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La Sobreestimulación actual de los seres humanos
COMO COMBATIRLO CON LAS 3 REDES
MENTALES
El ser humano hoy día vive superexcitado, superestimulado, superestresado. Demasiado
ansioso, inquieto, nervioso, disperso.
Hoy día, como nunca en la historia de la humanidad, el ser humano tiene gadgets, celulares,
smarthphones, internet, televisión, radio, videojuegos, tablets o Pads, MP3, correo
electrónico, chat, redes sociales, fotografías panorámicas de 360 grados, mapas de todo el
mundo a un click de distancia, miles de aplicaciones (apps) en sus celulares, etc.
Tanta información, tanto conocimiento, tantos datos y tan poca sabiduría para manejar
todo eso ocasionan que el ser humano esté como emborrachado. Se ha vuelto un
drogadicto a la estimulación. No puede vivir sin estar checando cada minuto si le llegó un
nuevo mensaje, un correo, si alguien comentó su post, si sus amigas o amigos le dieron
“like” (me gusta) a su foto o a su comentario.
Como dijo Albert Einstein: “temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad.
El mundo solo tendrá una generación de idiotas”.
Incluso cuando se reúnen a comer las familias o los amigos, en vez de platicar y verse la
cara, cada quien está con su iPhone o su Blackberry o su Samsung o su Android.
Los profesores en las escuelas tienen problemas para mantener la atención de los alumnos,
los cuales están sobreestimulados. Los alumnos no saben cómo fijar la atención en un solo
tema, cuando están acostumbrados a manejar cientos de temas al instante.
¿Qué está haciendo la ciencia y los modelos educativos para resolver esta
cuestión?
Las neurociencias, los modelos educativos occidentales y las técnicas orientales de
meditación, tienen la respuesta y ésta es trabajar con las Tres Redes Cerebrales o Mentales
de los seres humanos:
1. La red de la orientación
2. La red de la atención, y
3. La red de la función ejecutiva
¿Qué es la red de la orientación?
Es cuando todo es importante y nada es distracción.
Es cuando tenemos que poner atención a todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
Es por ejemplo, la red cerebral que utilizamos cuando vamos manejando un automóvil.
Tenemos que estar pendientes del camino, del volante, del pedal de acelerador, de la
palanca de velocidades, del radio, del policía, del semáforo, del peatón que va cruzando, de
la plática de nuestro compañero de al lado, etc.
Todo es relevante. Estamos en todo y en nada al mismo tiempo. Porque si le ponemos
demasiada atención a algo se la estamos quitando al conjunto, a todo lo demás.
Es una red importante y a veces se malentiende. Por ejemplo, cuando un estudiante dice
que puede estar estudiando al mismo tiempo que escucha música, que come y que habla por
teléfono con su compañero o está pendiente de un chat por internet.
Es cierto que las mujeres son multitasking (multitarea) y los hombres monotasking
(monotarea). Es decir que las mujeres tienen más habilidad para estar en muchas cosas al
mismo tiempo.
¿QUE ES LA MEDITACIÓN? ¿Por qué y cómo meditar?
Programa para hoy:
“inspirar, expirar, inspirar”
Buda
Así como un atleta de alto rendimiento que quiere ir a competir a las Olimpiadas entrena su
cuerpo. De la misma forma, nosotros tenemos que entrenar diariamente nuestra mente.
Cultivar la atención unipuntual y la capacidad de análisis introspectivo eso es lo que se llama
meditación, que es poner la mente lista para el trabajo, es decir lista para lograr la sabiduría.
La meditación logra una mente clara, estable, en paz, tranquila, libre, concentrada y sobre
todo muy luminosa.
Meditar no es poner la mente en blanco
Meditar no es adormilarse
Meditar no es orar
Meditar no es hacer un ejercicio de introspección, de autoanálisis
Meditar es cultivar la atención unipuntual, es decir, poner la mente en un objeto (cualquier
objeto, como puede ser un punto en la pared, una vela, una oración o mantra, la
respiración, una imagen, etc.) por el tiempo que uno desee, sin distracciones y sin
somnolencia. Esta es conocida como meditación de tranquilidad o Shamatha.
La otra meditación es la meditación analítica conocida como Vipashana.
Introducción
Nuestra mente es como un changuito, muy curiosa, muy despierta, el cual quiere y busca
todo el tiempo la variedad, lo nuevo, la diversión. Es un changuito que no se puede estar
quieto ni un segundo. Salta de aquí para allá todo el tiempo.
Meditar u obtener control mental, significa ordenarle al changuito que se quede quieto por
un determinado tiempo en un objeto cualquiera: una vela, una imagen, un punto en la
pared, nuestra respiración, un mantra o una oración, etcétera. Esto es lo que se llama
“atención o concentración unipuntual”
Al principio al changuito le parecerá un nuevo juego. Sin embargo, a los 5 segundos le
parecerá la cosa más aburrida del planeta y el changuito se escapará. Antes de que nos
demos cuenta el changuito ya estará pensando en lo que vamos a hacer mañana o en lo que
hicimos hoy, o en lo que nos dijo una amiga o en alguna otra preocupación o emoción.
La primera vez que yo me senté a meditar antes de un minuto ya había saltado como
resorte y estaba nuevamente de pie porque mi mente me decía que tenía cosas más
importantes que hacer.
Cuando nos damos cuenta de que el changuito se escapó, vamos por él y lo traemos de
vuelta al objeto de la meditación (la respiración, la imagen, etc.). El changuito se estará ahí
por 10 segundos y antes de que nos volvamos a dar cuenta ya se habrá escapado.
