16
Bruselas, 17 de septiembre de 2020 LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS AGRICULTORES Y LAS COOPERATIVAS AGROALIMENTARIAS Green Deal, Cadena Alimenticia y PAC

LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

  • Upload
    others

  • View
    5

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

1

Bruselas, 17 de septiembre de 2020

LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALESDESDE LA PERSPECTIVA DE LOS AGRICULTORES Y LAS COOPERATIVAS AGROALIMENTARIAS

Green Deal, Cadena Alimenticia y PAC

Page 2: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

2

Introducción

Las zonas rurales de la UE ocupan un lugar único en la UE. El 44 % del territorio europeo es rural y en algunos Estados miembros las zonas rurales pueden cubrir hasta el 80 % de la superficie. Son el núcleo de actividades clave como la agricultura, la silvicultura y la bioeconomía y dan forma a los elementos característicos del paisaje europeo. Sin embargo, apenas algo más de una cuarta parte (28 %) de la población de la UE-28 vivía en una zona rural en 2015. Dado que la agricultura ofrece grandes oportunidades de empleo en las zonas rurales, también ha habido una marcada disminución de las cifras de empleo, ya que el número de agricultores ha pasado de 14 a 10 millones en sólo ocho años, de 2005 a 2013.

Casi todos los tipos de regiones rurales se caracterizan por el envejecimiento de su población. La edad demográfica en la agricultura no favorece la implicación de los jóvenes: sólo el 11 % de todos los agricultores tienen menos de 40 años. En el caso de las agricultoras, resulta todavía más cierto que el sector agrario europeo está dominado por una población de mediana y mayor edad, pues los datos muestran que tan solo el 4,9 % de los agricultores son mujeres menores de 35 años. Además, según datos de 2016, cerca del 30 % de las explotaciones agrícolas en la Unión Europea están gestionadas por mujeres. En cuestión de educación, en 2015 poco más de una cuarta parte (27,9 %) de la población de la UE-28 entre 30 y 34 años de edad que vivía en una zona rural tenía un nivel de educación terciario. La mayoría de los Estados miembros que se unieron a la UE en 2004 o más recientemente registraron un mayor riesgo de pobreza o exclusión social entre sus poblaciones rurales en comparación con las ciudades, otros núcleos urbanos o los suburbios.

En lo que respecta al acceso a la banda ancha, en 2016 menos de dos tercios (62 %) de la población de la UE-28 que vivía en zonas rurales se conectó a Internet diariamente. Y lo que es más importante, el 47 % de las zonas rurales no tiene acceso a la banda ancha de alta velocidad y el 12 % no tiene conexión alguna. En 2015, alrededor del 4,2 % de la población de la UE-28 que residía en zonas rurales reportó que sus necesidades sanitarias no estaban cubiertas. Como se ha destacado más arriba, las zonas rurales se enfrentan a posibles desventajas específicas tales como: menos posibilidades de formación local o menos oportunidades/opciones de empleo; dificultades para acceder a los servicios públicos o de transporte; un acceso limitado a la banda ancha; la falta de espacios culturales y/o sociales para las actividades de ocio y muchas otras.No obstante, estas zonas se enfrentan a un reto único. A medida que se amplía la brecha urbano-rural y el número de ciudadanos que se trasladan

a las ciudades, la mano de obra, el potencial y el futuro de las zonas rurales se ven cada vez más comprometidos. Lo mismo se suele aplicar a los servicios básicos debido a la falta de demanda. Sin embargo, las zonas rurales constituyen todavía un pilar fundamental para la sociedad y la economía en la UE, puesto que aportan alimentos y recursos de gran calidad, además de un paisaje cultural de uso recreativo. La brecha urbano-rural debería servir para alentar a los responsables políticos a analizar ambas partes de la ecuación e intentar reducir esta brecha. La simbiosis entre las zonas urbanas y rurales debería ser reconocida y estimulada en todos los ámbitos, como la vivienda, la energía, el empleo, los servicios, el turismo, etc. y debería dar pie a una interacción pluridimensional ventajosa para ambas partes. Todo ello indica que las comunidades rurales merecen especial atención a la hora de preparar las estrategias de desarrollo regionales y nacionales. Resulta primordial atraer y favorecer nuevas inversiones.

Esto significa que las zonas rurales también merecerán una atención especial en la elaboración de las políticas europeas. Dado que las zonas rurales son ante todo el espacio en que operan los agricultores y sus cooperativas, sus necesidades y contribuciones deben ocupar el lugar que les corresponde en cualquier estrategia. La Declaración de Cork 2.0 de 2016 puso claramente de relieve la necesidad de abordar los retos a los que se enfrentan las zonas rurales y garantizar que siguen siendo un lugar atractivo para vivir y trabajar, mejorando el acceso a los servicios y las oportunidades para los ciudadanos rurales y fomentando el espíritu empresarial, no solo en los ámbitos rurales tradicionales sino también en nuevos sectores de la economía. El Pacto Verde Europeo y, más recientemente, los efectos de la pandemia de COVID-19, han puesto de manifiesto que se deberá prestar incluso más atención y apoyo a las zonas rurales en el proceso de recuperación y en el camino hacia un futuro más próspero.

La visión a largo plazo para las zonas rurales, como parte del Pacto Verde Europeo, debería indicar esta dirección para las zonas rurales en los próximos años. Por otro lado, tenemos que tener presentes las muchas diferencias que existen entre las zonas rurales, incluso dentro de la Unión Europea, por lo que el planteamiento de «una solución universal» no sería idóneo en este caso tampoco. Así pues, los objetivos estipulados en el Pacto Verde Europeo deberían adaptarse en función de las características de los Estados miembros, teniendo en cuenta sus distintos ritmos de adaptación y garantizando una igualdad de condiciones para todo los actores. Y para situar a los agricultores y las cooperativas agrarias en el epicentro de esta visión, hay que tener en mente algunas perspectivas clave.

