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A los vecinos que me permitieron entrar en sus casas El Inventario de arquitectura popular, iniciado en 1993, se estructuró en tres fases, centradas cada una de ellas en los lugares de producción y transformación (1ª fa- se, 1993-1994), en lugares de habitación (2ª fase, 1995-1996) y, finalmente, lugares de sociabilidad (3ª fase, 1996-1997); fases que si no completaban un in- ventario, sí complementaban el conjunto de categorías y tipos arquitectónicos por inventariar. En las tres fases participé 1 realizando el trabajo corres- pondiente a la provincia de Málaga 2 . El Inventario pretendía conocer para proteger, conju- gando –al menos de forma implícita desde la segunda fase– dos formas de enfoque: la del estudio y la del in- ventario propiamente dicho 3 . Los datos escogidos de entre el universo de hechos, plasmados en la información documental contenida en las fichas y aportada en el material fotográfico, serviría de base a posteriores trabajos analíticos sobre morfología, funcionalidad, terminología, cartografía etnográfica, etc. En esta fase correspondiente a la vivienda, la provincia se definió como marco amplio de referencia, siendo el marco real de trabajo la comarca, abarcable en términos y tiempo operativos, y el marco básico de referencia el núcleo de población, contextualizado en su comarca. SOBRE OBJETOS, MÉTODOS Y PROCEDIMIENTOS El objeto a inventariar, dicho en términos generales, ha sido el inmueble levantado según técnicas y concep- ción "tradicional", dedicado preferentemente a habita- ción, ubicado en medio rururbano, en hábitat concen- trado, teniendo en cuenta que, tratándose de contextos etnográficos, la interactividad de la actitud vital cotidiana representa con frecuencia la alteración del objeto en función tanto de su adaptación a las ne- cesidades de la actividad o del cambio de la misma, como a las modas o nuevos usos. Desde el inicio quedaron fijados los criterios principales de trabajo: priorización de la arquitectura vernácula, con aceptable nivel de mantenimiento (mayor o menor integridad); criterio comarcal-geográfico: ámbito local; selección representativa en función de los tipos de vi- vienda establecidos tras un reconocimiento del pueblo. La ficha de registro, a partir de una tipología socioe- conómica dada, perseguía establecer una tipología constructiva y espacial, así como detectar cambios y variaciones locales o comarcales ligados a tradiciones culturales o a cuestiones geográficas (topográficas, de disponibilidad de material, etc.), compartiendo la afir- mación [Rodríguez. Becerra, 1984] de que en Etno- grafía debe presidir fundamentalmente el criterio de uso común o frecuencia al de excepcionalidad, pero sin olvi- dar que la presencia de estas "excepciones" a menu- do es el resultado de la desaparición del resto de la muestra. El trabajo en su desarrollo requería una metodología etnográfica y un enfoque transdisciplinar para afrontar distintos niveles de análisis: de aspectos técnico-cons- tructivos, volumétricos y espaciales; de contextos et- nográficos; de contextos históricos, no conductuales que perviven en la tradición constructiva y fosilizan en la obra arquitectónica; de análisis espacial territorial y de relación con el entorno. La mecánica del trabajo se basó en dos estrategias complementarias: 1. información documental y bibliográfica (especial- mente monografías, trabajos sistemáticos –inventa- rios histórico-artísticos– y guías); 2. información de campo, con dos partes bien dife- renciadas: 194 PH Boletín 29 Información: Patrimonio Histórico Andaluz La vivienda “tradicional” en la provincia de Málaga. Aproximación a partir del Inventario de arquitectura popular Pilar Ordóñez Vergara

La vivienda “tradicional” en la provincia de Málaga

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Page 1: La vivienda “tradicional” en la provincia de Málaga

A los vecinos que me permitieron entrar en sus casas

El Inventario de arquitectura popular, iniciado en 1993,se estructuró en tres fases, centradas cada una de ellasen los lugares de producción y transformación (1ª fa-se, 1993-1994), en lugares de habitación (2ª fase,1995-1996) y, finalmente, lugares de sociabilidad (3ªfase, 1996-1997); fases que si no completaban un in-ventario, sí complementaban el conjunto de categoríasy tipos arquitectónicos por inventariar.

En las tres fases participé1 realizando el trabajo corres-pondiente a la provincia de Málaga2.

El Inventario pretendía conocer para proteger, conju-gando –al menos de forma implícita desde la segundafase– dos formas de enfoque: la del estudio y la del in-ventario propiamente dicho3.

Los datos escogidos de entre el universo de hechos,plasmados en la información documental contenida enlas fichas y aportada en el material fotográfico, serviría debase a posteriores trabajos analíticos sobre morfología,funcionalidad, terminología, cartografía etnográfica, etc.

En esta fase correspondiente a la vivienda, la provinciase definió como marco amplio de referencia, siendo elmarco real de trabajo la comarca, abarcable en términosy tiempo operativos, y el marco básico de referencia elnúcleo de población, contextualizado en su comarca.

SOBRE OBJETOS, MÉTODOS YPROCEDIMIENTOS

El objeto a inventariar, dicho en términos generales, hasido el inmueble levantado según técnicas y concep-ción "tradicional", dedicado preferentemente a habita-ción, ubicado en medio rururbano, en hábitat concen-trado, teniendo en cuenta que , tratándose decontextos etnográficos, la interactividad de la actitudvital cotidiana representa con frecuencia la alteracióndel objeto en función tanto de su adaptación a las ne-cesidades de la actividad o del cambio de la misma,como a las modas o nuevos usos.

Desde el inicio quedaron fijados los criterios principalesde trabajo: priorización de la arquitectura vernácula,con aceptable nivel de mantenimiento (mayor o menorintegridad); criterio comarcal-geográfico: ámbito local;selección representativa en función de los tipos de vi-vienda establecidos tras un reconocimiento del pueblo.

La ficha de registro, a partir de una tipología socioe-conómica dada, perseguía establecer una tipologíaconstructiva y espacial, así como detectar cambios yvariaciones locales o comarcales ligados a tradicionesculturales o a cuestiones geográficas (topográficas, dedisponibilidad de material, etc.), compartiendo la afir-mación [Rodríguez. Becerra, 1984] de que en Etno-grafía debe presidir fundamentalmente el criterio de usocomún o frecuencia al de excepcionalidad, pero sin olvi-dar que la presencia de estas "excepciones" a menu-do es el resultado de la desaparición del resto de lamuestra.

El trabajo en su desarrollo requería una metodologíaetnográfica y un enfoque transdisciplinar para afrontardistintos niveles de análisis: de aspectos técnico-cons-tructivos, volumétricos y espaciales; de contextos et-nográficos; de contextos históricos, no conductualesque perviven en la tradición constructiva y fosilizan enla obra arquitectónica; de análisis espacial territorial yde relación con el entorno.

La mecánica del trabajo se basó en dos estrategiascomplementarias:

1. información documental y bibliográfica (especial-mente monografías, trabajos sistemáticos –inventa-rios histórico-artísticos– y guías);

2. información de campo, con dos par tes bien dife-renciadas:

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a) en primer lugar la entrevista, con informantes decada localidad, guiada con un cuestionario, y

b) el inventario propiamente dicho con la localiza-ción de los inmuebles y lugares, la toma de foto-grafías (del interior y del exterior, encaminada arecoger tanto la generalidad como la particulari-dad de los objetos, muebles o inmuebles a inven-tariar –desde la individualización del objeto al re-flejo de soluciones técnicas, etc.); y la realizaciónde croquis para la valoración del espacio interior,su organización y distribución; lo que a su vezconlleva una entrevista específica sobre el inmue-ble y la actividad en él desarrollada.

En este punto hay que resaltar las dificultades que plan-tea la misma naturaleza del trabajo, en especial el acce-so al interior de las viviendas. La forma más práctica haresultado ser la aproximación a través del Ayuntamien-to, y la posterior visita a las casas, acompañada por unempleado municipal o por un vecino. Esta colaboraciónresulta más fácil en los pueblos de pequeño y medianotamaño, y más compleja en los de mayor población. Elobjetivo era disponer de un "introductor" que minimiza-ra la natural desconfianza del propietario o usuario dela vivienda. En otras muchas ocasiones, el acercamientoa la casa se hizo directamente, sin mediación alguna.

