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En el presente trabajo monográfico analizaremos la intervención de Estados Unidos en América Latina en la segunda mitad del siglo XX, en el caso específico de Guatemala. Consideramos que la particularidad del caso guatemalteco es esencial para comprender las numerosas intervenciones posteriores de Estados Unidos en el resto de América Latina, por los cambios en la modalidad de las intervenciones a lo largo del período y la contundencia de los mismos. Buscamos analizar cuáles fueron las diferentes formas de intervención de los Estados Unidos en el país, cómo fue la relación entre la potencia imperialista y las elites locales y cuáles fueron las causas estructurales que llevaron a dicha intervención, así como sus consecuencias. Nuestra hipótesis apunta a demostrar que EEUU utilizó diferentes mecanismos de intervención en la primera mitad del siglo XX para el control político y económico de Guatemala, y que a partir del golpe de 1954 a Jacobo Arbenz, EEUU modificó y profundizó sus intervenciones. Para desarrollar el marco teórico que nos lleve al análisis de la hipótesis, realizaremos un recorrido por las particularidades de la situación política y económica de Guatemala desde fines del siglo XIX hasta la crisis del ’29, con los gobiernos de Cabrera, Herrera y Orellana, para luego dar paso al análisis del período que comprende desde 1930 hasta 1944, con el gobierno de Ubico y el Plan de Represión Total. Finalmente, nos centraremos en las décadas 1

La Revolución del 44(Guatemala)

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La monografía trata la revolución producida en Guatemala en 1944, tocando la consolidación del sistema liberal hasta producida la revolución, atravesando la caída hasta el gobierno de Jacobo Arbenz

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En el presente trabajo monográfico analizaremos la intervención de Estados

Unidos en América Latina en la segunda mitad del siglo XX, en el caso específico de

Guatemala. Consideramos que la particularidad del caso guatemalteco es esencial para

comprender las numerosas intervenciones posteriores de Estados Unidos en el resto de

América Latina, por los cambios en la modalidad de las intervenciones a lo largo del

período y la contundencia de los mismos.

Buscamos analizar cuáles fueron las diferentes formas de intervención de los

Estados Unidos en el país, cómo fue la relación entre la potencia imperialista y las elites

locales y cuáles fueron las causas estructurales que llevaron a dicha intervención, así

como sus consecuencias.

Nuestra hipótesis apunta a demostrar que EEUU utilizó diferentes mecanismos

de intervención en la primera mitad del siglo XX para el control político y económico

de Guatemala, y que a partir del golpe de 1954 a Jacobo Arbenz, EEUU modificó y

profundizó sus intervenciones.

Para desarrollar el marco teórico que nos lleve al análisis de la hipótesis,

realizaremos un recorrido por las particularidades de la situación política y económica

de Guatemala desde fines del siglo XIX hasta la crisis del ’29, con los gobiernos de

Cabrera, Herrera y Orellana, para luego dar paso al análisis del período que comprende

desde 1930 hasta 1944, con el gobierno de Ubico y el Plan de Represión Total.

Finalmente, nos centraremos en las décadas del ’40 y el ’50 para analizar la

intervención imperialista en los gobiernos de Arévalos y Arbenz, que desencadenarán

en el golpe del ’54 y sus consecuencias.

Dicho recorrido histórico será analizado en base a cuatro ejes que recorren el

abordaje de la historia latinoamericana: la cuestión de la tierra, la fragilidad

institucional, la violencia y la fuerte presencia imperialista.

Cuando nos referimos a la cuestión de la tierra hacemos hincapié en que la

estructura de la tierra y su propiedad siempre ha generado conflictos en las sociedades

latinoamericanas, ya sea por la concentración de minerales, de recursos, de ganado o por

las discusiones de las clases dominantes que buscan constituir un bloque de propiedad

para defender el “status quo”. Como dice Carmagnani, “El hecho de que la oligarquía,

clase dominante, se sintiera propietaria de facto –sin que le fueran indispensables los

títulos legales- del factor productivo <tierra> nos indica que en América latina la

1

posesión de la tierra constituía, siempre y dondequiera, el factor fundamental de sus

ingresos, su poder y su prestigio.”1

En cuanto a la fragilidad institucional, es una característica que se ha sucedido

desde los procesos de independencia en adelante, ya que todas las formas institucionales

responden al capital. El Estado queda así desvalorizado en lo institucional y supeditado

a los intereses económicos del mercado mundial en el que está inserto desde su

conformación.

Por otro lado, esta fragilidad se evidencia en el tercer eje, la violencia. No nos

referimos sólo a la violencia física entre ciertos actores sociales frente a un conflicto

particular, sino que nos referimos a la violencia del capitalismo, siempre presente,

generando polarización social y económica, que luego desarrollará acontecimientos

políticos violentos entre diferentes organizaciones y el Estado.

Por último, nuestro eje central de análisis será la fuerte presencia imperialista,

económica, militar e ideológica, factor presente desde el inicio de la colonización en

adelante, a partir de acciones, programas y hechos concretos de intervención. Con

respecto a este eje, podemos decir que la presencia imperialista no fue siempre de la

misma potencia hegemónica (se pueden distinguir períodos de mayor presencia del

imperio colonizador, luego del imperio Británico a partir del capital inglés, y más

adelante del imperio norteamericano) ni fue siempre llevada delante de la misma forma.

Este eje es central para abordar nuestra hipótesis acerca de la intervención de Estados

Unidos en Guatemala.

Para dar inicio a este desarrollo es necesario definir a qué nos referimos cuando

mencionamos el imperialismo y la intervención imperialista de Estados Unidos. A lo

largo de la historia, la política exterior norteamericana ha sido dominada por objetivos

claros e innegociables, como el de construir una seguridad internacional para las

corporaciones norteamericanas, promover recursos financieros para las elites, prevenir

que emerjan proyectos de sociedades que puedan representar un ejemplo alternativo al

modelo capitalista y extender la hegemonía política y económica en áreas lo más

amplias posibles. Partimos de la premisa de que “(…) las intervenciones son

extensiones típicas de las políticas que yacen detrás del fundamento del balance del

poder (…)”.2

1 CARMAGNANI, M. Estado y sociedad en América Latina, 1850-1930. Ed. Crítica. Barcelona. 1984. Pág. 24.2 COLLEONI, A. Breve historia de las agresiones de Estados Unidos. Praga. 1983 Pág. 83.

