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La URSS en la Guerra Civil Española: Causas, consecuencias y matices de la acción soviética en una España dividida 2014 Tibalt Alberdi e Iker Zubizarreta UPV/EHU 15/05/2014

La URSS en La Guerra Civil Española

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  • La URSS en la Guerra Civil Espaola:

    Causas, consecuencias y matices de la accin sovitica en una Espaa dividida

    2014

    Tibalt Alberdi e Iker Zubizarreta UPV/EHU

    15/05/2014

  • ~ 1 ~

    INTRODUCCIN

    A lo largo de lo que el ya fallecido Eric Hobsbawm llam corto siglo XX

    las guerras, tanto civiles como internacionales, fueron sucesivas y, estuvieron

    muchas veces, interrelacionadas. Al igual que sucedi con gran parte de los

    acontecimientos que tuvieron lugar en la dcada de 1930, los hechos que

    sucedieron al levantamiento militar del 18 de julio de 1936 resonaron en gran

    parte del mundo, pero, como bien puede ser presumible, no fue homognea la

    reaccin que ante esto llegaron a tener los distintos pases que, de alguna

    manera, estaban interesados en el futuro poltico de Espaa. Dicho lo cual,

    convendra, a modo de introduccin, exponer brevemente en estas lneas

    cuales eran las causas por las cuales distintos pases y grupos voluntarios

    decidieron tomar parte en la contienda militar.

    En un contexto internacional en el cual las tensiones entre distintos

    pases eran ms que palpables y en el que las ideologas con sus lderes

    conseguan mover inmensas cantidades de gente, una guerra como la Civil

    Espaola era como un canto de sirena para aquellos que estaban dispuestos a

    dejar su vida por luchar por lo que sentan que era justo. De esta manera, gran

    cantidad de voluntarios de diferentes pases pusieron rumbo a la Pennsula

    Ibrica para combatir.

    En el caso de las naciones que tomaron parte en la Guerra Civil

    Espaola, los ms remarcables debido a la intensidad con la que tomaron parte

    fueron Alemania, Italia y la URSS1. Los dos primeros dirigieron sus ayudas

    haca el bando sublevado que, a fin de cuentas, tena una ideologa similar y

    podra suponer un factor determinante en una posible contienda militar europea

    contra Francia (que quedara rodeado por pases de corte fascista) e Inglaterra

    (que tendra a su aliado principal en graves problemas); mientras que los

    soviticos, por su lado, como trataremos de analizar en este trabajo, tuvieron

    como objetivo la defensa del gobierno republicano por causas que este trabajo

    pretende exponer.

    1 Naciones que en un principio firmaron el Pacto de No-Intervencin que Francia e Inglaterra

    haban impulsado.

  • ~ 2 ~

    En resumen, el objetivo principal de este trabajo ser intentar dar una

    imagen precisa de porqu decidi Isif Stalin participar en favor de la Republica

    cuando al principio firmaron el Pacto de No-Intervencin, en qu consisti esta

    ayuda y como lo llevaron a cabo y, por ltimo, analizar otros aspectos de la

    presencia sovitica en Espaa en esos aos, como por ejemplo, la influencia

    del NKVD en el devenir de los acontecimientos. En el caso de este ltimo, se le

    dar una atencin especial por la influencia que tuvo en acontecimientos no

    relacionados con la guerra en s. Dicho esto, la cantidad de agentes del NKVD

    desplegados, cada uno con ms de un pseudnimo, complica bastante el

    anlisis de la organizacin, y dificulta establecer conexiones correctas entre

    diferentes hechos y sujetos.

  • ~ 3 ~

    En la antesala del inicio de la ayuda

    Antes del comienzo de las hostilidades en Espaa, en los aos 30, la

    Unin Sovitica ejerca un tipo de poltica exterior caracterizado por la creacin

    de un bloque antifascista internacional proletaria potente basado en el VII

    Congreso de la Internacional Comunista. Junto con esto, la prevencin de la

    guerra resultaba de gran importancia para los lderes soviticos. Estos intentos

    de prevenir guerras, de todas formas, resultaban contradictorias con las ayudas

    que proporcionaba a revoluciones de distintos pases tanto militar, como

    moralmente2.

    De esta forma, aunque no fuera en ayuda de un alzamiento

    revolucionario, sino en defensa de un gobierno legtimo, bajo esta misma

    lgica, distintos pases capitalistas vieron en la ayuda sovitica a la Repblica

    espaola un intento de instaurar un comunismo sovitico en Espaa.

    Al principio, en la comunidad internacional, en general, no se crea que

    la URSS rompera el Pacto de No-Intervencin que firmaron en Londres la

    mayora de las naciones europeas (entre las cuales se incluan la Italia de

    Mussolini, la Alemania de Hitler y la Portugal de Salazar). El Pacto de No-

    Intervencin y el Comit para la No-Intervencin (este ltimo, con el objetivo

    de controlar que ningn pas firmante del otro lo incumpliera) fueron

    impulsadas en conjunto por Francia y Gran Bretaa con el propsito de evitar

    que las acciones blicas se propagaran por el resto de Europa3.

    De todas formas, el Pacto nunca lleg a ser ms que una pantomima, ya

    que, desde los primeros das de la guerra Alemania e Italia estaban ayudando

    al bando sublevado con material blico y unidades militares. Junto a esto, la

    labor del Comit se vio continuamente entorpecida por las delegaciones de

    2 RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 29-30

    3 KOWALSKY, Daniel La Unin Sovitica y la Guerra Civil Espaola: Una revisin crtica

    Crtica, Barcelona, 2003, pg. 26

  • ~ 4 ~

    Alemania, Italia y Portugal y, junto a estos, los lderes gobernantes del Reino

    Unido y Francia, que hicieron poca (o ninguna) cosa para frenar a estos tres

    pases.

    El hecho incuestionable de que Alemania e Italia estaban ayudando al

    ejrcito de Franco y, por tanto, el Pacto de No-Intervencin estaba siendo

    violado empuj a la Unin Sovitica a tomar cartas en el asunto. As, primero el

    7 de octubre de 1936 y despus el da 23 del mismo mes, la Unin sovitica

    declar que se consideraba liberada de los compromisos y de que no se

    consideraba obligado por el acuerdo firmado, aunque no vio la necesidad de

    abandonar el Comit.

