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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES LA UNIÓN ESPERANZADORA Educación, Identidad y Nación en el colegio La Enseñanza Paula Torres González Director: Manuel Salge Ferro Monografía de grado Antropología Facultad de Ciencias Sociales Bogotá, D.C. 2016

LA UNIÓN ESPERANZADORA

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Page 1: LA UNIÓN ESPERANZADORA

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

LA UNIÓN ESPERANZADORA

Educación, Identidad y Nación en el colegio La Enseñanza

Paula Torres González

Director: Manuel Salge Ferro

Monografía de grado Antropología

Facultad de Ciencias Sociales

Bogotá, D.C. 2016

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INDICE

Introducción: Educación para el cambio homogenizador ............................................ 3

Volviendo a ser de colegio: La Enseñanza .................................................................... 6

Nación, memoria, identidad: Acercamiento conceptual ............................................... 7

Formación de identidad: Educación en Colombia ...................................................... 10

Estado, diversidad e inclusión: Nación y colonia ....................................................... 13

Desarrollo y Tercer mundo: Necesidad de ayuda ....................................................... 21

Contribución al país: Agentes del cambio para la Colombia “soñada” ..................... 28

Significados y emociones: Ritual como aprendizaje de confirmación ..................... 33

Conclusión: Experiencias y recuerdos ........................................................................ 38

Bibliografía ..................................................................................................................... 39

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Resumen

Ante el vínculo entre el sentimiento patrio y la búsqueda de cambios positivos para

Colombia, se consideran los discursos de identidad nacional como herramientas para

generar unión, enseñar normas comunes y buscar la eficiencia económica, social y

política del país. La educación busca formar cohesión desde el establecimiento de un

deber ser particular, ocasionando diferentes interacciones entre cultura y poder en las

instituciones educativas. Esta monografía tiene como objetivo analizar los discursos que

ha producido el colegio La Enseñanza, desde el año 2008, sobre el deber ser de sus

estudiantes como ciudadanos, para observar cómo es y qué cambios ha tenido la idea de

ser colombiano en esta institución.

Las directivas de La Enseñanza afirman que a partir de la generación del sentimiento

patrio por Colombia, se pueden lograr los cambios necesarios en una sociedad

influenciada por la violencia y la corrupción; pretenden formar agentes del cambio y

líderes sociales que se destaquen por su educación en valores religiosos. Sin embargo,

algunos estudiantes de grado undécimo, destacan que el colegio se ha caracterizado por

la formación bajo una reglamentación estricta, impidiéndoles ser verdaderamente

reflexivos, “incluyentes” y propositivos.

Así, los discursos en la institución se han mantenido centrados en la necesidad de

cambio, inculcando la importancia de ayudar al otro necesitado y teniendo siempre en sus

vidas los valores cristianos. Estos discursos se repiten diariamente buscando que los

estudiantes sean ejemplo de progreso y liderazgo pero, según algunos estudiantes, se

encuentran inmovilizados bajo una normatividad estricta y autoritaria.

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Introducción: Educación para el cambio homogenizador

Durante el inicio de milenio la situación del país parecía ponerse cada día peor, todos los

días veía por las noticias como gente moría en una guerra que aún no he logrado

comprender. Crecimos oyendo que la corrupción es el principal problema del país, pues

cada quien busca su propio beneficio sin importar el costo o las necesidades de los

demás. Sin embargo, muchos de nosotros consideramos que una parte de la solución

consiste en mejorar los sistemas educativos. Así, se establece un vínculo entre la

situación del país y la educación, considerando que la identidad nacional depende de la

formación que se les dé a los estudiantes de hoy.

A lo largo de la historia colombiana se han expedido diferentes leyes sobre lo que se debe

enseñar en las instituciones educativas. La ley 115 de 1994 “señala las normas generales

para regular el Servicio Público de la Educación”, con el fin de cumplir una función social

según las necesidades e intereses personales, familiares y de la sociedad. En 2008, el

Ministerio de Educación Nacional, propuso implementar el Plan de Desarrollo Educativo

para transformar la educación en Colombia a partir de la ampliación de la cobertura,

mejoramiento de la calidad, pertinencia y eficiencia en la prestación del servicio educativo

(Ministerio de Educación Nacional, 2009).

Sin embargo, por los medios de comunicación continuamos escuchando las

inconformidades con el sistema educativo, especialmente la falta de pertinencia de las

temáticas escolares, la corrupción en la administración de los recursos y la carencia de

educación en valores para la convivencia (Encuesta rajó a la educación, 2008; Violencia

en colegios, 2008; Educación paga por estudios inservibles, 2009; Conflicto incide en la

calidad y cobertura de la educación, 2014). No obstante, con las reformas al Plan de

Desarrollo Educativo, se comenzaron a publicar noticias con titulares como: Plan decenal

de educación: brújula de la enseñanza (El Tiempo, 2008), Crecimiento sin desarrollo (El

Espectador, 2008), Desafíos de la educación (El tiempo, 2008), Por una educación de

calidad (El Tiempo, 2008), Educación para el trabajo (El Tiempo, 2008), Un revolcón a la

educación (El Tiempo, 2008). Noticias que resaltan algunas de las expectativas

generadas por el Plan de Desarrollo para la construcción de individuos preparados y

capaces para servir a la sociedad.

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Durante las últimas décadas se han ejecutado diferentes reformas educativas para

fortalecer el sistema de responsabilización, definido como el desempeño y competencia

de las instituciones. Se propone el “uso de recursos físicos, económicos y humanos de

forma más eficiente” (Banco Mundial, 2008; 98). Pocas veces se es consciente que

nuestra educación busca la eficiencia, la formación de personas capaces de cumplir

órdenes de manera rápida y eficaz, la mayoría de veces, ignoramos las influencias

culturales y políticas inmersas en la educación.

Así, mediante las ideologías oficiales, un conjunto de ideales definitorios catalogados

como verdaderamente legítimos del grupo social, se plantean desde la construcción del

Estado-Nación como la necesidad de construir una identidad y una memoria colectiva

(Cuché, 2014). La identidad se caracteriza por “movilizar y articular posiciones subjetivas”

adscritas en un grupo hegemónico (Gergen, 2007); mientras que la memoria colectiva se

define como aquellos recuerdos que remiten a la experiencia de un grupo por medio de la

conmemoración (Nora, 1988). De esta manera, se crean una serie de formas de

representación nacional, entre éstas los símbolos como el escudo, himno, bandera, lema,

flor, árbol y ave nacional, música y bailes típicos, caracterizados como bienes materiales y

manifestaciones inmateriales, que se consideran expresiones de nacionalidad y, por tanto,

representaciones de la cultura.

De esta manera, en el contexto educativo se presentan interacciones entre cultura y

poder, entre las cuales se encuentran inmersas diversas relaciones económicas y

políticas de la nación (Apple, 1996). Se educa bajo un conjunto de normas específicas,

que tienen como objeto enseñar los parámetros establecidos socialmente de un individuo bien educado y capaz de colaborar con los demás. De esta manera, la educación busca

fomentar la construcción de valores sociales, tales como las tradiciones y costumbres

culturales, religión, símbolos patrios, entre otros. Además de desarrollar, mediante la

enseñanza, procesos de socialización dentro de una sociedad específica (Herrera, Pinilla

y Suaza, 2003). La mayoría asiste, se adapta y sigue las normas propuestas en las

instituciones, escuchando y asimilando diferentes discursos, cuyo objetivo es la formación

e identificación de cada estudiante.

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Se enseña a exigir derechos y a cumplir deberes como ciudadanos colombianos. El deber

ser vinculado con la identidad nacional es el centro de análisis de este trabajo, buscando

evidenciar la relación entre Estado y educación en la construcción de identidad de los

individuos. Se plantea como objetivo principal una comparación diacrónica desde el año

2008 de los discursos de identidad producidos en el Colegio La Enseñanza, el cual fue

escogido por su larga trayectoria que lo cataloga como el primer colegio femenino en

Bogotá, con más de doscientos años de antigüedad.

La historia de la institución se centra en valores religiosos, presentando el pasado como

ejemplo del ahora, educando para el futuro y progreso a partir de lo perdido, buscando

generar una unión desde la esperanza, honestidad y responsabilidad. Tal como afirma

Nora, “como individuos e integrantes de una sociedad, necesitamos el pasado para

construir, ancorar nuestras identidades y alimentar una visión de futuro” (Nora, 1988). En

la que se toman las herramientas empíricas como punto de partida para la regulación y

moldeamiento de los individuos por parte del Estado. Así, la Nación ejecuta un proceso de

“reordenamiento” de las identidades individuales y colectivas, provocando que los

individuos se comiencen a reconocer como iguales (Trouillot, 2011).

Al preguntar sobre identidad la mayoría se refiere al país de origen, considerándolo como

elemento definitorio, o más bien, como la respuesta más obvia a una pregunta de tal

complejidad. La identidad se cataloga como conflictiva debido a su carácter relacional, en

el que se presenta como cambiante y relativa, ya que si la relación cambia, la identidad

también (Cuché, 2014). A partir de la concepción de Bauman, la identidad se encuentra

incompleta e inestable, en constante cambio y de “fácil” transformación (Bauman, 2005).

Según Wallerstein, “la construcción misma del concepto se convierte en un campo de

batalla, el principal campo de batalla ideológica de los intereses opuestos” (Wallerstein,

1999), en el cual existen diferencias entre la ideología oficial y la realidad empírica.

De esta manera, el vínculo entre educación e identidad permite analizar algunos discursos

que constituyen y caracterizan a un grupo social específico, en este caso nacional. Este

trabajo se enfoca en las diferencias contextuales e históricas, con el fin de observar y

evidenciar cómo se presentan transformaciones en el discurso de pertenencia a un grupo,

vinculados con el deber ser como ciudadano colombiano, como miembro de la Compañía

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de María en el Colegio La Enseñanza, y los símbolos que lo han definido, teniendo en

cuenta la influencia de los discursos nacionales dentro del mismo. En la institución se afirma que se debe construir una nueva civilización, caracterizada por la diversidad y el

respeto al otro, valores que en algunas ocasiones entran en contradicción con la

moralidad cristiana que se inculca. Así, se pretende educar agentes del cambio, personas capaces de liderar una sociedad golpeada por la corrupción y los antivalores, al tiempo

que se percibe en los estudiantes que no hay un sentimiento de pertenencia a Colombia,

que para ellos lo mejor es buscar una mejor calidad de vida en otro país.

