La Sociedad de Las Esquinas

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    La sociedad de las esquinas

    ANEXOEn los aos transcurridos desde la terminacin de La Sociedad de las Esquinas, he tratado varias veces de

    ensear a estudiantes los sistemas de investigacin requeridos para estudios en el campo de comunidades uorganizaciones. Como otros instructores en esta materia, he sido obstaculizado severamente por la escasezde bibliografa que pueda asignar a los estudiantes.Ya hay publicados muchos buenos estudios de organizaciones o comunidades, pero por lo general, el informepublicado otorga poca atencin al proceso real por el cual fue llevada a cabo la investigacin. Tambin hahabido algunas exposiciones tiles sobre mtodos de investigacin, pero con pocas excepciones, colocan ladiscusin enteramente sobre una base lgica-intelectual. Dejan de notar que el investigador, igual que suinformadores, es un animal social. l tiene un papel que interpretar y sus propias necesidades de personalidadque deben ser satisfechos hasta cierto punto, para que funcione con xito. Cuando el investigador operadesde una universidad y solamente va al campo por unas pocas horas seguidas, puede mantener separada suvida social personal de la actividad en el campo. El problema de su papel no es tan complicado. Si por otraparte, el investigador est viviendo por un perodo prolongado en la comunidad que est estudiando, su vidapersonal se mezcla inextricablemente con su investigacin. Entonces, una verdadera explicacin de como se

    hizo una investigacin, involucra por necesidad un relato bastante personal de cmo vivi el investigadodurante el perodo del estudio.Esta narracin de la vida en la comunidad tambin puede explicar el proceso de anlisis de los datos. Lasideas que tenemos en la investigacin son nada ms en parte un producto que sale al pesar con cuidado lasevidencias. No pensamos por lo general los problemas siguiendo una lnea recta. Tenemos a menudo laexperiencia de estar sumergidos en una masa de datos confusos. Estudiamos los datos con cuidadoejerciendo sobre ellos todas nuestras facultades de anlisis lgico. Encontramos una o dos ideas.Pero los datos no caen todava en ningn patrn coherente. Entonces continuamos, viviendo con los datos (ycon la gente), hasta que tal vez una ocurrencia fortuita proyecta una luz completamente diferente sobre losdatos y comenzamos a ver un patrn que no e habamos visto antes. Este patrn no es una pura creacinartstica. Una vez que creemos que lo vemos, debemos reexaminar nuestras notas y quiz lanzarnos arecopilar nuevos, datos, para decidir si el patrn representa en forma adecuada la vida que estamosobservando, o es nada ms un producto de nuestra imaginacin. La lgica desempea entonces un papeimportante. Pero estoy convencido de que la evolucin real de las ideas de investigacin no tiene lugar deacuerdo con las exposiciones formales que leemos sobre mtodos de investigacin. Las ideas nacen en partede nuestra inmersin en los datos y de todo el proceso de vivir. Como parte de este proceso de anlisis ocurreen el nivel inconsciente, estoy seguro de que nunca podemos presentar una historia completa de l. Sinembargo, una narracin de cmo se hizo la investigacin puede ayudar a explicar cmo emergi gradualmenteel patrn de La Sociedad de las Esquinas.2 No estoy sugiriendo que mi sistema para La Sociedad de las Esquinas debe ser seguido por otroinvestigadores. Hasta cierto grado, mi sistema debe ser nico para mi, para la situacin particular y para eestado de conocimientos existente cuando comenc el estudio. Por otra parte, debe hacer algunos elementoscomunes del proceso de investigacin en el campo. Slo al acumular una serie de relatos de como se hizo enrealidad un estudio, podremos pasar de la imagen lgica-intelectual y aprender a describir el proceso deinvestigacin. Entonces, lo que sigue es una contribucin a ese fin.

    1. Antecedentes personales

    Provengo de una familia de la clase media superior muy consistente. Uno de mis abuelos fue mdico; el otrosuperintendente de escuelas. Mi padre fue profesor de colegio. Por lo tanto, mi educacin est muydistanciada de la vida que he descrito en Cornerville.Tuve dos intereses intensos en Swarthmore College: la economa (mezclada con la reforma social) y laliteratura. Escrib en el colegio cierto nmero de cuentos y obras en un acto. Durante el verano, despus decolegio, hice un intento de escribir novelas. Esta actividad fue valiosa para m, principalmente por lo que meense respecto a m mismo.Varios de los cuentos aparecieron en la revista literaria del colegio y uno fue aceptado (pero nunca publicado

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    por la revista Story. Tres de las obras teatrales en un acto fueron producidas en Swarthmore, en el concursoanual de obras en un acto. No es un mal comienzo para alguien que tiene esperanzas, como las tena yoentonces, de seguir una carrera literaria. No obstante, me sent intranquilo e insatisfecho. Todos los cuentos ylas obras fueron relatos dramatizados de sucesos y situaciones que haba experimentado u observadoCuando trat de superar mi experiencia y atacar una novela sobre un tema poltico, el resultado fue un fiascototal. Aun mientras escriba los ltimos captulos, entend que el original no vala nada. Supongo que la terminsolamente para decirme que haba escrito una novela.Conoca el consejo dado con frecuencia a los escritores jvenes, en el sentido de que deben escribir cosassurgidas de su propia experiencia, as que no tena razn para avergonzarme de esta limitacin. Por otraparte, cuando reflexionaba sobre mi experiencia me senta inquieto e insatisfecho. Mi vida hogarea habasido muy feliz y estimulante intelectualmente pero sin inquietudes. Jams tuve que luchar por nada. Conoca amuchas personas simpticas, pero casi todas provenan de buenas familias slidas de clase media, como lama. Por supuesto en el colegio estaba relacionado con estudiantes y profesores de la clase media. No sabianada respecto a los barrios bajos (ni a la costa de oro tampoco). No saba nada de la vida en las fbricas, enlos campos o en las minas. . .excepto lo que haba aprendido en libros. As que llegu a pensar que era un tipo bastante lerdo. Enocasiones, este sentimiento de pesadez se hacia tan oprimente, que no poda pensar en escribir ningunahistoria, sencillamente. Comenc a sentir que si en realidad iba a escribir algo que valiera la pena, deba salien alguna forma de las estrechas fronteras sociales de mi existencia.El inters en la economa y en la reforma social tambin me condujeron en direccin de La Sociedad de las

    Esquinas. Uno de mis recuerdos ms vivos del colegio es de un da pasado con un grupo de estudiantesvisitando los barrios bajos de Filadelfia. Lo recuerdo no nada ms por las imgenes de edificios dilapidados ygente congestionada, sino tambin por la sensacin embarazosa que experiment como visitante del distrito.3 Sent el apremio comn del joven, de hacer el bien a esa gente y, sin embargo, supe entonces que lasituacin estaba tan lejos de cualquier cosa que pudiera intentar en ese tiempo, que me sent como unentrometido aun por encontrarme ah. Comenc a pensar en regresar en alguna ocasin a ese distrito yaprender a conocer realmente a la gente y las condiciones de sus vidas. Mis urgencias de reforma social surgieron en otras formas en el colegio. En mi segundo ao, fui uno del grupode quince hombres que renunciaron a sus fraternidades con bastante escndalo de trompetas. Esto fue unacontecimiento excitante en el colegio y algunos de los hombres slidos de las fraternidades temieron que laestructura se hundiera bajo sus pies. No debieron preocuparse. Las fraternidades continuaron adelante sinnosotros. En mi ltimo ao, me vi implicado en otro esfuerzo de reforma en el colegio.Esta vez estbamos dirigindonos nada menos que a una reorganizacin de toda la vida social en el colegio

    El movimiento tuvo una salida prometedora, pero luego se desvaneci con rapidez.Estos esfuerzos de reforma abortados tuvieron gran valor para mi. Vi que no era fcil la reforma. Reconoc quehaba cometido un nmero de errores. Tambin entend que algunas de las personas que lucharon contra mcon mayor empeo, eran en realidad tipos bastante decentes. No conclu de esto que ellos estaban en lo justoy yo equivocado, pero comprend lo poco que sabia realmente sobre las fuerzas que mueven a la gente a laaccin. De mis propias reflexiones respecto a los fracasos de mis esfuerzos en el colegio, surgi un intersms agudo en entender a las personas.Tambin haba un libro que le, que pes ms sobre m en ese tiempo. Fue la Autobiografa de LincolnSteffens. Puse las manos en l durante el ao que pas en Alemania, entre la escuela de segunda enseanzay el colegio. En mis esfuerzos para dominar el alemn, sta fue la nica cosa escrita en ingls que le durantealgn tiempo, as que quiz pes ms intensamente en mi de lo que hubiera pesado de otro modo. Decualquier manera, me fascin y lo le completo varias veces. Steffens haba principiado como reformador y

    jams abandon esta urgencia de cambiar las cosas. No obstante, posea una curiosidad tan insaciable

    respecto al mundo que lo rodeaba, que se interes ms y ms en descubrir cmo funcionaba la sociedad enrealidad. Demostr que un hombre con antecedentes similares a los mos poda salirse de las sendashabituales de su vida y obtener un conocimiento ntimo de individuos y grupos cuyas actividades y creenciaseran muy distintas a las suyas. As que uno poda realmente lograr que esos "polticos corrompidos" lehablaran. Yo necesitaba saber esto. Me ayud algunas veces, cuando tuve la impresin de que las personas aquienes estaba entrevistando preferiran ante todo, que me largara de all. 2. Descubrimiento de CornervilleCuando me gradu en Swarthmore en 1936, recib una beca de la Sociedad de Becarios de Harvard. Esto m

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    proporcion una oportunidad singular: tres aos de sostenimiento para cualquier lnea de investigacin quedeseara emprender. La nica restriccin, era que no se me permita acumular crditos hacia un grado deDoctor en Filosofa. Ahora agradezco esta restriccin. Si se me hubiera permitido trabajar por el doctorado efilosofa, supongo que habra sentido que deba aprovechar el tiempo y la oportunidad. Con ese caminocortado, fui forzado a hacer lo que deseaba hacer sin considerar los crditos acadmicos.4 Comenc con una idea vaga de que deseaba estudiar un distrito de barriada.Eastern City me proporcion varias alternativas posibles. En las primeras semanas de mi beca de Harvardpas parte de mi tiempo caminando de arriba a bajo por las calles de los diferentes distritos de barriada deEastern City y hablando respecto a estos distritos con la gente de las agencias sociales.Hice mi eleccin sobre bases muy poco cientficas: Cornerville se adaptaba mejor a mi concepto de lo quedeba parecer un distrito de barriada. De alguna manera, haba formado una imagen de edificios derruidos, detres a cinco pisos, congestionados entre ellos. Los edificios dilapidados de madera de algunas otras partes dela ciudad no me parecieron autnticos por completo. Es cierto, Cornerville tena una caracterstica que larecomendaba sobre una base un poco ms objetiva. Viva en ella ms gente por hectrea, que en ningunaotra seccin de la ciudad. Si un barrio bajo significaba hipercongestionamiento, ste lo era, ciertamente.3. Planeamiento del estudioTan pronto como haba encontrado mi distrito de barriada, me dediqu a proyectar mi estudio. Entonces no fuesuficiente planear para m solo. Haba empezado a leer literatura sobre sociologa y a pensar siguiendo las

    lneas de Middletown, de Lynds. Llegu paulatinamente a considerarme un socilogo o un antroplogo socialen vez de un economista. Hall que aunque se haba puesto mucha atencin a los barrios bajos en la literaturade sociologa, no exista un verdadero estudio de la comunidad de un distrito as.De modo que determin organizar un estudio de la comunidad de Cornerville. esta era claramente una granlabor. Mi primer boceto del estudio seal hacia investigaciones especiales de la historia del distrito, de sueconoma (niveles de vida, alojamiento, comercio, distribucin y empleo), su poltica de estructura de laorganizacin poltica y sus relaciones con los rackets y la polica), patrones de educacin y recreacin, laiglesia, salud pblica y (entre todas las cosas) sus actitudes sociales. Esto era obviamente trabajo para msde un hombre, as que lo proyect para diez hombres.