Quince minutos después nos damos cuenta y lo volvemos a traer al objeto… y así hasta el
infinito… o hasta que logremos controlarlo.
Cuando empezamos a meditar la mayor parte del tiempo el changuito se habrá escapado y
permanecerá muy poco en el objeto de meditación. De hecho sólo estaremos meditando en
el momento que nos demos cuenta que el changuito se escapó y lo traigamos de vuelta.
No importa cuanto tiempo permanezcamos meditando, ni si el changuito se escapa mucho
y si permanece fuera de control la mayor parte del tiempo, lo importante, en esta fase, es
que nos demos cuenta que el changuito se escapó y lo traigamos de vuelta. Hacer esto una y
otra vez ya tiene su mérito. Empezamos a ejercitar nuestra mente.
El problema cuando empezamos a obtener cierto control o dominio, es que entonces
empieza a surgir la pereza, el sueño, el aburrimiento, la duda, el escepticismo. “¿Para qué
estoy haciendo esto?”, “tengo cosas más importantes que hacer”, “esto no sirve para nada”.
Si usamos nuestra disciplina, carácter y coraje y persistimos en el intento, podremos empezar
a obtener algunos frutos. Sin embargo, cuando pensemos que ya hemos ganado la batalla,
entonces el amigable changuito se convertirá en el más furioso gorila que empezará a dar
patadas y gritos.
Se trata del gorila de nuestra mente vulgar y ordinaria que gritará: “yo siempre te he
controlado a ti, no permitiré que ahora pretendas controlarme. Yo mando y tu obedeces”.
Ahí empezará la verdadera guerra. Nos empezaremos a sentir cansados, con sueño, con
dolores en todo el cuerpo y surgirán mil pretextos para no meditar, siempre tendremos mil
ocupaciones en que distraernos… Estaremos entonces perdiendo la guerra. Es muy difícil sin
un maestro y sin compañeros que nos alienten en el camino a continuar, lo más fácil será
desistir, abandonar, derrotarnos… ¡total, hasta ahora no hemos necesitado la meditación o
el control mental en mi vida, ¿para qué hacerlo ahora?! Si pensamos así habremos perdido
la guerra. Si persistimos, entonces lograremos controlar nuestra mente, domarla, que se
vuelva nuestro sirviente y una mente atenta, fresca, nueva, poderosa, concentrada surgirá y
con ella podremos lograr cualquier cosa que nos propongamos. Una mente así nos abrirá la
puerta del despertar, de la liberación y de la iluminación. Una mente así nos permitirá
purificar nuestro karma negativo acumulado en el pasado, pero también nos permitirá
alcanzar la sabiduría y sobre todo lograr la compasión y el amor, no sólo para que nuestra
vida sea útil y cobre sentido para nosotros mismos, sino para que alcancemos la
trascendencia y seamos de beneficio para todos los seres sintientes.
Una mente controlada no tiene limites, puede lograr cualquier cosa que desee o se
proponga. Una mente así nos enseñará a pensar, a esperar y a ayunar. Es decir, podremos
resolver cualquier problema que se nos presente en la vida, tendremos la paciencia para
lograrlo y podremos ayunar de cualquier cosa, lo que nos permitirá alcanzar la libertad.
¿Quiere una mente así? Empiece a meditar. Aquí se le dice cómo.
No es fácil, es una verdadera guerra. No hay nada más difícil que pueda haber en este
mundo.
Sin embargo, será su mayor fruto, será lo que le dará mayor placer y felicidad. No hay nada
que pueda lograr en esta vida que sea más importante y que le de más que el control
mental, ni joyas, casas, amigos, vicios, diversiones. Pruébelo y usted mismo lo comprobará.
¿Qué soy?
Lo que llamamos “yo”, nuestra identidad personal, está compuesta de tres partes: mente,
palabra y cuerpo.
Para avanzar en el entrenamiento de la mente o en el desarrollo o crecimiento espiritual
tenemos que aprender a controlar al cuerpo, a la palabra y a la mente. Cuando nos
sentamos a meditar, estamos “cerrando” la puerta del cuerpo y de la mente, ya no que las
utilizamos, no hacemos nada con ellas. Pero la “puerta” más difícil de cerrar es la de la
mente. Lo primero que debemos dejar de lado cuando nos sentamos a meditar son nuestros
problemas, preocupaciones o proyectos. Esto es muy difícil de hacer, ya que aunque
estemos en una cueva en la cima de una montaña, aún así nuestra mente le sigue dando
vueltas a nuestros problemas y preocupaciones. Lo segundo es dejar de lado nuestros
pensamientos, ideas y creencias. Quien está aferrado a un ismo, a una creencia, a un
paradigma, ese será su obstáculo, la piedra que le impedirá avanzar en el crecimiento
espiritual, así sea ese “ismo” una religión (el budismo, el cristianismo, el judaísmo, el
islamismo, comunismo, capitalismo, etc.). Quien se aferra a su creencia se queda atorado en
ella y no podrá avanzar en la meditación.