2

Entre 1880 y 1914 surge un nuevo tipo de imperio que busca supremacía en la

conquista, anexión y administración formales de nuevas regiones. Era un fenómeno

nuevo, “(…) producto de una época de competitividad entre economías nacionales

capitalistas e industriales rivales (…) por las presiones para asegurar y salvaguardar

mercados en un período de incertidumbre económica (…) Formaba parte de un proceso

de alejamiento de un capitalismo basado en la práctica privada y pública de laissez-

faire que (…) implicaba la aparición de grandes corporaciones y oligopolios y la

intervención cada vez más intensa del estado en los asuntos económicos.”3

Estados Unidos encarna esta política imperialista, concentrando sus fuerzas en

América Latina desde el período de la emancipación. La política norteamericana se

define formalmente en 1823 a partir de la declaración conocida como Doctrina Monroe,

en la cual el presidente anuncia su rechazo a la intervención europea en los asuntos

americanos, prohibiendo a cualquier estado europeo establecer colonias en América o

participar en las cuestiones internas de las nuevas repúblicas, alegando que “(…) en

cuanto a los gobiernos que han declarado y sostenido su independencia y que hemos

reconocido después de madura consideración y por justos motivos, no podríamos

considerar sino como manifestación de sentimientos hostiles contra los Estados Unidos

cualquier conato de una potencia europea con el objeto de oprimirlos o de ejercer de

cualquier modo una influencia en sus destinos.”4 Esta doctrina comenzó a ser el

sustento ideológico de la expansión territorial de Estados Unidos, que a través de

violentos exterminios indígenas y guerras con países limítrofes, se consolidó como un

país continental con costas en ambos océanos y se convirtió en una importante

economía industrial. Se fue gestando así la teoría del “destino manifiesto”, idea de que

Estados Unidos estaba destinado a ser una gran nación que terminaría dominando el

continente americano, con su misión civilizadora sobre pueblos incapaces de

autogobernarse.

El expansionismo norteamericano se inició en Centroamérica y el Caribe a partir

de enclaves y monopolios económicos. El presidente Theodore Roosevelt se basó en la

doctrina Monroe a la que le agregó la justificación de la política intervencionista con la

intención de mantener el orden en las repúblicas vecinas. El activo intervencionismo

practicado a partir de ese momento consistirá en desembarcos de tropas, ocupación de

puertos, control de aduanas, monopolización del comercio de ciertos productos a partir 3 HOBSBAWN, E. La era del imperio. 1875-1914. Ed. Crítica. Bs. As. 2007 Pág. 82.4 Citado en EGGER-BRASS, T. y GALLEGO, M. Historia Latinoamericana 1700-2005. Ed Maipue. Bs. As. 2006.Pág. 126.

3

de las compañías norteamericanas e intromisión en políticas internas a partir del apoyo

o derrocamiento de gobiernos, lo que constituyó la “política del garrote” o del “big

stick”.5 En algunos países, la intervención fomentó la injusticia social, los rasgos

antidemocráticos de los sistemas políticos, la inestabilidad en el largo plazo, los

regímenes autoritarios y la violación sistemática de los derechos humanos. Más adelante

las administraciones de Truman y Eisenhower continuaron intensificando la política de

contención militar y dependencia económica. “Los Estados Unidos plantearon de

manera enérgica la modificación de su política respecto de América Latina al finalizar

la Segunda Guerra Mundial (…) dieron su gran paso adelante con la firma del Tratado

de Río de Janeiro (1947) donde se signó un pacto militar interamericano (…) Al año

siguiente, en 1948, en Bogotá, lograron el establecimiento de la Organización de

Estados Americanos (OEA) a través (de la cual) encerraron y protegieron los marcos

económicos de la dominación continental.”6

Para analizar el caso de intervención en Guatemala, deberemos tener en cuenta

tanto la intervención económica como la militar, en los diferentes períodos de análisis,

que darán como consecuencia una intervención ideológica a partir de la generación “del

miedo a la Unión Soviética (ya fuera real o exagerado) como una justificación para la

continua intervención en los asuntos internos de los Estados de la región”7, en el

contexto de la Guerra Fría.

Habiendo aclarado nuestro punto de partida, nos disponemos a desarrollar el

análisis de la particularidad de Guatemala, para finalizar con nuestra conclusión acerca

del intervencionismo norteamericano.

Guatemala entre fines del siglo XIX y 1930

Tras las primeras décadas marcadas por las luchas independentistas los países

latinoamericanos emprendieron su organización definitiva como estado-nación. Una vez

estabilizados, iniciaron un proceso de modernización a fin de incorporarse a la división

internacional del trabajo, para tomar un lugar dentro del sistema de economía mundial.

Los Estados desencadenaron un proceso de acumulación originaria, expropiando tierras

de la Iglesia y las comunidades originarias, ya que era necesario poner en marcha las 5 MURILLO JIMÉNEZ, H. La intervención Norteamericana en Guatemala en 1954. Anuario de Estudios Centroamericanos. Univ. De Costa Rica. 1985 p. 149.6 BERNETTI, J.L. Latinoamérica: del New Deal a la Revolución Cubana (1935-1961). Appeal Ediciones. México. 1982. p. 3.7 COLLEONI, A. Op Cit. Pág. 2.

4

actividades primario-exportadoras ligadas a las inversiones imperiales. Esta transición

capitalista tuvo lugar bajo la forma “oligárquico dependiente” ya que reforzó el poder

de los terratenientes.8

En Guatemala este proceso se inició vinculado a la producción cafetalera y a la

producción bananera, con un marcado contraste entre el latifundio y el minifundio

campesino indígena. Ya en 1871, el gobierno de Justo Rufino Barrios adoptó la

legislación liberal que disolvió esas comunidades indígenas. Los indios fueron

confinados a la producción de subsistencia o reclutados como mano de obra para la

producción cafetalera.

Al igual que en el resto de Latinoamérica, en Guatemala se consolidó el Estado a

fines del siglo XIX a través de las oligarquías terratenientes, con el financiamiento de

capitales extranjeros. Las características nacionales de las elites guatemaltecas siempre

han dependido de la relación clientelar desarrollada antes y después de la independencia

en 1821. Después de la independencia, las relaciones internacionales se basaron

esencialmente en los intereses políticos y económicos que nutrieron el carácter servil

“(…) tanto de los militares como de las elites económicas, e hicieron imposibles para el

país (…) crear un proyecto nacional y así empezar a hacerse cargo de un desarrollo

económico independiente.”9

En este contexto, la dictadura de Estrada Cabrera vuelve a la revolución liberal

en un gobierno conservador y entrega el país al monopolio de inversionistas extranjeros.

El capitalismo penetra a través del campo, favoreciendo directamente “(…) la identidad

del terrateniente – propietario con el <capitalista-productor> (…) en la creación de

una economía que se mueve con una dinámica interna que combina (…) lógicas

distintas de diversos modos de producción.”10

La república cafetalera que inaugura Rufino Barrios en 1871 tuvo como base

económica una agricultura de exportación, una fachada jurídica con una Constitución

liberal y la dominación política de la burguesía cafetalera, a través de las expropiaciones

del latifundio religioso y las adjudicaciones de las tierras baldías.