Para el desarrollo de mi trabajo realice una revisión bibliográfica, desde 2008, de los

acontecimientos sociales y políticos que han influenciado la educación en Colombia,

desde textos y artículos publicados (prensa, periódicos e investigaciones). Así, la

metodología implementada se enfoca en: la participación de algunos eventos rituales,

tales como eucaristías, foros y formaciones; la revisión de documentos, como los

manuales de convivencia, revistas y libros propios del colegio; la implementación de

cartografía social con estudiantes de grado undécimo; entrevistas con directivas

(coordinadores y madre rectora) y algunos estudiantes de grado once; y por último, la

observación de los bienes muebles, las esculturas, las placas, las frases y los afiches que

se encuentran en la institución.

Por otra parte, se partirá de la descripción densa para indagar las transformaciones de los

discursos que, en este caso, se producen mediante actos rituales, revistas,

representaciones artísticas (pinturas o esculturas), voluntariados y charlas incentivadoras

de los maestros o directivas. Esta, según lo propuesto por Clifford Geertz (1973), destaca

que las estructuras simbólicas han sido construidas históricamente, mantenidas

socialmente y aplicadas individualmente. Así, se consideran los símbolos como modelos

de (formas de concebir algo) y modelos para (formas de hacer). Por tanto, se debe iniciar

con una interpretación de las interpretaciones sobre lo que las personas hacen y dicen,

partiendo de la descripción para proceder con su análisis. A partir de esto se tendrá en

cuenta el análisis procesual planteado por Renato Rosaldo (2000), donde se destaca la

relevancia de lo “micro”, dando cuenta de los casos particulares que permiten observar el

cambio, las tensiones y las rupturas, con el fin de evidenciar las transformaciones y las

acciones que alteran las condiciones de existencia de las personas.

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Volviendo a ser de colegio: La Enseñanza

Después de un largo proceso de permisos y restricciones, la madre rectora, María Helena

Peña, me concedió una cita para gestionar el inicio de mi trabajo de campo en el Colegio

La Enseñanza. Los profesores y directivas, después de saber de la aprobación de la

madre, fueron muy atentos, me permitieron conocer el colegio y me guiaron durante todo

mi trabajo. Cuando estaba con ellos, cada vez que veían a un niño fuera de su salón, le

hacían el llamado y me señalaban la importancia de la disciplina dentro de la institución.

El colegio La Enseñanza, fue fundado en 1783 por Doña Clemencia de Caycedo y Vélez

quien, según se afirma, durante la época colonial sintió “la gran necesidad de educar en

la fe y en la política a la mujer granadina” (Jáuregui, 2008; 4). El colegio se ha

caracterizado por mantener “un estrecho vínculo con los más ilustres de la historia”, en el

que madres, esposas, hijas y hermanas de próceres forjaron su espíritu, siendo parientes

de los “hombres más ilustres de nuestra patria” (Ángel, 2008; 5). Algunas son: la madre

de Atanasio Girardot, la esposa y las hijas de Camilo Torres, la esposa de José María

Portocarrero, la de Joaquín Caicedo Cuervo, la hija de José Acevedo y Gómez, la esposa

y la hermana de Jorge Tadeo lozano, y la esposa, la hermana e hijas de Antonio Nariño.

Por tanto, se dice que el colegio ha sido partícipe en la historia del país, debido a su

presencia durante la colonia, grito de emancipación, guerras de independencia y república

(Ángel, 2008; 5), y la calidad de su educación social y política. Esto ha permitido formar

agentes del cambio social, que de manera indirecta o directa han contribuido, y

seguramente contribuirán, a dar forma a los hitos históricos del país. Durante 2008, se

presenciaba un momento importante en la historia del colegio como primera promoción

mixta, ya que se estaba “viviendo el sueño de una educación en igualdad de condiciones

para los géneros” (Ángel, 2008; 5).

Nación, Memoria e Identidad: Acercamiento conceptual

Dentro de la noción de comunidad de los Estados-Nación, se busca la promoción del

principio de la unidad étnica, apoyado “en la legislación de un lenguaje oficial, un sistema

educativo y un sistema legal unificado” (Bauman, 2002; 184). Sin embargo, esta noción se

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cataloga por Bauman (2002) como ambigua, debido a que las comunidades carecen de

estas estructuras y tampoco están en vías de adquirirlas. El Estado y sus organismos

construyen una identidad nacional como “el derecho de monopolio para trazar el límite

entre el nosotros y el ellos” (Bauman, 2005; 53). De esta manera, dentro de esta noción

de identidad nacional surge una crisis de pertenencia, generada por los abismos entre lo

que debería “ser” y lo que “es”, buscando una transformación de la realidad a imagen y

semejanza de la idea. Esto, trae como consecuencia dos maneras de concebir la

identidad; la primera se define como “puramente” política, ya que se encuentra dentro del

modelo cívico de nacionalidad, presentando la construcción nacional del estado político;

mientras que la segunda, es la versión étnica, en la que se sostiene que la identidad

nacional es “puramente” cultural.

De esta manera, la identidad “depende de la articulación de los sujetos a la dinámica de la

interacción social” (Gergen, 2007), en la que se destacan las narrativas como un proceso

de intercambio continuo a través del cual se forjan y generan las identidades. Asimismo,

cada identidad se encuentra “suspendida en un arreglo de relaciones precariamente

situadas” (Gergen, 2007), en donde se presentan diferentes alteraciones situacionales y

circunstanciales. En el que existen unos supuestos “orientadores” construidos a partir de

discursos compartidos dirigidos y elaborados hacia un grupo específico.

La construcción de identidad se determina desde los otros, encontrándose mediada por

los modelos locales socio-históricos del grupo. Según Wortham (2006), la identidad social

se genera a partir de eventos históricos particulares que circulan en un espacio y tiempo

específico. De esta manera, la identidad emerge y varía a partir de la situación socio-

cultural de cada grupo. Además, Wortham afirma que los símbolos colectivos indican una

identidad particular para un grupo específico, siendo que su significado se construye

desde de lo que se dice que es. A partir de estos, los modelos locales generan

características asociadas a un grupo de personas mediante discursos, que muchas veces,

terminan por convertirse en estereotipos de la identidad social. No obstante, estos no

necesariamente establecen la identidad, pero sí pueden influir en el individuo y el contexto

en el que se encuentren.

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Nora nombra como lugares de la memoria, conformados por una parte histórica y otra

simbólica, a “una noción abstracta, destinada a desentrañar la dimensión rememoradora

de los objetos, que pueden ser materiales, pero sobre todo inmateriales” (Nora, 1997; 32).

Nora afirma que la memoria colectiva es una organización inconsciente, bajo la cual se

pone en relieve un fragmento simbólico que “articula una red hasta entonces invisible

mediante la iluminación repetida de identidades diferentes” (Nora, 1997; 33). La

construcción de una representación y la formación de un objeto en el tiempo, privilegian la

dimensión historiográfica en la que se encuentran inmersos lo político, científico moral y

cívico, dando cuenta de la “relación al pasado y la manera en la que en el presente lo

utiliza y lo reconstruye” (Nora, 1997; 33), considerando los objetos únicamente como

indicadores y signos de dicho vínculo pasado.

También, Nora destaca las diversas transformaciones de la memoria, debido a que los

procesos de descolonización y crecimiento económico han provocado, principalmente,

una “emergencia histórica” en la cual surgen temas de aparente intemporalidad, como el

cuerpo, clima, mitos, higiene, olores, entre otros. Dentro de esta nueva esfera se inscribe

la “promoción de la memoria, la búsqueda de lugares, el retorno a la herencia colectiva y

la focalización sobre sus identidades fragmentadas” (Nora, 1997; 24). En consecuencia,

Nora caracteriza los lugares de la memoria como la construcción de un modelo de

representaciones, que puede ser explorado a través de su sistema simbólico, cuyo

propósito es poner de relieve un “espejo” de la identidad.

No obstante, la constitución de la memoria trae consigo el olvido y el recuerdo. Augé

sustenta la existencia de una relación intrínseca entre el olvido y la memoria, afirmando

que los recuerdos se “han olvidado, en cierto modo, de sí mismos para transformarse”

(Augé, 1988; 23). Por ende, los recuerdos se moldean desde el mismo olvido, a partir de

las acciones que se realizan dentro de una sociedad. Estas, pueden ser objeto de

narración sólo después de su articulación en los signos y normas, que permiten su

imitación y representación. De esta forma, la memoria sobre el pasado, la espera del

futuro y la atención al presente, ordenan la mayoría de los rituales, presentándose como

dispositivos que permiten pensar y administrar el tiempo.

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A partir de esto, Augé caracteriza tres formas de olvido percibidas en los diferentes rituales. La primera la llama el retorno, esta se caracteriza por la “pretensión de recuperar

el pasado perdido, olvidando el presente para reestablecer una continuidad con el pasado

más antiguo, eliminar el pretérito compuesto en beneficio de un pretérito más simple”

(Augé, 1988; 67). La segunda forma de olvido es la del suspenso, caracterizándose por la

“recuperación del presente, seccionándolo provisionalmente del pasado y del futuro y,

más exactamente, olvidando el futuro por cuanto éste se identifica con el retorno del

pasado” (Augé, 1988; 67). Este corresponde, mayoritariamente, a los rituales “inter-estacionales” o transicionales. La tercera, y última, se nombra como el comienzo o el re-

comienzo, catalogada como la recuperación del futuro olvidando el pasado, es decir

creando “condiciones de un nuevo nacimiento que, por definición, abre las puertas a todos

los futuros posibles sin dar prioridad a ninguno” (Augé, 1988; 68). Los ritos considerados

por el autor, como la ejemplificación de esta última figura del olvido, son los rituales de

iniciación. De este modo, se destaca el carácter subjetivo de la identidad, donde la

realización de rituales colectivos puede generar una “nueva vida”, que implica la

necesidad del olvido y reivindica el deber de recordar.