La meditación nos ayuda a liberarnos de ideas, de prejuicios, de emociones, de sensaciones,
de los engaños de nuestros sentidos y al hacerlo encontramos cómo liberamos del karma y
de la ignorancia. Es cuando podemos alcanzar la Iluminación. Sin embargo, para empezar
este viaje primero debemos preparar el vehículo en el que vamos a viajar: nuestra mente,
debemos afinar su capacidad de atención, de enfoque unipuntual, la capacidad o el
entrenamiento para depositarla el tiempo que queramos en un objeto cualquiera (nuestra
respiración, una vela, un punto en la pared, una oración o mantra, etc.). Si lo intentamos
veremos que nuestra mente es como ese changuito que describíamos al principio, muy
curioso que rápidamente saltará a una idea, a una imagen, a una sensación, a un recuerdo, a
un sonido. La mente por costumbre es muy dispersa, vaga de aquí para allá y se sube a
todos los “trenes” que pasan delante de ella. La meditación es decirle a la mente que se
quede en la “estación” y que simplemente vea pasar los trenes. Cuando yo lo intenté la
primera vez decía que no duré ni un minuto antes de subirme al primer tren y saltar como
resorte (“no puedo perder el tiempo”, “tengo cosas más importantes que hacer”, “esto no
sirve para nada”, “no puedo quedarme como tonto viendo un punto en la pared”, etc.).
Ahora he comprendido que no hay nada en el mundo más importante, no hay tarea más
valiosa que pueda hacer que el entrenar y cultivar mi mente.
Si hago este ejercicio puedo lograr una mente poderosa, fresca, estable con una capacidad
analítica y de retrocognición que me permite resolver mejor los problemas de la vida, pero
los que están más avanzados en el sendero aseguran que si tenemos que hacer un análisis en
una hora y dedicamos 45 minutos a meditar profundamente y sólo los 15 minutos restantes
al trabajo, seremos mucho más productivos que si dedicáramos los 60 minutos a ese trabajo
con una mente dispersa, somnolienta o vaga. El problema, como ya dijimos, es que cuando
creemos que empezamos a dominar al changuito, entonces este se vuelve o se convierte en
el más furioso orangután, que empieza a dar patadas y golpes, ya que nuestra mente que
siempre nos ha dominado se rebela ante la posibilidad de que ahora la controlemos, nos
salen todos nuestros demonios (pereza, enojo, frustración, etc.), nos acordamos de mil cosas
importantes, nos salen mil compromisos sociales, etc. Esto es una guerra, la pelea más dura y
difícil que podemos hacer en nuestra vida. El mayor logro, la mayor satisfacción. No hay
nada en este mundo más importante que podamos hacer que entrenar a nuestra mente, ni
siquiera el obtener la riqueza más codiciada o el más absoluto poder sobre otros seres
humanos.
* Fuente: Lo Mínimo que tengo que saber para mi desarrollo espiritual. Por Karma
Wangchuk Sengue
Mi mente es como un Changuito
Decíamos que nuestra mente es como un changuito al que le gusta la variedad, lo nuevo, lo
diferente, siempre está buscando algo en qué entretenerse: una película, un libro, una
plática, un viaje, un programa de televisión, un partido de fútbol, etc., pero la mente
siempre quiere su droga de entretenimiento, es adicta a la variedad, lo único que no soporta
es la monotonía, lo que le produce un gran aburrimiento.
La meditación consiste en decirle a ese changuito que se va a quedar con la atención fija,
unipuntual, en un punto en la pared, o en una vela, o en nuestra respiración o en una
imágen o en cualquier objeto. Al principio el changuito de nuestra mente pensará que se
trata de un nuevo juego y como es algo distinto a lo que ha hecho en toda su vida pensará
que es algo divertido.
Sin embargo, a los 5 segundos de que nos sentamos a meditar y fijamos la mente, el
changuito pensará que lo hemos engañado y que le hemos dado el juego más aburrido de
toda la vida e inmediatamente se escapará con el primer pensamiento o emoción o
sensación que cruce por la mente. Antes de que nos demos cuenta el changuito ya se habrá
ido.
Algunos dicen que es como si pusiéramos a nuestra mente en una estación de metro o de
ferrocarril. Cada pensamiento o emoción es un tren que pasa por la estación. El objetivo de
la meditación es no subirse al tren. Simplemente verlo pasar. El problema es que el tren se
para en la estación, abre sus puertas y nuestra mente se sube al tren y antes de que nos
demos cuenta ya estamos 5 o 10 estaciones lejos de la estación donde le dijimos a nuestra
mente que se quedara.
Al principio sólo estamos meditando cuando nos damos cuenta que nuestra mente-
changuito se escapó y vamos tras él y lo regresamos a la estación unipuntual. Esto lo
debemos hacer una y otra vez, ad infinitum, hasta que logremos que el tiempo en que la
mente permanezca en la estación unipuntual sea más largo que el tiempo en que la mente
anda vagando en los trenes de estación en estación.
El problema es que cuando empezamos a lograr cierto expertise en esto y pensamos que ya
logramos domesticar al changuito, este se transforma de un ser amigable, cariñoso y
gracioso en el peor orangután, furioso y violento. Nuestra mente empieza a sacudirse y
nos empiezan a ocurrir cosas inimaginables: nos sentimos agotados, sentimos que tenemos
muchas cosas pendientes por hacer, nos da hambre, nos da sueño, nos acordamos que
tenemos algo importantísimo que tenemos que hacer, etc. y entonces de pronto ya no
tenemos ni tiempo, ni ganas, ni fuerza para sentarnos a meditar. El gorila ha triunfado. El
nos ha dominado siempre y no aceptará tan fácilmente que nos liberemos de él. Nunca
hemos tenido control de nuestra mente y lograrlo es una verdadera guerra, la más dura,
difícil y complicada que podamos enfrentar en nuestra vida. Todo lo demás es un juego de
niños: obtener poder, riqueza, conocimiento, amigos, etc. Quien domina su mente puede
lograrlo todo, ya que la mente es el instrumento más poderoso que posee el ser humano.