    Acud con esta exposicin de mi plan a L.J. Henderson, un bioqumico eminente que era secretario de laSociedad de Becarios.Pasamos juntos una hora y me retir con mis proyectos en un estado de fusin.Escrib a un amigo en ese tiempo: "Henderson verti agua helada sobre el colosal principio, me dijo que no

    deba proyectar planes tan grandiosos cuando casi no haba hecho ningn trabajo acerca de la materia. Seramucho ms prudente marchar al campo y tratar de formar poco a poco un grupo, mientras progresaba. Si tenaen marcha un proyecto para diez hombres para el otoo, la responsabilidad de la direccin y la coordinacincaera sobre m inevitablemente, ya que yo lo habra iniciado. Cmo podra dirigir a diez personas en unterreno desconocido para m? Henderson dijo que pensaba que si lograba poner en marcha un proyecto dediez hombres, eso sera mi ruina. Ahora, el modo en que lo expuso me pareci bastante lgico y razonable".Deb escribir esta ltima oracin despus que tuve tiempo de recobrarme de la entrevista, porque la recuerdocomo una experiencia aplastante. Supongo que es tan difcil aceptar los buenos consejos como los malos y sinembargo, comprend en muy poco tiempo que Henderson tena toda la razn y abandon el proyectograndioso que haba hecho. Como las personas que ofrecen consejos dolorosos, pero buenos, en raras 5ocasiones reciben las gracias, siempre me alegrar de haber ido a ver a Henderson otra vez poco antes de sumuerte y decirle que acert completamente.

    Aunque abandon el plan para diez hombres, me senta reacio a bajar por completo a la tierra. Me pareci queen vista de la magnitud de la tarea que estaba emprendiendo deba tener cuando menos un colaborador ycomenc a buscar medios de conseguir que un amigo mo del colegio se me uniera en el terreno. Siguierondurante el invierno de 1936-37 varias revisiones de mi boceto del estudio de la comunidad y numerosaentrevistas con profesores de Harvard que podran ayudarme a obtener el apoyo necesario.

    Al releer estas diferentes sinopsis de investigacin, me parece que lo ms remoto concerniente a ellas, en sudistanciamiento del estudio que efectu en realidad. Al avanzar, los bocetos se hicieron gradualmente masociolgicos, de manera que conclu esta fase planeando dedicar ms nfasis a una especie de estudiosociomtrico de los patrones de amistad de la gente. Empezara con una familia y les preguntara quineseran sus amigos y quines eran las personas hacia quienes ms o menos sentan hostilidad.Despus acudira a esos amigos, obtendra la lista de sus amigos y en el proceso sabra algo de sus

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    actividades juntos. En esta forma iba a hacer en una carta la estructura social de cuando menos parte de lacomunidad. Por supuesto, ni siquiera hice esto, pues encontr que poda examinarse directamente laestructura social, observando a la gente en accin.Cuando John Howard, tambin becario menor de Harvard, cambi un ao ms tarde, en el otoo de 1937, scampo, de la qumica fsica a la sociologa, lo invit a unirse conmigo en el estudio de Cornerville. Trabajamos

    juntos durante dos aos, con Howard concentrndose de modo particular en una de su iglesias y su Sociedaddel Nombre Sagrado. Las discusiones entre nosotros me ayudaron inmensamente a aclarar mis ideas.Pero slo pocos meses despus que principi mi trabajo en Cornerville, haba abandonado por completo midea de formar un grupo de Cornerville. Supongo que hall tan interesante y satisfactoria la vida en Cornervilleque ya no senta que necesitaba pensar en gran escala.

    Aunque estaba perdido en el planeamiento del estudio, cuando menos tuve ayuda valiosa en el desarrollo delos sistemas de investigacin en el terreno, que iban a llevarme a un proyecto de estudio, lo mismo que a losdatos.Es difcil entender lo rpido que ha sido el desarrollo de estudios sociolgicos y antropolgicos decomunidades y organizaciones, desde 1930, cuando principi mi trabajo en Cornerville. En ese tiempo an nose haba publicado nada sobre el estudio "Ciudad Yanqui", de W. Lloyd Warner. Le con inters y provechoMiddletown, de Lynds y Greenwich Village, de Carolyn Ware y, no obstante, empec a entender ms y ms, amedida que progresaba, que no estaba haciendo un estudio de la comunidad siguiendo esas lneas. Mucho dela otra literatura sociolgica disponible entonces, tenda a considerar las comunidades en trminos deproblemas sociales, de manera que la comunidad no exista simplemente, como un sistema social organizado

    Pas mi primer verano siguiente a la iniciacin del estudio, leyendo algunos de los escritos de Durkheim y LuMente y la Sociedad, de Pareto (para un seminario con L. J.Henderson, que iba a tomar en el otoo de 1937). Sent que estos escritos eran tiles, pero todava en unaforma general nicamente. Despus empec a leer literatura social antropolgica, comenzando conMalinowski y esto me pareci ms semejante a lo que 6 deseaba hacer, aunque los investigadores estabanestudiando tribus primitivas y yo me encontraba en medio de un distrito de una gran ciudad.Entonces, si haba poco que me guiara en la literatura, necesitaba con urgencia mucho mayor tener la ayudade gente mucho ms hbil y experimentada que yo en el trabajo que estaba emprendiendo. Tuve una fortunaextraordinaria al conocer a Conrad M.

    Arensberg desde el mismo principio de mi asignacin de Harvard. l tambin era becario menor, as quenaturalmente, nos vimos mucho. Despus de haber trabajado durante algunos meses con W. Lloyd Warner eel estudio de Ciudad Yanqui, l fue con Solon Kimball para hacer el estudio de una pequea comunidad enIrlanda. Cuando lo conoc, haba regresado de su viaje al terreno y comenzaba a organizar sus datos. Con

    Eliot Chapple, tambin estaba en el proceso de elaborar un nuevo mtodo para el anlisis de la organizacinsocial. Los dos hombres haban estado buscando juntos formas de establecer nuestra investigacin sociasobre una base ms cientfica. Al estudiar los datos de Ciudad Yanqui y el estudio irlands, haban establecidocinco bocetos tericos diferentes. Cada uno de los cuatro primeros planes cayeron al suelo bajo la crticainvestigadora de ambos o las incitaciones de Henderson, o Elton Mayo, u otros a quienes consultaron. Al ficomenzaron a desarrollar una teora de interaccin. Sintieron que cualquier otra cosa que pudiera ser subjetivaen la investigacin social, se poda establecer objetivamente el patrn de interaccin entre las personas: concunta frecuencia se comunica A con B, cunto tiempo pasan juntos, quin origina las acciones cuando A, B yC estn juntos y as sucesivamente. La observacin cuidadosa de dichos acontecimientos interpersonalespoda proporcionar entonces datos dignos de confianza sobre la organizacin social de una comunidadCuando menos sta era la suposicin.Como la teora naci de investigacin ya hecha, fue natural que estos estudios anteriores no contuvieran tantode los datos cuantitativos como hubiera requerido la teora. As que pareci que yo podra ser uno de los

    primeros en llevar la teora al terreno.

    Arensberg y yo tuvimos discusiones interminables de la teora y Eliot Chapple particip en algunas de ellas. Aprincipio me pareci muy confusa (no estoy seguro an de entenderla con claridad total), pero tuve unsentimiento creciente de que all haba algo slido sobre lo cual poda construir.

    Arensberg tambin trabaj conmigo sobre los sistemas de investigacin en el terreno, recalcando laimportancia de observar a la gente en accin y de hacer un reporte detallado del comportamiento actualdivorciado totalmente de juicios morales. En mi segundo semestre en Harvard, tom un curso dado po

    Arensberg y Chapple, concerniente a estudios socioantropolgicos de comunidades. Aunque esto fue til, debmucho ms a las prolongadas conversaciones personales que tuve con Arensberg durante el estudio deCornerville, en particular en las primeras etapas.

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    En el otoo de 1937, tom un pequeo seminario con EIton Mayo. ste involucr particularmente lecturas delas obras de Pierre Janet y tambin incluy algunas prcticas interrogando psiconeurticos en un hospital deEastern City. Esta experiencia fue demasiado breve para llevarme ms all de la etapa de aficionado, pero fuetil para desarrollar mis mtodos de entrevista.L.J. Henderson ejerci una influencia menos especfica, pero sin embargo penetrante, en el desarrollo de mismtodos y teoras. Como director de la Sociedad de Becarios, presida nuestras cenas de los lunes como unpatriarca en su propia casa.

    Aunque el grupo inclua a A. Lawrence Lowell, Alfred North Whitehead, John Livingston Lowes, Samuel ElioMorrison y Arthur Darby Nock, era Henderson la figura ms 7 impresionante para los becarios menoresPareca gozar en particular provocando a los cientficos sociales jvenes. La tom conmigo en mi primeracena de lunes y se dedic a demostrarme que todas mis ideas concernientes a la sociedad estaban basadasen sentimentalismo blando. Aunque resent con frecuencia las crticas cortantes de Henderson, me encontrms decidido a hacer que mi investigacin en el terreno resistiera todo lo que pudiese decir.4. Primeros esfuerzosCuando comenc mi trabajo, no haba tenido entrenamiento en sociologa o antropologa. Me consideraba uneconomista y atenda primero, naturalmente, las materias estudiadas en cursos de economa, tales como laeconoma del alojamiento en los barrios bajos En esa poca, estaba asistiendo a un curso sobre barriospobres y alojamientos en el Departamento de Sociologa en Harvard. Como proyecto de ese perodo emprend