La formación de la nueva estructura productiva fue paralela a la consolidación

de un núcleo cafetalero alemán. La presencia de este grupo productivo extranjero

significó, en rigor, una verdadera escisión en el seno de la burguesía rural, con una base 8 CUEVA, A. citado en EGGER-BRASS, T. y GALLEGO, M. Historia Latinoamericana 1700-2005. Ed Maipue. Bs. As. 2006.p 1499 COLLEONI, A. Op. Cit Pág. 151.10 TORRES RIVAS, E. “Guatemala, medio siglo de historia política”, en Pablo González Casanova (coord.). América Latina: Historia de medio siglo. México. Siglo XXI, 1988. p. 140

5

no étnica, sino de orden económico-social. Su poder efectivo, político, no correspondió

a una forma objetiva, sino que radicó en un apoyo tácito a la dictadura de Cabrera a

cambio del orden interno.

Según Torres Rivas, el paso de esta economía a la conformación de una

república bananera era inevitable, a través del convenio con la empresa recién nacida en

1899 entre Boston y Costa Rica.

Manuel Estrada Cabrera, dictador desde 1898 a 1920, abrió las puertas del país

a las inversiones del monopolio frutero norteamericano, la United Fruit Co. La UFCO

“(…) fue una concesión arbitraria otorgada por el dictador Manuel Estrada Cabrera

en 1904, que permitió a la compañía controlar grandes porciones de territorio sin

ninguna condición específica (…) <La Frutera> se volvió el factor dominante en la

industria bananera de Guatemala y se volvió el símbolo más representativo de los

insaciables intereses privados de Estados Unidos en la región(…) también fue el factor

central en la vida política del país al tener la capacidad de manipular y pagar a los

políticos por sus favores.”11

En sus inicios la plantación bananera fue también el patrimonio de los

productores locales de Guatemala, pero a partir de enero de 1901, los productores

bananeros locales se convirtieron en tributarios de la United Fruit Company, como

resultado de un convenio entre el gobierno de Estrada Cabrera y la UFCO. “Estrada

Cabrera actuó en nombre y representación de los plantadores locales otorgándole una

posición monopólica a esta poderosa corporación norteamericana.”12 Las compañías

bananeras que operaban en los países centroamericanos recibieron tierras en usufructo

por la construcción de ferrocarriles. Las compañías no cumplieron siempre con los

compromisos asumidos en las concesiones y por regla general, llevaron sus vías férreas

solo hasta donde convenía a sus intereses.

En consonancia con el imperio económico que manejaban, las compañías

bananeras estadounidenses lograron desarrollar una considerable dosis de poder político

en los países donde se instalaron. Es probable que en Guatemala “(…) la United Fruit

Company haya hecho uso del expediente de pagar sobresueldos a los funcionarios

públicos locales (…) promover la carrera política de aquellos líderes que se revelaban

como aliados confiables.”13

11 COLLEONI, A. Op. Cit. Pág. 143.12 POSAS, M. Las Repúblicas Agroexportadoras (1870-1945). Ed. Siruela. P. 11313 POSAS, M. Op. Cit. Pág. 155.

6

El arribo del capital norteamericano favoreció a una fracción de las clases

agrarias, redefiniendo la condición “(…) dependiente de la sociedad guatemalteca (…)

Al reforzarla en el cumplimiento de las tareas administrativas de control y orden, el

imperialismo favorece directamente el estilo absolutista de gobierno.”14

Estas condiciones económicas favorecieron la perpetuación de Estrada Cabrera

en el poder, ya que aseguraba el orden interno y la paz social exigida por los cafetaleros

alemanes, los plantadores norteamericanos y los terratenientes nacionales. Al terminar

la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Guatemala había roto relaciones con

Alemania, e intervino la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A., y confiscó acciones y

bienes de origen alemán. En 1920 esa empresa fue nacionalizada y se vendió a una

compañía vinculada a la General Electric, la Electric Bond and Share Company. A

partir de la cuarta reelección de 1917, se fue gestando la intención de terminar por la

fuerza con el régimen liberal caduco de Estrada Cabrera. Dicha intención se motorizó a

través del Partido Unionista formado en 1918, por grupos de terratenientes de tradición

conservadora, comerciantes y profesionales urbanos. “La clase media urbana sentía

ahogarse al no encontrar bajo la dictadura salida para sus aspiraciones políticas y

económicas (para “el cambio”, la frase ambigua que lo dice todo) Había asfixia social.

Los artesanos, entre otros los sastres y zapateros que eran obligados a servir al Estado

como proveedores no remunerados del ejército; o los albañiles y carpinteros forzados a

trabajar en la reparación de los daños ocasionados por el terremoto de 1917, también

sentían que el régimen represivo los ahogaba, pues si bien se les permitía organizarse

(un desahogo aparente) estaban compelidos a hacerlo en organizaciones mutualistas

dependientes del dictador, y eso interfería con su aspiración a una actuación

independiente.”15 Los pocos empresarios que por entonces había en Guatemala veían

con sumo desagrado (al igual que los profesionales y otros sectores medios) la sumisión

total de Estrada Cabrera a los intereses de la United Fruit Company, en tanto que la

naciente industria era tratada con desconsideración.

La Asamblea Nacional “(…) presionada por la agitación popular que encabezaron los

líderes del partido mencionado, declaró el 8 de abril de 1920 enfermo mental al

presidente y nombró en su lugar al terrateniente Carlos Herrera. Empezó así la

`semana trágica´ (…) una breve guerra civil (…) una crisis interna desarrollada y

14 TORRES RIVAS, E. Op. Cit. Pág. 144.15 GUERRA BORGES, A. La revolución guatemalteca del 44 y sus genealogías. FLACSO, Guatemala, 2004. Pág. 15.

7

resuelta en el seno de los grupos dominantes (…)”.16 Los derechos de importación

fueron la principal fuente de impuestos, seguidos por los derechos de exportación, e

impuestos de licores. El impuesto de exportación recaía en el café, dado que los

impuestos sobre la exportación del banano eran reducidos. En noviembre de 1920 el

impuesto al café, por quintal exportado, se redujo a un peso oro americano, primera

modificación hecha desde 1912.

Posteriormente, en 1921, Herrera fue derrocado por el ministro de la Guerra, José

María Orellana, a través de un golpe paradigmático, pero que igual que el presidente

derrocado, no varió la economía agraria fundada en el trabajo extensivo de la tierra y en

la explotación y subordinación de los indígenas. El acontecimiento económico más

destacado de este gobierno, fue la Reforma Monetaria y Bancaria, dando por concluido

un período de 26 años de emisión monetaria desordenada por parte de seis bancos

privados de emisión y del Comité Bancario formado por el gobierno de Estrada Cabrera.

