16
La vanguardia desde el modernismo Al entrar en este tema no hemos de insistir con exceso en lo que a todas luces resulta obvio: las vanguardias históricas —por no hablar de las que les suceden— son un producto de la revolución romántica, a partir de la cual toma cuerno —dentro de un tiempo que «nos concierne» en el sen- tido intenso del verbo— lo que Apollinaire llamó «cette longue querelle de la tradition et de l’invention ¡de l’Ordre et de l’Aventure» 1~ En el cami- no, hito inexcusable, el simbolismo francés que anticipó casi todo lo que luego se proclamó como novedad. Las propuestas de la autonomía de la imagen poética, su independen- cia de los referentes externos, fundamentales en la vanguardia están en Mallarmé. Así por ejemplo, cuando afirma: «Je dis: une fleur! et, hors de l’oubli oú ma voix relégue aucun contour, en tant que quelque chose d’autre que les cauces sus, musicalment se léve, idée mame et suave, l’absente de tous bouquets» 2 anticipa la reivindicación de Vicente Huidobro: «El poeta crea fuera del mundo que existe el que debiera exis- tir. Yo tengo derecho a querer ver una flor que anda...» ~. El rechazo espe- cifico de la naturaleza como modelo a copiar por parte del chileno tiene antecedentes basados en graves consideraciones en Baudelaire, para quien la naturaleza, ensalzada por los ilustrados como «source et type de Cuillaume Apollinaire, «La jolie rousse», Calligrammes. Poémes de la paiv et de la guerre (1913-1916), Paris, Mercure de France, MCMXVIII, pág. 198. 2 Stéphan Mallarmé, «Avant-dire au Traité du verbe de René Ghil», Oeuvres complé- tes, Texte établi et annoté par Henri Mondor et O. Jean-Aubry, Paris, Bibliothéque de La Pléiade, Gallimard, 1961, pág. 857. V. Huidobro, «La poesías> (1921), Obras completas, Prólogo de Hugo Montes, Santiago, Andrés Bello, 1976, pág. 716. Anales de Literatura Hispanoamericana, n. 0 2611. Servicio de Publicaciones, UCM. Madrid, 1997

La vanguardia desde el modernismo · fue tachado de estar al servicio de «la oligarqufa hispanoamericana» “~ y «el fenómeno colonizador de los imperios» 15, sin mengua del

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

La vanguardiadesdeel modernismo

Al entraren estetemano hemosde insistir conexcesoen lo queatodaslucesresultaobvio: las vanguardiashistóricas—por no hablardelasque les suceden—sonun productode la revoluciónromántica,a partirdelacual tomacuerno—dentrode un tiempoque«nosconcierne»en el sen-tido intensodel verbo—lo queApollinaire llamó «cettelonguequerelledela tradition et de l’invention ¡de l’Ordre et de l’Aventure» 1~ En el cami-no, hito inexcusable,el simbolismofrancésqueanticipócasi todo lo queluego se proclamócomo novedad.

Laspropuestasde laautonomíade la imagenpoética,su independen-cia de los referentesexternos,fundamentalesen la vanguardiaestánenMallarmé.Así por ejemplo,cuandoafirma: «Jedis: une fleur! et,horsdel’oubli oú ma voix relégue aucun contour, en tant que quelquechosed’autre que les caucessus, musicalmentse léve, idée mameet suave,l’absente de tous bouquets»2 anticipa la reivindicación de VicenteHuidobro: «El poetacreafueradel mundoqueexisteel quedebieraexis-tir. Yo tengoderechoa quererver unaflor queanda...»~. El rechazoespe-cifico de la naturalezacomo modeloacopiarpor partedel chileno tieneantecedentesbasadosen graves consideracionesen Baudelaire, paraquien la naturaleza,ensalzadapor los ilustradoscomo «sourceettypede

CuillaumeApollinaire, «La jolie rousse»,Calligrammes.Poémesde la paiv etdelaguerre(1913-1916),Paris,Mercurede France,MCMXVIII, pág. 198.

2 StéphanMallarmé, «Avant-direau Traité du verbedeRenéGhil», Oeuvrescomplé-tes, Texteétabliet annotéparHenri Mondoret O. Jean-Aubry,Paris,Bibliothéquede LaPléiade,Gallimard, 1961, pág. 857.

V. Huidobro, «La poesías>(1921), Obras completas,Prólogo de Hugo Montes,Santiago,AndrésBello, 1976,pág. 716.

Analesde LiteraturaHispanoamericana,n.0 2611. Serviciode Publicaciones,UCM. Madrid, 1997

310 Luis Sáinzde Medrano

tout bienet de tout beaupossibles(...) n’enseignerien ou presquerien» ~,

excepto a sobrevivir y también a hacerdaño a nuestrossemejantes.Frenteal crimen,«originelmentnaturel»,la virtud «estart ¡ficielle» ~. La«superconciencia»huidobriana(«Manifiesto de manifiestos,1925) estáprefiguradaen la exaltaciónpor Baudelairede las «véritablesfétesducerveau,oú les sensplus attentifsperyoiventdessensationsplus retentis-santes»6, algo que se producepor la capacidadde la imaginación,exal-tadapor E. A. Poecomo «unefaculté quasi-divinequi per9oit tout d’a-bord, en dehors des méthodesphilosophiques,les rapports intimes etsecretsdes choses,les correspondenceset les analogies».De ahí que«l’enthousiasme»,excitacióndel alma independientede «la passionquiest l’ivresse du coeur» y es un productode la naturaleza,seael princi-pio de lapoesía.Si Huidobrolamentaba,en el «Prefacio»a Altazor, quela palabrahubierasido relegadaal bajomenesterde la cotidianacomu-nicaciónhumana,Baudelaireya estimabalocuraquemuchagentebusca-ra en la poesíaenseñanzay utilidad y no mero placer, y, volviendo aMallarmé,ésteprecisabaque«aucontraired’une fonctionde numérairefacile etrepresentatif,commele traited’abordla foule, le Dire, avanttoutréveetchante,retrouvechez le poéte,par necessitéconstitutived’un artconsacréaux fictions, sa virtualité» 8~ Cierto queen conjunto el moder-nismo absorberamás la parte del simbolismoqueconcierneal «senti-mientode pertenenciaa la naturaleza« por partedel yo poético,en fun-ción de búsquedade armonía,y ésta es «unade las dimensionesdelmodernismocontralas quereaccionaconlamáximavehemenciael van-guardismo»~, peroen todo casotal sentimientono dejade ser unacon-secuenciade aquellaliberaciónquepermiteal poetaimitarlaen sucapa-cidadcreativa,lo cual abreel caminoa las osadíasde la vanguardiapormucho que en el casohispánico los primeros vanguardistaintentaranmarcardiferenciasy reaccionesconrespectoa aquellegado.Piénseseenel casoparadigmáticode la «OdaaRubénDarío»del nicaragiienseJoséCoronel Urtechocon «acompañamientode papelde lija». Recuérdeseque aunqueHuiodobro pretendióhaber tomado su consignade queelpoetadebehacerflorecer la rosaen el poemade un viejo poetaaymará

CharlesBaudelaire,«Éloge do maquillage»,Lart romantique.Le peintrede la viemoderne.Genéve,Editions d’Art Albert Skira, 1945,pág. 98.

