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Personajes Sócrates: (470-399 a.C.) es el personaje principal del diálogo, fue maestro de Platón y creador del método denominado mayéutica (o arte de "alumbrar" los espíritus) por el que lograba que sus interlocutores descubrieran la verdad a partir de ellos mismos. Sócrates era bajo, de nariz ancha, feo, pobre y casado con Jantipa, una mujer de reconocido mal genio, con la que tuvo tres hijos. Céfalo: fue hijo de Lisanias y actual padre de Lisias, Polemarco y Eutidemo. Céfalo es un hombre de edad que se dedica al comercio y tiene un muy buen pasar económico. Interviene solamente en el Libro I elogiando la ancianidad e introduciendo la concepción comercial de justicia por la cual consiste sencillamente en <decir la verdad y devolver lo que a uno se le prestó>. Céfalo muere probablemente en el 429 a.C. Lisias: (459-380 a.C.), orador nacido en Atenas. A la edad de 15 años decidió estudiar retórica. En el año 404 a.C., los Treinta Tiranos que entonces controlaban la ciudad privaron a Lisias y a su hermano Polemarco de todas sus posesiones. Cuando mataron a Polemarco, Lisias huyó a una población vecina. Regresó a Atenas en el año 403 a.C., tras la derrota de los Treinta Tiranos y el restablecimiento del gobierno democrático. Emprendió entonces acciones legales contra el responsable de la muerte de su hermano. Lisias se ganó la vida escribiendo discursos para los litigantes y continuó con los negocios de su padre. Se cree que Lisias no contó con la simpatía de Platón. Polemarco: aficionado a la filosofía y a la política. Recibió muerte por defender los ideales de la democracia bajo el gobierno de los Treinta Tiranos (donde Platón tenia familiares en el poder). Su participación es visible en el Libro I donde introduce la idea de justicia de los poetas como Simónides; <hacer bien a los amigos y mal a los enemigos>. También se la puede catalogar como una concepción de la justicia en tiempos de guerra. Eutidemo: poco se conoce sobre el tercer hijo de Céfalo, quien no debe ser confundido con Eutidemo, hijo de Diocles (fiel admirador de Sócrates).

La Republica Platon

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PersonajesScrates: (470-399 a.C.) es el personaje principal del dilogo, fue maestro de Platn y creador del mtodo denominado mayutica (o arte de "alumbrar" los espritus) por el que lograba que sus interlocutores descubrieran la verdad a partir de ellos mismos. Scrates era bajo, de nariz ancha, feo, pobre y casado con Jantipa, una mujer de reconocido mal genio, con la que tuvo tres hijos.Cfalo: fue hijo de Lisanias y actual padre de Lisias, Polemarco y Eutidemo. Cfalo es un hombre de edad que se dedica al comercio y tiene un muy buen pasar econmico. Interviene solamente en el Libro I elogiando la ancianidad e introduciendo la concepcin comercial de justicia por la cual consiste sencillamente en . Cfalo muere probablemente en el 429 a.C.Lisias: (459-380 a.C.), orador nacido en Atenas. A la edad de 15 aos decidi estudiar retrica. En el ao 404 a.C., los Treinta Tiranos que entonces controlaban la ciudad privaron a Lisias y a su hermano Polemarco de todas sus posesiones. Cuando mataron a Polemarco, Lisias huy a una poblacin vecina. Regres a Atenas en el ao 403 a.C., tras la derrota de los Treinta Tiranos y el restablecimiento del gobierno democrtico. Emprendi entonces acciones legales contra el responsable de la muerte de su hermano. Lisias se gan la vida escribiendo discursos para los litigantes y continu con los negocios de su padre.Se cree que Lisias no cont con la simpata de Platn.Polemarco: aficionado a la filosofa y a la poltica. Recibi muerte por defender los ideales de la democracia bajo el gobierno de los Treinta Tiranos (donde Platn tenia familiares en el poder). Su participacin es visible en el Libro I donde introduce la idea de justicia de los poetas como Simnides; . Tambin se la puede catalogar como una concepcin de la justicia en tiempos de guerra.Eutidemo: poco se conoce sobre el tercer hijo de Cfalo, quien no debe ser confundido con Eutidemo, hijo de Diocles (fiel admirador de Scrates).Trasmaco: Sofista y orador. Lo poltico y lo moral solo le preocupaba incidentalmente. Este pensador posea mltiples cualidades y tena conocimientos muy firmes. Trasmaco interviene en el Libro I alegando que la justicia es y entabla una analoga entre el hombre justo (que siempre le va mal) y el hombre injusto (que saca provecho de la situacin), agregando que los que reprochan la justicia no lo hacen por miedo de cometerla, sino por temor a sufrirla. Junto a l aparecen dos de sus admiradores.Carmntides: discpulo de Scrates e hijo de Querstrato. Particip de la batalla de las Targelas en el 400 a.C.Clitofonte: discpulo critico de Scrates e hijo de Aristmino. Era partidario de la oligarqua moderada, actuando en los acontecimientos del 411 a.C. con el establecimiento del gobierno de los Cuatrocientos.Adimanto: su padre fue Aristn, al parecer, descendiente de los primeros reyes de Atenas, mientras que su madre, Perictione, descenda de Dropides, perteneciente a la familia del legislador del siglo VI a.C. Soln. ste era el hermano mayor de la familia de Platn.Glaucn: hijo de Aristn y Perictione y hermano menor de Platn. Glaucn era un "hombre de mundo", devoto al amor, a los animales y a la msica. A partir del libro II, ste y Adimanto se convierten en casi los nicos interlocutores de Scrates.LIBRO IIEl libro II comienza con la retirada deTrasmacode la discusin pues no soporta verse humillado en pblico por los juegos dialcticos deScrates. A continuacinGlaucnpide a Scrates que haga un anlisis serio de si lavida del justoes ms o menos feliz que la del injusto. Tambin le exige que deje a un lado las trampas sofistas para irritar a jvenes soberbios como Trasmaco. Glaucn le planteados objecionesa la idea de que lo justo es mejor en todo sentido que lo injusto:a) En primer lugar, hace una distincin queAristtelesrepetir tal cual en latica a Nicmaco. Existentres tipos de bienes o fines, los que deseamos por s mismos como la alegra o la felicidad, los que deseamos por s mismos y por lo que de ellos se genera como la comprensin, la vista y la salud, y los que siendo penosos los deseamos por los beneficios que procuran como la gimnasia, el trabajo o el tratamiento mdico. Lajusticiahabra de pertenecer a la mejor clase de fines, aquellos que slo se quieren por s mismos pero la mayora opina lo contrario: considera que la justicia pertenece al tercer tipo, es algo penoso que deseamos con vistas a obtener un salario y una buena reputacin.b) La mayora no cultiva la justicia voluntariamente sino por impotencia para cometer injusticias. Para ilustrar esta tesis Glaucn cuenta elmito del anillo de Giges, un anillo que vuelve invisibles a las personas. Qu hara la mayora si tuviese ese anillo en su poder? Respetar las normas o lo contrario? El hombre justo en nada es diferente del injusto: simplemente el justo est forzado a respetar las normas. Si tuviese el anillo y no lo utilizase para echar mano a bienes ajenos sera el hombre ms desdichado y tonto del mundo.Por ltimo afirma Glaucn que al justo que quiera realmente serlo y no slo parecerlo le ocurrirn todo tipo dedesgracias. En cambio, el injusto, que se esfuerce en parecer justo, podr conseguir todo lo que quiera.Adimanto, hermano de Glaucn, argumenta que cuando lospadresalaban la justicia, no lo hacen por s misma sino porque el parecer justo otorga buena reputacin. Tambin lospoetasafirman que la injusticia es preferible y ms ventajosa. Vergonzosa slo para la opinin y la convencin. Para colmo de males a los hombres buenos los dioses les deparan todo tipo de infortunios. En cambio los injustos pueden hacerse perdonar sus pecados mediante ofrendas.Para responder a los argumentos de Glaucn y