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La tera p ia de las zonas reflejas de los p ies en los pac ientes term i na les de cáncer
Efectividad, indicaciones y contra indicaciones de la reflejotera pia podal
Dra. Montserrat Noguera (Di rectora en España de la Escue l a Hanne Marquardt de Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies)
R E FLEX ZONE TH ERAPY IN TE R M I NAL ONCOLOG I C PATI ENTS. NOGU ERA M Keywords: Podoreflexol ogy, reflexothera py, oncol ogy, adverse effects Engl ish abstrae!: Reflex zone therapy is a spec ia l foot massage (created by Dr. F itzgera ld and developed by H a n ne Marq u a rdt) very useful as pain re l i ever in term i n a l cancer patients. We can use techn iq ues l i ke counterside treatment, backfornt and up-down massage. In counterside massage, we a p l ly the masage in the opposite side of p a i n , in back-front we .can apply it ,e .g . , in the i ng u i n a l zone for l um bar vertebrae, a n d in the up-down we have several relationsh i ps l i ke kneee l bow, dorsal-h i p and wristle-ankle, as if the person were folded over itself. We can observe adverse reactions l i ke sweati ng, tachycardia , cold or hot sensatio'ns, usual ly derived of neurovegetative reactions, that i nd icate that we m ust stop the treatment. Reflex zone therapy is very useful i n contro l l i ng the adverse reactions of c h í n m iothera py. Usual ly, we a pply sedating tech n iq ues, a n d is not recommended to sti m u late the lymphatic system.
Vamos a abordar en estas páginas cuál es la aportación de la Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies (TZR), también denominada reflejoterapia poda!, en pacientes terminales de cáncer. Por lo tanto expondremos algunas maniobras y tratamientos encaminados a aliviar algunos de los trastornos que aquejan a este tipo de pacientes.
En dichos pacientes, el tratamiento a realizar ha de estar orientado siempre a paliar o mejorar los síntomas, por lo que forzosamente será siempre sintomático y local. Por supuesto, no efectuaremos ningún tratamiento con el fin de hallar la causa de la enfermedad. Ya sabemos de antem
.ano que en estos casos la
enfermedad es multifactorial y responde a una disfunción de los mecanismos de regulación del organismo, como sucede, por lo demás, en todas las enfermedades crónicas.
Como cabe suponer, el presente artículo en modo alguno constituye un tratado de reflejoterapia poda!. Por ello no nos extenderemos descri-
NATURA MEDICATRIX N° 56 ENERO 2000
biendo los pormenores de dicha terapia. Sin embargo, sí vamos a enumerar algunos detalles acerca de cómo opera la reflejoterapia poda! en nuestro organismo, para mejor entender así sus múltiples efectos positivos.
Todo reflejoterapeuta poda! sabe que nuestro organismo está divido en diez líneas longitudinales que terminan en cada uno de los dedos de las manos o de los pies. Dichas líneas, citadas por primera vez por el médico estadounidense W. Fitzgerald y amplia'das posteriormente por Hanne Marquardt, constituyen una suerte de cartografía acerca de las correspondenCias reflej as existentes en nuestro organismo. Por ejemplo, las zonas mediales del cuerpo se reproducen fielmente en la cara interna de los pies y el dedo pulgar, así como las zonas laterales lo h·acen en las caras laterales de los pies.
Aparte de dichas líneas· longitudinales, nuestro cuerpo también posee tres líneas transversales. La primera, que
transcurre por la cintura escapular, corresponde en nuestros ptes a la articulación metatarso-falángica. La segunda línea transversal, cuya correspondencia en el cuerpo es la línea de la cintura, se halla en el pie en la articulación metatarso-tarso. La tercera de dichas líneas transversales, por su lado, está en el cuerpo en la base de la pelvis, mientras que en los ptes corresponde a la articulación del tobillo.
Para el Dr. Fitzgerald, el pie derecho corresponde al lado derecho del cuerpo; y el izquierdo al izquierdo. Sin embargo, en la escuela de Hanne Marquardt, quizás la mayor autoridad en cuanto a la reflejoterapia poda! se refiere, hemos comprobado -y así lo enseñamos- que, sobre todo en los tratamientos sintomáticos, puede resultar más efectivo realizar el tratamiento en el lado opuesto al afectado. Quiere ello decir que si una persona sufre un dolor en la cadera derecha, pongamos por caso, puede resultar mucho más eficaz efectuar el tratamiento
en la zona refleja de los pies correspondiente a la cadera izquierda.
