La Revolucion Mexicana

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Ensayo breve sobre la revolución mexicana. Desde el punto de vista literario.

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Facultad de Filosofa y Letras

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Facultad de Filosofa y LetrasOpt. Novela de la Revolucin. Aguilar Prez, Alma Olivia

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Fecha de entrega: 27 mayo 2010La Revolucin Mexicana gran acontecimiento en nuestra historia que marc de alguna manera a la sociedad tanto econmica, poltica y culturalmente. Revolucin que inicia en 1910 con la rebelin maderista y termina en 1920 con la muerte de Carranza. Movimiento que protest contra la dictadura porfirista y privilegios que disfrutaban ciertas clases sociales como los terratenientes, el clero y los industriales, quienes impidieron toda intervencin popular y democrtica.

En la literatura podemos encontrar un estilo muy singular de novela que ha sido llamado Novela de la Revolucin, los principales autores fueron: Mariano Azuela, Martn Luis Guzmn, Jos Vasconcelos, Jos Rubn Romero, Agustn Vera, Gregorio Lpez y Fuentes, Rafael F. Muoz, Nellie Campobello, Mauricio Magdalena, Jorge Ferretis, Francisco Rojas Gonzles, Jos Mancidos y Agustn Yaez.

En este ensayo abordar varios temas en torno a ciertas novelas revolucionarias, ya que el eje es la revolucin mexicana y con esto del famoso Centenario, el gobierno junto con los medios de comunicacin se han encargado de bombardear a la gente con una idea vaga, desconocida e ignorante acerca de lo que en realidad fueron las revoluciones y no la Gran Revolucin como todo el mundo cree que sucedi.

Temas como la falta de ideologa, las corrupciones para llegar al poder, la lealtad, por una parte; por la otra, los distintos estilos de escritura, las perspectivas que ofercen los escritores como: Martn Luis Guzmsn, Jorge Ibargengoitia, Rafael F. Muoz, Mariana Azuela y Nellie Campobello.

Sin lugar a dudas, el asunto que ms me ha interesado es la falta ideolgica de los personajes revolucionarios, dado que crea ciegamente que todos los que se iban a la bola tenan en claro el objetivo de irse a luchar por sus ideales, sin embargo cuando empec a leer estas novelas me d cuenta de lo contrario. Muchos hombres armados ni siquiera saban porqu estaban luchando y mataban slo por seguir rdenes. Claro que esto ni por error lo difunden los medios, nos dejan con una idea superficial de lo que en realidad fue el movimiento. No es de olvidar que no todos carecan de ideologa, algunos si saban a lo que iban y con quin estaban, pero eran pocos.

Estos anti-hroes tambin deberan ser recordados en las fiestas del Centenario porque aunque no son las grandes figuras que todos conocemos como Zapata, Villa, Madero, etc., desarrollan un papel importantsimo en la lucha, pues si estos grandes revolucionarios que acabo de mencionar no hubieran tenido gente que los siguieran, jams se hubiera realizado el combate. -El presidente Madero no es revolucionario?

-S, lo es, y nosotros, sus contrarios, lo somos tambin.

Madero, Orozco Nombres nada ms. Nosotros no debemos personificar las ideas, porque el pueblo se aleja ms fcilmente de los hombres que de las tendencias. No es preciso que sea Orozco el que triunfe sobre Madero, ni Madero el que se imponga sobre Orozco; es preciso que sea el pueblo el que triunfe.

Adems estos anti-hroes juegan un papel importante en la literatura. Azuela, Refael F. Muoz y Campobello los hacen protagonistas en sus novelas. En Los de Abajo, Demetrio Macas; en Vmonos con Pancho Villa!, Tiburcio Maya; en Se llevaron el can para Bachimba, el pequeo Alvarito; en Cartucho, Bartolo de Santiago, Agustn Garca, Antonio Silva, Epifenio , Zafiro y Zequiel, Felipe Angeles, entre otros ms.

En estos personajes, al menos en los de Azuela y F. Muoz se percibe una lealtad sorprendente, aunque hubieran pasado por algo difcil ni si capaces de dejar de luchar:Estamos otra vez acuartelados en los carros, en el mismo sitio que tres das antes. Otra vez ms nos domina la incertidumbre y la impaciencia. Para qu hemos salido?

Leales? estos hombres esperaban y esperaban un mensaje, pero no obtenan respuesta, sin embargo nunca desistieron de seguir luchando.

Los de la Brigada Ruiz no tenamos ya de qu hablar. En todas las caras vea yo la misma inconformidad, la misma inquietud. Marcos se pasaba las horas en la oficina del telegrafista, esperando un mensaje que no llegaba.