Por consiguiente, las narrativas bajo las cuales se forjan las identidades se determinan

según el contexto socio-histórico de cada grupo. Se construye Nación, en el caso de La Enseñanza, a partir de la tercera forma del olvido nombrada por Augé, el recomienzo,

afirmando la necesidad de cambio, de un futuro que se diferencie del presente y pasado.

Debido a que se vive en una sociedad que intenta reconocer el pasado perdido, sin

embargo, se conmemoran hechos sin reconocer su significado, dificultando “inculcar” una

identidad nacional. Así, en La Enseñanza debido a su tradición, el pasado se reconstruye

desde una perspectiva religiosa que, algunas veces, genera rechazo y desinterés, dando

una noción desesperanzadora del futuro y deseos de salir del país para lograr una “mejor

calidad de vida” fuera de nuestro país.

Formación de identidad: Educación en Colombia

La identidad, al articularse mediante las relaciones con los otros, se cataloga como una

representación de un grupo social. Según Sampedro (2003), la identidad nacional es el

resultado circunstancial de un proceso de producción social, político y cultural en

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contextos específicos, en este se establecen roles sociales privilegiados y subordinados,

que los medios de comunicación difunden, contribuyendo a generar mercados políticos y

económicos. Tal como afirma este autor, “la noticia constituye el resultado de un proceso

de interpretación, selección y priorización de determinados aspectos, que orienta en un

sentido o en otro la realidad que percibe la audiencia y guía su accionar social”

(Sampedro, 2003; 106). Los medios se consideran como portadores de recursos

simbólicos comunes que terminan por representar un grupo social, donde su significado

varía según la circunstancia y contexto. Además, en la actualidad se presenta una gran

pluralidad de identidades de las que subyace una estandarización, ya que “el enorme

abanico de identidades mediáticas reproduce roles homogéneos, asignados por las

instituciones y el mercado a la audiencia” (Sampedro, 2003; 15).

Durante el siglo XX, el discurso de identidad en Colombia giraba en torno a la generación

de subjetividades homogéneas y eurocéntricas (Herrera, 2006). A causa de la

consolidación de la Nación durante este siglo, se buscaba constituir nuevas identidades

centradas en los ideales de modernización e individualismo, convirtiendo las ciudades en

referentes identitarios de los Estados nacionales, al considerarlas como espacios para la

mercantilización e industrialización, mientras se destaca la importancia de que los

ciudadanos se sientan adscritos a la comunidad nacional (Herrera, 2006).

De esta manera, las escuelas citadinas toman una importancia mayor al considerarse

como reguladores en la construcción de identidad. Pulido (2006) afirma que dentro de las

instituciones educativas, se presentan recursos hegemónicos, en el que se ejerce una

dirección moral e intelectual sobre la mayoría de la sociedad. Así, la hegemonía se

presenta como un “recurso lógico e instrumental para poder apropiar el sentido de la

relación entre identidad y escuela” (Pulido, 2006; 37). Por consiguiente, la educación se

caracteriza como un dispositivo que actúa en los procesos de construcción de consensos

y sus relaciones, considerándola como un campo de tensiones y contradicciones. Siendo

que la identidad “articula pasado, presente y futuro” (Pulido, 2006; 38), surgiendo en

Colombia como relato de la diversidad, de la fragmentación, de la distinción y

contradicción.

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La educación se ha representado en Colombia como símbolo de “pureza” y uniformidad,

apreciando al grupo de “intelectuales tradicionales”. Deas (1993) reúne diferentes escritos

en los que se relata la historia política del país, resaltando el poder de la gramática, y por

tanto de la educación, que provocó la caracterización de Colombia con cierta ventaja

comparativa lingüística (a pesar de no poder competir en ámbitos industriales o

económicos). Esto, se relaciona con los problemas políticos durante el siglo XIX, que

trajeron consigo bajas en las finanzas, y a la vez, guerras civiles. Por otra parte, el autor

destaca la influencia de los artículos escritos para periódicos de la élite dentro de la

sociedad, ya que estos representan el “buen uso” del lenguaje y la validación científica de

intelectuales y políticos colombianos.

Por otro lado, a través de la iconografía de los textos escolares, se presentan

clasificaciones jerárquicas de los seres humanos. Tal como afirma Osorio (2000), dentro

de sus imágenes, se muestra lo establecido como identidad nacional, a través de algunas

figuras representativas de los personajes, la bandera y el escudo. Esto genera una

identidad constituida desde un prototipo deseado de lo universal, “como ser humano

genérico e ideal, protagonista de la iconografía escolar desde su invención, personificado

en la figura del adulto, blanco, europeo alto y vigoroso”. Esto a su vez da paso a la

diferenciación y ordenamiento bajo la formulación de otros tipos de ser humano que

desaparecían repentinamente; mientras que la figura de lo blanco y europeo se da por

sentado en la iconografía escolar.

La caracterización como miembros del colegio La Enseñanza, permite la diferenciación

entre el “nosotros” y “ellos”, necesaria para la construcción de identidad. En esta se

presenta una diferenciación frente a los demás miembros del país, a pesar de reconocer

su pertenencia al grupo. Esto ha generado una ambivalencia entre la búsqueda

permanente de la igualdad y su posición privilegiada frente al resto de la sociedad, donde

se pretenden unos valores universales que descienden de tradiciones coloniales, tema

que será abordado a continuación.

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Estado, Diversidad e “Inclusión”: Nación y Colonia

Las directivas y algunos estudiantes, me destacaron la importancia del sentir patrio,

caracterizado por ellos como el amor al país, el respeto por los demás y el compromiso

con la sociedad. Tal como resaltó Fernando Cárdenas, coordinador de convivencia en la

Enseñanza: “todos los días cuando voy a trabajar afirmo: ya vengo voy a construir

Nación”.

Las diferentes instituciones educativas, producen representaciones de lo que es un

colombiano ideal. Nos cuentan relatos e historias sobre vidas pasadas, donde “solo se

recuerda en la medida en que es necesario” (Rincón, Mojica y Gómez, 2010; 38). Se

genera memoria a partir de lo que se cree “imprescindible” para el grupo; se transforman

los discursos nacionales, los monumentos y lugares a lo largo del tiempo. Según Rincón,

Mojica y Gómez (2010), las representaciones de nuestros héroes patrios, como Bolívar,

Policarpa Salavarrieta, Jorge Isaac, y José Asunción Silva; los lugares recuerdo como el

Parque de la Independencia, el Parque Nacional Olaya Herrera; y diversos monumentos y

esculturas conmemorativas de los anteriores personajes (considerados como próceres de

la patria), muestran el carácter cambiante de la memoria. Durante los siglos XIX-XX, la

memoria comienza a depender de “actos de transferencia”, mediante la reclamación de

normas, convenciones y prácticas, que terminan por reflejar la identidad nacional

adaptada a objetivos culturales de cada época.

La Nación, según Anderson (1993), se define como una “comunidad política imaginada

inherentemente limitada y soberana”. Su carácter imaginario se debe a que los miembros

de dicha Nación nunca conocerán en su totalidad a sus demás compatriotas, pero en “la

mente de cada uno vive la imagen de su comunión” (Anderson, 1993; 23). En esta se

despliega una multiplicación de las funciones del Estado, propagando la comunidad

imaginada y generando, a través de la combinación de fuerzas, los sistemas escolares.

Estos se caracterizan como “rustificantes” en su intento de producir “cuadros subalternos

requeridos por las burocracias estatales y corporativas” (Anderson, 1993; 198). Así, la

nacionalidad y el nacionalismo se caracterizan como “artefactos culturales” que presentan

una correlación histórica, política e ideológica, bajo una forma “modular” dentro de la cual

se presentan diversas transformaciones. Las naciones “presumen siempre de un pasado

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inmemorial, y miran un futuro ilimitado” (Anderson, 1993; 29), dándole al nacionalismo el

carácter de conversión del azar en destino.

En el año 2008, el Ministerio de Educación realizó algunas reformas a la ley de educación

en Colombia. Esto avivó en los medios de comunicación, como noticieros y periódicos, la

esperanza y las ansías de mejora de la situación del país. Se decía que su

implementación generaría estrategias para el acceso equitativo, permanencia en el

sistema y fortalecimiento de la institución (docentes, directivos y gobierno escolar).

Además de generar políticas basadas en un enfoque común de competencias, para permitir formar el recurso humano necesario para aumentar la productividad del país,

haciéndolo competitivo en el entorno global (Ministerio de Educación Nacional, 2009). Así,

se propone el desarrollo de competencias básicas para tomar decisiones responsables,

informadas y autónomas, basadas en el respeto a la dignidad de todo ser humano,

valorando la pluralidad de identidades y formas de vida (Ministerio de Educación, 2008;

23).

Por su parte, en la Enseñanza, los lineamientos dados por el Ministerio de Educación se

afirman como necesarios. Se dice que al estar el colegio presente en los diferentes

momentos históricos del país, se muestra como una parte esencial en la constitución de la

nación. Aclarando que la cotidianidad en la institución va más allá de la legislación

educativa, ya que “del día a día construimos historia, planes de estudio, formamos

conciencias, construimos para el futuro” (Naranjo, 2008). Por su parte, en algunos

artículos publicados en El Tiempo se presenta la importancia de proponer y fomentar una

educación crítica y consciente, que contribuya a la liberación de las diferentes

problemáticas que se presentan en el país, como las “mafias, los cafres y los cobardes”

(Springer, 2008).