    El embajador sovitico en Londres, Ivn Maiski, expuso esa nueva poltica ante el

    Comit de No-Intervencin el 23 de octubre de 1936. Su declaracin pblica, tras

    afirmar que el sabotaje nazi-fascista y la falta de medidas de control haba desvirtuado

    el Acuerdo y exigan la restitucin al gobierno espaol de su derecho a comprar

    armas.4

    De esta manera, la URSS comenz a planear el suministro de

    material a la Espaa republicana. Esto, sin embargo, fue ocultado tanto a la

    ciudadana sovitica, como al mundo, en general (aunque, result a ser un

    secreto a voces5).

    En esta guerra, a priori, igualada, desde el principio fue evidente que la

    ayuda internacional supondra un factor decisivo en el desarrollo de la guerra.

    En el caso del bando sublevado, durante la guerra Alemania e Italia

    transportaron en torno a 18.000 y 80.000 soldados y oficiales, respectivamente.

    La ayuda sovitica result, por su lado, de suma importancia para la Repblica,

    hasta el punto de que sin ella, estaban abocados a una derrota rpida. De

    hecho, el bloqueo al que fue sometido el bando republicano por casi todos los

    pases caus, junto al hecho de que el ejrcito sublevado estaba recibiendo

    4 MORADIELLOS GARCA, E., Un Tringulo vital para la Repblica: Gran Bretaa, Francia y

    la Unin Sovitica ante la Guerra Civil espaola Amnis: Revue de Civilisation Contemporaine

    de l'Universit de Bretagne Occidentale, N. 1, (2001), pag.11

    5 La prensa internacional ya estaba al corriente de esto desde el mismo comienzo de la ayuda,

    e informaba de ello mediante sus publicaciones.

  • ~ 5 ~

    ayuda, no solo de Alemania e Italia (como antes ya hemos comentado), sino

    por parte de Portugal y de parte de empresas estadounidenses tambin6.

    La URSS entra en escena en Espaa

    La Repblica tuvo en la Unin Sovitica la posibilidad de adquirir

    elementos imprescindibles en poca de guerra, tales como combustible, las

    materias primas, maquinaria, vveres y otros muchos productos. Junto con

    esto, se inici por toda la Unin Sovitica un movimiento en apoyo de los

    republicanos. Mediante sindicatos, se logr recaudar una gran cantidad de

    alimentos, ropas y fondos, las cuales fueron transportadas con los primeros

    buques mercantes. Aparte de estas muestras de apoyo, famosas son las

    adopciones de nios refugiados realizadas por ciudadanos soviticos, junto con

    los orfanatos y las escuelas que se crearon para estos nios que fueron

    evacuados de la Espaa republicana7.

    De todas formas, es necesario sealar que estas ayudas no llegaron a

    tener una importancia decisiva en la lucha contra la reaccin interna y externa.

    Era imprescindible una ayuda militar directa al bando republicano para

    contrarrestar la superioridad del ejrcito nacional, que estaba siendo ayudado

    activamente por Alemania, Italia y otros pases. El Gobierno republicano no

    estaba preparado para resolver por s mismo todos los problemas que tena,

    tanto de tipo militar como de infraestructura bsica. De hecho, la industria

    militar de la Republica se encontraba en una situacin penosa por falta de

    recursos y no avanzaba a la velocidad que la contienda militar le exiga; por

    ello, como consecuencia directa, la Repblica se encontr en una situacin en

    la cual le faltaba armamento.

    Aunque desde octubre de 1936 existiera una brigada formada por

    voluntarios extranjeros, tampoco se tenan los medios necesarios para

    6 Algunas empresas americanas (Texaco, Standard Oil, General Motors) proporcionaron una ayuda

    decisiva a los nacionales, movidas por el deseo de proteger las ya existentes inversiones y preservar el

    mercado espaol de las fuerzas anticapitalistas que obraban de lado de la Repblica.

    7 RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 45

  • ~ 6 ~

    armarlos. De esta forma, ante la imposibilidad de poder hacer frente a un

    ejrcito enemigo mucho ms fuerte por ayuda externa, la Repblica se vio

    obligada a pedir asistencia militar a la URSS (el nico pas potente con el que

    la Repblica poda contar), quien tras un periodo largo de reflexin decidi

    participar de manera directa en la guerra con el envo de asesores y

    especialistas militares, material de guerra, armas, municiones y otros

    elementos bsicos para una confrontacin militar. Todas las decisiones sobre

    la , trmino que utilizaron en forma de clave para la ayuda

    militar a la Repblica, se adoptaron en el Politbur del Comit Central del

    Partido Comunista, aunque a fin de cuentas, las decisiones finales siempre las

    tena Stalin. 8

    Bases de la

    Para finales de 1936 el Comisariado para la Defensa cre en su

    Direccin del Servicio de Inteligencia, el Departamento Especial X,

    departamento que se encargaba de la supervisin de toda la operacin.

    La tena como fin prestar ayuda tcnico-militar,

    supervisar la organizacin de las fuerzas armadas de la Repblica, controlar la

    participacin de voluntarios soviticos en acciones blicas y elaborar

    operaciones del Ejrcito Popular. De todas estas, la que mayor importancia

    tena era la ayuda tcnico-militar, es decir, el suministro de armamento de

    guerra, el ensamblaje y la reparacin de las mismas.

    En cuanto al armamento, la URSS envi al ejercito republicano cazas I-

    15 (Chatos), I-16 (Moscas), bombarderos SB (Katiuskas) y R-Z (Natachas),

    carros de combate T-26 y BT-5, blindados BA-3, Ba-6 y FAI y torpederas G-5,

    entre otros9. Junto a estos, se entregaron piezas de artillera y de armas

    anticuados, pero, a diferencia de lo que se suele decir, stos eran

    8 RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg.49-51

    9 Ibdem pg. 60

  • ~ 7 ~

    insignificantes en proporcin (menos del 10% en fusiles de infantera, por

    ejemplo).

