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INTRODUCCIÓN E n las œltimas dØcadas, asistimos a un incremento paulatino de nuevas for- mas de racismo y xenofobia en toda Europa. A pesar de que el racismo continœa siendo tratado como un fenómeno ajeno a las sociedades desarrolladas y democrÆticas, cada día podemos encontrar mÆs indicios de que el incremento actual de la presencia de inmigrantes en nuestro país parece fomentar el surgimiento de opiniones y actitudes con- trarias a la inmigración, un fenómeno que tambiØn se repite en muchos países europeos. En efecto, recientes investigaciones, centra- das en el estudio de las actitudes de los espaæoles hacia la inmigración, ponen de manifiesto que la percepción del fenómeno de la población espaæola ha cambiado sustan- cialmente entre las œltimas dØcadas (Cea DAncona, 2004, 2007; Igartua et al., 2005; Valles, Cea e Izquierdo, 1999). Los medios de comunicación han desem- peæado un papel fundamental en el cambio de las actitudes de los espaæoles hacia la inmi- gración. Indudablemente, no podemos acha- car a la acción informativa de los medios de comunicación toda la responsabilidad en relación a este fenómeno. Sin embargo, ocu- pan una posición estratØgica de gran relevan- cia a la hora de transmitir los discursos de las Ølites sociales (van Dijk, 1993). Asimismo, debemos tener en cuenta que son la principal fuente de conocimiento sobre inmigración de la mayoría de los autóctonos. De hecho, son numerosos los estudios en nuestro país que afirman la importancia de los medios de comunicación como (re)productores de actitu- des contrarias a la inmigración mediante una representación estereotípica del fenómeno (Baæón, 1996, 2000; Casero, 2006; Cea DAn- cona, 2004, 2007; Checa y Escobar, 1996; Granados, 1998, 2001; Igartœa y Muæiz, 2004; Igartua, Muæiz y Cheng, 2005; Lorite, 2004; Rodrigo Alsina, 1999; Santamaría, 2002; Valles, Cea e Izquierdo, 1999; van Dijk, 1991, 1997, 2003). Investigaciones que vie- nen a corroborar la existencia de un discurso mediÆtico centrado en resaltar la cara mÆs negativa y/o problemÆtica del fenómeno migratorio actual, sobre todo en los medios escritos y en los informativos de televisión. El propósito de este artículo no serÆ otro que el de explicar, desde una perspectiva microsociológica, el proceso de construcción social de la inmigración como problema a par- 61 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80 La representación mediÆtica de la inmigración. Entre el encuadre y el estigma JAVIER `LVAREZ G`LVEZ* * Universidad Complutense de Madrid.

La representación mediÆtica de la inmigración. … de la representación mediÆtica de dicho fenómeno. Para llevar a cabo este objetivo, dedicaremos un primer apartado a la noción

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INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, asistimos a unincremento paulatino de nuevas for-mas de racismo y xenofobia en toda

Europa. A pesar de que el racismo continúasiendo tratado como un fenómeno ajeno a lassociedades desarrolladas y democráticas,cada día podemos encontrar más indicios deque el incremento actual de la presencia deinmigrantes en nuestro país parece fomentarel surgimiento de opiniones y actitudes con-trarias a la inmigración, un fenómeno quetambién se repite en muchos países europeos.En efecto, recientes investigaciones, centra-das en el estudio de las actitudes de losespañoles hacia la inmigración, ponen demanifiesto que la percepción del fenómeno dela población española ha cambiado sustan-cialmente entre las últimas décadas (CeaD�Ancona, 2004, 2007; Igartua et al., 2005;Valles, Cea e Izquierdo, 1999).

Los medios de comunicación han desem-peñado un papel fundamental en el cambio delas actitudes de los españoles hacia la inmi-gración. Indudablemente, no podemos acha-car a la acción informativa de los medios de

comunicación toda la responsabilidad enrelación a este fenómeno. Sin embargo, ocu-pan una posición estratégica de gran relevan-cia a la hora de transmitir los discursos de lasélites sociales (van Dijk, 1993). Asimismo,debemos tener en cuenta que son la principalfuente de conocimiento �sobre inmigración�de la mayoría de los autóctonos. De hecho,son numerosos los estudios en nuestro paísque afirman la importancia de los medios decomunicación como (re)productores de actitu-des contrarias a la inmigración mediante unarepresentación estereotípica del fenómeno(Bañón, 1996, 2000; Casero, 2006; Cea D�An-cona, 2004, 2007; Checa y Escobar, 1996;Granados, 1998, 2001; Igartúa y Muñiz,2004; Igartua, Muñiz y Cheng, 2005; Lorite,2004; Rodrigo Alsina, 1999; Santamaría,2002; Valles, Cea e Izquierdo, 1999; van Dijk,1991, 1997, 2003). Investigaciones que vie-nen a corroborar la existencia de un discursomediático centrado en resaltar la cara másnegativa y/o problemática del fenómenomigratorio actual, sobre todo en los mediosescritos y en los informativos de televisión.

El propósito de este artículo no será otroque el de explicar, �desde una perspectivamicrosociológica�, el proceso de construcciónsocial de la inmigración como problema a par-

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La representación mediática de lainmigración. Entre el encuadrey el estigma

JAVIER ÁLVAREZ GÁLVEZ*

* Universidad Complutense de Madrid.

tir de la representación mediática de dichofenómeno. Para llevar a cabo este objetivo,dedicaremos un primer apartado a la nociónde encuadre noticioso (newsworthy frame)1,que nos servirá para comprender el modo enel que los medios enmarcan la información.Un segundo apartado, dedicado a la noción deestigma que nos permitirá explicar las posi-bles consecuencias de una representaciónnegativa del fenómeno. Y, finalmente, se lle-vará la teoría a la práctica mediante la inclu-sión de datos �de entrevistas en profundidady grupos de discusión2� procedentes del pro-yecto MEXEES (Cea D�Ancona, Mª. A.,Valles, M. y Álvarez, J., 2006-2008)3, asícomo referencias al contexto noticioso delmomento, que permitirán al lector realizaruna valoración sobre el papel de los medios enrelación al fenómeno migratorio actual.

1. QUÉ ENTENDEMOS POR ENCUADRENOTICIOSO

La comprensión de la realidad implica unproceso de construcción, tipificación y catego-rización social de las experiencias externas.Efectivamente, comprendemos y organiza-mos nuestro mundo mediante el continuoempleo de «marcos de referencia primarios»(primary frameworks) que nos permiten defi-nir las distintas situaciones sociales (Goff-man, 1974)4. Se podría decir que el marco dereferencia es el material, creado socialmente,a partir del cual conferimos sentido a nuestromundo5. Un «esquema interpretativo» quepermite a los individuos «situar, percibir,identificar y etiquetar un número aparente-mente infinito de sucesos concretos definidosen sus términos» (1974: 23).

En este sentido, los «marcos de referenciaprimarios» constituyen un elemento funda-mental en la cultura de los individuos, ya quede estos, considerados en su conjunto, emergela comprensión grupal. Es decir, son los mar-cos de referencia de un grupo los que estable-cen su sistema de creencias específico, su cos-mología. De ahí que, por lo general, los indivi-duos muestren una considerable resistenciaa cambiar sus marcos de referencia6. Hacenque la realidad social resulte comprensible,pero, al mismo tiempo, es gobernada porellos. Justamente, la propia definición delmarco de referencia primario genera un con-junto de expectativas de cara a las distintasposibilidades de acción dentro de éste. Así, através de estos, la sociedad define el esquema

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1 En nuestro caso, a pesar de que el concepto demarco pueda ser más o menos correcto que el conceptode encuadre, en el transcurso de las siguientes páginasharemos, generalmente, referencia a éste último, ya queresulta más ilustrativo a la hora de hacer referencia a lalabor de los medios de comunicación. Asimismo, en laargumentación desarrollaremos el concepto de encua-dre noticioso como un tipo específico de esquema inter-pretativo.

2 De un total de 104 entrevistas cualitativas corres-pondientes al modelo biográfico-narrativo y semiestruc-turadas, se manejaron un total de 83, las cuales fueronrealizadas tanto a población autóctona (45 entrevistas)como inmigrante (38 entrevistas), entre noviembre de2006 y febrero de 2007. Los grupos de discusión que seanalizaron fueron nueve: a) seis grupos de autóctonos;b) tres de inmigrantes. Dichos grupos fueron realizadosentre marzo de 2006 y julio de 2007.