    el estudio de una manzana de Cornerville. Para legitimizar este esfuerzo, me puse en comunicacin con unaagencia privada que se ocupaba de cuestiones de alejamiento y ofrec entregarles los resultados de minvestigacin. Con ese apoyo, empec a llamar a las puertas, a examinar apartamentos y hablar con loinquilinos respecto a las condiciones de vida. Esto me puso en contacto con la gente de Cornerville, peroahora sera difcil hallar una forma ms inadecuada de iniciar un estudio como el que iba a hacer con etiempo. Me senta molesto por esta intrusin y estoy seguro de que la gente senta lo mismo. Conclu eestudio de la manzana lo ms rpidamente que pude y lo elimin como una prdida absoluta, en cuanto aconseguir una entrada autntica al distrito.Poco despus, hice otra salida en falso... si un esfuerzo tan experimental puede ser llamado siquiera unasalida. En ese tiempo estaba completamente confundido por el problema de encontrar el camino en el distritoCornerville se hallaba ah mismo, ante m y sin embargo tan lejos. Poda caminar con libertad hacia arriba yabajo por sus calles y aun haba entrado a algunos de los apartamentos y sin embargo, todava era un extraoen un mundo desconocido por completo para mi.Conoc en ese tiempo a un joven instructor de economa en Harvard, quien me impresion con su seguridaden s mismo y su conocimiento de Eastern City. Haba estado agregado en un tiempo a una Casa de ServicioSociales y hablaba con fluidez respecto a sus asociaciones con los rudos jvenes y las mujeres en el distritoTambin describi cmo visitaba ocasionalmente algn bar en el rea, abordaba a una muchacha, le invitabaa una copa y luego la alentaba a relatarle la historia de su vida. Aseguraba que las mujeres halladas asapreciaban la oportunidad y no involucraban mayor obligacin posterior.Este sistema me pareci cuando menos tan plausible como cualquier cosa que hubiera podido pensar. Resolvintentarlo. Escog el Hotel Real, que estaba a orillas de Cornerville. Sub con cierto temor por la escalera al bay rea de espectculos y mir en torno mo. Encontr ah una situacin para la que no me haba preparado mconsejero. Se hallaban presentes mujeres, s, pero ninguna de ellas estaba sola. Algunas se encontraban enparejas y se hallaban dos o tres pares de mujeres juntas. Ponder la situacin brevemente. Tena pocaconfianza en mi habilidad para abordar a una mujer y no me pareci aconsejable dirigirme a dos al mismotiempo. Sin embargo, estaba determinado a no admitir la derrota sin luchar. Mir en torno mo nuevamente ynot un tro: un hombre y dos mujeres. Pens que haba una mala distribucin de mujeres, que yo podrarectificar.8 Me aproxim al grupo y principi diciendo algo como: "Perdn, tendran inconveniente en que losacompaara? " Se produjo un momento de silencio, mientras el hombre me miraba.Luego me propuso lanzarme por la escalera. Le asegur que no sera necesario y lo demostr saliendo de ahsin ninguna ayuda.Supe ms tarde que casi nadie de Cornerville iba jams al Hotel Real. Si mis esfuerzos ah hubieran sidocoronados por el xito, sin duda me habran conducido a algn lugar, pero no a Cornerville, ciertamente.Mi esfuerzo siguiente fue buscar las casas de servicios sociales locales. Estaban abiertas al pblico. Se podaentrar en ellas y aunque yo no lo habra formulado as en ese tiempo, su personal era gente de clase media

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    como yo mismo. Comprend incluso entonces, que para estudiar Cornerville tendra que ir mucho ms allde la Casa de Servicios Sociales, pero tal vez los trabajadores sociales me ayudaran a comenzar en mi tarea

    Al recordarlo, la Casa de Servicios Sociales tambin parece un lugar muy poco prometedor para iniciar dichoestudio. Si tuviera que volver a hacerlo todo, hara probablemente mi primer intento a travs de un polticolocal o tal vez de la iglesia catlica, aunque yo mismo no soy catlico. John Howard, quien trabaj despusconmigo, hizo su entrada con mucho xito a travs de la iglesia y l tampoco era catlico. . . si bien su esposalo era.

    Aunque pueda ser as, esta ocasin la Casa de Servicios Sociales fue el lugar adecuado para mi, pues fue aldonde conoc a Doc. Haba hablado con un nmero de trabajadores sociales respecto a mis planes y misesperanzas de familiarizarme con la gente y estudiar el distrito. Me escucharon con grados variados deinters. Si me hicieron sugerencias, las he olvidado, excepto una. En alguna forma, a pesar de la vaguedad demis explicaciones, la jefa de trabajo con muchachas de la Casa de la Calle Norton entendi lo que necesitabaComenz a describirme a Doc. Dijo que era una persona muy inteligente y con talento, que en un tiempo habaestado bastante activo en la casa, pero la abandon de manera que ya casi no asista. Tal vez l podracomprender lo que deseaba y deba tener los contactos que necesitaba. Dijo que lo encontrabafrecuentemente al venir y regresar de la casa y algunas veces se detena a charlar con l. Si quera, hara unacita para que lo viera en la casa una noche. Esto me pareci correcto, al fin. Me precipit a aceptar laoportunidad. Esa noche, al llegar al distrito, lo hice sintiendo que tena mi gran oportunidad de principiar. Dealgn modo, Doc deba aceptarme y estar dispuesto a trabajar conmigo.En cierto modo, mi estudio se inici la noche del 4 de febrero de 1937, cuando la trabajadora social me llam

    para que conociera a Doc. Nos llev a su oficina y luego sali para que pudiramos hablar. Doc aguardsilenciosamente a que empezara, hundido en un silln. Hall que era un hombre de estatura media yconstitucin delgada. Su pelo era castao claro, en gran contraste con el cabello negro italiano ms tpicoComenzaba a hacerse ralo en torno a las sienes Sus mejillas estaban hundidas. Sus ojos eran de color azuclaro y pareca tener una mirada penetrante.Principi preguntndole si la trabajadora social le haba hablado respecto a lo que estaba tratando de hacer. "No, slo me dijo que usted quera conocerme y que deba agradarme conocerlo".9 Entonces inici una explicacin prolongada, que omit en mis notas, infortunadamente. Segn recuerdo, dijeque en mis estudios en el colegio haba estado interesado en los distritos congestionados de las ciudadespero me senta muy remoto de ellos. Esperaba estudiar los problemas de un distrito as. Senta que podahacer muy poco como extrao. Podra obtener la comprensin que necesitaba, solamente si poda llegar aconocer a la gente y saber sus problemas de primera malo.Doc me escuch sin ningn cambio de expresiones de modo que no tuve modo de pronosticar su reaccin

    Cuando termin, inquiri: "Quiere ver la vida de la sociedad o la vida baja? "Deseo ver todo lo que puedaQuiero obtener una imagen de la comunidad tan completa como sea posible"."Bueno, cualquier noche que quiera ver algo, lo acompaar. Puedo llevarlo a los tugurios, losestablecimientos de juego... puedo llevarlo a las esquinas. Recuerde nada ms que es mi amigo. Eso es todolo que necesitan saber. Conozco esos lugares y si Ies digo que es mi amigo, nadie lo molestar. Dgamenicamente lo que desea ver y lo arreglar".La proposicin fue tan perfecta, que estuve confundido por un momento, respecto a lo que deba responderHablamos algn tiempo ms, mientras yo buscaba recibir algunas indicaciones de cmo deba comportarmeen su compaa. Me advirti que deba aceptar el peligro de ser arrestado en una incursin contra un lugar de

    juego, pero agreg que eso no era grave. Nada ms tena que dar un nombre falso y despus el hombre quedirigiera el establecimiento me sacara libre bajo caucin, pagando nicamente una multa de cinco dlares

    Acept correr el riesgo. Le pregunt si deba apostar con los otros en las casas de apuestas. Contest que erainnecesario y para un inexperto como yo, muy poco aconsejable.

    Al fin pude expresar mi agradecimiento. "Usted sabe, los primeros pasos para conocer una comunidad son loms difciles. Podra ver con usted suceder cosas que no vera en otra forma en aos"."Es cierto. Dgame lo que quiere ver y lo arreglaremos. Cuando quiera alguna informacin, la preguntar usted escuchar. Cuando quiera descubrir su filosofa de la vida, iniciar una discusin y la conseguir parausted. Si hay algo ms que quiera conseguir, escenificar una comedia para usted. No una pelea, usted sabepero dgame nicamente lo que desea y lo conseguir"."Eso es magnfico. No podra pedir nada mejor. Voy a tratar de acomodarme bien, pero en cualquier ocasinque vea que estoy comenzando con el pie equivocado ser bueno que me lo diga"."Ahora est siendo demasiado dramtico. No tendr ninguna dificultad. Vendr como mi amigo. Al llegar as, aprincipio todos lo tratarn con respeto. Puede tomarse muchas libertades y nadie protestar. Despus de un

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    tiempo, cuando lleguen a conocerlo, lo tratarn como a todos ... usted sabe, dicen que la familiaridad engendradesprecio. Pero jams tendr ninguna dificultad. Hay solamente una cosa de la que debe cuidarse. No"levante" [invite] a la gente. No sea demasiado liberal con su dinero"."Quiere decir que pensarn que soy un tonto? " 10 "S y no debe comprar su entrada".Hablamos un poco respecto a cmo y cundo podramos reunirnos. Luego me hizo una pregunta: "Quiereescribir algo respecto a esto? " "S, con el tiempo"."Desea cambiar las cosas? " "Bueno... si. No veo cmo podra venir alguien a este sitio, donde todo est tancongestionado, la gente no tiene dinero ni trabajo y no querer que cambien algunas cosas.Pero pienso que uno debe hacer las cosas para las que est mejor dotado. No deseo ser un reformador y noestoy hecho para ser poltico. Quiero slo entender las cosas lo mejor que pueda y escribir respecto a ellas ysi eso tiene alguna influencia. . . " "Pienso que puede cambiar las cosas de ese modo. sa es principalmentela manera en que son cambiadas las cosas, escribiendo respecto a ellas". Eso fue el principio. En ese tiempo, hall difcil creer que podra moverme con tanta facilidad como haba dichoDoc que lo hara con su proteccin. Pero sa fue en verdad la forma en que result.Mientras estaba dando los primeros pasos con Doc, tambin me hallaba buscando un lugar para vivir enCornerville. Mi beca me proporcion una alcoba muy cmoda, una sala y un cuarto de bao en Harvard. Habaestado tratando de viajar entre este alojamiento y mi investigacin en Cornerville. Era posible tcnicamentepero en el aspecto social, me convenc ms y ms de que era imposible. Comprend que si no viva allsiempre sera un extrao en la comunidad. Adems, encontr que tena dificultad para invertir el tiempo quesaba que era necesario para establecer relaciones estrechas en Cornerville. La vida en Cornerville no

