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UNIVERSIDAD TEOLÓGICA DE AMÉRICA CENTRAL MONS. ÓSCAR ARNULFO ROMERO ESCUELA DE TEOLOGÍA LA REVOLUCIÓN ASTRONÓMICA: EL APORTE DE NICOLÁS COPÉRNICO A LA CIENCIA, UNA LECTURA DESDE THOMAS KUHN Filosofía de la Ciencia Prof.: Salvador Saballos Autor: Melvin A. Concepción P.

La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

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Trabajo final de filosofía de la ciencia que trata de hacer una lectura de la revolución astronómica desde la perspectiva de Kuhn

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Page 1: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

UNIVERSIDAD TEOLÓGICA DE AMÉRICA CENTRAL

MONS. ÓSCAR ARNULFO ROMERO

ESCUELA DE TEOLOGÍA

LA REVOLUCIÓN ASTRONÓMICA: EL APORTE DE NICOLÁS COPÉRNICO A LA

CIENCIA, UNA LECTURA DESDE THOMAS KUHN

Filosofía de la Ciencia

Prof.: Salvador Saballos

Autor:

Melvin A. Concepción P.

San José, Costa Rica

Noviembre, 2015

Page 2: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

Índice

Introducción………………………………………………………………………………………2

I. La revolución astronómica: rasgos generales…………………………………………………

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1. Los cambios que se dieron en la revolución

astronómica…………………………………..3

2. Nexos entre la ciencia y la

técnica………………………………………………………….6

II. Aportes de Nicolás Copérnico: una lectura desde la perspectiva de Thomas

Kuhn………..7

1. La astronomía copernicana………………………………………………………………...7

2. Kuhn: el significado de la revolución astronómica…………………………………………

9

Discusión a modo de

conclusión………………………………………………………………...11

Referencias bibliográficas………………………………………………………………………12

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Page 3: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

Introducción

En la actualidad pensar que la tierra es inmóvil y que es el centro del universo es inconcebible

y quien se atreva a plantear tal cuestión sería tomado por tonto o iluso; sin embargo hace cinco

siglos esto era un problema serio y de su resolución dependía no solo la astronomía sino también

la ciencia, la filosofía, el propio ser humano y la comprensión de su lugar y papel en el universo.

En el contexto de esta discusión hemos de situar el presente trabajo de investigación que pretende

analizar la denominada Revolución Astronómica desde el aporte de Nicolás Copérnico a la

ciencia, haciendo una lectura desde la perspectiva de Thomas Kuhn.

Para tal fin se procederá a explicar en el primer capítulo los rasgos generales de la revolución

astronómica, tomando en cuenta su delimitación temporal, los personajes que dieron aportes

durante este periodo, así como los cambios que se gestaron durante esta revolución y la forma

que se logra vincular ciencia y técnica, como consecuencia de dichos cambios. El segundo

capítulo, denominado “Aportes de Nicolás Copérnico: una lectura desde la perspectiva de

Thomas Kuhn”, pretende, en primer lugar, brindar de forma sintética los principales postulados

de la teoría astronómica de Copérnico y luego hacer una lectura de esta revolución astronómica

iniciada por él desde la perspectiva de Kuhn.

En este sentido, este trabajo adquiere relevancia porque sirve para contextualizar la

comprensión de la revolución astronómica como un hecho de grandes repercusiones en la

ciencia, en la astronomía, en la filosofía y en la vida del ser humano. Asimismo, contribuye,

desde la perspectiva kuhniana, a situar el avance de la ciencia no como un hecho aislado sino que

pertenece y se da gracias, en este caso, a la revolución que se gesta con la publicación de los

trabajos y observaciones de Nicolás Copérnico. En este sentido, “para preparar al hombre

educado para aceptar la tradición científica […] es necesario algo más que estudiar la ciencia

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como un cuerpo organizado de conocimientos, algo más que una simple comprensión de las

teorías científicas” (Conant, J. en Kuhn, 1978, 17).