Page 3: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

3

Abordar la despoblaciónLa necesidad urgente de relevo generacional

Los jóvenes agricultores son la espina dorsal del sector agrícola y la economía rural en su conjunto, cuyo futuro deben asegurar. Aunque esto es obvio para muchos, el camino para lograrlo no lo es tanto. Los jóvenes deberían tener la certeza de que su trabajo en las zonas rurales comporta brillantes perspectivas en lo que se refiere a una renta familiar suficiente y una calidad de vida y un estatus social comparables a los de otros grupos profesionales. Para lograr esta posición, no solo se requiere apoyo financiero sino también que la sociedad en su conjunto valore más el trabajo y los productos de la agricultura y la silvicultura. En este contexto, aplicar todavía más restricciones y requisitos a la producción resulta totalmente contraproducente. La puesta en marcha de empresas rurales en el segundo pilar es la principal medida de apoyo dentro de la PAC. Sin embargo, existe una demanda excesiva de estas ayudas en muchos Estados miembros. Las ayudas actuales son también muy poco concisas y no ayudan a resolver el problema principal como deberían. El acceso a las ayudas públicas también implica procedimientos administrativos tediosos, que desaniman a muchos de los solicitantes. La agricultura es también un sector que requiere un gran capital, lo que supone un problema para los jóvenes agricultores que aún no han tenido tiempo para constituir tal capital.

Nuevas formas de ayuda podrían mejorar las acciones de nuevas iniciativas innovadoras que apoyan la llegada de principiantes al sector agrícola. La ayuda de la PAC debería centrarse más en la superación de obstáculos adicionales, como el acceso al capital, la carencia de habilidades empresariales y la falta de planes de sucesión. El apoyo a los jóvenes agricultores debería centrarse en aquéllos más aptos y que se comprometan a largo plazo, respetando su ritmo específico para empezar o retomar la actividad empresarial. Asimismo, este apoyo debería garantizar la adquisición de competencias y planes de negocio a través de una definición clara de agricultor en activo.

A los jóvenes agricultores a menudo les resulta muy difícil tener acceso a la tierra. Al objeto de tratar el problema del acceso a la tierra, deberían crearse nuevos incentivos para que los agricultores de mayor edad cedan sus explotaciones, si ello aporta un beneficio directo, evidente y continuo a los jóvenes agricultores también. El acceso a la tierra está definido en gran medida en la legislación nacional de cada Estado miembro;

por consiguiente, debería tratarse a este nivel en forma de incentivos y en relación con las políticas fiscales. La normativa relativa a la política del mercado de tierras y el mercado de las tierras agrarias varía de un Estado miembro a otro y esto influye en la competitividad de las explotaciones agrarias en el mercado interior.

El apoyo y los incentivos para que los jóvenes se instalen y trabajen en las zonas rurales no debería ser una cuestión de la política agrícola en exclusiva, sino de una combinación de políticas, desde la vivienda hasta la educación, pasando por la seguridad social. Además de los fondos para la PAC y de los incentivos fiscales, los jóvenes agricultores necesitan una formación profesional sólida, adaptada a la región y a la estructura económica en las que trabajarán más adelante. Para ello, es fundamental conservar un sistema escolar de calidad en las zonas rurales, en especial, el sistema de escuelas de agronomía. En este sentido, resulta evidente que no solo es útil el presupuesto de la PAC, sino más bien todo el conjunto de los fondos estructurales (FSE+FEDER) combinados con financiación nacional.

Invertir en zonas rurales dinámicasLa banda ancha de alta velocidad para todos

Todos los agricultores, cooperativas agrarias y todas las zonas rurales tienen que disponer de una conexión a internet rápida y fiable. Este es un factor clave para generar empleo, negocios e inversiones en las zonas rurales, que además mejora la calidad de vida en áreas como la atención sanitaria y la administración electrónica. El acceso a la banda ancha de alta velocidad también favorecerá la generalización de la agricultura inteligente y de precisión y del uso de las tecnologías por sensor y la inteligencia artificial. Y permitirá a la UE aprovechar plenamente su liderazgo mundial en la tecnología por satélite. Todo ello disminuirá los costes para los agricultores y las cooperativas agrarias, a la par que mejorará la gestión de los suelos y la calidad del agua, reducirá el uso de fertilizantes y plaguicidas y las emisiones de gases de efecto invernadero y creará un entorno más saludable para la biodiversidad, los agricultores y la ciudadanía. Asimismo, puede dar lugar directamente a la creación de nuevos productos y servicios que los agricultores y sus cooperativas podrán ofrecer a la sociedad en su conjunto gracias a una mejor formación y un mejor equipamiento.Existen muchos tipos de tecnología digital que pueden ser provechosos para las zonas rurales, los agricultores, las cooperativas agrarias y los responsables de la ordenación de los bosques,

Page 4: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

4

por ejemplo:

■ la agricultura inteligente en los campos, prados y establos (que comprende la tecnología de agricultura de precisión altamente avanzada, las herramientas de gestión virtuales para mejorar el bienestar animal o los drones dirigidos por satélite para la distribución automática de insectos beneficiosos); y el internet de las cosas (que también incluye la cadena alimentaria: la optimización del uso de los recursos, la mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria; nuevos mercados; la simplificación y modernización de la administración; más transparencia para los consumidores; etc.);

■ las competencias digitales;

■ el comercio por internet para las cooperativas agrarias y las pymes locales;

■ los servicios sociales, como la atención sanitaria y el cuidado de las personas de mayor edad;

■ los servicios colectivos, como las soluciones de transporte compartido;

■ los servicios de gobierno electrónico y

■ la comunicación/el acceso, tanto privados como corporativos.

El Plan de acción para la banda ancha rural, lanzado en 2017, fue una iniciativa muy necesaria. Sin embargo, vemos que aún no se ha logrado una cobertura completa en las zonas rurales. La estrategia «De la granja a la mesa» establece como objetivo un 100 % de cobertura de banda ancha de alta velocidad para 2025, por lo que deberíamos estudiar cómo conseguirlo.

También vemos que las inversiones privadas por sí solas no serán suficientes para cubrir todas las zonas rurales. Además, debemos dedicar nuestra atención a los Fondos Estructurales Europeos, a Invest EU (con su oportunidad política específica) y al Programa de Recuperación Económica de la Unión, que deben ayudar a mejorar las inversiones en la infraestructura digital, en particular en la conectividad y la fiabilidad. Las zonas rurales en general y el sector agrícola en particular no deberían quedarse a la zaga de las futuras tecnologías (por ejemplo: la banda ancha de fibra óptica es también fundamental para preparar la llegada de la red 5G y la comunicación móvil necesita mástiles de radio, tecnología radiofónica y frecuencias de radio suficientes). Así, para promover la expansión territorial de la red 5G, se deben modificar urgentemente las normas sobre las ayudas estatales.

