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Un pensamiento mítico-religioso inmutable que pasa a un pensamiento lógico-filosófico que admite, vía la argumentación verdadera, ajustes. El paso del mito al logos, la creación de la filosofía. ANGEL VALDEZ MARTÍNEZ GRUPO 11 Desde el principio de la humanidad (entendiendo humanidad por registros de la historia humana) han existido hombres y mujeres que han dedicado enorme cantidad de su tiempo a cuestionarse sobre el origen de las cosas, para tener un mejor control de su entorno y entender eso que afectaba en su quehacer diario. No resulta difícil preguntar por qué pasan las cosas que tienen lugar, y menos si somos nuevos en ese sitio, y eso es lo que ha sucedido y continuará, siempre nos sentimos ajenos al lugar donde estamos parados 1 y nos obligamos a buscar una explicación; el verdadero conflicto viene cuando se trata de dar una respuesta y que esta sea convincente. Claro que las conveniencias son variantes según la época y el pensamiento que sea mayoría en la misma 2 , por eso la respuestas dadas y pactadas serán particulares en cada caso. El pensamiento admite diversos tipos de él mismo, de los cuales rescatamos para el presente trabajo escolar la imaginación y la razón. Respectivos representantes del mito y logos 3 Por naturaleza el hombre crea cosas, porque (parafraseando a Aristóteles:) todos los hombres tienden al saber, a conocer, a explorar, y es que necesitamos explorar para aprender y aprender para vivir; entre esas cosas creadas por el hombre para su subsistencia, destaca un mundo moldeado con símbolos y lleno de significados 1 Basta ver la connotación que nosotros mismos nos hemos acuñado: “antropo” que en griego quiere decir “an-sin/tropo-lugar” sin-lugar, para justificar mi comentario de la no identificación con el entorno. Esa necesidad nos invita a irrumpir en el medio sin tapujos con tal de identificarnos. 2 El pensamiento es una reacción que los sentidos generan en nuestra mente luego de la interacción con algún objeto, y los objetos con los que nos podemos relacionar son diferentes según el las situaciones espaciales y temporales que bajo las que se vive. 3 Logos significa, entre muchas cosas, razón, en idioma griego.

La transición del discurso mítico-religioso al lógico-filosófico

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Un pensamiento mítico-religioso inmutable que pasa a un pensamiento lógico-filosófico que admite, vía la argumentación verdadera, ajustes.

El paso del mito al logos, la creación de la filosofía.

ANGEL VALDEZ MARTÍNEZ

GRUPO 11

Desde el principio de la humanidad (entendiendo humanidad por registros de la historia humana) han existido hombres y mujeres que han dedicado enorme cantidad de su tiempo a cuestionarse sobre el origen de las cosas, para tener un mejor control de su entorno y entender eso que afectaba en su quehacer diario. No resulta difícil preguntar por qué pasan las cosas que tienen lugar, y menos si somos nuevos en ese sitio, y eso es lo que ha sucedido y continuará, siempre nos sentimos ajenos al lugar donde estamos parados1 y nos obligamos a buscar una explicación; el verdadero conflicto viene cuando se trata de dar una respuesta y que esta sea convincente. Claro que las conveniencias son variantes según la época y el pensamiento que sea mayoría en la misma2, por eso la respuestas dadas y pactadas serán particulares en cada caso.

El pensamiento admite diversos tipos de él mismo, de los cuales rescatamos para el presente trabajo escolar la imaginación y la razón. Respectivos representantes del mito y logos3

Por naturaleza el hombre crea cosas, porque (parafraseando a Aristóteles:) todos los hombres tienden al saber, a conocer, a explorar, y es que necesitamos explorar para aprender y aprender para vivir; entre esas cosas creadas por el hombre para su subsistencia, destaca un mundo moldeado con símbolos y lleno de significados variados, con explicaciones de todo tipo pero principalmente de corte mítico y lógico.

Todas las grandes civilizaciones -y las no tanto-, han basado sus explicaciones primeras en discursos míticos, discursos que parten de la imaginación de los hombres, y en ellos relatan: el orden cósmico, la creación del hombre, los cambios climáticos y las catástrofes naturales, entre otros temas variantes según el lugar; adjudicando estos tópicos, casi siempre, a deidades imaginarias. Casi como una manera de controlar los miedos que atormentaban sus pensamientos: que si no llovía en semanas, era porque a tal Diosa no le habían placido las hecatombes que se habían ofrecido en su nombre, que había que hacer más...4 Casi como una manera de controlar el mundo5.

1 Basta ver la connotación que nosotros mismos nos hemos acuñado: “antropo” que en griego quiere decir “an-sin/tropo-lugar” sin-lugar, para justificar mi comentario de la no identificación con el entorno. Esa necesidad nos invita a irrumpir en el medio sin tapujos con tal de identificarnos.