Asimismo, la lectura de la revolución astronómica desde el prisma de Kuhn servirá para

comprender la significación de este hecho en la historia y, sobre todo, para entender cómo afectó

a la ciencia la evolución de la concepción humana de la estructura del universo a partir de la

teoría de Copérnico; además, desde Kuhn se analiza la significación de tal revolución y cómo se

entiende el que la ciencia avance desde este hecho.

I. La revolución astronómica: rasgos generales

Se conoce como revolución astronómica al periodo de tiempo comprendido entre la

publicación del De Hypothesibus Motuum Coelestium Commentariolus (1507) y el De

Revolutionibus Orbium Coelestium (1543) ambas de Nicolás Copérnico; hasta la publicación de

las obras de Isaac Newton, en 1687 con su Philosiphiae Naturalis Principia Mathematica; a este

periodo también se acostumbra llamarle “revolución científica”. En este espacio de tiempo se dan

profundos cambios de carácter político, social, religioso, económico, entre otros, que influyeron

en un poderoso cambio de ideas, que en el siglo XVII adquieren su rasgo distintivo en la persona

de Galileo Galilei y su obra, así como en otros representantes como Francis Bacon, René

Descartes, entre otros.

Asimismo, es preciso mencionar a otros grandes representantes de esta revolución

astronómica como Tycho Brahe y Johannes Kepler. Igualmente, “durante este periodo, pues, se

modifica la imagen del mundo…van cayendo los pilares de la cosmología aristotélico-

ptolemaica…” (Reale & Antíseri, 1995, 171), con lo cual, lo que empezó como un cambio en la

concepción astronómica terminó siendo mucho más. Sin embargo, esta revolución no se dio

espontáneamente sino que se fue gestando a partir de algunos acontecimientos que favorecieron

su desarrollo; por ejemplo, la difusión cultural y científica que se da a partir de la invención de la

imprenta por Gutenberg (1453), los viajes y descubrimientos marítimos que obligan a mejorar la

construcción naval, la promoción de una ciencia laica por parte de la burguesía y la fusión entre

ciencia y técnica.

En este sentido, es preciso señalar que en este periodo denominado revolución astronómica no

solo se cambia la concepción del mundo, además hay una transformación del ser humano, del

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Page 5: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

hombre de ciencia y la ciencia misma, al igual que hay un cambio de idea sobre el papel y trabajo

de las instituciones científicas y los científicos mismos; del mismo modo, sobre las relaciones

entre la sociedad y la ciencia, entre la filosofía y la ciencia; y entre el conocimiento científico y la

fe religiosa.

1. Los cambios que se dieron en la revolución astronómica

La revolución astronómica, como antes se ha mencionado, trajo consigo algunas

transformaciones, no solo intelectuales, también en la forma en que el ser humano comprendía el

universo hasta entonces conocido, el mundo y su lugar en él; así como el papel de la ciencia y la

filosofía. En este sentido, describir estos cambios, de acuerdo con Koyré (1999), “conlleva la

destrucción del cosmos, es decir, la desaparición, en el campo de los conceptos filosófica y

científicamente válidos, de la concepción del mundo como un todo finito, cerrado y

jerárquicamente ordenado” (p. 6).

Uno de los primeros cambios que se dan en esta revolución astronómica nos viene de la mano

de Nicolás Copérnico, quien “desplaza la Tierra del centro del universo” (Reale & Antíseri,

1995, 172), desplazando a su vez al ser humano, con lo que la Tierra pasa a ser un cuerpo celeste

como los demás, ya no concebido como eje del universo hecho por Dios en función del ser

humano, culmen de su acto creador. Con esta tesis astronómica fundamental Copérnico rechaza

el geocentrismo tradicional abriendo paso a la teoría heliocéntrica, no obstante, Copérnico

establece que “el movimiento de la Luna se refiere a la Tierra como su centro, por lo que la

Tierra es centro secundario” (Coronado, 1994, 25) y centro “gravitas” (centro de gravedad).