No obstante, años más tarde (2010) se mencionan las deficiencias en el Sistema de

Calidad, donde los estudiantes tuvieron que vivir un “proceso de evaluación académica

que fomentó la mediocridad, la pereza, el dejar todo para el final, y la falta de

responsabilidad” (Peña, 2010; 16). Se resalta la necesidad de cambio de esta filosofía

para “volver a motivar la sana competencia, bajo el deseo de dar lo mejor de sí”. Por

tanto, la verdadera calidad debe definirse por la coherencia, cultura, motivación,

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responsabilidad y honestidad. En esta se busca formar seres humanos competitivos, pero

a la vez solidarios; dos características que surgen de una lógica contemporánea

capitalista en la que subyace la desigualdad y el individualismo, problemas que

irónicamente quieren ser abolidos mediante el crecimiento propio pero, en este caso,

para la ayuda a los demás.

Se expresa la necesidad de Estado como proveedor del bienestar de su “pueblo”, que

cree a partir de la educación individuos capaces de contribuir a su país, discursos que en

La Enseñanza se reproducen diariamente. En el colegio se recalca el amor por Colombia,

el compromiso con la paz y la reconciliación, buscando cambiar la imagen que tenemos

ante el mundo como personas violentas y deshonestas (Peña, 2012; 3). Se pretende dar

los parámetros que deberían caracterizar nuestro país, mostrando la noción de Smith de Nación como una ingeniería social. En esta se seleccionan diferentes elementos

unificadores, como una historia, símbolos, mitos y lenguas, que provienen de varias

fuentes culturales. Así, los significados de la Nación son aprendidos a través de las

“imágenes que proyecta, los símbolos que usa y las ficciones que evoca en novelas,

obras de teatro, poemas, óperas, baladas, panfletos y periódicos, que un público lector

alfabetizado devora ávidamente” (Smith, 1995; 190).

La Nación al ser construida desde conjuntos particulares que definen a un grupo social, se

considera como “incompleta e inestable”. Chatterjee (1986) destaca que esto se debe a

que su caracterización y definición se da a partir de circunstancias históricas específicas.

Su significado se presenta desde teorías que abarcan movimientos catalogados como

nacionalistas. Este nacionalismo se desarrolla bajo las premisas de la modernización,

estándares de progreso y la imitación de valores establecidos por diferentes culturas.

Características que en la Enseñanza son consideradas por las directivas como necesarias

para avanzar en las distintas sociedades; destacando que a partir de la formación en

valores universales, como la solidaridad y honestidad, se logrará la sana convivencia

entre las culturas. Así, según Chatterjee, esto se relaciona con la industrialización,

producción y homogeneidad cultural, que desde la generación de una unidad política ha

ocasionado una “imposición general de la cultura alta sobre la sociedad, cuyas culturas

bajas se han tenido que adaptar a las vidas de la mayoría” (Chatterjee, 1986; 129).

Page 17: LA UNIÓN ESPERANZADORA

16

En la institución se presentan discursos unificadores, no sólo entre los miembros del

colegio, sino también con los integrantes de la Compañía María, ya que el colegio La

Enseñanza se rige bajo sus parámetros. A esta pertenecen varios colegios, no solo en el

país, sino también en España, Francia, México, entre otros. Esto ha facilitado la

elaboración de discursos sobre globalización, diversidad e inclusión, implementados

según los contextos específicos de cada país. Así, la Compañía propone como

contribución al mundo, la formulación de un “proyecto educativo común, con carácter

universal, que recoja las líneas de la pedagogía de la Compañía contextualizado en el aquí y el ahora” (ODN, 2007; 156). Tal como se destaca en la revista del 2009, la

unificación de toda la comunidad permite “crecer como ciudadanos, como colombianos,

como creyentes, con el fin de aportar en una construcción de una Colombia unida,

solidaria, y en permanente búsqueda de la paz” (Peña, 2009; 3).

Desde las premisas de modernidad se “representa un intento por actualizar en términos

políticos el deseo universal por la libertad y el progreso” (Chatterjee, 1986; 125), en el que

el pensamiento nacionalista acepta su universalidad bajo el marco moderno de

conocimiento, estableciendo un vínculo entre el pensamiento, la cultura y el poder. El

nacionalismo produjo un “discurso en el que se aceptan las premisas intelectuales de

“modernidad” sobre las cuales la dominación colonial se basaba” (Chatterjee, 1986; 164),

negando la inferioridad del pueblo colonizado debido a la posibilidad de su modernización,

sin destruir su identidad cultural. Según el autor, la libertad y el nacionalismo se

encuentran en oposición, ya que la Nación ejecuta diferentes actitudes represivas,

presentando una identidad autónoma de una cultura nacional en la que se rechaza, pero a

la vez, se acepta el dominio.

En el siglo XXI bajo la industrialización y la economía del desarrollo se recalca la

importancia del estudio del inglés como necesario para vivir en el mundo globalizado. En

El Tiempo se ha venido afirmando que tenemos como “reto expresarnos en nuestra

lengua materna y como necesidad dominar otro idioma”, adoptando el inglés como

segunda lengua (Bilingüismo: el reto ahora es mayor, 2008). Mientras en La Enseñanza

se resalta que a partir de la legislación educativa vigente en el año 2008, el utilizar el idioma, natal y extranjero, es una herramienta vivencial para proyectar seres humanos

preparados para enfrentar los retos de este siglo (El lenguaje, puente entre el corazón y la

Page 18: LA UNIÓN ESPERANZADORA

17

sociedad, 2008; 15). Así, no solo hay un dominio nacionalista sobre la población, sino

también se presenta un vínculo entre lo que se considera como propio y lo ajeno,

indispensable para lograr tener las capacidades suficientes que permitan competir en el

mundo actual.

Durante el 2008 y 2009, se destaca la relevancia de la tradición cultural mediante el

lenguaje, en el que la “defensa de un idioma es su conservación” (Celebración del día del

Idioma, 23 de Abril, 2009; 11). Se afirma que no sólo se debe dominar una segunda

lengua sino también tener un uso adecuado y excelente de nuestra lengua natal. En la

institución se ha recalcado la importancia de la lengua castellana, posibilitando a los

estudiantes caracterizarse en un futuro como “ciudadanos competentes, capaces de

comunicarse con coherencia y cohesión”. Siendo que el desarrollo de habilidades

comunicativas permite “confrontar su realidad de una manera crítica, para generar

cambios, resolver conflictos, y producir mejores mundos posibles a través del lenguaje”

(El lenguaje, puente entre el corazón y la sociedad, 2008; 15).

En consecuencia, el lenguaje se cataloga como parte esencial en la formación de los

individuos, en la que a partir de su desarrollo se mantienen las tradiciones y se genera

cohesión dentro de la constitución del estudiante como miembro de la comunidad

nacional. De este modo, se vincula con la noción de Bhabha (1990) en la que la Nación se

considera como una forma de narrativa, expresada mediante estrategias textuales,

desplazamientos metafóricos, subtextos y estratagemas figurativas que interpretan

algunos acontecimientos.

Además, se dice que la comunicación, la apreciación estética, la transformación simbólica y la sensibilidad son parte fundamental en el desarrollo de las competencias ciudadanas

(Llamas, 2013; 4), relacionando la formación de individuos nacionales con la inculcación

de valores ciudadanos, en los que se destaca el emprendimiento, desarrollo sostenible y

cuidado del medio ambiente. Tal como se presenta en el Tiempo (2012) la ciudadanía se

debe presentar como programa transversal en el que se incluyan temas como “educación

ambiental, financiera, participación democrática, resolución de conflictos, derechos

humanos, sexualidad y promoción de estilos de vida saludable” (Ciudadanía, la clase de

moda en el colegio, 2012).

Page 19: LA UNIÓN ESPERANZADORA

18

El desarrollo de competencias ciudadanas reafirma la idea del Estado moderno como

otorgador de una identidad territorial a sus miembros, donde se deben acomodar a sus

normas y legislaciones, que a su vez generan transformaciones en el conjunto de

relaciones; en otras palabras, cada individuo asume las normas dadas por el Estado, pero

siempre las relaciones cambian a partir del contexto. Tal como Parekh destaca, la nación

otorga a los individuos una identidad específica, creando una “unidad cultural homogénea,

caracterizada por distintas costumbres, prácticas sociales, valores morales, rituales,

sistema común de significados, entre otros” (Parekh, 1995; 99).

Con respecto a esto, en el año 2007 la Orden de la Compañía de María publicó la Dirección y gestión de Centros de Educación formal: valoración de la práctica, líneas de

futuro. Este libro presenta los parámetros para las diferentes instituciones educativas,

buscando tener en cuenta la realidad del momento, las experiencias y las diferencias

estructurales. Se destaca como misión educativa general, crear “un medio que contribuya

al bien personal, público y a la gloria de Dios” (ODN, 2007; 32). Afirmando que bajo los

diversos retos del mundo actual, hay unas características institucionales que las definen, tales como: las habilidades para enfrentar los retos de una nueva civilización; la

animación de una educación permanente bajo una dinámica formativa; una ventana

abierta a lo trascendente; y una educación para todos en una sociedad que tiende a

marginar y excluir; características que siempre se encuentran bajo el criterio del servicio a

los otros.

Dichas características se catalogan como universales y necesarias para la formación en el

mundo actual, manifestando los desafíos particulares en Colombia, que lo diferencian del

resto de instituciones de la Compañía de María. Entre estos se encuentra “la formación

para la paz y la convivencia en medio del conflicto y la violencia, lo que implica trabajar

contracorriente” (ODN, 2007; 96). Así, se vuelve a destacar la educación como la manera

de superar los diferentes problemas de la Nación, pero en el caso de la Enseñanza, no se

espera que todas las instituciones educativas cumplan con esta labor, sino que los

mismos estudiantes sean capaces de asumir los compromisos con nuestra sociedad,

siendo ellos los agentes transformadores del país (Manual de convivencia, 2006-2010-

2015).

