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LA TEORÍA DEL CUERPO EN LACAN: INDIVIDUACIÓN Y ALTERIDAD María Inés Sarraillet. Introducción: La teoría de Lacan sobre el cuerpo resulta compleja no sólo por ser parte de un sistema de pensamiento altamente elaborado, sino porque ataca ciertas evidencias comunes y contradice muchos conceptos psicoanalíticos que constituyen nuestro canon, como por ejemplo la noción de autoerotismo, o la categoría de goce cuando es asimilada a la satisfacción pulsional cuya fuente provendría del interior del cuerpo entendido en sentido “carnal”. Podemos encontrar un caso paradigmático de interpretación psicoanalítica que se orienta en ese sentido en el historial del pequeño Hans. En sus diversas lecturas, se suele destacar-siguiendo el análisis freudiano- la participación de la satisfacción autoerótica entre los determinantes de la aparición de la neurosis.Esta versión se contrapone fuertemente a la posición de Lacan al respecto: el autoerotismo no existe. Si el pequeño Hans se complica con la sexualidad es porque tiene cierto tipo de madre y cierto tipo de padre, es decir, por la relación al Otro 1 . Tanto el cuerpo, como la satisfacción-insatisfacción y la sexualidad, son pensadas dentro de las coordenadas de lo “hétero” 2 , en sus distintas 1 Cf.Lacan, J (1988) Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. En Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Manantial 2 Hétero: Significa “otro”, “desigual” “diferente”, según el Diccionario de la lengua española, mientras que Auto: Significa “propio” o “por uno mismo”. 1

La teoría del cuerpo en Lacan

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El cuerpo como factor de individuacin o como dimensin de otredad:

LA TEORA DEL CUERPO EN LACAN: INDIVIDUACIN Y ALTERIDADMara Ins Sarraillet.Introduccin:

La teora de Lacan sobre el cuerpo resulta compleja no slo por ser parte de un sistema de pensamiento altamente elaborado, sino porque ataca ciertas evidencias comunes y contradice muchos conceptos psicoanalticos que constituyen nuestro canon, como por ejemplo la nocin de autoerotismo, o la categora de goce cuando es asimilada a la satisfaccin pulsional cuya fuente provendra del interior del cuerpo entendido en sentido carnal. Podemos encontrar un caso paradigmtico de interpretacin psicoanaltica que se orienta en ese sentido en el historial del pequeo Hans. En sus diversas lecturas, se suele destacar-siguiendo el anlisis freudiano- la participacin de la satisfaccin autoertica entre los determinantes de la aparicin de la neurosis.Esta versin se contrapone fuertemente a la posicin de Lacan al respecto: el autoerotismo no existe. Si el pequeo Hans se complica con la sexualidad es porque tiene cierto tipo de madre y cierto tipo de padre, es decir, por la relacin al Otro. Tanto el cuerpo, como la satisfaccin-insatisfaccin y la sexualidad, son pensadas dentro de las coordenadas de lo htero, en sus distintas inscripciones a partir de la letra inicial del vocablo francs autre (otro): a (otro imaginario) A ( Orden simblico como lugar tercero de la palabra donde se plantea el problema de la verdad) Otro (como el hablanteser que encarna al A) a (objeto causa del deseo/ plus-de-gozar). Estas formalizaciones muestran que el campo del psicoanlisis pensado como campo puramente discursivo, supone siempre objetos que no pertenecen al dominio de la extensin (como: imaginario-imagen-significante-palabra-verdad-valor). En la teora de Lacan estos elementos poseen un tipo de materialidad que no involucra al espacio tridimensional, que se patentiza en la invencin de uno de los tantos neologismos lacanianos: moterialismo(motrialisme), que implica una condensacin entre palabra (mot) y materialismo (matrialisme). Este materialismo de la palabra involucra tanto la bidimensionalidad de la cadena significante- dado que en la operatoria del psicoanlisis el material discursivo se estructura como el encadenamiento anillado de al menos dos escenas posibles-como la de la imagen especular. El concepto de cuerpo se inscribe regularmente- en el corpus terico lacaniano- como imaginario, a partir del modelo ptico o a partir de la topologa de la cadena borronea. Conviene destacar que en ambos sistemas de referencia, lo imaginario se concibe como un registro articulado estructuralmente a lo simblico y a lo real, componiendo estos tres registros la escritura formal de un anlisis. Desde su famosa presentacin sobre el Estadio del espejo , Lacan despliega una tesis en la que insiste en sus desarrollos ulteriores: la identificacin con la imagen corporal especular: i(a), que a su vez se corresponde con la imagen del semejante, se plantea como punto de partida para el sostn del yo. Esto implica el mantenimiento del engao imaginario en varios sentidos:

-el yo se sostiene a partir de la ilusin de unidad, autonoma y autodominio. -el yo se constituye como otro (Lacan hace suya la expresin Yo es otro de Rimbaud) cuestin que cae bajo el desconocimiento. Como producto de la identificacin con la imagen del cuerpo el yo adquiere la apariencia de consistencia, completud, cierre y cohesin que esa imagen produce. Este engao imaginario es la contrapartida de otra forma de alteridad imaginaria: la que implica la imagen del cuerpo fragmentado, en este caso generadora de angustia. Se intentar establecer cmo estas coordenadas tericas permiten situar la incidencia del cuerpo como un factor determinante en la definicin del individuo, tal como es pensado y sentido en nuestra cultura, ya que este punto de vista pone en cuestin la posible extensin de esta teorizacin a otros horizontes culturales.El cuerpo como factor de individuacin y su relacin con el alma: Desde hace siglos en la cultura occidental el cuerpo es sinnimo de solidez y se caracteriza por su consistencia y su distincin con respecto a otros cuerpos. El cuerpo se considera propio, cerrado y se identifica a la individualidad de cada uno. Esta individualidad queda superpuesta al cuerpo concebido como extensin, y en todo caso forma un conglomerado con el alma, tambin individual (concepcin que declina en la modernidad principalmente gracias al positivismo).El discurso de la psicologa se instaura en este supuesto (el vocablo psych se traduce en espaol como alma) y el psicoanlisis a partir de Freud se sostiene en estas premisas a pesar de poner en cuestin la primaca de la conciencia introduciendo una nueva nocin de inconsciente en el campo de lo psquico. Desde este punto de vista se establecen categoras tericas genricas para explicar el psiquismo que adquieren carcter de universalidad, como por ejemplo el Complejo de Edipo pensado como un avatar obligado de la existencia de cada individuo en cualquier tiempo y lugar. Esta configuracin de ideas se revela como un obstculo epistemolgico (en el sentido de Bachelard) si se revisa a la luz de ciertos anlisis histricos y antropolgicos. Un autor comentado por Lacan, M. Leenhardt, muestra como el cuerpo y la persona en la sociedad canaca (melanesia) no tienen ningn tipo de consistencia. La existencia del canaco se reduce a la de un lugar de intercambios en la comunidad y el cuerpo no est aislado del mundo. Es abierto y participa de la naturaleza en el sentido de una identidad sustancial. No es una frontera, sino un elemento indiscernible de un conjunto simblico. E. Durkheim tambin nos aporta un estudio detallado de las nociones de alma y de cuerpo en otras sociedades: en ciertos aborgenes australianos (los aranda) el alma individual es una parte de la sustancia divina, del alma colectiva conformada por los antepasados comunes. Representa otra cosa ms all de la mismidad. Es una forma particular de un principio impersonal: el mana, una fuerza annima fundamental en el culto. A su vez, el cuerpo est presentificado en ciertos objetos rituales. Algunos de ellos se consideran idnticos al cuerpo de un antepasado.