En Vmonos con Pancho Villa! este tema est envuelto en Tiburcio Maya hasta el final, tanto que tuvo la oportunidad de traicionar a Villa, pero su lealtad hacia l impidi abandonar a su general. Desde mi punto de vista, este lazo que construy hacia su Villa nos parece de alguna manera ilgica, pues fue tanto su apego que hasta dej que asesinaran enfrente de l a su esposa y a su hija sin decir nada, solamente apretar las mandbulas ante aquella escena frvola, sin piedad:

Rpidamente, como un azote, desenfund la pistola y de dos disparos dej tendidas, inmviles y sangrientas, a la mujer y a la hija.

- Ahora ya no tienes a nadie, no necesitas rancho ni bueyes. Agarra tu carabina y vmonos. Con los ojos enrojecidos y la mandbula inferior suelta y temblorosa, las manos convulsas, sudorosa la frente, sobre la que caan como espuma de jabn los cabellos blancos, el hombre tom de la mano a su hijo y avanz hacia la puerta.

Indiscutiblemente tambin esto sucede en la novela de Mariano Azuela: Los de abajo, obra estudiadsima por muchos crticos. En esta narracin, los revolucionarios caminan sin rumbo y se meten a la emboscada aunque ellos mismos saban que si lo hacan no saldran vivos, pero esa falta de conciencia resulta ser la mdula vertebral de la novela. Antonio Magaa Esquivel postula que en Los de abajo se piensa en una disparidad de hombres contagiados de rencores o en el dolor de una existencia desorganizada que busca angustiosamente encarnar en una idea o en un sistema nuevo.

Todos estos hombres de Los de abajo estn contagiados como bien lo ha dicho Magaa, no es que ellos verdaderamente tengan o, mejor dicho, sientan una ideologa contundente acerca de lo que queran yndose a la bola:

Entiende, compaero?

Demetrio inclin la cabeza en seal de asentimiento.

-Qu dice de eso, compaero?- interrog Natera.

Demetrio se alz de hombros.

-Se trata, a lo que parece, de seguir peleando. Bueno, pos a darle; ya sabe, mi general que por mi lado ni hay portillo.

-Bien. y de parte de quin se va a poner?

Demetrio muy perplejo, se llev las manos a los cabellos y se rasc breves instantes.

-Mire, a m no me haga preguntas, que no soy escuelanteLa aguilita que traigo en el sombreo ust me la dio Bueno, pos ya sabe que no ms me dice: Demetrio, haces esto y esto y se acab el cuento.

Por otro lado, Martn Luis Guzmn y Jorge Ibargengoitia critican a los sistemas. En La sombra del Caudillo, tal como el ttulo lo sugiere, una sombra (lvaro Obregn) siempre quiere intervenir en la campaa del presidente electo Plutarco Elas Calles. Se trata de una novela poltica, basada en la rebelin de Adolfo de la Huerta a fines de 1923 y principios de 1924 y, por su desenlace trgico, con el asesinato del general Francisco SerranoGuzmn fusiona los dos dramas y crea uno distinto. A nivel histrico-poltico, La sombra puede entenderse como una denuncia feroz contra la barbarie y la mentira electoral.

En el ascensor haba dicho a Tarabana, que an le acompaaba:

-Ahora si, te lo aseguro, me han colmado el plato. Pero no aguanto ni una hora ms. Ni un minuto ms! Las pruebas de la infamia estarn en mi poder esta misma noche, y maana ocurre una de dos cosas: o renuncia Hilario Jimnez, o renuncio yo despus de romper con el Caudillo.

En Jorge Ibargengoitia tambin hay una fuerte critica al sistema, pero l lo aborda sarcsticamente. En El atentado, obra de teatro en tres actos, el autor nos muestra cmo, supuestamente, asesinaron a lvaro Obregn en la Bombilla, y digo supuestamente porque sospecho que hubo mano negra para que Pepe pudiera acercarse a Borges y matarlo fcilmente. Claro que Ibargengoitia pone humor a todo este acontecimiento como por ejemplo el nombre de los diputados: Balgaon, Gabaldn, Malagn; y el nombre de los periodistas: Baz, Paz, Raz. Otro elemento sarcstico importante es la advertencia al principio de la obra: Si alguna semejanza hay entre esta obra y algn hecho de nuestra historia,

no se trata de un accidente, sino de una vergenza social.

En cuanto a la novela, Ibargengoitia propone una anti-novela de los hechos picos. En Los Relmpagos de Agosto el escritor lleva a los personajes heroicos al piso, es decir que los baja del pedestal, para poder criticarlos cmodamente y destapar los sobornos electorales, las trampas por las que ha pasado y pasar Mxico sin llegar nunca a un buen gobierno, pero eso si hay que celebrar orgullosamente nuestro Bicentenario de ser independientes y el Centenario de la Revolucin:- Vamos a matar a Vidal Snchez antes de que termine su periodo, para que Juan sea nuestro presidente dijo Trenza que de todos los all presentes, era el que ms mritos tena en campaa.