Promover el concepto de pueblos inteligentes

Los pueblos o aldeas inteligentes son comunidades en las zonas rurales que utilizan soluciones innovadoras para mejorar su resiliencia, aprovechando los puntos fuertes y las oportunidades locales. Dependen de un enfoque participativo para desarrollar y aplicar su estrategia con objeto de mejorar sus condiciones económicas, sociales y/o medioambientales, particularmente utilizando las soluciones que ofrecen las tecnologías digitales. Las estrategias de los pueblos inteligentes deben responder a los desafíos y las necesidades de su territorio, aprovechando sus puntos fuertes y sus activos locales. Entre otras cosas, sus objetivos deberían ser:

- mejorar el acceso a los servicios (en varios ámbitos como la salud, la formación o el transporte);- mejorar las oportunidades de negocio y crear empleo;- desarrollar circuitos de distribución de alimentos cortos y prácticas agrícolas;- desarrollar las energías renovables;- desarrollar la economía circular;- optimizar el uso de los recursos naturales;- adaptarse al cambio climático;- preservar el medio ambiente y la biodiversidad;- valorar mejor el patrimonio cultural para aumentar su atractivo de cara al turismo. La innovación y la inversión como factores clave

La inversión es fundamental para ayudar a los agricultores y a sus cooperativas agrarias a mejorar su rendimiento económico y medioambiental en pos de los objetivos del Pacto Verde Europeo, para apoyar la modernización de las explotaciones agrícolas y de la cadena de valor y para promover la adopción y el uso de las nuevas tecnologías en el sector, con objeto de incrementar la productividad y hacer un uso más eficiente de los recursos. Siguiendo este espíritu, hay que brindar un apoyo claro a la inversión, no solo desde el presupuesto de la PAC, sino también desde «la UE de la próxima generación» y otras fuentes presupuestarias pertinentes. Se deberían aprovechar más las estructuras ya existentes de las cooperativas agrarias y forestales o de las organizaciones de comercialización como centros de innovación y transmisión del conocimiento.

También se necesitará inversión para fomentar la innovación y crear sistemas alimentarios más sostenibles. En 2020, el marco de la UE para facilitar la inversión sostenible (taxonomía de la UE), así como la nueva estrategia sobre las finanzas

Page 5: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

5

Page 6: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

6

sostenibles, movilizarán al sector financiero para invertir de forma más sostenible, inclusive en el sector agrícola y de la producción alimentaria. La PAC también debería facilitar cada vez más el apoyo a la inversión para mejorar la capacidad de resistencia y acelerar la transformación ecológica y digital de las explotaciones agrarias.En lo que respecta a la financiación sostenible y la taxonomía de la UE para las inversiones ecológicas, los costes derivados del cumplimiento de la taxonomía no deben superar el beneficio que obtiene un agricultor o una cooperativa de la financiación. En cualquier caso, sólo se logrará una contribución sustancial a una agricultura todavía más sostenible si existe un incentivo económico claro para los agricultores y las cooperativas. Ese incentivo debe estar impulsado por el mercado y reconocer las características básicas de la agricultura, concretamente los procesos naturales y biológicos, que no se pueden controlar completamente y que, por lo tanto, siempre generarán emisiones.

Hay que tener en cuenta que las listas de iniciativas del informe de taxonomía nunca pueden ser exhaustivas. De hecho, continuamente se desarrollan nuevas técnicas y es vital poder adaptar la lista y añadir nuevas técnicas y/o iniciativas. También es importante señalar que esta lista no es de ninguna manera una solución universal. La elección de las iniciativas óptimas depende de las condiciones geográficas y climáticas, la práctica de cultivo, etc. Por lo tanto, es fundamental que todas las iniciativas en las tierras agrícolas sean voluntarias y partan de una elección propia para garantizar que cada agricultor pueda decidir lo que es mejor para su tierra y su negocio. Así pues, las buenas prácticas de gestión deben desarrollarse mediante servicios de asesoramiento altamente cualificados y una legislación constructiva que proporcione flexibilidad al agricultor, en lugar de esquemas y controles rígidos. Esto es esencial para una aplicación óptima de las diversas medidas. Todo ello resulta también pertinente para las futuras revisiones de la Directiva sobre información no financiera (Directiva 2014/95/UE).

El acceso a los servicios básicos y a la movilidad

Una de las mayores preocupaciones de muchos europeos es su salud. En las zonas rurales, una gran parte de los habitantes indicaron tener necesidades sin atender en materia de asistencia sanitaria debido a los gastos, la distancia o las largas listas de espera. A la luz de la reciente pandemia de COVID-19 que ha golpeado duramente a toda Europa, esta falta de asistencia sanitaria se debe abordar con mayor urgencia aún. A la hora de canalizar los fondos dedicados a este sector, deberían tenerse claramente en

cuenta los retos sanitarios que se dan en las zonas rurales, garantizando que todas las reformas sanitarias nacionales sean aptas para las zonas rurales. Las iniciativas locales puestas en marcha por las cooperativas agrarias o las autoridades locales en colaboración con los agricultores, tales como la agricultura social (que comprende los servicios asistenciales y de cuidados a través de la agricultura) o las guarderías en las granjas, representan unas oportunidades excelentes para mantener la infraestructura de servicios sociosanitarios en las zonas rurales y crear al mismo tiempo nuevas formas de ingresos para los agricultores.

La movilidad también es crucial en las zonas rurales. En muchos casos, persiste una dependencia de los coches y la ausencia de soluciones adecuadas de transporte público deja excluidos a algunos grupos de habitantes rurales desde el punto de vista social y geográfico. Junto con el acceso a la banda ancha, la accesibilidad física sigue siendo la clave del éxito de las iniciativas de desarrollo. Esto se aplica no solo a la accesibilidad de las zonas urbanas a las zonas rurales, sino también a la accesibilidad dentro de las mismas zonas rurales. Es fundamental que la red de carreteras en las zonas rurales esté en buenas condiciones, por lo que se debería mejor su estado actual. Ya que existen nuevos planteamientos innovadores para solucionar los problemas de movilidad en las zonas rurales, deberían promocionarse todavía más. Además, dado que muchas zonas rurales son también zonas fronterizas, debe prestarse especial atención a los desplazamientos transfronterizos. Para abordar este reto específico, las zonas rurales, sus necesidades y el problema específico de los desplazamientos se deben incluir de forma explícita en las estrategias de movilidad nacionales y regionales. Lo mismo es válido para las estrategias de movilidad transnacionales, en las cuales se podría destacar el problema de los desplazamientos transfronterizos. Los retos a los que se enfrentan los viajeros diarios de cercanías quedaron patentes y se multiplicaron con la pandemia de COVID-19 y los controles fronterizos que se impusieron. En este sentido, se podría promover un transporte regional integrado que permitiera la coordinación entre los diferentes tipos de transporte público y privado a fin de lograr un buen equilibrio en términos de política.