M. Mauss, heredero intelectual de Durkheim, al profundizar su investigacin sobre las distintas versiones del alma como derivacin del mana, releva una nocin de individualidad caracterstica de ciertas sociedades en las cuales el individuo se concibe slo en funcin del conjunto del grupo: es justamente una porcin de la sangre que recorre la totalidad del clan. En este contexto, cada cuerpo cobrara un papel fundamental en la individuacin del alma colectiva: sera lo que permite la diferenciacin de cada miembro de la sociedad en funcin de su localizacin diferencial en el tiempo y el espacio. Para Durkheim la nocin de persona se formara en la reunin de un factor impersonal (alma colectiva) y un factor de individuacin (cuerpo), pero entendiendo lo individual como forma de acentuacin de algn aspecto de lo colectivo. Esta idea de persona se distingue netamente de la que se desprende del pensamiento moderno occidental, sin embargo en ambos casos el cuerpo opera de algn modo en el recorte de la individualidad. En lo que se refiere a nuestra cultura, la historia del pensamiento griego nos permite rastrear la genealoga occidental de esta nocin, a partir del sentido que cobran el cuerpo y el alma. En la Grecia arcaica- previa al surgimiento del saber filosfico como saber racional-, no se sostiene una divisin tajante entre ambos. Tanto el yo, como el alma y el cuerpo no se definen como mbitos cerrados. El yo no posee lmites precisos. Al igual que el cuerpo, est abierto a la accin de fuerzas y a la intervencin de los dioses. El cuerpo no es plenamente uno, es plural y es permeable. No se halla encerrado en s mismo, y posee la particularidad de funcionar como un cuadro herldico, como blasn que revela valores vinculados con la vida, la belleza, el poder y aluden al rango y al estatuto social de cada uno. En una sociedad en la que la belleza y el esplendor fsico no se hallan disociados de la altura moral, el cuerpo muestra las virtudes y las cualidades de cada uno, extendindose y prolongndose en sus adornos, armas, herramientas y vestimentas.Es con el discurso de Scrates como se comienza a distinguir el alma (psych) como interioridad, a pesar de que se conserva la presencia externa de un daimon (como voz interior) en su persona. Luego, en Platn encontramos que la razn misma se piensa como una especie de daimon, como parte divina del alma, no personal, y encarcelada- como es sabido- en la prisin del cuerpo. En Aristteles se encuentra un paso crucial en la personalizacin e individualizacin plena del alma a partir de la corporalidad. El alma. (psych) es en primer trmino ousa sustancia-entidad, del viviente. Es decir, algo individualizado y determinado que constituye la esencia de determinado tipo de cuerpo.. Las funciones vitales del viviente (alimentacin, reproduccin, etc.) forman en su conjunto la vida, y el alma aparece como al agente que las regula y sostiene su armona. Queda identificada tanto con el acto como con la potencia, como capacidad del organismo para vivir. Desde este punto de vista, el alma se circunscribe como una instancia armonizadora y esencial en cada organismo vital (no slo para el caso de los humanos), quedando estrechamente ligada a cada cuerpo individual. Esta concepcin constituye el fundamento para la evidencia ilusoria con la que referimos la relacin entre el alma y el cuerpo o entre la psiquis y lo somtico para definir a aquello que entendemos bajo la rbrica del hombre. De este modo se constituye el punto de partida de todo punto de vista psicolgico, incluyendo al psicoanlisis freudiano.Desmontaje del paradigma de Aristteles. Crtica de Lacan: Para establecer el lugar que adquiere la nocin de cuerpo en tanto imaginario en el andamiaje conceptual de la teora lacaniana es necesario realizar un anlisis crtico de las definiciones aristotlicas referidas. Lacan efecta una revisin profunda de estos trminos que participan de nuestro sentido comn aristotlico, al decir de Koyr. Advierte que a partir de Aristteles ciertos vocablos como individuo sustancia y cuerpo estn estrechamente relacionados con la semntica del ser, como se desprende de las siguientes citas:Voy a decir -es mi funcin- voy a decir una vez ms -porque me repito- algo que es de mi decir, y que se enuncia: no hay metalenguaje.