3 CEA D�ANCONA, M.ª A., VALLES, M. y ÁLVAREZ, J.(2006-2008) La medición de la xenofobia en la España decomienzos del siglo XXI: nuevos indicadores y diseños deencuesta para las políticas de integración de los inmi-grantes. I+D MEC (ref. SEJ2005-00568). Evidentemen-te, para este trabajo concreto sólo se extraerá la infor-mación concerniente a nuestro objeto de estudio, yaque los materiales empleados corresponden a unainvestigación de mayor amplitud.

4 Se habla de marco de referencia primario en cuan-to que dicho marco «no depende de, �ni remite a� nin-guna otra interpretación anterior u «original»» (1974:23).

5 Aquí me refiero a la percepción subjetiva del mun-do del propio individuo, a la realidad intersubjetiva delindividuo, no ya al mundo en un sentido total.

6 Como señala GOFFMAN: «Un acontecimiento queaparentemente no puede ser manejado dentro de unacosmología general produce un alboroto público o, almenos, un murmullo» (1974: 31).

interpretativo que hace posible la compren-sión del curso de la acción social, a la vez queestablece un sistema de control social a partirde dicho esquema.

Los medios de comunicación, consideradoscomo una forma específica de conocimiento dela realidad, asumen un punto de vista concre-to a la hora de transmitir la información, estoes, al igual que los actores sociales en cual-quier tipo de interacción cotidiana, adoptanun determinado enfoque o encuadre. Del mis-mo modo que los individuos elaboran susmarcos de referencia en sus experiencias con-juntas en la vida cotidiana, los medios decomunicación ofrecen su propia visión encua-drada de la realidad. De hecho, es de estamisma idea de marco de referencia de Goff-man (1974) de donde parte el presente con-cepto de encuadre noticioso7 (concretamentereferido al encuadre de los medios informati-vos). Autores como Tankard, Hendrickson,Silberman, Bliss, and Ghanem (1991: 3; Cita-do en McCombs, 2004) definen el encuadrenoticioso como: «la idea organizativa centraldel contenido de las noticias, que proporcionaun contexto y presenta el asunto a través deluso de la selección, énfasis, exclusión y elabo-ración». Para explicar esta definición Tan-kard (2001) recurre a la metáfora de la pic-ture frame, así, compara el encuadre noticio-so con el marco de una fotografía o una pintu-ra, por medio del cual centramos la atenciónen un objeto aislándolo de su entorno, demodo que seleccionamos una imagen, enfati-zamos ciertos aspectos excluyendo los que nonos interesan y elaborando por medio de lacomposición de elementos representados.Partiendo de este ejemplo debemos tener encuenta que el encuadre de una noticia puedeser tanto textual como visual (artículos deprensa, teleinformativos, etc.).

En esta misma línea, Entman (1993: 52)argumenta que «encuadrar es seleccionar

algunos aspectos de la realidad percibida yhacerlos más destacados en el texto comunica-tivo, de tal manera que consigan promoveruna definición del problema particular, unainterpretación causal, una evaluación moraly/o una recomendación de tratamiento parael asunto descrito». Es decir, el encuadre de larealidad que realizan los medios de comuni-cación actuaría aislando cierto material ycentrando la atención sobre el objeto que sepretende representar, acentuando algunos desus rasgos a la vez que se excluyen o eliminanotros8. En investigaciones más recientes,Igartua et al. (2004) asumen que las noticiasson una representación de la realidad conce-bida por el mismo periodista. Para estos auto-res el concepto de encuadre hará referencia al«ángulo, enfoque, perspectiva o tratamientode una información que se manifiesta en laelección, énfasis o importancia atribuida a losdiferentes elementos». En este sentido, esimportante tener en cuenta la figura delperiodista como productor de conocimiento9,incluso, más específicamente, como produc-tor de «esquemas interpretativos» que nospermitirán interpretar la realidad en funciónde los elementos representados �o, mejordicho, encuadrados� en el marco. De ahí quedebamos resaltar la importancia de losmedios de comunicación dentro del proceso depermanente construcción de la realidad(Luhmann, 2000). Y, específicamente, ennuestro caso, en la construcción de la imagendel fenómeno migratorio actual

En efecto, en el caso de la inmigración(como, por supuesto, en muchos otros temas),los medios se sitúan en un lugar privilegiadoa la hora de definir el encuadre �el marco de

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7 Un concepto fundamental en la teoría del Framingy, su predecesora, la teoría de la Agenda Setting.

8 ROBERT ENTMAN ya señalaba, en «Framing: Toward aclarification of a fractured paradigm» (Journal of Com-munication, vol. 43, nº 3, 1993, 51-58), que el procesode encuadrar conlleva la selección de «algunos aspectosde la realidad percibida, haciéndolos más sobresalientesen el texto comunicativo», aspectos que pueden venirconstituidos por ciertas palabras clave o imágenes.

9 Para más información ver RODRIGO ALSINA, MIQUEL

(2005) La construcción de la noticia. Barcelona. Paidós.

referencia� a partir del cual los inmigrantesserán socialmente evaluados. Asimismo,debemos pensar que gran parte de los conoci-mientos sobre la inmigración que tienen losespañoles proviene de los medios de comuni-cación, ya que aunque actualmente se tieneuna imagen más real debido a la mayor pre-sencia y proximidad de los inmigrantes, enausencia de relaciones cercanas, el encuadrede los medios sigue predominando. Si no,¿cómo sería posible que personas autóctonasque nunca han tenido ni contacto ni relacióncon las distintas tipologías de inmigrantesresidentes en España puedan tener unas mis-mas ideas sobre cada una de estas? Induda-blemente, aunque los medios de comunica-ción no sean deliberadamente los creadoresde la imagen del Otro, puesto que: primero,dicha imagen ya se encuentra implícita en eldiscurso de dominación histórico en el quesomos socializados10; y, segundo, de nuestraexperiencia directa con el Otro en el contexto.Podemos pensar que en ausencia de un con-tacto real y continuado con el Otro, será laimagen ofrecida por los medios la que confi-gure �hasta cierto punto� nuestro marco dereferencia. Lo que claramente representa unproblema si tenemos en cuenta la gran reduc-ción de la realidad que se lleva a cabo alencuadrar una minúscula porción de la mis-ma. De hecho, el proceso de pasar la ampliadiversidad de la realidad por el minúsculo fil-tro de los medios es lo que conduce, de unmodo inevitable, a la pérdida de informa-ción11. Una pérdida de información sobre losOtros, que a veces acaba generando unarepresentación distorsionada �cuando no fal-seada� de la realidad de estos y, en últimotérmino, prejuicios y estereotipos estructu-rantes y persistentes en el tiempo (Santa-

maría, 2002). Un asunto, este último, que nosconduce a la noción de estigma, la cual serádesarrollada en el siguiente apartado.

2. QUÉ ENTENDEMOS POR ESTIGMA

El concepto estigma tiene sus raíces en laAntigua Grecia. Éste era un término emplea-do para referirse a signos corporales (marcaso tatuajes) que evidenciaban la naturalezanegativa del estatus moral del individuo quehabían cometido algún crimen o delito. En laactualidad, podemos encontrar otras defini-ciones de estigma: desdoro, afrenta, malafama; huella impresa sobrenaturalmente enel cuerpo de algunos santos extáticos, comosímbolo de la participación de sus almas en laPasión de Cristo; marca impuesta con hierrocandente, bien como pena infamante, biencomo signo de esclavitud (Real AcademiaEspañola, 2005).

Dicho concepto sería introducido en lasociología por Goffman (1963), quien defi-niría el estigma como un atributo profunda-mente desacreditador que lleva a su portadora convertirse en una persona fuera de loscauces de la normalidad social, a la vez que sedefinen los límites del marco de referencia delos normales. Este autor identificaría trestipos de estigmas. En primer lugar, estigmasfísicos (deficiencias sensoriales y deformida-des del cuerpo). En segundo, los defectos decarácter del individuo (perturbaciones men-tales, adicción a drogas, alcoholismo, desem-pleo, estancias en la cárcel, etc.). Y, finalmen-te, estigmas tribales de la raza, la nación y lareligión. Estos se refieren a la evaluaciónnegativa de la persona por la pertenencia oasociación a un grupo determinado12. Elestigma, como una diferencia indeseable,conduce a que los individuos normales �aque-llos que no se apartan de las expectativas

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10 Para más información ver SAID, EDWARD Orientalis-mo, Madrid, Ediciones Libertarias, 1990.

11 De hecho, antes de juzgar la labor de los profe-sionales del periodismo, resulta conveniente reflexionarsobre las dificultades de dicho oficio y, por supuesto, laslimitaciones propias del sistema productivo de conoci-miento en el que está inserto (RODRIGO, 2005).

