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LA TRADICIÓN SATÍRICA EN LA POESÍA PERUANA VIRREINA La sátira es un género literario que adopta un modo muy peculiar de representar la realidad. El satírico se sitúa en una perspectiva humana y social rigurosamente crítica de ahí que ofrezca una visión del mundo stngularmente subjetiva. Esta visión, cargada de connotaciones negati- vas, se deriva de una percepción especialmente sensible a los errores y desgracias de su entorno. La sátira pone de manifiesto en una dimensión desproporcionada los vicios y costumbres inadmisibles de la sociedad, así como todo hecho repudiable de la vida real. Ello implica la presun- ción de una norma o estado ideal con los que se comparan los fenómenos destacados por el satírico. El desajuste que se genera de esta compara- ción es lo que reviste a la sátira de un carácter especifico. A este respecto L. Timofeiev precisa: «La falta de correspondencia con ésta (la norma) es lo que convierte en algo inconveniente para nosotros, en algo que provo- ca nuestra indignación. Esta acentuada confrontación con el ideal, así como el brusco abandono de las proporciones vitales inherentes al fenó- meno, confieren al reflejo satírico de la realidad un carácter muy parti- cular. a - La actitud y el punto de vista que adopta el autor es uno de los rasgos que distinguen la sátira de otros géneros literarios. La mezcla de indigna- ción, agresividad y humor de la que parte e] satírico condiciona los pro- cedimientos y les temas que trata, así como la impresión que causa en el lector que se identifica, a partir de la lectura, con los mismos sentimien- tos de aquél. La imagen satírica de la sociedad produce efectos de carác- ter negativo al revelar, mediante la comicidad y la desmesura, el desfase producido entre la realidad y lo que a ella se le exige. Si bien la construc- L.Ti mrrleiev: Fo ¡‘rda nrenlo.s <le /eo rr’a de la li/era/araMoscú, Ed - Progreso. ¡979 Anales de literatura hispanoamericana, nu’m. 15. Ed. Univ. Complutense,, Madrid, 1986

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LA TRADICIÓN SATÍRICA EN LAPOESÍA PERUANA VIRREINA

La sátiraesun géneroliterario queadoptaun modomuy peculiarderepresentarla realidad.El satíricosesitúaen unaperspectivahumanaysocial rigurosamentecrítica de ahí que ofrezcauna visión del mundostngularmentesubjetiva.Esta visión, cargadade connotacionesnegati-vas, se derivade una percepciónespecialmentesensiblea los erroresydesgraciasde suentorno.La sátiraponedemanifiestoenunadimensióndesproporcionadalos vicios y costumbresinadmisibles de la sociedad,así como todo hechorepudiablede la vida real. Ello implica la presun-ción de unanormao estadoideal con los quesecomparanlos fenómenosdestacadospor el satírico.El desajusteque se generade estacompara-ción es lo querevistea la sátiradeun carácterespecifico.A esterespectoL. Timofeiev precisa:«La falta decorrespondenciaconésta(la norma)eslo queconvierteen algo inconvenienteparanosotros,en algo queprovo-ca nuestraindignación. Esta acentuadaconfrontacióncon el ideal, asícomo el bruscoabandonode las proporcionesvitales inherentesal fenó-meno,confierenal reflejo satíricode la realidad un caráctermuy parti-cular.a -

La actitud y el puntodevista queadoptael autor esuno de los rasgosquedistinguenla sátiradeotrosgénerosliterarios.La mezclade indigna-ción, agresividady humor de la quepartee] satírico condicionalos pro-cedimientosy les temasquetrata, así como la impresiónquecausaen ellectorque se identifica, a partir de la lectura,con los mismossentimien-tos deaquél.La imagensatíricade la sociedadproduceefectosde carác-ter negativoal revelar, mediantela comicidady la desmesura,el desfaseproducidoentrela realidady lo quea ella se le exige. Si bien la construc-

L.Timrrleiev: Fo ¡‘rda nrenlo.s <le /eo rr’a de la li/era/araMoscú, Ed -Progreso. ¡979

Anales de literatura hispanoamericana, nu’m. 15. Ed. Univ. Complutense,,Madrid, 1986

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ción de la imagen satíricarespondea las tendenciasgeneralesde todaimagen artística que trate de reproducir la realidad poniendode mani-fiesto suscontradiccionesinternas,la motivaciónúltima que rige sufor-maciónestáguiadapor la insatisfaccióny su funciónes la de desdibujary transformarla realidad.Parael crítico soviético«la fuerzade la protes-ta y de la indignación esenella tan grandequetransfiguraestosfenóme-nos, altera las proporciones,las ridiculiza, las dibuja de unaforma gro-tesca,deformada,absurday monstruosaparasubrayarcon especialvi-vezaquesoninadmisibles.»2.

Existenvarios modosdescriptivosde la realidaden susaspectosmásnegativosquediscurrenpor distintas tonalidadessituadasgradualmen-te desdeel plano de lo humorísticoy lo ridículo, pasandopor lo irónico,lo sarcástico,lo cínico y lo sardónicohastalo satírico.La sátiraquees laforma más violenta y despiadadade penetrary mostrar la realidad,haadquirido tradicionalmente,sin embargo,dos formasde expresión.Unaseriay elevadaquecritica los erroresmásgravesdela sociedad,y otra li-geray jocosaquedestacalos vicios y defectosdel hombre. La sátiraade-mas roza con otros mediosde expresiónsemejantescomo son el aforis-mo, el epigrama,el chiste, la parodia, la caricatura,etc. quetambiénsonconsideradoscon frecuenciacomoformasderivadasdeella misma.

La sátiraha utilizado habitualmenteunaseriede recursostécnicosyprocedimientosliterarios que la convierten en obra de arte con rasgosestéticosespecíficos,superandoasí la actitud mental de censurade laqueparte.Comunmenteseha reconocidoque la esenciade la sátiraes elingenio que,segúnel crítico británico Hodgart,<‘tiene sufundamentoenla habilidadparadiscurrir y revelarel poderoculto en el lenguaje’>.Este«poderoculto’> se manifiestaen juegos de palabras,semejanzasde soni-dos, paralelismossintácticos, sorprendentesasociacionesde ideas, re-ducciones,exageraciones~,etc, procedimientosque puedenser emple-adosde muy diversasmanerassegúnlas preferenciasde cadaautor. Enúltima instancia,el ingenio esun poderde la fantasía,y éstaesun factorindispensablede toda sátira, como lo reconoceNorthrop Frye, paraquien el ingenioo el humor debeestarbasadoen la fantasíaoen un senti-do de lo grotescoo de lo absurdo.De formasimilar piensaHodgartquienestima que la sátira verdaderacontienesiempreun ataqueagresivoyunavisión fantásticadel mundo transformado.Estecritico insisteen lafinalidad disipadade la sátiraquedebeserescritaantetodoparaentre-tener,aunquerevele al mismo tiempo los problemasmásacuciantesdeuna sociedad.Tal entretenimientoprocede,precisaHodgart,«del placerqueproporcionaoir unafarsa,una inversiónfantásticadel mundoreal’>.