Este gobierno de Orellana terminó en 1926, sucedido en el mando por otro

oficial, Lázaro Chacón, que derivó en “el desencadenamiento de la crisis económica

más profunda que Guatemala ha conocido en su historia; la repulsión generalizada al

desorden administrativo y la corrupción del gobierno de Chacón; el sobresalto de la

oligarquía agraria por el descontento en el medio rural y el surgimiento de

organizaciones sociales beligerantes, que la crisis podía estimular, crearon una

confusa idea de que alguien pusiera orden en todo aquello y evitara un desquiciamiento

general.”17 Chacón fue presidente de la República del 26 de septiembre de 1926 al 12

de diciembre de 1930. Renunció al cargo por enfermedad. Lo sustituyeron Baudilio

Palma, quien gobernó por seis días; José María Orellana Contreras, dieciséis días, y José

María Reina Andrade un mes y doce días hasta el 14 de febrero de 1931, cuando

entregó el cargo a Jorge Ubico, en medio del contexto de la crisis de La Gran Depresión

que se inició en octubre de 1929.

Como consecuencias importantes del período, “(…) los problemas monetarios

arrastrados desde 1840 encontraron finalmente solución (…) se creó el Quetzal como

moneda nacional con un valor igual al dólar norteamericano. (…) Entre 1927 y 1930 se

formaron un importante movimiento sindical de corte anarcosindicalista y una

diminuta sección local de la Internacional Comunista.”18

16 TORRES RIVAS, E. Op. Cit Pág. 145 17 GUERRA BORGES, A. Guatemala el largo camino a la modernidad, coedición Facultad de Ciencias Económicas de la USAC y el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Guatemala, 2004. Ver “El fin de una década en la historia del trabajo”, Pág. 135.18 TORRES RIVAS, E. Op. Cit. Pág. 146.

8

Ubico en el poder (1931-1944)

La tradición autoritaria que fue ejercida durante el régimen de Cabrera a través del

ejército y grupos político-burocráticos del partido liberal que mantenían el orden y el

control, explica que el régimen se prolongara por tanto tiempo, ya que mediante el terror

y la fuerza se aseguraba el orden interno y la paz social, que demandaban la burguesía

agraria guatemalteca, los plantadores norteamericanos y el sector de los cafetaleros

alemanes.19 Sin embargo, los efectos de la depresión internacional desorganizaron a la

economía de exportación, en ese momento, el último de los militares liberales de la

tradición de reformistas de 1871, el general Jorge Ubico, fue elegido como Jefe de

Estado el 14 de febrero de 1931. Con respecto a esto, el autor Torres Rivas señala: “La

elección de Ubico fue el resultado plausible de la política exterior norteamericana. Por

aquellas fechas, el artífice de la intervención imperialista en Nicaragua, Stimson,

reconocía que `…hasta hoy, Centroamérica ha comprendido que ningún régimen que

no tenga nuestro reconocimiento puede mantenerse en el poder y (…) aquellos que no

reconozcamos, caerán”.20 De esta forma podemos observar cómo las políticas

norteamericanas intervinieron para mantener su orden en la región, y por esto debemos

preguntarnos si las políticas represivas de Ubico fueron producto de las consecuencias

de la crisis económica o por necesidades directas de las políticas de Estados Unidos.

Ubico fue reconocido diplomáticamente en varias oportunidades por el imperialismo

norteamericano, ya que ante el desorden producido por el comercio mundial, debido a

la baja de la oferta industrial y demanda agrícola, fue quien tuvo que mantener el orden.

De esta manera, ante la contracción de la demanda de café y la disminución de los

precios, Ubico tomó una serie de medidas políticas y económicas de ajustes, contrajo el

gasto público, disminuyó los salarios, defendió la paridad monetaria e impulsó una

política de fuerza que lo llevó a asesinar “preventivamente” al movimiento sindical, al

núcleo fundador del partido comunista y a perseguir a sus contrincantes políticos. De

esta forma, “se combinó deflación con represión”21 teniendo que pagar el precio del

capitalismo dependiente las masas campesinas y urbanas. Según el autor Torres Rivas

“(…) De esta suerte, el resultado a largo plazo fue el reforzamiento de la economía de

subsistencia del sector campesino, arrojado desde antes al fondo de la estructura 19 Ibídem Pp. 144 y 145.20 Ibídem Pág. 146.21 Ibídem Pág. 147

9

social. Es esta la raíz económica del retroceso generalizado que experimentó la

sociedad guatemalteca en esa época”.22 Desde la crisis que implicó la Gran Depresión y

la Segunda Guerra Mundial, el autoritarismo en Guatemala se basó en un Poder

Ejecutivo fuerte, y a su vez en un Parlamento al cual solo podían acceder los

representantes del Partido Liberal Progresista, sumando a esto que los conflictos

sociales estuvieron congelados por el arbitrio policial.

Durante el gobierno de Ubico, la dinámica del Estado nacional dependiente se

expresa en que las clases dominantes son intermediarias estando bajo la dominación

extranjera imperialista, el grado de autonomía interno se establece por la

correspondencia de intereses entre la burguesía extranjera y la local y en la forma de

cómo se resuelven las contradicciones y tensiones de los intereses de ambos grupos. En

relación al período ubiquista y al carácter de dependencia de la sociedad guatemalteca

podemos observar que “(…) El embajador Sheldon Whitehouse se convirtió en el acting

adviser de la dictadura. A su diligencia se deben las gravosas concesiones del 3 de

marzo de 1936 que legalizaron la marcha hacia el Pacífico de la United Fruit Co.,

iniciada desde 1928, y que ejemplifican la precaria soberanía del estado dependiente.

La entrega gratuita de nuevas tierras en el Pacífico a cambio de tierras contaminadas

en el Atlántico; la remisión de deudas e impuestos; la concesión de servicios públicos a

esta empresa privada y otros detalles más, aceptados por el gobierno, ratificadas por

una Asamblea obediente, coreadas por una opinión pública insensibilizada por el

terror, prueban que la política imperialista tiene su correlato en una conducta y en una

mentalidad colonizadas (…)”.23 Asimismo, el general Ubico sustituyó el régimen legal

de “mandamientos” (que era el sistema de trabajo forzado que el reformismo liberal

había utilizado para tener mano de obra al servicio de la economía agrícola comercial)

por la “Ley contra la vagancia” que establecía la obligatoriedad de que todos los

campesinos indígenas mayores de 18 años tuvieran que trabajar su propia tierra en un

mínimo de 25 cuerdas (lo cual implicaba hacerlos trabajar en las haciendas de café de

manera forzosa, ya que no poseían tierras) para eludir el castigo que era la cárcel. A

algunos de estos campesinos también se los hizo trabajar, siempre de manera forzosa, en

la construcción de caminos. A pesar de las medidas tomadas por el gobierno de Ubico,

durante su mandato la producción agrícola se mantuvo estancada hasta el año 1945, que

comenzó a recuperarse.

22 Ibídem Pág. 14723 Ibídem Pág.148

10

Este régimen de partido único y Poder Ejecutivo fuerte, justificado en una etapa de

grave estancamiento económico y malestar social, ya no lo era después de la depresión.

