seor. El nfasis no es el haber

    recibido el bautismo, sino en el crecimiento y vida en comunidad de los que viven la vida del Espritu. As se evitan

    los peligros de una piedad individualista y se provee el sostn sin el cual muchos no perseveraran. Hay una

    profunda conviccin en el movimiento Catlico que se necesita ms que llevar a la gente a una experiencia

    carismtica y luego dejarla flotando en el aire. Si el designio es crecer en el Espritu ms que tener una experiencia

    aislada, entonces, dice Ralph Martn, tiene que haber alguna actualizacin de la relacin entre la vivencia en la

    plenitud del Espritu y la vivencia de una vida en comunidad.

    En la visin de uno de los lderes de la primera hora de la R.C.C., Ralph Martn, as como antes se cit a otro de

    ellos, Steve Clark, aparece una de las dimensiones fundamentales de la Renovacin: la experiencia de pertenencia a

    una comunidad.

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    La integracin a una comunidad o grupo de personas, a una porcin del Cuerpo Mstico de Jesucristo, evita por un

    lado el peligro latente de caer en una piedad demasiado individualista y cerrada en s misma, pero

    fundamentalmente busca salvar el desafo ms grande, a mi juicio, que encuentra la Renovacin desde sus mismos

    inicios: como llevar a las personas que viven la experiencia carismtica inicial, el bautismo en el Espritu, hacia un

    crecimiento en la verdadera y plena vida cristiana, sin dejarlos flotando en el aire, como bien expresa Ralph Martn

    aqu.

    La gua, la enseanza y el testimonio de los cristianos ms crecidos en la comunidad es la que debe ir garantizando

    un crecimiento sano y sin desvos de la persona que ha abierto su vida a la accin del Espritu Santo y se encuentra

    deseosa y llena de fervor para buscar avanzar mucho ms.

    A continuacin el P. Mc Donnell desarrolla otra de las caractersticas que se fueron vislumbrando desde el principio

    en la R.C.C.: la evangelizacin y la proclamacin del primer anuncio cristiano:

    El nfasis de los carismticos en una primera evangelizacin est ayudando a un extraordinario crecimiento. La

    evangelizacin bsica es ese proceso religioso por el cual de un modo incipiente nos orienta hacia el seoro de Jessy nos lleva al umbral del Reino.

    James Byrne, Ralph Martn y otros dicen que la renovacin (en la Iglesia, despus del Concilio) fall por haber

    supuesto que el kerygma el mensaje cristiano bsico- haba sido efectivo y adecuado, y aceptado por los fieles.

    Estos hombres seriamente se preguntan si muchos cristianos han realmente entendido y aceptado los primeros

    principios del mensaje cristiano en unin con sus exigencias en trminos de vivir bajo el seoro de Jesucristo y el

    andar en el Espritu.

    Cuando Byrne y Martn se comprometen a dar la evangelizacin primaria, ellos presentan el mensaje en una forma

    directa y personal. Dios no es alguien a quien conocemos en lo abstracto, sino es alguien con quien nos

    encontramos, alguien que nos ama y alguien que desea establecer una relacin personal con nosotros para llevarnos

    a una vida mejor. Hay algo injusto y errneo en el hombre y en la sociedad que el hombre por s mismo no puede

    resolver, y por lo tanto Dios envi a su Hijo para romper lo demonaco en nosotros y en el mundo, y para dar una

    nueva vida a los que se arrepienten. Aceptar a Jess como la nueva vida de resurreccin es proclamarlo su Seor.

    Nadie puede proclamar que Jess es el Seor si no es por el influjo del Espritu Santo. Recibir al Espritu con

    sinceridad es ser una nueva persona. Nadie puede recibir la plenitud del Espritu y vivir esa plenitud sin ser

    transformado. Andar en el Espritu es crecer en Cristo.

    La catequesis bsica es notablemente cristocntrica y no es una exagerada doctrina del Espritu Santo. James Byrne

    dice que si deseamos oir la palabra de Dios, tenemos que escuchar a Jess. Si deseamos ver a Dios, tenemos que

    mirar a Jess. Si deseamos conocer a Dios, tenemos que encontrarnos con l por Jess. Se trata de llevar la gente

    a Cristo de una manera efectiva. Lo que preguntan los carismticos no es si los catlicos han vivido una experiencia

    de conversin, sino si han sido convertidos a Cristo.

    El liderato nacional est convencido de que no debemos suponer que los cristianos se hayan apropiado de este

    mensaje bsico. Un lder nacional dice que nadie debe asumir que los jvenes, an seminaristas, poseen la fe

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    bsica. Conozco seminaristas que no aceptan el seoro de Cristo. Cmo pueden ser stos candidatos al

    sacerdocio? Sin embargo la renovacin post-conciliar supona que el mensaje bsico haba sido escuchado y

    aceptado, y lo nico que quedaba por hacer era construir una reforma litrgica sobre esa base, re-estructurando las

    instituciones eclesisticas, el entorno social y el conocimiento poltico. Esto, dicen los catlicos carismticos, es

    construir sobre una base que no existe. Y an ms, la totalidad del sistema parroquial y los que estn preparados

    para servir en l, dan por sentado que estn sirviendo a los que ya han odo y recibido el mensaje cristiano. Perocomo el mensaje fundamental nunca ha sido predicado efectivamente, y nunca ha sido aceptado personalmente,

    entonces ambos, el sistema parroquial y los sacerdotes y religiosas preparados para trabajar dentro de este marco,

    estarn obviamente desorientados.