    Mtodos de transporte

    Una de las cuestiones que mayor quebradero de cabeza supona para la

    direccin del Comisariado del Pueblo para la Defensa (NKO, por sus siglas en

    ruso) era el transporte de los cargamentos. La combinacin de grandes

    volmenes de carga con la enorme distancia que separaba geogrficamente

    los dos puntos resultaba en operaciones complejas que deban ser realizadas

    con sumo cuidado.

    Bajo la direccin del Departamento X los buques de carga eran

    camuflados con letreros falsos y los tripulantes de los barcos no estaban al

    tanto de la funcin del viaje hasta el mismo momento en que el barco zarpaba.

    Estos buques, a los que se llamaba igrek y a los cuales se les aada un

    nmero ordinal, tenan cada uno un plan especfico de ruta y los tripulantes

    tenan rdenes expresas de cmo actuar en cada caso.

    Al aproximarse a la zona de bloqueo, los buques apagaban sus luces, cambiaban de

    pabelln, nombre, color de pintura y documentacin de acompaamiento y deformaban

    sus siluetas

    Los arsenales del NKO reciban rdenes para despachar el armamento y material a

    direcciones que desconocan. Una vez realizada la carga, a cada tren se le asignaba

    un nmero de transporte militar y la trayectoria hasta el puerto de destino la regulaba el

    Departamento de Comunicaciones Militares desde Mosc. 10

    .

    En cada vapor se asignaba un grupo especial con operadores de radio y

    cifradores y un especialista en operaciones martimas que responda del xito

    de la misin (el ). La comunicacin por radio con todos los igreks era

    de 24 horas al da, as que para ello tuvieron que crear radiotransmisores de

    ondas cortas, que ayudaban a mejorar la comunicacin.

    10

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 62

  • ~ 8 ~

    Al principio la ruta que usaban los vapores era atravesando el mar

    Mediterrneo por el sur de Malta y de ah en direccin oeste hasta Cartagena.

    Pero cada vez se haca ms difcil el transporte por el Mediterrneo, debido al

    mayor control que empezaron a ejercer los enemigos en la mar y a que se

    intensificaran, a partir de septiembre de 1937, las actividades blicas en el mar

    por parte de los sublevados. Por ello, se tom la decisin de comenzar a enviar

    los cargamentos desde el norte de la URSS hasta Le Havre o Cherburgo, y de

    ah por tierra hasta suelo espaol atravesando Francia. En el transcurso del

    viaje por Francia, a menudo, el Gobierno francs retena los cargamentos, lo

    cual haca que el transporte de los mismos tuviera que hacerse con precaucin.

    Aparte de eso, para mayor problema, las diferencias de dimensiones entre los

    trenes franceses y los aviones soviticos hacan que estos fueran apropiados

    para cargar los aviones.

    Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937 se enviaron 17 barcos,

    llegando todos ellos a su destino. Por ello, se puede afirmar que el xito de

    estas misiones fue bastante general11. Entre octubre de del 36 y mayo del 37,

    se logr transportar a suelo republicano 289 aviones, 256 tanques, 60

    vehculos blindados, 4.188 ametralladoras pesadas y 4.150 ligeras, 210. 183

    fusiles, 1,5 millones de proyectiles y 532 millones de cartuchos. Cabe sealar,

    que en total, desde el inicio del envo de barcos hasta el final, llegaron 66

    igreks a puertos republicanos (52 entre 1936 y 1937, 13 en 1938 y uno en

    1939), aunque sobre esto existen discrepancias historiogrficas tanto en Rusia

    como en Espaa.

    Se debe tomar en cuenta, que el bloqueo de la costa no fue la nica

    causa de la reduccin de la ayuda militar. Junto con eso, la personalidad de

    Stalin tambin influyo en ello, ya que, tomando en cuenta que los suministros

    de material se realizaban en base a solicitudes realizadas por el Gobierno

    republicano, muchas veces stas fueron ignoradas por Stalin. Pero a todo esto

    hay que sumarle tambin el hecho de que el mando republicano tambin

    11

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 67

  • ~ 9 ~

    influyo en algunos casos a disminuir los suministros por, de alguna manera,

    intentar reducir la influencia de los soviticos en el Gobierno republicano.

    Especialistas soviticos entre las tropas republicanas

    Dentro de las necesidades del bando republicano estaba la de los

    especialistas militares que pudieran adiestrar en el manejo de los medios

    modernos de combate al personal espaol. Siendo, en este caso tambin, la

    URSS la nica nacin capaz de conceder tal asistencia, sta envi asesores

    militares junto con el material blico. Estos asesores, bajo las directrices del

    Departamento X, eran primero adiestrados sobre su plan de accin individual y

    enviados a Espaa por tierra o por mar. Ya en la Pennsula quedaban a cargo

    del consejero militar jefe por un periodo de entre 6 y 8 meses, siendo cada uno

    de ellos distribuido.

    Asesores e instructores soviticos trabajaron tambin en unidades de aviacin y en

    grupos blindados, en buques y en destacamentos guerrilleros, como asimismo, a modo

    de excepcin, en batallones y compaas de adiestramiento [] a menudo tuvieron que

    asumir directamente tareas organizativas y de combate, incluyendo el mando de

    tropas.12

    Guiados por los asesores se reorganizaron el Estado Mayor, crearon

    mecanismos de adiestramiento militar y aprobaron el reglamento del Consejo

    Superior de Guerra. Las lneas de trabajo de los asesores fueron dirigidas por

    el Gobierno sovitico y el Comisariado para la Defensa. Aunque en el momento

    inicial an no haba un reglamento bsico y los asesores se guiaban por

    telegramas desde Mosc.

    De todas maneras, no fueron pocas las dificultades que tuvieron los

    asesores en el desarrollo de sus trabajos. De hecho, la nula experiencia blica

    del Ejrcito Popular, sumado a la falta de unin en el mando supremo y a que

    12

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 79-80

  • ~ 10 ~

    los asesores tuvieron que hacer de mediadores en muchos casos entre

    disputas repercuti de manera muy negativa en la labor de estos especialistas.