Un tratamiento ,puede que resulte más eficaz si se lleva a cabo: en el lado opuesto, en el mismo lado o bien en ambos lados, por lo que de estas tres opciones emplearemos la que nos reporte mejores resultados.
Formas de tratam iento
A la hora de efectuar el tratamiento reflejoterapéutico tenemos ante nosotros diversas posibilidades. Así, podemos tonificar las zonas reflejas a través de movimientos de flexión y extensión del dedo pulgar, entrando y saliendo de la zona refleja en cuestión (véase gráfico 1 ) . También podemos sedar las zonas reflejas. Este es el tipo específico de maniobra que se utiliza en tratamientos de carácter sintomático, como los que realizaremos en el caso de los pacientes terminales de cáncer. Dicho movimiento consiste en mantener
la presión en la zona dolorosa del pie, durante 20 a 3 0 segundos aproximadamente. En la mayoría de los casos, tras sedar una zona refleja la intensidad del dolor remite de forma considerable.
Se han de sedar uno a uno todos los puntos dolorosos de un área afectada. Esta operación puede ser repetida dos o tres veces seguidas. Según sean las reacciones que experimente el paciente, podremos sedado tantas veces al día como sea preciso, cada vez que el dolor haga acto de presencia de nuevo, o bien hacerlo sistemáticamente cada dos o tres horas. A veces, lo más conveniente es hacerlo unas
tres o cuatro veces al día, según las necesidades del paciente.
Las maniobras de regulación se utilizan cuando existe una sobrecarga del sistema neurovegetativo, o sea, cuando se observan reacciones de tipo nervioso (véase gráfico 2 de la página siguiente). También se puede recurrir a ellas siempre y cuando deseemos llevar a cabo un tratamiento sin ningún estímulo específico, por ejemplo cuando el paciente esté sometiéndose a sesiones de quimioterapia o radioterapia. Asimismo, las maniobras de regulación pueden utilizarse cuando el paciente se sienta nervioso o
G ráfico 1
excitado, al objeto de poder tranquilizarlo.
Son dos las maniobras de regulación que podemos efectuar. La primera consiste en aplicar un estiramiento sobre los talones. Dicha maniobra actúa sobre la respiración y la musculatura, a menudo agarrotada, ordenándolas y relaj ándolas. Para ello, situamos nuestras manos bajo los talones del paciente y prestamos atención al ritmo de su respiración que por lo general, será rápido y superficial. Sin embargo, no hemos de tener prisa por modificarlo. El estiramiento de los talones empieza durante la inspiración del paciente; si, tal como hemos
E l t rata m i e nto a re a 1 i za r h a de
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apuntado ya, la respiración es breve y rápida, podemos modificarla ejecutando un solo estiramiento entre varios movimientos respiratorios, o bien prolongando un poquito el estiramiento al final de la inspiración o de la espiración,
como si se tratara de una callada invitación a respirar con mayor profundidad.
La segunda maniobra de regulación que podemos realizar recibe el nombre de "bóveda de energía" y consis-
Gráfico 2
te en colocar el centro de la palma de nuestras manos, en forma cóncava, durante unos 20 a 30 segundos, sobre las articulaciones metatarsofalángicas del dedo gordo de ambos pies del paciente desde una posición medial.
Procediendo de esta forma tocamos algunas zonas reflejas que están íntimamente ligadas a procesos vitales reguladores, como el cerebelo, las glándulas tiroides, el corazón y la nuca. En la mayoría de los casos, los pacientes suelen reaccionar de inmediato al contacto con un notable aumento del bienestar y de la paz interior.
Reacciones de l paciente
Las reacciones no son sino los cambios o sensaciones que se producen en el paciente durante el tratamiento. Dichos cambios nos son de mucha utilidad, ya que nos orientan sobre la duración del tratamiento, así como de la intensidad del mismo.
La aparición de estos cambios nos indica siempre que debemos reducir la intensidad y ritmo de trabajo. Y si a pesar de ello las reacciones persisten, deberemos suspender el tratamiento e iniciar unas cuantas maniobras de regulación. En cualquier caso, hemos de tener siempre presente que el umbral de dosificación ha de ser siempre individualizado. Cada paciente responde de manera particular al tratamiento.