EVALUACIÓN

El trabajo en la provincia de Málaga, dividida en nueveáreas o comarcas, se desarrolló en cuatro comarcas:Altiplanicie de Ronda, Valle del Guadalhorce, Ajarquía,Montes de Málaga; en la primera de ellas en la totali-dad de poblaciones y en las tres restantes, sólo par-cialmente, habiéndose realizado 112 fichas correspon-dientes a 25 localidades, con una media de cuatrofichas por localidad. Según las categorías socioeconó-micas previamente establecidas, aproximadamente el50% corresponden al tipo vivienda de pequeño propie-tario/jornalero, un 30% a vivienda de mediano propieta-rio, un 15% a gran propietario, un 1% a vivienda de ga-nadero y, finalmente, un 4% a vivienda de artesano.

El trabajo realizado permite avanzar resultados en esascuatro comarcas y plantear problemas a resolver res-pecto de los tipos arquitectónicos y de la existencia dereferentes geográficos en la concreción de los mismos,así como en la revalorización del contexto histórico, ad-virtiendo que los porcentajes de cada grupo no fueronestablecidos a priori desde un estudio al efecto, no es-tando pues ponderados, por lo que no puede exten-derse su interpretación más allá del contexto estrictodel trabajo.

CONSIDERACIONES SOBRE SU ESTADOACTUAL

El Inventario de Arquitectura Popular (1993-1997)constituye un intento de resolver la cuestión del cono-cimiento de la entidad de ese patrimonio, de sus ele-

mentos, pero la restricción de su alcance a la "individua-lidad", su planteamiento más propio de "estudio" y la li-mitación de medios, económicos y de personal, para surealización –condicionando obligatoriamente sus resul-tados– no pasa de ser una primera aproximación alproblema en el camino de dar una respuesta correcta.

La realización de este trabajo pone de manifiesto unagran carencia de protección a escala municipal de esteelemento del patrimonio histórico; y en contraste, ladespreocupación de algunos Ayuntamientos y el inte-rés de otros en el trabajo que se realiza, en su posiblerepercusión y en el acceso a esa información. En cual-quier caso, cuando iniciativas de demanda de protec-ción del patrimonio inmueble vernáculo han partidode entidades locales, la respuesta ha sido desigual.

Esto afecta especialmente a las poblaciones medias ypequeñas, en las que la atención urbanística ha sido in-suficiente al haber aplicado (cuando se ha hecho, queno en todas) una normativa general de ámbito provin-cial ajena a consideraciones topográficas, geográficas ohistóricas, y con atención, si la hay, exclusivamente a lasviviendas, pero no a otros elementos integradores delpaisaje. No hay en estos casos una respuesta municipalúnica al problema de la desaparición de la arquitecturavernácula: mientras para algunos es un grave problema(que manifestaban interesándose por el trabajo del In-ventario que se estaba realizando, su posible repercu-sión y el modo de acceso a esa información), en otrosla despreocupación es total. En este sentido hay quedecir que sólo se conserva aceptablemente en aquellaspoblaciones donde los vecinos manifiestan interés porel mismo, ya que la normativa –caso de existir– es ig-norada en la mayoría de los casos: los Ayuntamientostienen, por decirlo de modo simple, la última palabra,pero la relación entre vecinos –y entre familiares– querepresenta su razón de ser condiciona su actuación.Además, los planes de rehabilitación de la DirecciónGeneral de la Vivienda en el medio rural no contem-plan en absoluto4 el mantenimiento de elementosconstructivos o tipologías arquitectónicas tradicionales,al aplicar directamente la normativa V.P.O.

Así, a falta de un interés general por la cuestión, res-pecto a la conservación y mantenimiento con mayoro menor integridad de la vivienda, la conclusión a laque se llega de forma inmediata es que se mantienen

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Otros 5%

Medianos propietarios 33%

Pequeños propietarios 47%

Grandespropietarios 15%

Gráfico 1. Distribución de viviendas por tipologías

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en su integridad aquellos inmuebles que responden ados situaciones diferentes y opuestas:

• el caso en el que se trata de infraviviendas por la au-sencia de condiciones elementales de habitabilidad,con un carácter marginal o cuasimarginal, no trans-formadas porque sencillamente no se ha podido dis-poner de recursos para ello5, y

• el caso de viviendas que mantienen simbólicamenteun cierto status social, cuidadas y conservadas conorgullo por sus propietarios.

Algunos elementos de arquitectura vernácula habita-cional pueden ser tratados, a priori, desde la singulari-dad, porque así han sido concebidos e interpretados:desde la expresión de un status social, o la manifesta-

ción de una funcionalidad concreta; pero otros, obliga-toriamente, tienen su sentido en el conjunto, especial-mente en el caso de la arquitectura más claramentevernácula, la que proviene de la autoconstrucción,pertenenciente a las clases sociales más bajas, no pue-de desgajarse el conjunto con protecciones individuali-zadas, dándoles un carácter falso, que ni tienen ni hantenido, esto es, pueden tomarse ciertas viviendas co-mo modelo en cuanto integrantes de un conjunto, pe-ro no como elemento a singularizar. Las viviendas re-gistradas en el Inventario son únicamente una muestrade ese conjunto patrimonial, por lo que únicamenteparece pertinente su catalogación en el contexto de lapreservación del conjunto.

ALGUNAS CONCLUSIONES Y PROPUESTAS

El Inventario, del que lo realizado hasta el momentodebería considerarse tan sólo un avance y ensayo, de-bería en su continuidad responder a una problemáticasocial inmediata como es la protección de patrimonioarquitectónico de carácter vernáculo en la ComunidadAutónoma de Andalucía, competencia de la Junta deAndalucía, tal y como se define en el Estatuto de Au-tonomía; sirviendo, en consecuencia, para el conoci-miento del mismo, debiendo estar ideado desde unospresupuestos patrimoniales y científicos rigurosos, yconduciendo a la correcta evaluación de la entidad deese patrimonio y de los problemas que su conserva-ción plantea.

El objetivo último no debe ser otro que el de servirpara la elaboración de una serie de medidas que per-mitan, con su aplicación, la superviviencia de este tipode arquitectura, en franco retroceso en las últimas dé-cadas y anecdótica ya en buenas par te de las pobla-ciones andaluzas, y con ello evitar la pérdida de un as-pecto imprescindible de la comunidad como son loselementos que conforman su identidad, como unamuestra más de la diversidad cultural universal.

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aluz Gráfico 2. Distribución y localización de registros de viviendas por municipios de Málaga. Inventario de

Arquitectura Popular. Fase II

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La desvalorización del mundo rural en las últimas déca-das dio lugar a un importante abandono, y "desprecio",de los lugares, casas o pueblos en los que se vivía: nohabía interés en conocer lo propio, no se le veía valoralguno. Desde entonces hasta ahora, se ha producido,pues, una fuerte transformación. El cambio era en mu-chos casos necesario: había que adecuarse a las necesi-dades (higiénicas y de todo tipo) de los tiempos quecorrían, había que alejarse, siquiera mentalmente, de lapenuria y estrecheces de otros tiempos. En ese sentido,se puede señalar que el aumento de viviendas desocu-padas en los pueblos es un proceso paralelo al aumen-to del número de viviendas de nueva planta: se tira lavieja para hacer la nueva. Se debe asumir, por el contra-rio, la importancia de la arquitectura tradicional en eldesarrollo de las pequeñas y medianas poblaciones.

La cuestión principal radica, a mi juicio, en la necesidadde una visión integradora del Patrimonio, basada ensoluciones totalizadoras e implicadoras, huyendo deotras parciales o de compromiso. Es necesario afron-tar la realidad de ese patrimonio y buscar solucionespara el mismo en su propio contexto y en un tiemporazonable, en sus manifestaciones: inmuebles, mueblesy actividades.