12 Evidentemente, es en este grupo donde seincluiría a los inmigrantes como grupo estigmatizado.Más adelante desarrollaremos esta cuestión.

particulares� consideren a la persona estig-matizada como no totalmente humana y, enfunción de esa creencia, practicarán distintostipos de discriminación. Así, es el propioestigma el que legitima la exclusión de la per-sona «marcada». Del mismo modo que un«símbolo de prestigio» social puede situarnosen una posición ventajosa frente a los demás,los «símbolos de estigma» sitúan a su porta-dor en una posición de desventaja frente a losindividuos normales. Por consiguiente, elestigma constituye un factor de discrimina-ción social que excluye el acceso a la «socie-dad normal».

Indudablemente, en la actualidad, lanoción de estigma planteada por Goffman hasido superada. En efecto, en las últimas déca-das los límites conceptuales que definían elestigma han sido ampliamente sobrepasados,tanto en cantidad como en complejidad, acausa del creciente número de trabajos dedi-cados al estudio de este fenómeno (no ya sólodentro de las ciencias sociales, también en lasciencias de la salud). Algo que, en ciertomodo, en lugar de establecer una definiciónclara, ha aumentado la imprecisión del con-cepto y, por lo tanto, las críticas sobre la valíacientífica del mismo. Entre algunas de las crí-ticas más frecuentes, podemos oír hablar delexcesivo énfasis en las características indivi-duales o, por ejemplo, del hecho de que elestigma actúe como concepto «paraguas»para etiquetar cualquier tipo de discrimina-ción13. En este sentido, a pesar del elevadonúmero de investigaciones y el amplio con-junto de datos descriptivos sobre el tema, nopodemos encontrar, hoy por hoy, una defini-ción que englobe y sistematice toda la diversi-dad de fenómenos que son clasificados bajo ladenominación de estigma. Por consiguiente,pecando de cierto pragmatismo, no vamos adar pié al debate actual sobre la precisiónconceptual y/o los niveles de aplicabilidad del

concepto. Así, tomaremos la definición «clási-ca» de Goffman dada su claridad terminológi-ca y su utilidad operativa de cara a la com-prensión de fenómenos de exclusión social(procesos de etiquetado, reproducción deestereotipos, perdida de estatus, etc.).

Dejando de lado esta discusión, la ideafundamental que deberíamos mantener acer-ca de la naturaleza del estigma se podríaresumir en las siguientes premisas: a) elestigma es una marca o señal negativa que esatribuida a individuos; b) una marca queimplica un juicio o evaluación negativa; c) laestigmatización tiene consecuencias negati-vas para el estigmatizado; d) consecuenciasnegativas que son legitimadas por un sistemade creencias compartidas acerca de los atri-butos (virtualmente atribuidos) de la personaestigmatizada14.

Como se puede apreciar, a la hora de tra-tar la representación mediática de la inmi-gración y su reflejo en la opinión pública, elconcepto estigma resulta sumamente escla-recedor debido a que la noción de estigma seencuentra íntimamente ligada a la de visibi-lidad �o, más correctamente, perceptibili-dad� de la persona marcada: el inmigrante.Esto es, el hecho de hablar de inmigración y,específicamente, de la imagen de la inmigra-ción representada en los medios de comunica-ción, implica hacer referencia a la visibilidaddel inmigrante. Claro está que, de la mismamanera que no todas las tipologías de inmi-grantes son igualmente visibles, tampocotodas son estigmatizadas del mismo modo, yaque no todas son o están marcadas por igual.De hecho, como veremos a continuación, cada

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13 Para más información véase: LINK, BRUCE y PHE-LAN, Jo (2001): Conceptualizing stigma, Annual Reviewof Sociology, Vol.27, pp.363-385.

14 A este respecto es necesario hacer referencia a ladistinción que hace Goffman entre identidad social realde la persona e identidad social virtual. Se habla de vir-tual en cuanto que ésta identidad es �«una imputaciónhecha con una mirada retrospectiva en potencia» (1963:12). Es decir, es virtual porque sólo representa nuestrapropia caracterización del estigmatizado, pero no laidentidad social real de éste.

inmigrante en función de sus características(físicas, sociales, culturales�) podrá presen-tar distintos tipos de estigmas. Ahora bien,antes de entrar más a fondo en este asuntodebemos plantearnos las siguientes cuestio-nes de fondo: ¿hasta qué punto podemos afir-mar que la imagen de la inmigración repre-sentada en los medios de comunicación estig-matiza la imagen social del inmigrante? Y, sirealmente, los medios estigmatizan la ima-gen del inmigrante, ¿Cómo se vuelve posibleeste proceso de estigmatización, esto es, cuá-les son los mecanismos que lo posibilitan?¿Cuáles son las consecuencias de este procesode estigmatización de los inmigrantes?

Encontraremos las respuestas a estas pre-guntas en el próximo apartado, donde emplea-remos datos reales de la fase cualitativa delproyecto MEXEES, así como noticias que nosservirán para contextualizar el discurso delos informantes. Datos que nos ayudarán acomprender lo dicho hasta el momento.

3. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓNY LA ESTIGMATIZACIÓNDE LA IMAGEN DEL INMIGRANTE

Comparando los resultados del análisis delmaterial cualitativo de entrevistas y gruposde discusión y las noticias previas a la reali-zación del trabajo de campo, se pudieron rea-lizar las siguientes observaciones acerca deltratamiento informativo que los medios decomunicación confieren al fenómeno de lainmigración:

1) El encuadre noticioso de la inmigraciónhace más visible a las tipologías de inmigran-tes más mediáticas, es decir, aquellas queencajaban mejor en el estereotipo de inmi-grante.

2) El encuadre noticioso de la inmigraciónestigmatiza la imagen pública del inmigran-te, mediante la composición de un retratonegativo y/o problemático (pobreza, paro,delincuencia�). Un retrato que por lo gene-

ral tiende a remarcar las diferencias entreinmigrantes y autóctonos.

3) La relación entre la imagen estigmati-zada de la inmigración y el «nuevo» racismo,que tiende a poner el énfasis en las otras dife-rencias no raciales como, por ejemplo: cultu-rales o de clase (bajo nivel educativo, baja cla-se social, posición económica, etc.).

A continuación, desarrollaremos cada unade estas observaciones haciendo referencia adatos concretos que nos ayudarán a compren-der el problema que estamos tratando de ana-lizar.

3.1. Del encuadre noticioso a laidentificabilidad del inmigrante

Comenzando por las noticias que mar-carían gran parte de nuestro trabajo de cam-po cualitativo en el proyecto MEXEES, podía-mos apreciar como gran parte del contenidonoticioso hacía referencia a la denominada«psicosis de la invasión» (Valles, Cea eIzquierdo, 1999). En efecto, los datos resul-tantes de entrevistas y grupos de discusión sevieron afectados por el discurso mediático delos meses previos. La continua llegada depateras procedentes de Mauritania y Senegala las costas españolas del año 2006, así comoel posterior acrecentamiento de dicho flujo afinales de verano, marcarían los encuadresnoticiosos del momento. Las referencias al«control de fronteras e inmigrantes irregula-res», la «llegada masiva de pateras» (sobretodo a las costas de Las Canarias) y «las repa-triaciones de indocumentados» fueron lostemas que en gran medida fijarían la agendapolítica del momento y, por tanto, la de losmedios de comunicación. Un hecho que, comodecimos, tuvo su reflejo en los discursos de lasentrevistas y los grupos de discusión de nues-tra investigación15. Concretamente, las

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15 Como indicaban los datos del barómetro periódi-co de opinión del Centro de Investigaciones Sociológi-

entrevistas �realizadas entre noviembre2006 y febrero de 2007� estuvieron fuerte-mente marcadas por este tipo de encuadre.Algo que se podía apreciar en los titulares:«Las últimas avalanchas de inmigrantes aCanarias desbordan los centros de acogida»(ABC, 4 de septiembre de 2006); «En 12 días,2.200 �sin papeles� enviados a la Península y1.300 repatriados a su país» (El Mundo, 24 deseptiembre de 2006); «29 expertos de siete paí-ses europeos ayudan a identificar a 19.000inmigrantes en Canarias» (El País, 18 dediciembre de 2006); etc. Por supuesto, estetipo de discurso también tendría eco en losgrupos de discusión realizados en los mesesposteriores.