    proceda sobre la base de citas formales. Para conocer a la gente, para llegar a familiarizarse con ellaacomodarse en sus actividades, requera pasar el tiempo con ellas; mucho tiempo, da tras da. Al vivir fuerade Cornerville y viajar, se podra llegar una tarde y una noche determinadas, para descubrir nicamente quelas personas a quienes se deseaba ver no estaban alrededor en el momento. O aunque uno las viera, podraencontrar que pasaba el tiempo sin ningn acontecimiento en absoluto. Uno podra estar con individuos cuyanica ocupacin fuera hablar o pasear, intentando no aburrirse.Varias tardes y noches, me hall en Harvard, considerando hacer un viaje a Cornerville y poniendo despuspretextos para no ir. Cmo sabia que encontrara a la gente a quien deseaba ver? Aunque la hallara, cmopoda estar seguro de que aprendera algo ese da? En lugar de ir a una cacera descabellada a Cornervillepoda pasar el tiempo provechosamente leyendo libros y artculos para subsanar mi triste ignorancia de lasociologa y la antropologa social. Adems, tambin tena que aceptar que me senta ms cmodo en eseambiente conocido, que vagando por Cornerville y pasando el tiempo con personas en cuya presencia sesenta al principio francamente inquieto.Cuando me sorprend oponiendo estos pretextos, comprend que tendra que hacer la ruptura. Podracomprender a Cornerville alguna vez y ser aceptado por Cornerville, nada ms si viva all. Sin embargo, nofue fcil encontrar alojamiento. En un distrito tan congestionado, un cuarto desocupado de hecho no existaPodra haber tomado una 11 habitacin en la Casa de Servicios Sociales de la Calle Norton, pero entend quedeba hacer algo mejor, si era posible.Recib la mejor sugerencia del director de un semanario ingls, publicado para la colonia italoamericanaHaba hablado con l respecto a mi estudio y lo hall comprensivo.Le ped ayuda para encontrar una habitacin. Me propuso que viera a los Martini, una familia que tena unpequeo restaurante. Fui a comer a ese establecimiento y luego consult al hijo de la familia. Me comprendipero dijo que no tenan sitio para una persona ms. No obstante, me gust el restaurante y disfrut de lacomida Volv varias veces, solamente a comer. En una ocasin me encontr con el periodista, quien me invita su mesa. Al principio me hizo preguntas de sondeo respecto a mi estudio: qu estaba buscando, cul era mconexin con Harvard, qu haban esperado sacar de esto y cosas similares. Despus que le contest de

    modo que por desgracia omit consignar en mis notas; me dijo que es. b. satisfecho e incluso haba habladoya en mi favor con personas que sospechaban que podra haber ido a "criticar a nuestra gente".Volvimos a discutir mi problema de alojamiento. Mencion la posibilidad de vivir en la Casa de la CalleNorton.Afirm con movimientos de cabeza, pero aadi: "Sera mucho mejor si pudiera estar con una familia

    Aprendera el lenguaje con mayor rapidez y conocera mejor a la gente. Pero usted quiere que sea en unafamilia buena, educada. No desea enredarse con tipos bajos. Necesita que sea una familia verdaderamentebuena".Con esto, se volvi hacia el hijo de la familia con quien yo haba hablado e inquiri: "Puedes hacer un sitio enla casa para el seor Whyte? " Al Martini hizo una pausa de un instante y luego replic: "Quiz podemosacomodarlo. Hablar nuevamente con mam".

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    As que volvi a hablar con mam y hallaron un lugar. De hecho, l me cedi su propia habitacin y se mud acompartir un lecho doble con el hijo de la cocinera. Protest un poco por esta imposicin, pero todo haba sidodecidido. .. excepto el dinero. No saban cunto cobrarme y yo no sabia cunto ofrecer. Por ltimo, despus dealguna esgrima verbal, ofrec quince dlares mensuales y cedieron por doce.El cuarto era sencillo, pero adecuado para mis propsitos. No tenia calefaccin, pero cuando comenc aescribir mis notas ah, consegu un calentador de petrleo. No tenan baera en la casa, as que utilic lasinstalaciones de la gran universidad (la habitacin de mi amigo Henry Guerlac) para un bao ocasional de tinao de regadera.El lugar era habitable fsicamente y me proporcion algo ms que una simple base fsica. Tena nada ms unasemana con los Martini, cuando descubr que era mucho ms que un inquilino para ellos. Haba estadotomando mucho de mis alimentos en el restaurante y detenindome algunas veces para charlar con la familiaantes de retirarme a la cama por las noches. Entonces, una tarde estaba en Harvard y me encontr atacadopor un fuerte resfriado. Como todava tena mi habitacin en Harvard, me pareci lgico permanecer alldurante la noche. No pens en informar de mi plan a los Martini.

    Al da siguiente, cuando estaba de regreso en el restaurante, comiendo, Al Martini me salud cordialmente yluego dijo que todos se haban preocupado la noche anterior, cuando no volv. Mam permaneci levantadahasta las dos, esperndome. Como era nada ms un joven extrao en la ciudad, pudo imaginar que mepodan ocurrir toda clase 12 de cosas. Al me dijo que mam haba llegado a considerarme uno de la familiaEstaba libre para ir y venir como quisiera, pero si supiera mis planes, ella no se preocupara tanto.Este ruego me conmovi mucho y decid que en lo sucesivo sera un hijo tan bueno como pudiera, para los

    Martini.Al principio me comunicaba con mam y pap principalmente con sonrisas y ademanes. Pap no saba inglsen absoluto y el conocimiento de mam se limitaba a un par de oraciones, que empleaba cuando algunos delos jvenes estaban haciendo ruido en la calle, bajo su ventana, mientras ella intentaba dormir la siestaEntonces asomaba la cabeza por la ventana y gritaba: " Maldito hijo'eperra! Lrgatedeaqui!" Algunassemanas antes, previendo mudarme al distrito, yo mismo haba principiado a trabajar en el idioma italiano conayuda de un Linguaphone. Una maana, pap Martini pas cuando yo estaba hablando al disco fonogrficoescuch por unos instantes en el corredor, tratando de entender esa rara conversacin. Luego se precipitsobre m con exclamaciones fascinadas. Nos sentamos mientras le demostraba la mquina y el mtodo.Despus de eso, se mostr deleitado trabajando conmigo y lo llam mi profesor de idiomas. Llegamos en pocotiempo a un nivel en que poda sostener conversaciones sencillas y gracias al Linguaphone y a pap Martini, eitaliano que surgi sonaba aparentemente autntico. Le gustaba hacerme pasar ante sus amigos comounpaesano mio.., un hombre de su propio pueblo natal en Italia. Cuando tena el cuidado de mantener mis

    comentarios dentro de los lmites de mi vocabulario, algunas veces poda pasar por un inmigrante del villorriode Viareggio, en la provincia de Toscana.Como mi investigacin se desarroll de modo que estaba concentrndome casi exclusivamente en lageneracin ms joven, de habla inglesa, mis conocimientos del italiano resultaron innecesarios para esospropsitos. No obstante, siento la seguridad de que fue importante para establecer mi posicin social enCornerville... aun con esa generacin ms joven. Haba profesores y trabajadores sociales que trabajaron enCornerville hasta durante veinte aos y sin embargo, no haban hecho ningn esfuerzo para aprender eitaliano. Mi esfuerzo por aprender el idioma hizo ms probablemente que todo lo que hubiera podido decirlesrespecto a m y a mi trabajo, para establecer la sinceridad de mi inters en la gente, cmo poda estaproyectando un investigador "criticar a nuestra gente", si llegaba al grado de aprender el idioma? Con elenguaje llega la comprensin y con seguridad es ms fcil criticar a las personas si no los comprende uno.Mis das con los Martini pasaban en esta forma. Me levantaba alrededor de las nueve de la maana y sala adesayunar. Al Martini me dijo que poda almorzar en el restaurante, pero a pesar de todos mis deseos de

    adaptacin, nunca pude tomar su desayuno de caf con leche y un pedazo de pan.

    Regresaba despus a mi cuarto y pasaba el resto de la maana o la mayor parte de ella, escribiendo amquina mis notas concernientes a los acontecimientos del da anterior.Coma en el restaurante y luego me encaminaba hacia la esquina. Estaba de vuelta comnmente para cenaen el restaurante y despus sala otra vez en la noche.De ordinario regresaba a casa entre las once y las doce, a una hora en que el restaurante estaba desiertoexcepto tal vez por unos pocos amigos de la familia. Entonces buscaba a pap en la cocina, para conversamientras le ayudaba a secar los platos, o acercaba una silla a la conversacin familiar alrededor de una mesacercana a la cocina.13 Beba con ellos un vaso de vino y poda sentarme y escuchar en su mayor parte, pero probaba

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    ocasionalmente con ellos mi italiano creciente.La rutina era diferente el domingo, cuando el restaurante se cerraba a las dos de la tarde y llegaban los doshermanos de Al, su hermana, las esposas, el esposo y los hijos, para una gran comida dominical. Insistan enque comiera entonces como miembro de la familia, sin pagar por mis alimentos. Siempre era ms de lo quepoda comer, pero estaba delicioso y lo regaba con dos vasos de vino Zinfandel. Cualquier tensin que hubieraaparecido en mi trabajo durante la semana anterior, pasaba mientras coma y beba y despus iba a mi cuartopara una siesta de una o dos horas, que me devolva refrescado completamente y dispuesto a encaminarmeotra vez a las esquinas de Cornerville.

    Aunque obtuve varios contactos tiles en el restaurante o a travs de la familia, no fue sta la mayoimportancia de los Martini para m. Hay una tensin en hacer este trabajo en el terreno. La tensin es mayorcuando uno es desconocido y est preguntndose todo el tiempo si las personas van a aceptarlo. Pero pomucho que goce uno de su trabajo, mientras est observando y entrevistando, tiene que desempear un papey no est completamente tranquilo. Era una sensacin maravillosa poder volver a casa al final de un da detrabajo, para reposar y disfrutar con la familia. Quiz hubiera sido imposible para mi realizar un estudio tanconcentrado de Cornerville, si no hubiera tenido un hogar as, del cual poda salir y al cual poda volver.5 . Comienzo con Doc

    An puedo recordar mi primera salida con Doc. Nos reunimos una noche en la Casa de Servicios Socialede la Calle Norton y nos encaminamos de ah a un establecimiento de juego, a un par de cuadras. Segu a

    Doc ansiosamente por el corredor largo y oscuro, hasta la parte posterior del edificio de viviendas. No estabpreocupado por la posibilidad de una incursin policiaca. Pensaba cmo adaptarme y ser aceptado. La puertase abra a una pequea cocina casi desprovista de mobiliario y con la pintura desprendindose de las paredesTan pronto como entramos, me quit el sombrero y empec a buscar un sitio dnde colgarlo. No haba ningnlugar. Mir en torno mo y all aprend mi primera leccin de observacin participante en Cornerville: no tequites el sombrero en la casa.. cuando menos, no lo hagas cuando ests entre hombres. Puede ser permitidopero ciertamente no requerido, quitarse el sombrero cuando hay mujeres presentes.Doc me present como "mi amigo Bill", a Chichi, quien administraba el negocio y a los amigos y clientes deChichi. Permanec all con Doc, parte del tiempo en la cocina, donde estaban sentados conversando varioshombres y parte del tiempo en el otro cuarto, observando el juego de dados. Se hablaba de juego, de carreras de caballos, de sexo y de otras cuestiones. Yo casi nada ms escuch eintent mostrarme amable e interesado. Bebimos vino y caf con anisete y los presentes cooperaron parapagar los refrescos. (Doc no me dej pagar mi parte esta primera ocasin.) Como haba pronosticado Doc

    nadie me hizo preguntas concernientes a m mismo, pero me inform despus que cuando sal al excusadohubo un estallido nervioso de conversacin en italiano y que necesit asegurarles que no era un detective. Meexplic que les dijo secamente que era amigo suyo y convinieron en aceptarlo.14 Fuimos juntos varias ocasiones ms al establecimiento de juego de Chichi y luego lleg el tiempo en queatrev a ir solo. Cuando fui saludado en una forma natural y amable, sent que estaba comenzando a encontraun sitio en Cornerville.Cuando Doc no iba a la casa de juego, pasaba el tiempo rondando por la Calle Norton y empec aacompaarlo. Al principio, la Calle Norton significaba nada ms un lugar para esperar hasta que pudiera ir aalgn otro sitio. Al comenzar a conocer mejor a los hombres, me encontr convirtindome gradualmente enuno del grupo de la Calle Norton.Despus se form el Club de la Comunidad Italiana en la Casa de Servicios Sociales de la Calle Norton y Dofue invitado a ingresar. Doc maniobr para hacerme aceptar como miembro y me alegr de unirme al club, yaque pude ver que eso representaba algo claramente diferente a las pandillas de esquina que estabaconociendo.