Ibid., pág. 99.<Ch. Baudelaire,«Expositionuniverselle,1855. BeauxArts, III. EugéneDelacroix»,

Curiositésesthétiques,Paris,Aubry, 1946, pág. 243.Ch. Baudelaire,«Notes nouvellessurEdgar Poe»,Edgar Poe. Sa vie, son oeuvre,

1857.Stéphane.Mallarmé,ob. cit., pág. 858.E. Schopf,Del vanguardismoa la anripoesía,Roma,Bulzoni, 1986, pág. 15.

La vanguardia desdeel modernismo 311

(«La creaciónpura», 1921) Juan JacoboBarjalíaadvirtió queel antece-denteno eraprobablementeotro queRubénDarío, quienel 7 de abril de1888 en la revistaLa libertad editorial de Santiagode Chile preconizóquela misióndel poetaes «hacerrosasartificialesquehuelanaprimavera.He ahí el misterio»l~. No olvidemostampocoanteel huidobriano(y pos-teriormenteborgeano)temadel espejo,queyaManuel GutiérrezNájera,alrechazarla obsecuenciaimitadora,afirmaba: «si el único principiodel artefuerala imitación (...) el artistamássublimeseríael espejo»it.

Darío está,así pues,insertoen el caminohacia la vanguardiahispá-nícapor su asimilaciónde las inmensaslicenciasaprendidasen el sim-bolismo. Le acompañanen esa situación particularmenteHerrera yReissig y Lugones.La posibilidadde construir un mundocon insólitascorrespondencias,la rupturade la ley clásicade las analogíassonpremi-sasy realizacionespermanentesen suobra,y seríaociosoejemplificar enestesentido.Ahorabien, coincidiendoplenamentecon Saúl Yurkievichen muchasde las razonesque da paraafirmar queel modernismoes«genitorde la vanguardia»,nos quedamospreferentementecon las queofrecerelacionadascon la emancipacióndel discursomodernistade lascadenasde la lógica: «Conlos modernistascomienzala identificacióndelo incognosciblecon lo inconsciente,de la originalidadcon la anormali-dad»i2• Tambiéncon las quemuestrana los modernistascomo abiertosal cosmopolitismoy a la contemporaneidad,perono compartimosla ideade queDarío (Darío,el poeta),hayasido deslumbradopor «el maquinis-mo, la modernolotríafuturista,la vida multitudinarioa,(...), eldeporte,elturismo»,aunquesípor»el spleen,la neurosis,(...), el dandismo,el poli-glotismo(y) el art nouveau» ~. Tal vezen el Cantoa laA¡gentina (1910,en libro, 1914), un poemade encargo,no lo olvidemos,porel queDaríofue tachadode estaral serviciode «la oligarqufahispanoamericana»“~ y«el fenómenocolonizadorde los imperios»15, sin menguadel amory laadmiraciónque,comociudadano,le suscitabael grandesarrollomaterialde la ciudad que tan generosamentele cobijó, mezcladacon legitimasinclinacioneshumanitaristas,su acercamientoa automóviles,steamers,

Ji. Barjalia Origendel vanguardismoen la poesíacastellana»,Caballo defuego,n.- 7, BuenosAires tilio 1951)

M. GutiérrezN lera «El arte y el materialismos>,Obras. Crítica, InvestigaciónyrecopilacióndeE K ~‘ apes,edicióny notasde ErnestoMejíaSánchez, México, UNAM1959.

i7~ Yurkievíeh A navásde la trama, Barcelona,Muchnik, 1984,pág. II.3 Ibid., pág. 12.

‘~ OctavioPaz,«El caracoly la sirena»,Cuadrivio, México,JoaquínMortiz, 1976, pág. 54.5 ÁngelRama,RubénDarío y el modernismo(rirc.unstanc.iasociocconómícasde un

arte amerwano),Caracas,UnivesidadCentralde Venezuela,1970,pág. 112.

312 Luis Sáinzde Medrano

chimeneas,docks, etc., pudo reflejar algún contagiofuturista, perodetodosmodosdejóbastantemarcadoen él el contrapesode lo queCarlosJulián Pérezha llamadoel «saberestético-mitológico»i6• En suma,nosparece indiscutibleque el Darío poeta,el que normalmenteno se veíapresionado,comoel Darío periodista,por la fuerzade lo cotidiano,teníaun conceptofundamentalmenteespiritual, artístico, de la modernidad,dentro de esadoblevertientequeen ella precisóCalinescui7~

Pero,por supuesto,no debehaberel menorinconvenienteen aceptarqueen la obra poéticade Darío cabeseñalarejemplosmáspuntualesdeaproximacionesa aquellasaportacionesquesingularizana las primerasvanguardias.Simplificando, junto a lo dicho sobre el Canto a laArgentina: la «Epístolaa la señorade Leopoldo Lugones»,(El cantoerrante), dondepululan los elementosde lo cotidiano(enfermedad,ago-bios económicosque motivan una reflexión sobre un banco real —elCredit Lyonais— y un hipotético automóvil), irónico cuestionamientodela apreciaciónde la realidadpor el mismo observador-emisor(la vesti-mentade las muchachasde Mallorca), descensoal lenguajemuy colo-quial («¡Qué Coppé!, ¿noes “verdá”?»), algo quesi no es vanguardiacontieneelementosfundamentalesparaella; el desenfadadoprosaísmode «Agencia»,del mismo libro, en el queel lenguajeperiodísticoelimina,desafiante,refractado, tenso, cualquierdesmayolírico («Ha parido unamonja... (¿endónde?...)!Barcelonaya no estábonal sino cuandolas bolsasona).En fin, no olvidemosesegrangolpe“ultrai’sta” delpoema«La torres»(El chorro deLafuente):«Sobrela parrilladelgranEscorial!asadel toro delzodiaco»,quedescoyuntala respetabilidaddeun acuñadosímbolo.