    Realmente, juzgando por los programas de la Conferencia Nacional de los lderes en Ann Harbor y los de la

    Convencin Nacional en Notre Dame, es obvio que ellos estn basados en la suposicin que muchos del movimiento

    carismtico no han odo el kerygma bsico presentado en forma efectiva.

    Por comparacin con la experiencia que va desarrollando la Renovacin, se va teniendo clara una de las grandes

    dificultades en la Iglesia Catlica: el llevar a las personas el primer mensaje cristiano, lo que en la poca apostlicase conoca como el kerygma.

    Al no existir en general en los catlicos una experiencia viva de Dios, lo que no produce una aceptacin del Seoro

    de Cristo en sus vidas y una verdadera y sincera bsqueda de la conversin personal a travs de la apertura a la

    accin poderosa del Espritu Santo, las reformas propuestas por el Concilio Vaticano II en la vida litrgica y en las

    instituciones eclesisticas no tienen la base que se asume que poseen.

    De esta visin, que ser cada vez ms clara en la Renovacin, surgir una definicin clsica de la misin de la

    R.C.C.: debe ir y evangelizar a los bautizados.Ese mensaje bsico del cristianismo es el que se transmite en la

    R.C.C. a travs de los Seminarios de Vida en el Espritu y en la vivencia de oracin en los grupos y comunidades.

    Pero tampoco es suficiente dar el anuncio kerygmtico, ya que luego hay que acompaar a ese cristiano abierto a la

    accin del Espritu a un crecimiento verdadero, por lo que se necesita avanzar en una base doctrinal slida, que

    constituye el paso ulterior de la catequesis:

    Los carismticos estn tratando de no echarse atrs en construir un cimiento de doctrina slida an para ellos

    mismos, en los trminos de una enseanza fundamental: el significado de la salvacin, el pecado, Cristo como el

    Seor, el Reino de Dios, lo demonaco, andando en el Espritu, la oracin, la Eucarista como una celebracin

    comunitaria de la resurreccin, la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, la comunidad, el servicio a los dems. Estas

    reas se tratan no como en una clase de teologa sistemtica, sino en proclamacin que extrae fe y compromiso.

    Donde falte este nfasis en una evangelizacin fundamental y una fuerte base bblica y teolgica, all habr una

    corta explosin de entusiasmo, pero no habr un crecimiento permanente. Una serie de medios de enseanza se ha

    ido desarrollando, desde unas cortas charlas para curiosos hasta un curso introductorio de siete semanas llamado

    Seminarios de Vida en el Espritu para los ms avanzados, hasta Seminarios de Crecimiento de doce semanas

    para los que ya estn comprometidos en el movimiento pero todava necesitan ms enseanza. stos tampoco son

    exposiciones puramente teolgicas, sino una proclamacin bblica en lenguaje sencillo, personal y directo, a menudo

    dados por un laico. Y esto es, igual que la proclamacin neo- testamentaria, una invitacin a decir que Jess es el

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    Seor para gloria de Dios Padre. En las asambleas grandes y comunidades mayores usualmente encontramos

    recursos humanos, pero en muchas de las asambleas pequeas existe escasez de maestros. Tambin en estos

    grupos pequeos los programas de formacin son menos ambiciosos.

    El carismtico no encuentra, en general, en las formas actuales de la Iglesia, la enseanza que necesita para la

    nueva vida que en l se est haciendo pujante, y por eso dentro de la R.C.C. se han tenido que ir desarrollandobases para una formacin y enseanza que acompaen ese caminar en el Espritu. Una caracterstica muy

    importante es el redescubrimiento de la lectura y estudio de la Biblia, acompaado por una formacin doctrinal y

    teolgica que evita cualquier posible cada en cierto fundamentalismo y encauza la interpretacin de la Escritura

    segn las firmas bases catlicas.

    Tambin es de destacar la aparicin de muchos lderes laicos en la Renovacin, muchos de los cuales se han ido

    convirtiendo, por su estudio unido a su experiencia prctica, en verdaderos maestros, lo que implica un carisma

    comunitario muy valioso, que a veces lamentablemente falta en los grupos de oracin ms pequeos.

    Otra caracterstica que se va delineando con fuerza en la R.C.C. en esos primeros aos es que la Renovacin no estdestinada en s misma a ser un movimiento ms dentro de la Iglesia:

    No hay nada moderado enla meta del movimiento carismtico. Bert Ghezzi, George Martn y Kevin Ranaghan han

    declarado que la meta del movimiento carismtico es comparable a la meta del movimiento litrgico. Ghezzi

    escribi: El movimiento Pentecostal puede dejar de existir cuando todo el mundo en la Iglesia est llevando una

    vida plena en el Espritu... La Iglesia universal se ha apropiado de la renovacin litrgica que, hace solamente una

    dcada, fue el inters de unos pocos entusiastas. El movimiento litrgico ya no es un movimiento aislado dentro de

    la Iglesia, por el hecho que la Iglesia ha experimentado una renovacin litrgica. La meta del movimiento

    carismtico no es llevar al movimiento dentro de la Iglesia donde ser tolerado. Ms bien su fin es lograr una Iglesia

    carismticamente renovada que ya no necesite un movimiento separado.