2 El pensamiento es una reacción que los sentidos generan en nuestra mente luego de la interacción con algún objeto, y los objetos con los que nos podemos relacionar son diferentes según el las situaciones espaciales y temporales que bajo las que se vive.

3 Logos significa, entre muchas cosas, razón, en idioma griego.4 Quiero destacar un apunte hecho en clase: somos la única especie que hace ofrendas, ningún ser vivo hace

ofrendas. Véase nota 1.5 La adopción de rituales es la muestra más contundente de que los hombres creían que podían interferir el curso de

los fenómenos naturales, llámense climáticos o fisiológicos

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Otra característica de este tipo de pensamiento es que no se presta a cambios, por la misma propiedad divina que adquiere a través de los símbolos que se le han impuesto para transmitirla al resto de su estirpe. Es cuestión de grados en la imaginación: si no se menciona jamás que el pensamiento proyectado sobre otro individuo es concebido por uno como divino, aquél jamás lo entenderá así e incluso puede reprochar errores en la idea dada; pero si se utilizan términos como Dios, más allá, cielo o cualquier otra clase de supra mundo a la hora de compartir una reflexión del mundo, entonces el receptor de la información la codificará con otro sentido y de inmediato asumirá una posición imaginativa de grado no criticable.

Son nuestras capacidades de mono fabricador y mono simbólico las que nos permiten crear pensamientos y explicarlos con la comodidad del símbolo, esa misma cualidad representa una adecuación meramente ontológica del mundo6 y la oportunidad de buscarle un por qué a esas respuestas que ya nos habíamos dado y seguir, con el uso de la razón y la creación de nuevos términos7, haciendo cada día más preguntas que nos lleven más profundo en esa concepción que tenemos de la vida, para acercarnos un poco más a la Verdad del mundo...

Entonces, cuando nos preguntamos sobre las respuestas primeras y nos atrevemos a romper el cascaron imaginario8 que limita nuestra capacidad cognitiva, cuando abrimos la mente (asegurándonos en la razón), es que empezamos el viaje de la filosofía, una travesía que nos llevará quién sabe adónde pero que nos enseñará mucho en el camino que transcurramos como civilización.

Dar ese paso del mito al logos significa un cambio de mentalidad, madurez de pensamiento, mejorar la vida misma. El pensamiento de la humanidad fue como un infante que creció: imaginaba que las hojas de los árboles eran movidas por fuerzas sobre naturales, pero luego, conforme el tiempo pasó, investigó y basó sus creencias en cosas nuevas quizá más profundas, quizá más innecesarias, pero más útiles para su vida diaria.

Con la exigencia de explicaciones comprobables y no cuentos religiosos, se estaban gestando los primeros filósofos y sofistas de los tiempos humanos: seres adheridos a la crítica razonable que gustaban de premisas lógicas.

Si pudiéramos rastrear ese cambio tan radical que la mentalidad de la humanidad sufrió, quizá podríamos dirigir la mirada a costas griegas de la Edad Antigua, hacia Jonia: ciudad costera que albergó en sus calles a pensadores con visiones naturalistas como Tales, Anaximandro, Anaxímenes de Mileto, y Heráclito de Éfeso, todos ellos empeñados en encontrar un principio material o arché de las cosas; <<agua>>, <<apeiron>>, <<aire>> y

6 Que se entienda ontología como la adecuación entre ser y pensamiento; o sea, la correspondencia del ente con su propia esencia. e.g: Lo que para un adulto sirve como plumón será tal, pero ese mismo objeto puede ser para un niño un juguete.

7 Si no se crearan nuevos términos para referirse a los objetos ya existentes, sería imposible ahondar en dichos objetos. e.g.: En Egipto, durante la época que Pitágoras vivió (nació en 580 a.C. Y pereció en 495 a.C), se media la distancia usando barriles llenos de cal que se vaciaban sobre el campo. Si el griego no hubiera observado, estudiado ni acuñado nuevos términos para la explicación de su teorema, mucha de la ciencia de hoy en día no sería siquiera imaginable. El pensar debe significar un modo de expresión, y la expresión está ligada a la creación de nuevos términos.

8 Eso que entendemos por imaginación debe ser relativo, así como puede haber hombres de ciencia que de pronto rompan su cascaron y dediquen el resto de su vida a predicar la palabra de Dios, hay sacerdotes que terminan descalificando la existencia de Dios. Todo depende de lo que vayan conociendo a lo largo de sus vidas.

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<<fuego>> respectivamente. Fueron conocidos como los filósofos de la naturaleza.