La participación y el reconocimiento de las mujeres rurales

Las mujeres de las zonas rurales se encuentran en una situación de desventaja todavía mayor en comparación con la igualdad entre sus homólogas urbanas. Aunque las agricultoras y las mujeres que trabajan en las zonas rurales

Page 7: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

7

se enfrentan a restricciones análogas a las que sufren las mujeres en las zonas urbanas, también tropiezan con otras dificultades relacionadas con su situación específica. Se calcula que las mujeres dedican de media 22 horas por semana a realizar trabajos no remunerados, mientras que los hombres dedican menos de 10.

Esto merma la posibilidad de las mujeres de beneficiarse de las mismas oportunidades que los hombres en el mercado laboral. Además, en Europa hay mujeres que deben hacer frente a un reto aún mayor: la falta de reconocimiento legal de su trabajo a tiempo parcial o completo en una explotación agraria. En algunos países, los miembros de la familia que trabajan en explotaciones agrarias carecen de protección social o de reconocimiento legal; por consiguiente, no tienen derecho a la baja por maternidad, ni están cubiertos por un seguro contra accidentes en el lugar de trabajo, por citar algunos ejemplos. Hay que reclamar una mejor protección de las cónyuges colaboradoras y que se reconozca su gran contribución al funcionamiento de las zonas rurales, a pesar de que no reciban una remuneración directa o no se acojan a los beneficios de protección social. Para ayudarlas a conciliar una semana laboral de siete días en la explotación agrícola con las responsabilidades familiares «invisibles», las mujeres que viven en las zonas rurales deben tener acceso a una mejor atención sanitaria y a servicios para el cuidado de los niños y los mayores, lo cual mejoraría sus condiciones de vida.

Las políticas para conciliar la vida personal y laboral, por ejemplo más y mejores servicios para el cuidado de niños y mayores, son esenciales para asegurar un reparto más equilibrado de las responsabilidades entre hombres y mujeres y para mejorar la integración de las mujeres en el mercado laboral. La participación y el reconocimiento de las mujeres rurales en el entorno social y económico traerá consigo multitud de beneficios: creará empleos, reducirá las desigualdades, promoverá la igualdad de género, reducirá el riesgo de pobreza, evitará la despoblación de las zonas rurales y garantizará que las actividades rurales y agrícolas contribuyan a la biodiversidad y la producción sostenible de alimentos.

Proteger el medio ambiente y los paisajes ruralesPrácticas respetuosas con el medio ambiente

Una de las fortalezas intrínsecas de la agricultura es el hecho de que los agricultores trabajan íntimamente con los hábitats y tienen un vínculo

estrecho con su propiedad y con la tierra. La agricultura ha ayudado a crear y mantener un campo único durante siglos. La agricultura es también fundamental en las zonas protegidas, puesto que muchos de los hábitats y especies protegidos por la Directiva hábitats y la Directiva sobre aves dependen de las prácticas agrícolas o están asociados a ellas.

El Pacto Verde Europeo, junto con la estrategia «Biodiversidad 2030», pone de relieve el papel de las zonas rurales y, particularmente, el de los agricultores y las cooperativas agroalimentarias en la protección del medio ambiente y la mitigación del impacto de la agricultura. No obstante, faltan soluciones claras. El apoyo a las prácticas y medidas respetuosas con el medio ambiente puede proporcionarse a través de la PAC, ya sea con los regímenes ecológicos del primer pilar, o con los regímenes del segundo pilar, como las medidas agroambientales y climáticas del segundo pilar, para garantizar soluciones de mayor alcance, siempre y cuando estén diseñadas de forma atractiva. La evaluación de la PAC y su impacto en los hábitats, el paisaje y la biodiversidad subrayó de forma patente la importancia de las medidas agroambientales y climáticas y el hecho de que hayan prosperado durante la aplicación de la PAC. También pone de relieve que es necesario fomentar las medidas agroambientales y climáticas, el enfoque preferido debido a los compromisos plurianuales.

El planteamiento actual, en el cual los agricultores sólo incurren en gastos y experimentan una pérdida de ingresos, no es suficiente. Si queremos que los agricultores intensifiquen sus esfuerzos para ser todavía más sostenibles, debemos garantizar que los instrumentos más adecuados para lograrlo en el marco de la PAC sean realmente eficaces y estén respaldados por un presupuesto bien financiado. Del mismo modo, para garantizar una aceptación suficiente de los regímenes ecológicos, es necesario garantizar que los agricultores se vean debidamente recompensados por sus prácticas y que reciban un pago por incentivo que corresponda al grado de ambición de tal práctica de gestión. Por un lado, los regímenes ecológicos pueden servir de apoyo a una multitud de prácticas cada vez más relevantes, como la agricultura de precisión, el bienestar animal, la alimentación innovadora para rumiantes, la gestión integrada de plagas y la tecnología de labranza mínima, entre otras. Por otro lado, deberían ser simples y fáciles de gestionar y no restar importancia a las medidas del segundo pilar.

Por último, y lo que es más importante, las medidas respetuosas con el medio ambiente deben aplicarse ante todo de manera voluntaria. Tendemos a olvidar que los agricultores suelen

Page 8: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

8

ser los únicos que realmente viven en el paisaje agrícola y cuidan de él. Si queremos mejorar el estado de conservación de la biodiversidad y el paisaje, deberíamos centrarnos en los agricultores que realmente desearían aplicar estas medidas, en lugar de imponer un objetivo obligatorio. Toda medida que rebase las normas mínimas debería verse recompensada tanto por la financiación europea como por los consumidores, al pagar un precio adecuado por los productos agrícolas. En cualquier caso, el porcentaje de apoyo debería ir más allá de la compensación de los costes incurridos o el lucro cesante. Por otra parte, cualquier norma mínima medioambiental debería aplicarse (y exigirse) para todos los productos extracomunitarios también.

Hacer frente al desafío del cambio climático

Uno de los puntos fuertes de la agricultura y la silvicultura es el hecho de que figuren entre los sectores que pueden mitigar de forma activa el cambio climático, con la ayuda de la producción de biomasa. La silvicultura cumple una labor también importante, ya que absorbe el equivalente a cerca del 10 % de las emisiones de GEI de la UE en un año. Los ecosistemas forestales y el uso de la madera desempeñan un papel clave en el ciclo mundial del carbono y son considerados grandes sumideros de carbono de larga duración. La gestión sostenible de los mismos puede optimizar la absorción de CO2, lo que constituye un importante servicio ecosistémico cuyo coste debe asumir la sociedad.La agricultura ya ha pasado a la acción en términos de adaptación al cambio climático, pues las emisiones de GEI procedentes de la agricultura han disminuido un 24 % en los últimos treinta años.