Una mente entrenada podrá dilucidar el problema más complejo que se le presente, podrá
entender las causas más profundas, podrá entender las situaciones más complejas.
Fuente: La Carpeta Purpura 469. 22 de Diciembre de 2006. ¿Qué es la reingeniería
personal?. Los 5 Deseos Humanos
En La Carpeta Púrpura 610 del 21 de octubre pasado, publicamos la primera parte de este
análisis, en el cual decíamos que el día de hoy el ser humano vive sobrexcitado,
sobrestimulado, sobrecargado, como si estuviera drogado o emborrachado con tanta
variedad, con tanta novedad, con tantos gadgets. Jamás en la historia de la Humanidad un
ser humano había tenido a su alcance tanto en qué entretenerse: radios, televisión, películas,
videojuegos, internet, App´s, etc. Tan sólo en 2012 Apple anunció que se bajaron 20
billones de apps, si lo dividimos entre el número de seres humanos 7 billones (mil millones
en español o millardo) nos da 2.85 app´s por persona, casi tres.
Los publicistas siempre han sabido que las dos drogas que envician al ser humano son “new”
and “free”. Por eso todo el tiempo están sacando nuevos productos, nuevas versiones,
nuevas presentaciones, pero como vivimos en un mundo materialista, donde el Dios es el
dinero y no nos pueden regalar nada, entonces nos dan 2x1 o nos lo rebajan al 50% o nos
dan un extra sólo por esta semana, etc., porque la gente quiere “bueno, bonito y barato”.
Esto ha causado un problema educativo, ya que a los maestros y profesores les cuesta
mucho trabajo mantener la atención y concentración de sus alumnos, los cuales están cada
vez más distraídos. Pocos alumnos leen y pocos tienen la capacidad de abstracción para
entender problemas complejos. Esto significa prácticamente un colapso de todo el sistema
educativo actual.
Explicábamos que las neurociencias han encontrado que los seres humanos tenemos tres
redes mentales (no confundir la mente con el cerebro. La mente es como las ondas de radio
y el cerebro es el aparato de radio. La mente es como la señal de internet y el cerebro es
como el smarthphone o la computadora donde la recibimos). Esas tres redes son:
1. La Red de la Orientación
2. La Red de la Atención
3. La Red de la Función Ejecutiva
En el artículo pasado empezamos a explicar la Red de la Orientación que significa estar en
muchas cosas al mismo tiempo y nada es distracción. Es la red que utilizamos, por ejemplo,
cuando vamos manejando un automóvil: tenemos que estar pendientes del pedal del
acelerador, del freno, del volante, del radio, de la conversación del pasajero de al lado,
del policía, del semáforo, del peatón, del velocímetro, etc. Es decir tenemos que estar en
todo. Ningún elemento se considera distractivo, todo es importante para tener una visión
de conjunto. Esta red es la que hoy día está sobresaturada, sobrexcitada, sobrestimulada
porque los estímulos crecen y crecen. La gente hoy día va manejando y al mismo tiempo
va hablando por celular, oyendo el radio, platicando con el copiloto y si se puede
aprovecha para mandar un mensaje por su smarthphone o darle una mordida a la
hamburguesa...
La Red de la Atención es lo inverso a la Red de la Orientación. Tenemos que estar en una
sola cosa a la vez y todo lo demás se considera distracción, por eso se le denomina atención
unipuntual o atención en un solo objeto y se desarrolla, cultiva o entrena mediante la
meditación de la tranquilidad, que en sánscrito se denomina Samatha. Esta red es poco o
nada trabajada en Occidente, a diferencia de la India, Japón o China, donde los niños
empiezan a meditar desde los 3 o los 5 años de edad. Las casas tienen un cuarto de
meditación, donde cualquier miembro de la familia se puede refugiar en la soledad por unos
minutos u horas, entrenando a su mente en esta Red o va a un templo o se van a una cueva
o al bosque. En Occidente la gente no puede meditar ni en su casa, ni en la escuela, ni en la
iglesia, ni en ningún lugar público. En todos lados hay ruido, radios o televisores a todo
volumen. La gente no sabe estar en silencio, le da miedo, pánico. La gente no sabe estar sin
hacer nada, quedarse quieto unos segundos. Estamos enfermos de actitivitis. Todo el tiempo
queremos una nueva película, otro libro, otra fiesta, otro paseo, otro viaje, otro trabajo,
otra plática, otro mensaje por Facebook o por Twitter o por nuestro celular.
Somos drogadictos de estímulos, traemos a la Red de la Orientación vuelta loca y eso sólo
infla nuestro ego, nuestra vanidad, nos hace sentirnos importantes, queridos, atendidos...
Cuando no tenemos un email, o un mensaje o algo nuevo entonces nos deprimimos, nos
aburrimos, nos sentimos el ser más solitario del planeta, aunque vayamos acompañados en
esta nave, la Canica Azul, con cerca de 7 mil millones de seres...
¿Quién podría sentirse en soledad en medio de esta masificación?. Y sin embargo ¡Sucede!