Ahorabien,¿quéopinabael hombreDarío,el insertoen «lascosasdetodos los días»—el que ejerció como sociólogo,como crítico, inclusocomo economista,dentro de su profusaactividadperiodística—sobrelairrupción de las vanguardiasen el mundoque le rodeaba?

Darío se radicóen Europa,con algunasescapadasa América, en losañosen que sigue teniendovigencia el impresionismo,incluyendosusvigorososantecedentesy repercusiones,se inicia el cubismo, se publicael manifiestofuturista, arrancael expresionismoalemán,y Apollinairepublica sus Meditations esthétiques,Los peintres cubistesy Alcooles(1913),por no citarsino algunosmomentosclave,post-simbolistas,en elnacimiento de las vanguardiashistóricas. En América aparecen elLunario sentimental (1909) de Lugones y los primeros textos deHuidobro, «Pasandoy pasando»y «Non serviam» (ambos en 1914).Nada de esto parecehaber merecidola especialatenciónde Darío. Es

1» A. Julián Péí-ez,LapoéticadeRubénDarío, Madrid, Orígenes,1992, pág. 55.~ Calinescu,Matei, Cinco carasdela modernidad,Madrid, Tecnos,1991.

La vanguardiadesdeel modernismo 313

más,por lo quea la pintura vanguardista,significativamente,respecta,contamoscon un articulo que testimoniaclaramentesu desdénpor lamisma. Se tratade «El burropintor», integradoen Todoal vuelo (1912)en el que se muestratremendamentecritico con los «innominablesymamarrachosindescriptibles»queexponentodoslos añosen e! Salón delos Independientes,y cuentala anédotadel éxito obtenidoantelos erudi-tos oficiales por el cuadropintadoinstintivamente,con su cola, por unburro, cuadro que resultó «de un ultraimpresionismode haceraullarperros de piedra»(el subrayadoes mio). Aunquesalve la presenciade«algunosinnovadoresde talento»iX~ «Antes—añade—habiaselanzadounmanifiestocomoel de los pintores,amigosdel poetaMarinetti» i9~ Estonos permite fecharel articulo no mucho despuésde febrero de 1911,cuandoapareceel «Manifestodei pittori futurístí».

El nicaraguensedejó en sus«Dilucidaciones,artículo paraLos lunesde El Imparcial, escritoen el inviernode 1906,enMallorca, dondetomócontactocon intelectualesde la isla comoGabriel Alomar, y quesirvióde prólogo a El canto errante (1907), uno de los textosmásreveladoresde su inquietud ante el rumor de las incipientes vanguardias.Prescindiendode las reflexiones sobresu propia misión, ya cumplida,Darío parececensurarpor unaparteel temora la novedadque ve entrelos tradicionalistas.Es aquídondeutiliza el términocreadopor suamigomallorquín,quienal publicaren 1905 el ensayo«El futurisme»,se anti-cipó en la denominaciónde unatendenciaqueuniversalizaríaMarinetti:«Hay un gran horror de futurismo, parausar la expresiónde este grancerebraly másgrandesentimentalquetienepor nombreGabrielAlomar,el cual serádescubiertocuandoasesinesu tranquilo vivir, o se tire a unimprobableVolga en unaRigano aspirada»20 (claraalusióna Ganivet,salvandola licencia del Volga por el Duma). Darío pareceapuntarse,ypuedehacerlocon todajusticia,al grupo de los abiertosal porvenir. Ladefensadel poetademiurgono es en esemomentounanovedaden él,perocabeunarazonablesospechade quesuafirmaciónde que«el poetatiene unavisión directaeintrospectivade la vida y unasupervisiónqueva másallá de lo queestásujetoa las leyesdel generalconocimiento»(pág. 697,el subrayadoesmío) sederive de unalecturainmediatade «El

‘< R. Darío, Obras completas,Madrid, Afrodisio Aguado, 1950, II pág. 554. En losucesivo,tascitas de obrasen prosade Darío,si no se indica Lo contrario,se haránporestaedición,con la meraindicaciónde tomoy páginaen el propio texto.

‘ Ibid. pág. 555.20 Citamos por la edición de Poesíascompletasde R. Darío preparadapor Méndez

Plancartey A. Oliver Belmás, Madrid, Aguilar, 1967,11, pág. 693. Lascitasde estepró-logo seanotaránapartir de aquíen el texto, con la sola indicaciónde página.

314 Luis SáinzdeMedrano

futurismo»de Aloman La anticipaciónde la ideade la«superconciencia»huidobrianaes,por otraparte,evidente,peroyahemosvistoqueantesseencontrabaen Baudelaire21.

Por otro lado, el receloante las primerasnovedadespostsimbolistasqueempezabana circular en Franciale lleva a un repliegueante «tantasflamantesteoríasy enseñanzasestéticas...»sobre las que añade:«Lasvendenal peso,adobadasde cienciafresca,de laquesedescomponemáspronto, paraaparecerrenovadaen los catálogosy escaparatespasadomañana»(pág. 698).Podemospensaren las novedadesy aunestridenciasofrecidas por poetas como Valéry Larbaud, Jules Romain, AndréSalomon,el primerClaudely, sobretodo,Apollinaire comoautorde poe-masescritosen los mástempranosañosdel siglo, algunosde los cualesse integraránen el mencionadoAlcooles; GustaveLe Rouge y tantosotros queforman esavanguardialiteraria «no histórica»queempezaráaserloa partir de sucatalizaciónen 1906en el cubismo,cuyoemblemaes«Las señoritasde Aviñon» de Picasso.

La defensade su propia obray de los principios sagradosde la poe-sía,incluyendosagacesobservacionessobreel signo lingiiístico, empa-rentadascuriosamenteconel pensamientode un SaussurequeDarío nopudo conocer,siguen desarrollándoseen esteensayoqueconcluyeconunacondenade las novedadesextrapirenaicasque «viene(n)a quitar, yno a dar», novedadesmuchasde las cuales «yacen entre polillas, enancianosinfolios españoles».Su consignaa losjóvenes«Juntosparaedi-ficar; solosparaorar»(pág. 700) resultaunaespeciede muro de conten-ción ya inútil ante las nuevascorrientesiconoclastas.