    A todo esto, habra que sumarle el hecho de que solan recibir mensajes

    contradictorios muchas veces de parte de Mosc.13

    Se debe tener el contexto socio-poltico que en estos aos exista en la

    URSS para comprender de manera ms rotunda las circunstancias de la labor

    de estos agentes. Las purgas que mandaba realizar Stalin causaron una gran

    inestabilidad psicolgica en estos hombres, que, sumndolo al sentimiento de

    nostalgia que tenan por estar lejos de su patria y a que se encontraban en

    situacin irregular en un lugar que les causaba un choque cultural enorme,

    condujo a que estos asesores no fueran tan productivos como se supona. De

    hecho, la mayora de los asesores no siempre pudieron cumplir sus funciones

    plenamente. De todas formas, sera injusto decir que eludan sus

    responsabilidades. Lo cierto es que, por lo general, siempre fue su intencin

    buscar solucin a los problemas que surgan. No obstante, nunca fueron

    suficientes el nmero de asesores presentes en Espaa para que su necesidad

    quedara del todo cubierta.

    De los asesores militares enviados por la Unin Sovitica la Repblica

    consigui poder crear una aviacin, unidades acorazadas y mecanizadas y

    artillera antiarea. Pero en cuanto al adiestramiento, los problemas causados

    por la misma guerra, la falta de fondos y del personal cualificado para la

    enseanza caus la peticin del Gobierno republicano de organizar el

    adiestramiento desde la misma URSS, peticin que se acept, comenzando a

    instruir a personal espaol, por ejemplo, en Kirovabad, donde entre enero de

    1937 y abril de 1939 se entren a cerca de 500 pilotos para el Ejercito Popular.

    En total, en torno a 20.000 republicanos fueron adiestrados por parte de la

    URSS, de los cuales, unos 3.000 en la propia Unin Sovitica.14

    13

    Ibdem pg. 83-84

    14 RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 93-96

  • ~ 11 ~

    En total, la Unin Sovitica mando 772 pilotos, 351 tanquistas, 100

    artilleros, 77 marineros, 166 tcnicos de comunicacin, 141 ingenieros y

    tcnicos y 204 traductores.

    Los primeros pilotos llegaron ya para septiembre de 1936 a la zona de

    Madrid, que estaba siendo atacada por el ejrcito franquista. Con la ayuda de

    la fuerza area se logr defender la capital con mucha mayor eficacia, ya que,

    stos ayudaron a las fuerzas terrestres.

    En general, la actividad area de los bombarderos se orient en atacar a

    las tropas franquistas en vanguardia, destruir armamento enemigo, atacar

    aerdromos y centros de comunicacin enemigos. Junto a esto, al llegar

    nuevos aviones con nuevos pilotos, se formaban nuevos grupos de combate y

    cada tipo de avin tena unos objetivos principales. Los cazas, por ejemplo,

    tenan como objetivos principales derribar otros cazas tanto en el aire como en

    tierra, luchar contra enemigos terrestres, escoltar bombarderos y aviones de

    asalto, proteger importantes zonas y efectuar labores de reconocimiento.

    En total, como ya se ha comentado antes, 772 pilotos soviticos fueron

    enviados a luchar con el bando republicano entre 1936 y 1938, siendo el primer

    ao cuando ms amplia fue su participacin con 311 aviadores. Del total de

    aviones enviados hasta marzo de 1938, 331 se perdieron (de los cuales el 41%

    fue por causas accidentales).

    Otra de las ayudas otorgadas por la URSS fue la de los carros de

    combate. Antes de la guerra en Espaa solo haba dos regimientos de tanques,

    por ello tuvieron que pedir ayuda a la URSS en este aspecto tambin. El

    regimiento blindado internacional (compuesto por voluntarios extranjeros) tuvo

    que luchar en condiciones extremadamente adversas, muchas veces sin apoyo

    de infantera y otras veces en condiciones climticas u orogrficas

    tremendamente desfavorables. 15

    15

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 103-107

  • ~ 12 ~

    Las purgas estalinistas en el contexto de la Guerra Civil

    Tal y como hemos comentado anteriormente, estos aos fueron la poca

    en la que Stalin orden mayor cantidad de purgas a lo largo de su gobierno.

    Estas represalias a enemigos del pueblo (como ellos decan) estaban, en

    realidad, causadas por el miedo de Stalin a perder su posicin de poder

    absoluto y su deseo de afianzar an ms su dominio.

    La Guerra Civil Espaola y la participacin militar sovitica en ella tuvieron una

    relacin directa con las purgas que masacraron a los mandos y al personal poltico del

    ejrcito16

    Las represalias de los supuestos conspiradores se dieron al mismo

    tiempo en Espaa y en la URSS. En Espaa, se acusaba directamente a

    supuestos traidores de ser los causantes de los fracasos militares. Gran parte

    de los hroes soviticos fueron represaliados, acusados por Stalin de ser los

    causantes de la derrota del bando republicano.

    Los documentos manipulados sirvieron de pretexto para la persecucin judicial y el

    exterminio de los altos mandos que se destacaban por su pensamiento independiente y

    un espritu insumiso17

    Hasta la invasin de la URSS por parte del ejrcito alemn, en el verano

    de 1941, el terror prosigui y sus consecuencias se hicieron notar en el periodo

    inicial de la Gran Guerra Patria18. Por ejemplo, entre 1937 y 1938 el 25% de los

    oficiales y mandos del ejrcito (cerca de 40.000 personas) fueron purgados.

    16

    16

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid,

    2007, pg. 117

    17 Ibdem pg. 122

    18 Gran Guerra Patria era el trmino utilizado por los soviticos a la guerra contra la Alemania nazi

    durante la Segunda Guerra Mundial desde la invasin de la URSS por el ejrcito de Hitler hasta la

    rendicin de los alemanes el 2 de mayo de 1945. El trmino se bas en la Guerra Patria, que enfrent a

    la Rusia zarista contra el ejrcito de Napolen en 1812.

  • ~ 13 ~

    El pago por la ayuda

    La decisin de transportar el oro se tom en pleno asedio de Madrid por

    parte de Largo Caballero, el presidente del Gobierno republicano en ese

    momento y Juan Negrn, quien era Ministro de Hacienda entonces.