Cuando digo eso, quiere decir, aparentemente, no hay lenguaje del ser. Pero hay ser? como seal la ltima vez, digo lo que no hay. El ser es, como dicen, y el no ser no es. Hay o no hay. Ese ser, no se hace ms que suponerlo a ciertas palabras, individuo, por ejemplo, o sustancia. Para m, no es ms que un hecho de dicho. La palabra sujeto que yo empleo toma entonces un acento distinto.

Desde siempre, se ha imaginado que el ser debe contener algn gnero de plenitud que le sea propio. El ser es un cuerpo. De esto se parti en el primer acercamiento al ser, y se elucubr toda una jerarqua de los cuerpos. Se parti, en suma, de la nocin de que cada quien deba saber lo que lo mantena en el ser, y que deba ser su bien, o sea, lo que le produca placer.

El sujeto nunca es ms puntual y evanescente, pues slo es sujeto por un significante y para otro significante.

Aqu tenemos que volver a Aristteles. Con una eleccin, guiada no se sabe por qu, Aristteles decidi no dar otra definicin del individuo ms que el cuerpo, el cuerpo en cuanto organismo, lo que se mantiene como uno, y no lo que se reproduce.

Si hay algo que fundamenta al ser es, ciertamente, el cuerpo. Sobre eso, Aristteles no se enga. Desentra muchos cuerpos, uno por uno, y para ello vase la Historia de los animales. En otros trminos, lo importante es que todo eso encaje lo suficiente para que el cuerpo subsista, si no hay accidente, como se dice, externo o interno. Lo que quiere decir que el cuerpo es tomado como se presenta ser, como un cuerpo cerrado.

Quin no ve que el alma no es otra cosa que la identidad supuesta del cuerpo ese, con todo cuanto se piensa para explicarla? En suma, el alma es lo que se piensa a propsito del cuerpo, del lado del mango.

Fuera de esto, por cierto que all quedaba algo de la suposicin de lo Real, y l no crey poder soportar este Real de otra cosa que de lo particular, lo particular del que Aristteles se imagina que es el individuo cuando justamente, al situarlo en la lgica como particular, l, muestra que el individuo no constitua mas que una nocin enteramente imaginaria; lo particular es una funcin lgica, y el hecho de que l le haya dado por soporte el cuerpo individual es precisamente el signo de que le era precisa una suposicin.

Las indicaciones de Lacan son elocuentes, subrayan cmo en este paradigma se supone un cuerpo cerrado, con un alma que se consolida su identidad, a diferencia de lo que ocurre en la Grecia antigua y en otras esferas culturales como las anteriormente mencionadas. Si los occidentales vivimos el cuerpo y la individualidad en este sentido, es porque el hombre piensa con el pensamiento de Aristteles, como se podra afirmar parafraseando a Lacan cuando ironiza sobre la expresin aristotlica el hombre piensa con su alma.