Adimanto, Scrates elabora un plan que ha de determinar el resto del dilogo: para distinguir si la vida justa es mejor o no que la injusta no debemos leer en laletra pequeade los individuos sino investigarlo en algo mucho mayor como elEstado. Una vez que sepamos cmo es la justicia en el Estado aplicaremos lo aprendido a los individuos.Comienza, por tanto,Scratessu larga exposicin sobre el Estado. ste tiene su origen en que cada uno de nosotros es incapaz de autoabastecerse. La funcin del Estado es unir las capacidades de muchos para satisfacer las necesidades de todos: comida, vestido, vivienda Adems harn falta comerciantes, ganaderos, artesanos, asalariados Este Estado podra ofrecer a los individuos un tipo de vida muy austero pero habra justicia entre los hombres. Sin embargo, el ser humano aspira a ms: no quiere un Estado de cerdos o un Estado sano sino unEstado lujoso, con msicos, poetas, actores, empresarios, cosmtica, pedagogos, modistas, peluqueros, pasteleros, porquerizos, mdicosDesgraciadamente un Estado de este tipo quedara pronto corto de recursos as que tendra que hacer laguerraa otras ciudades para expandir su territorio. Para hacer la guerra se necesitara una clase especial de ciudadanos: losguardianes. Estos deben poseer agudeza en la percepcin, fuerza, valenta y fogosidad en el alma. Pero, siendo fieros con el enemigo, habran de ser mansos con sus vecinos. Qu tipo de hombre posee ambas cualidades a la vez? Slo aquel que a la fogosidad aade elser filsofopor naturaleza, es decir, amante de aprender. Scrates compara a los guardianes con losperros: estos tambin son filsofos, amantes de aprender, porque slo atacan al que antes les ha hecho dao y respetan a quien encuentran por primera vez. Aman, por tanto, el conocimiento.Qu educacin se requiere para criar seres de esa naturaleza, los guardianes, guerreros y filsofos?. Empezaramos con lagimnasiay lamsica. Primero, lamsica, losmitos. Pero habra que ser cuidadoso con el tipo de mitos que se cuenta a los nios. No se les deben contar mitos, aunque pertenezcan a Homero y Hesodo, donde los dioses supremos (Urano y Cronos) se comporten como autnticos salvajes parricidas. La educacin de los nios deber realizarse con mitos que cumplan dos pautas bsicas:a) presentar aDios como dispensador slo de los bienesy no de los males que afectan a la humanidad. el dios no es causa de todas las cosas sino slo de las buenasb) terminar con esa costumbre de los dioses griegos de metamorfosearse y mentir continuamente. Al Dios le corresponde laperfeccin, la inmutabilidad y la verdad.LIBRO IIIDel libro III destacara dos temas: el tipo de tratamiento mdico que Scrates recomienda para la ciudad ideal y la necesidad de borrar los versos deHomeroque no resulten suficientemente educativos. Vers que el discurso sobre laMedicinano se diferencia en nada de las polmicas tesis deNietzsche.ContinaScratesdictando las normas que deben cumplir losmitosque se cuenten a los nios que vayan a ser futurosguardianes. En primer lugar, debe eliminarse elHades, el lugar terrible al que van las almas tras la muerte. Dice literalmente que debenborrarselos versos deHomeroque traten el tema. Los guardianes, soldados al fin y al cabo, no deben temer en ningn caso morir y los versos de Homero imprimen ese miedo en los nios. Tambin deben cuidarse las caractersticas de la personalidad del hroe: le estn prohibidas quejas y lamentos, no temer perder hijos, hermanos o riquezas y ser quien ms estoicamente soporte las desgracias. Los hroes de Homero, por el contrario, se presentan muchas veces cegados por los celos, la ira, la envidia y no dejan de culpar a los dioses de su destino. As, una de las escenas ms vergonzosas de las que habla Homero es la locura deAquilestras la muerte de Patroclo: desafiando a Apolo, sacrificando cautivosTampoco se les debe permitir la risa ni la mentira. Lamentiraest restringida a mdicos y gobernantes, que pueden usarla para beneficio del paciente o del conjunto del Estado respectivamente. En las manos equivocadas la mentira puede arruinar el orden social. Los mitos deben tambin predicar entre la juventudmoderacinrespecto a las comidas, las bebidas y el sexo. Por ejemplo, no est bien que Homero cuente queZeusal ver aHerase excit de modo tal, que ni siquiera quiso llegar a su alcoba, sino que prefiri acostarse con ella sobre el piso, alegando que era presa de un deseo tal (390c) Tampoco debe mostrarse a los hroes sobornables y con apego a las riquezas. Ni tampoco los dioses pueden cometer delitos como esos secuestros o violaciones a los que era tan aficionado Zeus.Corresponde ahora sentar las reglas en cuanto a ladiccinde los discursos. Distingue Platn tres gneros literarios segn el criterio deimitacin: a) latragediay lacomediadonde se imitan las palabras y los gestos de los personajes, b) losditirambosque excluyen cualquier tipo de imitacin porque el poeta narra en tercera persona y c) lapicaque a veces ocurre en tercera persona y a veces procede por imitacin usando dilogos. A Scrates no le gustan demasiado las artes imitativas pues entiende que en el Estado cada cual ha de desempear su funcin y no intentar imitar a ningn otro. Puede, por tanto, plantearse, la eliminacin de la tragedia y la comedia. Sin embargo, no prosigue por ese camino sino que, admitiendo que en el Estado se den ese tipo de artes, se obligar a los guardianes, ya desde nios, a imitar lospersonajesque les son apropiados: valientes, moderados, piadosos, libres. De ningn modo, imitarn a mujeres, ancianas, esclavos, cobardes, locos ni malvados. Scrates prefiere que la pica sea lo menos imitativa posible. El relator ser tanto ms mediocre si se dedica a los efectos especiales imitando truenos, vientos, trompetas, flautas, perros, ovejas y pjaros .Tambin habr de regular el Estado lasarmonasyritmos, es decir, lamsica. Deben eliminarse las armonas que acompaan bien a los lamentos, las borracheras o la pereza y prohibirse el instrumento ms afn a ellas, laflauta. Slo estn autorizadas laliray lactara. Para, finalmente, distinguir los ritmos adecuados Scrates remite al musiclogo de la pocaDamn.El Estado tambin habr de vigilar lasimgenesque fabrican los artesanos e impedirles representar lo malicioso, lo intemperante, lo servil y lo indecente (401b). Para la ciudad ideal habr que buscar a los artesanos capaces de seguir las huellas de la belleza y de la gracia ( 401c) Estas imgenes absorbidas desde la ms tierna infancia conectarn a los jvenes con la Idea de Belleza.En cualquier caso, es importantsimo cuidar laeducacin musicalpues la msica es el arte que ms penetra en el interior del alma, le otorga gracia y la ayuda a distinguir la belleza y el bien.No sern msicos, ni Scrates ni los guardianes a los que pretende educar, si antes su alma no demuestra ser valiente, magnnima y temperada y capaz de reconocer las huellas de estas virtudes hasta en las cosas ms pequeas. Si estos caracteres estn presentes en un hermoso cuerpo no habr espectculo ms bello para contemplar. El verdadero msico no podr evitar amar a los hombres de este tipo. Pero elverdadero amorest relacionado con lo moderado y armonioso, y no con la demencia y la intemperancia del placer sexual. Por tanto, el Estado tendr que establecer una norma segn la cual el amante deba comportarse con el amado de un modo honesto y temperado. Termina el discurso sobre la msica donde deba hacerlo: en elamor a lo bello.Lagimnasia, junto a la msica, es el otro modo fundamental para educar a los guardianes. Pero siempre teniendo claro que un cuerpo perfecto puede poseer un alma corrupta, pero un alma bella har con su cuerpo lo mejor posible. As, por tanto, los guardianes debern abstenerse deembriagarse. En lo referente al entrenamiento no deben imitar a los atletas profesionales: dieta estricta y siempre durmiendo. Deber buscarse ms bien unasalud