    Bajo un secretismo absoluto partieron cuatro barcos con un

    representante del Banco de Espaa en cada uno en un intervalo de 24 horas,

    siendo su ruta trazada con extremo cuidado. Los barcos atravesaban el

    Mediterrneo y el Mar Negro para atracar en el puerto de Odessa, desde donde

    transportaban en tren el oro hasta Mosc, donde quedaba depositado en el

    Comisariado del Pueblo para las Finanzas o NKF1920.

    La vinculacin entre la Repblica y la Unin Sovitica se estrech en el mes de

    octubre de 1936 con la controvertida decisin del gobierno republicano de depositar en

    Mosc tres cuartas partes de las reservas de oro del Banco de Espaa (cifradas en 635

    toneladas de oro fino), que haba sido movilizado desde el primer momento para

    atender a los gastos derivados de la compra de armas y suministros varios en el

    extranjero21

    Aparte del material que la URSS transport a Espaa, con ese oro

    tambin se pagaron armas y material de otros pases indicados por la Unin

    sovitica, sueldos, pensiones de familiares de cados, el adiestramiento de

    especialistas en la URSS, etc.

    Costes totales de la ayuda sovitica

    En total, el gasto que supuso para las finanzas del Gobierno republicano

    estuvo en torno a los 202 millones de dlares (aunque es necesario aadir que

    sobre este punto hay discrepancias historiogrficas).

    19

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 133-134

    20 Muchos de los que participaron en estas misiones (como, por ejemplo, Alexander Orlov) fueron

    perseguidos por Stalin.

    21 MORADIELLOS GARCA, E., Un Tringulo vital para la Repblica: Gran Bretaa, Francia y la Unin

    Sovitica ante la Guerra Civil espaola Amnis: Revue de Civilisation Contemporaine de l'Universit de

    Bretagne Occidentale, N. 1, (2001), pg. 13

  • ~ 14 ~

    Sobre los costes que deba sufragar la Repblica, tenemos como

    ejemplo el coste de la carga de un buque con los vveres de su tripulacin, de

    unos 10.000 rublos y 5.000 dlares. O los 25.000 rublos que reciban los

    especialistas en pagas y en pensiones de las familias de los militares soviticos

    cados en combate. Sobre los costes totales del adiestramiento de los

    espaoles en la URSS no se conocen cifras absolutas. Como ejemplo, la 20

    Escuela Militar de Pilotos de Kirovabad cost en su construccin y

    mantenimiento unos 4 millones de rublos.

    Cabe destacar que desde marzo de 1938 la se realiz

    a crdito. La URSS, primero, concedi un crdito a tres aos de 70 millones

    con una garanta oro al 50% que la Repblica cancel al concluir la guerra;

    pero en diciembre del mismo ao concedi un segundo crdito de 100 millones

    de dlares.

    Los servicios secretos soviticos en la guerra civil

    De todas las oficinas de servicios secretos que posea Stalin en Espaa

    solo tuvieron presencia cuatro, y cada oficina se ocupaba de diferentes

    materias. La que ms letal fue por implacabilidad en materia de asesinatos, fue

    sin duda la NKVD, el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos. Aparte de

    las principales funciones policiales, esta institucin tena departamentos

    dedicados al contraespionaje, y a la recopilacin de informacin en el

    extranjero (INO). Tras el inicio de las purgas estalinianas en la URSS, el NKVD

    funcion como polica poltica en el extranjero, utilizando sus agentes de

    operaciones especiales para eliminar a objetivos que se considerasen

    peligrosos. La presencia de agentes oficiales del NKVD en Espaa nunca fue

    superior a 10, segn Volodarsky.

    Al haber en Espaa una parte del Ejrcito Rojo, el servicio de

    inteligencia de los militares (RU o Razvedupr) tambin tuvo presencia en el

    conflicto civil. Su finalidad consista en recoger inteligencia militar y poltica.

    Desde su creacin tuvo gran competitividad con la NKVD, llegando a infiltrarse

    agentes de un bando en el otro.

  • ~ 15 ~

    La DGIMS era el Departamento dedicado a la Marina en el extranjero,

    por lo que no sola realizar labores de espionaje. Su presencia pas inadvertida

    comparado con los agentes de la NKVD.

    Por ltimo, la OMS (Departamento de Relaciones Internacionales) era el

    servicio de inteligencia de la Komintern, y tambin tuvo presencia en la Guerra

    Civil. Al final todos los grupos de inteligencia seguan las mismas rdenes, y

    aunque haba competencia entre ellos, eran los instrumentos de control de

    Stalin fuera y dentro de la URSS.

    La jerarqua del NKVD era complicada. El Centro, es decir, la oficina

    general, era donde se reciban instrucciones del politbur, y esta institucin

    mandaba las rdenes a los oficiales que deban cumplirlas. Estos oficiales, a su

    vez, controlaban a agentes que recopilaban informacin, espiaban o

    asesinaban, segn lo que se necesitase. El NKVD tena muchas subdivisiones

    en oficinas, que se dedicaban a una cosa en concreto. Los agentes de cada

    oficina manejaban tambin amplios operativos de informacin, por lo que la

    organizacin se extenda a sujetos que no tenan nada que ver con el NKVD,

    pero que servan de fuente de informacin sin saberlo. Estamos pues, frente a

    una organizacin que cumple ms de una funcin estratgica, y que tena

    presencia en la mayora de los pases importantes, aunque en ocasiones sus

    agentes no pasaban de un oficial acompaado por dos agentes.

    Objetivos de la NKVD en Espaa

    La divisin tras la muerte de Lenin en el camino a seguir en el socialismo y

    en la URSS, trajo la conocida dicotoma entre Stalin, que consigui alzarse en

    el poder mediante las posiciones de alto rango y seguidores que tena, y

    Trotsky, que tuvo que exiliarse en varios pases, antes de ser asesinado por

    agentes de los servicios secretos. Desde esta divisin, la persecucin de los

    seguidores de Trotsky por su supuesta traicin y el comienzo de las Grandes

    Purgas, trajeron el terror a las filas comunistas de la URSS. Pero los exiliados

    tambin tenan cosas que temer, pues los agentes de la NKVD estaban tras la

    pista de diferentes cabezas visibles del trotskismo internacional y disidentes

    soviticos.