Y con ellos se empieza una suerte de ciencia y el eterno confrontamiento con la religión, esto producto de un estudio científico de la naturaleza y una suerte de panteísmo por parte de las primeras creencias religiosas9 que de igual manera basaban sus conjeturas en la naturaleza. Es evidente que los filósofos y los sofistas necesitaron crear nuevas definiciones para referirse a lo real, para explicar la realidad de una forma más convincente, iniciaron una dialéctica con el universo, según la capacidad racional del hombre.

Lo primero con lo que se encontraron los pensadores que abrieron brecha en los estudios enfocados en la naturaleza fueron supersticiones que estaban arraigadas en sus ciudades de origen, ya que en aquel entonces era muy común que las personas pensaran que los sucesos naturales eran ocasionados por los Dioses10, o que los acontecimientos políticos eran regidos por deidades y el destino, o que las enfermedades que los aquejaban eran enviadas como castigo divino, esto sólo por mencionar algunas, pero si queremos ver la enormísima cantidad de supersticiones que rodeaban el pensamiento mítico en tiempos antiguos es muy recomendable leer La Ilíada de Homero, puesto que ahí se presentan indiscriminadamente.

Pero para cada mal hubo un remedio... igualmente, sólo por mencionar algunos y para cerrar el ejemplo dado: para quienes creían que los temporadas climáticas estaban controladas por dioses, surgieron explicaciones naturales para entender la naturaleza (que valga la redundancia); para los creyentes ciegos en el destino se pensó la Historia, que demostraba que no había principios divinos en lo que acontecía en la vida cotidiana ni en la política, para los enfermos castigados se pensó en la medicina y la enfermería...

Así el pensamiento ha transitado, pasando por etapas de recesión11 y por otras de mucho auge, ayudado por la filosofía y su carácter moldeable y ajustable según las condiciones presentes; y seguirá avanzando en pos de la humanidad. Es importante que recordemos que toda verdad está sujeta a cambios, siempre y cuando sean correctos los nuevos

9 e.g.: Las creencias sobre los dioses en las culturas prehispánicas en América estaban enfocadas en deidades que habitaban en la naturaleza, lo mismo que en las nórdicas y griegas en Europa o en la egipcia en África.

10 Algo curioso que sucedió fue que durante un tiempo se seguían usando los nombres de las deidades para encontrar explicaciones lógicas a lo que sucedía pero con el factor extra de la justa interpretación.

e.g: [texto extraído del tomo III de los Diálogos de Platón, el diálogo titulado Fedro, en editorial Gredos, Madrid, España. 1988]

FEDRO ─ Dime, Sócrates, ¿no fue por algún sitio de estos […] donde se cuenta que Bóreas arrebató a Oritía?SÓCRATES ─ Sí que se cuenta.FED. ─ Entonces ¿fue por aquí? […]SÓC. ─ No, no fue por aquí, sino dos o tres estadios más abajo […]FED. ─No estaba muy seguro. Pero dime, ¡por Zeus! ¿crees tú que todo ese mito es verdad?SÓC. ─ Si no me lo creyera, como lo hacen los sabios, no sería nada extraño. Diría en ese caso, haciéndome el enterado, que un golpe del viento Bóreas la precipitó desde las rocas próximas, mientras jugaba con Farmacia, y que, habiendo muerto así, fue raptada, según se dice, por el Bóreas. […] pero yo, Fedro, considero, por otro lado, que todas esas cosas tienen su gracia; sólo que parecen obra de un hombre ingenioso, esforzado, y no de mucha suerte.

11 Es importante notar la época donde el pensamiento cristiano fue el centro de atención de muchos pensadores durante la Edad Media y nuestros días, esto constituye un tipo de pensamiento mítico-religioso y un bache en la carretera que la filosofía anda.

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conocimientos que van a suplir la verdad anterior, será válido tomarlos.

Siempre que nuestras creencias nos resulten favorables, van a ser válidas. Si tenemos una firme adhesión a una verdad ya conocida sin miedo a engañarnos, estamos en el camino correcto, sin importar tanto si usamos un discurso lógico-filosófico o mítico-religioso. Siempre que exista una adecuación de la mente consigo misma, estaremos en el camino correcto. Si hay correspondencia entre el pensamiento y la acción, estamos en el camino correcto.

Las verdades siempre son coherentes. Al menos para quienes le hallan coherencia12.

Religión y ciencia “[...] Todas esas cosas tienen su gracia; sólo que parecen obra de un hombre ingenioso, esforzado y no de mucha suerte. [...]”

Sócrates.

12 Por eso resulta más fácil que la mayoría hable el mismo lenguaje, por ejemplo el de los números, para llegar a un consenso y adquirir una verdad común.