    Con derecho podramos tener reservas sobre ciertos aspectos del movimiento, pero desde una perspectiva teolgica

    ser difcil culpar a un movimiento que se define, y actualmente desea para toda la Iglesia, como la plenitud de la

    vida en el Espritu Santo, el ejercicio de los dones del Espritu, dirigido hacia la proclamacin de que Jess es el

    Seor, para la gloria de Dios Padre. Esto es una teologa bastante Trinitaria y difcilmente se pudie ra excluir

    ninguna de stas dimensiones de una eclesiologa viable,

    Lo que se va percibiendo es que la influencia de la R.C.C. debe ir impregnando todo el cuerpo de la Iglesia,

    renovndola desde dentro, lo que implicar abarcar todos los aspectos teolgicos y doctrinales que hacen a una

    verdadera eclesiologa catlica. Por lo tanto es de esperar que un da la Renovacin Carismtica como tal

    desaparecer de la Iglesia Catlica, habiendo cumplido entonces la misin a la que es llamada por el Espritu Santo

    que la ha suscitado en este tiempo tan especial de la historia.

    Justamente para cumplir con este propsito es que la R.C.C. debe insertar su espiritualidad dentro del corazn de la

    espiritualidad catlica:

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    Adems, hay cierto dualismo incipiente en algunas de las expresiones carismticas. A pesar de un acuerdo general

    entre los catlicos de que no es necesario hablar en lenguas para poder estar viviendo la plenitud de la vida del

    Espritu, algunos que mantienen esta doctrina ensean que si uno no ha hablado en lenguas, no ha llegado a la

    plenitud. El Padre Edward OConnor se pronunci fuertemente, como siempre lo hace, en contra de este punto de

    vista. El copiar al Pentecostalismo clsico tipificado por las antiguas iglesias pentecostales- y a los Carismticos

    protestantes, ha sido excesiva y demasiado liberalmente aceptado, a veces en aquellas reas donde los carismticosclsicos, y los que han sido influenciados por ellos, son sealadamente dbiles en lo que hace a la exgesis y la

    teologa sistemtica. Antes que sea tarde, los Catlicos Carismticos tienen que reconsiderar la espiritualidad

    carismtica dentro del amplio cuadro de la tradicin catlica.

    Se plantea aqu, al final del artculo del P. Mc Donnell, el peligro de un cierto dualismo, que implica tomar en la

    R.C.C. los elementos de las bases teolgicas de los Pentecostales clsicos, en desmedro de la exgesis y teologa

    catlicas, o dejar que estas interpretaciones tengan una influencia importante en la Renovacin, lo que sin duda

    ocurri en los primeros tiempos de la misma.

    Nunca ser nunca suficiente insistir en la necesidad que la espiritualidad carismtica catlica se nutra e integre en lariqusima Tradicin de la oracin y la teologa del crecimiento espiritual desarrollados en tantos siglos de vida de la

    Iglesia, ya que en definitiva no hay nada nuevo en la experiencia carismtica, sino que es lo ms viejo que existe

    en la Iglesia, ya que forma parte de la experiencia inicial de los primeros cristianos, a partir de Pentecosts. Que

    esto se haya ido perdiendo en la Iglesia de nuestros tiempos, es otro tema, que no quita que esta nueva

    experiencia del Espritu Santo se deba insertar firmemente en la multifactica espiritualidad de la Iglesia Catlica.

    He aqu entonces la sntesis de este valioso artculo, donde ya encontramos reflejadas algunas de las grandes lneas

    directrices que irn llevando a la comprensin del fin y de la misin de la Renovacin Carismtica Catlica.

    2) Kevin Ranaghan (1972):

    Sigamos avanzando en el anlisis de las expresiones de los primeros tiempos de la R.C.C. Del dos al cuatro de junio

    de 1972 se realiz en Notre Dame, Indiana, la sexta Asamblea de la Renovacin. El da sbado tres por la maana

    se escuch una reflexin de Kevin Ranaghan sobre el impacto de la Renovacin Carismtica en la Iglesia, reportada

    as en el N 1 de la revista Alabar:

    Kevin pidi a la asamblea que dejen al Seor ser el Seor, y albenlo por lo que l est haciendo entre toda su

    gente... a pesar de las divisiones de las distintas denominaciones, de las barreras raciales y culturales, de las lneas

    sociales y econmicas. Pero dijo que el xito de la Renovacin Carismtica depende de nuestro esfuerzo arduo y

    consistente para integrar los buenos frutos de la Renovacin Carismtica con la vida de toda la Iglesia.