La tercera Red que se ha vuelto muy importante para las Neurociencias y para los
programas educativos con niños en California (Inner Kids de la Dra. Susan Kaizer) y otras
partes de EU y Europa, es la Red de la Función Ejecutiva, que tiene que ver con la
plasticidad cerebral, con la flexibilidad de la mente. De hecho en India dicen que la vejez de
una persona no tiene nada que ver con la edad, sino con qué tan flexible y elástica tiene la
mente y el cuerpo una persona. Así podemos ver adolescentes de 80 años que tienen una
mente superelástica, como el caso del historiador Juan María Alpone, que practica dos horas
de yoga al día y hace contorsiones que envidiaría una jovencita de 12 años y sigue haciendo
análisis políticos a nivel mundial y asesorando a presidentes. O podemos tener viejitos de 15
años de edad con una mente totalmente rígida. ¿Cómo estás tú?...
Un ejercicio práctico: el Kínder uno de la Meditación Ninguna red de es mejor que otra, sino que son complementarias. Una red la necesitamos
para una cosa y otra para otra. Lo ideal es combinar las tres. Por ejemplo podemos hacer
una meditación que nos permitirá entrenar a las tres redes al mismo tiempo:
Busque un lugar aislado, donde pueda estar en silencio y donde no sea interrumpido
o distraído. Siéntese sobre un cojín de meditación con las piernas una frente a la otra
(si puede en medio loto o loto completo) y con la espalda totalmente recta. Entonces
ponga sus manos sobre sus muslos y va a levantar el dedo meñique de la mano
izquierda cuando inhale y va a contar uno, y cuando exhale lo va a bajar y va a
contar también uno. Luego sigue con el dedo siguiente, el anular (donde se ponen los
anillos) y repite la misma operación: lo levanta al inhalar y lo baja al exhalar,
mientras cuenta dos-dos. Y así sigue con el resto de los dedos de la mano izquierda y
luego con los de la derecha (ver gráfica).
Se trata con este ejercicio de coordinar las “tres puertas” de un ser humano, que son la
mente, la palabra y el cuerpo.
El cuerpo lo va moviendo cuando levanta y baja cada dedo. La palabra cuando cuenta cada
inhalación y exhalación. Y la mente manteniéndola concentrada en la respiración. El
objetivo es que los tres soldados: mente, palabra y cuerpo marchen al mismo ritmo,
sincronizadamente, siguiendo a la respiración, la cual debe ser la directora de orquesta. No
se debe manipular la respiración, ni acelerarla, ni frenarla, sino dejarla en su ritmo natural.
Es como presenciar una sinfonía. Este ejercicio se debe realizar idealmente durante 24
minutos todos los días, por lo menos unos tres meses, para familiarizarse y adquirir maestría.
Si no dispone de tanto tiempo entonces dedíquele dos horas... !Bueno eso es lo que dicen
los maestros Zen! Si no tienes tiempo, entonces tienes que practicar más... Pero bueno, si
sólo tienes 5 minutos al despertar y 5 minutos antes de dormir, es un buen comienzo. Sino
empieza sólo con un minuto con One Moment Meditation de Martin Boroson que la puede
encontrar en: http://www.youtube.com/my_videos
Este ejercicio nosotros lo llamamos el kínder de la meditación: “kínder uno”, para ser más
exacto para ser más preciso. Luego puede pasar a kínder dos, donde hará el mismo ejercicio
pero ya no mueve los dedos, simplemente sigue haciendo el conteo, es decir sólo trabaja
con el cuerpo y la mente. Posteriormente pasará a kínder tres (aplicar la atención fuera de su
cojín de meditación) o a primaria uno, donde ya no cuenta, sino sólo sigue a la mente (ver
cuadro).
Hay 8 niveles de meditación, pero uno tiene que empezar con estos niveles más básicos.
Anteriormente por ejemplo en la época del Buda, hace 2500 años, la gente empezaba en
primaria y en el principal texto o sutra sobre el cultivo de la atención del Buda: el
Satipatthana Sutta, no se menciona kinder uno ni kinder dos, porque era una época de
grandes contemplativos o meditadores, que tenían un poder de abstracción o concentración
muy desarrollado. No había radio, televisión, ni periódicos, ni internet, ni smarthphones. La
gente vivía en el bosque o en ciudades muy pequeñas, con pocos distractores y con mucho
tiempo libre para cultivar su mente.
Para ir de primaria uno para arriba le recomendamos consultar ese discurso del Satipatthana,
también conocido como el Cultivo de los Cuatro Fundamentos de la Atención en:
http://www.bosquetheravada.org/index.php? option=com_k2&view=item&id=668:mn-
10- satipatthana-sutta-discurso-sobre-las-formas-deatención
consciente&tmpl=component&print=1
Puede ver una versión gráfica del discurso
en: http://www.slideshare.net/DharmavsKarma/sattipathana-grafico
Hoy día, en cambio, con el ritmo tan agitado que llevamos, con tanto stress y con mentes
sobrecargadas, debemos empezar con kinder uno.
En este ejercicio, decíamos, combinamos la red de la atención, fijando la mente en la
respiración, en cada inhalación y exhalación, esta debe ser el principal foco de atención.