Un principio fundamentale inherentea la auténticasátiraessucapa-

2 Ibidení

~ M.I-iodgart:La

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cidadde abstracción.Granpartede los investigadoresopina que la sáti-ra debeceflirse a unacrítica despersonalizada,sin referenciasdirectasal objeto opersonacensurablesinosólo a la generalizacióndel fenómenoqueseproduce.Northrop Fryeafirma que<‘paraqueel ataqueseaeficazdebemosalcanzarunaespeciede nivel impersonaly quecomprometaalatacante,aunquesólo seapor implicaciónaun criterio moral’>. ‘~ GermánBleiberg mencionaestocomo unade las tantaslimtacionesque los pre-ceptistashan impuestoa las composicionessatíricasy a esterespectoci-ta unafrasedeColí y Vehí de la queentresacoestaspalabras:(el escritorsatírico)«debeevitar toda clasede personalidadescriticandosiempreal

5vicio,no al vicioso>’.

Todo lo dicho no obsta,sin embargo,paraque estegéneroseaconsi-deradocomo unode los máximosexponentesde la literatura «realista»o«comprometida».Northrop Frye,entreotros,considerala sátiracomo laforma literaria más realistaa partir de su teoríade los mitos en la queproponela existenciade categoríasnarrativasmásampliaso anterioresa los génerosliterarios ordinarios. El habla de cuatro elementospre-genéricosenla literaturaa los quedenominaMithoi. Uno deelloscorres-pondea la sátira. Frye considerala literatura comoun ordende palabrasqueimita el ordende la naturalezaen sutotalidad.Si enella existenmo-vimientos cíclicos, como los de las cuatro estaciones;la literatura pro-porcionaigualmentecuatro Mithoi, de loscualesla sátiracorrespondeala estaciónde invierno.Porotra partela concepciónde un mundosupe-rior o cielo y de otro inferior o infierno reparteel ordencíclico de la na-turalezaentrelos dos,quedandoinscrito el mito de invierno,esdecir lasátira, en la mitad del ciclo que perteneceal mundo inferior, al de la«analogíade la experiencia,denominaciónque prefiere al crítico cana-dienseal de «realismo” frente a la «analogíade la inocencia»o idealis-mo quepertenecea la mitad del mundosuperior.En esemovimiento ha-cta abajo, hacia los infiernos, la sátira absorveel realismomás amargojunto conla tragediao mitodel otoño.

La sátira se producey desarrollaen sociedadesy momentoscríticosque por sus condicionesson propicios a la creaciónde una literaturaalarmista y comprometida.La sátira actúa así como un factor que re-mueve las concienciasy que atrae la atención. Saltikov-Schedrinreía-ciona el desarrollo de la sátira con periodosde enconadalucha de lonuevo contra lo viejo en el procesode la historia. Consideraque la vidanuevaen procesode formación,queaúnno seha conformadoclaramen-te sólo puedeexpresarseen formanegativa,esdecir,en forma desátiraoen forma de resentimientoo previsión. Desdelos primeros años de laconquistaen Hispanoaméricaexisteuna confrontación de lo nuevoy lo

N,Frye:Aoatarnr’ade/a cri’íica.caracas,Monte Avila eds,1977.-~ 6. BIciberg: Dieei,‘rra rio <le lo literal oro e ‘-Po ño/a.Madr, d .Rev,de Occidente. 1964.

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viejo, delo recién llegadoy de lo ya existente,y se tienela claraconcien-ciade la apariciónde unasociedadnuevay distinta.Si tomamosencuen-ta las palabrasdel satíricoruso no es deextrañarque la sátira seaun ge-nero que prolifere especialmenteen el periodo virreinal ya que se en-cuentrael clima propicio parasu desarrollo. En Perú la poesíasatíricaadquiereun papel preponderantedurantela épocavirreinal gracias aplumas tan variadascomo las de Mateo Rosasde Oquendo,Juan delValle Caviedes,Estebande Terralla y Landa,Francisodel Castillo, JoséJoaquín de Larriva, etc. Este trabajo se centraráexclusivamenteen laobra de los tres primeros por ser suficientementerepresentativade laproducciónsatírica.

Mateo Rosasde Oquendollegó al Perú en 1589 y dejó escrita una delas sátirasmás representativasde la poesíaperuanaEstano fueconoci-da hastafinales del siglo pasadocuandoGarcíaJcazbalcetadió con ellaal revisar la Samariarelación delas cosasde/a NuevaEspañacompuestapor BaltasarDorantesde Carranzaen 1604. El investigadormextcanoseencontrócon algunosfragmentosde una obraatribuida a un poetaen-toncesdesconocidoy citado en la relación como el «satíricoOquendo».Ya en nuestrosiglo Paz y Meliá encontróen la Biblioteca Nacional deMadrid un cartapacio titulado Sátira de Oquendo que publicó en elBulletin Hispaniqueen 1906-7sin conocerla relación deDorantesni lasinvestigacionesde García lcazbalceta.Finalmente Alfonso Reyes.,queconocía los trabajosanteriores,aportanuevosdatos sobreOquendoba-sándoseen el cartapaciode Madrid, datos que fueron publicadosjuntocon unarelaciónde la obraen la Revista deFilología Españolaen 1919.

Según sedesprendede suspropios versosparecequeOquendonacióa mediadosde 1559 en Sevilla. Disfrutó de una juventud muy viajeraenroladoen la vida soldadesca que le petmitió conocergran partedelMediterráneohastaque-a linales de 1589 llegó al Perú.Aquí vivió, salvounosanosen Argentina, hasta1598 en queabandonóel virreinato andinoparainstalarseen México. No como unadespedidasinocomo unaconfe-sión, según él mismo dice: «En lugar de despedida/determinoconfesarme/ydescargareste pecho/antesque vaya a embarcarme,’>6escribeen su56/ira a las <-osas<yac pasanenel Peri) año de 1598,Poco sesabesobreel perfil humanode esteautor; Pazy Meliá lo considera«unode tantosaventureroscoino arrancaronde españalos espejismosde lasIndias>’. El mismo sedescribealgo modestamentecomo sigue:«Sólosoytín pobrete/sinDon y con mil azares/conun nacimiento humilde/y untítulo de Juan Sánchez/Soy una grulla en velar/y un argos enrecelarme,/unCid en acometer/yuna liebre en retirarme’>. La Sótira deOquendoes unalargaseriede romancesa la queel autor llama «cartade

6 APaz y Meliá:rrt?arrapacio de difererrtes versos a diversas rsontr.rs e<’rnpuestos ,r ree,,’

grd~rs por Mate,, R,rsas cíe Oc¡ueaclr.ó B,rrcleaux.13nl/c’lia Uis¡’arriqae,XXVIII arín¿eV,,lV¡¡¡n. 1 .l:,rr~ic-r- M:,r’s.l 906. Las sucesivas citas cíe Oqrrerícirr se hará,] sobre esta edición.