    El principal objetivo de la conferencia, dijo l, era entender que la Renovacin Carismtica es un movimiento por

    parte de Dios para renovar toda la Iglesia, carismticamente, especialmente en las reas de la fe viva en Jess, la

    adoracin y en los dones y ministerios del Espritu Santo. Y finaliz con una peticin: Debemos insistir entre

    nosotros mismos y con toda la Iglesia que el hecho de ser bautizados en el Espritu Santo, y el ejercicio de los dones

    espirituales, no son slo algo nuestro o nuestro tesoro, o simplemente otra cosa que est sucediendo en la Iglesia

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    de hoy que tiene que ser tolerada junto con todo lo dems. El Seor no quiere que su Espritu sea tolerado junto con

    todo lo dems. El Seor no quiere que su espritu sea tolerado; el Seor quiere que su Espritu sea aceptado, y que

    incluya a toda su gente... No podemos permitir que la Renovacin Carismtica se convierta en otra actividad buena

    u otra devocin piadosa en la Iglesia. No podemos conformarnos con permanecer aislados por la tolerancia; ms

    bien tenemos que dedicar nuestras vidas para la total aceptacin y participacin de todos los catlicos en la Iglesia

    del seor espiritualmente renovada.

    Aqu Kevin Ranaghan, uno de los que formaron parte, junto a su esposa, de las primeras experiencias del bautismo

    en el Espritu (ver Captulo 1) se refiere al papel que deber desempear la Renovacin Carismtica en la

    renovacin de la Iglesia toda, no debiendo para nada quedarse solamente en ser un movimiento ms tolerado

    junto a otros movimientos. Como vemos, este pensamiento fue impregnando cada vez ms la comprensin que de s

    misma fue haciendo la renovacin a travs de sus primeros lderes.

    3) Obispo Joseph Vath (1972):

    Ya desde esta primer poca este aspecto de la misin de la Renovacin Carismtica discernido por sus lderes fue

    tomado en cuenta dentro de la misma Iglesia. En el N 2 de la revista Alabar, de octubre -noviembre de 1972, se

    reproduce una carta pastoral de un obispo de Estados Unidos:

    En mircoles de ceniza, 1972, el Obispo Joseph Vath, de Birmingham, Alabama, envi una carta pastoral en oracin

    a su dicesis. En su exposicin l toc el significado de la Renovacin Carismtica para la Iglesia: Finalmente,

    vengo a considerar esos grupos de cristianos que han comenzado a reunirse para orar juntos en el Espritu Santo.

    Me ha parecido providencial que cuando tanta gente encontr confusin y frustracin en todos los cambios de

    nuestra Iglesia y nuestro mundo, cuando muchos cristianos estaban perdiendo contacto personal con Dios como

    resultado de los trabajos de la liturgia, el cambio en la msica, los laicos cerca del altar, etc., el Espritu Santo

    pareci llamar y unir algunos para compartir una oracin comunitaria. Grupos empezaron a leer las Sagradas

    Escrituras y ofrecer alabanza, adoracin y accin de gracias a Dios. Comenzaron a orar seriamente unos por otros,

    por sacerdotes, hermanitas y laicos. Empezaron a sentir deseos de tener un conocimiento ms profundo del Espritu

    Santo, la Palabra de Dios y de la vida de oracin de la Iglesia. As que estos grupos, que han sido humildemente

    fieles a la Palabra de Dios han venido a la fe de Jesucristo, como seor su entera vida de oracin vital, viviente,

    vibrante y confortante. Todos los que han sido vitalizados por la presencia del Espritu se encuentran ahora en paz

    con Dios, unos con otros, y con la Iglesia. stos, tambin encuentran gran placer en la celebracin de la nueva

    liturgia porque llevan a ella una Fe viva y llena de devocin y amor.

    Ahora le pido a estos grupos de oracin en nuestra Dicesis que comiencen una incesante corriente de oracin a

    Dios por la renovacin de nuestra Dicesis. Yo pido que cada grupo de oracin recuerde en sus reuniones la grannecesidad del aliento del Espritu de Dios sobre sus obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de nuestra Dicesis, que

    nos convirtamos uno en Espritu. Yo estoy confiado que cuando obispos, sacerdotes y religiosos, todos juntos con el

    pueblo de Dios, unidos en oracin de alabanza, adoracin y accin de gracias a Dios, seremos testigos del Nuevo

    Pentecosts del cual el Papa Juan habl antes del Segundo Concilio Vaticano.

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    El Obispo Vath escribe en una poca que transcurre, no hay que olvidar, durante los primeros aos posteriores al

    Concilio Vaticano II, donde los numerosos cambios, en especial en la liturgia de la Iglesia, desconcertaban a muchos

    fieles catlicos. Valoriza mucho el deseo que nace entre los carismticos por la lectura de la Biblia, por conocer ms

    la Persona y la accin del Espritu Santo, y por la vida de oracin.

    Es tambin interesante como el obispo pide la intercesin de los grupos carismticos de su Dicesis, y se confa aella, para que renueve a la Iglesia, a sus obispos, sacerdotes religiosos y laicos, para que algn da todos juntos

    puedan unirse en oracin de alabanza, adoracin y accin de gracias a Dios. Ese da, concluye el obispo Vath, se

    podr ser testigos del Nuevo Pentecosts clamado por el Papa Juan XXIII al convocar el Concilio en el ao 1961.