Desarrollamos la red de la función ejecutiva al levantar y bajar los dedos y sincronizarlos
con el conteo y con la respiración y también trabajamos con la Red de la Orientación
porque estamos atendiendo cuatro cosas al mismo tiempo: dedos, conteo, respiración,
mente y estar vigilando que no se metan al triángulo ningún pensamiento, emoción,
imagen, recuerdo, sueño, preocupación, etc. (ver gráfica). Si se presentan estos “distractores”
sólo las observamos y las dejamos ir, como si fuésemos directores de una orquesta y de
pronto se metiera un cantante de camión con su guitarra. No vamos a ser descorteses y lo
vamos a correr, tampoco vamos a interrumpir nuestra sinfonía de sincronización de las tres
puertas (mente, palabra y cuerpo). Simplemente lo observamos y lo dejamos ir, hasta que
sale por la puerta y nos deja nuevamente concentrados en nuestro ejercicio. Inténtelo y verá
como su mente se agudiza, se vuelve menos caótica, menos dispersa y esto le ayudará tanto
para sus estudios, su trabajo y también tendrá efectos terapéuticos en su salud, bajará su
stress y podrá ser más eficiente en cualquier tarea que emprenda.
¡Ah...! Una advertencia. No va a poder tener un resultado en este ejercicio si no lleva una
vida ética, es decir si dice mentiras, roba, mata o viola porque su mente estará demasiado
agitada.
Igualmente si consumió alcohol o drogas será inútil que se siente a meditar... ¡Sorry!
La Red de la Orientación Decíamos que las mujeres son más multitasking (multitarea) y los hombres más monotasking
(monotarea), pero esto se debe a los roles socioculturales que adoptó cada género
desde la antigüedad a la fecha.
Por ejemplo, una mujer puede estar viendo el fútbol y al mismo tiempo tejiendo un sweter,
siguiendo el juego de sus hijos y pendiente de la olla de frijoles en la cocina.
Los hombres tenemos menos habilidad multitasking. Por eso cuando jugamos dominó en
una cantina, se dice: “o juegas o platicas”. O cuando vemos el fútbol no podemos soportar
que la mujer esté al mismo tiempo tejiendo un abrigo y le reclamamos: “o ves el partido o
tejes”. En realidad la mujer puede hacer esas dos cosas al mismo tiempo y tres, y cuatro, y
cinco...
Esto se debe a que en la antigüedad, en la época en que el ser humano era básicamente un
cazador, tenía que enfocarse en una sola cosa, por ejemplo, cazar al Mamut. Se requería
poner toda la atención en ello y en nada más, porque se jugaba la vida no sólo de él sino
de sus compañeros, ya que un solo hombre era incapaz de enfrentarse a esa bestia. Entonces
desarrolló más la Red de la Función Ejecutiva.
La mujer en cambio se quedaba en la cueva, para atender a los niños, la cocina, hacer
recolección de frutas y verduras, platicar con la comadre, etc. Y entonces desarrolló más la
Red de la Orientación.
¿Es mala la red de orientación? No tiene nada de malo tener desarrollada la red de la orientación. Es bueno tener capacidad
de estar en varias cosas al mismo tiempo, pero no abusar de ella porque nos desenfoca, si
no le ponemos demasiada atención a algo es garantía que no va a dar resultados.
Le ponemos atención a lo que nos interesa, a lo que amamos, a lo que nos es importante, a
lo que queremos. Cuando le pongo poca atención a mis estudios o divido mi atención en el
tiempo de estudio a comer, a oír música, a chatear, eso significa que mis estudios no son lo
suficientemente importantes.
Igual cuando voy a comer con la familia o mis amigos y estoy más pendiente de los
mensajes que recibo por el chat, eso significa que esas personas que tengo enfrente no son
tan importantes.
Donde pones tu atención, pones tu intención y pones tu amor.
¿Es malo tener desarrollada la red de la orientación?
No es malo tener desarrollada la red de la única red que tenemos desarrollada, que no le
demos el mismo desarrollo a las otras dos redes.
¿Cuál es la red más desarrollada actualmente?
Hoy día en Occidente la red más desarrollada es la Red de la Orientación. Todo el modelo
educativo está centrado en desarrollar esta red. Esta red está sobreestimulada, sobreexitada,
sobreexplotada y eso está generando mucho stress.
La única manera de parar esta red es desarrollando las otras dos redes.
2. La red de la atención
¿Qué es la red de la atención?
Es cuando ponemos toda la atención en una sola cosa, en un solo objeto, y en nada más.
Solo un objeto es importante, solo un objeto recibe nuestra atención y todo lo demás es
distracción.
¿Cuál es ese objeto?
Cualquier cosa. El objeto puede ser algo material o algo espiritual. Por ejemplo, puede ser
una vela, una imagen, una oración o mantra, una sílaba (por ejemplo, Om), un punto en
la pared, nuestra respiración, un pensamiento, un sentimiento, una visualización, un
recuerdo.
Pero la condición es que sea una sola cosa.
Hay gente que dice que tiene atención unipuntual cuando lee un libro. Pero eso no es así,
ya que está pasando de una letra a otra, de una palabra a otra, de una frase a otra, de un
concepto a otro.
La red de la atención significa que uno está en algo que no cambia, en algo que es
monótono, siempre lo mismo. Esto es necesario para unificar la mente.
Decía Ouspensky en Cuarto Camino que somos muchos yo´s: un yo por la mañana, otro
por la tarde, otro al ir a dormir. Un yo hace un compromiso y el otro yo ya no le interesa
cumplirlo. Eso nos hace una “especie mentirosa”. No porque deliberadamente queramos
mentir, sino porque no estamos unificados, no nos acordamos de nuestros compromisos, de
todo lo que hacen nuestros distintos yo´s...
Al entrenar la red de la atención nos vamos unificando. Nos vamos volviendo un solo yo.