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declaracionesgravesy descargosde conciencia»en la que apela a todala sociedadlimeñaparaque le escuchedecirtodassusverdades..~ «Vengatodo el pueblo junto/no deje de oirme nadie/queno habrá uno entretodos/aquien no le alcanceparte/y los que su propio honor,/porel inte-rés trocaren, dando en sus casas lugar/para que otros lasreparen,/vengana oir mis sermones/...».Su actitud comosatíricoes la deun moralistaquecensuralosvicios y la perversiónde los hombresy mu-¡eresde Lima anticipándosea lo que dossiglosmás tardeharíaTerrallay Landa.Por lo generalutiliza un tono de predicadorque sepermite nosólo criticar sino tambiénaconsejary dar normasde conductasobreco-mo deberíaserel comportamientosocial en Lima. No obstantela dosisde moralidad>aOquendono le falta ingenio y agudeza;susátiradiscurreágil y entretenidacon un lenguajeen el que mezcla los giros popularescon el habla más culta y asimismo sabemantenerseen un inteligenteequilibrio entre la sátira ligera y jocosa y la más seriay comprometidacii las que un discretousode los procedimientosliterarios propios de lasátiracontribuyena unamayoreficacta.

Parecidasuertecorrió la obrade Juandel Valle Caviedesque, sin em-bargo,ha sido objeto demayoratenciónpor partedela crítica en losúlti-moscincuentaaños.La primera reseflaquese tienede esteescritorapa-receen 1791 en las páginasdel Mercurio Peruano,formandoparte deuna seriede artículosdedicadosa resucitarpersonajesnotablesdel Pe-ru. Hay que llegar a mediadosdel siglo XIX para tenernoticias de suobra; los primeros quese interesanpor ella sonJuanMaría GutierrezyRicardoPalma.Esteúltimo no teníaconocimientodesuexistenciacuan-do llegó a susmanosuna copiamanuscrita«deenredaday antiguaescri-tura’> hechaen 1693.Transcribió y publicó el manuscritoen 1873 y en elprólogo nos presentaa Caviedescomo poseedorde una fortuna que enpoco tiempogastaen diversionesque le acarreanvariasenfermedades.Hastaentoncesno se le habíaocurrido escribir versosy es —piensaPalnia—a partir de esemomento,en 1681,cuandodescubresuvocaciónpoética.Al perdertodasu herenciaen los médicos,segastalo pocoque lequedaen un puestodemercadoa la orilla del río Rimac llamadocajónderibera, «especiede Arca de Noé, al decir de Palmasdondese vendíanalmenudeomil baratijas>’.Según el tradicionalista,moriría entregadoalalcoholen 1692.

Durantemucho tiempo sc difundió la imagende Caviedes,ofrecidapor Palma,de mercaderzumbón, amargado,mujeriego y entregadoa labebida, imagenque fue corroboradapor otros críticos. JuanMaria Gu-tierrez, por ejemplo, lo retratacomo «dadoa los placeresy a la holguratruhanescaal mismo tienpo que fervorosodevoto>’. Se creía quehabíanacidoen Lima, quehabíaviajado a Españay quea su regresoa la capi-tal peruana se había desmandado.A partir de 1937 en que LohmannVillena encuentray da a luz la partidadematrimonio y el testamentodeCaviedesse proyectauna nuevaimagendel poetamuchomáscontenida

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y menosimaginariaque la anterior. LohmannVillena la resumeasí: «suhumanidadha adquirido un tono menosdiabólico, acasomenosatracti-vo como sensacional,pero es quizásmás íntima y entrañable.En lugardel cínico imaginadopor Palma,senos apareceun hombrecasihumilde,al que la adversidadha hundido».~ Ahora se sabequenacióen Porcuna(Jaén)probablementeen el tercerdeceniodel siglo XVII, segúneí críticoperuano.Sobrela fechade sumuertetampocohay certezapero M. Leti-cia Cáceresutiliza argumentospara alargaríabastael primer tercio delsiglo XVIII. Fue un autodidactaquejamásacudióa escuelaalgunay queapareceen eí panoramaliterario cuandopredominabaen el Perú elpseudogongorismo;es decir, cuandolas formasculteranashabíandege-nerado en juegos de artificio de tal manera que imposibilitaban lacomprensióndetodopoema.La poesíasegestabaen los salonesdel Pala-cio Virreinal y el espíritu cortesanoinvadía los ambientesliterarios.Frentea los poetascortesanosse levantaCaviedes,un autodidactadeentronquepopulary anliacademicistaque,en contrastecon la poesíado-minanteen su época,seafanaenexpresaren un lenguajecriollo claro ydirecto losabusosde la sociedadlimeña.

La obra de Caviedesestácompuestapor poemassueltos,escritosenmuy variadasestrofasy por un solo libro, dedicadoenteramentea losmédicos,titulado Diente del Parnaso,quecon el tiempofue dispersándo-se al no habersido publicadainmediatamentedespuésdeescrita.Palmaaclaraque«porentonces>era costosísimala impresiónde un libro, y losversosde Caviedesvolabanmanuscritos,de manoen mano,dandojustareputaciónal poeta. Despuésde su muerte, fueron infinitas las copiasquese sacaronde su libro Dientedel Parnasoy de suspoesíassueltas».8Comosatírico,Caviedessiguede cercala venaquevedescahastael puntode habersido consideradocomo el «Quevedolimeño” o el «Quevedope-ruano». La crítica ha rastreadounánimementelas similitudes entreelsatíricoespañoly el peruanoencontrandoafinidadesa varios nivelesco-mo por ejemploel relacionadocon los procedimientosliterarios y espe-cialmenteel usodel epíteto, la coincidenciaen temascomo los relativosa la mujer, el dinero, la medicina,etc. así como la identificaciónen el sen-timiento de amarguraanteel mundo, la actitud moralistaye1 tonomor-daz. GiuseppeBellini, que ha realizadoun extensotrabajo comparativoentreambossatíricosafirma quesucontactomásintimo se produceporel alto conceptoqueambostienendel hombrey de la ciencia,enunaépo-ca en que se vive inmersoen la presunción,la ignorancia y la supersti-ción, deespaldasatodaverdadcientífica.

Es distinto el tono queCaviedesutiliza en el Dientedel Parnasoy enelrestode suobra. Aceptadala grandosisde autobiografismoqueguió la

CL, ,hm ano Vil lena:”tJn poe t a vi rrei n;r ¡ cid Pc rú:Jcían del Val e ca vi edes Mad rld. Re-rl -,a <le /odio.s.C.S. 1 .C. 1948

8 R.Palma:FI,,r dc’ 4c<,<len,i¿r.~- x Di,.’,,/<’ cl,! Pcrr,,rr-’ ‘Lirnal 899

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escriturade susátira contra los médicos,de dondequizásprovengalagrandurezay mordacidadconque tratael tema,senosrevelaen ella unCaviedesincisivo, cáusticoy a vecessoez,que contrastacon el jocoso yburlescode susobrassueltas.En estasúltimascensurala realidad de sutiempovaliéndosede los retratosde los tipos más representativosde susociedad,lo que le otorga tambiénel título de iniciador del costumbris-mo en la literatura peruana.En la mayoríade estos poemas,donde laironía esel tono dominante, incluye tambiénalgunospreceptoséticosyhastasepermiteavecesciertasrecetasdemoralidadquenosdanacono-cer surectitud de principios y su concienciareligiosa.De cualquierma-neraCaviedeses un poetafundamentalde la literatura hispanoamerica-naen el queno seapreciasin embargounagran perfecciónestilísticade-bido acasoa una falta de revisión y corrección por partedel autor oquizása las naturalestransformacionesproducidaspor supasode ma-no en manoa travésdel tiempo. En todo casolo queresultaindudableessufacetade poetapopularcontrario al afectadoculteranismoreinante.