    4) Bert Ghezzi (1972):

    Tambin en este N 2 de la revista Alabar se reproduce un artculo de Bert Ghezzi titulado Formacin espiritual

    de adultos a la manera pentecostal. El autor aborda aqu con mucho detalle uno de los temas que ya vimos que

    surgieron desde los inicios de la R.C.C. ante la necesidad que tienen aquellos catlicos que han vivido la experiencia

    carismtica, de recibir una formacin que contemple la nueva situacin espiritual que viven. Vamos a comentar

    algunos aspectos salientes de este artculo:

    La mayora de los catlicos norteamericanos no reciben ninguna clase de formacin adulta fuera de los sermones

    dominicales. Muy a menudo, a los programas orientados hacia los adultos que ofrecen algunas parroquias slo se ve

    asistir a los mismos Pilares de la Iglesia. Los catlicos que ocasionalmente asisten a conferencias o grupos de

    discusin recogen alguna informacin de valor, pero raramente es lo suficiente para transformar sus vidas. Los que

    aparentan recibir mayor instruccin adulta son los catequistas. Sin embargo, frecuentemente, la informacin y

    metodologa que adquieren no los ayuda mucho en su vida de cristianos. An esos catlicos que se han mantenido

    informados de todo pronunciamiento desde el Vaticano II no han encontrado respuestas a la mayora de las

    preguntas que dan vueltas en su mente diariamente. En resumen, muchos catlicos adultos no estn haciendo nada

    para mejorar sus ideas religiosas infantiles, ni tampoco reciben mucha ayuda cuando quieren hacerlo.

    El movimiento Pentecostal Catlico aparenta haber encontrado soluciones a dos de los problemas ms grandes en la

    formacin de adultos. Uno es conseguir que los adultos reconozcan su necesidad de formacin; el otro es proveerles

    enseanza catlica que les ayude a vivir como cristianos. En estas dos reas la Renovacin Carismtica est

    teniendo tanto xito que debe atraer la atencin de los programas de formacin religiosa.

    Aqu se plantea crudamente la situacin de la mayora de los catlicos tradicionales en la Iglesia de hoy: los fieles

    adultos no reciben prcticamente ninguna formacin fuera de los sermones dominicales. Y esto, que ya es de por s

    muy poco, se agrava por el hecho que una buena parte de los bautizados practicantes ni siquiera acudenregularmente a la misa del domingo. Por lo tanto, encontramos un panorama bastante desalentador, en el cual,

    como bien dice el autor del artculo, son muchos los fieles catlicos que se quedan con sus ideas infantiles sobre

    Dios y la religin, producto de alguna lejana catequesis preparatoria de la primera comunin o de la confirmacin.

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    Por eso ocurre que en la Renovacin, al vivirse de una u otra manera una primera experiencia de Dios en los

    adultos, aparecen con claridad dos elementos que el catlico por tradicin no se plantea normalmente: primero, el

    reconocer la necesidad de una formacin, y, segundo, el poder recibirla.

    Es as que, entonces, se abri desde los primeros tiempos de la R.C.C. un nuevo e inmenso panorama en lo que

    haca a una formacin de adultos renovada, distinta de la existente, adecuada a la nueva exigencia de aquellaspersonas que se encontraban de pronto frente a la experiencia del Espritu Santo que irrumpa en sus vidas como un

    viento impetuoso. Por lo tanto, as como fue arrollador el avance de la experiencia carismtica, con el continuo

    surgimiento de nuevos grupos de oracin y comunidades, tambin lo fue el avance de la formacin renovada en

    dichos grupos.

    El autor distingue tres aspectos importantes que, a su juicio, cimientan el xito de los programas de formacin de la

    Renovacin:

    Qu explicacin hay para el xito del programa de formacin de adultos del movimiento pentecostal? Hay varias

    razones, pero quiero enfatizar tres:

    1) El avivamiento carismtico inicia a los individuos en una experiencia de vida espiritual, antes de darle

    informacin.

    2) El avivamiento carismtico incorpora a los individuos a una comunidad que vive la vida del Espritu.

    3) El avivamiento carismtico est fundamentado en la buena nueva de Cristo.

    Estos tres aspectos principales sobre los cuales se basa la formacin en la R.C.C. van a ser desarrollados en detalle

    por Bert Ghezzi.

    Veamos el primer punto, es decir, una formacin que comienza por la experiencia de la vida espiritual antes que por

    la informacin:

    Los pentecostales catlicos han comenzado a apreciar la diferencia entre las clases de enseanza necesarias para

    llegar a una madurez cristiana. Por ejemplo, la gente necesita instruccin bsica sobre como vivir como cristianos,

    necesitan exhortacin, y necesitan explicacin de doctrinas. Pero todo esto tiene un valor limitado si quien lo

    escucha no est viviendo la vida del Espritu. Una razn para la efectividad del avivamiento carismtico es su

    comprensin de que la gente necesita ser iniciada en una experiencia de vida en el Espritu antes de que les pueda

    ser de provecho cualquier otra clase de formacin cristiana.

    Generalmente los responsables de la formacin religiosa asumen que, porque los catlicos adultos estn unidos a

    Cristo por el Bautismo y han recibido el Espritu Santo en la Confirmacin, estn viviendo la vida espiritual. Esto est

    presupuesto en casi todas las homilas dominicales, grupos de discusin, salones de clase de las universidades y

    seminarios, y en publicaciones. Sin embargo, es un hecho frecuente que catlicos adultos que ciertamente recibieron

    la vida del Espritu sacramentalmente, no la han desarrollado. Son demasiados los catlicos que nunca han tenido

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    una experiencia personal del amor que Dios les tiene. No estn conscientes de que Dios es una Persona que les ama,

    y no esperan que l acte en sus vidas.