En este sentido, la teoría heliocéntrica establece un nuevo modelo cosmológico: el Sol es el

centro del universo. Ahora bien, el Sol es el punto medio de las esferas celestes no su centro

único; por tanto, el modelo heliocéntrico propuesto por Copérnico permite mayor libertad en las

explicaciones y construcciones de la astronomía. Paralelamente el astrónomo polaco también

afirma que no hay un centro único de todos los círculos o esferas celestes, afirmación con la que

rechaza la explicación eudoxiana de las esferas concéntricas, dejando abierta la posibilidad de

una astronomía a partir de “una pluralidad de centros, autorizando el uso de la combinación de

círculos” (Coronado, 1994, 25).

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Page 6: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

Luego tenemos un segundo cambio, el de la imagen de la ciencia. En este sentido, la

revolución astronómica no solo implicó una transformación de la concepción cosmológica que se

tenía en la época, de la composición de la Tierra o de la forma en que el ser humano se podía

comprender a sí mismo; al mismo tiempo, esta revolución constituyó un cambio en la noción del

saber científico. De tal modo que, como lo haría explícito Galileo,

la ciencia ya no es una privilegiada intuición del mago o astrólogo individual que se ve iluminado, ni el comentario a un filósofo que ha dicho la verdad y toda la verdad, y tampoco es un discurso sobre el “mundo de papel”, sino más bien una indagación y un razonamiento sobre el mundo de la naturaleza… (Reale & Antíseri, 1975, 172).

En este sentido, el cambio que se gestó en la manera de concebir la ciencia se da en dos

direcciones fundamentales. La primera de ellas es la disolución de la idea del cosmos ordenado

como hasta ese entonces se comprendía, idea heredada de la cultura griega y que suponía

explicaciones finalistas sobre el mundo y el universo. La segunda es la aparición de una

concepción cualitativa de la investigación científica; así esta desaparición o destrucción del

cosmos expresa que el mundo de la ciencia ya no es concebido como un todo finito y

jerárquicamente ordenado, es decir cualitativa y ontológicamente diferenciado, más bien es un

universo abierto, indefinido y unificado por la identidad de sus leyes y sus elementos

fundamentales. (Elena, 1989).

Esta imagen de la ciencia no se obtiene de inmediato, sino que es un logro que se va dando

progresivamente con el abandono de la magia, la astrología, el hermetismo y el misticismo

heredado de la antigüedad. Asimismo, el razonamiento científico se fundamenta en experiencias

sensatas y en las demostraciones, como afirmó Galileo. (Reale & Antíseri, 1975). Alexandre

Koyré lo expresa de la siguiente forma:

Por ello pensamos que la actitud intelectual de la ciencia clásica podría estar caracterizada por esos dos momentos, por lo demás íntimamente ligados: la geometrización del espacio y la disolución del Cosmos, es decir, la desaparición, en el interior del razonamiento científico, de toda consideración a partir del Cosmos… (1978, 5).

Otro de los cambios que se gesta en la revolución astronómica y que se convertirá en el rasgo

característico de la ciencia moderna es el método. De modo que, aunque en la revolución

astronómica no podemos hablar de una fundamentación metodológica precisa, como en un

Descartes o un Leibniz, por ejemplo, si se puede afirmar que es en esta revolución en donde

surge la noción de una ciencia regulada metodológicamente, que demanda nuevas instituciones

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Page 7: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

científicas. Así, “es sobre la base del método experimental donde se fundamenta la autonomía

de la ciencia: esta halla sus verdades con independencia de la filosofía y de la fe” (Reale &

Antíseri, 1975, 173).

Esta noción de método que se gesta en la revolución astronómica no solo ayudó a la

consecución de una nueva cosmología, sino que provocó el rechazo de las categorías aristotélicas

y su pretensión esencialista, que proponía una ciencia basada con teorías y conceptos definitivos.