Vamos encontrando la congruencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Nos
volvemos una persona de una sola pieza, seres íntegros, congruentes. Al mismo tiempo se
expande nuestra memoria y nos recordamos de los compromisos que hicimos. Dejamos de
ser muchos yo´s y nos volvemos menos mentirosos.
De hecho no podemos meditar si no llevamos una vida ética y al mismo tiempo la
meditación nos hará ser más éticos. Es un círculo virtuoso que se retroalimenta.
Esta red sólo se desarrolla cuando se entrena la mente, cuando se medita, pero si
entendemos por meditación, el desarrollo de la atención unipuntual, en un solo punto o en
un solo objeto. Porque hay gente que piensa que la meditación es ponerse a reflexionar o
hacer un ejercicio introspectivo, por ejemplo hacer un recuento de lo que vivió en el día.
Eso formalmente no es lo que se entiende por meditación en el concepto oriental del
término, aunque en occidente hay un concepto más amplio y se toma meditación como
cavilar en un asunto, reflexionar, hacer un ejercicio de introspección, orar o decir una
oración, etc.
¿Cómo entrenamos a la mente en la Red de la Atención?
Cuando aprendemos a meditar. Por ejemplo, cuando nos sentamos en un cojín y una
alfombrilla de meditación (un zafu y un zafutón) y fijamos nuestra mente sólo en la
respiración, en la entrada y salida del aire por nuestras fosas nasales, en las sensaciones de
frío o calor que produce el aire al entrar o salir por nuestras narinas o paredes nasales.
Al principio la mente piensa que este es un nuevo juego, una nueva distracción, ya que
tenemos una mente muy curiosa, que quiere variedad, cosas diferentes o nuevas cada vez.
Nuestra mente decíamos en la página 2 es como un changuito curioso que quiere más y
nuevo (next, more and new, en inglés).
Pero cuando nos sentamos frente a una pared en blanco como hacen en el Zen japonés y le
decimos a la mente que va a estar atenta sólo en el proceso de la respiración, al principio
ese changuito piensa que se trata de un nuevo juego... y tendrá curiosidad. “Este juego
nunca lo he jugado”... pero a los cinco minutos dirá: “este es el juego más aburrido de toda
la historia. Quién inventó este juego? Esto no tiene variedad, no tiene emoción”. Y el
changuito, es decir nuestra mente, saldrá corriendo a distraerse en lo primero que se le
ocurra: recuerdos o expectativas de placeres sensuales, proyectos que alimenten nuestro ego,
etc.
Al principio meditar es como poner a ese changuito en una estación de metro y decirle que
no se puede subir a ningún vagón, que se tiene que quedar en la estación. Entonces va a
venir el metro, abrirá sus puertas y el changuito no se debe subir al metro... Pero ¿qué pasa?
Llega el Metro de nuestra novia o novio y entonces el changuito dice: “a este si me subo”, o
viene el Metro del próximo proyecto que estamos planeando llevar a cabo, o una gran
preocupación que tenemos, etc.... Y cuando el changuito se vuelve a dar cuenta resulta que
ya va varias estaciones de donde lo dejamos y entonces, si quiere seguir meditando, se tiene
que regresar.
Al principio la mayor parte del tiempo no estaremos meditando y curiosamente sólo
estaremos meditando en el momento en que nos damos cuenta que no lo estamos haciendo
y traemos de vuelta al changuito a la estación de tren original... Darnos cuenta que no nos
estábamos dando cuenta es el principio de la meditación.
¿Cuándo sabemos que estamos meditando o que lo estamos haciendo bien?
De hecho cuando empezamos a meditar la mayor parte del tiempo vamos a estar fuera de
la meditación, en otras estaciones y no en la de la atención unipuntual. De hecho el único
momento en que estamos meditando es curiosamente cuando nos damos cuenta que no
estamos meditando, que nuestra mente se escapó o “se peló” como decimos en México.
Porque en ese momento es cuando volvemos a tener atención.
¿Cómo puedo aprender a meditar?
Hay muchos métodos y muchas escuelas, pero si está interesado y quiere empezar a
practicar le recomendamos el video de Martin Boroson intitulado (How to meditate in a
moment) Cómo meditar en un momento o en un minuto, que lo encuentra en Un
momento de Meditación
http://www.youtube.com/watch?
v=URFcCwF-EuE
o en
One-Moment Meditation.Subtitulado mp4
http://www.youtube.com/watch?v=RvsmBwOWozI&feature=email
Es un buen video para empezar. Aunque lo ideal es que consiguiera un maestro de
meditación y un centro de meditación. Aunque esto no siempre es fácil. Lo ideal es que uno
asista cuando menos a una sesión semanal de dos horas. Encontrar un buen maestro o una
buena escuela no es fácil, un maestro que sea auténtico, que hable con la verdad, que no sea
un charlatán y que tenga buen corazón. Que su interés no sea ganar dinero, lo cual en estos
días es algo muy difícil de encontrar. Le recomendamos Casa Tíbet en la ciudad de México o
el centro Bodhi Path, son centros serios donde podrá empezar a entrenar su mente.
El único problema es que son centros budistas.
Desafortunadamente no hay muchos centros laicos que recomendar. Lo ideal es que
encontrara clases de meditación en su propio paradigma religioso.
¿Es necesario tener una práctica religiosa para aprender a meditar?
La respuesta es no. La meditación puede ser laica o asociada a cualquier tradición religiosa.