A este respecto, se debería animar a los agricultores y a los ganaderos a invertir en tecnologías que reduzcan las emisiones de GEI y que aumenten la captación y el reciclaje del carbono. Estas tecnologías incluyen las técnicas de la agricultura de precisión y las plantas de biogás que capturan el metano del estiércol almacenado. El uso de fuentes de energía externas en la agricultura podría reducirse empleando un equipo más eficiente y, donde sea posible, se podría sustituir por biocombustibles y otras formas de energías renovables. Debemos apoyar a los agricultores para que aumenten la rentabilidad de sus explotaciones y piensen de forma circular a lo largo de todas las cadenas de valor agrícolas, alimentarias y forestales.También se deben realizar mayores esfuerzos para mejorar la adaptación y la mitigación.

La única forma de conseguir reducir todavía más las emisiones agrícolas sin ejercer una

presión a la baja sobre la producción, lo que por su parte podría dar lugar a una fuga de carbono, consiste en incentivar la adopción de prácticas de mitigación. Todo esfuerzo encaminado a reducir las emisiones de la UE procedentes de la agricultura que no sea mediante incentivos y servicios de extensión, acabará llevando al sector agrícola europeo por una senda de desaceleración y comprometerá su competitividad. Las inversiones son decisivas para ayudar a los agricultores y sus cooperativas a mejorar su rendimiento económico y medioambiental y modernizar sus explotaciones agrícolas. Teniendo en cuenta que las estrategias «De la granja a la mesa» y «Biodiversidad» proponen limitar la caja de herramientas agrícolas, la adopción de tecnologías digitales, incluidas las técnicas de la agricultura de precisión, es un medio cada vez más importante para que los agricultores puedan cumplir los objetivos de la UE, en particular en lo que respecta al cambio climático.

Apoyar la agricultura, la silvicultura y la bioeconomíaEmprender la senda de la circularidad

Debemos apoyar a los agricultores, los propietarios forestales y las cooperativas agrarias para que apliquen planteamientos basados en la bioeconomía circular que garanticen un uso eficiente de los recursos y mejoren la sostenibilidad económica y medioambiental. La incorporación de las experiencias y los conocimientos relativos al clima en la toma de decisiones a nivel de la explotación agrícola (selección de cultivos, prácticas agrícolas e inversiones) podría reducir las pérdidas de rendimiento y el riesgo de malas cosechas, mejorando de esta manera la adaptación pero también la mitigación. Esto ayudará igualmente a aumentar la conciencia de los consumidores sobre la importancia de mantener el dinamismo del campo y las zonas rurales.

La bioeconomía circular ofrece un gran potencial para los agricultores y sus cooperativas. Por ejemplo, las biorrefinerías avanzadas que producen biofertilizantes, piensos proteicos, bioenergía y bioquímicos brindan oportunidades para la transición hacia una economía europea climáticamente neutra y para la creación de nuevos empleos en el sector de la producción primaria. En suma, la bioenergía será decisiva para el desarrollo sostenible duradero de las zonas rurales y por eso deberíamos apoyarla sin dudar.También hay muchas posibilidades de reducir las emisiones de metano del ganado mediante la generación de energía renovable y la inversión en digestores anaeróbicos para la producción de

Page 9: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

9

biogás a partir de desechos y residuos agrícolas como el estiércol. Las explotaciones agrícolas también tienen el potencial de producir biogás a partir de otras fuentes de residuos y desechos, como la industria alimentaria, el alcantarillado, las aguas residuales y los residuos municipales.

La bioeconomía circular depende igualmente en gran medida del valor añadido del uso de los residuos agrícolas y de las cadenas de valor de la bioenergía agrícola. La energía renovable obtenida de la movilización de los residuos agrícolas en la UE tiene mucho que ofrecer y es una opción que se debería explorar. Entre los posibles aprovechamientos de los residuos agrícolas se encuentran la producción de calor a nivel local (instalaciones de secado, calefacción doméstica, procesamiento de los alimentos en la explotación agrícola o la cooperativa, etc.), la producción de combustibles estandarizados (por ejemplo, virutas y «pellets») y los sistemas que combinan calor y electricidad (CHP por sus siglas en inglés). ). También se debería desarrollar y fomentar la bioeconomía circular en otros ámbitos como la producción de sustancias químicas y textiles biológicos.

La logística de suministro desempeñará un papel fundamental y solo una empresa agrícola bien organizada podrá funcionar de manera eficiente y ser competitiva en este contexto. Se podría informar mejor a los usuarios finales para animarlos a alejarse del uso de combustibles convencionales en favor del uso de combustibles derivados de residuos agrícolas, a condición de que éstos sean aptos, coincidan perfectamente con el estándar requerido y los usuarios finales encuentren la calidad que necesitan. En las zonas que disponen de importantes cantidades de residuos agrícolas, se deberían aplicar modelos empresariales innovadores que repartan los costes entre los distintos centros de recogida y se combinen con nuevas plataformas de logística mejorada. En general, los residuos agrícolas no son aptos para el transporte a gran distancia, excepto si han sido sometidos a un tratamiento previo adecuado y se han compactado. Por esto, la mayoría de las cadenas de valor son locales y la biomasa se obtiene en distancias cortas o medias (de 5 a 30 km). Estas condiciones favorecen el desarrollo local, las pequeñas empresas y los mercados locales particularmente conectados con distritos rurales.

La agricultura en las zonas marginadas

Los sistemas agrícolas tradicionales y extensivos en las zonas con limitaciones naturales y marginales deberían promoverse en toda la UE, dado que son los más afectados por el abandono de las tierras en las zonas rurales. Además, estos sistemas agrícolas tradicionales y extensivos

en dichas zonas constituyen el fundamento de nuestro diverso paisaje cultural, que es un elemento indispensable para el turismo en esas regiones. Las zonas marginales con condiciones específicas, como las zonas de montaña, deberían gozar de más protección y reconocimiento a nivel europeo (de un modo similar a las regiones ultraperiféricas). Hoy por hoy, las granjas de gran valor natural se sitúan en general en las zonas agrícolas más marginadas de Europa, como las regiones de montaña, que, por un lado, son las menos alteradas por la mano del hombre y, por otro, son las más adecuadas para la producción de bajo insumo debido a las limitaciones físicas. Por consiguiente, los agricultores en las zonas de gran valor natural a menudo operan en condiciones socioeconómicas difíciles.

