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CARLOS PARERAla verdad ambigua
CARLOS PARERAla verdad ambigua
del 2 de abril al 29 de mayo de 2009
PEPEHERRERATALLERGRAFICO
C. José Calvo, 28 local 28039 Madrid.
t. 91 311 51 07 - 696 444 534. www.tallergraficopepeherrera.com
horario: 10:00 a 14:00 y 16:00 a 19:00 hrs.
A mi inolvidable Beatriz
LA VERDAD AMBIGUA
Por Julio Castedo*
Cuando la imagen no es representa-ción, es sueño. Cuando el pintor se enajena de los objetos sensibles y los aparta de su tenaz sentido figura-
tivo para recrearse en sus propios pensamien-tos surge la abstracción, y con ella, la imprevi-sible ruptura. Así lo entendió el joven Picasso cuando en las tabernas de Montmartre defen-día con vehemencia el rumbo que ya entonces había mostrado Cezanne; y así lo entiende hoy todo aquel que trasciende la realidad no porque no la ame, ni porque no la respete, sino por-que sabe que la realidad puede ser superada.
Carlos Parera parece heredero de aquella frase de Cezanne que inauguró una nueva mirada sobre el mundo, una mirada transpa-rente e irreal sobre una verdad que le resulta-ba ambigua: “Trata a la naturaleza por medio del cilindro, la esfera y el cono, y ponlo todo en perspectiva: para el hombre la naturaleza existe más en profundidad que en superficie”.
La proximidad al dolor curte al hombre, pero también lo atenaza con sentimientos contra-dictorios; en la pintura de Carlos Parera habi-tan el vértigo por la contundencia de los he-chos y una íntima resignación ante el infinito, pero también el aliento renovado y la luz con la que los artistas se reponen ante la prosa de su destino. Parera, como antes de él Publio
Terencio, el autor latino que vio hundirse los originales de sus comedias en un naufragio, se subleva contra el maltrato de la fortuna y le muestra qué fructíferos y distintos caminos puede tomar la inteligencia en su huida libe-radora hacia los dominios del sueño, ya que él también perdió buena parte de su obra en un incendio cuyo rastro aún puede intuir-se en algunas de las pinturas supervivientes. En aquel hecho devastador de noviembre de 1991 el fuego se llevó la mayor parte de sus dibujos y más de treinta acrílicos y óleos.
Parera reconoce cierta influencia daliniana en su juventud, en especial en el cuidado por el detalle y en el empleo de las perspectivas am-plias, aunque nunca ha recurrido a la simbología psicoanalítica, tan cara al pintor de Figueras. Su periodo de especialización en los Estados Unidos le hizo conocer y estudiar la obra de O’Keeffe, Kingman y Koerner, con los cuales mantiene ciertas afinidades que superan el as-pecto estético y se traducen en lo imaginativo de sus construcciones, en la búsqueda cons-tante de paradojas: lo inverosímil presentado con apariencia de verdad, tal vez de esa ver-dad cuya cualidad ambigua le permite tomar la forma de un escenario, de un decorado, de un desafío dinámico o de una ilustración imposible.
La carga conceptual, esencialmente surrea-lista, de las obras de Parera también está en las de Magritte, como lo está el conflic-to entre el espacio real y la ilusión espacial, pero Parera no conoció la obra del pintor belga hasta mucho después de consolidar
su estilo, es lo que Umberto Eco denomina poligénesis creativa: dos artistas exploran-do el mundo mientras caminan en paralelo.
La temática de la paradoja y la ambientación escenográfica se repiten en su obra casi cí-clicamente, sin una clara evolución o cam-bio, en Parera no se distinguen épocas ni influencias contradictorias, sino una búsque-da constante de ese escenario imposible en el que habitan la soledad y la desolación, la incomunicación y la esperanza, y que se en-marca en un camino cercano a la filosofía Zen de continuo perfeccionamiento de una obra.
*Julio Castedo: Médico neurorradiólogo y escritor. Fue discípulo de Carlos Parera durante su residencia en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid.
obra
Masía rota Acrílico/cartón 46,8 x 69,5 cm. 1975.
S/T Acrílico/cartón 49,5 x 70 cm. 1975.
S/T Acrílico/cartón 49,5 x 69,5 cm. 1981.
S/T Acrílico/cartón 52,8 X 70 cm. 1981.
Jaras Acrílico/cartón 48 X 70 cm. 1988.
S/T Acrílico/cartón 49,5 X 69,5 cm. 1981.
S/T Acrílico/cartón 49 X 69 cm. 1981.
Jardin botánico IV Acrílico/carton 50 X 70 cm. 1981.
Isla II Acrílico/carton 49,5 X 69,5 cm. 1972.
Viaje Acrílico/cartón 49,5 X 69 cm. 1982.
S/T Acrílico/cartón 50 X 70 cm. 1980.
Es médico neurorradiólogo. Creció en una familia de extensa tradición artística; en pintura destacan Bernardo, Julio Enrique y Rafael Simo-net, y su representante más reconocido fue su abuelo Enrique Simonet Lombardo (1866-1927). Su abuelo paterno, Antonio Parera (1868-1946), fue un notable escultor. La obra pictórica de Carlos Parera obra ha sido expuesta en Madrid (Henry’s, 1956) y en Nueva York (Universidad de Columbia, 1960).Se formó como especialista en Neurorradiolo-gía en el Presbiterian Hospital de la Universidad de Columbia junto al profesor Taveras. Algunos años después de su regreso a España, y desde su jefatura de sección en la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, contribuyó a la modernización de la Radiología y fue un decidido impulsor de la Neurorradiología, tanto diagnóstica como inter-vencionista.La dualidad artística y científica de Carlos Pare-ra lo convirtió en una referencia humana y profe-sional para muchas generaciones de neurorra-diólogos españoles formados con él, y que hoy ejercen su especialidad en hospitales de toda la geografía nacional.
Carlos Enrique Parera SimonetBarcelona, 1929
exposición“La verdad ambigua” Carlos Parera
textoJulio Castedo
maquetación/fotografía/diseñoPepe Herrera Taller Gráfico
fotomecánica e impresiónComunicación y Desarrollo S.L.
edición500 ejemplares.
colaboraciónFransisco VilloriaJosé Brasa
VAL DE SILVILLAMARTIN DE VALDEORRAS
PEPEHERRERATALLERGRAFICO
www.tallergraficopepeherrera.com