Estas reacciones que experimenta el paciente no son más que respuestas del sistema neurovegetativo. Pueden manifestarse en forma de sudoración abundante de manos y pies, modificación en la frecuencia del pulso (taquicardia), cambios de coloración del rostro (enrojecimiento o palidez), así como en la temperatura corporal (intensa sensación de frío o calor, temblores) , cambios en el ritmo respiratorio, sensación de mareo y reacciones anímicas imprevisibles (llanto, miedo, confusión).
En el caso hipotético de que las reacciones sean molestas para el paciente, reduciremos la intensidad del tratamiento, tal como hemos indicado anteriormente. Pero si éstas persistieran suspenderemos del todo el tratamiento para realizar a continuación algunas maniobras de regulación.
Contra i n d icaciones
En modo alguno puede hacerse un uso indiscriminado de la Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies, ya que ésta posee unas cuantas contraindicaciones. Así, no podrá utilizarse en caso de linfangitis o tromboflebitis agudas. En estos casos concretos realizaremos el tratamiento únicamente en el pie de la pierna que no esté afectada. Otra posibilidad consiste en efectuar el tratamiento en las zonas reflejas de las manos en lugar de los pies.
Por su lado, si el paciente tiene fiebre, sólo podremos realizar maniobras de regulación o bien sedarlo, pero en absoluto aplicaremos maniobras de tonificación.
El dolor
E l dolor que s e experimenta en una zona refleja del pie indica que su zona correspondiente en el cuerpo tiene alguna alteración. Por ello resulta de gran ayuda a la hora de escoger las zonas de los pies que vamos a tratar. Sin embargo, en algunos pacientes terminales este indicador nos puede ser inútil, puesto que los pies de dichos pacientes están demasiado flácidos, sin tono, y por supuesto, sin dolor. En este caso, la observación de las distintas zonas reflejas de los pies resulta de gran ayuda para realizar el tratamiento.
El paciente podrá experimentar el dolor de maneras bien diversas. A veces, sentirá como una especie de pinchazo; otras, por el contrario, parecerá como si el terapeuta le estuviese clavando las uñas. También es frecuente notar un dolor más sordo, como si se tratase del dolor residual de un golpe.
Observación de las zonas reflejas
Saber reconocer las distintas zonas reflejas de los pies que están afectadas resulta de
gran utilidad en todos los pacientes, pero especialmente, en aquéllos que no pueden expresarnos nada, ya que se hallan en coma, o en aquéllos otros que están confusos o bien que no son capaces de sentir dolor.
La observación atenta de los pies del paciente nos permite ver trastornos en la estática del pie, como, por ejemplo, dedos en martillo aplastados entre sí, que nos apuntan la existencia de algún trastorno en las zonas de la cabeza. Cuando el arco transversal del pie está caído o se aplana, nos está indicando algún tipo de congestión o trastorno del tórax y la respiración. Por su parte, la caída del arco longitudinal del pie puede significar dolor o sobrecarga en la espalda.
Igualmente, la observación atenta de la piel y los tejidos, de los edemas, de las congestiones venosas y linfáticas, de la retracción del tejido celular subcutáneo o bien de su laxitud, las coloraciones excesivamente pálidas, así como las zonas más enrojecidas, las anomalías en la piel, las uñas y las membranas interdigitales, todo ello nos proporciona una valiosa información acerca del estado de salud de la persona; y, por supuesto, nos ayudan a localizar la zona específica que se halla afectada y a tratarla. En este caso, podemos decir que es tan importante el valorar qué hay como dónde está localizado el trastorno.
Sin embargo, insisto, ya que estas páginas no constituyen un libro sobre la Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies, dejamos de lado algunos aspectos interesantes, pero que . nos exigirían mucho más espacio. Así, por ejemplo, no podemos detallar la localización exacta en el pie de todas las zonas reflejas. El lector interesado habrá de consultar la bibliografía existente a propósito del tema, especialmente los libros de Hanne Marquardt1, ya que son los que tienen mayor rigor, conocimiento y profundidad (véase gráfico 3 en la página siguiente) .