El individuo queda definido como un cuerpo, en tanto organismo que se mantiene como uno. En esta perspectiva se produce una identificacin entre el cuerpo considerado como uno, idntico a s mismo y el ser en su plenitud. La teora del yo conformado en funcin de la imagen especular del cuerpo y la imago del semejante, planteada desde El estadio del espejo- como ya referimos- localiza el engao de esta identificacin. Este entramado de supuestos que participan de nuestra cultura, tiene consecuencias a nivel de los distintos desarrollos que se producen en psicoanlisis con respecto a la direccin de las curas, por ejemplo en los tpicos siguientes: el concepto de sujeto su confunde con el de individuo la materia como fundamento de lo mismo, se superpone al registro de lo real, consolidndose la idea de que lo material no miente (matriel-ne-ment), y se presenta como consistencia del cuerpo (corps-sistance) En este contexto puede sostenerse que la idea de cuerpo material e individual puede marcar los lmites y el fin de los anlisis, como aquello real que la palabra jams podra alterar, por ejemplo cuando se piensa al sntoma (sinthome) como la relacin del inconsciente con el cuerpo. En muchas lecturas psicoanalticas el concepto de cuerpo se inscribe bajo esta acepcin por ms que se lo pretenda distinguir del organismo bajo el nombre de cuerpo ergeno o cuerpo que goza. La propuesta de Lacan va en sentido opuesto al de estos postulados. La plenitud del ser o la consistencia del cuerpo, al ser efecto de la identificacin imaginaria,-no real- puede verse afectada en la medida en que la intervencin analtica opera y la lectura interpretativa establece los eslabones correspondientes en la articulacin lgica de cada caso, producindose el sujeto como lo que un significante representa para otro significante. Si bien lo fundamental del engao imaginario que establece al cuerpo como propioy cerrado no se disuelve por medio del procedimiento analtico-ya que es un engao estructural especfico de nuestra cultura-en estas coordenadas el cuerpo, como cualquier significante de la cadena puede ser considerado-en su moterialit como no idntico a s mismo. Puede ser sometido al acto interpretativo, considerando una lectura posible al modo de la herldica- como suele efectuarse en los dibujos infantiles, segn advierte Lacan. La herldica, como ciencia del blasn interpreta el lenguaje de los escudos y ornamentos que designan y dicen algo sobre el sujeto, su linaje, rango, jerarqua etc. El blasn, es el enunciado que resulta de esta operacin. En este contexto se delimita el concepto de cuerpo como blasn, y se aproxima a la idea del cuerpo que prevalece en la Grecia arcaica .Coincide con la idea del cuerpo que habla desprendida del anlisis freudiano sobre los sntomas conversivos de la histeria. El cuerpo en sentido topolgico: La topologa, como geometra que trabaja con las propiedades de las figuras y espacios bidimensionales sin tener en cuenta su forma y tamao, permite formalizar estos problemas atendiendo a la estructura como combinatoria de elementos. La geometra topolgica considera las superficies como conjuntos de puntos, y partiendo de las relaciones entre ellos, opera a su vez con las lneas, su orientacin y con los cortes, agujeros y suturas que se generen. El psicoanlisis de Lacan adopta este punto de vista para despejar la estructura del discurso, con el anlisis de las relaciones entre los elementos significantes que configuran una cadena o una superficie si pensamos los eslabones de esta cadena como infinitamente prximos unos a otros. Esta perspectiva permite concebir tanto la estructura del cuerpo para el campo del psicoanlisis-, como el engao que la recubre. Lacan insiste en presentar la imagen engaosa del cuerpo cerrado sin agujeros- como una esfera, a partir de la cual se delimita un exterior y un interior, superpuestos con la interioridad del individuo enfrentado con su medio externo. En estos trminos se ubica al individuo fundado en el cuerpo, al menos desde Aristteles, como mencionamos. Cabe sealar que la esfera, pensada topolgicamente es la superficie bidimensional que cubrira una bola de billar-por ejemplo- y no la bola misma en sus tres dimensiones, con la que se podra confundir imaginariamente, fortalecindose el engao que nos lleva a tomar solamente lo tridimensional por real. La esfera tambin dara cuenta de la completud o plenitud imaginaria de la imagen especular: i (a), referida a la imagen del cuerpo o a la del semejante y sostn ilusorio del yo (moi), como queda sealado a partir del estadio del espejo y del modelo ptico. La consistencia y la clausura de esta imagen aparece con frecuencia alterada en muchos casos de psicosis. El engao imaginario que la esfera representa encubre el otro tipo de espacio que funda el cuerpo a partir de la estructura del agujero: la superficie topolgica del toro. Esta superficie bidimensional surge por la rotacin de una circunferencia, alrededor de una lnea cerrada situada en su plano. Este espacio cerrado rodea un agujero central denominado justamente alma- que se sita en su interior siendo a la vez externo. La figura que resulta si se lo sumergeen tres dimensiones es semejante a un anillo: Si a este anillo lo cortamos transversalmente, desaparece el agujero central , y el espacio que se obtiene es semejante a un tubo, en el cual el vaco interior est en continuidad con el exterior. Propiedad que no se cumple en el caso de la esfera:

Como sealamos, esta condicin del cuerpo, es sentida con cierta naturalidad en sociedades no occidentales. Lacan denomina a esta superficie trique (garrote), aludiendo- al precio de elidir la letra o- a la estructura del toro: trique y a las presentaciones clnicas que ponen de manifiesto la apertura del cuerpo dentro del campo de las neurosis: l hystrique/ la histrica con el cuerpo que habla en su dimensin histrica historique., articulando las cadenas generacionales. T rique

Torique

Histrique

Histrique La definicin lacaniana de la cadena significante, como anillos cuyo collar se sella en el anillo de otro collar hecho de anillos, implica el entrelazamiento de anillos tricos que articulan el encadenamiento lgico-textual de al menos dos escenas referidas a la constelacin de relaciones parentales en cada caso, incluyendo las generaciones precedentes. Esta estructura permite pensar cada vuelta del anillo como una vuelta de la demanda y a su vez localizar el deseo como deseo del Otro en el eslabonamiento con el otro anillo. Las figuras siguientes representan este entrelazamiento, designndose la vuelta de la demanda con la letra D y la correspondiente al deseo con la d:

El siguiente comentario clnico de Lacan- presentado a modo de ejemplo- le da sustento a la localizacin de la estructura his-trica del cuerpo. Lo que les estoy contando parece una pequea fbula, pero conoc a un sujeto cuyo calambre de escritor estaba ligado a algo que su anlisis revel : la ley islmica en la que haba sido educado dispona que al ladrn le fuera cortada la mano. Y esto nunca lo pudo tragar. Por qu? Porque a su padre lo haban acusado de ladrn. La niez del sujeto transcurri en una especie de profunda suspensin respecto de la ley cornica. Toda su relacin con su medio original, el sostn, el orden, los cimientos, las coordenadas fundamentales del mundo quedaron obstruidos, porque haba una cosa que l se negaba a comprender: por qu si alguien era ladrn le tenan que cortar la mano. Por esta razn adems, y precisamente porque no la comprenda, este sujeto tena cortada su propia mano. Este fragmento clnico permite interpretar en qu sentido el cuerpo puede ser homologado al lugar del Otro, a la lengua como cuerpo de lo simblico, como el lugar desde donde se sostiene lo que Lacan llama el cuerpo en sentido ingenuo:Vuelvo en primer lugar al cuerpo de lo simblico, que hay que entender como fuera de toda metfora. Prueba de ello es que nada sino l asla el cuerpo a tomar en sentido ingenuo, es decir, aquel del que el ser que se sostiene en l no sabe que es el lenguaje el que se le concede, hasta el punto de que l no sera aqu, a falta de poder hablar de este.

El primer cuerpo hace al segundo al incorporarse en l.

De donde lo incorporal que sigue marcando al primero, desde el tiempo posterior a su incorporacin. Hagamos justicia a los estoicos por haber sabido de este trmino, el incorporal, firmar en qu lo simblico sujeta al cuerpo.

Incorporal es la funcin, que hace realidad de la matemtica, la aplicacin de igual efecto para la topologa, o el anlisis en sentido amplio para la lgica. Teniendo en cuenta estas distinciones, podra pensarse al cuerpo de lo simblico, es decir a la lengua, en funcin de la estructura del toro (cadena significante), y al cuerpo en sentido ingenuo en funcin de la superficie de la esfera (engao imaginario de la interioridad individual), que implica el desconocimiento de su condicin de lenguaje. Podramos decir, atendiendo a la nocin de sujeto del inconsciente de Lacan, que el cuerpo habla all donde Ello habla. Para finalizar, cabe destacar que esta posibilidad de pensar la estructura del cuerpo para el psicoanlisis desde las funciones topolgicas del agujero y del corte, nos permite situar el concepto lacaniano de objeto a causa del deseo, tal vez el aporte ms novedoso de la teora. Este objeto en dos de sus presentaciones ms radicales la mirada y la voz- revela la estructura de corte, y del agujero, sin que sea posible su materializacin en trminos tridimensionales. Siguiendo a Lacan, podran pensarse como incorporales, localizados en el lmite o en los bordes del cuerpo tridimensional en su extensin, el cual queda reducido al lugar de instrumento de la operatoria simblica, es decir, del corte significante. Cf.Lacan, J (1988) Conferencia en Ginebra sobre el sntoma. En Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Manantial

Htero: Significa otro, desigual diferente, segn el Diccionario de la lengua espaola, mientras que Auto: Significa propio o por uno mismo.