Ahora bien, concibiendo el encuadre noti-cioso como una tipología específica de marcofabricado que representa la realidad, podría-mos descomponer los distintos elementos quelo componen. Así, por ejemplo, tomando elmodelo de representación dramatúrgica deGoffman (1959), podríamos analizar superfi-cialmente los distintos elementos que encua-dran la conocida escena de la «entrada deirregulares». En efecto, este tipo de encua-dres presentan los siguientes elementos:

a) La definición de la situación: Laexistencia de una idea acerca de la organiza-ción de los acontecimientos, un tema o argu-mento. Por ejemplo, a modo de tema, la entra-da de inmigrantes indocumentados en pate-ra.

b) El escenario: El contexto donde sedesarrolla la acción de los acontecimientos.Lugares geográficos como: Senegal, Maurita-nia, Marruecos, las Islas Canarias, el Estre-cho de Gibraltar� Espacios físicos: playas,centros de acogida�

c) Los actores: Los cuales desempeñaránlos distintos papeles (posibles) dentro delmarco de la escena. Inmigrantes (de diferenteorigen geográfico) y autóctonos (políticos,fuerzas de seguridad del Estado, Cruz Roja,Salvamento Marítimo�).

d) La representación: La acción propia-mente dicha, mediante la cual se desarrolla elargumento. Acontecimientos concretos: la lle-gada de una patera a la costa de Almería, larepatriación de senegaleses�

Por supuesto, podemos seguir profundi-zando en cada uno de los elementos delencuadre. Por ejemplo, continuando con estetipo de encuadres de la inmigración, si nosaproximamos a la definición de los actoresque participan en la acción podemos observaralgunas diferencias muy representativasentre nuestra imagen autorepresentada y lade los Otros, como ya se había podido apreciara través de otros estudios (van Dijk, 1993).Así, mientras que el Otro es definido como lavíctima (�sin papeles�, �ilegal�, �indocumenta-da�, �irregular�, �subsahariana�, �magrebí�,�pobre�, �detenida�, �herida�, �muerta�), Noso-tros nos autodefinimos como los salvadores(�los rescatamos�, �los acogemos�, �somos lossolidarios�, �ayudamos al desarrollo�, �ofrece-mos ayuda sanitaria a los heridos�, �los ali-mentamos�, etc.). Una definición de los acto-res que se hallaba implícita en las entrevistasy los grupos de discusión, a través de unavisión dramática de la situación16. Entrealgunas de las citas que hacían referencia a

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cas (CIS) en el barómetro de septiembre de 2006 (estu-dio 2954), el 59,2% de los encuestados señaló la inmi-gración como el principal problema del Estado. Unhecho que se hallaba claramente relacionado con lacampaña mediática relativa a la llegada de cayucos a lascostas canarias de finales de verano.

16 Una visión dramática de la situación de los inmi-grantes y que resaltaba más en las mujeres que en loshombres. Estos últimos a la hora de hacer referencia aeste tipo de encuadres de la inmigración se centrabanmás en la situación de descontrol y en los errores guber-namentales. En cierto, modo se podría decir que lasmujeres se mostraban más sentimentales frente a laracionalidad masculina, lo que podría tener relación conel hecho de que ellas se sintieran más empatía con lasinmigrantes madres que hacían el viaje con el menor acuestas. En efecto, solían ser las mujeres las que másreferencia hacían a este tema.

las condiciones de llegada de los inmigrantespodemos resaltar las siguientes respuestas:«se juegan la vida� lo tienen que pasar muymal en su país para hacer esas locuras»(mujer de 18 a 29 años, clase media-baja);«Me da mucha pena, porque se deben sentirengañados» (mujer de 45 a 64, clase media-media); «pienso en la dificultad y en la deses-peración que tiene que tener la gente paraarriesgarse» (mujer de más de 65, clasemedia-alta); «tienen que tener una vida abso-lutamente nefasta y horrible para jugárselapara venir» (mujer de 30 a 45 años, clasemedia-media); etc.

En cierto modo, lo que nos interesa en estepunto de nuestra argumentación no es el gra-do de concordancia del encuadre de la inmi-gración con la «verdadera realidad» de lainmigración, sino el modo de definir los dis-tintos elementos del encuadre que serán losque luego permitan a los autóctonos explicarla realidad del inmigrante. Es decir, el modoen el que la representación de la inmigraciónes construida por los medios de comunica-ción. Una representación que además de ofre-cer un marco de conocimiento respecto alobjeto representado también tendrá efectosestructurantes. Así, como señala Santa-maría, las representaciones son «una deter-minada forma de concebir la realidad, en susentido cognoscitivo pero también constituti-vo y estructurador. Las representaciones for-man parte de las relaciones sociales, son pro-ducto y generadoras de ellas» (2002: 11). Deahí que el encuadre mediático de la inmigra-ción desempeñe un papel fundamental a lahora de definir al Otro.

Obviamente debemos tener en cuenta quebuena parte de la representación que tene-mos del Otro proviene de la experiencia direc-ta. Sin embargo, no todo lo que sabemos oconocemos de la inmigración procede de estaexperiencia. En efecto, nuestra imagen de lainmigración concuerda en gran medida con larepresentación del inmigrante que reprodu-cen los medios de comunicación: la imagen

del inmigrante visible17. Es decir, por lo gene-ral el encuadre (textual o visual) de la inmi-gración que presentan los medios de comuni-cación suele descubrir aquellos rasgos quepermiten identificar al inmigrante como tal.En el caso de las imágenes podemos apreciarque siempre suele haber alguna característi-ca �generalmente fenotípica o de carácterétnico� que hace visible al inmigrante (rasgosfaciales, color de la piel, vestimenta, etc.).Así, lo habitual en los medios es sacar alinmigrante que cualquier persona identifi-caría a primera vista como tal, lo que nos per-mite identificar la noticia al instante.Además, resulta más mediático hacer refe-rencia a los pocos que llegan arriesgando suvida que a los miles que vienen volando (concomida incluida) en clase turista. Por supues-to, debemos tener en cuenta que, en el caso deun encuadre textual, carente de imagen, lohabitual es hacer referencia a algún elemen-to que nos sitúe dentro del marco (por ejem-plo, reseñando el origen geográfico18). Endefinitiva, elementos de carácter simbólicoque los medios emplean para etiquetar la

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17 Con el término inmigrante visible nos referimos aaquellos inmigrantes a los que, por sus rasgos fenotípicos,les resulta imposible pasar desapercibidos. Pensemos,por ejemplo, el caso de los inmigrantes asiáticos,magrebíes, negro-africanos, etc. Es decir, inmigrantesque son perceptibles a primera vista por sus característi-cas. Debe quedar claro que el concepto visibilidad pue-de llevar a confusiones relacionadas con nuestro sentidode la vista. En este sentido, debemos tener en cuenta queel término visibilidad se refiere más correctamente a lanoción de «identificabilidad», a ser identificable, ya sea através de cualquiera de nuestros sentidos. Por supuesto,todo inmigrante será potencialmente identificable comotal, aunque no sea visible por sus rasgos físicos.

18 En efecto, en estudios sobre el framing se ha podi-do apreciar cómo el origen geográfico del inmigrante sevuelve una variable fundamental a la hora de caracteri-zar y, por consiguiente, definir la condición del inmi-grante. Para más información ver: IGARTUA, J. J., OTERO, J.A., MUÑIZ, C., CHENG, L. y GÓMEZ, J. (2007) Efectos cog-nitivos y afectivos de los encuadres noticiosos de la inmi-gración. En J. J. IGARTUA y C. MUÑIZ (eds.), Medios decomunicación, Inmigración y Sociedad (pp. 197-232).Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca.

acción del Otro dentro de los límites del mar-co y, por lo general, de un modo inconsciente(aunque existan ocasiones en las que poda-mos pensar lo contrario).

Para entender este argumento es mejorrecurrir a la propia visión de los inmigrantesacerca de cómo, los autóctonos, los represen-tamos en los medios de comunicación. En estecaso, tomaremos un fragmento de un grupode discusión realizado con inmigrantes declase baja en el que un inmigrante de origensenegalés (dirigiéndose a una participantedominicana) reflexiona sobre la imagenmediática de la inmigración representada enlos medios de comunicación19:

HS�Cuando tú ves en la tele África� ¿qué es loque ves de África tú?, ¿qué ves?, a ver, dime laverdad. El hambre, la guerra, «la gente enfer-mo», el sida. Pero si sólo ves eso� Nunca te hasfijado en lo bueno que tiene África� ¿no? (�)sólo en cómo viene la gente� en cayucos. Sóloves la guerra, el hambre, nada más.MD�Pues ahora te están metiendo documentalesde...HS�Nada, no sé� siempre La 2� también, lasmujeres, para ayudar a la gente pobre, y nunca,nunca nos han enseñado en Santo Domingo, losricos cómo viven, los edificios con «gente rico»,cómo� lo que han creado, nada, sólo lo que esmalo te enseña la gente aquí. Esto es lo que estáen la cabeza de los españoles. Te miran así, temiran gente de hambre, gente pobre, gente...

GD7. Inmigrantes de posiciónmedia-baja. 03/05/07.