Tocamos a l gu n as zon as ref l ej as q u e
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corazón y la n u ca
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Ayuda a l paciente term inal
Podemos comenzar por sedar el dolor. El dolor acostumbra a ser el trastorno más frecuente. Algo tan sencillo como apoyar suavemente la palma de la mano en la zona refleja del pie, correspondiente al lugar doloroso en el
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G ráfico 3
Zonas reflejas de los pies dorsal
62 ----����� .:6 A���=+--
Huesos, músculos, tejidos
1 Frontal 2 Parietal 3 Senos frontales 4 Bóveda craneal 5 Región lateral de la cabeza 6 Base del cráneo 7 Apófisis mastoides 8 Músculo esternomastoideo 9 Músculos de la nuca
1 0 Articulación d e l a mandíbula 1 1 Exterior de la cabeza y el cuello 1 2 Dientes 1 3 Borde superior del trapecio
cuerpo, puede resultar de gran ayuda. Podemos efectuar movimientos sedantes, o sea, presiones mantenidas en un punto, entre veinte y treinta segundos, en toda el área afectada. Si el punto en el pie presenta un dolor excesivo, las presiones que efectuaremos no serán excesivamente intensas. Por su parte, si el pie está edematoso o con varices
20 Esternón 21 Clavícula 22 Articulación del hombro 23 Brazo 24 Codo 25 Borde del tórax 26 Omóplato 27 Diafragma 28 Pared abdominal 30 Cabeza del fémur 31 Región ventral del muslo 36 Región lateral de la rodilla 37 Aefión medial de la rodilla 40 Tejido abdominal/pelviano 41 Pelvis menor
pronunciadas, la presión tampoco debe de ser demasiado fuerte, ya que podríamos lesionar los tejidos.
Resulta muy beneficioso comenzar a sedar por el lado contrario al que duele, aprovechando las relaciones contralaterales, delante-detrás y arriba-abajo existentes en nuestro cuerpo. Quiere ello
D
43 Protuberancia del isquion
Órganos sensoriales sistema hormonal
44 Ojo 45 Centro visual 46 O ido 47 Hipófisis 48 Tiroides 49 Cápsulas 52 Trompa uterina 57 Plexo solar (plexo celíaco)
decir que si el dolor está localizado, por ejemplo, en el lado derecho de las vértebras lumbares podemos trabajar las zonas reflejas de dichas vértebras pero en el lado izquierdo (relación contralateral) . O bien, trabajar la zona de la musculatura abdominal (rela' ción delante-detrás) o hacerlo en la zona de las cervicales (relación arriba-abajo) .
G ráfico 3
Zonas reflejas de los pies
Cerebro, corazón, sistema linfático
58 Cerebro 59 Cerebelo 60 Encéfalo. Médula espinal. 61 Trompa de Eustaquio 62 Linfa cabeza/cuello 63 Región linfática lateral del cuello 64 Linfa axila 65 Aorta, vena cava superior 66 Corazón 67 Timo 68 Pecho, en la mujer 69 Bazo 70 Apéndice
Las relaciones derechaizquierda son claras. Las relaciones delante-detrás siguen aproximadamente los llamados dermatomas de Head, mientras que las relaciones arriba-abajo son las siguientes : hombro-cadera, codorodilla, muñeca-tobillo y cervicales-lumbares. Si nos fijamos, sería como doblar a una persona por la cintura.
D plantar
71 Linfa región inguinal
Órganos respiratorios
74 Cavidad nasofaríngea 75 Tráquea 76 Ramificaciones de los bronquios 77 Pulmones
Vías urinarias
78 Riñones 79 U réter. Tracto digestivo 82 Esófago 83 Entrada del estómago. Cardias
Siempre utilizando el movimiento sedante, escogeremos una de estas tres opciones y si el dolor disminuye o, mejor aún, desaparece, no haremos nada más. Si el dolor aparece de nuevo, volveremos a realizar el mismo tratamiento.
Pero si viésemos, por el contrario, que este tratamiento no tiene efectos positivos
84 Estómago 85 Salida del estómago - Píloro 86 Intestino delgado - Duodeno 87 Intestino delgado - Yeyuno, íleon 88 Válvula i leocecal o de Bauhin 89 Colón ascendente 90 Colón transverso 91 Colón descendente 92 Sigmoideo 93 Recto 94 Vesícula biliar 96 Hígado
en el paciente, tendremos que probar alguna de las otras opciones que tenemos ante nosotros. En última instancia, siempre podemos trabajar sedando las zonas que corresponden a las lumbares del lado derecho.
En el supuesto de que notemos que las manos y los pies del paciente comienzan a
sudar o que siente frío y temblores, aparte de las reacciones que ya hemos señalado al principio, suspenderemos el tratamiento y comenzaremos a realizar maniobras de regulación.