    Al empezar a conocer a los hombres de Cornerville, tambin conoc a algunas de las muchachas. Llev a unade ellas a un baile de la iglesia. A la maana siguiente, los amigos de la esquina estaban preguntndome"Cmo est tu novia? " Esto me sorprendi. Supe que ir a la casa de una muchacha era algo que no sehaca, a menos que uno pensara en casarse con ella. Por fortuna, la muchacha y su familia saban que noconoca las costumbres locales, as que no supusieron que estaba comprometido. No obstante, sta fue unaadvertencia til. Despus de esa vez, aunque hall excesivamente atractivas a algunas muchachas deCornerville, jams sal con ellas, excepto en grupo y tampoco hice ms visitas a sus casas.

    Al progresar, encontr que la vida en Cornerville no era, con mucho, tan interesante y agradable para lamuchachas como para los hombres. Un hombre tena libertad total para vagar y haraganear. Las muchacha

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    no podan rondar por las esquinas. Tenan que dividir su tiempo entre sus hogares, las casas de sus amigas yfamiliares y un empleo, si lo tenan. Muchas de ellas tenan un sueo que era ms o menos as: un joven defuera de Cornerville, con un poco de dinero, un buen trabajo y buena educacin, vendra, las enamorara y lassacara del distrito. Yo difcilmente poda interpretar ese papel.6. Entrenamiento de observacin participanteLa primavera de 1937 me proporcion un curso extenso en observacin participante. Estaba aprendiendocmo conducirme y aprend de varios grupos, pero en particular de los Nortons.

    Al empezar a merodear por Cornerville, encontr que necesitaba una explicacin de m mismo y de mi estudioCuando me hallaba con Doc y respaldado por l, nadie me preguntaba quin era o qu haca. Cuandocirculaba en otros grupos o aun entre los Nortons sin l, era obvio que sentan curiosidad respecto a m.Comenc con una explicacin bastante elaborada. Me encontraba estudiando la historia social de Cornerville.pero tena una nueva perspectiva. En vez de trabajar del pasado hacia el presente, trataba de adquirir unconocimiento completo de las condiciones actuales y despus trabajar del presente hacia el pasado. Entoncesestaba muy complacido con esta explicacin, pero a nadie ms pareca importarle. Nada ms hice laexplicacin un par de ocasiones y cuando conclu, haba un silencio embarazoso. Nadie, incluyndome yomismo, saba qu decir.15 Aunque esta explicacin tena cuando menos la virtud de cubrir cualquier cosa que pudiera desear hacecon el tiempo, era aparentemente demasiado complicada para significar algo para la gente de Cornerville.Encontr pronto que la gente haba desarrollado su propia explicacin concerniente a m: estaba escribiendoun libro referente a Cornerville. sta podra parecer una explicacin demasiado vaga por completo y sinembargo fue suficiente. Descubr que mi aceptacin en el distrito dependa mucho ms de las relacionespersonales que desarrollara, que de cualquier explicacin que pudiera dar. El que fuera bueno escribir un librorelativo a Cornerville, dependa por entero de las opiniones de la gente respecto a mi persona. Si yo eradecente, entonces mi proyecto era correcto; si yo no era bueno, entonces ninguna explicacin podraconvencerlos de que el libro era una buena idea.Por supuesto, la gente no satisfaca su curiosidad concerniente a mi nada ms con preguntas que me hacandirectamente. Acudan a Doc, por ejemplo y lo interrogaban respecto a m. Entonces Doc responda a suspreguntas y les daba la seguridad que necesitaban.

    Aprend al principio de mi periodo en Cornerville la importancia crucial de tener el apoyo de los individuosclave en cualquier grupo u organizacin que estuviera estudiando.En lugar de tratar de explicar mi persona a todos, hall que estaba proporcionando a lderes tales como Do

    mucha informacin ms relativa a m y a mi estudio, de la que ofreca al muchacho comn de esquinaSiempre intentaba dar la impresin de que estaba dispuesto y ansioso de decir tanto respecto a mi estudiocomo cualquiera quisiera saber, pero era slo con los lderes de grupo con quienes haca un esfuerzoparticular para proporcionarles en realidad informacin completa sobre mi proyecto.Mis relaciones con Doc cambiaron rpidamente en este periodo inicial en Cornerville. Al principio era un simpleinformador clave... y tambin mi patrocinador. Al pasar ms tiempo juntos, dej de tratarlo como un informadopasivo. Discut con l con franqueza suficiente lo que estaba tratando de hacer, los problemas que meperturbaban y as, generalmente. Mucho de nuestro tiempo era invertido en esta discusin de ideas yobservaciones, de modo que Doc se convirti, en un sentido muy real, en un colaborador en la investigacinsocial.Esta comprensin completa de la naturaleza de mi estudio estimul a Doc a buscar y sealarme la clase deobservaciones en que estaba interesado. A menudo, cuando pasaba por l al apartamento donde viva con suhermana y su cuado, me deca: "Bill, hubieras estado con nosotros anoche. Esto te hubiera interesado". Yentonces proceda a relatarme lo que haba sucedido. Tales narraciones siempre eran interesantes yapropiadas para mi estudio.Doc hall interesante y placentera esta experiencia de trabajo conmigo y no obstante, nuestras relacionetenan sus inconvenientes. Observ una vez: "Me has entorpecido bastante desde que ests aqu. Cuandohago algo ahora, tengo que pensar en lo que deseara saber Bill Whyte referente a esto y cmo puedoexplicarlo. Antes haca las cosas por instinto".Sin embargo, Doc no pareci considerar que esto fuera un obstculo serio. En realidad y sin ningn estmuloera un observador tan perspicaz, que necesitaba nicamente un poco de estmulo para ayudarlo a haceexplcita mucha de la dinmica de 16 la organizacin social de Cornerville. Algunas de las interpretaciones quehe hecho son suyas ms que mas aunque ahora es imposible distinguirlas.

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    Aunque trabaj de manera ms estrecha con Doc que con ningn otro individuo, siempre busqu al lder ecualquier grupo que estaba estudiando. Deseaba de l no nicamente apoyo, sino tambin colaboracin msactiva con el estudio. Como estos cabecillas tenan la clase de posicin en la comunidad que les permitaobservar mucho mejor que los seguidores lo que estaba ocurriendo y como eran en general observadores mshbiles que los seguidores, encontr que tenia que aprender mucho de una colaboracin ms activa con ellos.Se me haba instruido en mis mtodos de entrevista que no discutiera con la gente, ni hiciera juicios moralesde ellos. Esto cay dentro de mis inclinaciones. Me alegr aceptar a las personas y ser aceptado por ellas. Sinembargo, esta actitud no apareci tanto en las entrevistas, pues hice pocos interrogatorios formales. Busqumostrar esta aceptacin interesada de la gente y la comunidad en mi participacin cotidiana.

    Aprend a participar en las discusiones de la esquina sobre el bisbol y el sexo.Esto no requera ningn entrenamiento especial, ya que los tpicos parecan ser temas de inters casuniversal. No poda participar tan activamente en discusiones sobre carreras de caballos. Comenc a seguilas carreras en una forma bastante general y de aficionado.Estoy seguro de que me habra convenido dedicar ms estudio al Morning Telegraph y otras publicacioneshpicas, pero mi conocimiento del bisbol me asegur cuando menos que no seria dejado fuera de lasconversaciones de la esquina.

    Aunque evitaba expresar opiniones sobre tpicos sensitivos, encontr que la discusin de algunas cuestioneera slo una parte del patrn social y que difcilmente se poda participar sin intervenir en la argumentacinMe hall a menudo envuelto en discusiones acaloradas, pero bien intencionadas, respecto a los mritosrelativos de ciertos jugadores y manejadores de beisbol de las Ligas Mayores. Siempre que se aproximaban

    por la calle una muchacha o un grupo de muchachas, los muchachos reunidos en la esquina tomaban notasmentales y luego discutan su valoracin de las mujeres. Estas evaluaciones se hacan en gran parte entrminos de formas y con gusto se discuta que Mary "estaba mejor formada" que Anna, o viceversa. Porsupuesto, si cualquiera de los hombres de la esquina tenan un apego personal a Mary o a Anna, no se hacacomentarios de importancia y yo tambin evitaba el tpico.

    Algunas veces me preguntaba si frecuentar simplemente la esquina era un proceso bastante activo para sedignificado por el trmino "investigacin". Quiz deba estar hacindoles preguntas a esos hombres. Noobstante, se tiene que aprender cundo interrogar y cundo no interrogar, lo mismo cules preguntas debenhacerse.

    Aprend esta leccin una noche, en los primeros meses, cuando estaba con Doc en el establecimiento dejuego de Chichi. Un hombre de otra parte de la ciudad se hallaba obsequindonos con un relato de laorganizacin de la actividad de juego. Se me haba dicho que fue en un tiempo un operador de juego muygrande y habl con conocimiento de causa respecto a muchos temas interesantes. l fue quien habl ms

    pero los otros hacan preguntas y comentarios, as que despus de un tiempo principi a sentir que deba decialgo, para ser parte del grupo. Inquir: "Supongo que todos los polizontes estaban pagados". 17 La quijada del jugador colg. Me mir furiosamente. Luego neg con vehemencia que cualquier policahubiera estado pagado y cambi de inmediato la conversacin a otro tpico. Me sent molesto por el resto deesa noche.

    Al da siguiente, Doc me explic la Ieccin de la noche anterior. "Ten cuidado con eso de 'quin', 'qu', 'poqu' y 'cundo', Bill. Si haces esas preguntas, la gente cerrar la boca. Si te aceptan, puedes permanecealrededor, sencillamente y a la larga sabrs las respuestas sin tener que hacer siquiera las preguntas".Encontr que esto era cierto. Mientras estaba sentado escuchando, supe la contestacin a preguntas queincluso no habra tenido el juicio de formular, si hubiera estado obteniendo informacin con base nicamenteen las entrevistas. Por supuesto, no abandon por completo los interrogatorios. Nada ms aprend a juzgar lasensibilidad de la pregunta y mis relaciones con la gente, en forma que slo haca una pregunta concernientea un rea sensible, cuando tena la seguridad de que mis relaciones con la gente implicada eran muy slidas.Cuando haba establecido mi posicin en la esquina, los datos llegaron sencillamente a m, sin esfuerzos muyactivos de mi parte. Era nada ms de tiempo en tiempo, cuando estaba interesado en un problema particular ysenta que necesitaba mas informacin de cierto individuo, cuando buscaba la oportunidad de apartar ahombre y efectuar una entrevista ms formal.En un principio me concentr en adaptarme a Cornerville, pero un poco despus tuve que encararme aproblema de hasta dnde iba a introducirme en la vida del distrito.Choqu con ese problema una tarde, mientras caminaba por la calle con los Nortons. Al intentar entrar aespritu de la conversacin superficial, solt una sarta de obscenidades y maldiciones. El paseo tuvo unadetencin momentnea, cuando todos se pararon a mirarme sorprendidos. Doc movi la cabeza y dijo: "Bill, nose supone que debas hablar as. No pareces t".