    Para muchos de nosotros la fe es solamente una aceptacin intelectual de una serie de doctrinas y obediencia a una

    serie de reglas. Cuando nuestra definicin de fe es tan estrecha, cuando solamente la entendemos como acto del

    intelecto, estamos en peligro de nunca llegar a una plenitud de vida cristiana.

    El punto clave es que a la gente que se envuelve en el avivamiento carismtico se les hace ver que Dios es una

    persona a quien pueden llegar a conocer. Los participantes ponen una fe viva en Dios y esperan que l acte para

    ellos. En vez de ofrecer instruccin en cuestiones sociales o teolgicas, los crculos de oracin instruyen a la gente

    en como experimentar a Dios. Ensean a los catlicos adultos a pedir al Seor que renueve en ellos su bautismo y

    confirmacin. Les ensean a esperar del Seor una experiencia personal interior de su presencia y amor por ellos.

    Como resultado, muchos catlicos empiezan a revivir la vida en el Espritu que ellos no desarrollaron por aos.

    Entonces, la diferencia entre la forma ordinaria de abordar la formacin religiosa de adultos y la del avivamiento

    carismtico es la de diferenciar entre informar gente e iniciarlas.

    Generalmente la formacin religiosa ofrece a los adultos toda clase de informacin sobre el aborto, la ecologa,

    informacin sobre cuestiones teolgicas tales como la infalibilidad o la Resurreccin. Informacin acerca de cmo

    realizarse como persona, y as sucesivamente. No quiero cuestionar el valor de esta clase de conocimiento. Pero

    estoy convencido que esta informacin no es de mucho valor para quien no vive la vida en el Espritu. Por el

    contrario, el avivamiento carismtico ayuda a la gente primero a tener una experiencia de la vida con Dios y

    entonces les provee instrucciones que les ayude a crecer y aprender.

    En esta parte del artculo se pone de relieve uno de los problemas bsicos que enfrente hoy la Iglesia Catlica: se da

    por asumido que el cristiano que ha recibido el bautismo, y eventualmente la confirmacin, ya vive, se podra decir

    en forma automtica, la vida espiritual.

    As, en todas las homilas dominicales, enseanzas y dems esquemas de formacin y crecimiento de la vida

    espiritual se cree que el bautizado posee una vida interior, en el sentido religioso de la misma, pero en la prctica no

    es as, ya que nunca tuvo la experiencia personal de conocer a las Personas de la Santsima Trinidad y de

    experimentar su amor y misericordia.

    Por lo tanto, al partir de una base que es casi inexistente, todo lo que se intenta construir no tiene fundamento y se

    desmorona como un castillo de arena.

    Resulta as que la novedad en la enseanza en la R.C.C. consiste en que primero se busca guiar a la persona en lavivencia personal de Dios, para luego s llevarla a un conocimiento mucho ms vivo desde el punto de vista doctrinal

    y teolgico, sobre la base de una apertura de mente y corazn a la accin del Espritu Santo.

    El segundo punto tiene que ver con otro elemento muy importante en la Renovacin, que es la incorporacin a una

    comunidad:

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    Uno de los sucesos significativos del avivamiento carismtico ha sido el desarrollo de comunidades tales como la de

    Grand Rapids (Michigan). Por comunidad me refiero a grupos cuya razn de reunirse es ms profunda que la de

    intereses en comn, o las diversiones. Comunidad cristiana es aquella en la cual las personas estn unidas porque

    comparten una vida en el Espritu. Se rene como respuesta a la presencia y el amor de Dios en la vida de sus

    miembros.

    Cuando la gente encuentra un grupo de hombres y mujeres que estn entregando sus vidas a Dios y a los dems,

    entonces ven y oyen que el cristianismo es ms que meras palabras. Experimentan personalmente que el

    cristianismo es vida. A mi juicio esta es la mejor forma de formar adultos...

    La mayor parte de la formacin religiosa que se ofrece a los adultos no se ofrece en el contexto de una comunidad

    cristiana. A menudo, como resultado, se les ensea cosas que raras veces han visto en la prctica... El punto clave

    es que la mayora de la formacin religiosa para adultos que se ofrece consiste en darles instruccin sobre algo que

    ellos nunca han experimentado. La efectividad de la enseanza en el avivamiento pentecostal estriba, en parte, en

    que la gente aprende lo que es la vida cristiana incorporndose a una comunidad que la viva.

    Una consecuencia casi inmediata de la experiencia del Espritu Santo tal como se vive en la Renovacin fue la

    aparicin, o, mejor dicho, la reaparicin, entre los cristianos, de la vivencia de la comunidad.

    En la comunidad se unen y renen hombres y mujeres para compartir una vida en el Espritu y crecer juntos en lo

    espiritual, y aunque esto no siempre signifique estar juntos permanentemente, puede suceder tambin, tal como se

    da en las llamadas comunidades de vida.

    La comunidad pasa a ser parte fundamental en el aprendizaje de la verdadera vida cristiana para aquellos que se

    incorporan a ella, ya que all se trata de vivir lo que se predica. Esto es una gran novedad para los fieles laicos, ya

    que el surgimiento de la R.C.C. ocurri en tiempos en que el concepto de vida comunitaria en la Iglesia haba

    quedado prcticamente restringido a la vida consagrada y religiosa.