Incluso haciendo referencia a la imagendel documental �supuestamente, más positi-va y real del fenómeno� se percibe una visiónsesgada. En efecto, aunque los documentales�a diferencia de los informativos� no suelenmostrar lo más negativo de la inmigración,tampoco suelen mostrar algo positivo de los

inmigrantes. Tal vez, como mínimo, nuestracara más positiva: la labor humanitaria enlos países en vías de desarrollo, nuestra soli-daridad, la labor educativa, etc. Algo que,aunque no es negativo, sigue representandouna visión parcial del fenómeno de la inmi-gración, nuestra propia visión.

Evidentemente, que los medios de comuni-cación le pongan cara o color a la inmigraciónno es en sí mismo el problema, sino que, éstedeviene de la creación de una asociaciónentre dichos rasgos fenotípicos y un encuadrede carácter negativo o problemático. En efec-to, este fenómeno se produce todos los díascuando vemos imágenes sobre la inmigración(con independencia del tipo de formato infor-mativo y del medio20). Es decir, generalmen-te, podemos ver imágenes en las que los inmi-grantes se encuentran asociados con accionesilegales: cruzando la frontera, robando encasas, traficando con drogas, en asuntos deprostitución, temas de violencia callejera,violencia de género, etc. (encuadres bastantemás negativos que el de «la patera» al quehemos hecho referencia). Un fenómeno que ala larga acaba construyendo un arquetipo fal-seado de los distintos tipos de inmigrantes.Así, el acontecimiento de carácter eventualacaba por convertirse en una trama discursi-va cotidiana que tiene un claro resultado: laasociación de la imagen del inmigrante visi-ble con otras imágenes de carácter negativo através de la (re)producción persistente deencuadres que tienden a retratar la cara másproblemática de la inmigración.

En definitiva, el encuadre noticioso, enten-dido como marco de referencia, permite esta-blecer los distintos elementos de la escenaque posteriormente marcarán la interacciónde los actores (autóctonos-inmigrantes). Porsupuesto, esto tampoco quiere decir quetomemos los encuadres noticiosos �y, concre-

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19 El grupo estaría formado por: dos hombres (unsenegalés y un marroquí) y cinco mujeres (una domini-cana, una ecuatoriana, una colombiana y dos marro-quíes).

20 Aunque también debamos tener en cuenta que laideología política del medio influye en el modo en el quela inmigración es representada.

tamente, los referidos a la inmigración� comouna realidad irrefutable, sólo que, en ciertasocasiones, con pocas posibilidades para con-trastar la información mediática y en ausen-cia de contacto directo (de primera mano) conel objeto representado �en este caso, el inmi-grante�, tomaremos la información que ten-gamos disponible (la del encuadre noticio-so)21.

3.2. El retrato mediáticode la inmigracióny la construcción del estigma

En cierto sentido, podríamos afirmar queel encuadre de la inmigración visible en losmedios de comunicación simplemente repre-senta una forma específica de categorizaciónde la identidad social de dichos inmigrantes.Como señala Goffman:

«La sociedad establece los medios para categori-zar a las personas y el complemento de atributosque se perciben como corrientes y naturales enlos miembros de cada una de esas categorías. Elmedio social establece las categorías de perso-nas que en él se pueden encontrar. [�] Por con-siguiente, es probable que al encontrarnos fren-te a un extraño las primeras apariencias nospermitan prever en qué categoría se halla y cuá-les son sus atributos, es decir, su identidadsocial». (1963: 12).

De esta manera, del mismo modo que laspersonas definimos las situaciones y catego-rizamos a otras personas en la vida cotidiana,los medios de comunicación también colabo-ran en el proceso de definición y etiquetado.

De hecho, los medios de comunicación demasas podrían ser considerados como exten-siones de las propias facultades sensorialesdel individuo (McLuhan, 1964). Así, losmedios, como organizaciones sociales, tienenuna clara funcionalidad social. Siguiendo aD�Adamo, García Beaudoux y Freidenberg(2000), podríamos señalar seis funcionesbásicas de los medios de comunicación queserían las que siguen a continuación: a) ofre-cer información; b) correlación, cuyo objetivoes explicar, interpretar y comentar el signifi-cado de los acontecimientos; c) ofrecer diver-sión y entretenimiento; d) persuadir, como unmodo de generar tendencias en la opiniónpública; e) servir al sector económico a travésde la función publicitaria y; f) transmisión decultura (socialización), aunque no constituya,en principio, un objetivo deliberado de losmedios. En este sentido, los medios no sóloofrecen información, sino que son capaces deexplicar las causas y las consecuencias de losacontecimientos, interpretar los hechos, esta-blecer significados, persuadir acerca de losposibles cauces de acción social y, probable-mente, lo más importante, transmitir culturay socializar. Por consiguiente, a pesar de queen ciertas ocasiones se exagere la capacidadde los medios a la hora de generar o manipu-lar la opinión pública, no podemos negar lapreeminencia de los mismos a la hora de defi-nir los acontecimientos y, por lo tanto, catego-rizar a las personas dentro de un contextodeterminado.

Asimismo, en el caso del tratamiento infor-mativo de la inmigración, el encuadre llevadoa cabo por los medios de comunicación denuestras sociedades establece un procesocontinuo de categorización y etiquetado de laimagen del inmigrante que, como venimosdiciendo, generalmente recae, sobre los inmi-grantes más visibles. Inmigrantes que aca-ban siendo estigmatizados a consecuencia deser persistentemente representados dentrode encuadres de carácter negativo. En estecaso, hacemos referencia a la noción de estig-ma en cuanto que refleja a la perfección la

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21 En este caso, siguiendo la teoría de la espiral delsilencio de Noelle Neuman (1995), partimos de quecuanto más aislado y acrítico se encuentre el públicoante los medios; cuanto menores sean las posibilidadesde elección de canales informativos; cuanto mayor seala concordancia de la información entre los distintosmedios, mayores serán los efectos que los medios cau-sarán en las audiencias. Ya que las personas tratarán deno desentonar con el clima de opinión generado por losmedios.

marca identificativa (visible) y desacredita-dora que establecen los medios de comunica-ción sobre el colectivo inmigrante en generaly sobre los inmigrantes visibles en particular.Aunque, como ya hemos subrayado, la defini-ción de la inmigración como problema no esexclusiva de los medios de comunicación, sinomás bien de las élites sociales de nuestrasociedad (a saber: políticos, académicos, líde-res de opinión�), la imagen mediática juegaun papel fundamental en todo el proceso degeneración de opinión pública. De hecho, sitenemos acceso a las definiciones del fenóme-no que realizan las élites sociales es gracias alos medios de comunicación22.

Ahora bien, haciendo referencia a la repre-sentación de la inmigración que hacen losmedios, debemos tener en cuenta que en elproceso de estigmatización del inmigrantevisible, no es sólo su condición racial la que sevuelve estigma, sino que en su identidadsocial confluyen y, por tanto, se sobreponenvarios tipos de estigmas. En este caso, alestigma tribal de raza se suman otras carac-terísticas desacreditadoras dentro del marcode nuestra sociedad como, por ejemplo: eldesempleo, la pobreza, el bajo nivel educativo,etc. (estigmas asociados al carácter o lavoluntad del individuo). Un conjunto decaracterísticas que componen el encuadre dela inmigración que realizan los media (y, dia-riamente, a través de los medios informati-

vos). De aquí también podemos deducir laestrecha proximidad entre las actitudesracistas y clasistas de los nativos hacia lainmigración. En efecto, son actitudes queapuntan en la misma dirección puesto que, enel fondo, se dirigen hacia una misma imagencompuesta por distintos tipos de estigmas.