Los pagos directos, las medidas relativas a las zonas con limitaciones naturales y las ayudas acopladas voluntarias, en los países que aplican dichas medidas, disponen del potencial de apoyar el mantenimiento de los sistemas agrícolas de alto valor natural y otros sistemas amenazados, ya que también desempeñan un papel en la prevención del abandono de una parte de las tierras en las que la producción agrícola no es tan rentable. Los subsidios a una carga ganadera mínima han contribuido sobre todo al mantenimiento de la producción ganadera, especialmente en las zonas económicamente marginales. Nuevas opciones comerciales también pueden resultar fundamentales para los agricultores en las zonas de gran valor natural, particularmente para algunos productos tradicionales que se caracterizan por una elevada demanda.

En cuanto a las ayudas acopladas voluntarias, éstas deben mantenerse bajo condiciones precisas y limitadas para apoyar a los sectores en regiones donde no existen otras herramientas políticas o son menos eficaces. La Comisión debería garantizar que se reducen al mínimo las distorsiones de la competencia.

El suelo como factor de producción

La tierra es el factor más importante para la actividad económica de los agricultores, las cooperativas agrarias y la ordenación de los bosques. La estructura agraria y el paisaje cultural en el espacio rural, con su amplia presencia y variedad de propiedades, dibujan el rostro de las zonas rurales de Europa. Sin embargo, el desarrollo económico y la incertidumbre generalizada en los mercados de capitales en los últimos años han potenciado una fuerte actividad inversora en el mercado de las tierras agrícolas y forestales. Se debe diferenciar de este tipo de acaparamiento de las tierras a los agricultores, sus cooperativas y los encargados de la gestión forestal.

Page 10: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

10

Page 11: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

11

Por otra parte, el incremento de las restricciones a causa de las distintas normativas dificulta el cultivo de las tierras agrícolas. Por ello, deberían buscarse enfoques cooperativos y acuerdos de gestión voluntarios, en vez de requisitos reglamentarios. El suelo es un bien escaso que no se puede reproducir. Por lo tanto, es importante proteger las tierras agrícolas y forestales dentro de las medidas de infraestructura y de ordenación del territorio urbano, tanto como sea posible, para protegerlas así de la expansión urbana, sobre todo al ser estas tierras un hábitat esencial para insectos, abejas, aves y plantas silvestres.

La silvicultura

Se debería seguir fomentando la gestión u ordenación sostenible de los bosques, que incluye la tala periódica, la utilización de la madera y la fibra maderera. Los responsables políticos deberían incentivar la sustitución del carbono por productos madereros que pueden reemplazar los materiales industriales con un elevado consumo de energía y un alto nivel de carbono y emisiones y sustituir a los combustibles fósiles no renovables. Por otra parte, la gestión sostenible de los bosques puede ser el punto de partida para la creación de pymes y cadenas de suministro dedicadas a la transformación de madera y, a su vez, generar un desarrollo económico en las zonas rurales. Los productos madereros también se deberían considerar una piedra angular de la transformación ecológica.

La ordenación forestal sostenible, con su variedad de prácticas adaptadas a las circunstancias locales, se debería concebir como una oportunidad para salvaguardar la biodiversidad, tomando en consideración las secuelas del cambio climático y con la garantía de que las futuras generaciones podrán seguir disfrutando de forma equilibrada de los otros servicios ecosistémicos proporcionados por los bosques. Si para ello fuera necesario invertir en la gestión forestal, la sociedad debería costear totalmente esas inversiones específicas.

La futura Estrategia para la Biodiversidad debería incidir en la gestión sostenible de los bosques, sin olvidar la debida preeminencia que merecen las políticas de los Estados miembros en materia forestal, así como las normativas nacionales y el principio de subsidiariedad. La Estrategia forestal de la UE debería servir de marco principal para la coordinación de todas las políticas relacionadas con la silvicultura, incluidos los aspectos vinculados al cambio climático y la biodiversidad.

Promover la naturaleza heterogénea de las empresas

ruralesPromover las cadenas de valor cortas

Una cadena agroalimentaria transparente, equilibrada y que funciona correctamente es fundamental para garantizar la sostenibilidad del sector agrícola. En particular, se necesitan herramientas para atajar las prácticas comerciales desleales, que generan pérdidas económicas ingentes para los agricultores y sus cooperativas. El objetivo sería crear un entorno de certeza jurídica que haga posible la planificación de la producción a largo plazo.

También es fundamental buscar posibles herramientas para apoyar a los agricultores y las cooperativas agrarias que deseen vender sus productos en los mercados locales o a través de circuitos de distribución cortos con objeto de crear valor añadido. De esta forma se puede contribuir a reforzar la posición de los agricultores en la cadena alimentaria. Del mismo modo, las zonas rurales europeas son una parte irreemplazable de las cadenas de suministro a nivel mundial, a pesar de la COVID-19. También es importante no perder de vista los mercados internacionales y la competitividad del sector agrario.

El éxito del sistema de las indicaciones geográficas también ha demostrado cuán importante es promocionar los productos regionales. De hecho, la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve que en situación de necesidad, los consumidores tienden a centrarse en su producción nacional y regional, también debido a la posible ruptura del suministro desde el extranjero. No obstante, no podemos olvidar el buen funcionamiento tanto del mercado interior como de los mercados de exportación. La Unión Europea es el principal exportador de alimentos, por lo que fortalecer el mercado interior y trabajar para hallar nuevas oportunidades de mercado resulta elemental para los agricultores y las cooperativas.

Diversidad, diversidad y más diversidad

La agricultura ofrece múltiples posibilidades de empleo y de diversificación de las actividades en las zonas rurales. Sin restar importancia al servicio básico que los agricultores y sus cooperativas proporcionan en términos de empleo, también podrían formar parte de esta diversificación el agroturismo, la industria de la bioeconomía, la producción de energías renovables, los servicios asistenciales a través de la agricultura (también definidos como agricultura social), las excursiones escolares a las granjas y la venta directa (a través de formas de cooperación innovadoras entre agricultores y/o productores locales e impulsadas por un intermediario).

Esta diversidad de la actividad empresarial aporta

Page 12: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

12

vitalidad a las zonas rurales y las mantiene vivas. La diversificación es, de hecho, una tendencia al alza en la UE. Como lo demuestran datos del 2010, uno de cada tres agricultores buscaba diversificar sus actividades y casi el 80 % dedicó más tiempo a esto que a la agricultura. Además, el sector agroalimentario en su conjunto da empleo en la actualidad a cerca de 44 millones de personas.