  • ~ 16 ~

    En esta coyuntura, Espaa tambin fue testigo de otra guerra aparte de la

    de los nacionales y los republicanos, que fue la guerra entre trotskismo y

    estalinismo. Stalin transfiri su desconfianza a sus servicios de inteligencia,

    que cumplan las rdenes de los superiores a rajatabla. Se pidi desde el

    centro que se investigase cualquier elemento con posibilidad de ser trotskista, y

    si se recababan las suficientes "pruebas" (muchas veces inventadas) se abra

    un proceso judicial contra el acusado. Pero en ocasiones la "accin directa" era

    el nico juicio que reciban los "condenados", pues oficiales de rango (como

    Orlov) tenan el derecho de juzgar a quien se considerase oportuno, y dar su

    veredicto. Las operaciones eran efectuadas con sigilo y profesionalidad, por lo

    que nos es imposible revelar todas las acciones llevadas a cabo por el NKVD

    en Espaa. Adems, el mtodo de Orlov, que fue el organizador de la mayora

    de operaciones efectuadas en suelo espaol, pasaba por hacer escribir cartas

    sin fecha exacta al reo, en pos de confundir a los futuros investigadores del

    crimen22. Se utiliz pues, al NKVD y a sus vecinos (trmino que se empleaba

    para denominar a los enlaces, informadores etctera de los agentes soviticos)

    para recabar informacin sobre supuestas traiciones al ideal marxista

    (estalinista), y liquidarlos si se consideraban amenazas. Adems, en Espaa

    haba varios trotskistas exiliados, que tambin fueron vctimas de la maquinaria

    de los servicios soviticos, como Kurt Landau, conocido activista marxista

    austriaco.

    Pero los partidos trotskistas como el POUM estuvieron tambin en el

    punto de mira de la NKVD. Partido con gran implicacin trotskista, no era del

    agrado de Stalin y de los miembros superiores del NKVD, y por tanto estaba en

    los objetivos de la agencia desmontar el entramado poltico y hacer

    desaparecer a las cabezas visibles del movimiento, como sucedera con el

    asesinato de Andreu Nin, dirigente principal del POUM y convencido anti-

    estalinista. Las crticas de Nin hacia los grandes juicios aceleraron el proceso

    de persecucin a su formacin poltica. Los tejemanejes utilizados por Orlov y

    sus secuaces llegaron al nivel de implicar al POUM como colaborador de

    22

    VOLODARSKY, Boris El caso Orlov. Los servicios secretos soviticos en la Guerra Civil espaola

    Critica. Barcelona- p233

  • ~ 17 ~

    Franco, en pos de justificar las acciones que se llevaron a cabo contra la

    formacin23.

    Las Brigadas Internacionales tambin fueron exhaustivamente

    investigadas, pues al recopilar militantes de izquierdas de todo el mundo, era

    posible identificar a los factores trotskistas que lo componan y erradicarlos.

    Adems, los servicios secretos eran conscientes de que muchos de los

    desertores de la URSS por miedo a Stalin tambin estaban engrosando las

    lneas de las Brigadas Internacionales, por lo que el control de estos cuerpos

    fue significativo.

    Los actos de la nkvd

    Como ya hemos comentado, la persecucin de cualquier elemento trotskista

    fue la orden del da del NKVD tras 1937. Los perseguidos, alguna vez incluso

    agentes del mismo entramado, eran en ocasiones ejecutados, como veremos a

    continuacin. No relataremos cada caso en el que el NKVD estuvo implicado,

    pero si los ms importantes y que tuvieron un eco internacional.

    Hemos dicho que el POUM fue la organizacin que ms sufri su

    identidad trotskista, pues el partido fue disuelto y sus miembros detenido,

    juzgados y condenados por espionaje y traicin. El jefe del partido, Andreu Nin,

    fue detenido en junio de 1937, y tras quedar en manos de la NKVD, fue

    torturado y asesinado, tras no poder sacarle Orlov la firma que quera en la

    confesin. Nin haba hecho declaraciones muy crticas acerca de los juicios a

    los viejos bolcheviques como Zinoviev o Kamenev, por lo que enseguida se

    convirti en objetivo para el NKVD. Se sabe que este asesinato lo llevaron a

    cabo 6 agentes, Orlov, Grigulevich, Tacke, Nezhinsky y dos espaoles de los

    que solo se saben las iniciales L y AF24. No se sabe a ciencia cierta, aunque

    Volodarsky advierte de la existencia probable de documentos en los archivos

    de la KGB, si Stalin orden personalmente el asesinato de Nin, y si no es el

    23

    VOLODARSKY, Boris El caso Orlov. Los servicios secretos soviticos en la Guerra Civil espaola.

    Critica. Barcelona- p247

    24 Ibdem pg. 253

  • ~ 18 ~

    caso, es obvio que los agentes vean el trotskismo del POUM como una

    amenaza y decidieron acabar con ella. Los otros dirigentes del POUM

    detenidos en esta operacin, fueron juzgados en 1938, pero se prob el

    carcter antifascista de los juzgados y se evit la pena de muerte.

    La propaganda que hicieron los enlaces del NKVD y sus colaboradores

    del PCE contra el POUM clasificndolos como fascistas, traidores e

    informadores de Hitler y de Franco, cae en saco roto si tomamos en cuenta el

    veredicto del juicio de 1938. La nica conclusin lgica es otra vez que se

    quera eliminar a cualquier dirigente trotskista que supusiese una amenaza

    para la URSS.

    Kurt Landau, activista trotskista austriaco que junto a su esposa se mudo

    a Catalua en 1936, tambin fue vctima de las operaciones especiales.

    Ligado al POUM, haba publicado un panfleto que criticaba a la URSS y al

    estalinismo, por lo que fue incluido en la lista de los liternik, que era como se

    denominaban a los que estaban en la lista negra del NKVD. Al igual que otros

    muchos annimos, fue llevado a alguna de las prisiones que ostentaba el

    NKVD cerca de Madrid, y fue ejecutado por supuesta (en este caso manifiesta)

    implicacin trotskista.