Estebande Terralla y Landaes el único entre los tres poetasestu-diadosquealcanzóunagrancelebridaden sutiempo. Aunquesetratasede un <‘éxito de escándalo’>,como afirma V. GarcíaCalderón,fueron va-riaslas edicionesquesehicieronde suobrasatíricaen muypocotiempo,tanto en Madrid como en México, Lima y Cádiz; incluso se conoceunaedición lujosísimade Paríscon ilustracionesy dibujos hechaen 1854.Deorigenespañolcomo susantecesores,essin embargoel único poetacor-tesanoentreellos,atentosiemprea la vida palaciegade la metrópoli y dela colonia, perolo que le haceverdaderamentepopularessuobra Limapor dentroy por fuera,publicadacon el pseudónimode Simón Ayanqueen 1797, exactamentedos siglos despuésde habercompuestosu sátiraMateoRosasdeOquendo.

Terralla y Landaarribó a las costasperuanasen 1787 y, emulandoaRosasde Oquendoy tantosotros, llegó a América en buscade aventurasy fortuna. En Lima consiguióla confianzay proteccióndel virrey, perocuandoésteregresóa España,perdióel apoyooficial y se vió excluidodelos ambientesque frecuentaba.Ricardo Palma que se ocupa de esteautor en su tradición «El poeta de las adivinanzas’>,apodoque recibiópor la gran afición y facilidad queteníaparacomponerenigmas,descri-be así la situación:«El poetaTerralla era todolo quehoy llamaríamosungrancalavera.Mientrastuvo un Mecenaspoderoso,por no agraviara és-te, era recibido en la buenasociedadde Lima y se disimulabanlo pen-dencierode sucaráctery susescandalosasaventurasde galány jugador.Mas vuelto a Españael virrey Croix, Terralla seencontrócon que las fa-milias acomodadasle cerraron sus puertas, considerándolocomohombrepeligrosoparaseradmitido en la intimidad del hogar». <> Enton-

R. Palma:«El poetade lasadivinanzas»:rradicio,,esperuanas.Madrid.Espasa-calpe.1954.

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cesfue cuandosededicó-acomponerel cuadrosubjetivamenteoscurodesu Lima por dentro y por fuera, en la cual, segúnLuis Alberto Sánchez«pocasvecesseha dicho tantoy tan malo sobrela capitalperuana».Ellopareceser productodel sentimientode fracasoy la actitud de resenti-mientoadoptadopor Terralla, queha llevado a VenturaGarcíaCalderóna llamarlo «español malhumorado>’. Lo cierto es que su publicacióncausó, como primera reacción, tal indignación que se solicitaron ac-cionesjudiciales encontraasí como la retiradadel libro.

La obraesunasátiradespiadadacontra la ciudadde Lima, compues-ta por diecisiete romancesrematadospor un testamentoy un epitafio.En el prólogo eí mismo autor precisalas característicasy la finalidad dela obraquefue escritaparadisuadir a un amigomexicanodesu propósi-to de viajar a Lima, presentándoletodoslos defectosachacablesa losha-bitantes de la ciudad y abrumándolocon «Consejoseconómicos,salu-dables,políticos y morales>’. En realidadesun ataquehiriente a la clasemedia limeña representadaa basede retratosdetallistas,minuciososycon cierto acentocostumbrista,de distintos tipos de la sociedady espe-etalmentede las mujeresa travésde sus«costumbres,usosy mañas».Pa-ra algunosinvestigadoresla obra suscitóunacrítica negativasiguiendoel sentir de la opinión declaradapor RicardoPalma en el siglo pasadocuandodijo: «Reconociéndoleingenioy facilidadparaversificar, aunqueno siempregran corrección,hay quedeclararquesu libro no es sino unhacinamientode chocarreríasde mal género,exageraciones,mentirasycalumnias,juzgándolocaritativamentedecimosque eí poeta respirabapor la herida y que la musa del resentimientono fue nunca la másverídica ni la mas tnspirada>’. ~ No ocurre asi con el testamentofinalsobre el que la crítica proclama unánimementesu valor literario y suagudezasatíricapropios de lo mejorde Quevedo.Seacual seael motivoque impulsó a Terralla a escribir suobra lo que sedesprendede ella esun conceptopesimistadel mundoya que su autor piensaque «los mis-mos vtcíos, las mismas corrompidascostun]bres,y la mismísimamalafe» sepadecenen todasociedad,tantoen el Viejo comoen el NuevoMun-do, y tieneconcienciadeque«las perniciosascostumbres’>que el ridicu-liza soncomunesa todas lassociedades.

Trasla presentacióndeestostrespoetas,cuyasobrasseproducenalfinal de cadaunade las centuriasdel periodovirreinal, observamoscier-tos rasgoscomunesque,de partedel autor, puedenresultarsignificativosen la caracterizaciónde la producciónsatírica.En lo que atanea su in-sercjonsoctal,suformacióncultural y estilode vida, esevidentequenin-guno de ellos pertenecea unaclaseadineradao a un statuselevado,yque,sin serajenosa la cultura, ningunoha recibidouna educaciónaca-démicao mínimamentedisciplinaday rigurosa. Se puedeafirmar quesi

tl,i~lc,rr

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no sonmarginadostampocosonprivilegiadosy cabríapreguntarsesí suprocedenciasociales lo que les abocaa crearsuproducciónsatíricay ental caso, si lo que les guía al escribirla es el resentimientoo la indigna-ción ya quedesdela perspe~tivadesuángulo social,seagudizanlos efec-tos de los abusosy la corrupción.Seacomofuere lo cierto esquesuacti-tud como satíricosessemejantey queen suobra, apesarde la distanciatemporalque los separa,seplanteanpreocupacionescomunes.Entre loscríticos sólo muy pocossepercatande la semejanzadc actitud entrelostres satíricos.LohmannVillena, por ejemplo,sí descubrela mismaacti-tud de desengañoentreambos:«En las composicionesde los tresseper-cibe una vena soterradade desengaño,pero no de desengañoágil yburlón quedesembocaen el suavehumorismo,sino de aquelotro, negro,triste y desgarrado,que nadaesperay con la sensaciónde sino irreme-diable. En todos este empeñode censurarlas costumbresy pasionesdepravadasde suscoetáneosalcanzasimas de amargodolor, sin que seperciba un destello de amabiesonrisao de tolerante comprensión>’.11Asimismo Lohmannalude al origen de los diferentesmaticesexistentesentreellos remitiéndosea los inicios de la sátiray estableciendoun pa-rangónentre los satíricosperuanosy los clásicos: «A los tres autoresenunciadoscabehallarlessendoslejanosy remotoscongéneresen la lite-ratura latina: HORACIO, PERSIOy JUVENAL. La burla horacianaestámás cerca de la índole de CAVIEDES; PERSIO tendrá su réplica enTERRALLA Y LANDA, y ROJAS DE OQUENDO podríaserasimilado(só-lo formalmente,nuncaencalidaddesdeluego)a JUVENAL. Ni ROJAS,niCAVIEDES,ni TERRALLA se libran del pesimisn]osentenciosode LUCA-NO, escépticosse tornancruelesy destructivos’>.12