Es que en 1931, Ubico fue el salvador de los intereses cafetaleros, pero en 1944 ya no

era necesario ni representaba ningún sector, ya que “el ubiquismo fue una estructura

piramidal de poder”24, construido sobre lealtades tradicionales sin organización o

representación orgánica de intereses de clase, incluso de la fracción terrateniente que

había sido fiel al Partido Liberal, fue un régimen de excepción. “El sistema ubiquista

fue la respuesta política inmediata a la crisis del comercio de exportación (…) y

prosperó porque encontró un país abonado por la tradición autocrática, señorial,

agraria en las relaciones políticas y sociales. Como estilo de gobierno unipersonal y

arbitrario, fue cada vez más ajeno a las realidades nacionales y al entorno

latinoamericano, porque su proyecto se basó en el predominio social que da la

propiedad monopolista de la tierra. Con Ubico llegó a su limite el funcionamiento de

un sistema que había establecido para proteger al terrateniente rentista, la producción

extensiva, el trabajo servil, la ganancia mercantil. (…) Era el poder desnudo de una

sociedad rural que vivió con exceso los traumas desequilibradores de la crisis del

treinta y vivió a la defensiva para ratificar, absurdamente, el destino colonial,

monoproductor y monoexportador de la nación.”25

Durante el transcurso de la Segunda Guerra, la alianza que establezcan los

norteamericanos con los soviéticos va a impactar al interior de Guatemala, ya que los

norteamericanos le van a imponer al gobierno guatemalteco que expropien a los

plantadores alemanes (estén vinculados o no a Hitler). Esta medida debilitó el apoyo

terrateniente al gobierno y sumado a que ideológicamente había campañas que hablaban

de la libertad, la democracia y que llegaban ecos desde Europa donde se combatía el

peligro fascista, dio como resultado que los jóvenes de la época comenzaron a

movilizarse contra la dictadura.

Ante estas circunstancias, se formó una coalición antidictatorial en 1944, que

incluía muchos sectores sociales, entre ellos por ejemplo algunos grupos burgueses que

buscaban mediante un proyecto industrial, nuevas posibilidades de acumulación y que

se sintieron sofocados económicamente por la conducción de la dictadura de Ubico.

Pero fueron los estudiantes universitarios los que comenzaron a revelarse generando que

se desencadenara un petitorio pidiendo la renuncia de Ubico, que sucedió el 1 de julio

24 Ibídem Pág. 149.25 Ibídem Pág. 150.

11

del mismo año. Pero, este dejó en su reemplazo a una junta de generales que tras varias

huelgas obrero-artesanales, la intensa actividad de maestros y estudiantes, la política de

grupos urbanos sumado al inicio de la organización sindical, “convirtieron la gesta

cívica en enfrentamiento armado”26, logrando expulsarlos el 20 de octubre de 1944, de

esta manera la dictadura fue vencida.

Con respecto a los sucesos que acontecieron durante 1944 Torres Rivas sostiene:

“El derrocamiento de Ubico no fue la enésima caída de una dictadura. Fue,

significativamente, el fin de una época y el ocaso de un estilo de conducción que

además terminó con una estructura social de dominación política. Desacreditado, el

Partido liberal no volvería jamás a levantar cabeza, el ejército no tendría generales

sino veinticinco años después, jueces y magistrados dejaron de reclutarse entre los

grupos letrados de la clase terrateniente al disolverse la Corte Suprema de Justicia. La

sociedad agraria había empezado a recorrer, así, una ruta sin regreso; y aunque es

cierto que la experiencia democrática apenas pudo prolongarse una década, sin

convertirse en hechos definitivos que alcanzaran a modificar la estructura social,

cuando se intenta con la contrarrevolución de 1954 volver al ubiquismo, ese

experimento resulta imposible. Los regímenes anticomunistas posteriores no tuvieron ni

la estabilidad política ni la base social ni los objetivos de los precluidos gobiernos

liberales.”27

Luego de algunos intentos de un régimen ubiquista pero con otros nombres, el

viejo régimen tuvo que renunciar por las revueltas sucedidas luego de la renuncia de

Ubico. Estas revueltas, que luego fueron encabezadas por tres hombres (Comandante F.

Arana, Capitán J. Arbenz y el civil J. Toriello)28, los cuales formaron una junta, y esta

llamó a elecciones y abrió el juego a nuevas oportunidades políticas. Durante el período

de transición es donde podemos observar un crecimiento de la voluntad popular que, a

partir de huelgas, movilizaciones y desarrollo de la organización popular, pudo poner

fin al régimen pos-ubiquista. En esta voluntad popular podemos encontrar una coalición

de oficiales nacionalistas, estudiantes y una pequeña burguesía.

El acontecimiento denominado como la “Revolución de octubre”, fue el inicio

de un nuevo ciclo económico, también inauguró una nueva forma de convivencia

política, de democracia con posibilidades de organización y participación ampliada. De

26 Ibídem Pág. 151.27 Ibídem Pág. 151.28 COLLEONI, A. Op.Cit. Pág. 131

12

esta manera en diciembre de 1944 en Guatemala se llamó a las primeras elecciones

libres donde el doctor Juan José Arévalo ganó la presidencia con el 86% de los votos.

La década de la revolución y las nuevas intervenciones norteamericanas

La caída de Ubico y el derrocamiento de su sucesor supusieron el fin del

liberalismo anticlerical, iniciado en 1871. A partir de 1945, la idea de plasmar una

democracia auténtica, encontró en Guatemala una sociedad rezagada, sin partidos

políticos. Estas deficiencias en la organización y prácticas políticas fueron superadas

muy lentamente. Desde este año “(…) el proceso de cambio fue dando muestras de

creciente maduración. Bajo el gobierno del Dr. Juan José Arévalo, de pensamiento

moderado, destacada personalidad intelectual, de gran integridad ética, política y

nacionalista, se comenzó a dar respuesta a necesidades sociales y de modernización

capitalista largamente sentidas…”29. Con la “Revolución de Octubre” se ve como

primer símbolo de renovación las primeras elecciones libres, en diciembre de 1944, que

abrieron una nueva etapa económica, política y social en Guatemala. Es durante la

llamada “década revolucionaria” en donde se planteó un desarrollo industrial y una

diversificación agrícola, sin dejar de lado la economía cafetalera, también dio paso a un

nuevo escenario en la vida política, apertura democrática, y renovadas posibilidades de

organización. Ya en 1946, algunas reformas de modernización capitalista tuvieron lugar

en Guatemala, como la seguridad social, la reforma monetaria y bancaria, la Ley de

Fomento Industrial -para estimular la iniciativa de inversión de los sectores tantas veces

desoídos por las desplazadas dictaduras oligárquicas-, y poco después el Código de

Trabajo, el cual reglamentó las relaciones capital/trabajo, haciendo obligatorio el pago

de salario. En los tiempos de Jacobo Arbenz, como veremos más adelante, esta política

se consolida, aportando además, la reforma agraria.