    Erwin Wolf, antiguo secretario de Trotsky, desapareci en Espaa, y sus

    implicaciones con el "enemigo" eran suficiente prueba para que el NKVD

    arrancase su maquinaria contra l. A su vez, tambin desaparecieron durante

    el conflicto civil espaol, seguramente a manos de los agentes de Stalin, Mark

    Rein, hijo de un menchevique, o el antiguo general "blanco" que ahora era

    agente doble del NKVD, Nikolai Skoblin.

    Otro de los hechos que ya hemos podido comentar anteriormente y que

    se le atribuye a Orlov es el envi del oro espaol que Negrn acept poner en

    manos de los soviticos, para que los nacionales no lo consiguiesen. Orlov

    estuvo a cargo de custodiar el oro y embarcarlo en barcos camuflados que

    llegaron correctamente a puertos soviticos. Este oro era la mayor liquidez del

    que dispona la Republica, e hizo uso de l para comprar armas, tanques,

    aviones y municiones de las que no disponan. Orlov le advirti del peligro de

  • ~ 19 ~

    llevar desde Madrid a Cartagena tanto oro en manos de rusos, e idearon un

    plan donde se le dio a Orlov identificacin americana, como si esta fuese la

    verdadera meta del oro.

    Otra curiosa ancdota sobre el oro son las cajas registradas. Orlov, en

    su traslado cont 7.900 cajas, pero al llegar los tres barcos a Odessa haba 100

    cajas menos. Por tanto, esas 100 cajas de oro se extraviaron o fueron robados.

    La masacre de Paracuellos tambin estuvo orquestada por Orlov y sus

    secuaces, que dieron las instrucciones para eliminar a los prisioneros

    derechistas de las crceles de Madrid. Si al principio se deca que el culpable

    era Santiago Carrillo, Comisario del Pueblo para la Seguridad en aquel

    momento, se ha sabido que las rdenes vinieron de ms arriba, y que Carrillo

    fue solo participe de la infraestructura necesaria para el asesinato de ms de

    2500 inocentes. Si durante el ao 36 se dedicaron mayormente a la caza de

    fascistas, (hay que tener en cuenta que el genocida Queipo de Llano tambin

    estaba tomando represalias ideolgicas contra los izquierdistas en Andaluca y

    Extremadura), desde el inicio de las purgas estalinistas los objetivos a eliminar

    cambiaron a elementos desertores o como ya hemos dicho trotskistas.

    El terror de vuelta

    Tenemos que tener en cuenta, que mientras la Guerra Civil daba an

    mas que algunos coletazos, en la URSS haba empezado el proceso conocido

    como las Grandes Purgas de Stalin, que afectaron a millones de personas

    asesinadas, desplazadas o encarceladas (tema que, al igual que el transporte

    del oro, ya hemos analizado anteriormente). Las filas del propio Partido fueron

    las que ms sucumbieron al terror estalinista, pero especialmente los servicios

    secretos fueron de los que ms sufrieron esta persecucin. La mayora de los

    oficiales de las estaciones del NKVD europeas fueron llamados a Rusia, y la

    mayora fueron juzgados en calidad de trotskista o enemigos de la Patria. Por

    ejemplo, el editor e escritor del peridico Pravda, el famoso Koltsov, fue

    investigado y juzgado como trotskista, aunque este intentase por todos los

    medios defender su lealtad hacia Stalin, que firmaba de rojo todos los informes,

    falsos o verdaderos que le pasaban. El caso de Koltsov es claramente un caso

  • ~ 20 ~

    de incriminacin por parte del recin ascendido Beria y del NKVD a sujetos que

    trabajaron fuera de la URSS y que tuvieron relacin con mucha gente de

    diferentes ideologas. Volodardsky lo dice claro, "mientras se fabricaba el caso

    Koltsov"25. Se crearon diversas acusaciones basadas en informaciones

    errneas que el reo negaba por completo, hasta que bajo la presin de la

    tortura las admiti. Es un buen ejemplo de tantos casos que se dieron tras la

    Guerra Civil. Incluso el jefe de la NKVD desde la destitucin de Yagoda,

    Yezhov, que dirigi el terror personalmente, fue purgado e ignorado por Stalin,

    al que le envi una nota 26 pidiendo por favor un minuto de su tiempo para

    demostrar su inocencia, cosa que no sucedi. Fue fusilado el 4 de Febrero de

    1940. Pero el terror no se cea solo a oficiales de alto rango con

    responsabilidades, pues muchos de los agentes o cargos soviticos

    mencionados en el libro de Volodarsky, como el cnsul general Antonov-

    Ovseyenko fueron llamados a Mosc y eliminados, que fue requerido en

    Mosc en agosto y nunca regres27

    Vista la situacin en la que se encontraban, varios agentes planearon

    desertar, pero no era nada fcil desaparecer . Krivitsky, por ejemplo, tuvo

    problemas para entrar en EEUU tras su desercin como integrante del Estado

    Mayor, pues no planific que necesitara unos ingresos decentes para que le

    admitiesen, y segn Volodarsky se suicid en un hotel de Washington en 1940.

    Orlov plane mucho mejor su huida. Viendo que muchos de sus antiguos

    compaeros eran requeridos en Moscu y no volvan, y sabiendo que el conflicto

    espaol tena pocas opciones de caer de lado de la Republica, decidi

    marcharse a EEUU, donde podra comenzar una nueva vida. Al ser llamado a

    Amberes para reunirse con un oficial del NKVD, decidi que su vida corra

    peligro, y tras robar el dinero de la caja de la estacin espaola del NKVD, se

    dirigi a Francia con su familia, para despus por medio de un familiar acabar

    25

    VOLODARSKY, B Boris El caso Orlov. Los servicios secretos soviticos en la Guerra Civil

    espaola.Critica. Barcelona, pg. 329

    26 Ibdem pg. 335

    27 Ibdem pg. 233

  • ~ 21 ~

    viviendo en Canad. La mujer de Orlov, fusion todas las cuentas que tenan a

    su nombre los Orlov, con identidades diferentes, y adems sin saber francs,28

    lo que les permiti empezar una nueva vida con gran cantidad de dinero.