Darío segúndocumentaUndurraga,tuvo algún acercamientode lapoesíade Huidobro, sobrequien emitió el siguientejuicio en julio de1914: «Ustedprometeserun gran poetaperova por caminosmuy tor-tuosos»22• ¿Incluíaestavaloraciónel conocimientodel poema«Arte poé-tica», queHuidobroafirmahaberescritoen 1914 y pasaríaaEl espejodeagua, publicadoen BuenosAires en 1916 cuandoya Darío habíamuer-to? En todocasoquedaclaroqueel nicaraguenseno veíaconbuenosojoslas audaciasiniciales del creacionismo.Nadadice del Lunario sentimen-tal (1909), cuya significación como ~<madrugada»del ultraísmo, por

>‘ Sobreel uso de los prefijos «sur», «super»,«supra»,«extra»y otrosponderativosen la literaturafrancesa(Huysmans,Saint-PolRoux,Apollinaire y otros)puedeverseelestudiode Ana Gonzálezy U. de Cáceres,«Apollinaire o ‘I’ardentecavale’», Théleme,revistaespañolade estudiosfranceses,Madrid, Dptos. de Filología Francesay A. deAmigosde la Lenguafrancesa,1, 1980,págs. 5-17.

22 Cit. por Antonio de Undurragaen «Teoríadel creacionismo»,prólogoa VicenteHuidobro, Poesíay prosa, Madrid, Aguilar, 1967, pág. 77. Estejuicio aparecióen larevistaIdeales, Concepción.nY 78, 16-2-16.

La vanguardiadesdeel modernismo 315

seguir una idea de Borges,no destacaen su breve, aunqueentusiastaestampadel argentinopublicadaen Cabezas,ni en ningún otro momento.

En su muy difundido ensayosobre«El futurismo»(Letras,1911),escrito muy pocodespuésde haberaparecidoel manifiestode Marinettien Le Figaro de Parísen febrerode 1909,Darío comienzapor conside-rar «un buenpoeta»al italiano,y serefierea él comoalguienque«esungentil mozoy es mundano»(II, pág. 616), conalgunasotrasparticulari-zacionestambién positivas,que se transformanen condescendientesoirónicasapreciacionescuandollega el momentode examinarel conteni-do del manifiesto. La primeraobjeción es que«el Futurismoya estabafundadopor el granmallorquínGabrielAlomar»,algo anticipado,comohemosvisto, en las «Dilucidaciones».¿ConocíaMarinetti —sepreguntaDarío— el folleto en catalánen queexpresasus pensaresde futuristaAlomar?»(pág. 617).

Si se nos permite un excurso sobre Alomar, recordaremosqueAntoni-Lluc Ferrerseñalaque lejos de serun precedenteo al menosunaversión local del futurismo de Marinetti, es «unaprédicapolítico-cultu-ral nodridad’ideesde la fi de segle»23 Ciertamenteuna lecturademora-da de estetexto nos lo muestracomo encaminadoen último términoa ladefensade un catalanismono chauvinistaabiertoal mañanaen el que«mésquela veneraciósupersticiosatributadaals paresquedormenen lestombesinsonores,eternalmentebuides,hemd’adorar, en personificacióinspiratriu i reconfortant, la munió incógnita deIs filís que vindran areprendrei eternitzarlanostraobra,eníláde les centuries,giratsa un líe-vant cadadia méslluminós i espléndid»24~

Alomar, republicanode corazón,cofundadorde dospartidosde esesigno quepretendíanserunatercerafuerzaentrela Lliga y los radica-les, gozó de granprestigioen los mediosintelectuales,como lo prue-ba el hecho de habersido homenajeadoen Madrid el 3 de abril de1913, por escritorescomo Benavente,Ortegay Gasset,Valle Inclán,Juan RamónJiménez,el músicoAmadeoVives y Azorin en unacenade la quedio cuentaesteúltimo al díasiguienteen el diario ABC25, trashaber sido reprobadoen unas oposicionesa profesor de Instituto.Diplomático al servicio de la República, acabó sus días en Egipto(1941) como exiliado, envueltoen la nostalgiade su isla natal dondehabíanacido en 1873.

23 Autoni LLuc-Eerrer, «Préleg» a Gabriel Alomar, El futurtsme í alrres assaígs,Barcelona,Edicions62,1970,pág. 13.

24 Gabriel Alomar,«El futurisme»,ob. cit., págs.55-56.~> Azorín, «Gabriel Alomar», en Valoresliterarios. Notasepilogales.Obras comple-

tas, Madrid,Aguilar, II, pág. 1163.

316 Luis Sáinzde Medrano

Refiriéndoseal libro de poemasde AlomarLa columnadefoc (1911),

JoanFusterdestacaen él un «cuidadosoesmerotécnico—versostalladoscon pulcritud—» e «inclinación a los temas humanísticos»,mientrasrecuerdaquesuprologistay amigo SantiagoRusiñolafirmabaquehabíaaprendidola mitología «comun cristiá la Doctrina»26~ Sin dudanadadeestosuenaavanguardia.

Ahorabien,enmodoalgunopuedendejarde señalarsealgunosaspec-tosde «El futurisme»quemuestranal mallorquíncomoun antecesor,enel plano teórico,de ciertaspropuestasvanguardistasquenos hacenpen-sarenseguidaen las relacionadasconel creacionismode Huidobro.Paraempezar,suposiciónante lanaturalezaes laquehemosanotadoantesenun cierto Baudelaire:«La história—dice-- ésunalluita sempiternade duesforces,de duesvoluntats:la naturai 1 ‘home»22, luchaqueha de sercoro-nadaconla victoria humanasobre«la granMare». La luchaempiezaenAdán (piénseseen el poemadel chileno)y, másaún,en Lucifer, «el pri-

mer proterve,qui ha al9atel non serviam»(pág. 22, cfr. pág. 48). A éstele seguiráPrometeo,el queosó traspasarla nieblaquecubre la moradade los dioses. De ahí nace la instigación a que el hombrecumpla sumisión de «crear, en fi, crear, assolintd’un vol la funció mateixade ladivinitat» (pág. 23. Los tresúltimos subrayadosson míos).Veamosaún:«Si trobem la paraulamágicad’evocació, la paraulaimpronunciadasecreta,aqueixespoderosesforcesquelluiten contranosaltresgiraranenfavor nostreles llurs energiesi faran el mónnou sobreles ruines bate-gantsdel velí» (pág. 25). Siguenataquesa la inerte tradicióny la exalta-ción de los poetascomo «elsgransposseits,els quedialoguenambelsdéus caraa cara i en reben les inspiracionsi les paraulesde profecia»(pág. 27), la esperanzapuestaen los promisoriostaumaturgosy adivina-dores,en el advenimiento«no del Déu fet homecom en la idealitzaciócristiana,sino l’home fet Déu» (pág. 39),el desideratumdel sueñoenten-dido en forma muy similar al “delirio poético” de Huidobro,porquetam-biénestáen Alomar el temade la “superconciencia”consideradaen fun-ción de un sentimentalismono quietistaqueprovocaen los elegidoscomoen un nuevoPentecostésla inclinaciónaser«hiperpsíquics»(pág.44).