Page 20: LA UNIÓN ESPERANZADORA

19

Los estudiantes de La Enseñanza se deben caracterizar por su compromiso y valores,

para ser capaces de aportar “a una sociedad productiva y bella como la colombiana”

(Naranjo, 2008; 18). Dentro de esto se incluye el reconocer y aceptar a los otros,

refiriéndose no sólo a personas de diferentes naciones o culturas, sino también a aquellos

que tienen condiciones de vida distintas; se afirma la importancia de la pluralidad, equidad

y tolerancia en los niños y jóvenes de La Enseñanza, en el que conozcan y respeten las

diferentes culturas del mundo, pero a su vez reafirmen su propia identidad como

colombianos (Quintero, 2014; 13). Esto, implica “abrir el corazón a la diferencia, a lo

distinto, a lo nuevo, a romper fronteras, y a estrechar lazos” (Peña, 2014; 2), aspecto que

un estudiante de grado once, resaltó como positivo, al destacar que permite tomar

conciencia sobre realidades diferentes a las propias.

Se han creado discursos sobre diversidad e inclusión que los estudiantes han asumido

pero siempre manteniendo una posición externa y de predominio sobre los demás. Tal

como se afirmó en el discurso de graduación del año 2010: “hoy salen a poner en práctica

lo que aquí han recibido. Que la formación recibida, los lleve a servir de una manera

siempre nueva y a ejercer un liderazgo que impacte y transforme nuestra patria” (Peña,

2010; 17). Al igual que un estudiante destacó que como bachilleres sabemos que todas

las herramientas y conocimientos que hayamos adquirido, van a estar “encaminados a

engrandecer más este país en el que tuvimos el gran privilegio de nacer” (Peña, 2012;

21).

Además, se ha preservado el reconocimiento de la diversidad dentro de Colombia. En el

año 2010 se destaca el cruce racial entre el indígena, el europeo y el africano, dando

como resultado “un mestizaje interesante que hoy muestra ante el mundo al colombiano

como un ser de etnia plural” (Maquillando los rostros de Colombia, 2009; 22). De este

modo, se afirma que el proyecto educativo permite la formación de individuos capaces de

enfrentarse al mundo actual, contando con las habilidades para transformarlo. La

educación debe seguir siendo el “camino de crecimiento de la libertad para las mujeres y

los varones que lo actualizan hoy, al querer comprometerse como líderes y agentes de

transformación de este mundo globalizado” (Peña, 2010; 4). Tal como lo manifiesta el

siguiente cartel:

Page 21: LA UNIÓN ESPERANZADORA

20

Sin embargo, para algunos estudiantes no hay un respeto por la diversidad, ya que “sí se

va en contra del colegio, te caracterizan como mala persona y pagana”. Impidiendo la

libertad de opiniones, e incluso, de género, ya que lo único que se acepta es todo aquello

que se considere como “religiosamente correcto” al encontrarse dentro de la moral

cristiana.

Desde los medios de comunicación se ha destacado la importancia del “respeto a la

diversidad y lucha contra la violencia” (Malaver, 2012), relacionado con la discusión sobre

las clases de educación sexual, se afirma que estas cátedras han contribuido a la

formación en identidades juveniles y de género, desde la educación en derechos

humanos, cuidado de sus cuerpos, derecho a tener intimidad y orientación sexual.

Además, en las clases de educación sexual se pretende generar modelos para el respeto

a la diversidad y la tolerancia sobre la diferencia, reconociendo nuestra identidad

particular y respetando los derechos de los otros. Así, se dice que la ciudadanía se compone de cuatro cosas: identidad, derechos, deberes y autonomía, en donde la

sexualidad se encuentra inmersa. En el colegio se sostiene que el estar o compartir con

personas con estilos de vida diferentes a los propios, permite darse cuenta que al final

somos iguales (Peña, 2009; 16). No obstante, estudiantes de grado once afirman que

antes la valoración a la diversidad era mayor, ya que el aumento del autoritarismo ha

causado mayor intolerancia a todo lo que se encuentra fuera de la religión.

Imagen 1: Cartel la alegría de ser diferente

Page 22: LA UNIÓN ESPERANZADORA

21

Finalmente, los discursos de Nación han estado vinculados, desde 2008 con la diversidad

y multiculturalidad que caracteriza al país. Sin embargo, prevalece la importancia de la

ciudad como lugar para ejecutar los cambios que se creen necesarios; cambios en la

educación, en la economía y en la cotidianidad (presencia de valores). De la misma

manera, el sentir patrio y las competencias ciudadanas se han relacionado con cuidar lo que es nuestro y la nueva civilización, tema que será tratado más adelante.

Desarrollo y Tercer Mundo: Necesidad de ayuda

Los discursos sobre el desarrollo se han acoplado a las políticas dadas por el Estado en

el colegio La Enseñanza. Se dice que sus estudiantes se caracterizan por el

emprendimiento individual, pero siempre orientado para la ayuda a los demás,

destacando el valor de los voluntariados, proyectos para el cuidado del medio ambiente y

principios innovadores dentro de la institución. Se afirma que una de las principales

causas de la condición ambiental actual, el posible agotamiento de recursos y el

calentamiento global, se debe al deseo de enriquecerse sin importar las necesidades de

los otros.

Por tanto, lo que deben ser los estudiantes como miembros de una Nación, se adapta a

las condiciones en las que se encuentran diversos aspectos socioculturales, que en este

caso se centran en la economía y el medio ambiente. Esto evidencia la caracterización de

la identidad nacional como situacional tal como Trouillot (2011) afirma, en la época

contemporánea se presenta una reordenación de subjetividades a partir de los valores de

consumo y mercado. Asimismo, el Estado constituye una ideología en la que se presenta

un espacio de lucha y poder, en la cual la Nación “atomizada a lo largo de líneas

colectivas, provoca que los individuos se reconozcan como iguales” (Trouillot, 2011; 151).

Lo que a su vez produce nuevos cambios que crean especialidades yuxtapuestas,

basadas en el mercado de capital y los bienes de consumo.

En La Enseñanza se afirma que a partir de la situación y las coyunturas sociales en las

que se encuentra el país se propone su educación. Destacando como imperativo

“preparar a nuestros estudiantes para aprender a vivir en este nuevo entorno, para ello es

preciso que nuestros jóvenes sean reflexivos e independientes, críticos y creativos”

Page 23: LA UNIÓN ESPERANZADORA

22

(Peña, 2008; 3). Esto con el fin de que sus estudiantes tengan la capacidad de resolver

problemas con facilidad, pensando más allá de lo aprendido en el aula. Sin embargo,

como mencionaba anteriormente, su educación solo ha girado en torno a valores

católicos, impidiendo la verdadera autorreflexión e independencia, ya que se les categoriza entre bueno y malo, según el cumplimiento de normas impuestas por la

institución basada en las creencias cristianas católicas, siendo catalogado por algunos

estudiantes como “cuadriculado”, dificultando ir más allá de la simple repetición de

información.

Por otro lado, durante su formación se destaca como permanente “tender la mano”, estar

en servicio de los demás y ayudar al otro cuando lo necesite (Naranjo, 2008; 6).

Reafirmando que los estudiantes en La Enseñanza, no se deben dejar llevar por los

deseos consumistas, sino que deben tener un crecimiento propio para el bienestar común.

De este modo, entran en juego los valores de mercado y consumo, pero se rechazan al

decir que los estudiantes deben ir en contra de los comportamientos consumistas que

sólo nos han conducido a las situaciones actuales desfavorables.

Así, los proyectos de voluntariado se realizan con el fin de enseñarles a los estudiantes a

dar lo que les sobra, como afirmaba un estudiante de grado undécimo (2016). Esta idea

de caridad, según la madre rectora, ha estado presente en la institución desde su

fundación. En el año 2008, destacan que los estudiantes repartieron mercados a

diferentes familias, lo que les permitió conocer las necesidades y, muchas veces, la miseria en la que estas personas viven (225 años educando en un mundo en plural, 2008;

17). En 2014, se dice que mirar a los otros que viven de una manera diferente, porque la

vida no les ha dado lo suficiente, nos debe movilizar a hacer que se transforme esta

situación de inequidad e injusticia (Peña, 2014; 2). Por consiguiente, los estudiantes de la

Enseñanza deben tener el compromiso de ayudar, debido a que ellos cuentan con

beneficios y comodidades que muchas otras personas en el país no tienen. Estas

condiciones se enmarcan en principios asistencialistas, donde las relaciones de inequidad

muy probablemente perduren. Además, según comentaban algunos estudiantes, muchas

veces estos se reducen a dar plata, ya que “sí no hay un verdadero sentido de

pertenencia no hay ganas de ayudar (Estudiante grado undécimo).

Page 24: LA UNIÓN ESPERANZADORA

23

El colegio destaca que deben influir positivamente en la sociedad, desarrollando actitudes

favorables al conocimiento y valoración de la naturaleza y el ambiente” (Caminemos de la mano de Santa Juana de Lestonnac, 2008; 10). Santa Juana de Lestonnac y el pasado

indígena se toman como punto de partida para dicha contribución a la sociedad,

afirmando que las tradiciones culturales se actualizan a las situaciones del ahora. Así, los

estudiantes deben hacer parte de una “comunidad de emprendedores, innovadores y

transformadores que llevarán a la sociedad a grandes cambios” (Responsabilidad social

de los colegios, de estudiantes a líderes, 2014; 30). Esto muestra el vínculo paradójico, entre las tradiciones y el mercado, entre el mantener costumbres propias, mientras se

busca la deconstrucción de una sociedad caracterizada por la violencia, los asesinatos y

la impunidad (Maquillando los rostros de Colombia, 2009; 23).

De esta manera, se evidencian las tensiones entre los valores del mercado y los valores

tradicionales, mostrando las diferentes relaciones económicas y políticas de la Nación

dentro de las instituciones educativas. Así, las interacciones entre cultura y poder

inmersas ratifican y exacerban las diferencias, ocasionando la legitimación de la

desigualdad a partir de modelos de enseñanza estructurados, bajo la imposición de

normas y la inculcación de disposiciones (Apple, 1996).