    Juntando el dinero robado del rezident y ms artculos que tenan los Orlov en

    sus manos, juntaron la friolera cantidad de 90.000 dlares de la poca.

    La carta de despedida que le envi a su jefe Nikolai Yezhov, fue una

    manera de cubrirse las espaldas, pues en ella amenazaba al jefe del NKVD de

    que si intentaba perseguirle o hacer dao a algn allegado suyo, revelara

    muchas operaciones realizadas por los servicios secretos soviticos. Esta carta

    fue filtrada tras la cada de la URSS, y Volodarsky nos da una nueva traduccin

    que ha podido mejorar debido a la lenta pero constante apertura de

    informacin, que en ocasiones se desclasifica. El problema es que, estas

    desclasificaciones nunca se hacen por completo, pues la carta de Orlov tiene

    varios borrados y tachones que seguramente sean referentes a acciones

    relacionadas con el secuestro y el asesinato.

    Para terminar con Orlov, hay que hablar de las distorsionadas versiones

    sobre el NKVD y las purgas estalinianas que dio tras publicar su libro "The

    secret History of Stalin crimes", en ocasiones para que su nombre no saliese en

    la de los culpables. Todo este embrollo de fuentes legitimas o no legtimas, ha

    dado pie, segn Volodarsky, a la libre interpretacin, normalmente errnea de

    la organizacin y funcin del NKVD/KGB, y ms concretamente en Espaa,

    donde Orlov intenta pasar desapercibido aunque su cargo fuese el de director

    del NKVD espaol.

    Consideraciones finales

    En relacin con la participacin militar de la URSS en la Guerra Civil que

    dividi la nacin espaola en dos bloques, es importante reflexionar sobre

    cules fueron las implicaciones futuras de esta ayuda.

    28

    VOLODARSKY, Boris El caso Orlov. Los servicios secretos soviticos en la Guerra Civil espaola.

    Critica. Barcelona-P 280

  • ~ 22 ~

    Tomando en cuenta que el mismo ao que finaliz la Guerra Civil

    Espaola, comenz la Segunda Guerra Mundial (contienda militar en la que,

    como bien es sabido, la Unin sovitica tuvo uno de los papeles protagonista)

    es interesante analizar en qu sentido la experiencia militar en Espaa ayud

    en otorgar experiencias blicas a los soldado soviticos.

    Lo cierto es que los soviticos, desde el mismo inicio eran conscientes

    de que la Guerra Civil Espaola sera valiosa en este aspecto. Como bien dice

    Yuri Rybalkin:

    El estudio y generalizacin de las experiencias de la guerra civil se atuvo

    aproximadamente al esquema siguiente: recopilar informacin, sistematizarla y

    analizarla, elaborar recomendaciones y propuestas, modificar reglamentos e

    instrucciones, poner a punto el material e introducir las nuevas experiencias en la

    prctica de la preparacin combativa de las tropas.29

    Esta experiencia militar se analiz en el Estado Mayor General, en las

    direcciones generales del NKO y en las academias y escuelas militares.

    Se podra calificar a esta contienda militar como la primera de su

    especie, la primera guerra en la cual el uso de la aviacin se vio con nuevos

    ojos y se empez a plantear nuevos tipos de aviones, desechando el viejo

    modelo biplano ms maniobrable y comenzando a construir aviones monoplano

    mucho ms rpidos.

    Por ltimo, en relacin con el tema de la guerra, podra decirse que la

    URSS lleg en el momento propicio para que la Repblica pudiera defenderse

    y conseguir algunas victorias, pero el Ejrcito Popular no supo aprovechar

    debidamente estas oportunidades y, al final, la victoria fue del lado del ejrcito

    franquista, lo que supuso el inicio de casi 40 aos de dictadura.

    Por otro lado, podra afirmarse que la persecucin del trotskismo

    internacional fue sin duda un elemento a tener en cuenta a la hora de la

    decisin de Stalin de ayudar a la causa republicana. No se puede afirmar que

    29

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007,

    pg. 148

  • ~ 23 ~

    solo lo hiciera por esta razn, pues el antifascismo y la defensa del Gobierno

    legtimo tambin estaran presentes a la hora de tomar la decisin de ayudar.

    La controversia sobre la Guerra y la participacin sovitica no tiene fin.

    Hoy en da, ciertos autores siguen acusando a la URSS del asesinato de unas

    6.000 personas en Paracuellos (cifra que la historiografa duda de que sea tan

    elevada).

    El "robo del oro" tampoco es una cuestin que deja indiferentes a estos

    autores, que ven como mximo culpable a los codiciosos rusos que se

    quedaron con el oro. Hoy en da sabemos que fue Negrn, Ministro de

    Hacienda en ese momento, quien decidi que sera ms seguro enviar el oro a

    Rusia, tras consultarlo con Largo Caballero. Este oro era la nica reserva

    econmica decente de la que disponan los republicanos para comprar las

    armas de las que escaseaban, por lo que no es extrao que lo usasen para

    resistir contra los sublevados. Los sublevados, al saber que el oro haba

    desaparecido, se lo tomaron como una ofensa grave a los intereses de Espaa,

    por lo que seguramente crearon la leyenda de que Rusia se qued el oro.

  • ~ 24 ~

    FUENTES CONSULTADAS:

    RYBALKIN, Yuri Stalin y Espaa: la ayuda militar sovitica a la

    Repblica Marcial Pons, Madrid, 2007

    KOWALSKY, Daniel La Unin Sovitica y la Guerra Civil Espaola: Una

    revisin crtica, Crtica, Barcelona, 2003

    MORADIELLOS GARCA, E., Un Tringulo vital para la Repblica: Gran

    Bretaa, Francia y la Unin Sovitica ante la Guerra Civil

    Espaola Amnis: Revue de Civilisation Contemporaine de l'Universit

    de Bretagne Occidentale, N. 1, (2001)

    VOLODARSKY, Boris El caso Orlov. Los servicios secretos soviticos

    en la Guerra Civil espaola Critica. Barcelona, 2013