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8/17/2019 La Terraza de La Felicidad
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XIII PREMIO POÉTICO INTERNACIONAL
"JAIME GIL DE BIEDMA"
Seudónimo: Alan Alda
LA TERRAA DE LA !ELICIDAD
No te guardes nada
porque no sabes si habrá después.
Yo, como siempre, dispongo la mesa de verano:
tenemos un mantel nuevo y fresco,
y eso me sirve, cosa que parece una tontería,
pero madurar conlleva transigir,
sobrellevar la vida, esperar sin aspirar.
No te guardes nada, sé valiente, abuelo,
hasta en el último día de tus días,
tal como me enseaste,
así que siempre lo soy, o lo fin!o,
para que pare"ca lo mismo.
#oy llevando platos, ahora es mi turno,
es mi tarea, acarreo viandas
mientras la generaci$n posterior,
la generaci$n feli",
busca el ardor de los árboles,
la calma del río sin cauce
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o la sombra de los frutales.
&odemos sentarnos amargos,
de!ar que el tiempo nos acabe,
o podemos respirar,
apurar el aroma del licor, la fruta, el pan reciente,
la verdura del huerto,
la sal de los labios del amor,
el amor mismo,
hasta que ya no quede nada
que nos hayamos hollado.
'buelo, puede que incluso
nos falte vida para tanto vivir,
y nos falten días,
via!es, aventuras y amores.
(a vida dura muy poco, yo lo sé
y es por culpa de la falta de inteligencia,
aquel fil$sofo di!o que una vida
se consumía aprendiendo,
que nos haría falta otra
para poner en práctica lo aprendido.
Nos están traicionando,
nos consumen, pero no así la vida,
dilapidamos lo más bello del mundo
en batallas estériles.
)é!ame abuelo llenarte la copa de nuevo,
por amor, con el cario que nadie nos obliga,
porque mi cora"$n está más orgulloso que nunca.
No deseo estar en ningún otro sitio,
en eso consiste la felicidad,
una buena terra"a,
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sospecha de mar a lo le!os,
el viento !usto para espabilarnos la cara del vino,
y los seres que nos alivian de la soledad.
'buelo, fuma, llevas las de ganar,
placeres proscritos
en el nombre de la pseudociencia,
mentirosos denigrando la vida
que dicen salvar,
echa otro trago, baila si quieres o si puedes,
ya te pondrá la vida el final,
el cora"$n,simplemente estamos !untos
y eso vale como amor,
sintiendo que nos reuniremos tarde o temprano,
uniremos nuestras almas y allí le!os, donde sea,
arderemos
y tendremos más vicios que en la tierra.
'buelo, no llores, pronto el sol se pondrá,
se cerrarán las naves del cielo,
enterremos otra ve", como hace aos,
a la abuela, habla con ella, no,
por supuesto que no me reiré,
pobrecito, a esta edad y con pudor,
ni que fueras un adolescente,
ven, ven conmigo, yo te ayudo.
Yo también hablo solo, he de confesaros,
a la abuela y a ti,
que siempre he hablado solo
porque !amás encontré el amor,
ni la complicidad,
ni el ser perfecto que me hubiera completado,
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