En efecto, tomando como referencia losdatos cualitativos de entrevistas y grupos dediscusión realizados en el marco del proyectoMEXEES, se podía apreciar que cuando pre-guntábamos a los entrevistados con qué aso-ciaban la inmigración, la mayoría de losinformantes hacían referencia a situacionesde carácter problemático o negativo. Concre-tamente, lo más habitual era que la inmigra-ción fuera asociada con la pobreza. Por logeneral, sólo indirectamente se asociabainmigración y delincuencia (robos, drogas,mafias, prostitución, etc.), y cuando se reali-zaba dicha asociación era atribuida en terce-ra persona, como una asociación existente enla calle pero que pocos querían atribuirse deun modo personal (en primera persona). Aun-que, en cierto modo, se podrían haber espera-do asociaciones más negativas, la asociaciónde inmigración y pobreza, decía mucho deltipo de encuadre del fenómeno representadoen los medios de comunicación en los medioslos meses previos a la realización del trabajode campo (en gran medida vinculada a la«imagen de la patera»)23. Además, se podíaapreciar una perfecta relación entre las noti-cias de impacto observadas en los medios ylas asociaciones cognitivas de los entrevista-dos en torno al tema de la inmigración. Si lasnoticias de impacto mencionadas hacían refe-rencia a la llegada en pateras de los inmi-grantes la consecuencia lógica era la asocia-ción de dicha imagen con la de pobreza, ya

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22 Asimismo, podemos encontrar declaraciones decientíficos, como las del afamado genetista James Wat-son al hacer referencia a las diferencias raciales: «Todasnuestras políticas sociales están basadas en el hecho deque su inteligencia es la misma que la nuestra, mientrastodas las pruebas muestran que no es realmente así» (TheSunday Times, 14 de octubre de 2007). O declaracionesde líderes políticos, como las de Mariano Rajoy el pasa-do mes de septiembre, en las que afirmaba sobre lainmigración: «Ya empezamos a ver algunas cosas que noson buenas en algunas ciudades de España. Hay 180.000extranjeros cobrando seguro de desempleo, y ya volve-mos a tiempos pasados: ya hay 20.000 andaluces quehan pedido trabajo en la vendimia francesa» (El País, 15de septiembre de 2008).

23 En los meses previos a la realización del trabajo decampo de las entrevistas en profundidad, se produjo elfenómeno de «crisis de las Canarias» de principios deseptiembre del 2006 por la llegada masiva de pateras,un fenómeno que condicionó en gran medida la res-puesta de los informantes.

fuera directamente o indirectamente me-diante conceptos relacionados (paro, hambre,necesidad, supervivencia, desesperación�).En este contexto, resultaba evidente que lamayor parte del discurso de los informantesse hallara impregnado del discurso mediáticoy, en este caso concreto, del «encuadre de laspateras». A continuación ofrecemos un testi-monio concreto de una mujer de 56 años(catalana de procedencia y profesora de pri-maria), que haciendo referencia a las últimasnoticias que le habían impactado, mostrabauna imagen claramente estereotípica sobre lasituación del inmigrante en el país de origen:

P. ¿qué noticias sobre extranjeros e inmigranteste ha causado más impacto? R. De impacto, impacto negativo, la cantidad denegros que llegan a Canarias todos los días (�)Ellos tienen un espíritu de sacrificio muy grandeporque en su país están acostumbrados a dormirincluso sin techo, normalmente en África no tie-nen tanta necesidad de trabajar como tenemosen Europa� ¿Por qué? Porque el producto de latierra les da para sobrevivir, no tienen eco-nomía, es decir, no tienen un céntimo, un centa-vo, nada. Pero ¿qué tienen? Tienen pescado enlos ríos y en el mar, tienen buenas bananas, bue-nas piñas, buenos productos de la tierra que sólotienen que alargar el brazo para tenerlo, paracomer, para sobrevivir tienen siempre.

Mujer de 56 años, de clase media. 24/10/06.

Por supuesto, a pesar de la imagen ilusoriae idílica de la situación del inmigrante queesboza esta entrevistada, también podíamosencontrar otro tipo de asociaciones muchomás negativas que hacían referencia a ladelincuencia (al surgimiento de mafias, losrobos de bandas de Europa del Este, la vio-lencia de las bandas latinas�) o al empeora-miento de las condiciones de los autóctonos(precarización del trabajo, aumento delparo�), así como también asociaciones posi-tivas (enriquecimiento cultural, beneficioseconómicos para la economía española�) queigualmente mostraban la existencia de undiscurso a favor de la inmigración. Sinembargo, existía una diferencia respecto

ambas tipologías discursivas. Mientras quelos que emitían discursos positivos o a favorde la inmigración solían hacerlo en términostemáticos generales y más abstractos (el mul-ticulturalismo o la interculturalidad, lapobreza del tercer mundo, beneficios econó-micos para el país, etc.), cuando aparecía eldiscurso negativo y más reacio se hacía unareferencia específica a tipos de inmigrantesespecíficos vinculados a sucesos concretos decarácter negativo (problemas con bandas lati-nas en el barrio, el asalto a un chalet de ban-das del Este, etc.). Generalmente, aquellostipos de inmigrantes que por su continuarepresentación mediática en encuadres nega-tivos resultaban más visibles a los autócto-nos.

Como decimos, aunque por lo general nosolía haber referencias explícitas que indi-carán una imagen negativa de la inmigra-ción, los comentarios traslucían un trasfondoclaramente problemático y, como hemoscomentado, relacionado muy de cerca con elcontexto mediático de la «psicosis de la inva-sión». Así, hacer referencia a la inmigraciónera sacar a colación el tema de la pobreza: lafalta de recursos económicos y educativos, elsubdesarrollo, las dificultades para accederal empleo, la necesidad de supervivencia y,sólo en el peor de los casos, la delincuencia.Debido al encuadre de las pateras, no solíahaber una referencia directa a la delincuen-cia, pero sí indirecta:

H�(�) Creo que estos inmigrantes deberían lle-gar con un visado de trabajo como en otros paí-ses ¿no? No se puede permitir lo que estamosviendo� no se puede permitir lo que estamosviendo en nuestras calles, una serie de inmi-grantes vagabundeando para ver si encuentranun trabajo que no muy a largo plazo puededesembocar en una forma de vida delictiva. Noquiero decir con esto que los inmigrantes seandelincuentes. Pero evidentemente, si no tienennada que perder y necesitan algo que llevarse ala boca� pues no van a dudar en robar en unsupermercado por ejemplo. Entonces el proble-ma es que como son inmigrantes y son ilegales no

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se les puede hacer nada, no hay ningún tipo depersecución policial. Es una especie de limbo enel que la gente se pasea...

Hombre de 48 años, clase media, 13/11/06

Evidentemente, esta no era la tónica domi-nante del discurso de nuestros entrevistados.Tuvieran una u otra posición social, nos en-contrábamos con un discurso más impregna-do por sentimientos de tolerancia y solidari-dad para con los inmigrantes que de rechazoo exclusión. Sin embargo, era normal escu-char razonamientos similares al del párrafo

anterior, que vinculaban de forma lógica losconceptos de inmigración y delincuencia. Unatipología argumentativa que parecía apuntara la existencia de una categoría fundamentalde orden cognoscitivo que esbozaba la imagenestigmatizada del inmigrante presente en laopinión pública, y que emergía generalmentede un modo más sutil (sobre todo en las clasesaltas24) que en el presente caso. El esquemalógico-argumental en torno a la imagen men-tal del inmigrante que proyectaba el autor deeste párrafo se podría descomponer analítica-mente en las siguientes dimensiones:

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Es decir, cada casillero de la tabla comple-ta un peldaño en el desarrollo discursivo de laimagen mental del inmigrante, así, cada unode los escalones sería consecuencia lógica delanterior (según el relato del entrevistado): 1)el no tener documentos; 2) dificultaría elencontrar trabajo; 3) lo que llevaría a lapobreza; 4) por consiguiente, a la necesidad(hambre); 5) y a la supervivencia como res-puesta vital; 6) lo que desembocaría en una«forma de vida delictiva»; 7) que, en últimotérmino, representaría un problema paraNosotros. De este modo, aunque este tipo dediscurso negativo representaba la excepcióny no la regla, dicha excepción nos estaba des-

cribiendo de forma manifiesta algunas de lasdimensiones latentes en el conjunto discursi-vo y que, a menudo, se encontraban enmasca-radas en un discurso políticamente correcto.Así, aunque raramente se hacían referenciasal estigma de raza (al color de la piel) delinmigrante, podíamos localizar en el discursomuchas otras dimensiones conceptuales quecompletaban la imagen representada en los

24 Mientras que los informantes de posición más bajasolían mostrar discursos más abiertos (o mejor dicho,menos elaborados) a la hora de expresar una opiniónnegativa hacia la llegada de inmigrantes, los de posicio-nes más alta mostraban un discurso más moderado.

medios de comunicación (ilegalidad, pobreza,hambre, paro, necesidad, etc.). De esta mane-ra, los inmigrantes más visibles en los medios�ya fuera por sus rasgos fenotípicos y/o por sumenor posición social� seguían siendo defini-dos por los autóctonos como los actores realeso potenciales del problema de la inmigración.Esto es, para los autóctonos los inmigranteseran aquellas personas que los mediosdefinían como tales25.

En este sentido, los medios de comunica-ción mediante una persistente labor deencuadre del inmigrante de la clase más baja,contribuyen a (re)producir de la estigmatiza-ción de éste. Por un lado, los medios, utilizanla visibilidad del inmigrante como una formaespecífica de informar sobre el fenómeno dela inmigración. Pero, por otro lado, acrecien-tan la visibilidad de dicha imagen en socie-dad mediante la continua repetición de carac-terísticas desacreditadoras que son asociadasa la condición del inmigrante. En definitiva,aquellas características que componen elestigma como un conjunto de rasgos deni-grantes rechazados desde la normalidadsocial.