resistentey una gran capacidad deadaptacin, caractersticas muy tiles para la guerra. Nada de dulces, ni concubinas corintias, ni comidas de varios platos, ni recetas elaboradas. Slo carne asada. La simplicidad en la msica genera moderacin en el alma y la simplicidad en la gimnasia confiere salud al cuerpo.No existe mayor prueba de unaeducacin pblica ineficazque la necesidad generalizada de mdicos y abogados. Es vergonzoso observar cmo la mayora se enorgullece de burlar a los jueces as como muchos caen enfermos por perezosos y glotones. La medicina ideal es la que formulAsclepio. Una medicina que alarga la vida obligando al paciente a vivir atendiendo a su enfermedad y despreocupndose de la funcin que desempea en el Estado es una medicina absurda y perniciosa. Lo que Asclepio recomienda es un remedio inmediato y, si no funciona, esperar con dignidad la muerte. Si uno escarpintero, y no se cura con una pocin que le haga vomitar o evacuar excrementos o con un corte o una cauterizacin, debe volver a su oficio y curarse trabajando o morir. Si uno es rico su funcin es practicar la virtud pero si se pasa la vida atendiendo a sus enfermedades nunca podr alcanzar la excelencia. Lo peor de todo es la aficin de losricosa imaginar enfermedades (cefaleas y mareos) y su mana de nunca dejar de lamentarse por el estado de su cuerpo. La mxima de Asclepio dice que no se deba curar al que no puede vivir en un perodo establecido como regular, pues eso no sera provechoso para l ni para el Estado. (407 e)Por lo tanto, un buen mdico ser aquel que haya tenido contacto con la mayor cantidad de hombres sanos y enfermos, adems de haber padecido l tambin la enfermedad. En cambio, un buen juez no debe entrar en contacto con almas perversas hasta muy tarde y debe percibir la injusticia como algo ajeno y extrao. Se dictar unaley en el Estado relativa a mdicos y jueces: los primeros atendern a los bien constituidos y dejarn morir a los mal constituidos y los segundos condenarn a muerte a todos los que tengan un alma perversa incurable.Combinandogimnasia y msicase imprimir valenta y moderacin en el alma de los jvenes. Si slo se usara la gimnasia se volveran crueles y violentos y si slo se aplicara la msica caeran en la sensiblera y la cobarda.Termina aqu el tema de laeducacinde los nios que en el futuro habrn de ser guardianes. Se han visto las reglas que han de cumplir los mitos que escuchen en la infancia, la necesidad de combinar msica y gimnasia en su educacin y las leyes relativas a mdicos y jueces.Scrates pasa ahora a determinar quin debe gobernar. Y su respuesta es clara: los mejores guardianes, aquellos capaces de poner siempre al Estado por encima de sus necesidades y deseos. Para identificarlos se los someter a pruebas y engaos desde nios de modo que sean tentados a olvidar que lo primero es el grupo y luego el individuo. Debajo de los gobernantes, estarn los guardianes y, por ltimo, los artesanos y labradores. Para justificar este orden social Platn se apoya en elmito de las clases.Segn este el dios hizo tres clases de hombres poniendo oro en los gobernantes, plata en los guardianes y hierro y bronce en los trabajadores. Es fundamental para el orden del Estado que los individuos se emparejen slo con otros de su misma clase. Si alguno demostrara no estar a la altura de la clase social en que ha nacido debe ser rebajado y tambin lo contrario: si algn hijo de labradores demuestra las aptitudes necesarias para ser guardin debe ser ascendido.Es necesario evitar que los guardias se comporten con su rebao como lobos en lugar de perros pastores. Para que se preocupen del bien general y no del suyo propio, Platn les prohbe los bienes privados y les obliga a las comidas en comn.LIBRO IVEl tema ms conocido del libro IV es la divisin que hace Platn de laspartes del alma. Adems, Scrates termina de proponer las normas que deben regir la vida de los guardianes en la ciudad ideal.El libro IV comienza con una objecin deAdimantoque se repetir en trminos parecidos en el libro VII: al obligar a los gobernantes a prescindir de cualquier tipo depropiedad privadaparece que queramos hacer de ellos los ms infelices.Scratesle responde que el objetivo de fundar el Estado no es que una sola clase sea feliz sino que lo sea el conjunto de la sociedad. Cada clase social tiene su funcin y la de los gobernantes es la principal. Es necesario evitar por todos los medios que se corrompan pues si eso sucede en el Estado reinar la peor de las injusticias. Por eso hay que alejarlos de las riquezas.Sobrela riqueza y la pobrezael razonamiento de Scrates es el siguiente: no debe haber en el Estado sano ni ciudadanos muy ricos, pues dejarn de trabajar, ni muy pobres, pues no podrn fabricar o producir adecuadamente. La riqueza y la pobreza han de mantenerse fuera del Estado. Adimanto le pregunta a Scrates si un Estado que no ha acumulado riquezas ser capaz de defenderse de los ataques de otros Estados. Scrates responde que sus guardianes son los mejor preparados para la guerra.Adems, a los dems Estados ni siquiera se les puede dar ese nombre pues les falta unidad. Son dos: el Estado de los pobres y el de los ricos. Siempre se puede pactar con los pobres para que despojen a los ricos pues en el Estado sano no se necesita oro ni plata. Piensas que quienes escucharan esto elegiran combatir contra perros firmes y flacos antes que junto a los perros contra corderos tiernos y gordos? 422e Los guardianes deben procurar siempre que el Estado sano no crezca ms all de sus lmites para que sea siempreuno y autosuficiente.Otra de las tareas que tienen los guardianes es que si uno de sushijosno resulta capaz para la clase en que ha nacido debe ser relegado a una clase inferior. Y si de otros nace uno superior ser entregado a los guardianes. Pero aun siendo esta una tarea dura no ser tan difcil como su educacin y esto significa mantenerintactasla gimnasia y la msica ya previstas. Si estas se mantienen, el orden se instalar en las almas de los nios y las pequeas cosas saldrn con naturalidad: callar frente a los ancianos, cederles el asiento, el cuidado de su cuerpoDeben los guardianes legislar sobre los asuntos que se tratan en el gora, cuestiones judiciales tales como asaltos, injurias, derechos de compra, vigilancia de las calles? No en un Estado sano: la gente bien formada descubrir con naturalidad la solucin a tales asuntos. Sin embargo, hay Estados enfermos que creen que van a alcanzar la perfeccinlegislndolo todo. Son como esos enfermos que toman ms y ms medicamentos pero no son capaces de renunciar al tipo de vida que est en el origen de su enfermedad. Legislando sobre minucias no se consigue un mejor Estado pues es como intentar cortar las cabezas de la Hidra.Por ltimo se plantea qu tipo dereligintendr este nuevo Estado. Scrates, en este caso, asume el criterio del exgeta de Atenas que es lo mismo que admitir a Apolo como divinidad suprema.Una vez establecidas todas las normas para la fundacin del Estado,Scratesrecuerda aGlaucnyAdimanto, el plan original esbozado en el libro II, ahora columbremos dnde existe la justicia y dnde la injusticia, y en qu se diferencia una de otra, y cul de las dos debe adquirir el que haya de ser feliz (427d) El Estado sano es por completo bueno y esto significa que essabio,valiente,moderadoyjusto. Si queremos averiguar lo que es la justicia debemos aclarar primero que significan las otras tres virtudes. El Estado poseesabiduragracias al conocimiento de la lite de los guardianes perfectos. Habrvalentaen el Estado si una parte de l es capaz de conservar la opinin correcta acerca de qu cosas son temibles y cules no, independientemente de los placeres, los dolores o el paso del tiempo, cosas todas que puedan afectar a esas creencias. Es decir, el guerrero habr de mantener siempre, sean cuales sean las circunstancias, la