Ademásde las coincidenciasde actitud ante el mundocircundante,estospoetasapuntanhaciaciertosobjetivoscomunes,todosellosmotivode censura,que llegan a convertirseen temasrecurrentesde supoesía.Los tres satíricos muestranespecial sensibilidadpor expresaren susobraspautasde conductareprobablesperofrecuentesen la realidadqueles tocóvivir; tales como la hipocresía,la pedantería,la codicia, etc., de-fectosque se habíanconvertidoen hábitospreferidosde la prácticaco-mún en las relacioneshumanas.,segúnse infiere dc sussátiras. Sátirasqueson documentostestimonialesque reflejan una sociedadcuyasma-las costumbrespareceque fueran difíciles de modificar a travésde lossiglos.Paraexaminaresasconductascensurablesutilizan tipos socialesy profesionalesquea lo largode las trescenturiasvirreinalesadquierenun notorio carácterrepresentativode la sociedadlimeña. Muchosde es-tos tipos períenecna la tradición satíricainiciadaen la antiguedadclási-ca reanimadaen Españaa lo largo de la EdadMedia a travésde las dan-zasde la muertey de los misterios. En la Danza Generalde la Muertede

GLc,hnianri Vii lena:Op,cit.12

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1450 aparecenya treinta y tres tipos a los que se añadenveinticuatromásen la versiónde 1520.Porella desfilandistintoscargoseclesiásticos,funcionarios públicos, profesionales,mercaderes,campesinos,usure-ros, etc., personajesquese encuentranen todos los estamentosde la so-ciedaddesdeel másbajoal másalto. Quevedo,aunpresentandoun vastocuadrode la humanidaden susdistintassátiras,tratacon mayorprofun-didadun númeromásreducidode tipos,algunosdelos cualesestántam-bién en los satíricos peruanosentre los que destacanlos falsos nobles,los poetas, los médicos, los abogados,las mujeres,etc., sin encontrarseningúntipo nuevo,netamenteamericano,en los satíricosestudiados.

Las sátiras de Oquendoy Terralla son más monótonasen cuantoalnúmero de tipos que desfilan por ellas, predominandoen ambas lacrítica a la mujer en muy diversasfacetas.Caviedes,por el contrario,ofreceun cuadromucho más amplio sobretodo de sátirasde oficio, in-corporadasexclusivamentepor él o tratadasmuy someramentepor losotros autores.Tal esel casode los poetas,los abogados,los catedráticos,entreotros. El «Quevedolimeño»crítica las instanciasjudiciales denun-ciandola faltade rectitud y honradezdelos juecesy letrados.Sin embar-go sucríticaes ligera y burlonay en ella se empeñaen ridiculizar a estostipos sobretodopor suaspectofísico, como seadvierteya en los títulosde estos poemas«A un abogadonarigón»y «Habiendosegraduadodedoctor, un abogado muy pequeño y flaco, escribió el autor este

- romance»,en el qn engarzaunasartade burlas contrael abogadoquetratan de expresarsu incapacidady escasezde inteligenciaacordesconsu tamaño. De él entresaco estos versos: «En audiencia depigmeos/fuerasfamoso abogado/dondefueran relatores/machinesypapagayos/Pocajusticia tendrá/quientuviere tan menguado/defensor,porqueno cabe/lamuchaencuerpotan bajo’>. 13

A los poetastambién los ridiculiza Caviedesfísicamentey los asociacon animalesde carga, pero ademáscritica el afán de lucro de algunosque dedicansuspoemasparavenderlos.El intentahacerlesrecapacitaraconsejándoles:«Si tu fuerasingenioso/noobraresde aquesaforma/quelos versosdedicados/máses ultraje que honra./Lapoesía,si es mala,/esirrisión; si es ingeniosa/esdesgraciada,con que/a ser viene inútilcosa/La fortuna no se halla/con ingenio, porque es loca/y tan sólofavorece/obrasy palabrastoscas/a.Asimismo destacasu falta de inteli-genciay originalidad y el excesodeartificialidad en susversos.«Muchoshacen versos, pero/haymuy pocos que los oigan/porquede hacer aentender/esla distanciamuy corta.!’>. En generalcrítica a los poetasquerealizanmal su oficio por ser pésimosversificadores,describiendosu

01> ras de Don kw r r del Va//e Ca vie<le.s,In t rodueción y o ot as de 14’Vargas

UgarreLimaclásicos peruanos. 1 947,Las st’cesrvas citas de caviedes se harán sobre estaedici,’,n,

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quehacerde estemodo: «Más ripiosusaen suscoplas/quelas de albañi-lescantos/todassonen quesy porques,/aunques,conques,sinques,tran-cos~1»

A través de los hombresde ciencia o catedráticosa los que llama«doctosen chafalonía”, no sólo critica el estadode las cátedras,quees-tán ocupadasen sumayoríapor farsantesquerecurrenparaconvencerasusoyentesamultitud de tretasrelativasfundamentalmenteasuaspec-to externo:vestir bien, llevaranteojos,adoptarairede suficiencia,decir«pataratas’>,etc. sino quetambiénatacala ignoranciay estupidezde losque se dejan engañarpor las apariencias,creandoasí una situaciónentreunosy otros que Caviedesresumede estamanera:«Lograrás,sinsaberlo que te dices/hacerpasarentre los infelices/el mayordisparatepor sentencia/quehaymuchooído y pocainteligencia.’>

Terrallay Landapor suparte,aludealo queél llama «oficios mecáni-cos»para retratarmuy someramentela deshonestidadde tipos como elzapatero,el sastre,el platero,el panadero,etc. Esmás importantela re-ferencia que hacea los mineroscomo uno de los oficios más genuinosdel virreinato por la grancantidaddemetalespreciososqueguardansuscerros,perocuyaexplotaciónesproblemáticaporqueno recibeel apoyooficial suficiente.Másqueunasátira,Terrallaelaboraenestaocasiónunalegatoen favor del trabajadorde las minasquepadeceunasituaciónin-justa de miseria, y guardasus criticas para el usureroque disfruta delmetal acostade los sacrificiosdel minero.En unaseriede versosenfren-tael modode vida de unoy otro: «queaquelno pierdecomedia/toros,sa-raos, ni festejos/y este vive entre humedades,/frios, escarchas,yhielos;/queaquel de los ricos todos,/gozagrandesprivilegios,/y estequela plata saca!vive soloentredesprecios.’>