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    Trat de explicar que solamente estaba utilizando trminos muy comunes en la esquina. Sin embargo, Docinsisti en que yo era diferente y deseaban que continuara sindolo.Esta leccin lleg mucho ms all del uso de las obscenidades y las maldiciones.Supe que la gente no esperaba que fuera como ellos; de hecho, estaban interesados y complacidos aencontrarme distinto, mientras tuviera un inters amistoso en ellos. Por lo tanto, abandon mis esfuerzos deinmersin total. No obstante, mi comportamiento fue afectado por la vida en la esquina. Cuando John Howardvino de Harvard para unirse conmigo en el estudio de Cornerville not inmediatamente que en este lugahablaba muy distinto a como haba hablado en Harvard. Esto no fue cuestin del empleo de obscenidades omaldiciones, ni tampoco del uso de expresiones no gramaticales. Hablaba del modo que me pareca naturapero lo natural en Cornerville era diferente a lo natural en Harvard. En Cornerville me hall poniendoanimacin mucho mayor en mis expresiones, cortando las "ges" finales y utilizando las gesticulaciones demodo mucho ms activo.(Tambin haba diferencia, por supuesto, en el vocabulario que empleaba. Cuando estaba enredado demanera ms profunda con Cornerville, me encontraba con la lengua bastante atada en mis visitas a HarvardNo poda mantenerme al nivel, simplemente, con las discusiones de relaciones internacionales, de lanaturaleza de la ciencia, ni de todo en lo que en un tiempo haba estado ms o menos bien informado).18 A medida que fui aceptado por los Nortons y por varios otros grupos, trat de hacerme bastante agradablepara que la gente estuviera contenta tenindome cerca. Y al mismo tiempo, intent evitar influir en el grupopues quera estudiar la situacin tan poco afectada por mi presencia como fuera posible. Por lo tanto, durantemi permanencia en Cornerville, evit aceptar cargos o puestos directivos en ninguno de los grupos, con una

    sola excepcin. Una vez fui nominado para secretario del Club de la Comunidad Italiana.Mi primer impulso fue rechazar la nominacin, pero luego reflexion que de ordinario, el puesto de secretarioes considerado sencillamente como cuestin de trabajo sucio: escribir las minutas y encargarse de lacorrespondencia. Acept y hall que poda hacer un relato muy completo del progreso de la reunin, tal comotranscurra, con el pretexto de tomar notas para las minutas.

    Aunque intentaba evitar influir sobre individuos o grupos, trat de ser til en la forma en que se espera queayude un amigo en Cornerville. Cuando uno de los muchachos tena que ir al centro de la ciudad a umandado y deseaba compaa, yo iba con l. Cuando alguien estaba intentando conseguir una colocacin ydeba escribir una carta concerniente a s mismo, lo ayudaba a redactarla y todo eso. Esta clase decomportamiento no presentaba ningn problema pero cuando llegaba la cuestin de dar dinero, no estabaclaro en absoluto cmo deba comportarme. Por supuesto, busqu gastar dinero en mis amigos igual que elloslo hacan en m. Pero respecto a prestar dinero? En un distrito as se espera que un hombre ayudar a susamigos siempre que pueda y con frecuencia, la ayuda necesitada es econmica. Prest dinero en varias

    ocasiones, pero siempre me sent inquieto al hacerlo. Un hombre lo agradece cuando uno le presta dineronaturalmente, pero cmo se siente despus, cuando ha llegado el momento de pagar y no puede hacerlo?Tal vez est apenado y trata de evitar la compaa de uno. En esas ocasiones, trataba de dar seguridad aindividuo y decirle que saba que no lo tena entonces y que yo no estaba preocupado por eso. O incluso ledeca que olvidara por completo la deuda. Pero eso no la borraba de los libros; el embarazo subsista. Aprendque es imposible hacer un favor a un amigo y causar en el proceso una tensin en las relaciones.No conozco ninguna solucin fcil a este problema. Estoy seguro de que habr ocasiones en que einvestigador actuar extremadamente mal al negarse a hacer un prstamo personal. Por otro lado, estoyconvencido de que cualesquiera que sean sus recursos econmicos, no debe buscar oportunidades de prestadinero y debe evitar hacerlo siempre que pueda esquivarlo graciosamente.Si el investigador est intentando acomodarse en ms de un grupo, su trabajo en el terreno se hace mscomplicado. Puede haber ocasiones en que los grupos entren en conflicto uno con otro y se esperar que adopte partido. Hubo una vez, en la primavera de 1937, en que los muchachos organizaron un encuentro de

    bolos entre los Nortons y el Club de la Comunidad Italiana. Por supuesto, Doc bole por los Nortons. Pofortuna, en ese tiempo mi juego no haba progresado hasta el punto en que estaba en demanda para uno yotro equipo y pude permanecer fuera del partido. Trat de aplaudir desde ah imparcialmente las jugadasbuenas en ambos equipos, aunque temo que fue evidente que mis ovaciones a los Nortons eran msentusiastas.Cuando estaba con miembros del Club de la Comunidad Italiana, no me senta obligado en absoluto adefender a los muchachos de la esquina contra comentarios despreciativos. No obstante, hubo una ocasinmolesta, cuando estaba con los muchachos de la esquina y uno de los colegiales se detuvo a hablar conmigoEn el curso 19 de la discusin, l dijo: ''BiII, estos tipos no entenderan lo que quiero decir, pero estoy segurode que t comprendes mi opinin". Pens que ah tena que decir algo. Contest que subestimaba

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    grandemente a los muchachos y que los colegiales no eran los nicos hbiles.Aunque la observacin coincidi con mis inclinaciones personales, estoy seguro de que fue justificado desdeun punto de vista prctico estricto. Mi respuesta no trastorn los sentimientos de superioridad del muchachode colegio, ni nuestras relaciones personales.Por otra parte, tan pronto como se retir, fue evidente lo profundamente que sintieron los muchachos de laesquina su aseveracin. Pasaron algn tiempo emitiendo expresiones explosivas acerca de su opinin de l yluego me dijeron que yo era distinto, que lo apreciaban y que yo saba mucho ms que ese tipo y sin embargono lo exhiba.Mi primera primavera en Cornerville sirvi para establecer para mi una posicin firme en la vida en el distritoNada ms haba estado ah pocas semanas, cuando Doc me dijo: "En esta esquina eres un accesorio comoesa lmpara de alumbrado". Quiz el mayor suceso que seal mi aceptacin en la Calle Norton, fue el juegde beisbol que organiz Mike Ciovanni contra el grupo de adolescentes mayores de la Calle Norton. Eran losviejos que haban obtenido triunfos gloriosos en el pasado, contra los jvenes en ascenso. Mike me asignuna posicin regular en el equipo, tal vez no un puesto clave (fui colocado en el jardn derecho), pero cuandomenos estaba all. Cuando fue mi turno de batear en la parte baja de la novena entrada, la anotacin seencontraba empatada, haba dos outs y las bases se hallaban llenas. Al inclinarme para escoger mi batescuch que algunos de los amigos sugeran a Mike que deba poner un emergente. Mike les respondi envoz alta, que debi estar dirigida a m: "No, tengo confianza en Bill Whyte. l cumplir en la hora difcil". Asque alentado por la confianza, fui a batear, fall dos intentos y despus dispar un fuerte rodado por el agujeroentre segunda y el parador en corto. Cuando menos por all me dijeron que pas. Me encontraba tan ocupado

    en llegar a primera base, que no supe despus si llegu por un error o por un sencillo.Esa noche, cuando fuimos a tomar caf, Danny me obsequi un anillo, por ser un amigo "regular" y unbeisbolista bastante bueno. Yo estaba impresionado particularmente por la sortija, pues fue hecha a manoDanny comenz con un dado de mbar claro descartado de su garito y haba utilizado durante largas horas sucigarrillo encendido para quemar un agujero a travs de l y redondear las orillas, de manera que sali conuna forma de corazn en la parte superior. Asegur a los amigos que siempre apreciara ese anillo.Tal vez deba agregar que mi imparable de una base con que se gan el juego elev la anotacin a 18-17, asque es evidente que no fui el nico que haba estado golpeando la pelota. Sin embargo, fue una sensacinmaravillosa responder cuando todos estaban contando conmigo y me hizo sentir todava ms que pertenecaa la Calle Norton.

    Al reunir los primeros datos de mi investigacin, tuve que decidir cmo iba a organizar las notas escritas. En laetapa ms temprana de exploracin, puse simplemente todas las notas en orden cronolgico en una solacarpeta. Como iba a proseguir estudiando un nmero de grupos y problemas distintos, fue obvio que sta no

    era en absoluto una solucin.Tena que subdividir las notas. Pareca haber dos posibilidades principales. Poda organizar las notas potpicos, con carpetas para la poltica, los rackets, la iglesia, la familia y as para el resto. O poda organizarlasen trminos de los grupos en los que 20 estaba basadas, lo cual significara tener carpetas para los Nortons, eClub de la Comunidad Italiana y para otros grupos. Sin pensar realmente el problema a fondo, principi aseleccionar el material sobre la base de grupos, razonando que luego podra redividirlo sobre la base de lostpicos, cuando tuviera un conocimiento mejor de cules seran los tpicos pertinentes.

    A medida que se acumulaba el material en las carpetas, descubr que la organizacin de notas por gruposociales coincida con la manera en que estaba desarrollndose mi estudio. Por ejemplo, tenemos a unmuchacho de colegio del Club de la Comunidad Italiana, diciendo: estos racheteers dan un mal nombre anuestro distrito.Deban limpiarlo de ellos, realmente". Y tenemos a un miembro de los Nortons diciendo: "Estos racketeers son'derechos' en realidad. Cuando necesitas ayuda, te la dan. Un hombre de negocios legtimo.. . l no te dar la

    hora". Deban ser seleccionadas estas citas bajo "Racketeers, actitudes hacia los"?. Si era as, nada msmostraran que en Cornerville hay actitudes antagnicas hacia los racketeers. Slo un cuestionario (quedifcilmente es factible para un tpico as) mostrara la distribucin de actitudes en el distrito. An ms, quimportancia tendra saber cuntas personas sentan de un modo o de otro respecto a este tpico? Me parecide inters cientfico mucho mayor poder relacionar la actitud del grupo en el que participaba el individuo. Estomuestra por qu poda esperarse que dos individuos tuvieran actitudes bastante diferentes sobre un tpicodado.