Los inmuebles deberían estar protegidos desde la nor-mativa urbanística y la ordenación territorial, teniendoen cuenta la diversidad de su naturaleza. Un cambioen el enfoque de la cuestión, asumiendo la protecciónde estos elementos patrimoniales como objetivo prio-ritario, al tener fuertes implicaciones en el desarrollode Andalucía y al tratarse de un patrimonio vivo, tanvulnerable, de recuperación imposible por el falsea-miento que esta supondría, ajena a su propia naturale-za. La orientación hacia el marco territorial implicaríauna apuesta presupuestaria y de planteamiento sólida,que podría aportar soluciones desde una perspectivaglobal, en plazos de tiempo justos. Las experienciasaisladas de protección sin tener en cuenta a quieneslos habitan y a quienes les destruyen no han dado elresultado que presumiblemente cabría esperar.

Así, si el objetivo es conocer, catalogar y proteger esoselementos patrimoniales, habría que trabajar en elcontexto de Catálogos de Patrimonio, que deberíanser el resultado de un registro exhaustivo y sistemáti-co de los elementos pertinentes, para el que se parti-ría de la valiosa experiencia del Inventario de Arqui-tectura Popular realizado hasta ahora, pero con unplanteamiento bien diferente:

• Basado en el trabajo de grupos provinciales (sin des-deñar la importancia de un criterio geográfico, porcuanto éste proporciona conocimiento más profun-do, homogéneo y multiperspectívico del territorio)integrando diferentes planteamientos disciplinarios.

• Integrado, y en colaboración, con otros organismosimplicados en el tema, estatales, autonómicos y pro-vinciales –Consejería de Obras Públicas, Diputacio-nes Provinciales (Servicios de Arquitectura y Orde-nación del Territorio), Ayuntamientos, Centros yConsorcios de Desarrollo Rural, etc.

• Dotado suficientemente de recursos humanos yeconómicos, con una programación real temporal ypresupuestaria.

• Que tenga en cuenta no sólo los aspectos más di-rectamente ligados a la cuestión "monumental", legalo técnica, sino también la necesidad de incluir unanálisis especializado sobre la repercusión sociológi-ca y económica de la transformación –destrucciónen tantos casos– del hábitat tradicional, de su con-servación y mantenimiento.

SELECCIÓN DE DATOS

En las monografías y trabajos genéricos sobre arqui-tectura tradicional en la provincia de Málaga se distin-gue normalmente en tres tipos, atendiendo a las ca-racterísticas geográficas y topográficas, como son:

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aluzGráfico 3.

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costero, de sierra, y de vega. Esta estructuración pare-ce, a priori, demasiado simple. Con lo visto hasta aho-ra, las diferencias entre unas zonas y otras aparecenmás patentes a la hora de construir, esto es, en el em-pleo de materiales y técnicas constructivas, y sobre to-do en función de la clase social; pero no lo son tantoen lo que respecta a la concepción de la casa, a la dis-tribución de funciones en su interior, a la variación endependencias: la casa es, ante todo, un producto his-tórico, y son muchos más factores los que entran enjuego en su concepción que los puramente geográfi-cos, aunque, naturalmente, la topografía, por ejemplo,suponga también un condicionante.

El texto que sigue corresponde en su mayor parte alas memorias parciales del Inventario y constituye portanto una primera sistematización de la informacióndel trabajo de campo.

Altiplanicie de Ronda

En general, no suele haber cimentación: la casa seapoya directamente en la roca del suelo, erriza. Cuan-do era necesario se hacía, de aproximadamente unmetro de profundidad.

Sobre tecnología constructiva, hay que señalar que latécnica empleada es adintelada, de soportes de fuer-zas perpendiculares. Las impresiones de arco que pue-den verse en algunos lugares son tan sólo moldurascon valor decorativo.

Los muros de carga son generalmente de mamposte-ría, trabada con barro o seca. En algunas localidades,pero excepcionalmente, son también de sillares. Máscomún es el empleo de la piedra seca, sin mortero,generalmente sólo hasta una cierta altura, a partir dela que se continúa en mampostería; en esos casos elancho de los muros, en el caso de Teba, según nos in-dicaba el informante, el ancho del muro no era mayorde 40 cm. porque las piedras de aquí son chicas y nodan para cruzar. Hay que disponer cada tanto piedras alo ancho del muro, del exterior al interior para que tra-ben. Al día se alzaba un bancal (un metro aprox.), traba-jando un maestro con un peón y otro peón arrimandopiedras o tierra , con un cubo o con una tabla –transpor-tada sobre la cabeza.

Es muy común el uso del tapial, del barro, para el alza-do de los muros, muy pobre en cal pero abundanteen mampuestos, en piedras que le dan consistencia.Los cajones eran de cuarenta a ochenta centímetrosde espesor, y se compactaban con pisones.

La tabicación en el interior de la vivienda es de ladrillo,de tosca –piedra caliza muy porosa– y cañizo recubier-to de yeso.

Por otro lado, en cuanto a la cubierta, entre los albañi-les no se emplea el término armadura, sino tejado y tije-ra, que se compone de planchas –las hileras que des-cansan sobre el muro, paralelas a éste–, caballete –laviga cumbrera– y vigas –los pare. Éstos últimos van es-tribados en una plancha sobre el muro de carga, o biensujetos al muro con una cruceta. Si la crujía es muy an-cha, se refuerzan los pares con quitacimbras, tirantas yjabalcón, travesaños a los pares que tienen por objetoevitar la comba de las vigas del tejado. Por encima delas vigas se dispone una cubierta de madera, de tablascubriendo completamente la superficie. Encima de lastablas se colocan las tejas. En ocasiones la tabla es susti-tuida por una estructura cañizo, con idéntica función.

El alero es muy sencillo, normalmente un simple listelde ladrillo a tizón. Tan sólo en un caso he apreciadobocateja. En los últimos años se está introduciendo elpico de gorrión.

En cuanto a los forjados, son de vigas tendidas a lo an-cho de la crujía sobre las que se coloca cañizo o tablas.

Entre las maderas empleadas, están preferentementela de pino, de álamo, y, más recientemente, de eucalip-to. Las vigas son siempre rollizos, troncos o, por lo ge-neral ramas, desbastadas. En casas de sectores más al-tos en la escala social se emplean cuartones, vigas desección rectangular.

La fachada, se compone básicamente de una entraday dos vanos, uno en planta baja y otro en planta alta.En función del status social el número de vanos en fa-chada se multiplica seriándose simétricamente, tantoen planta baja como en alta: dos ventanas franquean-do la puerta, otras dos en la planta superior sobre lasventanas de abajo, etc.

Las ventanas, por lo general, no tienen rejas, y si la tie-nen suele ser en la planta baja. Una puerta, principal yfrecuentemente única, de dos hojas, da acceso a la ca-sa. A veces, hay también una puerta trasera.

En el interior, se suele decorar el arco de transiciónentre habitaciones con una moldura en el dintel. Nose cerraba más que con una cortina, aunque normal-mente el dormitorio sí tenía puerta. Con posteriori-dad se han colocado puer tas entre las habitaciones,puertas que no faltaban en las casas de mayor statussocial. Es chocante como en muchas casas6 la cocinase separa del cuerpo casa con una puerta con cerrojo–que se cierra desde el cuerpo casa–, aún habiendootra puer ta con cerrojo entre la cocina y el patio–que se cierra desde la cocina.

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En lo que se refiere al acabado, tanto el exterior co-mo el interior están enlucidos y, normalmente encala-dos, aunque es muy frecuente el uso de colores encontraste, especialmente en zócalos y en el interior(veras). Se emplean preferentemente verde, rojo, azul,ocre y marrón, contrastándolos con blanco.

En cuanto al espacio interior, hay que decir que la casaelemental es de dos crujías, de dos cuerpos, y comodependencias mínimas tiene, en la planta baja, el cuer-po casa y el cuarto (el dormitorio), y la cámara. La es-tructura básica es:

(portal, zaguán, sanjuán) - cuerpo casa, casa - come-dor, comedorcito - cuarto - patio- corral,

prolongándose en la calle, en la puerta de la casa co-mo espacio de descanso, de charla con los vecinos.

La casa en torno a un patio es privativa de clases me-dia-alta y alta.