Durante el gobierno de Arévalo, Guatemala vivió un incremento de las bases

sociales del poder, esto se puede observar con la llegada de la clase media a la

estructura administrativa de gobierno, se concedió el derecho al sufragio a los

analfabetos y a las mujeres, se autorizó la libre organización de partidos y

organizaciones sociales (experiencia que había sido anulada en el período de Ubico), se

otorgó la autonomía municipal y la representación de las minorías electorales, la

libertad de prensa y un clima de tolerancia y estímulo para el debate ideológico, además

29 GUERRA-BORGES, A. La revolución guatemalteca… Op. Cit. Pág. 17.

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se declaró la legislación laboral y de protección social en la zona rural. Pero según

algunos autores, como Luján Muñoz30, estos beneficios pueden contraponerse con

algunos “errores” cometidos por el gobierno de Arévalo. En primer lugar, la

reactivación de la política de recuperación de Belice, esta intervención generó una

confrontación con Gran Bretaña, lo que generó una represalia por parte de su aliado

EE.UU., marcando al gobierno guatemalteco como comunista.31 Por otro lado, el

fracaso en la participación de la llamada “Legión del Caribe”, que tenía por objetivo

llevar adelante acciones militares contra las dictaduras de Rafael Leónidas Trujillo

(Rep. Dominicana) y de Anastasio Somoza (Nicaragua). Fueron estos dos últimos

quienes utilizaron esta ofensiva para responder, ante las autoridades de Washington, las

íntimas relaciones entre el gobierno guatemalteco y el régimen soviético.

Sin embargo, las políticas internas llevadas a cabo por el gobierno de Arévalo no

significaron una modificación substancial del sistema de dominación política, ni una

alteración de la estructura colonial que imperaba en Guatemala. Acompañando la

postura de Torres Rivas, creemos que la política de Arévalo fue reformista,

pequeñoburguesa, que supo incorporar a la burguesía urbana (como pequeños

propietarios comerciales, artesanales y de servicios) y a los sectores asalariados

intermedios (maestros, burócratas, oficiales del ejército, empleados, etc.), estos últimos

representados en el Frente Popular Libertador, el Partido de Acción Revolucionaria y

Renovación Social. Aún así, esta burguesía ascendente tuvo un profundo cambio de

postura y acompañamiento, siendo en un primer momento (1945) partidarios de la

democracia liberal, que se enfrentaba al gobierno de Ubico, pasando, gracias a la propia

práctica del poder político, a un anticomunismo que, en 1955, luchaba a favor de la

destitución de Jacobo Arbenz y su gobierno “rojo”. Si observamos en un plano general,

esta burguesía guatemalteca no sufrió, durante los gobiernos de Arévalo y Arbenz una

disminución de sus ganancias, por el contrario, se vieron beneficiados por las políticas

liberales de ambos. Entonces nos preguntamos: ¿Qué fue lo que llevó a esa burguesía

primero a apoyar el derrocamiento de Ubico, y posteriormente avalar el golpe de Estado

a Arbenz, siendo que sus ganancias y su participación política habían crecido

considerablemente durante esa década? Apuntaremos a responder por una sola vertiente.

La conciencia de clase burguesa, es esta la que, tapada y sin posibilidades de ascender 30 LUJAN MUÑOZ, J. “La década revolucionaria, mito y frustración”, En publicación: Diálogo Nro. 37. FLACSO. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede Guatemala, 2004. Pág. 22.31 MEERS, S. “Triangulo de las relaciones entre Gran Bretaña, Estados Unidos y Guatemala. 1945-1954”, en: Historia General de Guatemala, Jorge Luján Muñoz, Director General, Tomo VI: Época contemporánea: 1945-1996. Guatemala, FUCUDE, 1997. Pp. 41-43.

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en el plano económico-político durante todos los gobiernos que tuvieran acuerdos con

capitales extranjeros (principalmente alemanes en un primer momento, luego

estadounidenses), se vio con el acceso al poder político a medida que crecía el

económico, dentro de los años de ampliación de la participación política. En los

primeros años del gobierno de Arévalo se va consolidando el sindicalismo de masas, y

la actuación popular se ve reflejada en la Confedereación General de Trabajadores, la

cual en 1951 agrupó a 400 sindicatos y 100.000 obreros. Además no debemos dejar de

lado el fortalecimiento de la Confederación Nacional Campesina. Para responder la

pregunta antes propuesta con mayor claridad Torres Rivas nos dice que “…el

movimiento popular tuvo, así, una dinámica ascendente que lo fue transformando de

masa de maniobra electoral, influido por los partidos democráticos, en un actor

autónomo dentro del Frente Democrático Nacional (…) La intervención

norteamericana que cortó brutalmente el experimento democratizador se produjo

cuando el enfrentamiento de clases estaba transformando su naturaleza…”32 . Este

primer gobierno democrático fue, sin dudas, liberal. Aún con las medidas que llevó

adelante Arévalo en pos de la acumulación capitalista, favoreciendo al sector privado,

este último no podía, perteneciendo a la vieja tradición oligárquica, en ningún momento

aceptar el código de trabajo. Esta política reformista tuvo la impronta de la formación

de Arévalo, el cual tuvo como objetivo “(…) educar a la ciudadanía en prácticas

democráticas, deliberativas, para crear hábitos cívicos…”33. Es durante el sexenio del

gobierno de Arévalo que la burguesía agraria, descontenta, llevó a cabo 28 intentos de

golpes de estado, los cuales pudieron ser minimizados por la gran movilización armada

guatemalteca y la lealtad de varios grupos de oficiales que apoyaban al presidente. El

caso más significativo es el del año 49, el cual tuvo sus orígenes en la disputa por la

sucesión de Arévalo entre Arbenz y Arana, en donde este último termina siendo

asesinado. Ante este hecho, la derecha y el centro derecha perdieron su mejor

candidato.34

Con la llegada de Jacobo Arbenz a la presidencia de Guatemala, con más del

65% de los votos emitidos, se profundizan las reformas, ya que lleva adelante una

transformación hacia una sociedad capitalista, que sea independiente y moderna. Para

poder lograr esto debe enfrentar a dos oposiciones fuertes y bien marcadas, por un lado

a los terratenientes, para poder fortalecer el mercado interno, y por el otro al 32 TORRES RIVAS, E. Op. Cit. Pág. 155.33 IBIDEM. Pág. 156.34 LUJAN MUÑOZ, J. Op. Cit. Pp. 22-23

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imperialismo, para poder expandir ese mercado. ¿Cómo puede lograr esto? A través de

la Reforma Agraria. Aquí, a diferencia del mandatario anterior, Arbenz apunta hacia

capitales extranjeros, además de los locales. De esta forma, a partir del censo realizado

en 1950, en donde solo “el 2% de los propietarios acaparaban más del 70% de la tierra

cultivable”35, mientras que el 57% de los campesinos no poseían tierras, y además había

un propietario extranjero (la United Fruit Co.) que era el latifundista más importante de