conviccin de que la muerte no entra dentro de las cosas temibles. Y, por ltimo, se dir que haymoderacinen el Estado del mismo modo en que se habla del individuo: si alguien moderado es aquel en el que lo racional domina lo apetitivo entonces un Estado moderado es aquel en el que la parte racional, la lite de los guardianes, se impone sobre los apetitos que habitan en la multitud de gente mediocre. Obsrvese que la sabidura y la valenta pertenecen a una clase del Estado mientras que la moderacin se extiende sobre todo el cuerpo social, es unaarmonaentre lo peor y lo mejor en cuanto a quin debe gobernar. Aclaradas la sabidura, la valenta y la moderacin qu es la justicia? Y Scrates dice que no la han visto porque la han tenido todo el tiempo justo delante.Justiciaes quecada uno dentro del Estado cumpla su funcin lo mejor posible. Injusticia es la dispersin y el intercambio de tareas dentro del Estado.Apliquemos ahora al individuo lo dicho sobre el Estado. En primer lugar, Scrates demuestra que existentres partes del alma: la racional, la fogosa y la apetitiva. La demostracin es simple: una sola cosa (el alma) no puede querer cosas contradictorias. La lujuria corresponde a la parte apetitiva y la sed de violencia a la parte fogosa pero la renuncia a ellas no puede atribuirse a la misma parte del alma sino a otra, la racional. As, la justicia en el individuo consistir en que cada parte del alma haga lo suyo. Al raciocionio corresponde mandar y a la fogosidad ser servidor y aliado de aquel. (421e) Y estas dos partes del alma gobernarn sobre lo apetitivo, siempre vido de placeres y riquezas. Funcionando de este modo el alma desprender unaarmona musical. La injusticia, al contrario, consistir en la sublevacin de una de las partes contra el conjunto del alma, reinando la violencia o inmoderacin.Lasaludy labellezason consecuencia de obrar conjusticia. Laenfermedady lafealdad, fruto de lainjusticia. Es, por tanto,ms ventajoso obrar con justiciapues sera absurdo decir que lo mejor para el cuerpo es corromperlo con todo tipo de placeres.Una vez llegados a este punto Scrates propone investigar cuntos tipos decorrupcin del Estadopueden darse. Slo uno, el descrito hasta ahora, es el gobierno perfecto. Puede llamarse monarqua o aristocracia. Hay adems otros cuatro modos corruptos de gobierno y de funcionamiento del alma.LIBRO VIIIEl libro VIII deRepblicaes un ejemplo de la maestra de Platn como narrador de historias y forjador demitos. Expone el origen y caractersticas de los diferentes sistemas polticos usando relatos esquemticos, giles, entretenidos y repletos de significado. El enemigo a batir es lademocracia, descrita por Platn como el sistema poltico ms bello a ojos de los ms necios. Muchas de las crticas que lanza contra la democracia se escuchan habitualmente hoy da. Por ejemplo, estoy seguro de que alguna vez habrs odo algo parecido a este discurso sobre la educacin:Por ejemplo, que el padre se acostumbra a que el nio sea su semejante, y a temer a los hijos, y el hijo a ser semejante al padre y a no respetar ni temer a sus progenitores, a fin de ser efectivamente libre; el meteco es igualado al ciudadano, el ciudadano al meteco y del mismo modo el extranjero.As sucede, en efecto.Sucede eso y otras menudencias como las siguientes: en semejante Estado el maestro teme y adula a los alumnos y los alumnos hacen caso omiso de los maestros, as como de su preceptores; y en general los jvenes hacen lo mismo que los adultos y rivalizan con ellos en palabras y acciones; y los mayores, para complacerlos, rebosan de jocosidad y afn de hacer bromas, imitando a los jvenes, para no parecer antipticos y mandones.

Comienza el libro VIII cuando Glaucn repasa las conclusiones sobre el Estado ideal a las que haba llegado Scrates en captulos anteriores. Qued establecido que el Estado mejor era laaristocracia de reyes filsofoscon las siguientes caractersticas: comunidad de mujeres e hijos, educacin ntegra comn, reyes que se hayan acreditado como los mejores en la filosofa y en la guerra, guardianes que no tengan nada privado sino todo en comn y reciban del pueblo slo su alimento a modo de salario.A un Estado excelente como este le corresponde adems un modelo de hombre tambin excelente. Todas las dems formas de gobierno son deficientes. Glaucn pregunta a Scrates cules son esas constituciones imperfectas y qu modelos de hombre les corresponden. Esos regmenes imperfectos son latimocracia, tpica de Creta y Esparta, laoligarqua, lademocraciay latirana.Ahora bien, cmo degenera el sistema poltico perfecto, la aristocracia de reyes-filsofos, en timocracia y dems sistemas polticos corruptos? Scrates utiliza el mito para responder. Es el conocidodiscurso de las Musas. Existe un nmero perfecto que seala la fecha en que los movimientos circulares de los astros son ms propicios para la reproduccin de la especie humana. Al principio los gobernantes respetarn este nmero pero lo irn olvidando con el tiempo y casarn a las doncellas con mancebos en momentos no propicios, y nacern nios no favorecidos por la naturaleza ni por la fortuna. (546d) Estos gobernantes menos capacitados empezarn por descuidar a las Musas en la educacin y luego a la gimnasia. La educacin deficiente impedir a los guardianes reconocer lasdiferencias entre las razasy comenzar lamezclaque es el origen del caos social.El primer rgimen derivado de la ciudad perfecta es latimocracia. Carece de gobernantes sabios que son sustituidos por otros ms fogosos y ms simples. Estos no pueden ms que llevar al pas a unaguerrapermanente adems de inclinarse hacia las riquezas y los placeres en lugar de la filosofa y la msica. Su deseo ms arraigado ser el de imponerse y ser venerado. El tipo de hombre que corresponde a este sistema poltico ser feroz con los esclavos, por no sentirse superior a ellos, gentil con los libres y sumiso con los gobernantes, amar el poder y el honor ganado en la guerra, gustar de la gimnasia y la caza, se volver codicioso con la edad y carecer de razn pues es ajeno a la msica. Elhombre timocrticose forma del siguiente modo: en un estado mal organizado y catico, su padre, un hombre sabio, prefiere huir de cargos y honores lo que conduce a su madre a criticar la apata del marido, un tonto incapaz de ganarse el reconocimiento de los dems. En su alma se entablar una lucha entre la voz de su padre, racional, y la de su madre, apetitiva y fogosa. Llegar a un compromiso y ofrecer el gobierno de s mismo al principio intermedio, la fogosidad.Tras la timocracia llega laoligarqua, un rgimen en el que mandan los ricos. La corrupcin de la timocracia se debe al amor al dinero de sus gobernantes. Con el tiempo descubrirn nuevas formas de gastarlo y corrompern las leyes para poder hacerlo.Un Estado en el que se venere al dinero despreciar la excelencia y los hombres buenos. Es evidente el fallo de este sistema: imaginemos una nave en la que se impidiera timonear al mejor piloto porque fuese pobre. Adems, es un Estado doble: pobres y ricos conspirando siempre unos contra otros. Los gobernantes sern incapaces de servirse de la multitud armada para la guerra pues desconfan ms de ella que de los enemigos. Abundarn en ese Estado hombres que no poseen nada por haberlo derrochado todo. Estos znganos podrn o bien tener aguijn o bien no tenerlo. Los que no lo tienen se convierten en mendigos y los que lo tienen en ladrones, salteadores y profanadores.La gnesis delhombre oligrquicotendra lugar del siguiente modo: ocurrir cuando el hombre timocrtico, amante del honor y el valor, se vea enfrentado a los tribunales y resulte injustamente condenado perdiendo toda su fortuna. Entonces su hijo se dar cuenta de que para mantenter la posicin social el honor es menos efectivo que el dinero. Este hombre entronizar su parte apetitiva a la que se sometern la parte