La PAC apuesta por esta diversificación y el desarrollo de los negocios rurales, principalmente a través de las medidas del segundo pilar, aunque también existen otros fondos de los que pueden beneficiarse los agricultores, como los fondos de cohesión. Los fondos para el desarrollo rural son, sin lugar a dudas, la principal fuente de apoyo financiero de la UE que permite a los propietarios forestales y a sus cooperativas mejorar su competitividad a través del desarrollo sostenible. El objetivo debería ser hacer prosperar las actividades lucrativas y empresariales en las zonas rurales, gracias a la educación y al asesoramiento. Las normativas que rigen la realización de proyectos empresariales sostenibles deberían ser tan simples y sencillas como sea posible.

Fomentar la cooperaciónPromover las cooperativas

La cooperación entre agricultores es un factor clave para reforzar la posición de los agricultores en la cadena de suministro alimentario y proporcionar ayuda técnica a los socios cooperativistas. Las empresas cooperativas también aportan beneficios a otros actores de la cadena de suministro alimentario, así como a las comunidades rurales en las que operan.Las cooperativas, como empresas propiedad de los agricultores, pueden crear economías de escala en el mercado mediante la concentración de la oferta de alimentos y el refuerzo del poder de negociación de los agricultores, lo cual permite llevar a cabo acciones innovadoras y sostenibles que generan empleo en las zonas rurales despobladas, en beneficio de los agricultores, los consumidores y el funcionamiento global de la cadena de valor.

Gracias a sus inversiones y modelos de negocio, las cooperativas agrarias consiguen una penetración en el mercado más marcada y un mayor poder de negociación respecto a otros actores de la cadena de suministro alimentario. Además, también pueden ayudar a mitigar los riesgos y costes económicos, al aportar garantías y seguridad en los pagos y mutualizar las inversiones. En cuanto a las ventajas técnicas, la cooperación entre los agricultores añade valor a las actividades empresariales, proporcionando infraestructuras de producción, almacenamiento, transformación y transporte. En este sentido, las inversiones de las

cooperativas son elementales para la presencia de infraestructura en las zonas rurales.Por otro lado, las cooperativas agrarias son las estructuras más adecuadas para apoyar a los agricultores a diversificar los modelos de negocio tradicionales. Al crear valor, las cooperativas generan fuentes de ingresos adicionales para los socios cooperativistas y desarrollan nuevos mercados y productos. Todos estos elementos se traducen, a su vez, en beneficios económicos y sociales para las zonas rurales.

Debido a su arraigo en el territorio, las cooperativas agrarias no deslocalizan sus actividades, de forma que mantienen el dinamismo de las zonas rurales, creando oportunidades de empleo y ampliando la calidad de vida, la educación, la participación en actividades culturales, el bienestar y la felicidad. Dado que el cooperativismo agrario es esencial para lograr muchos de los objetivos destacados en el presente documento, promover las cooperativas resulta también elemental para dar poder a los agricultores y a las comunidades y economías rurales.

La interacción profesional

La PAC posterior a 2020 viene con la intención de fusionar las organizaciones de las redes europeas relacionadas con la PAC, actualmente estructuradas en dos niveles, para establecer un sistema unificado que abarcará un sinfín de temas. Respaldamos este enfoque, ya que garantizará una mejor coordinación de sus actividades, tanto a nivel europeo como nacional. También es crucial instaurar un marco y una plataforma eficientes para que los servicios de asesoramiento, los investigadores, los servicios relacionados con las organizaciones agrarias, el sector agrícola y otros actores relevantes puedan trabajar con esta red en todos los niveles. Entre otras tareas importantes, la nueva red de la PAC tendrá que abordar los objetivos específicos e intersectoriales de la PAC, en adelante ampliados con las medidas del primer pilar.

En un nivel menos formal, la red de la PAC debería promover también una colaboración más estrecha entre los agricultores y sus vínculos con otros actores. Para lograrlo, se debería fomentar la confianza entre aquellos que promuevan la red y los agricultores. Y para tener éxito, los intercambios deben realizarse en un entorno seguro, que incida en los beneficios directos, las soluciones colectivas y un propósito común. Las redes de la PAC también deberían tener como objetivo el establecer relaciones más informales entre los diferentes actores y las redes de agricultor a agricultor.

El asesoramiento es la clave

Page 13: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

13

Los servicios de asesoramiento pueden proporcionar a los agricultores la ayuda que tanto necesitan, siempre y cuando funcionen adecuadamente. Para las cooperativas agrarias, la implantación efectiva de los servicios de asesoramiento, de los que con frecuencia se ocupan, es fundamental para garantizar un asesoramiento excelente. Estos servicios deberían centrarse no sólo en las condiciones para acceder a la ayuda y en el conocimiento de la normativa, sino también en el cumplimiento de las normas y la utilización eficaz de los fondos. El respaldo financiero es un elemento en la PAC después de 2020, pero si los agricultores no tienen los conocimientos y la experiencia suficientes para ejecutar las medidas que podrían ayudarles a desarrollar sus actividades, difícilmente pueden tener éxito. La disponibilidad y el acceso a los servicios de asesoramiento a nivel nacional y regional es, por lo tanto, muy importante. El apoyo financiero de la PAC y el asesoramiento deberían ir de la mano para garantizar que la financiación esté bien enfocada y permita obtener resultados.

Además, el apoyo y el asesoramiento deberían ser proporcionados por los actores mejor cualificados. Esto significa que todos los consultores deben estar adecuadamente formados y preparados y deberían recibir también formaciones actualizadas de personas altamente cualificadas para garantizar que sus servicios estén a la altura de los últimos desarrollos, tanto científicos como políticos. A la hora de abordar los servicios de asesoramiento en la PAC posterior a 2020, debemos garantizar también que la futura estructura se construya sobre los cimientos sólidos de los sistemas anteriores, si ya existían. Las iniciativas financiadas con fondos públicos y privados deberían ser reconocidas y ser complementarias, para así garantizar la continuidad y no empezar desde cero.

Garantizar la mejor combinación posible entre la aplicación de políticas y la implicación de las partes interesadasUna combinación de políticas y participación de los interesados

Para garantizar el dinamismo de las zonas rurales resulta fundamental involucrar a las partes interesadas en el debate y velar por que las metas y los objetivos fijados por las políticas a nivel europeo beneficien realmente a las zonas rurales a nivel regional. Deberían llevarse a cabo iniciativas locales y desde el terreno para movilizar el potencial rural.