La parcela larga en la que se sitúa la casa tiene su expre-sión en la topografía del terreno y en el hecho de quecada crujía se escalone adaptándose al terreno. En pri-mer término se localiza el espacio habitacional, y en últi-mo las funciones relacionadas con la actividad económi-ca, normalmente primaria, ya que el lugar para guardartanto los animales como la producción ha estado en lacasa. No siempre el corral o la cuadra tienen entradatrasera: si no puede accederse al mismo por una puertatrasera, se accede por la única puerta de la casa, atrave-sando los animales la totalidad de la vivienda, marcandoel tránsito una banda de empedrado o de cascajo.

Los cuartos, el cuerpo de la casa, el comedorcito y lacocina, si existe, son los espacios realmente domésti-cos, de acceso sólo para el grupo doméstico y susmás directos allegados. En este caso, la parte social esel portal, la puerta de la calle.

Normalmente, toda la par te habitacional está en laplanta baja, incluyendo las habitaciones para dormir.Ahora bien, si se desarrollan actividades comerciales oprofesionales en la casa, éstas se localizan en la prime-ra crujía, pasando los dormitorios a la planta alta. Eldormitorio principal está, normalmente, a la derechasegún se entra en la casa, y tiene una (y a veces única)ventana a la calle (lo que podría poner en relevancia,por un lado, el papel social del matrimonio, por otrouna cierta función de vigilancia de la entrada a la casa).Es también espacio de sexualidad socialmente recono-cida (a través del matrimonio), de nacimiento y demuerte (el duelo, en el portal y en el cuerpo de casa).El otro cuarto es para los hijos que residen en la casa,esto es, que no están en edad de casarse.

La chimenea en el interior de la casa se relaciona, enlo visto hasta ahora, más con el espacio disponible enel interior de la casa que con la altitud: por ejemplo,en Teba, en las casas de solo dos crujías, con un espa-cio muy restringido, y en las que no hay una habita-ción donde tengan lugar las funciones de cocina, lachimenea se sitúa en el cuerpo de casa, y allí, sobre la

trébede, se cocinaba. Tenía, también, la posibilidad deservir de fuente de calefacción. Pero normalmente lacalefacción de la casa se ha realizado (y se realiza) conbraseros de carbón: la leña tiene dueño, y el aprovisio-namiento no es libre.

El lugar habitual para encontrar la chimenea es pues lacocina: si hay una habitación destinada a ser el lugardonde se prepara la comida, allí está la chimenea. Sino existe esta habitación, allí donde esté la chimenease localizará la cocina como espacio para la alimenta-ción, con alacenas hornillos y chimeneas. La cocina,como dependencia específica no existe más que en lascasas de un cierto status social; aunque en las casas demediano propietario existe una cocina de la matanza ococineta, donde se enciende la lumbre de la que sacarbrasas para aviar la comida en un hornillo o en un ana-fre, o para el brasero, y está situada al fondo del patio–que queda así convertido en patio interior.

Igualmente, el cuar to de baño es una dependenciacon un fuer te carácter social: en las casas de claseacomodada, desde principios del siglo XX lo había–anteriormente había un retrete, pero no asociado enel espacio con una bañera–, distintas necesidades seasocian con diferentes muebles y dependencias –pa-langanero, barreño, corral, retrete (fijo o portátil).

La parte alta de la casa, la cámara, se destina a lugar dealmacenamiento de la producción para autoconsumo.

Como observación general, el espacio habitado, do-méstico, es inferior al espacio total disponible, de pro-ducción económica. Los patios y corrales ocupan la ma-yor parte de la superficie. La casa traza también el ejeentre el corral y la calle; por lo general no hay más ac-ceso que la puerta de la fachada, siendo rara una puer-ta del corral a la calle, una puerta trasera. Igualmente, ala cámara (o camarilla perdía, camarote o granero) se su-be desde la casa, salvo en un caso en el que el accesose realiza desde el corral. La escalera es de uno o dostramos, y el hueco se utiliza para colocar la despensa. Lachimenea es un elemento casi habitual en la vivienda.

Los materiales de construcción son la tierra, (en ladri-llo de barro para pavimento y tabicación –ladrillo moru-no, dormido, rayona y tochana– y en barro para tapias yparedes de barro); la piedra (mampuestos de caliza, a

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veces también de otras piedras, como toba, caliza po-rosa y más ligera, tosca, piedra abata o nerisca; transfor-mada en yeso –para enlucidos y acabados–, y cal –quepuede emplearse en todo el proceso, desde mezcladacon la tierra del tapial para darle más consistencia, has-ta el encalado de las paredes, tanto interior como ex-terior); y materias vegetales como son madera (comomaterial constructivo –pies derechos y vigas en rollizosy cuar tones; como elemento de cierre en puer tas yventanas; siendo normalmente de pino y de álamo, yen ocasiones de eucalipto) y caña (para techos y cu-biertas; en ocasiones también para tabicación interior,recubriendo un entramado de cañas con yeso).

En general, y válido para las otras tres comarcas, la ca-sa está habitada por una familia nuclear neolocal, queocupa su propia vivienda. Suele ser propiedad delhombre, del marido: si se pregunta a las mujeres, ge-neralmente responden que la casa era de sus suegros.El ajuar de la casa –el dormitorio y el comedor– esaportado por la mujer.

Aparte de la compra, el sistema de transmisión de la vi-vienda es el hereditario. Los bienes y propiedades delos padres se reparten de forma igualitaria entre los hi-jos. Existe una excepción en el caso de que uno de loshijos se haga cargo de los padres hasta la muerte de es-tos: es "la mejora". De modo que la casa se hacen tantaspartes como herederos haya. Si la casa es de grandesdimensiones y todos los hijos están interesados en ella,se divide físicamente en esas partes. Sino, quedan comoparte de tasación, de modo que el heredero más inte-resado en quedarse con la vivienda resarce a los demásdel valor de su parte. Es interesante ver como las facha-das traslucen, con la partición y duplicación de la puertao con las reformas que se manifiestan sólo en un ladode las fachadas el reparto hereditario de la casa. Esa di-visión de la casa puede hacerse también en vertical, demodo que las distintas plantas de la misma pueden co-rresponder a diferentes viviendas. En el caso de preca-riedad económica, se llega a dividir la casa a veces enpartes mínimas, a las que luego, por compra o por he-rencia, se van añadiendo otros espacios pertenecientesa los inmuebles contiguos –en horizontal y en vertical–,no teniendo por qué corresponder la vivienda con el lí-mite del espacio construido originalmente. A veces esteproceso de decisión de negociación en la valoración dela casa y en el pago a los demás hermanos motiva elque durante largo tiempo la casa esté deshabitada, ocu-pada ocasionalmente en vacaciones, y con ello se dete-riore. En algún caso, debido a lo pequeño de la propie-dad, según los informantes, la propiedad –casa otierras– se distribuía en lotes, con elementos de com-pensación o mejora, o bien se sorteaban con papeletas,tantas como interesados y lotes.

Valle del Guadalhorce

Con frecuencia la casa tiene una cimentación mínima,apoyando directamente sobre la roca madre.

Es de interés la técnica constructiva basada en el em-pleo de bóvedas de cañón –principalmente– o de

arista en la planta baja de los inmuebles de cierta enti-dad, técnica esta ampliamente difundida en la zona,siendo muchos los ejemplos de su empleo.

La técnica muraria habitual es el tapial –con muchas ygruesas piedras– y la mampostería. En la tabicación seemplean tabiques de ladrillo y de caña (estos últimosprincipalmente para compartimentar las cámaras).

Las cubiertas son de tijera, armadura de parhilera, concañizo, yeso y tejas. A propósito de la cubierta, en elcaso de Casarabonela, Feduchi7 la describe de la si-guiente manera "cubier ta a dos aguas, chimenea degran por te y remate muy repetido en esta zona. Lacubier ta de teja, está encalada en aleros, caballete ydos hileras sí, tres o cuatro no". Lo más frecuente esque sólo se pinte el caballete y el borde.

Los aleros son comúnmente de listel. La presencia depico de gorrión en el caso de Pizarra, donde es relativa-mente abundante, se da en el entorno de la iglesia,adornada de este modo.