Imagen 2: Fotografías voluntariado a Salahonda, 2016

Page 25: LA UNIÓN ESPERANZADORA

24

La Enseñanza propone una educación basada en valores que permita la formación de

ciudadanos y profesionales con perfiles integrales, rechazando la diferenciación y las

relaciones de poder desiguales. Éstas se centran en las tradiciones bíblicas, la biografía

de Santa Juana de Lestonnac, la ayuda al otro y al planeta. Tres aspectos que relaciono con: las costumbres propias de una comunidad, un héroe mitificado, y la economía

desigual contemporánea.

En primer lugar, la tradición bíblica se considera como necesaria para poder rehacer el

país, retomando los valores y unificando toda la sociedad colombiana. Por tanto, se dice

que “a la luz de las enseñanzas del evangelio” se puede comprender qué debe cambiar

bajo el compromiso con la realidad. Permitiendo la construcción de un mundo más

humano, justo y solidario (Peña, 2012; 3). Además, se dice que mantener las creencias y

costumbres “ancestrales” permite reconocer que todos podemos contribuir al cambio; más

no seguir desmotivados por la realidad actual y no hacer nada ante las injusticias que

afectan a nuestro país diariamente (Bohórquez, 2008; 22). Se pide retomar y aprender de

nuestro pasado para mejorar nuestra situación actual, evidenciando que uno de los

problemas actuales es la carencia de valores religiosos, que ha llevado a pensar

únicamente en el bienestar propio, sin tener conciencia de las afectaciones sobre los

demás, impidiendo realizar verdaderos aportes a la sociedad.

En segundo lugar, basándose en los valores cristianos, Santa Juana de Lestonnac se

muestra en el colegio como ejemplo a seguir, adecuando su figura bajo la ideología del

mercado actual. Ahora se le caracteriza como una mujer emprendedora, ya que no sólo

soñó, sino que también construyó lo que tenemos ahora en nuestras manos. El área de

Gestión Empresarial, usa como ejemplo a su fundadora “para poner en contacto a los

estudiantes con la necesidad de encontrar su propia visión” (Nieto, 2008; 16). Desde la

vida de Santa Juana se debe tejer un proyecto de vida emprendedor, donde sean artífices

y trabajadores activos de las metas que planean alcanzar en su vida escolar y personal.

Así, se apropia como un pilar y valor renovador, que anima a la formación académica y

convivencial, “para hacer de ellos personas emprendedoras, pacíficas, que trabajen por el

bien de la patria y de sus familias” (Hurtado, 2012; 21). Tal como lo busca evocar una de

las esculturas de la institución:

Page 26: LA UNIÓN ESPERANZADORA

25

De esta manera, la figura de Santa Juana se toma como fuente de inspiración para

incentivar al cambio de la situación actual de Colombia. A pesar de la diferencia de

contextos (tiempo y territorio) se le asimila a su carácter un espíritu emprendedor, por el

hecho de fundar el primer colegio para la educación de mujeres. Esto genera un nexo

entre los sueños individuales y la historia de la Compañía de María, en el cual los

estudiantes deben usar, al igual que Santa Juana, “sus recursos e influencias en una

manera positiva, extendiendo sus acciones a futuro” (Two women, one vision, 2008; 14).

La madre resalta (2016) que los estudiantes deben seguir el modelo de vida de su

fundadora, buscar su camino y continuar su misión, mediante la esperanza, fuerza y

compromiso, ante la necesidad de acciones para lograr cambios, al igual que lo afirmó en

el año 2014 “cambiemos la historia y abracemos la realidad, puesto que ahora hacemos

parte de la historia” (Two women, one vision, 2008; 14).

En tercer lugar, el cuidado del medio ambiente y de los propios individuos, se relaciona

con el cuidado a la vida presente y futura. Desde el año 2008 se empezó a buscar

generar conciencia social mediante la promoción del desarrollo sostenible. Esto propicio la

realización de diferentes actividades, para sensibilizar y hacer partícipes a los estudiantes

del tema ambiental (Nieto, 2008; 16). A lo largo de los pasillos del colegio, hay diferentes

carteles y puntos ecológicos que recalcan la importancia de cuidar su entorno y el medio

Imagen 3: Escultura de Santa Juana de Lestonnac

Page 27: LA UNIÓN ESPERANZADORA

26

ambiente. Por otro lado, en la Feria de Emprendimiento realizada en 2016 los discursos ambientalistas se sintetizaron al destacar los artículos catalogados como amigables con el

medio ambiente, por utilizar productos reciclados u orgánicos.

Por otro lado, al considerarse Colombia como un país mega diverso se resalta la

importancia de preservar su fauna y flora, lo que implica, según las directivas del colegio,

cambiar la manera en que el gobierno maneja los recursos. Así, estudiantes de grado

undécimo en 2013 y 2014, afirman que hay que cambiar la situación antiecológica actual.

Colombia “tiene que empeñarse por cambiar la conciencia nacional” (Cepeda, 2013; 36),

cuidar los recursos nacionales y “utilizar nuestras ventajas ecológicas para triunfar y ser

mejores en la ilustre sociedad en la que vivimos” (Cortes, 2013; 38). Además, resaltan

que el gobierno debe imponer límites y reglas a las potencias internacionales que

explotan los recursos, midiendo la inversión y comercio necesario. Según Vargas,

profesora de ciencias naturales durante 2014, la huerta escolar creada en 2013, permite

que los niños “reconozcan el inmenso esfuerzo que deben hacer los campesinos para

abastecer de alimentos a todo el país, convirtiéndose en sembradores de paz y de bien”

(Vargas, 2014; 33). Así, al discurso de cuidado del medio ambiente le subyace la

necesidad de cambio, buscando el buen uso de los recursos, del desarrollo económico y

la auto-superación de la sociedad colombiana.

De esta forma, la educación debe contribuir al desarrollo económico y la erradicación de

la pobreza, formando “ciudadanos responsables socialmente, que compitan por la

Imagen 4: Punto ecológico

Page 28: LA UNIÓN ESPERANZADORA

27

generación de proyectos emprendedores, incluyentes e innovadores, que busquen la

estabilidad social” (Responsabilidad social de los colegios, de estudiantes a líderes, 2014;

29). Igualmente, en 2009, las Naciones Unidas destacaron la relevancia de la educación

ya que, según Montenegro (2009), entre más educado sea un pueblo, la distribución del

ingreso es más equitativa, produciendo una fuerza laboral más flexible al dar más

oportunidades de trabajo mejor remuneradas. El Estado debe garantizar a “toda la

población el acceso a la educación de calidad” (Montenegro, 2009), siendo su obligación

brindar una buena educación, para evitar la concentración en la distribución de ingresos.

Años más tarde (2014), en el colegio reafirman su compromiso con el derecho a la

educación, debido a que el acceso pleno a una educación de calidad a todos los niveles

es una “condición esencial para lograr el desarrollo sostenible, la erradicación de la

pobreza, la igualdad entre los géneros, el adelanto de la mujer y el desarrollo humano y

los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente” (Quiroga, 2014; 25).

Finalmente, desde 2008 se ha destacado la importancia de ayudar a quien lo necesita, sin

embargo, la relevancia del desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente ha

venido incrementando con el paso del tiempo. Las directivas caracterizan a sus estudiantes como agentes de la nueva civilización, ya que serán los líderes que van a

iniciar o contribuir al cambio social en Colombia, mediante el compromiso de ayudar a las

personas en su crecimiento espiritual, realizando una transformación, no solo a nivel personal, sino a nivel comunitario, procurando tender la mano a muchas almas (225 años

educando en un mundo en plural, 2008; 17). El siguiente cuadro representa a Santa

Juana de Lestonnac, mujer que inspira al cambio de la comunidad, donde su figura se ha

adecuado a esta “nueva civilización”, ya que según Sandra Ruiz, coordinadora de

Admisiones, su imagen se ha “actualizado” a la educación del ahora.

Page 29: LA UNIÓN ESPERANZADORA

28

No obstante, algunos estudiantes destacan que sí se les permitiera escoger entre más

voluntariados, si existiera más sentido de pertenencia por el país y la noción de que eso

es realmente por la persona, más no una simple donación, podrían ayudar más y

contribuir al cambio social. Así, se acepta la economía actual, pero se afirma que siempre

deben pensar diferente sin dejarse influenciar por valores consumistas. En mi opinión, al

buscar permanentemente el crecimiento individual para ayudar a los otros necesitados,

dándoles un apoyo netamente económico o material sin conocer, muchas veces, su

situación real, no contribuye a un cambio verdadero en las condiciones de desigualdad

actuales.

Contribución al país: Agentes del cambio para lograr la Colombia soñada

A partir de los problemas actuales de Colombia, derivados en su mayoría de la violencia y

el conflicto armado, se evidencia la necesidad de cambio, que según las directivas de La

Enseñanza, se debe presentar bajo la construcción en valores y la conciencia sobre las

necesidades del otro. Así, afirman que para lograr un mejor país, se debe formar bajo

valores como justicia, igualdad, honestidad, responsabilidad y solidaridad.

Imagen 5. Pintura Santa Juana de Lestonnac

Page 30: LA UNIÓN ESPERANZADORA

29

En La Enseñanza se caracteriza al país por antivalores, ya que está presente la “cultura

del facilismo, la ley del menor esfuerzo, del “primero yo” sin importar los otros,

arrastrándonos al abismo de la corrupción, la deshonestidad, la falta de legalidad, la

injusticia y la violencia” (Peña, 2010; 3). Dichos antivalores se catalogan como

consecuencia de la convivencia en medio del conflicto y la violencia, que han impedido

que el proyecto de ciudadanía avance para lograr la nación que “soñamos”.

En consecuencia, se propone que para lograr “la formación para la paz y la convivencia

en medio del conflicto y la violencia, se debe trabajar contracorriente” (ODN, 2007; 96).