Efectivamente, en el discurso de las entre-vistas y los grupos, podíamos apreciar que losinmigrantes que más se ajustaban a la ima-gen de la inmigración representada en losmedios eran los que encontraban más proble-mas de integración. De hecho, eran los queencajaban en el estereotipo: rasgos étnicos,clase baja, etc. Al contrario, eran los inmi-grantes de las clases más altas los que sesentían más integrados al entorno de los nati-

vos26. Además, incluso aunque estos exhibie-ran rasgos étnicos visibles su condición declase les permitía escapar al estereotipomediático a pesar de exhibir su etnicidad.Evidentemente, tenían un mayor conoci-miento de la cultura del país receptor (domi-nio de la lengua nativa, conocimiento de lascostumbres...). Un fenómeno que ya se ha evi-denciado en otras investigaciones (Portes andBach, 1985; citado en Portes and Rumbaut,2006).

En definitiva, aunque los medios de comu-nicación no suelen definir �de un modo mani-fiesto� la inmigración como un colectivoestigmatizado socialmente, encontramos queexiste una permanente vinculación de lainmigración con encuadres (o marcos de refe-rencia) que exhiben características social-mente desacreditadas o potencialmente desa-creditadoras. Asimismo, aunque a nivelmediático el inmigrante no sea estigmatizadopor su condición racial, se encuentra retrata-do en una posición desacreditada en cuantoque es una persona portadora de característi-cas no deseadas en el marco de nuestra cultu-ra. Por lo general, el inmigrante representa-do: procede de un país subdesarrollado anivel económico y político (regímenes dictato-riales), se encuentra en una situación irregu-

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25 Era sumamente representativo el hecho de quelos autóctonos hablaran de inmigrantes para referirse a lainmigración problemática relatada en los medios y deextranjeros para hacer referencia a aquellas personasque venían de fuera, pero que no eran definidos comoinmigrantes. Así, por ejemplo, mientras que un subsaha-riano era automáticamente categorizado como inmi-grante, un norteamericano no encajaba dentro de dichacategoría (en todo caso en la de extranjero).

26 En efecto, se podría decir que el GD9 (inmigran-tes de posición media-alta) resultó uno de los gruposmás atípicos por el hecho de que los informantes nocuadraban con la representación mediática de la reali-dad inmigratoria de nuestro país, al contrario que elGD7 (inmigrantes visibles de clase baja). Los informantesdel GD9 no llegaban a experimentar experiencias derechazo, por lo que tampoco tenían la misma percep-ción del fenómeno que el GD8 (inmigrantes de clasebaja y poco visibles), y mucho menos la del GD7 (que seautopercibía como el grupo peor tratado, tanto a nivelmediático como en la vida cotidiana). En efecto, los par-ticipantes del GD9 ni habían llegado en pateras, ni des-nutridos, ni arriesgando sus vidas y tampoco exhibíanrasgos étnicos. Algunos estaban aquí porque el país leshabía gustado, otros porque era el país de sus respecti-vas parejas. Tenían estudios superiores y trabajos quemuchos españoles podrían envidiar. Nada más lejos dela realidad presentada en los medios de comunicación.

lar, está desempleado o en situación de pobre-za, tiene un bajo nivel formativo, posee otracultura, etc. En este sentido, incluso suponien-do que el inmigrante no sea directamenterechazado por su estigma racial, puede serloindirectamente por cualquier otro aspecto quecomplemente el conjunto de atributos desacre-ditadores que lo definen fuera de los cauces dela normalidad imperante. De ahí la gran difi-cultad de los inmigrantes más visibles paraescapar del encuadre negativo y/o problemáti-co desde el que son definidos y evaluados.

3.3. El estigma de la inmigración comosímbolo de exclusión social y surelación con el «nuevo» racismo

El estigma, como símbolo desacreditador yfuente de discriminación social, trae a cola-ción el tema del racismo o, más correctamen-te, del «nuevo» racismo. En efecto, en nues-tros días, el «racismo a la vieja usanza» basa-do en diferencias biológicas, ha dado paso a loque se ha venido a denominar nuevo racismo.Así, resulta más frecuente oír hablar de:«racismo simbólico» (Sears y Kinder, 1971);«racismo moderno» (McConahay, 1976);«racismo diferencialista» (Taguieff, 1978,1982); «prejuicio sutil» (Meertens y Petti-grew, 1993); «racismo latente» (Pérez, 1993);«racismo aversivo» (Dovidio y Gaertner,1986); «discriminación Inversa» (Dutton,1976); «racismo regresivo» (Rogers y Prenti-ce-Dunn, 1981); «racismo institucional» (Pet-tigrew, 1986); «etnicismo» (Essed, 1991);«meta-racismo» (Wilson, 1996); etc. Unaamalgama conceptual que confirma la exis-tencia de un cambio en la forma clásica deentender el racismo. Como afirman Solomosy Back, «hay una gran evidencia de que losdiscursos raciales están usando cada vez másun lenguaje social y cultural para justificarsus argumentos, pero la búsqueda de unadefinición uniforme para el nuevo racismo haresultado imposible, y de nuevo ha enfatizadola naturaleza resbaladiza del racismo con-temporáneo» (1996: 213).

El racismo clásico que tomaba la diferen-cia racial como argumento sobre el quecimentar el rechazo hacia los Otros, aunquecontinúa existiendo en nuestros días, ha deja-do paso a un «nuevo» racismo que sitúa suénfasis en las diferencias étnicas y cultura-les27. Además se caracteriza por la negaciónsistemática del problema (�no es un problemade racismo, sino de delincuencia�28) y por sunaturaleza contradictoria («no soy racista,pero si me cruzo con un árabe me entra unasensación de que no estoy del todo a salvo»,entrevista a mujer de 50 años, 16 de noviem-bre de 2006). De ahí que sea un racismomucho más difícil de definir, puesto que vamás allá de la discriminación abierta.

En efecto, en el contexto democrático actualde los países occidentales resulta insosteniblehablar públicamente de diferencias raciales anivel biológico. El racismo manifiesto es san-cionado como práctica social. De ahí que, por logeneral, a la hora de hacer referencia a lainmigración, se procure hablar en términos«políticamente correctos» (aunque no siemprese consiga). Lo que tampoco quiere decir que elracismo no exista o haya desaparecido denuestras sociedades sólo que, frente al discur-so racista más clásico y manifiesto, en laactualidad asistimos al surgimiento de nuevasformas de racismo las cuales se hallan carac-terizadas por un discurso más elaborado �encuanto que pierde su carácter primario, suespontaneidad�. Por supuesto, las actitudesde rechazo y discriminación hacia la inmigra-ción siguen existiendo, sólo que han adoptadoun carácter más simbólico y sutil (lo que nosdificulta la percepción de las mismas y, portanto, su medición).

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27 Un fenómeno que como indica CACHÓN (2005:237), «no es tan nuevo como pudiera parecer», ya queanteriormente ya se habían dado formas de discrimina-ción basadas en diferencias culturales, como en el casodel antisemitismo.

28 El 22 de enero de 2007 el diario El País presentabaeste titular referido a las reyertas de Alcorcón del fin desemana previo. El titular hacía referencia a las proclamasde grupos de jóvenes para hacer referencia al problemade las bandas latinas en Alcorcón.

Como señalaba una informante de origencolombiano en uno de los grupos de discusión(GD7):

MC�(�) muchas veces para una persona hacer-te daño no tiene que dar un puñetazo, es por lamanera como te miran o que tú te acercas y sequitan. Se echan para otro sitio� todas esascosas te hacen daño y eso se ve en muchos sitios,en muchos sitios... te miran...

Mujer de 47 años, nacionalidad colombiana,empleada de la limpieza (03/05/07).

Un trato indirectamente discriminatorioque, en ocasiones, era admitido por los pro-pios autóctonos. En este caso, referido acomentarios despectivos que se perciben en elentorno más cotidiano:

M�Hombre, pues, en el día a día, lo oyes, (�), nohace falta que alguien le dé una paliza a otro,que no hace falta que te enteres de que un nazi hapegado a un negro, si no que los comentarios�yo creo que la gente lo dice todo, que les danmuchas ayudas, que nos quitan el trabajo, o��¡qué bien viven éstos!�.

Mujer de 26 años, educadora social (14/11/06).