En la distincin entre el Otroy el A seguimos los desarrollos de A. Eidelsztein .Cf. Eidelsztein, A. (2008) Las estructuras clnicas a partir de Lacan.Vol II> Buenos Aires: Letra Viva.

Cf. Lacan, J. (2008) El Estadio del Espejo como Formador del yo. En Escritos 1.Buenos Aires: Siglo XXI Ed.

Cf. Le Breton, D. (2002) Antropologa del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Nueva Visin.

Cf. Durkheim E.(2000) Las formas elementales de la vida religiosa. Mxico: Colofn.

Cf. Mauss M; Hubert, H. (2010) El Sacrificio. Buenos Aires: Las Cuarenta

Cf. Vernant, Jean-Pierre.(2001) El Individuo, La Muerte y El Amor en la Antigua Grecia. Buenos Aires: Paids.

CF, Eggers Lan, C. (1997) Libertad y Compulsin en la Antigua Grecia. Buenos Aires: UBA.

Cf. Aristteles(2007) De Anima, Libro II. Barcelona: Gredos.

De esta posicin surgen las premisas de todas corrientes vitalistas que consideran que la vida no se reduce al encadenamiento de mecanismos fsicos( mecanicismo)

M. Mauss seala un pasaje desde la nocin de persona como hombre revestido de un estado jurdico a la equiparacin entre el hombre y la persona humana. En esta transformacin incide el cristianismo, al plantear la unidad de las tres personas en la Trinidad, la unidad de las dos naturalezas en Cristo y la unidad de cuerpo y alma, sustancia y forma, y conciencia y acto en la persona humana. El cristianismo afianza y consolida la nocin de persona a partir de la nocin de uno. Cf. M. Mauss.(1979) El sujeto, la persona. en Sociologa y Antropologa. Madrid: Ed. Tecnos.

Cf. Koyr, A.(1991): Estudios de historia del pensamiento cientfico. Buenos Aires: Siglo XXI ed..p184

Lacan, J. (1985) El Seminario, libro 20. Buenos Aires: Paids .p. 143.

Op.cit. p.169

Ibid. p 172.

Ibid. p. 134-35

Ibid.

Lacan J, El Seminario, libro XXI. Indito. Clase del 15 de enero de 1974.

Lacan, J. (1985) El Seminario, libro 20. Buenos Aires: Paids.p. 135: Luego, el hombre piensa con su alma, quiere decir que el hombre piensa con el pensamiento de Aristteles.

Ibid.p. 172

Cf. Lacan, J. El Seminario, libro XXIV. Indito. Clase del 14 de diciembre de 1976.

Cf. Lacan, J.(2008) Subversin del sujeto y Dialctica del deseo. En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI ed. p.765

CF. Lacan, J. El Seminario. Libro XXIV. (Indito) Clase 14712/1976.

Lacan, J. (2008) La instancia de la letra en el inconsciente o la razn despus de Freud. En Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI ed. P469.

Las relaciones parentales quedan referidas tanto a los padres, como a los parientes en general, segn lo connota el mismo adjetivo.

Lacan, J. (1984) El Seminario, libro 2. Buenos Aires: Paids. pp. 198/199.

Lacan, J. (2012) Radiofona en Otros Escritos. Buenos Aires: Paids.

En trminos ms especficos, podra escribirse lalangue, neologismo lacaniano que se refiere a la Otra escena del lenguaje en la que es posible despejar una estructura especfica de parentesco que se presenta velada, y que al igual que los equvocos, se podra decir que se resiste a la traduccin, en el sentido de conversin de un caso a otro, dada su particularidad.

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