La madre rectora afirmó en 2008 y reafirma en 2016, que las pequeñas y grandes

acciones son la clave para construir un mejor y más brillante futuro, sin dejarse detener

por los diferentes obstáculos ante la necesidad de cambios. Volviendo a recalcar el

modelo de vida de su fundadora, Santa Juana de Lestonnac, en el que su “constante

acción hizo que dejara huella en la historia” (Two women, one vision, 2008; 14).

En 2011 en El Tiempo, Friorillo (2010) destaca que “la transformación de la sociedad y el

desarrollo de sus individuos depende, esencialmente, de la educación”, ya que una buena

educación puede cambiar el mundo en un futuro. Una educación acertada puede

contribuir a que los niños y jóvenes se realicen como individuos útiles de su sociedad, a

través de una formación liberadora, donde se estimule a pensar por sí mismos, interpretar

el mundo y mejorarlo. Así, se recalca que el Gobierno Nacional debe “comprender las

dimensiones del acto educativo, los problemas sectoriales y su impacto en el desarrollo

integral” (Educadores y educación, 2010).

En 2014 se inicia a hablar sobre el estudio de cátedra de la paz, cuyo objetivo es que los

colombianos aprendan “todo lo que encierra una cultura para aprender a vivir en paz”

(Colombianos empezarán a estudiar la cátedra de la paz, 2014). A través de la enseñanza

de principios básicos sobre respeto de los derechos humanos, formas de componer

problemas amigablemente y el marco jurídico internacional para la reconciliación. Así, la

educación se considera como un instrumento fundamental para que en el posconflicto se

cierren las heridas de más de cincuenta años de violencia, mediante los “procesos de

atención a víctimas, desmovilización, reinserción y la reconciliación” (Conflicto incide en la

calidad y cobertura de la educación, 2014).

Page 31: LA UNIÓN ESPERANZADORA

30

En La Enseñanza la cátedra para la paz se formula a partir del texto Identidad

Cosmopolita Global (2016), escrito por la Compañía de María. En este se destaca la

importancia de la educación como dador de sentido de la vida, bajo los parámetros de

diversidad, inclusividad, solidaridad y justicia. Así, Cesar Gaviria-García coautor, afirma

que en el texto se propone un nuevo modo de tejer las relaciones para contribuir al

cambio, en el que el pensar y sentir confluyan realizando intercambios de lenguas, saberes y sentidos. Por tanto, la identidad debe consistir en no dejar apagar la llama de

nuestro talento, a partir de la espiritualidad, el sentido, los valores y la esperanza, dándole

su carácter como cosmopolita debido a la importancia de compartir, sin dejar las

tradiciones propias, y de entender lo global frente al yo desconectado, al yo vacío que

solo le interesa la posesión de objetos materiales.

La identidad cosmopolita se crea a partir de cuatro llaves, entendidas como hilos

conductores que tejen el proyecto. Cada llave se compone por dos valores que no se

pueden separar, ya que se considera como “bueno” si están unidas, mientras que, sí se

separan pierden sentido. La primera llave es la diversidad-inclusividad, la segunda es la

solidaridad-justicia (la justicia es el horizonte y la solidaridad el fin), la tercera es la utopía-

historicidad (relación pasado, presente y futuro), y la cuarta es la identidad-reflexividad

(constitución de la identidad desde proyectos reflexivos); a partir de estas cuatro llaves se

generan las bases de un “proyecto sólido y universal” en la Compañía de María, en donde

la “caridad cristiana” se presenta como una “virtud clave e ingrediente esencial en la

actualidad” (García-Rincón, 2016; 43).

Este discurso que destaca la importancia de la “globalización” se presenta en la institución

desde años atrás. En el 2014 se destaca la “búsqueda de experiencias científicas

formativas, amenas, globalizantes e incluyentes que nos lleven a soñar mundos posibles,

mundos por descubrir y desarrollar” (Calderón, 2014; 6), como se muestra en el siguiente

cartel:

Page 32: LA UNIÓN ESPERANZADORA

31

De esta forma, dentro de la institución se busca formar para el cambio a partir de los

valores religiosos, buscando la corriente que nos haga mejorar como seres humanos,

mediante el proceso “justo y doloroso hacia la luz cegadora del conocimiento real”

(Torres, 2009; 16). Tal como afirma un estudiante en 2008, cuando estoy a punto de dejar

el colegio, me doy cuenta que aprendí a ser persona. “Aprendí cómo relacionarme con los

demás, a ser responsable y honesta, aprendí a luchar por lo que más quiero y no

desesperar cuando algo no sale bien, a respetar a quienes me rodean y colaborar

(Colmenares, 2008; 23). Al igual que en 2012, “se va acercando el momento de sentarnos

a recordar y agradecer a nuestro país el lograr ver el lado positivo de cada situación, el

permitirnos disfrutar de la gran diversidad cultural y poder apreciar los paisajes más

espléndidos” (Hurtado, 2012; 21)

Algunos estudiantes de grado undécimo (2016), me contaban que al realizar acciones

catalogadas como “no religiosas” el colegio las rechazaba, categorizándolas como

dañinas para la sociedad, lo que genera una normatividad estricta y autoritaria, en la que

muchas veces se evitan e ignoran los problemas por el temor a perder el control de la

institución. Esto provoca, según estudiantes, que se pierda el sentido de pertenencia, no

Imagen 6. Carteles elaborados por los estudiantes

Page 33: LA UNIÓN ESPERANZADORA

32

solo hacía el colegio sino también al país, debido a que al encontrarse inmovilizados bajo

una reglamentación rigurosa sienten haber perdido el sentir como propio, los deseos de

contribuir y el respeto.

Al pedirle a los estudiantes que dibujaran la Colombia de hoy y la Colombia que se

imaginaban a futuro o “soñaban”, reconocieron los problemas que el colegio ha

catalogado como principales en Colombia, como la deshonestidad que lleva a la

corrupción, o como la inequidad que causa violencia. Sin embargo, para ellos el país se

reduce a la ciudad; tal vez por permanecer en ella han dejado a un lado otros lugares

más afectados por la violencia desde hace décadas, aquellos que hay que aprender a

percibir para poder ejecutar un cambio. Para ellos, tanto hoy como en un futuro, los

problemas se ligan a una ciudad en la que predomina la desigualdad, la corrupción y la

contaminación ambiental. Sin embargo, piensan como solución para lograr una Colombia

mejor, una educación con acceso para todos, la igualdad social y la implementación del

desarrollo sostenible.

Page 34: LA UNIÓN ESPERANZADORA

33

Por lo tanto se debe educar para el cambio: Las directivas afirman permitir que los

estudiantes actúen para su bienestar y el de quienes los rodean; mientras que algunos

estudiantes afirman que para ellos es imposible poder realizar algo diferente a seguir las

normas estipuladas por el colegio. Sin embargo, las problemáticas y soluciones a futuro

que plantean los estudiantes, se relacionan con los discursos de la institución, pero se

desligan de los valores religiosos que se les inculcan.

Significados y emociones: ritual como aprendizaje de confirmación

Los rituales son considerados como eventos que caracterizan a un grupo específico.

Según Rappaport (1979), son un elemento de regulación que permite el equilibrio en la

sociedad y la traducción de un sistema a otro. Esto, a partir de las relaciones entre los

componentes que lo caracterizan y los diferentes mecanismos de regulación que difieren

en cada cultura. Los rituales son catalogados como formas de control y ajuste al grupo

social, ya que poseen un papel de mediación e, incluso, de restauración en los conflictos

Imagen 7. Dibujos estudiantes de grado undécimo, Colombia ahora vs Colombia soñada

Page 35: LA UNIÓN ESPERANZADORA

34

internos de la misma. Gluckman (1965) destaca que las ceremonias rituales son

consecuencia de la organización y el control, presentando, la mayoría de veces, la

relación con las actividades económicas y las relaciones internas de la sociedad. En el

colegio La Enseñanza los rituales se conciben por sus directivas como parte fundamental

de la formación de sus estudiantes, ya que permiten la interacción directa entre

profesores y alumnos.

Los rituales cumplen un papel de equilibrio social, en el cual se posicionan las

instituciones y los comportamientos de los individuos, debido a que dentro de estos se

introducen creencias míticas con un fuerte elemento moral, que contribuyen a regular las

relaciones entre los miembros del grupo (Gluckman, 1965). En consecuencia, según

Gluckman, los rituales garantizan la autoridad, estabilidad y continuidad de la sociedad,

generando una regularidad en las normas establecidas. Así, el sistema político se refleja

en la forma mística de la comunidad, a través de la cual se interconectan los derechos,

deberes y sentimientos que los caracterizan, donde el conjunto múltiple del simbolismo

representa los efectos y ambivalencia de los personajes en la vida social. Por tanto, las

creencias en los agentes místicos y los rituales relatan sus disputas y desgracias,

mostrando los conflictos, tensiones y luchas inmersas en la organización social, economía

y política de la sociedad.

Turner (1980) define ritual como una conducta formal que ocurre en determinadas

ocasiones y se relaciona con creencias de seres o fuerzas místicas. Dentro de este, se

encuentra el símbolo, descrito por el autor como la unidad ritual más pequeña que

conserva propiedades específicas. De esta manera, los símbolos tipifican, representan o

recuerdan algo, mediante posesión de cualidades análogas o por asociación de hecho o

de pensamiento. Esto provoca la caracterización del símbolo mediante la práctica y la

evocación, en la que su significado no se puede tomar como una constante debido a su

carácter difuso y poco evidente. A su vez, de acuerdo a Turner (1980), la evocación

genera las tres propiedades del símbolo: la primera es la condensación de diversos

elementos, como la vinculación de diversas “cosas y acciones representadas en una sola

formación” (Turner, 1980; 30); la segunda es la unificación de significata dispares, en la

que se presentan interconexiones a partir de propiedades análogas, desde la asociación y

relación de un tema común; y la tercera es polarización de sentidos biológicos y

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35

sensoriales, donde las emociones y el tacto influyen en las relaciones debido a los valores

axiomáticos de continuidad. Por tanto, Turner afirma que el símbolo es la unidad básica

de análisis para entender los rituales.