racional y fogosa del alma. Es un hombre ahorrador y laborioso cuyas pasiones ms bajas no saldrn a la luz por miedo a perder su fortuna. Descuidar la educacin y los servicios pblicos como la tutela de hurfanos.A la oligarqua le sucede lademocracia, un rgimen aborrecido por Platn. La oligarqua nos ha dejado una sociedad donde habitan unos pocos ricos entregados a la acumulacin de bienes y una gran masa de pobres sin educacin alguna y sin recursos. Llegar un momento en que los pobres detecten la falta de vala de los ricos y tomen su lugar en el gobierno otorgando lasmagistraturas por sorteo. Esta costumbre ateniense es una de las pesadillas de Platn: cmo es posible adjudicar el gobierno de la sociedad como si fuese la lotera? no es evidente que habr que seleccionar para ello a los mejores? Cada cual es, en principio, libre de decir y hacer lo que le de la gana y de organizar su modo de vida tal como guste. Es en este sistema, ms que en cualquier otro, en el que se manifiesta la diversidad de los individuos. Platn sugiere que puede ser el ms bello de todos los regmenes y lo compara con unmanto multicolor de flores bordadas. Si el juicio poltico dependiese de mentes dbiles, como las de las mujeres y los nios, probablemente creeran que la democracia es efectivamente el ms bello. Tambin es el ms apto para que los individuos vivan felizmente pues nadie est obligado a tomar cargos pblicos o ir a la guerra sino que cada cual hace lo que le parece. Hasta los delincuentes y los traidores estn a gusto pues es habitual que no cumplan sus condenas.Cmo se genera elhombre democrticoa partir del oligrquico? Antes de comenzar la narracin Platn hace una distincin entre deseos necesarios e innecesarios. Los necesarios son aquellos que no podemos reprimir y que, al ser satisfechos, nos benefician. Por ejemplo, el comer y el condimento son necesarios en tanto en cuanto supongan beneficio para el cuerpo. Los innecesarios son tpicos del alma carente de educacin y perjudiciales para el cuerpo. Por ejemplo, el deseo de comidas que resultan nocivas. Lo mismo ocurre con los apetitos sexuales. El hombre oligrquico est dominado por los apetitos necesarios pues ve en los innecesarios un peligro para su economa. Sin embargo, en sus hijos se librar una batalla entre los necesarios e innecesarios en la que, en ocasiones saldrn triunfantes los ms perjudiciales. Se dejarn arrastrar por los discursos que igualan el pudor a la idiotez o el control de s mismo a la falta de virilidad o la grandeza de espritu a la prodigalidad. El hombre democrtico pone todos los placeres en pie de igualdad y vive satisfaciendo cada da el apetito que le sobreviene, algunas veces embriagndose y abandonndose al encanto de la flauta, otras bebiendo agua y adelgazando, a veces inclinndose hacia los guerreros y otras hacia los negociantes.A la democracia le sigue el peor de los sistemas polticos, latirana. La transformacin de la democracia en tirana es posible porque, tanto en el caso del individuo como del Estado, la ms salvaje esclavitud surge a partir de la ms extrema libertad. Existentres clasessociales dentro del Estado democrtico: los znganos, los ricos, pasto de los znganos, y el pueblo, que vive dolorosamente de su trabajo.El pueblo, cuando se congrega, es la clase ms poderosa en una democracia pero rara vez lo hace a no ser que le proporcione algo de riqueza. Si sus lderes se enfrentan a los ricos, para distribuir la riqueza entre la multitud, suele participar. Es habitual que los ricos se defiendan e intenten restaurar una oligarqua. El pueblo reacciona y elige de entre sus filas al ms sanguinario como lder.Este lder, alguien que gusta de entraas humanas descuartizadas entre otras de otras vctimas, necesariamente se ha de convertir enlobo, ser el tirano. Para contentar al pueblo mata y destierra, sugiere abolicin de deudas y particin de tierras. Los ricos se defienden: intentarn ejecutarlo, desterrarlo o asesinarlo a escondidas. Entonces el tirano solicitar al pueblo una custodia personal. Los ricos, al verse en minora y enemigos del pueblo, huirn cobardemente y dejarn al pueblo a merced del tirano. Este, en principio, sonre y promete, libera de deudas y reparte tierras, adopta modales amables pero al poco tiempo comenzar una guerra, subir los impuestos y obligar al pueblo a trabajar da y noche para que no conspiren contra l. Quienes no confen en su mando sern eliminados y aquellos de sus amigos que le censuren tambin. Purificar el Estado eliminando a los ms sabios, los ms valientes y los ms ricos. Vivir siempre rodeado de mediocres que le hagan sentir seguro. Normalmente los traer del extranjero. Cuando el pueblo quiera retirar su apoyo al tirano ser demasiado tarde. Este es parricida por naturaleza y no respetar al pueblo, que es su padre, y de hombres libres pasarn a ser esclavos.LIBRO IXEl libro IX deRepblicacompleta el discurso sobre los diferentes sistemas polticos llevado a cabo en el libro VIII. Faltaba examinar alhombre tirnicoy describir cmo se origina a partir del hombre democrtico. Platn expondr, por fin, lastres pruebasque demuestran que el hombre injusto es ms infeliz que el justo. Recurdese que esta cuestin haba surgido al final del libro II y se haba planteado como el objetivo ltimo del dilogo. Scrates decide que ser preferible observar la justicia y la injusticia en el Estado, en lugar de en los individuos, pues el Estado es un objeto mucho mayor y resultar ms fcil aclarar la relacin entre injusticia y felicidad. De este modo, podr responde tambin a la pregunta de si es posibleel tirano feliz,tal y como defendiTrasmacoen el libro I.Platn comienza realizando una distincin que recuerda enormemente al psicoanlisis deFreud.Distingue entre deseos necesarios,innecesariosy los que surgen durante el sueo. Los necesarios son aquellos que no podemos evitar y que al satisfacerlos son beneficiosos para el cuerpo como, por ejemplo, alimentarse. Los innecesarios son aquellos deben ser reprimidos o, de lo contrario, resultarn perjudiciales para el cuerpo. Un ejemplo de deseo innecesario son las comilonas excesivas. En cambio, los deseos que surgen durante el sueo, cuando estamos hartos de comida y vino, son sntoma de la partebestialque habita en todos nosotros y que Freud llaminconsciente. Freud crea que el nio no es la criatura inocente que todo el mundo cree sino un perverso polimorfo donde el inconsciente acta sin nada ni nadie que lo reprima. Platn, enLas leyes, es de la misma opinin al afirmar que el nio es la ms terrible de todas las bestias (808 d) y que, por tanto, necesita una supervisin especializada continua. Tpica de la edad infantil es la perversin que Platn menciona como ejemplo de fantasa bestial, acostarse con su madre, idea a la que Freud pondr nombre,Complejo de Edipo.Para evitar los deseos que surgen durante el sueo es adecuado calmar las parte fogosa y apetitiva del alma antes de ir a dormir. Platn ofrece una especie derecetas pitagricaspara hacerlo: en lugar de copiosos banquetes alimentar el cuerpo con bellos discursos y consideraciones, examinar en el lecho lo que se desconoce en las cosas que han sucedido, en las que suceden y en las que estn por sucederElhombre democrticosurga a partir del oligrquico cuando se atreva a colocar en un mismo rango los deseos necesarios e innecesarios pero alcanzando una cierta moderacin. El hombre tirnico es el hijo del hombre democrtico que se deja arrastrar por malas compaas que le incitan a buscar esosdeseos salvajes y terriblesque se engendran en la parte bestial del hombre. EseEros es como un gran zngano alado cuyo aguijn es laeterna pasin insatisfecha.El hombre se convierte en tirnico cuando se convierte en borracho, ertico o luntico. Su fortuna menguar pronto, pero como su nico gobierno es la pasin insatisfecha buscar otros a quien robar y no dudar