Es cierto que en las religiones orientales se practica más la meditación que en las religiones
occidentales, pero también en el cristianismo hay práctica meditativa, por ejemplo en los
retiros o en los monasterios, un ejemplo son los monjes cartujos.
Sin embargo, si es cierto que en oriente se practica de una forma más intensiva. Los niños
aprenden a meditar desde los 3 o 5 años. Las casas tienen un cuarto de meditación.
En occidente por el contrario nadie nos enseña a meditar. En las escuelas o en las iglesias no
hay clases de meditación. Es por eso que no se ha desarrollado la Red de la Atención.
Hoy día esto está cambiando. Por ejemplo, la Doctora Susan Kaizer está desarrollando en
Estados Unidos el programa Inner Kids (Niño Atento), en el cual empiezan a enseñar a
meditar a niños desde los 3, 4 y 5 años de edad, también a adolescentes. Hay varias escuelas
en California que están siguiendo estos programas. Lo mismo está sucediendo en Europa y la
doctora estuvo el año pasado en México para entrenar a cerca de 100 profesores,
pedagogos, sicólogos y meditadores mexicanos en esas técnicas, para que en México
también se empiecen a desarrollar. Casa Tíbet México y la Secretaría de Educación Pública,
junto con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) tienen un proyecto
piloto para empezar a aplicar estas técnicas en las escuelas. Por lo pronto se han estado
formando a los instructores.
Ya que un maestro que va a enseñar a los niños a meditar tiene que primero haber
aprendido él a hacerlo. (ver video con la canción Vive de Agustín Lara)
http://www.youtube.com/watch?v=_PhKxRrmgmo
3. La Red de la Función Ejecutiva
Finalmente, tenemos la Re de la Función Ejecutiva. Esta es la red que más está estudiando
hoy día las Neurociencias. Esta red es la responsable de la plasticidad o flexibilidad cerebral,
de qué tan elástico tenemos el cerebro.
Decíamos que en la India sostienen que la vejez de una persona no tiene nada que ver con
la edad, sino con qué tan elástico o flexible tiene el cuerpo y la mente. Podremos encontrar
viejitos de 15 años de edad, o jóvenes de 86 años de edad.
La flexibilidad cerebral se obtiene entrenando la Red de la Atención, pero también con
ejercicios de la Red de la Función Ejecutiva, el problema es que esta red está asociado con la
inhibición y nos da pena hacer estos ejercicios, nos da vergüenza, tememos que nos
observen, que nos juzguen, que nos critiquen.
Estos ejercicios se utilizan para entrenar a oradores o a políticos que van a dar un discurso
en cadena nacional o participar en un debate.
Esta red está asociada con nuestra capacidad de planeación estratégica, de concentrarnos
en un proyecto.
¿Cómo funciona esta red?
Aquí no ponemos nuestra atención en todo como en la Red de la Orientación, ni sólo en un
punto como en la Red de la Atención, sino que ponemos nuestra atención en varios puntos
asociados a un proyecto, a un asunto, a un sistema.
Esta red es importante para que los niños tengan flexibilidad y también para que sepan
planear su vida.
CONCLUSIONES
¿Qué podemos concluir de todo esto?
Hoy día el Modelo Educativo está centrado en la red de la orientación y dedica poco
o nada de tiempo al desarrollo de la Red de la Atención y a la Red de la Función
Ejecutiva. Una educación o formación más integral, debería trabajar en las tres redes.
La única manera de bajar el stress, la ansiedad, la sobreexitación del mundo moderno
es cultivando el desarrollo de la Red de la Atención.
El cultivo de estas redes se tiene que hacer desde los primeros años de edad, para
formar hábitos. El problema son los jóvenes que están ahora en la universidad a
punto de enfrentarse al mundo moderno y no les dimos las herramientas para
aprender a controlar su mente. Afortunadamente se están tomando acciones para
que las generaciones que vienen atrás ya cuenten con estos recursos.
La mente es el instrumento más poderoso que tiene un ser humano. Con nuestra
mente podemos hacer una vida dichosa o desdichada, crear la felicidad o el
sufrimiento. Si alguien no controla su mente, no controlará su palabra y su cuerpo y
esto se reflejará en su calidad de vida.
El sistema Educativo tendría que dividir los programas de estudio y los horarios para dar
tiempo y atender estas Tres Redes Mentales. Pero antes los maestros tienen que ser
capacitados en las mismas. Esto significa una Revolución Educativa, que va más allá de
certificar a los actuales profesores en lo que están haciendo y que ya no se adapta al mundo
que estamos viviendo y al que vamos a vivir en los próximos años.
En otros países ya se está trabajando al respecto, en México la SEP, el SNTE y Casa Tíbet se
han interesado, pero aún no se ha convertido esto en un programa institucional. Falta que
las grandes universidades, la UNAM, el Tec, la Ibero, la Anáhuac, etc. incorporen en sus
programas, en todos los niveles el desarrollo y cultivo de estas tres redes, junto con
programas vivenciales de entrenamiento, que trabajen en el desarrollo del lado derecho del
cerebro, la inteligencia emocional, la cual no tiene ningún sentido aprenderla con el lado
izquierdo del cerebro, la parte racional. Se requiere crear laboratorios que simulen
experiencias emocionales, como el miedo, el stress, la tensión, etc. que lleven a la gente al
límite y que se trabaje con las sugestopedias que trabajó el doctor Georgi Lozonov desde los
años 60´s y que dieron lugar a los modelos de superaprendizaje.
Hay mucho por hacer y mientras más nos tardemos será peor.