Un tipo muy usualen la sátiraperuanaes el del falso noble. Sobreélsonya muy conocidoslos versosde Rosasde Oquendoen los querelatacomo llegana las costasperuanasy se instalanconsu formapeculiardevida estosfarsantes que seconviertenen verdaderosparásitosde la so-ciedad.Comienzaconauténticaironíaa contarlos primerospasosde susandanzasen sueloperuanotrasel largo viajemarítimo, génesisde sufar-sa, que le haceexclamaral autor «Quebuenafuera la mar/y amiga degentegrave/sílo que hacecon los vinos/hicieracon los linajes,/queavi-nagrando los ruines/los buenos perfeccionase/Masson contrariosefectos/losque en estoscasoshace,/quea los bajos hacenobles/ya losnobles ganapanes ) Vienen a romper el mundo/hastaheredara suspadres,/comosino sesupiese/queallá rabiabandehambre/Todosfueronen Castilla/amigosde personajes;/supadrefueen un castillo/veintey seis

t4 Ede Terralla y Landa:Lin-,a por den/ro y hiera.Edición de Alan Soons.NuevaYord,Exeíer University Printing Unit,1978.Las sucesivas citas de Terralla se harán sobreesta edición

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años alcalde;/y luego que entran en Lima/relatannos susviajes/cuentannoscien mil mentir-as,/peligrosy enlermedades!...»Y con-tinúa haciendo una largaexposición de los engañosmás eficacesparasusfines: «Luego se van al Virrey,/que importa mucho el hablarle/paradarle relación/dequienesfueron suspadres/yunacartade favor/deuncaballeromuy grande/encuyavirtud entienden/lesharámercedesgran-des/Maquinan torres de viento/concibenmil necedades;/unopide si-tuaciones,/elotro pide heredades/elotro repartimientos/otropretendecasarse;/eluno pide Arequipa,/elotro pide los Andes!...a. Esta situaciónprovocauna granindignaciónen Oquendoqueconcluye maldiciendoes-tos personajesy cuestionandola existenciade unanoblezade sangrequedebería ser sustituida por una valoración mayor de] trabajo y de lascualidadeshumanas.

Caviedesllama a los falsos nobles «caballeroschanflones” y en lamayoríade los poemasmuestraun gustoespecialpor ofrecer trucos deadiestramientoen el artede aparentarlo queno sees y recetasparapa-recermiembro de la noblezasin serlobasadasen principios como el em-buste, la adulación, la charlatanería, la petulancia, etc. Caviedet, alcontrario que Rosasde Oquendo,admite la existenciade unaverdaderanoblezade sangresin ningún tipo de cuestionamientoal respectoy sucrítica, que adoptaunaperspectivamásética quesocial, es muchomásseria cuando repudia a estos falsos caballeros que «aprenden lanobleza/queno les concediónaturaleza/ycomo estagran cienciano seestudia/alvillano repudia,/yel mismo se taiciona por la hilaza,/aunqueintenta de noble sentarplaza/con supuestaquimera.’> Este rechazo seproduceantela consideraciónde unaconductainmoral quegeneraen elautor unaseriedeatributosdegradantescomo «adulador,cobarde,men-tiroso,/tiranocon los pobresy obsequioso/conlos ricos (,..) soberbioconlos pobresy abatidos(...) dispuestoestá,de nochey dia,/paratoda bajezae indecencia/yqueha puestomordazaa suconciencia/adoptandopor le-ma el insolente/quesólomedraaquelqueadulay miente!>’.

CuandoTerralla y Landaescribe su sátira (1779) el prestigio de laaristocracia peninsularcomenzabaa perdervigor al mismo tiempo quela burguesíacriolla adineradaconquistabamayorpoder.Los valoresma-terialesde éstaúltima se anteponena los antiguosvaloresde la noblezade sangre y en la pugnaentre la aristocraciay la burguesía,éstava ad-quiriendounamayor fortalezaenvísperasva de las luchasdeis indepen-denciaque significaron la supremacíadefinitiva de la clasecriolla frentea la peninsular.Lima por dentro y por ¡¿¡era se componecuandova inte-resabaa menornúmerodepersonasel asimilarsea una castaqueestabaen franca decadenciaporquecomenzabana desaparecerlos privilegiosqueanteshabíaclisfrtttado. Por lo tanto,pareceqtre el personajedel fal-sonoble pierdevigenciaa finalesdel siglo XVIII, peroTerralla capiaen-tonces las contradiccionesque sufren los criollos de la época,que fluc-túan entre los viejos y los nuevosvalorescreandouna mezcladc senti-

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alientosentreel repudioy la admiraciónhacia lo españolquese generainclusodesdela infancia: «la propiedadmáslaudable/quesacael niño enefecto/esser mortal enemigo/decualquier hombre europeo, con talimplacableodio/y tanto aborrecimiento/quele brota la ojeriza/el rencor,en enconoy tedio,/deforma queno seexime/deaquel rencorosoefecto/niel mismo que le dió el ser/ni tampocosusabuelos/Puesa cadainstantedice:! ~s Si yo supierade cierto/la venapor dondecorre/sangrede espa-ñoles, luego/sindudame la sacara/porno tenersangrede ellos,/puesmeafrenta el descender/deun hombre indigno europeoa’/Mássi ofrecealegar/sobreluestrey nacimiento/nose le escuchaotra cosa/que:—«Mipadre fue gallego;/mi madre nació en España;/fue andaluz mibisabuelo;/mi abuelo de las Montañas;/de Asturias mientroncamiento;/mitío está en Zaragoza,en Barcelonamis deudos;!miascendenciaestáenMadrid/y muchaparteen Toledo;/tengoun tío carde-nal;/otro tengoconsejero/yotro mariscalde campo/queme escribió estecorreo/No tengo más de criollo/que habernacidoen el Reino,/perosoymásespañol/quelos mismoseuropeos.’>

La sátiraantigalénicaes unadelas másantiguasen la historia del gé-nero y una de las más importantesdentro de la producciónperuana.Mientras que Rosasde Oquendono haceningunareferenciaa la cienciahipocr~tica, es sabido, sin embargo,que Caviedescargaenormementesus tintascontra los médicosde su épocaya que no sólo en Diente delParnasosinoen otros poemasno incluidos en el libro apuntasusdardoscontra ellos con bastantedureza.La gran cantidadde poemasescritoscontra los n]édicosno secorrespondecon unavariedaddemotivos o de en-foquessobreel temasino que,muy al contrario, la actitud reiterativadeCaviedesprovocaunainsistenciacontinuaenun númerolimitado de ma-nifestacionesde la prácticatnédíca.La primera notadestacablede susá-tira es eí carácterpersonalizadode la misma. Más arriba indicábamosque un requisitoprimordial de la sátiraes la abstraccióno despersonali-zación de los usoso vicios quesecensuranpara evitar caerenel libelo.Caviedes,cuandocritica a los médicosno sigue esteprincipio; suodiohacia ellos es tan fuerte que no deja desatinoalguno sin nombrar suautor parazaherirlo directamenle,Coníeteel error de generalizardefec-tos e individualizar profesionales,denunciandono el mal estadode unaciencia médicasino el quehacerde unosmalosmédicos.De maneraquesus poemasestánpoblados por los doctoresLiseras, Vásquez,Utrilla,Ramirez,Machuca,etc. Todosellos médicosen activoen su épocaen laciudadde Lima quesufrieron en vivo los ataquesde estesatíricomordazque no les perdonójamás su ineficacia.Sobre el carácterdirectamentereferencialde la obrade Caviedesremito al libro de MaríaLeticia Cáce-resen el quetrasunadetenidainvestigaciónsobreel estadode la medici-na y’ los métodosterapéuticosde la épocarealizaunaminuciosadescrip-ción de todos los inédicoscitadospresentando,cuandolos documentos