en empezar por suspadres. A continuacin se atrever a violentar deberes sagrados como lahospitalidadrobando a caminantes o el respeto a los templos. Habitualmente el hombre tirnico tendr que abandonar el pas para servir como mercenario o en la corte de algn otro tirano. Pero si en su ciudad son tiempos de paz y prosperidad permanecer all convertido en criminal: roban, violentan casas, hurtan bolsas, despojan de ropas, profanan templos, venden como esclavos a hombres libres, actan como delatores pblicos, testimonian en falso y aceptan sobornos. Si la insensatez del pueblo conduce a las masas a rebelarse contra el orden social existente colocar al peor y ms violento de los tiranos como lder. Este, una vez que obtenga el poder, no dudar en golpear a su pueblo como ya lo haba hecho con su padre y su madre. Nunca conocern la amistad pues a su alrededor slo admiteesclavos y parsitos aduladores. El hombre ms perverso se revela, de este modo, como el ms desdichado.ElEstado tirnicocompartir las miserias del hombre tirnico. Del mismo modo que en el hombre tirnico las mejores partes del alma estn sometidas a un sombro legislador, en el Estado tirnico la mayora ser esclava del msloco y perverso. Ser un Estado muy limitado pues, al igual que el hombre tirnico, es el que menos hace lo que quiere. Ser tambin un Estadopobre, lleno de temor y vencido por quejas, gemidos, lamentaciones y sufrimientos. Es evidente que el Estado tirnico es el ms injusto y, al mismo tiempo, el ms infeliz. Queda por demostrar que tambinel hombre tirnico es el ms infeliz. Para hacerlo Platn ofrece tres argumentos:1. Comparemos al tirano con unparticular rico poseedor de muchos esclavos. Si a uno de estos hombre se lo sacara del Estado y se lo dejase en el desierto con su mujer, hijos y esclavos est claro que tendr que vivir escondido en su tienda por temor a la venganza de los esclavos. Ser una vida dominada por el miedo y las privaciones. Ante este argumento Glaucn concede finalmente que el tirano es, entre los hombres el ms infeliz mientras que el ms justo es, por ello, el ms feliz.2. El segundo argumento es un magnfico ejemplo decrculo vicioso. Del mismo modo que existen tres partes del alma podemos distinguir tambintres tipos de placeres. Los que aman la comida, la bebida y el sexo se dejan llevar por la parte apetitiva del alma y podemos llamarlos, en general, amantes de las riquezas. Aquellos en los que gobierna la parte apasionada o fogosa del alma preferirn el respeto y la fama y podemos llamarlosamantes del honor. Quienes se dejan guiar por la parte del alma capaz de aprender amarn la sabidura y podrn ser llamados con toda propiedadfil-sfos. Cul de estos tres tipos de hombres es ms experimentado? Est claro que el filsofo, pues es el nico que ha experimentado los tres tipos de placeres: los del cuerpo en la infancia, los honores en el campo de batalla y, por supuesto, los de la inteligencia a lo largo de toda su vida. Adems de ser el ms experimentado es evidente que a la hora de tomar una decisin sobre cules son los mejores placeres habremos de usar el razonamiento que tambin es una cualidad exclusiva del filsofo. Por tanto, los placeres de la inteligencia son los mejores y los del tirano, amante de la riqueza, los peores.3. La visin que tiene la mayora delplacerno es real ni pura sino como una pintura sombreada, un engao. Cuando terminamos de experimentar el gozo de los sentidos caemos en un estado penoso como una resaca. Sin embargo, cuando la enfermedad nos trae sufrimientos y dolores la vuelta a la salud simplemente es ya un placer. Parece, entonces, que eseestado intermedio entre el placer y el dolores, a veces, consideradodolorosoy, a veces,placentero.En ese estado de reposo no hay verdadero placer sino que su naturaleza parece la de un encantamiento. La mayora atribuye a ese estado inestable, placentero y doloroso segn el momento, el verdadero placer. Pero es evidente que les falta la experiencia del filsofo. Este, frente al pan, la bebida y el alimento, ha experimentado el placer de laopinin verdadera, elconocimiento cientfico, es decir, el de la excelencia del alma, y ha concluido que estos placeres, al contrario que los primeros, participan de de la verdad y lo inmortal, del verdadero ser. Son, por tanto, ms reales. Slo cuando todas las partes del alma obedecen a la racional estamos hablando de placeres verdaderos. Y ocurre que el tirano es lo opuesto y, por tanto, est dominado por placeres irreales. Por un momento, Platn se abandona a los desvaro matemticos de corte pitagrico para afirmar que el tirano est alejado del verdadero placer en una cantidad que es el triple del triple. Obsrvese que el tirano es el tercero por debajo del oligarca y el oligarca es el tercero por debajo del rey-filsofo. No slo eso, el rey vive setecientas veintinueve veces ms agradablemente que el tirano, que es el triple del triple (33=9, nmero plano) elevado al cubo para darle la profundidad que merece lo real frente a la mera pintura con sombras del placer aparente.Finalmente Platn resuelve la cuestin de si es posible que el injusto tenga una vida feliz. Responde a los argumentos deTrasmacoutilizando una imagen. Nos pide que imaginemos el interior del hombre como una escultura compuesta de unabestia polcroma y policfala, compuesta de animales mansos y feroces, un len enorme y un hombre ms pequeo. Cuando el tirano da el control de su alma a la bestia est matando de hambre al hombre que ha habita en l. Qu pasiones estimulan a la bestia y debilitan al hombre interior? La bsqueda insaciable deriquezas, laprepotenciay lairritabilidad, ellujoy lamolicie, laadulaciny elservilismo, laartesanay eltrabajo manual. Resulta curioso que Platn atribuya tan mala influencia para el alma del hombre altrabajo manualpero se debe recordar que era propio de esclavos y es precisamente de eso de lo que se pretende huir.El sabio es aquel que cultiva la justicia y la armona en su alma otorgando el mando a la parte racional. De este modo, imita al Estado ideal que Platn acaba de describir en los libros anteriores. Glaucn no puede evitar afirmar que ese Estado del que tanto han hablado ni existe en la realidad ni existir nunca y que ms le vale al sabio no intentar participar en la poltica de todos los das, ms corruptora que ninguna otra actividad. Scrates se lo concede pero afirma que al menos habr de existir en el cielo un paradigma para quien quiera verlo y, tras verlo,fundar un Estado en su interior. En nada hace diferencia si dicho Estado existe o va existir en algn lado, pues l actura solo en esa poltica, y en ninguna otra.LIBRO XEl libro X deRepblicaabandona por un momento el tema principal del dilogo, la posibilidad del tirano feliz que haban sugerido Trasmaco y Glaucn en los libros I y II, para centrarse en un tema de Esttica o Teora de las artes: las razones por las que se excluy a lapoesa imitativade la ciudad ideal. El libro y el dilogo concluyen con el famosoMito de Er. Una vez que Platn ha demostrado que el tirano es el ms infeliz de los hombres le queda argumentar a favor de lafelicidad del justo. En esta, como en todas las dems cuestiones en las que la filosofa se revela insuficiente, Platn recurre almito. En este caso un cuento de cielo e infierno.Existentres niveles de realidad. Si tomamos como ejemplo una mesa o una cama, podramos decir que existe laIdea de camacreada por elDemiurgoque asimismo produjo todas las plantas, animales, cielos y tierra imitando a las Ideas, lacama realfabricada por el artesano a imagen de la Idea y lapintura de la camahecha por el pintor. Este no hace nada real sino que es un imitador de lo que otros son artesanos. Es decir, el pintor y las dems artes mimticas no persiguen imitar las cosas tal como son sino tal comoaparecen.Ocurre algo semejante con la poesa deHomeroy los grandes trgicos. Se