La solería tradicional de ladrillo colorao está siendo susti-tuida por solería de terrazo. Igualmente están desapare-ciendo los techos de cuartones y vigas con cañizo –en-calado–, que van siendo sustituidos por techos rasos.Respecto a los vanos, se cierran con elementos dedos hojas; tienen grandes dimensiones en la par te"burguesa" del pueblo, con balcones y cierros. Seadornan también con portadas de ladrillo. De una ho-ja en el resto de las viviendas: en la casa "mediana", losportales están abiertos, es la puerta de la casa la quese cierra; en la casa "pequeña", en la que no hay por-tal, la puer ta de la casa está abier ta o encajada, "ce-rrándose" con una cor tina. Las rejas en las ventanasson habituales en aquellas viviendas de clase socialmedia-alta, habiéndose generalizado en las de clasebaja en los últimos años. La rejería de ventanas, enplanta baja y alta, y balcones es variada y sencilla. Enlas casas más modestas no suele haber rejas.

Los acabados de fachada son en blanco de cal –a vecesmezclado con otros tintes hasta obtener tonos azules opajizos–, con zócalo en rojo, marrón, gris, o ladrillo vis-to; recientemente se ha introducido falsa mampostería.

En el interior, son comunes los acabados en blanco, sinperjuicio de otros, empleados especialmente en lostechos: azul, verde, amarillo; en las casas de alto poderadquisitivo abundaba el estucado.

La casa, en términos generales, es de una o dos crujíasparalelas a la calle, sobre una parcela rectangular alar-gada, siendo el lado más corto el de fachada, y adosa-das a medianería. La altura de la vivienda tradicional espor lo general de dos a tres plantas (PB+1 ó PB+2),con cubier ta a dos aguas. En la vivienda de recienteconstrucción, o en la antigua reformada son frecuen-tes las terrazas como cierre de la vivienda, que llegana veces a cuatro plantas (PB+3).

De las viviendas vistas, podemos hacer varios tiposque permitan hacer una tipología provisional, a falta de

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completar la comarca. Esta tipología ha sido tambiénla base para seleccionar las viviendas-tipo a inventariar.

Producto de una sociedad agrícola, tan marcadamentediferenciada por la tenencia o no de tierra, que hastala crisis agraria de las últimas décadas ha venido habi-tando el pueblo, los tipos de casa van a correspondera disponibilidad de superficie, al uso de determinadosmateriales y a la traducción, en el caso de las viviendasdel sector social más poderoso, de esta riqueza a laespecificidad funcional de las dependencias –con elconsiguiente aumento de superficie de la vivienda– ysu traducción en elementos simbólicos en la fachada,con portadas y otros adornos.

Un primer tipo es el de vivienda "elemental", la quereúne los elementos imprescindibles para ser denomi-nada tal. Aunque es un tipo ampliamente representa-do en todas las localidades, no es el predominante. Encualquier caso, la posibilidad de mantenimiento de tra-diciones constructivas hace difícil su datación. Consisteen una vivienda de una o dos crujías, con una sola ha-bitación en cada una de ellas, con puerta de doble ho-ja de acceso –con muchísima frecuencia único–, elmismo para las personas que para los animales. Sinpasillo, las dependencias sirven de paso unas a otras.Una chimenea (humero) en una de las paredes de lahabitación principal, localiza el espacio de cocina, aun-que en muchas de las viviendas de este tipo la cocinahaya sido añadida sobre el espacio de la antigua cua-dra, ahora fuera de uso. En la planta alta, a la que seaccede por una escalera de obra de un solo tramo, seencuentra la cámara, espacio con valor habitacional oproductivo, según las necesidades del momento. Estacasa puede ser también resultado de la par tición deuna vivienda del tipo que se menciona a continuación.

El tipo de vivienda mayoritario es básicamente el ante-rior con mayor longitud y anchura de crujías, lo quepermite disponer más dependencias en cada una deellas, y con ello especializar los espacios. La existenciade una tercera crujía no cambia substancialmente elesquema. Así, aparece el portal como elemento de in-troducción y transición, y el cuerpo de casa como ne-xo de las diferentes dependencias, tanto en la plantabaja como con las de la planta alta.

Un último tipo se refiere a la vivienda de carácter "se-ñorial", una vivienda en la que la que el número decrujías llega a cuatro, y donde por efecto de ilumina-ción interior así como para dotar de valor representa-tivo a la vivienda se introduce un patio interior. Aquíse pasa normalmente a dos o tres plantas, siendo lasegunda de habitación, trasladándose las dependenciasproductivas al patio.

Un tipo nuevo, que aparece a principios de siglo, man-tiene básicamente el esquema anterior aunque au-mentando el número de dependencias: a partir de lasdos crujías principales, un patio centraliza el espaciojunto al que se disponen dos crujías, adoptando laplanta forma de U, cerrado con una reja del resto delpatio y del corral. En la segunda planta, sobre el mis-mo área que en la planta baja se disponen las habita-

ciones, mientras que las cámaras y pajares se sitúansobre las zonas productivas de la planta baja, de modoque el espacio productivo y el habitacional se dividentambién en vertical.

Tan sólo en un caso se ha constatado la existencia devivienda con patio central en torno al cual se organizael espacio –Casarabonela.

La vivienda, en cualquiera de los casos, suele organizar-se en un primer espacio de habitación con un carácterdoméstico y también representativo. En las viviendassencillas se trata únicamente del cuerpo de casa –nosiempre la casa tiene portal–, habitación que sirve depaso, de distribuidor al resto de la vivienda, y que su-pone en cierto modo un "escaparate de la casa", al es-tar la puerta de la calle, principal fuente de iluminaciónde la vivienda, abierta una gran parte de día. Una chi-menea en el cuerpo de casa, con dos alacenas a cadalado, era el espacio para cocinar. Junto a esa habitaciónse ubica con frecuencia otra de menores dimensionesdestinada a dormitorio principal, con finalidad ahora desalita de estar o comedor. La casa en su planta baja con-tinúa con la cuadra y el corral; la cocina, como espaciounifuncional, y el cuarto de baño, se han establecido enlos últimos años sobre aquellas dos dependencias. Enla planta de arriba se distribuyen el espacio para dor-mitorio y para granero/trastero/almacén.

En las casas de mayor poder adquisitivo, hay otras de-pendencias que suponen la especialización y duplica-ción de algunas de las anteriores, para adaptarlas auna actividad profesional o como elemento de osten-tación. Así, el despacho, el comedor y el comedor dediario, y el dormitorio de verano.

La cámara servía principalmente de cascarero para se-car las cáscaras de naranja amarga, vendidas ya secas a

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los negociantes levantinos que todas las temporadas lle-gaban a esta zona comprando las cáscaras de los cítri-cos para emplearlas como materia prima en la fabrica-ción de pólvora para fuegos artificiales. Con el tiempo yel abandono de la actividad agrícola, la cámara ha sidoacondicionada para servir de dormitorio. Se accede aesa dependencia desde el interior de la casa, salvo ca-sos raros en los que el acceso se realiza desde el corral.

El corral o el patio, que antes servía para guardar losanimales, ahora se usa como extensión de la casa enverano, como trastero, y en aquellas casas situadas encalles con acceso para coches, en cochera. Su espaciose ha visto además reducido por la extensión de la co-cina y la ubicación del cuarto de baño.

Por lo general no hay más acceso que la puerta de lafachada, siendo rara una puer ta del corral a la calle,una puerta trasera. En Casarabonela sí suele haber ac-ceso al corral desde la calle, a través de un postigo.

En algunas viviendas de El Valle de Abdalajís se puedever una ilustración religiosa enmarcada, que, según lasvecinas, corresponde a san Pascual Bailón o, segúnotras, a san Onofre. La primera atribución no corres-ponde con la iconografía, que, efectivamente, es la desan Onofre8. Este santo eremita9 , cuyo nombre deprocedencia egipcia significa el que abre lo bueno, vivía,según las hagiografías10, en el desierto, en la más abso-luta pobreza, cubriéndose el cuerpo con una piel deanimal o con sus propios cabellos, y siendo alimenta-do por los ángeles que le traían agua y alimentos. Así,según las vecinas, del cuadrito, o de la imagen si era elcaso, se colgaba una rosquilla de pan y un tarrito conagua. De este modo, san Onofre puede aparecer co-mo patrón de la indigencia11. La ubicación del cuadrito

en la casa ha cambiado según las informantes: en otrotiempo, en lugar de estar en una pared de la cocina,del cuarto principal como ahora, estaba colocado de-trás de la puerta de la calle, en ocasiones junto a algu-na herradura –amuleto de la suerte– colgada tambiénde la puerta.