Guatemala, ante todo esto el objetivo de la reforma era claro: “(…) descomponer las

clases agrarias para darle paso al desarrollo capitalista de la agricultura, crear el

mercado indispensable para el crecimiento industrial, liquidar las bases sociales del

poder terrateniente, realizar un acto histórico de justicia social dándole la tierra al que

la trabaja…”36. Así, durante el último año de gobierno, Arbenz firmó decretos

expropiatorios de 495.843 hectáreas de tierra ociosa; de ese total un poco más de

150.000 hectáreas fueron arrancadas del enclave bananero norteamericano en un acto de

soberanía que precipitó la abierta conspiración del imperialismo contra el gobierno

democrático. En menos de dos años, el régimen entregó tierra a más de 100.000

campesinos (entre el 30 y el 40% de los trabajadores sin tierra) y dio créditos por valor

de 18 millones de dólares, pero también estableció el pago en dinero y en bonos del

estado por el valor de la tierra expropiada.37 A lo que venimos desarrollando, hay que

agregarle otras medidas adoptadas durante los gobiernos democrático-burgueses, como

lo son, en mayor o menor medida, la diversificación agrícola, la creación de empresas

de propiedad estatal que compitieran con los monopolios norteamericanos en materia de

transporte y energía eléctrica.

La política internacional del gobierno de Arbenz tiene sus raíces en octubre de

1944, en donde la Junta Revolucionaria de Gobierno marcó tres puntos fundamentales:

“Primero, la ruptura de relaciones con el régimen del general Francisco Franco;

luego, el establecimiento de relaciones con la Unión Soviética; y finalmente, la

manifestación explícita de inconformidad al momento de firmar la Carta de las

Naciones Unidas, que concedía derecho de veto a las cinco grandes potencias (Estados

Unidos, Unión Soviética, Inglaterra, Francia y China), por considerarlo

“antidemocrático y discriminatorio”.38 Así, vemos como no puede sorprendernos que

Arbenz, en 1951 se negara a enviar tropas para apoyar la guerra llevada a cabo por 35TORRES RIVAS, E. “Guatemala: medio siglo…”Op. Cit. Pág. 15636 IBIDEM Pág. 15737 IBIDEM Pag. 15738 GUTIERREZ, E. “Política exterior y estabilidad estatal”. En: Cuadernos de Investigación no. 5. AVANCSO, Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala. 1990. Pág. 21.

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EE.UU. contra Corea. Además, durante la sexta Asamblea de la Organización de

Naciones Unidas, en París en 1951-52, “(…) la delegación guatemalteca votó once

veces con los países socialistas, ocho de ellas contra Estados Unidos. En la Séptima

Asamblea de la ONU, celebrada en Nueva York en 1952-53, Guatemala se pronunció

por el reconocimiento de la independencia de la Guayana Británica (Guyana) y por

aplicar a Puerto Rico el tratamiento de colonia, postura que de nuevo molestaba a

Estados Unidos.”39

Obviamente, ante esta política exterior de Guatemala, Estados Unidos intensificó

sus intervenciones, tanto en el plano económico-político –a través de las vías

diplomáticas de los embajadores- como en el plano militar. En el primer punto, EE.UU.

le quitó la ayuda económica, debido a los reclamos ejercidos por la United Fruit Co.,

además en 1954, mientras se celebraba la Conferencia Interamericana de la OEA, en

Caracas, fueron las presiones norteamericanas las que supieron conseguir que se

aprobara una resolución contra Guatemala, en la cual se convocaba a la unidad del

hemisferio contra la agresión comunista. El único país que se opuso a esta resolución

fue Guatemala, y Argentina y México, los únicos que se abstuvieron.

Es en este año -1954- que Estados Unidos despliega diversos mecanismos de

intervención sobre Guatemala. Por un lado, el papel preponderante del Secretario de

Estado norteamericano John Foster Dulles, quien mantuvo una política invasiva en el

plano económico-político, por estar cercano a los intereses de la UFCO, junto con el

Secretario Ayudante para Asuntos Interamericanos John Moors Cabot, quien además

era uno de los mayores accionistas de la UFCO. 40 Por otro lado, en el plano militar, con

el apoyo de la CIA, un grupo de mercenarios, al mando del coronel Carlos Castillo

Armas, reunidos en Honduras, invadieron Guatemala. Una primera columna tomó

Esquipulas sin resistencia, mientras otras dos eran derrotadas, una en Gualán y la otra

por mar en Puerto Barrios. Luego de la toma de Chiquimula, hubo un cese de

hostilidades. El gobierno quiso una salida diplomática ante las Naciones Unidas, en la

cual se opuso Estados Unidos, porque decía que debía de hacerse en la OEA. El hecho

es que el Ejército no hizo frente a los invasores y Arbenz renunció el 27 de junio, sin

consultar con su gabinete ni seguir los canales constitucionales, ya que en lugar de

presentar su renuncia al Congreso depositó el cargo en el Jefe de las Fuerzas Armadas,

coronel Carlos Enrique Díaz. El gobierno se desmoronaba y terminaba prematuramente 39 IBIDEM. Pág. 22.40 Para más información véase: “La batalla de Guatemala”, de Jorge Toriello Garrido. http://www.literaturaguatemalteca.org/toriello1.htm

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la Era de la Revolución. La contrarrevolución a cargo del gobierno de Castillo Armas

(1954-1956) tuvo como objetivo “desovietizar” el país conforme al “Plan de

Tegucigalpa” y que eligió como medio la violencia política: matanza de miles de

campesinos tildados de comunistas por reclamar una parcela de tierra, de decenas de

integrantes de comités agrarios locales, la expulsión violenta de viejas heredades

campesinas, la cárcel para miles de sindicalistas, estudiantes y maestros y la fuga de

más de 50.000 personas a México. Asimismo, se estableció la ilegalidad de todas las

organizaciones sindicales, se disolvió el Congreso y derogó la Constitución de 1945; el