dice que estos conocen todos los asuntos humanos en relacin con la excelencia y el malogro e incluso los asuntos divinos. Pero su conocimiento no es conocimiento de la Idea sino unaimitacin de tercer nivelcomo la del pintor. Si los poetas pudiesen crear realidades no se entretendran con versos sino que iran directos a las cosas efectivas. Si Homero hubiese conocido la verdadera excelencia en el gobierno de los Estados y la educacin de los hombres la habra puesto en prctica en la realidad como Licurgo en Lacedomonia o Soln en Atenas. Pero qu Estado se ha creado siguiendo las indicaciones de Homero? Ninguno. Homero no obtuvo victoria alguna en la guerra, ni produjo invencin ingeniosa alguna como s lo hizo Tales de Mileto, ni cre un modelo educativo como el pitagrico. Aunque sofistas comoProtgoras de AbderaoPrdico de Ceosafirmen que no es posible administrar una casa o un Estado sin tener en cuenta a Homero, los contemporneos de este no lo vieron de ese modo pues en lugar de aferrarse a l como si fuese oro lo tenan de pueblo en pueblo recitando poesas.Con respecto a cada cosa haytres artes: el del que lausa, el del que lahacey el del queimita. La excelencia de cada cosa est en funcin de su fin o utilidad as que el arte que mejor conoce cmo debe ser la fabricacin de cada cosa es el del que la usa. Por ejemplo, ser elflautistaquien aconseje al fabricante de flautas cmo hacerlas. Elimitador, en cambio, no tendr conocimiento de las cosas que imita, en cuanto a su bondad o maldad. El nico conocimiento que posee el imitador es el de imitar lo que pasa por bello para la multitud ignorante. La imitacin no es ms que un juego que no debe ser tomado en serio.Elarte de la medicin, que se apoya en las matemticas, se dirige a la parte racional del alma, mientras que elarte de la imitacinbusca complacer a los sentidos engaosos y, por tanto, a las partes inferiores del alma. Por ejemplo, ante unhecho dramticocomo la muerte de un ser querido la ley racional ordena no abandonarse a lamentos y quejas sino aceptar lo sucedido y mirar al futuro. Sin embargo, la poesa imitativa se complace continuamente en el recuerdo inconsolable de lo acontecido.Tampoco se le da bien a la poesa imitar a laparte racional del almapues es un carcter que le es ajeno. Se relaciona mejor con elcarcter irritable y variadoque corresponde al gusto de la multitud y a las partes inferiores del alma. Por alimentar las bajas pasiones de la multitud el arte potica ser expulsada del Estado ideal. No puede ocurrir que los hroes deHomerogriten, se lamentan y golpean el pecho para agrado de las masas cuando es evidente para cualquiera que deberamos enorgullecernos de lo contrario, de poder guardar la calma. Lo mismo sucede con lacomedia y las pasiones sexuales: nos remos de payasadas que deberamos detestar con intensidad y donde la poesa debera recomendar autocontrol convierte al deseo en gobernante del alma.Platn concluye que expulsar a lapoesade la ciudad ideal es tan necesario y doloroso como abandonar unamor tempranoque ya no es provechoso sino perjudicial.Una vez descartada la posibilidad de que el injusto sea feliz le queda a Platn analizar los premios que ha de recibir elhombre justo. Estos no se limitarn al breve tiempo que vivimos puesto que el alma del hombre es inmortal. A continuacin, Scrates ofrece unaprueba de la inmortalidad del alma. Para cada cosa hay algo malo y algo bueno: la enfermedad para el cuerpo o el xido para el hierro. El mal que le corresponde a cada cosa por naturaleza es quien la destruye y si no la destruye este mal nada podr corromperla. As, los males del alma no son capaces de disolverla. Por tanto, al contrario que el cuerpo, que finalmente es vencido por la enfermedad, el alma permanece inclume a pesar de volverse injusta o sacrlega. Quienes an dudan ante este argumento les ocurre que estn confusos por la costra de piedras y conchas que la pertenencia a un cuerpo ha creado alrededor del alma. Si pudiesen contemplarla pura como es realmente, en su afinidad con lo divino y amor por la sabidura no tendran miedo en concluir su inmortalidad.Qupremiosrecibir el alma del hombre justo? En primer lugar, a los dioses no se les escapa quin es justo y quin injusto. Al justo, amado por los dioses, todo cuanto viene de estos le resulta del mejor modo posible. Los hombres, aunque tarden ms en reconocerlo, tambin terminan por otorgar al justo los premios que corresponden a sureputacin. Los justos terminan almandode sus Estados, se casan con hijas de las familias que prefieren y dan a sus hijos en matrimonio con quienes les place. Losinjustos,por el contrario, terminan en la crcel y en la vejez se convierten en miserables, despreciados hasta por los extranjeros y azotados como los esclavos.Sin embargo, los verdaderos premios y castigos llegan tras la muerte. Scrates tiene noticia de estos premios y castigos gracias aEr, el armenio. Este fue un bravo varn muerto que, tras haber cado en el campo de batalla, fue recogido a los diez das para ser incinerado. Una vez en la pira despert y volvi a la vida. Er cont que, al morir, su alma haba dejado el cuerpo y se haba puesto en camino junto a muchas otras hasta llegar a un lugar maravilloso donde haba en la tierra dos aberturas, una frente a la otra, y arriba, en el cielo, otras dos opuestas a las primeras. Entre estas puertas haba jueces sentados que colgaban una etiqueta de justo o injusto a cada una de las almas. Los justos iban arriba a la derecha mientras que los injustos abajo a la izquierda. En la otra abertura del cielo se vea bajar inquietas a las almas hacia la tierra y en la otra abertura de la tierra se vea subir con alivio a otras. Acerca de los castigos Er relat lo siguiente:1. cuantas injusticias haba cometido cada una, contra alguien, todas eran expiadas por turno, diez veces por cada una, a razn de cien aos en cada caso -por ser esta la duracin de la vida humana-, a fin de que se pagara diez veces cada injusticia. 615 b2. si eran responsables de muchas muertes, fuera por traicionar a Estados o a ejrcitos, reducindolos a la esclavitud, reciban por cada delito un castigo diez veces mayor.3. Las que haba sido justas reciban recompensas en la misma proporcin.4. Sobre losnios que haban muerto al nacerEr cont cosas que no vale la pena recordar.5. Castigos y recompensas eran mucho mayores si la maldad se haba cometido contralos padres o los dioses.6. A lostiranoscomo Ardileo les suceder lo siguiente. Cuando hayan credo que han sufrido suficiente castigo y estn a punto de ascender de la tierra al cielo sonar un mugido que lo impedir. Unoshombres de fuegolos encadenarn, los arrojarn al suelo y los apalearn violentamente, para, a continuacin, arrojarlos al Trtaro.Despus de pasar siete das en el prado se requera a las almas que se pusieran en marcha. A los cuatro das llegaban al palacio de la Necesidad donde las reciban sus hijas Las Parcas,Lquesis, Cloto y Atropo. Un profeta las colocaba en fila y tomaba modelos de vida y nmeros de lotera de las rodillas de Lquesis. A continuacin deca:Palabra de la virgen Lquesis, hija de la Necesidad: almas efmeras, ste es el comienzo, para vuestro gnero mortal, de otro ciclo anudado a la muerte. No os escoger un demonio sino que vosotros escogeris un demonio. Que el que resulte por sorteo el primero elija un modo de vida, al cual quedar necesariamente asociado. En cuanto a la excelencia, no tiene dueo, sino que cada uno tendr mayor o menor parte de ella segn la honre o la desprecie; la responsabilidad es del que elige, Dios est exento de culpa. Tras decir esto, arroj los lotes entre todos, y cada uno escogi el que le haba cado al lado, con excepcin de Er, a quien no le fue permitido. A cada uno se le hizo entonces claro el orden en que deba escoger. Despus de esto, el profeta coloc en tierra, delante de ellos, los