Cuando se inaugura una casa, lo primero que entra esel agua, el vinagre y la sal. También existía la costum-bre de enterrar, en las casas con elevado poder adqui-sitivo, una moneda en los cimientos de los muros ma-estros. En algunas localidades es tradicional abrir lasventanas y puertas de la casa al paso de la procesiónde la Virgen del lugar.

Ajarquía

En lo que respecta a la cimentación del edificio, en lazona se suele encontrar con frecuencia una capa depizarra muy cercana a la superficie. A veces incluso seaprovecha para construir sobre ella el muro, rodeandoalguna roca –o tajo– que sobresale del suelo. En loscasos en los que la pizarra no está muy próxima seahonda hasta que se encuentra una capa más fuerte.

Además de la mampostería –con o sin mortero, de la-drillo y de piedra seca–, es habitual la fábrica de tapial,terrizo, en muros maestros, que puede ser : de tierra,muy rica en materia orgánica –de color muy oscuro–;con ladrillo, con piedras –en especial de refuerzo enlas esquinas–. El empleo de adobe es raro en la cons-trucción de viviendas, aunque resulta habitual en la fa-bricación de otros elementos anejos, como hornos.

En cuanto a la construcción en tapial, los muros maes-tros se levantaban con un grosor medio de unos70 cms, llegándose a alcanzar en algunos casos cercade 1m. Cuando las crujías eran muy anchas, se cons-truían pilares centrales. Vanos –adintelados o de mediopunto– comunican las distintas crujías y dependencias.

Respecto a las edificaciones en mampostería, los murosse construían con un grosor algo inferior que en el ca-so del tapial, alrededor de unos 50 cms. El morteropodía ser sólo de barro o de barro con cal y arena (enproporción 3/1). Se colocaba una capa de unos 10 cmsde barro y se iban trabando las piedras. Cuando seconstruía solo con cemento, se preparaba una masa deunos 200 kg. y se humedecía con agua, batiéndose conun rodillo. Cuando se usaba la cal para la mezcla, seechaba una parte de cal por cada tres de arena. Todoello dependía del presupuesto para la construcción dela vivienda. En muchos casos se emplean varias técnicasen el alzado completo del inmueble: por ejemplo, plan-ta baja construida en mampostería y alta en tapial obien de ladrillo. Son frecuentes los inmuebles en losque se ha reformado la armadura y la cubierta, eleván-dolas, usando para ello mampostería sobre el tapial. Lafábrica de mampostería está corrientemente enfoscada.

En el interior de la casa, la compartimentación se hacecon tabiques de ladrillo o de caña enlucida con yeso,con estructura de delgadas vigas de madera.

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La solería es por lo general de losetas de barro. Se datambién un tipo más económico de cal y arena, deno-minado hormigón. En algunos casos se ponía la losa debarro en la parte habitacional de la casa y el hormigónen la cámara. Tan sólo en los cortijos se usa la soleríade tabla.

En lo que respecta a los forjados, las vigas de madera,cuartón, rollizo, viga, viga redonda, listón, se colocaban di-rectamente sobre el muro; sobre ellas se ponían las ca-ñas con la finalidad de servir de soporte a la solería. Lascañas se iban atando paralelas de cinco en cinco, contomizas. Se consideraba de mayor calidad cuanto másdelgadas fuesen las cañas, al resultar así una superficiemás lisa. Al espacio que queda entre las vigas del techo(que deja ver la caña) se le llama calle. Se da tambiénotro tipo en el que las vigas descansan sobre las madri-nas –soleras–, en una técnica similar a la de la cubierta.

La cubier ta habitual es de cuartones, tabicas y cañas,por lo general de dos faldones, aunque sea para cubrirespacios de medianas o pequeñas dimensiones. Es co-mún el empleo de madera de tejo, en viviendas conuna cierta antigüedad. Más corrientes son en cambiolas de pino, roble o álamo. En las más pobres, las cu-bier tas estrechas a dos aguas se hacen con pitones(bohordo de la pita).

La armadura, tijera, se montaba apoyando directamen-te las vigas sobre los muros de carga, aunque a vecesse hacía también en rastras: los pares descansaban enlas madrinas a las que se les hacía un rebaje de unos 4ó 5 cms. para engarzar los pares. Algunas veces se po-nían tirantes o tirantas entre los muros de carga latera-les con la finalidad de evitar que se vencieran. La vigacumbrera o hilera se denomina caballete. En las cu-bier tas se utiliza cañizo y teja morisca –dispuesta encanal y cobertera– fijada con un escarchado de barro.

Como elementos decorativos, es muy frecuente elalero a base de canes y tablazón sobre la que apoyanlas tejas; sin embargo, el alero más común es el de pi-co de gorrión, con mayores o menores complicacio-nes. Se da también el de bocateja.

En los últimos años se ha hecho corriente pintar concemento la parte correspondiente al zócalo de la fa-chada, así como el poyo y la portada.

En cuanto a la construcción de las chimeneas en inte-rior de la casa, se hacían con ladrillo de barro cocido yla forma dependía del gusto del dueño de la vivienda.Se hacían con un partehumos de dos o cuatro huecosen el sombrero. Si por par ticiones o ventas en cadauna de las plantas del inmueble hay una vivienda, lachimenea de la planta baja se saca a ras de la fachada.

Consecuencia de las fuertes pendientes en las que selevantan las casas, es la presencia en algunas fachadas decanales de desagüe de la calle, que pasan bajo la casa.

Las viviendas no tenían vanos muy grandes y en lagran mayoría de los casos se cerraban con rejas dehierro forjado y machihembradas que se instalaban en

el marco de la ventana. Las ventanas son de una o doshojas de madera con contraventanas y en ocasionescon pequeños postigos. La fachada se compone nor-malmente de dos o tres vanos, el correspondiente a lapuerta y la ventana, en la planta baja, y a la ventana dela planta alta; resultan frecuentes los casos de fachadascompuestas por dos grandes vanos en cada planta,correspondientes a dos puertas, accediéndose a la dela planta alta por una escalera de mampostería, inte-grada a veces en la fábrica de los muros. Los dintelesde los vanos son de rollizos y tablas; de madera sonigualmente los cierres, sin postigo ni cristales. Unamoldura de listel y pico de gorrión sobre el dintel de-cora con frecuencia la fachada, decoración que se ex-tiende a veces al alero, voladizo o vuelo, con ese mis-mo motivo de listel, pico de gorrión y bocateja. Seconservan muy pocos ejemplos de prolongación –conuna hilera más de tejas en canal– del alero en el ingre-so de la casa. El balcón volado no se corresponde conla vivienda tradicional.

En cuanto a los constructores de las casas, la cuadrillase componía de un albañil y dos o tres peones, quegeneralmente eran miembros de la familia que cons-truía la vivienda. De la zona de Vélez-Málaga, en bes-tias, se traían los ladrillos; las vigas de madera de losárboles que había en los barrancos más cercanos alpueblo; y la cal de las caleras próximas.En lo que respecta a los tipos de vivienda, podemosdecir que la vivienda del pequeño propietario secompone de una o dos crujías, de muy pequeñas di-mensiones, compuestas de cocina –la primera crujía– ycuarto, del que arranca la escalera de dos tramos deacceso a la cámara. La fachada tiene tres vanos, dosen la planta baja –puerta y ventana–, y uno en la alta–ventana. La cámara se compar timenta también endos ámbitos. No tiene patio ni corral.

Contrariamente, la vivienda del mediano propietarioes el tipo de vivienda más frecuente, con tres o másplantas, con una o dos crujías. Se dispone sobre unapendiente más o menos pronunciada. A la calle princi-pal, por la que se accede, dan dos plantas, mientrasque por la trasera hay tres o más. La planta baja es ha-bitacional, mientras la alta son las cámaras o galerías yen las de abajo se sitúa, el lagar, la bodega o la orujerapor último. Suelen tener una puerta de acceso al lagarpara dar entrada a la uva (lagareta). Puede tener o nopatio trasero. Con el escalonamiento de la vivienda enplantas, la cuadra solía ocupar el bajo o semisótano.