En pacientes cuyo sistema neurovegetativo es lábil, cosa que acostumbra a ocurrir con frecuencia en personas cuyo
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m estado es grave y débil, sólo efectuaremos maniobras de regulación.
En la mayoría de los pacientes terminales el dolor se ve agravado por el estado de intoxicación del organismo, ya sea como consecuencia de los· propios medicamentos, ya por la poca capacidad de drenaje de los órganos de excreción. Por ello será de enorme ayuda, siempre y cuando el sistema neurovegetativo del paciente no esté demasiado lábil, tonificar las zonas correspondientes a los sistemas urinario y digestivo, al hígado y al bazo. Asimismo, podemos tonificar las glándulas suprarrenales.
Al menos, en los primeros tratamientos que efectuemos a un paciente, y hasta que no conozcamos bien cuáles son sus reacciones, no maniobraremos sobre las zonas del sistema linfático. Cada vez que se desencadenan reacciones del sistema neurovegetativo disminuiremos la intensidad del tratamiento, para detenerlo más tarde, una vez efectuadas algunas maniobras de regulación.
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G ráfico 4
37
Huesos, músculos, tejidos
1 4 Región cervical d e l a columna vertebral
1 5 Región dorsal d e la columna vertebral
1 6 Región lumbar d e l a columna vertebral
1 7 Hueso sacro
Náuseas y vómitos
Las náuseas y vómitos son frecuentes si el paciente está sometido a tratamientos de quimioterapia. En dicho caso no es aconsejable tonificar los órganos de excreción, ya que podríamos disminuir el efecto del medicamento. Mas bien al contrario, podemos, sedar la irritabilidad de órganos como el hígado, la vesícula biliar o el estómago. Tras ello, efectuaremos maniobras de regulación.
Diarreas
Podemos sedar las zonas tanto del aparato digestivo como las del tramo de la columna vertebral correspondientes, a saber, las vértebras dorsales bajas y lumbares. Una vez hemos procedido así, llevaremos a cabo abundantes maniobras de regulación.
Estreñ imiento
En casos de estreñimiento, podemos tonificar las zonas del intestino delgado y grueso, así como aquellas zonas de la musculatura abdominal y de los tramos dorsal y lumbar de
medial
1 8 Cóccix 1 9 Articulación sacroilíaca 22 Articulación del hombro 23 Brazo 24 Codo 25 Borde del tórax 28 Pared abdominal 29 Región de la cadera 32 Región lateral del muslo
la columna vertebral. Si dicha zona no es la que está afectada por la neoplasia, no tonificaremos sino que efectuaremos maniobras sedantes.
Retención urinaria
Puede ser post-operatoria o bien post-radioterapia. En ambos casos, trataremos la vejiga de la orina, el sacro, los genitales, el recto y la sínfisis púbica, mediante movimientos sedantes. El tratamiento durará unos diez minutos aproximadamente. Si el paciente no ha orinado en este tiempo, volveremos a repetir el mismo tratamiento de nuevo una o dos veces más al cabo de media hora.
Post-radioterapia
Tras haberse sometido a sesiones de radioterapia, el paciente sufre una gran congestión en la zona irradiada, lo cual puede producir malestar o dolor. En tal caso, deberemos realizar el movimiento sedante en la zona sintomática. Esto resulta muy útil para aliviar las molestias. Después podemos realizar algunas maniobras de regulación.
D
/ 52
33 Región medial del muslo 34 Músculos de los g lúteos 36 Región lateral de la rodilla 37 Región medial de la rodil la 38 Sínfisis 39 Región sínfica 42 Suelo de la pelvis
Cicatrices
Antes que nada hemos de ser conscientes de que un dolor puede estar provocado, o puede verse agravado, por el bloqueo energético que producen las cicatrices. Por esta razón hemos de buscar cuantas cicatrices tenga el paciente, ya sean recientes o antiguas, que podremos tratarla con terapia neural, o sea, mediante infiltraciones de procaína al 1 % .
También resulta muy eficaz realizar pases energéticos con la mano, siguiendo el recorrido de la energía a lo largo del meridiano de acupuntura que se encuentre obstruido. Igualmente, podemos alternar movimientos sedantes y tonificantes en la zona refleja de los pies correspondiente a la cicatriz en cuestión, así como tonificar el órgano extraído.