De tal forma que la ciencia ya no se plantea más como la búsqueda de la esencia de las cosas,

sino que versará sobre “las cualidades de las cosas y de los acontecimientos que resulten

objetiva y públicamente controlables y cuantificables” (Reale & Antíseri, 1975, 174)

2. Nexos entre la ciencia y la técnica

La revolución astronómica, resultado de un largo proceso cultural, generó una nueva imagen

de la ciencia, que en la modernidad se caracterizará por su autonomía, por ser pública,

controlable y progresiva. De esta forma la revolución astronómica logra constituir un saber, la

ciencia, que reúne la teoría y la práctica; y con ello se da origen a un nuevo tipo de sabio, que en

nada se parece al mago o al astrólogo, o bien, la imagen antigua del profesor que interpreta y

comenta los textos antiguos, por el contrario, el sabio engendrado en la revolución astronómica

es “el científico que crea una nueva forma de saber, público, controlable y progresivo” (Reale &

Antíseri, 1975, 176).

De tal forma que para que sea válido un saber ha de ser confrontado con la experiencia; y esta

es precisamente la labor del científico experimental moderno que se originó durante la revolución

astronómica. Su experiencia se da en el experimento, cada vez más riguroso, que utiliza y se vale

de instrumentos cada vez más precisos. Koyré (1978), afirma sobre esta posición que con la

revolución astronómica se genera en el mundo occidental “una noción clara de la relación entre

la teoría y la observación, noción en la que se fundan la concepción y la aplicación práctica

modernas de la investigación científica y de la explicación” (p. 53).

Así, podríamos decir que uno de los avances más importantes que tienen lugar durante la

revolución astronómica es el paso de los métodos cualitativos a los métodos cuantitativos; de tal

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Page 8: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

modo que al no buscar la ciencia la esencia o sustancia de las cosas sino que se fija en las

cualidades de ellas, se requiere de aparatos e instrumentos técnicos de medición que sean más

precisos. La original y notable contribución de la revolución científica fue coligar la experiencia

al perfeccionamiento de un nuevo tipo de matemáticas, junto a la novedosa libertad que se tenía

para resolver los problemas físicos por medios de teorías matemáticas. (Koyré, 1978).

Entonces, el nexo que se establece entre teoría y práctica, entre ciencia y técnica como fruto

de la revolución astronómica se hace patente en la ciencia moderna a través de los inventos de

instrumentos sofisticados de medición y observación como el microscopio de Malpighi (1660), el

telescopio (1660), que se atribuye a Galileo, o el péndulo ciloidal de Huygens (1673), por

mencionar algunos. Sin embargo, lo importante no es hacer una enumeración de instrumentos,

que podría ser muy larga, sino comprender que en lo que transcurre esta revolución los

instrumentos “se convierten en parte integrante del saber científico…el instrumento está dentro

de la teoría, se convierte el mismo en teoría…” (Reale & Antíseri, 1975, 180).

II. Aportes de Nicolás Copérnico: una lectura desde la perspectiva de Thomas Kuhn

Cuando se habla de aportes usualmente esta palabra remite a soluciones a determinados

problemas o bien podría interpretarse como una serie de inventos técnicos con algún fin

específico, sea el de ayudar a los científicos, sea procurar algún bien social; no obstante, aunque

la revolución astronómica tiene un poco de estos rasgos, su aporte va más allá de esta parte

instrumental. Tal es el caso de Nicolás Copérnico, cuyos aportes son más que todo teóricos, sin

embargo, representaron el inició de esta revolución y cambio de la concepción del mundo hasta

entonces conocido; luego, también se convirtieron en las bases de los aportes de otros hombres

de ciencia que no solo construyeron teorías sino que también aportaron instrumental.

1. La astronomía copernicana

Nicolás Copérnico (1473-1543), como ya se ha mencionado, en la época renacentista, se

convierte en el símbolo de un gran vuelco en el pensamiento, el “acta de nacimiento” de una

nueva era y de una revolución intelectual. Su principal aporte fue el De Hypothesibus Motuum

Coelestium Commentariolus, obra escrita aproximadamente en 1507 en donde se presentan las

siete peticiones que luego darían lugar a la aparición de la nueva astronomía. Estos siete

postulados de Copérnico son los siguientes:

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Page 9: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

1.1. No existe un solo centro de todos los orbes celestes o esferas, es decir, existen, a diferencia

de cuanto afirmaba Ptolomeo, dos centros de rotación: la Tierra que es el centro de rotación de la

Luna, y el Sol, que es el centro de rotación de los otros planetas. (Rossi, 1998, 68).