modelos de vida, en nmero mayor que el de los presentes, y de gran variedad. Haba toda clase de vidas animales y humanas: tiranas de por vida, o bien interrumpidas por la mitad, y que terminaban en pobreza, exilio o mendicidad; haba vidas de hombres clebres por la hermosura de su cuerpo o por su fuerza en la lucha, o bien por su cuna y por las virtudes de sus antepasados; tambin las haba de hombres oscuros y, anlogamente, de mujeres. Pero no haba en estas vidas ningn rasgo del alma, porque sta se volva inexorablemente distinta segn el modo de vida que elega; mas todo lo dems estaba mezclado entre s y con la riqueza o con la pobreza, con la enfermedad o con la salud, o con estados intermedios entre stas. Segn parece, all estaba todo el riesgo para el hombre, querido Glaucn. Por este motivo se deben desatender los otros estudios y preocuparse al mximo slo de ste, para investigar y conocer si se puede descubrir yaprender quin lo har capaz y entendido para distinguir el modo de vida valioso del perverso, y elegir siempre y en todas partes lo mejor en tanto sea posible,teniendo en cuenta las cosas que hemos dicho, en relacin con la excelencia de su vida, sea que se las tome en conjunto o separadamente. Ha de saber cmo la hermosura, mezclada con la pobreza o la riqueza o con algn estado del alma, produce el mal o el bien, y qu efectos tendr el nacimiento noble y plebeyo, la permanencia en lo privado o el ejercicio de cargos pblicos, la fuerza y la debilidad, la facilidad y la dificultad de aprender y todas las dems cosas que, combinndose entre s, existen por naturaleza en el alma o que sta adquiere; de modo que, a partir de todas ellas, sea capaz de escoger razonando el modo de vida mejor o el peor, mirando a la naturaleza del alma, denominando el peor al que la vuelva ms injusta, y mejor al que la vuelva ms justa, renunciando a todo lo dems, ya que hemos visto que es la eleccin que ms importa, tanto en vida como tras haber muerto. Y hay que tener esta opinin de modo firme, como el adamanto, al marchar al Hades, para ser all imperturbable ante las riquezas y males semejantes, y para no caer en tiranas y en otras acciones de esa ndole con que se producen muchos males e incurables y uno mismo sufre ms an; sino que hay que saber siempre elegir el modo de vida intermedio entre stos y evitar los excesos en uno u otro sentido, en lo posible, tanto en esta vida como en cualquier otra que venga despus; pues es de este modo como el hombre llega a ser ms feliz.Y entonces el mensajero del ms all narr que el profeta habl de este modo: Incluso para el que llegue ltimo, si elige con inteligencia y vive seriamente, hay una vida con la cual ha de estar contento, porque no es mala. De modo que no se descuide quien elija primero ni se descorazone quien resulte ltimo. Y cont que, despus de estas palabras, aquel a quien haba tocado ser el primero fue derecho a escoger la ms grande tirana, y por insensatez y codicia no examin suficientemente la eleccin, por lo cual no advirti que inclua el destino de devorarse a sus hijos y otras desgracias; pero cuando la observ con ms tiempo, se golpe el pecho, lamentndose de su eleccin, por haber dejado de lado las advertencias del profeta; pues no se culp a s mismo de las desgracias, sino al azar, a su demonio y a cualquier otra cosa menos a l mismo. Era uno de los que haban llegado desde el cielo y que en su vida anterior haba vivido en un rgimen poltico bien organizado, habiendo tomado parte en la excelencia, pero por hbito ysin filosofa.Y podra decirse que entre los sorprendidos en tales circunstancias no eran los menos los que haban venido del cielo, por cuanto no se haban ejercitado en los sufrimientos. Pero la mayora de los que procedan de bajo tierra, por haber sufrido ellos mismos y haber visto sufrir a otros, no actuaban irreflexivamente al elegir. Por este motivo, adems de por el azar del sorteo, era por lo que se produca para la mayora de las almas el trueque de males y bienes. Porque si cada uno, cada vez que llegara a la vida de aqu, filosofara sanamente y no le tocara en suerte ser de los ltimos, de acuerdo con lo que se relataba acerca del ms all probablemente no sera slo feliz aqu sino que tambin hara el trayecto de ac para all y el regreso de all para ac no por un sendero spero y subterrneo, sino por otro liso y celestial. Dijo Er, pues, que era un espectculo digno de verse, el de cada alma escogiendo modos de vida, ya que inspirabapiedad, risa y asombro, porque en la mayora de los casos se elega de acuerdo con los hbitos de la vida anterior. Cont que haba visto al alma que haba sido deOrfeoeligiendo la vida de un cisne, por ser tal suodio al sexo femenino, a raz de haber muerto a manos suyas, que no consenta en nacer procreada en una mujer; y que haba visto tambin el alma deTmirasescogiendo la vida de un ruiseor, y, a su vez, a un cisne que, en su eleccin, trocaba su modo de vida por uno humano, y del mismo modo con otros animales cantores. Al alma que le toc en suerte ser la vigsima la vio eligiendo la vida de un len: era la deAyanteTelamonio, que, recordando el juicio de las armas, no quera renacer como hombre. A sta segua la deAgamenn, tambin en conflicto con la raza humana debido a sus padecimientos, que se intercambiaba con una vida de guila. Al alma deAtalantale toc en suerte uno de los puestos intermedios, y, luego de ver los grandes honores rendidos a un atleta, ya no pudo seguir de largo sino que los cogi. Despus de sta vio la deEpeo, hijo de Panopeo, que pasaba a la naturaleza de una mujer artesana; y lejos, en los ltimos puestos, divis el alma del hazmerrerTersites, que se revesta con un cuerpo de mono; y la deUlises, a quien por azar le tocaba ser la ltima de todas, que avanzaba para hacer su eleccin y, con la ambicin abatida por el recuerdo de las fatigas pasadas, buscaba el modo de vida deun particular ajeno a los cargos pblicos, dando vueltas mucho tiempo; no sin dificultad hall una que quedaba en algn lugar, menospreciada por los dems, y, tras verla, dijo que habra obrado del mismo modo si le hubiera tocado en suerte ser la primera, y la eligi gozosa. Anlogamente, los animales pasaban a hombres o a otros animales, transformndose los injustos en salvajes y los justos en mansos; y se efectuaba todo tipo de mezclas. Una vez que todas las almas escogieron su modo de vida, se acercaban a Lquesis en el orden que les haba tocado. Lquesis hizo que a cada una la acompaara el demonio que haba escogido, como guardin de su vida y ejecutor de su eleccin. Cada demonio condujo a su alma hastaCloto, ponindola bajo sus manos y bajo la rotacin del huso que Cloto haca girar, ratificando as el destino que, de acuerdo con el sorteo, el alma haba escogido. Despus de haber tocado el huso, el demonio la condujo hacia la trama deAtropo, para que lo que haba sido hilado por Cloto se hiciera inalterable, y de all, y sin volver atrs, hasta por debajo del trono de la Necesidad, pasando al otro lado de ste. Despus de que pasaron tambin las dems, marcharon todos haciala planicie del Olvido, a travs de un calor terrible y sofocante. En efecto, la planicie estaba desierta de rboles y de cuanto crece de la tierra. Llegada la tarde, acamparon a la orilla delro de la Desatencin, cuyas aguas ninguna vasija puede retenerlas. Todas las almas estaban obligadas a beber una medida de agua, pero a algunas no las preservaba su sabidura de beber ms all de la medida, y as, tras beber, se olvidaban de todo. Luego se durmieron, y en medio de la noche hubo un trueno y un terremoto, y bruscamente las almas fueron lanzadas desde all unas a un lado, otras a otro hacia arriba, como estrellas fugaces, para su nacimiento. A Er se le impidi beber el agua; por dnde y cmo regres a su cuerpo, no lo supo, sino que sbitamente levant la vista y, al alba, se vio tendido sobre la pira.