    Al pasar el tiempo, incluso las notas de una carpeta aumentaron ms all del punto en que se mi memoria mepermitiera localizar rpidamente cualquier anotacin determinada. Entonces trac un mtodo rudimentario dendices: una pgina en tres columnas, que contenan para cada entrevista u observacin la fecha, la persona o

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    personas entrevistadas u observadas y un resumen breve del registro de la entrevista u observacin. Dichondice cubrira de tres a ocho pginas. Cuando llegara el momento de revisar las notas o escribir a partir deellas, un estudio de entre cinco y diez minutos del ndice sera bastante para darme una imagenrazonablemente completa de lo que tena y de dnde podra ser localizado cualquier dato determinado7. Aventura polticaPas julio y agosto de 1937 alejado de Cornerville, con mis padres. Tal vez estaba demasiado acostumbrado las vacaciones de verano con la familia para permanecer en Cornerville, pero cuando menos pretext quenecesitaba algn tiempo para retirarme, leer un poco y lograr alguna perspectiva. Todava no vea el eslabnque conectara un estudio general de la vida de la comunidad y los estudios intensivos de grupos.Regres sintiendo que deba ampliar mi estudio en alguna forma. Eso podra significar abandonar misconexiones con los Nortons y el Club de la Comunidad Italiana, para participar con ms intensidad en otrasreas. Quiz sa habra sido la decisin lgica, en trminos de la manera en que vea mi estudio deCornerville en ese tiempo. No actu de ese modo, afortunadamente. El club me ocupaba nada ms una nochea la semana, as que no haba gran presin para abandonarlo, por el momento. Los Nortons me tomabanmucho ms tiempo y, sin embargo, significaba algo importante para mi tener una esquina y un grupo dondeestuviera contento en Cornerville. En ese tiempo no vea con claridad que haba mucho ms en un estudio deun grupo que un examen de sus actividades y relaciones personales en un punto particular del tiempo. Slo aprincipiar a ver cambios en 21 estos grupos, entend la importancia extremada que tiene observar un grupo

    durante un periodo prolongado.Mientras vagaba con los Nortons y con el Club de la Comunidad Italiana ms o menos por un proceso deinercia, decid que deba extender el estudio obteniendo una perspectiva ms amplia y profunda de la vidapoltica de la comunidad. En Cornerville, las actividades de las esquinas y la poltica estaban entrelazadasinextricablemente. Haba varias organizaciones polticas tratando de engrandecer a candidatos rivales. Sentaque podra obtener mejor un conocimiento ntimo de la poltica si me alineaba de modo activo con unaorganizacin poltica y, sin embargo, tem que esto podra clasificarme de manera que tendra dificultades mtarde con mi estudio, en relacin con personas que estaban contra este poltico particular.El problema se resolvi solo para m. En el otoo de 1937 hubo una pugna por la alcalda. Un poltico irlandsque haba sido antes alcalde y gobernador del estado, era nuevamente candidato. Entre los yanquis buenosel apellido Murphy era Ia personificacin de la corrupcin. Sin embargo, en Cornerville tena fama de seamigo de los pobres y de los italianos. La mayora de los polticos de Cornerville estaban en favor de l y seesperaba que barriera en el distrito por una mayora tremenda. Por lo tanto, decid que sera bueno para m

    estudio poder principiar en la poltica con este hombre. (Esta nueva tendencia poltica produjo algunoslevantamientos de cejas entre mis asociados de Harvard, pero me excus pensando que era difcil que unnovato completo tuviera alguna influencia en la eleccin del poltico tristemente clebre en la comunidad).Necesitaba tener alguna clase de contacto local para alistarme en la campaa. La encontr con GeorgRavello, senador estatal que representaba a nuestro distrito y a otros dos. Conoc en el restaurante dondeviva a Paul Ferrante, quien era secretario de Ravello y tambin amigo de la familia Martini. Los servicios deFerrante a Ravello eran completamente sobre una base voluntaria. Paul se hallaba sin empleo en ese tiempo yestaba trabajando para el poltico con la esperanza de sacar algn da una colocacin de eso.Despus de un poco de discusin preliminar, me alist como secretario sin sueldo del secretario sin sueldo desenador del estado, para la duracin de la campaa para alcalde. Cuando concluy esa eleccin mereenganch, pues haba una eleccin especial para un asiento desocupado en el Congreso y George Ravelloera candidato a ese cargo.Por fortuna para mi estudio, todos los otros polticos de Cornerville eran partidarios de Ravello, cuando menosoficialmente, ya que estaba compitiendo contra varios irlandeses.Por lo tanto, sent que poda ser activo en su campaa sin crear barreras contra mi mismo en ninguna otraparte del distrito.Fui una anomala absoluta como trabajador en la campaa para senador estatal.La mayor parte de los trabajadores en esas campaas cuando menos pueden declarar que entregaron unnmero considerable de votos; yo no poda ofrecer ninguno, excepto el mo.Fue difcil para la organizacin acostumbrarse a esto. En una ocasin, George Ravello me llev en suautomvil ala Cmara del Estado y en el camino quiso saber cundo iba a darle el apoyo del Club de lComunidad Italiana.En ese tiempo ello era un tpico bastante delicado en el club. Por una parte, todos losmiembros se encontraban interesados en ver que un italoamericano ascendiera a un puesto elevado y sin

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    embargo, los perturbaba ser identificados con George Ravello. El lenguaje que utilizaba en pblico difcilmenteera refinado y haba ganado una publicidad que avergonz a los jvenes en diferentes ocasiones. Por ejemplohubo una vez en que una mujer estaba declarando 22 contra un proyecto introducido al senado por Ravello. Esenador enfureci en medio de la audiencia y amenaz con lanzar a la buena mujer desde el muelle a labaha, si alguna vez pona un pie en su distrito. Otra ocasin, los peridicos publicaron la fotografa de Ravellocon un ojo hinchado, que haba obtenido en una pelea con un miembro de la Junta Estatal de Libertad BajoPalabra.Expliqu a Ravello que estaba en contra de la poltica del club respaldar candidatos para cualquier puestopblico. Aunque esto era verdad, difcilmente fue una explicacin satisfactoria para el senador. Sin embargono insisti ms, reconociendo quiz que, de cualquier modo, el apoyo del Club de la Comunidad Italiana nocontaba mucho.

    Al no poder darle votos, trat de hacerme til haciendo mandados y varios trabajos diversos, tales como clavacarteles de Ravello en distintas partes de la ciudad.Estoy seguro de que nadie pens que fuera de verdadera ayuda a la campaa del senador, pero tampocopareca estar haciendo ningn perjuicio, as que se me permiti rondar por el cuartel general, que era unacombinacin de oficina poltica y agencia funeraria.Hall que este era uno de los sitios ms desagradables para permanecer en l, porque jams pude obteneuna objetividad cientfica total respecto a las salas fnebres.Uno de mis recuerdos ms vivos y desagradables de Cornerville proviene de este periodo.Uno de los electores del senador haba muerto. Como las escaleras que llevaban a su apartamento eran

    demasiado estrechas, el finado fue expuesto por sus amigos y familiares en el saln posterior de la agencia depompas fnebres. Fue tendido, infortunadamente, en dos trozos, ya que le haban amputado una pierna pocoantes de su muerte. El resto del cadver fue embalsamado, pero me informaron que no exista manera deembalsamar una pierna separada de un cuerpo. La pierna gangrenosa despeda el olor ms nauseabundoMientras la familia y los amigos llegaban a rendir sus ltimos respetos, los trabajadores polticos estbamossentados en la parte anterior de la oficina, intentando mantener nuestra atencin poltica. De tiempo en tiempoPaul Ferrante recorra el cuarto esparciendo perfume. La combinacin de perfume con la pestilenciagangrenosa difcilmente fue un mejoramiento. Permanec en mi puesto todo el da, pero termin sintiendo unpoco de nuseas.Como los polticos no saban qu hacer con mis servicios y sin embargo estaban dispuestos a dejarmemerodear por la oficina, encontr que pude hacer mi propia descripcin de mi trabajo. Antes de una reunin dlos trabajadores polticos, suger a Carrie Ravello, la esposa del candidato y el cerebro autntico de la familiaque sirviera como secretario en esas reuniones. Entonces tom notas mientras se desarrollaba la asamblea y

    escriba un resumen a mquina para uso posterior de ella. (El invento del papel carbn me permiti conservami copia de todo lo registrado.) No era importante realmente para la organizacin poseer dicho registroAunque eran consideradas en forma oficial asambleas para discutir tctica y estrategia polticas, eran nadams reuniones de aliento para los poderes polticos secundarios que apoyaban a Ravello. Nunca asist a lasdiscusiones polticas de alto nivel donde se tomaban las verdaderas decisiones. No obstante, mis notas deestas asambleas polticas me dieron un registro documentado completamente de un rea de actividad. De allfui a la reunin poltica en gran escala, donde trat de transcribir en el lugar los discursos y otras actividadesde los partidarios principales de Ravello.23 Cuando lleg el da de la eleccin, vot al abrirse las casillas y despus me present para el servicio en ecuartel general del candidato. Encontr all que se me haba asignado para trabajar en otro distrito con esecretario de Ravello. Pas la primera parte del da de la eleccin fuera de Cornerville, siguiendo a Ferrante ysin ser de ninguna utilidad autntica para m mismo ni para la organizacin. No me preocup respecto a mcontribucin, porque estaba adquiriendo una impresin creciente de que mucho de lo que pasaba por actividad

    poltica era sencillamente prdida de tiempo. La maana del da de la eleccin, nos detuvimos a charlar con unnmero de amigos de Paul Ferrante y bebimos una copa o una taza de caf aqu y all. Despus viajamos enauto para ofrecer transporte a las casillas a los votantes, que en un distrito tan congestionado estaban a lavuelta de la esquina. Hicimos alrededor de treinta escalas y llevamos a una votante a la casilla y dijo que decualquier modo, iba a ir caminando cinco minutos ms tarde. Los otros no estaban en casa, o nos dijeron quedespus iran caminando.

    A las dos, pregunt si poda retirarme y volver a mi distrito. Esto me fue concedido inmediatamente, as quepude pasar el resto del da en Cornerville.Cuando llegu a casa, principi a escuchar rumores alarmantes del distrito original del poltico irlands que erael rival principal de Ravello. Se deca que tena una flota de taxis recorriendo su distrito, para que cada uno de

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    sus repetidores pudiera votar en todas las demarcaciones de su distrito. Fue claro que si no robbamos laeleccin, este tipo bajo nos la robara.

    Alrededor de las cinco, uno de los lugartenientes principales del senador se precipit hacia un grupo denosotros que nos hallbamos haraganeando en la esquina, frente a la casilla de mi demarcacin. Nos dijo quela seccin de Joseph Maloney de nuestro distrito se encontraba abierta para los repetidores, que los vehculosestaban preparados para transportarlos y que todo lo que necesitaba eran unos pocos hombres para ponersea trabajar. Por el momento, la organizacin se hallaba obstaculizada por una escasez de material humanopara realizar esta tarea importante. El lugarteniente del senador no solicit voluntarios; nos indic simplementeque subiramos a los coches para trasladarnos a las casillas donde poda hacerse el trabajo. Vacil unmomento, pero no me negu.