1.2. EI centro de la Tierra no coincide con el centro del universo, sino sólo con el centro de la

gravedad y de la esfera de la Luna. (Ibíd.).

1.3. Todas las esferas giran alrededor del Sol; que es, por tanto, excéntrico respecto al centro del

universo. (Ibíd.)

1.4. La relación entre la distancia Tierra-Sol y la altura del firmamento es menor que la relación

entre el radio terrestre y la distancia Tierra-Sol. Esta última es, pues, imperceptible en relación

con la altura del firmamento. Si el universo tiene dimensiones tan grandes, el movimiento de la

Tierra no puede dar lugar a un movimiento aparente de las estrellas fijas. (Ibíd.)

1.5. Todos los movimientos que aparecen en el firmamento no están causados por movimientos

del firmamento, sino por el movimiento de la Tierra. EI firmamento permanece inmóvil, mientras

que la Tierra, con los elementos que le son más próximos (la atm6sfera y las aguas de su

superficie), realiza una rotación completa sobre sus polos fijos en un movimiento diurno. (Ibíd.).

1.6. La que a nuestros ojos son movimientos del Sol no están causados por el movimiento del

propio Sol, sino por el movimiento de la Tierra y de nuestra esfera, con la que giramos alrededor

del Sol. La Tierra tiene, por tanto, más de un movimiento. (Ibíd.).

1.7. EI aparente movimiento retrógrado y directo de los planetas no procede de su movimiento,

sino del de la Tierra. EI movimiento de la Tierra es suficiente para explicar por sí solo todas las

desigualdades que aparecen en el cielo (los llamados movimientos retrógrados de los planetas se

convierten en movimientos aparentes, puesto que dependen del movimiento de la Tierra). (Ibíd.).

De tal forma que, la revolución iniciada por Copérnico no consistió en un adelantamiento de

los métodos de la astronomía, ni en un descubrimiento de nuevos datos, sino en la formulación de

una cosmología nueva basada en los mismos datos proporcionados por la astronomía ptolemaica.

Asimismo, esto siete axiomas que propone Copérnico y que concluyen con esta “reorganización

de los cielos” generan no solo una nueva cosmología sino la primera Ley de la Naturaleza, “que

evidencia la clave del universo heliocéntrico y la armonía básica que resulta de su carácter de

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Page 10: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

verdad” (Coronado, 1994, 27). Esta Ley establece la proporcionalidad entre el tamaño de los

orbes y el periodo de su revolución en torno al sol.

Asimismo, de acuerdo con Thomas Kuhn, “la revolución copernicana fue una revolución en

el campo de las ideas, una transformación del concepto del universo que tenía el hombre hasta

aquel momento y de su propia relación con él mismo” (1978, 23); en tanto que, la propuesta de

Copérnico no era crear una nueva teoría sino, como afirma el mismo Kuhn, hacer más precisa y

sencilla la teoría astronómica vigente en la época. Para ello Copérnico traslada al Sol muchas de

las funciones que se le atribuían a la Tierra en aquel momento.

En esta propuesta que realiza Copérnico podría decirse no hay absolutamente nada de

revolucionario, pese a esto se sigue utilizando este calificativo, más aún, algunos no solo llaman

a este cambio iniciado por él revolución científica o astronómica sino, con algo más de precisión,

revolución copernicana. De acuerdo con la teoría de Kuhn este cambio iniciado por Copérnico es

revolucionario porque es “el tipo de cambio que tiene como resultado el crecimiento, aumento o

adición acumulativa de lo que se conocía antes” (Kuhn, 1989, 57), de tal forma que la

revolución astronómica iniciado por Copérnico significa una reforma de los conceptos

fundamentales sobre los que se cimentaba la astronomía y, en consecuencia, la ciencia.