En este sentido, se podría decir que losmedios de comunicación (concretamente losinformativos), además de fomentar las acti-tudes contrarias hacia la inmigración me-diante una representación estereotípica delfenómeno, contribuyen a mantener la correc-ción política a la hora de hacer referencia adicho fenómeno. Ya que, en las sociedadesactuales, son estos los que �en cierto modo�proyectan el estado de opinión, así como lasposibles opciones opináticas que pueda adop-tar el público en un momento determinado(Noelle-Neumann, 1995). Asimismo, pode-mos esperar que sea el clima de opinión domi-nante el que marque la tendencia a la hora deexpresar actitudes contrarias o favorableshacia el fenómeno de la inmigración29. En

cierto modo, aunque tampoco podamoshablar de la existencia de una relación mono-causal en el proceso de recepción de informa-ción, los medios de comunicación definen loslímites de qué se puede decir y/o hacer públi-camente sin peligro a ser rechazado. De ahíque podamos afirmar que los medios decomunicación, como reproductores de la opi-nión mayoritaria, contribuyen a la ocultacióndel racismo hacia la inmigración tras una ter-minología políticamente correcta que, gene-ralmente, sigue denotando la existencia deotros tipos de estigmas de «posición de clase»(desempleo, pobreza, bajo nivel educativo...).Como señala Goffman:

«Son bien conocidas las actitudes que nosotros,los normales adoptamos hacia una persona queposee un estigma, y las medidas que tomamosrespecto a ella, ya que son precisamente estasrespuestas las que la benevolente acción socialintenta suavizar y mejorar. Creemos, por defini-ción, desde luego, que la persona que tiene unestigma no es totalmente humana. Valiéndonosde este supuesto practicamos diversos tipos dediscriminación, mediante el cual reducimos enla práctica, aunque a menudo sin pensarlo, susposibilidades de vida. Construimos una teoríadel estigma, una ideología para explicar su infe-rioridad y dar cuenta del peligro que representaesa persona, racionalizando a veces una animo-sidad que se basa en otras diferencias, como, porejemplo, la de la clase social». (1963: 15).

Así, como venimos diciendo, aunque �porlo general� a la hora de hablar de inmigra-ción el estigma racial no sea públicamenteevaluado, debido al propio miedo de los acto-res sociales a ser sancionados, siempreencontraremos algún tipo de elemento dentrodel encuadre mediático que nos permitiráidentificar al inmigrante (por ejemplo, suidentidad étnica u origen geográfico) y, por lo

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29 Un hecho que se puede apreciar en las fluctua-ciones de las encuestas de opinión sobre actitudes haciala inmigración. Encuestas que siempre sufren los cam-bios cualitativos y cuantitativos en las informaciones de

los distintos medios. De ahí que en los momentos en losque la inmigración se vuelve el tema prioritario de laagenda política y de los medios (como en el caso de la�crisis de las Canarias) las actitudes contrarias haciadicho fenómeno experimenten notables repuntes en lasencuestas de opinión (para más información ver: CEA

D�ANCONA, 2007).

tanto, definirlo al fuera de la normalidadsocial dominante (habitualmente, haciendoreferencia a: su condición ilegal, a su falta derecursos económicos o formativos, diferentecultura o religión, a su vinculación con activi-dades desviadas, etc.). De hecho, gran partede la información sobre inmigración transmi-tida por los medios de comunicación hacereferencia a medidas de control y regulaciónde la entrada de inmigrantes ilegales al país,sobre la conflictividad o los problemas queestos causan, la delincuencia y la marginali-dad social. Una imagen de la inmigraciónque, más que integrar, contribuye a la(re)producción de sentimientos contrariosque fomentan el rebrote de actitudes racistasy xenófobas hacia dicho fenómeno. Comomuestran recientes investigaciones, un fenó-meno que explica el hecho de que en los últi-mos años hayamos asistido a un progresivoaumento del rechazo hacia el inmigrante(Cea D�Ancona, 2004).

En definitiva, aunque los medios de comu-nicación españoles no emitan un discursoabiertamente xenófobo, como ocurre en otrospaíses del contexto europeo30, sí que podemosencontrar elementos de carácter simbólico olatente que definen la imagen estigmatizadadel inmigrante y que, de un modo indirecto,continúan fomentando las prácticas de exclu-sión y discriminación hacia la inmigración.

4. CONCLUSIONES

A lo largo de este breve análisis se ha pues-to de manifiesto la reciente actualidad de lasideas de Erving Goffman y la utilidad del lasmismas de cara a la comprensión del procesode construcción de la realidad llevado a cabopor los medios de comunicación. Así, se haintentado exponer el modo en el que los

medios de representan la realidad de la inmi-gración, así como el impacto negativo queesta representación tiene en la práctica coti-diana. En este sentido, el fin de estas páginasera sólo ofrecer al lector algunas de las clavesque explican la persistencia del racismo y laxenofobia en las sociedades actuales (y, enconcreto, en España). Indudablemente, debe-mos tener en cuenta que es muy difícil �eincluso arriesgado� llegar a la conclusión deque los medios son racistas o xenófobos paracon la inmigración, ya que en nuestra socie-dad «nadie» es racista ni xenófobo. En efecto,como hemos podido apreciar la sutileza de lasformas de discriminación actuales van másallá del rechazo abierto del pasado.

Sin embargo, aunque no podamos tachar alos medios de comunicación de responsablesdel mantenimiento de las prácticas de exclu-sión hacia los inmigrantes �ya que en el fon-do sólo son los portadores del mensaje de lasélites sociales�, no podemos eludir la respon-sabilidad de estos a la hora de definir negati-va y/o problemáticamente el fenómeno inmi-gratorio actual. Así, a pesar de transmitir undiscurso (de dominación histórica) que yaestá implantado en las raíces de nuestro ima-ginario colectivo, debemos tener en cuentaque los medios son, en gran medida, el ejesobre el cual este discurso se articula en lassociedades modernas. De ahí que debamosadmitir el importante papel que estos desem-peñan a la hora de estigmatizar la inmigra-ción como colectivo, sobre todo a la más visi-ble. Una estigmatización del inmigrante que,como hemos podido apreciar, se percibe en losdiscursos más cotidianos de la calle y que seencuentra íntimamente asociada a la imagenmediática de la inmigración (en concreto, a laimagen de los inmigrantes económicos).

Ahora bien, partiendo de la propia capaci-dad de los medios para construir la realidad,conviene hacer referencia a las posibilidadesde estos de cara a la extinción del racismo y laxenofobia de nuestras sociedades. Efectiva-mente, del mismo modo que los medios decomunicación tienen capacidad para acrecen-

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30 En otros países del contexto europeo sí que se hanencontrado evidencias más claras de rechazo hacia lainmigración. Por ejemplo, en los tabloides del ReinoUnido (ver van Dijk, 2003).

tar los problemas, también pueden favorecerla erradicación o minimización de estos. Asi-mismo, al igual que pueden incrementar lossentimientos de rechazo hacia los inmigran-tes, también pueden fomentar los sentimien-tos de tolerancia y aceptación mediante untratamiento positivo (Calvo Buezas, 1996). Eneste sentido, se hace manifiesta la necesidadde una ética mediática que permita y favorez-ca un tratamiento más cuidadoso de la inmi-gración como grupo en riesgo de exclusión. Endefinitiva, una ética que sitúe su énfasis en laobjetividad e imparcialidad de las distintasinformaciones y que no asuma la noticia comoun mero producto de mercado que se puedevender o comprar. Tal vez mucho pedir parauna sociedad en la que su sistema productivocuenta más que las mismas personas.

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RESUMEN Este texto analiza la representación de la inmigración de los medios de comunicación es-pañoles en relación al surgimiento de actitudes contrarias a la inmigración. Partiendodesde una perspectiva constructivista, se examina el discurso de los medios de comunica-ción y su influencia en los discursos cotidianos como factor explicativo de la persistenciade la xenofobia y el racismo en sociedad. Tomando como referente teórico las conceptuali-zaciones de marco (frame) y estigma de Erving Goffman �clásicas, pero de suma actuali-dad�, trataremos de analizar el papel que juega el encuadre noticioso de los medios a lahora de estigmatizar la realidad de la inmigración. Para llevar a cabo este objetivo se em-plearán datos de diversas fuentes. Por un lado, emplearemos entrevistas en profundidady grupos de discusión pertenecientes al trabajo de cualitativo del proyecto MEXEES (CeaD�Ancona, Mª A., Valles, M. y Álvarez, J., 2006-2008). Por otro, se incluirán algunas refe-rencias a noticias aparecidas en los medios de comunicación que fijarían el contexto noti-cioso del momento y acabarían marcando el discurso de los informantes hacia la inmigra-ción.

Palabras clave: Inmigración; Medios de Comunicación; Encuadre noticioso; Estigma;Racismo.