Resumen
La Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies resulta muy útil como terapia asistencial para los pacientes
D lateral
28 71 \; 36 \ ' �32 \
.. 1 ! ' --;��?"---f--88 70
¡.->.;�-------',--+-- 52
Órganos sensoriales, sistema hormonal
51 Ovario 52 Trompa uterina 53 Útero 54 Próstata 55 Miembro viril y testículos 56 Cordón espermático y
conducto inguinal
afectados de cáncer. En el caso de aquellos pacientes que estén recibiendo quimioterapia o radioterapia, utilizaremos básicamente maniobras de regulación, aunque también podemos realizar algunos movimientos sedantes en las zonas sintomáticas que están congestionadas o dolorosas.
Transcurridas dos semanas tras finalizar las sesiones de quimioterapia y radioterapia, podemos realizar nuevamente tratamientos tonificantes en las zonas reflejas.
Sea como fuere, lo que sí que podemos realizar siempre son movimientos sedantes en la zona sintomática al objeto de aliviar el dolor. También podemos efectuar maniobras de regulación para inducir calma al paciente si es que éste se siente inseguro.
Por su parte, las reacciones del sistema neurovegetativo nos indicarán el momento preciso en el que hemos de interrumpir el tratamiento que estamos efectuando, dado que dichas reacciones no
'�r----,...4--_ 56 ' 29 --+-+--117 ' 34
1'-.:21'----'tt-- 51 72
Cerebro, corazón, sistema linfático
68 Pecho, en la mujer 70 Apéndice 71 Linfa: región inguinal 72 Linfa: región lateral del muslo 73 Linfa: región medial del muslo
hacen sino mostrarnos que el paciente ha recibido un tratamiento suficiente. Al cabo de un cierto tiempo, una o dos horas o tres o cuatro veces al día, podrá repetirse de nuevo el tratamiento. Por otro lado, podemos realizar tratamientos cada vez que el paciente tenga dolor.
La actitud del terapeuta es muy importante en el contexto de la Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies. Así, es muy importante que el terapeuta permanezca lo más atento
· posible al flujo de su propia respiración durante todo el rato que dure el tratamiento. Esto le permitirá estar centrado en sí mismo en todo momento. Y es que el terapeuta ha de ser consciente que es preciso dejar un cierto espacio tanto físico como emocional entre él y el paciente, para no sentirse luego excesivamente agotado. Si esto llegase a ocurrir, puede el terapeuta tomar un baño caliente con sal, lo cual le resultará enormemente reparador.
Los pacientes que se hallan en fase terminal experimentan una notable mejoría en la respi-
Gráfico 4
Vías urinarias
79 Uréter 80 Uretra 81 Vejiga
Tracto digestivo
88 Válvula i leocecal o de Bauhin 93 Recto 94 Ano 95 Vesícula biliar
ración cuando se tonifica con suavidad durante algunos minutos las zonas correspondientes al diafragma y al corazón.
En el supuesto de que el paciente sufriese edemas en las piernas y los pies, la aplicación de pases alternos en la zona refleja correspondiente y la tonificación suave de los riñones y del corazón puede producir, sin duda alguna, un alivio importante. Por otra parte, también es de gran utilidad en pacientes terminales sedar las zonas del plexo solar.
También los propios familiares del paciente pueden desempeñar un importante papel en unos momentos tan cruciales. Efectivamente, pueden acariciar o, más sencill_o aún, sostener los pies del paciente. Por muy simple que pueda parecer, esto es de gran ayuda, ya que constituye una forma de estar en contacto físico con dicha persona. De esta forma es posible establecer una comunicación muy sincera y profunda sin necesidad de que medie palabra alguna. Dichas caricias pueden prolongarse a lo largo de
diez a quince minutos, durante las visitas al paciente si es que éste se encuentra hospitalizado, o todas las veces que se crea necesano, srempre y cuando, sea posible por el estado del paciente.
Podemos cerrar estas líneas afirmando que, en definitiva, la persona en estado terminal que recibe tratamiento mediante la Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies, puede, sentirse muy aliviado de las molestias físicas que pueda sufrir, al tiempo que estará emocionalmente mucho más acompañado.
1 Hanne MARQUARDT, Terapia de las Zonas Reflejas, de los Pies, Barcelona: Urano, 1 986;
Hanne MARQUARDT, Manual práctico de la Terapia de las Zonas Reflejas de los Pies, Barcelona: Urano, 1 994.