A la hora de las referenciasconcretasal futurismo, éstequedadefi-nido como un esfuerzocomún y solidario hacia el mañana,«la visióprofética deIs temps nous» (pág. 28), privilegio de los especialmentedotadosy de quieneshansabidoluchar por su personalización:unosyotros «venenaconstituir els futuristes»(pág. 30). No falta unaalusión

26 JoanEustcr,Literatura catalanacontemporónea,Madrid, Editora Nacional, 1975,

pág. 67.27 ~<Elfuturismes>,cd. cit., pág. 21. Enadelanteseindica la páginaenel texto.

La vanguardiadesdeel modernismo 31?

—en estecasopremarinettiana—a«la ciénciaenfredoridaen els InstitutsAcademies»y a «lesmortesi ombrivolesbiblioteques»(pág.32), aunqueno sepreconicesudestrucciónsino su fecundaciónpor la Poesía,«quivaanimant¡‘obraenterade l’humanitat» (pág. 32). Todoesto,queconvergeen unapropuestasobrelaCataluñadel mañana,poseeasimismoun cter-to regusto,sin aventurarningunaconexión,al profetismoesperanzadorynoblementearbitristalanzadoporJoséEnriqueRodóen 1896 en suensa-yo «El quevendrá».

En línea parecidase encuentraotro ensayode Alomar «De poetisa-ció», publicadoen 1908 28• Tambiénaquíseexaltala funciónde la poe-sía,sucapacidadparaconvertiren bellezalo común; la magia,en fin, de«la Paraula,ambmajúscula,el Verb» (pág.94). Tambiénaquíhayantici-pacionesaHuidobro, como la referenciaa la distinción entreel «sentitespiritual sobre l’aparenya corrent del sentit literal» de las palabras(pág. 96). Otra vez el poseedorde la «facultatpersonalde poetització»(¿lasuperconciencia?)surgecomomagotranfiguradorde lapalabra,aunde aquellascomo“máquina”, «la máquinahorrible, deforme,monstruo-sa,productede laprosaicaciencia»(pág. 100).Igualmenteaquí,al fondo,Cataluña,«fi últim de les nostrespoetitzacions»(pág. 107).

Cuando Vicente Huidobro se enfrenta al tema del futurismo deMarinetti en Pasandoy Pasando(1914),demuestrasuconocimientodelensayode Gabriel Alomar, a quien llama «el admirablepoetay sagazpensador»29 Probablementelo leyó en la traducción castellanaqueMartínezSierra,segúnnosinformaFerrer(pág. 13) publicó en la revistamadrileñaRenacimientoen 1905,de dondeprocederíael texto quecitaliteralmente.De lo queno hay dudaes de queHuidobro tuvo muy encuentael comentariode RubénDarío,quecita y maneja.Así a lahoraderefutaral poetaitaliano,acude,mencionándolo,a uno de los argumentosofrecidos por el nicaragliensea propósitode la infravaloración de lamujer por Marinetti, pero no explicita la misma fuentedariana—que esevidente—cuandoafirma: «Todoeso de cantarla temeridad,el valor, laaudacia,el pasogimnástico,la bofetada,es demasiadoviejo. Lea sí no,el señorMarinetti,La Odisea y La ilíada, La Eneidao cualquierade lasOdasde Píndaroa los triunfadoresen los JuegosOlímpicosy encontraráallí todasugran novedad»(pág. 699),palabrasbastantecoincidentescon

‘~ «Dcpoetisació»,conferenciallegidaen t’Ateneu Barcelonésla vetíla del 14 d’oc-tubre de 1908, Barcelona,Antoni López, Llibreria Española.Citamos por el texto queapareceen A.LL. Ferrer,Elfuturisine i abresassaigs,dondela grafíaes «poetilzació».Indicacióndepáginaen el texto.

U’ Citamos por la edición de cd. AndresBetlo, 1976 (nota 3), pág. 695.TodaslascorrespondientesaHuidobroseharán,conindicacióndepáginaen el texto,porla misma.

318 Luis SáinzdeMediano

éstasotrasdel nicaragúenseen «Marinetti y el futurismo»: «Creo quemuchascosasde esasestánya en el mismoHomero,y quePíndaroes unexcelentepoetade los deportes»(pág. 618).

El chileno vuelve sobreAlomar paradestacar,ya en la última parte,su exaltacióndel “yo”, sunegaciónde todaescuela,su adivinación delhombre“futurista” en la esperanzade unahumanidadmejor, y ofrece,como hemosdicho,el texto en castellanode un pequeñofragmento.

AhorabienentendemosqueHuidobro se muestracomo reveladoramediasde una fuentequepudo tenerbastantepeso,a lahorade desarro-llar mástarde cierto aspectosde su teoríacreacionistaen manifiestosyconferenciascomo «Non serviam»(1914), «Prefacio»de Adán (1914),«La poesía»(1921), «La creaciónpura» (1921), «Manifiesto de mani-fiestos» (1925)...,del mismo modo quecita sólo a mediasa Rubén,aquienal parecer,comoyahemosrecordado,escamoteótrasel viejo poetaaimará~