En cualquier caso, las dimensiones de las parcelas sonmuy reducidas; según la Memoria del Avance de lasNN.SS. de Salares el 12% de las viviendas tiene una su-perficie útil inferior a 30m2, el 55% (acumulado) a 60m2,siendo en total inferior a 90m2 el 80% de las mismas.

La existencia de plantas cuadradas con patio central sig-nifica la presencia de tipologías urbanas sin mayor re-percusión en la tradición arquitectónica de la comarca.

La casa se distribuye a lo largo del el eje dispuesto en-tre el corral –o corraleta, a veces con sombrajo– y lacalle; por lo general no hay más acceso que la puerta

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de la fachada, cerrada con puerta, portón o con posti-go, siendo rara una puerta trasera del corral a la calle,puerta del corral o puerta falsa. El patio, cuando lo hay,es de reducidas dimensiones y da paso a diferentesdependencias de la casa, proporcionando también luza las habitaciones interiores –en cualquier caso, el in-terior de la casa resulta muy oscuro cuando se cierranlos vanos principales de la fachada. La casa es la de-pendencia principal, sirve de recibidor, distribuidor yantiguamente también de cocina y comedor, sin másmobiliario que alacena, el chinero, el platero y el rincón–donde se enciende la lumbre–, a par tir de la cual sepasa al resto de los cuartos, salas o salillas.

A la cámara –a veces es también arrumbadero, cuarto delos porros o de las pelotas– se sube desde el interior dela casa, y raramente tiene acceso desde el corral; cuan-do la entrada a ésta se realiza directamente desde la ca-lle se debe a que casa y cámara tienen diferentes pro-pietarios. Los trojes –o atrojes– no son habituales: elgrano se solía almacenar en sacos o era vaciado directa-mente en el suelo de la cámara. La escalera de accesoes por lo general de obra, de uno o dos tramos.

La altura normal en las casas es de dos plantas –baja yalta–, siendo la alta también habitacional, con balconesy grandes ventanas. La presencia de azoteas y terra-dos no ha sido habitual, según los informantes; sin em-bargo, en la actualidad se dan casos como el de Alcau-cín donde las azoteas, terraos, de factura reciente sonya elemento común llegando a constituir la cuar taplanta de la casa.

Montes de Málaga

La cimentación de la casa es muy poco profunda; enocasiones, para encontrar el soporte de los cimientosno hay que ahondar demasiado, la mayoría de las vecesno más de una cuarta.

Los materiales empleados en la fábrica de las viviendasson los del entorno, esencialmente pobre en materiasprimas, de modo que el material más importante enla construcción es la tierra, más arcillosa o más silíceadependiendo de los sitios concretos; la piedra es elotro componente importante, en forma normalmentede mampuestos –lastras y laderas– de caliza y esquis-to. Una piedra muy utilizada en las poblaciones de Pe-riana y Riogordo es el asperón, que según los albañilesconsultados dan buen resultado puesto que es afiladay por esto más fácil de trabar. En otros casos, pocos,se han empleado cantos rodados.

La madera comúnmente empleada es de la zona, prin-cipalmente álamo y encina, también se dan especiesnuevas, que corresponden con reparaciones recientesde tejados y forjados, como es el eucalipto; la presen-cia de maderas como el olivo o el chaparro revela unaprecariedad de medios grande: eran más resistentespero deformes, con lo que se veían obligados a elegirla cara por la que se iba a utilizar y a calzarlas –si erafrecuente emplearlas para los umbrales; en este senti-do de marginalidad, se han utilizado incluso pitones,

bohordo de las pitas. La presencia del pino, y especial-mente el pino rojo, indica un alto status social. En esteaspecto hay que decir que se trata de una zona espe-cialmente desforestada desde hace siglos –situaciónque se repite en el caso de la Ajarquía.

La técnica constructiva principal es pues el tapial, conmortero de barro y más o menos abundante en pie-dras, si bien en Alfarnate la técnica más frecuente es lamampostería, en muchos casos de piedra seca. Confrecuencia la técnica es mixta, como ocurre en Casa-bermeja, donde los cimientos y la fábrica de la plantabaja son de mampostería, continuando a par tir delforjado en tapial, siendo apreciable la huella de los ca-jones; suelen reforzarse las esquinas con ladrillo. Losmuros de tapial tienen como media 70-80 cms.; los demampostería tienen un grosor menor, unos 60 cms.Cuando la vivienda tenía varios cuerpos se construíanmuros de carga intermedios, o bien pilares.

Principalmente, la mampostería constituye la fábricadel primer alzado del muro, de la altura correspon-diente a la planta baja. El grosor de los muros es nor-malmente de 60-80 cms. Se iban poniendo capas debarro de unos 10 cms. en las que se trababan las pie-dras. En la fábrica de mampostería a veces son tam-bién visibles las verdugadas de ladrillo.

El empleo del ladrillo es importante; así, en Almogía,muchas casas se levantan sobre bóveda de ladrillo co-mo base de cimentación. Además, se emplea en pila-res y esquinas –ya señalado; encontrándose fábricasde muros realizadas completamente en ladrillo.

Otro lugar de empleo de ladrillo es en las portadas delas casas, enlucidas o no, y en el alero, donde comomotivo decorativo se disponen ladrillos en listel o enpico de gorrión, las dos formas más ampliamente re-presentadas. En Alfarnate es posible ver también bo-cateja –excepcionalmente. Se está introduciendo untipo de alero en el que asoman al exterior las cabezasde las vigas –cuartones muy estrechos. Muy frecuentees también el alero en el que asoman simplemente lastejas soleras sobre la línea de fachada.

La tabicación interior de la casa es de ladrillo o biende caña y repellado con tierra y yeso.

En cuanto a la solería y pavimentos, el suelo más fre-cuente es el de loseta de barro, incluyendo una bandade enchinado en el itinerario de la calle al patio. En lascasas de propietarios con mayor poder adquisitivo, elladrillo fue sustituido hace tiempo por mosaico –terra-zo decorado. La solería de la cámara es normalmentede yeso pintado de rojo; según los vecinos, antigua-mente había también de tablas, pero esto era raro.

Para la cubierta, a dos aguas, se emplea armadura deparhilera.

El montaje de las armaduras se hacía colocando unas vi-gas –normalmente sin desbastar– sobre los muros, co-nocidas como zunchos, correas o cargaderos, para en-samblar los pares o vigas que conforman las aguas. En

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algunas armaduras a dos aguas se utilizaban los puenteso tirantes para dar más firmeza a la estructura. Estas vi-gas se colocaban de muro a muro. Las vigas que se co-locan más próximas a los laterales de la vivienda y queen ocasiones se ubican de forma oblicua al conformarun tercer o cuarto faldón se denominan limatones. Si laarmadura era a dos aguas se colocaba uno o varios pi-lares en el medio para sujetar la viga hilera o cumbrera.

Con respecto a los tejados, antes la teja morisca era deuna sola forma, tanto la cobija (gambúa o cubía) comola canal (solera), luego, en tiempo que recuerda la in-formante, la solera se hacía más grande que la gambúa.La fila de tejas que corona el tejado y divide las aguasse denomina caballete.

Los forjados son de cuartones y cañas con yeso, aca-bados con yeso pintado; los hay también –los menos–de tablas sobre vigas. El entramado de los techos sehacía de forma similar a las armaduras: sobre las vigasque descansaban en los zunchos se colocaba la cañacomo soporte para la solería; las cañas se ataban pormanos (de cinco en cinco cañas) con tomizas de es-parto, cuerdas que solo sirven para el montaje de lascañas de modo que una vez fraguado el yeso, se pue-den cortar –por eso en unas ocasiones se ven, mien-tras en otras han sido eliminadas. En casas más mo-dernas se han empleado varetas de adelfa (más finas,dando como resultado superficies más lisas).