    Antes que las casillas se cerraran esa noche, haba votado tres veces ms por George Ravello... no fuerealmente una gran hazaa, ya que otro novato que haba comenzado al mismo tiempo que yo, consiguiproducir nueve votos en el mismo tiempo.Dos de mis votos fueron emitidos en la parte del distrito correspondiente a Joseph Maloney; el tercero fueregistrado en mi casilla correspondiente.Estaba parado en la esquina, cuando uno de los esbirros del poltico lleg hasta mi con la lista de votantespara pedirme que fuera. Le expliqu que sta era mi casilla y que ya haba votado bajo mi nombre autntico

    Al saber que lo haba hecho cuando abrieron las casillas, me dijeron que no tena nada por qu preocuparme que ahora estaba de servicio un nuevo turno. Eligieron para m el nombre de Frank Petrillo. Me dijeron quePetrillo era un pescador siciliano que sali al mar el da de las elecciones, as que estbamos ejerciendo por

    sus derechos democrticos. Mir el padrn electoral y descubr que Petrillo tena cuarenta y nueve aos deedad y media 1.75 de estatura. Como yo tena veintitrs y meda casi 1.91, esto me pareci plausible y expusemi duda. Se me asegur que eso no constitua ninguna dificultad en absoluto, ya que la gente a cargo de lacasilla era de Joe Maloney. Esto no me tranquiliz por completo, pero sin embargo form 24 en la fila paraesperar mi nuevo turno en la precipitacin de la hora, antes que fueran cerradas las casillas.Dije mi nombre y la mujer que se encontraba a la entrada lo marc en su lista, tom mi boleta, fui al gabinete ymarqu la boleta en favor de George Ravello. Cuando me hallaba a punto de meter la boleta a la nfora, estamujer me mir y pregunt que edad tena. Comprend repentinamente lo ridculo de mi simulacin. Saba quese supona que deba decir que tena cuarenta y cinco aos, pero no pudo expresar una mentira tan ridculaEn lugar de eso, trans en decir que tena veintinueve. Inquiri qu estatura tena y transig nuevamentediciendo que meda 1.83. Me tena frito, pero el interrogatorio sigui. La mujer me pregunt como deletreabami nombre. En la excitacin, lo hice mal. La otra inspectora se aproxim entonces y me interrog respecto amis hermanas. Record que haba visto en la lista los nombres del algunas mujeres apellidadas Petrillo y en

    todo caso, si inventaba nombres que no aparecan en el padrn, podan ser de mujeres que no estabanregistradas. Repliqu: S, tengo dos hermanas. Pregunto sus nombres. Celia y Florence.Me mir con expresin burlona e inquiri: Qu hay respecto a Marie Petrillo? Hice una inhalacin profunday contest: Ella es mi prima.Dijeron que tendran que objetar mi voto. Llamaron al supervisor a cargo de la casilla.Tuve que aguardar un minuto antes que se acercara y fue tiempo suficiente para meditar respecto a mi futuroPuede ver frente a mis ojos grandes titulares en las primeras planas de los tabloides de Eastern CityBECARIO DE HARVARD ARRESTADO POR REPETIR. Por qu no haba de aprovechar la oportunidad?sa era realmente una noticia periodstica ideal de un hombre mordiendo a un perro. Resolv en ese instanteque cuando menos no mencionara mis relaciones con Harvard ni mi estudio de Cornerville, cuando fueradetenido.El supervisor se aproxim, dijo que tendra que recusar mi voto y me pidi que escribiera mi nombre al reversode la boleta. Fui al gabinete. Pero estaba para entonces tan nervioso, que olvid cul se supona que era m

    nombre de pila y escrib Paul. El supervisor tom mi boleta y mir el dorso de ella. Me hizo jurar que se erami nombre y que no haba votado antes. Lo hice. Sal. Me dijo que me detuviera. Al mirar las personas queentraban, pens en tratar de huir, pero no lo hice. Regres. El supervisor mir el libro de votantes registradosVolvi al gabinete y su espalda estuvo hacia m por un momento.Entonces lo vi tachar el nombre escrito en el dorso de la boleta. La meti en el nfora y registr el voto con untimbrazo. Me dijo que poda retirarme y lo hice, intentando caminar en una forma calmada y pausada.Cuando estaba en la calle, dije al lugarteniente del poltico que mi voto fue objetado.Bueno, qu te importa? No perdimos nada. Despus le inform que el voto haba pasado finalmenteBueno, mucho mejor. Escucha, qu podan haberte hecho? Si los polizontes te hubieran arrestado, no teencerraran. Nosotros lo arreglaramos.

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    No cen bien esa noche. Fue bastante curioso que no me sintiera tan culpable por lo que hice, hasta quepens que iba a ser detenido. Hasta ese punto, nada ms actu aturdido. Despus de la cena, fui a buscar aTony Cardio, del Club de la Comunidad Italiana. Cuando fui a su demarcacin a repetir, lo encontr saliendode la casilla. Al pasar, sonri y coment: Te estn haciendo trabajar bastante, verdad? Conclu deinmediato 25 que deba saber que iba a repetir. Sent que deba verlo tan pronto como fuera posible, paraexplicar en la mejor forma posible lo que haba estado haciendo y por qu. Tony no estaba en casa esa nocheafortunadamente para m. Al ceder mi ansiedad, reconoc que el simple hecho de que yo conociera mi propiaculpa, no significaba necesariamente que Tony y todos supieran lo que hice. Confirm esto despus, demanera indirecta, cuando tuve ms tarde una conversacin con Tony respecto a la eleccin. No hizo ningunapregunta concerniente a mis actividades de votante.Esa fue mi actuacin del da de la eleccin. Qu gan con ella? Tuve una experiencia personal, de primeramano, de cmo se efectuaba la repeticin. Pero esto realmente tuvo muy poco valor, pues antes haba estadoobservando estas actividades muy de cerca y poda haber tenido todos los datos sin aceptar ningn riesgo. Noaprend en realidad nada de valor para mi investigacin con la experiencia y corr el peligro de perjudicar todomi estudio. Aunque escap de la detencin, estas cosas no siempre son arregladas con tanta firmeza comopiensan los esbirros de los polticos. Un ao ms tarde, cuando estaba fuera de la ciudad el da de la eleccinalguien fue arrestado por votar en mi nombre.

    Aun aparte del riesgo de una detencin, me enfrent a otras prdidas posibles.Aunque la repeticin era bastante comn en nuestro distrito, slo haba relativamente pocas personadedicadas a hacerlo y por lo general eran despreciadas como los tipos que hacan el trabajo sucio. Si hubiera

    corrido el rumor respecto a mi, habra sufrido un dao considerable mi posicin en el distrito. Hasta dondesupe, mi repeticin de votos jams se descubri excepto por algunas de las personas clave en la organizacinde Ravello. Haba hecho la mayora de mis repeticiones fuera de Cornerville y mis amigos de la CallNorton no votaron en la misma demarcacin donde deposit mi segundo voto en Cornerville. No fui observadopor nadie cuya opinin pudiera daarme. Adems, fue solamente pura suerte que no me hubiera delatado conTony Cardio; de hecho, fui afortunado en todo.La experiencia present problemas que trascendieron a la propiedad. Haba sido bien educado, como unciudadano de clase media, respetable y respetuoso de la ley.Cuando descubr que era un repetidor, sorprend a mi conciencia provocndome dificultades serias. sa noera la imagen de m mismo que haba estado tratando de formar. No poda rechazarlo riendo, como unasimple parte necesaria del trabajo en el terreno. Saba que no era necesaria; en el punto en que principi arepetir, podra haberme negado a hacerlo. Hubo otros que se negaron a repetir. Yo me haba dejado envolversencillamente, en el mpetu de la campaa y me dej arrastrar. Tenia que aprender que para ser aceptado po

    la gente de un distrito, se tiene que hacer todo igual que lo hacen ellos. De hecho, en un distrito en que hayagrupamientos diferentes con distintas normas de comportamiento, puede ser cuestin de consecuencia muygrave conformarse a los cartabones de un grupo particular.Tambin deba aprender que el trabajador en el terreno no puede permitirse en pensar nada ms en aprendea vivir con otros en el campo de investigacin. Tiene que continuar viviendo consigo mismo. Si el observadoparticipante se encuentra empendose en un comportamiento que ha aprendido a considerar inmoralentonces es posible que comience a preguntarse qu clase de persona es, despus de todo. A menos que etrabajador en el terreno pueda llevar con l una imagen razonablemente consistente de s mismo, es probableque tropiece con dificultades.8. De regreso en la Calle NortonCuando termin la campaa y volv a la Calle Norton, no cort por completo mis lazos con la organizacin deRavello. Hubo dos razones para esto: deseaba conservar mis conexiones para una posible investigacin msamplia de la poltica; pero adems, no quera que me considerasen nicamente otro de esos falsarios que sedesvivan por un poltico cuando pareca que tena oportunidad de ganar y lo abandonaban cuando perda.Sin embargo, no tena un lazo personal fuerte que me ligara a la organizacin. Me agradaba Carrie Ravello la respetaba; el senador me confunda y me interesaba, pero nunca sent que llegu a conocerlo. El que fue enun tiempo su secretario nada ms desapareci del horizonte despus de la eleccin...debindome todava diedlares. Los otros en realidad no me importaban personalmente. Y al revisar ahora mis notas, incluso sunombres tienen poco significado.

    Al hacerme ms activo una vez ms en la Calle Norton, el mundo local empez a parecerme diferente. Emundo que estaba observando se hallaba en proceso de cambio.

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    Vi a algunos de los miembros del Club de la Comunidad Italiana estableciendo contacto con el mundo superiodel control yanqui, al seguirlos a la Noche Panaestadounidense en el Club de Mujeres Republicanas. Vi lastensiones y los esfuerzos dentro de los Nortons, producto de los contactos con el Club Afrodita y el Club de laComunidad Italiana. Observ a Doc, totalmente sin objetividad cientfica, mientras se preparaba para suesfuerzo fracasado para ser candidato a un puesto pblico. Luego, una noche de sbado de abril de 1938, tropec con una de mis experiencias de investigacin msexcitantes en Cornerville. Fue la noche en que los Nortons iban a bolear por un premio en metlico; la nochede bolear ms grande de toda la temporada.Recuerdo haber estado en la esquina con los muchachos, mientras discutan la competencia prxima. O aDoc, Mike y Danny haciendo sus pronsticos respecto al orden en que terminaran los hombres. Al principioesto no provoc en mi ninguna impresin, ya que mis propias predicciones no expresadas seguanprecisamente las mismas lneas.Entonces, mientras los muchachos bromeaban y discutan principi de pronto a poner en duda toda lasituacin y a tomar una nueva perspectiva de la misma. Estaba convencido de que Doc, Mike y Danny sehallaban acertados de modo bsico en sus predicciones y no obstante, por qu deban aproximarse lasanotaciones a la estructura de la pandilla? Eran estos hombres de la cumbre simplemente mejores atletasnaturales que el resto? Eso no tenia sentido, pues all estaba Frank Bonnelli, quien era un atleta bastantebueno para conseguir la promesa de una prueba en un equipo de bisbol de Liga Mayor. Por qu no podasuperarnos a todos en la mesa de bolos