Ampliando estadigresión,recordemosquetambiénHuidobro, en elmismo ensayoarriba citado, manifestó su admiración por ArmandoVasseur,uruguayo, quien antesque Alomar, inventó el “auguralismo”,que «noes otra cosaen el fondo que la teoría futurista» (pág. 26). Estehomenaje,que llega a la glorificación, tal vez no pretendíaa nuestroentendersino desviarla importanciade Marinetti, dequien,porotraparteHuiodobro deseabadistanciarsea toda costa. Vasseur, como señalaNelson Osorio, no fue sino «una de las voces disonantesdentro delmodernismocanónico»3i• SegúnEmilio Frugoni,prologuistaa Todosloscantos,«Vasseuraparecióy se internóen lagran corrientedel modernis-mo, pero con la entonaciónrománticade su alma lírica y de su vastoórganovocal,amenudoentonadoen la clavede la tragedia,consuclasi-cismo de coturno»32• Frecuentadorde los cenáculosmodernistasdeBuenosAires, en la épocabrillante de Darío y Lugones,Frugoni lo veemparentado,entre otros, con Almafuerte, Guerra Junqueiro, Mario

30 Sin queestoreduzcaen modo algunonuestraadmiraciónpor la indiscutiblealtísi-ma significaciónde Huidobro en la aperturade la vanguardiahispánica(junto a Gom&de la Serna),queremosreproduciresteoportunojuicio de Volodia Teitelboim,excelenteconocedordel«creacionista»,situadobajoel apanadoBebedorexcesivoen vasosajenos:«si alguien quisierahaceruna nómina de las influencias literarias en la fase inicial delpoeta(..), la encontraráen la lista de los autoresdemayorcirculaciónde esaépoca.Eljoven los saqueasin recato,a menudocon muy poco disimulo» (Huidobro. La níarchainfinita. Santiago,Bat, 1993, pág. 41).

3’ Nelson Osorio, «Sobre la recepción del manifiesto futurista de Marinetti enAméricalatina»,Revistade crítica literaria latinoamericana,añoVIII, ni’ 15, Lima, 1 erseniesire,1982. pág. 31

32 E. Frugoni,»Estarnpade un poetay su poesía»,enAlvaro Armando Vasseur,Todoslos cantos(1898-1912).Montevideo,BibliotecaArtigas, 1955, pág. XIII.

La vanguardia desdeel modernismo 319

Rapisardi,el poetarevolucionariosiciliano, y Carducci.Su afición a Poees perceptibleen el endeblepero enfáticopoema«Nuncamás»,uno delos que le representanen el ParnasoOriental, antologíade poetasuru-guayosrealizadapor RaúlMonteroBustamante(Montevideo,1905). Enel muy extensotitulado«Atlántida»,la venaprofética,en la que se reco-noce a Almafuerte pero teñida igualmente de victorhuguismo,delWhitman a quien tradujo, reminiscentede Nietzsche,le lanza por loscaminosde un futurismohumanitaristay ácrata,proyectadoen unanuevaArcadiaamericanay definidoen «rutilantescantosaugurales».Inevitablepensaren el Lugonesde Las montañasdel oro. También se descubreenotros poemasbrevesalgunainteresanteperoocasionalreminiscenciadellenguajede Herreray Reissig,al queconsiderósurival.

En fin, por ese camino iba el famoso «auguralismo»,del queHuidobro,muy ala ligera, afirmó en el ensayoquehemosvenidoconsi-derando,que«noesotra cosaen el fondoque la teoríafuturista».Y másaún: «En todos los cantosde Vasseurvibra el clarín futurista, en todosellosfulgura la llamade potencia,devigor y movimiento,tan gritadahoypor Marinetti» (pág. 698).

Cuandollegó lahora del futurismovanguardista,Vasseur,desdeSanSebastián,dondeejercíacomocónsul,dedicóun poemairritado al «poetamilanés,calvoy “fundadorde escuela”a los treintaaños»,pulverizandocoléricamentelas deshumanizadaspropuestasdel manifiesto futuristaparaconcluir con estareivindicaciónpatrimonialdel cuestionadonom-bre: «Un poetade lajovenAmérica,un contemporáneodelhombrede lasciudades,que ha creadoel Futurismo, en hechos,en cantos,en libros,antesquetu soñarasen histrionizarla palabra;!un innovador,ayersocial,hoy subjetivo, siemprerenovándose,sin dogmatizarsu verbo,ni momi-ficarseen escuelas,!desdela faldaoccidentalde los Pirineos,misericor-diosamente,¡te sonríe»! (...)» ~.

Sin dudatanto la irritación de Vasseur(cuyas interesantesanticipa-cionessurrealistas,por ejemplo,habríaquerevisar)como lade Alomar,contrael futurismode Marinetti partíande unacuestióncomún:no acep-tabanque alguien manejarael término futurista que, el primero pordeducciónpragmáticay el segundode un modo literal, considerabandesu invención. Vasseurse sintió másagraviadoy planteóla luchaen unterrenode valoresmoralesque a Marinetti no le interesabadebatir, lomismoque leshabíasucedidoa los modernistasen ciertaetapa,todavezquepropugnabaunarenovaciónde la imagendel mundopor mediode lapalabrapoética.En el casode Huidobroel rechazoal italiano veníadadoante todopor su deseode no serrelacionadoconnadie—exceptocon un

33 Todoslos cantos,cd. cit., pág. 259.

320 Luis S¿inzdeMedrano

clásico ya algo distantecomo Emerson,con su idealistadefensade lasubjetividad,y con el desconocidopoetaaimara.

Ya es tiempo de retomarel casode Darío. Es evidentequeparaelnicaragiienseeraduro aceptarquesu aventurapersonal,sumisión reno-vadoraen Américay en España,empezaraa versevulneradapor nuevaspropuestas.En elprólogoa El canto errante,pareceecharlaculpade losanunciadosquebrantosa al materialismoy desordenreinantes,«enunatierra cadadíamásvibrante de automóvilesy de bombas»;a quieneshancuestionadola pervivenciade «la forma poética» (pág. 692), creandodesazónentrelos jóvenes,a «los másabsurdospropósitos(que) se con-funden con generosascampañasde ideas» (pág. 692), a la «afligenteaudacia»(pág. 693) de muchos,a las presionesquecondicionana losjovenes. El valioso desplieguede su poética,que,nunca está de másinsistir en ello, iba a hacerposiblelanuevaetapaen el mundohispánico,eraunaadmirablereflexión sobreunarevolución fundamental—la suya—peroya culminada.Todo cuantoafirma Darío en esteprólogo,sobresupropioquehacer,esverdadero.Perodesdeestaposiciónde fortalezacon-quistadaconarrojo, no puedehacerel esfuerzode comprenderlo queyaestáen marcha,por muchoqueen el río revueltohayacosasdeleznablesquedesparecenpronto de los vertiginososcatálogos.Darío entonaunaemotivajustificación, lo repetimos,cuajadade noblesverdades,peronosoportaque, cuandoerairremisiblementelahorade ladestrucción,nadievengaaconstruir («Juntosparaedificar, solosparaorar»).Dicho esto,denadavale que afirme que «el verdaderoartista comprendetodas lasmanerasy halla la bellezabajo todaslas formas»(pág. 700), idea en laque reiteradamenteinsistióen susescritosen prosa.