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Todos contestamos que s, por supuesto. Despus nos fuimos a casa de Juan Valdivia, para ver cmo le dbamos la vuelta a nuestra promesa. Ms vala perder el prestigio del Partido que la Jefatura de Zona. La solucin era muy fcil: bastaba con nombrar presidente del PRI al elocuente Horacio Flores, un diputadillo, y nosotros concretarnos a apoyarlo de trasmano.

Por ltimo quiero llegar a la obra de Nellie Campobello: Cartucho, novela, cuentos, relatos, ancdotas, en fin todava no muy bien definida por los crticos, sin embargo, rompi con el canon de la novela de la revolucin. No menciona nada acerca del movimiento, slo su simpata inconfundible por Villa. Sus relatos estn basados en hechos reales por eso son tan precisos, van al punto, no se le escapa nada estructuralmente. Pero lo mejor es la voz narrativa: la nia, que es algunas ocasiones es cruel, relata con una frialdad, con un humor negro que nos convence de lo que ella est narrando. Parece que esta nia es inocente, sincera, autentica, sin embargo no lo es as, sino que la voz narrativa hace de la nia un ser convincente:Los encontr uno al lado del otro. Zequiel boca abajo y su hermano mirando al cielo. Tenan los ojos abiertos, muy azules, empaados, pareca como si hubieran llorado. No es pude preguntar nada, les cont los balazos, volte la cabeza de Zequiel, le limpie la tierra del lado derecho de su cara, me conmov un poquito y me dije dentro de mi corazn tres y muchas veces: Pobrecitos, pobrecitos. La sangre se haba helado, la junt y se la meta en la bolsa de su saco azul de borln. Eran como cristalitos rojos que ya no se volveran hilos calientes de sangre.

Esto es lo sorprendente en Nellie, el manejo de la voz infantil y ese trato con los muertos tan natural. La precisin en el leguaje en lo que es admirable en la obra de esta gran mexica, pues aunque ella no tuvo preparacin acadmica marc la novela de la revolucin.

En conclusin podemos ver que hay asuntos ms importantes que festejar en este ao, pero que los medios no difunden y nos presentan una revolucin un poco a su conveniencia. Fueron muchas luchas, muchos muertos, mucha falta de ideologa, elecciones impuestas, asesinatos, reelecciones, en fin hubo muchos acontecimientos detrs de la gran revolucin, pero todo esto lo podemos conocer en la literatura. Aquellos autores que fueron testigos de lo que realmente sucedi tambin merecen ser recordados por todos los mexicanos y no por unos cuantos que conocemos sus obras.

Existen ambigedades en la literatura y en la mayor parte de nuestra vida, sin embargo, histricamente los que participaron en la Revolucin obtienen nuestra admiracin por su lucha hasta morir, defendiendo al pas de las garras del enemigo.

BIBLIOGRAFA.

AZUELA, Mariano. Los de abajo. Edicin crtica de Jorge Ruffinelli.

CAMPOBELLO, Nellie. Cartucho. Ediciones Era, Mxico, 2000, 175 pp.

Ediciones UNESCO, Madrid, 1996,360 pp.

F. Muoz, Rafael. Vmonos con Pancho Villa!/ Se llevaron el can para Bachimba. Clsicos de la literatura mexicana. Mxico, 1979, 345 pp.GZMAN, Martn Luis. La sombra del caudillo. (Coleccin archivos) CONACULTA y Fondo de Cultura Econmica. Francia, 2002, 830pp.IBARGENGOITIA, Jorge. Los relmpagos de Agosto. Clsicos de la literatura mexicana, Mxico, 1979, 279 pp.

IBARGENGOITIA, Jorge. TEATRO. Tomo III. Joaqun Mortiz, Mxico, 2000, 360 pp.MAGAA Esquivel, Antonio.Conciencia de la Revolucin en La novela de la Revolucin, Porra, Mxico, 1974, 52-61 pp.

Rafael F. Muoz. Se llevaron el can para Bachimba.. p.274.

Op. cit. 256.

Ibidem

Vmonos con Pancho Villa! p. 98

Antonio Magaa Esquivel. La conciencia de la Revolucin p. 56

los de abajo. p.121

Juan Antonio Rosado. El Caudillo, p. 750.

La sombra del Caudillo. p. 365.

Los relmpagos de Agosto. p. 27.

Ibidem.p. 42.

Cartucho. Zafiro y Zequiel, p. 64