Para cubrir grandes vanos, se empleaba una estructurade grandes cuar tones descansando sobre canes quesobresalen de la pared.

Los techos se dejaban unas veces vistos y sin pintar yotras se pintaban de color amarillo pálido con ocre,destacando o no las vigas respecto del cañizo.

En relación a los cerramientos, todavía se pueden vervanos cerrados tan solo con madera –ventanas sin vi-drios. Cuando la ventana se protege con reja, ésta esde hierro forjado, y va encastrada en el muro.

El acabado de los interiores de las casas es por lo ge-neral blanco de cal, pero en muchas otras podemosver un variado colorido: en algunos casos, la solería decada cuarto tiene un tono diferente; en otros, son lostechos de cada dependencia los que se colorean deforma distinta.

El acabado exterior es enlucido con barro y blanquea-do con cal. Los zócalos exteriores a la vivienda se co-menzaron a poner hace unos cuarenta años aproxi-madamente.

En cuanto al equipamiento, el mobiliario tiene una am-plia variabilidad en cuanto a la clase social. En las vi-viendas de clase social baja, se reduce a unas sillas, unamesa y algunas camas, reduciéndose el resto del equi-pamiento a huecos en la pared, cerradas con puertas–alacenas– o no –vasares, chineros, roperos.

Como ocurría en algunas localidades del Valle delGuadalhorce, Se colocaba una imagen de san Onofre

detrás de la puer ta de la calle, como "protección"; aveces junto a una herradura, amuleto de la suerte –lasbuenas eran las de tres agujeros– colgada también de lapuerta aunque, según la informante, las herraduras dela suerte son de los antiguos.

Sobre una parcela alargada, adosada a medianería, –demás fondo que anchura, por lo general–, la casa tradi-cional se distribuye en dos o tres plantas. Esta línea dealtura ha sido sensiblemente alterada en los últimosaños. La casa se adapta a la pendiente del terreno,elevándose o descendiendo mediante escalones deuna crujía a otra.

Podemos establecer dos tipos de vivienda en funcióndel tamaño y especialmente de la especialización dedependencias que se dan en ellas, que son:

• vivienda de una sola crujía,• vivienda de dos crujías.

En el primer tipo, la vivienda de una sola crujía, el espa-cio habitacional es mínimo, constando tan sólo de doshabitaciones, separadas por un tabique, correspondien-do el resto del espacio al corral, junto con algunas

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Fotos: Pilar Ordoñez Vergara

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1. Contratada en las dos primeras fases en la modalidad de"específico" y en la tercera de "consultoría", por la DirecciónGeneral de Bienes Culturales.

2. Eugenio Cifuentes y Jaime López colaboraron en la realizacióndel trabajo en algunas localidades de la Ajarquía y de losMontes de Málaga.

3. Dos maneras de ver la cuestión que, si bien no son contradic-torias, su simultaneidad resulta problemática al exigir unaintensidad de trabajo –dada por la información requerida enla ficha de campo y la extensión territorial– que sobrepasabael marco temporal y presupuestario dado, a la vez que restaseguridad en la realización por la inconcreción de límites.

4. Salvo que se trate de lugares que cuenten con alguna figurade protección.

5. Y en las que el trabajo resulta especialmente difícil y penoso sino se es hábil en el manejo de técnicas de trabajo social.

6. Especialmente frecuente en Cañete la Real.

7. FEDUCHI, L. Itinerarios de arquitectura popular. vol. IV(Provincia de Málaga). p.178.

8. Pudiera ser que también se guardara en la casa una imagende San Pascual Bailón, pero no se ha conservado en ningunade las casas vistas.

9. Onofre el Grande. Santo asceta. Festividad: 12 de junio. Vivióen el siglo IV y principios del V; después de educarse en elmonasterio de Hermópolis, habitó sesenta años como eremi-ta en Tebas. JÖCKLE, C. (1995): Enclyclopedie of saints.Londres. p. 345-346.

10. Biblioteca Santorum. Florencia.

11. Observación del profesor Sotomayor, S.J.

12. Avance de las Normas Subsidiarias de Salares. DiputaciónProvincial de Málaga.

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otras dependencias distribuidas en torno al mismo. Esaúnica crujía se compone de cuarto y cocina –cuarto,sala, sitio de estar, no solo para aviar– situándose la es-calera –de un solo tramo– de acceso a la planta alta enparalelo al cuarto, accediéndose a ella desde la cocina.En la planta alta, en ocasiones se compartimenta unade las esquinas para habilitar el espacio como dormito-rio, quedando el resto como zona de almacenamiento.

El segundo tipo de vivienda es la que, teniendo como eltipo anterior dos plantas, dispone de dos crujías. Sueleestar cruzada por un eje transversal a las dos crujías enla planta baja, marcado por la puerta principal de la vi-vienda y la puerta del patio, cruzando un muro de car-ga por medio de un vano. Generalmente este pasilloestaba empedrado en origen para el paso de las bes-tias. Suelen tener un patio trasero donde se ubican lacorraleta (o marranera), la cuadra y en la actualidad sue-len tener también un aseo y/o una cocina anejos a la vi-vienda, como resultado de las nuevas necesidades.

La fachada, en cualquiera de los dos casos, consta nor-malmente de dos o tres vanos en cada planta, siendoen la planta baja una puerta y una o dos ventanas, y enla alta de una a tres ventanas, dependiendo de la clasesocial del inquilino. La organización de la fachada se ba-sa en una puerta de acceso central, con dos vanos depequeño tamaño en la planta baja, a derecha e izquier-da, con reja encajada en el marco, y uno o dos vanosen la planta alta del mismo tipo que los anteriores.

Las diferentes dependencias se distribuyen esencial-mente en la planta baja. La principal es el cuerpo de ca-sa, la casa, habitación multifuncional a la que da el ac-ceso principal a la vivienda, que hace las veces derecibidor-sala de estar-comedor, y antiguamente tam-bién cocina. En ella se ubica la chimenea de campana,elemento esencial en la casa, que ocupa uno de lostesteros, situándose a los lados, en los huecos de lacampana, dos alacenas o chineros. Desde la casa sepuede acceder al (o a los) cuarto(s), a la cuadra –espa-cio que se ha adaptado luego para cocina–, y al patinilloy corral, en el fondo de la parcela. Del cuerpo de casaarranca también la escalera de acceso a la planta alta,

en la que se sitúan uno o dos cuartos, ahora adaptadosa dormitorio, si bien antiguamente tenían función tam-bién de granero o almacén. En las casas de tres plantas,en las que la planta baja suele tener función comercialo profesional, la última se destina a ese fin.

El espacio habitado, doméstico, es –y era aún más– infe-rior al espacio total disponible, de producción económi-ca. Los patios y corrales ocupan la mayor parte de la su-perficie. La casa traza también el eje entre el corral y lacalle; por lo general no hay más acceso que la puerta dela fachada, siendo rara una puerta del corral a la calle,una puerta trasera. Igualmente, a la cámara se sube des-de la casa, salvo en un caso en el que el acceso se reali-za desde el corral. La escalera es de uno o dos tramos.

Respecto a la confortabilidad de las casas, un comen-tario habitual es que ahora hace más frío en las casasque antes: mientras antiguamente se encendía la can-dela en el humero al empezar el día, ahora , salvo enreuniones familiares o en fiestas "señaladas", no se en-ciende la chimenea porque se ensucia mucho la casa;así, el único elemento de calefacción es el brasero dela mesa camilla.

Una de las modernizaciones son las cancelas con vi-drios en las puertas de entrada a las casas, de modoque se permite un poco más de luz en el interior. Pe-ro quizá la más común es la reforma de las solerías,sustituyendo la de ladrillo o las laderas por terrazo.

A modo de conclusión,

con lo visto en esas localidades y comarcas, podemosdecir que se trata de una arquitectura de época mo-derna y –principalmente– contemporánea, de marca-da funcionalidad, adecuada al terreno; susceptible, porsu adaptabilidad a los usos y necesidades actuales, deseguir siendo útil para quienes las habitan, así como derendir beneficios a la comunidad a través del manteni-miento de los conjuntos urbanos y del paisaje, y de larepercusión de éstos en términos de desarrollo socio-económico y cultural.

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Notas