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existentesse lo permiten,susbiografíasy suverdaderopapelen la histo-ria dela medicinaperuana.15

Como en la sátira de otros tipos Caviedesridiculiza a los médicosmencionandolos aspectosexternosque se considerannecesariosparaejercerla profesión:usarbarba,llevar «anilloscon disformesguantes>’,andar«erguido,grave y estirado’> y hablar «muy de golpe y a los finesconcluiráscon dos latines»,y desdeluego no mencionajamásla necesi-dad de realizarestudiospor lo que la ignoranciade los médicosse dasiemprepor presupuesta.El ataquede Caviedessecifra preferentemen-te en la deformaciónfísica de los médicos,peroseensaíiaconellossi re-alnsenteexistealgún defectocomo sertuerto o jorobado. En un poemapresentaa dos médicos de estascaracterísticaspara conseguirmayoreficaciaburlesca: <‘Liseras, un jorobado,/conun cirujano tuerto,/ambosdel arte, y entre ambos/sinarte, por ser mal hechos,/tuvieronunaspalabras/sobrematarun enfermo,/quepor matarestosdiablos/semata-ranellosmesmos.»

En cuantoal ejercicio de la medicinaquepracticanestosgalenosde-formadosy caricaturescos,lo queobsesionaa Caviedesessufalta de ho-nestidady étícaprofesionalcimentadasobreel cinismode aplicar libre-menteuna ciencia no aprendida,cuyo titulo en muchoscasosha sidocomprado,y cuyos fines sonexclusivamentelucrativos y nuncahumani-tarios o científicos. Si unimosla ignoranciacon’ el despreciohacia el en-fermoy la codiciahallamoslosvaloresquesustentanal médicocensura-do por Caviedes.Sus diagnósticosy métodosterpéuticosson por tantofarsaspara engañaral enfermo que, no obstante,adivina que moriráirremediablemente.En unosversosCaviedesles animaa quesuspendanesos diagnósticosequivocados.«Dejad de pronosticar,/cienciaardua y

dificultosa,/comolo dice la glosa/del volumen del matar;/mas,si quereisacertar/conpronosticarseguro,/aun enfermolo futuro/le diréis,graveysevero:/—moriráusted, caballero,/muybreve, si yo lo curo.». El mismoautor, pacienteexperimentado,celebraen un poemahabersecuradodeunaenfermedadpor haberhecholo contrario de loqueel médicole rece-tó: «A tus recetasen fin/yo les volví la casaca/y,haciendo todo alrevés/hiceciencia tu ignorancia.»De todas formas el mayor mal queaquejaa los médicoses la codicia. Su devociónal dinero les lleva a desa-tendera los enfermosmáspobreso, por el contrario,dilatar la enferme-daddelos másricos por resultarrentable.

En toda la sátira antimédicase advierte un código paralelo con lossignosde la muerteque identifica el ejercicio de la medicinacon unaac-to criminal y el oficio de galenocon el de asesino,verdugoo aliado de lamuerte.Al médicose le llama «graduadoen calavera,doctor de la sepul-tura’> y se le cuelgan un sinfin de atributos que suscitan la idea de la

rs ML.cáeeres:La personalidady obra de D.Jaan del Va/ley Caviedes.Arequipa.Ed.”EIsol”. 1975.

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muertecomo «letal ponzoña’>, «asesinograduado»,«rayosen calesa»,«borrascaíndustriosa’>,«venenocon guantes»,«terremotograve’>, etc.El texto másexpeditivo en estesentidolo constituyela «Fe de Erratas»que introduce el autor en su Diente del Parnaso: «En cuantaspartesdijere/Doctor, el libro, está atento;/porque allí has de leerverdugo,/aunqueestees un pocomenos/Dondedijere receta/dirásesto-que, por ello;/pues estoque y verduguillo/todo viene a ser lomesmo/Dondedijere sangría/hasde leer lugo degúello,/ycuchillo leerásdonde/dijeremedicamento./Adondedijerepurga/leerás—dió fin el enfer-mo;/y a donde remedio diga/leerásmuerte sin remedio. /Donde dicepracticante/leerássin más fundamento,/senrenciade muerte injustalporculpas de mi dinero /Y con aquestas erratas/quedaráfielmenteimpreso/porquecorrespondea las/muertesde sumatadero.”

Ademásde la sátiraagriahacia los médicos,Caviedesno descartalapartede culpabilidadquetienenlos pacientesen la situaciónindigna enque se desenvuelveel ejercicio de la medicina, al dejarseengañarporprofesionalesdesaprensivos.Dirige suscríticastambiéna ellosen variasocasiones;enun poemaalgo macabroperolleno de realismoexponeporbocade un difunto el error de los mortalesde no percatarsede la false-dade ignoranciade los médicos:«.. soycalladaestatua/quepublica susdelitos/y, con vocesde silencio/a los mortalesles digo:/—En esto paranaquellos/mentecatossin aviso/quedancrédito a doctores,/quese fian deaforismos./Sabed, hombres, que en el mundo/de la verdad, nosreímos/los muertos de los errores/que estais haciendo losvivos )/Hombres,mirad lo quehaceis!/huidde médicosmalditos,/yasíno ospondránloshuesos,/comoyo tengolosmios.’>

Comopoetadel pueblo,Caviedesrecogeno sólo suspropiasexperien-ciascon los galenosde la épocasino tambiénel sentir de las clasesmáspobresqueeranlas queél frecuentaba,por esoesposiblepensarquenoes que no lograse,sinoque no pretendiesehacerunacríticaorganizadade la situaciónprofesional o del estadode la ciencia médica,aspectosque quedabana un nivel muy superior al de los problemasque a él leafectaban,sinodejarconstanciade lacreencia,de raigambrepopular,enla ineficacia del podercurativo de los médicos.Médicos que, además,pertenecenen su mayoríaa su mismo entorno social, puescomo diceMaría Leticia Cáceres:«Excepciónhechade protomédicospeninsularesy de algunoscriollos eminentesqueejercíanla profesiónen Lima, todoslos demáseran mestizose indígenasde posición social modesta.Quizáspor estarazón,durantela colonia, el arte de curar no se miraba comounaprofesiónestimablesino como un oficio propio de clasesinferiores,y por tanto, inapropiadoparalos hidalgosy criollos limeños.» 16 Estare-alidad es la que observay repudiaTerralla desdeunaposición clasista

6 Ibidem

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cuandoadvierteque«la saludpúblicaestáen manos/deJosnegros,de loschinos, los mulatos/yotros varios de estepelo.’> Con unaperspectivara-cista,a la que Caviedesno se suma,Terralla consideraescandalosoquela medicinaseaejercidapor miembrosde otra razaqueno es la blancayasi la convierteen motivo de burla: «Queestosseñoresdoctores/delreydel Congo los nietos/son los que pulsan las niñas/las damas ycaballeros.»Dandoa entenderqueellos no son muy dignosde confianzay respeto,sólopor pertenecera unaclasesocialmenosafortunada,perosin entraravalorar suprácticadela medicina.