Código de Trabajo fue reformulado y el decreto 31 sancionó legalmente la

contrarreforma agraria. Además, se creó el Comité Nacional de Defensa contra el

Comunismo. Por otra parte, el gobierno anticomunista recibió donativos

norteamericanos por 80 millones de dólares para llevar a cabo la modernización

capitalista que se basaba en la estabilidad monetaria, la rebaja de salarios para impedir

las alzas, el total respeto a la empresa privada e industrialización con predominio del

capital extranjero. Esto fue estimulante para el empresariado local, al revalorizar

políticamente la propiedad privada, al ilegalizar el conflicto social y facilitar la

sobreexplotación de la mano de obra local. Por otra parte, el capital extranjero retornó

para controlar sin embozos la industrialización nacional. Así, bajo este régimen el país

se convirtió en exportador de carne, azúcar y algodón.41

“Transcurrido el apogeo de la revolución, la aspiración era, puede decirse con certeza,

que a Arbenz le sucediera alguien que garantizara la consolidación de las conquistas

alcanzadas, las cuales constituían, particularmente la reforma agraria, la base firme y

estable para el desarrollo capitalista, moderno, del país y de la práctica de una

democracia ampliamente participativa. Era el obvio desenlace de una revolución

nacida del cansancio acumulado por el estado de cosas de 1900 a 1944. Pero la guerra

fría no supo esperar. Sus obsesiones le cerraron los ojos a lo que pudo ser una

alternancia pacífica del poder.”42

A partir de aquí, una vez finalizada la década revolucionaria, nos dispondremos a

desarrollar brevemente las consecuencias del Golpe de Estado, haciendo un recorrido

sintético, para poder observar los alcances de esa crisis política que dejó la intervención

norteamericana en Junio de 1954. Desde esta nueva organización impulsada por las

políticas de Washington se intentó construir un bloque de poder con la alianza de la

41TORRES RIVAS, E. Op. Cit. Pp. 159-164.42 GUERRA-BORGES, A. Op. Cit. Pág. 19.

18

burguesía, pero se dificultó debido a la oposición de intereses dentro de la misma clase,

y por la vuelta a un estado autoritario que recuperaba las prácticas de los antiguos

regímenes dictatoriales. Así fue como, luego del asesinato de Castillo Armas en 1957,

se produjo una profunda crisis de poder centralizar el poder contrarrevolucionario. En el

año 58´ asumió el gobierno Ydígoras Fuentes, que para contribuir a fortalecer la

capacidad de capitalización de la burguesía entregó las fincas nacionales a manos del

sector privado y expropió a centenares de campesinos a favor de la United Fruit Co,

además realizó una nueva legislación de fomento industrial que sirvió para que todas las

pequeñas y grandes manufacturas de alimentos, cosméticos, fármacos, etc, de origen

norteamericano se aposentaran como industrias nacionales de competencia fácil para el

mercado común de Centroamérica. Por otra parte, aceptó colaborar con el gobierno

norteamericano en los planes de invasión a Cuba, a cambio de obtener una proporción

mayor de la cuota azucarera arrebatada a la isla y el perdón de la deuda de 1.8 millones

de dólares que la CIA había prestado a Castillos Armas para llevar adelante la invasión

desde Honduras.43

Para finalizar el presente trabajo monográfico nos dispondremos a realizar una

serie de conclusiones no para dar por terminado el debate, sino todo lo contrario, poder

dar nuevos interrogantes para abrir las discusiones acerca del golpe de Estado en 1954 a

Jacobo Arbenz. Para esto retomaremos nuestra hipótesis, desarrollada hojas arriba,

utilizándola como inicio del debate. Nuestra hipótesis apunta a demostrar que EEUU

utilizó diferentes mecanismos de intervención en la primera mitad del siglo XX para el

control político y económico de Guatemala, y que a partir del golpe de 1954 a Jacobo

Arbenz, EEUU modificó y profundizó sus intervenciones. Luego de la crisis impuesta

por el golpe de Estado del `54 la “(…) política de asistencia económica una vez que ya

ha sucedido la crisis política. Por lo tanto, el poder se vuelve tanto un medio como un

fin, y se ubica como la única vía que tiene Estados Unidos para convencer a los

latinoamericanos y al mundo de la necesidad de contar con su buena voluntad por el

bien del progreso, la libertad y la democracia (…) y construir una imagen del <buen

samaritano>”.44

43 TORRES RIVAS, E. Op. Cit. Pp. 165-167.44 COLLEONI, A, Op. Cit. Pág. 19

19

“La cuestión soviética fue, por mucho, el tema más importante que enfrentaba Estados

Unidos; solo en ese contexto podía llevar adelante su estrategia de fuerza en el contexto

global y en los asuntos internos de América Latina.”45

No podemos pensar, por lo ya visto, que la contrarrevolución fue algo improvisado, sino

todo lo contrario, ya desde el triunfo de la “revolución de octubre” podemos hablar de

una serie de intervenciones que cumplieron su objetivo en 1954, “Pasaron diez años en

los cuales las piezas paulatinamente se fueron colocando en el tablero de la

contrarrevolución. Se forjaron actores, alianzas, discursos, identidades.

Paradójicamente, en paralelo con la revolución, con las reformas democráticas, con

cierto clima –excepcional en Guatemala- de pluralismo político, su opuesto, el

anticomunismo, se deslizaba lentamente hasta hacerse con el poder del Estado”46

¿Podemos pensar en una década de florecimiento político, económico y social en la cual

hubiera intereses locales y extranjeros contrarios a esas políticas? Obviamente la

respuesta es si, pero apuntamos a otra cosa con la pregunta. ¿Fue necesaria esa década

para poder llevar a cabo los intereses norteamericanos? ¿Ante las políticas dictatoriales

previas a Arévalo, hubiera sido posible un gobierno como lo hubo post 54?; ¿Solamente

con el anticomunismo le alcanzó a EE.UU. para encontrar tantos aliados?; ¿Dentro del

contexto de la Guerra Fría, la Guatemala de la revolución fue comunista?; El autor

Colleoni plantea que hubo una “(…) incapacidad deliberada de Estados Unidos para

distinguir el cambio comunista del cambio moderado o reformista.”47Pero nosotros

preguntamos ¿fue una incapacidad o una herramienta de sus verdaderos intereses? En

este punto diferimos de lo propuesto por Colleoni, ya que con lo expuesto en el trabajo

vimos cómo EE.UU. intentó en diferentes momentos y diversos mecanismos durante la

década 45-54 intervenir política, económica y socialmente en Guatemala. A todo esto

tenemos que sumarle las consecuencias de las políticas norteamericanas impuestas con

el objetivo de mantener un orden en Guatemala luego del Golpe de Estado. “La más

importante fue el etnocidio guatemalteco que tuvo lugar en los años siguientes al golpe

(…) monitoreado por la CIA y el Estado Mayor Presidencial (…) las instituciones

políticas guatemaltecas fueron sistemáticamente debilitadas desde fines de los años

cincuenta en adelante.” 48Así podemos dar fin al presente trabajo con la intención de

generar nuevos debates o nuevas miradas sobre los diferentes mecanismos de 45 IBIDEM Pág. 33.46 VELA CASTAÑEDA, M. Guatemala, 1954: las ideas de la contrarrevolución. Foro Internacional 179, XLV. 2005. Pág. 9347 COLLEONI, A, Op. Cit. Pág. 35.48 IBIDEM Pág. 342.

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intervención que utilizó EEUU. en Guatemala durante la primera mitad del siglo XX y

la profundización de estos a partir del golpe de 1954.

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