Naturalmente,el comentadosobre~<Marinettiy el futurismo» es conse-cuentecon estaposición.Decir queyaAlomar habíacreadoel futurismo,esunaobjeciónmuy débil cuandonoblementese reconocequesi hayprioridaden la palabrano lahayen todala doctrina.La desarticulaciónde las propues-tas de Marinefti, va seguida,es cierto,de unaexaltaciónde la «maravillosajuventud»(pág. 622)y la comprensióny aplausode los excesosdel exaltadoautor del manifiesto,perohay algo de resignado,de patético,en todo ello,especialmenteal conducirel comentarioa una reflexión final melancólica-menteapocalíptica,en flagranteabandonode un análisisracionalista.

Si atendemosa otro ángulo del contactode Darío con la escurridizamateriavanguardistao prevanguardista,habríaqueconsiderarsu interésenLos raros (1896). y más allá, por el ensoñadorEdgar Alían Poe (II,pág.255) y por el Condede Lautréamont(pág. 435) ~, de quienestrazó

‘~ Si como mostró Publio Gorx¿álczRodas(«RubénDarío y el Conde de Lautréa-mont», RevistaIberoamericana,Pittsburg.abril-junio 1977, págs.375-389), cuando

La vanguardiadesdeel modernismo 321

soberbiassemblanzasconpasiónde «raro»,y a quienesrelacionó,recor-dandode pasoaRimbaud,comovisionariosde lo extranatural.Su interésporesosmundososcuros,unido asus propiosaprendizajesde esoterismoy ocultismo,desembocóEl mundode lossueños,libro póstumo(1917).

ComoseñalóAngel Rama,losartículosreunidosbajoestetitulo reve-lan la angustiaexistencialconquea partir de 1911 tratade examinarlossueñosnocturnosque le devoran:«buscaen ellos unaexplicacióna losgrandesinterrogantesmetafísicosquesiemprele inquietaron(particular-mentelaexistenciade Dios y la sobrevivenciadespuésde lamuerte)»~,

mientras«en los cuentosla nota biográficase acentúaa partir de «Lalarva»(de 1910) hasta«Mi tía Rosa»(de 1913)36.Doscasosextremosdealucinaciones,de lo ominosoa lo maravilloso.Estastendenciasdarianashacialo oníricoy lo esotéricosehallaninsertasen la atracciónporla lite-raturafantásticaque,sobretodoen el Rio de la Platay bajola influenciade Flammarion,Verne,Hoffmann,Poey otros, se produceen las últimasdécadasdel XIX, y se avivancon las nuevasinclinacionesocultistas.Nose confunden,ciertamente,con el surrealismoen cuantoen ellas no seplanteaunaconcepciónde la realidadcomocaos,dadoqueseexplicitaose deja subyacentela idea de que lo misteriosotiene unaexplicación,aunquepor el momentoseainalcanzable(Darío siempresoñóen que loirracional y lo racional se encontraríanalgunavez).No obstante,el avan-cehacialos infiernoso, eventualmente,los paraísosinterioresqueDaríotan intensamenterealiza debenconstaren su habercomo unaescrituraqueseunea lade losqueallanaronel caminohaciael surrealismohistó-rico. Por otro lado, hayciertamente,algunostextosdarianosquepor suespecificidadpodríansituarseya en pleno surrealismo.Por ejemploeste«Sueño de misterio», inadecuadamenteincluido en ei apanadode«Poemasen prosa»de unaedición española~ «Rarasmayólicas,miste-riosasporcelas,tapizanun fondode fotografía.Todo esoen un ambienteinverosímil. Un pavoreal blancopasa».—«Un mariscalcon trescolasyun abatequele mira de lejos».Reproducimospor subrevedadsólo estosdosfragmentos,perocabríaañadirtodoslos de estepequeñoapartado:el

escribiósu semblanzaliteraria,Darío no habíaleídoLos cantosde Maldoror, apesardemanifestarsecomoquiendio aconoceresaobraa Américaen Montevideo,aún habríaqueconcederleunaadicionalsensibilidad«presun’ealista»al recrearencendidamenteesetenebrosomundoconfragmentostomadosde lascitas deun artículode LeonBioy y conSu propiaimaginación.

3> A. Rama,«Sueños,espíritus,ideologíay arte.Del diálogomodernistaconEuropa»,introducción aR. Darío, El mundode los sueños,Universidadde PuertoRico, Editorialuniversitaria,1975,pág. 6.

36 [bid., pág. 8.~ R. Darío,Cuentosypoemasenprosa,Madrid,Aguilar, Crisol, 1957,págs.409-410.

322 Luis Sóinzde Medrano

del chambelánque,sinsorpresaporpartedel poeta,le anunciala llegadadel generalGrant; el del camino quecruza ciudadesde cartón, el delincendioen la misteriosaurbe a lo Peroneso~, el del lapidario infernalen la ciudadde cretao piedrapómezy el de ladominadapor la angustiade los holocaustosy amenazadapor algo incomprensible.

Anotemos también, en la misma dirección hacia el surrealismo,lainterpretaciónqueen El mundode los sueñoshaceDarío de dos dibujosde Grandville (JeanIgnace IsidoreGérardGarndville -1808-1847),unode ellostitulado «Crimeny expiación»,sin título el segundo(sereprodu-ce tambiénun comentariodel propioGrandville),paralos cualespropo-ne Darío la denominaciónde «Visionesy transformacionesnocturnas».En el primero, y en un ámbitoabominablementesombrío,alguien,cerca-do por la sangre,perseguidopor un ojo ardientequeseagrandacondes-mesura,mientrasmil ojos másle acechan,jinete de un inesperadoe inú-til caballo,trepadorde unacolumnaquesederrumba,arrojadoa un mardondeel ojo ejercecomo un pezde ferocesdientes,buscala salvaciónenunacruz queemergedel agua.La breveperointensapesadillatienealgode esbozodelpasajede lascloacasdel «Informesobreciegos»de Sábato.En el segundo,todoun cúmulode transformacionesse produceante unamujer: luz de luna-hongo-planta-paraguas-alas-murciélago-soplete-cora-zones-caballos-constelación...Pero no pretendemosagotarun tema,quefue abierto con entusiasmopor Juan Larrea al referirse a Darío en suCésarVallejo y el surrealismo~.