    Ser este, sin duda, uno de los grandes aportes de la R.C.C. para una renovacin de la Iglesia toda.

    Por ltimo el autor desarrolla el tercer punto que define las caractersticas de la formacin de adultos en la

    renovacin, es decir, que el mensaje proclame fundamentalmente la Buena Nueva de Cristo, a travs del anuncio

    bsico cristiano, el kerygma:

    La visin completa de la realidad en los pentecostales catlicos est bsicamente fundada sobre una comprensin

    sencilla pero muy catlica del mensaje evanglico. Yo creo que la mayor razn por la cual el programa de formacin

    de adultos del movimiento carismtico es esta fidelidad al mensaje cristiano.

    Por mensaje cristiano entiendo una aseveracin categrica, con o sin explicacin, que proclama lo que Dios ha hecho

    por nosotros en Cristo. Consideremos, por ejemplo, la sntesis que hace san Pablo en la primera carta a los

    Corintios, 15,3-5: En primer lugar, les he dado a conocer la enseanza que yo recib. Les he enseado que

    Cristo muri por nuestros pecados, as como dicen las escrituras; que lo sepultaron y que resucit al

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    tercer da, y que se apareci a Pedro y despus a los apstoles. (Ver otros ejemplos en Hechos de los

    Apstoles caps. 2,3,10 y 13.)

    Los catlicos pentecostales proclaman continuamente este mensaje en una gran variedad de formas. Por ejemplo,

    en cada reunin del crculo de oracin se proclama la accin de Cristo a travs de enseanzas, testimonios,

    oraciones espontneas y conversaciones.

    La proclamacin del Evangelio no es propiedad exclusiva de los catlicos pentecostales. Le pertenece a todos los

    catlicos y todos los cristianos, porque es la palabra salvfica de Dios. Sin embargo, muy a menudo los responsables

    de la formacin de adultos catlicos no se preocupan de predicar lo esencial del mensaje evanglico.

    Frecuentemente sacerdotes, maestros y escritores no proclaman la buena nueva porque creen que los buenos

    catlicos a quienes se dirigen no necesitan or lo bsico. No parecen estar conscientes que todas las instrucciones y

    consejos sobre la vida cristiana que dan, se convierten, precisamente, en lo opuesto al cristianismo, a menos que se

    d, explcitamente, dentro del contenido del evangelio.

    Por ejemplo, hace varios domingos, un sacerdote que visitaba nuestra parroquia dio una leccin sobre la historia deZaqueo, e insisti muy fundamentalmente, sobre el deber de los cristianos de evitar emitir juicio sobre sus

    semejantes. Sin embargo, como no coloc su instruccin dentro del contexto del mensaje bsico, toda su instruccin

    perdi su efecto. Sencillamente cit otra regla ms que haba que obedecer, otra cosa ms que haba que hacer. A

    pesar de la verdad contenida en su homila, no era la verdad cristiana. l hizo ver que disciplinando nuestra voluntad

    a obedecer ciertas reglas estaramos actuando bien y por lo tanto seramos felices. Esto no es cristianismo, no es

    catolicismo. Esto es estoicismo. Es estoicismo porque al igual que los antiguos romanos se dice que la libertad y la

    felicidad se consiguen siendo dueos de nuestros actos a travs del control de la voluntad. Sin embargo, el

    cristianismo dice que somos libres para actuar bien, por el poder de la cruz de Cristo. Estoy seguro que esto es lo

    que el sacerdote quera decir, pero no lo dijo, porque pens que as lo entenderamos. Pero no entendemos.

    Necesitamos orlo una y otra vez. Cristo es Seor por su cruz, y yo soy una nueva creacin.

    La R.C.C. retoma el sentido profundo del primer anuncio de los apstoles, tal como lo tenemos atestiguado en varios

    pasajes de los Hechos de los Apstoles y en las cartas de San Pablo, y no solamente como una enseanza que debe

    ser oda, sino que tambin debe ser vivida y aplicada en todas las circunstancias de la vida diaria.

    Este anuncio kerygmtico se ir desarrollando cada vez ms con la prctica, aplicndoselo en las diversas

    situaciones que se irn enfrentando en la evangelizacin.

    5) Jos Prado Flores (1981):

    Precisamente con respecto al contenido y fundamento del mensaje bsico cristiano, que tan claro se tena en los

    principios de la Renovacin, encontramos un artculo muy interesante de Jos Prado Flores, otro gran pionero de la

    R.C.C. latinoamericana, publicado en el libro Evangelizacin, de la coleccin Reflexiones de Ediciones Paulinas.

    Aqu se reproduce una enseanza de Prado Flores recopilada en la revista Pentecosts de Santiago de Chile, en el

    nmero de noviembre-diciembre de 1981.

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    El autor plantea de entrada en su enseanza el sentido de la proclamacin cristiana primera, el kerygma:

    La evangelizacin tiene dos etapas bien claras y sucesivas. El orden de estas dos etapas no puede ser cambiado

    por nosotros.