Esta última aseveración la podemos sustentar sobre la base de la obra De revolutionibus, con

cuya publicación en 1543, se dieron cambios radicales en la forma en que el ser humano

comprendía la naturaleza. Copérnico “propuso el movimiento terrestre en un esfuerzo por

perfeccionar las técnicas usadas entonces para predecir las posiciones de los cuerpos celestes.

Pero al hacerlo así plateó a otras disciplinas científicas nuevos problemas…” (Kuhn, 1978, 24),

de tal forma que gracias a esta revolución la ciencia empieza a jugar un nuevo y gran rol, que en

la posterior evolución del pensamiento en la sociedad occidental será su principal característica.

2. Kuhn: el significado de la revolución astronómica

El contexto sociocultural en que vivió Copérnico se caracterizó por los acelerados y

constantes cambios en el orden político, económico e intelectual con los cuales se construyeron

las bases de la modernidad. La teoría planetaria heliocéntrica de Copérnico, de acuerdo con

Kuhn, fue el instrumento que impulsó la transición de una sociedad medieval a una sociedad

occidental moderna; pues dichas teorías afectaron las relaciones del ser humano con el universo y

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Page 11: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

con Dios; asimismo fueron el foco de diversas controversias religiosas, filosóficas y sociales que

luego del descubrimiento de América y en los subsiguientes siglos, guiaron el curso del espíritu

moderno.

Cuando se habla del papel que desempeño la revolución astronómica podría pensarse

únicamente en los aportes que brindó en el campo de la astronomía, lo cual sería muy limitado;

en cambio, desde la perspectiva de Kuhn y otros autores que siguen su línea de pensamiento, la

revolución astronómica “desempeño un papel en la transformación de los valores que regían la

sociedad occidental” (1978, 25). Igualmente, la revolución iniciada por Copérnico y sus teorías

ilustran perfectamente la necesidad que la sociedad occidental tiene, tanto en la vida cotidiana

como en su filosofía, de los conceptos y el trabajo científico.

En este sentido, si hacemos una lectura desde Kuhn, la revolución astronómica significó un

avance para la ciencia no porque haya desplazado de una vez y para siempre las teorías

anteriores, sobre todo la ptolemaica, sino porque, precisamente, retoma estas teorías y las revisa,

las pone a prueba buscando no desacreditarlas, sino reinterpretar sus elementos para hacerlos más

comprensibles. Ciertamente, la ciencia progresa, dice el mismo autor, reemplazando las teorías

preexistentes por otras nuevas; no obstante, “cada nueva teoría científica conserva un sólido

núcleo de conocimientos formado por las teorías precedentes, al cual se añade otros nuevos”

(Kuhn, 1978, 26).

Por tanto, si analizamos la revolución astronómica desde la perspectiva de Kuhn podemos

obtener una estructura lógica de dicha revolución que podría aplicarse de hecho a cualquier

revolución científica. Básicamente la propuesta de Kuhn señala que un esquema conceptual en el

cual se cree, por una serie de motivos compatibles con la cosmología de ese sistema, finalmente

es incompatible con los resultados que derivan de la observación; por tanto, es preciso abandonar

la creencia en ese sistema y asumir una nueva teoría que lo reemplace.

En este sentido podemos hacer dos observaciones. Primero, es la incompatibilidad entre la

teoría y la observación “la fuente última de toda revolución en el campo de las ciencias” (Kuhn,

1978, 113); segundo, pese a la afirmación anterior, desde el punto de vista histórico este proceso

nunca y de ningún modo es tan simple pues “la observación jamás es absolutamente

incompatible con un esquema conceptual” (Ibíd.), así, lo que para los ptolemaicos era claro,

evidente y constituía una explicación clara acerca del funcionamiento del cosmos, en el universo

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Page 12: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

de las dos esferas, para Copérnico era un sistema complejo e incompatible con la realidad

observable:

Para Copérnico el movimiento de los planetas era incompatible con el universo de las dos esferas, y opinaba que, al añadir más y más círculos, sus predecesores no habían hecho más que remendar y extender el sistema de Ptolomeo para adecuarlo a las observaciones efectuadas. Creía que la propia necesidad de remendarlo era un claro indicio de que se requería un enfoque radicalmente nuevo.