Las medidas incluidas en los planes estratégicos nacionales de la PAC deben partir de un marco

estratégico y de programación común, capaz de dirigir todas las intervenciones hacia objetivos económicos, sociales y medioambientales bien definidos. Deberían reflejar las necesidades y aspiraciones de los territorios interesados y respetar el principio de asociación. Para conseguir una combinación de políticas favorable para todos, deberíamos también cerciorarnos de que se incluye la perspectiva de género en todas las etapas de la elaboración de políticas y en todos los ámbitos de política comunitaria. La integración de la perspectiva de género debería aplicarse a todos los niveles, ya sea en la planificación, la concepción o la aplicación de las políticas, el seguimiento de las cuestiones de género, la transformación institucional sensible a la cuestión de género y la sensibilización sobre esta última.

Cabe destacar que la PAC todavía ofrece el mejor marco posible para apoyar a los agricultores y sus cooperativas en sus esfuerzos por proporcionar a la UE seguridad alimentaria, zonas rurales viables y una agricultura sostenible. También se ha confirmado que la PAC puede conseguir los objetivos fijados por el Pacto Verde Europeo y las estrategias «De la granja a la mesa» y «Biodiversidad» respectivamente. A este respecto, la PAC debe seguir siendo el pilar del apoyo a los agricultores y sus cooperativas y estar dotada de los fondos adecuados, de agencias de pago que eviten las demoras y de normas simplificadas que permitan reducir la carga administrativa y el margen de error de los agricultores beneficiarios. Asimismo debería garantizarse la coherencia entre las diferentes políticas dirigidas a las zonas rurales para permitir una combinación de políticas efectiva. Las políticas agrícolas y rurales deben interactuar dentro de un contexto más amplio de estrategias nacionales y regionales y ser complementarias y coherentes con otras políticas. Deberían estudiarse los efectos de todas las políticas sobre las zonas rurales desde un punto de vista territorial para entender sus consecuencias y abordar sus desventajas, si las hubiera. Los funcionarios encargados de estas políticas deberían tener una formación en las cuestiones relacionadas con el mundo agrario, a fin de comprender mejor los problemas de los agricultores y los obstáculos en las zonas rurales.

En lo referente a la implicación de las partes interesadas, siguiendo el planteamiento de la Comisión para los grupos de diálogo civil, esta plataforma debería existir también en cierta medida a nivel nacional para garantizar la comunicación de las partes interesadas nacionales con las autoridades relevantes. Cada Estado miembro tiene un modelo y una estructura de comunicación diferentes en función de las condiciones nacionales, pero debería existir una plataforma en todos los Estados miembros que garantice que los agricultores tienen el derecho

Page 14: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

14

legal de intercambiar información, sea cual sea la estructura política a nivel nacional.

Las sinergias entre los fondos

Las sinergias entre los fondos deberían servir para garantizar una respuesta política coherente y un uso eficiente de los fondos en las zonas rurales. Deberían fomentarse no solo las sinergias directas entre los diferentes fondos para una operación, sino también entre los distintos programas operativos en una región determinada, incluido entre los diferentes programas operativos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Social Europeo+ (FSE+), el Fondo de Cohesión y también con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y los programas operativos transnacionales o transfronterizos. También deberían explorarse las sinergias entre fondos, a fin de contar con un planteamiento uniforme sobre el relevo generacional dentro de distintos fondos, por ejemplo, la formación profesional incluida dentro del programa Erasmus +.

Será fundamental que las mujeres rurales puedan disfrutar también de las oportunidades de financiación ofrecidas por la política de cohesión de la UE y el Consejo Europeo de Innovación. Esto permitirá a las agricultoras y sus cooperativas liderar la innovación y la diversificación. Las mujeres de las zonas rurales también pueden disfrutar de unos servicios de asesoramiento y una formación profesional continua adaptados a sus necesidades y disponibles en relación con otros Fondos EIE, como el Fondo Social Europeo. «La UE de la próxima generación», que se desarrollará dentro del MFP 2021-2027 para dar respuesta a la pandemia de COVID-19, también debería utilizarse en las zonas rurales tanto como sea posible, para que éstas estén preparadas para lidiar con los desafíos venideros.

PUNTOS CLAVE

Abordar la despoblación:- Apoyar a los jóvenes de manera que quieran vivir y trabajar en las zonas rurales;- Invertir en zonas rurales vibrantes;

Garantizar la cobertura de la banda ancha en todas las zonas rurales:-Desarrollar más y promover el concepto de aldeas inteligentes;-Proporcionar inversiones a los empresarios rurales para que desarrollen sus negocios de manera sostenible;-Prever que las zonas rurales tengan acceso a los servicios básicos mediante enfoques innovadores de la movilidad;-Promover la igualdad de género en todos los sectores.

Proteger el medio ambiente y los paisajes rurales:-Ayudar a proteger el medio ambiente y los paisajes rurales tradicionales;-Adaptación y mitigación del cambio climático.

Apoyar la agricultura, la silvicultura y la bioeconomía:- Apoyar el enfoque circular de la bioeconomía en los diferentes sectores;- Fomentar la agricultura y la gestión tradicional en las zonas marginales;- Preservar el potencial de las tierras agrícolas;- Estimular la ordenación forestal sostenible.

Promover la naturaleza diversa de los negocios rurales:- Centrarse en las cadenas de valor cortas y en los mercados locales;- Diversificar las opciones para las empresas rurales.

Fomentar la cooperación:- Empoderar a los agricultores y a las cooperativas agrícolas;- Establecer vínculos de red entre todos los agentes rurales.

Proporcionar servicios de asesoramiento de calidad:- Asegurar la mejor combinación posible entre la aplicación de políticas y la participación de los interesados;- Involucrar a todos los interesados en el debate sobre las futuras zonas rurales;- Proporcionar una financiación adecuada en apoyo de las zonas rurales vibrantes.

Page 15: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

15

Page 16: LA VISIÓN A LARGO PLAZO PARA LAS ZONAS RURALES DESDE …

16

6, Rue de TrèvesB - 1040 Bruxelles

Télephone 00 32 (0) 287 27 11Télefax 00 32 (0) 287 27 00

El Copa y la Cogeca representan la voz unida de los agricultores y de las cooperativas agrarias en la UE. Juntos, se aseguran de que la agricultura de la UE sea un sector sostenible, innovador y competitivo, que garantice la seguridad alimentaria de más de 500 millones de personas en toda Europa. El Copa representa a más de 23 millones de agricultores y sus familias, mientras que la Cogeca representa los intereses de 22 mil cooperativas agrarias. Reúnen 66 organizaciones miembros procedentes de los Estados miembros de la UE.