    Creo que el problema principal en la Iglesia, por muchos aos, ha sido que damos demasiada catequesis a quienestodava no han nacido de nuevo. Los llenamos de doctrina, de moral, de dogma, de liturgia, de muchas cosas que

    son en s muy importantes, pero que no pueden ser lo primero. Lo primero que se necesita es nacer; despus

    viene el crecimiento. Si una persona no ha nacido de nuevo, no puede asimilar la doctrina, ni la moral, ni el dogma,

    ni la teologa. Lo que hay que transmitir y entregar primero es a JESUS, la persona de Jess. Esto fue lo que hicieron

    los primeros evangelistas y apstoles. Lo que ellos enseaban siempre era lo mismo: JESS.

    En el principio de la vida de la Iglesia slo se bautizaba a aquellos que haban sido convertidos, que haban tenido un

    encuentro con Jess. Yo creo que hoy la tarea es al revs: hay que evangelizar a los bautizados.Porque muchos

    no viven de su bautismo. Este fue ciertamente un rito eficaz, pero luego no fue vivido consecuentemente. Muchos

    bautizados estn espiritualmente muertos.

    Nosotros no podemos inventar lo que es la evangelizacin, ni cules son sus etapas. Es necesario que miremos hacia

    atrs, a los inicios de la Iglesia, en que el Espritu estaba presente de un modo especial. El testimonio de eso lo

    tenemos en la sagrada Escritura. Por eso tenemos que mirar en las Escrituras para ver cmo evangelizaban los

    primeros evangelizadores.

    Afortunadamente el autor de los Hechos de los Apstoles ha recogido, en sntesis, los primeros discursos

    evangelizadores de los Apstoles.

    Estos discursos, por ser de proclamacin, se llaman discursos kerygmticos. Esta palabra viene del griego

    keryssein, que significa proclamar. De ah viene la palabra kerygma o PROCLAMACIN. Los Apstoles

    comenzaron con una proclamacin, no comenzaron con una enseanza, sino con una proclamacin de los hechos.

    En los Hechos de los Apstoles encontramos seis discursos kerygmticos: los cinco primeros pronunciados por San

    Pedro; el ltimo, proclamado por San Pablo (cap. 13). Estos discursos se encuentran en los siguientes pasajes: 1)

    Hech. 2,14-39; 2)Hech. 3,12-26; 3) Hech. 4,10-12; 4) Hech. 5,29-32; 5) Hech. 10,34-43; 6) Hech. 13,16-41.

    A estos seis textos, aadimos otros dos: 1 Corintios 15,3-4, que es el texto ms antiguo que nos habla de la

    muerte y la resurreccin de Jess, y el pasaje de Lucas 24,23-48, que nos presenta el relato de los discpulos de

    Meaux, esos evangelizadores tristes que la hablan a Jess de Jess.

    En total tenemos ocho textos, que vamos a analizar, porque en ellos encontramos la sntesis, el ejemplo y la

    muestra de cmo debe comenzar una evangelizacin.

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    Queda claro que el kerygma no es una enseanza, sino una proclamacin. Esto es lo que falta hoy en la Iglesia

    Catlica, y por eso Prado Flores acuar la frase que se har famosa en la Renovacin: hay que evangelizar a los

    bautizados.

    Esta proclamacin, segn se desprende de los textos bblicos citados anteriormente, se basa en cinco puntos

    principales, que son desarrollados por el autor:

    El contenido de la evangelizacin:

    1 La persona de Jess.

    Todos los discursos kerygmticos nos hablan de una persona, son la manifestacin de esa persona: de JESS. Qu

    se dice de Jess?

    Se dice, en primer lugar, que era un hombre, es decir, un personaje que perteneca a la raza humana. Se dice que

    era de Nazareth, y as se lo encuadra en la geografa. Se dice que era de la descendencia de David paraenmarcarlo en la historia. Jess es un personaje real, de carne y hueso, que tiene un lugar en donde vive y por l se

    lo identifica, y una genealoga anterior a la que pertenece. Cuando se habla de Jess como el descendiente de

    David, los judos entendan algo que a nosotros se nos escapa un poco. Piensan en todas las profecas mesinicas

    que hablan del hijo de David. Sera un rey que pastoreara a su Pueblo, sera Dios -con-nosotros, Admirable,

    Consejero, siempre Padre. Estara lleno del Espritu Santo. Nacera en Beln. Sera el Ungido de Dios.

    Por ltimo se proclama a Jess como un profeta poderoso en obras ypalabras. Un profeta, es decir, un enviado de

    Dios, que habla las palabras de Dios con poder. Que hace brillar ese poder en milagros, signos y prodigios (Hech.

    2,22).

    Cuando se hablaba de Jess, se centraba la predicacin en puntos pequeos, pero muy importantes: hombre,

    Nazareno, hijo de David, Profeta con poder.

    2 Jess muerto.

    Todos los discursos kerygmticos nos hablan de la muerte de Jess. Y curiosamente, cinco de ellos hacen alusin a

    la ignominia de la cruz: al madero. Debe haber sido muy impresionante para ellos mucho ms que para nosotros-

    ver a un Jess crucificado, escndalo y locura para los que no creen, pero fuerza y sabidura de Dios para el que

    cree.

    Otro elemento alrededor de la muerte de Jess es el sepulcro. Se nos dice en dos textos que Jess fue sepultado.La evocacin del sepulcro es para subrayar el hecho de que Jess estuvo bien muerto; realmente muerto.

    Por ltimo, San Pablo nos dice que muri por nuestros pecados (1 Cor. 15,3). Y luego, en la epstola a los

    Glatas, san Pablo se apli