Con respecto a lo anterior, Geertz (2010) destaca el vínculo entre ritual, tiempo y cultura,

debido a que mediante el significado de los símbolos se permite “habitar” en el mundo a

través de su interpretación, dado que las relaciones del individuo permiten la construcción

de significados; lo que categoriza el pensamiento como una actividad pública o social, en

la cual todas las estructuras se encuentran en los vínculos entre los individuos. En consecuencia, los símbolos sagrados sintetizan la visión del mundo y el ethos cultural

(costumbres y conductas), lo que provoca su diferenciación en cada grupo social. Así, la

costumbre y trato social son altamente ceremoniales y se basan en la noción de persona

como actor social, lo que les debe dar el carácter convincente en lo emocional, racional y

motivacional.

En La Enseñanza encontré muchas esculturas, cuadros y pancartas que representan los

símbolos característicos de la institución. Se evoca la figura de Santa Juana de Lestonnac, el patriotismo y la violencia existente en Colombia. Al preguntarle a algunos

estudiantes, e incluso a profesores, por el significado de estos monumentos, me dijeron

que desconocían su historia o que sólo conocían una muy pequeña parte de esta. Para

ellos estos símbolos se han convertido en parte del paisaje normal de su diario vivir, sin

darle el significado que buscaba evocar cada figura. No obstante, están ahí y aunque

muchos no conocieran su significado sabían que era una imagen representativa del

colegio. En la siguiente imagen se encuentra una paloma, elaborada con casquetes de

balas caídas en una toma guerrillera en Cambao que se presenta como símbolo de

esperanza y memoria, pero al no destacar lo que se dice que es la figura, el significado se

diluye en el olvido de muchos.

Page 37: LA UNIÓN ESPERANZADORA

36

De esta manera, los rituales se convierten en fijadores de las tradiciones, estableciendo

un vínculo con la memoria. Hughes-Freeland y Cain (1998) examinan la relación entre

ritual e identidad en el contexto de la globalización actual. Así, se considera que dentro de

la interacción, característica en los rituales, se debe tener en cuenta las perspectivas

individuales de los actores, tomando en cuenta su agencia dentro del ritual. Por tanto, las

autoras destacan que la identidad se construye entre los actores, a través de un fuerte

consenso en las comunidades, vinculándose con la localidad de los individuos que

participan en los ritos. Sin embargo, las autoras afirman que en la época contemporánea,

al producirse el fenómeno de la globalización, la identidad se re-imagina y la localidad se

convierte en transnacional, ocasionando la interconexión de las culturas y el abandono de

la creencia de las sociedades “auténticas”. En La Enseñanza, la madre rectora destaca

que los rituales se han transformado debido a la interdisciplinaridad que ahora presentan

y la interacción, opinión y participación de los estudiantes. Sin embargo, para los

estudiantes estos han permanecido igual, siendo considerados por algunos como

protocolo que, para ellos, carece de sentido.

La realización de rituales permite el fortalecimiento de las relaciones en un grupo social.

Kádar (2013) destaca las múltiples funciones de los rituales desde una perspectiva

relacional, ya que estos presentan un “valor de supervivencia” que permiten el

Imagen 8.Escultura paloma de paz

Page 38: LA UNIÓN ESPERANZADORA

37

establecimiento y fortalecimiento de las relaciones interpersonales e intergrupales. De

este modo, se consideran como facilitadores de la interacción y comunicación entre los

partícipes de los mismos. Algunos estudiantes de grado once afirman ser unidos como

promoción, pero no por las acciones del colegio sino por ellos mismos. Además, tal como

se destaca en la Revista del 2012 los “deportistas, entrenadores, profesores y padres de

familia se llevaron los recuerdos de haber compartido no sólo triunfos derrotas, lágrimas y

sonrisas, sino también toda la diversidad cultural que nos caracteriza e identifica como

colombianos y miembros de la Compañía de María” (Gómez, 2012; 11). La institución

busca generar cohesión con la Compañía de María, pero a la vez con el país, sin embargo para algunos estudiantes de grado once no hay un sentir patrio por Colombia.

Por otro lado, tal como afirma Schilderman (2007), el ritual representa las creencias y las

prácticas culturales, donde los artefactos representan un papel relevante. De esta

manera, se deben tener en cuenta las “cosas” y las “cosas que se hacen con las cosas”.

Para muchos de nosotros no es extraño ver una bandera de Colombia diariamente,

algunas veces se convierte en un objeto del paisaje, o incluso, decoración. Al llegar a La

Enseñanza, me encontré con una bandera puesta en todo el centro del parqueadero, que

buscaba evocar la importancia de ser colombiano, de contribuir al cambio en un país que

lo necesita. Dentro de la institución la bandera se considera como representación tanto

“multicultural” como del país y la compañía. Como se destaca en la revista de 2013, se

inician los actos protocolarios extendiéndose una “inmensa bandera de Colombia, seguida

del azul y blanco que nos representa, suenan las notas de nuestro himno y en una sola

voz cantamos lo que nos identifica como una gran familia” (Guecha, 2013; 14).

Por último, Ocampo (2007) afirma que los rituales en las escuelas se caracterizan como

un instrumento del Estado, en el que se dan pautas admitidas como naturales para

“superar la fragmentación y lograr la estabilidad política interna” (Ocampo, 2007; 49). Se

resalta la noción del Estado, controlado por la élite, en la que se cree necesaria la

unificación de tradiciones que pretenden identificar a un grupo, compartiendo emociones

del recuerdo y la memoria. Así, los rituales mediante “festejos, juegos y entretenimiento”

celebran las “fechas patrias” en las que se recuerda “su nacimiento, la independencia, el

triunfo en las batallas, etc.” (Ocampo, 2007; 51), exacerbando sus tradiciones por medio

del uso de sus símbolos, el himno nacional, la bandera, el escudo, la honra y el honor a

Page 39: LA UNIÓN ESPERANZADORA

38

los próceres de la patria, que buscan dar paso a connotaciones morales y materiales. No

obstante, una estudiante de grado once destacaba que es importante conocer la historia,

que en su colegio le enseñan a repetirla, pero no el valor de ser y estar en Colombia. Así,

el pasado se memoriza, se repite y, muy probablemente, se seguirá repitiendo

continuando los parámetros establecidos por las ideologías oficiales del Estado.

En los rituales de La Enseñanza, se condensan los tres aspectos mencionados

anteriormente: la diversidad y la inclusión, el desarrollo económico y la educación en

valores para formar agentes del cambio. Para las directivas estos son parte fundamental

en la formación de ciudadanos íntegros y capaces de ser líderes, pero para los

estudiantes, estos se caracterizan como simples protocolos de los que podrían prescindir.

Conclusión: experiencias y recuerdos

La formación en el colegio La Enseñanza se basa en los valores cristianos, de los que se

deriva la formación de líderes sociales, personas que acepten la diversidad y se

caractericen por ser “inclusivos”, capaces de contribuir al cambio de una sociedad

marcada por el conflicto al ayudar a todo aquel que lo necesite. Sin embargo, para

algunos estudiantes de grado once, la religión, catalogada como el eje central de su

educación, implica normas, autoritarismo y, por tanto, la imposibilidad de actuar.

Así, desde 2008, el discurso sobre Nación ha girado en torno a la necesidad de cambio en

el país. Según Lobo (2009), este discurso permite dar sentido al contexto marcado por la

división y el enfrentamiento, considerándolo como “una respuesta a los trastornos sociales

y nuevas condiciones ocasionadas por la emergencia y el arraigamiento del capitalismo y

el industrialismo” (Lobo, 2009; 22). Tal como se recalca en el Plan de Desarrollo

Educativo (Ministerio de Educación Nacional, 2008), del que parte el trabajo, se busca

desarrollar un conjunto de estrategias y acciones como respuesta a las necesidades de la

educación colombiana (ampliación de cobertura, mejoramiento de la calidad, pertinencia y

eficiencia en la prestación del servicio educativo) que permitan la construcción de paz. De

igual manera, a principios de 2016 el Ministerio de Educación presentó el Plan Decenal de

Educación, en el que se plantean temas semejantes a lo que se proponía en 2008; en

este año se presentan cuatro pilares básicos: mejora en la formación docente, el uso de

Page 40: LA UNIÓN ESPERANZADORA

39

textos escolares de calidad, la participación de los padres de familia y la implementación

de las tecnologías de la información en el sistema educativo.

En la educación se presentan diferentes intereses políticos, entre los que se destaca la

necesidad de cuidar el medio ambiente, aumentar el desarrollo económico, eliminar las

altas brechas de la desigualdad y poder aceptar a aquellos considerados como “otros”

diferentes. En La Enseñanza, estas nociones se evidencian bajo la formación de agentes

del cambio, capaces de contribuir a una sociedad convulsionada por el consumismo, la

tecnología y la carencia de valores.

Finalmente, la Nación se entiende como una forma de intervenir o dirigir el accionar

social, el hacer o el pensar de las personas; en este se impone un tipo específico de ser y

una idea de lo que se asimila o internaliza entre nosotros, elaborando conceptos como

representaciones de la “realidad” (Lobo, 2009). En el caso de La Enseñanza estas ideas

sobre lo que debe ser se presentan bajo las nociones de inclusión, desarrollo sostenible y

ayuda al necesitado, mostrándose en algunos casos como contradictorios con la tradición

cristiano católica que caracteriza la institución. Así, el pasado se cataloga como

necesario, y a veces como ejemplo, pidiendo que miremos el pasado lejano como

referencia para mejorar nuestra situación actual, olvidando que de este mismo se derivan

los problemas que nos atañen y atormentan hoy. Sin embargo, entre héroes mitificados y

transformados, como Santa Juana de Lestonnac, buscamos un patriotismo que nos ayude

a superar la fragmentación y desigualdad interna, continuamos buscando la unión

esperanzadora.

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