Paraconcluir: los modernistasno comprendieronlavanguardia,aunqueno sólo lahicieronposiblesinoquealgunosavanzaron,y no sóloenel casode Darío,haciaella. El ejemplomáscurioso,en Hispanoamérica,quizáseael de Lugones,cuyoLunario tieneun prólogofechadoenoctubrede 1909,muchosmesesdespuésdel manifiestofuturistaqueel autorno pudo dejarde conocer,pero que no menciona,mientra dedica esa introducciónadefenderlas excelenciasde la rima. Con todo, las audaciascontenidaseneselibro ledeberíanhaberhechomáspermeableal ultraísmo;por el contra-rio, fue uno de sus máspertinacescensores.Lo tachóde eliminadorde laemoción,de portadorde egoísmoy de infecundidad.«Amontonarimáge-nesinconexasenparrafitostropezadoscomola tos,y desdeluego,sinrima:he aquítodalapoesíay todoel arte...»sentencióen 192740, el mismoanoen quealudíasarcásticamente«al anzueloultraistade Simónel Bobito»41,

~> i Piranesi?

~‘ Madrid, Visor, 1976.~‘ Cit. porA. de Undurraga,ob. cit. pág. 128.~‘ L. Lugones,«Estampasporteñas»,«Poemassolariegos>tObras completas,prólo-

go de PedroManuelObligado, Madrid,Aguilar, 1959, pág. 857.

La vanguardiadesdeel modernismo 323

sarcasmoque reapareceen el poema«Brindis jovial» 42, dedicadoaMartínezEstradael 9 de diciembrede 1932,por sólo citaralgunosejem-píosde suencono.

TambiénAmadoNervo dedicó un extensocomentarioal manifiestofuturista, poco despuésde su apariciónen la revista italianaPoesía,enagostode 1909 ~. Sureacciónno es muy distinta a la de Dado, aunqueel autoraparece,conrazón,menosvulnerable.Predominaen ella el tonode suficienciacon que rebaja, por ya gastadas,las pretensionesdeMarinetti, y acabaconcediendoun voto de paternalsimpatíaa los jóve-nesrebeldes.Nervo, si bienhizo algún ensayoacrobáticoen su poesíayadelgazóciertos énfasis iniciales, no estuvonuncaen condicionesdecomprenderla vanguardia.Chocanotiene unas «Estampasneoyorqui-nas»en Oro de Indias (1939-1941) con algúnsesgode estanaturaleza.

Concluiremos recordando,entre los prosistas,a Enrique GómezCarrillo, aquienle fue dadosercontemporáneodel surrealismo.En 1927,añode su muerte,el ensayoLa nuevaliteratura francesase constituyequizá en la másrigurosaentre las últimas sentenciastardomodernistassobre los «ismos». Se trata de un estudio relativamenteminucioso yhechodesdeunamarcadaproximidada la realidadconsiderada.El gua-temaltecoreconoceque se abreunaépocaen que la poesíavehículodesentimientose ideasva a sersustituidaporotra,por asídecirlo,autosufi-ciente. Casi suenaa Todorov su interpretaciónde que«enadelantede loque se trataes de que la poesíano seamásquepoesía»~ Su indudableperspicaciano le permite,sin embargo,ver en el procesosino algo artifi-cioso y pasajero.TampocoBlanco Fombonay Vargas Vila fueron másallá en susanálisisde unaestética,que—menosaúnen el casodel colom-biano—sufiliación quecirculabapor un senderocadavez másdivergen-te, les impedíacomprender.

Una reflexión de sabor celtibérico para abandonarun tema quequedamuy lejos de estarcerrado.Valle Inclán dejó en La pipa de /~zif(1919),poemarioen el quese postulala irrupciónde «la musamoderna»,

42 Vale la penareproduciralgunosversos:«Porquees usted,señorartista/un ejemplarinsoportable!cuyagargantaexige un cable!neosensibley ultraista.! Un incurablepasa-lista,! un poctaquesabeamar,!reír, sufrir, vencer, rimar (ed. cit., Poesíasdiversas,1, p. 1.243). Sobre las friccionesentreLugonesy los ultraistasargentinos,véaseel traba-jo dePedroLuis Barcia«Lugonesy el ultraísmo»,Estudiosliterarios, La Plata,Facultadde Cienciasdela Educación,1966.

~3 «Una nuevaescuelaliteraria».Puedcverseen A. Nervo, Obrascompletas,Madrid,Aguilar, 1973, págs.178-182. Asimismoen NelsonOsorio (edición,selección,prólogo,bibliografíay notas),Manifiestos,proclamasypolémicasde la vanguardia hispanoame-‘‘cano, Caracas,BibliotecaAyacucho,1988, págs.8-li.

~ E. GómezCan’illo,La nuevapoesíafrancesa,Madrid,Mundo Latino, 1917,pág. 18.

324 Luis Sáinzde Medrano

«grotesca,funambulesca»,una anotación,menos ocasionalde lo queparece,en la que se sitúan los engarcesesenciales—Poe, simbolismo-modernismo,vanguardia—quehemosseñaladoen nuestrasconsideracio-nes.Frente al sobresaltode los más rancios—Cotarelo, Ricardo León,Cejador—y la risa de los evasivos—Pérez de Ayala— , dice el poeta:«Darío me alargaen la sombra!unamano,y a Poeme nombra»(«Clav.II, «Aleluya»). Y, en fin, la desafianteimprecacióndeValle en laescenaXli de Lucesde Bohemiapor bocade Max Estrella:«Los ultraistassonunosfarsantes»,refleja unaactitudque,extrapolándolaa un «ismo»o aotro, tuvo, por diversasrazones,un equivalenteentreno pocosmoder-nistas quellegaronaconvivir, durantemáso menostiempo, conlas agi-tacionesde la vanguardia.La diferenciaestáen queel escritorgallegoafinnabaestocon soberbiaperodesdela atalayade otra vanguardiaper-sonal articuladaen el esperpento,quehabíadejadoatrásunaetapacum-plida, con gloria pero cumplida. La misma que otros, en Españay enAmérica,obstinadamente,instaladosen la pura intemperie,no se resig-nabana dar por cancelada.

Luís SÁENZDE MEDRANOUniversidadComplutensede Madrid