Por tanto, la revolución astronómica copernicana adquirió un significado mucho más profundo

que el de una historia de astrónomos y cielos ya que toda investigación en este campo no solo

constituía avances y consecuencias en la astronomía sino que estaba en juego las bases de la

cosmología, la física, la religión, la filosofía y la ciencia. De ahí la importancia de las teorías

copernicanas, pues con ellas surge una serie de cambios en las concepciones del ser humano y del

universo, del ser humano y su lugar en este universo.

Discusión a modo de conclusión

Cuando se habla de la revolución astronómica o copernicana podría pensarse en que se habla

de una sustitución de un paradigma por otro, es decir, que la intención de Copérnico fue

desacreditar toda la tradición astronómica y científica anterior a él. Muy por el contrario, si

hacemos una lectura de esta revolución desde la teoría de Thomas Kuhn podremos comprender

que no se trata entonces de cambiar “X” por “Y”, sino que, “cada nueva teoría científica

conserva un sólido núcleo de conocimientos formado por las teorías precedentes, al cual se

añade otros nuevos” (Kuhn, 1978, 26).

¿Por qué es tan difícil asimilar la ciencia en la cultura occidental? Precisamente porque se ha

mal entendido la ciencia y sus avances como una sustitución de teorías científicas, porque se ha

reducido la ciencia a una producción tecnológica y porque se estudia únicamente como un cuerpo

organizado de conocimientos separados de la historia, de la cultura. En este sentido preciso

señalar que para la construcción de una verdadera cultura científica, además de la familiarización

y uso de los productos tecnológico, se hace necesario el estudio de la ciencia a través del estudio

de ciertos episodios particulares de las diferentes disciplinas científicas.

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Page 13: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

Por otra parte, el estudio de la revolución astronómica, como en este caso particular, debe

llevarnos a una comprensión más amplia de aquello que llamamos ciencia, de tal modo que, se

logre concretar una cierta interrelación entre la teoría y la práctica científica, entre la observación

de las teorías antiguas o actuales y la realidad observada; es decir, que para que la ciencia pueda

seguir avanzando no solo en la fabricación de instrumentos sino en la consecución de nuevas

teorías y paradigmas, si es posible, debiera apostar por la realización de una praxis científica

interdisciplinar.

Por último, en un siglo marcado por la ciencia, o al menos por la tecnología que de ella deriva,

se hace necesaria una nueva perspectiva desde donde examinar las creencias científicas que

usualmente damos por supuestas, en este sentido, considero la propuesta de Kuhn como

razonable para lograr este fin, puesto que toma en cuenta una disciplina no científica como la

historia como una de las más importantes vías para lograr este fin. De hecho, el mismo Kuhn

(1978) afirma que “si podemos descubrir los orígenes de algunos conceptos científicos

modernos y el modo en que han reemplazado a los correspondientes de épocas pretéritas, quizá

consigamos valorar de forma inteligente cuáles son sus probabilidades de supervivencia” (p.

26).

Referencias bibliográficas

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Madrid, España: Alianza Editorial

Koyré, A. (1978). Estudios de historia del pensamiento científico. Madrid, España: Siglo XXI

Koyré, A. (1999). Del mundo cerrado al universo infinito. Madrid, España: Siglo XXI.

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Kuhn, T. (1989). ¿Qué son las revoluciones científicas? y otros ensayos. Barcelona, España:

Paidós.

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Page 14: La revolución astronómica: una lectura desde Kuhn

Reale, G. & Antíseri, D. (1995). Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo II, del

humanismo a Kant. Barcelona, España: Herder.

Rossi, P. (1998). El nacimiento de la ciencia moderna en Europa. Barcelona, España: Crítica.

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