La mujer ha sido siempreun tema atractivoen la tradición satíricauniversal.El crítico M. Hodgartrecuerdaque la mayorpartede las sáti-rashansidoescritaspor hombresy, puestoqueel mundoesdesgraciado,siemprese ha culpabilizadoa ciertas víctimas propiciatoriasentre lasque seencuentrala mujer. La imagende Eva esel fundamentodel tipofemeninode la sátira en la cultura occidental cristiana, Eva, la mujerqueengañaal hombreye! origende todos.,susmales,seenírentaasu an-tagonistaMaríaque procura,sin embargo,la salvaciónde la humanidad.Los símbolosque encarnanestasdos mujeres,oscilantesentre lo celes-tial y lo diabólico, son eí punto de referenciade la sátira, ya que unarepresentael ideal con el que secomparala otra, inmersapor el contra-rio, en eí ámbito de la más cruda realidad. La sátira recogede formahumorísticae hiperbólicaaquellosaspectosen que la mujer se apartadel ideal, teniendoen cuentalos valoresfemeninosmás importantesse-gún la moral cristiana,quesimbolizaen María todaslas virtudesfemeni-nas.

En la sátiraperuanaencontramosvariasfacetasfemeninasrelaciona-das con el matrimonio, la virginidad, el sexo,la honestidad,la belleza,lacodicia, etc. Desdeel comportamientoorigina] de Eva se atribuyena lamujer signos propios, que se interpretan como recuisosde compensa-ción en surelación de podercon el hombre.El primero de ellos es el en-gaño, con el que estádirectamenteemparentadala infidelidad. La ideadequela mujer jamássepresentacomo es,sino bajouna aparienciabon-dadosaque oculta un sermaligno, está en los tres autoresestudiados.Terralla la resumede estamanera:«Quevesbellísimoscuerpos,/conlasalmasde leones/ylas pielesde corderos:/quesonángelescon uñas,/todoremilgos y quiebros,/todo cotufos y dengues/todo quites y

arremucos/todoartificio y ficción,/todocautela s’ enredos/todomentiray trapaz/todoembustey fingimiento.»

La sátirade Oquendoes la quemás insistentementerecurrea la mu-jer para presentarlas costumbresreprobablesde la sociedadperuana.El autor despliegasu moral cristianacontratodo acto deslealde la mu-jer refiriendo situacionesa modode brevesnarracionesquedescribenlaparticular idiosincraciafemenina.Relata,por ejemplo,el casodel mari-do engañadocuyaesposa,en su ausencia,aparentala necesidadde realizaralgún oficio en su propia casapara podermantenerse.Así justifica la

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continua entraday salida de caballerosque presentacomo parientes.Cuandoel marido vuelve, encuentrasucasabien amueblada,a sufamiliabien alimentaday vestiday máshijos de los quedejóal partir. El comen-tario de Oquendoa estasituacion es ironico: «Dichosoeí que en talestierras/conhermosasecasare/tendráquien le dé a comer/yquien le vistay íe calce.»Perosuvaloraciónétrcaes masduraya queadviertequeenelreino de los «melindres fingidos» sólo existe la deshonestidad,« vencidala vol tintad/porapetitosbestiales”,y gobierna la iii moralidad.

La codicia de las mujeres es, segun se desprendede las obrassatíricas,un factor inherentea su personalidadquese manifiestasobretodo cii cadauno de susactosde aproximaciónal hombre.Pareceque elúnico motor queguía a las mujereshacia el hombreesel dinero, «puesson pastos (le codicia/y de la ambición efecto», segúnafirma Terí’alla.Las niujeres interesadas,pedigueñas,despilfarradorasy no agradecidasson motivo constanteen la sátiraperuana,y producto de estafacuLtadSOil los rnat rimonios socialmente cíesiguales, guiados excíusivanientepor eí interés,que los satíricosgustancensuraren susobraspor los in-convenientesy- si ttiacionescríticasqueacarreany quefacilitan la burla.Caviedes,por su paíte,con su peculiarchispa burlescaaprovechatam-hiérí otras desigualdades,como las físicas, para ridiculizar el matrimo-u o.

La tipología femeninaen la sátira peruanaesampíi si ni u y ello afectaLi n tui a las característicasiíeí tipo que íet ratacomo a las ‘.1 sisessocialesen que se insertan. Así encontramosuna larga galeríade personajesfe-mciii tíos com~i la beata, 1 a chismosa,la alcahueta,la prostituta, la i no-

cente jovencita experimentada,etc. que hablan de la ausenciade unaconvíccion moral fuerte en el mtírído femeninorepresentado.Es prácti-camenteinmensurablela índole dela sátirafemenina,peroes indudableque los tressatíricosconsiderana la mujereí origen delas desgraciasdela Ii Li manidad. Esa función ric~at iva cíe la mujer, heredadacíe Eva en latradición occidental, caía hondamenteen el espíritu de los poetasestu-diados. No es extrano, por lo tanto,que Terralla y Landapienseque laniujer es”causacíe la perdición/deaquel dilatado imperio.

~lodo lo reflejadopor estos ti-es autores prefigura una imagencarica-turescacíe la ciuciací cíe Lima, que provienede una delermi nadaacti tucíhacia ella. Luna, amadapero vituperada,objeto de sátiías desdesusorigenes,seguirásjén dolo a lo largodel sigloXIX y no quedaráexenLi cíecríticasen el XX, No cabedudadequeestostrespoetas,aunquenacidosen España,se sintiei’on realmenteperuanosy aniatonprofundamentesucapital; por esoquisieron penetraren ella, para hacerun análisisperso-nal cíe suspulsacionesmásintimas. Descubrirdistintosfenómenoscen-surablesde la ciudad y asumirlos, no deja de ser una forma más deamarla,de expresarel gran respetoque se sientehacia ella. Es sabidoque la necesidadque se tiene de nombrar las cosaspara romper, en unacto de exorcismo,el encantamientoque pioducensobrenosotros,posi-

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bilita unarelación mucho más directa y auténticacon ellas. Así parecequehicieronestostressatíricoscon suciudadamada,Lima.

JUANA MARTIINEZ GÓMEZUniversidadComplutense

Madrid